El paladín parece meditar la sugerencia del elfo. - Supongo que sí, siempre que los grifos puedan subir tan alto. Sería arriesgarse a que no pudieran alcanzar la altitud deseada. Como vosotros decidáis por supuesto - añadió. 

 Gowther quedó pensativo mientras miraba el mapa.

-Si lo que dices es cierto, también podríamos simplemente utilizar la vía de los grifos inicial y volar a menor altura. Además, entiendo que tendríamos la alternativa de volver en caso de ver complicaciones antes de llegar al castillo y valorar el "artefacto gnomo".

- No disponemos de mucho tiempo. El castillo se acerca a la ciudad y temo que no podamos estar yendo y viniendo sin ser descubiertos. Cuando vayais debe ser para cumplir con la misión, de una manera u otra. - 

- Yo voto por el artefacto gnomico. La idea de montar un grifo, por muy entrenado que este me da escalofríos... - Zevatur levanta su escamosa mano rojiza, baja la cabeza levemente y añade en voz suave. - He visto el horror de una batalla en un pequeño poblado. Los muertos, el sufrimiento de los heridos, el horror en los ojos de los supervivientes, la muerte en vida de los prisioneros ... No quiero no imaginar que podría ocurrir en una gran población cómo está. No se me ocurre mejor uso de mi tiempo que está misión. Yo desde luego acepto sin dudarlo ni un Instante.

- ¿Cómo quereis hacerlo entonces ? - pregunta el paladín. 

Si bien Gowther prefería el uso de los grifos, también pudo entender que además de los aventureros, el paladín veía el uso del artefacto gnómico como una opción más adecuada.

-Optemos por la opción del artefacto gnómico, no es adecuado ralentizar el avance de la misión. Estoy en vuestra casa y he podido entender que confiais en las posibilidades de la tecnología de los gnomos, por ello yo también lo haré. Podemos partir cuando lo estiméis.

Cegorach se acercó a la mesa para despedirse de sus compañeros. Un nudo en la gargana por la mezcla de emociones le dificultaban hablar sin entrecortar la voz... desazón, miedo, impotencia, pena...

-Compañeros... he tomado la decisión de dar un paso a un lado y dejaros avanzar... Me temo que no me encuentro en plenas facultades y debo ausentarme para reconstruir parte de mi mismo... Es muy duro partir ahora que estábamos avanzando y había alcanzado muchos logros... Donde voy no necesitaré esto.

Cogió su bolsa de monedas y las dejó sobre la mesa quedándose una pequeña parte.

-Espero que esto pueda ayudaros en vuestras andanzas. Me están esperando. Si algún día volvemos a vernos espero poder celebrar junto a vosotros vuestra victoria sobre el culto.

Tras estas palabras Cegorach fue al lugar donde se encontraba el bardo.

-Ya está... podemos irnos cuando lo decidas.

Zevatur se levanta de golpe, como si le hubiesen dado un mazazo en el estomago.

 - Pero, Flolky!! - Se lamenta Zevatur derrumbandose en el asiento al ver como su amigo se va. 

Morko mira apenado al monje:- Buena suerte en tu camino, que Moradhin te proteja-.

Una vez que Cegorach abandona la sala, se vuelve hacia el paladín y dice:- ¿Cuando partimos?

Martin le da la mano a su igual de raza y le toca el hombro en señal protectora. 

- Que tu camino sea seguro, y te lleve a la prosperidad, hermano.

Sin muchas más palabras vuelve a ajustarse la capucha y espera que el místico se marche sin disimular cierta melancolía en lo poco que se puede vislumbrar de su rostro.

- No debemos demorarnos más entonces, usemos la opción gnómica... aunque es una pena lo de los Grifos... quizás en otra ocasión.

Cegorach deja la sala apesadumbrado, pero sabiendo que en su actual estado lo mejor que puede hacer es dejar a sus compañeros. Incluso ahora, mientras desciende las escaleras, percibe por el rabillo del ojo como las sombras de la escalera se arremolinan y le susurran cosas. Puede que haya liberado algo que sea más complicado de volver a encerrar de lo que había pensado. 

Al bajar espera a que los bardos terminen su función y recojan sus ganancias y sale de la posada. El fío aire de la noche le sienta bien en comparación con el cargado ambiente de Las Dos Astas. Es una sensación extraña, pues la Luz de Lathander hace que la noche esté tan iluminada como un amanecer y las sombras se alargan por la ciudad. A los pocos minutos los bardos salen de la posada y el músico pone una mano en el hombro de Cegorach y la bailarina entrelaza su brazo con el suyo sonriendole amablemente. Así, reconfortado por sus viejos amigos y con la esperanza de recuperarse, se pierden en las calles de Elturel. 

Las batallas por el bien y la libertad de los Pueblos Libres son incontables y sus víctimas numerosas, muchos han dado la vida defendiendo aquello que es justo y bueno, y muchos otros han sacrificado parte de sí mismos por proteger a los demás. Su sacrificio suele pasar inadvertido para los bardos e historiadores, pero aquellos que han sobrevivido gracias a ellos, aquellos que aún continúan en la lucha gracias a que unos pocos dieron más de lo que podían y sobrepasaron todos los límites, saben que cada vida que ellos salvan es gracias a ese sacrificio. 

- Podéis partir esta misma noche si así lo deseáis - Ontarr parece animado al ver el entusiasmo de los compañeros por partir - en lo que terminamos de preparar las cosas supongo que pasaran unas horas y llegareis al alba. ¿Vamos ? - dice levantándose.

- Correcto, partiremos esta noche. ¿Necesitaremos montura para llegar hasta el punto de encuentro donde usaremos la aproximación sigilosa? Hoy me hice con una montura y necesitaría saber si la tengo que dejar en la posada mientras dure toda esta misión de infiltración o me la puedo llevar conmigo.

Tras la respuesta del paladín, el pícaro sale de la sala con todos los demás para empacar y preparar toda la mochila y el equipo que llevará a la fortaleza. - Al final ni una sola noche hemos podido descansar en la ciudad antes de partir - Sin embargo no se arrepentía, la Luz de Lathander le recordaba constantemente en que lado estaba ahora, y cuando más alejado, quizás era mejor para él, demasiadas experiencias intensas para un solo día, algunas especialmente tristes. 

Puesto que apenas le había dado tiempo a desmontar su equipaje, y casi sin haber pisado la habitación de la posada salvo para dejar sus cosas allí, acabó mucho antes de lo que había pensado y bajó de nuevo al salón principal de la posada a esperar a sus compañeros mientras acababa alguna cerveza que otra, a saber cuando sería la próxima vez que podría beber otra delicia igual en mucho tiempo.

 - Si si... Déjadme coger las cosas que tengo en la habitación. - El rojizo tiefling se levanta como un rayo a por sus cosas y un minuto después ya está al lado del paladín.

 - ¿Cómo habéis hecho contacto con esos gigantes amantes de la paz? ¿Creéis puede haber una fuerza, una mano oculta que este impulsando está guerra para debilitar a las fuerzas del bien? El momento elegido es muy sospechoso! - Zevatur suspira. - Hace unas semanas jamás habría pensado que me iba a estar involucrando en asuntos que afectan al mundo entero! Es muy emocionante!...

- ¿Porque elegisteis Lanthanther como dios? - Pregunta de pronto, como si hubiese recordado algo. Tras la pregunta mira fijamente al paladin y esta vez calla, esperando una respuesta.

- Como he dicho, han sido ellos los que se han puesto en...  Creo más bien que estamos en el fuego cruzado de una guerra que... es cierto que es muy sospechoso s... ¿ emocionante? si no estuviera tan preocupado supongo que compartiría tu... - ante la última pregunta el paladín se calla y mira al tiefling. - Yo no elegí a Lathander. Él me eligió a mí. Aún no sé que vio en este, su humilde siervo, para merecer tal honor, pero desde entonces intento hacer honor a su confianza. - 

Gowther quedó en la misma sala que el paladin pensativo mientras proyectaba el mismo mapa que antes estuvieron analizando y formulaba diferentes estrategias para alcanzar su objetivo. Dibujando lineas superpuestas sobre la ilusión, perfilaba posibles caminos en los que aspectos como la "capacidad de sigilo" del grupo podía ser compatible.-Luthien, amigo, creo que contaré contigo de nuevo- Dijo para si mismo.

Entonces apareció el tiefling bastante excitado, manifestando muchas cuestiones aunque sin buscar realmente una respuesta clara a ninguna de ellas. En verdad, siempre era llamativo como algunas razas experimentaban el curso de la vida... Para Gowther resultaba en parte inmaduro, aunque por debajo de este pensamiento también envidiaba en cierta manera esa chispa, esa pasión incontralaba... Su pueblo acostumbraba a vivenciar el día a día de una forma más sosegada. 

-Conoces mi nombre pero yo no tengo esa suerte, no nos presentaron formalmente...

Extendió su mano hacia el tiefling.

-Como sabes soy Gowther Irerath de Evermeet.

Gowther podía visualizarles por encima del hombro pero entendía que para alcanzar el éxito debía confiar y coordinarse con aquellos aventureros tan dispares.  

- Estoy convencido de que Lanthanther no elige a cualquiera... - Reflexiona Zevatur mientras guarda silencio dirigiendo las palabras del paladin. Impresionado se mantiene en silencio hasta que el resto de sus compañeros acaban sus preparativos.

Yo estoy listo- dice Morko, - salvo por el detalle de la montura- volviéndose a Ontarr,-¿hay algún sitio donde podamos dejarlas sin que causen mucha molestia?

Yo estoy listo- dice Morko, - salvo por el detalle de la montura- volviéndose a Ontarr,-¿hay algún sitio donde podamos dejarlas sin que causen mucha molestia?

Aclaraciones: