Con disimulo, aligual que muchos de sus compañeros, Guilbert clavó la mirada en Zevatur nada mas nombrar la piedra.. información de mas, pensó.. así que trató de reconducir la conversación de la mejor manera posible.

-Recuerdas cuando buscábamos a los amigos Floon y Reaner?-sin esperar respuesta continuó.- cuando nos conocimos, veníamos siguiendo sus pasos porque se habían metido en asuntos tan turbios que casi les lleva a encontrar su muerte e incluso la nuestra por tratar de rescatarles. En aquel almacén donde nos mandaste se encontraron Zents y gente de Xanathar, en guerra entre ellos y nosotros en medio. Y aquel conflicto aún colea, compañero. -haciendo ver que él también disfrutaba de la música- y de nuevo aquí nos ha traído, maltrechos, acosados, pero no derrotados. Hemos recuperado un joya de los chavales por la que fueron torturados y necesitamos llevársela.. Yo tampoco soy un guerrero, solo un bardo de waterdeep.. pero pienso- llevándose un dedo a la sien.- Te contaré el plan.. con tu ayuda, disfrazado como nuestro compañero, saldremos dejando que nos vigilen mientras él escapa. Sencillo, seguro, emocionante, y una buena pinta y oro de sobra por los servicios prestados a la familia de Reaner y a Floon.

Zevatur suspiró comprendiendo que había explicado más de la cuenta, pero no se arrepintió. No era cuestión de engañar a un aliado para meterlo en una misión tan peligrosa.

 - No te necesitamos para luchar, si no para construir una farsa, un engaño.

- Hmmmm..... hmmmm... nunca fui muy aventurero... si no cuentas el embarcarte por los mares como una aventura claro... - Orly mira a todos los miembros del grupo y entonces se percata de su aspecto maltrecho, pese a los esfuerzos de Gowther por dejarlos presentables antes de entrar en la posada. - ¿sabéis qué? Hagámoslo... si es tan importante como decís no me podría perdonar no ayudar... y además, parece emocionante. - Coge el sombrero que Guilbert ha puesto sobre la mesa. - ¿Cómo funciona esta cosa? - 

- Creo que el mejor la torre del mago. - Dijo Zevatur - Todos que nos perseguían nos estarán esperando en la casa de Reanar. Es allí donde la piedra debe dirigirse.

 - Te haremos pasar por Martin – dijo señalando a Martin – Y después él se escabullirla entre las sombras. Entonces nosotros saldremos de la posada, intentando evitar posibles peligros. Si alguien nos sigue, ignorará a Martin, esperamos y nos seguirá a nosotros. Tu no te pongas en peligro

 A pesar de que sus sentidos le decían que no había nadie vigilándoles desde cerca, la paranoia del joven tielflin era bastante elevada. Podían estar esperándoles fuera, observándoles mediante algún conjuro, o algún agente invisible podía estar apostado en alguna esquina, o desde el plano etéreo... Las posibilidades eran innumerables y después del despliegue de recursos brutos que sus perseguidores habían mostrado, posiblemente tuviesen también recursos más sutiles. Mejor cubrirse lo máximo posible. Sin embargo, no tenía ningún recurso mágico para ocultar sus actos así qué se levantó de la silla e intento cubrió a sus compañeros de posibles ojos indiscretos.

Ash sonrió socarrón y, haciendo una seña a Morko para que se uniera a ellos, se colocó al lado del tiefling, simulando estar compartiendo una confidencia con ellos dos. Sorprendentemente los cuerpos de los hombres dieron la intimidad que necesitaban para lanzar sus hechizos y terminar de prepararse. 

Orly se colocó el sombrero y pronto hubo dos Martin en la mesa. Había llegado el momento de salir de allí.

Martin indicó que estaba preparado, pero sugirió previamente que el grupo principal saliera antes para llamar la atención si eran seguidos. Cuando sus enemigos vieran que la totalidad de ellos abandonan el local y los alrededores, les seguirían sin preocuparse por si alguien más saliera después. Hacerlo al contrario, con el primero, era asumir demasiados riesgos de que le detectaran y comenzara su persecución al menos por parte de las diferentes facciones implicadas.

Esperandoo a que todos abandonaran el sitio, el semielfo esperó entre cinco y diez minutos, antes de ponerse la capucha de su capa de un color entre el gris y el verde pardo, se arrojara a las calles en dirección a la torre de Khelben y los suyos, eligiendo los caminos más alejados de la luz posibles, cuanto mejor fuera la densidad de la oscuridad, más beneficioso sería para él y el alcance de su objetivo.

Mientras recorría las estrechas caches de la urbe evitando vías principales, se maldijo a sí mismo por tener toda su magia agotada y no poder reclamar la ayuda de la naturaleza para dar cierto apoyo a su camuflaje urbano, pero de lo que más se arrepentía era de no poder haberse despedido de BJ como debía, temiendo que quizás no pudiera volver a verle.

Con un disfrazado Orly entre ellos, el grupo de los Fragmentos, aún dolorido, pero con algo más de aliento tras la intensa noche, abandonó la ruidosa posada y se internó en las calles del distrito de los muelles de Waterdeep. Pese a lo avanzado de la hora, el ambiente aún era bastante festivo y se cruzaban con varios grupos que volvían del desfile en el que habían perdido al extraño mayordomo. 

Nadie pareció prestarles mucha atención y salieron del distrito de los muelles sin ser molestados. Tras los últimos acontecimientos, la ciudad había dejado de ser un lugar seguro para convertirse en territorio hostil. Cada carcajada de algunos juerguistas les hacía volverse y llevar las manos a sus armas. Cada sombra provocada por algún gato callejero les ponía en tensión. Muchos recordaron su no tan lejano paso por la Suboscuridad, donde todo era peligroso y parecía dispuesto a matarlos. Nunca hubieran imaginado que tendrían la misma sensación en el pináculo de la civilización. 

Poco a poco siguieron caminando hacia la torre de Khelben. 

- ¿Qué tal lo hago? - dijo con voz entrecortada Orly a Guilbert casi sin atreverse a mirarle. 

Mientras tanto, Martin esperó el tiempo establecido y abandonó la posada sin ni siquiera abrir la puerta, si no aprovechando que unos borrachos entraban pasó por detrás de ellos y dejó que la puerta se cerrase tras él. 

El frío aire de la noche atravesó las ropas ajadas por los combates, dejando el jolgorio y la luz de la posada a su espalda se internó entre las sombras, esperando que su plan tuviera éxito. 

Poco a poco, calle a calle, la Compañía de los Fragmentos Ordinarios iba alejándose del Distrito de los Muelles hacia el interior de la ciudad. Cuando salieron del Distrito, con sus festividades, el silencio fue haciéndose cada vez mayor. Esta parecía dormir, o al menos sus calles. Los pasos de la Compañía resonaban en las calles y sólo se atrevían a hablar en susurros. 

Caminando al frente del grupo Hela y Ash iban cogidos de la cintura. Durante unos instantes Hela se atrevió a imaginar que, simplemente, estaban volviendo a casa dejando a su espalda una noche de fiesta. Fue entonces cuando Ash apretó un poco más la mano que tenía en su cintura, repentinamente tenso, aunque sus ojos escaneaban las calles frente a ellos sin saber muy bien qué le había puesto en alerta. Sus sentidos avezados por años de luchas y escaramuzas no le habían fallado y había aprendido a confiar en sus instintos. 

Hela miró alrededor, repentinamente asustada, y lo vio. Una figura entre las sombras de una callejuela un poco más adelante de ellos. Lo que le heló la sangre fue la pequeña bola de fuego morado que se dirigía velozmente hacia ellos.

Zevatur miro a su improvisado aliado y tuvo un mal presentimiento. Se acerco a el y asintio con la cabeza - Todo saldrá bien.

Orly, con el rostro de Martin, miró a Zevatur por encima del hombro y le sonrió confiado. Justo antes de que se desatara el infierno. 

Se volvieron a escuchar las detonaciones que les habían ensordecido en el almacén. Una, dos... Gowther sintió el punzante y abrasador dolor en el hombro y un costado de los impactos de las pequeñas esferas de metal que lanzaban aquellas cosas, levantó sus defensas mágicas y dos más rebotaron contra el escudo mágico, lanzando chispas arcanas sobre él. Sin embargo el escudo aguantó cuando comenzaron a llover virotes de ballesta hacia los dos magos. Uno de ellos alcanzó a Hela en el pecho, justo cuando comenzaba a conjurar su magia, la herida no fue muy profunda, pero el veneno de los elfos de las profundidades hizo mella en la delicada Shadar-kai y cayó inconsciente a los pies de Ash. 

Fue entonces cuando el infierno se desató entre ellos. Una atronadora explosión les envolvió en llamas moradas y rojas. El calor abrasador casi les quema los pulmones y todos chillaron de dolor. 

Ash no pudo cubrir el inconsciente cuerpo de Hela y la explosión la cogió de lleno, provocándole severas heridas que sangraban profusamente. El guerrero intentó parar la hemorragia sin mucho éxito. 

Todos fueron recuperándose del fulgor de la explosión. Guilbert intentó ayudar a Orly a levantarse pero comprobó con horror que el buen hombre-tortuga no había sobrevivido. El sombrero de disfraz yacía a un metro de la cabeza del valiente y confiado marinero que ya nunca zarparía a surcar los mares. 

Parco consuelo fue comprobar en las caras de sus atacantes el desconcierto al descubrir la verdadera identidad del fallecido. 

No pudo hacer nada cuando el infierno cayó sobre ellos. Miró el inerte cuerpo del pobre Orly y toda razón y autocontrol para entener y distraer a los agresores se disipó como el humo en la espesura del barrio marítimo. Localizado el lanzador de la bola de fuego solo quedaba cargar de forma abrupta, desesperada, rabiosa. Seguramente valerse de la magia le daba mas opciones, pero necesitaba hacer daño y sentirlo. Desenfundó el estoque y lanzó su mejor ataque a la vez que desplegaba su escudo flotante para la lucha a corta distancia.

-Solo sois un atajo de asesinos.. ineptos homicidas, incapaces de seguir una piedra.. Una vergüenza para los vuestros..- les increpó mas que habló

El drow que había detonado las extrañas armas contra Gowther dijo algo en su idioma a su compañero, que había esquivado sin problema el precipitado ataque de Guilbert. 

Disparando dos veces más sus extrañas armas, comenzó a acercarse a Guilbert y su compañero, poniéndose entre ellos y el resto de los Fragmentos Extraordinarios, dando la espalda a Guilbert, confiando plenamente en la habilidad de su amigo para reducir al bardo y cubrirle las espaldas. 

Los disparos alcanzan al aún aturdido Morko, que siente la sangre manar de las heridas que le provocan las pequeñas esferas de metal. 

Aprovechando que Ash está distraido atendiendo a Helayna, uno de los drow le dispara con su ballesta, pero los pequeños virotes rebotan indenfensos contra la dura armadura del guerrero. 

Recuperando la visión tras la explosión, Zevatur ve cómo sus compañeros intentan recuperarse pero están sufriendo un duro castigo. 

Zevatur se agacho para curar a Helayna y a Ash. Su magia curativa ilumono sus herias cerrandolas.

 - !No tenemos la piedra... Perdeis el tiempo!

Entonces varios vitrotes le impcataron, haciendo que vayes inconsciente al suelo.

Kath gruñó por lo bajo de frustración y rabia y una ráfaga de viento helado dejó tan sólo pequeños copos de nieve donde antes estaba la muchacha para reaparecer en el tejado al lado de un drow que estaba tumbado en él aprovechando la cobertura que le daba el mismo. No se esperaba aquello y el ataque de Kath casi lo decapita pero se gira a tiempo para evitarlo y llevarse, pese a todo, dos heridas profundas en su espalda. El drow se levantó, desenvainado a su vez dos armas, dispuesto a enfrentarse a la cazadora de sangre. 

Helayna parpadeó. Entre las brumas de la inconsciencia el dolor escuchó la voz de Ash llamándola y el delicado tacto de Zevatur. Luego el ruido de un cuerpo al desplomarse y al abrir los ojos vio a Zevatur inconsciente a su lado. Pese al dolor de sus quemaduras se obligó a ser fuere por sus amigos. 

Hela tardó unos segundos en recordar dónde estaba y qué había sucedido. En las últimas imágenes de su cabeza, rememoró el dolor de los virotes clavándose en su piel y, después, el desvanecimiento de la realidad y un fundido en negro. Pero algo más debía haber ocurrido, algo devastador que había acabado con la vida del ser tortuga que les acompañaba y que había dejado a sus compañeros y a ella misma en un estado aún más lamentable.

Se cercioró de que Ash se mantenía a su lado y permanecía en pie, eso era más que la suerte que había corrido  Zevatur, que caía la suelo de la misma manera que ella minutos antes. En décimas de segundo, barajó varias opciones, pero Guilbert estaba en primera línea y no podía permitirse el lujo de afectarle también a él. Finalmente, aprovechando su poder de esquivar aliados, se decantó por una magia que permitiría dañar a más de un enemigo. Pero, una vez más, fue testigo de como aquellos drows parecían inmunes a su daño, envueltos en una luz verdosa enfermiza que ignoraron sin piedad. 

La elfa, poco dada a mostrar sus emociones, aferró fuertemente su bastón, hasta hacerlo temblar de rabia e impotencia. Solo su mirada heladora y su rostro más hierático de lo normal mostraban su ira y frustración. 

La batalla se desarrollaba alrededor de Ash y Hela. 

Kath luchaba contra uno de los drow en el tejado, recuperado de la sorpresa inicial, el drow desenvainó dos armas de filo negro y, usando su magia oscura, envolvió a la joven en sombras y la lanzó hacia el vacío. Pero ella logró salir de aquel hechizo y permanecer en el tejado. Apretando los dientes se aprestó para el combate. 

Los drow, viendo que de momento no podrían superar las defensas mágicas de Gowther, abrieron fuego contra el paladin. Muchos caían ante un solo virote de ballesta, y más con el poderoso veneno drow emponzoñando sus puntas. Morko resistió tres. Pero los Fragmentos reconocieron en el gesto del enano que estaba a punto de desfallecer. 

Guilbert se batió bien contra el drow que había lanzado la bola de fuego y había matado al pobre Orly. Ya fuera que su ímpetu inicial había cogido por sorpresa al drow, o porque en ocasiones Tymora sonríe a los desesperados y los locos, una de las extrañas armas del drow se encasquillo cuando apuntaba directamente al pecho del bardo. 

 - No te preocupes - le dijo Guilbert al drow mientras levantaba su otra arma para disparar - Todos sufren antes o después un gatillazo... - 

- ¿Pero qué? - contestó el drow que, frustrado, envainó rápidamente su arma inservible y cogió un látigo que llevaba enrollado en su espalda. Haciéndolo restañar enrolló la punta en el brazo del arma de Guilbert. 

- Ríndete. Dinos dónde está la piedra y tus amigos vivirán - 

Los disparos volaron en aquel callejón y se podía intuir un claro objetivo... Gowther a duras penas podía mantenerse en pie. El El'tael se preguntaba cómo demonios podían conocer cada paso del grupo. Tras la bola de fuego, parte de sus compañeros se abalanzaron sobre los enemigos buscando el final de estos. Helayna y Zevatur habían caído antes de que pudieran siquiera reaccionar.

Mientras tanto, el eladrin permanecía en silencio y con la cabeza mirando hacia el suelo. Las manchas de sangre surgían mostrando surcos en sus vestimentas intactas por el hechizo con el que se hicieron. La sangre comenzó a deslizarse por la hoja de su espada...

"Protege a tus compañeros..."

Desde que abrió su corazón a aquellos aventureros, las emociones parecían estar descontroladas. La ira, el miedo, el deseo de venganza, la sed de sangre se volvían insaciables, sobre todo cuando surgían situaciones como esta... 

"No importa el coste..."

Recientemente sus metas habían cambiado... Ya no visualizaba a sus amigos del mismo modo... Entendió que su destino y el de Aegnor estaba en primera línea de batalla defendiéndolos.

"No importa el modo..."

Su mente comenzó a embriagarse incluso por aquella sensación de una muerte inminente. Las voces de sufrimiento de sus compañeros parecían estar enlatadas.

"!DESPIERTA¡"

Aquella voz sacó a Gowther de aquella extraña ensoñación. Sujetando con firmeza la espada, la sangre comenzó a resecarse por el calor que emitía. Lentamente, levantó la cabeza y posó su mirada en uno de los drow que rodeaba al grupo. Mostrando una sutil sonrisa, su movimiento inició la conocida danza de muerte. Su espada silbaba una melodía que presagiaba lo que iba a suceder. irdinario dia 22 numero 13

Mientras llegaba a la posición de su objetivo, la luz alrededor del eladrin parecía ser engullida por la hoja de su espada. Como si la sed de sangre de Aegnor se alimentara de la misma luz. En un parpadeo, el El'tael se difuminó hasta ser completamente invisible para sorpresa de sus enemigos.-"Bailemos."-Musitó Gowther a aquella pobre criatura que solo pudo sentir el filo y el fuego de Aegnor en zonas vitales, una de ellas casi seccionando el cuello del drow.

Impedido por el látigo que le atenazaba Guilbert apenas pudo elevar el sable de manera inofensiva contra Krebbyg. Intentando cortar y rebanar tan solo consiguió perder el contacto con su arma. La cólera comenzaba a trasmutar en frustración y no se podía dar el lujo de renunciar a ningún recurso a su alcance. Usando el labrado cuerno negro con filigranas en plata clamó por la última carga de la orden. Entre la neblina y oscuridad un enorme highlander etéreo apareció blandiendo su claymore sorprendiendo la retaguardia del líder Drow.

-La suboscuridad os deja atrofiado el cerebro..-escupió-.. esta es una misión suicida que pensábamos que solo atraería a los mas bobos de nuestros enemigos.. solo había que esperar quien ganaba el premio al villano mas inepto.. ohhhh creeme, harán canciones de ti y tus chicos y nunca nadie reirá tanto con ellas..

-Nadie se burla de Bregan D'aerthe - gruñe el drow ante las bravuconadas de Guilbert y se apresta a desjarretar varios disparos sobre el insolente bardo. 

Mientras Ethan, intenta ayudar a Gowther que, pese a su poderoso ataque e impresionante técnica estaba en clara desventaja.  Por desgracia el drow era muy hábil y desvió la espada de Ethan.

El líder drow que estaba entre Morko y Guilbert abrió los brazos y disparó a ambos a bocajarro. Morko cayó al suelo dando vueltas, su poderosa hacha repiqueteando contra el suelo. Guilbert sintió el punzante dolor en el hombro del disparo a traición recibido en la espalda. 

Su contrincante frente a él, no perdió la oportunidad y disparó de nuevo contra el bardo, pero la viloencia del ataque por la pespalda hizo que el cuerpo de su objetivo se moviera y errara el ataque. 

- ¿Has vuelto a fallar? ¿Te he deslumbrado con mi sonrisa? Tu madre decía que le recordaba a la luz del sol... igual es por eso... - 

Como invocado por las palabras del bardo, las luces del alba comenzaron a clarear por el este, aunque todavía faltaba para que el sol se elevara en el firmamento, un gallo comenzó a saludar al astro matutino. Eso y los ruidos de la lucha sin duda atraerían a alguien pronto. ¿Sería suficiente?. Quizá, pues eso hizo que el drow mirara hacia el cielo y Guilbert pudo evitar su segundo disparo. 

Los dos drow que aún tenían una posición elevada, dispararon contra Helayna y Ash, asaeteando a los amantes sin piedad. La shadar-kai cayó inconsciente en el suelo víctima del temible veneno de los elfos de las oscuridades. 

Kath y el drow bailaban una danza mortal, pero el cansancio de la noche hizo mella en la valiente muchacha y, pese a herir de nuevo a su enemigo, trastabilló. Momento que aprovechó el elfo para cortar con su espada de sombras el abdomen de Kath, la cual cayó del tejado a las duras calles adoquinadas. Un gran charco de sangre comenzó a formarse bajo ella. 

Ethan, Gowther y su contrincante se enzarzaron en un baile mortal donde no se pedía ni se daba cuartel y las estocadas, paradas, fintas y cortes iban y venían por doquier. Podría haberse confundido con una hermosa danza, de no tener tan mortales consecuencias. 

Ash, con varias saetas clavadas en su cuerpo, sintiendo como el veneno corría por su cuerpo, dejó que la rabia por ver a sus amigos y su amada caer le poseyera y la adrenalina le hizo ignorar el veneno. 

Los sentimientos pudieron más que la táctica y Ash se arrodilló para coger a Helayna y sacudirla levemente, la hechicera volvió de entre las brumas del veneno drow y sonrió levemente a Ash. Su cabeza daba vueltas con tanto veneno y por la pérdida de sangre, pero el rostro aliviado de Ash infundió fuerzas a la maga Shadar-kai. 

Ash fue hacia Zevatur y le sacudió con firmeza para despertarle también. El joven tiefling parpadeó sorprendido. 

Guilbert y su aliado fantasmal de la Orden de la Rosa Negra continuaban su lucha contra los dos drow. Los disparos se sucedían, y entremedias se escuchaban juramentos, jadeos y algún grito de dolor y sorpresa. El último disparo dio de lleno a Guilbert en una pierna y le hizo hincar la rodilla. La sangre manaba a borbotones del interior de su muslo, parecía que había alcanzado una arteria importante. Guilbert sabía que no le quedaba mucha lucha en el cuerpo. No con aquella herida. 

En otro lado, Gowther aprovechó que el drow estaba centrado en Ethan y se colocó a su espalda. Aegnor realizó un corte profundo en el cuerpo de drow y este chilló de dolor girándose y lanzando estocadas en su dirección intentando acabar con el maldito El'Tael, sin éxito. Lanzó otro ataque contra Ethan pero este desvió el ataque con maestría, abriendo la guardia del herido elfo asesino y atravesando el corazón del mismo con una rápida estocada. Varios de sus aliados habían caído pero aquello quizá equilibrara las tornas un poco. El cuerpo del elfo de las profundidades cayó al suelo empedrado de waterdeep con un ruido sordo. 

Otro de los drow apostado en un balcón, atento a seguir con su estrategia, disparó a Helayna y está cayó atravesada esta vez por una saeta en el hombro. 

Zevatur, apartando a un consternado Ash, corrió a su lado y usando la energía curativa de Bahamut, una luz metálica apareció en sus manos y sanó las heridas más graves de la maga. Sin embargo el alivio duró poco. 

De las sombras del callejón apareció un drow que cargó con su espada al tiefling. Viendo que el tiefling podía curar a sus enemigos centró sus esfuerzos en él. Las sombras parecían fluir a su alrededor y cubrirle como un manto cuando atacó a Zevatur. La hoja era fría cuando cortó la piel escamada del tiefling y una neblina oscura pareció rodearle por unos segundos, el drow cerró su puño con la mano libre y la oscuridad que rodeaba al hechicero se concentró en este y explotó, lanzando a Zevatur un par de metros hacia atrás. Sintió como sus huesos se resentían y un frio antinatural se le colaba en las entrañas. No podría resistir otro ataque así. 

Helayna, apartándose un poco del drow que se acababa de materializar a su lado dirigió su atención al peligroso enemigo que había lanzado una bola de fuego contra ellos. Un rayo, que más parecía un tentáculo de energía negra se extendió desde su mano hasta el drow y, al alcanzar a este comenzó a alimentarse de su esencia vital para, a través de la oscura unión, restablecer la de la maga. Con un grito de dolor y sorpresa, el látigo que  tenía en la mano cortó esa unión que se deshizo en inocuas volutas de humo. Gritó algo en su idioma y Helayna saltó hacia atrás cuando el drow que había estado luchando contra Kath en el tejado se materializó a su lado y la atacó con su arma. Helayna levantó sus defensas mágicas justo a tiempo, y la espada que parecía hecha de sombras del drow chocó contra el escudo mágico de la maga. Pese a ello las sombras se arremolinaron a su alrededor, envolviéndola. Por un segundo Helayna no fue capaz de ver nada y al instante siguiente sintió como las sombras explotaban a su alrededor. Parecía que la energía de la que se alimentaban era similar a la de su plano natal, por lo que no sufrió tanto sus efectos como lo habían hecho Zevatur o Kath. 

Los dos líderes de los drow hablaban entre ellos rápidamente y el que había sufrido el ataque tanto de Helayna como del espíritu aliado de Guilbert atacó con el látigo y envolvió el cuello dell bardo con fuerza. Guilbert intentó zafarse del mismo, pero sintió como la consciencia se le escapaba mientras veía al espíritu de su camarada desvanecerse como la neblina matutina ante el sol. 

Con una sonrisa triunfante, apuntó con el arma que aún tenía en su otra mano hacia Zevatur pero el disparo se perdió en la madrugada cuando el tiefllng cayó al suelo por el ataque del otro drow. La sonrisa se trocó en una maldición y ladró una orden al resto de drow. 

Ash no iba a permitir que el drow atacara impunemente a Helayna y saltó, espadas en mano, hacia él. Lanzó una estocada que el hábil drow paró, pero no pudo evitar los otros dos tajos que con maestría le lanzó el guerrero humano, que con uno de ellos intentó cortar los tendones de la rodilla de su enemigo, pero este consiguió girar el cuerpo en el último momento y se mantuvo en pie. 

Gowther no sabía qué estaba pasando en el callejón con Guilbert, que quedaba a su izquierda y su espalda, ya que la lucha con su enemigo le había dejado con la espalda contra la pared de una de las casas. Sí podía ver a Ash luchar contra el que había atacado a Helayna y a Zevatur trastabillar contra otro. Eso hacían dos drow en cuerpo a cuerpo con ellos, otro más aún apostado en los tejados y los dos que usaban aquellas extrañas armas en el callejón. 
Morko y Kath se desangraban en el suelo y ninguno de ellos, ni siquiera Ethan que se había pegado a la esquina del callejón y miraba con precaución dentro estaban en muy buena forma.