Tantas menciones de muertos levantándose habían empezado a hacer mella en TocToc. Poco a poco el odio y el deseo de destruir tales criaturas se había ido transformando en un sentimiento de perdición e impotencia. El rastro de SU garra se mostraba en todos lugares; costa e interior. Y nada estaba a salvo. Terrores antiguos atenazaron su voluntad y se limitó a observar los acontecimientos como si los observase desde lejos. Despacio reculó hacia el calor del fuego.
- Akrul - Susurró con terror reverencial. - No no… - sus palabras se confundieron con el crepitar de las llamas de la chimenea cercana. Tan solo el inicio del conflicto de Elias con los soldados le sacó de su paralizante estupor.
- ¡Inconscientes, no lo entendéis! Él se llevará a todo por delante. Si no luchamos juntos los muertos acabaran con todos nosotros.
Después, con algo más de calma a pesar de la escalada de violencia, intentó interceder por Elias e interponerse entre él y los soldados. – Es un héroe de la Corona. No sabéis a quien estáis atacando.
Mientras Godric arrastraba fuera de peligro al moribundo soldado, se dio cuenta de que aun respiraba aunque con dificultad, era joven, no había alcanzado aún la veintena, pero las heridas sufridas habían fracturado su cráneo, hileras de sangre y algo más caían por sus oídos y parte de su cabeza parecía deformada hacía dentro por el impacto. El sacerdote invocó la magia sanadora intentando devolver parte de la salud robada tan cruelmente, aunque en su fuero interno, sabía que aunque le salvara, las secuelas sobre él serían devastadoras... En alguna ocasión oyó en las lecciones de triaje que en algunos casos, era mejor dejar morir al herido que regalarle una vida llena de sufrimiento y discapacidad. Era una decisión difícil que esperaba no tener que tomar nunca... y justamente ahora la tenía enfrente, entre sus manos iluminadas con la radiancia cálida que su Dios le proporcionaba, la vida de un muchacho pendía de su decisión...
TocToc se lanzó, superando su momento de estupor, para intervenir entre los soldados y Elías, pero era ya complicado, un par de lanceros habían clavado sus picas en los muslos del pastor para que éste cayera de rodillas y fuera más fácil reducirle, pero Ilaiah parecía estar poséido por un frenesí de batalla sediento de sangre y no cedía ni se doblegaba mientras intentaba apartarlos a todos con rápidos y mortales arcos de su cayado, en una de las ocasiones, su "improvisada" arma golpeó sobre el adoquinado del camino principal, rompiendo la piedra con tanta facilidad como si fuera una hogaza de pan recién hecha. Cuatro hombres de los más corpulentos de la guardia estaban literalmente sobre él, agarrándolo y obligándole a caer al suelo tumbado, reteniéndole los brazos por la espalda. Indiferentes a los gritos y aullidos de rabia del Carnicero, estos comenzaron a organizarse de una manera bastante eficiente para arrastrarlo hasta los barracones-cárceles que yacían a escasos metros de distancia.
- Llevadlo ante el teniente, él sabrá que hacer con este desquiciado...
Otro par de soldados más de la docena que acordonaban la posada, aparecieron cruzando la esquina lateral para acercarse de inmediato a apoyar a los suyos, al ver que la situación estaba controlada, su destino cambió para rodear a Godric y a su compañero caído, preocupados por la salud de éste último, le preguntaron al sanador como podían ayudar.
En el interior de la posada, Lenkus observaba con estupor todo lo que estaba acontenciendo en los lindes de su establecimiento, parecía bastante afectado, pero eso no evitó que, casi mecánicamente, hubiera preparado un té para todos... llenó las tazas con delicadeza y las puso en una bandeja para ir ofrenciendo a todos los parroquianos presentes una vez acabada la violenta trifulca...
Godric compartía los sentimientos de Toc-toc por las noticias y deseo que el resto de sus compañeros intercederían por Elias, pero sería algo que tendrían que hacer más adelante. Miro al joven soldado, no mucho mayor que él mismo, de quien su vida dependía ahora. Recordó las duras lecciones aprendidas en el campo de batalla. Allí había tenido el apoyo y sabiduría de sacerdotes más sabios y experimentados. Ahora estaba solo. No, sólo no. Levantó el rostro y la lluvia cayó sobre su cara. Sabía que más allá de la lluvia estaba Lathander, y pudo sentir su reconfortante presencia en su corazón. Haría lo posible por aquel soldado. No estaban en mitad de una campaña bélica donde los recursos escaseaban y los enemigos podían caer sobre ellos aullando sedientos de sangre en cualquier momento. Pese a todo estaban en una ciudad y Godric esperaba que con tiempo y cuidados se recuperara del todo.
-Si conocéis a algún sacerdote en la ciudad id a buscarle. Puede que necesite más cuidados de los que yo puedo prestarle. ¿Cual es su nombre?- les pregunta a los dos soldados que se han acercado.
Cuando le contestan asiente y reza a Lathander, pidiendo que sane el cuerpo y el espíritu del joven guarda para que pueda defender a sus siervos. Una suave luz cálida y dorada ilumina las manos del sacerdote mientras aplica la magia curativa a la temible herida, viendo como hueso y piel recuperan su forma normal, y esperando que los daños internos sanen igual, Godric continúa concentrado lanzando otro hechizo que puede sanar la mente del soldado. Cuando acaba está exhausto, ha consumido la mayor parte de sus energías pero el joven vivirá.
Para no ser desagradecido, Mablung tomó una de las tazas y acercándose a Lenkus le pregunto:- En caso de querer encontrará a alguien, al que le gusta pasar desapercibido, en esta ciudad, ¿con quien tendría que hablar?. Se que se mueve por los túneles que hay debajo de la ciudad.-
TocToc se movió nervioso alrededor de la escena de violencia. Sus rápidos movimientos denotaban su estado de alarma. Sin embargo, no llegó a ponerse en peligro real.
- Recordar que es un héroe de guerra... No le maltareis en exceso, puede ser un aliado clave. - Dijo mientras se lo llevaban.
Al fin regresó al interior de la posada donde los soldados se reunían alrededor del joven herido. Intentando relajarse y secar la lluvia tomó el ardiente té entre sus manos y se acercó al fuego. Dando un par de sorbos, más tranquilo y mirando las reacciones de los soldados inclino la cabeza hacia un lado. Quizás después de todo algo bueno saldría de aquí. Con unos pocos pasos despacio se acercó a Leobald.
- Ese chico ha tenido suerte de que Godric estuviese aquí. Le ha salvado la vida. – Le dijo con voz suficientemente fuerte para que los soldados le escuchasen. Si podía ayudar a que la guardia respetase a Godric o le profesasen algo de afecto, algo bueno podría salir de todo esto.
La alta elfa no pudo más que observar con estupefacción la reacción de Elías al ser pronunciado su antiguo nombre, desatando así como un resorte al terrible Carnicero que intentaba ocultar y retener dentro de sí.
Le siguió con la mirada todo el recorrido hacia el exterior y acudió al quicio de la puerta trotando a pasitos cortos y quedándose parcialmente oculta cuando Elías atacó al guardia, incrédula ante la escena. Todo sucedió con rapidez ante sus ojos: Godric asistiendo al joven herido, Leobald con su escudo, Toctoc interponiéndose en la refriega. Y ella, manteniéndose a una distancia prudencial, observaba sin involucrarse como una espectadora ajena a aquella sangrienta batalla.
Finalmente, la guardia consiguió reducir al pastor y llevárselo a rastras a los calabozos. Adriana miró a Leobald y se acercó lentamente hasta colocarse a su lado.
- Pobre desdichado - dijo con cierta lástima - y qué horribles pero necesarias las consecuencias de tus palabras, Sir Leobald. Ahora, por fin, se empiezan a despejar las incógnitas que nos rodean por doquier - la elfa no sabía cuán culpable podía sentirse el caballero ante lo que acababa de suceder, así que con sus palabras quería mostrarle apoyo y complicidad.
Con parsimonia volvió a adentrarse en el salón cálido de la posada, tomando entre sus manos una taza de reconfortante té. Mientras sorbía con delicadeza, esperó a que todos sus compañeros se reunieran en la estancia y, cuando la guardia regresó a sus posiciones fuera del edificio y se encontraron a solas, la elfa comentó.
- Elías será conducido ante Kraddoc y mucho me temo que éste no será benevolente - comentó meditabunda - Detecto… algo extraño en el teniente, algo no cuadra. Intenta ocultarlo pero me atrevería a afirmar que este hombre ha servido como caballero o iniciado, quizá ha pertenecido a la orden de los dragones púrpura. Su manera de expresarse, sus gestos, su forma de dirigirse a nosotros…- miró directamente a Leobald, esperando una confirmación dada su amplia experiencia - No soy experta en jerarquías militares, pero si algo he aprendido en mis años de cortesana es que La Corona sigue a rajatabla sus normas tradicionales y conservadoras. Kraddoc es demasiado joven para ostentar el título del que tanto se enorgullece. Alguien muy poderoso se ha saltado las férreas y casi inamovibles costumbres y le ha colocado aquí como teniente. La cuestión es…¿quién y por qué? - dijo encogiéndose de hombros.
Tras devolver su escudo a la espalda, Leobald observaba con lánguida tristeza como se llevaban al hombre roto a los calabozos. Lo extraño de la mente humana y la miseria que es capaz de soportar un hombre volvían a abrumarle. Asintió a los apuntes de TocToc.
—He visto ese comportamiento perturbado antes. Es como si el pastor y el Carnicero vivieran en el mismo cuerpo —suspiró—. Enfermo o no, el Carnicero es un asesino despiadado y es más seguro para todos que permanezca en los calabozos. Sin embargo todo este asunto de los muertos merece nuestra atención.
Cuando Adriana comentó sus pesquisas la miró con curiosidad y asintió también. Miró a los guardias y mesándose el mentón en actitud reflexiva se encaminó a la chimenea de la Cabra de Mimbre lentamente.
Un apenado Godric se unió a los demás cerca del fuego.
- Esto no debería haber ocurrido. Elías sólo ha demostrado buenas intenciones y preocupación por la Comunidad. Él era la victima intencionada de Colton, por la razón que sea, puede que incluso venganza por la persona que era, eso no importa, y, desde que Bastianes nos descubrió su nombre y su pasado apodo, habéis dejado que eso manche vuestra imagen de él. - niega con la cabeza -
Entiendo que ninguno podíamos prever esto, y que tan sólo llamarle por su antiguo nombre pudiera desencadenar esto, pero no estoy de acuerdo en que esto sea lo adecuado. Incluso en ese estado iracundo su preocupación era para la gente de la comunidad, pastores y granjeros que ahora carecen de cualquier tipo de protector ante quien sea que se dedica a levantar a los muertos y acabar con ellos. - Lanza un largo suspiro
- Creo que no dais la suficiente importancia a este asunto. Dudo que ese guardia se recupere del todo de esa herida. Mis mentores le habrían dejado reunirse con sus antepasados. Ahora morirán más granjeros, más personas inocentes. Y comentáis que habrá que ocuparse de ello mientras os sentáis aquí al calor del fuego... no podemos salir, también por cómo hemos hablado con el Teniente, al menos durante un día y una noche. De verdad que no pretendo discutir, pero creo que va siendo hora de que nos demos cuenta de las consecuencias que tienen nuestros actos. Al inmiscuirnos en asuntos de los que nada sabemos podemos provocar más sufrimiento, problemas y muerte. - Se sienta en una silla, continuando con su reflexión.
- No sé vosotros, pero yo veo en Elías, en Nadie y en nosotros el mismo patrón, el mismo destino. Si me importan tanto los suyos es porque nos veo reflejados en ellos. Si pensáis que no hay posiblidad de redención para un alma perdida, preguntaos ¿La hay para vosotros? - Mira directamente a Leobald a los ojos - Yo creo que sí, para todos nosotros. -
Se mira las manos y por primera vez parece consciente que aún están manchadas con la sangre del guardia. Sin decir más se levanta y se dirige a las cocinas para lavarse las manos.
El sonoro sorber de TocToc contrastaba extrañamente con los más sofisticados modales de Godric Leobald y Adriana.
- Un buen título, pero un destino de destierro… ¿Podría ser una recompensa y castigo simultáneos? Me pregunto cual es su historia… - Se preguntó en voz alta tras las palabras de Adriana, recordando la gran cantidad de documentos, algo que parecía la impronta de los cargos de la corona.
- Alguien como Elias necesita un objetivo para su furia. Que haga carnecerías contra los muertos. -Replicó a Leobald.
Cuando Godric mencionó el estado de detención en el que el grupo se encontraba replicó con un par de breves refránes que había oído hace mucho tiempo de su madre. -Cada asunto requiere un conocimiento previo. Es fácil ver el camino correcto después de haberlo transitado.
Finalmente, mientras Godric se alejaba para limpiar sus manos TocToc replicó, quizás tan solo a Adriana y Leobald. - Es cierto que nuestros actos tienen consecuencias. Pero no somos libres, somos condenados a los que han conmutado la condena a cambio de servidumbre a la corona. Y aceptamos.
La elfa se acercó a la chimenea con la taza aún en las manos y caminó lentamente de un lado a otro de la estancia, aprovechándose del calor de las llamas. Escuchó a sus compañeros pensativa, asintiendo ante sus intervenciones, esperando pacientemente a que el sacerdote volviera de la cocina. Cuando hizo acto de presencia de nuevo en el salón, se dirigió a él.
- Querido Godric - le dijo con cariño pero con firmeza - malinterpretas mis intenciones tras mis palabras. Obviamente deseo, igual que tú, ayudar a Elías y a su Comunidad. No voy a entrar a valorar el por qué nos hemos visto involucrados en esta demente situación de la moneda y los muertos vivientes, pero debemos afrontarlo de la mejor manera posible. Y para ello, es necesario contar con la mayor cantidad de información. El desafortunado incidente de Elías nos permite atisbar algo de luz en el envolvente misterio que rodea a Colton y la moneda. Debemos utilizarlo para saber a qué atenernos y premeditar nuestras acciones futuras. Elías era una bomba de relojería que podía estallar en cualquier momento, quién sabe si en otras circunstancias o situación las consecuencias hubieran sido incluso más nefastas. No se trata de juzgarle o condenarle y nadie le ha negado segundas oportunidades, pero sí se ha de valorar el peligro que supone para todos su condición - hizo una pausa de unos segundos, dándole un pequeño sorbo al té y prosiguió - Desgraciadamente me temo que su futuro pende de una benevolencia de la que Kraddoc carece por completo - suspiró pausadamente - hablando de lo cuál, considero que cualquiera que hubiese sido la conversación mantenida con él hubiera arrojado similares resultados. Ese hombre tiene demasiada información y ninguna intención de dejarnos a nuestro libre albedrío. La opción de permanecer aquí hasta que llegue Eliander, por poco que nos guste, es la única posible. Me hubiera negado rotundamente a entregarle los documentos a ese hombre y la desobediencia a sus órdenes nos podría conducir a ser parte de la peculiar decoración que exhibe con orgullo en el patio, y entonces sí que no estaríamos en posición de ayudar a nadie- se acercó al sacerdote después de depositar la taza en la mesa, con un gesto preocupado, agarrándole de las manos casi en una súplica - sé que es frustrante, pero no somos libres, Godric, debemos actuar con cautela y dentro de los límites que nos han sido marcados. No tenemos otra alternativa -
Rollback Post to RevisionRollBack
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Godric mira a Adriana a los ojos tras unos segundos, tras volver de la cocina.
- Soy consciente de que no somos libres, y si... tienes razón, evidentemente Elías es una bomba de relojería, pero ahora formará parte de la decoración de Bradokk como dices. Tengo... tengo la sensación de que nos lanzamos sin cuidado ninguno a todas las cosas que nos encontramos... tan sólo deberíamos ser más... cuidadosos... no quiero que nos pase nada... -
Aprieta con delicadeza las manos de la elfa entre las suyas.
Mientras esperaba que Lenkus le contesté, pregunta con aire intrigado:- ¿Somos rehenes en esta posada?, ¿tiene autoridad sobre nosotros, agentes de la corona, un teniente de la guardia?, ¿Que autoridad es mayor?.¿Cuando se supone que llega Eliander?, porque no voy a esperarle mucho más de esa hora.
-Creo que tenemos tiempo de ir a la campiña y volver antes de que llegue el barco,¿no?
La sangre de las heridas producidas a Ilaiah se diluyó entre los adoquines empujadas por la lluvia, pronto el denso icor carmesí se transformo en una acuarela de siniestros tonos rojos para pasar a desaparecer por completo arrastrada por los torrentes artificiales creados por los recovecos del camino principal... la figura medio inconsciente a golpes del pastor y carnicero, se perdió dentro de los barracones, su cuerpo arrastrado también de los brazos y con las piernas totalmente inutilizadas no parecía responder a la repentina y explosiva furia que le había precedido momentos antes.
- Se llama Rigort, ese es su nombre... le llevaremos ante Wellgar, el sacerdote principal de Akadi, es el único templo que tenemos en la ciudad... y es un buen hombre a pesar de estar claramente alineado con los tradicionalistas de Saltmarsh, no podrá negarse a tratar a un miembro tan grave de la milicia... aunque le duela moralmente...
Localización 26 desbloqueada... Templo de Akadi + Campanario.
Los rezos y cuidados milagrosos de Godric habían ayudado a salvar o al menor preservar la vida del muchacho, aunque no estaba muy seguro de a que coste para él. Los soldados que le habían apoyado le dedicaron una rápida mirada de agradecimiento sincero antes de transportar con sumo cuidado al herido sin apenas moverlo y siguiendo las indicaciones del sacerdote hasta el lejano templo ayudados por una camilla que recuperaron rápidamente del edificio de cárceles. El lugar de culto estaba situado justo al otro lado de la ciudad desde donde ellos estaban según las referencias de la milicia que quedaba acordonando la zona.
[En la cabra de mimbre]
Lenkus servía un perfecto té a todo el mundo mientras intentaba acomodar y responder a sus huéspedes de la mejor manera posible. En cuanto el druida lanzó su cuestión, el dedicado posadero se quedó pensativo unos segundos algo confuso con la respuesta a dar.
- Si alguien quiere pasar desapercibido en esta ciudad, sin duda la zona que rodea a la "Red Vacía" es de un perfil muy bajo, habrá decenas de escondites e incluso hay algunas casas abandonadas o almacenes que ya no se usan y se caen a pedazos... sin embargo, los túneles de la ciudad son muy peligrosos, nadie se escondería allí, están infectados de ratas rabiosas... hace años nos sentíamos orgullosos del sistema de alcantarillado de Saltmarsh, siempre funcional y limpio... los desechos que caían al mar por la red principal quedaban muy alejados de la urbe y un equipo especializado de mantenimiento trabajaba duramente para mantener todo en orden... pero llegó la plaga, sin duda de algunos barcos contrabandistas que arrojaban parte de sus activos a los túneles para pasar después a recogerlos, quizás sobornando incluso a los de mantenimiento... y eso acabó con la seguridad ahí abajo. Decenas de trabajadores enfermos o muertos después, se sellaron parte de esos túneles y ya nadie baja allí... no me extrañaría que algún día media ciudad se hunda o explote por la falta de cuidados... aunque han pasado años y aquí seguimos...
Tras atender y asegurarse de que todos estaban cómodos, Lenkus se perdió en la cocina para dejarles algo de intimidad mientras preparaba la futura cena, asomando su cabeza de vez en cuando para comprobar si se le necesitaba para algún menester o la chimenea requería de más leña.
Si nadie hace nada especial, paso a narrar la cena y la noche... donde supuestamente alguien debería aparecer a cobrar lo que se le "debe"
Leobald asintió despacio a sus compañeros cuando se dirigieron a él y escuchó las intervención es de todos con las manos a la espalda, atento pero relajado. Adriana había explicado muy bien el asunto así que guardó silencio y tomó asiento despacio, pesadamente.
—Buen Godric, sois joven y creéis que todos quieren elegir ese nuevo comienzo que os gustaría poner a sus pies —suspiró con tristeza—. Es loable y os invito a seguir haciéndolo, pero no todos querrán o estará en su mano el aceptarlo —le dedicó un mirada paternal—. En cuanto a nuestro peculiar grupo —miró a los demás y al druida en particular—, sugiero que afrontemos sólo un reto a la vez. Eliander debe estar aquí antes del anochecer. ¿Quién sabe qué puede arrojar sobre la mesa?
Sacó un libro de su petate y buscó algo de luz para una lectura junto al fuego.
- No os falta razón... sin embargo de momento sólo he encontrado almas que desean caminarlo. Aunque algunas tengan más prisa que otras por recorrerlo - añadió, aventurando una leve sonrisa al mirar a Mablung.
Pasó el resto de la tarde tomando té y llevándole un poco a los sufridos guardias que guardaban la posada bajo la lluvia.
Dejando la taza con un gruñido Mablung contestó:- No te confundas, no busco redención, ni perdón, no los necesito. No me metas es tu grupo ni asumas que buscamos los mismo. Puede que tú busques limpiar lo que hicistes, que no seas capaz de seguir adelante por los actos que cometistes si alguien de fuera no te sanciona.-
Haciendo una pausa se acercó despacio al clérigo mientras seguía hablando:- Mate a humanos. Si. ¿Lo volvería hacer?, Si. Yo puedo vivir con lo que hice, no necesito redención, ¿ Puedes decir lo mismo?.
-Algun día puede que te diga que busco, pero te aseguro que no es la redención-.
- La redención está lejos de mi alcance - contesta Godric aún mirando las llamas - la única sanción que necesitaba ya la he tenido. - dice rozando el símbolo sagrado que cuelga de su cuello. - Pero no te equivoques - dice mirando ahora a Mablung a los ojos. En su mirada el druida puede ver una determinación que no le atribuía al joven muchacho - Aunque aprecie la vida por encima de todo y dedique mi vida y mis poderes a conservarla, no dudé, ni dudaré en el futuro, a quitarla si es necesario. Simplemente no me enorgullezco de ello, por muy necesario que sea. Pero soy muy consciente que quitar una vida puede salvar otras. - Suspira y vuelve a mirar a las llamas.
- Sólo espero que encuentres lo que buscas Mablung, y si puedo ayudarte a alcanzarlo, lo haré.. -
Khalion, callado y ausente o ignorante ante despiadado pastor. Las revelaciones no hicieron mas que dar razón, ignorada por todos cuando la proclamó, sobre las tramas entre Colton y Chak. -Lo sabía- les dijo ya con Elías detenido.-Solo en penumbra se encuentran las razones.. La sombra nunca aclaró el papel de Colton.. ¿quién contrató a quien?- se preguntó en alto- Antes pensaba que Colton encargó el asunto.. pero quizá solo fue otro hombre de Chak.
Con el cambio de look y armadura estaba preparado para abandonar casa y mantel en busca de respuestas. Cinchas y correas dispuestas del cuero tachonado, dagas por doquier. Encapuchado y desenmascarado, usaba la tela revuelta para cubrir parte de su rostro, salvo aquellos ojos carentes de blanco y negro. Un mechón argento asomaba bajo capucha.
-Descubrir al instigador será la mejor manera de ayudar a ese necio y el tiempo se acaba-reconoció.- Creo conocer donde encontrar respuestas no sin asumir terrible riesgo.. mas aún tras causar muerte a Sambalet y su banda.. -No pudo resistirse a escuchar las palabras de Mablung y Lenkus..- Vi esas ratas.. de ojos rojos y tamaño mastín bajo le pozo del ayuntamiento.. de roca vieja como le puente.. ¿A quién quieres encontrar? Quien sabe.. quizá me cruce con algún cazarrecompensas..
-Dudo que lo que busco sea compatible con tus intereses o los de la corona- añadió Mablung mientras volvía a la chimenea.
-Squik, se llama el rátido, puede que nos sea de ayuda con Elias y la cárcel. Digamos que puede entrar y salir con facilidad - contestó a Khalion.-Y si necesitas ayuda para salir, puedo tratar de distraer a los guardas por delante- añadió con una sonrisa pícara.
Adriana movió uno de los sillones individuales del salón hasta situarlo lo suficientemente cerca del fuego para aprovecharse de un calor continuo pero lo suficientemente lejos para no sofocarse, con la intención de pasar lo que quedaba de jornada cómodamente y esperar con paciencia a que se consumieran las horas. Pidiéndole amablemente a Lenkus que le proporcionara una manta ligera, la extendió sobre sus muslos confiriéndole a su cuerpo algo más de confort.
Haciendo uso de su pluma y una libreta, fue anotando en silencio sus pensamientos y todo lo acontecido a lo largo del día; más que un diario personal, parecía estar confeccionando el inventario de los sucesos de las últimas horas.
Aunque pudiera parecer absorta en su tarea, atendió a las intervenciones de sus compañeros a lo largo de la tarde. Cuando Khalion reveló su intención de salir de la posada, Adriana levantó la mirada directa hacia Leobald, suspirando con resignación ante los nuevos planes que, obviamente, contradecían la recomendación del caballero de permanecer todos juntos.
- No dudo de tus habilidades y tu pericia como escapista Khalion, pero te mentiría si no te transmito mi temor a las consecuencias si te descubren desobedeciendo las órdenes del teniente- su mirada mostraba cierta preocupación - por otro lado, recuerdo a aquella muchacha con la que nos topamos en el barrio pobre de Saltmarsh que nos alertó sobre las ratas - comentó haciendo memoria - nos advirtió con vehemencia de que no matáramos a ninguna, pero no dijo más. Ahora me pregunto si se refería a esos animales desproporcionados de los que habláis. Si estás decidido a abandonar la taberna y adentrarte en esos túneles, quizá debas tener en cuenta esa información. Cualquier precaución es poca, aún más si vas solo.
Rollback Post to RevisionRollBack
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
To post a comment, please login or register a new account.
Tantas menciones de muertos levantándose habían empezado a hacer mella en TocToc. Poco a poco el odio y el deseo de destruir tales criaturas se había ido transformando en un sentimiento de perdición e impotencia. El rastro de SU garra se mostraba en todos lugares; costa e interior. Y nada estaba a salvo. Terrores antiguos atenazaron su voluntad y se limitó a observar los acontecimientos como si los observase desde lejos. Despacio reculó hacia el calor del fuego.
- Akrul - Susurró con terror reverencial. - No no… - sus palabras se confundieron con el crepitar de las llamas de la chimenea cercana. Tan solo el inicio del conflicto de Elias con los soldados le sacó de su paralizante estupor.
- ¡Inconscientes, no lo entendéis! Él se llevará a todo por delante. Si no luchamos juntos los muertos acabaran con todos nosotros.
Después, con algo más de calma a pesar de la escalada de violencia, intentó interceder por Elias e interponerse entre él y los soldados. – Es un héroe de la Corona. No sabéis a quien estáis atacando.
Zevatur, Rolthos
Mientras Godric arrastraba fuera de peligro al moribundo soldado, se dio cuenta de que aun respiraba aunque con dificultad, era joven, no había alcanzado aún la veintena, pero las heridas sufridas habían fracturado su cráneo, hileras de sangre y algo más caían por sus oídos y parte de su cabeza parecía deformada hacía dentro por el impacto. El sacerdote invocó la magia sanadora intentando devolver parte de la salud robada tan cruelmente, aunque en su fuero interno, sabía que aunque le salvara, las secuelas sobre él serían devastadoras... En alguna ocasión oyó en las lecciones de triaje que en algunos casos, era mejor dejar morir al herido que regalarle una vida llena de sufrimiento y discapacidad. Era una decisión difícil que esperaba no tener que tomar nunca... y justamente ahora la tenía enfrente, entre sus manos iluminadas con la radiancia cálida que su Dios le proporcionaba, la vida de un muchacho pendía de su decisión...
TocToc se lanzó, superando su momento de estupor, para intervenir entre los soldados y Elías, pero era ya complicado, un par de lanceros habían clavado sus picas en los muslos del pastor para que éste cayera de rodillas y fuera más fácil reducirle, pero Ilaiah parecía estar poséido por un frenesí de batalla sediento de sangre y no cedía ni se doblegaba mientras intentaba apartarlos a todos con rápidos y mortales arcos de su cayado, en una de las ocasiones, su "improvisada" arma golpeó sobre el adoquinado del camino principal, rompiendo la piedra con tanta facilidad como si fuera una hogaza de pan recién hecha. Cuatro hombres de los más corpulentos de la guardia estaban literalmente sobre él, agarrándolo y obligándole a caer al suelo tumbado, reteniéndole los brazos por la espalda. Indiferentes a los gritos y aullidos de rabia del Carnicero, estos comenzaron a organizarse de una manera bastante eficiente para arrastrarlo hasta los barracones-cárceles que yacían a escasos metros de distancia.
- Llevadlo ante el teniente, él sabrá que hacer con este desquiciado...
Otro par de soldados más de la docena que acordonaban la posada, aparecieron cruzando la esquina lateral para acercarse de inmediato a apoyar a los suyos, al ver que la situación estaba controlada, su destino cambió para rodear a Godric y a su compañero caído, preocupados por la salud de éste último, le preguntaron al sanador como podían ayudar.
En el interior de la posada, Lenkus observaba con estupor todo lo que estaba acontenciendo en los lindes de su establecimiento, parecía bastante afectado, pero eso no evitó que, casi mecánicamente, hubiera preparado un té para todos... llenó las tazas con delicadeza y las puso en una bandeja para ir ofrenciendo a todos los parroquianos presentes una vez acabada la violenta trifulca...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Godric compartía los sentimientos de Toc-toc por las noticias y deseo que el resto de sus compañeros intercederían por Elias, pero sería algo que tendrían que hacer más adelante.
Miro al joven soldado, no mucho mayor que él mismo, de quien su vida dependía ahora. Recordó las duras lecciones aprendidas en el campo de batalla. Allí había tenido el apoyo y sabiduría de sacerdotes más sabios y experimentados. Ahora estaba solo.
No, sólo no.
Levantó el rostro y la lluvia cayó sobre su cara. Sabía que más allá de la lluvia estaba Lathander, y pudo sentir su reconfortante presencia en su corazón.
Haría lo posible por aquel soldado. No estaban en mitad de una campaña bélica donde los recursos escaseaban y los enemigos podían caer sobre ellos aullando sedientos de sangre en cualquier momento.
Pese a todo estaban en una ciudad y Godric esperaba que con tiempo y cuidados se recuperara del todo.
-Si conocéis a algún sacerdote en la ciudad id a buscarle. Puede que necesite más cuidados de los que yo puedo prestarle. ¿Cual es su nombre?- les pregunta a los dos soldados que se han acercado.
Cuando le contestan asiente y reza a Lathander, pidiendo que sane el cuerpo y el espíritu del joven guarda para que pueda defender a sus siervos.
Una suave luz cálida y dorada ilumina las manos del sacerdote mientras aplica la magia curativa a la temible herida, viendo como hueso y piel recuperan su forma normal, y esperando que los daños internos sanen igual, Godric continúa concentrado lanzando otro hechizo que puede sanar la mente del soldado.
Cuando acaba está exhausto, ha consumido la mayor parte de sus energías pero el joven vivirá.
PbP Character: A few ;)
Para no ser desagradecido, Mablung tomó una de las tazas y acercándose a Lenkus le pregunto:- En caso de querer encontrará a alguien, al que le gusta pasar desapercibido, en esta ciudad, ¿con quien tendría que hablar?. Se que se mueve por los túneles que hay debajo de la ciudad.-
TocToc se movió nervioso alrededor de la escena de violencia. Sus rápidos movimientos denotaban su estado de alarma. Sin embargo, no llegó a ponerse en peligro real.
- Recordar que es un héroe de guerra... No le maltareis en exceso, puede ser un aliado clave. - Dijo mientras se lo llevaban.
Al fin regresó al interior de la posada donde los soldados se reunían alrededor del joven herido. Intentando relajarse y secar la lluvia tomó el ardiente té entre sus manos y se acercó al fuego. Dando un par de sorbos, más tranquilo y mirando las reacciones de los soldados inclino la cabeza hacia un lado. Quizás después de todo algo bueno saldría de aquí. Con unos pocos pasos despacio se acercó a Leobald.
- Ese chico ha tenido suerte de que Godric estuviese aquí. Le ha salvado la vida. – Le dijo con voz suficientemente fuerte para que los soldados le escuchasen. Si podía ayudar a que la guardia respetase a Godric o le profesasen algo de afecto, algo bueno podría salir de todo esto.
Zevatur, Rolthos
La alta elfa no pudo más que observar con estupefacción la reacción de Elías al ser pronunciado su antiguo nombre, desatando así como un resorte al terrible Carnicero que intentaba ocultar y retener dentro de sí.
Le siguió con la mirada todo el recorrido hacia el exterior y acudió al quicio de la puerta trotando a pasitos cortos y quedándose parcialmente oculta cuando Elías atacó al guardia, incrédula ante la escena. Todo sucedió con rapidez ante sus ojos: Godric asistiendo al joven herido, Leobald con su escudo, Toctoc interponiéndose en la refriega. Y ella, manteniéndose a una distancia prudencial, observaba sin involucrarse como una espectadora ajena a aquella sangrienta batalla.
Finalmente, la guardia consiguió reducir al pastor y llevárselo a rastras a los calabozos. Adriana miró a Leobald y se acercó lentamente hasta colocarse a su lado.
- Pobre desdichado - dijo con cierta lástima - y qué horribles pero necesarias las consecuencias de tus palabras, Sir Leobald. Ahora, por fin, se empiezan a despejar las incógnitas que nos rodean por doquier - la elfa no sabía cuán culpable podía sentirse el caballero ante lo que acababa de suceder, así que con sus palabras quería mostrarle apoyo y complicidad.
Con parsimonia volvió a adentrarse en el salón cálido de la posada, tomando entre sus manos una taza de reconfortante té. Mientras sorbía con delicadeza, esperó a que todos sus compañeros se reunieran en la estancia y, cuando la guardia regresó a sus posiciones fuera del edificio y se encontraron a solas, la elfa comentó.
- Elías será conducido ante Kraddoc y mucho me temo que éste no será benevolente - comentó meditabunda - Detecto… algo extraño en el teniente, algo no cuadra. Intenta ocultarlo pero me atrevería a afirmar que este hombre ha servido como caballero o iniciado, quizá ha pertenecido a la orden de los dragones púrpura. Su manera de expresarse, sus gestos, su forma de dirigirse a nosotros… - miró directamente a Leobald, esperando una confirmación dada su amplia experiencia - No soy experta en jerarquías militares, pero si algo he aprendido en mis años de cortesana es que La Corona sigue a rajatabla sus normas tradicionales y conservadoras. Kraddoc es demasiado joven para ostentar el título del que tanto se enorgullece. Alguien muy poderoso se ha saltado las férreas y casi inamovibles costumbres y le ha colocado aquí como teniente. La cuestión es…¿quién y por qué? - dijo encogiéndose de hombros.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Tras devolver su escudo a la espalda, Leobald observaba con lánguida tristeza como se llevaban al hombre roto a los calabozos. Lo extraño de la mente humana y la miseria que es capaz de soportar un hombre volvían a abrumarle. Asintió a los apuntes de TocToc.
—He visto ese comportamiento perturbado antes. Es como si el pastor y el Carnicero vivieran en el mismo cuerpo —suspiró—. Enfermo o no, el Carnicero es un asesino despiadado y es más seguro para todos que permanezca en los calabozos. Sin embargo todo este asunto de los muertos merece nuestra atención.
Cuando Adriana comentó sus pesquisas la miró con curiosidad y asintió también. Miró a los guardias y mesándose el mentón en actitud reflexiva se encaminó a la chimenea de la Cabra de Mimbre lentamente.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Un apenado Godric se unió a los demás cerca del fuego.
- Esto no debería haber ocurrido. Elías sólo ha demostrado buenas intenciones y preocupación por la Comunidad. Él era la victima intencionada de Colton, por la razón que sea, puede que incluso venganza por la persona que era, eso no importa, y, desde que Bastianes nos descubrió su nombre y su pasado apodo, habéis dejado que eso manche vuestra imagen de él. - niega con la cabeza -
Entiendo que ninguno podíamos prever esto, y que tan sólo llamarle por su antiguo nombre pudiera desencadenar esto, pero no estoy de acuerdo en que esto sea lo adecuado. Incluso en ese estado iracundo su preocupación era para la gente de la comunidad, pastores y granjeros que ahora carecen de cualquier tipo de protector ante quien sea que se dedica a levantar a los muertos y acabar con ellos. - Lanza un largo suspiro
- Creo que no dais la suficiente importancia a este asunto. Dudo que ese guardia se recupere del todo de esa herida. Mis mentores le habrían dejado reunirse con sus antepasados. Ahora morirán más granjeros, más personas inocentes. Y comentáis que habrá que ocuparse de ello mientras os sentáis aquí al calor del fuego... no podemos salir, también por cómo hemos hablado con el Teniente, al menos durante un día y una noche. De verdad que no pretendo discutir, pero creo que va siendo hora de que nos demos cuenta de las consecuencias que tienen nuestros actos. Al inmiscuirnos en asuntos de los que nada sabemos podemos provocar más sufrimiento, problemas y muerte. - Se sienta en una silla, continuando con su reflexión.
- No sé vosotros, pero yo veo en Elías, en Nadie y en nosotros el mismo patrón, el mismo destino. Si me importan tanto los suyos es porque nos veo reflejados en ellos. Si pensáis que no hay posiblidad de redención para un alma perdida, preguntaos ¿La hay para vosotros? - Mira directamente a Leobald a los ojos - Yo creo que sí, para todos nosotros. -
Se mira las manos y por primera vez parece consciente que aún están manchadas con la sangre del guardia. Sin decir más se levanta y se dirige a las cocinas para lavarse las manos.
PbP Character: A few ;)
El sonoro sorber de TocToc contrastaba extrañamente con los más sofisticados modales de Godric Leobald y Adriana.
- Un buen título, pero un destino de destierro… ¿Podría ser una recompensa y castigo simultáneos? Me pregunto cual es su historia… - Se preguntó en voz alta tras las palabras de Adriana, recordando la gran cantidad de documentos, algo que parecía la impronta de los cargos de la corona.
- Alguien como Elias necesita un objetivo para su furia. Que haga carnecerías contra los muertos. -Replicó a Leobald.
Cuando Godric mencionó el estado de detención en el que el grupo se encontraba replicó con un par de breves refránes que había oído hace mucho tiempo de su madre. - Cada asunto requiere un conocimiento previo. Es fácil ver el camino correcto después de haberlo transitado.
Finalmente, mientras Godric se alejaba para limpiar sus manos TocToc replicó, quizás tan solo a Adriana y Leobald. - Es cierto que nuestros actos tienen consecuencias. Pero no somos libres, somos condenados a los que han conmutado la condena a cambio de servidumbre a la corona. Y aceptamos.
Zevatur, Rolthos
La elfa se acercó a la chimenea con la taza aún en las manos y caminó lentamente de un lado a otro de la estancia, aprovechándose del calor de las llamas. Escuchó a sus compañeros pensativa, asintiendo ante sus intervenciones, esperando pacientemente a que el sacerdote volviera de la cocina. Cuando hizo acto de presencia de nuevo en el salón, se dirigió a él.
- Querido Godric - le dijo con cariño pero con firmeza - malinterpretas mis intenciones tras mis palabras. Obviamente deseo, igual que tú, ayudar a Elías y a su Comunidad. No voy a entrar a valorar el por qué nos hemos visto involucrados en esta demente situación de la moneda y los muertos vivientes, pero debemos afrontarlo de la mejor manera posible. Y para ello, es necesario contar con la mayor cantidad de información. El desafortunado incidente de Elías nos permite atisbar algo de luz en el envolvente misterio que rodea a Colton y la moneda. Debemos utilizarlo para saber a qué atenernos y premeditar nuestras acciones futuras. Elías era una bomba de relojería que podía estallar en cualquier momento, quién sabe si en otras circunstancias o situación las consecuencias hubieran sido incluso más nefastas. No se trata de juzgarle o condenarle y nadie le ha negado segundas oportunidades, pero sí se ha de valorar el peligro que supone para todos su condición - hizo una pausa de unos segundos, dándole un pequeño sorbo al té y prosiguió - Desgraciadamente me temo que su futuro pende de una benevolencia de la que Kraddoc carece por completo - suspiró pausadamente - hablando de lo cuál, considero que cualquiera que hubiese sido la conversación mantenida con él hubiera arrojado similares resultados. Ese hombre tiene demasiada información y ninguna intención de dejarnos a nuestro libre albedrío. La opción de permanecer aquí hasta que llegue Eliander, por poco que nos guste, es la única posible. Me hubiera negado rotundamente a entregarle los documentos a ese hombre y la desobediencia a sus órdenes nos podría conducir a ser parte de la peculiar decoración que exhibe con orgullo en el patio, y entonces sí que no estaríamos en posición de ayudar a nadie - se acercó al sacerdote después de depositar la taza en la mesa, con un gesto preocupado, agarrándole de las manos casi en una súplica - sé que es frustrante, pero no somos libres, Godric, debemos actuar con cautela y dentro de los límites que nos han sido marcados. No tenemos otra alternativa -
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Godric mira a Adriana a los ojos tras unos segundos, tras volver de la cocina.
- Soy consciente de que no somos libres, y si... tienes razón, evidentemente Elías es una bomba de relojería, pero ahora formará parte de la decoración de Bradokk como dices. Tengo... tengo la sensación de que nos lanzamos sin cuidado ninguno a todas las cosas que nos encontramos... tan sólo deberíamos ser más... cuidadosos... no quiero que nos pase nada... -
Aprieta con delicadeza las manos de la elfa entre las suyas.
PbP Character: A few ;)
Mientras esperaba que Lenkus le contesté, pregunta con aire intrigado:- ¿Somos rehenes en esta posada?, ¿tiene autoridad sobre nosotros, agentes de la corona, un teniente de la guardia?, ¿Que autoridad es mayor?.¿Cuando se supone que llega Eliander?, porque no voy a esperarle mucho más de esa hora.
-Creo que tenemos tiempo de ir a la campiña y volver antes de que llegue el barco,¿no?
[En las sangrientas calles de Saltmarsh]
La sangre de las heridas producidas a Ilaiah se diluyó entre los adoquines empujadas por la lluvia, pronto el denso icor carmesí se transformo en una acuarela de siniestros tonos rojos para pasar a desaparecer por completo arrastrada por los torrentes artificiales creados por los recovecos del camino principal... la figura medio inconsciente a golpes del pastor y carnicero, se perdió dentro de los barracones, su cuerpo arrastrado también de los brazos y con las piernas totalmente inutilizadas no parecía responder a la repentina y explosiva furia que le había precedido momentos antes.
- Se llama Rigort, ese es su nombre... le llevaremos ante Wellgar, el sacerdote principal de Akadi, es el único templo que tenemos en la ciudad... y es un buen hombre a pesar de estar claramente alineado con los tradicionalistas de Saltmarsh, no podrá negarse a tratar a un miembro tan grave de la milicia... aunque le duela moralmente...
Localización 26 desbloqueada... Templo de Akadi + Campanario.
Los rezos y cuidados milagrosos de Godric habían ayudado a salvar o al menor preservar la vida del muchacho, aunque no estaba muy seguro de a que coste para él. Los soldados que le habían apoyado le dedicaron una rápida mirada de agradecimiento sincero antes de transportar con sumo cuidado al herido sin apenas moverlo y siguiendo las indicaciones del sacerdote hasta el lejano templo ayudados por una camilla que recuperaron rápidamente del edificio de cárceles. El lugar de culto estaba situado justo al otro lado de la ciudad desde donde ellos estaban según las referencias de la milicia que quedaba acordonando la zona.
[En la cabra de mimbre]
Lenkus servía un perfecto té a todo el mundo mientras intentaba acomodar y responder a sus huéspedes de la mejor manera posible. En cuanto el druida lanzó su cuestión, el dedicado posadero se quedó pensativo unos segundos algo confuso con la respuesta a dar.
- Si alguien quiere pasar desapercibido en esta ciudad, sin duda la zona que rodea a la "Red Vacía" es de un perfil muy bajo, habrá decenas de escondites e incluso hay algunas casas abandonadas o almacenes que ya no se usan y se caen a pedazos... sin embargo, los túneles de la ciudad son muy peligrosos, nadie se escondería allí, están infectados de ratas rabiosas... hace años nos sentíamos orgullosos del sistema de alcantarillado de Saltmarsh, siempre funcional y limpio... los desechos que caían al mar por la red principal quedaban muy alejados de la urbe y un equipo especializado de mantenimiento trabajaba duramente para mantener todo en orden... pero llegó la plaga, sin duda de algunos barcos contrabandistas que arrojaban parte de sus activos a los túneles para pasar después a recogerlos, quizás sobornando incluso a los de mantenimiento... y eso acabó con la seguridad ahí abajo. Decenas de trabajadores enfermos o muertos después, se sellaron parte de esos túneles y ya nadie baja allí... no me extrañaría que algún día media ciudad se hunda o explote por la falta de cuidados... aunque han pasado años y aquí seguimos...
Tras atender y asegurarse de que todos estaban cómodos, Lenkus se perdió en la cocina para dejarles algo de intimidad mientras preparaba la futura cena, asomando su cabeza de vez en cuando para comprobar si se le necesitaba para algún menester o la chimenea requería de más leña.
Si nadie hace nada especial, paso a narrar la cena y la noche... donde supuestamente alguien debería aparecer a cobrar lo que se le "debe"
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Leobald asintió despacio a sus compañeros cuando se dirigieron a él y escuchó las intervención es de todos con las manos a la espalda, atento pero relajado. Adriana había explicado muy bien el asunto así que guardó silencio y tomó asiento despacio, pesadamente.
—Buen Godric, sois joven y creéis que todos quieren elegir ese nuevo comienzo que os gustaría poner a sus pies —suspiró con tristeza—. Es loable y os invito a seguir haciéndolo, pero no todos querrán o estará en su mano el aceptarlo —le dedicó un mirada paternal—. En cuanto a nuestro peculiar grupo —miró a los demás y al druida en particular—, sugiero que afrontemos sólo un reto a la vez. Eliander debe estar aquí antes del anochecer. ¿Quién sabe qué puede arrojar sobre la mesa?
Sacó un libro de su petate y buscó algo de luz para una lectura junto al fuego.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Godric asintió a las palabras de Leobald.
- No os falta razón... sin embargo de momento sólo he encontrado almas que desean caminarlo. Aunque algunas tengan más prisa que otras por recorrerlo - añadió, aventurando una leve sonrisa al mirar a Mablung.
Pasó el resto de la tarde tomando té y llevándole un poco a los sufridos guardias que guardaban la posada bajo la lluvia.
PbP Character: A few ;)
Dejando la taza con un gruñido Mablung contestó:- No te confundas, no busco redención, ni perdón, no los necesito. No me metas es tu grupo ni asumas que buscamos los mismo. Puede que tú busques limpiar lo que hicistes, que no seas capaz de seguir adelante por los actos que cometistes si alguien de fuera no te sanciona.-
Haciendo una pausa se acercó despacio al clérigo mientras seguía hablando:- Mate a humanos. Si. ¿Lo volvería hacer?, Si. Yo puedo vivir con lo que hice, no necesito redención, ¿ Puedes decir lo mismo?.
-Algun día puede que te diga que busco, pero te aseguro que no es la redención-.
- La redención está lejos de mi alcance - contesta Godric aún mirando las llamas - la única sanción que necesitaba ya la he tenido. - dice rozando el símbolo sagrado que cuelga de su cuello. - Pero no te equivoques - dice mirando ahora a Mablung a los ojos. En su mirada el druida puede ver una determinación que no le atribuía al joven muchacho - Aunque aprecie la vida por encima de todo y dedique mi vida y mis poderes a conservarla, no dudé, ni dudaré en el futuro, a quitarla si es necesario. Simplemente no me enorgullezco de ello, por muy necesario que sea. Pero soy muy consciente que quitar una vida puede salvar otras. - Suspira y vuelve a mirar a las llamas.
- Sólo espero que encuentres lo que buscas Mablung, y si puedo ayudarte a alcanzarlo, lo haré.. -
PbP Character: A few ;)
Khalion, callado y ausente o ignorante ante despiadado pastor. Las revelaciones no hicieron mas que dar razón, ignorada por todos cuando la proclamó, sobre las tramas entre Colton y Chak. -Lo sabía- les dijo ya con Elías detenido.-Solo en penumbra se encuentran las razones.. La sombra nunca aclaró el papel de Colton.. ¿quién contrató a quien?- se preguntó en alto- Antes pensaba que Colton encargó el asunto.. pero quizá solo fue otro hombre de Chak.
Con el cambio de look y armadura estaba preparado para abandonar casa y mantel en busca de respuestas. Cinchas y correas dispuestas del cuero tachonado, dagas por doquier. Encapuchado y desenmascarado, usaba la tela revuelta para cubrir parte de su rostro, salvo aquellos ojos carentes de blanco y negro. Un mechón argento asomaba bajo capucha.
-Descubrir al instigador será la mejor manera de ayudar a ese necio y el tiempo se acaba -reconoció.- Creo conocer donde encontrar respuestas no sin asumir terrible riesgo.. mas aún tras causar muerte a Sambalet y su banda.. -No pudo resistirse a escuchar las palabras de Mablung y Lenkus..- Vi esas ratas.. de ojos rojos y tamaño mastín bajo le pozo del ayuntamiento.. de roca vieja como le puente.. ¿A quién quieres encontrar? Quien sabe.. quizá me cruce con algún cazarrecompensas..
-Dudo que lo que busco sea compatible con tus intereses o los de la corona- añadió Mablung mientras volvía a la chimenea.
-Squik, se llama el rátido, puede que nos sea de ayuda con Elias y la cárcel. Digamos que puede entrar y salir con facilidad - contestó a Khalion.-Y si necesitas ayuda para salir, puedo tratar de distraer a los guardas por delante- añadió con una sonrisa pícara.
Adriana movió uno de los sillones individuales del salón hasta situarlo lo suficientemente cerca del fuego para aprovecharse de un calor continuo pero lo suficientemente lejos para no sofocarse, con la intención de pasar lo que quedaba de jornada cómodamente y esperar con paciencia a que se consumieran las horas. Pidiéndole amablemente a Lenkus que le proporcionara una manta ligera, la extendió sobre sus muslos confiriéndole a su cuerpo algo más de confort.
Haciendo uso de su pluma y una libreta, fue anotando en silencio sus pensamientos y todo lo acontecido a lo largo del día; más que un diario personal, parecía estar confeccionando el inventario de los sucesos de las últimas horas.
Aunque pudiera parecer absorta en su tarea, atendió a las intervenciones de sus compañeros a lo largo de la tarde. Cuando Khalion reveló su intención de salir de la posada, Adriana levantó la mirada directa hacia Leobald, suspirando con resignación ante los nuevos planes que, obviamente, contradecían la recomendación del caballero de permanecer todos juntos.
- No dudo de tus habilidades y tu pericia como escapista Khalion, pero te mentiría si no te transmito mi temor a las consecuencias si te descubren desobedeciendo las órdenes del teniente - su mirada mostraba cierta preocupación - por otro lado, recuerdo a aquella muchacha con la que nos topamos en el barrio pobre de Saltmarsh que nos alertó sobre las ratas - comentó haciendo memoria - nos advirtió con vehemencia de que no matáramos a ninguna, pero no dijo más. Ahora me pregunto si se refería a esos animales desproporcionados de los que habláis. Si estás decidido a abandonar la taberna y adentrarte en esos túneles, quizá debas tener en cuenta esa información. Cualquier precaución es poca, aún más si vas solo.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"