Antes de llegar a la arboleda dijo a sus compañeros, mirando fijamente a Adriana:- Comportaros y sed respetuosos, no os aconsejo enfurecer al guardián del círculo.-

Una vez en la arboleda hizo una pequeña reverencia con la cabeza y dijo:-Saludos, maese Golfrin, me gustaría hablar contigo en algún lugar un poco más recogido- dijo Mablung señalando un punto del claro donde pudieran hablar sin que el resto de parroquianos escuchasen.

Una vez tomada cierta distancia dijo:- Está noche mis compañeros y yo hemos sufrido un ataque de No muertos en la posada La cabra de mimbre. Una vez repelido el ataque toda la zona del patio de la posada para afectada por algún tipo de corrupción. Toda la vida está muerta, marchita, seca...como si hubiesen pasado años secándose al sol, ¿ Habéis visto algo parecido por los alrededores? ¿ Sabéis que ha que se debe y como curar la tierra?, ¿ Quizás vuestro maestro os comentase algo al respecto?

Godric asintió despacio al gesto de Leobald y cuando estuvieron cerca del vado y Mablung se adelantó para indicarles el camino con Ostor revoloteando en su hombro el joven clérigo apretó la mano de Adriana con delicadeza pero firmeza para llamar su atención mientras la ayudaba a vadear la corriente. Asintió y miró a Leobald para comunicarle los descubrimientos del caballero sobre sus sospechas. 

En la arboleda Godric se sintió reconfortado y agradeció a Lathander que con su ayuda pudieran existir lugares así de bellos y pacíficos, incluso en un lugar como Saltmarsh. 

Se mantuvo en un respetuoso segundo plano, inclinando la cabeza con respeto ante el alto firbolg y cerca de Adriana y Leobald. Mientras veía hablar a cierta distancia a los dos druidas una idea se le ocurrió y buscó con la mirada a Ostor.

Mientras Ostos revoloteaba aparentemente feliz por la arboleda, sin dejar de posarse inquieto en las diferentes ramas y mirando con curiosidad distante el estanque de aguas cristalinas que era el núcleo del claro que pisaban, Golfrin y Mablung conversaban lejos de los parroquianos y afines al círculo druida que se dedicaban a sus cosas indiferentes a los nuevos visitantes.

- ¿Muertos vivientes decís? ... eso es grave... muy grave... esas criaturas están fuera del círculo natural, ... si algo me enseñó el antiguo maestro Ferrin era que había que destruirlos sin piedad alguna a todos y cada uno de ellos. Quizás era lo único que le hacía reaccionar en su tranquila vida aquí... Pero lo de la tierra es muy extraño, no lo había oído nunca, dejadme acudir al lugar e inspeccionarlo por mi mismo si no os importa... os acompañaré para reconocer el terreno directamente. Este lugar está bien protegido como ya sabes...

El joven Filborg guiñó un ojo a su amigo elfo y comenzó a recoger parte de su equipación y metiéndola en una mochila, ésta se encontraba dispersada caóticamente por diferentes partes de la arboleda, y el aprendiz de druida no parecía hacerlo con especial prisa, quizás acostumbrado a las parsimoniosas formas del anterior maestro del círculo.

-Claro, partiremos en cuanto hayáis recogido lo que necesites. Llegaremos antes si cruzamos el vado, así nos ahorramos tener q entrar en la ciudad y atravesar el puente.-

Khalion, quieto y observante, valorando situación y personas que o no encajaban allí de día, o no lo hacían en la taberna de noche. Según se acercaban al círculo los marineros/tramperos parecían tener el único fin de no atraer miradas ni atenciónes, justo lo que despertaba en el el aasimar. Tan discreto como inofensivo se acercó al resto de humanos como jovial muchacha que pasea por un florido parque.. que sin embargo trataba atento de adivinar mas sobre esa gente dede el otro lado de la máscara.

-Propicios sean los designios, caballeros..- rompió el silencio incómodo..- Difícil concebir tan acogedor paraje, su paz, su equilibrio ¿no piensan igual sus vuecencias?

La caterva de marineros, tramperos y cazadores refugiados en el claro se giraron con un extremadamente desconfiado comportamiento hacia Khalion, sin disimulo alguno, unos pocos de ellos observaron de reojo a Golfrin con una mirada claramente reprobatoria. El cazarrecompensas pudo contar hasta seis hombres en el grupo principal de aspecto rudo, sucio y acostumbrados a la dura vida en la interperie, había al menos otros cuatro dispersados por diferentes partes del claro dedicándose a sus "cosas"...

Cuando el aasimar se dirigió a ellos, uno escupió casi por instinto al sagrado suelo del claro, dejando sus flemas ennegrecidas chorreando sobre algunas briznas de hierba húmeda. Después se dirigió a él con a misma diplomacia que una rueda de molino pudiera dedicar al mismo grano que machacaba.

- Si, es un lugar muy "especial"... nos encanta a "todos.".. ¿y a quien no? ... y dinos "amigo", tus colegas de allí que han venido contigo,... salvo el elfo de los bosques y el kenku depresivo, parecen agentes de la corona honrados y de buenas familias... ¿te juntas mucho con ellos? 

Animado por la conversación, otro de los tramperos parece unirse a la "amena" charla...

- Si, ahora nos juntamos con "lealistas"... debemos ser gente importante... y dinos enmascarado ¿eres un tipo importante?...

Mientras tanto Golfrin, el aprendiz de druida que estaba recogiendo sus pertenencias más importantes para ayudar a examinar los restos de la posada, pareció percatarse de la "complicada" interacción que Khalion estaba teniendo con los visitantes locales del círculo druídico y su rostro cambió casi por completo, sus ojos parecieron hundirse en sus cuencas mientras unas cejas enarcadas mostraban un enfado difícil de ocultar. Con agigantados pasos comenzó a acercarse al grupo principal apretando su retorcido bastón de madera de cedro entre su mano. Un profundo gruñido pareció desprenderse desde lo más profundo de su garganta.

Godric se acercó un poco preocupado hacia Khalion, pero no se atrevió a acercarse mucho por si eso provocaba aún más a los marineros. 

- Por favor... - dijo - no queremos problemas. Todos hemos venido a pedir ayuda a los druidas. Nos marcharemos enseguida y les dejaremos tranquilos... disculpen las molestias... -

Meter las narices donde no te llaman o mostrar al mundo tus reales, aunque obligadas lealtades, era mal punto de partida. Pero intuición y experiencia por tanta gente fuera de lugar le impedían quedarse quieto, callado. No iba a comenzar pelea, pero si a acabarla si semejante gentuza prefería entablar negociaciones en el lenguaje del acero.

-Lealista..-rió- al oro y la plata, mi sol y mi luna. Aquí solo veo gente honrada que ansía ver amanecer una vez mas. Mi problema es con los ya muertos.. no con los que quieren serlo con impertinencia. No pretendo molestar.. -se vio cortado por el feroz gruñido del gigante viniendo hacia bandidos y aasimar

 ¿Como podía escapar de Akrul de nuevo? ¿Estaba más seguro aquí o huyendo? Y los suyos… ¿Debía partir a ayudarles a huir, o les pondría en mayor peligro? Al llegar al círculo sagrado parecía haber llegado a una decisión provisional. Se quedaría y atraería su atención hacia aquí, hacia él. A pesar de la decisión tomada, las dudas e incertidumbre le atormentaban y se notaba en su actitud retraída.

 - El poder que está detrás de ese muerto… usa poder de runas, quizás en ese claro hayan quedado algunas de sus marcas… A mí también me gustaría examinarlo de nuevo. – Dijo al oír que pretendían examinar la zona de nuevo.

 - Los elfos y humanos son reos… De buenas familias, pero reos de la corona. – Acertó a decir TocToc ante la escalada de tensión con los visitantes del claro. - En otra vida tuvieron más riqueza y estatus que vosotros. En esta, vosotros tenéis más posesiones, mas estatus y sois más dueños de vuestro destino. Más que odio merecen compasión

Los matones, roedores de los muelles y cazadores sin escrúpulos, escucharon las súplicas lacrimógenas de Godric mientras se carcajeaban a pleno pulmón.

- ¡¡Parece que al lord enmascarado le ha venido su mamá al rescate...!!

Aunque la consiguiente amenaza velada del aasimar pareció calar algo más profundamente en sus aparentemente cortas seseras, y las manos que repentinamente se habían ocultado bajo capas o aferrándose a las guardas de sus cuchillos se relajaron ligeramente, adicionalmente el apoyo de las sinceras palabras del hombre-cuervo ayudaron a que sus rictus serios y desafiantes pasaran a un tono más neutral. 

Pero quizás era ya demasiado tarde... Golfrin había llegado a su altura y con un iracundo alarido les gritó llevado por una furia desatada.

- ¡BASTA panda de insensatos!

Tras esta frase, que labró un palpable terror en sus rostros, todos dieron un paso atrás, incluso los humanos que no estaban siendo partícipes del núcleo de la reunión, dieron un paso atrás. A continuación, unas palabras en un lenguaje totalmente desconocido por cualquiera de los agentes, fueron recitadas casi como una orden marcial a todos los parroquianos locales allí presentes. Todos agacharon la cabeza en un claro ejemplo de cierta sumisión.

Cambiando el tono a otro más jovial, como el que tenía cuando los nuevos invitados habían llegado a la arboleda, Golfrin terminó de recoger sus cosas y se dispuso a acompañarlos a la zona de corrupción y preparar su análisis. Dirigiéndose de nuevo a Mablung con una sonrisa, le indicó con un gesto que se podían poner en marcha.

- ¿Y bien? ¿Seríais tan amable maestro Mablung de guiarme hasta ese profanado lugar?

Agradecido por la pronta intervención de Golfrin, tomó nota de lo que había ocurrido. Sus palabras no habían servido más que para causar más mofa sobre Khalion, que podía haber respondido violentamente a ellas. Sin embargo la advertencia de este había surtido más efecto. 

"No siempre las palabras amables son las palabras adecuadas Godric " recordó la voz de su maestro en los días del seminario " Incluso Lathander a veces nos golpea con fuerza con su calor para recordarnos que debemos ser humildes y comportarnos..." 

Mientras seguían a los druidas se aproximó a Khalion.

- Disculpa que me haya entrometido, pensé que podría ayudar... no pretendía empeorarlo... - 

Una vez más, Adriana guardó silencio a lo largo del camino hacia la arboleda. Observaba a Ostor disimuladamente, intentando no perderle de vista tras la señal de Godric que no presagiaba nada bueno, hasta que se adentraron en las lindes del bosque. Entonces toda su atención se centró en la naturaleza que les rodeaba, en el aroma limpio y puro de los árboles, en las pequeñas flores y plantas que surgían por doquier según avanzaban. Se sintió de nuevo como en casa, recordando sus largos paseos y la paz y la armonía que le invadía entrar en comunión con la naturaleza. 

Ni siquiera el comentario de Mablung fue capaz de ensombrecer su dicha, simplemente permaneció en segundo plano, admirando el estanque de aguas cristalinas y reconociendo las flores silvestres del lugar. 

El murmullo de la conversación entre Khalion y los hombres que se hallaban en la arboleda llamó su atención y les observó sin intención de acercarse. Cuando Godric intervino y la situación comenzó a tornarse peligrosa, avanzó unos cuantos pasos, atenta por si debía actuar. Afortunadamente, aquel ser llamado Golfrin puso orden en el grupo. 

Con un gesto de extrañeza en el rostro, dirigió su mirada al guardián del círculo observándole curiosa e interrogante. No articuló palabra, situándose cerca de Mablung para emprender el camino de nuevo a la ciudad. 

Con un suspiro de resignación por lo que acaba de pasar Mablung se encamino hacia el vado para volver a la posada mientras decía: -Por aquí, como comentaba llegaremos antes cruzando el vado y así nos evitaremos el puente. Una vez que lleguemos allí también me gustaría mostrarte algo, cuando estuvimos en los túneles que discurren bajo la ciudad descubrimos una sala que parecía contener dibujado un mapa estelar, pero que no se corresponde con las estrellas que conozco, quizás a ti te suenen de haberlas visto en alguno de tus viajes o quizás hayas escuchado algo sobre ellas de los marineros que pasan por el circulo- 

Leobald observaba la escena con aire indiferente. Entendía que el orden era cosa del Guardian del claro. Ellos solo eran meros invitados. Cuando entendió que volverían de nuevo a la posada simplemente siguió al resto.

—Maese Glorfin, tenéis aquí un bello paraje. Le felicito por su labor. Leobald —se presentó brevemente mientras caminaba a su lado con las manos a la espalda—. Tenía entendido que un druida mediano se ocupaba de este Círculo ¿Acaso está de viaje?

TocToc escuchó las palabras de advertencia del druida con curiosidad, memorizando los sonidos característicos de la desconocida lengua.

- ¿Qué idioma es aquel en el que habéis hablado a los refugiados? Y… ¿Qué hacen aquí, porque se refugian en el claro? – Preguntó TocToc con curiosidad mientras andaban hacia la posada de nuevo.

Siguiendo a los demás fuera del claro, sin dar la espalda a tal caterva, encajando aquella espontánea sumisión. Clavo sus ojos azules en aquellas caras esperando que el cansancio le permitiera recordar alguna de ellas. Fuera, con mas inquietudes que certezas y presto al interrogatorio, decidió dejar a los que gastan otras diplomacias conseguir la información que no solo inquietaba al aasimar. Presto especial atención a las oportunas cuestiones planteadas por Leobald que el también compartía.

-Al contrario muchacho. - como respuesta al joven humano algo alejados de los oídos druídicos.- Pues obtuve todo lo pretendido.. Ni mis mejores maneras soliviantaron a tanto sumiso despojo, ¿curioso verdad?. -Se acercó pues a Toc-Toc. - Los extraños amigos de Gñorfin compartían higiene y algo mas.. un tatuaje, solo a ver la base de un obelisco llegué. ¿Te resuelta familiar?

Golfrin extendió la mano amablemente a Godric extrechándola entre las suyas.

- No te preocupes joven, a veces la gente olvida los modales... y hay que recordarselos "amablemente"

Mientras caminaban de vuelta deshaciendo el camino, el Filborg pareció divertido cuando cruzaba el río por el vado encontrado previamente por Mablung.

- Excelente opción maestro druida, sin duda la experiencia es un grado... ¿habéis estado alguna vez en las marismas que lindan con Saltmarsh por el Noreste? La fauna y la flora son increibles y la diversidad es espectacular, quizás algún día me permitas acompañarte a hacer un tour por esos terrenos... son algo traicioneros, pero se moverme bien, fue de las pocas cosas que Ferrin me enseñó a conciencia. 

Al hacer la referencia a los mapas estelares Golfrin asintió interesado,

- Sería un placer otear esas constelaciones... las estrellas siempre ocultan secretos y presagios, pero también iluminan el camino de los viajeros perdidos en la noche.

Tras asegurarse de que todo el mundo había cruzado sin demasiados problemas, usando su bastón para dar soporte a la gente que lo necesitara, el aprendiz de druida siguió los pasos de Mablung y Ostor, que sobrevolaba al grupo con un unas trayectorias indiferentes. Al aproximarse Leobald, el azulado y alto humanoide pareció algo azorado ante la pregunta, y su mirada rápidamente cayó hacia el camino, intentando ocultar una gran tristeza.

- Os referís al magnífico Ferrin, veo que Mablung no os lo contó... él... bueno falleció en los altercados con los Alquimistas donde se perdieron la mayoría de los círculos druídicos de toda la región, incluídos los de Dreadwood... si queréis más detalles, maese Mablung los conoce... yo ... prefiero no hablar demasiado de ello.

Cuando le tocó el turno a TocToc, Golfrin parecía haber recobrado su alegría natural y se volvió para responderle tranquilamente, su camino casi había terminado y el edificio de las barracas que precedía a la posada se podía ver en el horizonte bajando la colina y bordeando los campos de cultivo.

- Oh, ... es un antiguo dialecto local, aunque se han ido incorporando muchas palabras del idioma secreto de la naturaleza... ya sabéis, las lenguas suelen ser seres vivos, crecen y se nutren de su alrededor... se adaptan... En cuanto a los refugiados, siempre han usado el círculo como centro de culto y descanso entre sus viajes, muchos marineros también acuden con ofrendas para que los vientos y el buen tiempo favorezca su próxima travesía... son gente supersticiosa, pero saben respetar a quien les protege de las inclemencias de lo salvaje, donde suelen sobrevivir la mayor parte de su tiempo. Ferrin los acogía con los brazos abiertos, y yo sigo su costumbre con humildad.

Al poco rato, cuando faltaban quizás un par de horas aún para el medio día, toda la compañía volvió a invadir la ahora vacía posada de "La Cabra de Mimbre", la puerta seguía abierta tal como la dejaron Mablung y Khalion al salir, pero allí dentro no salió nadie a recibirles. Sin embargo si se oían ruidos en la parte posterior del patio, cerca de la entrada al sótano. 

El patio posterior de la posada, donde el día anterior habían combatido, tenía todo el huerto marchitado, las plantas caían muertas y con colores anaranjados en vez de los verdes de los que presumían el día anterior. La misma madera de los aperos y carritos de labor, que se encontraban allí aparcados en el linde de los surcos, donde una gran variedad de hortalizas eran plantadas, también lucía ajada y medio podrida... decenas de larvas de insectos yacían inertes y muertas por doquier... cientos de gusanos de tierra ennegrecidos habían intentado llegar a la superficie muriendo sin remedio allí mismo.

Las plantas que habían dado fruto, como los tomates, estaban cubiertas totalmente por un moho mortecino, que a ojos de todos, parecía también muerto... ¿que podía matar el mismo moho?... una de las cosas más perseverantes de la naturaleza. 

Parte de este caos se adentraba dentro de la posada en el salón principal donde Adriana se había esmerado en limpiar horas antes, arañas, termitas muertas, junto a madera envejecida, parecían ahora reinar la mitad del gran comedor. A todos les recordó a lo encontrado en su regugio en Ghostfinger cuando investigó algo parecido, aunque a mayor escala.

Al ver todo aquel espectáculo dantesco y tumefacto, a Golfrin pareció venírsele el alma a los pies... 

- Pero por el sagrado Silvanos, ¿qué ... cojones...? ... 

Manteníendose fuera del área de profanación, el Filborg comenzó a sacar de su mochila algunos viales con sumo cuidado que fue dejando sobre una de las mesas de la posada y se dispuso a recoger muestras tras enfundarse en unos guantes de cuero de cierta calidad.

TocToc abrio los ojos como platos al comprar los tatuajes en su cabeza con otros patrones. Asintio y miro nervioso en busca de espias. - Despues... - Contesto a Khalion con voz baja y queda. 

Despues, en el claro, el familiar horror de la muerte le produzco cierto aturdimiento, pero busco huellas de lo que sabia familar de Akrul... Era una nueva de sus manifestaciones? o era algo diferente... algo que actuaba simbioticamente de su tras su manifestacion?

Viendo la reacción de Golfrin pregunta:-¿ Deberíamos avisar al clérigo local? O ¿quizás Godric sepa algo?. Los clérigos del señor de la mañana son también enemigos acérrimos de los no muertos.

-Sea como sea, ¿Como puedo ayudar en la investigación?. Concluye mientras observa con detenimiento a los insectos muertos.

Leobald enarcó una ceja al percibir la urgencia y preocupación en el lenguaje corporal del aspirante a druida. Intercambió una mirada con el joven clérigo para con Ostor, dejando la vigilancia del cuervo en sus manos. Sin decir nada se dispuso a inspeccionar el lugar en busca del origen de aquella mancha siniestra. El centro de aquel episodio dantesco parecía estar en la cocina. Entró con cuidado de echar a perder ningún indicio y examinó el suelo a conciencia. Si la marcha del lich no era lo que había desencadenado todo aquello ¿entonces qué? Examinaba los restos de insectos con uno de los tenedores de la cocina en busca del origen de aquel mal.