Las cuatro figuras, aceleraron el paso para llegar al bosquecillo cuanto antes y resguardarse de la lluvia, aunque fuera parcialmente. Una vez dentro de la foresta, el nivel de humedad descendió ligeramente, y el olor a tierra mojada y pino acarició el olfato de todos allí. A pesar que desde fuera, el bosque no parecía gran cosa, una vez dentro la densidad de robles y coníferas les abrazó rápidamente.
TocToc y Leobald calcularon más o menos el lugar por donde debió deslizarse el aasimar al entrar, e intentaron buscar su rastro. La lluvia, aunque amortiguada por el cielo de copas y ramas entrelazadas, seguía enfangando el terreno, y cualquier huella parecía difuminarse rápidamente. Tras intentar usar algún otro medio que pudiera indicarles la dirección tomada por su enmascarado "aliado", como encontrar pequeñas roturas en arbustos u hojas bajas, o alguna mancha de barro en rocas madre, el robledal parecía conjurarse contra ellos sepultando el rastro de Khalion y arrastrando el secreto de su presencia con él.
Tras varias pasadas, e incluso dirigiéndose hacia donde Leobald vislumbró a la misteriosa figura que los oteaba en la distancia, en resultado fue el mismo. No había señal alguna de su compañero... el tiempo pasaba, y sus ropajes empezaron a pesar más del doble de su habitual carga, al estar totalmente empapados y absorbiendo agua durante todo el tiempo dedicado a la búsqueda.
Leobald comprendió que no había nada que hacer. La lluvia le calaba los huesos y pegaba el cabello entrecano a su frente, pero no parecía preocuparle demasiado. Haber perdido todo rastro del espía, eso era otra cosa. Dedicó un a mirada a los alrededores y suspiró.
—Será mejor dejarlo estar. Vayamos a la casa de Colton. Khalion mencionó el reunirnos allí.
Sin mediar más palabra volvió sobre sus pasos en dirección a la choza del pastor.
[Mablung, en la parte frontal de la Mansión de Elías]
Mablung esperó lo que pareció ser la hora acordada con sus compañeros, mientras observaba el firmamento cubierto de grises nubes que le regalaban la bendición de la lluvia. Como druida había aprendido algún que otro truco acerca de conocer como iba a derivar el tiempo si observaba bien la forma y altura de las nubes, y los sutiles cambios en el viento. Parecía que al menos habría lluvia por un par de días más como poco.
Dirigiendo la mirada por última vez hacia el camino que bordeaba la colina, observó como la comitiva de granjeros, mercaderes y pastores, amigos y compañeros de Colton, volvían caminando, Elías estaba entre ellos, dirigiendo el carro, esta vez vacío, de vuelta. Una vez que llegaron a la altura del druida, Mablung pudo observar como sus compañeros no estaban entre los miembros de la comunidad.
Todo el mundo comenzó a repartirse por la hacienda y por los campos, para comenzar con sus tareas en silencio, la tristeza se palpaba en el aire que rodeaba a esta gente. El pastor se bajó con bastante esfuerzo de su maltrecho vehículo y varios mercaderes comenzaron a cargarlo con diferentes productos del campo como trigo y maíz, también añadían algunos quesos curados y vellocinos de lana, así como algunos tintes a base de hierbas. Fue cuando Elías observó al elfo de los bosques y se acercó a él, tenía unos cuidados vendajes en sus manos que no poseía la noche anterior.
- Tus amigos... no sé donde fueron, creo que se internaron en el bosque, es extraño puesto que no está en la dirección de Saltmarsh, pero... entiendo que volverán en breve. Me gustaría agradecerte de nuevo la ayuda, se ve que no eres un hombre de palabras, así que no te molestaré más, solo quería comentarte que todos sentimos lo que ocurrió allí... ese día ... ojala fuéramos gente de armas para poder haberos defendido, ... Dreadwood perdió tanto ... nuestros pastores vieron a los Alquimistas, pero no fueron lo suficientemente rápidos para entregar el mensaje de alerta, incluso usando los senderos ocultos del Mar de Hierba. Espero que algún día encuentres tu paz, como yo encontré la mía...
El druida observó, justo cuando Elías se acababa de despedir haciéndole una ligera reverencia con la cabeza, como por el camino en la lejanía ninguno de sus compañeros parecía volver, al menos no a tiempo.
TocToc miró a sus compañeros - La lluvia es demasiado fuerte, no encuentro nada. - Después miró a la mansión y siguió los pasos de Leobald. Seguir los pasos de la bandada le reconfortaba, dejando sus pensamientos es suspenso, atento tan solo a un posible asalto a su marcha.
Nota: Desde el bosque no se ve la mansión, solo se ve... bosque. Una vez fuera, son 300 metros a hasta la casa de Colton, y desde la casa de Colton, son 10 minutos de camino rodeando una colina hasta la Mansión de Elías
Tras la frustrante y poco fructífera búsqueda, el camino de vuelta se hizo algo pesado, al menos desandar el recorrido no costó demasiado esfuerzo, aunque si algo más de tiempo. Cuando todos volvieron a llegar al lugar pactado del reencuentro, en frente de la casa del fallecido pastor, la comitiva fúnebre ya había acabado sus cánticos y se había retirado, no sabían exactamente cuanto hacia de eso. La búsqueda en el bosque sin referencias temporales o un sol al que seguir hacia algo confuso dilucidar el rato que habían dedicado a tal menester.
Afortunadamente, no pasaron demasiados minutos hasta que Khalion apareció de la parte trasera de la cabaña de Colton y se dirigió a reunirse con los demás.
Frustración y aburrimiento tras una máscara. Las cuencas, azules, clavadas en los empapados aventureros, cimitarra en mano trazando cabriolas en el aire. Trazos plateados de cabello escapaban reboltosos de una capucha empapada en extremo.
-Tu amigo, el curioso-su voz resonaba algo cansada cuando se dirigió a Lobald.- No quiso esperarme como Chak ni dejó un rastro claro que seguir aunque en esa dirección es por donde se fué anoche "la sombra".. quizá alguno de sus hombres u otro invitado. -Espalda contra madera, señaló una de las ventanas, con sus cierres flojos.- Mismas dudas mismas penumbras. Ninguna pista me ha sido revelada.. menos aún trescientas monedas del resto del pago.- buscó palabras agradables para el paladín que significaran allanamiento. - Y Elías?
A medida que pasaba el tiempo y el clima se confirmaba lluvioso, el ceño del druida se fue ensombreciendo y su humor haciéndose más hosco. Cuando vio que la comitiva de habitantes de aquella extraña comunidad regresaba del entierro sin sus compañeros, el druida se puso tenso:- en que lio se habrán metido, sea lo que sea se lo tienen merecido por inmiscuirse donde no les llaman.
Ensimismado en sus pensamientos no fue consciente de la presencia de Elias hasta que le tuvo enfrente, su ceño se suavizó cuando escuchó las palabras del pastor y dijo:- Recuerda, el bosque no olvida ni a los que le hirieron ni a los que intentan ayudarle. En otro momento podrás agradecerme la ayuda enseñándome esos caminos entre la hierba, pero no será hoy.- dijo con un ligerísima inclinación de cabeza antes de coger su mochila. Se colgó su petate al hombro y sin volver la vista partió siguiendo el camino hacia Saltmarsh:- si pasa por aquí el resto de mi grupo, decidles que la hora paso y que podrán encontrarme en nuestro destino.
Y sin más dilación partió siguiendo el camino que había explorado un rato antes.
- Esperad, parecéis cansado, quizás podemos ayudaros llevándoos en el carro. Mis colegas se dirigen a Saltmarsh también a aprovisionar algunas posadas y vender en el mercado. Además estarás a resguardo de la lluvia en cuanto monten la lona. Pero si preferís viajar solo, no insistiremos.
Elías ofreció al druida su más sincera ayuda, intrigado con la respuesta de Mablung. Después se introdujo en la mansión perdiéndose bajo el umbral con el escudo quebrado sobre su alza.
Mablung se quedo pensándolo un momento, quizás fuese mejor llegar acompañado así levantaría menos suspicacias entre la población. Con un gesto afirmativo dijo:- Acepto la oferta, esperaré aquí a que el carro esté listo y si para entonces no han vuelto mis compañeros me iré en él.-
Sin entender por completo las palabras de Khalion lo único que le quedó claro es que allí no sacarían nada más que un resfriado.
—Llegados a este punto, parece que lo más sensato es reunirnos con Mablung y seguir nuestro camino —dijo a los demás haciendo gala de la paciencia y el elegante encaje del fracaso que solo los años proporcionan—. Elías cree ser capaz de manejar la situación y justo es que lo haga. Tenemos trabajo en Saltmarsh. Quizás a nuestra vuelta podamos pasar por aquí a ver si todo está en orden.
El caballero, empapado, emprendió el pesado paseo embarrado hasta la mansión.
-Marchemos pues o ese loco come-corazones concluirá solo nuestro misión.-el alarde de humor del mercenario dibujó un sonrisa bajo la máscara, pena que nadie viera ni la risa ni la gracia. Mas sosegado, prosiguió- Por demás que Elías descansará agusto con su cabeza sobre los hombros sabiendo que el debe de la comunidad nos perseguirá sólo nosotros.- con su mano estirada realizó la sencilla cuenta, cinco dedos cinco noches, con uno plegado, cuatro noches por delante.
El breve camino se hacía terriblemente pesado bajo el chaparrón y sobre el barro. Al comienzo se dirigió al kenku.-tan solo comida en salazón y aperos de trabajo..- señalando la ventana suelta y forzada- No he visto nada que valga el oro que reclama la sombra..
Resignada, Adriana escuchó los resultados infructuosos de Khalion y extrañada contestó a las palabras de Leobald.
- "Pero según el relato de Khalion la deuda es nuestra, no de Elías; nos perseguirá allá donde vayamos si no le damos lo que pide a ese tal Chak. Y la vida de Elías peligra si no lo hacemos en el tiempo indicado. ¿Puede ser que la moneda funcione como localizador? Si está en nuestro poder, quizá su magia vinculada sea capaz de seguir nuestro rastro - la elfa parecía preocupada y no muy convencida con el plan de marchar hacia Saltmarsh dejando este asunto en el aire - Creo que Elías no entiende que lo que queremos no es brindarle ayuda, si no resolver una deuda que ahora nos pertenece- comenzó a caminar con dificultad debido al peso de sus ropajes - Pero lo cierto es que tampoco disponemos de 300 monedas de oro y, si él no puede proporcionarnos ese dinero, no veo manera de conseguirlo en estas tierras - suspiró, levemente frustrada - Si no hay más opciones partiremos a Saltmarsh, pero quizá debamos ir pensando en cómo conseguir esa suma en la ciudad y volver aquí antes de que termine el plazo -
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Tal vez la curiosidad, o tal vez un mal entendido reto de Khalion hicieron que el kenku se activase.- Tan solo comida en salazón eh? - TocToc anadio un final de incredulidad al eco de las palabras de Khalion. Despues se adentro en la cabana, buscando alguna pista de problemas que requiriesen ayuda de bandoleros.
- En cualquier caso aquí no hacemos nada. No sé muy bien qué hacemos aquí, si Colton tuviera esa cantidad aquí seguro que ese Chak no nos la habría reclamado ya que sin duda habrán registrado la choza antes que nosotros. - se encoge de hombros - y si la encontraron pero piensan que pueden sacarnos mas dinero. Sigo sin comprender muy bien porqué la deuda es nuestra - levanta una mano antes de que Khalion intente explicarle de nuevo en su extraña forma de hablar, su forma de expresarse ocultaba su signifcado, como la máscara su rostro - pero apresurémonos en volver a la mansión. Le explicamos a Elías y si no podemos hacer más partimos hacia Saltmarsh. -
Cuando están de camino hacia la mansión Godric mira al cielo.
- ¿Siempre llueve en esta parte del reino? - y sigue caminando cabizbajo.
Lentamente, bajo la lluvia, el grupo recorrió el camino hasta vislumbrar la recia mansión en la que habían pasado la noche. Los integrantes de la Comunidad se afanaban en sus quehaceres diarios, embargados aún en un halo de tristeza por la reciente pérdida. Ninguno les prestó especial atención cuando llegaron a la casa. No había rastro de Mablung ni de Elías. Posiblemente el druida se habría marchado ya hacia la ciudad, pues aunque Adriana había perdido la noción del tiempo, estaba segura de que el sepelio y la incursión por el bosque habían consumido más de una hora de tiempo; lamentando que el elfo no hubiera reconsiderado su petición, entró en la casa.
El agradable olor a comida que se colaba desde la cocina y el calor que ya volvía a desprender la chimenea les dio la bienvenida. Liderando la búsqueda de Elías por aquellos pasillos y estancias que ya conocían de la casa, llegaron por fin a la sala donde la noche anterior se había preparado el cuerpo de Colton.
Dio unos suaves golpecitos a la puerta, entreabriéndola con cuidado - ¿Elías? - susurró, observando la figura del pastor de espaldas. Cuando el abatido hombre se percató de su presencia, Adriana se adelantó al grupo y se acercó hacia él con una sonrisa triste.
- Elías- dijo hablándole con dulce y tierna voz, tomándole de las manos y presionándolas con suavidad, mientras le miraba directamente a los ojos, en un intento de mostrarle apoyo y calidez - mis más profundas condolencias por tu pérdida, ha sido una ceremonia muy emotiva; mis plegarias se han alzado para que vuestro amigo encuentre la luz y la paz que estoy segura merece. Tuvo suerte en esta vida, parecía un hombre muy querido por todos- le soltó las manos antes de que al pastor le resultara incómodo un contacto físico prolongado - quería igualmente mostrarte mi más profundo agradecimiento por la amabilidad y hospitalidad que hemos recibido de vuestra comunidad, esta noche de descanso ha sido como hallar un pequeño oasis en el arduo camino que a mis compañeros y a mí nos toca recorrer - por su tono y su mirada, el pastor pudo percibir que su referencia no era meramente literal.
- Saldremos hacia Saltmarsh tan pronto recojamos nuestras pertenencias, pero antes de partir debemos prevenirte - su semblante se ensombrece entre preocupaciones y dudas - Tal y como Godric te ha adelantado hemos contraído una deuda que, según parece, pertenecía a Colton. Ignoramos la naturaleza de la misma, pero las implicaciones que se derivan de ella nos llevan a todos a correr un peligro inminente. Solo sabemos que el requerimiento son 300 monedas de oro en un plazo de cinco... cuatro días desde hoy, bajo amenaza de saldarla con tu vida si no se le entrega lo que pide. Sin dudar de que tú y tu comunidad os valéis sobradamente para afrontar cualquier peligro que os pueda sobrevenir, me temo que el fantasma de este compromiso nos perseguirá allá donde vayamos. Este asunto se ha convertido en algo que nos atañe personalmente y no podemos abandonar estas tierras sin más, sin valorar las terribles consecuencias que nos puede acarrear nuestra despreocupación, ahora o en el futuro. Lamentablemente, no disponemos de esa cantidad de dinero, pero esperamos que nuestro viaje a Saltmarsh nos brinde la oportunidad de conseguirlo y retornar aquí para saldar la deuda - las palabras de Adriana sonaban determinantes, sin un resquicio de duda en cuanto a la responsabilidad que habían adquirido, pero también parecía temerosa y preocupada - No queremos importunarte más, solo considerábamos necesario informarte de la situación antes de partir - Su estrategia no contemplaba preguntas, ni peticiones, esperando que la sola exposición de los hechos fuera suficiente para que Elías reaccionara de una manera u otra.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Lluvia, lluvia y mas lluvia. La deshidratación, el peor adversario del soldado, no existe camino de Saltmarsh, menos aún propiedades de la Comunidad. Juntos y silenciosos llegaron a la mansión del reconvertido pastor. Entre ellos, la figura enmascarada otrora solicitado mercenario, con tantas incógnitas como carencias comunicativas. Hubiera disfrutado en demasía tratar con el veterano soldado pero el torrente expresivo de la elfa cohibió a un Khalion poco asertivo. Una tras otra escupía oraciones con un Aasimar tratando de meter baza y avocado a la resignación repetidamente.
-No queremos importunarte mas- repitió con la educación cortesana que claramente no poseía- Soy poseedor de una deuda de tu desafortunado amigo Colton.- continuó el uso tedioso de la comunicación.- No quiero tu dinero ni quiero separar tu cabeza de tus hombros.-dijo tratando de imitar el tono conciliador de la elfa..- pero si batirme con la figura de anoche, Chak, es mi ventura solo deseo saber que sea justa causa.. ¿Que desalienta a tu comunidad para tener que recurrir a semejante malaje o solo son fantasmas del pasado de Colton?
[En la Mansión de Elías, Altar de Try, Adriana y Khalion]
Elías se encontraba en el momento de la llegada de la elfa, el aasimar y su séquito de aliados, terminando de colocar lo que restaba de la espartana ara dedicada al Dios de la justicia. Un par de velas elaboradas con cera de calidad en tonos azulados, y un escudo metálico que sin duda vivió tiempos mejores con el emblema sagrado de Tyr. Una balanza reposando sobre un martillo de guerra y unas vendas ensangrentadas que envolvían la empuñadura de dicha arma. Alguien con un mínimo de conocimiento religioso, adivinaría que no sólo estaba representado un Dios, sino una triada. Completaba el altar unos textos de poesía de un desconocido, pero ferviente admirador de la deidad.
Cuando Adriana tomo su mano vendada y herida, y presionó con suavidad, el pastor intentó contener un gemido de dolor, pero su rostro palideció por unos momentos delatando su sufrimiento. Aún contestó en un tono amable y calmado, tras volver a oír las mismas palabras repetidas, como si le estuvieran explicando a un niño algo que fuera difícil de entender o si su mente sufriera alguna tara irreparable.
- Te agradezco las condolencias Adriana, si en efecto Colton era muy querido, a veces tenía un carácter difícil, pero era parte de su... encanto... En cuanto a la hospitalidad, seréis siempre bienvenidos, habéis obrado con bondad y altruistamente ayudando a un humilde pastor al borde de la muerte, asistiéndole en dar descanso a su compañero y amigo caído. No hay suficiente agradecimiento que pueda cubrir vuestros nobles actos.
Al sentir que la presión de su mano se aflojaba hasta soltarse, su rostro volvió a coger un color más natural y su compostura ganó fortaleza, pudiendo contestar con una pose algo más seria y sombría.
- Os avisé que no tratarais con ese tipo de gente, y ahora parece que la sombra de ese tal Chak está acechándoos con un ultimátum incluido. Nosotros nos podríamos haber hecho cargo, ahora vuestras vidas vuelven a estar en peligro por mi culpa, o por los supuestos tratos de mi difunto amigo. Aunque también os previne que no creyerais la palabras de lo que parece ser un delincuente peligroso... y sin embargo seguís pensando que lo que ese hombre os contó en algún momento entre ayer y hoy, es cierto al pie de la letra.
Elías parece algo contrariado con sus últimas palabras y hace una pausa para rebuscar algo en su zurrón. Finalmente parece encontrar los que buscaba y saca una bolsa de tela manchada en sangre, ahora seca y oscura. Leobald la reconoce de inmediato como la que encontró entre las posesiones de los Bugbears que abatieron la mañana anterior y le entregó al pastor.
- Cogedla, así podréis saldar parte de la deuda, debe haber unas 150 monedas de oro, lo que es la mitad de lo que necesitáis. Íbamos a usarla para reparar la vieja mansión y comprar alguna que otra mula más para la cosecha... pero vosotros lo necesitáis más. Os ofrecería mi cabeza, pero de momento me gusta que se conserve sobre mis hombros, si es que lo que dice Chak es cierto... Espero que vuestro viaje a Saltmarsh sea próspero y no tengáis problema alguno.
Cuando intervino Khalion, indicando que no quería el dinero, Elías no hizo amago alguno de recuperarlo, su rostro volvió a cambiar a un semblante más de hastío esta vez.
- Como ya os mencioné, ni la Comunidad ni yo sabemos nada de ese tipo, lo que Colton tratara con él, nos es desconocido, es más, anoche es la primera vez que lo veía. Así que encaja mejor en la versión de fantasma, uno que quizás estuviera envuelto en su muerte...- El pastor pareció hablar para si mismo en su últimas frases - Yo... él ... no era merecedor quizás... una ilusión, la penitencia nunca acabará...
- Elias - interviene Godric - Nadie ha dicho que creamos a ese tal.. Chak, tan sólo te contamos lo que el tipo le ha dicho Khalion. En ningún momento pretendemos faltar el respeto a Colton o su memoria, y personalemte, pienso que ese tal Chak es un charlatán y un chantajista de tres al cuarto. -
Coge la bolsa de dinero y la deposita a los pies del altar.
- ¿Sabes que? - a todos les sorprende el arrebato de gallardía del clérigo expulsado - que aceptes este donativo para la Comunidad y para Tyr. Colton querría que se usara en esas reparaciones y esa mula. Ya lidiaremos nosotros con ese Chak. Descubrirá que nosotros también le tenemos aprecio a nuestra cabeza. No he luchado contra la Horda y... - su voz vuelve a temblar como es habitual en él - ... perdido todo lo que he perdido para amedrentarme ahora por un chantajista de tres al cuarto. Que venga por nosotros si tiene arrestos. Al fin y al cabo somos peligrosos delincuentes todos no? Que se ande con cuidado! - dice finalmente intentando animar a sus compañeros.
- Recogeremos nuestras cosas y partiremos Elías, espero que podamos vernos de nuevo pronto - por un momento parece que va a darle la mano, pero luego se cohibe y se marcha apresuradamente a recoger sus cosas que había dejado en el salón. Tarda unos minutos en ponerse su armadura y cuando están todos listos pregunta.
- ¿Donde está Mablung? Deberíamos partir ya si queremos llegar a Saltmarsh antes del anochecer... -
Mano a mano entre elfa y veterano, exasperado trataba de zanjar su relación con el caballeresco pastor. -Una comunidad generosa. - aprovechó un impás en la conversación donde si ya era muchos para el gusto del mercenario, el religioso humano quiso su parte. -Tu hospitalidad será recordada así como espero que tu penitencia zanjada. Ese Chak me importa como los bugbears. Esas cosas pasan.
Monedas ignoradas y pertrechos al hombro, cruzando el gran portalón rumbo a Saltmarh, rumbo a la lluvia incesante.
Adriana escuchó las palabras de Elías con cierta decepción. Sin ánimo de juzgar al reconvertido pastor, no dejaba de sorprenderle su reacción teniendo en cuenta que en el pasado había sido un aguerrido caballero: su debilidad ante el dolor por una leve caricia, su rechazo ante la aceptación de la realidad... Y, aunque en sus formas parecía amable, no podía ignorar cierta acritud en su discurso. Sus últimas frases, que solo cobraron sentido para él, hicieron pensar a la elfa que su actitud estaba guiada aún por el dolor de la pérdida de su querido amigo y no pudo evitar sentir lástima por él. Godric intervino con su ya acostumbrado ímpetu juvenil y, cuando este acabó, Adriana se acercó a la puerta dispuesta a marcharse.
- Utilizad ese dinero para los menesteres que consideréis oportunos, sería una pena que este maravilloso lugar se echara a perder - le sonrió levemente antes de abandonar la estancia - que la luz de Tyr guíe tu camino, Elías - le dijo a modo de despedida.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
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[Godric, TocToc, Adriana y Leobald en el bosque]
Las cuatro figuras, aceleraron el paso para llegar al bosquecillo cuanto antes y resguardarse de la lluvia, aunque fuera parcialmente. Una vez dentro de la foresta, el nivel de humedad descendió ligeramente, y el olor a tierra mojada y pino acarició el olfato de todos allí. A pesar que desde fuera, el bosque no parecía gran cosa, una vez dentro la densidad de robles y coníferas les abrazó rápidamente.
TocToc y Leobald calcularon más o menos el lugar por donde debió deslizarse el aasimar al entrar, e intentaron buscar su rastro. La lluvia, aunque amortiguada por el cielo de copas y ramas entrelazadas, seguía enfangando el terreno, y cualquier huella parecía difuminarse rápidamente. Tras intentar usar algún otro medio que pudiera indicarles la dirección tomada por su enmascarado "aliado", como encontrar pequeñas roturas en arbustos u hojas bajas, o alguna mancha de barro en rocas madre, el robledal parecía conjurarse contra ellos sepultando el rastro de Khalion y arrastrando el secreto de su presencia con él.
Tras varias pasadas, e incluso dirigiéndose hacia donde Leobald vislumbró a la misteriosa figura que los oteaba en la distancia, en resultado fue el mismo. No había señal alguna de su compañero... el tiempo pasaba, y sus ropajes empezaron a pesar más del doble de su habitual carga, al estar totalmente empapados y absorbiendo agua durante todo el tiempo dedicado a la búsqueda.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Leobald comprendió que no había nada que hacer. La lluvia le calaba los huesos y pegaba el cabello entrecano a su frente, pero no parecía preocuparle demasiado. Haber perdido todo rastro del espía, eso era otra cosa. Dedicó un a mirada a los alrededores y suspiró.
—Será mejor dejarlo estar. Vayamos a la casa de Colton. Khalion mencionó el reunirnos allí.
Sin mediar más palabra volvió sobre sus pasos en dirección a la choza del pastor.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
[Mablung, en la parte frontal de la Mansión de Elías]
Mablung esperó lo que pareció ser la hora acordada con sus compañeros, mientras observaba el firmamento cubierto de grises nubes que le regalaban la bendición de la lluvia. Como druida había aprendido algún que otro truco acerca de conocer como iba a derivar el tiempo si observaba bien la forma y altura de las nubes, y los sutiles cambios en el viento. Parecía que al menos habría lluvia por un par de días más como poco.
Dirigiendo la mirada por última vez hacia el camino que bordeaba la colina, observó como la comitiva de granjeros, mercaderes y pastores, amigos y compañeros de Colton, volvían caminando, Elías estaba entre ellos, dirigiendo el carro, esta vez vacío, de vuelta. Una vez que llegaron a la altura del druida, Mablung pudo observar como sus compañeros no estaban entre los miembros de la comunidad.
Todo el mundo comenzó a repartirse por la hacienda y por los campos, para comenzar con sus tareas en silencio, la tristeza se palpaba en el aire que rodeaba a esta gente. El pastor se bajó con bastante esfuerzo de su maltrecho vehículo y varios mercaderes comenzaron a cargarlo con diferentes productos del campo como trigo y maíz, también añadían algunos quesos curados y vellocinos de lana, así como algunos tintes a base de hierbas. Fue cuando Elías observó al elfo de los bosques y se acercó a él, tenía unos cuidados vendajes en sus manos que no poseía la noche anterior.
- Tus amigos... no sé donde fueron, creo que se internaron en el bosque, es extraño puesto que no está en la dirección de Saltmarsh, pero... entiendo que volverán en breve. Me gustaría agradecerte de nuevo la ayuda, se ve que no eres un hombre de palabras, así que no te molestaré más, solo quería comentarte que todos sentimos lo que ocurrió allí... ese día ... ojala fuéramos gente de armas para poder haberos defendido, ... Dreadwood perdió tanto ... nuestros pastores vieron a los Alquimistas, pero no fueron lo suficientemente rápidos para entregar el mensaje de alerta, incluso usando los senderos ocultos del Mar de Hierba. Espero que algún día encuentres tu paz, como yo encontré la mía...
El druida observó, justo cuando Elías se acababa de despedir haciéndole una ligera reverencia con la cabeza, como por el camino en la lejanía ninguno de sus compañeros parecía volver, al menos no a tiempo.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
TocToc miró a sus compañeros - La lluvia es demasiado fuerte, no encuentro nada. - Después miró a la mansión y siguió los pasos de Leobald. Seguir los pasos de la bandada le reconfortaba, dejando sus pensamientos es suspenso, atento tan solo a un posible asalto a su marcha.
Zevatur, Rolthos
Nota: Desde el bosque no se ve la mansión, solo se ve... bosque. Una vez fuera, son 300 metros a hasta la casa de Colton, y desde la casa de Colton, son 10 minutos de camino rodeando una colina hasta la Mansión de Elías
Tras la frustrante y poco fructífera búsqueda, el camino de vuelta se hizo algo pesado, al menos desandar el recorrido no costó demasiado esfuerzo, aunque si algo más de tiempo. Cuando todos volvieron a llegar al lugar pactado del reencuentro, en frente de la casa del fallecido pastor, la comitiva fúnebre ya había acabado sus cánticos y se había retirado, no sabían exactamente cuanto hacia de eso. La búsqueda en el bosque sin referencias temporales o un sol al que seguir hacia algo confuso dilucidar el rato que habían dedicado a tal menester.
Afortunadamente, no pasaron demasiados minutos hasta que Khalion apareció de la parte trasera de la cabaña de Colton y se dirigió a reunirse con los demás.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Frustración y aburrimiento tras una máscara. Las cuencas, azules, clavadas en los empapados aventureros, cimitarra en mano trazando cabriolas en el aire. Trazos plateados de cabello escapaban reboltosos de una capucha empapada en extremo.
-Tu amigo, el curioso- su voz resonaba algo cansada cuando se dirigió a Lobald.- No quiso esperarme como Chak ni dejó un rastro claro que seguir aunque en esa dirección es por donde se fué anoche "la sombra".. quizá alguno de sus hombres u otro invitado. -Espalda contra madera, señaló una de las ventanas, con sus cierres flojos.- Mismas dudas mismas penumbras. Ninguna pista me ha sido revelada.. menos aún trescientas monedas del resto del pago.- buscó palabras agradables para el paladín que significaran allanamiento. - Y Elías?
A medida que pasaba el tiempo y el clima se confirmaba lluvioso, el ceño del druida se fue ensombreciendo y su humor haciéndose más hosco. Cuando vio que la comitiva de habitantes de aquella extraña comunidad regresaba del entierro sin sus compañeros, el druida se puso tenso:- en que lio se habrán metido, sea lo que sea se lo tienen merecido por inmiscuirse donde no les llaman.
Ensimismado en sus pensamientos no fue consciente de la presencia de Elias hasta que le tuvo enfrente, su ceño se suavizó cuando escuchó las palabras del pastor y dijo:- Recuerda, el bosque no olvida ni a los que le hirieron ni a los que intentan ayudarle. En otro momento podrás agradecerme la ayuda enseñándome esos caminos entre la hierba, pero no será hoy.- dijo con un ligerísima inclinación de cabeza antes de coger su mochila. Se colgó su petate al hombro y sin volver la vista partió siguiendo el camino hacia Saltmarsh:- si pasa por aquí el resto de mi grupo, decidles que la hora paso y que podrán encontrarme en nuestro destino.
Y sin más dilación partió siguiendo el camino que había explorado un rato antes.
- Esperad, parecéis cansado, quizás podemos ayudaros llevándoos en el carro. Mis colegas se dirigen a Saltmarsh también a aprovisionar algunas posadas y vender en el mercado. Además estarás a resguardo de la lluvia en cuanto monten la lona. Pero si preferís viajar solo, no insistiremos.
Elías ofreció al druida su más sincera ayuda, intrigado con la respuesta de Mablung. Después se introdujo en la mansión perdiéndose bajo el umbral con el escudo quebrado sobre su alza.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Mablung se quedo pensándolo un momento, quizás fuese mejor llegar acompañado así levantaría menos suspicacias entre la población. Con un gesto afirmativo dijo:- Acepto la oferta, esperaré aquí a que el carro esté listo y si para entonces no han vuelto mis compañeros me iré en él.-
Sin entender por completo las palabras de Khalion lo único que le quedó claro es que allí no sacarían nada más que un resfriado.
—Llegados a este punto, parece que lo más sensato es reunirnos con Mablung y seguir nuestro camino —dijo a los demás haciendo gala de la paciencia y el elegante encaje del fracaso que solo los años proporcionan—. Elías cree ser capaz de manejar la situación y justo es que lo haga. Tenemos trabajo en Saltmarsh. Quizás a nuestra vuelta podamos pasar por aquí a ver si todo está en orden.
El caballero, empapado, emprendió el pesado paseo embarrado hasta la mansión.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
-Marchemos pues o ese loco come-corazones concluirá solo nuestro misión.- el alarde de humor del mercenario dibujó un sonrisa bajo la máscara, pena que nadie viera ni la risa ni la gracia. Mas sosegado, prosiguió- Por demás que Elías descansará agusto con su cabeza sobre los hombros sabiendo que el debe de la comunidad nos perseguirá sólo nosotros.- con su mano estirada realizó la sencilla cuenta, cinco dedos cinco noches, con uno plegado, cuatro noches por delante.
El breve camino se hacía terriblemente pesado bajo el chaparrón y sobre el barro. Al comienzo se dirigió al kenku.-tan solo comida en salazón y aperos de trabajo..- señalando la ventana suelta y forzada- No he visto nada que valga el oro que reclama la sombra..
Resignada, Adriana escuchó los resultados infructuosos de Khalion y extrañada contestó a las palabras de Leobald.
- "Pero según el relato de Khalion la deuda es nuestra, no de Elías; nos perseguirá allá donde vayamos si no le damos lo que pide a ese tal Chak. Y la vida de Elías peligra si no lo hacemos en el tiempo indicado. ¿Puede ser que la moneda funcione como localizador? Si está en nuestro poder, quizá su magia vinculada sea capaz de seguir nuestro rastro - la elfa parecía preocupada y no muy convencida con el plan de marchar hacia Saltmarsh dejando este asunto en el aire - Creo que Elías no entiende que lo que queremos no es brindarle ayuda, si no resolver una deuda que ahora nos pertenece - comenzó a caminar con dificultad debido al peso de sus ropajes - Pero lo cierto es que tampoco disponemos de 300 monedas de oro y, si él no puede proporcionarnos ese dinero, no veo manera de conseguirlo en estas tierras - suspiró, levemente frustrada - Si no hay más opciones partiremos a Saltmarsh, pero quizá debamos ir pensando en cómo conseguir esa suma en la ciudad y volver aquí antes de que termine el plazo -
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Tal vez la curiosidad, o tal vez un mal entendido reto de Khalion hicieron que el kenku se activase.- Tan solo comida en salazón eh? - TocToc anadio un final de incredulidad al eco de las palabras de Khalion. Despues se adentro en la cabana, buscando alguna pista de problemas que requiriesen ayuda de bandoleros.
Zevatur, Rolthos
Godric miraba en dirección a la mansión de Elías.
- En cualquier caso aquí no hacemos nada. No sé muy bien qué hacemos aquí, si Colton tuviera esa cantidad aquí seguro que ese Chak no nos la habría reclamado ya que sin duda habrán registrado la choza antes que nosotros. - se encoge de hombros - y si la encontraron pero piensan que pueden sacarnos mas dinero. Sigo sin comprender muy bien porqué la deuda es nuestra - levanta una mano antes de que Khalion intente explicarle de nuevo en su extraña forma de hablar, su forma de expresarse ocultaba su signifcado, como la máscara su rostro - pero apresurémonos en volver a la mansión. Le explicamos a Elías y si no podemos hacer más partimos hacia Saltmarsh. -
Cuando están de camino hacia la mansión Godric mira al cielo.
- ¿Siempre llueve en esta parte del reino? - y sigue caminando cabizbajo.
PbP Character: A few ;)
Lentamente, bajo la lluvia, el grupo recorrió el camino hasta vislumbrar la recia mansión en la que habían pasado la noche. Los integrantes de la Comunidad se afanaban en sus quehaceres diarios, embargados aún en un halo de tristeza por la reciente pérdida. Ninguno les prestó especial atención cuando llegaron a la casa. No había rastro de Mablung ni de Elías. Posiblemente el druida se habría marchado ya hacia la ciudad, pues aunque Adriana había perdido la noción del tiempo, estaba segura de que el sepelio y la incursión por el bosque habían consumido más de una hora de tiempo; lamentando que el elfo no hubiera reconsiderado su petición, entró en la casa.
El agradable olor a comida que se colaba desde la cocina y el calor que ya volvía a desprender la chimenea les dio la bienvenida. Liderando la búsqueda de Elías por aquellos pasillos y estancias que ya conocían de la casa, llegaron por fin a la sala donde la noche anterior se había preparado el cuerpo de Colton.
Dio unos suaves golpecitos a la puerta, entreabriéndola con cuidado - ¿Elías? - susurró, observando la figura del pastor de espaldas. Cuando el abatido hombre se percató de su presencia, Adriana se adelantó al grupo y se acercó hacia él con una sonrisa triste.
- Elías - dijo hablándole con dulce y tierna voz, tomándole de las manos y presionándolas con suavidad, mientras le miraba directamente a los ojos, en un intento de mostrarle apoyo y calidez - mis más profundas condolencias por tu pérdida, ha sido una ceremonia muy emotiva; mis plegarias se han alzado para que vuestro amigo encuentre la luz y la paz que estoy segura merece. Tuvo suerte en esta vida, parecía un hombre muy querido por todos - le soltó las manos antes de que al pastor le resultara incómodo un contacto físico prolongado - quería igualmente mostrarte mi más profundo agradecimiento por la amabilidad y hospitalidad que hemos recibido de vuestra comunidad, esta noche de descanso ha sido como hallar un pequeño oasis en el arduo camino que a mis compañeros y a mí nos toca recorrer - por su tono y su mirada, el pastor pudo percibir que su referencia no era meramente literal.
- Saldremos hacia Saltmarsh tan pronto recojamos nuestras pertenencias, pero antes de partir debemos prevenirte - su semblante se ensombrece entre preocupaciones y dudas - Tal y como Godric te ha adelantado hemos contraído una deuda que, según parece, pertenecía a Colton. Ignoramos la naturaleza de la misma, pero las implicaciones que se derivan de ella nos llevan a todos a correr un peligro inminente. Solo sabemos que el requerimiento son 300 monedas de oro en un plazo de cinco... cuatro días desde hoy, bajo amenaza de saldarla con tu vida si no se le entrega lo que pide. Sin dudar de que tú y tu comunidad os valéis sobradamente para afrontar cualquier peligro que os pueda sobrevenir, me temo que el fantasma de este compromiso nos perseguirá allá donde vayamos. Este asunto se ha convertido en algo que nos atañe personalmente y no podemos abandonar estas tierras sin más, sin valorar las terribles consecuencias que nos puede acarrear nuestra despreocupación, ahora o en el futuro. Lamentablemente, no disponemos de esa cantidad de dinero, pero esperamos que nuestro viaje a Saltmarsh nos brinde la oportunidad de conseguirlo y retornar aquí para saldar la deuda - las palabras de Adriana sonaban determinantes, sin un resquicio de duda en cuanto a la responsabilidad que habían adquirido, pero también parecía temerosa y preocupada - No queremos importunarte más, solo considerábamos necesario informarte de la situación antes de partir - Su estrategia no contemplaba preguntas, ni peticiones, esperando que la sola exposición de los hechos fuera suficiente para que Elías reaccionara de una manera u otra.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Lluvia, lluvia y mas lluvia. La deshidratación, el peor adversario del soldado, no existe camino de Saltmarsh, menos aún propiedades de la Comunidad. Juntos y silenciosos llegaron a la mansión del reconvertido pastor. Entre ellos, la figura enmascarada otrora solicitado mercenario, con tantas incógnitas como carencias comunicativas. Hubiera disfrutado en demasía tratar con el veterano soldado pero el torrente expresivo de la elfa cohibió a un Khalion poco asertivo. Una tras otra escupía oraciones con un Aasimar tratando de meter baza y avocado a la resignación repetidamente.
-No queremos importunarte mas- repitió con la educación cortesana que claramente no poseía- Soy poseedor de una deuda de tu desafortunado amigo Colton. - continuó el uso tedioso de la comunicación.- No quiero tu dinero ni quiero separar tu cabeza de tus hombros.-dijo tratando de imitar el tono conciliador de la elfa..- pero si batirme con la figura de anoche, Chak, es mi ventura solo deseo saber que sea justa causa.. ¿Que desalienta a tu comunidad para tener que recurrir a semejante malaje o solo son fantasmas del pasado de Colton?
[En la Mansión de Elías, Altar de Try, Adriana y Khalion]
Elías se encontraba en el momento de la llegada de la elfa, el aasimar y su séquito de aliados, terminando de colocar lo que restaba de la espartana ara dedicada al Dios de la justicia. Un par de velas elaboradas con cera de calidad en tonos azulados, y un escudo metálico que sin duda vivió tiempos mejores con el emblema sagrado de Tyr. Una balanza reposando sobre un martillo de guerra y unas vendas ensangrentadas que envolvían la empuñadura de dicha arma. Alguien con un mínimo de conocimiento religioso, adivinaría que no sólo estaba representado un Dios, sino una triada. Completaba el altar unos textos de poesía de un desconocido, pero ferviente admirador de la deidad.
Cuando Adriana tomo su mano vendada y herida, y presionó con suavidad, el pastor intentó contener un gemido de dolor, pero su rostro palideció por unos momentos delatando su sufrimiento. Aún contestó en un tono amable y calmado, tras volver a oír las mismas palabras repetidas, como si le estuvieran explicando a un niño algo que fuera difícil de entender o si su mente sufriera alguna tara irreparable.
- Te agradezco las condolencias Adriana, si en efecto Colton era muy querido, a veces tenía un carácter difícil, pero era parte de su... encanto... En cuanto a la hospitalidad, seréis siempre bienvenidos, habéis obrado con bondad y altruistamente ayudando a un humilde pastor al borde de la muerte, asistiéndole en dar descanso a su compañero y amigo caído. No hay suficiente agradecimiento que pueda cubrir vuestros nobles actos.
Al sentir que la presión de su mano se aflojaba hasta soltarse, su rostro volvió a coger un color más natural y su compostura ganó fortaleza, pudiendo contestar con una pose algo más seria y sombría.
- Os avisé que no tratarais con ese tipo de gente, y ahora parece que la sombra de ese tal Chak está acechándoos con un ultimátum incluido. Nosotros nos podríamos haber hecho cargo, ahora vuestras vidas vuelven a estar en peligro por mi culpa, o por los supuestos tratos de mi difunto amigo. Aunque también os previne que no creyerais la palabras de lo que parece ser un delincuente peligroso... y sin embargo seguís pensando que lo que ese hombre os contó en algún momento entre ayer y hoy, es cierto al pie de la letra.
Elías parece algo contrariado con sus últimas palabras y hace una pausa para rebuscar algo en su zurrón. Finalmente parece encontrar los que buscaba y saca una bolsa de tela manchada en sangre, ahora seca y oscura. Leobald la reconoce de inmediato como la que encontró entre las posesiones de los Bugbears que abatieron la mañana anterior y le entregó al pastor.
- Cogedla, así podréis saldar parte de la deuda, debe haber unas 150 monedas de oro, lo que es la mitad de lo que necesitáis. Íbamos a usarla para reparar la vieja mansión y comprar alguna que otra mula más para la cosecha... pero vosotros lo necesitáis más. Os ofrecería mi cabeza, pero de momento me gusta que se conserve sobre mis hombros, si es que lo que dice Chak es cierto... Espero que vuestro viaje a Saltmarsh sea próspero y no tengáis problema alguno.
Cuando intervino Khalion, indicando que no quería el dinero, Elías no hizo amago alguno de recuperarlo, su rostro volvió a cambiar a un semblante más de hastío esta vez.
- Como ya os mencioné, ni la Comunidad ni yo sabemos nada de ese tipo, lo que Colton tratara con él, nos es desconocido, es más, anoche es la primera vez que lo veía. Así que encaja mejor en la versión de fantasma, uno que quizás estuviera envuelto en su muerte... - El pastor pareció hablar para si mismo en su últimas frases - Yo... él ... no era merecedor quizás... una ilusión, la penitencia nunca acabará...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
- Elias - interviene Godric - Nadie ha dicho que creamos a ese tal.. Chak, tan sólo te contamos lo que el tipo le ha dicho Khalion. En ningún momento pretendemos faltar el respeto a Colton o su memoria, y personalemte, pienso que ese tal Chak es un charlatán y un chantajista de tres al cuarto. -
Coge la bolsa de dinero y la deposita a los pies del altar.
- ¿Sabes que? - a todos les sorprende el arrebato de gallardía del clérigo expulsado - que aceptes este donativo para la Comunidad y para Tyr. Colton querría que se usara en esas reparaciones y esa mula. Ya lidiaremos nosotros con ese Chak. Descubrirá que nosotros también le tenemos aprecio a nuestra cabeza. No he luchado contra la Horda y... - su voz vuelve a temblar como es habitual en él - ... perdido todo lo que he perdido para amedrentarme ahora por un chantajista de tres al cuarto. Que venga por nosotros si tiene arrestos. Al fin y al cabo somos peligrosos delincuentes todos no? Que se ande con cuidado! - dice finalmente intentando animar a sus compañeros.
- Recogeremos nuestras cosas y partiremos Elías, espero que podamos vernos de nuevo pronto - por un momento parece que va a darle la mano, pero luego se cohibe y se marcha apresuradamente a recoger sus cosas que había dejado en el salón. Tarda unos minutos en ponerse su armadura y cuando están todos listos pregunta.
- ¿Donde está Mablung? Deberíamos partir ya si queremos llegar a Saltmarsh antes del anochecer... -
PbP Character: A few ;)
Mano a mano entre elfa y veterano, exasperado trataba de zanjar su relación con el caballeresco pastor. -Una comunidad generosa. - aprovechó un impás en la conversación donde si ya era muchos para el gusto del mercenario, el religioso humano quiso su parte. -Tu hospitalidad será recordada así como espero que tu penitencia zanjada. Ese Chak me importa como los bugbears. Esas cosas pasan.
Monedas ignoradas y pertrechos al hombro, cruzando el gran portalón rumbo a Saltmarh, rumbo a la lluvia incesante.
Adriana escuchó las palabras de Elías con cierta decepción. Sin ánimo de juzgar al reconvertido pastor, no dejaba de sorprenderle su reacción teniendo en cuenta que en el pasado había sido un aguerrido caballero: su debilidad ante el dolor por una leve caricia, su rechazo ante la aceptación de la realidad... Y, aunque en sus formas parecía amable, no podía ignorar cierta acritud en su discurso. Sus últimas frases, que solo cobraron sentido para él, hicieron pensar a la elfa que su actitud estaba guiada aún por el dolor de la pérdida de su querido amigo y no pudo evitar sentir lástima por él. Godric intervino con su ya acostumbrado ímpetu juvenil y, cuando este acabó, Adriana se acercó a la puerta dispuesta a marcharse.
- Utilizad ese dinero para los menesteres que consideréis oportunos, sería una pena que este maravilloso lugar se echara a perder - le sonrió levemente antes de abandonar la estancia - que la luz de Tyr guíe tu camino, Elías - le dijo a modo de despedida.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"