Godric asintió a la funesta información que el guarda les relataba y aceptó de manera mecánica la llave de la Posada. De igual manera mecánica murmuró una rápida oración por el alma del desdichado enano. Mas pensativo que consternado, se despojó de su armadura en la misma cocina, mientras repasaba con la vista los ingredientes que le quedaban. Dejando la vestimenta de metal apoyada en una mesa y una silla, se aplicó a preparar la cena de sus compañeros con esmero y cuidado. Parte de su mente deseaba sentarse y meditar en todo lo que había sucedido desde su llegada a aquel lugar. Muchas cosas habían sucedido y muchas otras estaban por suceder, pero por algún motivo su mente se negaba a afrontar todos aquellos eventos. Sentía que había algo que le impedía concentrarse en otros asuntos. No es que no estuviera preocupado por la maldición de Adriana, o el peligroso lich que perseguía a Toc-Toc. O que no tuviera presente las sutiles aunque peligrosas manipulaciones políticas de la ciudad y todos los secretos que este lugar ocultaba. Mientras removía con cuidado el estofado que estaba preparando, se preguntó a si mismo si lo que le pasaba es que la muerte repentina del enano era la que había supuesto para su joven y atormentada alma llegar al límite. Pues apenas había sentido la muerte de aquel apresurado aunque bienintencionado enano. ¿Había llegado para él lo que había contemplado en muchos compañeros más veteranos? Que atendían las heridas de los soldados con fría y calculada efectividad pero sin brillo en sus miradas ni afecto en sus manos. No, no era eso lo que pasaba, concluyó mientras añadía una última especia al guiso esperando que le gustara a Leobald, lo que le cubría el ánimo como una capa impermeable era que sabía que la muerte del enano había sido provocada por el Imp. No le cabía duda al joven clérigo que si había sido tan obvio en su método de venganza contra el desdichado posadero era para llamar la atención sobre este echo. Era la macabra forma de decirle: "Estoy vivo". Mientras Godric cogía el cazo para llevarlo a la sala principal y servir a sus hambrientos compañeros la revelación final se abrio paso en su mente y su estómago se revelo. Apoyo la caliente marmita en la mesa y a punto estuvo de vaciar el contenido de su estómago en su interior, añadiendo un ingrediente más al guiso que lo habría arruinado. No le importaba lo que el Imp hubiera hecho. Eso significaba que podría saber qué había ocurrido con ella. Quería saberlo. Necesitaba saberlo. Y esa necesidad estaba devorando su alma poco a poco.
Algo descompuesto por sus propios pensamientos, apenas probó su propia cena, salvada merced de un esfuerzo de voluntad en el último momento. Godric, que no había temido enfrentarse a un demonio o interponerse decenas de veces entre flechas, virotes y espadas y algún herido estaba aterrado de una persona. De sí mismo.
Insistió en ser él quien recogiera la mesa, recitando unas viejas palabras que su madre solía decir en su casa, y se quedó a solas en la cocina, con un barreño de agua fría con los platos y cubiertos de sus compañeros y una marmita con restos de un guiso.
A la mañana siguiente en la Cabra de Mimbre;
Khalion vio bajar de su habitación al clérigo el primero, el cual le saludó con una leve inclinación de cabeza y, moviendo una mesa y un par de sillas hacia la ventana que daba al este, se dispuso a realizar sus rezos vespertinos. El sacerdote no pudo evitar darse cuenta de la ironía que suponía aquella constante cúpula de nubes grises que impedía que los rayos de Lathander llegaran con fuerza y pureza a aquel lugar. Sus propios sentimientos actuaban como una nube en su propio corazón. Luego de ellos y de sentir la energía de Lathander renovando sus fuerzas pese a sus dudas de pecador, y demostrándole una vez más su grandeza y sabiduría, se dispuso a preparar el desayuno para todos y se cruzó con un madrugador Leobald que bajaba temprano.
Al irrumpir Mablung ensangrentado y sucio Godric acudió a su lado para verificar que no tenía heridas de gravedad y asintió a Adriana cuando el torvo druida le aseguró que la sangre no era suya si no de algún desdichado ciervo. Asintiendo y preparándose lo más rápido posible, proveyó al druida con el pedazo de carne más grande que quedaba en su menguada despensa y estuvo presto a ayudar a su reticente compañero y le siguió a la húmeda mañana.
- Toma - le dijo a Mablung mientras salían en pos del círculo druídico -Anoche te preparé estas galletas con miel. Te darán energía para tantos paseos que te das - le dice con una leve sonrisa. Cuando el druida las coge y las va masticando sumido en sus preocupaciones mientras atravesaban Saltmarsh Godric dedicó una sonrisa a Adriana.
Al pasar por delante de los guardias, y sin perder mucho tiempo, les pidió por favor que hicieran llegar el mensaje que la posada necesitaba reponer sus víveres y que, cuando estuviera él dentro, les avisaría cuando preparara un caldo caliente aderezado con un ingrediente secreto para llevar mejor sus guardias bajo la lluvia. Esta vez ni siquiera intentó protegerse de la lluvia y su cabello estaba empapado cuando llegaron al círculo druida.
En la caverna del Círculo Druida:
Sorprendido por la presencia de aquel inmenso ser, instintivamente se plantó frente a Adriana con el escudo, aunque no sacó su maza. Cuando tanto las acciones de Mablung como de Toc-Toc calmaron a la bestia, entro despacio a la cueva y permaneció cerca de Adriana. Contuvo el aliento cuando la bestia se acercó tanto a Toc-Toc, pero parecía que kenku contaba con la aprobación de aquel ser reptiliano e incluso podía comprenderle.
- Yo cavaré ahí Toc-Toc - le aseguró - He cavado tantas tumbas que empieza a dárseme bien usar una pala. - Dijo mirando alrededor por si encontraba tal herramienta.
Cuando Adriana les participó del peligro que conllevaba lo que debía hacer Godric, en un gesto lleno de una seguridad y confianza algo sorprendentes en él le puso una mano en el hombro a la elfa y la miró directamente a los ojos.
- Confío plenamente en ti y en tus habilidades Adriana. Por muy complicado que sea estoy convencido de que sabrás llevarlo a buen termino. Por favor, dime si puedo ayudarte en alguna manera. - Apretó levemente los dedos , de manera afectuosa, casi cómplice, en el hombro de la elfa. - Lathander puede guiarte en esta empresa. Dime cuándo vas a comenzar y rezaré para que te ilumine. ¿No estamos para desaprovechar cualquier ayuda verdad? -dijo con tono casi jocoso - y menos si es divina -añadió guiñándole un ojo.
Aunque escuchó las palabras que dirigió a Toc-Toc referentes a las runas y a su posible maldición. No dijo nada al respecto y si tenía alguna opinión, no la manifestó, tan sólo se aplicó a la tarea de cavar donde le había señalado el kenku.
-No tenemos muchas alternativas, el mago más cercano que conocemos está en Ghostfinguer, así que procede como consideres más conveniente para tratar de salvar al círculo y al guardia- dice Mablung con voz firme.
Adriana comenzó a preparar el ritual arcano que debería llevar a cabo, no debería llevarle demasiado tiempo, y de algún modo sintió la proximidad de un protector Leobald tranquilizante a pesar del estado de melancolía crónica que arrastraba el hombre los últimos días. Observó como todos los demás centraban su atención en el lugar al fondo de la gruta donde el draco azurita había estado escarbando con sus enormes garras, gracias a eso, la mayor parte del trabajo estaba hecha... en la entrada de la cueva, justo a un par de metros en el exterior, el ruido de un grillo comenzó a sonar fuertemente, a pesar de que no era de noche y la humedad del ambiente no acompañaba.
Mientras Mablung permanecía al lado de Galadash, que seguía devorando la carne traída por el druida, la barra de metal soportada por la espectral mano picaba con presteza sacando tierra justo al lado del curioso kenku, que miraba fijamente que tesoros o secretos podrían salir a la luz en aquel lugar, Godric se había acercado y con su escudo ayudaba a retirar los terrosos tocones que eran arrancados colaborando en la excavación con bastante eficiencia.
No se produjo demasiada demora hasta que el sonido de la barra reveló que la tierra había dejado paso a algo más sólido, con un extraño crujido, un cráneo parcialmente perforado por la metálica herramienta improvisada de TocToc salió a la luz... poseía una forma característica y Godric comenzó a sospechar lo peor. Continuando con mucho más cuidado, la tierra fue extraída cerca de donde la calavera fue encontrada, y el resto de huesos que formaban un esqueleto entero cobraron forma... era pequeños, del tamaño de un niño... o mejor dicho un halfling...
El Wyvern había acabado su festín y se había girado para observar el descubrimiento de los demás... agachando la cabeza, emitió un gemido, más parecido a un sollozo que a un rugido. Las descargas eléctricas que recorrían su cuerpo para concentrarse en su bifurcada cola se detuvieron... dejando a la bestia presa de la pena.
Para el hombre cuervo las palabras de Adriana denotaban ansiedad y TocToc se sorprendió del deseo de poder de la elfa. Quizás ahí radicaba su pecado original, lo que le había llevado a incendiar todo un bosque. Una vez mas no pudo evitar dar un consejo vacío. - Veo que abrazas con fuerza la supuesta maldición. Ten cuidado a donde te conduce, a la libertad que su poder te proporcionará o a la esclavitud que su servidumbre requerirá. – Al final como conclusión finalizó – El estudio de las runas es siempre… iluminador.
En el fondo de la cueva y al descubrir el cadáver TocToc se echó un paso atrás. – ¿Ferrin? ¿No había muerto en las guerras con los alquimistas? ¿Porque está enterrado aquí? – Dijo mirando a Mablung y a la bestia con compasión. - Sería mejor darle una honorable sepultura en el circulo druídico en vez de esconder el cadáver aquí.
Después examinó el cadáver de forma cuidadosa, dejando a un lado la mano espectral. Con la indiferente parsimonia del que está acostumbrado a tratar con los despojos de la muerte buscó quemaduras o pistas de un posible asesinato.
TocToc y Godric se dedicaron a intentar encontrar alguna pista focalizando toda su atención en cualquier mínimo detalle que pudiera arrojar algo de luz en la muerte del anterior y verdadero guardian druida del claro. Pero del cadáver sólo quedaban los huesos, lo que hacía bastante difícil determinar la verdadera razón del fallecimiento. Afortunadamente, Godric, como veterano sanador y experto curandero de terribles heridas causadas en campos de batalla, detectó algo casi imperceptible entre los dientes y parte baja de la mandíbula de los restos de Ferrin, .. eran una manchas de aspectó ferroso, como oxidado... y todo encajó en su cabeza... esas marcas eran depositadas cuando alguien moría por envenamiento por "Muerte Carmesí", el exótico veneno que tanto recorrido parecía estar teniendo en Saltmarsh...
El kenku no conseguía ver con claridad esas marcas, ni nada en general que pudiera otorgarle alguna dirección de investigación a seguir, así que sólo le quedaba confíar en las conclusiones del sacerdote, que parecía bastante convencido de su resolución. Por desgracia la manipulación de la caravela por parte de Godric no fue muy hábil y al inspeccionar para encontrar las marcas de veneno, varios dientes se desprendieron de las mandíbulas superior e inferior, tras lo cual, al intentar evitar que más cayeran al suelo, con aún más torpeza, forzó demasiado la articulación y se quedó con el cráneo en una mano y la mandíbula en la otra... partiendo la desdichada cabeza agujereada por la barra de TocToc en dos partes.
Galadash, al ver el impuro acto y como se menospreciaban los restos de su antiguo amigo, emitió un rugido de furia dirigido a Godric que retumbó con un eco tal que se pudo oír casi a una milla de distancia... ensordeciendo a casi todos los allí presentes e interrumpiendo los preparativos del ritual que Adriana cuidadosamente estaba elaborando... Avanzando directo al sacerdote, parecía dispuesto a acabar con su vida.
Godric, lamentando su torpeza, depositó con cuidado los restos de la calavera en el suelo y levantó las manos, agachando la cabeza en posición de sumisión.
- Lo siento - dijo -está en muy mal estado... intentaremos darle una honorable sepultura... lo siento mucho... - dijo al enfurecido guardian cuya lealtad y amor hacia su fallecido amigo aún podía causar más muerte y dolor.
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Las fuerzas abandonaron a Mablung que cayó de rodillas al ver el cadáver del antiguo druida y se unió al lamento del Wyvern con un lastimero sollozo. Mientras sus compañeros acaban de desenterrar los restos se volvió hacia Toco Toc:- Demasiadas mentidas ha contado Golfrin, según me contó el Maestro Ferrin cayó en combate y él le dio los ritos apropiados, una mentira más que resolveremos cuando vuelva.
-Debe ser incinerado y sus resto enterrados debajo de los glifos de protección del circulo, de esa manera se reintegra en el ciclo de la vida y la muerte, no debería estar aquí. Seguramente fue traicionado por Golfrin y Galadash ha estado custodiando sus restos-
Levantándose continuó: - Hay demasiadas preguntas y pocas respuestas, puede que Wellmar sepa algo más sobre Galadash y Golfrin, cuando acabemos con las runas, os acompañare al templo para preguntarle.
Justo se estaba volviendo hacia Adriana para ver como iba con los preparativos, cuando Godric se quedo con media cabeza de Ferrin en sus manos seguido de la cólera de Galadash, sin casi tiempo para pensar Mablung avanzo interponiéndose entre Godric y el Wyvern mientras gritaba en Silvano: -Detente- y dirigiendo una mirada furibunda al clérigo le dijo mientras se transformaba en oso:- ¿Cómo osas?- Para acto seguido envolverle en sus brazos.
Pequeña correción, el amor de oso de Mablung en realidad es un intento de Grapple, así que ha sido un Strenght (Athletics) check... y se queda en un 8 +3 = 11, Ahora si Godric quiere resistirse, debe tirar un ataque opuesto de Strenght (Athletics) o Dexterity (Acrobatics)...
- Ha sido un accidente… no pensaba que fuera a pasar.. puedo intentaaaasghhh! - el aire de escapó de los pulmones del clérigo cuando los poderosos brazos del oso le estrujaron.
Sorprendido por los desastrosos eventos al investigar el cadáver el primer impulso de TocToc fue apartarse del enfrentamiento del guardián y Godric. Acto seguido entendió que quizás solo él y Mablung tuviesen la posibilidad de aplacar a la criatura. Casi con un quiebro regresó a interponerse entre Godric y la furiosa criatura, y con casi más temor que convicción intento calmar a la criatura, ofreciéndole una visión más amistosa, alzando las manos exponiendo el cuerpo.
- Yo no busco poder - respondió a TocToc, suspirando - busco respuestas y ayuda, y a veces debemos sacrificar nuestra propia seguridad para un bien mayor- una vez más se sintió incomprendida, obligada a dar explicaciones por la malinterpretación que se le adjudicaba a sus actos y a sus palabras. Sin más, se giró sobre sí misma y se dispuso a preparar el hechizo pertinente mientras el resto cavaba en el interior.
Al escuchar el nefasto descubrimiento de sus compañeros, cerró los ojos con tristeza, tomándose unos segundos de descanso en su tarea y elevando en un susurro una plegaria a Iram por el druida caído. Tras esto, continuó con sus preparativos.
Un rugido profundo, proveniente de las entrañas de aquel animal, provocó que perdiera toda concentración y se girara bruscamente, observando estupefacta el amago de ataque hacia Godric y la conversión de Mablung en oso, que se abalanzaba sobre el sacerdote sin remedio.
Salió corriendo hacia ellos, ignorando la amenaza del draco, gritando a Mablung y TocToc - ¡No! ¡No le hagas daño! ¡Haced algo, paradle!- nadie supo discernir si se refería al dragón, a Mablung o a los dos.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Mientras todo el grupo se movía, cada uno llevado por sus propias motivaciones, Galadash se acercaba rápidamente al amasijo que era un oso pardo y un sacerdote arrepentido siendo arrastrado con un fuerte abrazo hacía el exterior de la cueva. De alguna manera, Mablung había conseguido transformarse en ese animal a una velocidad vertiginosa y avanzar al mismo tiempo usando sus rápidos pasos élficos, adelantándose al gran Wyverm.
Leobald decidió dejar de proteger a una buena posicionada Adriana para cubrir al kenku, que algo atemorizado se había zafado temporalmente apartándose de la trayectoria de la bestia, fue cuando detrás de sí escuchó los alaridos de la alta elfa corriendo hacía Godric y el peludo animal que lo tenía preso, inconsciente ante cualquier peligro que eso suponía.
Cuando el draco abrió sus fauces para despedazar a oso y clérigo por igual, presa de la pena y la ira, un valiente y diminuto TocToc se interpuso, zafándose de la protección que le otorgaba el veterano caballero, e imitando con su voz las palabras oídas a Mablung minutos antes para referirse a él... en perfecto silvano y con el timbre del druida, se pudo oír un "Mablung amigo traer comida". Galadash entonces se detuvo en seco, de nuevo a menos de medio metro de la emplumada figura, que no se elevaba más allá de la articulación de su rodilla y se le quedó mirando... con tristeza desvió su mirada a Godric, pero agachó la cabeza una vez más hasta la altura del kenku, pero darle un pequeño toquecito en su frente... TocToc pudo olfatear los restos de carne y comida de sus fauces, pero aguantó el tipo respondiendo de vuelta y acariciando con una de sus manos/zarpas el mentón a la criatura, que pareció calmarse...
Mablung consiguió el tiempo suficiente, gracias a su córvido compañero, para extraer hasta el exterior de la cueva al un azorado Godric, que no dejaba de disculparse junto a una Adriana que intentaba que el druida y el sacerdote se separaran sin demasiado éxito... mientras un extrañado Khalion volvía de sus pesquisas encontrándose toda la escena desplegada ante sus ojos.
Escena, como poco, confusa. Una bola gigante de pelo y dientes con una indefenso humano en su interior. Ya había visto algo así, y aunque desenfundó por instinto contuvo el acero inmóvil al ver a la delicada elfa seguirlos sin conjurar ataques.
-¿A qué estáis jugando?-confiando en que el oso fuera el druida.-¿Algún progreso? He gastado alguna plata en conseguir alimento para tu escamoso amigo.. espero que con presteza.
-Gracias Mablung- dice Godric al druida en forma de oso. - Creo que tienes razón y será mejor que me quede aquí fuera. Adriana - le dice el sacerdote tomándola de la mano para tranquilizarla - Se que puedes arreglar las runas de protección. Que la Luz de Lathander te guié - susurra y sus manos se iluminan levemente sosteniendo las de la elfa delicadamente.
- Toda comida será apreciada por el guardián me parece a mi Khalion pero ¿donde la has conseguido aquí cerca? ¿Tanto tiempo hemos pasado revisando el interior? -
El caballero permanecía al lado de Toctoc realmente sorprendido de la ascendencia del córvido con el Draco, pero sin bajar la guardia del todo. Observó de reojo los restos mortales del halfing. ¿Cuando había pasado aquello? Debió pasar hace mucho. La piel tarda bastante en desintegrarse para revelar los huesos desnudos, sobretodo en una cueva. Había visto suficientes cadáveres y estudiado suficiente como galeno en los salones Tennhall para saber eso. Sospechaba que todo aquel embrollo venía de lejos. Cuando el resto de compañeros salieron de la cueva Leobald se dio cuenta de que compadecía a aquel coloso, atrapado aquí dentro, llorando su pérdida. De alguna manera sintió que debía ayudarle.
—¿Quizá puedas pedir permiso a nuestro anfitrión para que pueda acercarme al cuerpo? —preguntó a TocToc—. No tocaré nada, solo lo examinaré de cerca. Ojala pudieras hablar con él, a buen seguro nos contaría cosas de interés.
- Mablung, gracias - dijo dirigiéndose al druida viendo a Godric a salvo. Escuchó las palabras del joven y apretó sus manos firmemente antes de soltarlas para dirigirse de nuevo al interior de la cueva - gracias querido Godric, que Iram y Lathander nos guíen -
Volvió a posicionarse frente a las runas, retomando los preparativos y lanzando una mirada a Toctoc para que se acercara cuando estuviera listo y comenzar el ritual.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Aún sin comprender que ocurría, vio salir un joven clérigo del abrazo protector osuno. No quiso preguntar, allá cada cual, vive y deja vivir.
-No es cuestión de tiempo sino de plata,-respondió a al joven humano- y mejor dejar hacer a quien sabe. Cazadores del círculo traerán presas según las cacen.. esperemos que rápido. ¿Algo ahí dentro en lo que pueda ayudar? Aunque veo que os valéis de sobra.
Leobald se acercó al cuerpo tras la afirmación de TocToc de que Galadash parecía de nuevo tranquilo y no parecía demsiado agresivo, aunque éste seguía mirando fijamente al caballero atento a lo que hacía cerca del cadáver. Aprovechando el momento de aparente calma, el kenku se acercó hacia Adriana para comenzar el ritual de cancelación de las runas corruptoras e impías de la gruta.
La alta elfa le dio un par de instrucciones a su córvido aliado y éste comenzó a sacar su material de escritural mientras comenzaba a copiar las cinco runas como había indicado la hechicera, los glifos de "Sellado" y "Bestia" debían ir juntos en un mismo pergamino, al igual que los de "Protección" y "Explosión", en otro a parte, la runa de "Corrupción" debería ser transcrita sin compañía alguna, aislada de las demás. Al mismo tiempo, Adriana había sacado un perfecto orbe cristalino de alguna parte de sus ropajes y comenzó a recirtar una letanía en un idioma solo conocido además de por ella, por Godric. La luz que entraba por la amplia salida de la caverna se dividía en múltiples colores como los de un arco iris cuando los haces brillantes incidían a través del foco mágico provenientes desde diversos ángulos.
Lentamente al principio, pero cogiendo inercia y velocidad, acompansando la transcripción que TocToc estaba realizando, las runas fueron desapareciendo, convertidas en luz pura, deslizándose por toda la gruta siguiendo coloridas espirales hasta ser volcadas completamente sobre los tres pergaminos que TocToc iba preparando, y una vez que la última runa fue evaporada de la musgosa roca, dos de los tres papeles, lo que tenían runas pares, comenzaron a brillar fuertemente por un instante, alumbrando parcialmente la caverna...
Señalando al único pergamino que no había sido iluminado, el que contenía el glifo de "Corruptción", Adriana emitió una inamovible sentencia sobre su destino. "Hay que destruirlo"
Habéis creado/conseguido dos pergaminos mágicos, cada uno contiene uno de los siguientes conjuros: Glyph of Warding y Hold Monster
Galadash, al verse libre de su prisión, volvió a rugir, aunque esta vez parecía más de excitación, y sin pensárselo mucho aceleró el paso hacia su libertad ignorando a todos los demás, incluso al sacerdote,... cuando se encontró fuera, la bestia miró el lluvioso cielo y desplegando las alas se alzó triunfalmente sobre la arbóleda, perdiéndose rápidamente hacía el norte... mientras la lluvía se tornaba tormenta a su paso, y cegadores rayos surcaban el firmamento acompañando su viaje...
La ver partir a la impresionante bestia, Godric corrió al lado de Adriana y Toc-Toc y asintiendo a la elfa, cogió su símbolo sagrado e invocó el poder de Lathander para acabar con el pergamino con la runa maldita en un haz de luz divina.
Volviendo babsu forma eficaz, con un suspiro de alivio, Mablung volvió dentro y aguardó a que Adriana y Toc Toc acabarán.
-Buen viaje guardian- comento en voz baja Mablung al ver salir volando a Galadash.
-Ferrin merece un enterramiento acorde con los ritos del círculo, si os parece bien al anochecer haremos un pira para incinerarlo y enterrar sus cenizas debajo del círculo. Creo que Wellmar debería asistir y deberíamos informar a Eliander de lo ocurrido.-
- Quiero agradeceros vuestra ayuda...puede que después de todo si se pueda confiar en vosotros-
-Si deseáis seguir yendo al templo os acompañaré, yo también quiero hablar con Wellmar-.
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En la Posada de Mimbre:
Godric asintió a la funesta información que el guarda les relataba y aceptó de manera mecánica la llave de la Posada. De igual manera mecánica murmuró una rápida oración por el alma del desdichado enano. Mas pensativo que consternado, se despojó de su armadura en la misma cocina, mientras repasaba con la vista los ingredientes que le quedaban. Dejando la vestimenta de metal apoyada en una mesa y una silla, se aplicó a preparar la cena de sus compañeros con esmero y cuidado. Parte de su mente deseaba sentarse y meditar en todo lo que había sucedido desde su llegada a aquel lugar. Muchas cosas habían sucedido y muchas otras estaban por suceder, pero por algún motivo su mente se negaba a afrontar todos aquellos eventos. Sentía que había algo que le impedía concentrarse en otros asuntos. No es que no estuviera preocupado por la maldición de Adriana, o el peligroso lich que perseguía a Toc-Toc. O que no tuviera presente las sutiles aunque peligrosas manipulaciones políticas de la ciudad y todos los secretos que este lugar ocultaba. Mientras removía con cuidado el estofado que estaba preparando, se preguntó a si mismo si lo que le pasaba es que la muerte repentina del enano era la que había supuesto para su joven y atormentada alma llegar al límite. Pues apenas había sentido la muerte de aquel apresurado aunque bienintencionado enano. ¿Había llegado para él lo que había contemplado en muchos compañeros más veteranos? Que atendían las heridas de los soldados con fría y calculada efectividad pero sin brillo en sus miradas ni afecto en sus manos. No, no era eso lo que pasaba, concluyó mientras añadía una última especia al guiso esperando que le gustara a Leobald, lo que le cubría el ánimo como una capa impermeable era que sabía que la muerte del enano había sido provocada por el Imp. No le cabía duda al joven clérigo que si había sido tan obvio en su método de venganza contra el desdichado posadero era para llamar la atención sobre este echo. Era la macabra forma de decirle: "Estoy vivo". Mientras Godric cogía el cazo para llevarlo a la sala principal y servir a sus hambrientos compañeros la revelación final se abrio paso en su mente y su estómago se revelo. Apoyo la caliente marmita en la mesa y a punto estuvo de vaciar el contenido de su estómago en su interior, añadiendo un ingrediente más al guiso que lo habría arruinado. No le importaba lo que el Imp hubiera hecho. Eso significaba que podría saber qué había ocurrido con ella. Quería saberlo. Necesitaba saberlo. Y esa necesidad estaba devorando su alma poco a poco.
Algo descompuesto por sus propios pensamientos, apenas probó su propia cena, salvada merced de un esfuerzo de voluntad en el último momento. Godric, que no había temido enfrentarse a un demonio o interponerse decenas de veces entre flechas, virotes y espadas y algún herido estaba aterrado de una persona. De sí mismo.
Insistió en ser él quien recogiera la mesa, recitando unas viejas palabras que su madre solía decir en su casa, y se quedó a solas en la cocina, con un barreño de agua fría con los platos y cubiertos de sus compañeros y una marmita con restos de un guiso.
A la mañana siguiente en la Cabra de Mimbre;
Khalion vio bajar de su habitación al clérigo el primero, el cual le saludó con una leve inclinación de cabeza y, moviendo una mesa y un par de sillas hacia la ventana que daba al este, se dispuso a realizar sus rezos vespertinos. El sacerdote no pudo evitar darse cuenta de la ironía que suponía aquella constante cúpula de nubes grises que impedía que los rayos de Lathander llegaran con fuerza y pureza a aquel lugar. Sus propios sentimientos actuaban como una nube en su propio corazón. Luego de ellos y de sentir la energía de Lathander renovando sus fuerzas pese a sus dudas de pecador, y demostrándole una vez más su grandeza y sabiduría, se dispuso a preparar el desayuno para todos y se cruzó con un madrugador Leobald que bajaba temprano.
Al irrumpir Mablung ensangrentado y sucio Godric acudió a su lado para verificar que no tenía heridas de gravedad y asintió a Adriana cuando el torvo druida le aseguró que la sangre no era suya si no de algún desdichado ciervo. Asintiendo y preparándose lo más rápido posible, proveyó al druida con el pedazo de carne más grande que quedaba en su menguada despensa y estuvo presto a ayudar a su reticente compañero y le siguió a la húmeda mañana.
- Toma - le dijo a Mablung mientras salían en pos del círculo druídico -Anoche te preparé estas galletas con miel. Te darán energía para tantos paseos que te das - le dice con una leve sonrisa. Cuando el druida las coge y las va masticando sumido en sus preocupaciones mientras atravesaban Saltmarsh Godric dedicó una sonrisa a Adriana.
Al pasar por delante de los guardias, y sin perder mucho tiempo, les pidió por favor que hicieran llegar el mensaje que la posada necesitaba reponer sus víveres y que, cuando estuviera él dentro, les avisaría cuando preparara un caldo caliente aderezado con un ingrediente secreto para llevar mejor sus guardias bajo la lluvia.
Esta vez ni siquiera intentó protegerse de la lluvia y su cabello estaba empapado cuando llegaron al círculo druida.
En la caverna del Círculo Druida:
Sorprendido por la presencia de aquel inmenso ser, instintivamente se plantó frente a Adriana con el escudo, aunque no sacó su maza. Cuando tanto las acciones de Mablung como de Toc-Toc calmaron a la bestia, entro despacio a la cueva y permaneció cerca de Adriana. Contuvo el aliento cuando la bestia se acercó tanto a Toc-Toc, pero parecía que kenku contaba con la aprobación de aquel ser reptiliano e incluso podía comprenderle.
- Yo cavaré ahí Toc-Toc - le aseguró - He cavado tantas tumbas que empieza a dárseme bien usar una pala. - Dijo mirando alrededor por si encontraba tal herramienta.
Cuando Adriana les participó del peligro que conllevaba lo que debía hacer Godric, en un gesto lleno de una seguridad y confianza algo sorprendentes en él le puso una mano en el hombro a la elfa y la miró directamente a los ojos.
- Confío plenamente en ti y en tus habilidades Adriana. Por muy complicado que sea estoy convencido de que sabrás llevarlo a buen termino. Por favor, dime si puedo ayudarte en alguna manera. - Apretó levemente los dedos , de manera afectuosa, casi cómplice, en el hombro de la elfa. - Lathander puede guiarte en esta empresa. Dime cuándo vas a comenzar y rezaré para que te ilumine. ¿No estamos para desaprovechar cualquier ayuda verdad? - dijo con tono casi jocoso - y menos si es divina - añadió guiñándole un ojo.
Aunque escuchó las palabras que dirigió a Toc-Toc referentes a las runas y a su posible maldición. No dijo nada al respecto y si tenía alguna opinión, no la manifestó, tan sólo se aplicó a la tarea de cavar donde le había señalado el kenku.
PbP Character: A few ;)
-No tenemos muchas alternativas, el mago más cercano que conocemos está en Ghostfinguer, así que procede como consideres más conveniente para tratar de salvar al círculo y al guardia- dice Mablung con voz firme.
- Cuentas con mi apoyo-
Adriana comenzó a preparar el ritual arcano que debería llevar a cabo, no debería llevarle demasiado tiempo, y de algún modo sintió la proximidad de un protector Leobald tranquilizante a pesar del estado de melancolía crónica que arrastraba el hombre los últimos días. Observó como todos los demás centraban su atención en el lugar al fondo de la gruta donde el draco azurita había estado escarbando con sus enormes garras, gracias a eso, la mayor parte del trabajo estaba hecha... en la entrada de la cueva, justo a un par de metros en el exterior, el ruido de un grillo comenzó a sonar fuertemente, a pesar de que no era de noche y la humedad del ambiente no acompañaba.
Mientras Mablung permanecía al lado de Galadash, que seguía devorando la carne traída por el druida, la barra de metal soportada por la espectral mano picaba con presteza sacando tierra justo al lado del curioso kenku, que miraba fijamente que tesoros o secretos podrían salir a la luz en aquel lugar, Godric se había acercado y con su escudo ayudaba a retirar los terrosos tocones que eran arrancados colaborando en la excavación con bastante eficiencia.
No se produjo demasiada demora hasta que el sonido de la barra reveló que la tierra había dejado paso a algo más sólido, con un extraño crujido, un cráneo parcialmente perforado por la metálica herramienta improvisada de TocToc salió a la luz... poseía una forma característica y Godric comenzó a sospechar lo peor. Continuando con mucho más cuidado, la tierra fue extraída cerca de donde la calavera fue encontrada, y el resto de huesos que formaban un esqueleto entero cobraron forma... era pequeños, del tamaño de un niño... o mejor dicho un halfling...
El Wyvern había acabado su festín y se había girado para observar el descubrimiento de los demás... agachando la cabeza, emitió un gemido, más parecido a un sollozo que a un rugido. Las descargas eléctricas que recorrían su cuerpo para concentrarse en su bifurcada cola se detuvieron... dejando a la bestia presa de la pena.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Para el hombre cuervo las palabras de Adriana denotaban ansiedad y TocToc se sorprendió del deseo de poder de la elfa. Quizás ahí radicaba su pecado original, lo que le había llevado a incendiar todo un bosque. Una vez mas no pudo evitar dar un consejo vacío. - Veo que abrazas con fuerza la supuesta maldición. Ten cuidado a donde te conduce, a la libertad que su poder te proporcionará o a la esclavitud que su servidumbre requerirá. – Al final como conclusión finalizó – El estudio de las runas es siempre… iluminador.
En el fondo de la cueva y al descubrir el cadáver TocToc se echó un paso atrás. – ¿Ferrin? ¿No había muerto en las guerras con los alquimistas? ¿Porque está enterrado aquí? – Dijo mirando a Mablung y a la bestia con compasión. - Sería mejor darle una honorable sepultura en el circulo druídico en vez de esconder el cadáver aquí.
Después examinó el cadáver de forma cuidadosa, dejando a un lado la mano espectral. Con la indiferente parsimonia del que está acostumbrado a tratar con los despojos de la muerte buscó quemaduras o pistas de un posible asesinato.
Zevatur, Rolthos
TocToc y Godric se dedicaron a intentar encontrar alguna pista focalizando toda su atención en cualquier mínimo detalle que pudiera arrojar algo de luz en la muerte del anterior y verdadero guardian druida del claro. Pero del cadáver sólo quedaban los huesos, lo que hacía bastante difícil determinar la verdadera razón del fallecimiento. Afortunadamente, Godric, como veterano sanador y experto curandero de terribles heridas causadas en campos de batalla, detectó algo casi imperceptible entre los dientes y parte baja de la mandíbula de los restos de Ferrin, .. eran una manchas de aspectó ferroso, como oxidado... y todo encajó en su cabeza... esas marcas eran depositadas cuando alguien moría por envenamiento por "Muerte Carmesí", el exótico veneno que tanto recorrido parecía estar teniendo en Saltmarsh...
El kenku no conseguía ver con claridad esas marcas, ni nada en general que pudiera otorgarle alguna dirección de investigación a seguir, así que sólo le quedaba confíar en las conclusiones del sacerdote, que parecía bastante convencido de su resolución. Por desgracia la manipulación de la caravela por parte de Godric no fue muy hábil y al inspeccionar para encontrar las marcas de veneno, varios dientes se desprendieron de las mandíbulas superior e inferior, tras lo cual, al intentar evitar que más cayeran al suelo, con aún más torpeza, forzó demasiado la articulación y se quedó con el cráneo en una mano y la mandíbula en la otra... partiendo la desdichada cabeza agujereada por la barra de TocToc en dos partes.
Galadash, al ver el impuro acto y como se menospreciaban los restos de su antiguo amigo, emitió un rugido de furia dirigido a Godric que retumbó con un eco tal que se pudo oír casi a una milla de distancia... ensordeciendo a casi todos los allí presentes e interrumpiendo los preparativos del ritual que Adriana cuidadosamente estaba elaborando... Avanzando directo al sacerdote, parecía dispuesto a acabar con su vida.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Godric, lamentando su torpeza, depositó con cuidado los restos de la calavera en el suelo y levantó las manos, agachando la cabeza en posición de sumisión.
- Lo siento - dijo - está en muy mal estado... intentaremos darle una honorable sepultura... lo siento mucho... - dijo al enfurecido guardian cuya lealtad y amor hacia su fallecido amigo aún podía causar más muerte y dolor.
PbP Character: A few ;)
Las fuerzas abandonaron a Mablung que cayó de rodillas al ver el cadáver del antiguo druida y se unió al lamento del Wyvern con un lastimero sollozo. Mientras sus compañeros acaban de desenterrar los restos se volvió hacia Toco Toc:- Demasiadas mentidas ha contado Golfrin, según me contó el Maestro Ferrin cayó en combate y él le dio los ritos apropiados, una mentira más que resolveremos cuando vuelva.
-Debe ser incinerado y sus resto enterrados debajo de los glifos de protección del circulo, de esa manera se reintegra en el ciclo de la vida y la muerte, no debería estar aquí. Seguramente fue traicionado por Golfrin y Galadash ha estado custodiando sus restos-
Levantándose continuó: - Hay demasiadas preguntas y pocas respuestas, puede que Wellmar sepa algo más sobre Galadash y Golfrin, cuando acabemos con las runas, os acompañare al templo para preguntarle.
Justo se estaba volviendo hacia Adriana para ver como iba con los preparativos, cuando Godric se quedo con media cabeza de Ferrin en sus manos seguido de la cólera de Galadash, sin casi tiempo para pensar Mablung avanzo interponiéndose entre Godric y el Wyvern mientras gritaba en Silvano: -Detente- y dirigiendo una mirada furibunda al clérigo le dijo mientras se transformaba en oso:- ¿Cómo osas?- Para acto seguido envolverle en sus brazos.
Amor de oso:Attack: 21 Damage: 0
Pequeña correción, el amor de oso de Mablung en realidad es un intento de Grapple, así que ha sido un Strenght (Athletics) check... y se queda en un 8 +3 = 11, Ahora si Godric quiere resistirse, debe tirar un ataque opuesto de Strenght (Athletics) o Dexterity (Acrobatics)...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
- Ha sido un accidente… no pensaba que fuera a pasar.. puedo intentaaaasghhh! - el aire de escapó de los pulmones del clérigo cuando los poderosos brazos del oso le estrujaron.
PbP Character: A few ;)
Sorprendido por los desastrosos eventos al investigar el cadáver el primer impulso de TocToc fue apartarse del enfrentamiento del guardián y Godric. Acto seguido entendió que quizás solo él y Mablung tuviesen la posibilidad de aplacar a la criatura. Casi con un quiebro regresó a interponerse entre Godric y la furiosa criatura, y con casi más temor que convicción intento calmar a la criatura, ofreciéndole una visión más amistosa, alzando las manos exponiendo el cuerpo.
Zevatur, Rolthos
- Yo no busco poder - respondió a TocToc, suspirando - busco respuestas y ayuda, y a veces debemos sacrificar nuestra propia seguridad para un bien mayor - una vez más se sintió incomprendida, obligada a dar explicaciones por la malinterpretación que se le adjudicaba a sus actos y a sus palabras. Sin más, se giró sobre sí misma y se dispuso a preparar el hechizo pertinente mientras el resto cavaba en el interior.
Al escuchar el nefasto descubrimiento de sus compañeros, cerró los ojos con tristeza, tomándose unos segundos de descanso en su tarea y elevando en un susurro una plegaria a Iram por el druida caído. Tras esto, continuó con sus preparativos.
Un rugido profundo, proveniente de las entrañas de aquel animal, provocó que perdiera toda concentración y se girara bruscamente, observando estupefacta el amago de ataque hacia Godric y la conversión de Mablung en oso, que se abalanzaba sobre el sacerdote sin remedio.
Salió corriendo hacia ellos, ignorando la amenaza del draco, gritando a Mablung y TocToc - ¡No! ¡No le hagas daño! ¡Haced algo, paradle! - nadie supo discernir si se refería al dragón, a Mablung o a los dos.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Mientras todo el grupo se movía, cada uno llevado por sus propias motivaciones, Galadash se acercaba rápidamente al amasijo que era un oso pardo y un sacerdote arrepentido siendo arrastrado con un fuerte abrazo hacía el exterior de la cueva. De alguna manera, Mablung había conseguido transformarse en ese animal a una velocidad vertiginosa y avanzar al mismo tiempo usando sus rápidos pasos élficos, adelantándose al gran Wyverm.
Leobald decidió dejar de proteger a una buena posicionada Adriana para cubrir al kenku, que algo atemorizado se había zafado temporalmente apartándose de la trayectoria de la bestia, fue cuando detrás de sí escuchó los alaridos de la alta elfa corriendo hacía Godric y el peludo animal que lo tenía preso, inconsciente ante cualquier peligro que eso suponía.
Cuando el draco abrió sus fauces para despedazar a oso y clérigo por igual, presa de la pena y la ira, un valiente y diminuto TocToc se interpuso, zafándose de la protección que le otorgaba el veterano caballero, e imitando con su voz las palabras oídas a Mablung minutos antes para referirse a él... en perfecto silvano y con el timbre del druida, se pudo oír un "Mablung amigo traer comida". Galadash entonces se detuvo en seco, de nuevo a menos de medio metro de la emplumada figura, que no se elevaba más allá de la articulación de su rodilla y se le quedó mirando... con tristeza desvió su mirada a Godric, pero agachó la cabeza una vez más hasta la altura del kenku, pero darle un pequeño toquecito en su frente... TocToc pudo olfatear los restos de carne y comida de sus fauces, pero aguantó el tipo respondiendo de vuelta y acariciando con una de sus manos/zarpas el mentón a la criatura, que pareció calmarse...
Mablung consiguió el tiempo suficiente, gracias a su córvido compañero, para extraer hasta el exterior de la cueva al un azorado Godric, que no dejaba de disculparse junto a una Adriana que intentaba que el druida y el sacerdote se separaran sin demasiado éxito... mientras un extrañado Khalion volvía de sus pesquisas encontrándose toda la escena desplegada ante sus ojos.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Escena, como poco, confusa. Una bola gigante de pelo y dientes con una indefenso humano en su interior. Ya había visto algo así, y aunque desenfundó por instinto contuvo el acero inmóvil al ver a la delicada elfa seguirlos sin conjurar ataques.
-¿A qué estáis jugando?-confiando en que el oso fuera el druida.-¿Algún progreso? He gastado alguna plata en conseguir alimento para tu escamoso amigo.. espero que con presteza.
-Gracias Mablung- dice Godric al druida en forma de oso. - Creo que tienes razón y será mejor que me quede aquí fuera. Adriana - le dice el sacerdote tomándola de la mano para tranquilizarla - Se que puedes arreglar las runas de protección. Que la Luz de Lathander te guié - susurra y sus manos se iluminan levemente sosteniendo las de la elfa delicadamente.
- Toda comida será apreciada por el guardián me parece a mi Khalion pero ¿donde la has conseguido aquí cerca? ¿Tanto tiempo hemos pasado revisando el interior? -
PbP Character: A few ;)
El caballero permanecía al lado de Toctoc realmente sorprendido de la ascendencia del córvido con el Draco, pero sin bajar la guardia del todo. Observó de reojo los restos mortales del halfing. ¿Cuando había pasado aquello? Debió pasar hace mucho. La piel tarda bastante en desintegrarse para revelar los huesos desnudos, sobretodo en una cueva. Había visto suficientes cadáveres y estudiado suficiente como galeno en los salones Tennhall para saber eso. Sospechaba que todo aquel embrollo venía de lejos. Cuando el resto de compañeros salieron de la cueva Leobald se dio cuenta de que compadecía a aquel coloso, atrapado aquí dentro, llorando su pérdida. De alguna manera sintió que debía ayudarle.
—¿Quizá puedas pedir permiso a nuestro anfitrión para que pueda acercarme al cuerpo? —preguntó a TocToc—. No tocaré nada, solo lo examinaré de cerca. Ojala pudieras hablar con él, a buen seguro nos contaría cosas de interés.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
- Mablung, gracias - dijo dirigiéndose al druida viendo a Godric a salvo. Escuchó las palabras del joven y apretó sus manos firmemente antes de soltarlas para dirigirse de nuevo al interior de la cueva - gracias querido Godric, que Iram y Lathander nos guíen -
Volvió a posicionarse frente a las runas, retomando los preparativos y lanzando una mirada a Toctoc para que se acercara cuando estuviera listo y comenzar el ritual.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Aún sin comprender que ocurría, vio salir un joven clérigo del abrazo protector osuno. No quiso preguntar, allá cada cual, vive y deja vivir.
-No es cuestión de tiempo sino de plata, -respondió a al joven humano- y mejor dejar hacer a quien sabe. Cazadores del círculo traerán presas según las cacen.. esperemos que rápido. ¿Algo ahí dentro en lo que pueda ayudar? Aunque veo que os valéis de sobra.
Leobald se acercó al cuerpo tras la afirmación de TocToc de que Galadash parecía de nuevo tranquilo y no parecía demsiado agresivo, aunque éste seguía mirando fijamente al caballero atento a lo que hacía cerca del cadáver. Aprovechando el momento de aparente calma, el kenku se acercó hacia Adriana para comenzar el ritual de cancelación de las runas corruptoras e impías de la gruta.
La alta elfa le dio un par de instrucciones a su córvido aliado y éste comenzó a sacar su material de escritural mientras comenzaba a copiar las cinco runas como había indicado la hechicera, los glifos de "Sellado" y "Bestia" debían ir juntos en un mismo pergamino, al igual que los de "Protección" y "Explosión", en otro a parte, la runa de "Corrupción" debería ser transcrita sin compañía alguna, aislada de las demás. Al mismo tiempo, Adriana había sacado un perfecto orbe cristalino de alguna parte de sus ropajes y comenzó a recirtar una letanía en un idioma solo conocido además de por ella, por Godric. La luz que entraba por la amplia salida de la caverna se dividía en múltiples colores como los de un arco iris cuando los haces brillantes incidían a través del foco mágico provenientes desde diversos ángulos.
Lentamente al principio, pero cogiendo inercia y velocidad, acompansando la transcripción que TocToc estaba realizando, las runas fueron desapareciendo, convertidas en luz pura, deslizándose por toda la gruta siguiendo coloridas espirales hasta ser volcadas completamente sobre los tres pergaminos que TocToc iba preparando, y una vez que la última runa fue evaporada de la musgosa roca, dos de los tres papeles, lo que tenían runas pares, comenzaron a brillar fuertemente por un instante, alumbrando parcialmente la caverna...
Señalando al único pergamino que no había sido iluminado, el que contenía el glifo de "Corruptción", Adriana emitió una inamovible sentencia sobre su destino. "Hay que destruirlo"
Habéis creado/conseguido dos pergaminos mágicos, cada uno contiene uno de los siguientes conjuros: Glyph of Warding y Hold Monster
Galadash, al verse libre de su prisión, volvió a rugir, aunque esta vez parecía más de excitación, y sin pensárselo mucho aceleró el paso hacia su libertad ignorando a todos los demás, incluso al sacerdote,... cuando se encontró fuera, la bestia miró el lluvioso cielo y desplegando las alas se alzó triunfalmente sobre la arbóleda, perdiéndose rápidamente hacía el norte... mientras la lluvía se tornaba tormenta a su paso, y cegadores rayos surcaban el firmamento acompañando su viaje...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
La ver partir a la impresionante bestia, Godric corrió al lado de Adriana y Toc-Toc y asintiendo a la elfa, cogió su símbolo sagrado e invocó el poder de Lathander para acabar con el pergamino con la runa maldita en un haz de luz divina.
PbP Character: A few ;)
Volviendo babsu forma eficaz, con un suspiro de alivio, Mablung volvió dentro y aguardó a que Adriana y Toc Toc acabarán.
-Buen viaje guardian- comento en voz baja Mablung al ver salir volando a Galadash.
-Ferrin merece un enterramiento acorde con los ritos del círculo, si os parece bien al anochecer haremos un pira para incinerarlo y enterrar sus cenizas debajo del círculo. Creo que Wellmar debería asistir y deberíamos informar a Eliander de lo ocurrido.-
- Quiero agradeceros vuestra ayuda...puede que después de todo si se pueda confiar en vosotros-
-Si deseáis seguir yendo al templo os acompañaré, yo también quiero hablar con Wellmar-.