TocToc abrió los ojos ante la muestra de irracionalidad de Godric. Era por la influencia de Ostor? Había sido siempre así el joven Godric?. Pensó en detenerles pero la lluvia de golpes estaba siendo tan rápida que apenas acertó a dar un par de pasos mirando a Mablung y Leobald.
- Es un prisionero. Este combate no tiene sentido...
Al final cuando Godric calló se acercó a él para estabilizar su vida. El golpe final del bárbaro hizo que se le encogiese el corazón, pero al ver que no lo ejecutaba sintió alivio. Arrodillado frente al cuerpo de Godric lanzó un conjuro que cerró sus heridas más profundas y detuvo el sangrado. Una vez más una angulosa runa dibujada en su frente significaba el conjuro.
-Buen duelo- dijo Mablung e inclinó la cabeza en señal de respeto hacia el ganador para acto seguido recoger sus hachas y alejarlas de su peligroso dueño. - Las guardaré hasta que vuestro destino sea aclarado- dijo con respeto a Bjorn.
Luego ayudo a levantarse a Godric mientras decía:- Arriba, aún tiene que mucho que aprender si pretendes luchar con furia y ya tienes la primera lección, tu debes controlar la furia no al revés, o ya sabes cuál puede ser el resultado.- Con una sonrisa pícara susurró al oído del clérigo:- Le diremos a Adriana que lo valiente que fuiste dejando de lado la inconsciencia de tu duelo-.
Una vez asegurado que Godric podia mantenerse más o menos erguido, se dirigió hacia el camarote del capitán para ver cómo estaban las cosas ahí dentro.
Godric vio el hacha de Björn dirigirse a su cuello a cámara lenta. Sabía lo que iba a pasar y durante una fracción de segundo no le importó. Casi lo agradeció. Mientras caía al suelo, su pecho regado con su propia sangre, su mente vagó hacia ella. Con su último resquicio de consciencia se sorprendió al visualizar su rostro.
Un calor recorrió su cuello y volvió a respirar. El dolor en su garganta era punzante y el sabor a sangre, su sangre, casi le hizo vomitar. Escuchó voces en la lejanía y algo más de calor calmó sus dolores en la garganta y en otras heridas graves. La lluvia que caía incesante sobre sus ojos cerrados y le obligaran a parpadear. Tosió y escupió sangre y vio cerca de él a Khalion, Toc-Toc, Ostor y Mablung. Con ayuda de este último se levantó y, aún mareado, le agradeció sus palabras y se sonrojó al nombrar a Adriana. Intentó dar la gracias a Khalion y Toc-toc por su ayuda pero las palabras apenas salieron por su aún dañada garganta. Tocó de nuevo su símbolo sagrado, mancillado por la sangre del acólito, y sus heridas sanaron un poco más. Parte de la energía revitalizadora se repartió entre el resto del grupo por si habían sufrido alguna herida en el combate. Sin decir nada, se separó de sus amigos y se dirigió renqueaste hasta Björn. Le miró fijamente a los ojos y con voz rasposa le dijo. - Björn. - pausa - Bien luchando. Haré lo que esté en mi mano para que tu hermano sobreviva a estas heridas-
Sin más, volvió a por su zurrón y le indicó a Hissss que le siguiera al interior del camarote para buscar aquello que les habían arrebatado y atender las heridas del capitán con sus conocimientos médicos.
La alta elfa se afanaba intentando atar las manos del capitán con alguna soga que había encontrado en el camarote. Con delicadeza, pasó la cuerda por ambas muñecas, tratando las extremidades del ahora reo con suavidad, más como las de un enfermo que como las de un prisionero peligroso.
Pudo escuchar cómo la puerta se abría, dirigiendo su mirada fugazmente hacia el exterior mientras intentaba hacer un nudo sobre otro, los máximos que pudiera, para paliar la falta de fuerza de sus escuálidos brazos. La voz de Börj acudió clara y cristalina a sus oídos, helando su sangre con aquellas amenazas directas, pero aún no tenía tiempo para responderle o prestarle atención. Y luego, otros comentarios de sus compañeros, pero no de lucha, parecía que estaban entablando una conversación, ¿un duelo pactado entre Godric y Börj? ¿Por qué querrían hacer algo así? Todo parecía confuso ahí fuera.
Después de un buen rato que para cualquier otro hubiese consumido unos pocos minutos, y tras asegurarse de que Sigürd se mantenía en una posición cómoda pero convenientemente maniatado, Adriana pudo por fin acercarse a la salida.
Lo que se encontró fue, efectivamente, lo que se temía. Godric y Börj enzarzados en una especie de lance de honor, mientras sus compañeros admiraban el espectáculo expectantes.
- ¡Pero qué está sucediendo aquí? ¿han perdido la razón? - susurró a Leobald, que también observaba a su lado. Adriana negó con la cabeza a modo de desaprobación. Un reto de esta magnitud le parecía la forma más estúpida de morir, no podía comprender cómo a los hombres les parecía honroso e incluso algo de lo que sentirse orgullosos. La actitud de Godric le pareció injustificada y absurda pero, al fin y al cabo, continuaba siendo aquel chiquillo impulsivo e insensato que debía aprender de la experiencia y de sus errores.
Adriana no quería participar, aunque solo fuera como mera observadora, de aquel espectáculo dantesco, pero se mantuvo cerca de Leobald, preocupada por la seguridad de Godric, sin poder evitar controlar con miradas furtivas el desenlace. Cuando finalmente el duelo se inclinó hacia el ganador, la hechicera soltó un grito ahogado y se tapó los ojos al ver caer al sacerdote. Cuando, segundos después, se descubrió el rostro, su sorpresa fue aún peor de lo que podía imaginar, Ostor abrazando el cuerpo casi decapitado de su amo.
El impulso irrefrenable de salir corriendo hacia el sacerdote que había sentido segundos antes, se vio abruptamente interrumpido por esa visión. Lo sabía, sabía que aquel bicho seguía vivo, sabía que les espiaba en la sombras, escondido, recabando información. Lo que no imaginaba era que Godric lo hubiese permitido sin haberles informado.
Fue testigo de como el resto de sus compañeros le asistían; Khalion y Toctoc calmaban sus heridas mientras Mablung le ayudaba a levantarse del suelo. Adriana, de pie en el quicio de la puerta, inmóvil, clavó su mirada en el sacerdote. Su gesto era interrogante, marcado por la extrañeza, mientras se acercaba al muchacho y se detenía delante de él.
- Me alegro de que estés bien - pero en sus palabras no había esa emoción y alegría que caracterizaban a Adriana. En su lugar, en la profundidad de su mirada azul, una punzada de tristeza, quizá de decepción, asomaba ante la figura del joven; algo se había roto, quizá parte de la confianza forjada durante esas semanas tan intensas. Observó a Ostor sin pronunciar palabra. Después, dirigió su mirada a Börj, igualmente en silencio. Volvió a mirar a Godric una fracción de segundo y se dio la vuelta.
- Se acabó el espectáculo - concluyó, dirigiéndose hacia la puerta del camarote - Leobald, por favor, si eres tan amable, acompáñame al despacho. He descubierto una trampilla que hay que investigar -
Rollback Post to RevisionRollBack
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Mablung fue el primero en atravesar de nuevo el umbral roto que conducía a los aposentos y camarote del capitán, una capa gris, que antaño debería haber colgado de la parte posterior de la puerta, descansaba ahora medio quemada en el suelo, justo a la entrada, tras ella, un amplio pasillo de unos veinte pies de longitud que se abría directamente al camarote principal del barco, en mitad del pasillo, Sigürd, el capitán, reposaba semi-sentado e inconsciente con las manos atadas a través de una infinidad de nudos, en su pecho, un boquete en su armadura de cuero dejaba ver restos de piel quemada a medio cateurizar. Una vez más adentro la estancia se abría hacía la derecha, conservando la parte izquierda como parte de la estructura del casco del navío.
Este camarote estaba limpio y su mobiliario se encontraba en buen estado. Una litera individual, confeccionada con ropa de cama, descansaba su cabeza contra el mamparo que recorría la línea central del barco, junto a un tabique de madera que delimitaba la esquina cerca de la cubierta principal.
Un escritorio estaba colocado contra el casco hacia la popa; donde se podía apreciar un cajón a cada lado y tres bandejas en la parte superior llenas de documentación y papeles. Sobre el escritorio, justo delante de las bandejas, había un tintero, dos plumas, un pequeño cuchillo y un recipiente de peltre que parecía un pimentero. Contra el escritorio se posicionaba una silla de madera de espalda vertical y, junto a ella, un cofre de madera con revestimientos de latón.
Contra el casco, a estribor, se situaba un sofá de cuero acolchado. Frente a él, una alfombra de piel de oso descansa sobre la cubierta, ésta estaba desplazada de su posición original y revelaba una trampilla en el suelo que permanecía oculta hasta hace escasos minutos. Debajo del sofá se podía claramente ver una gran caja de metal. Del techo colgaba un farol de ojo de buey que no está iluminado en estos momentos y que se balanceaba levemente con el devenir del oleaje.
En efecto, como dijo Björn en su momento, no cabía mucha gente en el camarote, pero aún así, Hisssss se adentró detrás del druida ignorando al capitán y se dirigió directamente a su escritorio, comenzando a revisar papeles con sus garras como si buscara algo... el hombre-lagarto parecía ignorar los documentos que contuvieran mucho texto, puesto que si apenas era capaz de hablar el común, sería mucho más difícil aún leerlo.
En cubierta, Hosssss se dirigió hacia la puerta desde donde habían salido originalmente todos los de su raza y emitió un siseante silbido, ... a los pocos segundos, un tímido dragón en miniatura asomó por el umbral, no era mayor que Ostor en tamaño, y tras observar la carnicería del exterior, pareció asustarse, aunque con un gesto de su dueño, el dragoncito se posó sobre su hombro cómodamente mirando con sus reptilianos ojos todo lo que le rodeaba con curiosidad... incluído al pequeño diablillo, que tras asegurarse que Godric estaba más o menos a salvo, desapareció de la vista con su familiar sonido de burbuja explotando y el pequeño deje de aroma a azufre.
Hussssss había subido tras Adso, y se había situado cerca de su compañero, iniciando una conversación entre ellos en un idioma desconocido que arrastraba demasiado las eses... mientras el adolescente acólito, aún intentado controlar sus temblores, se acercó a Khalion y se mantuvo cerca suyo en silencio e intentando estorbar lo mínimo posible.
Cuando Godric se acercó al capitán herido, detectó que sus compañeros había conseguido revivirlo, pero ese hombre había probado las amargas aguas de la muerte... tenía aún moratones en su pecho, y alguna costilla rota, a causa de una reanimación cardíaca de emergencia... pero al final, se había hecho un buen trabajo y el hombre sobreviviría, aunque tardaría en recuperarse, el sacerdote calculó que necesitaría al menos un día entero para recuperar la consciencia.
Khalion vio como el norteño parecía más concentrado en el estado de salud de su hermano que en contestarle, pero finalmente con una rápida mirada y algún que otro gesto discreto, le comunicó que "No habría problemas" ...
Godric sostuvo la mirada de Adriana. En ella se reflejaba vergüenza, culpa y cansancio. No. Hastío. Con voz rasposa le contestó.
- Yo también me alegro que estes bien. Estaba preocupado ya que tardabais demasiado. He intentado mantener a ese ocupado para que no entrara de nuevo y os lo pusiera las difícil. - Godric sabía que no era eso lo que había decepcionado a Adriana - Si, tenemos que hablar. Mucho ha ocurrido desde que nos separamos y no hemos podido. Lo haremos al volver a la posada. Ahora voy a asegurarme que no lo habéis matado y que todo esto no haya servido para nada.-
Apesadumbrado, dolorido y más derrotado por la mirada fría de la elfa que por sus heridas, Godric pasó al lado de Adriana y se adentró en el camarote.
- Con cuidado por favor - le dijo a Hissss - eso - señaló los papeles de la mesa -Es importante para nosotros. Ahora te ayudo - le prometió dirigiendo su atención al herido.
No sin esfuerzo trasladó al inconsciente capitán a la cama. Desató con cuidado las manos de Sigürd para poder vendarle las costillas rotas, tras lavar y aplicar un ungüento en la tremenda herida del pecho también la cubrió con un vendaje. Agradeció esos minutos que pasó concentrado en sanar a alguien herido, su mente pudo focalizarse en la tarea y dejó de darle vueltas a todo durante un breve espacio de tiempo. Ignoró por completo la búsqueda de sus compañeros de más pistas. Finalmente volvió a atar las manos del capitán aunque más para tranquilidad de Leobald y Adriana que por necesidad ya que iba a estar inconsciente bastante tiempo aún.
- Vivirá - le dijo a Björn tras su tratamiento - Ha estado cerca pero se recuperará- miró al nórdico y le lanzó un pequeño bote con otro ungüento. - Pontelo en los golpes. Te aliviará-
Demasiada gente aquí dentro pensó Mablung, mientras sus compañeros accedían al camarote. Mientras el resto buscaban documentos y pruebas para entregar a Bastianes, el druida se fijó en la caja de metal y con esfuerzo la saco de debajo del sofá para verla mejor.-Seguro que aquí hay algo importante- comento mientras la señalaba- os dejaré espacio para que trabajéis, estaré fuera por si hay problemas con la tripulación.-
Tras lo cual volvió a salir y se dirigió al cadáver del mago, seguro que portaba algo. Tras revisarlo decidió investigar su camarote.
Adriana asintió ante las palabras de Godric, dándole a entender que esperaba con anhelo esa conversación. Le parecía un buen chico y estaba segura de que si le había ocultado información tendría sus razones, y estaba deseando escucharlas.
Dejó pasar al sacerdote para que atendiera al capitán y se dirigió directa al despacho, dispuesta a abrir la trampilla.
Rollback Post to RevisionRollBack
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Siete faltaban y no le gustaban las sorpresas. Con la guarda de la cimitarra golpeó una de las puertas mientras usaba la jerga de los bribones para apremiar la salida de toda ratita escondida. -Elegid entre salir y vivir o esconderos y morir.. la nave ha sido abordada y su bandera rendida..- y manteniendo vigiladas las puertas se mantuvo alerta con ambas armas fuera por si las complicaciones llegaban desde cubiertas inferiores o de la barca aún atada al barco donde esperaba poco movimiento del malherido contramaestre.
Con Adso arriba trató de dejarle lo menos expuesto a peligros que pudo, a su vera.-Tranquilo muchacho, has demostrado valor allí abajo, reposa pero no bajes la guardia.-Y tras esto contempló curioso el dragoncillo que acaba de asomar. Mucha gente menuda aparecía en su extraño ecosistema personal.
El resto, mas tranquilo, comprobaba y cuidaba los ya rendidos mientras Khalion, quizá mas experimentado, no podía ceder en su guardia para que la situación no diera un vuelco. De recuperar barco y armas, los contrabandistas jamás tendrían la misma buena fe que los agentes de la corona. Tras señalar la espada que asomaba del petate de Toc-toc con curiosidad, se unió a la exploración del hechicero que tanto dolor y quebraderos le había originado con antelación, agachando su cabeza en señal de reconocimiento y duelo por la muerte de un admirable y peligroso enemigo.
-Requisemos lo que sea que lleve y puedan llegar a usar contra nosotros..-dijo con discreción al druida mientras miraban entre las pertenencias del mago caído.
Leobald obedeció y siguió a Adriana al camarote. Allí y empezó a buscar entre los papeles alguna pista referente a su familia. Algo sabía el capitán, pero por el momento no podía preguntarle.
A TocToc le pareció irónico que Mablung diese lecciones de controlar la furia. Y le observó desaprobadoramente mientras animaba a Godric. Después les siguió con la mirada mientras se adentraban en el camarote. Había demasiada gente en el camarote, pero los papeles inflamaban su curiosidad. Dudó unos momentos y con dolor se decidió a dejarles espacio, nadie iba robar los papeles... Se intentó consolar y autoconvencer a sí mismo.
Ante la muestra de interés por la espada por parte de Khalion TocToc se la pasó. - “Alure” - Dijo con la voz del capitán. - Al esgrimirla parece que entona algunas notas. Es sin duda mágica.
Entonces dibujo un patrón para poder ver las auras mágicas de los objetos y se dispuso a investigar los cadáveres que yacían en la cubierta exterior. – ¿Hemos acabado con todos los tripulantes, o aún quedan más? – Preguntó arrodillado al lado del mago.
Detect magic, y observo por encima los cadaveres.
Cuando Khalion dio a entender que había más contrabandistas TocToc aprestó la ballesta y empezó a buscarles con la mirada. De pronto calló en la cuenta y se movió de estribor a babor, asomándose, buscando un posible bote el que podrían intentar planear escabullirse.
El camarote pareció aligerarse de gente tras la salida de Mablung y de TocToc, Leobald se unió a Hisssss, para examinar los documentos que había caóticamente esparcidos sobre el escritorio del capitán, desorden que contrastaba con el perfecto y ordenado aspecto del resto de la estancia. Lo primero que le llamó la atención, fueron diversas cartas de tres mujeres diferentes escritas desde tres puertos distintos a lo largo de la costa norte del Dragonmeere, que, como tema común, parecían por algún motivo pensar que cada una de ellas era la verdadera y única esposa del capitán..., en ellas se relataba como le echaban de menos y que contaban los días para su vuelta como honrado mercader de especias....
A parte de las tórridas cartas narrando también los fogosos encuentros íntimos de Sigürd con sus diferentes "esposas"... otro documento escrito en un común bastante iletrado, solicitaba un nuevo suministro de artículos de hierro "según los envíos anteriores y en las condiciones acordadas". Éste estaba formado por un tosco pictograma consistente en una cabeza de lagarto con la boca abierta y enseñando una lengua bifurcada. Un tercer pergamino enrollado, desveló al ser desplegado, una especie de solicitud de más "bienes" a entregar con urgencia en los lugares pactados... sin dar muchas más información al respecto.
Hisssss pareció parcialmente interesado en el último documento, en el que pareció reconocer algo... y cuando Leobald terminó de inspeccionarlo se lo guardó en una raída bolsa que llevaba amarrada a un cinturón de cuero de baja calidad, aún así, el hombre lagarto no parecía haber encontrado lo que realmente buscaba puesto que seguía agitando papeles intentando encontrar su objetivo. Cuando el caballero intentó seguir inspeccionado el resto del escritorio, se encontró que los dos cajones que lo componían estaban cerrados... así que dibujó dos opciones en su cabeza, o podía llamar a alguno de sus "hábiles amigos" con experiencia en descubrir "fallos" en las cerraduras, o usar su fuerza bruta potenciada para forzarlos de un tirón...
Mientras el cofre con refuerzos de latón ahora yacía sobre el cómodo sofá del camarote sin atender, Adriana se acercó a la trampilla para comenzar a abrirla con cuidado, ... ésta cedió fácilmente a pesar de su peso, y la alta elfa pudo ver gracias a su visión racial, que la cámara de más abajo parecía otro camarote a oscuras, quizás algo más pequeño que el de Sigürd. Este camarote ocupaba la mitad de la sección de popa de la cubierta inferior, con un mamparo que recorría la línea central del barco. A lo largo de este mamparo, subiendo en dirección a la proa, había un armario cerrado. Una puerta en el mamparo central conducía a la otra parte de la popa y de la cual colgaba una capa azul oscuro. Una litera individual, con la ropa de cama amontonada, estaba colocada contra el casco. A sus pies había un baúl de madera con la tapa cerrada. Bajo la litera se podía vislumbrar con cierta dificultad debido al ángulo de visión de Adriana, una caja de latón, también cerrada.
En el centro de ese camarote también había colocada una mesa de madera lisa atornillada a la cubierta. Sobre ella se observaban dos libros, uno de ellos estaba abierto y apoyado contra el otro. Junto a la mesa yacía una silla de madera. Del techo, sobre la mesa, colgaba un farol igual al del camarote del capitán, apagado.
[En la cubierta principal]
Mablung y Khalion comenzaron a registrar al difunto mago del barco. Punketah, el zafiro del mar, poseía sin duda ricos ropajes, aunque los cortes que le había infligido el enmascarado agente, habían arruinado parte de ellos. En su cinturón, un porta pergaminos cilíndrico parecía contener algún tipo de escrito mágico, pero debido a la lluvia, era preferible confirmarlo dentro de alguno de los camarotes o a cubierto de la humedad. La magia fue confirmada por TocToc, que con ballesta en mano, buscaba desesperadamente un bote extra con el que huir del navío, rodeando al parecer, el enorme bote bocabajo que ocupaba toda la parte central de la cubierta y que el mismo mago había usado de parapeto para lanzar su magia de viento... por alguna razón la carencia de ojos del kenku, y quizás... que la embarcación auxiliar no brillara como un tesoro... opacaban su detección por parte del hombre-cuervo.
Cuando el druida se dispuso a dirigirse al camarote del hechicero, Khalion le pidió que esperara un momento, puesto que sus ojos espectrales y radiantes de un azul casi arcano descubrieron una imperfección en el tacón de una de las botas, ... con cierta agilidad, el cazarrecompensas sacó el calzado de caña alta del inerte y frío pie del cadáver, y con un giro de muñeca descubrió un compartimento secreto... donde una elaborada y diminuta llave tallada en bronce se escondía.
El elfo de los bosques satisfecho con todo lo hallado en el muerto convulso y envenenado, se dispuso a abrir la puerta desde donde había aparecido el magnífico hechicero. Una vez abierta, pudo ver que la entrada se abría a un camarote paralelo y simétrico al de Sigürd. Éste parecía ser uno de los camarotes principales también. El mobiliario y los accesorios eran sin duda de buena calidad, y el lugar estaba ordenado. Una litera individual, con ropa de cama, yacía con la cabeza apoyada en un mamparo que recorría la línea central del barco. Una mesa de madera pulida se encontraba en el centro de la habitación, atornillada, como ya era costumbre, a la cubierta. Sobre la mesa se veía un cuenco de plata con un surtido de frutas, una jarra de plata medio llena de un líquido rojo claro y una copa de plata. Junto a la mesa se colocaban dos sillas de madera y un sillón de cuero acolchado. Hacia la popa de la estancia, había un cofre de madera, con un marco de latón. Junto a él descansaban un par de botas de cuero negro muy pulido. Del centro del techo, por encima de la mesa, colgaba el habitual farol apagado que se usaba para iluminar los camarotes principales.
Todo el mundo parecía ocupado y los marineros restantes seguían sin aparecer. -Quizá la necesites-le dijo al druida y entregándole la llave descubierta. -Buen truco Punketah..- se dijo terminando por taparle con su propia capa a modo de respeto. Como se temía, el mago siempre era escollo difícil de superar y los recursos con los que cuentan siempre complican todo. Necesitaba aprender mas de esa magia par poder afrontarla a futuros.
Echó un vistazo donde debería estar Foul, y subió la escala para no facilitarle el acceso. No tenía ganas de enfrentar la misma amenaza por segunda vez, ni con el contramaestre ni con Bjorn. Recogió y recargó la ballesta que junto al vigía habían caído de las alturas y apuntando al nórdico le señaló el mástil de la nave, sacando una de las cuerdas enrolladas que traía para el abordaje.
-Debo insistir en la completa rendición de la nave.- susurró al desdentado.-Quizá quieras ayudarme a evitar mas derrame de sangre a mi parecer innecesario. LA NAVE HA SIDO CAPTURADA, SALID Y VIVIREIS.
Al no observar a nadie huyendo del barco, TocToc se relajó algo. Entonces observó el bote que yacía en la cubierta. Era difícil huir sin un bote, pero nada impedía que hubiese otro. Con más calma y mirando a su alrededor ando despacio hasta Khalion, para apoyar a su demanda de rendición.
- Puede que uno esté en el mástil, de vigía… otros pueden estar durmiendo – Dijo sacudiéndose el agua que escurria por sus plumas, agitandolas en un rapido movimento.
Antes de adentrarse por el agujero, Adriana buscó con la mirada algo a lo que dotar de luz. Eligió el tintero que reposaba sobre la mesa y que refulgió intensamente cuando utilizó su poder. Lentamente y dirigiendo el haz de luz a todos los rincones oscuros, se adentró en aquel lugar.
- Parece que aquí se esconde otro pequeño camarote; baja cuando hayas acabado, Leobald, es posible que en esta estancia encontremos información -
Se preguntó a quién pertenecería aquella habitación improvisada bajo el suelo del despacho, protegida por la trampilla y la alfombra. Sin duda, algo relevante debía esconderse allí.
Después de asegurarse de que en la estancia no habitaba ningún otro tripulante del barco, comenzó su particular investigación, acercándose a la mesa para revisar los libros y documentos que ésta contenía; su intención era revisar también el armario y el baúl de madera.
Adriana descendió gracias a su agilidad élfica sin problemas hasta el piso del camarote inferior, desde abajo, pudo vislumbrar que la estancia tenía una puerta de salida muy parecida a la que había volado Leobald justo encima de su cabeza. La luz se mezclaba con el oscuro tinte del frasco usado como lámpara, reflejando por toda las paredes un elegante caleidoscopio de brillos y sombras.
Acercándose a la mesa pudo leer con atención los dos títulos, el libro que reposaba abierto, se denominaba "Principios de Navegación" y estaba firmado por un tal Korma, el segundo libro, que tenía sus tapas cerradas, era conocido como "Distinciones legales en las Cartas de Porte" cuyo autor parecía ser otro tal Tazaar. Deslizándose silenciosamente, la alta elfa pasó por delante de un labrado cuerno apostado contra la pared a forma de trofeo, la calidad era excelente y cerca de su base, un reforzamiento metálico, probablemente oro, estaba decorado con imágenes de hermosas mujeres guerreras, con esbeltas alas a sus espaldas. Parecía que esta extraña copa ceremonial, sólo era usada sin duda para beber en ocasiones festivas, y se solía asociar a los hombres del norte.
El cofre de madera que yacía a plena vista, una vez observado de cerca, podía presumir de unas laberínticas grecas talladas en la misma madera, con motivos marinos. Adriana intento abrirlo con suavidad, simplemente para confirmar si estaba cerrado, y éste cedió con un quejumbroso sonido. Dentro se podía hallar un par de botas bien cuidadas, pero más apropiadas para caminar sobre tierra que por las maderas siempre húmedas de un barco, y algunos ropajes también más de ciudad que de alta mar.
Intentando repetir la hazaña con la caja de latón que la hechicera había vislumbrado debajo de la cama, en esta ocasión, si pudo comprobar que estaba cerrada.
Mientras, Khalion gritaba a los cuatro vientos que el barco había sido tomado, pero ninguno de los supuestos marineros restantes, aparecía por ninguna de las siete puertas que conducían a la cubierta principal.
Adriana que haga una tirada de Perception con Dificultad 12
En el privado del combate puse una imagen de la cubierta principal con sus siete puertas, decidme cual exactamente intentáis abrir...
Tras atar fuertemente a Björn al mástil del navío, este pareció contrariado, como si fuera expuesto como un trofeo de guerra justo en mitad de su propia embarcación, ... no dijo nada, y a pesar de que el norteño sacaba más de una cabeza a Khalion, solo emitió un gruñido de desaprobación con éste acabó de amarrarlo.
Unos metros por debajo, Adriana paseaba por el nuevo camarote envuelto en penumbra y sólamente iluminado por su encantado tintero. La alta elfa parecía analizar cada detalle de aquel lugar, intentando sacar sus propias conclusiones. Algo, le llamaba poderosamente la atención junto al mamparo de popa. Con delicadeza, y pasos seguros y silenciosos, la mujer de cabello de fuego se acercó a la pared de madera que acotaba la estancia por esa orientación y pasó suavemente su mano por la superficie, sintiendo el áspero material rozar la yema de sus dedos. Mirando hacía el techo, y ubicando la escotilla por la que había descendido, Adriana comenzó a elucubrar lo que le chocaba del espacio que estaba habitando, sin duda el camarote era más pequeño que el superior, pero debería ser una imagen perfecta en planta al superior, sólo que un piso por debajo, ... su inteligencia comenzó a hacer rápidos cálculos sin apenas esfuerzo, y dedujo que faltaban aún casi ocho pies cuadrados de superficie.
Mirando hacia el suelo encontró por fin la confirmación que necesitaba, unas pequeñas ralladuras paralelas al mamparo le indicaba que de algún modo podía deslizarse, probablemente desvelando una pequeña habitación que habría sin duda detrás... sólo tenía que encontrar como funcionaba el mecanismo, ... así que palpando con cuidado el resto del muro, encontró muy bien oculta una diminuta palanca que activaba el acceso secreto... ¿sería suficientemente arrojada para hacerlo? ¿qué podría encontrarse al otro lado? ...
Khalion reprodujo los gestos del hombre lagarto a TocToc. Una mano con sus cinco dedos y otros dos adicionales. Esos faltaban, seguro conjurando contra las acciones dela corona. Comprobado el estado de Faul y asegurado el segundo de abordo al mastil.
-Nada personal.. -dijo a Bjorn mientras le ataba- tus hombres han decidido entre libertad o encarar penas de la corona. Que así sea pero sin tutela..-y colocó un jirón de tela en su boca para evitar desavenencias.- Han decidido su destino..
Con curiosidad e ignorando un poco lo que pasaba en el camarote del capitán, Mablung accedió al camarote del mago buscando donde podría encajar la pequeña llave que llevaba oculta y que Khalion había descubierto.
Primero reviso la mesa, por si tuviese algún cajón o compartimento oculto, luego paso al arcón donde busco algún signo o símbolo que indicase alguna trampa, era un mago entre piratas después de todo, y por último cogió las botas negras, con un poco de suerte le valdrían a Godric, pensó Mablung, el chaval se merecía algo mejor que la reprobación de Adriana tras el duelo.
Una vez hubo terminado con el capitán, y tras vaciar los bolsillos del mismo y quitarle cinturón y botas para que estuviera más cómodo, Godric se unió a Hisssss en su búsqueda de aquello que les había sido arrebatado.
- No te preocupes estará por aquí. Si no, seguro que mis compañeros ahí abajo - dijo señalando la trampilla por donde habían bajado Adriana y Leobald lo encuentran -
TocToc abrió los ojos ante la muestra de irracionalidad de Godric. Era por la influencia de Ostor? Había sido siempre así el joven Godric?. Pensó en detenerles pero la lluvia de golpes estaba siendo tan rápida que apenas acertó a dar un par de pasos mirando a Mablung y Leobald.
- Es un prisionero. Este combate no tiene sentido...
Al final cuando Godric calló se acercó a él para estabilizar su vida. El golpe final del bárbaro hizo que se le encogiese el corazón, pero al ver que no lo ejecutaba sintió alivio. Arrodillado frente al cuerpo de Godric lanzó un conjuro que cerró sus heridas más profundas y detuvo el sangrado. Una vez más una angulosa runa dibujada en su frente significaba el conjuro.
Zevatur, Rolthos
-Buen duelo- dijo Mablung e inclinó la cabeza en señal de respeto hacia el ganador para acto seguido recoger sus hachas y alejarlas de su peligroso dueño. - Las guardaré hasta que vuestro destino sea aclarado- dijo con respeto a Bjorn.
Luego ayudo a levantarse a Godric mientras decía:- Arriba, aún tiene que mucho que aprender si pretendes luchar con furia y ya tienes la primera lección, tu debes controlar la furia no al revés, o ya sabes cuál puede ser el resultado.- Con una sonrisa pícara susurró al oído del clérigo:- Le diremos a Adriana que lo valiente que fuiste dejando de lado la inconsciencia de tu duelo-.
Una vez asegurado que Godric podia mantenerse más o menos erguido, se dirigió hacia el camarote del capitán para ver cómo estaban las cosas ahí dentro.
Godric vio el hacha de Björn dirigirse a su cuello a cámara lenta. Sabía lo que iba a pasar y durante una fracción de segundo no le importó. Casi lo agradeció. Mientras caía al suelo, su pecho regado con su propia sangre, su mente vagó hacia ella. Con su último resquicio de consciencia se sorprendió al visualizar su rostro.
Un calor recorrió su cuello y volvió a respirar. El dolor en su garganta era punzante y el sabor a sangre, su sangre, casi le hizo vomitar.
Escuchó voces en la lejanía y algo más de calor calmó sus dolores en la garganta y en otras heridas graves. La lluvia que caía incesante sobre sus ojos cerrados y le obligaran a parpadear. Tosió y escupió sangre y vio cerca de él a Khalion, Toc-Toc, Ostor y Mablung. Con ayuda de este último se levantó y, aún mareado, le agradeció sus palabras y se sonrojó al nombrar a Adriana. Intentó dar la gracias a Khalion y Toc-toc por su ayuda pero las palabras apenas salieron por su aún dañada garganta. Tocó de nuevo su símbolo sagrado, mancillado por la sangre del acólito, y sus heridas sanaron un poco más. Parte de la energía revitalizadora se repartió entre el resto del grupo por si habían sufrido alguna herida en el combate.
Sin decir nada, se separó de sus amigos y se dirigió renqueaste hasta Björn.
Le miró fijamente a los ojos y con voz rasposa le dijo.
- Björn. - pausa - Bien luchando. Haré lo que esté en mi mano para que tu hermano sobreviva a estas heridas-
Sin más, volvió a por su zurrón y le indicó a Hissss que le siguiera al interior del camarote para buscar aquello que les habían arrebatado y atender las heridas del capitán con sus conocimientos médicos.
PbP Character: A few ;)
La alta elfa se afanaba intentando atar las manos del capitán con alguna soga que había encontrado en el camarote. Con delicadeza, pasó la cuerda por ambas muñecas, tratando las extremidades del ahora reo con suavidad, más como las de un enfermo que como las de un prisionero peligroso.
Pudo escuchar cómo la puerta se abría, dirigiendo su mirada fugazmente hacia el exterior mientras intentaba hacer un nudo sobre otro, los máximos que pudiera, para paliar la falta de fuerza de sus escuálidos brazos. La voz de Börj acudió clara y cristalina a sus oídos, helando su sangre con aquellas amenazas directas, pero aún no tenía tiempo para responderle o prestarle atención. Y luego, otros comentarios de sus compañeros, pero no de lucha, parecía que estaban entablando una conversación, ¿un duelo pactado entre Godric y Börj? ¿Por qué querrían hacer algo así? Todo parecía confuso ahí fuera.
Después de un buen rato que para cualquier otro hubiese consumido unos pocos minutos, y tras asegurarse de que Sigürd se mantenía en una posición cómoda pero convenientemente maniatado, Adriana pudo por fin acercarse a la salida.
Lo que se encontró fue, efectivamente, lo que se temía. Godric y Börj enzarzados en una especie de lance de honor, mientras sus compañeros admiraban el espectáculo expectantes.
- ¡Pero qué está sucediendo aquí? ¿han perdido la razón? - susurró a Leobald, que también observaba a su lado. Adriana negó con la cabeza a modo de desaprobación. Un reto de esta magnitud le parecía la forma más estúpida de morir, no podía comprender cómo a los hombres les parecía honroso e incluso algo de lo que sentirse orgullosos. La actitud de Godric le pareció injustificada y absurda pero, al fin y al cabo, continuaba siendo aquel chiquillo impulsivo e insensato que debía aprender de la experiencia y de sus errores.
Adriana no quería participar, aunque solo fuera como mera observadora, de aquel espectáculo dantesco, pero se mantuvo cerca de Leobald, preocupada por la seguridad de Godric, sin poder evitar controlar con miradas furtivas el desenlace. Cuando finalmente el duelo se inclinó hacia el ganador, la hechicera soltó un grito ahogado y se tapó los ojos al ver caer al sacerdote. Cuando, segundos después, se descubrió el rostro, su sorpresa fue aún peor de lo que podía imaginar, Ostor abrazando el cuerpo casi decapitado de su amo.
El impulso irrefrenable de salir corriendo hacia el sacerdote que había sentido segundos antes, se vio abruptamente interrumpido por esa visión. Lo sabía, sabía que aquel bicho seguía vivo, sabía que les espiaba en la sombras, escondido, recabando información. Lo que no imaginaba era que Godric lo hubiese permitido sin haberles informado.
Fue testigo de como el resto de sus compañeros le asistían; Khalion y Toctoc calmaban sus heridas mientras Mablung le ayudaba a levantarse del suelo. Adriana, de pie en el quicio de la puerta, inmóvil, clavó su mirada en el sacerdote. Su gesto era interrogante, marcado por la extrañeza, mientras se acercaba al muchacho y se detenía delante de él.
- Me alegro de que estés bien - pero en sus palabras no había esa emoción y alegría que caracterizaban a Adriana. En su lugar, en la profundidad de su mirada azul, una punzada de tristeza, quizá de decepción, asomaba ante la figura del joven; algo se había roto, quizá parte de la confianza forjada durante esas semanas tan intensas. Observó a Ostor sin pronunciar palabra. Después, dirigió su mirada a Börj, igualmente en silencio. Volvió a mirar a Godric una fracción de segundo y se dio la vuelta.
- Se acabó el espectáculo - concluyó, dirigiéndose hacia la puerta del camarote - Leobald, por favor, si eres tan amable, acompáñame al despacho. He descubierto una trampilla que hay que investigar -
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Mablung fue el primero en atravesar de nuevo el umbral roto que conducía a los aposentos y camarote del capitán, una capa gris, que antaño debería haber colgado de la parte posterior de la puerta, descansaba ahora medio quemada en el suelo, justo a la entrada, tras ella, un amplio pasillo de unos veinte pies de longitud que se abría directamente al camarote principal del barco, en mitad del pasillo, Sigürd, el capitán, reposaba semi-sentado e inconsciente con las manos atadas a través de una infinidad de nudos, en su pecho, un boquete en su armadura de cuero dejaba ver restos de piel quemada a medio cateurizar. Una vez más adentro la estancia se abría hacía la derecha, conservando la parte izquierda como parte de la estructura del casco del navío.
Este camarote estaba limpio y su mobiliario se encontraba en buen estado. Una litera individual, confeccionada con ropa de cama, descansaba su cabeza contra el mamparo que recorría la línea central del barco, junto a un tabique de madera que delimitaba la esquina cerca de la cubierta principal.
Un escritorio estaba colocado contra el casco hacia la popa; donde se podía apreciar un cajón a cada lado y tres bandejas en la parte superior llenas de documentación y papeles. Sobre el escritorio, justo delante de las bandejas, había un tintero, dos plumas, un pequeño cuchillo y un recipiente de peltre que parecía un pimentero. Contra el escritorio se posicionaba una silla de madera de espalda vertical y, junto a ella, un cofre de madera con revestimientos de latón.
Contra el casco, a estribor, se situaba un sofá de cuero acolchado. Frente a él, una alfombra de piel de oso descansa sobre la cubierta, ésta estaba desplazada de su posición original y revelaba una trampilla en el suelo que permanecía oculta hasta hace escasos minutos. Debajo del sofá se podía claramente ver una gran caja de metal. Del techo colgaba un farol de ojo de buey que no está iluminado en estos momentos y que se balanceaba levemente con el devenir del oleaje.
En efecto, como dijo Björn en su momento, no cabía mucha gente en el camarote, pero aún así, Hisssss se adentró detrás del druida ignorando al capitán y se dirigió directamente a su escritorio, comenzando a revisar papeles con sus garras como si buscara algo... el hombre-lagarto parecía ignorar los documentos que contuvieran mucho texto, puesto que si apenas era capaz de hablar el común, sería mucho más difícil aún leerlo.
En cubierta, Hosssss se dirigió hacia la puerta desde donde habían salido originalmente todos los de su raza y emitió un siseante silbido, ... a los pocos segundos, un tímido dragón en miniatura asomó por el umbral, no era mayor que Ostor en tamaño, y tras observar la carnicería del exterior, pareció asustarse, aunque con un gesto de su dueño, el dragoncito se posó sobre su hombro cómodamente mirando con sus reptilianos ojos todo lo que le rodeaba con curiosidad... incluído al pequeño diablillo, que tras asegurarse que Godric estaba más o menos a salvo, desapareció de la vista con su familiar sonido de burbuja explotando y el pequeño deje de aroma a azufre.
Hussssss había subido tras Adso, y se había situado cerca de su compañero, iniciando una conversación entre ellos en un idioma desconocido que arrastraba demasiado las eses... mientras el adolescente acólito, aún intentado controlar sus temblores, se acercó a Khalion y se mantuvo cerca suyo en silencio e intentando estorbar lo mínimo posible.
Cuando Godric se acercó al capitán herido, detectó que sus compañeros había conseguido revivirlo, pero ese hombre había probado las amargas aguas de la muerte... tenía aún moratones en su pecho, y alguna costilla rota, a causa de una reanimación cardíaca de emergencia... pero al final, se había hecho un buen trabajo y el hombre sobreviviría, aunque tardaría en recuperarse, el sacerdote calculó que necesitaría al menos un día entero para recuperar la consciencia.
Khalion vio como el norteño parecía más concentrado en el estado de salud de su hermano que en contestarle, pero finalmente con una rápida mirada y algún que otro gesto discreto, le comunicó que "No habría problemas" ...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Godric sostuvo la mirada de Adriana.
En ella se reflejaba vergüenza, culpa y cansancio. No. Hastío.
Con voz rasposa le contestó.
- Yo también me alegro que estes bien. Estaba preocupado ya que tardabais demasiado. He intentado mantener a ese ocupado para que no entrara de nuevo y os lo pusiera las difícil. - Godric sabía que no era eso lo que había decepcionado a Adriana - Si, tenemos que hablar. Mucho ha ocurrido desde que nos separamos y no hemos podido. Lo haremos al volver a la posada. Ahora voy a asegurarme que no lo habéis matado y que todo esto no haya servido para nada.-
Apesadumbrado, dolorido y más derrotado por la mirada fría de la elfa que por sus heridas, Godric pasó al lado de Adriana y se adentró en el camarote.
- Con cuidado por favor - le dijo a Hissss - eso - señaló los papeles de la mesa -Es importante para nosotros. Ahora te ayudo - le prometió dirigiendo su atención al herido.
No sin esfuerzo trasladó al inconsciente capitán a la cama. Desató con cuidado las manos de Sigürd para poder vendarle las costillas rotas, tras lavar y aplicar un ungüento en la tremenda herida del pecho también la cubrió con un vendaje. Agradeció esos minutos que pasó concentrado en sanar a alguien herido, su mente pudo focalizarse en la tarea y dejó de darle vueltas a todo durante un breve espacio de tiempo. Ignoró por completo la búsqueda de sus compañeros de más pistas.
Finalmente volvió a atar las manos del capitán aunque más para tranquilidad de Leobald y Adriana que por necesidad ya que iba a estar inconsciente bastante tiempo aún.
- Vivirá - le dijo a Björn tras su tratamiento - Ha estado cerca pero se recuperará- miró al nórdico y le lanzó un pequeño bote con otro ungüento.
- Pontelo en los golpes. Te aliviará-
Y se unió a Hissss en su búsqueda.
PbP Character: A few ;)
Demasiada gente aquí dentro pensó Mablung, mientras sus compañeros accedían al camarote. Mientras el resto buscaban documentos y pruebas para entregar a Bastianes, el druida se fijó en la caja de metal y con esfuerzo la saco de debajo del sofá para verla mejor.-Seguro que aquí hay algo importante- comento mientras la señalaba- os dejaré espacio para que trabajéis, estaré fuera por si hay problemas con la tripulación.-
Tras lo cual volvió a salir y se dirigió al cadáver del mago, seguro que portaba algo. Tras revisarlo decidió investigar su camarote.
Adriana asintió ante las palabras de Godric, dándole a entender que esperaba con anhelo esa conversación. Le parecía un buen chico y estaba segura de que si le había ocultado información tendría sus razones, y estaba deseando escucharlas.
Dejó pasar al sacerdote para que atendiera al capitán y se dirigió directa al despacho, dispuesta a abrir la trampilla.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Siete faltaban y no le gustaban las sorpresas. Con la guarda de la cimitarra golpeó una de las puertas mientras usaba la jerga de los bribones para apremiar la salida de toda ratita escondida. -Elegid entre salir y vivir o esconderos y morir.. la nave ha sido abordada y su bandera rendida..- y manteniendo vigiladas las puertas se mantuvo alerta con ambas armas fuera por si las complicaciones llegaban desde cubiertas inferiores o de la barca aún atada al barco donde esperaba poco movimiento del malherido contramaestre.
Con Adso arriba trató de dejarle lo menos expuesto a peligros que pudo, a su vera.-Tranquilo muchacho, has demostrado valor allí abajo, reposa pero no bajes la guardia.-Y tras esto contempló curioso el dragoncillo que acaba de asomar. Mucha gente menuda aparecía en su extraño ecosistema personal.
El resto, mas tranquilo, comprobaba y cuidaba los ya rendidos mientras Khalion, quizá mas experimentado, no podía ceder en su guardia para que la situación no diera un vuelco. De recuperar barco y armas, los contrabandistas jamás tendrían la misma buena fe que los agentes de la corona. Tras señalar la espada que asomaba del petate de Toc-toc con curiosidad, se unió a la exploración del hechicero que tanto dolor y quebraderos le había originado con antelación, agachando su cabeza en señal de reconocimiento y duelo por la muerte de un admirable y peligroso enemigo.
-Requisemos lo que sea que lleve y puedan llegar a usar contra nosotros..- dijo con discreción al druida mientras miraban entre las pertenencias del mago caído.
Leobald obedeció y siguió a Adriana al camarote. Allí y empezó a buscar entre los papeles alguna pista referente a su familia. Algo sabía el capitán, pero por el momento no podía preguntarle.
A TocToc le pareció irónico que Mablung diese lecciones de controlar la furia. Y le observó desaprobadoramente mientras animaba a Godric. Después les siguió con la mirada mientras se adentraban en el camarote. Había demasiada gente en el camarote, pero los papeles inflamaban su curiosidad. Dudó unos momentos y con dolor se decidió a dejarles espacio, nadie iba robar los papeles... Se intentó consolar y autoconvencer a sí mismo.
Ante la muestra de interés por la espada por parte de Khalion TocToc se la pasó. - “Alure” - Dijo con la voz del capitán. - Al esgrimirla parece que entona algunas notas. Es sin duda mágica.
Entonces dibujo un patrón para poder ver las auras mágicas de los objetos y se dispuso a investigar los cadáveres que yacían en la cubierta exterior. – ¿Hemos acabado con todos los tripulantes, o aún quedan más? – Preguntó arrodillado al lado del mago.
Detect magic, y observo por encima los cadaveres.
Cuando Khalion dio a entender que había más contrabandistas TocToc aprestó la ballesta y empezó a buscarles con la mirada. De pronto calló en la cuenta y se movió de estribor a babor, asomándose, buscando un posible bote el que podrían intentar planear escabullirse.
Zevatur, Rolthos
[Habitación de Sigürd]
El camarote pareció aligerarse de gente tras la salida de Mablung y de TocToc, Leobald se unió a Hisssss, para examinar los documentos que había caóticamente esparcidos sobre el escritorio del capitán, desorden que contrastaba con el perfecto y ordenado aspecto del resto de la estancia. Lo primero que le llamó la atención, fueron diversas cartas de tres mujeres diferentes escritas desde tres puertos distintos a lo largo de la costa norte del Dragonmeere, que, como tema común, parecían por algún motivo pensar que cada una de ellas era la verdadera y única esposa del capitán..., en ellas se relataba como le echaban de menos y que contaban los días para su vuelta como honrado mercader de especias....
A parte de las tórridas cartas narrando también los fogosos encuentros íntimos de Sigürd con sus diferentes "esposas"... otro documento escrito en un común bastante iletrado, solicitaba un nuevo suministro de artículos de hierro "según los envíos anteriores y en las condiciones acordadas". Éste estaba formado por un tosco pictograma consistente en una cabeza de lagarto con la boca abierta y enseñando una lengua bifurcada. Un tercer pergamino enrollado, desveló al ser desplegado, una especie de solicitud de más "bienes" a entregar con urgencia en los lugares pactados... sin dar muchas más información al respecto.
Hisssss pareció parcialmente interesado en el último documento, en el que pareció reconocer algo... y cuando Leobald terminó de inspeccionarlo se lo guardó en una raída bolsa que llevaba amarrada a un cinturón de cuero de baja calidad, aún así, el hombre lagarto no parecía haber encontrado lo que realmente buscaba puesto que seguía agitando papeles intentando encontrar su objetivo. Cuando el caballero intentó seguir inspeccionado el resto del escritorio, se encontró que los dos cajones que lo componían estaban cerrados... así que dibujó dos opciones en su cabeza, o podía llamar a alguno de sus "hábiles amigos" con experiencia en descubrir "fallos" en las cerraduras, o usar su fuerza bruta potenciada para forzarlos de un tirón...
Mientras el cofre con refuerzos de latón ahora yacía sobre el cómodo sofá del camarote sin atender, Adriana se acercó a la trampilla para comenzar a abrirla con cuidado, ... ésta cedió fácilmente a pesar de su peso, y la alta elfa pudo ver gracias a su visión racial, que la cámara de más abajo parecía otro camarote a oscuras, quizás algo más pequeño que el de Sigürd. Este camarote ocupaba la mitad de la sección de popa de la cubierta inferior, con un mamparo que recorría la línea central del barco. A lo largo de este mamparo, subiendo en dirección a la proa, había un armario cerrado. Una puerta en el mamparo central conducía a la otra parte de la popa y de la cual colgaba una capa azul oscuro. Una litera individual, con la ropa de cama amontonada, estaba colocada contra el casco. A sus pies había un baúl de madera con la tapa cerrada. Bajo la litera se podía vislumbrar con cierta dificultad debido al ángulo de visión de Adriana, una caja de latón, también cerrada.
En el centro de ese camarote también había colocada una mesa de madera lisa atornillada a la cubierta. Sobre ella se observaban dos libros, uno de ellos estaba abierto y apoyado contra el otro. Junto a la mesa yacía una silla de madera. Del techo, sobre la mesa, colgaba un farol igual al del camarote del capitán, apagado.
[En la cubierta principal]
Mablung y Khalion comenzaron a registrar al difunto mago del barco. Punketah, el zafiro del mar, poseía sin duda ricos ropajes, aunque los cortes que le había infligido el enmascarado agente, habían arruinado parte de ellos. En su cinturón, un porta pergaminos cilíndrico parecía contener algún tipo de escrito mágico, pero debido a la lluvia, era preferible confirmarlo dentro de alguno de los camarotes o a cubierto de la humedad. La magia fue confirmada por TocToc, que con ballesta en mano, buscaba desesperadamente un bote extra con el que huir del navío, rodeando al parecer, el enorme bote bocabajo que ocupaba toda la parte central de la cubierta y que el mismo mago había usado de parapeto para lanzar su magia de viento... por alguna razón la carencia de ojos del kenku, y quizás... que la embarcación auxiliar no brillara como un tesoro... opacaban su detección por parte del hombre-cuervo.
Cuando el druida se dispuso a dirigirse al camarote del hechicero, Khalion le pidió que esperara un momento, puesto que sus ojos espectrales y radiantes de un azul casi arcano descubrieron una imperfección en el tacón de una de las botas, ... con cierta agilidad, el cazarrecompensas sacó el calzado de caña alta del inerte y frío pie del cadáver, y con un giro de muñeca descubrió un compartimento secreto... donde una elaborada y diminuta llave tallada en bronce se escondía.
El elfo de los bosques satisfecho con todo lo hallado en el muerto convulso y envenenado, se dispuso a abrir la puerta desde donde había aparecido el magnífico hechicero. Una vez abierta, pudo ver que la entrada se abría a un camarote paralelo y simétrico al de Sigürd. Éste parecía ser uno de los camarotes principales también. El mobiliario y los accesorios eran sin duda de buena calidad, y el lugar estaba ordenado. Una litera individual, con ropa de cama, yacía con la cabeza apoyada en un mamparo que recorría la línea central del barco. Una mesa de madera pulida se encontraba en el centro de la habitación, atornillada, como ya era costumbre, a la cubierta. Sobre la mesa se veía un cuenco de plata con un surtido de frutas, una jarra de plata medio llena de un líquido rojo claro y una copa de plata. Junto a la mesa se colocaban dos sillas de madera y un sillón de cuero acolchado. Hacia la popa de la estancia, había un cofre de madera, con un marco de latón. Junto a él descansaban un par de botas de cuero negro muy pulido. Del centro del techo, por encima de la mesa, colgaba el habitual farol apagado que se usaba para iluminar los camarotes principales.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Todo el mundo parecía ocupado y los marineros restantes seguían sin aparecer. -Quizá la necesites- le dijo al druida y entregándole la llave descubierta. -Buen truco Punketah..- se dijo terminando por taparle con su propia capa a modo de respeto. Como se temía, el mago siempre era escollo difícil de superar y los recursos con los que cuentan siempre complican todo. Necesitaba aprender mas de esa magia par poder afrontarla a futuros.
Echó un vistazo donde debería estar Foul, y subió la escala para no facilitarle el acceso. No tenía ganas de enfrentar la misma amenaza por segunda vez, ni con el contramaestre ni con Bjorn. Recogió y recargó la ballesta que junto al vigía habían caído de las alturas y apuntando al nórdico le señaló el mástil de la nave, sacando una de las cuerdas enrolladas que traía para el abordaje.
-Debo insistir en la completa rendición de la nave.- susurró al desdentado.-Quizá quieras ayudarme a evitar mas derrame de sangre a mi parecer innecesario. LA NAVE HA SIDO CAPTURADA, SALID Y VIVIREIS.
Al no observar a nadie huyendo del barco, TocToc se relajó algo. Entonces observó el bote que yacía en la cubierta. Era difícil huir sin un bote, pero nada impedía que hubiese otro. Con más calma y mirando a su alrededor ando despacio hasta Khalion, para apoyar a su demanda de rendición.
- Puede que uno esté en el mástil, de vigía… otros pueden estar durmiendo – Dijo sacudiéndose el agua que escurria por sus plumas, agitandolas en un rapido movimento.
Zevatur, Rolthos
Antes de adentrarse por el agujero, Adriana buscó con la mirada algo a lo que dotar de luz. Eligió el tintero que reposaba sobre la mesa y que refulgió intensamente cuando utilizó su poder. Lentamente y dirigiendo el haz de luz a todos los rincones oscuros, se adentró en aquel lugar.
- Parece que aquí se esconde otro pequeño camarote; baja cuando hayas acabado, Leobald, es posible que en esta estancia encontremos información -
Se preguntó a quién pertenecería aquella habitación improvisada bajo el suelo del despacho, protegida por la trampilla y la alfombra. Sin duda, algo relevante debía esconderse allí.
Después de asegurarse de que en la estancia no habitaba ningún otro tripulante del barco, comenzó su particular investigación, acercándose a la mesa para revisar los libros y documentos que ésta contenía; su intención era revisar también el armario y el baúl de madera.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Adriana descendió gracias a su agilidad élfica sin problemas hasta el piso del camarote inferior, desde abajo, pudo vislumbrar que la estancia tenía una puerta de salida muy parecida a la que había volado Leobald justo encima de su cabeza. La luz se mezclaba con el oscuro tinte del frasco usado como lámpara, reflejando por toda las paredes un elegante caleidoscopio de brillos y sombras.
Acercándose a la mesa pudo leer con atención los dos títulos, el libro que reposaba abierto, se denominaba "Principios de Navegación" y estaba firmado por un tal Korma, el segundo libro, que tenía sus tapas cerradas, era conocido como "Distinciones legales en las Cartas de Porte" cuyo autor parecía ser otro tal Tazaar. Deslizándose silenciosamente, la alta elfa pasó por delante de un labrado cuerno apostado contra la pared a forma de trofeo, la calidad era excelente y cerca de su base, un reforzamiento metálico, probablemente oro, estaba decorado con imágenes de hermosas mujeres guerreras, con esbeltas alas a sus espaldas. Parecía que esta extraña copa ceremonial, sólo era usada sin duda para beber en ocasiones festivas, y se solía asociar a los hombres del norte.
El cofre de madera que yacía a plena vista, una vez observado de cerca, podía presumir de unas laberínticas grecas talladas en la misma madera, con motivos marinos. Adriana intento abrirlo con suavidad, simplemente para confirmar si estaba cerrado, y éste cedió con un quejumbroso sonido. Dentro se podía hallar un par de botas bien cuidadas, pero más apropiadas para caminar sobre tierra que por las maderas siempre húmedas de un barco, y algunos ropajes también más de ciudad que de alta mar.
Intentando repetir la hazaña con la caja de latón que la hechicera había vislumbrado debajo de la cama, en esta ocasión, si pudo comprobar que estaba cerrada.
Mientras, Khalion gritaba a los cuatro vientos que el barco había sido tomado, pero ninguno de los supuestos marineros restantes, aparecía por ninguna de las siete puertas que conducían a la cubierta principal.
Adriana que haga una tirada de Perception con Dificultad 12
" ¡Oh la Oscuridad...! "
TocToc miró a Khalion - ¿Estas seguro de que había mas marineros? - Preguntó temeroso de su críptica respuesta.
- Quizás estén tras estas puertas... - Se acercó a la más cercana y llamó a Khalion para en cuanto llegase tratar de abrirla.
Zevatur, Rolthos
En el privado del combate puse una imagen de la cubierta principal con sus siete puertas, decidme cual exactamente intentáis abrir...
Tras atar fuertemente a Björn al mástil del navío, este pareció contrariado, como si fuera expuesto como un trofeo de guerra justo en mitad de su propia embarcación, ... no dijo nada, y a pesar de que el norteño sacaba más de una cabeza a Khalion, solo emitió un gruñido de desaprobación con éste acabó de amarrarlo.
Unos metros por debajo, Adriana paseaba por el nuevo camarote envuelto en penumbra y sólamente iluminado por su encantado tintero. La alta elfa parecía analizar cada detalle de aquel lugar, intentando sacar sus propias conclusiones. Algo, le llamaba poderosamente la atención junto al mamparo de popa. Con delicadeza, y pasos seguros y silenciosos, la mujer de cabello de fuego se acercó a la pared de madera que acotaba la estancia por esa orientación y pasó suavemente su mano por la superficie, sintiendo el áspero material rozar la yema de sus dedos. Mirando hacía el techo, y ubicando la escotilla por la que había descendido, Adriana comenzó a elucubrar lo que le chocaba del espacio que estaba habitando, sin duda el camarote era más pequeño que el superior, pero debería ser una imagen perfecta en planta al superior, sólo que un piso por debajo, ... su inteligencia comenzó a hacer rápidos cálculos sin apenas esfuerzo, y dedujo que faltaban aún casi ocho pies cuadrados de superficie.
Mirando hacia el suelo encontró por fin la confirmación que necesitaba, unas pequeñas ralladuras paralelas al mamparo le indicaba que de algún modo podía deslizarse, probablemente desvelando una pequeña habitación que habría sin duda detrás... sólo tenía que encontrar como funcionaba el mecanismo, ... así que palpando con cuidado el resto del muro, encontró muy bien oculta una diminuta palanca que activaba el acceso secreto... ¿sería suficientemente arrojada para hacerlo? ¿qué podría encontrarse al otro lado? ...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Khalion reprodujo los gestos del hombre lagarto a TocToc. Una mano con sus cinco dedos y otros dos adicionales. Esos faltaban, seguro conjurando contra las acciones dela corona. Comprobado el estado de Faul y asegurado el segundo de abordo al mastil.
-Nada personal.. -dijo a Bjorn mientras le ataba- tus hombres han decidido entre libertad o encarar penas de la corona. Que así sea pero sin tutela..- y colocó un jirón de tela en su boca para evitar desavenencias.- Han decidido su destino..
Con curiosidad e ignorando un poco lo que pasaba en el camarote del capitán, Mablung accedió al camarote del mago buscando donde podría encajar la pequeña llave que llevaba oculta y que Khalion había descubierto.
Primero reviso la mesa, por si tuviese algún cajón o compartimento oculto, luego paso al arcón donde busco algún signo o símbolo que indicase alguna trampa, era un mago entre piratas después de todo, y por último cogió las botas negras, con un poco de suerte le valdrían a Godric, pensó Mablung, el chaval se merecía algo mejor que la reprobación de Adriana tras el duelo.
Una vez hubo terminado con el capitán, y tras vaciar los bolsillos del mismo y quitarle cinturón y botas para que estuviera más cómodo, Godric se unió a Hisssss en su búsqueda de aquello que les había sido arrebatado.
- No te preocupes estará por aquí. Si no, seguro que mis compañeros ahí abajo - dijo señalando la trampilla por donde habían bajado Adriana y Leobald lo encuentran -
PbP Character: A few ;)