El aasimar no salía de su asombro viendo como cada ayuda tornaba en fatal agravio. Mejor mantenerse al margen de las maneras palaciegas. Al menos hasta escuchar las palabras de Leobald y el pálido infante. Su gesto cambió, de la indiferencia hacia su miedo al mayor de los intereses.. El crío demoniaco, allí en aquella casa con aquel extraño gran magistrado.. ¿Cómo era posible? La mano hábil se introdujo entre bolsillos buscando el acero de daga oculta, por si fuera menester ir a mayores. Se acercó al compungido y aterrado humano. -Valor, caballero, rehazte..- trató de animar. Desde su encuentro en los callejones había meditado bastante. Aquel prepúber le provocaba miedo y admiración a partes iguales. Sin llegar al terror, pero si ante tal fabuloso combatiente superior sin lugar a dudas en justa liza. Si allí había uno, necesitaría todo recurso.-¿Ojos negros?- Preguntó.. recordando como su atacante de la plaza le miraba burlón con brillo cian.
-Ese ser encerrado en infantil forma y formidables dotes asesinas nos es familiar, Milord, y justo me fue el poder contarlo.. podría estar en peligro..-añadió a los comentarios de Adriana.
Mientras Adrian ayudaba a la informe masa de magistrado, Khalion aprovechó para salir al pasillo donde Leobald señaló el peligro. Pisadas, restos o sangre.. quizá una puerta.. trató de encontrar alguna prueba visible de una amenaza invisible.
Por primera vez desde que la comitiva de agentes había llegado a la mansión y habían sido exquisitamente recibidos por Adrian, éste perdió la compostura cuando Godric mencionó a su Dios y se identificó como otro seguidor suyo. Con un agresivo gesto, y la única mano libre que le quedaba, puesto que el resto de su cuerpo estaba prácticamente atrapado bajo la inmensa mole que era el magistrado, intentó empujarle lejos de su señor, en vez de eso, simplemente, y debido a sus limitaciones, apartó la mano del sacerdote ayudado por una fuerte sacudida.
- Ni se te ocurra acercar o tocar al Magistrado con tus mancilladas manos vendidas al proselitismo y la ignominia de un Dios que ha causado tanto daño a esta Casa. Guárdate tus salmos y sanaciones de mercadillo para los palurdos o desesperados, pues no tienen lugar aquí. Suficiente sufrimiento ya han traído.
Ignorando prácticamente a Adriana, intentó subir por las escaleras que se unían al piso bajo justo al final del recibidor, ya fuera del destruído salón.
- Aquí no hay niños... no hay niños en Saltmarsh... todos mueren, desaparecen o son transladados a Isla Paraíso... vuestras palabras están llenas de mentiras sin ni siquiera contrastar...
- Es suficiente mi buen Adrian... ellos no saben... acaban de llegar... estoy cansado... sólo necesito descansar... cancela todas las reuniones y juicios para hoy.
Desde el pasillo el aasimar vio a lord y ayudante desaparecer escaleras arriba. De pronto, se quedo petrificado, volviendo sin mediar palabra junto al resto no huido por la ventana, observando unas copas a mitad y otras derramadas del corpulento te. Siguió a todos, en silencio, hasta que se encontraban fuera bien lejos de malvada mansión.
-El magistrado.. sus brazos..-acertó a decir- .. sus brazos, con terribles glifos como.. como.. Colton. Ese Lich-mirando a Toc Toc- podría tener mas esclavos atados bajo su oscuro manto de poder.. o.. o.. ser él presentándose burlón ante ti? -su cara volvía a estar bajo máscara.- Debemos encontrar a Mablung pues con su huida corre la clave de vuestra salvación por beber ese nefasto te..
Fue entonces cuando una reconocible voz les llamó a su espalda.
Godric iba a contestar airado a Adrian, pero el Magistrado le cortó. Se quedó al pie de las escaleras, sintiéndose cada vez más frustrado y profundamente preocupado, no sólo por el Magistrado, si no por lo que había dicho Adrian de los niños, el extraño niño que parecía haber causado el pánico tanto en Leobald como en Mablung, y que posiblemente fuera el que atacó a Khalion.
Demasiadas preguntas. Se embozó en su capa y se echó la capucha por encima. La noche parecía mucho más fria de pronto cuando abandonaban la casa del Magistrado.
Las palabras de Khalion sobre el extraño té casi le hicieron agradecer que Mablung hiciera que se vertiera antes de que pudiera probarlo.
Al ver a Chak su mano se cerró en la empuñadura de su maza, pero las palabras del enmascarado Aasimar le hicieron refrenarse. El felón parecía satisfecho y contento y no les traería nada bueno buscar una pelea allí, y menos por su cabeza. Además, tenía que averiguar más sobre el tatuado hombre que le acompañaba en esta ocasión. Sus símbolos no auguraban nada bueno.
- Glifos… runas? - Preguntó sorprendido. - No sabría decir sin examinarlas. Podría ser que las runas también estén en el magistrado, entonces habría que averiguar cómo han llegado allí. Y vendría bien también averiguar que le está pasando, porque dicen que Lathander ha abandonado a su casa. Negó con el cabeza, saturado de incógnitas – Este pueblo tiene demasiados misterios. ¿Por qué desaparecen niños, está relacionado esa visión del niño con el mal del magistrado, el magistrado esta siendo controlado por Akrul? – Resoplo con tantas preguntas.
- Podría ser que Akrul haya intervenido en el encuentro frustrando nuestros planes. Pero es una conjetura… ¿Por qué dices que el te supone un peligro? – Preguntó antes de encontrarse con Chack.
[En el encuentro de Chaak]
- ¿Acabas de admitir que pretendías cobrarte una deuda por un trabajo que no habías completado? – Preguntó TocToc sorprendido por el cinismo del asesino. Acto seguido, tras el incontenido impulso verbal, comprendió que quizás no fuese la frase más diplomática e intento arreglarlo para evitar un enfrentamiento. – En cualquier caso, me alegra que no debamos enfrentarnos. Sin duda la fortuna nos ha sonreído.
Adriana abandonó la mansión inmersa en sus pensamientos, sin dejar de darle vueltas a las palabras del mayordomo. ¿A quién podrían recurrir para obtener información sobre los niños de Saltmarsh? Pensó en Lenkus con tristeza, el único individuo al que podían considerar aliado en aquella ciudad maldita les había abandonado demasiado pronto.
Las palabras de Khalion provocaron en la alta elfa un temor repentino, llevándose las manos al estómago de forma inconsciente y una autoevaluación interna para detectar cualquier síntoma físico que indicara malestar. Apretó el paso hasta llegar a su altura.
- Khalion, ¿estás insinuando que el té que nos han ofrecido está envenenado? No percibí ningún sabor extraño… de hecho me sorprendió gratamente su calidad y su gusto… y Lord Moebius también bebió, el té fue servido del mismo recipiente… ¿es posible entonces que nos hayan envenenado a todos? ¿incluso al mismo magistrado? - le miró, esperando una respuesta que arrojara más información.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
- No me fio de Adrian - dice Godric al escuchar a Adriana hablar con Khalion - No sólo por su animadversión a Lathander. Me da la sensación que hace que el Magistrado sea demasiado dependiente de él, no sé si me explico. Creo que el mal que le afecta bien podría estar inducido por el solicito mayodormo... y lo que ha dicho de los niños... ¿qué ocurre realmente en ese pueblo? -
Preocupaciones compartidas con cuervo y elfa. De ir en cordial visita para salvar a Nadie a complicar sus acciones y cobertura en Saltmarsh.. condenando con certeza al buen hobgoblin.
-Toc-Toc.. los niños son clave, pero no vi rastro de que esconda en la mansión.. y localizar Isla Paraíso no estaría de mas.. Ese Lich no me era problema.. ni tan siquiera conocido, pero esos glifos son coincidencia excesiva. Pero mas me preocupa aquello que bebisteis.. recuerdos tengo con ese nombre.. "muerte carmesí" que actúa tras varias horas, innoble veneno de asesinos que frecuentan la corte. ¿Y si el druida corrió por eso mismo?
Pese a ser ignorado por Khalion Godric siguió respondiendo a sus preguntas.
- Mablung salió gritando que no poseería su alma. Dudo que se refiriera al veneno, si no a que compartió la visión del pálido niño con Leobald. De todas formas, ya tenemos bastantes incógnitas como para dedicarnos a especular nosotros mismos. Ya preguntaremos a Mablung qué le hizo salir corriendo. Supongo que habrá ido al círculo druída -
- Pero si lo que apunta Khalion es cierto... estamos en grave peligro, si ese brebaje actúa en unas horas...- vuelve a mirar al pícaro con urgencia - ¿hay algún antídoto, algo con lo que podamos contrarrestar sus efectos? Debemos encontrar a Mablung cuanto antes. Estoy de acuerdo con Godric, seguramente saliera despavorido ante la imagen del infante, pero antes pareció reconocer ese veneno, gritando su nombre en voz alta. Parece lógico que se dirigiera al círculo druídico, podríamos empezar a buscar por allí- su caminar se aceleró, justo antes de cruzarse con Chack.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
-Yo puedo rogar a Lathander - le dice Godric mientras comienza a andar apresuradamente. - para ver si realmente estáis envenenados. No me demoraré mucho y, de confirmarse, rogaré a Lathander que expulse las toxinas de vuestro cuerpo. Sólo que no podré hacerlo todo esta noche, necesitaré rezar a Lathander cuando salga el sol, por suerte no quedan muchas horas para eso. Volvamos a la posada y dejadme que ore durante unos minutos y podremos saber más. - Su voz se calla cuando el disfrazado mediante la magia Chak les aborda.
[Antes del encuentro con el cínico aspirante a asesino]
- Así es. Si Akrul ha puesto su atención en el magistrado, es muy posible que el criado sea uno de sus agentes suyo. Y ese té... - Negó con la cabeza pensando brevemente. - Si ese té es un veneno, proteger al magistrado quizás fuese tan simple como eliminar el suministro del té, o reemplazarlo por otro… o eliminar la toxina de ese té. - Dijo respondiendo a las palabras de Godric y arrepintiéndose de no haber guardado una muestra.
La preocupación por los compañeros envenenados crecía. "Muerte carmesí", forma de matar cruel diseñada para cobardes, pero con resultados terriblemente eficientes. De tratarse de ese veneno.. el antídoto y su aplicación iban a ser.. mirando a los pobres infectados.. de cierto incordio.
-Ya dentro, solo se puede atajar el nefasto mejunje a su salida..-dijo, apurado, bajo máscara señalando aquella parte donde espalda deja de ser espalda- .. mediante implasto de hiervas sanadoras.. solo una, tan rara como benefactora para vuestra salud.. sin duda toda supervivencia pasa porque os encontremos una "erectus perennis" -les dijo convencido como nunca la había estado.- Quizá Mablung tenga alguna y esté dispuesto a compartirla para que veais un nuevo amanecer.. o el gigante del círculo druídico maneje una mejor, mas efectiva y sanadora..
-“¿Erectus perennis”? - repitió en voz alta, intentando hacer memoria - no tengo conocimiento de ninguna planta con un nombre similar… pero nunca me he especializado en herboristería para venenos. Debemos averiguar dónde encontrarla, si en esta zona puede ser recolectada o, por el contrario, debemos acudir a algún mercader que disponga de ella cosa que, me temo, no resultará ni fácil ni barato -
Adriana observó fijamente a Khalion mientras relataba el procedimiento de aplicación. Se quedó callada unos segundos, dándole vueltas a sus palabras, con la esperanza de que la interpretación de lo que decía fuera una confusión por su peculiar forma de expresarse. Pero cuando señaló la parte baja de su espalda, no hubo lugar a dudas. Su rostro mudó de la preocupación al desagrado y casi a la desesperación y un color rojizo ruborizó sus mejillas, aunque intentó disimularlo. Apretó más el paso, evitando hacer ningún comentario.
Su estómago se encogió, dándole un pequeño vuelco, quién sabe si por los efectos del veneno que ya comenzaban a hacer aparición o por la sola idea de imaginarse el procedimiento de salvar su vida.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Leobald observaba a los malhechores con cierta indiferencia, como cansado. Viendo que la perspectiva de un enfrentamiento armado se disipaba, pareció relajar algo el gesto, solo lo que la prudencia permitía. Por supuesto, no se sentía más responsable de la muerte del Carnicero que de la de Nadie. La explosiva reacción de Elias había sido un desafortunado accidente, pero solo eso. En cualquier caso, no pensaba discutir eso con aquel par.
—Si estamos a bien, quizás podamos dedicarnos cada uno a nuestros asuntos por fin —comentó lacónicamente con el escudo embrazado—. Sin embargo, quizá antes de separarnos podáis ilustrarnos sobre el antídoto de un veneno ingerido llamado Muerte Carmesí.
Sin esperar realmente una respuesta provechosa observó a los bandido con un deje de indolencia. Parecían profesionales entrenados y mucho más duchos que el grupo de reos de Ghostfinger. ¿Porque les habrían metido a ellos por el medio? ¿Quizá eran solo fachada? El caballero observaba sus armas y media el exceso de confianza en sus palabras.
Antes de que Leobald hiciera mención al veneno y por consiguiente al correspondiente antídoto, Chak continuó con unas condescendientes frases más para terminar de aclarar la situación actual entre agentes y gremios de los bajos fondos. Su conversación continuó especialmente tranquila y sin gesto alguno amenazador por su parte, probablemente porque el asesino y cazarrecompensas que tenían delante no les consideraba peligrosos en absoluto.
- En cuanto al tema de la moneda... es un tema delicado... ese objeto pertenece a uno de los dos gremios que represento, y a pesar de las paupérrimas súplicas del "gordo cabrón", ciertas cosas al parecer siguen una "reglas"... como la posesión de esa moneda...
La oscura figura que es Chak, parece encogerse levemente sobre sí misma, sus últimas palabras contienen algo de frustración, y denotan una clara resignación de como alguien superior en su orden la dejado claro recientemente el funcionamiento de esa antigua reliquia y como debe ser traspasada.
- De momento tendréis que quedárosla hasta que la uséis como pago a mi gente para algún trabajo o tarea de élite, equivalente al objetivo por el que se cobró originalmente, Elías, ... podréis usarla para que "saquemos del tablero" a alguien que os moleste en vuestro camino... sed pacientes y elegid bien, recordar que podréis seleccionar a cualquier persona de la región de Saltmarsh, salvo a miembros de nuestro gremio claro... también podéis usarla como pago para, materiales especialmente "ilegales" o "complicados" de justificar... como venenos... e incluso objetos mágicos de "reputación distraída"... como alguna daga emponzoñada por ejemplo... También podéis anular contratos... que caigan sobre vosotros...
La mirada de Chak se fijó en Godric con una sarcástica sonrisa... fue justamente cuando Leobald intervino preguntando sobre el supuesto antídoto. Chak se quedó parado unos segundos, casi paralizado, el rostro bajo su amplio sombrero no mostraba emoción alguna.
- Ese veneno es muy raro y exótico, y por tanto su antídoto lo es en igual manera... además, es bastante complejo de sintetizar, si me ponéis más en contexto quizás pueda "compartir" más información al respecto...
El caballero dejó espacio a Khalion para que ahondase en el asunto dado que él desconocía cuanto tenía que ver con venenos.
—Por cierto, al margen del asunto del veneno hay algo que me gustaría preguntaros, si es posible ¿Mencionó Colton porqué quería matar a Elias? —preguntó de pasada.
En condiciones normales no habría gastado saliva con unos asesinos confesos, pero en esta ciudad nada era lo que parecía y al menos aquel par parecían seguir alguna suerte de código de honor.
Damiselas apuradas en la noche de Saltmarsh.. ni tiempo de asimilar cuando áspera y reconocible voz sonó a espaldas. Allí estaba, fiel a palabra tres noches después, Chak y compañía.. de uno. Instinto actuando, arma fuera preparado para acometida en lance fatal. Ante falta de agresividad relaja postura de defensa, mas dispuesto a diálogo entre escorias que entre aceros. Escuchó, satisfecho de las gestiones llevadas a cabo apenas una día antes y el fin de la responsabilidad de los demás y él mismo hacia aquel asesino.
-Moneda que..- dijo cuando terminó de hablar La Sombra-.. pesada carga supone, si bien parece que su valor abre puertas y cierra encargos. Esa moneda encierra arcanas artes y peores atenciones que envían cuerpos andantes de vidas extinguidas, como tu amigo Colton. ¿Sabías de su magia y quien la ansía como para enviar a los enterrados tras ella?
La elfa se detuvo abruptamente al escuchar la voz de Chak a sus espaldas - “qué oportuno...”- pensó contrariada mientras se volvía hacia las figuras que, solo momentos antes, se habían hecho pasar por señoritas.
Quizá en otro momento hubiera sentido un alivio más profundo ante las revelaciones de la condonación de la deuda contraída, pero lo cierto era que no podía dejar de darle vueltas al asunto del veneno. Y fue entonces, cuando Leobald volvió a mencionarlo, preguntándole al que se suponía enemigo sobre información acerca de la Muerte Carmesí, cuando Adriana notó un ligero vahído provocando el desequilibrio de su cuerpo, apoyándose por la inercia sobre el compañero que tenía más cerca, Khalion.
Consiguió recomponerse y erguirse, pero un escalofrío sutil recorrió su espina dorsal y su tez pálida palideció aún más, marcándose sus ojeras de un color violeta suave. Intentando no llamar la atención, dejando que la conversación prosiguiera, dio unos pequeños pasos con el objetivo de separarse del grupo, pero la voz de Chak y sus explicaciones sobre aquel veneno acentuaron otro brusco vuelco en su estómago.
Sabiéndose incapaz de retener dentro aquello que pugnaba por salir, corrió hacia delante, en realidad sin saber muy bien por dónde iba, simplemente buscando una escapatoria que no encontró. Irremediablemente vomitó demasiado cerca de los malhechores, salpicándoles de bilis las botas.
Avergonzada, consiguió articular una disculpa mientras rebuscaba en sus pertenencias hasta encontrar un delicado pañuelo de seda con el que limpiarse los labios.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
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[Durante la audiencia con Moebius]
El aasimar no salía de su asombro viendo como cada ayuda tornaba en fatal agravio. Mejor mantenerse al margen de las maneras palaciegas. Al menos hasta escuchar las palabras de Leobald y el pálido infante. Su gesto cambió, de la indiferencia hacia su miedo al mayor de los intereses.. El crío demoniaco, allí en aquella casa con aquel extraño gran magistrado.. ¿Cómo era posible? La mano hábil se introdujo entre bolsillos buscando el acero de daga oculta, por si fuera menester ir a mayores. Se acercó al compungido y aterrado humano. -Valor, caballero, rehazte..- trató de animar. Desde su encuentro en los callejones había meditado bastante. Aquel prepúber le provocaba miedo y admiración a partes iguales. Sin llegar al terror, pero si ante tal fabuloso combatiente superior sin lugar a dudas en justa liza. Si allí había uno, necesitaría todo recurso.-¿Ojos negros?- Preguntó.. recordando como su atacante de la plaza le miraba burlón con brillo cian.
-Ese ser encerrado en infantil forma y formidables dotes asesinas nos es familiar, Milord, y justo me fue el poder contarlo.. podría estar en peligro..-añadió a los comentarios de Adriana.
Mientras Adrian ayudaba a la informe masa de magistrado, Khalion aprovechó para salir al pasillo donde Leobald señaló el peligro. Pisadas, restos o sangre.. quizá una puerta.. trató de encontrar alguna prueba visible de una amenaza invisible.
Por primera vez desde que la comitiva de agentes había llegado a la mansión y habían sido exquisitamente recibidos por Adrian, éste perdió la compostura cuando Godric mencionó a su Dios y se identificó como otro seguidor suyo. Con un agresivo gesto, y la única mano libre que le quedaba, puesto que el resto de su cuerpo estaba prácticamente atrapado bajo la inmensa mole que era el magistrado, intentó empujarle lejos de su señor, en vez de eso, simplemente, y debido a sus limitaciones, apartó la mano del sacerdote ayudado por una fuerte sacudida.
- Ni se te ocurra acercar o tocar al Magistrado con tus mancilladas manos vendidas al proselitismo y la ignominia de un Dios que ha causado tanto daño a esta Casa. Guárdate tus salmos y sanaciones de mercadillo para los palurdos o desesperados, pues no tienen lugar aquí. Suficiente sufrimiento ya han traído.
Ignorando prácticamente a Adriana, intentó subir por las escaleras que se unían al piso bajo justo al final del recibidor, ya fuera del destruído salón.
- Aquí no hay niños... no hay niños en Saltmarsh... todos mueren, desaparecen o son transladados a Isla Paraíso... vuestras palabras están llenas de mentiras sin ni siquiera contrastar...
- Es suficiente mi buen Adrian... ellos no saben... acaban de llegar... estoy cansado... sólo necesito descansar... cancela todas las reuniones y juicios para hoy.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Desde el pasillo el aasimar vio a lord y ayudante desaparecer escaleras arriba. De pronto, se quedo petrificado, volviendo sin mediar palabra junto al resto no huido por la ventana, observando unas copas a mitad y otras derramadas del corpulento te. Siguió a todos, en silencio, hasta que se encontraban fuera bien lejos de malvada mansión.
-El magistrado.. sus brazos..-acertó a decir- .. sus brazos, con terribles glifos como.. como.. Colton. Ese Lich -mirando a Toc Toc- podría tener mas esclavos atados bajo su oscuro manto de poder.. o.. o.. ser él presentándose burlón ante ti? -su cara volvía a estar bajo máscara.- Debemos encontrar a Mablung pues con su huida corre la clave de vuestra salvación por beber ese nefasto te..
Fue entonces cuando una reconocible voz les llamó a su espalda.
Godric iba a contestar airado a Adrian, pero el Magistrado le cortó. Se quedó al pie de las escaleras, sintiéndose cada vez más frustrado y profundamente preocupado, no sólo por el Magistrado, si no por lo que había dicho Adrian de los niños, el extraño niño que parecía haber causado el pánico tanto en Leobald como en Mablung, y que posiblemente fuera el que atacó a Khalion.
Demasiadas preguntas. Se embozó en su capa y se echó la capucha por encima. La noche parecía mucho más fria de pronto cuando abandonaban la casa del Magistrado.
Las palabras de Khalion sobre el extraño té casi le hicieron agradecer que Mablung hiciera que se vertiera antes de que pudiera probarlo.
Al ver a Chak su mano se cerró en la empuñadura de su maza, pero las palabras del enmascarado Aasimar le hicieron refrenarse. El felón parecía satisfecho y contento y no les traería nada bueno buscar una pelea allí, y menos por su cabeza. Además, tenía que averiguar más sobre el tatuado hombre que le acompañaba en esta ocasión. Sus símbolos no auguraban nada bueno.
PbP Character: A few ;)
- Glifos… runas? - Preguntó sorprendido. - No sabría decir sin examinarlas. Podría ser que las runas también estén en el magistrado, entonces habría que averiguar cómo han llegado allí. Y vendría bien también averiguar que le está pasando, porque dicen que Lathander ha abandonado a su casa. Negó con el cabeza, saturado de incógnitas – Este pueblo tiene demasiados misterios. ¿Por qué desaparecen niños, está relacionado esa visión del niño con el mal del magistrado, el magistrado esta siendo controlado por Akrul? – Resoplo con tantas preguntas.
- Podría ser que Akrul haya intervenido en el encuentro frustrando nuestros planes. Pero es una conjetura… ¿Por qué dices que el te supone un peligro? – Preguntó antes de encontrarse con Chack.
[En el encuentro de Chaak]
- ¿Acabas de admitir que pretendías cobrarte una deuda por un trabajo que no habías completado? – Preguntó TocToc sorprendido por el cinismo del asesino. Acto seguido, tras el incontenido impulso verbal, comprendió que quizás no fuese la frase más diplomática e intento arreglarlo para evitar un enfrentamiento. – En cualquier caso, me alegra que no debamos enfrentarnos. Sin duda la fortuna nos ha sonreído.
Zevatur, Rolthos
Adriana abandonó la mansión inmersa en sus pensamientos, sin dejar de darle vueltas a las palabras del mayordomo. ¿A quién podrían recurrir para obtener información sobre los niños de Saltmarsh? Pensó en Lenkus con tristeza, el único individuo al que podían considerar aliado en aquella ciudad maldita les había abandonado demasiado pronto.
Las palabras de Khalion provocaron en la alta elfa un temor repentino, llevándose las manos al estómago de forma inconsciente y una autoevaluación interna para detectar cualquier síntoma físico que indicara malestar. Apretó el paso hasta llegar a su altura.
- Khalion, ¿estás insinuando que el té que nos han ofrecido está envenenado? No percibí ningún sabor extraño… de hecho me sorprendió gratamente su calidad y su gusto… y Lord Moebius también bebió, el té fue servido del mismo recipiente… ¿es posible entonces que nos hayan envenenado a todos? ¿incluso al mismo magistrado? - le miró, esperando una respuesta que arrojara más información.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
- No me fio de Adrian - dice Godric al escuchar a Adriana hablar con Khalion - No sólo por su animadversión a Lathander. Me da la sensación que hace que el Magistrado sea demasiado dependiente de él, no sé si me explico. Creo que el mal que le afecta bien podría estar inducido por el solicito mayodormo... y lo que ha dicho de los niños... ¿qué ocurre realmente en ese pueblo? -
PbP Character: A few ;)
Preocupaciones compartidas con cuervo y elfa. De ir en cordial visita para salvar a Nadie a complicar sus acciones y cobertura en Saltmarsh.. condenando con certeza al buen hobgoblin.
-Toc-Toc.. los niños son clave, pero no vi rastro de que esconda en la mansión.. y localizar Isla Paraíso no estaría de mas.. Ese Lich no me era problema.. ni tan siquiera conocido, pero esos glifos son coincidencia excesiva. Pero mas me preocupa aquello que bebisteis.. recuerdos tengo con ese nombre.. "muerte carmesí" que actúa tras varias horas, innoble veneno de asesinos que frecuentan la corte. ¿Y si el druida corrió por eso mismo?
Pese a ser ignorado por Khalion Godric siguió respondiendo a sus preguntas.
- Mablung salió gritando que no poseería su alma. Dudo que se refiriera al veneno, si no a que compartió la visión del pálido niño con Leobald. De todas formas, ya tenemos bastantes incógnitas como para dedicarnos a especular nosotros mismos. Ya preguntaremos a Mablung qué le hizo salir corriendo. Supongo que habrá ido al círculo druída -
PbP Character: A few ;)
- Pero si lo que apunta Khalion es cierto... estamos en grave peligro, si ese brebaje actúa en unas horas... - vuelve a mirar al pícaro con urgencia - ¿hay algún antídoto, algo con lo que podamos contrarrestar sus efectos? Debemos encontrar a Mablung cuanto antes. Estoy de acuerdo con Godric, seguramente saliera despavorido ante la imagen del infante, pero antes pareció reconocer ese veneno, gritando su nombre en voz alta. Parece lógico que se dirigiera al círculo druídico, podríamos empezar a buscar por allí - su caminar se aceleró, justo antes de cruzarse con Chack.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
-Yo puedo rogar a Lathander - le dice Godric mientras comienza a andar apresuradamente. - para ver si realmente estáis envenenados. No me demoraré mucho y, de confirmarse, rogaré a Lathander que expulse las toxinas de vuestro cuerpo. Sólo que no podré hacerlo todo esta noche, necesitaré rezar a Lathander cuando salga el sol, por suerte no quedan muchas horas para eso. Volvamos a la posada y dejadme que ore durante unos minutos y podremos saber más. - Su voz se calla cuando el disfrazado mediante la magia Chak les aborda.
PbP Character: A few ;)
[Antes del encuentro con el cínico aspirante a asesino]
- Así es. Si Akrul ha puesto su atención en el magistrado, es muy posible que el criado sea uno de sus agentes suyo. Y ese té... - Negó con la cabeza pensando brevemente. - Si ese té es un veneno, proteger al magistrado quizás fuese tan simple como eliminar el suministro del té, o reemplazarlo por otro… o eliminar la toxina de ese té. - Dijo respondiendo a las palabras de Godric y arrepintiéndose de no haber guardado una muestra.
Zevatur, Rolthos
- Tienes razón Toc-Toc - respondió Godric - sabremos más en cuanto haya podido hacer el ritual -
PbP Character: A few ;)
[Pre Chak]
La preocupación por los compañeros envenenados crecía. "Muerte carmesí", forma de matar cruel diseñada para cobardes, pero con resultados terriblemente eficientes. De tratarse de ese veneno.. el antídoto y su aplicación iban a ser.. mirando a los pobres infectados.. de cierto incordio.
-Ya dentro, solo se puede atajar el nefasto mejunje a su salida..- dijo, apurado, bajo máscara señalando aquella parte donde espalda deja de ser espalda- .. mediante implasto de hiervas sanadoras.. solo una, tan rara como benefactora para vuestra salud.. sin duda toda supervivencia pasa porque os encontremos una "erectus perennis" -les dijo convencido como nunca la había estado.- Quizá Mablung tenga alguna y esté dispuesto a compartirla para que veais un nuevo amanecer.. o el gigante del círculo druídico maneje una mejor, mas efectiva y sanadora..
-“¿Erectus perennis”? - repitió en voz alta, intentando hacer memoria - no tengo conocimiento de ninguna planta con un nombre similar… pero nunca me he especializado en herboristería para venenos. Debemos averiguar dónde encontrarla, si en esta zona puede ser recolectada o, por el contrario, debemos acudir a algún mercader que disponga de ella cosa que, me temo, no resultará ni fácil ni barato -
Adriana observó fijamente a Khalion mientras relataba el procedimiento de aplicación. Se quedó callada unos segundos, dándole vueltas a sus palabras, con la esperanza de que la interpretación de lo que decía fuera una confusión por su peculiar forma de expresarse. Pero cuando señaló la parte baja de su espalda, no hubo lugar a dudas. Su rostro mudó de la preocupación al desagrado y casi a la desesperación y un color rojizo ruborizó sus mejillas, aunque intentó disimularlo. Apretó más el paso, evitando hacer ningún comentario.
Su estómago se encogió, dándole un pequeño vuelco, quién sabe si por los efectos del veneno que ya comenzaban a hacer aparición o por la sola idea de imaginarse el procedimiento de salvar su vida.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Leobald observaba a los malhechores con cierta indiferencia, como cansado. Viendo que la perspectiva de un enfrentamiento armado se disipaba, pareció relajar algo el gesto, solo lo que la prudencia permitía. Por supuesto, no se sentía más responsable de la muerte del Carnicero que de la de Nadie. La explosiva reacción de Elias había sido un desafortunado accidente, pero solo eso. En cualquier caso, no pensaba discutir eso con aquel par.
—Si estamos a bien, quizás podamos dedicarnos cada uno a nuestros asuntos por fin —comentó lacónicamente con el escudo embrazado—. Sin embargo, quizá antes de separarnos podáis ilustrarnos sobre el antídoto de un veneno ingerido llamado Muerte Carmesí.
Sin esperar realmente una respuesta provechosa observó a los bandido con un deje de indolencia. Parecían profesionales entrenados y mucho más duchos que el grupo de reos de Ghostfinger. ¿Porque les habrían metido a ellos por el medio? ¿Quizá eran solo fachada? El caballero observaba sus armas y media el exceso de confianza en sus palabras.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Antes de que Leobald hiciera mención al veneno y por consiguiente al correspondiente antídoto, Chak continuó con unas condescendientes frases más para terminar de aclarar la situación actual entre agentes y gremios de los bajos fondos. Su conversación continuó especialmente tranquila y sin gesto alguno amenazador por su parte, probablemente porque el asesino y cazarrecompensas que tenían delante no les consideraba peligrosos en absoluto.
- En cuanto al tema de la moneda... es un tema delicado... ese objeto pertenece a uno de los dos gremios que represento, y a pesar de las paupérrimas súplicas del "gordo cabrón", ciertas cosas al parecer siguen una "reglas"... como la posesión de esa moneda...
La oscura figura que es Chak, parece encogerse levemente sobre sí misma, sus últimas palabras contienen algo de frustración, y denotan una clara resignación de como alguien superior en su orden la dejado claro recientemente el funcionamiento de esa antigua reliquia y como debe ser traspasada.
- De momento tendréis que quedárosla hasta que la uséis como pago a mi gente para algún trabajo o tarea de élite, equivalente al objetivo por el que se cobró originalmente, Elías, ... podréis usarla para que "saquemos del tablero" a alguien que os moleste en vuestro camino... sed pacientes y elegid bien, recordar que podréis seleccionar a cualquier persona de la región de Saltmarsh, salvo a miembros de nuestro gremio claro... también podéis usarla como pago para, materiales especialmente "ilegales" o "complicados" de justificar... como venenos... e incluso objetos mágicos de "reputación distraída"... como alguna daga emponzoñada por ejemplo... También podéis anular contratos... que caigan sobre vosotros...
La mirada de Chak se fijó en Godric con una sarcástica sonrisa... fue justamente cuando Leobald intervino preguntando sobre el supuesto antídoto. Chak se quedó parado unos segundos, casi paralizado, el rostro bajo su amplio sombrero no mostraba emoción alguna.
- Ese veneno es muy raro y exótico, y por tanto su antídoto lo es en igual manera... además, es bastante complejo de sintetizar, si me ponéis más en contexto quizás pueda "compartir" más información al respecto...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
El caballero dejó espacio a Khalion para que ahondase en el asunto dado que él desconocía cuanto tenía que ver con venenos.
—Por cierto, al margen del asunto del veneno hay algo que me gustaría preguntaros, si es posible ¿Mencionó Colton porqué quería matar a Elias? —preguntó de pasada.
En condiciones normales no habría gastado saliva con unos asesinos confesos, pero en esta ciudad nada era lo que parecía y al menos aquel par parecían seguir alguna suerte de código de honor.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Damiselas apuradas en la noche de Saltmarsh.. ni tiempo de asimilar cuando áspera y reconocible voz sonó a espaldas. Allí estaba, fiel a palabra tres noches después, Chak y compañía.. de uno. Instinto actuando, arma fuera preparado para acometida en lance fatal. Ante falta de agresividad relaja postura de defensa, mas dispuesto a diálogo entre escorias que entre aceros. Escuchó, satisfecho de las gestiones llevadas a cabo apenas una día antes y el fin de la responsabilidad de los demás y él mismo hacia aquel asesino.
-Moneda que..- dijo cuando terminó de hablar La Sombra-.. pesada carga supone, si bien parece que su valor abre puertas y cierra encargos. Esa moneda encierra arcanas artes y peores atenciones que envían cuerpos andantes de vidas extinguidas, como tu amigo Colton. ¿Sabías de su magia y quien la ansía como para enviar a los enterrados tras ella?
La elfa se detuvo abruptamente al escuchar la voz de Chak a sus espaldas - “qué oportuno...” - pensó contrariada mientras se volvía hacia las figuras que, solo momentos antes, se habían hecho pasar por señoritas.
Quizá en otro momento hubiera sentido un alivio más profundo ante las revelaciones de la condonación de la deuda contraída, pero lo cierto era que no podía dejar de darle vueltas al asunto del veneno. Y fue entonces, cuando Leobald volvió a mencionarlo, preguntándole al que se suponía enemigo sobre información acerca de la Muerte Carmesí, cuando Adriana notó un ligero vahído provocando el desequilibrio de su cuerpo, apoyándose por la inercia sobre el compañero que tenía más cerca, Khalion.
Consiguió recomponerse y erguirse, pero un escalofrío sutil recorrió su espina dorsal y su tez pálida palideció aún más, marcándose sus ojeras de un color violeta suave. Intentando no llamar la atención, dejando que la conversación prosiguiera, dio unos pequeños pasos con el objetivo de separarse del grupo, pero la voz de Chak y sus explicaciones sobre aquel veneno acentuaron otro brusco vuelco en su estómago.
Sabiéndose incapaz de retener dentro aquello que pugnaba por salir, corrió hacia delante, en realidad sin saber muy bien por dónde iba, simplemente buscando una escapatoria que no encontró. Irremediablemente vomitó demasiado cerca de los malhechores, salpicándoles de bilis las botas.
Avergonzada, consiguió articular una disculpa mientras rebuscaba en sus pertenencias hasta encontrar un delicado pañuelo de seda con el que limpiarse los labios.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"