Chak continuo tranquilamente su charla con los agentes, al parecer no tenía demasiada prisa en ir a ningún lado  y en cierto modo, se podía adivinar en su rostro parcialmente oculto por el amplio ala de su sombrero, que el tema del veneno había despertado su curiosidad. Sin embargo al cambiar el tercio de la conversación a otros temas, ignorando en el proceso su propuesta de que le expusieran con más claridad el contexto de éste, el notorio miembro del gremio de "asesinos" comenzó a perder interés en seguir demasiado tiempo allí una vez comunicado su mensaje original.

Contestando a Leobald, el sonriente Chak le dedicó una rápida explicación antes de pasar a Khalion.

- Nosotros somos profesionales, no hacemos preguntas y no juzgamos, solo ejecutamos contratos... En cuanto a la moneda, estás completamente equivocado, no es mágica, es sólo símbolo, la que portáis ahora es simplemente una más, he de reconocer que no quedan muchas, pero ninguna ha portado alguna vez magia alguna... No entiendo esa obsesión que tenéis con los muertos y viceversa, ... pero te aseguro que no tiene que ver con la moneda... Quizás la sed de venganza es lo que le hizo levantarse de su tumba... historias más locas he escuchado a lo largo de mi brillante carrera que luego han terminado haciéndose realidad... Bueno quizás sea la hora de desp...

El sombrío humano no acabó su frase cuando Adriana expulsó todos los restos del exquisito y caro té que tan amablemente había compartido con ella su anterior anfitrión, y parte de la frugal cena junto a la bilis. Toda aquella amalgama acabó peligrosamente cerca del asesino, salpicando sus ya de por sí sucias botas. Aunque la esperada reacción de una persona entrenada para matar, y que basara su supervivencia en tener unos impresionantes reflejos, sería apartarse casi instintivamente quizás acompañar su finta con un contra-ataque que redujera a su oponente, Chak no se movió ni un ápice observando de nuevo con curiosidad el enfermizo gesto de la hechicera adjunta a la Corona y, quizás, uniendo algunos puntos en su cabeza.

- ¡Joder! Regurcitación de alta elfa en mis botas, esto sin duda tiene que subirles el caché, como voy a presumir de ellas entre los de gremio eh Sombra... - tras una leve pausa el humano se dirigió con cierto tono lúgrube a Adriana - Siento que os quede tan poco "tiempo", si quieres pasarlo con un hombre de verdad, quizás pueda enseñarte algunos trucos de alcoba que ningún refinado cortesano ni siquiera podría atreverse a mencionar... Ja, ja ja...

Godric se movió hacia Adriana y la sostuvo mientras vaciaba el contenido de su estómago. 

Ayudándola a permanecer en pie, le pasó su cantimplora para que pudiera enjuagarse la boca con agua y beber un poco.  Ignorando los soeces comentarios del asesino con sombrero de ala ancha se dirigió a él por primera vez. 

- Antes has dicho que la moneda puede servir para varias cosas, contratar vuestros servicios, cancelar contratos, intercambiarla por objetos extraños o exóticos venenos. ¿Podría servir para conseguirnos el antídoto del veneno? Necesitaremos varias dosis de tal antídoto. - 

Godric miró a los ojos a Chak. Si las advertencias de Khalion o la insinuada amenaza de Chak hacia su persona debían haberle infundido algún temor, ahora mismo no parecía estar sintiéndolo. 

Toctoc miró con incredulidad a Adriana mientras vomitaba. Algo no cuadraba en la historia del veneneo y sin embargo estaba tomando forma. -Cuales podrían ser los efectos del veneno tomado en muy bajas dosis pero de forma continua? Preguntó intentando no dar más pistas de las necesarias a chack.

Leobald suspiró y miró lánguidamente la linea del horizonte. Debía haber esperado tal respuesta por parte de un criminal. Al margen ya de la conversación con los asesinos se dirigió a sus compañeros.

—Sugiero que nos apresuremos al templo de Akadi. Quizá allí sepan ayudarnos —dirigió una mirada al lugar de la ciudad donde se alzaba la construcción, al otro lado la ciudad—. No olvidemos las condiciones del actual druida del Círculo. En el templo quizá tendremos más oportunidades de eliminar el veneno por medios mágicos. En cualquier caso más vale que nos pongamos en marcha. Si nos disculpan.

Se despidió el caballero educada, pero fríamente, ayudando a caminar a quien lo necesitase.

Chak asintió ante la propuesta de Godric, mientras se ajustaba mejor el sombrero sobre su cabeza para tapar la parte superior de su rostro.

- Mi joven agente, si podría, por la moneda os puedo conseguir cuatro dosis de antídoto... y como soy un hombre de palab... de hon... de negocios quiero decir, no cobraré hasta que no os lo haya conseguido, quedamos dentro de dos horas frente al Gremio de Marineros, situado en la parte posterior de la casa de la Familia Oweland en la zona de los muelles. No tiene pérdida. 

En cuanto TocToc lanzó su pregunta, una sonrisa extremadamente cómplice y con cierto toque siniestro se dibujó entre la barba de tres días de Chak.

- Es un veneno muy letal y potente, se necesitarían años para acomodar el cuerpo a incluso una dósis ínfima sin efectos. Pero sí, podría darse el caso, aunque no conozco a nadie que quisiera pasar durante tanto tiempo con los dañinos efectos secundarios ... como las hemorragias continuas por todos los orificios de tu cuerpo... hasta que finalmente lo tolerase... No vale la pena, te lo digo yo que soy de fiar... en esos campos.

Cuando Leobald canceló el trato que Godric había planteado, un chasquido, como el sonido de un látigo, pareció sonar del interior del asesino, sin duda una extraña reacción provocada al chocar su lengua con la parte alta de su garganta, quizás demostrando una decepción audible una vez más.

- Suerte con Wellgar, ese viejo ballenero cojo y medio inválido es más cabezón que los mismos cimientos donde Saltmarsh se levanta... y es conocido por ser un gran "protector" de los tradicionalistas... seguro que os hace buen precio... como miembros de la Corona...

Sin decir más, Chak Hojaumbría y La Sombra que le acompañaba se alejaron del grupo en dirección a la parte más noble colina arriba, justo en dirección contraria hacía donde ellos se dirigían, con un paso indiferente y emitiendo un pegadizo silbido entonando alguna costera melodía. No sin antes que el extraño hombre calvo tatuado de aspecto casi más siniestro que el mísmisimo Chak se girara y fijara su mirada en Khalion, quedándose por unos momentos ligeramente rezagado de su compañero, mientras sus manos parecían moverse en extraños ángulos, tras esto, se movió de nuevo a la altura del humano de sombrero de ala ancha para seguir su camino.

TocToc miró a sus compañeros y repitió una sola palabra que Chak había pronunciado… “hemorragias”. Después de una pequeña pausa dramática añadió su conclusión.

- Alguien está envenenando al magistrado con ese té. No dejemos que nuestros prejuicios nos hagan señalar a un culpable aun – Dijo mirando a Godric. – Averigüemos primero si la teoría es coerrecta, después la procedencia del té y por último; cuando se convierte en veneno.

Mirando a Adriana concluyó. - Por esto expuesto, no creo que la dosis que hemos tomado sea letal. Pero sí que podemos tener algún efecto secundario leve, como ese vómito. Si los efectos aumentan deberíamos pensar en acudir a Chak de nuevo, ¿no?. Nuestra vida bien vale una moneda y un orgullo magullado.

El suspiro de Godric sale, directamente de sus pies.

- Menuda forma de colaborar... podríamos tener dosis del antídoto para todos los que han bebido. Y habernos quitado de encima a Chak. Quizá si volvemos a él nos ofrezca menos dosis y algo me dice que el Magistrado necesitará al menos una... - 

Mientras andaban Godric le dijo a Toc-Toc 

- No tengo prejuicio alguno hacia los que no profesan su fe a Lathander. Sin embargo si te admito que sospecho sobremanera de ese solicito mayordomo. Como bien dices posiblemente esté envenenando al Magistrado, lo que me extraña es su propósito. ¿Le será más fácil así controlar a un miembro de la Corona? ¿Un Magistrado nada menos? En cualquier caso mañana volveré para interesarme por la salud del Magistrado e intentar conseguir ese perdón para Nadie... al menos ganaremos algo de tiempo... - 

 - Quizás sea el asesino sea la persona que provee el té al magistrado y el sirviente desconozca la naturaleza de dicho té. Sería raro que un asesino se arriesgase a ser descubierto ofreciendo el veneno a visitantes extraños. Propongo investigar la procedencia de dicho té rojo.

- No te falta razón... - responde Godric a Toc Toc mientras ayuda a Adriana a caminar. - ¿No dijo el Magistrado que no quería preguntar a Adrian de donde provenia no fuera a tener que detenerle? Se supone que es algo extraño y exótico. Igual el misterioso comerciante de los bajos fondos sepa algo... - 

 - Si pudiésemos hablar con Adrian... Pero me temo que lo hemos enemistado y no será muy colaborador. – Después reflexionó unos momentos y asintió a las reflexivas palabras del joven clérigo. – Deberíamos investigar la procedencia del veneno, puede irnos la vida en esto.

Leobald observó con gesto tranquilo a los asesinos desaparecer entre las calles. Entonces se dirigió a sus compañeros. 

—Muy bien, ¿a dónde encaminamos nuestros pasos desde aquí? —trató el caballero de ser asertivo—. El Templo de Akadi, el Círculo druídico o el emporio del dudoso comerciante de Chult? En una cosa tenía razón ese asesino, es de esperar que todos querrán su pago, salvo quizás los druidas. Posiblemente Mablung haya ido a bosque ¿Y bien, dónde vamos? 

La educación y el saber estar ante variopintas situaciones y personajes de todo tipo favorecieron que Adriana no contestara a Chak con lo que realmente estaba pensando. Simplemente le miró y,  sin hacer ningún comentario, dejó que Godric la asistiera y que fuera el resto el que diera fin a aquel encuentro.

Poco a poco, según iban avanzando por las callejuelas, el estómago de la alta elfa parecía volver a su lugar, dejando solo un regusto amargo y desagradable en su boca. Más allá de las molestias propias de una vomitona, lo cierto es que la hechicera no sentía ningún otro malestar. 

- Quizá tengas razón - respondió al córvido ser - y simplemente estemos sufriendo síntomas leves de este veneno. Pero, puesto que no podemos estar seguros y no sabemos a ciencia cierta cómo nos afectará en un futuro próximo, debemos investigar todo lo que podamos - tras las diferentes opiniones sobre qué camino elegir, la elfa añadió - antes de adentrarnos en los muelles, optaría por buscar a Mablung y al druida; agotemos primero la información de nuestros aliados. Además, temo por su seguridad tal y como salió de aquí despavorido. Quién sabe en qué líos se habrá podido meter esta vez... - dijo suspirando. 

Leobald suspiró.

—El Círculo entonces, supongo —asintió poniendo las manos a la espalda, dispuesto para el largo paseo—. Esperemos que nuestro inquieto amigo esté allí aun —dijo abriendo la marcha sin demasiada convicción.

En cuanto las luces nocturnas de la mansión del magistrado quedaron atrás y quedaron al abrigo de las sombras, el caballero embrazó el escudo. Quién sabe que otros amables conciudadanos podrían salir al paso sin previo aviso y con no pocas aviesas intenciones. Esperaba sinceramente no tener que combatir, pero si aquella ciudad era pródiga en enemigos de día, ¿qué no sería capaz de arrojar de noche?

La compañía de agentes volvieron sobre sus pasos saliendo del ostentoso barrio noble elevado sobre la colina, descendiendo lentamente hacia terrenos situados a nivel del mar, siguiendo los caminos principales, adoquinados con bastante perfección en el barrio alto, y pasando a ser apenas un camino de tierra con un empedrado disperso y abrupto más abajo. Bordeando desde cierta lejanía y dejando la entrada a la ciudad a su izquierda, con la malograda posada de la "Cabra de Mimbre" a su derecha, el grupo pasó raudo cerca del edificio de las barracas, que tenía una bulliciosa actividad demasiado intensa para ser una noche cualquiera en Saltmarsh, probablemente aún estarían doblando guardias tras el asalto de los muertos de la noche anterior y recogiendo y adecentando la posada una vez más.

Como uno de los últimos edificios de ese ala de la ciudad, las barracas pronto dejaban paso al conocido sendero que lindaba con los extensos campos de trigo y ascendía hasta la torre donde Eliander parecía tener un segundo cuartel, presidiendo la ciudad desde el lado opuesto del barrio noble. El grupo no llegó a ascender del todo, puesto que se encontraron con el elusivo druida caminando tranquilamente de vuelta en dirección de vuelta a la urbe.

El grupo volvía a estar completo, bajo el cielo estrellado y descubierto de una fría noche y con el sonido de los grilllos y el ulular de las rapaces nocturnas de fondo.

-¿Mablung? - preguntó Godric - me alegro de encontrarte sano y salvo. ¿Qué pasó? ¿Estas realmente bien? - 

Las palabras de Chak sobre moneda y su.. no magia dejaron al aasimar meditativo. Menos interesado en los antídotos trataba de casar la ignorancia del asesino con la excepcional percepción arcana de Julius hacia aquella moneda. No salieron mas palabras de él hasta que antigua y nueva Sombra desaparecían camino del Saltmarsh mas popular y recibir el extraño mensaje del acompañante de Chak.

Disfrutando del paseo carente de lluvia llegaron hasta la posada. Resopló ante la idea de buscar nuevo alojamiento a raíz del veto enano hacia el tras el ataque a Imp Ostor. Mas tarde debería volver a la red vacía, quizá con novedades, seguramente mas peligroso.

-Ese monje quiso pasar un mensaje..- dijo acercándose al druida huido.- del que solo acerté a reconocer palabras sueltas. "Chak"  "Miedo"  "Ilusión"  "Niño"... Aún no domino la particular jerga de esta villa. Quizá referido a lo visto por Mablung y tú en casa del desagradable juez..-mirando hacia el recompuesto caballero.

Leobald guardó silencio durante el paseo. Pareciera que los males que acechaban a aquella ciudad se le hicieran demasiado pesados. Cuando Khalion se dirigió a él, sonrió con tristeza.

—Yo no pondría mucha fe en la palabra de esos dos rufianes, Khalion —suspiró—. ¿Sugieres que la visión del niño vampiro fue una ilusión conjurada por alguien? ¿Quién? Y de ser así ¿cómo causar ese temor irracional en nosotros? Aunque tampoco acierto a comprender por qué mentirnos, salvo para quizás confundirnos —admitió acariciándose el mentón—. En cualquier caso si alguno de vosotros estáis envenenados deberíamos afrontar eso primero. ¿Seguimos de camino al Círculo? —preguntó a los que habían ingerido te rojo.

Al ver a sus compañeros. Mablung agachó la cabeza y dijo:- Siento mi comportamiento, pero nunca antes me había enfrentado a algo así...ese...niño, por llamarlo de alguna forma, no es de este mundo, despertó en mi un terror que ni los males de Dreadwood habían sido capaces de conseguir. Espero no tener que volver a verlo.

- En el círculo no hay nadie, el druida partió está tarde y tardará unos días en regresar. Sugiero que los que hayáis bebido el te visitéis el templo, quizás allí os parece esa ayudar.-

- En otro orden de cosas en el círculo he averiguado algo más acerca  del barco pirata, pero os lo puedo contar luego.Por cierto ¿ alguno llegasteis a beber?. Ese te olía a Muerte Carmesí.

- Yo bebí - dijo adelantándose, respondiendo a la pregunta del druida - y Toc-toc también - al escuchar el nombre del veneno, Adriana volvió a sentir un malestar en su estómago, esta vez sin vomitar - ¿qué sabes de la Muerte Carmesí, Mablung? Deberíamos encaminarnos al templo con premura - dijo preocupada. 

Con claro gesto de preocupación al mirar a Toc Toc y un poco de indiferencia hacia Adriana, dice:- Es un veneno raro y muy eficaz, debe tomarse con bebidas o comidas de intenso sabor, como un té, para camuflarse. Hace efecto a las pocas horas y provoca un sangrado masivo de sus victimas, ojos, oídos, nariz...todos vuestros orificios corporales sangraran en las últimas fases, de ahí el nombre de "Muerte carmesí", mientras se retuercen de dolor. Si lo habéis ingerido debéis de buscar ayuda pronto. Se que tiene antídoto pero desconozco su composición, vuestra mejor mejor es ir a ver a un sanador lo antes posible. Yo no puedo ayudaros.