- No entiendo qué ha pasado desde que llegamos a la isla pero... eso puede esperar están todos heridos - responde Godric a Adriana y tras apretar ligeramente una vez más sus manos se dirige al resto de compañeros para ayudarles a sanar sus heridas.El contacto de los dedos de la elfa en su rostro le acompañó en rodo momento.
El mundo en plena crisis y nuestro clérigo embelesado por una bonita cabellera y unas largas pestañas...o puede que sean las ratas lo que le mola...pensaba para si mismo Mablung al mirar a Godric y Adriana y una ligera sonrisa se le escapó con estos pensamientos.
Nock se dejó caer en el fangoso suelo. Su elegante abrigo verde, repleto de bolsillos, se empapó y se cubrió aún más de barro. Todo había desaparecido como en un sueño. Si no fuera por aquel guardia y Gorfeo, aquel templo bien podría haber sido una ensoñación, un sueño albergando otro sueño. Todo se había esfumado: los monjes, la luz, el templo, las esperanzas... Admiraba la resolución de Mablung y su claridad de ideas, y asintió sin expresar ninguna opinión, en aquel momento no la tenia. Bajó los ojos por un momento, recordando la sensación de sus majestuosas alas impulsándolo hacia el cielo.
Luego, dirigió su atención hacia el descampado donde había estado el templo. Dibujando una runa en el aire, invocó a un búho esquelético. " Ojo de la Penumbra, ve y busca restos que podamos usar" dijo, haciendo que el búho alzara el vuelo hacia donde había estado el templo.
Una vez mas pudieron ver la criatura, esta vez con algo mas de detalle. Ojo de la Penumbra era una figura fascinante y esquelética. Su estructura era completamente ósea, sin plumas, revelaba una delicada e intrincada anatomía. Su cráneo expuesto y prominente, presentaba cuencas oculares en las que parecen haber dos perlas negras engastadas. Gran parte de sus huesos estaban adornados con runas misticas y angulosas, meticulosamente talladas en su superficie. El búho esquelético estba decorado con elaboradas joyas tribales, que incluian pequeños fragmentos de hueso y diminutas piezas de concha atadas meticulosamente con cuerda envejecida y desgastada.
Gracias a laIA generativa he actualizado el aspecto de Ojo de la Penumbra.
Me acabo de dar cuenta que el post que puse lo marcó como spam... repito :(
Gospiel alzó sus alas de manera majestuosa y se elevó en las alturas, no sin antes dedicar una mirada que portaba cierto recelo hacía el sacerdote, supuestamente de su misma religión, con el que no había dejado de mantener las distancias en todo momento. Y un último gesto de total desafío a Khalion fue lo que dejó como despedida al perderse volando entre las densas nubes que habían encapotado todo de nuevo, comenzando a regalar su incesante fina lluvia sobre todo el lugar una vez más. En un susurro, prácticamente apagado por el impacto de las gotas sobre el lodo del suelo, el ángel pareció murmurar una letanía en su propio lenguaje celestial.
- Vestraelus pacemis aliquandum sub luce inveniantil ... etiamus sin ab ipso inferno eripianturasol.
Un extrañamente animado Gorfeo, pareció sonreír al recibir la humedad del aguacero sobre su rostro, y a pesar del hedor y la miriada de insectos que habían vuelto a sobrevolarles a todos, salgo contadas excepciones, el habitante del sueño parecía entusiasmado con su nueva situación. Recogiendo su mochila llena de setas de colores imposibles en este plano, el pequeño arquero se dirigió al herido brigada Llondyl, espetándole con cierto apremio.
- Parece que necesitas escolta... te acompañaré a tu puesto o pueblo, a que puedas reportar a tu señor... soy un fiero explorador y mejor guerrero, no me juzgues por mi tamaño, eso sería un error fatal sin duda. Estoy seguro de que en tu asentamiento nos recibirán como héroes de legendarias gestas, aunque debemos quizás omitir lo que ha ocurrido aquí hoy y la existencia de este emplazamiento en tu informe... Pareces herido, pero tengo remedios, algunos incluso te harán "rendir" mejor ... llegaremos a lugar seguro en un instante, sólo tienes que darme las indicaciones de como llegar... ¿podrás hacerlo?
El oficial miró con cierta cara de incredulidad a Gorfeo, y luego alzó su rostro para cotejar la idea con el resto de agentes, aunque no parecía demasiado seguro al respecto...
- Yo... esto... tengo órdenes, y si sería lógico que volviera a reportar toda la información recibida... pero... eres un goblin... una raza malvada y vil ... no sé yo si es buena idea...
La mirada de Nadie se cruzó con la de Llondyl cortándole su discurso de inmediato. El hobgoblin emitió un profundo gruñido difícil de interpretar, pudiera ser un suspiro, o una amenaza... era muy complicado leer al anaranjado paria la mayoría de las veces. Gorfeo respondió con un rostro de inocencia y sorpresa.
- Disculpa... pero ... ¿Qué es un goblin? ¿Es una categoría de héroe? ... Te puedo asegurar que no me siento malvado o ... vil como dices... ¿Partimos ya?
Mientras ambos extraños compañeros de viaje ultimaban los preparativos para marchar de vuelta a Saltmarsh, Ojo de Penumbra sobrevoló el templo ojo avizor usando su antaña percepción de ave de presa que de algún modo pareció conservar, al igual que su instinto para devorar roedores... Al ave le costó echar el vuelo e ignorar las sabrosas y jugosas ratas que asomaban de los bolsillos de Adriana. Aunque siempre podría haber un segundo asalto, tiempo tenía de sobra.
La rapaz escudriñó el terreno al principio sin demasiada suerte, todo había sido tragado por la tierra, prácticamente al completo, sumergiendo lo que una vez fue el tempo en las profundidades de la ciénaga. Tras el derrumbe y el desplome de la estructura, sólo parecía haber sobrevivido un resto del altar principal y poco más... sin embargo, entre algunos escombros parcialmente enterrados, y que sin duda seguían hundiéndose lentamente en un terreno muy traicionero, el familiar esqueleto se posó sobre una gran roca cilíndrica que otrora fuera parte de una de las columnas maestras que soportaban el templo. Emitiendo un ulular de triunfo, extrajo con su pijo un trozo de tela amoratada con vetas azules como el mar profundo. Ésta parecía pertenecer a una toga ahora destrozada, pero que era la que portaba cierto gemelo antagonista algunas horas antes de morir. Al parecer Ojo de Penumbra picoteaba algo más atrapado entre la roca y la tierra, ... algo que se hundía y que le costaba extraer... abrió las alas pidiendo ayuda... pero la zona sin duda era bastante inestable y peligrosa...
Os recuerdo los posibles caminos y opciones que vio en su día Nock con Ojo de Penumbra. Respecto a la fortaleza de los hombres lagarto:
"Tres entradas habían conseguido localizar desde sus barcazas de vela corta, pero no sabían si podría encontrarse alguna más escondida en la zona norte de la fortaleza, una cueva que daba al ala este, por la que habían observado grandes criaturas entrar y salir. Una cueva marina que sólo tenía acceso directo a través del mar, y la entrada principal, fuertemente vigilada."
Respecto a los diferentes hitos (las ruinas es donde estáis ahora) esto es lo que percibieron en su momento:
"Varios hitos llamaron la atención del explorador, porque parecían poder verse a vista de pájaro en las proximidades, por el sendero oeste, unas viejas ruinas parecían situarse no muy lejos del cenagoso camino, pero que no hubieran sido vistas directamente desde éste, ... parcialmente ocultas y a cierta distancia. Por el sendero sur, parecía haber más movimiento, ... algunas criaturas de aspecto reptiliano y con conchas a su espalda, se desplazaban sigilosamente hacía una colina situada a varias millas de su posición en dirección directa hacia la costa... parecía un campamento o cubil de algún tipo... y por el sendero más oculto, justo antes de adentrarse en la maleza más densa donde la visión del familiar no podía llegar, un extraño valle cubierto de hongos gigantes y parcialmente oculto por unas nubes amarillentas probablemente formadas por sus propias esporas, parecía cubrir el denostado camino, que parecía sumergirse bajo las aguas cenagosas en algunos tramos."
Si tenéis el lenguaje Celestial, podéis entender lo que dice Gospiel antes de marcharse.
Godric, que está atendiendo las heridas de uno de sus compañeros, de pronto ve a Gospiel elevar el vuelo. Sus ojos se abren llenos de asombro y estupefacción. Sorprendido e impotente ve como el ser celestial eleva el vuelo, escucha sus palabras y desaparece. Godric levanta una mano, intentado llamar la atención de la angelical figura sin éxito.
- Pero... pero... eso era... - apenas logra decir confuso.
La conversación entre el pequeño e inocente goblin y el explorador sólo hace que su confusión aumente.
- Yo... no... no estoy entendiendo nada yo... puedo sanarte algo más si vas a adentrarte en el pantano - le dice al explorador - aunque sea para volver a Bastianes mejor hacerlo con todas las garantías. -
Luego se vuelve hacia Gorfeo.
- Bienhallado, mi nombre es Godric y... tienes que disculparme pero me siento extremadamente confundido. Sin embargo Llondyl tiene razón. Aunque tus intenciones sean las más puras y tu corazón el más noble, me temo que mucha gente no te dará la oportunidad de demostrarlo y te juzgará por las apariencias o por lo que otros digan de ti.. - dice no sin cierto resquemor - Por eso te aconsejo prudencia y que dejes hablar a Lloynd en primer lugar. Igual sería mejor idea que te quedaras con nosotros... como hizo Nadie, aunque no sé ni quién eres ni de donde vienes ni qué quieres hacer... pero de momento te pareces preocupar por uno de los nuestros... - Godric se gira hacia el resto de sus compañeros.
- ¿Alguien puede explicarme qué está pasando? Lo último que recuerdo es seguir al monje hacia su templo y lo siguiente es despertar en aquella sala, y salir corriendo mientras todo se derrumbaba... -
Llondyl asintió agradecido a Godric por su altruista acto y se dejó sanar por el curandero de guerra. A su lado y muy cerca, Gorfeo observaba como trabajaba el sacerdote, absorbiendo ese conocimiento como una esponja, mientras, intentaba dialogar con el confuso seguidor de "Lathander", usando un tono amigable y confiado.
- No entiendo porque la gente me va a juzgar por actos que aún no he hecho, no tiene mucha lógica, pero he prometido proteger a ese muchacho y lo haré, en cierto modo, tu Dios me protege, lo siento junto de mi... de algún modo que no puedo explicar, ... supongo que pasé demasiado tiempo con el difunto Mitrado, y al final, algo se pega... Cuando acabes me lo llevaré ante sus superiores, y de paso puede que aplique a su orden, ... parecen buena gente y muy apegados a su causa.
Obviamente la forma de hablar y la personalidad del pequeño goblin chirriaba a ojos vista, quizás como si fuera una encarnación de "alguien" diferente, ¿un parangón? parecido a lo que los agentes se transformaron en el mundo Onírico, pero esta vez a la inversa, y en la realidad de la Vigilia.
- Por cierto ... me gustó mucho tu... avatar ... Asmogódrica parecía una mujer fuerte y empoderada, - Gorfeo bajó la cabeza con un evidente rubor en sus verdes mejillas - Tenía una "personalidad" arrebatadora y sabía lo que quería ... una mujer de bandera ... de los pies a la cabeza... no sé ... no ... sé ... donde quedará ahora ella, ... ¿quizás dentro de tí? ¿quizás duerma plácidamente esperando su momento de nuevo? ... En cualquier caso quiero que la cuides y no dejes que le pase nada... Va de castigadora pero en sus ojos se veían buenas intenciones... como en los tuyos ahora.
Las palabras del ex-servidor de Lord Belestrus, confundieron sin duda aún más a Godric, pero el goblin parecía estar convencido de ellas, sonriendo mientras mostraba una fila de afilados dientes bastante bien cuidados para los de su raza.
El ángel acababa de ascender llevándose con él todo rastro de cualquier cosa elevada de aquel lugar. Solo quedaban ellos y la hediondez del pantano. Leobald permanecía en silencio frotándose el malogrado brazo izquierdo mientras dedicaba una mirada resignada a Godric y Khalion. El último de los cascotes le había golpeado con fuerza entumeciéndolo hasta la punta de los dedos. La sangre, la armadura abollada en una docena de lugares y el polvo sobre el cabello despeinado y los hombros le conferían un aspecto deplorable. Miraba al ingenuo goblin con tristeza.
—Me quedaría mas tranquilo si nos mantuviéramos unidos, pero os deseo lo mejor si preferís volver a Saltmarsh —suspiró—. Interceded por él, os lo ruego, le debemos mucho —le dijo a Lloyd.
Espantó algunos mosquitos de su rostro y encaró el siguiente asunto.
—Respecto a los hombres lagarto, entiendo que deis muy poco por la opción diplomática, pero realmente sabemos muy poco de sus intereses. Deberíamos al menos tratar de averiguar qué les impulsa —se detuvo un momento—. Las cuevas tenían tres entradas. La entrada principal y la que da al mar deben estar más vigiladas. Pero había una más al final de un sendero ascendente que bordeaba la costa, si no recuerdo mal las palabras de Nork.
Godric lanzó una mirada llena de misericordia y pena al goblin cuando escuchó sus esperanzadoras palabras.
- Hablas con una sabiduría que es difícil de encontrar aqui... tus actos deberían hablar por ti, no tu aspecto. Te deseo que Lathander ilumine siempre tu camino Gorfeo. Y espero que nuestros caminos vuelvan a encontrarse pronto. -
Asintió a las palabras de Leobald pidiendo a Lloyd que intercediera por el bienintencionado goblin.
Godric se sintió más confuso por las últimas palabras de Gorfeo, pero no quiso confundir más al goblin - Yo... procuraré que no le pase nada... - pero era evidente que no sabía de qué le estaba hablando.
Cuando los agentes pasaron a estudiar un plan de acción Godric recordó lo acontecido en el barco contrabandista.
- Los hombres lagarto quedaron agradecidos por la entrega de las armas. Dijeron que algo les estaba empujando a salir de su territorio y que necesitaban las armas para defenderse, no para atacar Saltmarsh. Creo que si vamos en son de paz y nos ofrecemos a ayudarles con sus problemas, no sólo evitaremos un problema a la ciudad, si no que ganaremos un aliado que nos puede ayudar a encontrar a los seguidores de nuestro enemigo que se ocultan en el pantano. Yo estaré listo en cuanto termine de atenderos... -dice el sacerdorte sacando mas vendas limpias de su inseparable zurrón y dirigiéndose al siguiente de los heridos compañeros.
- Creo que la mejor opción es tratar de interceptar alguna de las patrullas y ver si la opción diplomática es viable, aunque no negaré que la idea de ver Saltmarh arrasada tiene un poco de encanto, hace que mi antiguo yo se sienta regocijado, pero entiendo que las cosas no son como uno quiere y como bien dice Godric, su ayuda nos vendrña muy bien no se me ocurre nadie mejor para que nos ayude en estos pantanos. ¿Alguno se acuerda del nombre del lagarto del barco pirata?, quizás preguntar por él nos facilite las cosas, creo que algunos tuvisteis bastante trato con él-
Volviéndose hacia el gobling le dijo:- Recuerda que ya no estas en tu mundo onírico, aquí tu raza suele ser malvada, pero al ir acompañado no creo que tengas problemas, por otro lado quiero que sepas que eres bienvenido al círculo de Saltmarsh, buena suerte en tu viaje-
Tras lo cual acepto la ayuda de Godric para tratar sus heridas.
Tras escuchar las palabras del ángel, Adriana dirigió su mirada a Khalion y a Godric, profiriendo un profundo suspiro que delataba preocupación y compasión a partes iguales. Sin comentar nada más allá, se acercó al joven sacerdote para intentar explicarle lo que había sucedido, mientras éste restauraba las heridas del resto del grupo.
- Verás, Godric… en el momento en el que cruzamos la linde del templo, perdiste completamente la memoria, como si retrocedieras en el tiempo años atrás. Hablaste del padre Declan y de tu maza…- le comentó, esperando que eso le diera alguna pista de cuánto había retrocedido en el tiempo - No nos reconocías a ninguno de nosotros, pero ya eras un servidor de Lathander. Artorius, el prelado del templo, nos contó que Vaalastroth avanzaba en su plan de atravesar su plano para llegar al nuestro a través del mundo onírico. Varios “soñadores”, escondidos y bajo el efecto de un ritual, mientras sus cuerpos físicos permanecen en el plano de la vigilia, sus almas luchan en el plano onírico, defendiendo el portal por el que podría adentrarse el mal que nos acecha. Hay varios durmientes, pero nosotros solo conocemos el que reposaba eternamente en este templo ahora destruido - hace una pausa, observando con tristeza los cascotes.
- Artorius nos imploró ayuda para que accediéramos mediante el ritual al mundo onírico y ayudáramos al durmiente en su lucha. Así lo hicimos, convirtiéndonos de esta manera en otros seres… diferentes pero con nuestra esencia. Tú eras Asmogódrica… tal y como te ha comentado Gorfeo. Quizá en otro momento podamos ahondar en este punto si tienes curiosidad… - dijo intentando no centrarse demasiado en estos detalles, para resumirle lo antes posible lo que había sucedido
- Ya en el mundo onírico, comenzamos nuestra búsqueda del mártir. Allí dimos con Gorfeo, que nos guió hasta el claro donde se producía la batalla. Un foso insondable del que emergía una enorme cadena que se elevaba hasta el cielo y desaparecía en él. En el filo, se encontraban el mártir al que debíamos ayudar y la figura oscura, que resultó ser Adklo, intentando destruirle - la mirada de Adriana se tornó más triste y su gesto se torció al explicarle el amargo final al sacerdote - Lo intentamos pero… nada pudimos hacer. Tras una cruenta batalla, nuestros esfuerzos no fueron suficientes… tras luchar con seres del averno invocados por el heraldo, finalmente nuestro durmiente pereció. Fuimos expulsados abruptamente al mundo de la vigilia, donde todo se precipitó, desmoronándose el templo tras nuestro fracaso y devolviéndote de esta forma la memoria -
Adriana se sentó en una piedra cercana y reposó los brazos en su regazo.
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Nock se sintió revitalizado por el reciente descubrimiento de Ojo de la Penumbra. - Yo abogo tambien por la opcion diplomatica. No creo que el chantaje o las amenazas puedan resolver este problema. - Dijo mientras se reincorporaba y dejaba su mochila, se desahcia de su armadura y equipo pesado.
Ignorando el resto de las conversaciones dispersas de sus compañeros, y con un paso cauteloso, se aproximó al borde de las peligrosas y movedizas ruinas. A su alrededor el humedo aire rezumaba santicidad perdida. Con una concentración palpable, extendió su mano emplumada hacia el cielo lechoso, trazando un símbolo rúnico que brilló brevemente con un parpadeo cristalino. Las palabras que pronunció a continuación eran duras, ancestrales; eran palabras de poder destinadas a guiarlo y protegerlo en su empresa arriesgada Guidance.
Con la atencion fija en el objeto atrapado entre la roca y la tierra, Nock evaluó rápidamente la estabilidad del terreno que pisaba, buscando una ruta que le acercase al objeto y desde donde operar. Mientras avanzaba, los detalles de una conversación entre Adriana y Godric llegaban a él como el murmullo de un arroyo distante. Adriana explicaba lo ocurrido con meticulosa precisión, su voz flotaba en el aire cargado de humedad y zumbidos de insectos, añadiendo un tinte de surrealismo a la escena. Nock, sin embargo, se mantenía enfocado en su mision Survival: 24.
Si llego a las proximidades del objeto sin morir horriblemente:
Finalmente, en una posición segura, conjuró otro hechizo, esta vez uno más delicado y preciso Mage hand. Elevó sus manos frente a sí, y de la palma de su mano surgio otra mano, espectral y translúcida. La mano etérea se deslizó suavemente hacia el objeto, sus dedos fantasmales manipulando con habilidad para liberarlo sin perturbar el precario equilibrio de los escombros que lo rodeaban.
Mientras Gorfeo y el brigada Llondyl desaparecían en la dirección indicada por los agentes, atravesando las ruinas cercanas y uniéndose al enlodado camino que se dirigía de vuelta a Saltmarsh. El ágil y perspicaz Nock, saltó con la profesionalidad y veteranía con la que ya tenía acostumbrados al resto, acercándose brincando entre rocas que se hundían lentamente en el fango de la isla, calculando tanto su entrada como su salida, y ejerciendo su habilidad de atravesar terrenos movedizos, casi al pico de sus conocimientos.
Su inquebrantable esfuerzo y maestría trajeron su fruto, ayudado por la mano espectral, consiguió salvar un par de objetos antes de que el pantano se los tragase para siempre. A parte de las túnicas, ahora raídas y desgarradas del que fue el gemelo de Adzo, dos objetos más pudieron ser recuperados. Las primeras parecían estar elaboradas en unas sedas azules como el mar profundo, con filigranas en plata dibujando espirales. También Nock extrajo un extraño cetro de cuarenta centímetros de largo, con la forma de un retorcido pero elegante tentáculo imitando al de un pulpo o quizás algo diferente... y más desconocido. El cetro estaba coronado también en su punta, donde el apéndice terminaba su imposible giro, con una fría gema del mismo color que la túnica, posiblemente un zafiro, que parecía emitir un ligero brillo en lo más profundo de su interior, si se miraba fijamente el suficiente tiempo. Junto a ambos restos, un manto también azul, extrañamente impecable, parecía haber sobrevivido milagrosamente a su antiguo amo. Apenas podría cubrir los hombros y parte del pecho de una persona, y carecía de cualquier inscripción o adorno a primera vista. Sin embargo el broche que presidía el cierre de ambos lados de la prenda, si parecía trabajado en plata pura, con una inscripciones rúnicas bastante simples labradas sobre él. La pieza parecía adherida inherentemente al manto, sin costuras o apliques... como si todo el conjunto fuera uno sólo.
Con todo el tesoro en su poder, el kenku volvió, tan ágilmente como había acudido al rescate, de vuelta con el resto de compañeros.
Entiendo que una vez os trate Godric a todos, (esto administrarlo vosotros, me fío), os dirigís a la entrada que menciona Leobald que cree que está menos protegida. No sé si queréis antes hacer noche allí mismo o os movéis directamente, aclarádmelo. También comentarme si tomáis alguna precaución, pauta o comportamiento especial mientras viajáis, o simplemente camináis intentado interpretar el mapa y que Lathander reconozca a los suyos...)
El pico de Nock se torció en una media sonrisa de satisfacción mientras se reunía con sus compañeros. Sin conocer realmente la naturaleza de cada objeto, los distribuyó según su intuición.
- Podéis reorganizar los objetos entre vosotros si os parece mal o no los queréis - dijo sin esperar a que se negociase quién se quedaba con qué.
Se acercó a Adriana y le ofreció el cetro tentacular.
- Quizás no sea sabio usar este objeto. Ten cuidado...
Después, dudó un momento entre Godric y Leobald, pero finalmente se acercó a Leobald y le ofreció las elaboradas sedas azules.
-Creo recordar que las portaba el mitrado... llévalas con orgullo.
No estaba seguro de que Godric adorase a Lathander o si el presente fuese en realidad Godric. Al final, Nock se quedó con las raídas ropas de Adzo como testimonio de lo que le habia le sucedido y con el manto con el broche rúnico, atraído por las rúnicas inscripciones grabadas en él.
Antes de partir, recompensó a Ojo de la Penumbra con la larva que había obtenido de GoodwormsGoodberry.
- Buen trabajo, Ojo... haznos de vigía desde el cielo ahora - dijo mientras levantaba la mano para que alzase el vuelo. - Yo puedo intentar ser la vanguardia, con Ojo y mis habilidades. Soy más sigiloso que el grupo entero y quizás podamos evitar alguna emboscada, aunque el pantano no es mi terreno favorito.
Viendo que el grupo se activaba, Mablung se levantó preparo su arco y le dijo a Nock- Si temes perderte en los pantanos, quizás pueda acompañarte o ir yo en vanguardia, como veas, los pantanos tampoco son mi terreno favorito, pero te aseguro que no me perderá, lo dejo a tu elección-, tras lo cual se quedo mirando en dirección hacia donde debería de estar la entrada según el plano.
Nock asintió a Mablung con una mirada de aprobación bajo la marchita luz que se filtraba a través de la neblina. - Podemos ir los dos en vanguardia - Dijo, su voz apenas un susurro entre los incesantes zumbidos de los cansinos insectos. - Así abarcaremos más terreno, nos protegeremos mutuamente, y dos personas sigilosas seguirán siendo una avanzada silenciosa.
Sobre sus cabezas, Ojo de la Penumbra, el búho esquelético de Nock, les sobrevolaba, sus alas huesudas cortando el aire con un sonido casi imperceptible. Nock se re-ajustó su abrigo de muchos bolsillos y se preparó para avanzar, sabiendo que cada paso en el pantano podría esconder una trampa mortal. - Mantengamonos alejados para abarcar mas terrno, pero cerca para no perdernos de vista. Y alerta.
Mientras atendía las heridas del grupo, Godric escuchaba en silencio el relato de todo lo que había ocurrido desde que el grupo llegara al ahora desaparecido templo y lugar sagrado de Lathander.
- Que raro es todo lo que cuentas Adriana... no lo pongo en duda, no me malinterpretes, pero... es todo muy confuso y creo que me deja con más preguntas que respuestas. Por lo que dices he sido dos personas distintas en este periplo, pero lamento que lo que hayan podido aportar no haya servido de mucho y hayamos fracasado intentando salvar a ese prelado... -
Godric se queda callado, meditando toda la información revelada y cuando termina de atender a sus amigos se venda distraidamente la cabeza y se queda sentado, pensando.
Lo que Adriana le ha contado de sus propias palabras al entrar en la isla del templo... era como si se hubiera retraído a la campaña de la Corona contra la Horda. Pero no era la primera vez que algo o alguien le llevaba a ese momento de su vida. Y las palabras de la enviada de Lathander resonaban en su cabeza.
Cuando el grupo comienza a prepararse para salir se une a ellos el último y cuando da un par de pasos siguiendo al resto hacia el pantano y el barro se detiene. Mira hacia atrás por encima de su hombro como si comprobara que no ha olvidado nada y susurra.
Leobald tomó las sedas azules del mitrado y las guardó con respeto y tristeza en la mirada. No se sentía digno de llevarlas entre toda aquella inmundicia. Enfocó sus esfuerzos en aprovechar aquel pequeño descanso para recuperar fuerzas y vendarse las heridas, con ayuda de Godric. Se había instaurado un resignado silencio entre ellos, al menos por parte del caballero.
El plan de Nork parecía sensato. Cuando todo estuvo listo siguió a los demás.
Dos sombras se movían con presteza adelantando la marcha, y volviendo sobre sus pasos cada media hora aproximadamente para guiar al grupo hasta el siguiente hito al que llegar en la dirección elegida, la puerta lateral de la fortaleza de los hombres lagarto. Ésta parecía aún lejana, y esa sensación, se acentuaba más aún, con el difícil avance a través las ciénagas. El esfuerzo se reflejaba en frenar y sacar lo peor de cada uno, salvo para Khalion, que se desplazaba sin esfuerzo alguno entre los turbios humedales impregnados en un intenso olor a turba.
Los chasquidos eléctricos que desprendía Mablung cada vez que algún insecto tenía la osadía de acercarse demasiado, potenciados de alguna manera si el elfo se sumergía parcialmente en agua, dejaban un sendero de muerte tras de sí, y un característico hedor a ozono a sumar al desagradable olor a pantano estancado.
Nock quizás era menos discreto, pero se las apañaba mejor, y sabía elegir siempre el mejor sendero, menos peligroso y más estable. La compañía de su búho muerto viviente surcando los brumosos cielos, le ayudaba a adelantarse al peligro, lo que le aportaba una ventaja añadida.
Con ambos excepcionales exploradores en la vanguardia, el día siguió su curso, pesado y agotador, drenando las fuerzas de los agentes. En sus cabezas podían pensar que habían avanzado mucho, pero en su corazón sabían que no era así, y que incluso con los dos exploradores en su mejor momento, costaba la marcha.
Cuando el sol comenzaba a descansar sobre el horizonte, o más bien la mancha anaranjada que se adivinaba entre las nubes grises lo hacía. Tanto Nock como Mablung detectaron movimiento en un pequeño valle bastante alejado de cualquier sendero que cruzara aquellas marismas. Una comitiva de una docena de hombres lagarto, guerreros en su mayoría, aunque parecían jóvenes aún, protegía un palanquín donde se recogían una veintena de huevos, acolchados entre diferentes hierbas húmedas y musgo.. Un par de estos guerreros parecían más grandes que el resto, casi alcanzando los dos metros de altura, puro músculo, con garrotes dentados fabricados con pesadas quijadas de algún enorme animal. Otro de ellos iba embutido en ropajes más tribales con adornos chamanísticos.
Rodeándoles, más de una veintena de seres humanoides con profundos rasgos de tortuga parecían estar amenazándolos, acercándose lentamente con lanzas de punta de hueso y rudimentarias hachas apuntando a los reptilianos. Este grupo, que pretendía posiblemente atacar a los hombres lagarto, incluso portaban a sus espaldas caparazones, que parecían ser parte de su propia y extraña fisionomía…
El resto de agente se encontraba bastante más atrás… quizás a unos diez minutos de distancia, así que si Mablúng y Nock retrocedían para avisar al resto en sigilo, cuando volvieran, quizás el destino de la batalla, que parecía inminente, podría estar ya decidido… pero por el contrario, ellos sólo eran dos… contra un número indefinido de enemigos, dependiendo de las diferentes reacciones de ambos bandos, y según los actos o reacciones que decidieran acometer….
Cosas a tener en cuenta:
El trayecto ha sido bastante agotador, y como digo drena mucho la energía de los agentes, que entre insectos y luchar por dar cada paso en el lodazal por el que se mueven, con armaduras, mochilas y equipajes varios, es una agonía. Todos deben tirar un chequeo de CON a dificultad 14 o tienen 1 grado de exhaustación. Excepción: Khalion. Mablung y Nock lo tiran con ventaja.
En el “short rest” si alguien ha intentado analizar o estudiar los objetos que ha rescatado Nock puede decirles en que consisten en caso de que sean mágicos. Eso si, si estaban malditos se comen la maldición (para eso está el Identify)
Godric, según comenzasteis el viaje parece susurrar algo a alguien y ese "alguien" parece estar susurrándole de vuelta ...
- No entiendo qué ha pasado desde que llegamos a la isla pero... eso puede esperar están todos heridos - responde Godric a Adriana y tras apretar ligeramente una vez más sus manos se dirige al resto de compañeros para ayudarles a sanar sus heridas.El contacto de los dedos de la elfa en su rostro le acompañó en rodo momento.
PbP Character: A few ;)
El mundo en plena crisis y nuestro clérigo embelesado por una bonita cabellera y unas largas pestañas...o puede que sean las ratas lo que le mola...pensaba para si mismo Mablung al mirar a Godric y Adriana y una ligera sonrisa se le escapó con estos pensamientos.
Nock se dejó caer en el fangoso suelo. Su elegante abrigo verde, repleto de bolsillos, se empapó y se cubrió aún más de barro. Todo había desaparecido como en un sueño. Si no fuera por aquel guardia y Gorfeo, aquel templo bien podría haber sido una ensoñación, un sueño albergando otro sueño. Todo se había esfumado: los monjes, la luz, el templo, las esperanzas... Admiraba la resolución de Mablung y su claridad de ideas, y asintió sin expresar ninguna opinión, en aquel momento no la tenia. Bajó los ojos por un momento, recordando la sensación de sus majestuosas alas impulsándolo hacia el cielo.
Luego, dirigió su atención hacia el descampado donde había estado el templo. Dibujando una runa en el aire, invocó a un búho esquelético. " Ojo de la Penumbra, ve y busca restos que podamos usar" dijo, haciendo que el búho alzara el vuelo hacia donde había estado el templo.
Una vez mas pudieron ver la criatura, esta vez con algo mas de detalle. Ojo de la Penumbra era una figura fascinante y esquelética. Su estructura era completamente ósea, sin plumas, revelaba una delicada e intrincada anatomía. Su cráneo expuesto y prominente, presentaba cuencas oculares en las que parecen haber dos perlas negras engastadas. Gran parte de sus huesos estaban adornados con runas misticas y angulosas, meticulosamente talladas en su superficie. El búho esquelético estba decorado con elaboradas joyas tribales, que incluian pequeños fragmentos de hueso y diminutas piezas de concha atadas meticulosamente con cuerda envejecida y desgastada.
Gracias a laIA generativa he actualizado el aspecto de Ojo de la Penumbra.
Zevatur, Rolthos
Me acabo de dar cuenta que el post que puse lo marcó como spam... repito :(
Gospiel alzó sus alas de manera majestuosa y se elevó en las alturas, no sin antes dedicar una mirada que portaba cierto recelo hacía el sacerdote, supuestamente de su misma religión, con el que no había dejado de mantener las distancias en todo momento. Y un último gesto de total desafío a Khalion fue lo que dejó como despedida al perderse volando entre las densas nubes que habían encapotado todo de nuevo, comenzando a regalar su incesante fina lluvia sobre todo el lugar una vez más. En un susurro, prácticamente apagado por el impacto de las gotas sobre el lodo del suelo, el ángel pareció murmurar una letanía en su propio lenguaje celestial.
- Vestraelus pacemis aliquandum sub luce inveniantil ... etiamus sin ab ipso inferno eripianturasol.
Un extrañamente animado Gorfeo, pareció sonreír al recibir la humedad del aguacero sobre su rostro, y a pesar del hedor y la miriada de insectos que habían vuelto a sobrevolarles a todos, salgo contadas excepciones, el habitante del sueño parecía entusiasmado con su nueva situación. Recogiendo su mochila llena de setas de colores imposibles en este plano, el pequeño arquero se dirigió al herido brigada Llondyl, espetándole con cierto apremio.
- Parece que necesitas escolta... te acompañaré a tu puesto o pueblo, a que puedas reportar a tu señor... soy un fiero explorador y mejor guerrero, no me juzgues por mi tamaño, eso sería un error fatal sin duda. Estoy seguro de que en tu asentamiento nos recibirán como héroes de legendarias gestas, aunque debemos quizás omitir lo que ha ocurrido aquí hoy y la existencia de este emplazamiento en tu informe... Pareces herido, pero tengo remedios, algunos incluso te harán "rendir" mejor ... llegaremos a lugar seguro en un instante, sólo tienes que darme las indicaciones de como llegar... ¿podrás hacerlo?
El oficial miró con cierta cara de incredulidad a Gorfeo, y luego alzó su rostro para cotejar la idea con el resto de agentes, aunque no parecía demasiado seguro al respecto...
- Yo... esto... tengo órdenes, y si sería lógico que volviera a reportar toda la información recibida... pero... eres un goblin... una raza malvada y vil ... no sé yo si es buena idea...
La mirada de Nadie se cruzó con la de Llondyl cortándole su discurso de inmediato. El hobgoblin emitió un profundo gruñido difícil de interpretar, pudiera ser un suspiro, o una amenaza... era muy complicado leer al anaranjado paria la mayoría de las veces. Gorfeo respondió con un rostro de inocencia y sorpresa.
- Disculpa... pero ... ¿Qué es un goblin? ¿Es una categoría de héroe? ... Te puedo asegurar que no me siento malvado o ... vil como dices... ¿Partimos ya?
Mientras ambos extraños compañeros de viaje ultimaban los preparativos para marchar de vuelta a Saltmarsh, Ojo de Penumbra sobrevoló el templo ojo avizor usando su antaña percepción de ave de presa que de algún modo pareció conservar, al igual que su instinto para devorar roedores... Al ave le costó echar el vuelo e ignorar las sabrosas y jugosas ratas que asomaban de los bolsillos de Adriana. Aunque siempre podría haber un segundo asalto, tiempo tenía de sobra.
La rapaz escudriñó el terreno al principio sin demasiada suerte, todo había sido tragado por la tierra, prácticamente al completo, sumergiendo lo que una vez fue el tempo en las profundidades de la ciénaga. Tras el derrumbe y el desplome de la estructura, sólo parecía haber sobrevivido un resto del altar principal y poco más... sin embargo, entre algunos escombros parcialmente enterrados, y que sin duda seguían hundiéndose lentamente en un terreno muy traicionero, el familiar esqueleto se posó sobre una gran roca cilíndrica que otrora fuera parte de una de las columnas maestras que soportaban el templo. Emitiendo un ulular de triunfo, extrajo con su pijo un trozo de tela amoratada con vetas azules como el mar profundo. Ésta parecía pertenecer a una toga ahora destrozada, pero que era la que portaba cierto gemelo antagonista algunas horas antes de morir. Al parecer Ojo de Penumbra picoteaba algo más atrapado entre la roca y la tierra, ... algo que se hundía y que le costaba extraer... abrió las alas pidiendo ayuda... pero la zona sin duda era bastante inestable y peligrosa...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Os recuerdo los posibles caminos y opciones que vio en su día Nock con Ojo de Penumbra. Respecto a la fortaleza de los hombres lagarto:
"Tres entradas habían conseguido localizar desde sus barcazas de vela corta, pero no sabían si podría encontrarse alguna más escondida en la zona norte de la fortaleza, una cueva que daba al ala este, por la que habían observado grandes criaturas entrar y salir. Una cueva marina que sólo tenía acceso directo a través del mar, y la entrada principal, fuertemente vigilada."
Respecto a los diferentes hitos (las ruinas es donde estáis ahora) esto es lo que percibieron en su momento:
"Varios hitos llamaron la atención del explorador, porque parecían poder verse a vista de pájaro en las proximidades, por el sendero oeste, unas viejas ruinas parecían situarse no muy lejos del cenagoso camino, pero que no hubieran sido vistas directamente desde éste, ... parcialmente ocultas y a cierta distancia. Por el sendero sur, parecía haber más movimiento, ... algunas criaturas de aspecto reptiliano y con conchas a su espalda, se desplazaban sigilosamente hacía una colina situada a varias millas de su posición en dirección directa hacia la costa... parecía un campamento o cubil de algún tipo... y por el sendero más oculto, justo antes de adentrarse en la maleza más densa donde la visión del familiar no podía llegar, un extraño valle cubierto de hongos gigantes y parcialmente oculto por unas nubes amarillentas probablemente formadas por sus propias esporas, parecía cubrir el denostado camino, que parecía sumergirse bajo las aguas cenagosas en algunos tramos."
Si tenéis el lenguaje Celestial, podéis entender lo que dice Gospiel antes de marcharse.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Godric, que está atendiendo las heridas de uno de sus compañeros, de pronto ve a Gospiel elevar el vuelo. Sus ojos se abren llenos de asombro y estupefacción. Sorprendido e impotente ve como el ser celestial eleva el vuelo, escucha sus palabras y desaparece. Godric levanta una mano, intentado llamar la atención de la angelical figura sin éxito.
- Pero... pero... eso era... - apenas logra decir confuso.
La conversación entre el pequeño e inocente goblin y el explorador sólo hace que su confusión aumente.
- Yo... no... no estoy entendiendo nada yo... puedo sanarte algo más si vas a adentrarte en el pantano - le dice al explorador - aunque sea para volver a Bastianes mejor hacerlo con todas las garantías. -
Luego se vuelve hacia Gorfeo.
- Bienhallado, mi nombre es Godric y... tienes que disculparme pero me siento extremadamente confundido. Sin embargo Llondyl tiene razón. Aunque tus intenciones sean las más puras y tu corazón el más noble, me temo que mucha gente no te dará la oportunidad de demostrarlo y te juzgará por las apariencias o por lo que otros digan de ti.. - dice no sin cierto resquemor - Por eso te aconsejo prudencia y que dejes hablar a Lloynd en primer lugar. Igual sería mejor idea que te quedaras con nosotros... como hizo Nadie, aunque no sé ni quién eres ni de donde vienes ni qué quieres hacer... pero de momento te pareces preocupar por uno de los nuestros... - Godric se gira hacia el resto de sus compañeros.
- ¿Alguien puede explicarme qué está pasando? Lo último que recuerdo es seguir al monje hacia su templo y lo siguiente es despertar en aquella sala, y salir corriendo mientras todo se derrumbaba... -
PbP Character: A few ;)
Llondyl asintió agradecido a Godric por su altruista acto y se dejó sanar por el curandero de guerra. A su lado y muy cerca, Gorfeo observaba como trabajaba el sacerdote, absorbiendo ese conocimiento como una esponja, mientras, intentaba dialogar con el confuso seguidor de "Lathander", usando un tono amigable y confiado.
- No entiendo porque la gente me va a juzgar por actos que aún no he hecho, no tiene mucha lógica, pero he prometido proteger a ese muchacho y lo haré, en cierto modo, tu Dios me protege, lo siento junto de mi... de algún modo que no puedo explicar, ... supongo que pasé demasiado tiempo con el difunto Mitrado, y al final, algo se pega... Cuando acabes me lo llevaré ante sus superiores, y de paso puede que aplique a su orden, ... parecen buena gente y muy apegados a su causa.
Obviamente la forma de hablar y la personalidad del pequeño goblin chirriaba a ojos vista, quizás como si fuera una encarnación de "alguien" diferente, ¿un parangón? parecido a lo que los agentes se transformaron en el mundo Onírico, pero esta vez a la inversa, y en la realidad de la Vigilia.
- Por cierto ... me gustó mucho tu... avatar ... Asmogódrica parecía una mujer fuerte y empoderada, - Gorfeo bajó la cabeza con un evidente rubor en sus verdes mejillas - Tenía una "personalidad" arrebatadora y sabía lo que quería ... una mujer de bandera ... de los pies a la cabeza... no sé ... no ... sé ... donde quedará ahora ella, ... ¿quizás dentro de tí? ¿quizás duerma plácidamente esperando su momento de nuevo? ... En cualquier caso quiero que la cuides y no dejes que le pase nada... Va de castigadora pero en sus ojos se veían buenas intenciones... como en los tuyos ahora.
Las palabras del ex-servidor de Lord Belestrus, confundieron sin duda aún más a Godric, pero el goblin parecía estar convencido de ellas, sonriendo mientras mostraba una fila de afilados dientes bastante bien cuidados para los de su raza.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
El ángel acababa de ascender llevándose con él todo rastro de cualquier cosa elevada de aquel lugar. Solo quedaban ellos y la hediondez del pantano. Leobald permanecía en silencio frotándose el malogrado brazo izquierdo mientras dedicaba una mirada resignada a Godric y Khalion. El último de los cascotes le había golpeado con fuerza entumeciéndolo hasta la punta de los dedos. La sangre, la armadura abollada en una docena de lugares y el polvo sobre el cabello despeinado y los hombros le conferían un aspecto deplorable. Miraba al ingenuo goblin con tristeza.
—Me quedaría mas tranquilo si nos mantuviéramos unidos, pero os deseo lo mejor si preferís volver a Saltmarsh —suspiró—. Interceded por él, os lo ruego, le debemos mucho —le dijo a Lloyd.
Espantó algunos mosquitos de su rostro y encaró el siguiente asunto.
—Respecto a los hombres lagarto, entiendo que deis muy poco por la opción diplomática, pero realmente sabemos muy poco de sus intereses. Deberíamos al menos tratar de averiguar qué les impulsa —se detuvo un momento—. Las cuevas tenían tres entradas. La entrada principal y la que da al mar deben estar más vigiladas. Pero había una más al final de un sendero ascendente que bordeaba la costa, si no recuerdo mal las palabras de Nork.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Godric lanzó una mirada llena de misericordia y pena al goblin cuando escuchó sus esperanzadoras palabras.
- Hablas con una sabiduría que es difícil de encontrar aqui... tus actos deberían hablar por ti, no tu aspecto. Te deseo que Lathander ilumine siempre tu camino Gorfeo. Y espero que nuestros caminos vuelvan a encontrarse pronto. -
Asintió a las palabras de Leobald pidiendo a Lloyd que intercediera por el bienintencionado goblin.
Godric se sintió más confuso por las últimas palabras de Gorfeo, pero no quiso confundir más al goblin - Yo... procuraré que no le pase nada... - pero era evidente que no sabía de qué le estaba hablando.
Cuando los agentes pasaron a estudiar un plan de acción Godric recordó lo acontecido en el barco contrabandista.
- Los hombres lagarto quedaron agradecidos por la entrega de las armas. Dijeron que algo les estaba empujando a salir de su territorio y que necesitaban las armas para defenderse, no para atacar Saltmarsh. Creo que si vamos en son de paz y nos ofrecemos a ayudarles con sus problemas, no sólo evitaremos un problema a la ciudad, si no que ganaremos un aliado que nos puede ayudar a encontrar a los seguidores de nuestro enemigo que se ocultan en el pantano. Yo estaré listo en cuanto termine de atenderos... - dice el sacerdorte sacando mas vendas limpias de su inseparable zurrón y dirigiéndose al siguiente de los heridos compañeros.
PbP Character: A few ;)
- Creo que la mejor opción es tratar de interceptar alguna de las patrullas y ver si la opción diplomática es viable, aunque no negaré que la idea de ver Saltmarh arrasada tiene un poco de encanto, hace que mi antiguo yo se sienta regocijado, pero entiendo que las cosas no son como uno quiere y como bien dice Godric, su ayuda nos vendrña muy bien no se me ocurre nadie mejor para que nos ayude en estos pantanos. ¿Alguno se acuerda del nombre del lagarto del barco pirata?, quizás preguntar por él nos facilite las cosas, creo que algunos tuvisteis bastante trato con él-
Volviéndose hacia el gobling le dijo:- Recuerda que ya no estas en tu mundo onírico, aquí tu raza suele ser malvada, pero al ir acompañado no creo que tengas problemas, por otro lado quiero que sepas que eres bienvenido al círculo de Saltmarsh, buena suerte en tu viaje-
Tras lo cual acepto la ayuda de Godric para tratar sus heridas.
Tras escuchar las palabras del ángel, Adriana dirigió su mirada a Khalion y a Godric, profiriendo un profundo suspiro que delataba preocupación y compasión a partes iguales. Sin comentar nada más allá, se acercó al joven sacerdote para intentar explicarle lo que había sucedido, mientras éste restauraba las heridas del resto del grupo.
- Verás, Godric… en el momento en el que cruzamos la linde del templo, perdiste completamente la memoria, como si retrocedieras en el tiempo años atrás. Hablaste del padre Declan y de tu maza… - le comentó, esperando que eso le diera alguna pista de cuánto había retrocedido en el tiempo - No nos reconocías a ninguno de nosotros, pero ya eras un servidor de Lathander. Artorius, el prelado del templo, nos contó que Vaalastroth avanzaba en su plan de atravesar su plano para llegar al nuestro a través del mundo onírico. Varios “soñadores”, escondidos y bajo el efecto de un ritual, mientras sus cuerpos físicos permanecen en el plano de la vigilia, sus almas luchan en el plano onírico, defendiendo el portal por el que podría adentrarse el mal que nos acecha. Hay varios durmientes, pero nosotros solo conocemos el que reposaba eternamente en este templo ahora destruido - hace una pausa, observando con tristeza los cascotes.
- Artorius nos imploró ayuda para que accediéramos mediante el ritual al mundo onírico y ayudáramos al durmiente en su lucha. Así lo hicimos, convirtiéndonos de esta manera en otros seres… diferentes pero con nuestra esencia. Tú eras Asmogódrica… tal y como te ha comentado Gorfeo. Quizá en otro momento podamos ahondar en este punto si tienes curiosidad… - dijo intentando no centrarse demasiado en estos detalles, para resumirle lo antes posible lo que había sucedido
- Ya en el mundo onírico, comenzamos nuestra búsqueda del mártir. Allí dimos con Gorfeo, que nos guió hasta el claro donde se producía la batalla. Un foso insondable del que emergía una enorme cadena que se elevaba hasta el cielo y desaparecía en él. En el filo, se encontraban el mártir al que debíamos ayudar y la figura oscura, que resultó ser Adklo, intentando destruirle - la mirada de Adriana se tornó más triste y su gesto se torció al explicarle el amargo final al sacerdote - Lo intentamos pero… nada pudimos hacer. Tras una cruenta batalla, nuestros esfuerzos no fueron suficientes… tras luchar con seres del averno invocados por el heraldo, finalmente nuestro durmiente pereció. Fuimos expulsados abruptamente al mundo de la vigilia, donde todo se precipitó, desmoronándose el templo tras nuestro fracaso y devolviéndote de esta forma la memoria -
Adriana se sentó en una piedra cercana y reposó los brazos en su regazo.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Nock se sintió revitalizado por el reciente descubrimiento de Ojo de la Penumbra. - Yo abogo tambien por la opcion diplomatica. No creo que el chantaje o las amenazas puedan resolver este problema. - Dijo mientras se reincorporaba y dejaba su mochila, se desahcia de su armadura y equipo pesado.
Ignorando el resto de las conversaciones dispersas de sus compañeros, y con un paso cauteloso, se aproximó al borde de las peligrosas y movedizas ruinas. A su alrededor el humedo aire rezumaba santicidad perdida. Con una concentración palpable, extendió su mano emplumada hacia el cielo lechoso, trazando un símbolo rúnico que brilló brevemente con un parpadeo cristalino. Las palabras que pronunció a continuación eran duras, ancestrales; eran palabras de poder destinadas a guiarlo y protegerlo en su empresa arriesgada Guidance.
Con la atencion fija en el objeto atrapado entre la roca y la tierra, Nock evaluó rápidamente la estabilidad del terreno que pisaba, buscando una ruta que le acercase al objeto y desde donde operar. Mientras avanzaba, los detalles de una conversación entre Adriana y Godric llegaban a él como el murmullo de un arroyo distante. Adriana explicaba lo ocurrido con meticulosa precisión, su voz flotaba en el aire cargado de humedad y zumbidos de insectos, añadiendo un tinte de surrealismo a la escena. Nock, sin embargo, se mantenía enfocado en su mision Survival: 24.
Si llego a las proximidades del objeto sin morir horriblemente:
Finalmente, en una posición segura, conjuró otro hechizo, esta vez uno más delicado y preciso Mage hand. Elevó sus manos frente a sí, y de la palma de su mano surgio otra mano, espectral y translúcida. La mano etérea se deslizó suavemente hacia el objeto, sus dedos fantasmales manipulando con habilidad para liberarlo sin perturbar el precario equilibrio de los escombros que lo rodeaban.
Zevatur, Rolthos
Mientras Gorfeo y el brigada Llondyl desaparecían en la dirección indicada por los agentes, atravesando las ruinas cercanas y uniéndose al enlodado camino que se dirigía de vuelta a Saltmarsh. El ágil y perspicaz Nock, saltó con la profesionalidad y veteranía con la que ya tenía acostumbrados al resto, acercándose brincando entre rocas que se hundían lentamente en el fango de la isla, calculando tanto su entrada como su salida, y ejerciendo su habilidad de atravesar terrenos movedizos, casi al pico de sus conocimientos.
Su inquebrantable esfuerzo y maestría trajeron su fruto, ayudado por la mano espectral, consiguió salvar un par de objetos antes de que el pantano se los tragase para siempre. A parte de las túnicas, ahora raídas y desgarradas del que fue el gemelo de Adzo, dos objetos más pudieron ser recuperados. Las primeras parecían estar elaboradas en unas sedas azules como el mar profundo, con filigranas en plata dibujando espirales. También Nock extrajo un extraño cetro de cuarenta centímetros de largo, con la forma de un retorcido pero elegante tentáculo imitando al de un pulpo o quizás algo diferente... y más desconocido. El cetro estaba coronado también en su punta, donde el apéndice terminaba su imposible giro, con una fría gema del mismo color que la túnica, posiblemente un zafiro, que parecía emitir un ligero brillo en lo más profundo de su interior, si se miraba fijamente el suficiente tiempo. Junto a ambos restos, un manto también azul, extrañamente impecable, parecía haber sobrevivido milagrosamente a su antiguo amo. Apenas podría cubrir los hombros y parte del pecho de una persona, y carecía de cualquier inscripción o adorno a primera vista. Sin embargo el broche que presidía el cierre de ambos lados de la prenda, si parecía trabajado en plata pura, con una inscripciones rúnicas bastante simples labradas sobre él. La pieza parecía adherida inherentemente al manto, sin costuras o apliques... como si todo el conjunto fuera uno sólo.
Con todo el tesoro en su poder, el kenku volvió, tan ágilmente como había acudido al rescate, de vuelta con el resto de compañeros.
Entiendo que una vez os trate Godric a todos, (esto administrarlo vosotros, me fío), os dirigís a la entrada que menciona Leobald que cree que está menos protegida. No sé si queréis antes hacer noche allí mismo o os movéis directamente, aclarádmelo. También comentarme si tomáis alguna precaución, pauta o comportamiento especial mientras viajáis, o simplemente camináis intentado interpretar el mapa y que Lathander reconozca a los suyos...)
" ¡Oh la Oscuridad...! "
El pico de Nock se torció en una media sonrisa de satisfacción mientras se reunía con sus compañeros. Sin conocer realmente la naturaleza de cada objeto, los distribuyó según su intuición.
- Podéis reorganizar los objetos entre vosotros si os parece mal o no los queréis - dijo sin esperar a que se negociase quién se quedaba con qué.
Se acercó a Adriana y le ofreció el cetro tentacular.
- Quizás no sea sabio usar este objeto. Ten cuidado...
Después, dudó un momento entre Godric y Leobald, pero finalmente se acercó a Leobald y le ofreció las elaboradas sedas azules.
- Creo recordar que las portaba el mitrado... llévalas con orgullo.
No estaba seguro de que Godric adorase a Lathander o si el presente fuese en realidad Godric. Al final, Nock se quedó con las raídas ropas de Adzo como testimonio de lo que le habia le sucedido y con el manto con el broche rúnico, atraído por las rúnicas inscripciones grabadas en él.
Antes de partir, recompensó a Ojo de la Penumbra con la larva que había obtenido de Goodworms Goodberry.
- Buen trabajo, Ojo... haznos de vigía desde el cielo ahora - dijo mientras levantaba la mano para que alzase el vuelo. - Yo puedo intentar ser la vanguardia, con Ojo y mis habilidades. Soy más sigiloso que el grupo entero y quizás podamos evitar alguna emboscada, aunque el pantano no es mi terreno favorito.
Zevatur, Rolthos
Viendo que el grupo se activaba, Mablung se levantó preparo su arco y le dijo a Nock- Si temes perderte en los pantanos, quizás pueda acompañarte o ir yo en vanguardia, como veas, los pantanos tampoco son mi terreno favorito, pero te aseguro que no me perderá, lo dejo a tu elección-, tras lo cual se quedo mirando en dirección hacia donde debería de estar la entrada según el plano.
Zevatur, Rolthos
Mientras atendía las heridas del grupo, Godric escuchaba en silencio el relato de todo lo que había ocurrido desde que el grupo llegara al ahora desaparecido templo y lugar sagrado de Lathander.
- Que raro es todo lo que cuentas Adriana... no lo pongo en duda, no me malinterpretes, pero... es todo muy confuso y creo que me deja con más preguntas que respuestas. Por lo que dices he sido dos personas distintas en este periplo, pero lamento que lo que hayan podido aportar no haya servido de mucho y hayamos fracasado intentando salvar a ese prelado... -
Godric se queda callado, meditando toda la información revelada y cuando termina de atender a sus amigos se venda distraidamente la cabeza y se queda sentado, pensando.
Lo que Adriana le ha contado de sus propias palabras al entrar en la isla del templo... era como si se hubiera retraído a la campaña de la Corona contra la Horda. Pero no era la primera vez que algo o alguien le llevaba a ese momento de su vida. Y las palabras de la enviada de Lathander resonaban en su cabeza.
Cuando el grupo comienza a prepararse para salir se une a ellos el último y cuando da un par de pasos siguiendo al resto hacia el pantano y el barro se detiene. Mira hacia atrás por encima de su hombro como si comprobara que no ha olvidado nada y susurra.
- ¿Ostor? -
PbP Character: A few ;)
Leobald tomó las sedas azules del mitrado y las guardó con respeto y tristeza en la mirada. No se sentía digno de llevarlas entre toda aquella inmundicia. Enfocó sus esfuerzos en aprovechar aquel pequeño descanso para recuperar fuerzas y vendarse las heridas, con ayuda de Godric. Se había instaurado un resignado silencio entre ellos, al menos por parte del caballero.
El plan de Nork parecía sensato. Cuando todo estuvo listo siguió a los demás.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Dos sombras se movían con presteza adelantando la marcha, y volviendo sobre sus pasos cada media hora aproximadamente para guiar al grupo hasta el siguiente hito al que llegar en la dirección elegida, la puerta lateral de la fortaleza de los hombres lagarto. Ésta parecía aún lejana, y esa sensación, se acentuaba más aún, con el difícil avance a través las ciénagas. El esfuerzo se reflejaba en frenar y sacar lo peor de cada uno, salvo para Khalion, que se desplazaba sin esfuerzo alguno entre los turbios humedales impregnados en un intenso olor a turba.
Los chasquidos eléctricos que desprendía Mablung cada vez que algún insecto tenía la osadía de acercarse demasiado, potenciados de alguna manera si el elfo se sumergía parcialmente en agua, dejaban un sendero de muerte tras de sí, y un característico hedor a ozono a sumar al desagradable olor a pantano estancado.
Nock quizás era menos discreto, pero se las apañaba mejor, y sabía elegir siempre el mejor sendero, menos peligroso y más estable. La compañía de su búho muerto viviente surcando los brumosos cielos, le ayudaba a adelantarse al peligro, lo que le aportaba una ventaja añadida.
Con ambos excepcionales exploradores en la vanguardia, el día siguió su curso, pesado y agotador, drenando las fuerzas de los agentes. En sus cabezas podían pensar que habían avanzado mucho, pero en su corazón sabían que no era así, y que incluso con los dos exploradores en su mejor momento, costaba la marcha.
Cuando el sol comenzaba a descansar sobre el horizonte, o más bien la mancha anaranjada que se adivinaba entre las nubes grises lo hacía. Tanto Nock como Mablung detectaron movimiento en un pequeño valle bastante alejado de cualquier sendero que cruzara aquellas marismas. Una comitiva de una docena de hombres lagarto, guerreros en su mayoría, aunque parecían jóvenes aún, protegía un palanquín donde se recogían una veintena de huevos, acolchados entre diferentes hierbas húmedas y musgo.. Un par de estos guerreros parecían más grandes que el resto, casi alcanzando los dos metros de altura, puro músculo, con garrotes dentados fabricados con pesadas quijadas de algún enorme animal. Otro de ellos iba embutido en ropajes más tribales con adornos chamanísticos.
Rodeándoles, más de una veintena de seres humanoides con profundos rasgos de tortuga parecían estar amenazándolos, acercándose lentamente con lanzas de punta de hueso y rudimentarias hachas apuntando a los reptilianos. Este grupo, que pretendía posiblemente atacar a los hombres lagarto, incluso portaban a sus espaldas caparazones, que parecían ser parte de su propia y extraña fisionomía…
El resto de agente se encontraba bastante más atrás… quizás a unos diez minutos de distancia, así que si Mablúng y Nock retrocedían para avisar al resto en sigilo, cuando volvieran, quizás el destino de la batalla, que parecía inminente, podría estar ya decidido… pero por el contrario, ellos sólo eran dos… contra un número indefinido de enemigos, dependiendo de las diferentes reacciones de ambos bandos, y según los actos o reacciones que decidieran acometer….
Cosas a tener en cuenta:
" ¡Oh la Oscuridad...! "
La IA me ha dibujado esto, que no tiene nada que ver, pero me ha hecho tanta gracia que os lo pego:
" ¡Oh la Oscuridad...! "