Tras el descubrimiento de sus compañeros, Gowther les siguió pensando en el último combate. Un simple fallo de cálculo le había costado caer al suelo en un parpadeo. Debía entrenar más, mejorar sus habilidades marciales. El rol que tenía en el grupo desde que llegó se encontraba en primera línea de combate protegiendo a sus compañeros. No podía permitirse caer en combate... Además, Aegnor le había elegido a el... Debía estar a la altura...
Ante las palabras del mestizo, el El'Tael se limitó a asentir con la cabeza y proponer su magia de protección si finalmente realizaban un descanso en aquel lugar.-Si lo veis conveniente puedo invocar un domo protector.-Si descansaban tal vez tuviera tiempo de recuperar parte de los recursos empleados.
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"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Ash sonrió ante el cambio de actitud de Helayna, más descarada, más picante.
—No creo que sea buena idea descansar aquí —respondió a la sugerencia de descansar de Martin—. Cuando acaben de matarse por la corona a alguien se le ocurrirá revisar el pasadizo. Más nos vale estar lejos cuando eso pase. Hay que salir de aquí aprovechando la confusión, no tendremos una ventana mejor. Si encontramos un carro ahí fuera podemos simular un reparto de alimentos para el frente y escondernos entre los sacos. ¿Alguna otra idea?
El guerrero miró a los demás en espera de alternativas.
Martin no encontró nada relevante en su somera inspección del almacén, salvo el abierto tonel de frutas que sus compañeros saqueaban contentos. Guilbert se llevó aquella extraña fruta morada y bulbosa a la boca casi sin pensar, sin duda un alimento cultivado en aquellas cavernas por los duergar El tacto y la textura de asemejaban a un hongo, pero el interior de color anaranjado y cuyo corazón estaba lleno de semillas le recordaron al bardo las frutas exóticas traídas de más allá del océano a los puertos de Waterdeep.
Martin consiguió abrir la puerta cerrada y se encuentró en un pasillo familiar, que va de norte a sur. Hacia el norte, en la misma pared, una puerta similar a la que acaba de abrir. Frente a él, entre las dos puertas, el inodoro por el que entraron subrepticiamente en la fortaleza duergar. Hacia el norte el pasillo que lleva a las celdas y la sala de tiritas y hacia el sur el que llevaba a las escaleras que suben al resto del complejo.
La Reina parecía sonreírles una vez más. Estaban a punto de conseguirlo.
Precavido y profesional dio unos pasos en ambas direcciones y se aseguró de que no había ninguna patrulla enana buscándoles por allí. De momento estaba todo despejado pero ¿por cuánto tiempo? ¿Cuántos generales o consejeros conocían la existencia del pasadizo y entradas secretas? El semielfo, pese a la ventaja que tenían, sentía el apremio de poner cuanta más distancia entre ellos y la fortaleza mejor. Seeker voló de su hombro en silencio hasta el inodoro, posándose en el marco se la puerta secreta que seguía abierta y que daba a la libertad.
El semielfo sonrió por primera vez en días aliviado, volviendo sobre sus pasos informó a todo el grupo en voz baja, pero justo la necesaria para que fuera escuchado y poco más.
- Estamos al lado de la puerta secreta por la que accedimos a la fortaleza hace una hora, sigue abierta y lista para ser usada, seguidme, ... me iré adelantando para buscar el mecanismo que desactive la cascada.
Martin corrió en silencio hasta la puerta secreta indicando el camino a sus compañeros, y una vez que se aseguró que todos estaban pasando, se alejó en la gruta para poder buscar ese maldito mecanismo que se habían dejado por explorar cuando accedieron tiempo atrás. La premura les había hecho ahorrar tiempo antes, pero lo estaban pagando ahora.
Con movimientos rápidos pese al cansancio y las heridas, pero con la adrenalina aún corriendo por sus venas, todos pasaron rápidamente al pasadizo secreto que les había llevado al interior de la fortaleza. Kath fue la última, cerrando todas las puertas que cruzaban. La puerta secreta del almacén, la del almacén, la del inodoro y finalmente la puerta secreta que les llevaba al pasadizo secreto. El ruido de botas y gritos de enanos por los pasillos les recordó a todos que aún no estaban fuera de peligro y que solo era cuestión de tiempo que algún general que conociera el secreto fuera informado.
Se reunieron con Martin al final del mismo, comenzando a sudar de nuevo por el calor que despedía la eterna cascada de lava que les cubría de ojos enemigos pero también les impedía salir de allí.
Frustrado el semielfo no encontró ningún mecanismo que desviara mediante algún complejo sistema la cascada ígnea que caía frente a ellos. Constató que no era un fallo suyo por no encontrarlo si no que, sencillamente no había tal mecanismo. Los reyes duergar debían de utilizar algún hechizo similar al que Helayna usó al entrar para franquear el magmatico obstáculo.
Zevatur sintió que la misión podía acabar con en triunfo, pero sus animos se enfriaron al encontrarse ante la cascada de laba. En su arsenal de recursos no tenia nada para itentar cruzarlo. Ninguno de los conjuros le servia, aunque tampoco tenia mucha mas posibilidad de lanzar muchos, estaba agotado. Entre sus pertenencias tan solo la jarra de producir agua podria servir, pero no producida tanta agua como para contrarestar una cascada de laba. Asi que miró a sus compañeros.
- El bastón del muro de fuerza?... la cúpula de Gowther?... Las habilidades telekinéticas de karlotha? Las coronas de los reyes? - Dice atropeyándose en las palabras- Después, mientras sus compañeros piensan, Zevatur lanzó un Control Flames con la esperanza de poder llegar a ver el otro lado y ver si existia la posibilidad de teleportarse al otro lado.
Hela recorrió el último trecho del pasadizo con la satisfacción de saber que pronto abandonarían la fortaleza. Observó a Martin esperanzada en la búsqueda del mecanismo que les daría la libertad pero el gesto del semi-elfo, cada vez más contrariado, le dio la pista para intuir que no existía tal dispositivo.
Respirando cada vez con mayor dificultad debido al calor sofocante, perdió su mirada en el manto de lava que no cesaba, dándole vueltas a las opciones disponibles para poder atravesarlo.
- No dispongo de los recursos suficientes para convocar un nuevo muro de fuerza - comentó tras la intervención de Zevatur; las opciones que había dejado caer el semi-demonio a modo de lluvia de ideas eran bastante interesantes, al menos casi todas, así que esperó pacientemente a que los demás dieran su punto de vista.
Con el estómago y el zurrón lleno el bardo siguió a los compañeros, no excesivamente preocupado en los frutos exóticos de las profundidades de la tierra. De nuevo en el pasadizo solo pudo lamentarse de la gran oportunidad perdida de estudiar y aprender mas sobre los duergar.
-Pocos recursos me quedan.. Ninguno para sacarnos de aquí, al menos sin descansar unas horas..- admitió, impotente.
Exhausto mentálmente, repitió un movimiento mecanizado como es el desmontaje de la gaita. Se avecinaba una huída discreta en lugar de batalla abierta. El flautín y el laúd serían suficientes.
Y allí estaban de nuevo, apretujados de nuevo en el angosto pasadizo. El cabello largo y desgreñado caía sobre su rostro y sus músculos perlados de sudor. Estaban cansados, sucios y tensos, pero aquello aun estaba lejos de haber acabado.
—Vale, los magos probad lo que sea. El rey tenía una relación especial con el fuego, no le hacía daño, quizá haya suerte —tendió a Hela la corona del Rey duergar como quien maneja una baratija—. Los demás tratad de descansar un poco y curad las heridas si podéis. Martin ayúdame a atrancar la puerta secreta. ¿Alguien tiene piquetas? Nada de golpear, yo haré presión.
Seguramente el ruido de la lava amortiguaba sus voces pero aun así el guerrero hablaba en voz baja. Rebuscó entre sus cosas para rescatar unos virotes de ballesta, a falta de escarpias o cuñas, para atascar la puerta secreta en previsión de incómodas visitas. Había perdido su daga y esperaba no tener que dejar a Adelaida abandonada en una tarea tan mundana. Volvió a guardar su espada de reserva.
- Yo no tengo acceso a ningún conjuro que me permitiese pasar por esta cascada. ¡Ni siquiera si descansase! – Dijo Zevatur mientras rebuscaba en su saco de contención y alcanzaba a Ash diez grandes clavos de hierro, un martillo y un trapo para reducir el sonido que podría producir.
- ¿Se podría poner una cúpula dentro de otra, y avanzar de esa forma a través de la cascada de lava? - Preguntó Zevatur, haciendo pequeñas cupulas con las manos una encima de otra.
Mientras, Canela buscaba en las paredes por algún mecanismo que pudiera haber pasado por alto a Martin, quizás en el techo, alejado de los ojos del semielfo.
Se ha duplicado, no borro para que no de que hago trampas!
- Yo no tengo acceso a ningún conjuro que me permitiese pasar por esta cascada. ¡Ni siquiera si descansase! – Dijo Zevatur mientras rebuscaba en su saco de contención y alcanzaba a Ash diez grandes clavos de hierro, un martillo y un trapo para reducir el sonido que podría producir.
- ¿Se podría poner una cúpula dentro de otra, y avanzar de esa forma a través de la cascada de lava? - Preguntó Zevatur, haciendo pequeñas cupulas con las manos una encima de otra.
Mientras, Canela buscaba en las paredes por algún mecanismo que pudiera haber pasado por alto a Martin, quizás en el techo, alejado de los ojos del semielfo.
-Podríamos ir a la qrmeriany coger unos escudos grandes para que nos parapeten mientras cruzamos a la carrera- dice Morko mientras se sienta observando el arma del rey duergar. Cogiendo el arma del rey duergar. Morko se acerca a la cascada de lava- es algo muy tonto, pero...-y mueve el arma por si tuviese algún efecto.
Morko mueve el gran martillo del rey Murgol, arrancado de sus manos frias y muertas, pero la cascada de lava permanece ajena a sus intentos.
Helayna observa las coronas de los reyes caídos, una sencilla aunque elegante banda de acero negro, coronadas ambas con una obsidiana en el centro. La del rey, manchada por la sangre que salpicó cuando Morko le cortó la cabeza. Sin embargo, al contrario que el mazo que tenía runas duergar para atrapar y manejar el poder mágico que impregna los Reinos, las coronas no poseían cualidad mágica alguna.
Mientras Ash, Kima y Kath se unían al resto, ya que habían estado apuntalando la puerta secreta lo mejor que pudieron, Klarotah pasó flotando al lado de la Shadar-kai. La maga no supo si fue algo casual o deliberado, pero al pasar a su lado uno de los tentáculos del alienígena ser se posó delicadamente en su hombro, apenas un segundo. Quizá fuera un gesto para infundirle calma, como quien apoya su mano en un amigo, o quizá tras el combate el extraño ser volvía a sentir hambre y sus instintos de cazador le acercaban a la activa mente de la hechicera.
Se colocó detrás de Morko y utilizando el poder de su mente, la cortina de lava se desplazó unos metros laterlamente. No interrumpió del todo su flujo, pero sí lo desvió lo suficiente como para que los toscos escalones fueran visibles de nuevo.
Sin perder tiempo los compañeros subieron por los mismos, sintiendo el calor de las piedras que habían estado en contacto con el magma segundos antes, y accedieron a la cornisa donde casi pierden a Helayna.
Con cautela pero sin detenerse continuaron avanzando para volver a entrar al pasadizo de los svinerflins, que les llevaría lejos de la fortaleza duergar, la cual bullía de actividad. Los cuernos de batalla resonaban en Emberhold. Pero en lugar de prepararse para marchar contra Mitrhral Hall, los generales duergar se levantaban en armas unos contra otros. Sin el firme liderzago del Rey y la Reina, y sin el control mental del enviado de K'Varn, los enanos de las profundidades se ven envueltos en una caótica y sangrienta carrera para llenar el repentino vacio de poder. Martin observó como sus sopechas se confirmaban mientras los demás pasaban por el estrecho pasadizo.
Todos estaban doloridos, cansados y la adrenalina del combate y la huida empezaba a abandonar sus cuerpos. La temperatura del pasadizo cayó al alejarse del lago magmático y muchos hablaron de parar. Pero el obstinado semi-elfo les obligó a continuar y continuar. No se sentiría a salvo al menos hasta haber abandonado aquel estrecho corredor donde eran un blanco fácil. No se fiaba que algún pretendiente al trono quisiera ganar adeptos presentando las cabezas de los asesinos de sus predecesores.
Casi una hora después, y cuando todos estaban al borde de la extenuación, salieron por fin a la caverna más amplia y pudieron respirar un poco de aire menos viciado.
Alejándose de la entrada, en la dirección sureste que les indicó Klarotah, por fin encontraron un lugar donde las rocas ofrecían algo de parapeto y donde podrían parar y tomar aliento.
Agotados se dejaron caer entre las rocas, prácticamente en silencio, mirándose unos a otros y atreviéndose a esbozar alguna que otra sonrisa al cruzar la vista con sus compañeros.
Se habían enfrentado a una misión suicida y habían sobrevivido. Habían salvado Mithral Hall y asestado un duro golpe a los planes del enigmático K'Varn.
Ash no bajó la guardia en la caverna. No hasta que el domo de Gowther estuviera levantado. Las cuevas le habían enseñado ya a esperar siempre lo peor.
—Bueno ¿no ha salido del todo mal eh? —palmeó a Zeb en al espalda con una sonrisa—. La Compañía de las Fragmentos Extraordinarios deja huella ¿eh? ¡Buen trabajo! —dijo mirando a todos y rescató la corona del rey Murgol para observarla un momento— Ash Matarreyes de Emberhold, un nuevo título a la lista, nada mal —la guardó haciéndola dar un par de vueltas en en aire antes—. Gowther, por favor, ¿levantas tu domo? —pidió al elfo que había permanecido callado desde el combate real—, necesitamos reponernos antes de seguir haciendo amigos.
Cogió algo de carne seca de sus provisiones y masticó mientras se dirigía a hacer el primer turno de vigía, mientras el elfo completaba el ritual.
Al salir tras la catarata y camino de un lugar seguro bordeando el lago de lava, con una mezcla de adrenalina que aún no había terminado de quemar y un cuerpo a punto del colapso. Miró con un tono alegre a sus amigos, cosa bastante rara en él, pero su sonrisa duró poco al ver como Ash jugaba con la corona del rey caído. Su mente comenzó a fluir de nuevo con oscuras ideas que tristemente se basaban en experiencias reales que ya había vivido antes, cuando era un asesino al servicio de los altos elfos y él creaba un vacío de poder tras un exitoso encargo.
- Ash... yo... esto... opino... que conservar las coronas es un peligro para nosotros y nuestra misión... Ahora estamos a salvo, pero en cuanto los Duergar dejen de matarse entre sí, y uno de ellos se alce con el poder, necesitará un símbolo de liderazgo, de su derecho a gobernar sobre todos los demás, y probablemente ese símbolo esté asociado a las coronas que nos hemos llevado... harán lo posible para encontrarlas y alcanzarlas para legitimar su nueva posición en el trono... puesto que... ¿Qué es un rey sin corona? ... y apostaría que no les vale cualquier otra, sino sólo las que ahora portamos nosotros... mandarán asesinos y cazarrecompensas tras ellas... seremos perseguidos continuamente como si tuviéramos una enorme diana sobre nuestras cabezas... si aceptáis mi consejo, yo me desharía de ellas,...
-Efectivamente... Y creo que usarán medios mágicos para localizarlas, si no tienen ya un interruptor mágico para saber su localización en todo momento... El ansia de poder puede atraer a enemigos muy poderosos...-Dijo mientras sacaba la corona de la reina.-Dudo si quiera que tengan cualquier cualidad mágica... Su símbolo... su significado puede llegar a ser más poderoso que muchos artefactos juntos... Creo que es lo mejor... Fue un error haberla cogido, aunque su búsqueda puede distraer nuestro rastreo-Tras esto lanzó la corona a la lava que se deshizo en un parpadeo. Mientras continuaban su marcha Gowther se acercó a Klarotha fascinado a la par que agradecido.-Tus habilidades son tan enigmáticas como interesantes. Tu ayuda sin duda ha marcado la diferencia. Espero que la deuda que mantenemos pueda ser saldada y que recuperes el lugar perdido en tu sociedad que te mereces.
[En el lugar seguro]
Gowther convocó el domo de fuerza y se ofreció a detectar las propiedades mágicas de cualquier objeto encontrado.
Hela fijó su mirada en la corona que le había entregado Ash. Después de concentrarse en aquel objeto que para ella no tenía ningún significado, pudo aseverar sin ninguna duda que no poseía runas ni elementos mágicos de ningún tipo. Dudaba de que aquello pudiera servirles ni protegerles para cruzar el manto de lava y una sensación de creciente inquietud comenzó a apoderarse de ella. Las opciones se agotaban, después de todo el esfuerzo y sacrificio de las últimas horas, y sus esperanzas se desvanecían atrapados en aquel pequeño pasadizo sin salida.
En ese momento, Klarotah pasó a su lado. Solo unos segundos le bastaron a Helayna para despejar sus dudas con respecto a sus intenciones, los mismos segundos que invirtió el pulpoide en abrir el camino con sus dotes mentales. Ahora estaba convencida de que aquella sutil y casi imperceptible caricia había sido su manera de infundirle ánimo y tranquilidad antes de ofrecerles la salida que tanto ansiaban. Le lanzó una mirada, antes de seguir a sus compañeros hacia el exterior, susurrándole a su mente un sincero y profundo agradecimiento, uno más de todos los que le debía a su extraño y solitario aliado.
El camino fue arduo y tortuoso, solo sobrellevable por la profunda satisfacción de haber completado una misión suicida con éxito, sabiendo que se encaminaban igualmente a otra de la misma magnitud, pero altamente reforzados por el reciente triunfo. Continuó la marcha en silencio, dejando al resto las decisiones concernientes a la destrucción de las coronas.
Aliviada cuando finalmente Martin les dio permiso para descansar, se sentó en el suelo apoyada en una de las rocas para recuperar el aliento. El frío volvía a apoderarse del ambiente y, aunque el traje mágico mullido y cálido la protegía, volvió a echar de menos su capa calcinada horas antes. No veía el momento en el que Gowther convocara su domo y les proporcionara su reconfortante calor para poder descansar al fin.
[Durante el descanso, en algún momento, con Martin]
La gruta permanecía en un tranquilo silencio, solo salpicado por las respiraciones profundas de los que dormían. Gracias a que el descanso de Helayna tomaba menos tiempo que el de sus aliados humanos, esperó el momento en el que Martin hiciera su guardia. Llevaba ya bastante tiempo queriendo acercarse a él y poder conversar en la intimidad, pero la urgencia de los últimos acontecimiento se lo había impedido. Y sobre todo, después de verle tan alicaído y desesperanzado ante el último enfrentamiento, necesitaba cerciorarse de que el pícaro había recobrado la esperanza.
Se acercó y se sentó junto a él, mostrándole una serena sonrisa, hablando en susurros para no molestar a los demás.
- Finalmente la Reina Cuervo no nos ha abandonado - le susurró con complicidad - estoy convencida de que esta victoria pertenece a alguno de sus designios inescrutables. Pero no hubiese sido posible sin tus habilidades y tu pericia y me gustaría darte las gracias por habernos guiado hasta aquí. ¿Cómo te encuentras,Martin? No he podido evitar percatarme de tu preocupación y desasosiego, más allá del que pueda crearnos a todos esta misión suicida. ¿Hay algo más que te perturbe? ¿Puedo ayudarte de algún modo?- le preguntó con un tono de voz que evidenciaba una sincera preocupación. Recordó los retazos de conversación que el semi-elfo había mantenido tiempo atrás con Gowther sobre su pasado, y se preguntó si tendría algo que ver con su ánimo.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
- Yo las conservaría, pueden ser útiles en un futuro. Su valor simbólico es demasiado alto como para destruirlas sin más. Si queréis hacer eso mejor en un sitio donde su valor simbólico sea aún mayor. Tengo un saco de contencion en la que poder llevarlas-
Añadió Morko en lugar elegido para descansar y le dejo el mail del rey enano a Gowther para que lo identificará.
[Durante el descanso, en algún momento, con Adriana]
El semielfo dio un pequeño respingo sorprendido cuando su compañera se sentó a su lado, sin duda Helayna dedujo que quizás no estaba tan atento a su guardia como debería y quizás le había pillado dando una cabezada de más... Intentándose adecentar para parecer alguien mínimamente digno en sus ropajes de curtido marino, se estiró la ropa con las palmas de ambas manos para conseguir alisar la tela sin mucho éxito. Afortunadamente la armadura de cuero reforzado que llevaba tapaba la mayoría del desastre.
- Estoy contento con como han salido las cosas, tengo que reconocerlo, me alegra de que nuestra Reina mueva de vez en cuando alguna hebra del destino en nuestro favor... pero he reconocer que vi todo perdido cuando nos dirigíamos a la sala del trono, un viaje sólo de ida... y cuando debería sentir paz por una vida completa y con un final digno de heróes, lo que mi alma sentía era desasosiego y azogue, sufrimiento por ... marcharme incompleto, fragmentado... es complicado... Pero te agradezco la preocupación, no creo que puedas hacer nada, quizás prometerme que si alguna vez... me pasa algo... ayudarás a kath en su búsqueda acerca de sus... orígenes. Eso me tranquilizaría...
El explorador del grupo hizo una pausa leve y suspiró confensando algo a su aliada, algo que le perturbaba desde que despertó para hacer su guardia.
- He tenido otra visión, ... o sueño, aunque yo lo definiria más como pesadilla... de la Reina..., en el Norte, posiblemente donde nuestros pasos nos guien en un futuro próximo siguiendo el rastro de la máscara de dragón blanca, allí donde hay nieves perpetuas también hay una tumba, de un Elegido, como Ash, pero antiguo, antes que nosotros pisáramos estas tierras quizás... falleció en un combate a muerte contra el Nigromante que sospecho será su amenaza letal en el futuro... Creo que quiere que la encontremos, quizás posea algo que nos ayude a combatir al nefando hechicero y sus huestes de muertos...
Cuando escuchó la descripción del rogue sobre su alma, Hela meditó unos momentos.
- Escuché parte de tu conversación con Gowther hace días, creo que intentaba aliviarte de alguna manera con uno de sus hechizos… ¿tiene que ver con esa sensación incompleta y fragmentada que sientes en tu interior? Quizá si la magia de Gowther no ha funcionado, podamos buscar alguna otra alternativa, ¿sabes cuál es la causa de ese estado que me describes?
La mención de su amiga le sorprendió sobremanera y reaccionó con palpable curiosidad:
- ¿Kath? - preguntó arrugando la frente - ella me ha contado lo que sucedió cuando la encontrasteis, no puedo imaginar el miedo que debió sentir y su valentía es digna de admiración. Le prometí que estaría a su lado en su venganza por el ultraje y el abuso al que fue sometida. Pero… no mencionó nada de sus orígenes - dijo descolocada - ¿hay algo que debiera saber?
- Martin - pronunció su nombre con seguridad pero con ternura, suspirando paciente, apoyando su mano en uno de sus hombros y mirándole a los ojos decidida - Ash no es nuestro campeón, es nuestro líder - mantuvo su mirada y el silencio durante unos segundos, sabiendo que intentar convencerle de nuevo era inútil. El semi-elfo necesitaba tiempo para aceptar una carga de esta envergadura y quizá nunca estuviera preparado para asumirla - sea como sea, investigaremos esa tumba, parece una clara señal de sus designios - observó la negrura de la gruta más allá del domo -Yo también la he visto en mis sueños mientras descansaba - su voz contenía emoción y ternura - sigue aquí, Martin, con nosotros, no nos abandonará - sus últimas palabras pretendían inyectar al semi-elfo esperanza y confianza.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
- ¡Detente! Si tan valiosa son las coronas, destruirlas no nos reportará ningun beneficio si no mas bien una diana eterna sobre nuestras cabeza y posibles descendientes. No veo la razon para forgarse una enemistad así. Más bien creo que la opcion de guradarla en el saco de contención es suficiente. Por el momento. - Zevatur añadió. - Siendo como son los duergar, el nuevo monarca quizas nos esté más agradecido de haberle abierto el paso a la corona. Y.. Y... si hay varias facciones quizas se le pudiera ofrecer la corona al que tenga intereses mas acordes con los nuestros... Y si vienen a por ella, quizas pudieramos negociar?
[Mas adelante en el descanso]
- Ha sido un buen trabajo, sin duda. muy ariesgado, y sin embargo presiento que gestas mas suicidas nos aguardan en los proximos dias. Sabemos algo de a que nos enfrentaremos? que clase de criatura es? Cual era su nombre... ¿K'erval?
Tras el descubrimiento de sus compañeros, Gowther les siguió pensando en el último combate. Un simple fallo de cálculo le había costado caer al suelo en un parpadeo. Debía entrenar más, mejorar sus habilidades marciales. El rol que tenía en el grupo desde que llegó se encontraba en primera línea de combate protegiendo a sus compañeros. No podía permitirse caer en combate... Además, Aegnor le había elegido a el... Debía estar a la altura...
Ante las palabras del mestizo, el El'Tael se limitó a asentir con la cabeza y proponer su magia de protección si finalmente realizaban un descanso en aquel lugar.-Si lo veis conveniente puedo invocar un domo protector.-Si descansaban tal vez tuviera tiempo de recuperar parte de los recursos empleados.
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Ash sonrió ante el cambio de actitud de Helayna, más descarada, más picante.
—No creo que sea buena idea descansar aquí —respondió a la sugerencia de descansar de Martin—. Cuando acaben de matarse por la corona a alguien se le ocurrirá revisar el pasadizo. Más nos vale estar lejos cuando eso pase. Hay que salir de aquí aprovechando la confusión, no tendremos una ventana mejor. Si encontramos un carro ahí fuera podemos simular un reparto de alimentos para el frente y escondernos entre los sacos. ¿Alguna otra idea?
El guerrero miró a los demás en espera de alternativas.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Martin no encontró nada relevante en su somera inspección del almacén, salvo el abierto tonel de frutas que sus compañeros saqueaban contentos.
Guilbert se llevó aquella extraña fruta morada y bulbosa a la boca casi sin pensar, sin duda un alimento cultivado en aquellas cavernas por los duergar El tacto y la textura de asemejaban a un hongo, pero el interior de color anaranjado y cuyo corazón estaba lleno de semillas le recordaron al bardo las frutas exóticas traídas de más allá del océano a los puertos de Waterdeep.
Martin consiguió abrir la puerta cerrada y se encuentró en un pasillo familiar, que va de norte a sur. Hacia el norte, en la misma pared, una puerta similar a la que acaba de abrir. Frente a él, entre las dos puertas, el inodoro por el que entraron subrepticiamente en la fortaleza duergar. Hacia el norte el pasillo que lleva a las celdas y la sala de tiritas y hacia el sur el que llevaba a las escaleras que suben al resto del complejo.
La Reina parecía sonreírles una vez más. Estaban a punto de conseguirlo.
Precavido y profesional dio unos pasos en ambas direcciones y se aseguró de que no había ninguna patrulla enana buscándoles por allí. De momento estaba todo despejado pero ¿por cuánto tiempo? ¿Cuántos generales o consejeros conocían la existencia del pasadizo y entradas secretas? El semielfo, pese a la ventaja que tenían, sentía el apremio de poner cuanta más distancia entre ellos y la fortaleza mejor.
Seeker voló de su hombro en silencio hasta el inodoro, posándose en el marco se la puerta secreta que seguía abierta y que daba a la libertad.
PbP Character: A few ;)
El semielfo sonrió por primera vez en días aliviado, volviendo sobre sus pasos informó a todo el grupo en voz baja, pero justo la necesaria para que fuera escuchado y poco más.
- Estamos al lado de la puerta secreta por la que accedimos a la fortaleza hace una hora, sigue abierta y lista para ser usada, seguidme, ... me iré adelantando para buscar el mecanismo que desactive la cascada.
Martin corrió en silencio hasta la puerta secreta indicando el camino a sus compañeros, y una vez que se aseguró que todos estaban pasando, se alejó en la gruta para poder buscar ese maldito mecanismo que se habían dejado por explorar cuando accedieron tiempo atrás. La premura les había hecho ahorrar tiempo antes, pero lo estaban pagando ahora.
Investigation: 1d20 (11) + 5 = 16
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Con movimientos rápidos pese al cansancio y las heridas, pero con la adrenalina aún corriendo por sus venas, todos pasaron rápidamente al pasadizo secreto que les había llevado al interior de la fortaleza. Kath fue la última, cerrando todas las puertas que cruzaban. La puerta secreta del almacén, la del almacén, la del inodoro y finalmente la puerta secreta que les llevaba al pasadizo secreto. El ruido de botas y gritos de enanos por los pasillos les recordó a todos que aún no estaban fuera de peligro y que solo era cuestión de tiempo que algún general que conociera el secreto fuera informado.
Se reunieron con Martin al final del mismo, comenzando a sudar de nuevo por el calor que despedía la eterna cascada de lava que les cubría de ojos enemigos pero también les impedía salir de allí.
Frustrado el semielfo no encontró ningún mecanismo que desviara mediante algún complejo sistema la cascada ígnea que caía frente a ellos. Constató que no era un fallo suyo por no encontrarlo si no que, sencillamente no había tal mecanismo. Los reyes duergar debían de utilizar algún hechizo similar al que Helayna usó al entrar para franquear el magmatico obstáculo.
PbP Character: A few ;)
Zevatur sintió que la misión podía acabar con en triunfo, pero sus animos se enfriaron al encontrarse ante la cascada de laba. En su arsenal de recursos no tenia nada para itentar cruzarlo. Ninguno de los conjuros le servia, aunque tampoco tenia mucha mas posibilidad de lanzar muchos, estaba agotado. Entre sus pertenencias tan solo la jarra de producir agua podria servir, pero no producida tanta agua como para contrarestar una cascada de laba. Asi que miró a sus compañeros.
- El bastón del muro de fuerza?... la cúpula de Gowther?... Las habilidades telekinéticas de karlotha? Las coronas de los reyes? - Dice atropeyándose en las palabras- Después, mientras sus compañeros piensan, Zevatur lanzó un Control Flames con la esperanza de poder llegar a ver el otro lado y ver si existia la posibilidad de teleportarse al otro lado.
Zevatur, Rolthos
Hela recorrió el último trecho del pasadizo con la satisfacción de saber que pronto abandonarían la fortaleza. Observó a Martin esperanzada en la búsqueda del mecanismo que les daría la libertad pero el gesto del semi-elfo, cada vez más contrariado, le dio la pista para intuir que no existía tal dispositivo.
Respirando cada vez con mayor dificultad debido al calor sofocante, perdió su mirada en el manto de lava que no cesaba, dándole vueltas a las opciones disponibles para poder atravesarlo.
- No dispongo de los recursos suficientes para convocar un nuevo muro de fuerza - comentó tras la intervención de Zevatur; las opciones que había dejado caer el semi-demonio a modo de lluvia de ideas eran bastante interesantes, al menos casi todas, así que esperó pacientemente a que los demás dieran su punto de vista.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Con el estómago y el zurrón lleno el bardo siguió a los compañeros, no excesivamente preocupado en los frutos exóticos de las profundidades de la tierra. De nuevo en el pasadizo solo pudo lamentarse de la gran oportunidad perdida de estudiar y aprender mas sobre los duergar.
-Pocos recursos me quedan.. Ninguno para sacarnos de aquí, al menos sin descansar unas horas..- admitió, impotente.
Exhausto mentálmente, repitió un movimiento mecanizado como es el desmontaje de la gaita. Se avecinaba una huída discreta en lugar de batalla abierta. El flautín y el laúd serían suficientes.
Y allí estaban de nuevo, apretujados de nuevo en el angosto pasadizo. El cabello largo y desgreñado caía sobre su rostro y sus músculos perlados de sudor. Estaban cansados, sucios y tensos, pero aquello aun estaba lejos de haber acabado.
—Vale, los magos probad lo que sea. El rey tenía una relación especial con el fuego, no le hacía daño, quizá haya suerte —tendió a Hela la corona del Rey duergar como quien maneja una baratija—. Los demás tratad de descansar un poco y curad las heridas si podéis. Martin ayúdame a atrancar la puerta secreta. ¿Alguien tiene piquetas? Nada de golpear, yo haré presión.
Seguramente el ruido de la lava amortiguaba sus voces pero aun así el guerrero hablaba en voz baja. Rebuscó entre sus cosas para rescatar unos virotes de ballesta, a falta de escarpias o cuñas, para atascar la puerta secreta en previsión de incómodas visitas. Había perdido su daga y esperaba no tener que dejar a Adelaida abandonada en una tarea tan mundana. Volvió a guardar su espada de reserva.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
- Yo no tengo acceso a ningún conjuro que me permitiese pasar por esta cascada. ¡Ni siquiera si descansase! – Dijo Zevatur mientras rebuscaba en su saco de contención y alcanzaba a Ash diez grandes clavos de hierro, un martillo y un trapo para reducir el sonido que podría producir.
- ¿Se podría poner una cúpula dentro de otra, y avanzar de esa forma a través de la cascada de lava? - Preguntó Zevatur, haciendo pequeñas cupulas con las manos una encima de otra.
Mientras, Canela buscaba en las paredes por algún mecanismo que pudiera haber pasado por alto a Martin, quizás en el techo, alejado de los ojos del semielfo.
Perception: 15
Se ha duplicado, no borro para que no de que hago trampas!
- Yo no tengo acceso a ningún conjuro que me permitiese pasar por esta cascada. ¡Ni siquiera si descansase! – Dijo Zevatur mientras rebuscaba en su saco de contención y alcanzaba a Ash diez grandes clavos de hierro, un martillo y un trapo para reducir el sonido que podría producir.
- ¿Se podría poner una cúpula dentro de otra, y avanzar de esa forma a través de la cascada de lava? - Preguntó Zevatur, haciendo pequeñas cupulas con las manos una encima de otra.
Mientras, Canela buscaba en las paredes por algún mecanismo que pudiera haber pasado por alto a Martin, quizás en el techo, alejado de los ojos del semielfo.
Perception: 19
Zevatur, Rolthos
-Podríamos ir a la qrmeriany coger unos escudos grandes para que nos parapeten mientras cruzamos a la carrera- dice Morko mientras se sienta observando el arma del rey duergar. Cogiendo el arma del rey duergar. Morko se acerca a la cascada de lava- es algo muy tonto, pero...-y mueve el arma por si tuviese algún efecto.
Morko mueve el gran martillo del rey Murgol, arrancado de sus manos frias y muertas, pero la cascada de lava permanece ajena a sus intentos.
Helayna observa las coronas de los reyes caídos, una sencilla aunque elegante banda de acero negro, coronadas ambas con una obsidiana en el centro. La del rey, manchada por la sangre que salpicó cuando Morko le cortó la cabeza. Sin embargo, al contrario que el mazo que tenía runas duergar para atrapar y manejar el poder mágico que impregna los Reinos, las coronas no poseían cualidad mágica alguna.
Mientras Ash, Kima y Kath se unían al resto, ya que habían estado apuntalando la puerta secreta lo mejor que pudieron, Klarotah pasó flotando al lado de la Shadar-kai. La maga no supo si fue algo casual o deliberado, pero al pasar a su lado uno de los tentáculos del alienígena ser se posó delicadamente en su hombro, apenas un segundo. Quizá fuera un gesto para infundirle calma, como quien apoya su mano en un amigo, o quizá tras el combate el extraño ser volvía a sentir hambre y sus instintos de cazador le acercaban a la activa mente de la hechicera.
Se colocó detrás de Morko y utilizando el poder de su mente, la cortina de lava se desplazó unos metros laterlamente. No interrumpió del todo su flujo, pero sí lo desvió lo suficiente como para que los toscos escalones fueran visibles de nuevo.
Sin perder tiempo los compañeros subieron por los mismos, sintiendo el calor de las piedras que habían estado en contacto con el magma segundos antes, y accedieron a la cornisa donde casi pierden a Helayna.
Con cautela pero sin detenerse continuaron avanzando para volver a entrar al pasadizo de los svinerflins, que les llevaría lejos de la fortaleza duergar, la cual bullía de actividad. Los cuernos de batalla resonaban en Emberhold. Pero en lugar de prepararse para marchar contra Mitrhral Hall, los generales duergar se levantaban en armas unos contra otros. Sin el firme liderzago del Rey y la Reina, y sin el control mental del enviado de K'Varn, los enanos de las profundidades se ven envueltos en una caótica y sangrienta carrera para llenar el repentino vacio de poder. Martin observó como sus sopechas se confirmaban mientras los demás pasaban por el estrecho pasadizo.
Todos estaban doloridos, cansados y la adrenalina del combate y la huida empezaba a abandonar sus cuerpos. La temperatura del pasadizo cayó al alejarse del lago magmático y muchos hablaron de parar. Pero el obstinado semi-elfo les obligó a continuar y continuar. No se sentiría a salvo al menos hasta haber abandonado aquel estrecho corredor donde eran un blanco fácil. No se fiaba que algún pretendiente al trono quisiera ganar adeptos presentando las cabezas de los asesinos de sus predecesores.
Casi una hora después, y cuando todos estaban al borde de la extenuación, salieron por fin a la caverna más amplia y pudieron respirar un poco de aire menos viciado.
Alejándose de la entrada, en la dirección sureste que les indicó Klarotah, por fin encontraron un lugar donde las rocas ofrecían algo de parapeto y donde podrían parar y tomar aliento.
Agotados se dejaron caer entre las rocas, prácticamente en silencio, mirándose unos a otros y atreviéndose a esbozar alguna que otra sonrisa al cruzar la vista con sus compañeros.
Se habían enfrentado a una misión suicida y habían sobrevivido. Habían salvado Mithral Hall y asestado un duro golpe a los planes del enigmático K'Varn.
PbP Character: A few ;)
Ash no bajó la guardia en la caverna. No hasta que el domo de Gowther estuviera levantado. Las cuevas le habían enseñado ya a esperar siempre lo peor.
—Bueno ¿no ha salido del todo mal eh? —palmeó a Zeb en al espalda con una sonrisa—. La Compañía de las Fragmentos Extraordinarios deja huella ¿eh? ¡Buen trabajo! —dijo mirando a todos y rescató la corona del rey Murgol para observarla un momento— Ash Matarreyes de Emberhold, un nuevo título a la lista, nada mal —la guardó haciéndola dar un par de vueltas en en aire antes—. Gowther, por favor, ¿levantas tu domo? —pidió al elfo que había permanecido callado desde el combate real—, necesitamos reponernos antes de seguir haciendo amigos.
Cogió algo de carne seca de sus provisiones y masticó mientras se dirigía a hacer el primer turno de vigía, mientras el elfo completaba el ritual.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Al salir tras la catarata y camino de un lugar seguro bordeando el lago de lava, con una mezcla de adrenalina que aún no había terminado de quemar y un cuerpo a punto del colapso. Miró con un tono alegre a sus amigos, cosa bastante rara en él, pero su sonrisa duró poco al ver como Ash jugaba con la corona del rey caído. Su mente comenzó a fluir de nuevo con oscuras ideas que tristemente se basaban en experiencias reales que ya había vivido antes, cuando era un asesino al servicio de los altos elfos y él creaba un vacío de poder tras un exitoso encargo.
- Ash... yo... esto... opino... que conservar las coronas es un peligro para nosotros y nuestra misión... Ahora estamos a salvo, pero en cuanto los Duergar dejen de matarse entre sí, y uno de ellos se alce con el poder, necesitará un símbolo de liderazgo, de su derecho a gobernar sobre todos los demás, y probablemente ese símbolo esté asociado a las coronas que nos hemos llevado... harán lo posible para encontrarlas y alcanzarlas para legitimar su nueva posición en el trono... puesto que... ¿Qué es un rey sin corona? ... y apostaría que no les vale cualquier otra, sino sólo las que ahora portamos nosotros... mandarán asesinos y cazarrecompensas tras ellas... seremos perseguidos continuamente como si tuviéramos una enorme diana sobre nuestras cabezas... si aceptáis mi consejo, yo me desharía de ellas,...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
[Saliendo por la fortaleza]
-Efectivamente... Y creo que usarán medios mágicos para localizarlas, si no tienen ya un interruptor mágico para saber su localización en todo momento... El ansia de poder puede atraer a enemigos muy poderosos...-Dijo mientras sacaba la corona de la reina.-Dudo si quiera que tengan cualquier cualidad mágica... Su símbolo... su significado puede llegar a ser más poderoso que muchos artefactos juntos... Creo que es lo mejor... Fue un error haberla cogido, aunque su búsqueda puede distraer nuestro rastreo-Tras esto lanzó la corona a la lava que se deshizo en un parpadeo. Mientras continuaban su marcha Gowther se acercó a Klarotha fascinado a la par que agradecido.-Tus habilidades son tan enigmáticas como interesantes. Tu ayuda sin duda ha marcado la diferencia. Espero que la deuda que mantenemos pueda ser saldada y que recuperes el lugar perdido en tu sociedad que te mereces.
[En el lugar seguro]
Gowther convocó el domo de fuerza y se ofreció a detectar las propiedades mágicas de cualquier objeto encontrado.
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
[En el pasadizo duergar]
Hela fijó su mirada en la corona que le había entregado Ash. Después de concentrarse en aquel objeto que para ella no tenía ningún significado, pudo aseverar sin ninguna duda que no poseía runas ni elementos mágicos de ningún tipo. Dudaba de que aquello pudiera servirles ni protegerles para cruzar el manto de lava y una sensación de creciente inquietud comenzó a apoderarse de ella. Las opciones se agotaban, después de todo el esfuerzo y sacrificio de las últimas horas, y sus esperanzas se desvanecían atrapados en aquel pequeño pasadizo sin salida.
En ese momento, Klarotah pasó a su lado. Solo unos segundos le bastaron a Helayna para despejar sus dudas con respecto a sus intenciones, los mismos segundos que invirtió el pulpoide en abrir el camino con sus dotes mentales. Ahora estaba convencida de que aquella sutil y casi imperceptible caricia había sido su manera de infundirle ánimo y tranquilidad antes de ofrecerles la salida que tanto ansiaban. Le lanzó una mirada, antes de seguir a sus compañeros hacia el exterior, susurrándole a su mente un sincero y profundo agradecimiento, uno más de todos los que le debía a su extraño y solitario aliado.
El camino fue arduo y tortuoso, solo sobrellevable por la profunda satisfacción de haber completado una misión suicida con éxito, sabiendo que se encaminaban igualmente a otra de la misma magnitud, pero altamente reforzados por el reciente triunfo. Continuó la marcha en silencio, dejando al resto las decisiones concernientes a la destrucción de las coronas.
Aliviada cuando finalmente Martin les dio permiso para descansar, se sentó en el suelo apoyada en una de las rocas para recuperar el aliento. El frío volvía a apoderarse del ambiente y, aunque el traje mágico mullido y cálido la protegía, volvió a echar de menos su capa calcinada horas antes. No veía el momento en el que Gowther convocara su domo y les proporcionara su reconfortante calor para poder descansar al fin.
[Durante el descanso, en algún momento, con Martin]
La gruta permanecía en un tranquilo silencio, solo salpicado por las respiraciones profundas de los que dormían. Gracias a que el descanso de Helayna tomaba menos tiempo que el de sus aliados humanos, esperó el momento en el que Martin hiciera su guardia. Llevaba ya bastante tiempo queriendo acercarse a él y poder conversar en la intimidad, pero la urgencia de los últimos acontecimiento se lo había impedido. Y sobre todo, después de verle tan alicaído y desesperanzado ante el último enfrentamiento, necesitaba cerciorarse de que el pícaro había recobrado la esperanza.
Se acercó y se sentó junto a él, mostrándole una serena sonrisa, hablando en susurros para no molestar a los demás.
- Finalmente la Reina Cuervo no nos ha abandonado - le susurró con complicidad - estoy convencida de que esta victoria pertenece a alguno de sus designios inescrutables. Pero no hubiese sido posible sin tus habilidades y tu pericia y me gustaría darte las gracias por habernos guiado hasta aquí. ¿Cómo te encuentras, Martin? No he podido evitar percatarme de tu preocupación y desasosiego, más allá del que pueda crearnos a todos esta misión suicida. ¿Hay algo más que te perturbe? ¿Puedo ayudarte de algún modo? - le preguntó con un tono de voz que evidenciaba una sincera preocupación. Recordó los retazos de conversación que el semi-elfo había mantenido tiempo atrás con Gowther sobre su pasado, y se preguntó si tendría algo que ver con su ánimo.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
- Yo las conservaría, pueden ser útiles en un futuro. Su valor simbólico es demasiado alto como para destruirlas sin más. Si queréis hacer eso mejor en un sitio donde su valor simbólico sea aún mayor. Tengo un saco de contencion en la que poder llevarlas-
Añadió Morko en lugar elegido para descansar y le dejo el mail del rey enano a Gowther para que lo identificará.
[Durante el descanso, en algún momento, con Adriana]
El semielfo dio un pequeño respingo sorprendido cuando su compañera se sentó a su lado, sin duda Helayna dedujo que quizás no estaba tan atento a su guardia como debería y quizás le había pillado dando una cabezada de más... Intentándose adecentar para parecer alguien mínimamente digno en sus ropajes de curtido marino, se estiró la ropa con las palmas de ambas manos para conseguir alisar la tela sin mucho éxito. Afortunadamente la armadura de cuero reforzado que llevaba tapaba la mayoría del desastre.
- Estoy contento con como han salido las cosas, tengo que reconocerlo, me alegra de que nuestra Reina mueva de vez en cuando alguna hebra del destino en nuestro favor... pero he reconocer que vi todo perdido cuando nos dirigíamos a la sala del trono, un viaje sólo de ida... y cuando debería sentir paz por una vida completa y con un final digno de heróes, lo que mi alma sentía era desasosiego y azogue, sufrimiento por ... marcharme incompleto, fragmentado... es complicado... Pero te agradezco la preocupación, no creo que puedas hacer nada, quizás prometerme que si alguna vez... me pasa algo... ayudarás a kath en su búsqueda acerca de sus... orígenes. Eso me tranquilizaría...
El explorador del grupo hizo una pausa leve y suspiró confensando algo a su aliada, algo que le perturbaba desde que despertó para hacer su guardia.
- He tenido otra visión, ... o sueño, aunque yo lo definiria más como pesadilla... de la Reina..., en el Norte, posiblemente donde nuestros pasos nos guien en un futuro próximo siguiendo el rastro de la máscara de dragón blanca, allí donde hay nieves perpetuas también hay una tumba, de un Elegido, como Ash, pero antiguo, antes que nosotros pisáramos estas tierras quizás... falleció en un combate a muerte contra el Nigromante que sospecho será su amenaza letal en el futuro... Creo que quiere que la encontremos, quizás posea algo que nos ayude a combatir al nefando hechicero y sus huestes de muertos...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Cuando escuchó la descripción del rogue sobre su alma, Hela meditó unos momentos.
- Escuché parte de tu conversación con Gowther hace días, creo que intentaba aliviarte de alguna manera con uno de sus hechizos… ¿tiene que ver con esa sensación incompleta y fragmentada que sientes en tu interior? Quizá si la magia de Gowther no ha funcionado, podamos buscar alguna otra alternativa, ¿sabes cuál es la causa de ese estado que me describes?
La mención de su amiga le sorprendió sobremanera y reaccionó con palpable curiosidad:
- ¿Kath? - preguntó arrugando la frente - ella me ha contado lo que sucedió cuando la encontrasteis, no puedo imaginar el miedo que debió sentir y su valentía es digna de admiración. Le prometí que estaría a su lado en su venganza por el ultraje y el abuso al que fue sometida. Pero… no mencionó nada de sus orígenes - dijo descolocada - ¿hay algo que debiera saber?
- Martin - pronunció su nombre con seguridad pero con ternura, suspirando paciente, apoyando su mano en uno de sus hombros y mirándole a los ojos decidida - Ash no es nuestro campeón, es nuestro líder - mantuvo su mirada y el silencio durante unos segundos, sabiendo que intentar convencerle de nuevo era inútil. El semi-elfo necesitaba tiempo para aceptar una carga de esta envergadura y quizá nunca estuviera preparado para asumirla - sea como sea, investigaremos esa tumba, parece una clara señal de sus designios - observó la negrura de la gruta más allá del domo -Yo también la he visto en mis sueños mientras descansaba - su voz contenía emoción y ternura - sigue aquí, Martin, con nosotros, no nos abandonará - sus últimas palabras pretendían inyectar al semi-elfo esperanza y confianza.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
[Cerca de la lava]
- ¡Detente! Si tan valiosa son las coronas, destruirlas no nos reportará ningun beneficio si no mas bien una diana eterna sobre nuestras cabeza y posibles descendientes. No veo la razon para forgarse una enemistad así. Más bien creo que la opcion de guradarla en el saco de contención es suficiente. Por el momento. - Zevatur añadió. - Siendo como son los duergar, el nuevo monarca quizas nos esté más agradecido de haberle abierto el paso a la corona. Y.. Y... si hay varias facciones quizas se le pudiera ofrecer la corona al que tenga intereses mas acordes con los nuestros... Y si vienen a por ella, quizas pudieramos negociar?
[Mas adelante en el descanso]
- Ha sido un buen trabajo, sin duda. muy ariesgado, y sin embargo presiento que gestas mas suicidas nos aguardan en los proximos dias. Sabemos algo de a que nos enfrentaremos? que clase de criatura es? Cual era su nombre... ¿K'erval?
Zevatur, Rolthos