Leobald, había guardado silencio en la discusión sobre los documentos, aunque no concebía otra cosa mejor que entregarlos a Bastianes. Le conmovió sin embargo el alegato de Khalion contra la tiranía, a pesar de estar equivocado. Cualquiera que supiese escuchar podía entender que el fondo de su argumentario tenía que ver con asuntos personales que le tocaban demasiado profundamente. Por otra parte, no se fiaba de Godric desde que les engañara y encubriera al imp, pero no podía hacer otra cosa que tratar de dar al muchacho la oportunidad de obrar adecuadamente. Mientras Khalion y Godric discutían, revisó discretamente documentos y pagarés, tratando de hacer un inventario mental antes de dejarlos donde estaban. Tendría que confiar en que nada se extraviase.
Durante el camino a Ghosfinger tampoco abrió la boca. La torre del faro fantasmal se irgió entre las nubes de tormenta como dando la bienvenida a sus reos. Una vez más tuvo que ponerse del lado de Godric cuando Broser trató de menospreciar al hobgoblin. Tal como él lo veía era todos o ninguno. Esa era su única fuerza.
—Agradecemos el ofrecimiento pero los viejos barracones bastarán —asintió con amabilidad a Broser—. En cuanto sea posible deberíamos ver al Capitán Bastianes. Tenemos novedades que compartir con él.
La mirada de Adriana centelleó incrementando la intensidad de su color azul cielo mientras observaba aquellos objetos. Sin duda poseían propiedades mágicas y parecían ser artefactos de gran valor, razón de más para autoafirmar su opinión de devolverlos a sus legítimos dueños.
Escuchó la historia de Godric en silencio, asintiendo con la cabeza para darle a entender que comprendía sus justificaciones. No obstante, la alta elfa seguía convencida de que apoderarse de ellos no era lo correcto.
- Godric, querido - le habló con cariño, como lo habría hecho con un hermano pequeño - entiendo el entusiasmo y la ilusión que te produce poseer este artefacto pero… ¿y si no es este su destino? ¿Y si se cruzó en tu camino precisamente para que fueras el elegido de devolverlo a la iglesia de tu Dios? ¿No crees que deben ser ellos los que dicten su futuro y elijan las manos que deben portarlo? Si así está escrito, no deberías temer, los sacerdotes de Lathander te lo entregarán. Por favor, considera al menos que esta decisión no te pertenece a ti, no nos pertenece a ninguno de nosotros -
Después escuchó el alegato de Mablung y tuvo que reconocer que no tenía argumentos para contradecirle. Asintió con la cabeza, lamentando la muerte de todos aquellos druidas.
Decidió no intervenir en la discusión entre aasamir y sacerdote. También consideraba que lo mejor era entregar aquellos documentos a Bastianes, dada la posición actual de los agentes. No era recomendable ni prudente involucrarse en estos juegos de política que no eran de su competencia. Sintió una punzada de nostalgia al recordar su vida en la Corte, en la que las intrigas y las traiciones veladas eran el pan de cada día. Pero Adriana necesitaba centrarse en otros asuntos más urgentes y aquella no era su guerra.
Tras esto, observó cómo Khalion se ceñía la espada al cinto. Al parecer su dueño era el Capitán. Suspiró, imaginando el final que habrían sufrido ya él y su hermano, recordando también la promesa incumplida por su parte. Si por un casual la ejecución no se había llevado a cabo, quizá tendría una posibilidad de descubrir si realmente él era el dueño de ese arma o a quién se la había sustraído.
Antes de subir a sus aposentos para vestirse y emprender la marcha, depositó el resto de objetos no identificados en el baúl. Intentaría obtener algo de información que le diera una pista de a quién podían pertenecer.
[En Gosthfinger]
Tras un viaje a caballo reconfortante, en el que la brisa marina acarició su rostro y pareció rejuvenecerlo, Adriana saludó cortesmente a la guardia y a Broser al recibirles.No le extrañaron las palabras del sargento, pero le apenaba profundamente que Bastianes ni siquiera hubiera querido valorar como posible su versión.
- Los barracones serán suficientes - dijo agradeciendo con una pequeña inclinación de cabeza - no nos demoraremos mucho en nuestra visita, en unas horas debemos volver a Saltmarsh. Rogamos nos reciban cuanto antes, por favor -
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Tras dedicar menos de una hora en desplegar y disponer de los diversos aposentos ofrecidos a los Agentes, algunos en la zona de visitantes y otros en las destartaladas barracas, una pareja de guardias por cada localización los reúne para escoltarlos hasta la gran sala a media altura en el interior del faro. De nuevo, el gran salón octogonal del mariscal de campo que es Bastianes, se abre con cierto aire acogedor a todos los presentes, la gran mesa sigue plagada de papeles, mapas y libros, que parecen estar esparcidos en un cierto caos ordenado.
Los pebeteros arden en las diversas esquinas del gran salón, proporcionando calor y luz, dejando escapar su humo a través de las discretas saeteras estratégicamente colocadas cerca de ellos. Los diferentes sillones que rodean la mesa, cada uno diferente al anterior, señoriales pero que sin duda han conocido mejores tiempos, hacían juego con los tapices y estandartes que se desplegaban por las diferentes paredes de roca negra de la marcial habitación, esquivando las diferentes estanterías y armarios también plagados de códices, papeles enrollados y órdenes embotelladas.
El alto capitán Bastianes se sentaba en un extremo de la mesa, a su derecha, una jarra destilaba también cierto aroma caldeado a hierbas y tes exóticos. Su barba canosa perfectamente arreglada contrastaba con la Boser, la armadura impoluta salpìcada de emblemas y grabados sobre diferentes escudos Cormytas reflejaba parte de la candentes luminiscencias que emanaban de las llamas cercanas. Su señorial capa púrpura, se desplegaba desde sus hombros cubriendo totalmente la espalda, era densa, pero parecía cómoda al mismo tiempo. A su lado, el encapuchado alto elfo Julius, se mantenía en silencio bajo su toga negra y las plumas azabache sobre sus hombros parecían también grabados con glifos y entresijos arcanos. El bastón que sostenía sobre su mano derecha emitía una leve iridiscencia rojiza en la enorme gema de su parte superior, ayudando a emitir sombras que cubrían aún más su rostro.
Sin levantar la mirada de unas notas escritas a mano alzada, el mariscal de Ghostinger se dirigió a los "Agentes" con su característica voz grave y profunda.
- Los hijos pródigos han vuelto... he tenido buenas noticias de vuestras últimas hazañas desmantelando rutas de contrabando... Os felicito... el informe de Eliander y Manistrad es bastante positivo... aunque vuestra intervención con la Iglesia de Akadi no ha sido tan afortunada... y el pueblo de la ciudad os tiene en el punto de mira más que nunca... andaros con cuidado.
Mablung escuchaba a Bastianes y cuando acabo dijo:- Por casualidad ¿menciona ese informe el asesinato y usurpación de su puesto de Fenrir, druida del círculo de Saltmarsh, a manos de los alquimistas? seguro que no, como tampoco mencionara el intento de corromper el círculo y a su guardián, que por cierto gracias a mis compañeros esta ya casi recuperado y ha vuelto al círculo para seguir con su labor.-
-Seguramente tampoco menciona nada del ser extraplanar, " El que Acecha" lo llamaron,que casi consigue acceder a nuestro plano y destruir la ciudad desde las cavernas que hay debajo de ella-
- Y mas cosas que os contaran mis compañeros, como la reunión entre el asesino de Fenrir, con lo que sea en que se convirtió el clérigo de Akadi y creo que un alquimista... creo que sabéis muy poco de lo que pasa en la ciudad-
-Por otro lado me gastaría hablar contigo, Julius en privado cuando la reunión acabe-
Godric carraspea y decide intervenir para poner un poco de orden en el caos de información que ha soltado a borbotones Mablung.
- Es cierto que muchas cosas han pasado Señor -Godric titubea un poco al llamarle por su nombre castrense, inseguro de cuál es el título adecuado. - Y muchas de ellas no hemos tenido oportunidad de informar a Eliander, y otras hemos preferido contároslas en persona. La Ciudad de Saltmarsh alberga muchos y oscuros secretos, y tenemos que andar con cuidado. - el joven sacerdote excomulgado se pasa la mano por el pelo, en un gesto nervioso, intentando ordenar sus pensamientos para comenzar a exponer los hechos a los dos dirigentes.
- El asunto del templo de Akadi es... terriblemente lamentable. El sacerdote se ofreció a ayudarnos con un asunto mágico... y todo salió mal. Me temo que el sacerdote se ha visto consumido por una maldición y ahora es un avatar de un ser malvado y corrupto que no planea nada bueno contra Saltmarsh y la Corona. Tras los tristes eventos en el templo, en el que varios seguidores y trabajadores enloquecieron cuando la maldición cayó sobre el sacerdote y nos atacaron, y tuvimos que luchar y correr para conservar nuestras vidas, varios de nosotros fuimos capaces de seguir la pista al ente en el que se había convertido -señala a Toc-toc y Khalion - y observaron un encuentro entre este ser y algún miembro de los alquimistas, y el que fue el asesino del anterior druida del Círculo, y hablaban de terribles conspiraciones. Seguro que mis compañeros pueden ahondar más en este tema - dice haciendo una pequeña reverencia a los testigos para que puedan explicar más cuando Bastianes y Julius pregunten. - Por muy tristes que hayan sido los acontecimientos en el templo, puede que hayan arrojado luz en donde antes había oscuridad, permitiéndonos destapar un peligro oculto. -
- Por otro lado, esta conspiración parece llevar tiempo trabajando en la zona, ya que, como comenta Mablung, hemos averiguado que el anterior druida que protegía el círculo había sido asesinado y suplantado por uno de los seguidores de este culto o conspiración. Por suerte el Guardián ha podido ser rescatado y las cosas vuelven a su equilibrio natural. Aunque necesitarán de nuestra ayuda para reestablecerse por completo. ¿Puedo sugerir aquí que enviéis nota a Eliander indicándole que la gran bestia alada que se vio, es, en realidad, un aliado y que no debe ser atacada? Si nadie ataca el Círculo, ni es molestada, no representa peligro alguno para la Ciudad. Es más, me atrevería a decir que muy al contrario, es un poderoso aliado que debe ser protegido y tenido en cuenta - Godric mira a Mablung, esperando que entienda las palabras de apoyo y lo que está intentando conseguir.
- Esta conspiración, que parece tener su centro de operaciones en los pantanos, no sólo está amenazando a Saltmarsh, si no que las tribus de hombres-lagarto de la zona están siendo presionadas para abandonar sus hogares. Encontramos a algunos dispuestos a traficar con los contrabandistas que detuvimos, para conseguir armas y luchar. Los contrabandistas no sólo eran los responsables de llevarse el aceite del faro, si no que tenían varios asuntos turbios a la vez, como suele ocurrir con este tipo de gente, y sabemos que cuentan con un líder dentro de la ciudad, posiblemente un miembro importante de esta, cuya identidad aún se nos escapa. Volviendo al tema de los hombres-lagarto, creo que debemos prestar atención a ellos, no sólo son, por extensión, súbditos de la Corona, si no que, de verse presionados e incapaces de volver a sus hogares, puede que comiencen a intentar expandirse hacia las granjas y haciendas que rodean Saltmarsh. Tenemos una invitación para ir a negociar con ellos que creo no debemos dejar escapar. Es mejor tenerlos como aliados contra esta amenaza que granjearnos un enemigo más. -
Hace una pequeña pausa - Estos.. Alquimistas, parecen haber sido corrompidos, no sabemos hasta dónde alcanza la ponzoña, o si hay miembros que desconocen la conspiración, pero creo que la Corona haría bien en ser prudente en sus tratos y contactos con esta organización. -
Toma un pequeño respiro para dar tiempo a procesar toda la información.
- Encontramos, además, que bajo las cloacas y catacumbas de la ciudad, hay un complejo de cavernas. Estas nos llevaron hasta los restos de un barco hundido hacía tiempo que había hallado su camino hasta la orilla de una laguna subterránea. Allí, miembros del círculo de los druidas habían dado su vida para luchar contra el ente que intentaba entrar en nuestra realidad. "El que Acecha", un ser horrible de tentáculos y ojos y maldad inenarrable -Godric se estremece al recordar los eventos del barco hundido - había establecido un culto allí, erigiendo un templo impío y debilitando las barreras entre su dimensión y la nuestra. Fue gracias al sacrificio de un antiguo compañero de Mablung, que fue traído de vuelta a la cordura gracias a las palabras y acciones de Leobald, que este lugar fue destruido y esa amenaza, al menos temporalmente, ha sido demorada. Conseguimos salir de allí con vida a duras penas, pero transportamos con nosotros un cofre que ha arrojado importantes revelaciones. - En ese momento Godric saca de su zurrón los papeles que encontraron en el cofre - Si no me equivoco, estos papeles de propiedad y pagarés en bancos del reino pertenecen a uno de los miembros del Consejo de la Ciudad. Hemos preferido traerlos a vuestra presencia para que nos indiquéis cual es la mejor manera de proceder con ellos. Entendemos que deben ser restituidos a su dueño, pero desconocemos la forma correcta de hacerlo y creemos que es importante que sea La Corona quien haga los honores. -
Mira, por último a Adriana
- Dentro de ese cofre, encontré esto - y pone el curioso cetro encima de la mesa - Es un arma que perteneció a mi Iglesia hace tiempo. Cómo llegó hasta ese cofre, lo desconozco, pero creo que debe estar en manos de un servidor de Lathander y, solicito que, hasta que sea libre de seguir mi propio camino y pueda ir a la Catedral de la Mañana y presentarlo al Sumo Sacerdote, pueda ser su custodio. -
Las palabras de Adriana acerca de los objetos hicieron que TocToc se quedase quieto un momento. – Adriana tiene razón, deberíamos al menos buscar los dueños de los objetos y entender por qué pueden ser importantes. - Dicho lo cual se desentendió de los objetos y los papeles viendo el interés y conflicto del resto de sus compañeros en ellos.
Antes de partir TocToc cerró el legado de papeles que había depositado anteriormente en la mesa, recogió el amuleto de la suerte que parecía no querer nadie y dos de las barras de plata. Mientras el resto se preparaba, se aprestó a subir el cofre, ya vacío, hasta su habitación de la posada con gimiente esfuerzo. Allí lo arrastro hasta una esquina y lo abrió. Con algo de cariño hizo un pequeño nido con papeles arrugados, mantas de la cama y un cojín algo raído. Con cuidado colocó allí el huevo que había rescatado del pantano, arropándolo con meticulosa delicadeza, acarició la superficie un par de veces y cerró el cofre.
En el camino a la fortaleza, mientras cabalgaban echó la cabeza atrás. En su cabeza repasó las palabras que quería tener con Bastianes, importantes palabras de advertencia y redención, al menos si le daba suficiente veracidad. No pensaba pedir la libertad, ya si debía enfrentarse a Akrul, solo con la ayuda de un ejercito podría hacerle frente. Pero había cabos sueltos que solucionar... Así pensaba mientras la incesante lluvia regaba su rostro.
TocToc también interpelo a Broser – Yo tengo que hablar también con Bastianes. Es importante y relativamente urgente. Llevo posponiendo esa conversación varios días ya, pero... debo... Debo hablar conél. Yo esperaré en la lo aposentos de invitado y visitaré a Targos. – Dijo haciendo una leve reverencia a Nadie a modo de disculpa.
En el almacen TocToc dejo la barra de plata en el mostrador y pidió una perla de un valor similar.
Doy por supuesto que la perla de 100 mo esta disponible y puedo comprarla con una de las barras. Y tiro un indetificar al amuleto que tarda 10 minutos.
Los soldados le encontraron invocando el nuevo conjuro con el que estudiaba en profundidad aquel amuleto al que le faltaba un ojo. Tras un instante se levantó y les siguió. En la audiencia pronto la impaciencia apreció en su rostro de ojos vendados. Escuchando la larga explicación de Godric suspiró y se intentó calmar. Había innumerable información que debían dar y aquello iba a tomar tiempo. Su turno llegaría.
Bastianes escuchó con aire regio la conversación que rozaba peligrosamente lo políticamente correcto y las formas que se tenían que llevar a cabo cuando uno se dirigía a un superior, del que particularmente dependía su vida y su condena. En su rostro oculto parcialmente por la cuidada barba con más vetas canas que oscuras, si había ira, enfado o preocupación, no se pudo adivinar. Su lenguaje facial era totalmente opaco como el de un experto jugador de cartas.
Cuando Mablung acabó, Julius asintió con la cabeza, dándole a entender que aceptaba su propuesta para cuando acabara la reunión de hoy.
El alto comandante se levantó lentamente de su sillón cuando el druida acabó de exponer escupiendo su odio y frustración sobre toda su versión resumida de los últimos hechos acontecidos y que le afectaban directamente, ignorando el resto de información que no le atañía a él, aunque ésta implicara la destrucción de toda la región.
Antes de que éste contestara, y que la imponente figura de Bastianes emitiera un juicio, Godric intervino oportunamente, elaborando una más extendida versión de los hechos, llena de justificaciones y sentimientos de culpa. Mientras esto ocurría, el Alto comandante parecía pasear por el salón alrededor de la gran mesa donde todos estaban sentados, mientras que Julius se mantuvo estático en su posición a la derecha del gran sillón donde su superior se solía sentar.
De vez en cuando y ante la narración de algún detalle especialmente preocupante, como la mención del que “Acecha” en las profundidades, o la amenaza de los hombres lagarto, el máximo dirigente militar del fortín, detenía su deambular y parecía que estaba a punto de intervenir para añadir o preguntar algo, sin embargo, dejó acabar al sacerdote completamente antes de volver a alzar la voz.
Todo lo que contáis es extremadamente grave, así que me veré obligado a coordinar mi trabajo con el resto de activos de la corona en toda la región, incluido Eliander y todos los que dependen de él, para prevenir y controlar todo lo que está ocurriendo. Habrá que pedir refuerzos también a Seaton. Sin duda parece ser que nuestra laxa intervención en el último año ha hecho proliferar el caos en la ciudad. Cultos, corrupción, miseria y asesinatos… esto no hubiera ocurrido sin no hubiésemos aflojado el lazo del cuello de esa gente. Pero esto va a cambiar… más pronto que tarde. Ninguna sublevación de hombres lagarto, contrabandistas o sectarios desquiciados va a destruir mi ciudad… no mientras yo viva. Preparaos, en dos días os dirigiréis hacia el Oeste, a los pantanos de Hool, al sur del Bosque Ahogado, y seréis espías y “diplomáticos” de lo que acontece con los hombres lagarto. Si es necesario y son una amenaza real, tendréis que sacrificar todo, para detener su inminente ofensiva sobre Saltmarsh. Esa es vuestra nueva misión y vuestra prioridad absoluta a partir de ahora.
Tras una pausa marcada, su mirada se desvió hacia el divino cetro que Godric expuso sobre la mesa. Sus ojos parecieron reducirse a meras rendijas… pero su tono agresivo bajó varios grados al responder al joven acólito de Lathander. Como si su discurso fuera más paternal esta vez a pesar de su duro contenido.
No puedes marcharte, no hasta que pagues tu deuda Godric, custodia ese artefacto hasta que seas libre para poder entregarlo a tus superiores, … tu acto te ennoblece, y eso es algo que escasea mucho últimamente, … incluso entre los míos.
Bastianes bajó la mirada cuando el joven humano comenzó a sacar pagarés y títulos de propiedad. El mariscal se situó a su lado y comenzó a ojearlos, cogiéndolos todos y pasando las hojas una a una estudiando su contenido. Sin duda su experiencia como avezado lector le permitía analizar escritos a una gran velocidad. Su deambular mientras examinaba los documentos duró casi dos silenciosos e incómodos minutos, hasta que finalmente el Alto Capitán se detuvo al lado de uno de los pebeteros ardientes de gran tamaño que caldeaban el salón. Con total desprecio, lanzó todos los papeles al fuego, viéndolos arder ante sus ojos… mientras en sus oscuras pupilas se reflejaban las llamas que devoraban y consumían todas aquellas evidencias.
No tendréis más poder… ni recursos… sois una amenaza para la Corona y para Cormyr.
La clara referencia al consejo tradicionalista de Saltmarsh quizás no pilló deprevenidos a todos los allí presentes, pero si a los suficientes. Volviendo a dirigirse a los agentes, que aun intentaban asimilar lo que acababa de ocurrir, Bastianes lanzó una inquietante pregunta mientras su miraba se paseaba fijándose en cada uno de los reos que teóricamente debían cumplir sus órdenes sin resquicio alguno a la duda.
¿Qué sabéis de los desertores? Han llegado a mis oídos que ciertas facciones de la guardia de la ciudad y antiguos caballeros de la corona están ... trabajando por su cuenta traicionando sus juramentos y su honor ¿habéis entrado en contacto con alguno de ellos? Pensaros la respuesta con cuidado, ... esto es de vital importancia.
[En el Almacén de Ghostfinger, antes de la reunión]
Targos recibió, sin disimular su sorpresa, al kenku con una gran sonrisa, aunque como siempre, le rodeaba esa aura de agotamiento que parecía reposar como una gran losa sobre sus hombros. Su barba parecía estar sin afeitar desde hace un par de día, lo que era extraño en él, que pecaba de ir siempre impecable, incluso en un entorno tan marcial como Ghostfinger. Aun así, sus maneras parecían cercanas y amables, sin perder la cordialidad que le caracterizaba.
- Mi viejo amigo emplumado TocToc... me alegro de verte... aunque veo que los últimos días no te han tratado muy bien... Yo... ¿puedo hacer algo por tí?
El hombre cuervo adivinó que el encargado de la logística del fortín parecía realmente preocupado por sus ojos y los vendajes que los tapaban, pero intentaba no ser demasiado intrusivo. Cuando el astuto cuervo le propuso el intercambio, observó con su limitada visión como éste negaba en silencio con la cabeza.
- No tengo lo que buscas, pero... sé quien si. Julius. Ese hechicero tiene todo tipo de materiales extraños, y sin duda tendrá en su poder una perla como la que me pides. Estoy seguro que te la proporcionará, si ya sabes, ... estás alineado con la "Causa".
Entiendo que el identificar lo tiras al escarabajo y no al amuleto que ya está identificado. Si es así el escarabajo se revela como un Scarab of Protection al que le quedan 7 cargas por usar.
[En el Almacén de Ghostfinger, antes de la reunión]
TocToc suspiró ante el frustrado del intercambio. - Si no me la ofrece Julius tendré que esperar a regresar a la ciudad y hacerme con una de esas perlas. - Extendió su mano hacia la barra de plata y se detuvo.
- No, no se puede decir que haya tenido unos días fáciles. - Dijo antes de agachar la cabeza y contener la respiración por unos momentos, recordando una vez más los traumas de las últimas horas. Tras un momento se palpó con manos temblorosas los húmedos y sucios harapos que cubrían las cuencas vacías de sus ojos. Había estado ignorando su nueva condición y quizás era el momento de empezar a aceptarla, de llevarla con algo de dignidad.
- Perdí mis ojos... por ambición de poder desvelé mi existencia a un terrible enemigo. – Dijo aceptando su propia culpa en tan truculento destino. - Convirtió mis ojos en el portal de su poder y para evitar ser un heraldo de su corrupción, tuve que arrancármelos. Sigo viendo, pero con limitaciones.
- ¿Quizás tengas algo para cubrir las cuencas vacías... un parche, un pañuelo más digno que estos harapos, o... – Se estremeció – ...o... algún ojo... de vidrio?
[Durante la reunión]
¡No! – Exclamo al ver los papeles volar hacia el fuego. – Eran una oportunidad de fraguar alianzas, torcer voluntades, forjar lealtades... – Termino susurrando para sí mismo e imaginando la mirada de Khalion con u aire de “os lo dije”. Pero ante la pregunta acerca de la guardia calló, sin reconocer o recordar ninguna conspiración o desertores entre la guardia.
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Leobald, había adoptado un papel muy secundario a la sombra de los pebeteros del gran salón mientras Godric exponía los logros del grupo. En vez de intervenir observaba discretamente las reacciones de Boser, Julius y el Alto Capitán Bastianes.
Insight: 17
La quema de manuscritos arrancó del veterano guerrero un suspiro cansado.
—Conocimos a Elias el Carnicero, quien se desenmascaró él mismo ante la guardia en la Cabra de Mimbre y fue condenado a la horca por asesinar a un guardia —dijo tomando la iniciativa con voz pausada—. Si alguna vez fue un caballero no quedaba nada de eso en él, estaba visiblemente trastornado. Recuerdo que él y su grupo cabalgaron a las ordenes de la Corona durante los combates de La Horda. Ganaron no pocas batallas para la causa y se granjearon una fama de sanguinarios perturbadora. Ganado el conflicto, fueron apartados y sus prebendas retiradas. ¿Decís que desertaron? Hay quien se pregunta si no fue la Corona la que les falló a ellos —reflexionó en voz alta con cierto abatimiento—. Hay rumores de que su verdugo le ayudó a escapar de la horca, pero ignoramos si eso es cierto. ¿En qué medida es esto importante tras lo relatado por Godric?
Tras unos segundos de silencio encaró al Mariscal respetuosamente.
—Sir, hay algo que el joven Godric no ha mencionado. Encontramos una misiva en el barco de los contrabandistas que revelaba la implicación de varios grupos de poder en un plan que tenía como objetivo desestabilizar la zona para atacar Seaton, el gran puerto de la Armada, y explica en parte la actividad de los hombres lagarto. —le tendió la carta—. Da la sensación de que no toda la ciudad es culpable de felonía, sino más bien que existe un plan, liderado en Saltmarsh por una mente criminal ilustrada de iniciales PP. El texto implica también a E. Tenhall, mi padre, aunque quizás él pueda explicarlo de alguna forma —dejó en el aire—. Hemos sido invitados por el Consejo a una recepción esta noche como resultado de la rendición del barco contrabandista. Quizá sería una buena idea acudir y ver qué podemos averiguar antes de partir a los pantanos del sur. Podemos estar de vuelta por la mañana, si os parece bien.
TocToc observaba con atencion el dialogo, buscando un momento para hablar. Pero ante las preguntas y revelaciones de Leobald y Godric decidio esperar a contar sus revelaciones.
Bastianes desvió la mirada ante el exabrupto del kenku, esperó algún tipo de réplica, pero el resto de la frase pareció destinada a decírsela más a sí mismo que para ser compartida con todos los allí presentes, así que el alto comandante pasó por alto la insolencia que cuestionaba su decisión. Tras la purga de la documentación, el veterano caballero púrpura volvió a su posición inicial, sentándose en su sillón en uno de los extremos de la mesa mientras el turno de Leobald discurría, describiendo y descubriendo más información relevante para la seguridad de la Corona.
- A Ilaiah, se le concedió más de lo que se le debería haber otorgado, él y su grupo de caballeros itinerantes actuaban con total impunidad, y cometieron innumerables faltas al honor y no pocos crímenes de guerra, tan horrendos que harían palidecer incluso a los hombres bestia más primitivos... Pero esto ya lo sabéis. Su condena fue acertada, y lo que quede de su antigua vida o aliados, deben perecer con él, pero esos traidores han decidido escupir una vez más sobre la mano que les alimentaba y escondía sus felonías bajo la alfombra. ¿Qué se podía esperar de ellos?, y han formado una especie de coalición subversiva que parece tener fines muy dañinos para nuestra causa, la vuestra ahora... así que pueden estar detrás de mucho de lo que ocurre en la región ¿Y dices que sus verdugos le ayudaron a escapar? ... Eso confirma ciertas sospechas ... Hay que actuar de inmediato, antes de que vuelva a esconderse... Eliander... será compensado por la pérdida.
La mirada de Bastianes se cruzó con la de Julius por unos momentos, y a pesar de que la mitad de su rostro lo ocultaba la capucha de tono azabache, el contacto visual directo entre ellos fue suficiente para que el alto elfo asintiera apesadumbrado ante la corroboración de lo que al parecer ya sospechaban. Con la subsiguiente revelación del caballero de pelo canoso, el alto mariscal pareció bastante afectado.
- Más traiciones, y esta vez desde la misma corte, no esperaba algo así de... tu padre ... Entiendo que la Reina y el cuerpo diplomático en Suzail deben ser informados de inmediato y proceder con el arresto y juicio sumario, ... no augura nada bueno para el futuro de la casa Tenhall, aunque siendo quien es, quizás reciba cierto trato de favor. En cuanto al otro misterioso destinatario, PP, habrá que investigarlo sin demora. De momento avisaremos al Duque Marik en Seaton para que se prepare para lo peor y refuerce sus filas mientras llegan los refuerzos de la capital, mientras, debéis investigar la implicación de las tribus de hombres lagarto en todo este asunto....
Tras una pausa, con una pensativa mirada, Bastianes parecía poner orden en su cabeza a todos lo que tenía que organizar en un periodo de tiempo tan acotado, antes de proseguir con su charla.
- Podéis ir a esa fiesta, será la última que se celebre en mucho tiempo... esos días acaban de llegar a su fin. Es lo menos que puedo hacer por Eliander, su posición ya es de por sí delicada allí... Por cierto ... ¿Dónde está vuestro amigo el enmascarado? ... Encuentro fuera de lugar que todos esteis aquí presentes menos él.
No puedes marcharte, no hasta que pagues tu deuda Godric, custodia ese artefacto hasta que seas libre para poder entregarlo a tus superiores, … tu acto te ennoblece, y eso es algo que escasea mucho últimamente, … incluso entre los míos
- Disculpadme si no he logrado expresarme bien Señor. Por supuesto no planteaba irme hasta haber cumplido con mis deberes hacia la Corona. - se disculpó Godric -Gracias Señor... así haré.. yo... gracias -Godric parecía más sorprendido por el inesperado elogio de Bastianes que agradecido por permitirle conservar la reliquia de su religión. No es que no lo estuviera, es que las palabras de Bastianes le habían cogido desprevenido e intentaba sobreponerse a la sorpresa.
Cuando Bastianes quemó los papeles casi pudo escuchar las palabras de Khalion "Te lo dije" pero en realidad, aquella era la segunda vez que Bastianes le sorprendía. Cierto era que aquello era lo correcto. No sólo, como había mascullado el Alto Mariscal, privaba de poder y recursos a un enemigo declarado de la Corona, si no que no caía en cuestionables tácticas para aprovecharse de la ambición del otro. Esto le hizo reflexionar. El Godric de hace unos años no habría dudado en hacer lo mismo, pero ahora veía más cosas. Comprendía más cosas. Se sintió algo entristecido. A veces era mejor no ver, no saber.
- En realidad Elías, o Ilaiah - apuntó Godric - propinó un golpe mortal a un guardia. Su reacción fue... totalmente inesperada cuando Leobald tan sólo mencionó su nombre. Yo... hice lo que pude por aquel guardia, que sigue con vida, aunque puede que no haya sido lo mejor, sus lesiones eran... considerables. Espero poder verlo y seguir tratándolo en breve... - añade pensativo.
Godric dejó que Leobald contara lo referente a su padre pero se alarmó ante las palabras de Bastianes. ¿Es que iba a ser siempre igual? Elías no merecía una segunda oportunidad, el padre de Leobald merecía la pena sumaria... casi sin juicio y sólo porque su nombre aparecía en unas cartas. A riesgo de enfurecer al que tenía todos sus destinos en la palma de la mano osó intervenir.
- Dis... disculpadme señor pero... ¿No creéis que la pena sumaria es un poco... precipitada ante unas pruebas tan... circunstanciales? El nombre del padre de Leobald puede aparecer sólo como un contacto, o como una persona con quien hacen negocios los traidores... pero quizá él no sepa con quién está haciendo negocios. Quizá sea inocente... y puede que, tras una investigación y cuando conozca la verdad, pueda aportar su ayuda a la Corona para dar con los verdaderos traidores... quiero decir... ¿no deberíamos asegurarnos de su culpabilidad antes de... condenarle? -
Podéis ir a esa fiesta, será la última que se celebre en mucho tiempo... esos días acaban de llegar a su fin. Es lo menos que puedo hacer por Eliander, su posición ya es de por sí delicada allí... Por cierto ... ¿Dónde está vuestro amigo el enmascarado? ... Encuentro fuera de lugar que todos esteis aquí presentes menos él
- Khalion posee unos contactos que el resto de nosotros no seríamos capaces de haber obtenido, no sólo en el poco tiempo que lo ha hecho él, si no en varios años, una vida en mi caso. La información que obtiene nos es de extrema utilidad en el cumplimiento de nuestras funciones. Tenía, pues, que comprobar ciertas cosas y la premura por poneros al día nos ha impedido esperarle. Sólo intentábamos ser lo más eficientes posible señor... -
Oyendo que la conversación se dirigía a temas más prosaicos y el torrente de información parecía secarse TocToc dedicó que ese era el momento más adecuado para intervenir.
- Si me disculpáis. A mí me corresponde además revelar información acerca de los no-muertos que acechan las minas. – Hizo una pausa dramática que dedicó dirigir sus vendados ojos hacia Julius y Bastianes. Ya había repasado sus posibles reacciones, pero no tenía muy claro cómo iba a reaccionar el mismo. Sintió ansiedad, había guardado aquellos secretos tanto tiempo que algo dentro de él gritaba: “¡No, no lo hagas!”. Pero a duras penas era ya un secreto y creía que ignorarlo era contraproducente. Esperaba no equivocarse.
- Mi nombre no es TocToc si no NockWhizzThud. Realicé el cambio de identidad con el auténtico TocToc para ocultarme de mi amo, el lich Akrul. Por poner algo de contexto mi embarcación fue asaltada por sus agentes y negándome a servir al nuevo capitán fui esclavizado por el lich. Llegué a convertirme en uno de sus sirvientes personales y observándole aprendí ciertos de sus trucos. Esas habilidades las use para hacerme pasar por muerto y huir de su guarida. Mi plan era desaparecer de la faz de la tierra, y por ello hice el pacto con el bandido TocToc, comprándole su identidad. – Exhaló y tomó aire, pero antes de que nadie pudiese realizar una observación prosiguió.
- En la posada sufrimos un ataque de no muertos como imagino que ya sabrán. A través de la visión de uno de los no-muertos, Akrul me reconoció e intento localizarme, creo que no lo logró, pero sí que tendrá una idea de la zona. En cualquier caso, sabe que estoy vivo. Siento su presencia buscándome. Y viene a por mí.
- La noche siguiente me robó la vista, adueñándose de lo que veía y para evitar que me encontrase, para evitar que me matase y que condenase a todos a mi alrededor, tuve que arrancarme los ojos. Pero aún siento su presencia buscándome. Y viene a por mí.
- Akrul odia a todas las razas que no son enanas y tiene especial inquina a los usurpadores humanos que han robado las minas que por herencia pertenecen a los enanos. Seguirá sus ataques a las minas hasta que las obtenga. No descansará jamás en su misión de causar todo el sufrimiento que pueda a los humanos. Y nunca dejará de buscarme para darme un horrible e indescriptible escarmiento. Nunca. Sabe que estoy vivo, me busca y viene a por mí.
- Solo jamás podría enfrentarme a él. Pero con esta incipiente bandada y con el apoyo de los recursos de Cormyr quizás tenga una oportunidad. Os pido que me dejéis permanecer en este grupo como agente. – Dijo mientras hacia un gesto con su emplumada mano abarcando a los presentes. - Es un enemigo común al que tarde o temprano os deberéis enfrentar.
Con el secreto destruido NockWhizzThud se relajó y espero con curiosidad la reacción de Bastianes.
Leobald encajó con estoicismo la amenaza directa a su apellido. Entendía que ahora mismo era el resentimiento el que hablaba en la boca del mariscal. Había mucha cosas que aclarar antes de actuar con dureza. Los caballeros eran ante todo hombres de honor y confiaba en un trato justo. Agradeció con un gesto amable la preocupación de Godric, pero enseguida le detuvo con otro igualmente gentil de su mano. No era el momento, no les convenía poner en tela de juicio la palabra de Basianes de nuevo.
Las revelaciones de Toctoc le afectaron más. No pudo reprimir una mirada de tristeza. ¿Por qué, de todos ellos, él había sentido que tenía que guardar ese secreto tanto tiempo? Lamentaba la falta de confianza, pero el miedo es una pasión poderosa. No podía culparle. Asintió al kenku en premio a la valentía que había expuesto por fin el asunto. Todos eran uno y lich, pirata o noble avillanado tendrían que enfrentarles como tal. Se debían los unos a los otros, con todas sus carencias y sus errores. Había esperanza en ellos. Por separado solo eran gotas de agua en la tempestad. Nada había cambiado tales conclusiones asumidas en lo alto del siniestro puente Escama de Tiburón hacía pocos días.
No quería alterar más a Bastianes, tenía que tomar inminentemente decisiones importantes que les afectarían a todos y la ira no era buena consejera. Sin embargo sus sentidos de diplomático habían detectado algo preocupante sobre el Alto Capitán que si deberían indagar. Discretamente invocó el don del emisario de paz y habló con todo el tacto del que fue capaz sin dejar de lado la búsqueda de la verdad.
—Sir, hay un cabo suelto en todo esto que no hemos indagado lo suficiente. Hay una facción de la que apenas sabemos nada, pero nos la encontramos a cada paso. El robo del aceite del faro, el druida firbolg corrupto que vestía unos extraños alambiques mágicos y otra serie de menciones fortuitas a lo largo de nuestras pesquisas. ¿Qué sabemos realmente de los Alquimistas y cuál es su papel en el escenario actual? Cualquier dato podría sernos útil —la voz de Leobald sonó pausada y tranquila, pero profunda y llena de juicio, sin reproches o prejuicios, tan solo repleta de carisma.
El alto mariscal escuchó una vez más las palabras de Godric, asintiendo levemente con la cabeza de vez en cuando, sin embargo las dudas sobre el juicio que sin duda caería sobre la figura del padre de Leobald ofendió al militar de más alto rango de la fortaleza, que algo airado contestó retirando cualquier atisbo previo de consideración hacia el sacerdote.
- No habrá pena ni condena sin juicio previo, se expondrán las pruebas y evidencias, tras lo cual, los magistrados de Suzail especializados en el tema determinarán su sentencia. No debes cuestionar el sistema, es justo e igual para todos, Cormyr no es un país de bárbaros o de costumbres primitivas... todo lo contrario, estamos a la cabeza en cuanto a civismo, honor y derechos. Entiendo que proviniendo de un sistema jerárquico eclesiástico pueda resultante confuso, pero creo que ya has vivido y sufrido bastante en este mundo como para saber diferenciar entre quienes juzgan primero y entre quienes ejecutan y luego preguntan.
Tras escuchar el resto de la conversación con el acólito de Lathander, donde explicaba la ausencia del agente enmascarado, Bastianes pareció satisfecho con la respuesta y no indagó más al respecto. Sin embargo, cuando llegó el turno del confeso TocToc, el caballero púrpura quedó bastante sorprendido y su rostro por primera vez desde que entraron en la sala, dejó escapar un gesto más allá de su pétrea máscara facial, el de la incredulidad. Mirando directamente a Julius, esté paso a entonar, con un alto grado de decepción, una especie de reprimenda a su mago de guerra asociado.
-- ¿Cómo ha podido cometerse tal error? ¿No sé supone que estás encargado de investigar el pasado y la historia de todos los "candidatos" a agentes antes de su llegada y aprobación? El robo de identidad sigue siendo un delito, pero en este caso no fue ni siquiera a alguien del que aprovecharse, sino con el que condenarse, sin duda es un eximente a considerar. Llega al fondo de todo esto de inmediato, y si es cierto, contacta con el alto Magistrado de Saltmarsh, ... la situación de NockWhizzThud debe quedar perfectamente regularizada mientras esté bajo mi cargo.
Julius asintió en silencio asumiendo toda la culpa sin emitir ni una sola réplica antes de emprender su camino a la salida de la sala de comandancia, al pasar por la altura de la mesa donde el kenku estaba situado, éste pareció girar levemente la cabeza, y el héroe emplumado creyó observar una curiosa sonrisa que sólo permaneció allí una décima de segundo. Un gesto, que estando de espaldas a Bastianes, éste último no pudo visualizar.
- Un Lich amenaza la región y es culpable de los asaltos a la mina... y dices que te tiene especial inquina, ... tener un enemigo común es una fuerza poderosa para alianzas que pueden perdurar en el tiempo, y puesto que si se confirma tu versión de quien eres en realidad, quedarías inmediatamente exonerado, a falta sólo de determinar la falta por robo de identidad, quedarías libre de las cadenas que te atan a mi y al título de "Agente" de la Corona. Dividiré los refuerzos solicitados entre la ciudad y la mina, y consultaré a los sacerdotes de Seaton, puesto que en Saltmarsh ya no quedan.
Bastianes parecía dar por terminada la reunión a pesar de que ni Leobald o Adriana habían participado. Pero fue entonces cuando el veterano humano abrazó su carismática habilidad para abrir viejas heridas y hacerlas sangrar a borbotones, ... la prímera vez le salió bien, convirtiendo a un enemigo en amigo... ¿volvería a pasar esta vez? ... Sin duda estaba a punto de saberlo.
El Alto Mariscal se levantó de la silla visiblemente afectado una vez más, el rostro pugnaba por mantenerse impasible sin demasiado éxito, un gran combate interno se estaba librando en el interior del dignatario de Ghostfinger...
Que Leobald haga su Persuasion check con el +5 de su habilidad.
Adriana accedió al ya conocido despacho de Bastianes con la espalda muy recta, las manos entrelazadas descansando sobre su regazo y la cabeza ligeramente inclinada, con la mirada dirigida al suelo, haciendo una pequeña reverencia de respeto cuando estuvo ante su presencia.
La figura del Capitán le imponía más de lo que le gustaba reconocer; sabía que ella, más que ninguno, era objeto de observación y análisis por su parte y no dejaría pasar ni un mínimo detalle, y menos un error. La alta elfa se sentía frustrada y apenada ante la imposibilidad de demostrarle a aquel padre aún de luto que no había tenido nada que ver con la muerte de su hija. Su testimonio no le servía y no tenía ninguna prueba fehaciente que mostrarle. Y ella aceptaba esta condición, siendo consciente del dolor que nublaba su raciocinio, entendiendo su actitud, aunque no fuese justa.
Por ello, la hechicera se mantuvo en un analítico silencio mientras sus compañeros iban relatando los hechos acaecidos los últimos días.
Cuando Godric hizo mención al cetro y su intención de entregarlo a la Catedral de la Mañana al quedar libre, Adriana asintió con la cabeza en un gesto de agradecimiento hacia el muchacho. Le reconfortaba saber que al menos había recapacitado y tenía la intención de hacer lo que ella creía correcto.
No pudo evitar sentir una punzada de alivio cuando Bastianes quemó aquellos papeles fruto de un conflicto sin sentido entre el sacerdote y el aasamir. Aunque sorprendente, la actuación del capitán había sido la más cabal.
Cuando Leobald mencionó los rumores sobre la huída de Elías del cadalso, Adriana sintió que, indiscutiblemente, de alguna manera estaban traicionando al grupo de capas grises. Entendía que ignorar el tema era demasiado sospechoso ante Bastianes, pero ahora éste tenía un hilo del que tirar e investigaría aquellos rumores en profundidad. ¿Sabría Bastianes algo sobre la Hermandad Escarlata? Lo dudaba. Y si de verdad se trataba de un grupo tan peligroso, ellos harían bien en intentar descubrir algo más.
La confesión de TocToc, ahora oficialmente NockWhizzThud, inundó de ternura su corazón. Ladeó la cabeza para mirarle y sonreírle. Realmente se alegraba por él, y debía aprovechar la oportunidad de recuperar su libertad si finalmente Bastianes se la otorgaba. Tenía la profunda convicción de que el córvido compañero sería el único en conseguirla.
Cuando todos parecían haber expuesto sus versiones, Adriana carraspeó débilmente y se dirigió al Capitán, mirándole momentáneamente a los ojos por primera vez en lo que llevaban de reunión.
- Señor, me siento en la obligación de preguntarle por la suerte de los contrabandistas que detuvimos en el barco. Aunque fue una lucha cruenta, he de comunicarle que, finalmente, se rindieron, prometiéndoles que intercederíamos ante usted para rogarle por sus vidas. Quizá ya es demasiado tarde para hacerle llegar esta petición y, aunque no sea posible, no puedo faltar a mi palabra de transmitirle esta solicitud -
- Con respecto a la fiesta a la que hemos sido invitados esta noche, agradecemos que nos otorgue su consentimiento para acudir. Y, por ello, no tengo más elección que pedirle que nos faciliten vestimentas adecuadas para tal evento. No resultaría adecuado ni pertinente vestir con nuestras ropas de calle en una fiesta de tal magnitud, a la que asistirán los más altos cargos de la sociedad de la ciudad- hizo una pausa y bajó su tono de voz a uno más complaciente - por descontado, solo si usted lo considera oportuno -
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
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Leobald, había guardado silencio en la discusión sobre los documentos, aunque no concebía otra cosa mejor que entregarlos a Bastianes. Le conmovió sin embargo el alegato de Khalion contra la tiranía, a pesar de estar equivocado. Cualquiera que supiese escuchar podía entender que el fondo de su argumentario tenía que ver con asuntos personales que le tocaban demasiado profundamente. Por otra parte, no se fiaba de Godric desde que les engañara y encubriera al imp, pero no podía hacer otra cosa que tratar de dar al muchacho la oportunidad de obrar adecuadamente. Mientras Khalion y Godric discutían, revisó discretamente documentos y pagarés, tratando de hacer un inventario mental antes de dejarlos donde estaban. Tendría que confiar en que nada se extraviase.
Durante el camino a Ghosfinger tampoco abrió la boca. La torre del faro fantasmal se irgió entre las nubes de tormenta como dando la bienvenida a sus reos. Una vez más tuvo que ponerse del lado de Godric cuando Broser trató de menospreciar al hobgoblin. Tal como él lo veía era todos o ninguno. Esa era su única fuerza.
—Agradecemos el ofrecimiento pero los viejos barracones bastarán —asintió con amabilidad a Broser—. En cuanto sea posible deberíamos ver al Capitán Bastianes. Tenemos novedades que compartir con él.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
[En la Posada]
La mirada de Adriana centelleó incrementando la intensidad de su color azul cielo mientras observaba aquellos objetos. Sin duda poseían propiedades mágicas y parecían ser artefactos de gran valor, razón de más para autoafirmar su opinión de devolverlos a sus legítimos dueños.
Escuchó la historia de Godric en silencio, asintiendo con la cabeza para darle a entender que comprendía sus justificaciones. No obstante, la alta elfa seguía convencida de que apoderarse de ellos no era lo correcto.
- Godric, querido - le habló con cariño, como lo habría hecho con un hermano pequeño - entiendo el entusiasmo y la ilusión que te produce poseer este artefacto pero… ¿y si no es este su destino? ¿Y si se cruzó en tu camino precisamente para que fueras el elegido de devolverlo a la iglesia de tu Dios? ¿No crees que deben ser ellos los que dicten su futuro y elijan las manos que deben portarlo? Si así está escrito, no deberías temer, los sacerdotes de Lathander te lo entregarán. Por favor, considera al menos que esta decisión no te pertenece a ti, no nos pertenece a ninguno de nosotros -
Después escuchó el alegato de Mablung y tuvo que reconocer que no tenía argumentos para contradecirle. Asintió con la cabeza, lamentando la muerte de todos aquellos druidas.
Decidió no intervenir en la discusión entre aasamir y sacerdote. También consideraba que lo mejor era entregar aquellos documentos a Bastianes, dada la posición actual de los agentes. No era recomendable ni prudente involucrarse en estos juegos de política que no eran de su competencia. Sintió una punzada de nostalgia al recordar su vida en la Corte, en la que las intrigas y las traiciones veladas eran el pan de cada día. Pero Adriana necesitaba centrarse en otros asuntos más urgentes y aquella no era su guerra.
Tras esto, observó cómo Khalion se ceñía la espada al cinto. Al parecer su dueño era el Capitán. Suspiró, imaginando el final que habrían sufrido ya él y su hermano, recordando también la promesa incumplida por su parte. Si por un casual la ejecución no se había llevado a cabo, quizá tendría una posibilidad de descubrir si realmente él era el dueño de ese arma o a quién se la había sustraído.
Antes de subir a sus aposentos para vestirse y emprender la marcha, depositó el resto de objetos no identificados en el baúl. Intentaría obtener algo de información que le diera una pista de a quién podían pertenecer.
[En Gosthfinger]
Tras un viaje a caballo reconfortante, en el que la brisa marina acarició su rostro y pareció rejuvenecerlo, Adriana saludó cortesmente a la guardia y a Broser al recibirles.No le extrañaron las palabras del sargento, pero le apenaba profundamente que Bastianes ni siquiera hubiera querido valorar como posible su versión.
- Los barracones serán suficientes - dijo agradeciendo con una pequeña inclinación de cabeza - no nos demoraremos mucho en nuestra visita, en unas horas debemos volver a Saltmarsh. Rogamos nos reciban cuanto antes, por favor -
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
En Ghosfinger.
Tras dedicar menos de una hora en desplegar y disponer de los diversos aposentos ofrecidos a los Agentes, algunos en la zona de visitantes y otros en las destartaladas barracas, una pareja de guardias por cada localización los reúne para escoltarlos hasta la gran sala a media altura en el interior del faro. De nuevo, el gran salón octogonal del mariscal de campo que es Bastianes, se abre con cierto aire acogedor a todos los presentes, la gran mesa sigue plagada de papeles, mapas y libros, que parecen estar esparcidos en un cierto caos ordenado.
Los pebeteros arden en las diversas esquinas del gran salón, proporcionando calor y luz, dejando escapar su humo a través de las discretas saeteras estratégicamente colocadas cerca de ellos. Los diferentes sillones que rodean la mesa, cada uno diferente al anterior, señoriales pero que sin duda han conocido mejores tiempos, hacían juego con los tapices y estandartes que se desplegaban por las diferentes paredes de roca negra de la marcial habitación, esquivando las diferentes estanterías y armarios también plagados de códices, papeles enrollados y órdenes embotelladas.
El alto capitán Bastianes se sentaba en un extremo de la mesa, a su derecha, una jarra destilaba también cierto aroma caldeado a hierbas y tes exóticos. Su barba canosa perfectamente arreglada contrastaba con la Boser, la armadura impoluta salpìcada de emblemas y grabados sobre diferentes escudos Cormytas reflejaba parte de la candentes luminiscencias que emanaban de las llamas cercanas. Su señorial capa púrpura, se desplegaba desde sus hombros cubriendo totalmente la espalda, era densa, pero parecía cómoda al mismo tiempo. A su lado, el encapuchado alto elfo Julius, se mantenía en silencio bajo su toga negra y las plumas azabache sobre sus hombros parecían también grabados con glifos y entresijos arcanos. El bastón que sostenía sobre su mano derecha emitía una leve iridiscencia rojiza en la enorme gema de su parte superior, ayudando a emitir sombras que cubrían aún más su rostro.
Sin levantar la mirada de unas notas escritas a mano alzada, el mariscal de Ghostinger se dirigió a los "Agentes" con su característica voz grave y profunda.
- Los hijos pródigos han vuelto... he tenido buenas noticias de vuestras últimas hazañas desmantelando rutas de contrabando... Os felicito... el informe de Eliander y Manistrad es bastante positivo... aunque vuestra intervención con la Iglesia de Akadi no ha sido tan afortunada... y el pueblo de la ciudad os tiene en el punto de mira más que nunca... andaros con cuidado.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Mablung escuchaba a Bastianes y cuando acabo dijo:- Por casualidad ¿menciona ese informe el asesinato y usurpación de su puesto de Fenrir, druida del círculo de Saltmarsh, a manos de los alquimistas? seguro que no, como tampoco mencionara el intento de corromper el círculo y a su guardián, que por cierto gracias a mis compañeros esta ya casi recuperado y ha vuelto al círculo para seguir con su labor.-
-Seguramente tampoco menciona nada del ser extraplanar, " El que Acecha" lo llamaron, que casi consigue acceder a nuestro plano y destruir la ciudad desde las cavernas que hay debajo de ella-
- Y mas cosas que os contaran mis compañeros, como la reunión entre el asesino de Fenrir, con lo que sea en que se convirtió el clérigo de Akadi y creo que un alquimista... creo que sabéis muy poco de lo que pasa en la ciudad-
-Por otro lado me gastaría hablar contigo, Julius en privado cuando la reunión acabe-
Godric carraspea y decide intervenir para poner un poco de orden en el caos de información que ha soltado a borbotones Mablung.
- Es cierto que muchas cosas han pasado Señor - Godric titubea un poco al llamarle por su nombre castrense, inseguro de cuál es el título adecuado. - Y muchas de ellas no hemos tenido oportunidad de informar a Eliander, y otras hemos preferido contároslas en persona. La Ciudad de Saltmarsh alberga muchos y oscuros secretos, y tenemos que andar con cuidado. - el joven sacerdote excomulgado se pasa la mano por el pelo, en un gesto nervioso, intentando ordenar sus pensamientos para comenzar a exponer los hechos a los dos dirigentes.
- El asunto del templo de Akadi es... terriblemente lamentable. El sacerdote se ofreció a ayudarnos con un asunto mágico... y todo salió mal. Me temo que el sacerdote se ha visto consumido por una maldición y ahora es un avatar de un ser malvado y corrupto que no planea nada bueno contra Saltmarsh y la Corona. Tras los tristes eventos en el templo, en el que varios seguidores y trabajadores enloquecieron cuando la maldición cayó sobre el sacerdote y nos atacaron, y tuvimos que luchar y correr para conservar nuestras vidas, varios de nosotros fuimos capaces de seguir la pista al ente en el que se había convertido - señala a Toc-toc y Khalion - y observaron un encuentro entre este ser y algún miembro de los alquimistas, y el que fue el asesino del anterior druida del Círculo, y hablaban de terribles conspiraciones. Seguro que mis compañeros pueden ahondar más en este tema - dice haciendo una pequeña reverencia a los testigos para que puedan explicar más cuando Bastianes y Julius pregunten. - Por muy tristes que hayan sido los acontecimientos en el templo, puede que hayan arrojado luz en donde antes había oscuridad, permitiéndonos destapar un peligro oculto. -
- Por otro lado, esta conspiración parece llevar tiempo trabajando en la zona, ya que, como comenta Mablung, hemos averiguado que el anterior druida que protegía el círculo había sido asesinado y suplantado por uno de los seguidores de este culto o conspiración. Por suerte el Guardián ha podido ser rescatado y las cosas vuelven a su equilibrio natural. Aunque necesitarán de nuestra ayuda para reestablecerse por completo. ¿Puedo sugerir aquí que enviéis nota a Eliander indicándole que la gran bestia alada que se vio, es, en realidad, un aliado y que no debe ser atacada? Si nadie ataca el Círculo, ni es molestada, no representa peligro alguno para la Ciudad. Es más, me atrevería a decir que muy al contrario, es un poderoso aliado que debe ser protegido y tenido en cuenta - Godric mira a Mablung, esperando que entienda las palabras de apoyo y lo que está intentando conseguir.
- Esta conspiración, que parece tener su centro de operaciones en los pantanos, no sólo está amenazando a Saltmarsh, si no que las tribus de hombres-lagarto de la zona están siendo presionadas para abandonar sus hogares. Encontramos a algunos dispuestos a traficar con los contrabandistas que detuvimos, para conseguir armas y luchar. Los contrabandistas no sólo eran los responsables de llevarse el aceite del faro, si no que tenían varios asuntos turbios a la vez, como suele ocurrir con este tipo de gente, y sabemos que cuentan con un líder dentro de la ciudad, posiblemente un miembro importante de esta, cuya identidad aún se nos escapa. Volviendo al tema de los hombres-lagarto, creo que debemos prestar atención a ellos, no sólo son, por extensión, súbditos de la Corona, si no que, de verse presionados e incapaces de volver a sus hogares, puede que comiencen a intentar expandirse hacia las granjas y haciendas que rodean Saltmarsh. Tenemos una invitación para ir a negociar con ellos que creo no debemos dejar escapar. Es mejor tenerlos como aliados contra esta amenaza que granjearnos un enemigo más. -
Hace una pequeña pausa - Estos.. Alquimistas, parecen haber sido corrompidos, no sabemos hasta dónde alcanza la ponzoña, o si hay miembros que desconocen la conspiración, pero creo que la Corona haría bien en ser prudente en sus tratos y contactos con esta organización. -
Toma un pequeño respiro para dar tiempo a procesar toda la información.
- Encontramos, además, que bajo las cloacas y catacumbas de la ciudad, hay un complejo de cavernas. Estas nos llevaron hasta los restos de un barco hundido hacía tiempo que había hallado su camino hasta la orilla de una laguna subterránea. Allí, miembros del círculo de los druidas habían dado su vida para luchar contra el ente que intentaba entrar en nuestra realidad. "El que Acecha", un ser horrible de tentáculos y ojos y maldad inenarrable - Godric se estremece al recordar los eventos del barco hundido - había establecido un culto allí, erigiendo un templo impío y debilitando las barreras entre su dimensión y la nuestra. Fue gracias al sacrificio de un antiguo compañero de Mablung, que fue traído de vuelta a la cordura gracias a las palabras y acciones de Leobald, que este lugar fue destruido y esa amenaza, al menos temporalmente, ha sido demorada. Conseguimos salir de allí con vida a duras penas, pero transportamos con nosotros un cofre que ha arrojado importantes revelaciones. - En ese momento Godric saca de su zurrón los papeles que encontraron en el cofre - Si no me equivoco, estos papeles de propiedad y pagarés en bancos del reino pertenecen a uno de los miembros del Consejo de la Ciudad. Hemos preferido traerlos a vuestra presencia para que nos indiquéis cual es la mejor manera de proceder con ellos. Entendemos que deben ser restituidos a su dueño, pero desconocemos la forma correcta de hacerlo y creemos que es importante que sea La Corona quien haga los honores. -
Mira, por último a Adriana
- Dentro de ese cofre, encontré esto - y pone el curioso cetro encima de la mesa - Es un arma que perteneció a mi Iglesia hace tiempo. Cómo llegó hasta ese cofre, lo desconozco, pero creo que debe estar en manos de un servidor de Lathander y, solicito que, hasta que sea libre de seguir mi propio camino y pueda ir a la Catedral de la Mañana y presentarlo al Sumo Sacerdote, pueda ser su custodio. -
PbP Character: A few ;)
Las palabras de Adriana acerca de los objetos hicieron que TocToc se quedase quieto un momento. – Adriana tiene razón, deberíamos al menos buscar los dueños de los objetos y entender por qué pueden ser importantes. - Dicho lo cual se desentendió de los objetos y los papeles viendo el interés y conflicto del resto de sus compañeros en ellos.
Antes de partir TocToc cerró el legado de papeles que había depositado anteriormente en la mesa, recogió el amuleto de la suerte que parecía no querer nadie y dos de las barras de plata. Mientras el resto se preparaba, se aprestó a subir el cofre, ya vacío, hasta su habitación de la posada con gimiente esfuerzo. Allí lo arrastro hasta una esquina y lo abrió. Con algo de cariño hizo un pequeño nido con papeles arrugados, mantas de la cama y un cojín algo raído. Con cuidado colocó allí el huevo que había rescatado del pantano, arropándolo con meticulosa delicadeza, acarició la superficie un par de veces y cerró el cofre.
En el camino a la fortaleza, mientras cabalgaban echó la cabeza atrás. En su cabeza repasó las palabras que quería tener con Bastianes, importantes palabras de advertencia y redención, al menos si le daba suficiente veracidad. No pensaba pedir la libertad, ya si debía enfrentarse a Akrul, solo con la ayuda de un ejercito podría hacerle frente. Pero había cabos sueltos que solucionar... Así pensaba mientras la incesante lluvia regaba su rostro.
TocToc también interpelo a Broser – Yo tengo que hablar también con Bastianes. Es importante y relativamente urgente. Llevo posponiendo esa conversación varios días ya, pero... debo... Debo hablar con él. Yo esperaré en la lo aposentos de invitado y visitaré a Targos. – Dijo haciendo una leve reverencia a Nadie a modo de disculpa.
En el almacen TocToc dejo la barra de plata en el mostrador y pidió una perla de un valor similar.
Doy por supuesto que la perla de 100 mo esta disponible y puedo comprarla con una de las barras. Y tiro un indetificar al amuleto que tarda 10 minutos.
Los soldados le encontraron invocando el nuevo conjuro con el que estudiaba en profundidad aquel amuleto al que le faltaba un ojo. Tras un instante se levantó y les siguió. En la audiencia pronto la impaciencia apreció en su rostro de ojos vendados. Escuchando la larga explicación de Godric suspiró y se intentó calmar. Había innumerable información que debían dar y aquello iba a tomar tiempo. Su turno llegaría.
Zevatur, Rolthos
Bastianes escuchó con aire regio la conversación que rozaba peligrosamente lo políticamente correcto y las formas que se tenían que llevar a cabo cuando uno se dirigía a un superior, del que particularmente dependía su vida y su condena. En su rostro oculto parcialmente por la cuidada barba con más vetas canas que oscuras, si había ira, enfado o preocupación, no se pudo adivinar. Su lenguaje facial era totalmente opaco como el de un experto jugador de cartas.
A no ser que queráis tirar alguno Insight
Cuando Mablung acabó, Julius asintió con la cabeza, dándole a entender que aceptaba su propuesta para cuando acabara la reunión de hoy.
El alto comandante se levantó lentamente de su sillón cuando el druida acabó de exponer escupiendo su odio y frustración sobre toda su versión resumida de los últimos hechos acontecidos y que le afectaban directamente, ignorando el resto de información que no le atañía a él, aunque ésta implicara la destrucción de toda la región.
Antes de que éste contestara, y que la imponente figura de Bastianes emitiera un juicio, Godric intervino oportunamente, elaborando una más extendida versión de los hechos, llena de justificaciones y sentimientos de culpa. Mientras esto ocurría, el Alto comandante parecía pasear por el salón alrededor de la gran mesa donde todos estaban sentados, mientras que Julius se mantuvo estático en su posición a la derecha del gran sillón donde su superior se solía sentar.
De vez en cuando y ante la narración de algún detalle especialmente preocupante, como la mención del que “Acecha” en las profundidades, o la amenaza de los hombres lagarto, el máximo dirigente militar del fortín, detenía su deambular y parecía que estaba a punto de intervenir para añadir o preguntar algo, sin embargo, dejó acabar al sacerdote completamente antes de volver a alzar la voz.
Tras una pausa marcada, su mirada se desvió hacia el divino cetro que Godric expuso sobre la mesa. Sus ojos parecieron reducirse a meras rendijas… pero su tono agresivo bajó varios grados al responder al joven acólito de Lathander. Como si su discurso fuera más paternal esta vez a pesar de su duro contenido.
Bastianes bajó la mirada cuando el joven humano comenzó a sacar pagarés y títulos de propiedad. El mariscal se situó a su lado y comenzó a ojearlos, cogiéndolos todos y pasando las hojas una a una estudiando su contenido. Sin duda su experiencia como avezado lector le permitía analizar escritos a una gran velocidad. Su deambular mientras examinaba los documentos duró casi dos silenciosos e incómodos minutos, hasta que finalmente el Alto Capitán se detuvo al lado de uno de los pebeteros ardientes de gran tamaño que caldeaban el salón. Con total desprecio, lanzó todos los papeles al fuego, viéndolos arder ante sus ojos… mientras en sus oscuras pupilas se reflejaban las llamas que devoraban y consumían todas aquellas evidencias.
La clara referencia al consejo tradicionalista de Saltmarsh quizás no pilló deprevenidos a todos los allí presentes, pero si a los suficientes. Volviendo a dirigirse a los agentes, que aun intentaban asimilar lo que acababa de ocurrir, Bastianes lanzó una inquietante pregunta mientras su miraba se paseaba fijándose en cada uno de los reos que teóricamente debían cumplir sus órdenes sin resquicio alguno a la duda.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
[En el Almacén de Ghostfinger, antes de la reunión]
Targos recibió, sin disimular su sorpresa, al kenku con una gran sonrisa, aunque como siempre, le rodeaba esa aura de agotamiento que parecía reposar como una gran losa sobre sus hombros. Su barba parecía estar sin afeitar desde hace un par de día, lo que era extraño en él, que pecaba de ir siempre impecable, incluso en un entorno tan marcial como Ghostfinger. Aun así, sus maneras parecían cercanas y amables, sin perder la cordialidad que le caracterizaba.
- Mi viejo amigo emplumado TocToc... me alegro de verte... aunque veo que los últimos días no te han tratado muy bien... Yo... ¿puedo hacer algo por tí?
El hombre cuervo adivinó que el encargado de la logística del fortín parecía realmente preocupado por sus ojos y los vendajes que los tapaban, pero intentaba no ser demasiado intrusivo. Cuando el astuto cuervo le propuso el intercambio, observó con su limitada visión como éste negaba en silencio con la cabeza.
- No tengo lo que buscas, pero... sé quien si. Julius. Ese hechicero tiene todo tipo de materiales extraños, y sin duda tendrá en su poder una perla como la que me pides. Estoy seguro que te la proporcionará, si ya sabes, ... estás alineado con la "Causa".
Entiendo que el identificar lo tiras al escarabajo y no al amuleto que ya está identificado. Si es así el escarabajo se revela como un Scarab of Protection al que le quedan 7 cargas por usar.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
[En el Almacén de Ghostfinger, antes de la reunión]
TocToc suspiró ante el frustrado del intercambio. - Si no me la ofrece Julius tendré que esperar a regresar a la ciudad y hacerme con una de esas perlas. - Extendió su mano hacia la barra de plata y se detuvo.
- No, no se puede decir que haya tenido unos días fáciles. - Dijo antes de agachar la cabeza y contener la respiración por unos momentos, recordando una vez más los traumas de las últimas horas. Tras un momento se palpó con manos temblorosas los húmedos y sucios harapos que cubrían las cuencas vacías de sus ojos. Había estado ignorando su nueva condición y quizás era el momento de empezar a aceptarla, de llevarla con algo de dignidad.
- Perdí mis ojos... por ambición de poder desvelé mi existencia a un terrible enemigo. – Dijo aceptando su propia culpa en tan truculento destino. - Convirtió mis ojos en el portal de su poder y para evitar ser un heraldo de su corrupción, tuve que arrancármelos. Sigo viendo, pero con limitaciones.
- ¿Quizás tengas algo para cubrir las cuencas vacías... un parche, un pañuelo más digno que estos harapos, o... – Se estremeció – ...o... algún ojo... de vidrio?
[Durante la reunión]
¡No! – Exclamo al ver los papeles volar hacia el fuego. – Eran una oportunidad de fraguar alianzas, torcer voluntades, forjar lealtades... – Termino susurrando para sí mismo e imaginando la mirada de Khalion con u aire de “os lo dije”. Pero ante la pregunta acerca de la guardia calló, sin reconocer o recordar ninguna conspiración o desertores entre la guardia.
Zevatur, Rolthos
Leobald, había adoptado un papel muy secundario a la sombra de los pebeteros del gran salón mientras Godric exponía los logros del grupo. En vez de intervenir observaba discretamente las reacciones de Boser, Julius y el Alto Capitán Bastianes.
Insight: 17
La quema de manuscritos arrancó del veterano guerrero un suspiro cansado.
—Conocimos a Elias el Carnicero, quien se desenmascaró él mismo ante la guardia en la Cabra de Mimbre y fue condenado a la horca por asesinar a un guardia —dijo tomando la iniciativa con voz pausada—. Si alguna vez fue un caballero no quedaba nada de eso en él, estaba visiblemente trastornado. Recuerdo que él y su grupo cabalgaron a las ordenes de la Corona durante los combates de La Horda. Ganaron no pocas batallas para la causa y se granjearon una fama de sanguinarios perturbadora. Ganado el conflicto, fueron apartados y sus prebendas retiradas. ¿Decís que desertaron? Hay quien se pregunta si no fue la Corona la que les falló a ellos —reflexionó en voz alta con cierto abatimiento—. Hay rumores de que su verdugo le ayudó a escapar de la horca, pero ignoramos si eso es cierto. ¿En qué medida es esto importante tras lo relatado por Godric?
Tras unos segundos de silencio encaró al Mariscal respetuosamente.
—Sir, hay algo que el joven Godric no ha mencionado. Encontramos una misiva en el barco de los contrabandistas que revelaba la implicación de varios grupos de poder en un plan que tenía como objetivo desestabilizar la zona para atacar Seaton, el gran puerto de la Armada, y explica en parte la actividad de los hombres lagarto. —le tendió la carta—. Da la sensación de que no toda la ciudad es culpable de felonía, sino más bien que existe un plan, liderado en Saltmarsh por una mente criminal ilustrada de iniciales PP. El texto implica también a E. Tenhall, mi padre, aunque quizás él pueda explicarlo de alguna forma —dejó en el aire—. Hemos sido invitados por el Consejo a una recepción esta noche como resultado de la rendición del barco contrabandista. Quizá sería una buena idea acudir y ver qué podemos averiguar antes de partir a los pantanos del sur. Podemos estar de vuelta por la mañana, si os parece bien.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Insight: 3
TocToc observaba con atencion el dialogo, buscando un momento para hablar. Pero ante las preguntas y revelaciones de Leobald y Godric decidio esperar a contar sus revelaciones.
Zevatur, Rolthos
Bastianes desvió la mirada ante el exabrupto del kenku, esperó algún tipo de réplica, pero el resto de la frase pareció destinada a decírsela más a sí mismo que para ser compartida con todos los allí presentes, así que el alto comandante pasó por alto la insolencia que cuestionaba su decisión. Tras la purga de la documentación, el veterano caballero púrpura volvió a su posición inicial, sentándose en su sillón en uno de los extremos de la mesa mientras el turno de Leobald discurría, describiendo y descubriendo más información relevante para la seguridad de la Corona.
- A Ilaiah, se le concedió más de lo que se le debería haber otorgado, él y su grupo de caballeros itinerantes actuaban con total impunidad, y cometieron innumerables faltas al honor y no pocos crímenes de guerra, tan horrendos que harían palidecer incluso a los hombres bestia más primitivos... Pero esto ya lo sabéis. Su condena fue acertada, y lo que quede de su antigua vida o aliados, deben perecer con él, pero esos traidores han decidido escupir una vez más sobre la mano que les alimentaba y escondía sus felonías bajo la alfombra. ¿Qué se podía esperar de ellos?, y han formado una especie de coalición subversiva que parece tener fines muy dañinos para nuestra causa, la vuestra ahora... así que pueden estar detrás de mucho de lo que ocurre en la región ¿Y dices que sus verdugos le ayudaron a escapar? ... Eso confirma ciertas sospechas ... Hay que actuar de inmediato, antes de que vuelva a esconderse... Eliander... será compensado por la pérdida.
La mirada de Bastianes se cruzó con la de Julius por unos momentos, y a pesar de que la mitad de su rostro lo ocultaba la capucha de tono azabache, el contacto visual directo entre ellos fue suficiente para que el alto elfo asintiera apesadumbrado ante la corroboración de lo que al parecer ya sospechaban. Con la subsiguiente revelación del caballero de pelo canoso, el alto mariscal pareció bastante afectado.
- Más traiciones, y esta vez desde la misma corte, no esperaba algo así de... tu padre ... Entiendo que la Reina y el cuerpo diplomático en Suzail deben ser informados de inmediato y proceder con el arresto y juicio sumario, ... no augura nada bueno para el futuro de la casa Tenhall, aunque siendo quien es, quizás reciba cierto trato de favor. En cuanto al otro misterioso destinatario, PP, habrá que investigarlo sin demora. De momento avisaremos al Duque Marik en Seaton para que se prepare para lo peor y refuerce sus filas mientras llegan los refuerzos de la capital, mientras, debéis investigar la implicación de las tribus de hombres lagarto en todo este asunto....
Tras una pausa, con una pensativa mirada, Bastianes parecía poner orden en su cabeza a todos lo que tenía que organizar en un periodo de tiempo tan acotado, antes de proseguir con su charla.
- Podéis ir a esa fiesta, será la última que se celebre en mucho tiempo... esos días acaban de llegar a su fin. Es lo menos que puedo hacer por Eliander, su posición ya es de por sí delicada allí... Por cierto ... ¿Dónde está vuestro amigo el enmascarado? ... Encuentro fuera de lugar que todos esteis aquí presentes menos él.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
- Disculpadme si no he logrado expresarme bien Señor. Por supuesto no planteaba irme hasta haber cumplido con mis deberes hacia la Corona. - se disculpó Godric -Gracias Señor... así haré.. yo... gracias - Godric parecía más sorprendido por el inesperado elogio de Bastianes que agradecido por permitirle conservar la reliquia de su religión. No es que no lo estuviera, es que las palabras de Bastianes le habían cogido desprevenido e intentaba sobreponerse a la sorpresa.
Cuando Bastianes quemó los papeles casi pudo escuchar las palabras de Khalion "Te lo dije" pero en realidad, aquella era la segunda vez que Bastianes le sorprendía. Cierto era que aquello era lo correcto. No sólo, como había mascullado el Alto Mariscal, privaba de poder y recursos a un enemigo declarado de la Corona, si no que no caía en cuestionables tácticas para aprovecharse de la ambición del otro. Esto le hizo reflexionar. El Godric de hace unos años no habría dudado en hacer lo mismo, pero ahora veía más cosas. Comprendía más cosas. Se sintió algo entristecido. A veces era mejor no ver, no saber.
- En realidad Elías, o Ilaiah - apuntó Godric - propinó un golpe mortal a un guardia. Su reacción fue... totalmente inesperada cuando Leobald tan sólo mencionó su nombre. Yo... hice lo que pude por aquel guardia, que sigue con vida, aunque puede que no haya sido lo mejor, sus lesiones eran... considerables. Espero poder verlo y seguir tratándolo en breve... - añade pensativo.
Godric dejó que Leobald contara lo referente a su padre pero se alarmó ante las palabras de Bastianes. ¿Es que iba a ser siempre igual? Elías no merecía una segunda oportunidad, el padre de Leobald merecía la pena sumaria... casi sin juicio y sólo porque su nombre aparecía en unas cartas. A riesgo de enfurecer al que tenía todos sus destinos en la palma de la mano osó intervenir.
- Dis... disculpadme señor pero... ¿No creéis que la pena sumaria es un poco... precipitada ante unas pruebas tan... circunstanciales? El nombre del padre de Leobald puede aparecer sólo como un contacto, o como una persona con quien hacen negocios los traidores... pero quizá él no sepa con quién está haciendo negocios. Quizá sea inocente... y puede que, tras una investigación y cuando conozca la verdad, pueda aportar su ayuda a la Corona para dar con los verdaderos traidores... quiero decir... ¿no deberíamos asegurarnos de su culpabilidad antes de... condenarle? -
Podéis ir a esa fiesta, será la última que se celebre en mucho tiempo... esos días acaban de llegar a su fin. Es lo menos que puedo hacer por Eliander, su posición ya es de por sí delicada allí... Por cierto ... ¿Dónde está vuestro amigo el enmascarado? ... Encuentro fuera de lugar que todos esteis aquí presentes menos él
- Khalion posee unos contactos que el resto de nosotros no seríamos capaces de haber obtenido, no sólo en el poco tiempo que lo ha hecho él, si no en varios años, una vida en mi caso. La información que obtiene nos es de extrema utilidad en el cumplimiento de nuestras funciones. Tenía, pues, que comprobar ciertas cosas y la premura por poneros al día nos ha impedido esperarle. Sólo intentábamos ser lo más eficientes posible señor... -
PbP Character: A few ;)
Oyendo que la conversación se dirigía a temas más prosaicos y el torrente de información parecía secarse TocToc dedicó que ese era el momento más adecuado para intervenir.
- Si me disculpáis. A mí me corresponde además revelar información acerca de los no-muertos que acechan las minas. – Hizo una pausa dramática que dedicó dirigir sus vendados ojos hacia Julius y Bastianes. Ya había repasado sus posibles reacciones, pero no tenía muy claro cómo iba a reaccionar el mismo. Sintió ansiedad, había guardado aquellos secretos tanto tiempo que algo dentro de él gritaba: “¡No, no lo hagas!”. Pero a duras penas era ya un secreto y creía que ignorarlo era contraproducente. Esperaba no equivocarse.
- Mi nombre no es TocToc si no NockWhizzThud. Realicé el cambio de identidad con el auténtico TocToc para ocultarme de mi amo, el lich Akrul. Por poner algo de contexto mi embarcación fue asaltada por sus agentes y negándome a servir al nuevo capitán fui esclavizado por el lich. Llegué a convertirme en uno de sus sirvientes personales y observándole aprendí ciertos de sus trucos. Esas habilidades las use para hacerme pasar por muerto y huir de su guarida. Mi plan era desaparecer de la faz de la tierra, y por ello hice el pacto con el bandido TocToc, comprándole su identidad. – Exhaló y tomó aire, pero antes de que nadie pudiese realizar una observación prosiguió.
- En la posada sufrimos un ataque de no muertos como imagino que ya sabrán. A través de la visión de uno de los no-muertos, Akrul me reconoció e intento localizarme, creo que no lo logró, pero sí que tendrá una idea de la zona. En cualquier caso, sabe que estoy vivo. Siento su presencia buscándome. Y viene a por mí.
- La noche siguiente me robó la vista, adueñándose de lo que veía y para evitar que me encontrase, para evitar que me matase y que condenase a todos a mi alrededor, tuve que arrancarme los ojos. Pero aún siento su presencia buscándome. Y viene a por mí.
- Akrul odia a todas las razas que no son enanas y tiene especial inquina a los usurpadores humanos que han robado las minas que por herencia pertenecen a los enanos. Seguirá sus ataques a las minas hasta que las obtenga. No descansará jamás en su misión de causar todo el sufrimiento que pueda a los humanos. Y nunca dejará de buscarme para darme un horrible e indescriptible escarmiento. Nunca. Sabe que estoy vivo, me busca y viene a por mí.
- Solo jamás podría enfrentarme a él. Pero con esta incipiente bandada y con el apoyo de los recursos de Cormyr quizás tenga una oportunidad. Os pido que me dejéis permanecer en este grupo como agente. – Dijo mientras hacia un gesto con su emplumada mano abarcando a los presentes. - Es un enemigo común al que tarde o temprano os deberéis enfrentar.
Con el secreto destruido NockWhizzThud se relajó y espero con curiosidad la reacción de Bastianes.
Zevatur, Rolthos
En silencio Godric puso una mano en el hombro de NockWhizzThud para mostrarle su apoyo.
PbP Character: A few ;)
Al sentir la mano de apoyo de Godri Nock cabeceo mostrandole agradecimiento.
Zevatur, Rolthos
Leobald encajó con estoicismo la amenaza directa a su apellido. Entendía que ahora mismo era el resentimiento el que hablaba en la boca del mariscal. Había mucha cosas que aclarar antes de actuar con dureza. Los caballeros eran ante todo hombres de honor y confiaba en un trato justo. Agradeció con un gesto amable la preocupación de Godric, pero enseguida le detuvo con otro igualmente gentil de su mano. No era el momento, no les convenía poner en tela de juicio la palabra de Basianes de nuevo.
Las revelaciones de Toctoc le afectaron más. No pudo reprimir una mirada de tristeza. ¿Por qué, de todos ellos, él había sentido que tenía que guardar ese secreto tanto tiempo? Lamentaba la falta de confianza, pero el miedo es una pasión poderosa. No podía culparle. Asintió al kenku en premio a la valentía que había expuesto por fin el asunto. Todos eran uno y lich, pirata o noble avillanado tendrían que enfrentarles como tal. Se debían los unos a los otros, con todas sus carencias y sus errores. Había esperanza en ellos. Por separado solo eran gotas de agua en la tempestad. Nada había cambiado tales conclusiones asumidas en lo alto del siniestro puente Escama de Tiburón hacía pocos días.
No quería alterar más a Bastianes, tenía que tomar inminentemente decisiones importantes que les afectarían a todos y la ira no era buena consejera. Sin embargo sus sentidos de diplomático habían detectado algo preocupante sobre el Alto Capitán que si deberían indagar. Discretamente invocó el don del emisario de paz y habló con todo el tacto del que fue capaz sin dejar de lado la búsqueda de la verdad.
—Sir, hay un cabo suelto en todo esto que no hemos indagado lo suficiente. Hay una facción de la que apenas sabemos nada, pero nos la encontramos a cada paso. El robo del aceite del faro, el druida firbolg corrupto que vestía unos extraños alambiques mágicos y otra serie de menciones fortuitas a lo largo de nuestras pesquisas. ¿Qué sabemos realmente de los Alquimistas y cuál es su papel en el escenario actual? Cualquier dato podría sernos útil —la voz de Leobald sonó pausada y tranquila, pero profunda y llena de juicio, sin reproches o prejuicios, tan solo repleta de carisma.
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El alto mariscal escuchó una vez más las palabras de Godric, asintiendo levemente con la cabeza de vez en cuando, sin embargo las dudas sobre el juicio que sin duda caería sobre la figura del padre de Leobald ofendió al militar de más alto rango de la fortaleza, que algo airado contestó retirando cualquier atisbo previo de consideración hacia el sacerdote.
- No habrá pena ni condena sin juicio previo, se expondrán las pruebas y evidencias, tras lo cual, los magistrados de Suzail especializados en el tema determinarán su sentencia. No debes cuestionar el sistema, es justo e igual para todos, Cormyr no es un país de bárbaros o de costumbres primitivas... todo lo contrario, estamos a la cabeza en cuanto a civismo, honor y derechos. Entiendo que proviniendo de un sistema jerárquico eclesiástico pueda resultante confuso, pero creo que ya has vivido y sufrido bastante en este mundo como para saber diferenciar entre quienes juzgan primero y entre quienes ejecutan y luego preguntan.
Tras escuchar el resto de la conversación con el acólito de Lathander, donde explicaba la ausencia del agente enmascarado, Bastianes pareció satisfecho con la respuesta y no indagó más al respecto. Sin embargo, cuando llegó el turno del confeso TocToc, el caballero púrpura quedó bastante sorprendido y su rostro por primera vez desde que entraron en la sala, dejó escapar un gesto más allá de su pétrea máscara facial, el de la incredulidad. Mirando directamente a Julius, esté paso a entonar, con un alto grado de decepción, una especie de reprimenda a su mago de guerra asociado.
-- ¿Cómo ha podido cometerse tal error? ¿No sé supone que estás encargado de investigar el pasado y la historia de todos los "candidatos" a agentes antes de su llegada y aprobación? El robo de identidad sigue siendo un delito, pero en este caso no fue ni siquiera a alguien del que aprovecharse, sino con el que condenarse, sin duda es un eximente a considerar. Llega al fondo de todo esto de inmediato, y si es cierto, contacta con el alto Magistrado de Saltmarsh, ... la situación de NockWhizzThud debe quedar perfectamente regularizada mientras esté bajo mi cargo.
Julius asintió en silencio asumiendo toda la culpa sin emitir ni una sola réplica antes de emprender su camino a la salida de la sala de comandancia, al pasar por la altura de la mesa donde el kenku estaba situado, éste pareció girar levemente la cabeza, y el héroe emplumado creyó observar una curiosa sonrisa que sólo permaneció allí una décima de segundo. Un gesto, que estando de espaldas a Bastianes, éste último no pudo visualizar.
- Un Lich amenaza la región y es culpable de los asaltos a la mina... y dices que te tiene especial inquina, ... tener un enemigo común es una fuerza poderosa para alianzas que pueden perdurar en el tiempo, y puesto que si se confirma tu versión de quien eres en realidad, quedarías inmediatamente exonerado, a falta sólo de determinar la falta por robo de identidad, quedarías libre de las cadenas que te atan a mi y al título de "Agente" de la Corona. Dividiré los refuerzos solicitados entre la ciudad y la mina, y consultaré a los sacerdotes de Seaton, puesto que en Saltmarsh ya no quedan.
Bastianes parecía dar por terminada la reunión a pesar de que ni Leobald o Adriana habían participado. Pero fue entonces cuando el veterano humano abrazó su carismática habilidad para abrir viejas heridas y hacerlas sangrar a borbotones, ... la prímera vez le salió bien, convirtiendo a un enemigo en amigo... ¿volvería a pasar esta vez? ... Sin duda estaba a punto de saberlo.
El Alto Mariscal se levantó de la silla visiblemente afectado una vez más, el rostro pugnaba por mantenerse impasible sin demasiado éxito, un gran combate interno se estaba librando en el interior del dignatario de Ghostfinger...
Que Leobald haga su Persuasion check con el +5 de su habilidad.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Persuasion: 16
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Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
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Adriana accedió al ya conocido despacho de Bastianes con la espalda muy recta, las manos entrelazadas descansando sobre su regazo y la cabeza ligeramente inclinada, con la mirada dirigida al suelo, haciendo una pequeña reverencia de respeto cuando estuvo ante su presencia.
La figura del Capitán le imponía más de lo que le gustaba reconocer; sabía que ella, más que ninguno, era objeto de observación y análisis por su parte y no dejaría pasar ni un mínimo detalle, y menos un error. La alta elfa se sentía frustrada y apenada ante la imposibilidad de demostrarle a aquel padre aún de luto que no había tenido nada que ver con la muerte de su hija. Su testimonio no le servía y no tenía ninguna prueba fehaciente que mostrarle. Y ella aceptaba esta condición, siendo consciente del dolor que nublaba su raciocinio, entendiendo su actitud, aunque no fuese justa.
Por ello, la hechicera se mantuvo en un analítico silencio mientras sus compañeros iban relatando los hechos acaecidos los últimos días.
Cuando Godric hizo mención al cetro y su intención de entregarlo a la Catedral de la Mañana al quedar libre, Adriana asintió con la cabeza en un gesto de agradecimiento hacia el muchacho. Le reconfortaba saber que al menos había recapacitado y tenía la intención de hacer lo que ella creía correcto.
No pudo evitar sentir una punzada de alivio cuando Bastianes quemó aquellos papeles fruto de un conflicto sin sentido entre el sacerdote y el aasamir. Aunque sorprendente, la actuación del capitán había sido la más cabal.
Cuando Leobald mencionó los rumores sobre la huída de Elías del cadalso, Adriana sintió que, indiscutiblemente, de alguna manera estaban traicionando al grupo de capas grises. Entendía que ignorar el tema era demasiado sospechoso ante Bastianes, pero ahora éste tenía un hilo del que tirar e investigaría aquellos rumores en profundidad. ¿Sabría Bastianes algo sobre la Hermandad Escarlata? Lo dudaba. Y si de verdad se trataba de un grupo tan peligroso, ellos harían bien en intentar descubrir algo más.
La confesión de TocToc, ahora oficialmente NockWhizzThud, inundó de ternura su corazón. Ladeó la cabeza para mirarle y sonreírle. Realmente se alegraba por él, y debía aprovechar la oportunidad de recuperar su libertad si finalmente Bastianes se la otorgaba. Tenía la profunda convicción de que el córvido compañero sería el único en conseguirla.
Cuando todos parecían haber expuesto sus versiones, Adriana carraspeó débilmente y se dirigió al Capitán, mirándole momentáneamente a los ojos por primera vez en lo que llevaban de reunión.
- Señor, me siento en la obligación de preguntarle por la suerte de los contrabandistas que detuvimos en el barco. Aunque fue una lucha cruenta, he de comunicarle que, finalmente, se rindieron, prometiéndoles que intercederíamos ante usted para rogarle por sus vidas. Quizá ya es demasiado tarde para hacerle llegar esta petición y, aunque no sea posible, no puedo faltar a mi palabra de transmitirle esta solicitud -
- Con respecto a la fiesta a la que hemos sido invitados esta noche, agradecemos que nos otorgue su consentimiento para acudir. Y, por ello, no tengo más elección que pedirle que nos faciliten vestimentas adecuadas para tal evento. No resultaría adecuado ni pertinente vestir con nuestras ropas de calle en una fiesta de tal magnitud, a la que asistirán los más altos cargos de la sociedad de la ciudad - hizo una pausa y bajó su tono de voz a uno más complaciente - por descontado, solo si usted lo considera oportuno -
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"