El semielfo se mantuvo apartado escuchando las palabras de quienes sin duda sabían más que él acerca de temas arcanos, parecía que las runas eran un problema, pero confiaba en las habilidades de sus compañeros. Sin embargo la idea de hacerlas saltar forzándolas no le hizo demasiada gracia.
- Hacer estallar o destruir las runas, provocaría suficiente estruendo como alertar a nuestros enemigos... y eso conduciría a que estén preparados para nuestra llegada, recordar como los kenkus jugaron con nosotros con esa ventaja. Estamos ya algo drenados de nuestras energías, tanto físicas como mágicas, así que quizás deberíamos tomar una aproximación menos ... explosiva.
El pícaro volvió a mirar la zona del alcantarillado donde se encontraban los glifos y se quedó en silencio pensativo, tampoco es que tuvieran mucho tiempo si estaban torturando al amigo de Renaer, y su desconocimiento del tema al que se estaban enfrentando le causaba cierta frustración.
Hela continuó la marcha con Zevatur como compañero de viaje sin molestarle demasiado. Aún se le veía afectado por los acontecimientos del día y prefirió enfrascarse ella también en sus propios pensamientos. A juzgar por el discurso del semi-demonio, el silencio le había servido para reflexionar y apaciguar su humor. Ver arrepentimiento y una disculpa por parte de otro ser no dejaba de resultarle sorprendente. De donde ella venía esas situaciones no solían darse, al menos no por parte de los shadar-kais. Le sonrió brevemente y se volvió a observar los símbolos que tan afortunadamente habían detectado Martin y Kath, adoptando un semblante serio. Tras unos minutos de concentración y sin ser capaz de determinar a qué escuela pertenecían, escuchó atentamente las palabras de Gowther y analizó el plan de Zevatur.
Su gesto se torció a modo de discrepancia y, tras las palabras de Martin, se dispuso a intervenir: - Desgraciadamente, tampoco puedo ayudar a disipar la magia de estos glifos. Según mis conocimientos, activarlos mediante objetos inanimados y esperar a que el efecto desaparezca tampoco es una opción, ya que se activan solo si algo vivo pasa por encima - su mirada recorrió a los presentes y se detuvo en Gowther - si hay algún voluntario, podríamos descargar nuestros hechizos de protección sobre él, aunque nada nos asegura que vayan a funcionar sin saber qué vamos a desatar - desvió la mirada hacia los glifos de nuevo - La destrucción que ha mencionado Zevatur podría surtir efecto, pero nos arriesgamos a perder la ventaja que nos da el sigilo o a que las paredes se nos caigan encima; está claro que debemos asumir riesgos en cualquiera de las opciones, a no ser que nos demos la vuelta y salgamos de esta cloaca - finalmente, de manera interrogante, fijó su mirada en el humano con la esperanza de que arrojara algo de luz - ¿qué opinas, Ash?
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Ash asintió en silencio a las palabras de Zevatur. Frente a los glifos, miró a unos y otros exponer las cartas con las que jugaban aquella mano. Cuando Hela le preguntó directamente se mesó el mentón en un pose reflexiva, esta vez más sincera de lo habitual.
-No estamos en condiciones de salir de esto sin dañar nuestra reputación para siempre. Aunque hayamos abatido una hidra y una malvada gigante en su castillo de las nubes, un bardo como Volo puede dar al traste con todo eso en un par de noches de buen público. Por otro lado vamos a necesitar aliados que nos tomen en serio con el asunto de Culto, no se me ocurre mejor embajador que Volo. Y luego está lo del chico, somos la última esperanza de ese chaval, Floon. Si nos vamos ahora es historia.
El guerrero dio unos momentos a todos para reflexionar y observó las reacciones de sus compañeros a esto último. Antes de que nadie abriera la boca continuó.
-Por lo que decís quizá saltar sobre las runas funcione. Apuesto a que el teletransporte funciona también. Las trampas mortales ineludibles que conozco normalmente fían parte de su éxito en ser amenazadoras anunciando su presencia. Estas estaban demasiado bien escondidas, quizá podamos evitarlas si conseguimos pasar lo suficiente mente lejos de ellas. Si pasamos sin disparar la trampa seguiremos jugando la carta del sigilo. Pero debemos prepararnos por si hacemos saltar los glifos. ¿Los conjuradores podéis protegernos a aquellos que no podemos teleportarnos? ¿Hela seguro que tu Reina Cuervo no tiene algún truco para pasar?... Muy bien aquí va el plan. Gowther y su Morko se teleportan con vuestro equipo más pesado. Podemos tirar una cuerda al otro lado. Gowther y su majestad pueden sostenerla sobre su hombro y yo haré lo mismo aquí. Tenemos que tensarla a media altura, Guilbert tendrás que animarnos un poco. Os colgáis y pasáis de uno en uno una vez libres de lastre -mirando a Martin, Kath, Guilbert, Zevatur y Raenar- con cuidado, cruzando los pies sobre el cabo. Martin, Kath ¿quizá podéis improvisar un arnés de cuerda que os impida desviaros del centro del túnel? Cuando hayáis pasado todos iré yo. Reservaba esto para una ocasión especial, pero no se me ocurra ninguna mejor -sonrió sacando de su mochila una poción de volar- ¿Alguna idea mejor? ¿Todo claro?...
Tras el planteamiento del guerrero, Gowther puntualizó. -Si optamos por esta estrategia, deberíamos colocar la cuerda a una distancia prudente entre los glifos de la pared y el que está en el techo. Para evitar activar cualquiera de ellos. No obstante, aunque me parezca una idea original, no se si sería más sencillo que los desprovistos de medios arcanos salten directamente. Ambas opciones requieren una proeza física y ahora mismo dudo sobre cual es más asequible.- Dijo mientras miraba atentamente al guerrero. Entonces pensó que podría haber algo más y continuó diciendo.- Mientras preparáis la cuerda u otras estrategias voy a intentar visualizar si hay algo más que se nos esté escapando.
- Este plan hace no me convence, pero bueno no sé me ocurre nada mejor para pasar. Imagino que kenku tendrán la palabra u otro camino. Dadme vuestro equipo más pesado y voluminoso que lo meto en el saco de contención-.
Una vez recogido el equipo, el paladín hace un gesto con la cabeza al eladrin, se setia en el borde y se teleporta al otro lado...
Zevatur reprime la ira que regresa espoleada por la frustración al ver como se elige el camino mas difícil. "Como si tuviésemos alguna posibilidad de sorprender a un grupo de ladrones en su propia guarida". Piensa para sí. Pero en vista de los últimos acontecimientos decide callarse y dejar que el grupo tome sus propias decisiones. En definitiva, ellos suelen ser más listos que él y suelen acertar. Como gesto de cooperación rebusca en su mochila y ofrece la cuerda a sus compañeros. - Aquí tenéis una cuerda para ejecutar este plan.
El duro avance por los canales subterráneos empezaba a hacer mella en los aventureros. Quizá no eran estas las virtudes que quería mostrar de waterdeep y difícilmente iba a conseguir que cambiara la opinión que los demás tenían a estas alturas de su ciudad.
Guilbert, consciente de esto, se preocupó por la moral del grupo. Sus nuevos compañeros ya venían de más penurias y parecían llevar con profesionalidad las exigencias de la misión. Sin embargo el joven Raenar comenzaba a decaer según la adrenalina del anterior combate abandonaba su torrente sanguíneo. Fue dejando pasar al resto hasta ponerse a su altura.
-En esta ciudad todos recuerdan a tu padre como justo y valiente..-le dice casi entre susurros para no romper su avance sigiloso.. - Pero durante mucho tiempo vivió a la sombra de tu abuelo Athar, el caballero brillante, que derrotó al terrible dragón rojo Kistarianth. Seguro que las dudas sobre su propia valía le amordazaron muchos años hasta que tu padre derrotó de nuevo a Kistarianth cuando despertó como dracolich.- dice el bardo recordando antiguas canciones y poniendo algo de su cosecha.- Tu padre seguro que sintió muchas veces que nunca estaría a su altura.. pero el valor, la llamada a la grandeza y elmdestino sonríe a tu linaje.
Bardic inspiration a Raenar.
Justo cuando termina con su pequeña motivación Martín advierte de su descubrimiento en el túnel. Escucha a todos y se lamenta de no haber prestado más atención cuando los grandes maestros de su colegio de bardos explicaban las escuelas de magia.. encantamiento en las paredes.. transmutación en el techo. El plan de Ash era brillante y seguramente la única opción junto con lanzar a compañeros a pulso.. Usando los virotes saqueados a los kenkus buscó hendiduras entre ladrillos de aquel túnel para asegurar aún más la tensión de las cuerdas y para que el que se quedara último, tuviera una opción.
-Según lo que decís de esos glifos y su activación, creo que esos de la pared podrían ser por proximidad cubriendo el espacio que dejan los del suelo a esa distancia. - Guilbert comparte con los demás un razonamiento que va cobrando forma en su cabeza.- Y por la escuela del hechizo podría afectarnos tanto andando como colgados.
Guilbert mira a sus compañeros. Sacrificarse por los demás o por un bien mayor es algo que cualquiera de los ldemas haría sin pensar, pero pedir y dejar que sea otro el que lo haga es mucho más difícil. Consciente de lo duro que será su próxima petición el bardo de forma inconsciente aprieta su mandíbula mordiendo la lengua como si provocarse dolor le ayude a compartir el que está a punto de provocar.
-Helayna,- dice finalmente dirigiéndose a la joven elfa- lo que voy a pedirte me rompe el alma, pero quizá salve la vida a algun de nosotros..- su mirada pasa entonces de los profundos ojos elficos de Hela a su familiar.. sabiendo el mazazo emocional llegará en cuanto la elfa sea consciente de lo que Guilbert le está pidiendo. Cuando nota el cambio en su expresión continúa- jamás te pediría algo así si no fuera tan necesario o tuviera aquí mi figurilla, pero la envíe a buscar ayuda. Desconozco si sufrirá o aparecerá al otro lado dormida.. y entendería que te niegues.. siento en el corazón tener que pedirte algo así..
Guilbert intenta que no se note la pesadumbre que le invade por comprometer de aquella manera a Helayna y que muy probablemente nunca le perdonará.
-No creo que una animal tan pequeño active las trampa, esto estaría lleno de cadáveres de ratas, ¿no?-. Comenta Morko desde el otro lado, mientras mira a ver si ve alguna rata para lanzarla al por las runas.
-Ya lo pensé Morko pero no he visto una desde que bajamos por el sumidero. Ojalá tuviéramos otra opción.- dice aún con un tono compungido- Creo que aquellas bestias no sólo protegían el paso..
Al oír la propuesta de Guilbert, un gesto de enfado apareció casi instantáneamente en el rostro de Martin. Los animales era amigos, compañeros de viaje, y este caso en particular era además un regalo de la Reina Cuervo. No tardó en intervenir rápidamente negando con la cabeza ante la nefasta idea, sin dar tiempo a contestar a la joven Shadar-Kai.
- Olvidémonos de usar animales como sacrificios gratuitos, no creo que su lealtad merezca ese fin indigno... ya voy yo primero, colocad la cuerda, réptaré por ella.
El ranger esperó a que Gowther se teleportara dejando su rastro de glamour detrás y cuando Ash por un extremo y el enano junto al eladrín, tenían todo listo por el otro, se encaramó a la cuerda y comenzó a avanzar con sumo cuidado esperando alejarse de las runas lo máximo posible para no hacerlas saltar.
La elfa escuchó con atención el plan de Ash: desde luego era elaborado y se notaba que se había tomado su tiempo para analizar las diferentes alternativas. Aunque le parecía que el uso de la cuerda podía favorecer cruzar la zona peligrosa de forma satisfactoria, algo seguía sin cuadrarle. Volvió a observar los glifos del techo y de las paredes, temiéndose que la sola proximidad los activara. Antes de que pudiera decir nada, el enano desapareció de su vista dejando tras de sí una imponente bomba de humo, reapareciendo más adelante tras los glifos. Paralizada por unos segundos pudo comprobar que, al menos a simple vista, no se había activado ningún hechizo, por lo que el teletransporte parecían funcionar.
Escuchó hablar a Guilbert sobre las diferentes alternativas sin prestarle mucha atención hasta que se acercó a ella. Parecía afectado y eso le provocó un estremecimiento helador. Le observó preocupada, mientras sus palabras tomaban forma y la hacía partícipe de sus planes. Hela se quedo en silencio, mirándole fijamente, adoptando esa pose de estatua de cera congelada que no dejaba entrever nada. Tras unos segundos, sus párpados se entrecerraron, desviando su mirada hacia el suelo, y una sombra de tristeza recorrió su rostro: - Tienes razón, Guilbert- en su tono de voz se podía percibir el pesar de su pena y su resignación; por mucho que le doliera, sabía que debía hacerlo; lo sabía incluso antes de que el bardo se lo dijera; quizá nunca lo hubiera admitido si cualquier otro de sus compañeros se lo hubiera pedido, pero se sentía incapaz de negarle nada a él. Alzó la mirada, primero al bardo y luego a Gloom, susurrando unas palabras imperceptibles; el animal surgió de la oscuridad para posarse con suavidad en su hombro - no te preocupes Guilbert, Gloom volverá. Y es lo menos que podemos hacer dadas las circunstancias - acarició a su familiar y, cuando se disponía a darle las instrucciones precisas, Martin actuó por sí mismo, dijo unas palabras y se aferró a la cuerda, avanzando por ella.
Hela se precipitó con rapidez hacia el extremo de la cuerda para intentar disuadirle; las palabras del semi-elfo habían caldo hondo en la shadar-kai, haciéndola sentir una punzada de culpabilidad, pero no lo suficiente como para variar su decisión :- Martin, vuelve. Es un sacrificio que estoy dispuesta a asumir si eso nos ayuda a mantenernos con vida. No podemos arriesgarnos a perderte, ni a ti ni a ninguno, si hay alguna forma de evitarlo o de reducir las probabilidades. Si algo le sucede a Gloom, ella puede volver. El resto, desgraciadamente no. Por favor, déjame la responsabilidad de esta decisión a mí - permaneció en el extremo, esperando la reacción del semi-elfo. Ahora que había avanzado por la cuerda, no podía enviar a Gloom por miedo a activar algún glifo y que fueran los dos los que cayeran. Solo podía esperar que Martin escuchara sus palabras y diera la vuelta.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
La maga siente la mano de Kath en su hombro. La joven conoce esa mirada de determinación en su mentor y sabe que nada le detendrá ahora. La muchacha niega con la cabeza a su amiga y se coloca al lado de Ash, tirando también de la cuerda. Renaer se coloca al otro lado del fornido guerrero, aportando sus músculos al esfuerzo conjunto.
Martin comienza a cruzar la cuerda, mano sobre mano y moviendo los pies acompasadamente para mantener su peso lo mejor distribuido posible. Morko siente que la cuerda se desliza entre sus guantes, pero da medio paso atrás y se mantiene firme. Ash le asiente desde el otro lado, sabe que el enano ni lo tiene tan fácil como él al estar solo. Pero ninguno de los dos guerreros van a fallar a Martin ahora. El ágil pícaro pasa por encima del primer glifo y no se produce ningún efecto. Las aguas siguen tan turbias como antes. Martin sigue avanzando con cautela pero con determinación, concentrado en su trabajo. Tanto Morko como Ash renuevan sus esfuerzos cuando el peso de su amigo llega al centro de la cuerda y este baja unos centímetros hasta casi tocar el agua. Cuando llega a la altura del glifo de la pared y comienza a cruzar, se permite un segundo de esperanza, ya que nada parece suceder. Pero entonces Hela ve sus temores confirmados. Sus sospechas eran ciertas y el glifo de la pared de la derecha comienza a brillar, mostrando ahora claramente su forma y sus intrincadas líneas. La luz es cada vez más intensa, tanto que todos tienen que apartar la mirada.
-No... soltéis... ahora...- dice Ash entre dientes.
Martin no ve nada salvo el fulgor amarillento del hechizo desplegando su magia sobre él, aún con los ojos cerrados el cegador brillo le daña los ojos. Siente como sus brazos y sus manos son cada vez más pesados y le cuesta moverlos. Un pie de descuelga del cabo, la pierna completamente rígida. Con un escalofrío, el semielfo reconoce lo que le está sucediendo. Se está quedando paralizado. Si se cae ahora seguro que golpea uno de los glifos del suelo, o más. Por un momento se cruza en su mente la idea de dejarse vencer por la Magia. Se acabaría la lucha y no tendría esa sensación de vacío en su interior más tiempo. Pero el resto de su ser se rebela contra esa idea. Ya está cansado de fallar. Primero persiguiendo al espía, luego al entrar en el almacén, al no detectar la trampa de las ballestas. Todo por estar demasiado pendiente de sí mismo, de lo que había perdido. Ya basta. Esta vez no va a permitir que nada le impida cumplir con su objetivo y hacer pasar a todos sin daños. Poco a poco, en lo que a Martin se le antoja una eternidad, mueve su mano unos centímetros más hacia delante. Agarra la cuerda y pese al fulgor y a la rigidez de sus músculos, tira de su cuerpo para seguir avanzando. Obstinado, comienza a mover la otra mano. El brazo se detiene a mitad de camino, incapaz de obedecer la voluntad de su amo. Apretando los dientes obliga a su brazo a moverse. Su mano se cierra lentamente sobre la áspera cuerda. Con un grito de rabia, Martín vuelve a mover su cuerpo por la cuerda. Y entonces todo pasa. El brillo se apaga aún más rápido de lo que surgió y el siguiente movimiento de Martin es tan fluido y sencillo como si no estuviera haciendo esfuerzo alguno. No le cuesta nada terminar de cruzar la cuerda y aterrizar ágilmente al lado de Morko, a salvo al otro lado. Gowther comprueba que el glifo de la pared de la derecha ha desaparecido, sin embargo el resto continúa ahí... esperando a ser liberados.
Por primera vez Gowther pudo atisbar cierta coordinación y estrategia en aquellos aventureros. Lo que antaño parecía alejarse del razonamiento y el análisis, rozando incluso la impulsividad y la unilateralidad, por un momento pareció existir cierto interés para trabajar en grupo. Aunque Gowther había participado en aras de arrojar luz y desarrollar los pasos más idóneos con ellos sin ser entendido con dobles intenciones, seguiría en un segundo plano, buscando no atentar contra sus egos o sus expectativas. Tenía que seguir razonando sobre estas y otras incongruencias experimentadas en el pasado con sus compañeros. Al fin y al cabo, algunos de ellos empezaban a demandar activamente sus habilidades fruto de la evidencia, después de haber mostrado desconfianza o recelo hacia su magia... Puede que la conducta asumida por el elfo sirviera de algo más después de todo...
Mientras pasaban por la cuerda, les indicó que se quedaría para sostenerla para que el último pudiera pasar. Con el anclaje en la pared esperaba no tener problemas.
Guilbert contempla sobrecogido como el semielfo arriesga su vida por el familiar. Admira su sacrificio y se siente culpable por ofender al ranger. Tras el fogonazo el bardo se teme lo peor hasta que consigue adaptar su vista de nueva y ver a Martin llegar a salvo al otro lado. Aprieta los puños y disfruta en soledad el exito del plan. Con un glifo menos las opciones de éxito aumentan..
-Bien Renaer, es tu turno. Creo que pasar así sigue siendo nuestra mejor baza..-le dice al humano infundiéndole algo de aliento.-Ash.. tu deberías pasar mientras aún quede alguien aquí.. y que sea el mas ligero el que pase último y que Gowther no se vea sobrecargado a este lado.
Una vez Kay y Renaer pasaron el bardo se colgó de la cuerda fuertemente afianzada por los dos luchadores. No sin trabajo llegó al otro extremo donde aguardaba su equipo. Sin perder tiempo volvió a vestirse su sucia y abollada coraza que una vez equipada recobró su brillo como recién sacada del herrería..
Renaer traga saliva pero el valiente joven, alentado por las palabras del bardo se apresta para cruzar. -No te preocupes- le dice Kath - yo iré detrás -
No sin esfuerzo, y con la ayuda de Kath los dos llegan sanos y salvos al otro lado y ayudan a Morko y Martin a sujetar la cuerda de ese lado.
Ash contuvo la respiración hasta que Martin hubo pasado. Con los poderosos músculos en tensión, inflamados por el esfuerzo, no es que pudiera relajarse pero se permitió esbozar una sonrisa. El plan funcionaba.
-Agradezco el gesto Gowther, pero pasa tú. Puedo manejar esto -el guerrero parecía incluso disfrutar con la proeza confiado- además tu eres más ligero que yo. Vamos pasa y cuida del resto al otro lado. Estaré bien.
Tras el destello cegador de luz, Hela abrió los ojos temiéndose lo peor. En los segundos que duró el estallido, no dejó de preguntarse una y otra vez qué podría haber hecho para evitar ese desenlace, sin encontrar respuesta. Cuando finalmente comprobó que Martin había cruzado superando la petrificación, le dio gracias en silencio a su Diosa Cuervo, convencida de que, de alguna manera, les protegía y les infundía la fuerza necesaria para superar aquellos obstáculos. ¿Se sentiría decepcionada con las decisiones de la hechicera?¿Estaba a la altura de la misión que le había encomendado? Una sensación de pesadumbre se apoderó de su ánimo tras estos pensamientos, mientras el resto del grupo iba cruzando por la cuerda con éxito. Aunque parecía que el plan funcionaba, no se sentiría tranquila hasta ver a todos en el otro lado sin sufrir daño.
Finalmente, se colocó en el extremo en el que sus compañeros habían ido cruzando. Gloom alzó el vuelo y volvió a desaparecer en la oscuridad, mientras la elfa sujetaba con fuerza su bastón que emitió un leve destello gris azulado, justo en el momento en el que una numerosa bandada de cuervos surgió aleteando frenética. La hechicera desapareció dejando tras de sí la estela enardecida de las aves, formando una niebla densa y oscura que se diluyó en el momento en el que reapareció al otro lado.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Cuanto todos hubieron pasado Ash de permitió un momento de relajó. Se hizon con su poción y la miró con cierta nostalgia por unos momentos antes de beberla de un trago.
-Ahhh! Ahí van un aparte de mi retiro dorado -dijo para si lanzando el vial vacío tras de sí.
Pronto se sintió ligero y noto como se elevaba del suelo con solo pensarlo. Le llevo un momento acostumbrarse al movimiento y la ingravidez. Enseguida volaba con cuidado siguiendo la trayectoria de la cuerda. Cuando hubo pasado las runas se permitió un un vuelta sobre si mismo antes aterrizar junto a sus compañeros.
-Andando, salvemos al chico -dijo sin alzar la voz- mismo orden de marcha, ¿de acuerdo?
Esperó a que Martin y Kath tomaran la delantera antes de seguirles.
Con todos a salvo tras las peligrosas runas, y una vez pertrechados de nuevo, el grupo continuó por las profundas cloacas.
Esta vez no pasó mucho tiempo apenas diez minutos para que encontraran otro obstáculo. El final del camino.
El pasillo no había tenido más bifurcaciones ni recodos desde las runas. Tampoco habían encontrado más símbolos ni señales. Y sin embargo ahí estaban, ante una pared de ladrillo sólida que cerraba el camino. El agua se colaba por una pequeña abertura semicircular cerca del suelo, a través de una reja sólida que apenas dejaba pasar los dedos de Ash para intentar tirar de ella.
Mientras el grupo intentaba encontrar una solución para el nuevo problema, Morko informaba a Ash que la reja estaba muy bien construida y que la pared la envolvía totalmente, posiblemente más de medio metro a su alrededor, Martin y Kath repasaban minuciosamente la pared del fondo en busca de un acceso secreto, Gowther ya se preparaba para realizar otro ritual, Renaer parecía cansado. Hasta ahora la noche había sido realmente excitante y había pasado realmente miedo, pero se sentía seguro con aquel extraño grupo de aventureros.
- Supongo que ninguna de las historias de mi abuelo o mi padre hablan de arrastrarse por cloacas ¿verdad? - sonrió al bardo. Guilbert, Helanya y él estaban unos metros más atrás en el pasadizo, guargando la retraguardia. Renaer se dejó caer contra la pared de la derecha, sus músculos agotados. Y desapareció.
Hela y Guilbert sólo pueden ver las botas del noble, ahora arruinadas por el barro y la suciedad, sobresaliendo del muro.
- Ehhh ¿chicos? creo que he encontrado algo... -
Al grupo le lleva poco tiempo atravesar el muro ilusorio y Martin indica a Kath que se quede detrás mientras el explora al ver, por primera vez desde que entraron en las alcantarillas, luz delante de ellos. Kath vuelve con el grupo y les indica que guarden silencio y apaguen las luces.
Martin se desliza en silencio hasta llegar a una entrada que se abre a una sala rectangular. Los expertos ojos del semi-elfo la recorren rápidamente gracias a la luz de cuatro cristales que están engarzados en antorchas en las paredes. Hay otras dos salidas, una en la pared opuesta a la que él ha entrado y otra a su izquierda. En una esquina hay varios barriles y cajas, y cerca de ellos hay una mesa ahora vacía. Por su experiencia, el semi-elfo diría que esta sala es un simple lugar de paso para esconder y distribuir mercancía robada y de contrabando.
Apoyada indolente contra el marco de la entrada de su izquierda Martin ve a una tiefling. Vestida con una armadura de de cuero negro y con su piel negra, es difícil averiguar dónde acaba el atuendo y empieza la carne. Lleva una capucha sobre la cabeza, pero la mirada de sus ojos rojos en intensa. Aunque su postura es relajada, una de sus manos descansa sobre la empuñadura de un rapier y la otra sobre una daga que tiene al otro lado.
Frente a Martin, custodiando la otra entrada, hay un ogro con una cadena enorme colgando del cuello. Sostiene en una mano un extremo y el otro, que cuelga a la altura de su cadera, tiene una bola con amenazadores pinchos.
La sala tiene un pequeño desnivel, cinco anchos escalones conducen a una zona más baja de la misma. Allí Martin encuentra a Floon, de rodillas, y a seres que parecen salidos de una pesadilla.
En cada esquina del fondo de la depresión hay una criatura del tamaño de un mastin. Se trata de grandes cerebros sobre cuatro poderosas patas. En el centro, de cara al semi-elfo pero con su atención centrada en el pobre Floon hay un humanoide de aspecto esbelto. Envuelto en una túnica morada con runas, flota medio metro sobre el suelo. Tiene una mano sujetando por el mentón a un horrorizado Floon que gime e intenta retorcerse pero algo se lo impide. La cabeza de la criatura es una masa bulbosa que acaba en varios tentáculos, que tiene extendidos y cuya punta acaricia la frente y el rostro del muchacho. Los ojos, dos pequeños pero intensos puntos rojos, están centrados en el prisionero.
Cuando da un paso mas para ver mejor la escena que se desarrolla frente a él, se detiene en seco. A su izquierda, justo al lado de su entrada hay otro ogro, o al menos tiene el cuerpo de tal, pero su cabeza parece la de un insecto, con ojos multifacetados y varios tentáculos cuya longitud llega hasta la abultada barriga del ogro y se mueven despacio, enroscándose sobre sí mismos, buscando algo con lo que alimentarse constantemente. Martin se detiene pero mantiene la compostura como para intentar averiguar qué está pasando.
La criatura retira sus tentáculos de la cabeza de Floon y suelta su presa sobre él. El chico se queda de rodillas, tembloroso.
De pronto, siente más que escucha, la sibilante voz que imitó uno de los kenku, la que les puso la piel de gallina a todos. Tenerla en su cabeza no hace que esa sensación sea menor en absoluto.
- No puedo creerlo. - el fastidio es evidente en su voz - ¡Este especimen no sabe nada! Esos estúpidos pájaros nos han traído a la persona equivocada. Sorath, ¿dices que te dijeron que los zentharim tenían otro prisionero? ¿ Y porqué no has traído a los dos? -
La tiefling asiente y contesta.
- Ellos aseguraron que era el objetivo. Si tus asesinos no saben hacer su trabajo... -
- Envíales un mensaje. Que lo traigan. Ese debe ser Renaer. Mientras... - su atención parece volverse hacia el indefenso Floon. - Me ha entrado hambre... -
Cogiendo por los hombros a Floon, lo levanta un poco y extiende sus tentáculos para cubrir toda su cabeza como haría un pulpo. Martin ve un poderoso pico que se abre.
Floon grita de terror.
Un poco más atrás, en el pasillo, todos escuchan el grito desesperado de Floon.
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PbP Character: A few ;)
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El semielfo se mantuvo apartado escuchando las palabras de quienes sin duda sabían más que él acerca de temas arcanos, parecía que las runas eran un problema, pero confiaba en las habilidades de sus compañeros. Sin embargo la idea de hacerlas saltar forzándolas no le hizo demasiada gracia.
- Hacer estallar o destruir las runas, provocaría suficiente estruendo como alertar a nuestros enemigos... y eso conduciría a que estén preparados para nuestra llegada, recordar como los kenkus jugaron con nosotros con esa ventaja. Estamos ya algo drenados de nuestras energías, tanto físicas como mágicas, así que quizás deberíamos tomar una aproximación menos ... explosiva.
El pícaro volvió a mirar la zona del alcantarillado donde se encontraban los glifos y se quedó en silencio pensativo, tampoco es que tuvieran mucho tiempo si estaban torturando al amigo de Renaer, y su desconocimiento del tema al que se estaban enfrentando le causaba cierta frustración.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Hela continuó la marcha con Zevatur como compañero de viaje sin molestarle demasiado. Aún se le veía afectado por los acontecimientos del día y prefirió enfrascarse ella también en sus propios pensamientos. A juzgar por el discurso del semi-demonio, el silencio le había servido para reflexionar y apaciguar su humor. Ver arrepentimiento y una disculpa por parte de otro ser no dejaba de resultarle sorprendente. De donde ella venía esas situaciones no solían darse, al menos no por parte de los shadar-kais. Le sonrió brevemente y se volvió a observar los símbolos que tan afortunadamente habían detectado Martin y Kath, adoptando un semblante serio. Tras unos minutos de concentración y sin ser capaz de determinar a qué escuela pertenecían, escuchó atentamente las palabras de Gowther y analizó el plan de Zevatur.
Su gesto se torció a modo de discrepancia y, tras las palabras de Martin, se dispuso a intervenir: - Desgraciadamente, tampoco puedo ayudar a disipar la magia de estos glifos. Según mis conocimientos, activarlos mediante objetos inanimados y esperar a que el efecto desaparezca tampoco es una opción, ya que se activan solo si algo vivo pasa por encima - su mirada recorrió a los presentes y se detuvo en Gowther - si hay algún voluntario, podríamos descargar nuestros hechizos de protección sobre él, aunque nada nos asegura que vayan a funcionar sin saber qué vamos a desatar - desvió la mirada hacia los glifos de nuevo - La destrucción que ha mencionado Zevatur podría surtir efecto, pero nos arriesgamos a perder la ventaja que nos da el sigilo o a que las paredes se nos caigan encima; está claro que debemos asumir riesgos en cualquiera de las opciones, a no ser que nos demos la vuelta y salgamos de esta cloaca - finalmente, de manera interrogante, fijó su mirada en el humano con la esperanza de que arrojara algo de luz - ¿qué opinas, Ash?
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Ash asintió en silencio a las palabras de Zevatur. Frente a los glifos, miró a unos y otros exponer las cartas con las que jugaban aquella mano. Cuando Hela le preguntó directamente se mesó el mentón en un pose reflexiva, esta vez más sincera de lo habitual.
-No estamos en condiciones de salir de esto sin dañar nuestra reputación para siempre. Aunque hayamos abatido una hidra y una malvada gigante en su castillo de las nubes, un bardo como Volo puede dar al traste con todo eso en un par de noches de buen público. Por otro lado vamos a necesitar aliados que nos tomen en serio con el asunto de Culto, no se me ocurre mejor embajador que Volo. Y luego está lo del chico, somos la última esperanza de ese chaval, Floon. Si nos vamos ahora es historia.
El guerrero dio unos momentos a todos para reflexionar y observó las reacciones de sus compañeros a esto último. Antes de que nadie abriera la boca continuó.
-Por lo que decís quizá saltar sobre las runas funcione. Apuesto a que el teletransporte funciona también. Las trampas mortales ineludibles que conozco normalmente fían parte de su éxito en ser amenazadoras anunciando su presencia. Estas estaban demasiado bien escondidas, quizá podamos evitarlas si conseguimos pasar lo suficiente mente lejos de ellas. Si pasamos sin disparar la trampa seguiremos jugando la carta del sigilo. Pero debemos prepararnos por si hacemos saltar los glifos. ¿Los conjuradores podéis protegernos a aquellos que no podemos teleportarnos? ¿Hela seguro que tu Reina Cuervo no tiene algún truco para pasar?... Muy bien aquí va el plan. Gowther y su Morko se teleportan con vuestro equipo más pesado. Podemos tirar una cuerda al otro lado. Gowther y su majestad pueden sostenerla sobre su hombro y yo haré lo mismo aquí. Tenemos que tensarla a media altura, Guilbert tendrás que animarnos un poco. Os colgáis y pasáis de uno en uno una vez libres de lastre -mirando a Martin, Kath, Guilbert, Zevatur y Raenar- con cuidado, cruzando los pies sobre el cabo. Martin, Kath ¿quizá podéis improvisar un arnés de cuerda que os impida desviaros del centro del túnel? Cuando hayáis pasado todos iré yo. Reservaba esto para una ocasión especial, pero no se me ocurra ninguna mejor -sonrió sacando de su mochila una poción de volar- ¿Alguna idea mejor? ¿Todo claro?...
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Tras el planteamiento del guerrero, Gowther puntualizó. -Si optamos por esta estrategia, deberíamos colocar la cuerda a una distancia prudente entre los glifos de la pared y el que está en el techo. Para evitar activar cualquiera de ellos. No obstante, aunque me parezca una idea original, no se si sería más sencillo que los desprovistos de medios arcanos salten directamente. Ambas opciones requieren una proeza física y ahora mismo dudo sobre cual es más asequible.- Dijo mientras miraba atentamente al guerrero. Entonces pensó que podría haber algo más y continuó diciendo.- Mientras preparáis la cuerda u otras estrategias voy a intentar visualizar si hay algo más que se nos esté escapando.
Cast fetect magic
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
- Este plan hace no me convence, pero bueno no sé me ocurre nada mejor para pasar. Imagino que kenku tendrán la palabra u otro camino. Dadme vuestro equipo más pesado y voluminoso que lo meto en el saco de contención-.
Una vez recogido el equipo, el paladín hace un gesto con la cabeza al eladrin, se setia en el borde y se teleporta al otro lado...
Con un estallido de energia dorada que deja un resto de humo con olor a forja, el paladin de Moradin reaparece al otro lado de las peligrosas runas.
PbP Character: A few ;)
Zevatur reprime la ira que regresa espoleada por la frustración al ver como se elige el camino mas difícil. "Como si tuviésemos alguna posibilidad de sorprender a un grupo de ladrones en su propia guarida". Piensa para sí. Pero en vista de los últimos acontecimientos decide callarse y dejar que el grupo tome sus propias decisiones. En definitiva, ellos suelen ser más listos que él y suelen acertar. Como gesto de cooperación rebusca en su mochila y ofrece la cuerda a sus compañeros. - Aquí tenéis una cuerda para ejecutar este plan.
Zevatur, Rolthos
El duro avance por los canales subterráneos empezaba a hacer mella en los aventureros. Quizá no eran estas las virtudes que quería mostrar de waterdeep y difícilmente iba a conseguir que cambiara la opinión que los demás tenían a estas alturas de su ciudad.
Guilbert, consciente de esto, se preocupó por la moral del grupo. Sus nuevos compañeros ya venían de más penurias y parecían llevar con profesionalidad las exigencias de la misión. Sin embargo el joven Raenar comenzaba a decaer según la adrenalina del anterior combate abandonaba su torrente sanguíneo. Fue dejando pasar al resto hasta ponerse a su altura.
-En esta ciudad todos recuerdan a tu padre como justo y valiente..-le dice casi entre susurros para no romper su avance sigiloso.. - Pero durante mucho tiempo vivió a la sombra de tu abuelo Athar, el caballero brillante, que derrotó al terrible dragón rojo Kistarianth. Seguro que las dudas sobre su propia valía le amordazaron muchos años hasta que tu padre derrotó de nuevo a Kistarianth cuando despertó como dracolich.- dice el bardo recordando antiguas canciones y poniendo algo de su cosecha.- Tu padre seguro que sintió muchas veces que nunca estaría a su altura.. pero el valor, la llamada a la grandeza y elmdestino sonríe a tu linaje.
Bardic inspiration a Raenar.
Justo cuando termina con su pequeña motivación Martín advierte de su descubrimiento en el túnel. Escucha a todos y se lamenta de no haber prestado más atención cuando los grandes maestros de su colegio de bardos explicaban las escuelas de magia.. encantamiento en las paredes.. transmutación en el techo. El plan de Ash era brillante y seguramente la única opción junto con lanzar a compañeros a pulso.. Usando los virotes saqueados a los kenkus buscó hendiduras entre ladrillos de aquel túnel para asegurar aún más la tensión de las cuerdas y para que el que se quedara último, tuviera una opción.
-Según lo que decís de esos glifos y su activación, creo que esos de la pared podrían ser por proximidad cubriendo el espacio que dejan los del suelo a esa distancia. - Guilbert comparte con los demás un razonamiento que va cobrando forma en su cabeza.- Y por la escuela del hechizo podría afectarnos tanto andando como colgados.
Guilbert mira a sus compañeros. Sacrificarse por los demás o por un bien mayor es algo que cualquiera de los ldemas haría sin pensar, pero pedir y dejar que sea otro el que lo haga es mucho más difícil. Consciente de lo duro que será su próxima petición el bardo de forma inconsciente aprieta su mandíbula mordiendo la lengua como si provocarse dolor le ayude a compartir el que está a punto de provocar.
-Helayna,- dice finalmente dirigiéndose a la joven elfa- lo que voy a pedirte me rompe el alma, pero quizá salve la vida a algun de nosotros..- su mirada pasa entonces de los profundos ojos elficos de Hela a su familiar.. sabiendo el mazazo emocional llegará en cuanto la elfa sea consciente de lo que Guilbert le está pidiendo. Cuando nota el cambio en su expresión continúa- jamás te pediría algo así si no fuera tan necesario o tuviera aquí mi figurilla, pero la envíe a buscar ayuda. Desconozco si sufrirá o aparecerá al otro lado dormida.. y entendería que te niegues.. siento en el corazón tener que pedirte algo así..
Guilbert intenta que no se note la pesadumbre que le invade por comprometer de aquella manera a Helayna y que muy probablemente nunca le perdonará.
-No creo que una animal tan pequeño active las trampa, esto estaría lleno de cadáveres de ratas, ¿no?-. Comenta Morko desde el otro lado, mientras mira a ver si ve alguna rata para lanzarla al por las runas.
-Ya lo pensé Morko pero no he visto una desde que bajamos por el sumidero. Ojalá tuviéramos otra opción.- dice aún con un tono compungido- Creo que aquellas bestias no sólo protegían el paso..
Al oír la propuesta de Guilbert, un gesto de enfado apareció casi instantáneamente en el rostro de Martin. Los animales era amigos, compañeros de viaje, y este caso en particular era además un regalo de la Reina Cuervo. No tardó en intervenir rápidamente negando con la cabeza ante la nefasta idea, sin dar tiempo a contestar a la joven Shadar-Kai.
- Olvidémonos de usar animales como sacrificios gratuitos, no creo que su lealtad merezca ese fin indigno... ya voy yo primero, colocad la cuerda, réptaré por ella.
El ranger esperó a que Gowther se teleportara dejando su rastro de glamour detrás y cuando Ash por un extremo y el enano junto al eladrín, tenían todo listo por el otro, se encaramó a la cuerda y comenzó a avanzar con sumo cuidado esperando alejarse de las runas lo máximo posible para no hacerlas saltar.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
La elfa escuchó con atención el plan de Ash: desde luego era elaborado y se notaba que se había tomado su tiempo para analizar las diferentes alternativas. Aunque le parecía que el uso de la cuerda podía favorecer cruzar la zona peligrosa de forma satisfactoria, algo seguía sin cuadrarle. Volvió a observar los glifos del techo y de las paredes, temiéndose que la sola proximidad los activara. Antes de que pudiera decir nada, el enano desapareció de su vista dejando tras de sí una imponente bomba de humo, reapareciendo más adelante tras los glifos. Paralizada por unos segundos pudo comprobar que, al menos a simple vista, no se había activado ningún hechizo, por lo que el teletransporte parecían funcionar.
Escuchó hablar a Guilbert sobre las diferentes alternativas sin prestarle mucha atención hasta que se acercó a ella. Parecía afectado y eso le provocó un estremecimiento helador. Le observó preocupada, mientras sus palabras tomaban forma y la hacía partícipe de sus planes. Hela se quedo en silencio, mirándole fijamente, adoptando esa pose de estatua de cera congelada que no dejaba entrever nada. Tras unos segundos, sus párpados se entrecerraron, desviando su mirada hacia el suelo, y una sombra de tristeza recorrió su rostro: - Tienes razón, Guilbert - en su tono de voz se podía percibir el pesar de su pena y su resignación; por mucho que le doliera, sabía que debía hacerlo; lo sabía incluso antes de que el bardo se lo dijera; quizá nunca lo hubiera admitido si cualquier otro de sus compañeros se lo hubiera pedido, pero se sentía incapaz de negarle nada a él. Alzó la mirada, primero al bardo y luego a Gloom, susurrando unas palabras imperceptibles; el animal surgió de la oscuridad para posarse con suavidad en su hombro - no te preocupes Guilbert, Gloom volverá. Y es lo menos que podemos hacer dadas las circunstancias - acarició a su familiar y, cuando se disponía a darle las instrucciones precisas, Martin actuó por sí mismo, dijo unas palabras y se aferró a la cuerda, avanzando por ella.
Hela se precipitó con rapidez hacia el extremo de la cuerda para intentar disuadirle; las palabras del semi-elfo habían caldo hondo en la shadar-kai, haciéndola sentir una punzada de culpabilidad, pero no lo suficiente como para variar su decisión :- Martin, vuelve. Es un sacrificio que estoy dispuesta a asumir si eso nos ayuda a mantenernos con vida. No podemos arriesgarnos a perderte, ni a ti ni a ninguno, si hay alguna forma de evitarlo o de reducir las probabilidades. Si algo le sucede a Gloom, ella puede volver. El resto, desgraciadamente no. Por favor, déjame la responsabilidad de esta decisión a mí - permaneció en el extremo, esperando la reacción del semi-elfo. Ahora que había avanzado por la cuerda, no podía enviar a Gloom por miedo a activar algún glifo y que fueran los dos los que cayeran. Solo podía esperar que Martin escuchara sus palabras y diera la vuelta.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
La maga siente la mano de Kath en su hombro. La joven conoce esa mirada de determinación en su mentor y sabe que nada le detendrá ahora. La muchacha niega con la cabeza a su amiga y se coloca al lado de Ash, tirando también de la cuerda. Renaer se coloca al otro lado del fornido guerrero, aportando sus músculos al esfuerzo conjunto.
Martin comienza a cruzar la cuerda, mano sobre mano y moviendo los pies acompasadamente para mantener su peso lo mejor distribuido posible. Morko siente que la cuerda se desliza entre sus guantes, pero da medio paso atrás y se mantiene firme.
Ash le asiente desde el otro lado, sabe que el enano ni lo tiene tan fácil como él al estar solo. Pero ninguno de los dos guerreros van a fallar a Martin ahora.
El ágil pícaro pasa por encima del primer glifo y no se produce ningún efecto. Las aguas siguen tan turbias como antes.
Martin sigue avanzando con cautela pero con determinación, concentrado en su trabajo. Tanto Morko como Ash renuevan sus esfuerzos cuando el peso de su amigo llega al centro de la cuerda y este baja unos centímetros hasta casi tocar el agua.
Cuando llega a la altura del glifo de la pared y comienza a cruzar, se permite un segundo de esperanza, ya que nada parece suceder.
Pero entonces Hela ve sus temores confirmados. Sus sospechas eran ciertas y el glifo de la pared de la derecha comienza a brillar, mostrando ahora claramente su forma y sus intrincadas líneas. La luz es cada vez más intensa, tanto que todos tienen que apartar la mirada.
-No... soltéis... ahora...- dice Ash entre dientes.
Martin no ve nada salvo el fulgor amarillento del hechizo desplegando su magia sobre él, aún con los ojos cerrados el cegador brillo le daña los ojos.
Siente como sus brazos y sus manos son cada vez más pesados y le cuesta moverlos. Un pie de descuelga del cabo, la pierna completamente rígida.
Con un escalofrío, el semielfo reconoce lo que le está sucediendo. Se está quedando paralizado. Si se cae ahora seguro que golpea uno de los glifos del suelo, o más.
Por un momento se cruza en su mente la idea de dejarse vencer por la Magia. Se acabaría la lucha y no tendría esa sensación de vacío en su interior más tiempo. Pero el resto de su ser se rebela contra esa idea.
Ya está cansado de fallar. Primero persiguiendo al espía, luego al entrar en el almacén, al no detectar la trampa de las ballestas. Todo por estar demasiado pendiente de sí mismo, de lo que había perdido. Ya basta. Esta vez no va a permitir que nada le impida cumplir con su objetivo y hacer pasar a todos sin daños. Poco a poco, en lo que a Martin se le antoja una eternidad, mueve su mano unos centímetros más hacia delante. Agarra la cuerda y pese al fulgor y a la rigidez de sus músculos, tira de su cuerpo para seguir avanzando. Obstinado, comienza a mover la otra mano. El brazo se detiene a mitad de camino, incapaz de obedecer la voluntad de su amo. Apretando los dientes obliga a su brazo a moverse. Su mano se cierra lentamente sobre la áspera cuerda. Con un grito de rabia, Martín vuelve a mover su cuerpo por la cuerda.
Y entonces todo pasa. El brillo se apaga aún más rápido de lo que surgió y el siguiente movimiento de Martin es tan fluido y sencillo como si no estuviera haciendo esfuerzo alguno.
No le cuesta nada terminar de cruzar la cuerda y aterrizar ágilmente al lado de Morko, a salvo al otro lado.
Gowther comprueba que el glifo de la pared de la derecha ha desaparecido, sin embargo el resto continúa ahí... esperando a ser liberados.
PbP Character: A few ;)
Por primera vez Gowther pudo atisbar cierta coordinación y estrategia en aquellos aventureros. Lo que antaño parecía alejarse del razonamiento y el análisis, rozando incluso la impulsividad y la unilateralidad, por un momento pareció existir cierto interés para trabajar en grupo. Aunque Gowther había participado en aras de arrojar luz y desarrollar los pasos más idóneos con ellos sin ser entendido con dobles intenciones, seguiría en un segundo plano, buscando no atentar contra sus egos o sus expectativas. Tenía que seguir razonando sobre estas y otras incongruencias experimentadas en el pasado con sus compañeros. Al fin y al cabo, algunos de ellos empezaban a demandar activamente sus habilidades fruto de la evidencia, después de haber mostrado desconfianza o recelo hacia su magia... Puede que la conducta asumida por el elfo sirviera de algo más después de todo...
Mientras pasaban por la cuerda, les indicó que se quedaría para sostenerla para que el último pudiera pasar. Con el anclaje en la pared esperaba no tener problemas.
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Guilbert contempla sobrecogido como el semielfo arriesga su vida por el familiar. Admira su sacrificio y se siente culpable por ofender al ranger. Tras el fogonazo el bardo se teme lo peor hasta que consigue adaptar su vista de nueva y ver a Martin llegar a salvo al otro lado. Aprieta los puños y disfruta en soledad el exito del plan. Con un glifo menos las opciones de éxito aumentan..
-Bien Renaer, es tu turno. Creo que pasar así sigue siendo nuestra mejor baza..-le dice al humano infundiéndole algo de aliento.-Ash.. tu deberías pasar mientras aún quede alguien aquí.. y que sea el mas ligero el que pase último y que Gowther no se vea sobrecargado a este lado.
Una vez Kay y Renaer pasaron el bardo se colgó de la cuerda fuertemente afianzada por los dos luchadores. No sin trabajo llegó al otro extremo donde aguardaba su equipo. Sin perder tiempo volvió a vestirse su sucia y abollada coraza que una vez equipada recobró su brillo como recién sacada del herrería..
Renaer traga saliva pero el valiente joven, alentado por las palabras del bardo se apresta para cruzar.
-No te preocupes- le dice Kath - yo iré detrás -
No sin esfuerzo, y con la ayuda de Kath los dos llegan sanos y salvos al otro lado y ayudan a Morko y Martin a sujetar la cuerda de ese lado.
PbP Character: A few ;)
Ash contuvo la respiración hasta que Martin hubo pasado. Con los poderosos músculos en tensión, inflamados por el esfuerzo, no es que pudiera relajarse pero se permitió esbozar una sonrisa. El plan funcionaba.
-Agradezco el gesto Gowther, pero pasa tú. Puedo manejar esto -el guerrero parecía incluso disfrutar con la proeza confiado- además tu eres más ligero que yo. Vamos pasa y cuida del resto al otro lado. Estaré bien.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Tras el destello cegador de luz, Hela abrió los ojos temiéndose lo peor. En los segundos que duró el estallido, no dejó de preguntarse una y otra vez qué podría haber hecho para evitar ese desenlace, sin encontrar respuesta. Cuando finalmente comprobó que Martin había cruzado superando la petrificación, le dio gracias en silencio a su Diosa Cuervo, convencida de que, de alguna manera, les protegía y les infundía la fuerza necesaria para superar aquellos obstáculos. ¿Se sentiría decepcionada con las decisiones de la hechicera?¿Estaba a la altura de la misión que le había encomendado? Una sensación de pesadumbre se apoderó de su ánimo tras estos pensamientos, mientras el resto del grupo iba cruzando por la cuerda con éxito. Aunque parecía que el plan funcionaba, no se sentiría tranquila hasta ver a todos en el otro lado sin sufrir daño.
Finalmente, se colocó en el extremo en el que sus compañeros habían ido cruzando. Gloom alzó el vuelo y volvió a desaparecer en la oscuridad, mientras la elfa sujetaba con fuerza su bastón que emitió un leve destello gris azulado, justo en el momento en el que una numerosa bandada de cuervos surgió aleteando frenética. La hechicera desapareció dejando tras de sí la estela enardecida de las aves, formando una niebla densa y oscura que se diluyó en el momento en el que reapareció al otro lado.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Cuanto todos hubieron pasado Ash de permitió un momento de relajó. Se hizon con su poción y la miró con cierta nostalgia por unos momentos antes de beberla de un trago.
-Ahhh! Ahí van un aparte de mi retiro dorado -dijo para si lanzando el vial vacío tras de sí.
Pronto se sintió ligero y noto como se elevaba del suelo con solo pensarlo. Le llevo un momento acostumbrarse al movimiento y la ingravidez. Enseguida volaba con cuidado siguiendo la trayectoria de la cuerda. Cuando hubo pasado las runas se permitió un un vuelta sobre si mismo antes aterrizar junto a sus compañeros.
-Andando, salvemos al chico -dijo sin alzar la voz- mismo orden de marcha, ¿de acuerdo?
Esperó a que Martin y Kath tomaran la delantera antes de seguirles.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Con todos a salvo tras las peligrosas runas, y una vez pertrechados de nuevo, el grupo continuó por las profundas cloacas.
Esta vez no pasó mucho tiempo apenas diez minutos para que encontraran otro obstáculo. El final del camino.
El pasillo no había tenido más bifurcaciones ni recodos desde las runas. Tampoco habían encontrado más símbolos ni señales. Y sin embargo ahí estaban, ante una pared de ladrillo sólida que cerraba el camino. El agua se colaba por una pequeña abertura semicircular cerca del suelo, a través de una reja sólida que apenas dejaba pasar los dedos de Ash para intentar tirar de ella.
Mientras el grupo intentaba encontrar una solución para el nuevo problema, Morko informaba a Ash que la reja estaba muy bien construida y que la pared la envolvía totalmente, posiblemente más de medio metro a su alrededor, Martin y Kath repasaban minuciosamente la pared del fondo en busca de un acceso secreto, Gowther ya se preparaba para realizar otro ritual, Renaer parecía cansado. Hasta ahora la noche había sido realmente excitante y había pasado realmente miedo, pero se sentía seguro con aquel extraño grupo de aventureros.
- Supongo que ninguna de las historias de mi abuelo o mi padre hablan de arrastrarse por cloacas ¿verdad? - sonrió al bardo. Guilbert, Helanya y él estaban unos metros más atrás en el pasadizo, guargando la retraguardia. Renaer se dejó caer contra la pared de la derecha, sus músculos agotados. Y desapareció.
Hela y Guilbert sólo pueden ver las botas del noble, ahora arruinadas por el barro y la suciedad, sobresaliendo del muro.
- Ehhh ¿chicos? creo que he encontrado algo... -
Al grupo le lleva poco tiempo atravesar el muro ilusorio y Martin indica a Kath que se quede detrás mientras el explora al ver, por primera vez desde que entraron en las alcantarillas, luz delante de ellos. Kath vuelve con el grupo y les indica que guarden silencio y apaguen las luces.
Martin se desliza en silencio hasta llegar a una entrada que se abre a una sala rectangular. Los expertos ojos del semi-elfo la recorren rápidamente gracias a la luz de cuatro cristales que están engarzados en antorchas en las paredes. Hay otras dos salidas, una en la pared opuesta a la que él ha entrado y otra a su izquierda. En una esquina hay varios barriles y cajas, y cerca de ellos hay una mesa ahora vacía. Por su experiencia, el semi-elfo diría que esta sala es un simple lugar de paso para esconder y distribuir mercancía robada y de contrabando.
Apoyada indolente contra el marco de la entrada de su izquierda Martin ve a una tiefling. Vestida con una armadura de de cuero negro y con su piel negra, es difícil averiguar dónde acaba el atuendo y empieza la carne. Lleva una capucha sobre la cabeza, pero la mirada de sus ojos rojos en intensa. Aunque su postura es relajada, una de sus manos descansa sobre la empuñadura de un rapier y la otra sobre una daga que tiene al otro lado.
Frente a Martin, custodiando la otra entrada, hay un ogro con una cadena enorme colgando del cuello. Sostiene en una mano un extremo y el otro, que cuelga a la altura de su cadera, tiene una bola con amenazadores pinchos.
La sala tiene un pequeño desnivel, cinco anchos escalones conducen a una zona más baja de la misma. Allí Martin encuentra a Floon, de rodillas, y a seres que parecen salidos de una pesadilla.
En cada esquina del fondo de la depresión hay una criatura del tamaño de un mastin. Se trata de grandes cerebros sobre cuatro poderosas patas. En el centro, de cara al semi-elfo pero con su atención centrada en el pobre Floon hay un humanoide de aspecto esbelto. Envuelto en una túnica morada con runas, flota medio metro sobre el suelo. Tiene una mano sujetando por el mentón a un horrorizado Floon que gime e intenta retorcerse pero algo se lo impide. La cabeza de la criatura es una masa bulbosa que acaba en varios tentáculos, que tiene extendidos y cuya punta acaricia la frente y el rostro del muchacho. Los ojos, dos pequeños pero intensos puntos rojos, están centrados en el prisionero.
Cuando da un paso mas para ver mejor la escena que se desarrolla frente a él, se detiene en seco. A su izquierda, justo al lado de su entrada hay otro ogro, o al menos tiene el cuerpo de tal, pero su cabeza parece la de un insecto, con ojos multifacetados y varios tentáculos cuya longitud llega hasta la abultada barriga del ogro y se mueven despacio, enroscándose sobre sí mismos, buscando algo con lo que alimentarse constantemente. Martin se detiene pero mantiene la compostura como para intentar averiguar qué está pasando.
La criatura retira sus tentáculos de la cabeza de Floon y suelta su presa sobre él. El chico se queda de rodillas, tembloroso.
De pronto, siente más que escucha, la sibilante voz que imitó uno de los kenku, la que les puso la piel de gallina a todos. Tenerla en su cabeza no hace que esa sensación sea menor en absoluto.
- No puedo creerlo. - el fastidio es evidente en su voz - ¡Este especimen no sabe nada! Esos estúpidos pájaros nos han traído a la persona equivocada. Sorath, ¿dices que te dijeron que los zentharim tenían otro prisionero? ¿ Y porqué no has traído a los dos? -
La tiefling asiente y contesta.
- Ellos aseguraron que era el objetivo. Si tus asesinos no saben hacer su trabajo... -
- Envíales un mensaje. Que lo traigan. Ese debe ser Renaer. Mientras... - su atención parece volverse hacia el indefenso Floon. - Me ha entrado hambre... -
Cogiendo por los hombros a Floon, lo levanta un poco y extiende sus tentáculos para cubrir toda su cabeza como haría un pulpo. Martin ve un poderoso pico que se abre.
Floon grita de terror.
Un poco más atrás, en el pasillo, todos escuchan el grito desesperado de Floon.
PbP Character: A few ;)