-No me lo puedo creer, malditos bichos- Maldice Jen en voz baja, agazapandose junto al resto del grupo y deseando muy fuertemente que el elemental siga su camino y los deje dormir con tranquilidad. Se acuerda de que uno de los ilusionistas del circo podía conjurar una semiesfera que podía colorear a su antojo, en la que se metía cuando no quería que nadie le molestase, ni siquiera en su propio carromato. Se acuerda de haber aporreado, embrujado, e incluso echado un jarro de agua fria sobre el domo, sin resultado alguno mass que hacerse moratones, perder tiempo, y empaparse a si misme. Desearía poder tener ese domo ahora y meterse dentro.
El elemental, cual sabueso, fue siguiendo el rastro de los enemigos caídos por algún extraño y desconocido motivo. La memoria y habilidad de Nessa probaron ser ciertas cuando a criatura se acercó al sitio Justo donde había caído uno de los demonios. El elemental realizó un par de giros sobre ese punto y finalmente volvió a alejarse en dirección a la ahora inexistente puerta. Al llegar a la alta y vertical pared de pizarra negra comenzó a elevarse por la misma y finalmente despareció por la parte superior. Todos volvieron a respirar. Parecía que se había ido.
Nessa suelta un largo suspiro y mira al grupo con cara de alivio. Luego apoya el arco contra la pared y comenta - Vuelta a dormir, pues. Se acuesta de nuevo tan rápido que casi se diría que se ha quedado dormida antes de tocar el duro suelo. Es más, de haber tenido una cama blandita delante habría caído de bruces cuan larga era.
Un rato más tarde - demasiado corto para su gusto - siente un toque y su reacción automática es la de lamentarse por lo bajini, lo que arranca sendas sonrisas de Vraak y Julian. La ranger hace un poco de hueco para que el sargento y el doctor puedan acomodarse y, con cuidado de no despertar al resto, se acerca hasta sentarse al lado de Crucos. El cazador de sangre parece haberse levantado un poco antes que ella.
Éste no responde y es cuando la joven fija bien en su cara.
- Anda que ... - murmura al tiempo que le da un codazo en las costillas
-¿¡Eh!? ¿Qué? Si estoy despierto, muy despierto. Sí.- dice Cruços con voz aún somnolienta y estirando la espalda, demostrando que por nada del mundo la ranger le había pillado dormitando.
Ambos cazadores comparten una risa antes de volver a quedarse callados, prestando atención a los alrededores, especialmente al lugar por donde desapareció el elemental de aire un rato antes. Nessa rompe el silencio al cabo de un rato:
- Cruços, sobre la cuerda flamígera que me diste, dijiste que era mejor no usarla más de dos veces al día, ¿verdad? El caso es la usé dos veces contra Kelto y la activé una tercera vez aquí por error. Por un momento temí que se fuera a romper en medio del combate. Pero no sucedió nada y de hecho la usé una cuarta vez, sin problema. Quizás estoy tentando demasiado a la suerte, pero no tuve ningún tipo de mala sensación en la cuerda. ¿Estás seguro de que hay que usarla con esa limitación?
Mientras comentan esto, ambos se fijan en el estado de la cuerda. Cuatro ojos avezados percibirían mejor si presentaba algún signo de desgaste o rotura.
Más tarde, Nessa añade:
- ¿Crees que Xan'drila y Cynair estarán bien? Hace muchísimo que no sabemos de ellos...
- Totalmente seguro de que no se podía usar más de dos veces... -dice Cruços respecto a la cuerda, pasándose las manos por la cara para terminar de despertarse - Te has arriesgado mucho... aunque no creo que te vaya a dar ¿cómo lo has expresado? ninguna mala sensación antes de romperse, si se rompe... -Cruços mueve las manos como si estuviera tensando su arco y hace un sonido con su boca "poing!" y escenifica como si algo le golpeara la cara.
- Jajaja... en fin... ten cuidado. A lo mejor, y esto es sólo una teoría, la magia de este lugar, de este semi-plano, pueda afectar a la magia elemental de la que se nutre la cuerda... hmmm puede ser... en cualquier caso yo tendría cuidado.... -
- Perdona -dice Cruços - Estas dudando de que el gran y poderoso Sir Cynair, gran paladin de Pelor, elegido de los dioses y Xan'drila, la cazadora de sangre más poderosa de todo Oerth... o eso creo... pueden tener problemas? Cualquiera de los por separado sería un verdadero problema para cualquiera pero ¿juntos? me gustaría ver lo que son capaces de hacer. -dice sonriendo - Probablemente cuando salgamos de aquí estarán relajándose en unos baños en Celene celebrando la victoria contra la Cacería y Zalphiros... -
- Mmm, tienes razón, es mejor no que abuse más de la cuerda y me ciña a esos dos usos - responde Nessa, tocando la cuerda con el dedo mientras lo dice.
- Claro que me preocupo, no es que se hayan ido a dar un paseo por el campo precisamente. Pero es cierto que le presentarían más de uno y de dos problemas a cualquiera que se enfrentara a ellos - tras decir esto, la ranger se queda unos segundos en silencio y añade con una sonrisa - Mmmm, una casa de baños en Celene, ¿eh? Me gusta esa imagen.
Siguen hablando en voz baja durante el resto de la guardia, que transcurre sin sobresaltos, hasta que acuerdan que ya es hora de despertar a los demás y Nessa se acerca a ellos para hacerlo ella misma.
Empieza por Julian y Jen. Al contrario que en casa de Jaroo, esta vez es Jen quien abraza al pelirrojo doctor. Nessa supone que la preocupación de haber visto a su amor herido en combate se ha trasladado a sus sueños y por esto le abraza como si temiera perderle. Cuando les despierta, Jen se agita un poco y murmura "...cinco minutos más...", lo que hace sonreir a su amiga, que les deja remolonear mientras va a despertar a Rolthos.
Se pregunta si el paladín habrá descansado bien, teniendo en cuenta que tiene el ceño fruncido como si se hubiera pasado la noche cavilando. No le extrañaría en absoluto que hubiera estado dándole vueltas al juramento que le hizo a Bathia. Le da pena despertarle, pero lo hace igualmente y Rolthos, por supuesto, se pone en pie casi al instante. No podía ser de otra forma tratándose de él.
Se acerca a Vraak, que duerme sobre su lado izquierdo mientras tiene la mano derecha apoyada sobre las dos hachas, como si estuviera listo para arremeter contra quienquiera que atacase a los compañeros. Va a tocarle y se para un momento, casi temerosa de establecer ese contacto pero deseándolo al mismo tiempo. Nessa no esperaba volver a tener esas sensaciones con el sargento de la Guardia, no después de todo lo sucedido con Ornym. Se mordió el labio, preguntándose por qué era todo aquello tan complicado, y finalmente apoyó la mano en el hombro del semi-orco esperando a que este se despertarse.
Suspiró mientras se disponía a ponerse en pie. No había descansado demasiado, pero aún así se sentía lo suficientemente recuperada como para enfrentarse al nuevo día. Quizás se debía a que, una vez más, habían conseguido sobrevivir y superar un gran obstáculo. No sabía cuantos más se pondrían ante ellos en los próximos días, pero al menos seguían juntos, y eso era lo que más le importaba.
De repente se da cuenta de que falta Ashrem, y volviéndose, le descubre casi en posición fetal en la parte final del refugio, pegado contra la pared. Tantos años durmiendo en el semi-plano del aire parecían haberle acostumbrado a intentar ocupar el mínimo espacio posible para pasar desapercibido. En cuanto le toca, el antiguo maestro del aire se despierta sobresaltado y asustado, como si no recordara que, al contrario que los ultimos veinte años, aquella vez no estaba sólo.
Ahora sí, con todos despiertos, y Oswald de nuevo "caminando" hasta situarse con los demás, empiezan a trazar planes para la jornada que les espera.
Al despertar Rolthos se arrodilló y rezó a su diosa con devoción. Las repercusiones de los días que venia por delante se volvían más y más graves. Fallar significaba el sufrimiento de muchas personas y la perdida de muchas vidas inocentes. Fracasar en parar el mal que florecía en aquel templo maldito significaba la el sacrificio en vano de muchos valerosos héroes. Ser derrotado significaba el triunfo de la injusticia y el horror en el mundo. La promesa que había hecho a Bathia era redundante, concluyó, pasase lo que pasase o detenía lo que pasaba allí o se dejaría la vida en el intento. Cuando rezó a Mayaheine se reafirmó en su cometido y pido fuerza, no para sobrevivir, si no para acabar evitar que triunfase el mal. Él iba a poner todo su valor, todas las fuerzas de que disponía y la más férrea de las determinaciones.
Los rezos se prolongaron más que otras veces, y sin casi darse cuenta sintió como su diosa le concedía más recursos para los enfrentamientos venideros. En su meditación también agradeció las enseñanzas de Cynir que de alguna forma aún seguía interiorizando. Algunas de sus lecciones no habían cobrado sentido hasta ahora. Tras ponerlas en practica en varios combates poco a poco se hacían innatas en él.
Cuando dejo de rezar se levantó y se reunió con sus compañeros. - Tenemos duros días por delante. Tenemos poderosos enemigos a los que derrotar. Pero tenemos buenas herramientas con las que enfrentarnos a ellos. – Dijo con gravedad, pero con esperanza.
Jen sale en ultimo lugar, con el flequillo ondeandole en todas direcciones, y frotandose los ojos.
-Mi reino por una cama blanda...- Musita, recogiendo sus cosas con un bostezo. Al ver a Julian crujirse la espalda y arrebujarse de nuevo en su capa, ahora agujereada por el aguijón del gran demonio del combate el dia anterior, vuelve a pensar en Coran, el ilusionista del circo, y en su refugio protector. Se estruja la memoria para recordar el conjuro al completo. -Hmmmmmm ya me acordaré-
Con los brazos en jarras, la mochila al hombro y sus aros a los lados, se siente liste para la aventura de nuevo.
-Cual es el plan?? Si queremos salir de aquí necesitamos la gema... Y para eso...- con un gesto de la mano conjura la imagen de un pequeño dragón, y el eco del rugido del mismo, como un pequeño adelanto de lo que les esperaba.
Nessa apoya una mano en el hombro de Rolthos mostrando su acuerdo y responde a Jen:
- Creo que deberíamos volver a atarnos para asegurar que los vientos no nos separan cuando volvemos hacia la isla del dragón. Podemos colocarnos en el mismo orden en que vinimos hacia aquí, sólo que en este caso - mira hacia Ahsrem - tú deberías estar entre los primeros, ya que eres quien conoce la isla a la que debemos llegar. Estemos atentos durante el camino, por si vemos elementales como el de anoche o, si tenemos mucha mucha suerte, la puerta con runas en el suelo que permite viajar a otros semi-planos.
Cuando terminan de hacer los planes, se acerca un momento hasta Julian y Jen.
- Por cierto, no queria que nos pusiéramos en camino sin deciros antes que lo hicisteis muy bien en el combate de ayer. Jen,- dice tomando a su amigue de las manos - séque el encuentro con el arquero de la cacería alvaje te dejó muy tocade, incluso dudando de ti misme. Por eso me ha encantado verte con tanta confianza y liderando el avance hacia la puerta. Y Julian, llevas menos tiempo que nosotros en esto y aún así actuaste con muchísimo valor y te metiste directo al centro del peligro. Me parece un avance increíble en tan corto espacio de tiempo y espero que estés orgulloso. Yo desde luego lo estoy - le dice con una sonrisa y apoyando una mano en su hombro. - En fin, me parecía importante deciros esto. Se nos complica el camino a cada paso que damos, y yo misma a veces peco de perder la esperanza, pero justo como acaba de decir Rolthos, es bueno que nos recordemos que somos capaces y que con cada paso que avanzamos en este camino juntos nos hacemos más fuertes, ¿verdad?
Tras todo esto recoge su mochila, se ajusta bien el abrigo y coloca el arco cruzándolo en diagonal en su pecho. No se olvida tampoco del pañuelo en tonos azules, grises y blancos que le dio le barde y que se anudará de manera que le sujete bien el pelo y deje sólo sus ojos a la vista.
Julian se sonroja ante el elogio de Nessa, y se lleva la mano al pecho -No creí que tuviera en mi esta fuerza. La verdad... Está siendo un viaje muy esclarecedor, y...-Y gira la cabeza a Jen -Ahora entiendo muchas cosas.- Sonrie levemente, asintiendo levemente con la cabeza en un gesto de entendimiento. -Quiero creer que juntos somos invencibles-
A le barde se le dibuja una sonrisa temblorosa, y pone las manos en los brazos de su amiga. Luego la abraza fuertemente. Sus palabras han tocado algo dentro que llevaba muy herido desde aquel combate con el arquero. Como siempre, la cazadora daba en el clavo.
-Llegadas hasta aquí... Sabemos que ya nada es imposible.- Dice contra el hombro de Nessa. Al separarse se limpia una pequeña lagrimita. -Ya ves, como nos cambia el viento cuando sopla.- Vuelve a sonreir tremulamente. -Nos cambia el fondo, y la forma.
Tras el abrazo entre les amigues, Julian parece incómodo, como si estuviera dando vueltas a algo.
- Sin embargo... no puedo evitar sentirme... - duda unos instantes, buscando las palabras adecuadas -.. mal... hmmm no sé si me explico. Yo... he dedicado toda mi vida a curar a la gente, a buscar formas y remedios para sanar enfermedades y heridas cuando la magia curativa no está disponible... y ahora... ahora me dedico a infringirlas. Lo que es peor, uso de manera instintiva mis conocimientos para infligir el mayor daño posible... sólo quiero que se acabe cuanto antes el sufrimiento del otro pero... aún así no puedo evitar sentirme un poco... sucio, como si estuviera traicionando todo lo que creía. Dices que debería sentirme orgulloso por correr hacia el peligro, pero si estaba tan asustado que apenas podía ver nada! - dice Julian elevando un poco la voz, esa frase le suena a medias entre confesión y risa al liberar algo de la tensión acumulada
- Y ¿cómo crees que nos sentimos el resto la mayor parte del tiempo ? - le contesta Vraak poniendo una mano sobre su hombro. El semi-orco ha envuelto cuidadosamente el hacha de su hermano en una manta y la lleva bien sujeta a su espalda. Su nueva arma en la mano. Jen no esta segura pero juraría que el sargento ha ¿crecido? o al menos ha desarrollado más músculos con el ejercicio de los últimos días... tiene que preguntarle a Nessa que seguro que ella tiene más en mente los músculos de Vraak. - No se trata de no tener miedo, si no de enfrentarse a ese miedo por el bien de los demás. -
- Te lo agradezco Vraak -contesta Julian - Me consuela un poco saber que, en el fondo, estábamos liberando las almas de los pobres que habían sido sacrificados pero... ¿qué pasará cuando nos enfrentemos a seres humanos normales? No sé si seré capaz de hacerles daño... no sé si seré útil de verdad... - dice casi pidiendo disculpas a Jen y al resto.
Nessa abraza con cariño a Jen. Sus palabras resuenan como una dulce canción en su cabeza, una que habla de tesón, de perseverancia y de un optimismo capaz de convertir en clara luz hasta la noche más oscura. "Llegadas hasta aquí, sabemos que ya nada es imposible". Se guardaría aquellas palabras para recordarlas cuando el camino se hiciera difícil.
Escucha entonces la confesión de Julian y asiente a las palabras de Vraak.
- Una vez, hace unos años, escuché parte de una conversación entre un vecino del pueblo, Ned, y su hijo menor. No sé de qué hablaban, pero recuerdo claramente al pequeño Bran preguntar: "Papá, ¿puede ser alguien valiente cuando tiene miedo?". Ned le respondió: "Es el único momento en que puede ser valiente, hijo" - la ranger sonríe mientras dice esto, perdiéndose unos segundos en aquellos recuerdos ahora tan lejanos, antes de volver a mirar a sus compañeros y decirle a Julian - Estabas asustado y aún así te lanzaste a por ello. Eso es lo que cuenta.
Cuando el doctor continua, le dice:
- Te entiendo. Esas muertes pueden suponer una pesada carga, especialmente para ti. Pero piensa que no estarás haciendo daño por hacerlo, Julian, sino para evitar que otros sufran en sus manos. De todas maneras, no tienes que hacer nada que vaya en contra de tus creencias. Hay otras maneras de aportar al combate que no impliquen hacer daño a nadie: puedes asistirnos a nosotros o ayudarnos cuando estemos malheridos. Y créeme cuando te digo que ninguno de los nosotros vamos a pensar mal de ti por hacerlo - dice buscando el apoyo de Vraak y Jen con la mirada.
-Pues claro!!- exclama Jen inmediatamente, alarmade incluso de que su pareja estuviera sufriendo ese conflicto -Oh corazón, creeme que no tienes por qué estar en la ofensiva de un combate... Una cura a tiempo puede ser decisiva. Igual que un ánimo o una cuerda que te salve de un hondo pozo. Todos aportamos con nuestras habilidades, lo que podemos, para salir de cualquier situación que se nos ponga por delante.
A menos que alguien insulte nuestro honor, entonces si no le das una bofetada me enfado.- Añade para intentar quitar severidad al asunto, pestañeando seguidamente en un gesto de exagerada inocencia.
- ¡Y esas se te dan de coña!! ¡Aún me escuece la cara! -
Julian sonríe y dice
- Gracias... es sólo... que intento hacerme a todo esto. No os preocupéis, no os dejaré colgados... -
- ¿Mas alto? -Vraak se envara en toda su altura y es realmente alto, pese a su altura Nessa sólo llegaría a su pecho. Un pecho ancho y fuerte... - No sé... serás tú que me miras con buenos ojos... -
El grupo se preparó para otro extraño viaje por los aires del semi-plano. Bien embozados en sus ropas de invierno y atados por precaución Nessa lideró la búsqueda de la isla flotante donde los dos dragones tenían su morada. Pese a lo nerviosa que le ponía el constante farfullar y las risitas nerviosas del anciano Ashrem, Nessa tuvo que admitir que sus indicaciones fueron bastante claras y empezó a comprender el patrón que seguía el viejo clérigo para orientarse por aquel extraño lugar.
Al cabo de un tiempo percibió que las corrientes de aire más fuertes parecían seguir un mismo patrón y que arrastraban consigo cúmulos de nubes formando en el aire una suerte de ríos de nubes que seguían un camino relativamente estable. En ocasiones soplaban con más fuerza que otras, y variaban ligeramente de rumbo y altitud, pero podían considerarse lo suficientemente estables como para servir como referencia. A la joven exploradora le dio algo de confianza el saber que ahora podría orientarse sola por aquel lugar, seguía sin fiarse de aquel hombre y no podía obviar su pasado como líder de una de las faciones del Templo. Ni se fiaba de él ni podría hacerlo.
Sin embargo, de momento, Nessa sólo conocía dos sitios en aquel caótico lugar, la isla donde habían abierto la puerta y la de los gigantes, y creía que desde allí sería capaz de volver al lugar en el que entraron, pero no había visitado más lugares.
Fueron dejando atrás la simbra de algunas otras islas en su camino, que parecí ascender de manera constante, y la temperatura emepzó a caer. Incluso con las ropas de abrigo todos comenzaron a sentir el frío viento que se colaba por cualquier rendija y se clavaba en su piel como pequeñas agunas de hielo. Oswald Glimfeather Tercero tiritaba envuelto en la capa de Rolthos.
Entre las nubes vislumbraron su objetivo, aproximadamente a su altura y prácticamente cubierta de hielo había una gran isla de roca gris. Parecía que esta tenía una fuente de agua, pues podía verse una cascada que caía entre las rocas del lado este de la isla, pero estaba completamente congelada y sólo varios metros bajo la isla el hielo se transformaba en agua y cubría el cielo como una cortina blanca.
Con sumo cuidado maniobraron hacia ella, vigilando para no llamar la atención de los moradores de la isla. Según se iban acercando notaron algo curioso, y es que parecían pesar cada vez más, su descenso se fue acelerando hasta llegar a una pequeña plataforma de hielo, donde prácticamente cayeron sobre el hielo. Vraak patinó un poco y tuvo que sujetarse a Cruços para no deslizarse por el borde de la misma.
La isla parecía componerse al menos seis picos tan altos como una montaña y un valle central. Seguramente lo escarpado de los picos que la rodeaban harían caer el agua hasta el centro, donde posiblemente hubiera algún tipo de lago el cual podía ser el origen de la cascada que habían visto al llegar. La nieve y el hielo cubrían casi por completo toda la roca que había en el lugar, y no encontraron vegetación alguna.
Con mucha precaución, avanzaron por el hielo, que bordeaba la pared de la montaña a su derecha y colgaba sobre un escarpado abismo que se abria a su izquierda. Al cabo de unos minutos consiguieron bordear la montaña para echar un vistazo al centro de la isla flotante.
Efectivamente, como si de un gran cuenco se tratara, el centro cóncavo de la isla era un lago de hielo cuya blancura reflejaba la difusa luz que atravesaba las nubes. Cubría la mayor parte del centro de la isla y era imposible determinar cuan profundo era. En el lado norte , del mismo, aproximadamente a unos cuatro o cinco kilómetros de ellos, podían ver una gran oquedad en el hielo. Sin duda, la guarida entrada a la guarida de los dragones.
Los compañeros no pierden el tiempo y en cuanto se acercan a las inmediaciones del lago empiezan a evaluar sus opciones. Jen se pregunta si podrán establecer un patrón de movimiento de los dragones, pero aunque tanto elle como Rolthos y Nessa intentan fijarse en eso o en cualquier otro tipo de movimiento que en la zona, no logran ver demasiado. El frío del ambiente se mete hasta en sus ojos, haciéndoles lagrimear, y la ranger siente justo en ese instante un escalofrío en el extraño anillo. Se pregunta si esto significará que se ha encendido otra runa, pero no es momento de pararse a comprobarlo. "¿Por qué habrá vibrado en esta ocasión?", se pregunta, "¿tendrá algo que ver la dificultad del ambiente helado?"
En contraposición, parece que los vientos en esta zona son son un poco más suaves - quizás por la presencia de los altos picos - lo que significa que las flechas de la ranger podrán volar con un poco menos de dificultad en esta ocasión.
El lago no les da buena espina a ninguno de ellos. Podrían llegar a la guarida cruzándolo pero Rolthos comenta que eso les dejaría demasiado expuestos a cualquiera que pueda estar vigilando. Y la perspectiva de luchar sobre el hielo no era nada halagüeña. Nessa asiente, compartiendo la opinión del paladín, y acuerdan entonces que la mejor opción es bordear el lago intentando no alterar la aparente tranquilidad del lugar.
Jen se arrebuja en su capa, y en un intento de camuflarse con el entorno, la máscara del Acróbata cede paso a su "Yo" primigenio, de pelo pálido y piel blanquecina. Aquella mortecina apariencia la verdad es que les venía al pelo momentaneamente. "Solo por un momento", piensa, sintiendose fuera de su zona de confort "Y al menos tengo estas ropas que me cubren. Es solo para que nos vaya un poco mejor", se repite a si mismo, subiendose el cuello del abrigo y bajándose el gorro para que se le vea la piel lo menos posible. Inconscientemente retrocede en el grupo para ponerse tras alguien mas corporeo. Vraak, Cruços, Rolthos...
Rolthos intercambió unas palabras con Julian, afianzando el apoyo que ya había recibido.
- Creo comprender parte de los dilemas morales que tienes y de los sentimientos que experimentas. – Dijo mientras se ataba con la cuerda que le había proporcionado Nessa - Algunos de los paladines más valerosos y honorables rechazan la violencia excepto como último recurso. Cuando tengamos un poco más de tiempo te narraré algunas de las hazañas de Shigeru, uno de los más reputados paladines de Mayaheine. Su juramento de redención salvó muchas vidas y llevó la luz allí donde parecía imposible que la esperanza y la bondad renaciesen. Pero he de decir que ciertas criaturas son inherentemente malvadas y están más allá de la redención. No deberías tener dudas o remordimientos en acabar con ellas. – Dijo finalmente.
Durante el camino el frio silenció al ya de por si silencioso paladín. Al llegar a lago y sintiendo que habría un enfrentamiento pronto lanzó una plegaria que revigoro a Nessa, Julian y Oswald. - Mahaheine, dales fuerzas para enfrentar los peligros a los que nos enfrentaremos.
Lanzo una ayuda de +5 vidas a Nessa, Oswald y Julian
Tras decidir acercarse bordeando el lago en la medida de lo posible el grupo comienza su descenso y Nessa elige un camino que parece seguir el borde de la montaña en la que están además de ir descendiendo poco a poco hacia la superficie del lago.
No pasa mucho tiempo antes de que la pared gire y pierdan de vista el gran lago congelado y se encuentren caminando por un camino de hielo con largas paredes de hielo y roca a ambos lados. Aún tienen algo de caída hasta el fondo de la garganta cubierta de hielo pero Nessa ha encontrado un punto intermedio donde la nieve se acumula arrastrada por el viento y es un poco más fácil caminar.
El aire gélido aulla entre los afilados picos de roca congelada por encima de sus cabezas y el frio les hace sacudirse las manos y los brazos periódicamente para no perder la circulación en los dedos.
Nessa aún no ve el final de la garganta y escucha a su espalda a Vraak mascullar con Cruços que no les gusta nada aquello, el sitio está demasiado cerrado y es demasiado estrecho y les cuesta demasiado andar con normalidad entre el hielo y la nieve. Y es entonces cuando Nessa lo ve. Una sombra rápida cruza el espacio entre dos picos a su derecha. un poco a su espalda, casi inmediatamente aparece de nuevo un poco más adelante, entre los escarpados bordes de su izquierda. No es una sombra.
Son dos.
El corazón se le para a la ranger cuando comprende que están siendo cazados.
Un rugido frente a ellos hace estremecer las paredes de hielo de la garganta y otro le acompaña, más feroz aún, a su espalda. Elevándose, majestuosos, con sus blancas alas extendidas, los dos dragones describen una espiral cerrada a cada lado de la garganta y se lanzan en picado hacia ellos, sus fauces abiertas y exhalando un hielo mortal que les cierra el paso por ambos sentidos.
Los dragones blancos son cazadores natos. Y ellos son su presa dentro de su territorio.
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-No me lo puedo creer, malditos bichos- Maldice Jen en voz baja, agazapandose junto al resto del grupo y deseando muy fuertemente que el elemental siga su camino y los deje dormir con tranquilidad. Se acuerda de que uno de los ilusionistas del circo podía conjurar una semiesfera que podía colorear a su antojo, en la que se metía cuando no quería que nadie le molestase, ni siquiera en su propio carromato. Se acuerda de haber aporreado, embrujado, e incluso echado un jarro de agua fria sobre el domo, sin resultado alguno mass que hacerse moratones, perder tiempo, y empaparse a si misme. Desearía poder tener ese domo ahora y meterse dentro.
El elemental, cual sabueso, fue siguiendo el rastro de los enemigos caídos por algún extraño y desconocido motivo.
La memoria y habilidad de Nessa probaron ser ciertas cuando a criatura se acercó al sitio Justo donde había caído uno de los demonios.
El elemental realizó un par de giros sobre ese punto y finalmente volvió a alejarse en dirección a la ahora inexistente puerta. Al llegar a la alta y vertical pared de pizarra negra comenzó a elevarse por la misma y finalmente despareció por la parte superior.
Todos volvieron a respirar. Parecía que se había ido.
PbP Character: A few ;)
Nessa suelta un largo suspiro y mira al grupo con cara de alivio. Luego apoya el arco contra la pared y comenta - Vuelta a dormir, pues. Se acuesta de nuevo tan rápido que casi se diría que se ha quedado dormida antes de tocar el duro suelo. Es más, de haber tenido una cama blandita delante habría caído de bruces cuan larga era.
Un rato más tarde - demasiado corto para su gusto - siente un toque y su reacción automática es la de lamentarse por lo bajini, lo que arranca sendas sonrisas de Vraak y Julian. La ranger hace un poco de hueco para que el sargento y el doctor puedan acomodarse y, con cuidado de no despertar al resto, se acerca hasta sentarse al lado de Crucos. El cazador de sangre parece haberse levantado un poco antes que ella.
- Hey, ¿has descansado? - le susurra - Dioses, estoy echa polvo.
Éste no responde y es cuando la joven fija bien en su cara.
- Anda que ... - murmura al tiempo que le da un codazo en las costillas
- ¿¡Eh!? ¿Qué? Si estoy despierto, muy despierto. Sí. - dice Cruços con voz aún somnolienta y estirando la espalda, demostrando que por nada del mundo la ranger le había pillado dormitando.
Ambos cazadores comparten una risa antes de volver a quedarse callados, prestando atención a los alrededores, especialmente al lugar por donde desapareció el elemental de aire un rato antes. Nessa rompe el silencio al cabo de un rato:
- Cruços, sobre la cuerda flamígera que me diste, dijiste que era mejor no usarla más de dos veces al día, ¿verdad? El caso es la usé dos veces contra Kelto y la activé una tercera vez aquí por error. Por un momento temí que se fuera a romper en medio del combate. Pero no sucedió nada y de hecho la usé una cuarta vez, sin problema. Quizás estoy tentando demasiado a la suerte, pero no tuve ningún tipo de mala sensación en la cuerda. ¿Estás seguro de que hay que usarla con esa limitación?
Mientras comentan esto, ambos se fijan en el estado de la cuerda. Cuatro ojos avezados percibirían mejor si presentaba algún signo de desgaste o rotura.
Más tarde, Nessa añade:
- ¿Crees que Xan'drila y Cynair estarán bien? Hace muchísimo que no sabemos de ellos...
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
- Totalmente seguro de que no se podía usar más de dos veces... - dice Cruços respecto a la cuerda, pasándose las manos por la cara para terminar de despertarse - Te has arriesgado mucho... aunque no creo que te vaya a dar ¿cómo lo has expresado? ninguna mala sensación antes de romperse, si se rompe... - Cruços mueve las manos como si estuviera tensando su arco y hace un sonido con su boca "poing!" y escenifica como si algo le golpeara la cara.
- Jajaja... en fin... ten cuidado. A lo mejor, y esto es sólo una teoría, la magia de este lugar, de este semi-plano, pueda afectar a la magia elemental de la que se nutre la cuerda... hmmm puede ser... en cualquier caso yo tendría cuidado.... -
- Perdona - dice Cruços - Estas dudando de que el gran y poderoso Sir Cynair, gran paladin de Pelor, elegido de los dioses y Xan'drila, la cazadora de sangre más poderosa de todo Oerth... o eso creo... pueden tener problemas? Cualquiera de los por separado sería un verdadero problema para cualquiera pero ¿juntos? me gustaría ver lo que son capaces de hacer. - dice sonriendo - Probablemente cuando salgamos de aquí estarán relajándose en unos baños en Celene celebrando la victoria contra la Cacería y Zalphiros... -
PbP Character: A few ;)
- Mmm, tienes razón, es mejor no que abuse más de la cuerda y me ciña a esos dos usos - responde Nessa, tocando la cuerda con el dedo mientras lo dice.
- Claro que me preocupo, no es que se hayan ido a dar un paseo por el campo precisamente. Pero es cierto que le presentarían más de uno y de dos problemas a cualquiera que se enfrentara a ellos - tras decir esto, la ranger se queda unos segundos en silencio y añade con una sonrisa - Mmmm, una casa de baños en Celene, ¿eh? Me gusta esa imagen.
Siguen hablando en voz baja durante el resto de la guardia, que transcurre sin sobresaltos, hasta que acuerdan que ya es hora de despertar a los demás y Nessa se acerca a ellos para hacerlo ella misma.
Empieza por Julian y Jen. Al contrario que en casa de Jaroo, esta vez es Jen quien abraza al pelirrojo doctor. Nessa supone que la preocupación de haber visto a su amor herido en combate se ha trasladado a sus sueños y por esto le abraza como si temiera perderle. Cuando les despierta, Jen se agita un poco y murmura "...cinco minutos más...", lo que hace sonreir a su amiga, que les deja remolonear mientras va a despertar a Rolthos.
Se pregunta si el paladín habrá descansado bien, teniendo en cuenta que tiene el ceño fruncido como si se hubiera pasado la noche cavilando. No le extrañaría en absoluto que hubiera estado dándole vueltas al juramento que le hizo a Bathia. Le da pena despertarle, pero lo hace igualmente y Rolthos, por supuesto, se pone en pie casi al instante. No podía ser de otra forma tratándose de él.
Se acerca a Vraak, que duerme sobre su lado izquierdo mientras tiene la mano derecha apoyada sobre las dos hachas, como si estuviera listo para arremeter contra quienquiera que atacase a los compañeros. Va a tocarle y se para un momento, casi temerosa de establecer ese contacto pero deseándolo al mismo tiempo. Nessa no esperaba volver a tener esas sensaciones con el sargento de la Guardia, no después de todo lo sucedido con Ornym. Se mordió el labio, preguntándose por qué era todo aquello tan complicado, y finalmente apoyó la mano en el hombro del semi-orco esperando a que este se despertarse.
Suspiró mientras se disponía a ponerse en pie. No había descansado demasiado, pero aún así se sentía lo suficientemente recuperada como para enfrentarse al nuevo día. Quizás se debía a que, una vez más, habían conseguido sobrevivir y superar un gran obstáculo. No sabía cuantos más se pondrían ante ellos en los próximos días, pero al menos seguían juntos, y eso era lo que más le importaba.
De repente se da cuenta de que falta Ashrem, y volviéndose, le descubre casi en posición fetal en la parte final del refugio, pegado contra la pared. Tantos años durmiendo en el semi-plano del aire parecían haberle acostumbrado a intentar ocupar el mínimo espacio posible para pasar desapercibido. En cuanto le toca, el antiguo maestro del aire se despierta sobresaltado y asustado, como si no recordara que, al contrario que los ultimos veinte años, aquella vez no estaba sólo.
Ahora sí, con todos despiertos, y Oswald de nuevo "caminando" hasta situarse con los demás, empiezan a trazar planes para la jornada que les espera.
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Al despertar Rolthos se arrodilló y rezó a su diosa con devoción. Las repercusiones de los días que venia por delante se volvían más y más graves. Fallar significaba el sufrimiento de muchas personas y la perdida de muchas vidas inocentes. Fracasar en parar el mal que florecía en aquel templo maldito significaba la el sacrificio en vano de muchos valerosos héroes. Ser derrotado significaba el triunfo de la injusticia y el horror en el mundo. La promesa que había hecho a Bathia era redundante, concluyó, pasase lo que pasase o detenía lo que pasaba allí o se dejaría la vida en el intento. Cuando rezó a Mayaheine se reafirmó en su cometido y pido fuerza, no para sobrevivir, si no para acabar evitar que triunfase el mal. Él iba a poner todo su valor, todas las fuerzas de que disponía y la más férrea de las determinaciones.
Los rezos se prolongaron más que otras veces, y sin casi darse cuenta sintió como su diosa le concedía más recursos para los enfrentamientos venideros. En su meditación también agradeció las enseñanzas de Cynir que de alguna forma aún seguía interiorizando. Algunas de sus lecciones no habían cobrado sentido hasta ahora. Tras ponerlas en practica en varios combates poco a poco se hacían innatas en él.
Cuando dejo de rezar se levantó y se reunió con sus compañeros. - Tenemos duros días por delante. Tenemos poderosos enemigos a los que derrotar. Pero tenemos buenas herramientas con las que enfrentarnos a ellos. – Dijo con gravedad, pero con esperanza.
Zevatur, Rolthos
Jen sale en ultimo lugar, con el flequillo ondeandole en todas direcciones, y frotandose los ojos.
-Mi reino por una cama blanda...- Musita, recogiendo sus cosas con un bostezo. Al ver a Julian crujirse la espalda y arrebujarse de nuevo en su capa, ahora agujereada por el aguijón del gran demonio del combate el dia anterior, vuelve a pensar en Coran, el ilusionista del circo, y en su refugio protector. Se estruja la memoria para recordar el conjuro al completo. -Hmmmmmm ya me acordaré-
Con los brazos en jarras, la mochila al hombro y sus aros a los lados, se siente liste para la aventura de nuevo.
-Cual es el plan?? Si queremos salir de aquí necesitamos la gema... Y para eso...- con un gesto de la mano conjura la imagen de un pequeño dragón, y el eco del rugido del mismo, como un pequeño adelanto de lo que les esperaba.
Nessa apoya una mano en el hombro de Rolthos mostrando su acuerdo y responde a Jen:
- Creo que deberíamos volver a atarnos para asegurar que los vientos no nos separan cuando volvemos hacia la isla del dragón. Podemos colocarnos en el mismo orden en que vinimos hacia aquí, sólo que en este caso - mira hacia Ahsrem - tú deberías estar entre los primeros, ya que eres quien conoce la isla a la que debemos llegar. Estemos atentos durante el camino, por si vemos elementales como el de anoche o, si tenemos mucha mucha suerte, la puerta con runas en el suelo que permite viajar a otros semi-planos.
Cuando terminan de hacer los planes, se acerca un momento hasta Julian y Jen.
- Por cierto, no queria que nos pusiéramos en camino sin deciros antes que lo hicisteis muy bien en el combate de ayer. Jen, - dice tomando a su amigue de las manos - sé que el encuentro con el arquero de la cacería alvaje te dejó muy tocade, incluso dudando de ti misme. Por eso me ha encantado verte con tanta confianza y liderando el avance hacia la puerta. Y Julian, llevas menos tiempo que nosotros en esto y aún así actuaste con muchísimo valor y te metiste directo al centro del peligro. Me parece un avance increíble en tan corto espacio de tiempo y espero que estés orgulloso. Yo desde luego lo estoy - le dice con una sonrisa y apoyando una mano en su hombro. - En fin, me parecía importante deciros esto. Se nos complica el camino a cada paso que damos, y yo misma a veces peco de perder la esperanza, pero justo como acaba de decir Rolthos, es bueno que nos recordemos que somos capaces y que con cada paso que avanzamos en este camino juntos nos hacemos más fuertes, ¿verdad?
Tras todo esto recoge su mochila, se ajusta bien el abrigo y coloca el arco cruzándolo en diagonal en su pecho. No se olvida tampoco del pañuelo en tonos azules, grises y blancos que le dio le barde y que se anudará de manera que le sujete bien el pelo y deje sólo sus ojos a la vista.
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Julian se sonroja ante el elogio de Nessa, y se lleva la mano al pecho -No creí que tuviera en mi esta fuerza. La verdad... Está siendo un viaje muy esclarecedor, y...-Y gira la cabeza a Jen -Ahora entiendo muchas cosas.- Sonrie levemente, asintiendo levemente con la cabeza en un gesto de entendimiento. -Quiero creer que juntos somos invencibles-
A le barde se le dibuja una sonrisa temblorosa, y pone las manos en los brazos de su amiga. Luego la abraza fuertemente. Sus palabras han tocado algo dentro que llevaba muy herido desde aquel combate con el arquero. Como siempre, la cazadora daba en el clavo.
-Llegadas hasta aquí... Sabemos que ya nada es imposible.- Dice contra el hombro de Nessa. Al separarse se limpia una pequeña lagrimita. -Ya ves, como nos cambia el viento cuando sopla.- Vuelve a sonreir tremulamente. -Nos cambia el fondo, y la forma.
Tras el abrazo entre les amigues, Julian parece incómodo, como si estuviera dando vueltas a algo.
- Sin embargo... no puedo evitar sentirme... - duda unos instantes, buscando las palabras adecuadas -.. mal... hmmm no sé si me explico. Yo... he dedicado toda mi vida a curar a la gente, a buscar formas y remedios para sanar enfermedades y heridas cuando la magia curativa no está disponible... y ahora... ahora me dedico a infringirlas. Lo que es peor, uso de manera instintiva mis conocimientos para infligir el mayor daño posible... sólo quiero que se acabe cuanto antes el sufrimiento del otro pero... aún así no puedo evitar sentirme un poco... sucio, como si estuviera traicionando todo lo que creía. Dices que debería sentirme orgulloso por correr hacia el peligro, pero si estaba tan asustado que apenas podía ver nada! - dice Julian elevando un poco la voz, esa frase le suena a medias entre confesión y risa al liberar algo de la tensión acumulada
- Y ¿cómo crees que nos sentimos el resto la mayor parte del tiempo ? - le contesta Vraak poniendo una mano sobre su hombro. El semi-orco ha envuelto cuidadosamente el hacha de su hermano en una manta y la lleva bien sujeta a su espalda. Su nueva arma en la mano. Jen no esta segura pero juraría que el sargento ha ¿crecido? o al menos ha desarrollado más músculos con el ejercicio de los últimos días... tiene que preguntarle a Nessa que seguro que ella tiene más en mente los músculos de Vraak. - No se trata de no tener miedo, si no de enfrentarse a ese miedo por el bien de los demás. -
- Te lo agradezco Vraak - contesta Julian - Me consuela un poco saber que, en el fondo, estábamos liberando las almas de los pobres que habían sido sacrificados pero... ¿qué pasará cuando nos enfrentemos a seres humanos normales? No sé si seré capaz de hacerles daño... no sé si seré útil de verdad... - dice casi pidiendo disculpas a Jen y al resto.
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Nessa abraza con cariño a Jen. Sus palabras resuenan como una dulce canción en su cabeza, una que habla de tesón, de perseverancia y de un optimismo capaz de convertir en clara luz hasta la noche más oscura. "Llegadas hasta aquí, sabemos que ya nada es imposible". Se guardaría aquellas palabras para recordarlas cuando el camino se hiciera difícil.
Escucha entonces la confesión de Julian y asiente a las palabras de Vraak.
- Una vez, hace unos años, escuché parte de una conversación entre un vecino del pueblo, Ned, y su hijo menor. No sé de qué hablaban, pero recuerdo claramente al pequeño Bran preguntar: "Papá, ¿puede ser alguien valiente cuando tiene miedo?". Ned le respondió: "Es el único momento en que puede ser valiente, hijo" - la ranger sonríe mientras dice esto, perdiéndose unos segundos en aquellos recuerdos ahora tan lejanos, antes de volver a mirar a sus compañeros y decirle a Julian - Estabas asustado y aún así te lanzaste a por ello. Eso es lo que cuenta.
Cuando el doctor continua, le dice:
- Te entiendo. Esas muertes pueden suponer una pesada carga, especialmente para ti. Pero piensa que no estarás haciendo daño por hacerlo, Julian, sino para evitar que otros sufran en sus manos. De todas maneras, no tienes que hacer nada que vaya en contra de tus creencias. Hay otras maneras de aportar al combate que no impliquen hacer daño a nadie: puedes asistirnos a nosotros o ayudarnos cuando estemos malheridos. Y créeme cuando te digo que ninguno de los nosotros vamos a pensar mal de ti por hacerlo - dice buscando el apoyo de Vraak y Jen con la mirada.
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-Pues claro!!- exclama Jen inmediatamente, alarmade incluso de que su pareja estuviera sufriendo ese conflicto -Oh corazón, creeme que no tienes por qué estar en la ofensiva de un combate... Una cura a tiempo puede ser decisiva. Igual que un ánimo o una cuerda que te salve de un hondo pozo. Todos aportamos con nuestras habilidades, lo que podemos, para salir de cualquier situación que se nos ponga por delante.
A menos que alguien insulte nuestro honor, entonces si no le das una bofetada me enfado.- Añade para intentar quitar severidad al asunto, pestañeando seguidamente en un gesto de exagerada inocencia.
La ranger asiente a le barde:
- ¡Una bofetada a tiempo a veces arregla muchas cosas! - comenta, entre risas.
En ese estado más relajado mira hacia Vraak frunciendo un poco el ceño como pensativa, y pregunta:
- ¿Soy yo o estás como más alto? Bueno, parece que al menos una persona ha descansado bien esta noche.
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Cruços asiente y dice socarronamente
- ¡Y esas se te dan de coña!! ¡Aún me escuece la cara! -
Julian sonríe y dice
- Gracias... es sólo... que intento hacerme a todo esto. No os preocupéis, no os dejaré colgados... -
- ¿Mas alto? - Vraak se envara en toda su altura y es realmente alto, pese a su altura Nessa sólo llegaría a su pecho. Un pecho ancho y fuerte... - No sé... serás tú que me miras con buenos ojos... -
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Nessa ladeó ligeramente la cabeza y una medio sonrisa asomó en sus labios cuando respondió a Vraak.
- Ya... debe de ser eso...
Luego se volvió una vez más a Julian para terminar de decirle:
- Normal. Y te harás a ello, ya verás. Sólo necesitas tiempo y siempre contarás con nuestro apoyo decidas lo que decidas.
Tras estas conversaciones, termina de prepararse para ponerse en camino.
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El grupo se preparó para otro extraño viaje por los aires del semi-plano. Bien embozados en sus ropas de invierno y atados por precaución Nessa lideró la búsqueda de la isla flotante donde los dos dragones tenían su morada. Pese a lo nerviosa que le ponía el constante farfullar y las risitas nerviosas del anciano Ashrem, Nessa tuvo que admitir que sus indicaciones fueron bastante claras y empezó a comprender el patrón que seguía el viejo clérigo para orientarse por aquel extraño lugar.
Al cabo de un tiempo percibió que las corrientes de aire más fuertes parecían seguir un mismo patrón y que arrastraban consigo cúmulos de nubes formando en el aire una suerte de ríos de nubes que seguían un camino relativamente estable. En ocasiones soplaban con más fuerza que otras, y variaban ligeramente de rumbo y altitud, pero podían considerarse lo suficientemente estables como para servir como referencia. A la joven exploradora le dio algo de confianza el saber que ahora podría orientarse sola por aquel lugar, seguía sin fiarse de aquel hombre y no podía obviar su pasado como líder de una de las faciones del Templo. Ni se fiaba de él ni podría hacerlo.
Sin embargo, de momento, Nessa sólo conocía dos sitios en aquel caótico lugar, la isla donde habían abierto la puerta y la de los gigantes, y creía que desde allí sería capaz de volver al lugar en el que entraron, pero no había visitado más lugares.
Fueron dejando atrás la simbra de algunas otras islas en su camino, que parecí ascender de manera constante, y la temperatura emepzó a caer. Incluso con las ropas de abrigo todos comenzaron a sentir el frío viento que se colaba por cualquier rendija y se clavaba en su piel como pequeñas agunas de hielo. Oswald Glimfeather Tercero tiritaba envuelto en la capa de Rolthos.
Entre las nubes vislumbraron su objetivo, aproximadamente a su altura y prácticamente cubierta de hielo había una gran isla de roca gris. Parecía que esta tenía una fuente de agua, pues podía verse una cascada que caía entre las rocas del lado este de la isla, pero estaba completamente congelada y sólo varios metros bajo la isla el hielo se transformaba en agua y cubría el cielo como una cortina blanca.
Con sumo cuidado maniobraron hacia ella, vigilando para no llamar la atención de los moradores de la isla. Según se iban acercando notaron algo curioso, y es que parecían pesar cada vez más, su descenso se fue acelerando hasta llegar a una pequeña plataforma de hielo, donde prácticamente cayeron sobre el hielo. Vraak patinó un poco y tuvo que sujetarse a Cruços para no deslizarse por el borde de la misma.
La isla parecía componerse al menos seis picos tan altos como una montaña y un valle central. Seguramente lo escarpado de los picos que la rodeaban harían caer el agua hasta el centro, donde posiblemente hubiera algún tipo de lago el cual podía ser el origen de la cascada que habían visto al llegar. La nieve y el hielo cubrían casi por completo toda la roca que había en el lugar, y no encontraron vegetación alguna.
Con mucha precaución, avanzaron por el hielo, que bordeaba la pared de la montaña a su derecha y colgaba sobre un escarpado abismo que se abria a su izquierda. Al cabo de unos minutos consiguieron bordear la montaña para echar un vistazo al centro de la isla flotante.
Efectivamente, como si de un gran cuenco se tratara, el centro cóncavo de la isla era un lago de hielo cuya blancura reflejaba la difusa luz que atravesaba las nubes. Cubría la mayor parte del centro de la isla y era imposible determinar cuan profundo era. En el lado norte , del mismo, aproximadamente a unos cuatro o cinco kilómetros de ellos, podían ver una gran oquedad en el hielo. Sin duda, la guarida entrada a la guarida de los dragones.
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Los compañeros no pierden el tiempo y en cuanto se acercan a las inmediaciones del lago empiezan a evaluar sus opciones. Jen se pregunta si podrán establecer un patrón de movimiento de los dragones, pero aunque tanto elle como Rolthos y Nessa intentan fijarse en eso o en cualquier otro tipo de movimiento que en la zona, no logran ver demasiado. El frío del ambiente se mete hasta en sus ojos, haciéndoles lagrimear, y la ranger siente justo en ese instante un escalofrío en el extraño anillo. Se pregunta si esto significará que se ha encendido otra runa, pero no es momento de pararse a comprobarlo. "¿Por qué habrá vibrado en esta ocasión?", se pregunta, "¿tendrá algo que ver la dificultad del ambiente helado?"
En contraposición, parece que los vientos en esta zona son son un poco más suaves - quizás por la presencia de los altos picos - lo que significa que las flechas de la ranger podrán volar con un poco menos de dificultad en esta ocasión.
El lago no les da buena espina a ninguno de ellos. Podrían llegar a la guarida cruzándolo pero Rolthos comenta que eso les dejaría demasiado expuestos a cualquiera que pueda estar vigilando. Y la perspectiva de luchar sobre el hielo no era nada halagüeña. Nessa asiente, compartiendo la opinión del paladín, y acuerdan entonces que la mejor opción es bordear el lago intentando no alterar la aparente tranquilidad del lugar.
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Jen se arrebuja en su capa, y en un intento de camuflarse con el entorno, la máscara del Acróbata cede paso a su "Yo" primigenio, de pelo pálido y piel blanquecina. Aquella mortecina apariencia la verdad es que les venía al pelo momentaneamente. "Solo por un momento", piensa, sintiendose fuera de su zona de confort "Y al menos tengo estas ropas que me cubren. Es solo para que nos vaya un poco mejor", se repite a si mismo, subiendose el cuello del abrigo y bajándose el gorro para que se le vea la piel lo menos posible. Inconscientemente retrocede en el grupo para ponerse tras alguien mas corporeo. Vraak, Cruços, Rolthos...
Rolthos intercambió unas palabras con Julian, afianzando el apoyo que ya había recibido.
- Creo comprender parte de los dilemas morales que tienes y de los sentimientos que experimentas. – Dijo mientras se ataba con la cuerda que le había proporcionado Nessa - Algunos de los paladines más valerosos y honorables rechazan la violencia excepto como último recurso. Cuando tengamos un poco más de tiempo te narraré algunas de las hazañas de Shigeru, uno de los más reputados paladines de Mayaheine. Su juramento de redención salvó muchas vidas y llevó la luz allí donde parecía imposible que la esperanza y la bondad renaciesen. Pero he de decir que ciertas criaturas son inherentemente malvadas y están más allá de la redención. No deberías tener dudas o remordimientos en acabar con ellas. – Dijo finalmente.
Durante el camino el frio silenció al ya de por si silencioso paladín. Al llegar a lago y sintiendo que habría un enfrentamiento pronto lanzó una plegaria que revigoro a Nessa, Julian y Oswald. - Mahaheine, dales fuerzas para enfrentar los peligros a los que nos enfrentaremos.
Lanzo una ayuda de +5 vidas a Nessa, Oswald y Julian
Zevatur, Rolthos
Tras decidir acercarse bordeando el lago en la medida de lo posible el grupo comienza su descenso y Nessa elige un camino que parece seguir el borde de la montaña en la que están además de ir descendiendo poco a poco hacia la superficie del lago.
No pasa mucho tiempo antes de que la pared gire y pierdan de vista el gran lago congelado y se encuentren caminando por un camino de hielo con largas paredes de hielo y roca a ambos lados. Aún tienen algo de caída hasta el fondo de la garganta cubierta de hielo pero Nessa ha encontrado un punto intermedio donde la nieve se acumula arrastrada por el viento y es un poco más fácil caminar.
El aire gélido aulla entre los afilados picos de roca congelada por encima de sus cabezas y el frio les hace sacudirse las manos y los brazos periódicamente para no perder la circulación en los dedos.
Nessa aún no ve el final de la garganta y escucha a su espalda a Vraak mascullar con Cruços que no les gusta nada aquello, el sitio está demasiado cerrado y es demasiado estrecho y les cuesta demasiado andar con normalidad entre el hielo y la nieve. Y es entonces cuando Nessa lo ve. Una sombra rápida cruza el espacio entre dos picos a su derecha. un poco a su espalda, casi inmediatamente aparece de nuevo un poco más adelante, entre los escarpados bordes de su izquierda. No es una sombra.
Son dos.
El corazón se le para a la ranger cuando comprende que están siendo cazados.
Un rugido frente a ellos hace estremecer las paredes de hielo de la garganta y otro le acompaña, más feroz aún, a su espalda. Elevándose, majestuosos, con sus blancas alas extendidas, los dos dragones describen una espiral cerrada a cada lado de la garganta y se lanzan en picado hacia ellos, sus fauces abiertas y exhalando un hielo mortal que les cierra el paso por ambos sentidos.
Los dragones blancos son cazadores natos. Y ellos son su presa dentro de su territorio.
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