- Oh - Rolthos sintió algo de vergüenza cuando se dispuso a puntualizar. - Yo, con mi símbolo de paladín inscrito en mi atuendo, no creo que pasase por un saqueador. Además, tampoco quiero hacerlo. Mas aún, si hay alguien decente con información, como aquí Jaroo, quizás se abra a alguien que le inspire confianza. – Dijo dejando claro que él no iba a entremezclarse en un engaño de forma activa.

 - Yo creo que debería dejar clara mi misión y mis intenciones.

Cuando Jen dice lo de "matar dos pájaros de un flechazo" carraspea un poco y hace un ligero cabeceo hacia Oswald Glimfether Tercero, indicando a le barde que la frase elegida puede no gustarle mucho a su alado compañero.

Luego responde a Rolthos:

- Vaya, cierto, perdona Rolthos. Habría que hacer lo que comentabas de separar al grupo si queremos indagar en primera persona, sí. Me parece bien lo de que algunos vayamos a la tienda, pero lo del encontronazo quizás me convence menos, por intentar no llamar demasiado la atención. Tambien intentaría ir lo más rápido posible al Templo, me pone un poco nerviosa imaginar lo que habrán montado allí dentro.

Piensa un poco y añade:

- De todas maneras ... tampoco descartemos que ya sepan que estamos aquí y que venimos juntos. Ya sabéis como son los pueblos, cualquier novedad es digna de ser contada a todos tus vecinos y antes nos cruzamos con varias personas. Habrá saltado a la vista que vamos armados hasta los dientes y eso habrá llamado la atención.

Asiente con la cabeza, y pilla entonces a Nessa mirandole con los ojos como platos a elle y luego a Glimfeather Tercero. Tarda un segundo en hacer la conexión, y luego se sonroja de vergüenza, mirando con cara de pánico al buho- L-Lo siento muchisimo! No era mi intención, ah... Oh, ha sido una pobre, muy pobre eleccion de palabras, yo... Ay... Mátame carromato.- Suspira cubriendose la cara con la mano libre, deseando que se lo trague la tierra.

Rolthos asintió. - Yo mejor me mantengo alejado de la tienda al principio. También estaría bien intentar hablar con el noble, a ver cuáles son sus intenciones.

Oswald Glimfeather Tercero agitó sus plumas de manera involuntaria ante el comentario de Jen, pero le restó importancia agitando una de sus alas cuando le barde intentó disculparse. 

- Dudo mucho que ninguna de las armas haya sido recuperada de las ruinas... - dice Oswald Glimfeather Tercero 

- No, no lo han sido, yo lo sabría - dice Jaroo - La mayoría de los que se han aventurado allí eran aventureros algo descerebrados por querer explorar ese lugar o saqueadores. Pocos han vuelto de allí. Ya podéis tener cuidado. -

- En cualquier caso, la información de que disponéis vosotros no está al alcance de cualquiera mis queridos muchachos - vuelve a intervenir Oswald Glimfeather Tercero - Y perder cuidado. Nadie ha abierto las puertas. Los hechizos que las protegen son extremadamente poderosos. - hay un cierto deje de orgullo en su voz - una verdadera obra maestra de la hechicería si me lo permitis... - su tono se vuelve algo melancólico al final y guarda silencio.

- Exactamente... ¿Qué queremos averiguar en Nulb o en la tienda de esos dos? - pregunta Vraak centrando la conversación de nuevo - Quiero decir. Gracias a Jaroo sabemos que aquí hay una especie de guerra fría entre varias facciones que se vigilan las unas a las otras y mantienen el Templo y sus inmediaciones vigiladas. Pero ¿ de qué nos sirve eso a nosotros? Tenemos que recuperar esas armas y volver a Celene para acabar lo antes posible con la Cacería y después con Zalphiros. ¿Los comerciantes son avariciosos? ¿Y eso nos va a sorprender a estas alturas? Yo no perdería el tiempo con esos dos, si me preguntáis mi opinión. - 

- Yo coincido con Jen - interviene Cruços - en que ese Lareth dejará de ser un problema si el Templo deja de serlo. Pero también os digo que quizá eso nos quede un poco grande y como bien dice Vraak no disponemos del tiempo para ello... A lo mejor hacerle una visita y ponerle en su sitio ya que vamos de camino puede ser viable, como dice Rolthos y quitamos un problema a Hommlet, pero tampoco veo necesidad de ir a Nulb - 

- Además que allí, al contrario que aquí - añade Jaroo - no hay buenas personas. Lo único que podéis sacar de allí es un cuchillo en los riñones... pero la decisión es vuestra por supuesto.  -

- ¡Que devore vivo una manada de sabuesos infernales!! - exclama Jaroo - ¿Qué es ese sin sentido de ir a la posada? ¡¡Esta noche dormiréis aquí por supuesto!! ¡¡Voy a preparar la cena!! Vosotros seguid haciendo vuestros planes - dice reponiendo el té en las tazas. 

Al reponer el de Nessa le dice - Por supuesto que puedes rezar en el círculo. Y dejar alguna ofrenda si lo deseáis. Sería un bonito gesto - termina dirigiéndose al resto del grupo mientras se encamina a la cocina a cumplir con sus planes de la cena.  

Nessa sintió una nueva oleada de ternura hacia Oswald Glimfeather Tercero al percibir la sensación pérdida que denotaban las palabras del búho. La historia de los Nueve y el Templo era verdaderamente amarga y aunque podía empatizar con la tristeza que transmitía ahora Oswald y la que había transmitido Ornym con su relato, eso no era nada comparable a la que debieron sentir ellos cuando sucedió todo.

Pensado en esto, la ranger sintió de repente un acceso de miedo. Miró a sus amigos hablando entre ellos sobre lo que harían al día siguiente. Rolthos, Cruços y Vraak hablaban sobre la necesidad de ir directos al Templo y no pasar por Nulb. Jen se daba golpecitos en la frente aún pensando en lo que había dicho de los dos pájaros y el flechazo y Julian meneaba la cabeza y se reía de elle por lo bajini. ¿Y si ..? ¿Y si alguno no volvía del Templo? Se llevó una mano al pecho intentando frenar los latidos acelerados que estaba sinitiendo a raíz de aquél pensamiento. "No. No no y mil veces no. Eso no va a pasar. No lo permitiré", pensó. Intentó desechar aquel temor de su cabeza y cuando Jaroo les dijo que pasarían la noche con él dijo:

- Muchísimas gracias, Jaroo - la idea de pasar una noche en su casa en vez de en una posada le alegraba mucho - ¡Déjeme ayudar en la cocina! Somos muchos y es mucho trabajo para uno solo. No no, de verdad, me gusta cocinar - añadió cuando el halfling intentó negarse en redondo - Por favor. Además, así me distraeré un poco. La verdad es que ir a un lugar que causó tanto dolor me preocupa un poco...

Antes de irse a ayudarle da su opinión al respecto de los planes del día siguiente:

- Estoy de acuerdo con Vraak. Nulb realmente no nos va a aportar mucho y es cierto que necesitamos recuperar esas armas y volver a Celene cuanto antes. Cada día que pasa es otro día en el que la Cacería causa estragos por doquier y que el ejército de no muertos de Zalphiros aumenta sus filas. Podemos hacer esa visita a Lareth que comenta Cruços tras volver del Templo - En este punto mira hacia el druida y le pregunta - ¿De qué es la tienda que regentan Ravnos y Gregmag? ¿Cree que podremos comprar pociones de salud allí? Si no es así yo directamente ni iría. Pero si las tienen entonces la visita sí merece la pena. Por muy mala gente que sean y por muy caro que lo cobren todo, prefiero perder dinero a que os pase algo a alguno... Gastamos varias pociones tras el combate con el arquero de la Cacería. Por favor, vayamos lo mejor preparados posible al Templo del Mal Elemental.

Rolthos ponderó las palabras de sus compañeros. – Mi motivación para ir al pueblo era averiguar si por algún azar del destino alguien se había hecho con las armas y las estaba sacando de tapadillo. Pero si como decís nadie las ha sacado de allí, y además el poblado no nos puede traer más que problemas, yo me inclino por eludir ambas poblaciones.  – Dijo un gesto directo con la mano hacia delante – Creo que sería mejor tratar de entrar en el templo lo más directa y menos conspicuamente posible.

Después Rolthos agradeció la amabilidad del halfin. – Agradecemos su hospitalidad.

-Y no hay otra tienda a la que poder ir en lugar de la de Ravnos y Gregmag? Algun puesto en el que confieis... Mas o menos.- hace el gesto de "mas o menos" un poco exagerado y poniendo una mueca  en su rostro. No le hace ni pizca de gracia tener que ponerse delante de aquella pareja contra los que les habían advertido. Sobre todo para beneficiarles economicamente! Pero la frase de Nessa.... No le falta razón. Jen suspira. -Nessa, como siempre, ves el bien común por encima de todo lo demás. Puedes contar con mi aportación a lo que cuesten las pociones, si es que las hay!-

- Esos dos no suelen tener ese tipo de cosas... - dice Jaroo - si necesitáis pociones yo iría a preguntar al Padre Terjon y Calmer, los clérigos de Saint Cuthberth, son los que más posibilidades tienen de tener alguna aunque creo que de ser así la tendrán guardada para emergencias. -

Con una leve inclinación de cabeza Jaroo responde a la cortesía de Rolthos y termina de recoger las cosas para ir a la cocina y poner a Nessa a trabajar, o al menos asegurarse que no rompe nada ni descoloca nada del ordenado caos que es su cocina, mientras preparan la cena para todos. 

Nessa sonríe a Jen y apoya una mano cariñosa en su hombro como respuesta a su comentario. 

Respecto al asunto de las pociones dice:

- Mmm, supongo que no perdemos nada por intentarlo. Y siempre podemos devolverlas si finalmente no les damos uso, o compartir con ellos a la vuelta del Templo si encontramos algo de interés que pueda beneficiar al pueblo.

Con esto, se va a la cocina con Jaroo. Ambos pasan un buen rato allí y al cabo empiezan a salir olores que hacen que a los compañeros se les haga la boca agua y que los estómagos empiecen a gruñir.

Cuando finalmente aparecen dejan en la mesa un gran puchero lleno de caldo de verduras,  una fuente enorme con patatas asadas a las finas hierbas, pan de frutos secos y varios tipos de quesos. Jaroo pone sobre la mesa, además, jarras de cerveza de elaboración propia. El dorado líquido es bastante suave, pero delicioso igualmente.

La cena transcurre en una charla tranquila y amigable, y en un momento en que Nessa ve que Vraak está un poco más apartado y sin hablar con nadie se sienta a su lado, llevando consigo dos jarras de cerveza. Señala a la jarra casi vacía del semiorco y le dice:

- Veo eso un poco vacío ... déjame arregarlo - dice ofreciéndole una de las jarras.

Tomó un trago de la suya propia, meditando sus siguientes palabras. Vraak no era precisamente el más accesible de los compañeros, pero Nessa quería intentar superar esa distancia igualmente. Finalmente dijo:

- ¿Sabes? Con la pérdida de mi hermana y lo que pasó en mi pueblo, me he estado apoyando mucho en vosotros. He hablado de ello, he llorado ... supongo que es la única manera que conozco de intentar lidiar con ello. El caso es que me he dado cuenta de que nunca te he preguntado a tí por tu pasado y  tu familia. En la caverna del dracolich hiciste alguna mención a ellos y bueno, me preguntaba si querrías hablar de ello. Al final, siento que conozco bastante a Jen, a Rolthos y a Cruços, pero contigo no me pasa así y quisera cambiarlo. Es decir ... sólo si quieres, claro. 

Repiqueteó con las uñas en su jarra, un poco nerviosa. No estaba segura de si el sargento querría hablar y quizás ella fuera la menos apropiada para sacar el tema.

Vraak aceptó la bebida con una medio sonrisa y bebió un buen trago mientras Nessa se sentaba a su lado. 

- ¿Quieres conocerme mejor? - el semi-orco levantó una ceja y miró a Nessa de lado - Esa misma oferta te había hecho yo pero apareció ese amigo tuyo con todos sus títulos y poses.. -

Por un momento Vraak se estira e intenta imitar a un noble elfo, de manera más cómica que punzante. A su pesar Nessa tiene que reconocer que imita bastante bien algún gesto de Ornym, aunque exagerado. No puede evitar esbozar una sonrisa mientras Vraak se encoge de hombros y se ríe por lo bajo. 

- Mi pasado... poco hay que contar si te gustan las historias en que dos chavales marginados no paraban de meterse en líos y sacar de quicio a su pobre madre. Quiero decir... eramos los únicos... diferentes y crecer en las calles no es fácil. Pero nos teníamos el uno al otro y hay que admitir que nos lo montábamos bien. - toma otro trago con su mirada perdida en el exterior de la agradable casa del mediano - Hasta que una noche, intentando entrar en una posada del Barrio Alto para llevarnos un barril de vino, un joven oficial de la guardia nos pilló. No sé porqué no enchironó al instante. En lugar de eso se la jugó, nos llevó con nuestra madre y estuvieron hablando un buen rato. - Sonríe - Con la que nos cayó después creo que hubiéramos preferido acabar en los calabozos unos dias jajaja. La cuestión es que desde aquel día comenzamos a trabajar para aquel joven oficial. Reuníamos información donde él no podía llegar. Intentó enderezarnos supongo... y más o menos lo consiguió, yo me uní a la Guardia siguiendo su ejemplo. Poco después mi hermano, que ya llevaba un tiempo de andanzas con Poot, el caballero y... Zalphiros... aceptó el trabajo de los Gloomwood... - 

Nessa río abiertamente al ver la cómica imitación de Ornym y esto hizo que su previa tensión desapareciera por completo.

- No lo haces nada mal, ¿eh? Jajaja Pero, hey, de títulos nada. Ha tenido que aparecer - bajó el volumen en este punto para que Oswald Glimfeather Tercero no la escuchara -  un búho en medio del bosque para enterarme de eso. ¡Un búho! Diría que en ese sentido os parecéis mucho, reservados hasta la médula - dijo poniendo los ojos en blanco, pero aún sonriendo.

Escucha con sumo interés la historia de los jóvenes Vraak y Khortaak, intentando imaginarse a los dos pilluelos semiorcos metiéndose en líos cada dos por tres:

- Os estoy imaginado y la imagen que me viene a la cabeza me parece encantadora. ¡Tu madre debe de ser una mujer muy fuerte para haber criado ella sola a semejantes pillos! ¿Vive aún en Greyhawk? Espero que no se haya visto afectada con todo el tema de la enfermedad...

Acercó un momento la jarra hasta la de Vraak, en actitud de brindis, diciendo:

- Por estas personas que nos ayudaron a cambiar nuestros destinos.

Dio otro trago pensando en como habrían sido sus vidas si ella no se hubiera cruzado en el camino de Ornym y él en el del joven oficial y agradeció silenciosamente a los dioses por haber permitido aquellos encuentros tan fortuitos y a la vez tan trascendentales.

Cuando Vraak menciona el trabajo que llevó a su hermano a la muerte, inspira y espira largamente y pregunta:

- ¿Alguna vez se va? - ante la mirada interrogativa del hombre, que no sabe a qué se refiere la joven, añade - El dolor.

Vraak niega con la cabeza ante la mención de su madre. 

- Falleció unos años antes de que yo me uniera a la guardia. Era fuerte. La mujer más fuerte que he conocido jamás. - asegura antes de dar un trago. 

Brinda con Nessa y añade. 

- A veces me recuerda a él. - dice haciendo un gesto con la cabeza hacia Rolthos. - Siempre tan serio y con ese bigote... la viva imagen de su padre - dice sonriendo de medio lado cuando Nessa hace la conexión. 

Ante la última frase de Nessa su gesto se ensombrece. Deja la jarra a un lado y toma las manos de la ranger. 

- Nunca. - dice mirándola a los ojos - Siempre está ahí, recordándote lo que has perdido. Ahora bien, puedes dejar que empañe todo lo que vivas o utilizarlo en tu favor y saborear aún más las cosas buenas que te ocurren. En mi caso ese dolor también me ayuda a sobreponerme a las malas, porque nada puede ser tan malo como eso... no sé si tiene sentido lo que te digo... En cualquier caso, tú lo estas haciendo bien Nessa. - Aprieta cariñosamente las manos de la joven

- Vaya, lo siento... - responde Nessa acerca de la madre de Vraak.

Luego abre los ojos como platos cuando suma dos más dos respecto al joven oficial:

- ¿En serio? Dioses, es como si todos estuviéramos conectados o destinados de alguna forma. Qué maravilla - dice, genuinamente contenta - Menuda cara se te debió quedar entonces cuando viste que el hijo de Harknoss estaba metido en el meollo de Poot. Seguro que a Rolthos le gustaría saber esto...

La rotundez con la que Vraak le dice que el dolor nunca desaparece le borra la sonrisa que toda la conversación previa le había iluminado la cara. Incluso se le humedecen los ojos cuando vuelve a hablar:

- Si lo tiene, sí. La verdad es que deseaba que dijeras que desaparece con el tiempo - suelta una de sus manos para limpiarse los ojos, pero mantiene la otra sujeta a la del semiorco -, pero en realidad tiene todo el sentido lo que dices. Es duro, pero ... me aferraré a lo que has dicho.

Recomponiéndose, añade:

- Gracias, Vraak. Por este momento. Por estar ahí. Quiero que sepas que me importas y esto no lo digo a la ligera. Dices que lo estoy haciendo bien y te lo agradezco, pero no es un mérito enteramente mío. Es así es en gran parte porque vosotros me hacéis fuerte. Así que hagamos una promesa - y hace un cambio de manos para unir su derecha con la izquierda de Vraak, como si fuera a hacer una prueba de fuerza con él - Vamos a darle bien fuerte a quienes nos han quitado tanto. Y cuando acabemos lo celebraremos todos - hace énfasis en esa ultima palabra  - Todos. ¿Si?

Vraak sonríe recordando el día que se conocieron. 

- Bueno... al principio no le reconocí - admite - tampoco le había visto nunca. No fue hasta que registramos vuestros nombres que no caí en la cuenta. Decidí daros la oportunidad de demostrar que lo que decíais era cierto en parte fiándome de él... pero debo admitir que no me fiaba mucho del resto y temía que le fuerais a llevar por mal camino... - se encoge de hombros - Algunos dirían que lo estáis haciendo, pero en general me parece que le venís muy bien. Parece cargar con todo el peso del mundo... - dice mirando al paladin que está charlando con el resto de compañeros. 

Apretando las manos de Nessa y mirándola a los ojos le contesta.

- No puedo prometerte eso Nessa. Pero sí que haré todo lo que esté en mi poder para que salgamos todos de allí y le demos una buena paliza a esos cabrones. Y que lucharemos codo con codo hasta el final. - La sostiene la mirada, sus rostros se han ido acercando mientras hablaban de manera mas intima e intensa. Tras un segundo quizá demasiado largo Vraak medio sonríe y se aparta un poco. 

Rolthos se relajó aún más con la hospitalidad del anfitrión. El té y la suculenta comida de la que disfrutó hicieron que su ánimo de aligerase. Contempló con orgullo y cariño a sus compañeros, Julian, Vraak, Cruços, Jen y Nessa eran un grupo excepcional, decididos y sacrificados. No podía contar con mejores aliados. Y mientras sorbía el té en un momento solo rezó por sus destinos a su diosa. “Te ruego que ayudes a que sus vidas sean preservadas ante los peligros que les acechan”.

Después ayudó a Jaroo a traer el té después de la deliciosa cena y habló con él con cierta confidencialidad. - Estamos en una misión realmente arriesgada - Dijo echando una mirada sobre el hombre hacia sus compañeros mientras hablaban entre. – Si hay algún consejo que nos podáis dar, sería bienvenido, nada de lo que nos encontremos en el templo va a ser fácil.

Acercándose a Cruços le palmeó la viana de la espada. - ¿Estas seguro de que es una buena idea adentrarse en el templo con esto? Quizás quieras permanecer aquí afuera, por lo que pudiese pasar…

Nessa mira también hacia Rolthos y asiente.

- Intenta hacerlo, sí. Y le tenemos que recordar de cuando en cuando que puede, y debe, compartir ese peso con nosotros.

Se vuelve de nuevo hacia Vraak y por un instante se queda atrapada en su mirada. ¿En qué momento se habían acercado tanto? Nessa no había sido consciente de ello y no termina de reaccionar hasta que él se separa y sueltan sus manos. 

"Cuidado", piensa.

- Eso tendrá que bastar, entonces... - dice, con una sonrisa leve. Luego carraspea y añade - ¿Volvemos con los demás?

Se vuelve rápida, esperando que el rubor de sus mejillas haya pasado desapercibido con la tenue iluminación.

Jaroo asiente a las palabras de Rolthos 

- Sí que lo estáis si... y aunque debería daros ánimos y todas esas cosas y sé que Ornym tiene fe en vuestro éxito... que me atrape una araña gigante con su ponzoñso aguijón, me deje secar bocabajo envuelto en su telaraña y me devore miembro a miembro si no te digo que si nadie ha encontrado sus armas es por algo. Si no las encontráis y tenéis la oportunidad, salid de ahí... mejor luchar sin esas armas que no poder luchar en absoluto... - 

Cruços sonríe a Rolthos. 

- Rolthos ya lo hemos hablado. No voy a huir del peligro y si algo me pasa... te nombro heredero oficial de mi nombre y mi familia... así puedes mantener la puerta cerrada en caso de que yo falte. - el cazador de sangre sonríe y brinda con un sorprendido paladin - No se me ocurre mejor persona. Está hecho. - 

Oswald Glimfeather Tercero agita sus plumas sorprendido pero asiente complacido ante el intercambio entre los dos hombres. 

Nessa, que se ha acercado en el momento justo para oír a Cruços y Rolthos, exclama:

- Ufff, en menudo lío te has metido, Rolthos - luego se sienta al lado del cazador de sangre y añade - Ahora con tal de que no te pase nada le vas a tener todo el día detrás, como si fuera tu madre, Cruços - dice, dándole una palmada en la espalda.

Intenta hacer una imitación de Rolthos, poniendo un tono de voz serio y masculino y lazándole una mirada reprobadora a Cruços:

- "Hace demasiado frío esta noche, amigo, deberías cubrirte más. Incluso un simple resfriado podría ser fatal para ti y para la prisión que llevas encima".

Se ríe, lanzando una mirada entre burlona y cariñosa al paladín, mientras se sirve una última cerveza antes de ir a descansar.

.  - ¿Oportunidad de salir de allí?... Bueno, ahora mismo tenemos la mejor oportunidad yéndonos por donde hemos venido, pero entiendo lo que dices. No pecaremos de excesiva codicia. 

Entonces, cuando Cruços le nombró heredero de su maldición, su cuerpo se tensó y una intensa mirada se posó unos fríos momentos sobre el cazador. Dudó unos momentos sobre si recriminarle que no lo hubiese hablado con él antes. Dudó un momento adicional si aceptar amablemente la carga que lógicamente había arrojado sobre sus hombros. Cuando el silencio se hizo demasiado incomodo tras las intervenciones iniciales de Nessa, el paladín  suspiró, sorbió del té que aún le quedaba en la taza y se levantó.

- Se ha hecho tarde y nos esperan grandes desafíos, si me disculpáis me iré a descansar. Jaroo agradezco una vez más la hospitalidad. -  Ya en el umbral de la puerta se giró para decir unas últimas palabras antes de irse a dormir. - Ya era hora de que nombrases un heredero de la maldición. ¿Estás, quizás, madurando al fin?