Sin apenas pensar en ello. Martin salta hacia delante con sus dos espadas desenfundas y con un corte horizontal hace que la criatura se aparte de Floon con un rugido de dolor. Girando sobre si mismo, el semi-elfo hace otro corte en la pierna del extraño ser, pero esta vez su espada no corta tanto como debería. Martin se prepara para lo peor ya que está en una sala rodeado de enemigos, pero esta vez sus compañeros aparecen para cubrir sus espaldas. Guilbert la para algún conjuro sobre el ogro que está a las espaldas de martin, el cual ruge enfurecido.
Antes de que nadie pueda reaccionar, Ash está frente Floon, interponiéndose entre el y el mind flayer. Norma corta una vez pero en su segundo corte Ash descubre que no está tan desprotegido como parecía ya que bajo la túnica porta una extraña armadura que deflecta el filo de su chica favorita.
La tiefling ha empezado a moverse en cuanto a detectado el borrón de movimiento de Martin. Musitando una palabra en un idioma extraño todas las luces se apagan. Más bien, es como si hubiera caído un manto de oscuridad sobre todos ellos. Ash siente un dolor punzante en la cabeza, como si alguien hubiera introducido un cuchillo al rojo vivo en su cerebro.
El pasillo se encuentra en la oscuridad más absoluta, ya que ellos habían apagado sus luces para no ser descubiertos, sin embargo podía escuchar los sonidos de la batalla delante.
Aunque sólo distingue sombras, Zevatur, utilizando sus sandalias mágicas, comienza a andar por la pared y entra en la habitación por el techo del pasillo hasta la pared de la sala. Desde su posición elevada puede ver que la mágica oscuridad cubre la mayoría de la sala, pero aún puede distinguir a la tiefling en una esquina de la sala, mirando hacia el interior de la oscuridad. El hechicero lanza su energía mágica contra ella, alcanzándola en el pecho y sorprendiéndola, gira sobre sí misma y el segundo rayo la impacta en el hombro, pero esta vez parece mucho más preparada y sonríe a Zevatur.
- Hmmm interesante - dice
El tiefling grita a sus amigos dónde está la tielfling con la esperanza que puedan romper el hechizo de oscuridad.
Guilbert que algo pasa a su lado, pellizcándole las nalgas. Helanya ha entrado en la sala y se ve envuelta en la oscuridad. Recuerda que Gloom le ha dicho muchas veces que desde el aire las cosas se ven de otra manera, y, lanzando un conjuro, se eleva y, casi tocando el techo, se libra por fin de la oscuridad y puede ver a la tiefling, la cual la mira y sonríe.
Es entonces cuando Guilbert se ve empujado al otro lado y comienza a plantearse que quizá no ha elegido la mejor posición táctica. Espera un segundo... ¿alguien le ha pellizcado el culo otra vez?. Gowther se mueve rápidamente y gracias a las indicaciones de Zevatur puede librarse de la oscuridad para ver a la hechicera con una espada desenvainada, y aunque está fuera de su alcance para atacarla con Aegnor, le lanza el pequeño cuchillo que había adquirido para poder obtener uno de sus complejos componentes de hechizos.
La pequeña hoja la impacta pero ella ni siquiera se inmuta, tan sólo se coloca en guardia para enfrentarse al Eladrin desenvainando una daga también.
Kath no ve absolutamente nada, pero escucha las voces de sus amigos y sabe que están luchando delante. Pasa al lado de Guilbert mascullando un "échate a un lado!" y se topa practicamente de bruces con el enorme cuerpo de uno de los ogros y casi por instinto realiza dos cortes con sus espadas. No es dificil acertar a la enorme criatura y ruge de dolor cuando las espadas cortan su carne.
Morko sabe que entre él y el combate está Guilbert en mitad del pasillo...
El paladín sigue a sus compañeros sin pensaserlo dos veces y justo cuando la oscuridad se viernes sobre ellos recuerda sus días de entrenamiento. En la más absoluta oscuridad mantén un punto de referencia, en este caso la pared.
Sin saber si iba bien encaminado el paladín sigue la pared rozandola con su pie derecho. No ha dado ni dos pasos cuando siente la refriega del combate justo enfrente y sin dudarlo balancea su hacha hacia delante. El sonido de dolor, que sale de una garganta claramente no humana, alentar al paladín a proseguír sus ataques. Carga de nuevo el hacha, pero en la oscuridad no puede ver que Gilbert tratando de hacer caso a Kath se ha puesto justo a su lado, el azar hace que la gaita suelte un pequeño silbido y el sonido hace que el enano varie por completo el movimiento, fallando por completo y casi acertando al bardo que no sabe cómo siente la ráfaga de aire que le pasa a la altura de la cadera.
Maldiciendo acerca de donde podrían meterse los magos sus oscuridades, se preparara para tratar de seguir avanzando.
Martin pareció sentir cierto aire de alivio cuando vio a Floon ser liberado de los mortales tentáculos del extraño ser, su sacrificio podría haber no sido en vano, sin embargo esa sensación no duró demasiado. A pesar de haber cortado profundamente a su enemigo y haberle hecho sangrar fluidos viscosos sobre el suelo de la estancia, parecía no haberle hecho el suficiente daño para incapacitarlo y dependía de que lo remataran sus aliados. Fue cuando todo se volvió oscuridad a su alrededor y sus escasas posibilidades de salir victoriosos se diluyeron, como gotas de sangre en un matadero.
Oyó a su lado a Ash gritar de dolor y horror, más o menos donde estaba el joven secuestrado, y le espetó con fuerza, a pesar de no saber exactamente las condiciones en las que se encontraba el fornido guerrero. - ¡¡¡ Por los Dioses Ash, llévate a Floon, sácalo de aquí ... !!! Sólo esperaba que su compañero no hubiera sido atrapado por los mismos horrendos tentáculos como lo había sido previamente el inofensivo humano, puesto que al parece su asalto sorpresa no había sido tal, al menos no al cien por cien.
Alrededor suya se escucharon más golpes, alaridos y sonido de batalla, ... sin duda todos estaban ya en plena trifulca, pero el semielfo seguía preocupado, en teoría debía alejarse y usar los ataques a distancia como habían hablado, manteniendo una estrategia inteligente, pero por otro lado, tenía que cubrir a Ash hasta que sacara a Floon del peligro, y eso implicaba quedarse un poco más y hacer frente al aberrante ser que tenía delante, ... la oscuridad hizo mella en él, no sólo afectó a su vista, sino que quizás tocó también algo más, muy enterrado dentro del asesina. No pudo evitar temblar aterrado.
La repentina oscuridad sorpedió al bardo antes de poder memorizar la disposición de las piezas sobre el tablero. Había elegido un lugar resguardado para mantener la concentración sobre su nuevo amigo.. porque si el enemigo de tu enemigo.. pero pronto descubrió lo incómodo de su posición cuando todo tipo de razas deben pasar en tinieblas a tu lado.
Ģracias a sus nalgas descubrió que si bien él era incapaz de verse la mano a un palmo parecía que la elfa y el halfling de allende los planos no sufrían sus mismas limitaciones. El silbar de un hacha tal vez demasiado cerca de su cuerpo le hizo dudar si los enanos carecían de esas capacidades.. Quizá esa forma de luchar en la oscuridad de las cuevas era la razón de un índice demográfico tan bajo.
Guilbert era un fabuloso músico, pero un gran talento oculto era un fenomenal oído. Desde pequeño ya era capaz de imitar voces y sonidos así como reconocer notas. Y eso hizo para no verse tan limitado en aquel sótano inmundo. Primero pasó Hela y sus delicadas manos sobre sus posaderas. No podía ser otra porque la siguiente figura esbelta parecía desenfundar un arma.. ese debía ser Gowther. Aprovechó entonces para interpretar con su flauta las dulces notas que habia escuchado al mago tocar con sugestivo en temporada unas baches atrás. Esperaba con eso que el elfo sintiera una motivación al recordar quizá a su plano o quizá a sus gentes y pudiera sentirse un poco menos sólo.
BA combat inspiration a Gowther.
De pronto escucho unas pisadas extrañas.. No por su sonidomsino por su procedencia, la pared. Recordó entonces ver al tiefling andando por el techo cual araña cuando el bardo les ayudó a abrir aquella pesada losa en la torre abandonada del mago. Debía ser él. Por último las armaduras delataron a los que faltaban.. Kath y el enano embutido en una armadura completa arrastrando un pie por la pared. Sin duda una técnica muy útil y que el mismo bardo había usado más de una y de quince veces para llegar a casa después de haber abusado del vino peleón...
Estos dos últimos no llegaron mucho más lejos.. y entre empujones y lanzadas estaba claro que forcejeaban con uno de los otros. Siguiendo sus instintos y su oído aprovechó dos momentos donde sus compañeros parecían estar a un lado para lanzar estocadas a aquella criatura. El acero de su sable dio con carne, lacerando con cierta resistencia haciendo consciente al bardo del éxito de su ataque.
Aún con el flautin en la mano decidió continuar tocando y poder ser una referencia para sus compañeros como lo es un faro en la más profunda de las noches.
La tiefling guiñó un ojo a Gowther y se lanzó de cabeza a la oscuridad, como quien se tira desde una roca a un lago. El eladrin perdió su forma en la oscuridad.
Floon gritaba y se debatía bajo el firme agarre de Ash. Era normal, debía pensar que aún era presa del ser con tentáculos, pero demonios le hacia la tarea de cargar con el subiendo aquellos extraños escalones mucho más complicada. Con Norma preparada, pues sabía que alguien le atacaría en algún momento, se dio cuenta de que no podía empujar más al chico, había alguien ahí, luchando. Tras un rápido intercambio comprobó que era Kath. Aquella muchacha era brava. Debía estar peleando contra la monstruosidad que guardaba la puerta.
Sin embargo, antes de que Ash pudiera dar alguna orden sus sentidos de guerrero acentuados en cien batallas actuaron por él. Giró sobre sí mismo y movió a Norma en un arco amplio frente a él, la punta hacia abajo. Sus reflejos no se equivocaban, a la altura de su corazón su acero chocó con acero y consiguió desviar la hoja lo justo para evitar que le atravesara el corazón. Aún así, maldita fuera la mano que empuñaba aquella arma, la estocada fue certera y se hundió en su peto, atravesando la armadura y perforando carne y músculo. El movimiento de Ash hizo que la afilada hoja se desviara y no le perforara un pulmón, pero estuvo cerca. Pero eso no fue lo peor. Había sufrido heridas antes pero aquella espada, según se abría camino por su cuerpo, parecía quemarle el cerebro. Todos sus nervios chillaron a la vez de dolor y dejaron un tremendo dolor de cabeza a Ash cuando la hoja se retiró. La hoja quemaba, y Ash podía sentir las llamas y el calor repartiéndose por toda su armadura. La única parte buena es que apenas sangraría, ya que la herida quedó cauterizada.
Ash escuchó a Kath chillar de dolor y pudo oler a más carne quemada.
Rodilla en el suelo el valiente guerrero trazó un arco con su espada para intentar devolverle el favor a quien fuera, pero estaba lejos de su alcance.
El semielfo escuchó la voz de Ash quejarse de dolor un poco más alejado de lo que estaba, por lo menos le había hecho caso y estaba alejando a Floon, o al menos eso esperaba.
Los agudos sentidos de Martin escucharon un leve quejido de cuero, sintió como el aire se movía a su espalda y comenzó a girar para evitar el ataque que sabía venía. Sin embargo una espada le produjo un corte en su costado, mientras el semi-elfo se encaraba hacia donde estaba ese nuevo atacante. Lo peor no era el corte que le habían hecho, lo peor fue el dolor que se extendió por todos sus nervios como un ácido que le fuera quemando por dentro hasta llegar a su cabeza.
Intentando ahogar el grito de dolor, provocado por el shock mental que recorría los nervios y su cabeza, el pícaro decidió seguir las órdenes del estratega Ash y retirarse a una posición más alejada para pasar a usar ataques a distancia. En las condiciones actuales, apenas podría aportar a sus compañeros en combate algo, así que se decidió por re-posicionarse.
- Tendremos que dejar este baile para otra ocasión ... , Martin deslizó sus palabras con un susurro hacia la Tiefling, suficientemente alto como para que ella pudiera oírlas. Aunque no la veía, él sabía que andaba muy cerca.
Con una ágil finta, y un estudiado amago, a pesar de la carencia de visión, el pícaro se zafó de su contrincante, y tras activar sus botas de velocidad, salió rápido en la misma dirección por la que había entrado.
En el camino se topó con un enjambre de personas, armas en movimiento, combatientes ciegos y traseros pellizcados, pero su innata agilidad y alerta le hizo esquivar a cada uno de ellos hasta que salió del manto de oscuridad que le rodeaba y el largo pasillo oscuro del que vinieron, le dio la bienvenida de nuevo. A pesar de la oscuridad, ahí podía ver y siguió su camino hasta que alcanzó máximo rango mientras guardaba sus dos espadas cortas, disponiéndose a sacar su arco largo.
Bonus Action: Activar Botas de Velocidad - Action: Disengage - Movement: hasta 60 pies en dirección del pasillo por el que hemos entrado (máxima distancia posible que mantenga visible la entrada de la sala)
Zevatur, desde su posición privilegiada, decide ayudar a sus compañeros que luchan enconadamente contra el enorme ogro. Un rayo de energía divina golpea a la criatura, causándole graves quemaduras. Al tiefling le parece que en lugar de estar rodeado por oscuridad, ahora parece que puede ver completamente el perfil del ogro. Sus amigos en el interior de la oscuridad lo van a tener más fácil gracias a la magia residual de su hechizo.
Helanya no ve la situación nada clara y opta por retirarse estrategicamente al pasillo para preparar la huida de sus amigos.
Gowther confía en sus habilidades y se interna en la oscuridad. Por un momento sus pies no encuentran suelo donde apoyarse, aun así, sus reflejos le hacen caer de pie unos metros más abajo, por suerte nadie ha podido ver este traspiés en su elegante danza mortal.
Aegnor se encinde de llamas cuando el eladrin corta hacia donde supone que tiene que estar su enemigo. El satisfactorio sonido de la hoja encontrando su objetivo anima a Gowther a girar sobre sí mismo, y clavar la espada en la criatura. Aegnor atraviesa el pecho de la delgada figura. Todos escuchan un grito de dolor en sus mentes y luego se produce el silencio. Gowther escucha el sonido de un cuerpo inerte cayendo al suelo cuando retira su espada.
Casi al instante la mayoría de ellos sufren un ataque mental. Pillado desprevenido, Gowther siente un tremendo dolor de cabeza y comienza a sangrar por oidos, nariz y ojos. Pero eso no es lo peor. Lo peor es que de pronto se siente mucho más desconcentrado, mucho más perdido. No es una sensación agradable. PEse advertir a sus compañeros de lo ocurrido con el Ithillid, decide abandonar la sala para poder recuperarse.
Pasa, sin ser consciente de ello, por encima de un incosciente Guilbert que está en el suelo, el ataque psíquico le ha afectado mucho más que Gowther.
El ogro con la cabeza de insecto tentacular se abalanza sobre el paladin. Morko siente, más que ve, el ataque, y aunque intenta pararlo no lo consigue. Enseguida siente como uno de los tentáculos se aferra a su piel y otro a su pierna. Los tentáculos le agarran y le llevan a la que debe ser la boca de la criatura, pero su fuerte armadura desvía el golpe de las mandíbulas en forma de pico que tiene la bestia.
Kath falla su primer ataque, cortando el aire donde creía que estaba el ogro, pero gira sobre si misma y clava la otra espada profundamente en el cuerpo del ogro. Con un gorgoteo de sangre, el ogro cae muerto al suelo.
Ash puede escuchar las garras en el suelo de piedra mientras las criaturas cuadrúpedas que vio antes de que cayera la oscuridad comienzan a moverse. Se prepara para el inevitable ataque, listo para descargar su arma contra el primero que se acercase. Por desgracia para Ash no necesitan acercarse.
Un dolor similar al que ha sentido antes, pero muchísimo más intenso se apodera de su cabeza. Como si una fuerza externa estuviera estrujando sus cerebros. Grita, casi incapaz de respirar. Cuando la opresión se aparta, Ash se siente muy aturdido, le cuesta poder enlazar dos pensamientos. Cerca de él escucha a Kath balbucear algo inenteligible.
Con un grito de guerra, Renaer se lanza hacia delante por el pasillo. Tropieza con Guilbert al entrar en la oscuirdad y, agarrando por los hombros al incosnciente bardo, comienza a tirar de él para sacarlo de allí.
El paladin, liberado del agarre de los tentáculos por el certero ataque de Kath ahora escucha a la muchacha balbucear algo inentiligible a su lado...
Morko se toma un respiro cuando siente que el enemigo al que se hacía frente cae. No ve nada, no sabe nada de sus compañeros, solo sabe que Kath está por ahí cerca. El paladín agarra a Kath y carga con ella mientras sigue la pared. Claramente hay algo que está atacando por donde han venido por lo que el enano piensa que lo mejor es sacarla de ahí en medio hasta que se recupere.
Con ese pensamiento el enano se mueve siguiendo la pared, hasta que de repente ya no se ve dentro de la oscuridad mágica. Deja a Kath pegada a la esquina y se vuelve para hacer frente a lo que sea que salga de la oscuridad.
Kath se queda apoyada en la pared, mira al enano como si no lo reconociera y parece bastante asustada, mirando en todas direcciones. Morko no sabe qué le ha podido pasar, pero si sabe que no debe de ver nada pese a estar fuera de la oscuridad mágica.
De repente, saliendo de la zona de oscuridad, un ogro se abalanza sobre ellos rugiendo. No sale de la oquedad que hay en el centro de la sala, pero no le hace falta, porta una pesada cadena rematada en un peligroso gancho afilado que mueve por encima de su cabeza y lanza contra ellos. Morko lo consigue esquivar, aunque uno de los eslabones le roza en la cabeza, pero Kath no tiene tanta suerte. El gancho le barre las piernas y la muchacha cae al suelo con un grito de dolor. Morko ha escuchado algún hueso romperse.
Martin, Hela y Gowther ven que Renaer se lanza hacia la oscuridad, grita de sorpresa y al cabo de un segundo aparece arrastrando a un inconsciente Guilbert hacia ellos.
Ash sólo escucha los sonidos de batalla a su alrededor e intenta seguir arrastrando a Floon. Intenta calmar al joven nombrando a Volo, Floon se queda quieto bajo su agarre y dice con voz pastosa - Volo.... amigo... - por lo menos deja de luchar contra Ash facilitándole que pueda moverse y salir de la cámara. Ash se apoya contra la pared del pasillo y se bebe una de sus pociones. Norma en mano y preparado para cualquier cosa que se acerque.
Zevatur está sobre Morko, en el techo y ve al ogro atacar. Una bola de fuego le impacta en el pecho. Pese a su natural resistencia al fuego, Zevatur siente el calor de las llamas infernales.
Instintivamente mira hacia el lugar de donde ha venido el ataque y entonces da un grito, entre sorpresa y alegria, al comprobar que la esfera de oscuridad ha desaparecido y gracias a su herencia puede ver a sus enemigos.
Sabe que los compañeros en el pasillo no pueden verlos ya que el ogro está fuera de su visión y el resto están en el fondo de la oquedad del suelo, pero lo que ve le hace temblar.
Apoyado en el hombro de la tiefling, y sujetándose el pecho manchado de sangre y con marcas de fuego, el ser con la cabeza llena de tentáculos mira hacia el pasillo con odio. A sus pies, una redoma de una poción descartada.
Martin saca su arco y se apresta a disparar a cualquier cosa que aparezca, cuando ve que la oscuridad se desvanece, para revelar a la tiefling ayudando a levantarse al illithid que, maltrecho mira hacia ellos con un odio casi palpable.
Martin sacó su arco y analizó la situación, ... parecía que haber derribado al Desollamentes no les había generado la ventaja que esperaban, a su alrededor sólo veía a sus compañeros gravemente heridos, incluso el eladrin tenía su habitualmente inmaculado rostro cubierto de su propia sangre. Al fondo del pasillo podía ver ahora el resto de sus aliados en un estado lamentable o incapacitados. Gritos y dolor...
El pícaro sacó toda la determinación que le quedaba para cubrir a sus amigos e intentar herir a la Tiefling de tez oscura y maestría mágica comparable a las de sus élficos camaradas. Parecía peligrosa y le vio moverse rauda como cuando Gowther activaba sus hechizos de combate. Su esperanza cayó en picado al ver la cabeza del Desollamente, de nuevo incorporado. No pensó más en sus posibilidades de sobrevivir, sino en las de que sus compañeros aguantaran con vida un día más. Un aire inspirador le dio el empujón que faltaba y avanzó entre todos sus aliados a través del decrépito pasillo que conducía a la cámara, ocultó su figura con cierta habilidad para evitar que le vieran aproximarse y ejecutar un disparo más mortífero ... sin embargo, cuando volvió a la sala y tensó la cuerda de su arco, observó como su enemiga le estaba mirando fijamente... con esos ojos como fosas infernales que atravesaban su alma. Su templanza recién adquirida quedó hecha añicos en el proceso.
La flecha salió desviada y se clavó inofensiva entre el adobe de la pared opuesta de la piscina situada en la mitad de la sala. Observó una media sonrisa en su contrincante antes de volver al pasillo gracias a la velocidad alterada por sus botas de plumas de cuervo. Mil maldiciones acudieron a su mente y su ánimo terminó de hundirse en el abismo, ni siquiera se había quedado allí para poder cubrir a sus amigos. Había sido un cobarde una vez más.
En cuanto la oscuridad se retiró Zevatur no pudo dar crédito a sus ojos, extrañas criaturas salidas de una pesadilla llenaba la sala. Desde su posición en el techo, con la sangre agolpandose en su cabeza aún conmocionada, una sola idea se le ocurría. Fuego, todo debía arder. Con la furia de ver a sus compañeros en retirada conjuro el fuego más ardiente de pudo canalizar desde su interior.
El midflyer torno su mirada de odio en sorpresa y alarma y tras echar una mirada inescrutable a la tiefling se fundió en la piedra, desapareciendo instantes antes de que el fuego llenase la piscina.
Una llamarada que estalla con el sonido de un dragon baña a los enemigos. Centrándose donde instantes antes estaba el mindflyer se expande incinerado los desprotegidos cerebros, dañando al ogro e incluso a la tiefling que siente el dolor del fuego es sus propias carnes.
Después zevatur casi sin pensarlo se interpone entre kath y el ogro, que parece dispuesto a atacar sin piedad a la confusa muchacha. Asustado al ver a la mole, pero aliviado al sentir la.sangre abandonar la cabeza sonríe. Quizás esté combate acabe bien, después de todo.
Ash trastabilló empujando a Floon hasta el pasillo donde bebió una poción desesperadamente y tomó aire. Aquellos bastardos les estaban zurrando de lo lindo. ¿Qué eran esas cosas? ¿Porqué le ardía la cabeza por dentro? Los pensamientos se agolpaban es su mollera sin orden ni concierto. Entonces sobrevino el milagro, la oscuridad se hizo a un lado y las llamas lo bañaron todo en la sala de los ladrones. Zevatur! Cuanto se alegraba de tener a chicobestia en su equipo, estaba claro que se había ganado su nombre, ya no era ningún chico. Enardecido por las llamas hinchó los pulmones de nuevo y volvió a empuñar a sus chicas buscando un objetivo en la sala. Ni siquiera sabía quien de los suyos estaban dentro de la sala, pero sus ojos encontraron la silueta de la tiefling. Ash balanceó las espadas, apretando los dientes con la mirada fija en la asesina.
La espera en el pasillo había sido realmente desesperante para la elfa. Después de su incursión en la ilusoria oscuridad y su vuelta para intentar ayudar a sus compañeros a escapar de aquel agujero, se mantuvo alerta y concentrada sin desviar su mirada de la entrada hasta que el último de sus aliados apareciera. Pero eso no ocurrió. Tras escuchar el sonido de la lucha y los gritos de dolor y desesperación que provenían de la sala, aún fue capaz de refrenar sus impulsos y continuar aguardando, pensando que la huida era la mejor opción. Pero ver el estado deplorable de Guilbert siendo arrastrado por Raenar y escuchar los gritos de Kath le afectaron más de lo que hubiera podido imaginar.
Cuando el resplandor de la bola de fuego de Zevatur se consumió, se mantuvo impertérrita unos instantes más con la mirada fija en la entrada. Su bastón refulgía bajo la fuerza de la mano fantasmagórica que lo sujetaba, dispuesto a disparar su magia con tan solo una orden. Y entonces la concentración se disipó y la luz se fue apagando poco a poco. Con determinación la elfa se encaminó hacia la sala, siendo incapaz de seguir esperando.
Nada más asomarse divisó a la rogue al fondo de la estancia y recordó su sonrisa cuando estaba en las alturas; y hubiera sido su principal objetivo si no hubiese detectado el cuerpo de Kath tirado en el suelo y amenazado por la presencia de uno de los ogros que aún seguía en pie. Sin pensarlo dos veces, sin ni siquiera valorar la posibilidad de que Zevatur y Morko eran suficientes para defenderla, enfocó toda su ira hacia aquella mole ingente. Un filo de hielo se abrió paso entre sus capas de grasa, cortándolas con la limpieza y la letalidad de un bisturí hasta llegar a sus órganos vitales, petrificando sus movimientos y su último aliento.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Aquel ataque no hizo más disgregó sus pensamientos, su mente, su misma esencia. Había acabado con aquel ser pero el resultado no fue el que esperaba. Una vez en un lugar seguro, consiguió reunir y templar un poco su mente con la ayuda de su entrenamiento como guerrero. Mientras tanto, una explosión se escuchó de fondo... Debía volver. Al entrar de nuevo en la sala, aquella viscosa oscuridad había desaparecido. El resto de enemigos parecían haber sido derrotados, solo quedaba la tiefling. Sin pensarlo dos veces se lanzó por ella pero su mente no estaba en su lugar y el ataque no impactó. Dada su situación debía tomar una estrategia defensiva. Con una agilidad y rapidez sobrehumana huyó a un lugar seguro.
Me muevo hasta ella.
Cast green flame que falla
Me muevo a q14 (si no recuerdo mal).
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"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Morko se acerca al borde de la piscina y ve en el fondo a la tiefling causante de tantos problemas, señalándola dice: -Kheluzburk ahi tienes a tu enemigo.Las runas del hacha emiten un pequeño fulgor al detectar al enemigo marcado. Agarrando con ambas manos la poderosa hacha, el paladín ejecuta un poderoso lanzamiento, el hacha vuela certera y sus runas se encienden al golpear a la tiefling,que mira con rencor al enano y su gesto se torna en una mueca de desagrado y preocupación cuando ve que el hacha ha reaparecido en las manos de su portador, que no duda en volver a ejecutar un lanzamiento y una vez más las runas del ancestral hacha se encienden imbuidas por el poder vengativo de Moradhin.
Tras efectuar ambos lanzamiento, el paladín ve que sus ataques no han hecho tanto daño como esperaba y dice:- No creas que tus trucos te van a salvar, ahora estas sola y te tenemos rodeada.
Tras haber recuperado algo de fuerzas y constatar que no tiene nada roto, el guerrero se gira para intentar ver algo en la densa oscuridad del pasillo. Escucha la respiraciones agitadas de todos sus compañeros ahí dentro. O de casi todos. Al otro lado del pasillo escucha la voz de Morko y puede ver su figura gracias al fulgor de las runas que iluminan su hacha. El intrépido Ash no necesita más y mientras el enano lanza su hacha cargada con el poder divino de Moradin, lo que le permite distinguir la figura de la tiefling, con Norma en la mano se dirige hacia ella. Cuando el hacha del enano la golpea por segunda vez, Ash está en el borde de la quedas de piedra y salta hacia ella. Cae a su lado y puede escuchar el sonido de su espada dirigiéndose hacia el. Morko mantiene las runas de su hacha encendidas, no es mucho, pero en la total oscuridad es suficiente para que Ash lance una estocada. La pájara es buena, se defiende con maestría de los envites del guerrero y aunque este consigue conectar un par de golpes, ella no para de esquivar y moverse. Cuando Ash cree que la tiene, la tiefling usa su cola para golpear en los ojos al guerrero. Momentáneamente cegado, Ash apenas ve como la hoja de ella se enciende con una llama verde y reacciona casi por instinto y para un ataque alto. Saltan chispas entre ellos que le deslumbran una décima de segundo, lo que necesita ella para girar sobre si misma, arrodillarse sobre una rodilla y clavar su espada en las tripas de Ash. Una vez más el dolor se extiende por todos sus nervios y su cabeza parece arder. La tiefling salta hacia el otro lado de sala, saluda a Ash y Morko y el enano ve como sale por la salida este de la habitación, su figura un borrón de movimiento similar al de Gowther cuando usa su magia.
Cuando el sonido del combate cesa, Martin comenzó a respirar de manera más pausada tranquilizándose poco a poco. Finalmente habían conseguido salvar a Floon de las garras de esta secta de seres con habilidades mentales, pero a que precio. Desactivando la velocidad de sus botas y guardando de nuevo su arco a su espalda se pasea por el pasillo hacia la sala una vez más, observando a sus compañeros maltrechos, su mirada se fija especialmente en Guilbert, cuya mirada parece perdida en el infinito y su única reacción parece ser babear ligeramente emitiendo un murmullo arrullador para sí mismo, el corazón parece detenerse unos segundo cuando ve que Kath ha sufrido un duro castigo y tiene heridas hoyando todo su cuerpo. Arrodillándose un momento junto a ella le pone una mano en el hombro mientras asiente con la cabeza haciéndole entender su buen trabajo en el combate y cierto orgullo hacia su persona.
Al pasar junto a Gowther intenta ocultar su preocupación también, pero el eladrín le impone demasiado como para aparentar opacidad en sus sentimientos, también le pregunta como se encuentra y lamenta no tener más habilidades mágicas curativas para poder ayudar.
Cuando el pícaro llega a la sala, y sabiendo que no se puede volver por el camino tomado a través de las runas mágicas con gente incapacitada, se dispone a registrar las paredes y los umbrales de salida en busca de algún símbolo usado por los gremios de ladrones para indicar salidas ocultas directas al exterior, en teoría, toda organización que se precie tiene varias salidas de emergencia de sus guaridas, y las suelen indicar en su propia escritura encriptada.
Tras el combate y mientras su compañeros revisan la sala en busca de algún objeto de utilidad, Morko se acerca a Kath y Ash y con una plegaria trata de sanar parte de sus heridas mientras dice:- No es mucho pero espero que sirva hasta que salgamos de aquí. Y creo que deberíamos buscar otro camino, no creo que en nuestras actuales circunstancias podamos pasar por los glifos.
-Dada la situación creo que deberíamos cambiar el orden de la marcha, Martín primero, luego yo con Zevatur o Helayna, en medio Guilbert, Kath, Volo y Renard y cerrando el resto y confiemos en no tener que combatir. En cuanto estéis listos partamos, no deberíamos permanecer aquí un minuto mas de lo necesario.
Acercándose a Guibert y Kath, los examina y con un gesto serio dice:- Seguramente un clérigo o paladín de alto rango puedo revertir los efectos de nuestros conpañeros, deberíamos llevarlos a un templo de la ciudad lo antes posible.
Martin se preocupa a ver a Kath. Sus ojos miran alrededor, con las armas en la mano pero carentes de su agilidad, gracia y aplomo habituales. Más bien las sujeta como si recordara vagamente que eso le sirve para protegerse y las mueve hacia Morko cuando este intenta acercarse para curarla pero muy torpemente. Claramente la muchacha está muy asustada y no parece reconocerles. Puede que el ataque de las criaturas le haya afectado como a Floon, el cual, hablando muy despacio dice
- Renaer... amigo...- y ambos se abrazan. Renaer no puede contener las lágrimas de alivio al abrazar a su querido amigo.
Hablando despacio y con calma a Kath, Martin consigue que le mire y en su mirada asustada y perdida se prende algo parecido al reconocimiento cuando mira a Martin. Despacio baja las armas y aunque reacciona apartándose un poco asustada de la mano de Morko, finalmente deja que este la cure un poco. Kath sigue a Martin como un cachorro asustado, muy pegada a él buscando su protección mientras el pícaro revisa las dos salidas en busca de alguna marca, pero no encuentra ninguna.
Cuando está, muy atento, cerca de la salida este, por donde huyó la tiefling, de pronto escucha un gran estruendo proveniente de algún pasillo no muy lejano. Seguramente han provocado un derrumbamiento que aisle esa sala del camino hacia otras zonas controladas por el Gremio de Ladrones de Xanathar.
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Sin apenas pensar en ello. Martin salta hacia delante con sus dos espadas desenfundas y con un corte horizontal hace que la criatura se aparte de Floon con un rugido de dolor. Girando sobre si mismo, el semi-elfo hace otro corte en la pierna del extraño ser, pero esta vez su espada no corta tanto como debería.
Martin se prepara para lo peor ya que está en una sala rodeado de enemigos, pero esta vez sus compañeros aparecen para cubrir sus espaldas.
Guilbert la para algún conjuro sobre el ogro que está a las espaldas de martin, el cual ruge enfurecido.
Antes de que nadie pueda reaccionar, Ash está frente Floon, interponiéndose entre el y el mind flayer. Norma corta una vez pero en su segundo corte Ash descubre que no está tan desprotegido como parecía ya que bajo la túnica porta una extraña armadura que deflecta el filo de su chica favorita.
La tiefling ha empezado a moverse en cuanto a detectado el borrón de movimiento de Martin.
Musitando una palabra en un idioma extraño todas las luces se apagan.
Más bien, es como si hubiera caído un manto de oscuridad sobre todos ellos.
Ash siente un dolor punzante en la cabeza, como si alguien hubiera introducido un cuchillo al rojo vivo en su cerebro.
El pasillo se encuentra en la oscuridad más absoluta, ya que ellos habían apagado sus luces para no ser descubiertos, sin embargo podía escuchar los sonidos de la batalla delante.
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Aunque sólo distingue sombras, Zevatur, utilizando sus sandalias mágicas, comienza a andar por la pared y entra en la habitación por el techo del pasillo hasta la pared de la sala. Desde su posición elevada puede ver que la mágica oscuridad cubre la mayoría de la sala, pero aún puede distinguir a la tiefling en una esquina de la sala, mirando hacia el interior de la oscuridad. El hechicero lanza su energía mágica contra ella, alcanzándola en el pecho y sorprendiéndola, gira sobre sí misma y el segundo rayo la impacta en el hombro, pero esta vez parece mucho más preparada y sonríe a Zevatur.
- Hmmm interesante - dice
El tiefling grita a sus amigos dónde está la tielfling con la esperanza que puedan romper el hechizo de oscuridad.
Guilbert que algo pasa a su lado, pellizcándole las nalgas. Helanya ha entrado en la sala y se ve envuelta en la oscuridad. Recuerda que Gloom le ha dicho muchas veces que desde el aire las cosas se ven de otra manera, y, lanzando un conjuro, se eleva y, casi tocando el techo, se libra por fin de la oscuridad y puede ver a la tiefling, la cual la mira y sonríe.
Es entonces cuando Guilbert se ve empujado al otro lado y comienza a plantearse que quizá no ha elegido la mejor posición táctica. Espera un segundo... ¿alguien le ha pellizcado el culo otra vez?. Gowther se mueve rápidamente y gracias a las indicaciones de Zevatur puede librarse de la oscuridad para ver a la hechicera con una espada desenvainada, y aunque está fuera de su alcance para atacarla con Aegnor, le lanza el pequeño cuchillo que había adquirido para poder obtener uno de sus complejos componentes de hechizos.
La pequeña hoja la impacta pero ella ni siquiera se inmuta, tan sólo se coloca en guardia para enfrentarse al Eladrin desenvainando una daga también.
Kath no ve absolutamente nada, pero escucha las voces de sus amigos y sabe que están luchando delante. Pasa al lado de Guilbert mascullando un "échate a un lado!" y se topa practicamente de bruces con el enorme cuerpo de uno de los ogros y casi por instinto realiza dos cortes con sus espadas. No es dificil acertar a la enorme criatura y ruge de dolor cuando las espadas cortan su carne.
Morko sabe que entre él y el combate está Guilbert en mitad del pasillo...
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El paladín sigue a sus compañeros sin pensaserlo dos veces y justo cuando la oscuridad se viernes sobre ellos recuerda sus días de entrenamiento. En la más absoluta oscuridad mantén un punto de referencia, en este caso la pared.
Sin saber si iba bien encaminado el paladín sigue la pared rozandola con su pie derecho. No ha dado ni dos pasos cuando siente la refriega del combate justo enfrente y sin dudarlo balancea su hacha hacia delante. El sonido de dolor, que sale de una garganta claramente no humana, alentar al paladín a proseguír sus ataques. Carga de nuevo el hacha, pero en la oscuridad no puede ver que Gilbert tratando de hacer caso a Kath se ha puesto justo a su lado, el azar hace que la gaita suelte un pequeño silbido y el sonido hace que el enano varie por completo el movimiento, fallando por completo y casi acertando al bardo que no sabe cómo siente la ráfaga de aire que le pasa a la altura de la cadera.
Maldiciendo acerca de donde podrían meterse los magos sus oscuridades, se preparara para tratar de seguir avanzando.
Martin pareció sentir cierto aire de alivio cuando vio a Floon ser liberado de los mortales tentáculos del extraño ser, su sacrificio podría haber no sido en vano, sin embargo esa sensación no duró demasiado. A pesar de haber cortado profundamente a su enemigo y haberle hecho sangrar fluidos viscosos sobre el suelo de la estancia, parecía no haberle hecho el suficiente daño para incapacitarlo y dependía de que lo remataran sus aliados. Fue cuando todo se volvió oscuridad a su alrededor y sus escasas posibilidades de salir victoriosos se diluyeron, como gotas de sangre en un matadero.
Oyó a su lado a Ash gritar de dolor y horror, más o menos donde estaba el joven secuestrado, y le espetó con fuerza, a pesar de no saber exactamente las condiciones en las que se encontraba el fornido guerrero. - ¡¡¡ Por los Dioses Ash, llévate a Floon, sácalo de aquí ... !!! Sólo esperaba que su compañero no hubiera sido atrapado por los mismos horrendos tentáculos como lo había sido previamente el inofensivo humano, puesto que al parece su asalto sorpresa no había sido tal, al menos no al cien por cien.
Alrededor suya se escucharon más golpes, alaridos y sonido de batalla, ... sin duda todos estaban ya en plena trifulca, pero el semielfo seguía preocupado, en teoría debía alejarse y usar los ataques a distancia como habían hablado, manteniendo una estrategia inteligente, pero por otro lado, tenía que cubrir a Ash hasta que sacara a Floon del peligro, y eso implicaba quedarse un poco más y hacer frente al aberrante ser que tenía delante, ... la oscuridad hizo mella en él, no sólo afectó a su vista, sino que quizás tocó también algo más, muy enterrado dentro del asesina. No pudo evitar temblar aterrado.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
La repentina oscuridad sorpedió al bardo antes de poder memorizar la disposición de las piezas sobre el tablero. Había elegido un lugar resguardado para mantener la concentración sobre su nuevo amigo.. porque si el enemigo de tu enemigo.. pero pronto descubrió lo incómodo de su posición cuando todo tipo de razas deben pasar en tinieblas a tu lado.
Ģracias a sus nalgas descubrió que si bien él era incapaz de verse la mano a un palmo parecía que la elfa y el halfling de allende los planos no sufrían sus mismas limitaciones. El silbar de un hacha tal vez demasiado cerca de su cuerpo le hizo dudar si los enanos carecían de esas capacidades.. Quizá esa forma de luchar en la oscuridad de las cuevas era la razón de un índice demográfico tan bajo.
Guilbert era un fabuloso músico, pero un gran talento oculto era un fenomenal oído. Desde pequeño ya era capaz de imitar voces y sonidos así como reconocer notas. Y eso hizo para no verse tan limitado en aquel sótano inmundo. Primero pasó Hela y sus delicadas manos sobre sus posaderas. No podía ser otra porque la siguiente figura esbelta parecía desenfundar un arma.. ese debía ser Gowther. Aprovechó entonces para interpretar con su flauta las dulces notas que habia escuchado al mago tocar con sugestivo en temporada unas baches atrás. Esperaba con eso que el elfo sintiera una motivación al recordar quizá a su plano o quizá a sus gentes y pudiera sentirse un poco menos sólo.
BA combat inspiration a Gowther.
De pronto escucho unas pisadas extrañas.. No por su sonidomsino por su procedencia, la pared. Recordó entonces ver al tiefling andando por el techo cual araña cuando el bardo les ayudó a abrir aquella pesada losa en la torre abandonada del mago. Debía ser él. Por último las armaduras delataron a los que faltaban.. Kath y el enano embutido en una armadura completa arrastrando un pie por la pared. Sin duda una técnica muy útil y que el mismo bardo había usado más de una y de quince veces para llegar a casa después de haber abusado del vino peleón...
Estos dos últimos no llegaron mucho más lejos.. y entre empujones y lanzadas estaba claro que forcejeaban con uno de los otros. Siguiendo sus instintos y su oído aprovechó dos momentos donde sus compañeros parecían estar a un lado para lanzar estocadas a aquella criatura. El acero de su sable dio con carne, lacerando con cierta resistencia haciendo consciente al bardo del éxito de su ataque.
Aún con el flautin en la mano decidió continuar tocando y poder ser una referencia para sus compañeros como lo es un faro en la más profunda de las noches.
La tiefling guiñó un ojo a Gowther y se lanzó de cabeza a la oscuridad, como quien se tira desde una roca a un lago. El eladrin perdió su forma en la oscuridad.
Floon gritaba y se debatía bajo el firme agarre de Ash. Era normal, debía pensar que aún era presa del ser con tentáculos, pero demonios le hacia la tarea de cargar con el subiendo aquellos extraños escalones mucho más complicada. Con Norma preparada, pues sabía que alguien le atacaría en algún momento, se dio cuenta de que no podía empujar más al chico, había alguien ahí, luchando. Tras un rápido intercambio comprobó que era Kath. Aquella muchacha era brava. Debía estar peleando contra la monstruosidad que guardaba la puerta.
Sin embargo, antes de que Ash pudiera dar alguna orden sus sentidos de guerrero acentuados en cien batallas actuaron por él. Giró sobre sí mismo y movió a Norma en un arco amplio frente a él, la punta hacia abajo. Sus reflejos no se equivocaban, a la altura de su corazón su acero chocó con acero y consiguió desviar la hoja lo justo para evitar que le atravesara el corazón. Aún así, maldita fuera la mano que empuñaba aquella arma, la estocada fue certera y se hundió en su peto, atravesando la armadura y perforando carne y músculo. El movimiento de Ash hizo que la afilada hoja se desviara y no le perforara un pulmón, pero estuvo cerca. Pero eso no fue lo peor. Había sufrido heridas antes pero aquella espada, según se abría camino por su cuerpo, parecía quemarle el cerebro. Todos sus nervios chillaron a la vez de dolor y dejaron un tremendo dolor de cabeza a Ash cuando la hoja se retiró. La hoja quemaba, y Ash podía sentir las llamas y el calor repartiéndose por toda su armadura. La única parte buena es que apenas sangraría, ya que la herida quedó cauterizada.
Ash escuchó a Kath chillar de dolor y pudo oler a más carne quemada.
Rodilla en el suelo el valiente guerrero trazó un arco con su espada para intentar devolverle el favor a quien fuera, pero estaba lejos de su alcance.
El semielfo escuchó la voz de Ash quejarse de dolor un poco más alejado de lo que estaba, por lo menos le había hecho caso y estaba alejando a Floon, o al menos eso esperaba.
Los agudos sentidos de Martin escucharon un leve quejido de cuero, sintió como el aire se movía a su espalda y comenzó a girar para evitar el ataque que sabía venía. Sin embargo una espada le produjo un corte en su costado, mientras el semi-elfo se encaraba hacia donde estaba ese nuevo atacante. Lo peor no era el corte que le habían hecho, lo peor fue el dolor que se extendió por todos sus nervios como un ácido que le fuera quemando por dentro hasta llegar a su cabeza.
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Intentando ahogar el grito de dolor, provocado por el shock mental que recorría los nervios y su cabeza, el pícaro decidió seguir las órdenes del estratega Ash y retirarse a una posición más alejada para pasar a usar ataques a distancia. En las condiciones actuales, apenas podría aportar a sus compañeros en combate algo, así que se decidió por re-posicionarse.
- Tendremos que dejar este baile para otra ocasión ... , Martin deslizó sus palabras con un susurro hacia la Tiefling, suficientemente alto como para que ella pudiera oírlas. Aunque no la veía, él sabía que andaba muy cerca.
Con una ágil finta, y un estudiado amago, a pesar de la carencia de visión, el pícaro se zafó de su contrincante, y tras activar sus botas de velocidad, salió rápido en la misma dirección por la que había entrado.
En el camino se topó con un enjambre de personas, armas en movimiento, combatientes ciegos y traseros pellizcados, pero su innata agilidad y alerta le hizo esquivar a cada uno de ellos hasta que salió del manto de oscuridad que le rodeaba y el largo pasillo oscuro del que vinieron, le dio la bienvenida de nuevo. A pesar de la oscuridad, ahí podía ver y siguió su camino hasta que alcanzó máximo rango mientras guardaba sus dos espadas cortas, disponiéndose a sacar su arco largo.
Bonus Action: Activar Botas de Velocidad - Action: Disengage - Movement: hasta 60 pies en dirección del pasillo por el que hemos entrado (máxima distancia posible que mantenga visible la entrada de la sala)
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Zevatur, desde su posición privilegiada, decide ayudar a sus compañeros que luchan enconadamente contra el enorme ogro. Un rayo de energía divina golpea a la criatura, causándole graves quemaduras. Al tiefling le parece que en lugar de estar rodeado por oscuridad, ahora parece que puede ver completamente el perfil del ogro. Sus amigos en el interior de la oscuridad lo van a tener más fácil gracias a la magia residual de su hechizo.
Helanya no ve la situación nada clara y opta por retirarse estrategicamente al pasillo para preparar la huida de sus amigos.
Gowther confía en sus habilidades y se interna en la oscuridad. Por un momento sus pies no encuentran suelo donde apoyarse, aun así, sus reflejos le hacen caer de pie unos metros más abajo, por suerte nadie ha podido ver este traspiés en su elegante danza mortal.
Aegnor se encinde de llamas cuando el eladrin corta hacia donde supone que tiene que estar su enemigo. El satisfactorio sonido de la hoja encontrando su objetivo anima a Gowther a girar sobre sí mismo, y clavar la espada en la criatura. Aegnor atraviesa el pecho de la delgada figura. Todos escuchan un grito de dolor en sus mentes y luego se produce el silencio. Gowther escucha el sonido de un cuerpo inerte cayendo al suelo cuando retira su espada.
Casi al instante la mayoría de ellos sufren un ataque mental. Pillado desprevenido, Gowther siente un tremendo dolor de cabeza y comienza a sangrar por oidos, nariz y ojos. Pero eso no es lo peor. Lo peor es que de pronto se siente mucho más desconcentrado, mucho más perdido. No es una sensación agradable. PEse advertir a sus compañeros de lo ocurrido con el Ithillid, decide abandonar la sala para poder recuperarse.
Pasa, sin ser consciente de ello, por encima de un incosciente Guilbert que está en el suelo, el ataque psíquico le ha afectado mucho más que Gowther.
El ogro con la cabeza de insecto tentacular se abalanza sobre el paladin. Morko siente, más que ve, el ataque, y aunque intenta pararlo no lo consigue. Enseguida siente como uno de los tentáculos se aferra a su piel y otro a su pierna. Los tentáculos le agarran y le llevan a la que debe ser la boca de la criatura, pero su fuerte armadura desvía el golpe de las mandíbulas en forma de pico que tiene la bestia.
Kath falla su primer ataque, cortando el aire donde creía que estaba el ogro, pero gira sobre si misma y clava la otra espada profundamente en el cuerpo del ogro. Con un gorgoteo de sangre, el ogro cae muerto al suelo.
Ash puede escuchar las garras en el suelo de piedra mientras las criaturas cuadrúpedas que vio antes de que cayera la oscuridad comienzan a moverse. Se prepara para el inevitable ataque, listo para descargar su arma contra el primero que se acercase. Por desgracia para Ash no necesitan acercarse.
Un dolor similar al que ha sentido antes, pero muchísimo más intenso se apodera de su cabeza. Como si una fuerza externa estuviera estrujando sus cerebros. Grita, casi incapaz de respirar. Cuando la opresión se aparta, Ash se siente muy aturdido, le cuesta poder enlazar dos pensamientos. Cerca de él escucha a Kath balbucear algo inenteligible.
Con un grito de guerra, Renaer se lanza hacia delante por el pasillo. Tropieza con Guilbert al entrar en la oscuirdad y, agarrando por los hombros al incosnciente bardo, comienza a tirar de él para sacarlo de allí.
El paladin, liberado del agarre de los tentáculos por el certero ataque de Kath ahora escucha a la muchacha balbucear algo inentiligible a su lado...
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Morko se toma un respiro cuando siente que el enemigo al que se hacía frente cae. No ve nada, no sabe nada de sus compañeros, solo sabe que Kath está por ahí cerca. El paladín agarra a Kath y carga con ella mientras sigue la pared. Claramente hay algo que está atacando por donde han venido por lo que el enano piensa que lo mejor es sacarla de ahí en medio hasta que se recupere.
Con ese pensamiento el enano se mueve siguiendo la pared, hasta que de repente ya no se ve dentro de la oscuridad mágica. Deja a Kath pegada a la esquina y se vuelve para hacer frente a lo que sea que salga de la oscuridad.
Kath se queda apoyada en la pared, mira al enano como si no lo reconociera y parece bastante asustada, mirando en todas direcciones. Morko no sabe qué le ha podido pasar, pero si sabe que no debe de ver nada pese a estar fuera de la oscuridad mágica.
De repente, saliendo de la zona de oscuridad, un ogro se abalanza sobre ellos rugiendo. No sale de la oquedad que hay en el centro de la sala, pero no le hace falta, porta una pesada cadena rematada en un peligroso gancho afilado que mueve por encima de su cabeza y lanza contra ellos. Morko lo consigue esquivar, aunque uno de los eslabones le roza en la cabeza, pero Kath no tiene tanta suerte. El gancho le barre las piernas y la muchacha cae al suelo con un grito de dolor. Morko ha escuchado algún hueso romperse.
Martin, Hela y Gowther ven que Renaer se lanza hacia la oscuridad, grita de sorpresa y al cabo de un segundo aparece arrastrando a un inconsciente Guilbert hacia ellos.
Ash sólo escucha los sonidos de batalla a su alrededor e intenta seguir arrastrando a Floon. Intenta calmar al joven nombrando a Volo, Floon se queda quieto bajo su agarre y dice con voz pastosa - Volo.... amigo... - por lo menos deja de luchar contra Ash facilitándole que pueda moverse y salir de la cámara. Ash se apoya contra la pared del pasillo y se bebe una de sus pociones. Norma en mano y preparado para cualquier cosa que se acerque.
Zevatur está sobre Morko, en el techo y ve al ogro atacar. Una bola de fuego le impacta en el pecho. Pese a su natural resistencia al fuego, Zevatur siente el calor de las llamas infernales.
Instintivamente mira hacia el lugar de donde ha venido el ataque y entonces da un grito, entre sorpresa y alegria, al comprobar que la esfera de oscuridad ha desaparecido y gracias a su herencia puede ver a sus enemigos.
Sabe que los compañeros en el pasillo no pueden verlos ya que el ogro está fuera de su visión y el resto están en el fondo de la oquedad del suelo, pero lo que ve le hace temblar.
Apoyado en el hombro de la tiefling, y sujetándose el pecho manchado de sangre y con marcas de fuego, el ser con la cabeza llena de tentáculos mira hacia el pasillo con odio. A sus pies, una redoma de una poción descartada.
Martin saca su arco y se apresta a disparar a cualquier cosa que aparezca, cuando ve que la oscuridad se desvanece, para revelar a la tiefling ayudando a levantarse al illithid que, maltrecho mira hacia ellos con un odio casi palpable.
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Martin sacó su arco y analizó la situación, ... parecía que haber derribado al Desollamentes no les había generado la ventaja que esperaban, a su alrededor sólo veía a sus compañeros gravemente heridos, incluso el eladrin tenía su habitualmente inmaculado rostro cubierto de su propia sangre. Al fondo del pasillo podía ver ahora el resto de sus aliados en un estado lamentable o incapacitados. Gritos y dolor...
El pícaro sacó toda la determinación que le quedaba para cubrir a sus amigos e intentar herir a la Tiefling de tez oscura y maestría mágica comparable a las de sus élficos camaradas. Parecía peligrosa y le vio moverse rauda como cuando Gowther activaba sus hechizos de combate. Su esperanza cayó en picado al ver la cabeza del Desollamente, de nuevo incorporado. No pensó más en sus posibilidades de sobrevivir, sino en las de que sus compañeros aguantaran con vida un día más. Un aire inspirador le dio el empujón que faltaba y avanzó entre todos sus aliados a través del decrépito pasillo que conducía a la cámara, ocultó su figura con cierta habilidad para evitar que le vieran aproximarse y ejecutar un disparo más mortífero ... sin embargo, cuando volvió a la sala y tensó la cuerda de su arco, observó como su enemiga le estaba mirando fijamente... con esos ojos como fosas infernales que atravesaban su alma. Su templanza recién adquirida quedó hecha añicos en el proceso.
La flecha salió desviada y se clavó inofensiva entre el adobe de la pared opuesta de la piscina situada en la mitad de la sala. Observó una media sonrisa en su contrincante antes de volver al pasillo gracias a la velocidad alterada por sus botas de plumas de cuervo. Mil maldiciones acudieron a su mente y su ánimo terminó de hundirse en el abismo, ni siquiera se había quedado allí para poder cubrir a sus amigos. Había sido un cobarde una vez más.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
En cuanto la oscuridad se retiró Zevatur no pudo dar crédito a sus ojos, extrañas criaturas salidas de una pesadilla llenaba la sala. Desde su posición en el techo, con la sangre agolpandose en su cabeza aún conmocionada, una sola idea se le ocurría. Fuego, todo debía arder. Con la furia de ver a sus compañeros en retirada conjuro el fuego más ardiente de pudo canalizar desde su interior.
El midflyer torno su mirada de odio en sorpresa y alarma y tras echar una mirada inescrutable a la tiefling se fundió en la piedra, desapareciendo instantes antes de que el fuego llenase la piscina.
Una llamarada que estalla con el sonido de un dragon baña a los enemigos. Centrándose donde instantes antes estaba el mindflyer se expande incinerado los desprotegidos cerebros, dañando al ogro e incluso a la tiefling que siente el dolor del fuego es sus propias carnes.
Después zevatur casi sin pensarlo se interpone entre kath y el ogro, que parece dispuesto a atacar sin piedad a la confusa muchacha. Asustado al ver a la mole, pero aliviado al sentir la.sangre abandonar la cabeza sonríe. Quizás esté combate acabe bien, después de todo.
Action fireball
Move: ponerse entre el ogro y kath
Zevatur, Rolthos
Ash trastabilló empujando a Floon hasta el pasillo donde bebió una poción desesperadamente y tomó aire. Aquellos bastardos les estaban zurrando de lo lindo. ¿Qué eran esas cosas? ¿Porqué le ardía la cabeza por dentro? Los pensamientos se agolpaban es su mollera sin orden ni concierto. Entonces sobrevino el milagro, la oscuridad se hizo a un lado y las llamas lo bañaron todo en la sala de los ladrones. Zevatur! Cuanto se alegraba de tener a chicobestia en su equipo, estaba claro que se había ganado su nombre, ya no era ningún chico. Enardecido por las llamas hinchó los pulmones de nuevo y volvió a empuñar a sus chicas buscando un objetivo en la sala. Ni siquiera sabía quien de los suyos estaban dentro de la sala, pero sus ojos encontraron la silueta de la tiefling. Ash balanceó las espadas, apretando los dientes con la mirada fija en la asesina.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
La espera en el pasillo había sido realmente desesperante para la elfa. Después de su incursión en la ilusoria oscuridad y su vuelta para intentar ayudar a sus compañeros a escapar de aquel agujero, se mantuvo alerta y concentrada sin desviar su mirada de la entrada hasta que el último de sus aliados apareciera. Pero eso no ocurrió. Tras escuchar el sonido de la lucha y los gritos de dolor y desesperación que provenían de la sala, aún fue capaz de refrenar sus impulsos y continuar aguardando, pensando que la huida era la mejor opción. Pero ver el estado deplorable de Guilbert siendo arrastrado por Raenar y escuchar los gritos de Kath le afectaron más de lo que hubiera podido imaginar.
Cuando el resplandor de la bola de fuego de Zevatur se consumió, se mantuvo impertérrita unos instantes más con la mirada fija en la entrada. Su bastón refulgía bajo la fuerza de la mano fantasmagórica que lo sujetaba, dispuesto a disparar su magia con tan solo una orden. Y entonces la concentración se disipó y la luz se fue apagando poco a poco. Con determinación la elfa se encaminó hacia la sala, siendo incapaz de seguir esperando.
Nada más asomarse divisó a la rogue al fondo de la estancia y recordó su sonrisa cuando estaba en las alturas; y hubiera sido su principal objetivo si no hubiese detectado el cuerpo de Kath tirado en el suelo y amenazado por la presencia de uno de los ogros que aún seguía en pie. Sin pensarlo dos veces, sin ni siquiera valorar la posibilidad de que Zevatur y Morko eran suficientes para defenderla, enfocó toda su ira hacia aquella mole ingente. Un filo de hielo se abrió paso entre sus capas de grasa, cortándolas con la limpieza y la letalidad de un bisturí hasta llegar a sus órganos vitales, petrificando sus movimientos y su último aliento.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Aquel ataque no hizo más disgregó sus pensamientos, su mente, su misma esencia. Había acabado con aquel ser pero el resultado no fue el que esperaba. Una vez en un lugar seguro, consiguió reunir y templar un poco su mente con la ayuda de su entrenamiento como guerrero. Mientras tanto, una explosión se escuchó de fondo... Debía volver. Al entrar de nuevo en la sala, aquella viscosa oscuridad había desaparecido. El resto de enemigos parecían haber sido derrotados, solo quedaba la tiefling. Sin pensarlo dos veces se lanzó por ella pero su mente no estaba en su lugar y el ataque no impactó. Dada su situación debía tomar una estrategia defensiva. Con una agilidad y rapidez sobrehumana huyó a un lugar seguro.
Me muevo hasta ella.
Cast green flame que falla
Me muevo a q14 (si no recuerdo mal).
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Morko se acerca al borde de la piscina y ve en el fondo a la tiefling causante de tantos problemas, señalándola dice: -Kheluzburk ahi tienes a tu enemigo.Las runas del hacha emiten un pequeño fulgor al detectar al enemigo marcado. Agarrando con ambas manos la poderosa hacha, el paladín ejecuta un poderoso lanzamiento, el hacha vuela certera y sus runas se encienden al golpear a la tiefling,que mira con rencor al enano y su gesto se torna en una mueca de desagrado y preocupación cuando ve que el hacha ha reaparecido en las manos de su portador, que no duda en volver a ejecutar un lanzamiento y una vez más las runas del ancestral hacha se encienden imbuidas por el poder vengativo de Moradhin.
Tras efectuar ambos lanzamiento, el paladín ve que sus ataques no han hecho tanto daño como esperaba y dice:- No creas que tus trucos te van a salvar, ahora estas sola y te tenemos rodeada.
Tras haber recuperado algo de fuerzas y constatar que no tiene nada roto, el guerrero se gira para intentar ver algo en la densa oscuridad del pasillo. Escucha la respiraciones agitadas de todos sus compañeros ahí dentro. O de casi todos.
Al otro lado del pasillo escucha la voz de Morko y puede ver su figura gracias al fulgor de las runas que iluminan su hacha.
El intrépido Ash no necesita más y mientras el enano lanza su hacha cargada con el poder divino de Moradin, lo que le permite distinguir la figura de la tiefling, con Norma en la mano se dirige hacia ella.
Cuando el hacha del enano la golpea por segunda vez, Ash está en el borde de la quedas de piedra y salta hacia ella.
Cae a su lado y puede escuchar el sonido de su espada dirigiéndose hacia el. Morko mantiene las runas de su hacha encendidas, no es mucho, pero en la total oscuridad es suficiente para que Ash lance una estocada.
La pájara es buena, se defiende con maestría de los envites del guerrero y aunque este consigue conectar un par de golpes, ella no para de esquivar y moverse. Cuando Ash cree que la tiene, la tiefling usa su cola para golpear en los ojos al guerrero. Momentáneamente cegado, Ash apenas ve como la hoja de ella se enciende con una llama verde y reacciona casi por instinto y para un ataque alto. Saltan chispas entre ellos que le deslumbran una décima de segundo, lo que necesita ella para girar sobre si misma, arrodillarse sobre una rodilla y clavar su espada en las tripas de Ash.
Una vez más el dolor se extiende por todos sus nervios y su cabeza parece arder.
La tiefling salta hacia el otro lado de sala, saluda a Ash y Morko y el enano ve como sale por la salida este de la habitación, su figura un borrón de movimiento similar al de Gowther cuando usa su magia.
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Cuando el sonido del combate cesa, Martin comenzó a respirar de manera más pausada tranquilizándose poco a poco. Finalmente habían conseguido salvar a Floon de las garras de esta secta de seres con habilidades mentales, pero a que precio. Desactivando la velocidad de sus botas y guardando de nuevo su arco a su espalda se pasea por el pasillo hacia la sala una vez más, observando a sus compañeros maltrechos, su mirada se fija especialmente en Guilbert, cuya mirada parece perdida en el infinito y su única reacción parece ser babear ligeramente emitiendo un murmullo arrullador para sí mismo, el corazón parece detenerse unos segundo cuando ve que Kath ha sufrido un duro castigo y tiene heridas hoyando todo su cuerpo. Arrodillándose un momento junto a ella le pone una mano en el hombro mientras asiente con la cabeza haciéndole entender su buen trabajo en el combate y cierto orgullo hacia su persona.
Al pasar junto a Gowther intenta ocultar su preocupación también, pero el eladrín le impone demasiado como para aparentar opacidad en sus sentimientos, también le pregunta como se encuentra y lamenta no tener más habilidades mágicas curativas para poder ayudar.
Cuando el pícaro llega a la sala, y sabiendo que no se puede volver por el camino tomado a través de las runas mágicas con gente incapacitada, se dispone a registrar las paredes y los umbrales de salida en busca de algún símbolo usado por los gremios de ladrones para indicar salidas ocultas directas al exterior, en teoría, toda organización que se precie tiene varias salidas de emergencia de sus guaridas, y las suelen indicar en su propia escritura encriptada.
Investigation: 9
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Tras el combate y mientras su compañeros revisan la sala en busca de algún objeto de utilidad, Morko se acerca a Kath y Ash y con una plegaria trata de sanar parte de sus heridas mientras dice:- No es mucho pero espero que sirva hasta que salgamos de aquí. Y creo que deberíamos buscar otro camino, no creo que en nuestras actuales circunstancias podamos pasar por los glifos.
-Dada la situación creo que deberíamos cambiar el orden de la marcha, Martín primero, luego yo con Zevatur o Helayna, en medio Guilbert, Kath, Volo y Renard y cerrando el resto y confiemos en no tener que combatir. En cuanto estéis listos partamos, no deberíamos permanecer aquí un minuto mas de lo necesario.
Acercándose a Guibert y Kath, los examina y con un gesto serio dice:- Seguramente un clérigo o paladín de alto rango puedo revertir los efectos de nuestros conpañeros, deberíamos llevarlos a un templo de la ciudad lo antes posible.
Martin se preocupa a ver a Kath. Sus ojos miran alrededor, con las armas en la mano pero carentes de su agilidad, gracia y aplomo habituales. Más bien las sujeta como si recordara vagamente que eso le sirve para protegerse y las mueve hacia Morko cuando este intenta acercarse para curarla pero muy torpemente. Claramente la muchacha está muy asustada y no parece reconocerles. Puede que el ataque de las criaturas le haya afectado como a Floon, el cual, hablando muy despacio dice
- Renaer... amigo...- y ambos se abrazan. Renaer no puede contener las lágrimas de alivio al abrazar a su querido amigo.
Hablando despacio y con calma a Kath, Martin consigue que le mire y en su mirada asustada y perdida se prende algo parecido al reconocimiento cuando mira a Martin. Despacio baja las armas y aunque reacciona apartándose un poco asustada de la mano de Morko, finalmente deja que este la cure un poco. Kath sigue a Martin como un cachorro asustado, muy pegada a él buscando su protección mientras el pícaro revisa las dos salidas en busca de alguna marca, pero no encuentra ninguna.
Cuando está, muy atento, cerca de la salida este, por donde huyó la tiefling, de pronto escucha un gran estruendo proveniente de algún pasillo no muy lejano. Seguramente han provocado un derrumbamiento que aisle esa sala del camino hacia otras zonas controladas por el Gremio de Ladrones de Xanathar.
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