Morko agradece el descanso y eso se nota por la mañana, ya que se ríe con la roma del posadero:- Me temo que todos los aventureros caeremos en esa broma, un cofre es la promesa de tesoros y los tesoros son nuestro talón de aquiles. Morko no pone objeciones al reparto de los objetos y tras agradecer al posadero por su hospitalidad, recoge susu cosas y sale fuera de la taberna para esperar a que el esto de la caravana se ponga en camino.
Al ver practicar a Martin, se acerca y dice: -Siempre es mejor practicar contra alguien, ¿te ayudo?
El pícaro observó al enano y sonrió ante la petición, aunque por su mente pasaron las grandes azañas de su corpulento compañero, el elegido de los dioses, como cuando derribó al semi-dragón en combate singular. Su mirada se posó brevemente en el hacha familar a dos manos y sus manos temblaron levente. Finalmente accedió pero intervino antes.
- Acepto tu propuesta, entrenemos juntos Morko, pero permíteme igualar las cosas un poco, en combate uno contra uno no soy un digno rival de tu increible habilidad en la batalla cuerpo a cuerpo - Con un rápido gesto, el semielfo llamó a Kath que se encontraba medio oculta apoyada en un árbol cercano observando e interiorizando los movimientos de Martin.
- Como sabes mi estilo se beneficia de aprovecharse de las distracciones de mi oponente, así que si lo ves conveniente, para estar igualados, entrenaremos Kath y yo al mismo tiempo contra tí.
Tras una florida maniobra de sus dos espadas cortas, el pícaro se puso en su estancia de combate apoyado por la joven, que flanqueó al paladin en un abrir y cerrar de ojos, colocándose uno a cada lado de éste...
- No te distraigas Morko - espetó el semielfo - eso puede ser tu perdición.
Con unas rápidas estocadas y un par de fintas, el pícaro cargó contra el enano esperando que Kath hiciera lo mismo. Sin embargo, la recia armadura del paladin junto a su enorme y amenazante hacha siendo blandida en amplios arcos, dejaban pocos resquicios a la pareja para ejecutar alguna maniobra remotamente efectiva.
-Buen entreno matutino-Dice Morko con gotas de sudor en la cara,- pero ahora tengo algo que hacer que requiere toda mi concentracion.
Alejándose un poco hacia el linde del bosque, Morko apoya el hacha en el suelo, se arrodilla y coge el símbolo sagrado de Moradhin con ambas manos y empieza una plegaria a su dios. El hacha y el símbolo empiezan a brillar tenuemente, ganando intensidad a medida q pasa el tiempo hasta parecer dos fuentes de luz, para al acabar la plegaria apagarse de golpe.
Sus compañeros miran alnpaladin arrodillado sin comprender, ya que aparte de la luz no ha pasado nada. Morko se levanta con una sonrisa y le da la espalda al bosque:- no os asusteis- dice a sus compañeros justo en el momentos en el que un rugido sale del bosque y un imponente oso sale de la maleza para ponerse a la espalda de Morko.
El oso se detiene mirando al paladín, como evaluandolo. En sus ojos se vislumbra u a inteligencia superior a la de un oso normal, su forma y tamaño pese a ser similares están realizadas, como si fuese un parangón de su especie. El animal transmite respeto y poder. En su lomo se puede ver una silla de montar de manufactura enana.
Morko se da la vuelta y hace una inclinación con la cabeza y acaricia al oso. - Os presento a Dargh, fiel sirviente de Moradhin y que desde hoy nos acompañará.
Dicho lo cual Morko se sube en el oso y da un par de vueltas a la posada, para detenerse delante de sus compañeros con una sonrisa en la cara.- Simplemente es magnífico, ¿partimos?.
Martin, se cubre con sus manos todos los moratones y golpes que ha sufrido durante el entrenamiento con el enano, parece agotado y dolorido, pero no se queja, observando a Morko con curiosidad cuando se acerca a los lindes del bosque. Con un gesto de sorpresa, el asesino admiró a la noble bestia que apareció para servir al enano.
Cuando el paladin se acercó a ellos montado en Dargh para hacer las presentaciones, Martin acarició con seguridad el lomo de la bestia, radiando seguridad y tranquilidad, haciendo que el majestuoso oso se sintiera cómodo con su presencia.
Yo también quiero presumi de mi nuevo nivel de ranger y mi nueva skill de Animal Handling
Después de rehacer su petate varias veces zevatur lo contempla una vez más, frustrado. - No lo entiendo, antes cabía todo... - con resignación ata como puede el saco a la parte superior aunque sobresale por todos los lados. Luego se detiene un momento a mirar el combate de entrenamiento. Las ágiles estocadas del ladrón, los poderosos movimientos del enano y los felinos ataques de Kath le ensimisman. Sus antención danza entre unos aunque de forma inconsciente poco a poco su atención se centra en Kath. Sus movimientos ágiles, la determinación de su voluntad, el jadeo del ejercicio...
Con un parpadeo aparta la vista de sus compañeros y animado por ellos se anima a practicar lanzando pequeños cantrips para controlar el fuego e imágenes estáticas de diversas formas... Rocas grandes, armarios, cajas de madera de transporte, charcos...
Ante el oso, zevatur detiene lo que estaba haciendo y se mantiene alejado.
Cegorach, pudo ver como su camarada había encontrado un compañero afín espiritualmente. Por un momento, mientras aquel paladín hacía gala del mismo, el mundo parecía detenerse pero la realidad era bien distinta. El culto avanzaba hacia terrenos desconocidos y el grupo parecía estar dando palos de ciego. El tiempo apremiaba y Cegorach era consciente de ello. Acercándose a las personas a las que estaban dando protección a la par que se deleitaba con la nueva montura de Morko:
-Creo que podemos partir cuando lo estimen oportuno. ¿Necesitan ayuda para reparar el viaje?
Los acompañantes del grupo, que estaban terminando de preparar los carromatos, se sobresaltan al ver al oso, pero su presencia no parece asustar a los caballos y en breve todos parten de nuevo hacia Elturel. Baruch están en el dintel de su porche, y se despide de ellos con amabilidad. Ha repuesto todas sus provisiones y los animales parecen descansados y cepillados.
Pese a que la temperatura es fresca, y a los extraños eventos del día anterior, el camino se les hace ameno y sencillo, y se sienten descansados y con fuerzas para afrontar el incierto futuro que les aguarda.
A media tarde el terreno parece elevarse en varias colinas cubiertas por el bosque, pero el camino las atraviesa sin problemas y recorren una buena distancia antes de acampar para pasar la noche. Una vez establecido su campamento y con las primeras estrellas tililando en el cielo, pueden ver que hay una curiosa luz dorada en el noroeste, en la dirección en la que ellos viajan.
- Esa es la Luz Sagrada de Elturel - les explica Roland - Durante la Llegada, Lathander estuvo en Elturel durante gran parte de la Crisis. Las huestes de Myrkul sitiaron la ciudad, lideradas por el mismísimo Avatar del Señor de los Huesos. Lathander, usando su poder para defender a sus fieles y a la gente de la ciudad y Elturgard, la zona donde ahora nos encontramos, que se había refugiado allí, invocó parte de su esencia y poder divinos y creó la Luz. La mayoría del ejército de no-muertos de Myrkul fue destruida por la Luz y el propio dios de la muerte encontró su final a manos de Lathander. El Señor de la Mañana, dejó la Luz para servirnos de faro y dar esperanza a los pueblos libres de Faerûn. -
- Pero... si se ve desde aquí - dice uno de los conductores de carros - debe ser muy brillante, ¿no? -
Roland sonríe
- Así es. Brilla con la misma intensidad día y noche. Por eso los tejedores de cortinas han prosperado en la ciudad desde entonces. -
La noche pasa sin incidente, pese a que los compañeros hacen guardia para asegurarse que ninguna bestia ni bandido perturbe su descanso, y a media mañana siguiente coronan la última colina que les permite ver la ciudad de Elturel. Construida aprovechando un gran meandro del río Chionthar, la ciudad está construida tanto a orillas del río como sobre el acantilado que se eleva unos cincuenta metros por encima del mismo. Fuertes murallas la circunvalan y protegen, dando cobijo y seguridad a las caravanas que atraviesan la zona y circulan por el río. Desde su posición pueden ver que hay mucha actividad tanto en el río como en los barrios circundantes.
No tardan mucho en llegar y los guaridas, que portan la librea de Torm, les dejan pasar sin problemas. Iluminados por la Luz Sagrada de Lathander, acompañan a la caravana hasta el puerto donde esperan abastecerse y se despiden de ellos deseando volver a verles por Greenest pronto.
- Podemos ir al templo de Lathander - dice Roland - o bien podemos probar a buscar alojamiento. Los miembros de mi orden suelen alojarse en "Dos Astas Negras", pero podemos buscar otro sitio si quereis.
El viaje continuó tranquilo y, tras llegar a lalciudad de destino, se despidieron de los habitantes de Greenest. Roland parecía conocer aquel lugar y, de hecho, estaba al tanto de un posible alojamiento seguro. Cegorach, que ya confiaba en su compañero tras todo lo vivido, apostó por la propuesta del clérigo.
-Si ya conoces un lugar donde poder alojarnos, creo que no hay más que decir.
Cegorach asombrado por aquel lugar tan majestuoso, seguía dándole vueltas a su futuro. Miraba a sus compañeros y no tenía claro si estaba a la altura. Temía por su estabilidad, al fin al cabo, su habilidades eran el fruto de doblegar partes de su mente para que funcionaran de manera distinta a la convencional... Si estas inseguridades y pensamientos seguían en su cabeza, la solución parecía clara...
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"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Martin observó la ciudad con recelo, la divina luz de la ciudad bañó sus ojos por varios minutos hasta que decidió ponerse la capucha de su capa color ocre para el camuflaje, ocultando de esa manera la mitad de su rostro.
- Las luces más brillantes proyectan las sombras más largas - pensó para sí mismo, mientras iba recorriendo con su vista discretamente las calles buscando ciertas señales. Como experto en bajos fondos, sabría moverse perfectamente incluso en lugares donde nunca había estado, y tenía mucho que hacer por los oscuros callejones de esta ciudad antes de proseguir el camino, sea cual fuera este a partir de ahora. Cuando Roland mencionó la posada, el pícaro asintió estando de acuerdo con Cegorach.
- Gracias Roland, si crees que "Dos Astas Negras" es un buen lugar, allí nos alojaremos.
En cuanto el grupo llegó a las puertas del local donde se iban a hospedar, el pícaro recogió sus cosas y la parte de su botín, con extrema educación le pidió la Alabarda de origen mágico al místico, y se dirigió a sus compañeros
- Si no os importa, pedidme una de las habitaciones que estén encaradas al lado opuesto del faro de Lathander, como dijo Roland, va a ser muy molesto dormir con ese brillo penetrando por los ventanales. Voy a hacer unos recados urgentes, como cambiar esta Alabarda por algo más útil, y de paso intentaré recavar información sobre nuestros enemigos, seguro que su presencia en Los Reinos no ha pasado desapercibida a ciertos ojos... Nos vemos para la cena.
Sin más explicaciones el pícaro se giró y se adentró por una de las ajetreadas callejuelas paralelas a la posada y se perdió entre el gentío.
- No será una posada demasiado... - La protesta de Zevatur se ve acallada por los efusivos comentarios de sus compañeros y les acompaña con cierto temor a una posada frecuentada por clerigos de Lanthander y la opinion que de él puedan tener. Permanece en un segundo plano. Con cierta predisposición a irse a otra posada.
Morko no pone objeción al alojamiento y dice: -Tras alojarnos podemos ir al templo y preguntar por el maestro de Roland.
Volviéndose hacia Zevatur le guiña un ojo y le dice:- Si algún clérigo te molesta hazmelo saber y tendré una maravillosa charla sobre la tolerancia entre razas.
Nadie parece molestarles en la posada, ni nadie mira dos veces a su pintoresco grupo. El matrimonio de mediana edad que la regenta les ofrece habitaciones individuales a cada uno por 2 monedas de oro con comidas incluidas, gracias al descuento del que gozan los miembros del clero de Lathander pero que hacen extensivo a todos los miembros del grupo. Kath se va a su habitación rápidamente, parece cansada y preocupada. Jeena, incómoda entre tanta gente en la ciudad, se excusa y se retira a la suya.
Roland les dice:
- Iré a hablar con mis superiores y mi mentor y volveré esta noche. Intentad que la posada no nos coma esta vez... - dice con una sonrisa.
(Si alguien quiere hacer algo antes de la tarde que hable ahora o le doy pedales)
Ya más relajado por la actitud del paladín y ver que nadie le mira dos veces Zevarur se sienta en uni de los bancos y disfruta de una cerveza con tranquilidad mientras sus compañeros hacerlo recados o se relajan en sus habitaciones
La tarde pasa ociosa y relajada mientras los compañeros se dedican a sus propios menesteres o simplemente a relajarse un poco tras el viaje.
Poco a poco, el hambre comienza a juntarlos de nuevo en la sala común de la posada, la cual va llenándose también según la gente termina de trabajar y, aparentemente, llega algún barco por el río y parte de su tripulación entra junta. Algunos miran al tiefling que espera sentando con una jarra de cerveza en una mesa apartada, pero ninguno presta mucha atención.
Aunque a alguno le parece un poco pronto para ello, un bardo y una bailarina semi elfos comienzan a tocar en un rincón de la sala y la semi-elfa comienza a danzar. Cuando los marineros llegan, y casi literalmente aullan al ver a la chica moverse y empiezan a arremolinarse a su alrededor Cegorach siente la mirada del bardo clavada en él y una extraña sensación en su mente. Una voz en la misma le dice.
Cuando acabe la función deberíamos intercambiar unas palabras.
Cuando ya están todos reunidos, aparece Roland con un hombre de mediana edad, alto y fornido, enfundando en una armadura completa con el símbolo de Lathander grabado en oro en la misma, y acompañados de un elfo vestido con elegantes ropajes de seda. Su compañero les presenta a sus acompañantes.
- Este es Ontarr Frume, alto Paladín de Lathander, y nuestro acompañante es... - parece pensar las palabras en el idioma élfico para pronunciarlas correctamente - Gowther Irerath, representante de Evermeet, y que... - parece no saber muy bien que decir del elfo y el paladin, sonriendo, acude en su ayuda
- Que nos acompaña pues los asuntos que tenemos de tratar son de su interés. - mira enrededor sin llegar a sentarse. - deberíamos ir a una sala un poco más privada. Aquí hay demasiado ruido y demasiadas orejas.
Parecía que el ambiente mejoraba con la llegada de clientes y el inicio del espectáculo, pero no pasó mucho tiempo hasta que Cegorach recibió un mensaje en su cabeza por parte de aquel misterioso bardo. Por un lado, sintió cierta familiaridad, aunque por otro, un gran desconcierto.
-Estaré por aquí.
Tras esto, llegó Roland acompañado de un guerrero y un elfo con un aspecto peculiar. Tenían información relevante. Cegorach se levantó y se dispuso a acompañar al resto a un lugar más tranquilo.
Dejo al personaje pendiente de la actuación para volver cuando acabe.
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"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Zevatur abre los ojos enormemente mirando al paladin. Sin decir nada mas que un susurrante "Claro, vamos" les acompaña a la sala donde se sienta, su atencion aun fija en el paladin. De alguna forma Zevatur no piensa en el Morko como un paladin si no como un amigo y este paladin le ha impresionado claramente.
- Creeis que en esta posada frecuentada por religiosos de Lanthander pueda haber espias? Si los hay deben de ser realmente atrevidos! - Pregunta derrepente, ni siquiera la impresion de ver al paladin parece evitar las preguntas de Zevatur.
Una vez en la sala privada el paladin se sienta e invita al resto a hacer lo mismo.
- Nunca se es lo suficientemente precavido. Además de los temas que vamos a tratar es mejor hablarlos en privado y con gente cabal, un comentario de una frase escuchada a medias por un marinero, y no quiero ni pensar en los rumores que podrían correr por las calles, o el pánico que podría desatarse. - hace un gesto con la mano como para desechar si quiera esa idea - Roland me ha puesto al corriente de vuestras aventuras y vicisitudes hasta llegar a nosotros. Sois valientes y os agradezco la ayuda prestada en Greenest y en el camino hasta aquí. Y, aunque estas noticias son preocupantes y confirman algunos de mis miedos y sospechas, y debemos hablar más sobre ello, ahora mismo tenemos otra emergencia en la ciudad con la que espero podáis ayudarnos. Entiendo que, ocupados como habéis estado, desconocéis que, a lo largo del Norte y cerca de la Costa, los gigantes han estado atacando, al parecer sin demasiado orden, asentamientos y poblados. No me extrañaría que el Culto haya ocultado alguno de sus ataques como ataques de los gigantes, pero eso es otra historia, lo que ocurre ahora es que tenemos un castillo flotante de un gigante de las nubes acercándose hacia la ciudad. -
Ortarr deja que la noticia cale en los compañeros antes de continuar
- Los moradores de este castillo han contactado con nosotros, al parecer se trata del castillo del Conde Olthanas, un alto dirigente de los gigantes, que envía a su propio hijo a tratar con nosotros para intentar llegar a algún tipo de acuerdo que haga retomar la paz y cesen los ataques de los gigantes. Aunque la oferta es tentadora, y muchos de mis compañeros en el Consejo desean aceptarla, creo que conviene ser precavidos. Necesitamos que un equipo independiente y que no pueda ser relacionado con la ciudad se infiltre en castillo, averigüe las verdaderas intenciones del Conde o su hijo y después trate con él. Si sus intenciones son honestas, hablareis por nosotros, si no... y podéis... sería conveniente eliminar la amenaza contra la ciudad lo más rápido posible, para evitar que el castillo llegue a nuestras murallas. -
Morko escucha atentamente y frunciendo el ceño dice:- Si lo he entendido bien, nos pides que nos infiltremos en una fortaleza flotante, en mision diplomatica y a la que los gobernantes de la ciudad quieren recibir y no contariamos ningún tipo de respaldo. Mucho pedís paladín.
A parte del pequeño problema de que nosotros estamos aquí abajo y la fortaleza volando.
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Morko agradece el descanso y eso se nota por la mañana, ya que se ríe con la roma del posadero:- Me temo que todos los aventureros caeremos en esa broma, un cofre es la promesa de tesoros y los tesoros son nuestro talón de aquiles. Morko no pone objeciones al reparto de los objetos y tras agradecer al posadero por su hospitalidad, recoge susu cosas y sale fuera de la taberna para esperar a que el esto de la caravana se ponga en camino.
Al ver practicar a Martin, se acerca y dice: -Siempre es mejor practicar contra alguien, ¿te ayudo?
El pícaro observó al enano y sonrió ante la petición, aunque por su mente pasaron las grandes azañas de su corpulento compañero, el elegido de los dioses, como cuando derribó al semi-dragón en combate singular. Su mirada se posó brevemente en el hacha familar a dos manos y sus manos temblaron levente. Finalmente accedió pero intervino antes.
- Acepto tu propuesta, entrenemos juntos Morko, pero permíteme igualar las cosas un poco, en combate uno contra uno no soy un digno rival de tu increible habilidad en la batalla cuerpo a cuerpo - Con un rápido gesto, el semielfo llamó a Kath que se encontraba medio oculta apoyada en un árbol cercano observando e interiorizando los movimientos de Martin.
- Como sabes mi estilo se beneficia de aprovecharse de las distracciones de mi oponente, así que si lo ves conveniente, para estar igualados, entrenaremos Kath y yo al mismo tiempo contra tí.
Tras una florida maniobra de sus dos espadas cortas, el pícaro se puso en su estancia de combate apoyado por la joven, que flanqueó al paladin en un abrir y cerrar de ojos, colocándose uno a cada lado de éste...
- No te distraigas Morko - espetó el semielfo - eso puede ser tu perdición.
Con unas rápidas estocadas y un par de fintas, el pícaro cargó contra el enano esperando que Kath hiciera lo mismo. Sin embargo, la recia armadura del paladin junto a su enorme y amenazante hacha siendo blandida en amplios arcos, dejaban pocos resquicios a la pareja para ejecutar alguna maniobra remotamente efectiva.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Tirad iniciativa si quereis, o avanzamos.
PbP Character: A few ;)
-Buen entreno matutino-Dice Morko con gotas de sudor en la cara,- pero ahora tengo algo que hacer que requiere toda mi concentracion.
Alejándose un poco hacia el linde del bosque, Morko apoya el hacha en el suelo, se arrodilla y coge el símbolo sagrado de Moradhin con ambas manos y empieza una plegaria a su dios. El hacha y el símbolo empiezan a brillar tenuemente, ganando intensidad a medida q pasa el tiempo hasta parecer dos fuentes de luz, para al acabar la plegaria apagarse de golpe.
Sus compañeros miran alnpaladin arrodillado sin comprender, ya que aparte de la luz no ha pasado nada. Morko se levanta con una sonrisa y le da la espalda al bosque:- no os asusteis- dice a sus compañeros justo en el momentos en el que un rugido sale del bosque y un imponente oso sale de la maleza para ponerse a la espalda de Morko.
El oso se detiene mirando al paladín, como evaluandolo. En sus ojos se vislumbra u a inteligencia superior a la de un oso normal, su forma y tamaño pese a ser similares están realizadas, como si fuese un parangón de su especie. El animal transmite respeto y poder. En su lomo se puede ver una silla de montar de manufactura enana.
Morko se da la vuelta y hace una inclinación con la cabeza y acaricia al oso. - Os presento a Dargh, fiel sirviente de Moradhin y que desde hoy nos acompañará.
Dicho lo cual Morko se sube en el oso y da un par de vueltas a la posada, para detenerse delante de sus compañeros con una sonrisa en la cara.- Simplemente es magnífico, ¿partimos?.
Martin, se cubre con sus manos todos los moratones y golpes que ha sufrido durante el entrenamiento con el enano, parece agotado y dolorido, pero no se queja, observando a Morko con curiosidad cuando se acerca a los lindes del bosque. Con un gesto de sorpresa, el asesino admiró a la noble bestia que apareció para servir al enano.
Cuando el paladin se acercó a ellos montado en Dargh para hacer las presentaciones, Martin acarició con seguridad el lomo de la bestia, radiando seguridad y tranquilidad, haciendo que el majestuoso oso se sintiera cómodo con su presencia.
Yo también quiero presumi de mi nuevo nivel de ranger y mi nueva skill de Animal Handling
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Después de rehacer su petate varias veces zevatur lo contempla una vez más, frustrado. - No lo entiendo, antes cabía todo... - con resignación ata como puede el saco a la parte superior aunque sobresale por todos los lados. Luego se detiene un momento a mirar el combate de entrenamiento. Las ágiles estocadas del ladrón, los poderosos movimientos del enano y los felinos ataques de Kath le ensimisman. Sus antención danza entre unos aunque de forma inconsciente poco a poco su atención se centra en Kath. Sus movimientos ágiles, la determinación de su voluntad, el jadeo del ejercicio...
Con un parpadeo aparta la vista de sus compañeros y animado por ellos se anima a practicar lanzando pequeños cantrips para controlar el fuego e imágenes estáticas de diversas formas... Rocas grandes, armarios, cajas de madera de transporte, charcos...
Ante el oso, zevatur detiene lo que estaba haciendo y se mantiene alejado.
Zevatur, Rolthos
Cegorach, pudo ver como su camarada había encontrado un compañero afín espiritualmente. Por un momento, mientras aquel paladín hacía gala del mismo, el mundo parecía detenerse pero la realidad era bien distinta. El culto avanzaba hacia terrenos desconocidos y el grupo parecía estar dando palos de ciego. El tiempo apremiaba y Cegorach era consciente de ello. Acercándose a las personas a las que estaban dando protección a la par que se deleitaba con la nueva montura de Morko:
-Creo que podemos partir cuando lo estimen oportuno. ¿Necesitan ayuda para reparar el viaje?
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Los acompañantes del grupo, que estaban terminando de preparar los carromatos, se sobresaltan al ver al oso, pero su presencia no parece asustar a los caballos y en breve todos parten de nuevo hacia Elturel. Baruch están en el dintel de su porche, y se despide de ellos con amabilidad. Ha repuesto todas sus provisiones y los animales parecen descansados y cepillados.
Pese a que la temperatura es fresca, y a los extraños eventos del día anterior, el camino se les hace ameno y sencillo, y se sienten descansados y con fuerzas para afrontar el incierto futuro que les aguarda.
A media tarde el terreno parece elevarse en varias colinas cubiertas por el bosque, pero el camino las atraviesa sin problemas y recorren una buena distancia antes de acampar para pasar la noche. Una vez establecido su campamento y con las primeras estrellas tililando en el cielo, pueden ver que hay una curiosa luz dorada en el noroeste, en la dirección en la que ellos viajan.
- Esa es la Luz Sagrada de Elturel - les explica Roland - Durante la Llegada, Lathander estuvo en Elturel durante gran parte de la Crisis. Las huestes de Myrkul sitiaron la ciudad, lideradas por el mismísimo Avatar del Señor de los Huesos. Lathander, usando su poder para defender a sus fieles y a la gente de la ciudad y Elturgard, la zona donde ahora nos encontramos, que se había refugiado allí, invocó parte de su esencia y poder divinos y creó la Luz. La mayoría del ejército de no-muertos de Myrkul fue destruida por la Luz y el propio dios de la muerte encontró su final a manos de Lathander. El Señor de la Mañana, dejó la Luz para servirnos de faro y dar esperanza a los pueblos libres de Faerûn. -
- Pero... si se ve desde aquí - dice uno de los conductores de carros - debe ser muy brillante, ¿no? -
Roland sonríe
- Así es. Brilla con la misma intensidad día y noche. Por eso los tejedores de cortinas han prosperado en la ciudad desde entonces. -
La noche pasa sin incidente, pese a que los compañeros hacen guardia para asegurarse que ninguna bestia ni bandido perturbe su descanso, y a media mañana siguiente coronan la última colina que les permite ver la ciudad de Elturel. Construida aprovechando un gran meandro del río Chionthar, la ciudad está construida tanto a orillas del río como sobre el acantilado que se eleva unos cincuenta metros por encima del mismo. Fuertes murallas la circunvalan y protegen, dando cobijo y seguridad a las caravanas que atraviesan la zona y circulan por el río. Desde su posición pueden ver que hay mucha actividad tanto en el río como en los barrios circundantes.
No tardan mucho en llegar y los guaridas, que portan la librea de Torm, les dejan pasar sin problemas. Iluminados por la Luz Sagrada de Lathander, acompañan a la caravana hasta el puerto donde esperan abastecerse y se despiden de ellos deseando volver a verles por Greenest pronto.
- Podemos ir al templo de Lathander - dice Roland - o bien podemos probar a buscar alojamiento. Los miembros de mi orden suelen alojarse en "Dos Astas Negras", pero podemos buscar otro sitio si quereis.
PbP Character: A few ;)
El viaje continuó tranquilo y, tras llegar a lalciudad de destino, se despidieron de los habitantes de Greenest. Roland parecía conocer aquel lugar y, de hecho, estaba al tanto de un posible alojamiento seguro. Cegorach, que ya confiaba en su compañero tras todo lo vivido, apostó por la propuesta del clérigo.
-Si ya conoces un lugar donde poder alojarnos, creo que no hay más que decir.
Cegorach asombrado por aquel lugar tan majestuoso, seguía dándole vueltas a su futuro. Miraba a sus compañeros y no tenía claro si estaba a la altura. Temía por su estabilidad, al fin al cabo, su habilidades eran el fruto de doblegar partes de su mente para que funcionaran de manera distinta a la convencional... Si estas inseguridades y pensamientos seguían en su cabeza, la solución parecía clara...
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Martin observó la ciudad con recelo, la divina luz de la ciudad bañó sus ojos por varios minutos hasta que decidió ponerse la capucha de su capa color ocre para el camuflaje, ocultando de esa manera la mitad de su rostro.
- Las luces más brillantes proyectan las sombras más largas - pensó para sí mismo, mientras iba recorriendo con su vista discretamente las calles buscando ciertas señales. Como experto en bajos fondos, sabría moverse perfectamente incluso en lugares donde nunca había estado, y tenía mucho que hacer por los oscuros callejones de esta ciudad antes de proseguir el camino, sea cual fuera este a partir de ahora. Cuando Roland mencionó la posada, el pícaro asintió estando de acuerdo con Cegorach.
- Gracias Roland, si crees que "Dos Astas Negras" es un buen lugar, allí nos alojaremos.
En cuanto el grupo llegó a las puertas del local donde se iban a hospedar, el pícaro recogió sus cosas y la parte de su botín, con extrema educación le pidió la Alabarda de origen mágico al místico, y se dirigió a sus compañeros
- Si no os importa, pedidme una de las habitaciones que estén encaradas al lado opuesto del faro de Lathander, como dijo Roland, va a ser muy molesto dormir con ese brillo penetrando por los ventanales. Voy a hacer unos recados urgentes, como cambiar esta Alabarda por algo más útil, y de paso intentaré recavar información sobre nuestros enemigos, seguro que su presencia en Los Reinos no ha pasado desapercibida a ciertos ojos... Nos vemos para la cena.
Sin más explicaciones el pícaro se giró y se adentró por una de las ajetreadas callejuelas paralelas a la posada y se perdió entre el gentío.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
- No será una posada demasiado... - La protesta de Zevatur se ve acallada por los efusivos comentarios de sus compañeros y les acompaña con cierto temor a una posada frecuentada por clerigos de Lanthander y la opinion que de él puedan tener. Permanece en un segundo plano. Con cierta predisposición a irse a otra posada.
Zevatur, Rolthos
Morko no pone objeción al alojamiento y dice: -Tras alojarnos podemos ir al templo y preguntar por el maestro de Roland.
Volviéndose hacia Zevatur le guiña un ojo y le dice:- Si algún clérigo te molesta hazmelo saber y tendré una maravillosa charla sobre la tolerancia entre razas.
Nadie parece molestarles en la posada, ni nadie mira dos veces a su pintoresco grupo. El matrimonio de mediana edad que la regenta les ofrece habitaciones individuales a cada uno por 2 monedas de oro con comidas incluidas, gracias al descuento del que gozan los miembros del clero de Lathander pero que hacen extensivo a todos los miembros del grupo. Kath se va a su habitación rápidamente, parece cansada y preocupada. Jeena, incómoda entre tanta gente en la ciudad, se excusa y se retira a la suya.
Roland les dice:
- Iré a hablar con mis superiores y mi mentor y volveré esta noche. Intentad que la posada no nos coma esta vez... - dice con una sonrisa.
(Si alguien quiere hacer algo antes de la tarde que hable ahora o le doy pedales)
PbP Character: A few ;)
Ya más relajado por la actitud del paladín y ver que nadie le mira dos veces Zevarur se sienta en uni de los bancos y disfruta de una cerveza con tranquilidad mientras sus compañeros hacerlo recados o se relajan en sus habitaciones
Zevatur, Rolthos
La tarde pasa ociosa y relajada mientras los compañeros se dedican a sus propios menesteres o simplemente a relajarse un poco tras el viaje.
Poco a poco, el hambre comienza a juntarlos de nuevo en la sala común de la posada, la cual va llenándose también según la gente termina de trabajar y, aparentemente, llega algún barco por el río y parte de su tripulación entra junta. Algunos miran al tiefling que espera sentando con una jarra de cerveza en una mesa apartada, pero ninguno presta mucha atención.
Aunque a alguno le parece un poco pronto para ello, un bardo y una bailarina semi elfos comienzan a tocar en un rincón de la sala y la semi-elfa comienza a danzar. Cuando los marineros llegan, y casi literalmente aullan al ver a la chica moverse y empiezan a arremolinarse a su alrededor Cegorach siente la mirada del bardo clavada en él y una extraña sensación en su mente. Una voz en la misma le dice.
Cuando acabe la función deberíamos intercambiar unas palabras.
Cuando ya están todos reunidos, aparece Roland con un hombre de mediana edad, alto y fornido, enfundando en una armadura completa con el símbolo de Lathander grabado en oro en la misma, y acompañados de un elfo vestido con elegantes ropajes de seda. Su compañero les presenta a sus acompañantes.
- Este es Ontarr Frume, alto Paladín de Lathander, y nuestro acompañante es... - parece pensar las palabras en el idioma élfico para pronunciarlas correctamente - Gowther Irerath, representante de Evermeet, y que... - parece no saber muy bien que decir del elfo y el paladin, sonriendo, acude en su ayuda
- Que nos acompaña pues los asuntos que tenemos de tratar son de su interés. - mira enrededor sin llegar a sentarse. - deberíamos ir a una sala un poco más privada. Aquí hay demasiado ruido y demasiadas orejas.
PbP Character: A few ;)
Parecía que el ambiente mejoraba con la llegada de clientes y el inicio del espectáculo, pero no pasó mucho tiempo hasta que Cegorach recibió un mensaje en su cabeza por parte de aquel misterioso bardo. Por un lado, sintió cierta familiaridad, aunque por otro, un gran desconcierto.
-Estaré por aquí.
Tras esto, llegó Roland acompañado de un guerrero y un elfo con un aspecto peculiar. Tenían información relevante. Cegorach se levantó y se dispuso a acompañar al resto a un lugar más tranquilo.
Dejo al personaje pendiente de la actuación para volver cuando acabe.
"Esta perfecta melodía que acompasa y guía mi movimiento es la voz de mi compañera Aegnor"
Gowther Irerath, El'Tael de los Fragmentos Extraordinarios.
Zevatur abre los ojos enormemente mirando al paladin. Sin decir nada mas que un susurrante "Claro, vamos" les acompaña a la sala donde se sienta, su atencion aun fija en el paladin. De alguna forma Zevatur no piensa en el Morko como un paladin si no como un amigo y este paladin le ha impresionado claramente.
- Creeis que en esta posada frecuentada por religiosos de Lanthander pueda haber espias? Si los hay deben de ser realmente atrevidos! - Pregunta derrepente, ni siquiera la impresion de ver al paladin parece evitar las preguntas de Zevatur.
Zevatur, Rolthos
Una vez en la sala privada el paladin se sienta e invita al resto a hacer lo mismo.
- Nunca se es lo suficientemente precavido. Además de los temas que vamos a tratar es mejor hablarlos en privado y con gente cabal, un comentario de una frase escuchada a medias por un marinero, y no quiero ni pensar en los rumores que podrían correr por las calles, o el pánico que podría desatarse. - hace un gesto con la mano como para desechar si quiera esa idea - Roland me ha puesto al corriente de vuestras aventuras y vicisitudes hasta llegar a nosotros. Sois valientes y os agradezco la ayuda prestada en Greenest y en el camino hasta aquí. Y, aunque estas noticias son preocupantes y confirman algunos de mis miedos y sospechas, y debemos hablar más sobre ello, ahora mismo tenemos otra emergencia en la ciudad con la que espero podáis ayudarnos. Entiendo que, ocupados como habéis estado, desconocéis que, a lo largo del Norte y cerca de la Costa, los gigantes han estado atacando, al parecer sin demasiado orden, asentamientos y poblados. No me extrañaría que el Culto haya ocultado alguno de sus ataques como ataques de los gigantes, pero eso es otra historia, lo que ocurre ahora es que tenemos un castillo flotante de un gigante de las nubes acercándose hacia la ciudad. -
Ortarr deja que la noticia cale en los compañeros antes de continuar
- Los moradores de este castillo han contactado con nosotros, al parecer se trata del castillo del Conde Olthanas, un alto dirigente de los gigantes, que envía a su propio hijo a tratar con nosotros para intentar llegar a algún tipo de acuerdo que haga retomar la paz y cesen los ataques de los gigantes. Aunque la oferta es tentadora, y muchos de mis compañeros en el Consejo desean aceptarla, creo que conviene ser precavidos. Necesitamos que un equipo independiente y que no pueda ser relacionado con la ciudad se infiltre en castillo, averigüe las verdaderas intenciones del Conde o su hijo y después trate con él. Si sus intenciones son honestas, hablareis por nosotros, si no... y podéis... sería conveniente eliminar la amenaza contra la ciudad lo más rápido posible, para evitar que el castillo llegue a nuestras murallas. -
PbP Character: A few ;)
¿Yo estoy en esta charla? ¿o aún no he llegado de mis correrías por la ciudad?
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Morko escucha atentamente y frunciendo el ceño dice:- Si lo he entendido bien, nos pides que nos infiltremos en una fortaleza flotante, en mision diplomatica y a la que los gobernantes de la ciudad quieren recibir y no contariamos ningún tipo de respaldo. Mucho pedís paladín.
A parte del pequeño problema de que nosotros estamos aquí abajo y la fortaleza volando.