Ash dejó caer la ballesta y corrió hacia su amada apretando los dientes. En rápidos pasos de atleta sorteó a su compañeros mientras sus Gloria y Norma salían da sus vainas cantarinamente como una promesa inclemente. Aquella cosa hedionda y obscena que era el K'varn nomuerto comenzaba a elevarse cuando el guerrero llegó hasta él afianzando los pies. Ash descargó sus frustraciones sobre su tumefacto cuerpo.
—¡Muérete ya madita cosa! —bramó junto a Helayna por fin compartiendo una mirada cómplice tras el primer tajo— ¡A él, Fragmentos! ¡Somos más y más guapos! —sonrió perladamente— ¡Y que Tymora baile para nosotros!
Los otros dos lances certeros cortaron y sajaron sin piedad aquí y allá en movimientos coordinados haciendo saltar la sangre en varias direcciones.
La sonrisa de alivio que se reflejó en el rostro de Hela al ver aquella mole caer inerte al suelo se convirtió en una mueca de espanto y confusión cuando comenzó a moverse de nuevo, comprendiendo que su aliento provenía de más allá de la misma muerte.
La mirada cruzada con Ash le otorgó el temple necesario para concentrarse en la lucha. Clavó su mirada en la aberración, aún más dantesca que antes, y sintió cómo, de alguna manera, ese cuerno tiraba de ella, reclamando el resto de alma que no pudo arrebatarle la última vez.
Quizá esa conexión fue la que provocó la revelación que la shadar-kai experimentó al observar fijamente aquel apéndice siniestro. Sus ojos se abrieron sorprendidos y un grito desesperado retumbó en la estancia:
- ¡El Cuerno de Orcus! ¡arrancadle el cuerno! ¡es la fuente de todo su poder!
Aferrando el bastón tan fuerte que le hizo temblar el brazo y casi todo el cuerpo, una fuerza invisible y casi tangible emanó de sus ojos, de su cabeza, en dirección a su objetivo. Todos pudieron observar cómo el cuerno comenzó a vibrar lentamente, con más intensidad después, provocando que la piel muerta de K’Varn se resquebrajara y el hueso comenzara a separarse. Un icor negruzco y apestoso rezumó de la herida pero, cuando parecía que el cuerno se iba a separar del todo de la carne, éste volvió a su lugar. La elfa suspiró frustrada. Estaba demasiado débil, su fuerza no había sido suficiente esta vez.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Al caer el loco K’Varn Guilbertsintio como la Magia volvía a él casi de inmediato. El traslucido guerrero de la Orden reapareció flotando allí donde había desaparecido y cuando la criatura volvió a elevarse como un muerto viviente de lanzó hacia ella sin dudarlo, pero su espectral claymore golpeó en una de las placas de armadura injertadas en la piel. Corrió al lado de la atribulada Helayna e intentó cerrar algunas de sus heridas para insuflarle fuerza y alivio.
Escuchando las palabras de la shadar-kai, Gowther aferró el cuerno pero nada más tocarlo sintió como su fuerza vital era absorbida por el objeto como si fuera una sanguijuela alimentándose vorazmente de su sangre. Sorprendido y dolorido soltó el Cuerno.
Kima abrió los ojos ante las palabras de Helayna. - Ahora comprendo todo - musita mientras corre al lado de Gowther. Sin dudarlo apoya un pie en la frente de K’Varn y aferra el cuerno con ambas manos. Aprieta los dientes por el dolor que le causa pero aprieta con más fuerza su presa sobre el cuerno, tornándose sus nudillos blancos. Kima tira con todas sus fuerzas y sus músculos parecen a punto de reventar, las venas en su cuello marcándose por el esfuerzo. Con un repugnante sonido de succión el cuerno de separa de la piel y el músculo y la paladín del Bahamut arranca el Cuerno de Orcus, Principe del Inframundo, del cadaber de K’Varn el Loco. Por fin, los sueños de conquista del contemplador mueren con él, y tanto Mithrall Hall como Faerûn están a salvo. Al menos de esta amenaza.
Kima suelta el Cuerno en el suelo como si le quemara y pide una manta para envolverlo. Mientras lo hacen, Klarotah flota despacio hacia el Cerebro Anciano. Extendiendo una mano temblorosa no llega a tocarlo y las puertas se abren violentamente de par en par. Cinco Illithid entran en la sala, acompañados de cuatro cerebros que caminan con cuatro patas, similares a los que encontraron en las alcantarillas. Dos ogros con mirada perdida, tres enanos y dos humanos armados hasta los dientes con los ojos en blanco se quedan en la puerta. Ignorando al grupo todos flotan hacia Klarotah y el Cerebro. Pasan unos segundos en los que se miran entre ellos y parece que están manteniendo algún tipo de conversación.
Tras lo que les parece una eternidad, pero son apenas unos segundos, Klarotah se lleva despacio sus manos al capacete de metal que cubre su cabeza. Despacio, se lo quita y lo deja caer al suelo. Como si el sonido del metal les devolviera a la realidad los illtihid se vuelven hacia el grupo. Todos pueden escuchar la voz de Klarotah en sus cabezas.
- Debo agradeceross que hayáiss cumplido vuesstra parte del trato. Habéiss demosstrado sser aliadoss fieless. He ssido readmitido en la Colmena y vuelvo a sser uno con miss hermanoss y hermanass. Less he hablado de vossotross y debéiss regocijaross. La Colmena no devorará vuesstross cerebross. Tampoco ssereis esclavoss sin voluntad. - have un condescendiente gesto hacia los humanoides de la puerta- Tenéiss una oportunidad que loss mioss rara vez otorgan. En esspecial a ti Helayna. Hass demosstrado sser la mass digan. Habéiss ssido elegidoss para recibir un embrión y uniross a la Colmena. Menoss tú- dice mirando rápidamente a Guilbert - Por tu ofenssa pasaráss el resto de tuss diass atendiendo personalmente al Cerebro. Da graciass puess el castigo por tu ignominia ess mucho mass severo, pero he convencido a mis hermanoss y hermanass que saber que tuss amigoss gozan de una vida superior mientrass tú jamáss la alcanzaráss ess castigo ssuficiente.-
El resto de illithid flota tras Klarotah, sus túnicas flotando en silencio en la penumbra de la sala. Todos pueden sentir una presencia que llena por completo la cámara, casi como un ruido sordo en sus mentes. El Cerebro Anciano está despierto.
Al escuchar las palabras de Klarotha, Gowther por un momento vaciló y pensó en lo fácil que sería dejarse llevar, pero su determinación era más fuerte y su destino no estaba ligado a los de aquella raza mente colmena. Dando la importancia que se merecía al reciente recuperado gran cerebro, se dirigió a el haciendo una reverencia y postrando la rodilla en el suelo-En verdad estamos bastante agradecidos por la oferta, pero lamentablemente tenemos que declinarla. Actualmente nuestros pueblos están inmersos de una terrible guerra encubierta, cuyo resultado puede desencadenar un desequilibrio como nunca antes se ha visto...-Haciendo una reverencia de nuevo con la cabeza-Si bien nuestro pacto con los vuestros surgió de la colaboración con Klarotha, continuamos con el por la empatía que sentimos hacia vuestra situación. Situación parecida a la nuestra.-Volviendo a reforzar el agradecimiento expresado.-Por eso, os pedimos que no interpretéis nuestra petición de dejarnos marchar como un insulto... La misma responsabilidad que nos impulsó a colaborar con vuestra causa, nos obliga a seguir adelante...
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"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Morko no daba crédito a la oferta y su mente empezó a mostrarle imágenes de el convertido en un ilícido. Con un gesto de desagrado agitó su cabeza para despejarse y tras escuchar a Gowther añadió con respeto:- Tenemos responsabilidades en la superficie que debemos de atender, además no creo que Moradhin me recibiese en sus salones si aceptase tal regalo. Apoyo la peticion de mi compañero de que nos dejéis marchar a todos en paz-.
Tras hablar agarró con firmeza el mango de Kheluzburk en previsión de tener que salir de allí por la fuerza.
Hela suspiró profundamente aliviada cuando Kima, con una fuerza inusitada, arrancó por fin el cuerno de K’Varn.
Dejó a los demás la tarea de envolver el cuerno y, arrastrando los pies, con la poca energía que le quedaba, se dirigió hacia Ash con el que se fundió en un abrazo, dejándose sostener por sus poderosos músculos entre los que se sentía segura de nuevo. Ignorando lo acontecido a su al rededor, se separó de él solo cuando la voz de Klarotha resonó en su cabeza, echando un vistazo a lo que había acontecido en la sala en los últimos minutos.
El rostro de la shadar-kai se volvió hierático pero su mirada se fue tornando cada vez más triste con cada palabra del illithid. Las intervenciones de sus compañeros fueron acertadas, pero mucho se temía que la declaración de Klarotha no era una opción si no una imposición. Hela le dirigió directamente sus pensamientos, como si estuviera manteniendo una conversación privada con él.
- Klarotah - susurró con tranquilidad - aunque no dudamos del honor que implica para vosotros la vida que nos ofrecéis… sabes que no podemos aceptar este destino. Míranos, escúchanos- dijo, extendiendo los brazos - no pertenecemos a este mundo, debemos volver y continuar con nuestra misión. Si lo que quieres es agradecer nuestra ayuda, mantener nuestra alianza, debes dejarnos marchar-
La shadar-kai suspiró cansada. Quizá las palabras no eran el vehículo correcto para transmitir las emociones que se ligaban a ellas. Quizá la única forma de que el ser pulpoide pudiera entender a qué se refería era vivenciándolo por él mismo - Confío en ti Klarotah y, para demostrártelo, te invito a que te adentres en mi mente; indaga, inúndate de mis recuerdos, de mis anhelos, de mis miedos y quizá así puedas entender por qué no pertenecemos a esta suboscuridad - aún sabiendo el riesgo que corría, Helayna abrió su mente dejándole vía libre; su intención era que el Illithid experimentara toda la soledad de sus años en el Plano de las Sombras, la emoción, la felicidad de pertenecer a un grupo, el amor que sentía por Ash, la lealtad hacia sus compañeros y hacia su misión. En definitiva, despertar en él un ápice de empatía.
- Hemos recorrido juntos este camino, ha sido muy duro llegar hasta aquí. Tú ya tienes lo que anhelabas, hemos cumplido nuestra parte del trato, por favor, déjanos marchar. No permitas que la confianza y la alianza que hemos forjado se desvanezcan en una lucha inútil. Porque, por mucho que me pese, si no podemos continuar nuestro camino, no habrá otra opción posible - su tono no era amenazante, más bien una mezcla de tristeza y determinación.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
El combate había acabado, al fin. El horrible K'varn yacía inerte en el suelo y el cuerno permanecía en el suelo. Zevatur saltó un par de veces al plano etéreo mientras escuchaba las palabras del Ilith con emoción. Los espíritus aún estaban condenados danzando alrededor del cuerno de Orcus, enervado por la visión cancelo el conjuro y se unió a la conversación . Unirse a la colmena, parecía una idea estupenda, aquellos seres no debían conocer a Bahamut y su conocimiento quizás extendiese la fe entre ellos. Pero la mención al destino de Guilbert fue un jarro de agua helada.
- ¡Es una idea genial! – Replicó a Klarotha – ¿Podremos seguir en comunicación cuando estemos en la superficie?… Sin embargo, no… Guilbert no pretendía humillar al gran cerebro. Si no salvarlo. – Luego, viendo las inexpresivas caras de los devoramentes interpeló al gran cerebro, girándose y dirigiéndose directamente a él. – Seguro que tú entiendes lo que es tener la voluntad doblegada contra tu voluntad. Te hemos salvado de tal destino… ¡No se lo impongas ahora a Guilbert!
Ash abrazó a Helanya antes siquiera de que K'Varn se enfriase. Kima sugirió envolver el cuerno en una manta para no tocarlo directamente, pero apenas pudo asentir mientras se dejaba embriagar por el olor del pelo de la shadar-kai.
Cuando los Klarotha se dirigió a ellos para brindarles la gratitud del illith, apenas pido sonreír cínicamente. Al menos ahora todas las cartas estaban sobre la mesa. No es que alguna vez hubiera tenido alguna duda de que Klarotha solo les utilizaba, pero al menos ahora nadie podía negarlo. Bueno sí, el cándido de Zevatur, claro siempre tan ingenuo, qué suerte.
—Zev, estos amables caballeros son esclavistas con tentáculos —sonrió sardónicamente—. Esto no es un intercambio cultural, es un sometimiento. Otra cosa que no sea el sometimiento de otras razas no encaja la concepción del mundo de estas sepias —explicó pacientemente al tiefling como quien habla a un niño.
A pesar del sudor y la sangre mostró los dientes a Klarotha en un amplia sonrisa.
—Y, por curiosidad, ¿en qué consistiría ese proceso de unión a la Colmena? Eso del embrión, ¿lo puedes desarrollar por favor? —su tono no dejaba muy claro si hablaba en serio o solo era sarcasmo— ¿Es doloroso? ¿Deja marca? ¿Obtendremos algún tipo de nuevo poder? ¿Acaso nos saldrán tentáculos?
Trataba de parecer interesado mientras Zevatur y él charlaban con el illith. A la vez, observaba al Gran cerebro con curiosidad.
Trato de llevar la conversación a 1 min para poder usar "Know Your Enemy" y saber "current HP" 1 min de charla amistosa pasa volando.
Know Your Enemy (1 Minute). If you spend at least 1 minute observing or interacting with another creature outside combat, you can learn information about its capabilities compared to your own: Strength score, Dexterity score, Constitution score, Armor Class, current HP, total class levels (if any), fighter class levels (if any)
Por fin, la aberración mordía el polvo por segunda vez. Pero el júbilo apenas duró hasta la sorpresa, bastante esperada, de klarotah. Una sonrisa se dibujó En su cara ante el agraciado futuro de sus compañeros y sus larvas. El repugnante fluido de cerebro aún cubría su ropa y armadura. Con cierta molestia sacudió los jugos y babas del anciano centro neurálgico de aquella sociedad.
Preparado para aquel triste final, fantasea con las ultimas imágenes a proyectar en la mente del ilithid. Obscenas instantáneas de su cerebro vestido cual ramera de waterdeep intercambiando sus fluidos neurales.. En otra situación sus artes y maneras podrían haberles servido, pero de momento, mejor parecía callar.. y curar, viendo el deplorable estado de muchos de ellos, en especial Martín.
Uno de los Illithid agitó los tentáculos y abrió los ojos. Guilbert no está seguro de que comprenda con exactitud las imágenes que está proyectando, pero es evidente que entiende sin problema el significado de estas.
Klarotah mira fijamente a Helayna durante unos segundos y contesta de tal forma que todos pueden escuchar lo que la contesta, al igual que Ash.
- Mi palabra no sse ha vissto comprometida. El acuerdo ess que conoceríaiss el camino de vuelta a la ssuperficie, y lo conoceiss. Pero ahora tenéiss una oportunidad de sservir a un propóssito mayor. Aceptad la oferta. La alternativa ess... dessagradable... para vossotross. No ssentiréiss dolor no debe preocupaross. Cuando todo acabe... sseréis uno máss de nossotross, - Klarotah, sólo distinguible por las raídas ropas que lleva en contraste con las elegantes sedas que portan el resto de los alienígenas seres.
Los seres parecen cada vez más tensos, en especial cuando notan el azoramiento de uno de ellos y los demás interpretan correctamente los pensamientos de Guilbert.
Que Kima, como única respuesta, escupa en el suelo frente a ellos no parece ayudar a relajar la situación.
Zevatur resopló al sentirse ignorado por los Illith. Y después al escuchar a Ash y sus compañeros añadió. - Uh... Me temo que no podemos quedarnos. - Dice Zevatur entendiendo que posiblemente el rescate acabe en enfrentamiento con la colmena. - Tenemos que salvar el mundo. No podemos quedarnos en los alrededores de vuestra colonia… En definitiva, si fallamos vuestra colonia también perecerá.
Entendiendo que sus palabras no son suficientes proyecta a los Illith partes de la conspiracion del culto del dragon para convocar la Diosa dragon al plano material y dominar todo el mundo.
- Si el mancillamiento y vuestro sometimiento a un simple beholder os parecia deplorable, esperad a ver lo que una diosa podra hacer con vosotros.
Hela cerró su mente automáticamente tras las palabras de Klarotah. Si la muestra de sus pensamientos había conmovido o surtido algún tipo de efecto en el ser pulpoide, desde luego no se reflejaba en su discurso. Por su parte, no tenía más argumentos que ofrecer.
Miró a Ash con tristeza y después al resto del grupo, observando sus posiciones e intentando adivinar cuáles eran sus intenciones. Parecía evidente que no había más opción que la lucha o la huída y debía prepararse para ello.
Martin casi gritó a Zevatur ante su ofrenda de sacrificio, no permitiría que el noble tiefling cayera bajo la influencia maligna de La Colonia. Su dientes estaban apretados por la rabia y su extraño colo pálido de piel, era ahora incluso más acentuado, estando tan cerca del umbral de la muerte como estaba, su figura parecía más un fantasma que nunca. De reojo, no podía evitar mirar a los sirvientes de ojos vacuos sin voluntad alguna, y sentía que ese acto de esclavitud tan extrema era uno de los actos más viles que existían... confió en que los paladines y adalides del bien de su extraño grupo no permitirían tal calumnia.
Mientras caminaba, casi arrastrándose hacía sus amigos, sin bajar la guardia ni su arco, el sentimiento de traición de Klarotah fue acrecentándose en su interior, él sabía que iba a pasar esto, pero aún así le ofreció su abrazo, acto que el Illithid ignoró, cuando era una expresión de sus sentimientos tan rara como el mismísimo diamante en bruto. Les había despreciado y ahora ese alienígena ser sin empatía era incapaz de entender, por muy inteligente y analista que fuera, lo que implicaba la aceptación que le había dado el semielfo en contra de todos sus instintos. El sentimiento de traición dio paso rápido a la decepción más absoluta por el "regalo" que les ofrecían a ellos. El bastardo podía llegar a comprender que era su manera de ofrecerles también su aceptación... pero no los consideraba tan ineptos gestionando sentimientos y lazos de otras razas ajenas a ellos.
Poco a poco fue llegando a la altura de los demás y se situó al lado de Ash, la energía vital que K'varn le había robado le estaba pasando una dura factura, y cada respiración era casi un suplicio. Curiosamente, al estar tan cerca de la linea entre la vida y el más allá... sus espectros consejeros, héroes de antaño de la misma Reina Cuervo, parecían más sólidos y tangibles, prácticamente tan nítidos que estaba convencido de que si estiraba su mano podría tocarlos y sentirlos como a cualquiera de los miembros de los fragmentos extraordinarios. Los vislumbró a su lado, dispuestos a ayudarle a defender al nuevo elegido de su Reina... ese guerrero de músculos cincelados y alto nivel de socarronería que tenía adyacente a él y por el que daría la vida sin dudarlo, puesto que esa era la voluntad de su Diosa. De alguna manera esto le infundió valor, y su mirada purpúrea se clavó en el Cerebro Anciano dispuesto a destruirlo si era necesario...
Ash se despojó de los restos de su capa roja para proceder a envolver en ella el Cuerno de Orcus mientras los demás mantenían la cháchara encendida. Puso cuidado de no tocar directamente el artefacto con los dedos. De reojo miraba al Cerebro Anciano.
Zevatur miro de pronto a los Illith con compasión. Estaban asustados y esta era la única opción que posiblemente veían de que la colmena subrevivirse tras el trauma de ser controlados y mancillados.
- La colonia no necesita que la salvemos de nuevo. Sois fuertes y aunque pequeños no necesitáis más agentes.
Después intentando ganar tiempo y intentando relajar la situación les preguntó acerca del procedimiento.
- Podeis contarnos cómo es el procedimiento y que implica con detalle? Desconocemos por completo está costumbre vuestra
Todos recibieron de Klarotah una clara sensación de confusión ante sus palabras. - Yo... no... lo entiendo. - transmite en sus mentes - Durante nuesstro viaje habeiss manifesstado vuesstro desseo de uniross a algo mass grande que vossotross... de dejar de sser uno para formar parte de un todo.. tener una familia, un ssentimiento de pertenencia. Inclusso llegaiss a uniross fissicamente entre vossotross - dice mirando a Ash y Helayna - y habeiss manifesstado essa missma necessidad conmigo. Tú... - señala a Martin - me tocasste... te unisste a mi ssin yo haberlo pedido. Entiendo que vuesstrass limitadass mentess no pueden comprender aún pero uniross a La Colina ess lo que colmará vuesstross desseoss. No volvereiss a ssentiross ssoloss... no precissareiss de llenar el vacío de vuesstra mente con el contacto fissico, el cual ess... repugnante. -
Su tono de voz era conciliador y paternalista, casi como si estuviera explicando a unos niños algo muy obvio.
Se gira hacia Zevatur.
- ¿El processo? No temass no ess dolorosso. OSS llevaremoss a la Ssala de Incubación. La larva entrará en vuesstro cuerpo y se incubará en vuesstro cerebro. Cuando eclossione ssereiss uno de nosotrosss. Vuestrass passadass experienciass sse unirán a La Colonia y vuesstrass limitadass pssiquess dessapareceran para dar paso a la de un illithid. Vuesstross cuerposs alcanzarán essta forma ssuperior. Nossotross no tememoss. No temaiss vossotross Esste honor rara vez sse otorga... -
Zevatur sacudió la cabeza, eran unos seres altivos y no podían admitir su propio miedo. - Pero... acabar con nuestra psique y reemplazarla con la psique de un Illith es matarnos, solo quedaria el cuerpo. ¿No hay forma de unirnos a vuestra colonia sin reemplezar nuestra psique con la de una de los vuestros? - Dijo sin entender muy bien como desaparecer podia ser un honor. - No nos honrais a nosotros. Parece que lo que ofreces es robarnos los recuerdos, quedaros con los cuerpos y matarnos.
Pensando en ganar tiempo, quizás en la sala de las larvas... - ¿Y cuanto tiempo lleva el ritual? ¿Hay posibilidades de que salga mal?
Klarotah parecía estar perdiendo la paciencia pero siguió explicando, más despacio esta vez.
- Lo hass entendido todo al revéss Zzevatur.. Vuestras psiques quedarían para ssiempre guardadass en el Cerebro - hizo un gesto hacia el gran cerebro que dominaba toda la estancia - y accessibless para toda la Colmena... nada sse perdería jamáss... y por fin entenderíaiss... y podríaiss sser realmente parte de algo máss grande que vossotross missmoss... como yo vuelvo a sserlo ahora... y vuesstross cuerposs... o esso a lo que llamaíss cuerpo... ssin ánimo de ofender... ssería reemplazado por una forma máss perfecta... todoss sseríamoss igualess... No exisste ningún ritual... al menoss no como tú lo entiendess... la larva entra en el cuerpo y sse aloja en el cerebro durante el periodo de incubación... ess muy rápido. Nada puede ssalir mal. Una vez la larva alcanza ssu madurez sseréis uno de loss nuesstross. -
Hizo una pausa, como recordando todo lo que le había dicho el tiefling, o quizá escuchando algún apunte mental de alguno de sus compañeros o del Cerebro Anciano.
- Ess un honor que vuesstrass mentess passen a formar parte de la Colmena... essto no ess cossa valadí... y que vossotross alcancéiss un sstatuss muy ssuperior al que teneiss ahora... entraréiss en una nueva dimenssión de exisstencia... -
Zevatur abrió los ojos un poco más. De alguna forma la idea y las palabras del illith le empezaron a resultar seductoras. Ignorando la reacción de rechazo de sus compañeros pregunto más, con su habitual curiosidad.
- La verdad es que es muy seductor... Pero entonces... No estoy hablando contigo, tu psique también está en el cerebro? Guardada ahí? Y qué pasa cuando se muere el cerebro? Podríamos volver a nuestros cuerpos? - Preguntó con un genuino interés.
Ash dejó caer la ballesta y corrió hacia su amada apretando los dientes. En rápidos pasos de atleta sorteó a su compañeros mientras sus Gloria y Norma salían da sus vainas cantarinamente como una promesa inclemente. Aquella cosa hedionda y obscena que era el K'varn nomuerto comenzaba a elevarse cuando el guerrero llegó hasta él afianzando los pies. Ash descargó sus frustraciones sobre su tumefacto cuerpo.
—¡Muérete ya madita cosa! —bramó junto a Helayna por fin compartiendo una mirada cómplice tras el primer tajo— ¡A él, Fragmentos! ¡Somos más y más guapos! —sonrió perladamente— ¡Y que Tymora baile para nosotros!
Los otros dos lances certeros cortaron y sajaron sin piedad aquí y allá en movimientos coordinados haciendo saltar la sangre en varias direcciones.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
La sonrisa de alivio que se reflejó en el rostro de Hela al ver aquella mole caer inerte al suelo se convirtió en una mueca de espanto y confusión cuando comenzó a moverse de nuevo, comprendiendo que su aliento provenía de más allá de la misma muerte.
La mirada cruzada con Ash le otorgó el temple necesario para concentrarse en la lucha. Clavó su mirada en la aberración, aún más dantesca que antes, y sintió cómo, de alguna manera, ese cuerno tiraba de ella, reclamando el resto de alma que no pudo arrebatarle la última vez.
Quizá esa conexión fue la que provocó la revelación que la shadar-kai experimentó al observar fijamente aquel apéndice siniestro. Sus ojos se abrieron sorprendidos y un grito desesperado retumbó en la estancia:
- ¡El Cuerno de Orcus! ¡arrancadle el cuerno! ¡es la fuente de todo su poder!
Aferrando el bastón tan fuerte que le hizo temblar el brazo y casi todo el cuerpo, una fuerza invisible y casi tangible emanó de sus ojos, de su cabeza, en dirección a su objetivo. Todos pudieron observar cómo el cuerno comenzó a vibrar lentamente, con más intensidad después, provocando que la piel muerta de K’Varn se resquebrajara y el hueso comenzara a separarse. Un icor negruzco y apestoso rezumó de la herida pero, cuando parecía que el cuerno se iba a separar del todo de la carne, éste volvió a su lugar. La elfa suspiró frustrada. Estaba demasiado débil, su fuerza no había sido suficiente esta vez.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Al caer el loco K’Varn Guilbertsintio como la Magia volvía a él casi de inmediato. El traslucido guerrero de la Orden reapareció flotando allí donde había desaparecido y cuando la criatura volvió a elevarse como un muerto viviente de lanzó hacia ella sin dudarlo, pero su espectral claymore golpeó en una de las placas de armadura injertadas en la piel.
Corrió al lado de la atribulada Helayna e intentó cerrar algunas de sus heridas para insuflarle fuerza y alivio.
Escuchando las palabras de la shadar-kai, Gowther aferró el cuerno pero nada más tocarlo sintió como su fuerza vital era absorbida por el objeto como si fuera una sanguijuela alimentándose vorazmente de su sangre. Sorprendido y dolorido soltó el Cuerno.
Kima abrió los ojos ante las palabras de Helayna.
- Ahora comprendo todo - musita mientras corre al lado de Gowther. Sin dudarlo apoya un pie en la frente de K’Varn y aferra el cuerno con ambas manos. Aprieta los dientes por el dolor que le causa pero aprieta con más fuerza su presa sobre el cuerno, tornándose sus nudillos blancos. Kima tira con todas sus fuerzas y sus músculos parecen a punto de reventar, las venas en su cuello marcándose por el esfuerzo.
Con un repugnante sonido de succión el cuerno de separa de la piel y el músculo y la paladín del Bahamut arranca el Cuerno de Orcus, Principe del Inframundo, del cadaber de K’Varn el Loco.
Por fin, los sueños de conquista del contemplador mueren con él, y tanto Mithrall Hall como Faerûn están a salvo. Al menos de esta amenaza.
Kima suelta el Cuerno en el suelo como si le quemara y pide una manta para envolverlo. Mientras lo hacen, Klarotah flota despacio hacia el Cerebro Anciano.
Extendiendo una mano temblorosa no llega a tocarlo y las puertas se abren violentamente de par en par.
Cinco Illithid entran en la sala, acompañados de cuatro cerebros que caminan con cuatro patas, similares a los que encontraron en las alcantarillas. Dos ogros con mirada perdida, tres enanos y dos humanos armados hasta los dientes con los ojos en blanco se quedan en la puerta.
Ignorando al grupo todos flotan hacia Klarotah y el Cerebro. Pasan unos segundos en los que se miran entre ellos y parece que están manteniendo algún tipo de conversación.
Tras lo que les parece una eternidad, pero son apenas unos segundos, Klarotah se lleva despacio sus manos al capacete de metal que cubre su cabeza. Despacio, se lo quita y lo deja caer al suelo. Como si el sonido del metal les devolviera a la realidad los illtihid se vuelven hacia el grupo. Todos pueden escuchar la voz de Klarotah en sus cabezas.
- Debo agradeceross que hayáiss cumplido vuesstra parte del trato. Habéiss demosstrado sser aliadoss fieless. He ssido readmitido en la Colmena y vuelvo a sser uno con miss hermanoss y hermanass.
Less he hablado de vossotross y debéiss regocijaross. La Colmena no devorará vuesstross cerebross. Tampoco ssereis esclavoss sin voluntad. - have un condescendiente gesto hacia los humanoides de la puerta- Tenéiss una oportunidad que loss mioss rara vez otorgan. En esspecial a ti Helayna. Hass demosstrado sser la mass digan. Habéiss ssido elegidoss para recibir un embrión y uniross a la Colmena. Menoss tú- dice mirando rápidamente a Guilbert - Por tu ofenssa pasaráss el resto de tuss diass atendiendo personalmente al Cerebro. Da graciass puess el castigo por tu ignominia ess mucho mass severo, pero he convencido a mis hermanoss y hermanass que saber que tuss amigoss gozan de una vida superior mientrass tú jamáss la alcanzaráss ess castigo ssuficiente.-
El resto de illithid flota tras Klarotah, sus túnicas flotando en silencio en la penumbra de la sala. Todos pueden sentir una presencia que llena por completo la cámara, casi como un ruido sordo en sus mentes. El Cerebro Anciano está despierto.
PbP Character: A few ;)
Al escuchar las palabras de Klarotha, Gowther por un momento vaciló y pensó en lo fácil que sería dejarse llevar, pero su determinación era más fuerte y su destino no estaba ligado a los de aquella raza mente colmena. Dando la importancia que se merecía al reciente recuperado gran cerebro, se dirigió a el haciendo una reverencia y postrando la rodilla en el suelo-En verdad estamos bastante agradecidos por la oferta, pero lamentablemente tenemos que declinarla. Actualmente nuestros pueblos están inmersos de una terrible guerra encubierta, cuyo resultado puede desencadenar un desequilibrio como nunca antes se ha visto...-Haciendo una reverencia de nuevo con la cabeza-Si bien nuestro pacto con los vuestros surgió de la colaboración con Klarotha, continuamos con el por la empatía que sentimos hacia vuestra situación. Situación parecida a la nuestra.-Volviendo a reforzar el agradecimiento expresado.-Por eso, os pedimos que no interpretéis nuestra petición de dejarnos marchar como un insulto... La misma responsabilidad que nos impulsó a colaborar con vuestra causa, nos obliga a seguir adelante...
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Morko no daba crédito a la oferta y su mente empezó a mostrarle imágenes de el convertido en un ilícido. Con un gesto de desagrado agitó su cabeza para despejarse y tras escuchar a Gowther añadió con respeto:- Tenemos responsabilidades en la superficie que debemos de atender, además no creo que Moradhin me recibiese en sus salones si aceptase tal regalo. Apoyo la peticion de mi compañero de que nos dejéis marchar a todos en paz-.
Tras hablar agarró con firmeza el mango de Kheluzburk en previsión de tener que salir de allí por la fuerza.
Hela suspiró profundamente aliviada cuando Kima, con una fuerza inusitada, arrancó por fin el cuerno de K’Varn.
Dejó a los demás la tarea de envolver el cuerno y, arrastrando los pies, con la poca energía que le quedaba, se dirigió hacia Ash con el que se fundió en un abrazo, dejándose sostener por sus poderosos músculos entre los que se sentía segura de nuevo. Ignorando lo acontecido a su al rededor, se separó de él solo cuando la voz de Klarotha resonó en su cabeza, echando un vistazo a lo que había acontecido en la sala en los últimos minutos.
El rostro de la shadar-kai se volvió hierático pero su mirada se fue tornando cada vez más triste con cada palabra del illithid. Las intervenciones de sus compañeros fueron acertadas, pero mucho se temía que la declaración de Klarotha no era una opción si no una imposición. Hela le dirigió directamente sus pensamientos, como si estuviera manteniendo una conversación privada con él.
- Klarotah - susurró con tranquilidad - aunque no dudamos del honor que implica para vosotros la vida que nos ofrecéis… sabes que no podemos aceptar este destino. Míranos, escúchanos - dijo, extendiendo los brazos - no pertenecemos a este mundo, debemos volver y continuar con nuestra misión. Si lo que quieres es agradecer nuestra ayuda, mantener nuestra alianza, debes dejarnos marchar -
La shadar-kai suspiró cansada. Quizá las palabras no eran el vehículo correcto para transmitir las emociones que se ligaban a ellas. Quizá la única forma de que el ser pulpoide pudiera entender a qué se refería era vivenciándolo por él mismo - Confío en ti Klarotah y, para demostrártelo, te invito a que te adentres en mi mente; indaga, inúndate de mis recuerdos, de mis anhelos, de mis miedos y quizá así puedas entender por qué no pertenecemos a esta suboscuridad - aún sabiendo el riesgo que corría, Helayna abrió su mente dejándole vía libre; su intención era que el Illithid experimentara toda la soledad de sus años en el Plano de las Sombras, la emoción, la felicidad de pertenecer a un grupo, el amor que sentía por Ash, la lealtad hacia sus compañeros y hacia su misión. En definitiva, despertar en él un ápice de empatía.
- Hemos recorrido juntos este camino, ha sido muy duro llegar hasta aquí. Tú ya tienes lo que anhelabas, hemos cumplido nuestra parte del trato, por favor, déjanos marchar. No permitas que la confianza y la alianza que hemos forjado se desvanezcan en una lucha inútil. Porque, por mucho que me pese, si no podemos continuar nuestro camino, no habrá otra opción posible - su tono no era amenazante, más bien una mezcla de tristeza y determinación.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
El combate había acabado, al fin. El horrible K'varn yacía inerte en el suelo y el cuerno permanecía en el suelo. Zevatur saltó un par de veces al plano etéreo mientras escuchaba las palabras del Ilith con emoción. Los espíritus aún estaban condenados danzando alrededor del cuerno de Orcus, enervado por la visión cancelo el conjuro y se unió a la conversación . Unirse a la colmena, parecía una idea estupenda, aquellos seres no debían conocer a Bahamut y su conocimiento quizás extendiese la fe entre ellos. Pero la mención al destino de Guilbert fue un jarro de agua helada.
- ¡Es una idea genial! – Replicó a Klarotha – ¿Podremos seguir en comunicación cuando estemos en la superficie?… Sin embargo, no… Guilbert no pretendía humillar al gran cerebro. Si no salvarlo. – Luego, viendo las inexpresivas caras de los devoramentes interpeló al gran cerebro, girándose y dirigiéndose directamente a él. – Seguro que tú entiendes lo que es tener la voluntad doblegada contra tu voluntad. Te hemos salvado de tal destino… ¡No se lo impongas ahora a Guilbert!
Zevatur, Rolthos
Ash abrazó a Helanya antes siquiera de que K'Varn se enfriase. Kima sugirió envolver el cuerno en una manta para no tocarlo directamente, pero apenas pudo asentir mientras se dejaba embriagar por el olor del pelo de la shadar-kai.
Cuando los Klarotha se dirigió a ellos para brindarles la gratitud del illith, apenas pido sonreír cínicamente. Al menos ahora todas las cartas estaban sobre la mesa. No es que alguna vez hubiera tenido alguna duda de que Klarotha solo les utilizaba, pero al menos ahora nadie podía negarlo. Bueno sí, el cándido de Zevatur, claro siempre tan ingenuo, qué suerte.
—Zev, estos amables caballeros son esclavistas con tentáculos —sonrió sardónicamente—. Esto no es un intercambio cultural, es un sometimiento. Otra cosa que no sea el sometimiento de otras razas no encaja la concepción del mundo de estas sepias —explicó pacientemente al tiefling como quien habla a un niño.
A pesar del sudor y la sangre mostró los dientes a Klarotha en un amplia sonrisa.
—Y, por curiosidad, ¿en qué consistiría ese proceso de unión a la Colmena? Eso del embrión, ¿lo puedes desarrollar por favor? —su tono no dejaba muy claro si hablaba en serio o solo era sarcasmo— ¿Es doloroso? ¿Deja marca? ¿Obtendremos algún tipo de nuevo poder? ¿Acaso nos saldrán tentáculos?
Trataba de parecer interesado mientras Zevatur y él charlaban con el illith. A la vez, observaba al Gran cerebro con curiosidad.
Trato de llevar la conversación a 1 min para poder usar "Know Your Enemy" y saber "current HP"
1 min de charla amistosa pasa volando.
If you spend at least 1 minute observing or interacting with another creature outside combat, you can learn information about its capabilities compared to your own: Strength score, Dexterity score, Constitution score, Armor Class, current HP, total class levels (if any), fighter class levels (if any)
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Por fin, la aberración mordía el polvo por segunda vez. Pero el júbilo apenas duró hasta la sorpresa, bastante esperada, de klarotah. Una sonrisa se dibujó En su cara ante el agraciado futuro de sus compañeros y sus larvas. El repugnante fluido de cerebro aún cubría su ropa y armadura. Con cierta molestia sacudió los jugos y babas del anciano centro neurálgico de aquella sociedad.
Preparado para aquel triste final, fantasea con las ultimas imágenes a proyectar en la mente del ilithid. Obscenas instantáneas de su cerebro vestido cual ramera de waterdeep intercambiando sus fluidos neurales.. En otra situación sus artes y maneras podrían haberles servido, pero de momento, mejor parecía callar.. y curar, viendo el deplorable estado de muchos de ellos, en especial Martín.
Uno de los Illithid agitó los tentáculos y abrió los ojos. Guilbert no está seguro de que comprenda con exactitud las imágenes que está proyectando, pero es evidente que entiende sin problema el significado de estas.
Klarotah mira fijamente a Helayna durante unos segundos y contesta de tal forma que todos pueden escuchar lo que la contesta, al igual que Ash.
- Mi palabra no sse ha vissto comprometida. El acuerdo ess que conoceríaiss el camino de vuelta a la ssuperficie, y lo conoceiss. Pero ahora tenéiss una oportunidad de sservir a un propóssito mayor. Aceptad la oferta. La alternativa ess... dessagradable... para vossotross. No ssentiréiss dolor no debe preocupaross. Cuando todo acabe... sseréis uno máss de nossotross, - Klarotah, sólo distinguible por las raídas ropas que lleva en contraste con las elegantes sedas que portan el resto de los alienígenas seres.
Los seres parecen cada vez más tensos, en especial cuando notan el azoramiento de uno de ellos y los demás interpretan correctamente los pensamientos de Guilbert.
Que Kima, como única respuesta, escupa en el suelo frente a ellos no parece ayudar a relajar la situación.
PbP Character: A few ;)
Zevatur resopló al sentirse ignorado por los Illith. Y después al escuchar a Ash y sus compañeros añadió. - Uh... Me temo que no podemos quedarnos. - Dice Zevatur entendiendo que posiblemente el rescate acabe en enfrentamiento con la colmena. - Tenemos que salvar el mundo. No podemos quedarnos en los alrededores de vuestra colonia… En definitiva, si fallamos vuestra colonia también perecerá.
Entendiendo que sus palabras no son suficientes proyecta a los Illith partes de la conspiracion del culto del dragon para convocar la Diosa dragon al plano material y dominar todo el mundo.
- Si el mancillamiento y vuestro sometimiento a un simple beholder os parecia deplorable, esperad a ver lo que una diosa podra hacer con vosotros.
Zevatur, Rolthos
Hela cerró su mente automáticamente tras las palabras de Klarotah. Si la muestra de sus pensamientos había conmovido o surtido algún tipo de efecto en el ser pulpoide, desde luego no se reflejaba en su discurso. Por su parte, no tenía más argumentos que ofrecer.
Miró a Ash con tristeza y después al resto del grupo, observando sus posiciones e intentando adivinar cuáles eran sus intenciones. Parecía evidente que no había más opción que la lucha o la huída y debía prepararse para ello.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
- ?Y un compromiso?... yo me ofrezco para coonvertirme en nombre de mis companeros. El resto no... -
Zevatur, Rolthos
- ¡No! Eso no va a pasar...
Martin casi gritó a Zevatur ante su ofrenda de sacrificio, no permitiría que el noble tiefling cayera bajo la influencia maligna de La Colonia. Su dientes estaban apretados por la rabia y su extraño colo pálido de piel, era ahora incluso más acentuado, estando tan cerca del umbral de la muerte como estaba, su figura parecía más un fantasma que nunca. De reojo, no podía evitar mirar a los sirvientes de ojos vacuos sin voluntad alguna, y sentía que ese acto de esclavitud tan extrema era uno de los actos más viles que existían... confió en que los paladines y adalides del bien de su extraño grupo no permitirían tal calumnia.
Mientras caminaba, casi arrastrándose hacía sus amigos, sin bajar la guardia ni su arco, el sentimiento de traición de Klarotah fue acrecentándose en su interior, él sabía que iba a pasar esto, pero aún así le ofreció su abrazo, acto que el Illithid ignoró, cuando era una expresión de sus sentimientos tan rara como el mismísimo diamante en bruto. Les había despreciado y ahora ese alienígena ser sin empatía era incapaz de entender, por muy inteligente y analista que fuera, lo que implicaba la aceptación que le había dado el semielfo en contra de todos sus instintos. El sentimiento de traición dio paso rápido a la decepción más absoluta por el "regalo" que les ofrecían a ellos. El bastardo podía llegar a comprender que era su manera de ofrecerles también su aceptación... pero no los consideraba tan ineptos gestionando sentimientos y lazos de otras razas ajenas a ellos.
Poco a poco fue llegando a la altura de los demás y se situó al lado de Ash, la energía vital que K'varn le había robado le estaba pasando una dura factura, y cada respiración era casi un suplicio. Curiosamente, al estar tan cerca de la linea entre la vida y el más allá... sus espectros consejeros, héroes de antaño de la misma Reina Cuervo, parecían más sólidos y tangibles, prácticamente tan nítidos que estaba convencido de que si estiraba su mano podría tocarlos y sentirlos como a cualquiera de los miembros de los fragmentos extraordinarios. Los vislumbró a su lado, dispuestos a ayudarle a defender al nuevo elegido de su Reina... ese guerrero de músculos cincelados y alto nivel de socarronería que tenía adyacente a él y por el que daría la vida sin dudarlo, puesto que esa era la voluntad de su Diosa. De alguna manera esto le infundió valor, y su mirada purpúrea se clavó en el Cerebro Anciano dispuesto a destruirlo si era necesario...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Ash se despojó de los restos de su capa roja para proceder a envolver en ella el Cuerno de Orcus mientras los demás mantenían la cháchara encendida. Puso cuidado de no tocar directamente el artefacto con los dedos. De reojo miraba al Cerebro Anciano.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Zevatur miro de pronto a los Illith con compasión. Estaban asustados y esta era la única opción que posiblemente veían de que la colmena subrevivirse tras el trauma de ser controlados y mancillados.
- La colonia no necesita que la salvemos de nuevo. Sois fuertes y aunque pequeños no necesitáis más agentes.
Después intentando ganar tiempo y intentando relajar la situación les preguntó acerca del procedimiento.
- Podeis contarnos cómo es el procedimiento y que implica con detalle? Desconocemos por completo está costumbre vuestra
Zevatur, Rolthos
Todos recibieron de Klarotah una clara sensación de confusión ante sus palabras.
- Yo... no... lo entiendo. - transmite en sus mentes - Durante nuesstro viaje habeiss manifesstado vuesstro desseo de uniross a algo mass grande que vossotross... de dejar de sser uno para formar parte de un todo.. tener una familia, un ssentimiento de pertenencia. Inclusso llegaiss a uniross fissicamente entre vossotross - dice mirando a Ash y Helayna - y habeiss manifesstado essa missma necessidad conmigo. Tú... - señala a Martin - me tocasste... te unisste a mi ssin yo haberlo pedido. Entiendo que vuesstrass limitadass mentess no pueden comprender aún pero uniross a La Colina ess lo que colmará vuesstross desseoss. No volvereiss a ssentiross ssoloss... no precissareiss de llenar el vacío de vuesstra mente con el contacto fissico, el cual ess... repugnante. -
Su tono de voz era conciliador y paternalista, casi como si estuviera explicando a unos niños algo muy obvio.
Se gira hacia Zevatur.
- ¿El processo? No temass no ess dolorosso. OSS llevaremoss a la Ssala de Incubación. La larva entrará en vuesstro cuerpo y se incubará en vuesstro cerebro. Cuando eclossione ssereiss uno de nosotrosss. Vuestrass passadass experienciass sse unirán a La Colonia y vuesstrass limitadass pssiquess dessapareceran para dar paso a la de un illithid. Vuesstross cuerposs alcanzarán essta forma ssuperior. Nossotross no tememoss. No temaiss vossotross Esste honor rara vez sse otorga... -
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Zevatur sacudió la cabeza, eran unos seres altivos y no podían admitir su propio miedo. - Pero... acabar con nuestra psique y reemplazarla con la psique de un Illith es matarnos, solo quedaria el cuerpo. ¿No hay forma de unirnos a vuestra colonia sin reemplezar nuestra psique con la de una de los vuestros? - Dijo sin entender muy bien como desaparecer podia ser un honor. - No nos honrais a nosotros. Parece que lo que ofreces es robarnos los recuerdos, quedaros con los cuerpos y matarnos.
Pensando en ganar tiempo, quizás en la sala de las larvas... - ¿Y cuanto tiempo lleva el ritual? ¿Hay posibilidades de que salga mal?
Zevatur, Rolthos
Klarotah parecía estar perdiendo la paciencia pero siguió explicando, más despacio esta vez.
- Lo hass entendido todo al revéss Zzevatur.. Vuestras psiques quedarían para ssiempre guardadass en el Cerebro - hizo un gesto hacia el gran cerebro que dominaba toda la estancia - y accessibless para toda la Colmena... nada sse perdería jamáss... y por fin entenderíaiss... y podríaiss sser realmente parte de algo máss grande que vossotross missmoss... como yo vuelvo a sserlo ahora... y vuesstross cuerposs... o esso a lo que llamaíss cuerpo... ssin ánimo de ofender... ssería reemplazado por una forma máss perfecta... todoss sseríamoss igualess... No exisste ningún ritual... al menoss no como tú lo entiendess... la larva entra en el cuerpo y sse aloja en el cerebro durante el periodo de incubación... ess muy rápido. Nada puede ssalir mal. Una vez la larva alcanza ssu madurez sseréis uno de loss nuesstross. -
Hizo una pausa, como recordando todo lo que le había dicho el tiefling, o quizá escuchando algún apunte mental de alguno de sus compañeros o del Cerebro Anciano.
- Ess un honor que vuesstrass mentess passen a formar parte de la Colmena... essto no ess cossa valadí... y que vossotross alcancéiss un sstatuss muy ssuperior al que teneiss ahora... entraréiss en una nueva dimenssión de exisstencia... -
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Zevatur abrió los ojos un poco más. De alguna forma la idea y las palabras del illith le empezaron a resultar seductoras. Ignorando la reacción de rechazo de sus compañeros pregunto más, con su habitual curiosidad.
- La verdad es que es muy seductor... Pero entonces... No estoy hablando contigo, tu psique también está en el cerebro? Guardada ahí? Y qué pasa cuando se muere el cerebro? Podríamos volver a nuestros cuerpos? - Preguntó con un genuino interés.
Zevatur, Rolthos