-Gracias- dijo suavemente y con cuidado recogió el amuleto y volviéndose hacia el grupo dijo:- Quiero hacer dos pruebas, en la primera canalizare mi poder curativo a través de este amuleto, convocaré unas bayas curativas y se las daré al druida, si no funciona le pediré a Godric que canalice su energía sanadora a través del amuleto sobre el druida, al resto os pido que esperéis a ver los resultados de las dos pruebas, en caso de que sean infructuosas...ningún druida querría permanecer en un estado así de corrupción, yo le daré el golpe de gracia.-
Tras esto se colocó delante del druida atado y sosteniendo con una mano el amuleto, lo utilizó de foco, canalizó su poder, convocando unas bayas curativas y le dio una al druida.
TocToc estudiaba la estatuilla atentamente sin tocarla, ¿o era la estatuilla la que le estudiaba a él?, por unos segundos pareció algo confuso antes de volver a recuperar la concentración. Mientras sus amigos parecían elaborar un plan acerca del futuro del druida corrupto, el kenku observó que la figura del tamaño no más grande que un melón, era bastante tosca, y probablemente antaño estuviese mucho más elaborada, ahora apenas se podían percibir sus trazos, lo que le permitía intuir al hombre-cuervo que esa piedra era realmente antigua.
El color era oscuro, como de un tono meteórico y algo poroso, no era un tipo de material al que uno estuviese acostumbrado a ver. No tenía ni idea de su peso, pero calculó por la densidad y el tamaño que serían entre tres y cuatro kilos. Con bastante esfuerzo, pudo distinguir los rasgos de algún tipo de criatura marina, de cabeza grande de la que colgaban decenas de tentáculos ya apenas desdibujados... los ojos de ésta se podían distinguir mejor, y parecían estar cerrados, como si el ente al que representaba estuviese durmiendo.
Para más información, tira Investigation para ver si detectas algo más que te llame la atención o History, la última con desventaja, incluso si la tienes con pericia.
Cuando Adriana sacó el medallón y se lo tendió a Mablung, todos pudieron sentir como la temperatura de la sala parecía caldearse tenuemente, y de algún modo, el aire frío y húmedo que les rodeaba, pareció pedir prestado por un instante, el aroma de viejos y ancestrales bosques donde la lluvia acababa de caer, y el frescor de la nueva vida emergiendo de la madre tierra húmeda y floreciente lo inundaba todo. La forma del amuleto era la de una semilla tallada en madera, y ésta a su vez, se encontraba rodeada por un elaborado marco tallado en un exquisito arte élfico.
Quien quiera intentar reconocer el artefacto, puede tirar History o Arcana, dependiendo que se elija y el éxito de la tirada, recibirá una información u otra.
Solo una discordante voz volvió a romper el silencio reverencial que se había creado al revelar la hasta ahora secreta fuente de poder.
- Por los fuegos danzantes de Avernus... ¿qué es eso? ...
Sin embargo, respetando la seriedad de la escena, el diablillo no añadió nada más. Aunque sus vivaces ojillos, a los que nadie podía ver estando invisible, parecían focalizar toda su atención para memorizar hasta el último de los detalles.
El druida pareció recogerlo con su callosa mano como si ya le fuese familiar y comenzó a conjurar unas bayas a partir de unas ramitas de enebro que extrajo de su zurrón. Al canalizar el poder a través de él, el colgante comenzó a emitir una apagada y palpitante luminiscencia verde iridiscente, bendiciendo las bayas que iban creciendo mágicamente de las ramas que Mablung estaba usando como material para su conjuro. Éstas, parecían tener un tamaño mayor a lo habitual, y en vez de su perenne color rojizo, están parecían contener un todo dorado que las hacía especialmente apetitosas.
Contento con el resultado, el elfo de los bosques se acercó al caído compañero y le introdujo una de las bayas en la boca, éste, casi por instinto y a pesa de su inconsciencia, parecía masticar rápidamente la ambrosía que sentía en su paladar y deglutó casi con ansía el áureo fruto silvestre.
La reacción no se hizo esperar... sus ojos se abrieron con las pupilas oscuras como el vacío abisal dilatadas al máximo de su posible expresión... su garganta intentó emitir un grito que nunca llegó a salir, mientras todo su cuerpo comenzaba a convulsionar... sin duda una batalla se estaba librando en su interior... y en su exterior... Los tentáculos de su cuerpo se agitaban con violencia allí donde sus apretadas ataduras se lo permitían ... mientras su piel parecía tornarse aún más gris abrazando una textura parecida a la de la ceniza.
Tras más de un minuto de horribles estertores, tan intensos, que su cuerpo comenzó a dañarse por los golpes recibidos en su cabeza y extremidades, que amenazaban con quebrarse como si fueran hebras de paja... el mutante consiguió recuperar unos escasos momentos de lucidez...
- Vaalastroth ... No permitáis... que los despierten ... - Con una mirada de tristeza infinita, los ojos que eran todo pupila del castigado druida parecieron fijarse en Mablung, y dirigiéndose a él, forzó con toda su voluntad unas últimas palabras - Perdóname..,
Tras éste último acto de autocontrol, ... la forma del mutante comenzó a transformarse en polvo gris... hasta que en menos de lo que dura una exhalación, su cuerpo entero se transmutó en ceniza y tierra, dejando un montículo de medio palmo de altura de finas partículas apagadas y del mismo color que la roca que les rodeaba. Fue en ese momento cuando comenzó a obrarse el milagro. De los restos de esas partículas, comenzaron a crecer unas verdes hierbas frescas, formando un pequeño parche de vida en mitad de la sala, como si se tratara del material más fértil posible, varios tallos brotaron con viveza, y de ellos, sendas flores se abrieron, coloridas caléndulas y algunos gladiolos, con un brillo que recordaba al sol del atardecer, conformaron un pequeño terruño que ejercía al mismo tiempo como tumba del desconocido druida.
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Para la estatua tiro investigación, que TocToc no tiene formación histórica. Investigation: 19
Para el medallón tiro arcana que la tiene entrenada Arcana12
A pesar de sus sufridas vivencias con Akrul y ser testigo de algunos de sus mineralógicos estudios, aquella roca porosa era extraña. Tras el momento de estudio y perplejidad TocToc parecía dispuesto a empujarla y dejarla caer al suelo. Mablung interrumpió sus intenciones cuando empezó a preparar sus experimentos curativos y pidió de su ayuda.
Desvió la atención de la antigua estatua y aprestó su ballesta. Al igual que al pequeño demonio que ensombrecía la existencia de Godric el aparentemente druídico medallón le llamó la atención. El aroma de frescor hizo que respirase profundamente. ¿De dónde había salido? ¿Qué era aquel artefacto? ¿Por qué no había sabido antes de su existencia?
Tras la cura atendió al convulso sufrimiento del antiguo druida mirando interrogante a Mablung con su ballesta apuntando al cuerpo, dispuesto a poner fin a su sufrimiento en cuando el druida le diera una señal.
Ser testigo de los concluyentes acontecimientos hizo que se emocionase. A pesar del sufrimiento que les había precedido, el resultado final, redención y renacimiento, eran de lo poco que había experimentado que le daba esperanza en un futuro mejor.
Godric observó atento todo el intercambio entre los elfos y se aprestó al lado de Mablung para darle toda la ayuda que su compañero pudiera necesitar.
Mientras el mutado druida convulsionaba intentó acomodar la cabeza de la víctima lo mejor posible, para evitar que se la dañase con tan violentas convulsiones. Dio un paso hacia atrás, sorprendido, cuando se transformó en ceniza y dejo escapar una ahogada exclamación de asombro cuando comenzaron a brotar aquellas flores.
History 18 en el gamelog para reconocer el artefacto.
Leobald se plegó al plan de Mablung mientras admiraba con curiosidad la talla de madera élfica que Adriana había estado atesorando. Entonces se detuvo en seco, como fulminado por un rayo. ¿Qué era esa insidiosa vocecilla? ¿Había mentado el Avernus?
Cuando se obró el violento milagro, la extraña sensación de inquietud y peligro, que se había instaurado en su cabeza, no le permitió disfrutar del plácido final de aquel momento mágico. Pero no dijo nada más hasta algo después de que la catarsis hubo concluido.
—Lamento tu perdida Mablung— asintió sinceramente al elfo—. Por cierto ¿Qué fue eso? Antes de tu conjuro. ¿Lo habéis oído, verdad? Esa voz...
Parecía evidente que en efecto todos lo habían oído. No estaban solos allí abajo, pero nadie parecía sorprendido.
—¿Alguien puede explicarme quien más nos acompaña? —preguntó con amabilidad y seriedad mirando a los que estaban más cerca del origen de la voz discordante.
Godric suspiró y masculló hacia el lado cercano a su hombro de donde había surgido la vocecilla.
- ¿Es que no sabes estar callado? -
- Pero Amo.. -
- Ni pero ni leches.. chhssst... a ver ahora cómo explicamos esto... -
- Seguro que encuentras la forma Amo... Tú elocuencia es.. -
- Pero te quieres callar ya No me hagas la pelota -
- Shh si si ya me callo.. -
Tras el rápido intercambio e intentado aparentar normalidad y que aquello no había ocurrido Godric se volvió finalmente hacia Leobald.
- Verás Leobald... hace unas noches yo... mantuve una interesante charla con el pequeño diablillo que se hacía pasar por un cuervo. Ostor. El desafortunado hachazo del enano no acabó con él... y hemos llegado a un acuerdo Ostor y yo. Hasta el momento ha resultado ser más que úitl para nosotros y no ha hecho más que colaborar. El éxito del abordaje al barco contrabandista fue en gran medida por su colaboración, antes y durante... - espera un segundo dejando que las palabras calen en el paladin - Comenté la situación delante de todos al volver, por desgracia fue justo cuando tú... te ausentaste. Al volver de improviso hoy... bueno perdoname pero quería tratar este tema con algo más de delicadeza que decirte "por cierto saluda a Ostor nuestro nuevo amigo -intenta sonreir para quitar hierro al asunto. - Como te digo, no sólo ha mantenido su palabra y ha sido de lo más colaborador, proporcionándonos tnato inteligencia cierta, como luchando a nuestro lado si no que...- parece dudar, y mira hacia el lado cercano de su cabeza donde esucha el leve aleteo del diablillo - yo lo necesito. Tiene información sobre lo que pasó aquella noche... sobre lo que está pasando... sé que es mucho pedir Leobald pero te suplico que seas comprensivo. Le necesitamos -
Adriana observó la transformación del caído druida, admirando esperanzada el jardín en el que su atomizado cuerpo se había convertido. Se acercó a él con reverencial respeto y susurró unas palabras de guía y descanso.
El ánimo de la elfa se reconfortó de esperanza; habían conseguido llevar algo de luz a esa ominosa oscuridad, no todo estaba perdido. La fuerza de ese pensamiento la empujó a continuar el camino. Dispuesta a ello se encontraba cuando Leobald preguntó por Ostor.
Escuchó la explicación de Godric y su gesto se fue torciendo a cada palabra, mostrando abiertamente su desagrado, incluso algo molesta por los esfuerzos del sacerdote en mostrar a aquel ser como bondadoso.
- El único motivo por el que accedí a que ese diablo nos acompañara fue por la posibilidad que le brindaba a Godric para ayudarle a recordar su pasado - comentó directamente a Leobald - pero os recomiendo que os mantengáis muy alerta- dijo ahora refiriéndose a todos sus compañeros- debemos ser muy conscientes de su naturaleza y de sus objetivos finales, que no son más que su propio provecho. Mentiroso y manipulador por naturaleza, nos venderá a la mínima ocasión si eso le reporta beneficios o le acerca a su objetivo, llegando incluso a provocar conflictos entre nosotros. Tolero su presencia porque no tengo más remedio, pero no dudaré en expulsarle de este grupo a la mínima sospecha de traición hacia alguno de nosotros - sentenció, dejando de nuevo clara la opinión que le merecía su forzoso compañero.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Leobald escuchó en silencio las intervenciones, con las manos cruzadas a la espalda. Su rostro era pétreo y su mirada triste y cenicienta no perdía de vista los ojos de sus compañeros cuando hablaban. Finalmente, tras unos momentos de silencio y un suspiro prolongado, asintió lentamente, gravemente.
—Entiendo entonces que todos estáis al caso —paseó fugazmente su mirada por todos sus compañeros antes de dirigirse al joven clérigo—. Ignoro por qué tu juicio se ha nublado hasta ahora joven Godric o quizá ha sido algún embrujo de ese ser demoníaco —dijo calmadamente—. Sea cual sea el caso, no le necesitas en absoluto. Nada de lo que diga puede ser tomado como cierto. Bien lo sabes. Tal es su naturaleza —miró al druida—. Eso es lo único cierto, su naturaleza, eso puedes tenerlo claro. Adriana está en lo cierto —asintió con tristeza asintiendo en dirección de la elfa.
Trasladó sus manos hacia delante para tender sus palmas las frente al acólito en actitud pacífica y compasiva.
—Todos podemos equivocarnos, sobre todo cuando el peso del mundo nos atenaza o nos oprime el corazón por miedo al sufrimiento de quienes amamos, a la pérdida —dijo deteniéndose un momento algo ausente—. Pero no estás solo. En esta loca empresa ahora todos somos uno —continuó enseguida abriendo ligeramente sus brazos—. Estás a tiempo de enmendarlo, de tomar la decisión correcta y apartar a ese ser insidioso de tu lado —pidió al clérigo tendiéndole la mano—. Aún puedes conjurar, tu dios no te ha abandonado. Eres un joven brillante y el amor hizo presa de tu corazón al menos una vez. Abre los ojos ahora que ponemos las cartas sobre la mesa y exponemos la herida sin reparos. No le escuches. No le necesitas y no puedes fiarte de él. Algo terrible nos aguarda ahí abajo. Debemos permanecer unidos. Adriana nos necesita —insistió con calma—. Te imploro que, por el bien de todos, le expulses de aquí.
El rostro sereno y triste del maltrecho caballero arrojaba unas ojeras terribles y un color macilento bajo la escasa luz que llevaban. Parecía viejo y cansado.
Godric mantuvo la mirada franca del caballero durante unos largos segundos. Por un momento pareció que iba a seguir la recomendación del caballero. Dio un paso y apoyó la mano en el protegido hombro del caballero. - No sabes cómo te agradezco esas palabras. Saber que no estoy, por fin, solo, trae mas consuelo a mi alma del que puedes imaginar. Lathander ha tenido a bien unirnos a todos para que podamos apoyarnos los unos a los otros. -
Finalmente baja la mirada, avergonzado y apesadumbrado.
- Ojalá las cosas fueran tan sencillas, he llegado a un acuerdo con Ostor y debo honrar mi palabra No solo por ni honor si no que ahora mi propia alma está en juego. Ostor solo quiere encontrar un objeto y debo decir que, Ostor ha cumplido con creces su parte, incluso poniéndose en peligro para ayudarnos y, pese a su naturaleza, aún no ha mentido ni una sola vez en toda la información que nos ha facilitado. Podría habernos traicionado varías veces y haber causado nuestras muertes, y ha hecho lo contrario. Pese a su manía de no hacerme caso cuando le pido discreción. Pero en cierta manera me alegro de que también lo sepas Leobald, no quiero que haya secretos entre nosotros. -
La figura del diablillo pareció ir cogiendo forma, revoloteando alrededor de Godric, de manera que finalmente se hizo visible ante todos. Su diminuto cuerpecito se posó sobre el hombro del sacerdote, e irguiéndose sobre sus propias piernas, intentando coger porte, alzó la mano para que su amo le diera permiso para hablar... aunque no esperó su respuesta.
- Entiendo las dudas que caen sobre mi, a pesar de todas las palabras llenas de verdad que Godric ha hablado sobre mi, y no puedo negar, de hecho nunca lo he hecho, de que mi naturaleza diabólica es maligna, y eso está impregnado en cada parte de mi ser sin que yo pueda hacer nada, es como soy, y como me gusta ser... y no dudaré en causar un mal extremo sin con eso hubiera una remota posibilidad de medrar entre los estamentos infernales... pero... al igual que ese mal está enraizado en mí, como diablo, el valor de mi palabra o de mis pactos son inquebrantables... no puedo aunque quisiera, romperlos, ... quizás como mucho, si la mente del sujeto con el que trato no es muy despierta, pueda usar una zona de lagunas para inclinar la balanza a mi favor... pero nunca podré romper un pacto deliberada o conscientemente. No me confundáis con un demonio...
Tras una drámatica pausa, la alada criatura de escamosa piel roja como el rubí continuó su alegato.
- Os recuerdo a todos, que bajo la zona de verdad que el mismo amo Godric conjuró en aquella posada antes de que ese enano psicópata se lanzara sobre mí, con letales intenciones, confesé cual era mi verdadero objetivo y que es lo que quería encontrar, y eso hace que mi prioridad absoluta sea resolver ese asunto, ... y por tanto, os necesito, ... requiero de vuestra ayuda y como he demostrado ya a alguno de vosotros, a cambio, he aportado no sólo con mis habilidades en el terreno de combate arriesgando mi frágil vida por vosotros, sino que también he intercambiado información sin pedir, de momento, nada como contrapartida. Mi misión sólo me incumbe a mi, y en parte a Godric, no es nociva en absoluto para vosotros, así que no tengo porque obrar contra vuestros objetivos o contra vosotros mismos, sería tremendamente estúpido... sencillamente creo que una alianza de mutuo beneficio nos ayudará a todos, y mientras esté con vosotros ... no haré daño a nadie que no amenace vuestras vidas, la mía o la de Godric... y eso es una palabra que, insisto, no puedo romper aunque quisiera.
Tras dirigir una mirada que se iba posando en cada uno de los agentes, Ostor bajó la cabeza también en señal de cansancio, prácticamente imitando el hastío que el mismo Leobald parecía exudar últimamente.
La alta elfa apoyó su cuerpo de nuevo en una de las paredes de la estancia para descansar, aprovechando la fortuita conversación que se había generado. Tras la intervención de Ostor, se limitó a clavar en él su mirada con dureza, levantando levemente la ceja derecha y haciendo un gesto de negación con la cabeza dirigido a Godric. Aquel bicho podía decir lo que quisiera, su desconfianza no decrecía con sus intentos de parecer noble. Lo sentía por Godric, su inexperiencia y candidez le convertían en el más vulnerable del grupo. Permaneció con un gesto serio, que mostraba claramente su desagrado, sin añadir nada más.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Aquella trifulca poco le interesaba.. si cierto era que tner un diablillo entre ellos era motivo de especial atención y mas aún, precaución, también había sido un factor determinante en combate. A veces, sangrar juntos crea respetos y extraños compañeros de viaje.
El amuleto escondido de los elfos.. típico, el sacerdote amigo de seres del averno.. mas típico, o el humano quejicoso de todo lo que no se hace a su manera.. fuera de escala. Todo aquello a lo que no dejaba de prestar atención pero en lo que trataba de no inmiscuírse. Armó la enorme ballesta pesada que llevaba a la espalda y se colocó con vistas a las escaleras dispuesto a saetear a lo primero que por allí asomaba mientras unos discutían y otros se entretenían con su jardín particular.
Leobald se mantuvo firme, pero apenado. Ignorando por completo las palabras del diablillo, tan solo buscaba algo en las pupilas de Godric.
—¿Qué has hecho? —suspiró con honda decepción—. Veo que eres plenamente consciente de tus actos y el arrepentimiento parece tan lejano que ya no sé quien eres. Lathander no tiene nada que ver en esto, bien sabes que no toleraría tal pacto y si aún conjuras dudo que sea por su gracia —mantuvo la mirada triste clavada en los ojos del joven.
El tono no reflejaba reproche sino más bien abatimiento.
—Espero sinceramente que encuentres el camino de vuelta, pero yo, no puedo caminar por ti —suspiró devolviendo suave pero firmemente la mano del joven que momentos antes reposaba sobre su hombro—. Adriana nos necesita ahora ¿Los demás, convenís en que se quede el demonio y asista a Godric en sus intereses? —preguntó a sus compañeros dejando espacio entre él y el clérigo.
Tras un momento de silencio en el que observó la indiferencia de todos salvo Adriana, comprendió que aquella era decisión asumida hacía tiempo. Quizá este fuera su mayor error como agentes hasta la fecha, pero estaba claro que Godric no iba a capitular. Le había ofrecido una salida y le había escupido a la cara. A saber cuánto tiempo había jugado ese juego con ellos. Quizás desde siempre. Quizá todo de lo que le acusaban era rigurosamente cierto. Pero ahora eran un grupo y tenía que encontrar la manera de continuar por el bien de los demás.
—Sea entonces —inspiró largamente—. ¿Seguimos?
Leobald empuñó su escudo de nuevo y en silencio arrastró sus botas hasta Adriana en calidad de protector.
Mablung aún estaba absorto en lo que acababa de pasar delante de sus ojos, cuando se percató del absurdo debate que estaba teniendo lugar:- El diablo de momento no ha atacado a ninguno de nosotros, cosa que otros de los aquí presentes han hecho, ademas ha demostrado ser un miembro útil, por lo que por mi se queda-.
Tras lo cual se volvió hacia Adriana y dijo:- Te vuelvo a ofrecer que lo custodioes y te ofrezco las bayas, a la vista de los resultado no sé si te podrían ayudar con el mal que te aflije-.
Volviendose a todos dijo: ¿ Alguno sabe que o quién es Vaalastroth?
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Los ojos de Godric centellearon por un instante ante las palabras del caballero.
- No blasfemes. - le dice aunque su tono de voz carece de agresividad - Creo que hemos perdido demasiado tiempo en este asunto. No es ni el momento ni el lugar y todos tenemos pecados que ocultar y cosas que reprochar. Será mejor seguir adelante. -dice sin mirar de nuevo al caballero y girándose para recoger su equipo.
- Y tú... - vuelve a hablar con su alado compañero en voz baja casi como si el resto no estuviera allí - Mira que te gusta meterme en líos. ¿No te dije que permanecieras oculto a su mirada? Así sólo consigues que ella no se fie de ti... no no.. no me vengas con milongas eres mucho más listo que eso... no insultes mi propia inteligencia con excusas de despistes... lo has hecho aposta. Algún día les serviré ancas y alitas de demonio fritas para cenar... -
- Vaalastroth? - pregunta en voz alta intentando recordar algo sobre el nombre y mirando a Ostor interrogatoriamente cuando Mablung hace su pregunta, vuelta su atención al resto del grupo.
Adriana dio un pequeño respingo cuando Mablung le habló directamente, concentrada en sus más profundos pensamientos, absorta en las extrañas reacciones que se habían producido en su cuerpo desde que se había acercado al jardín fruto de la magia del colgante élfico.
Una energía de una pureza extrema había recorrido la punta de sus dedos al acariciar una de sus flores, extendiéndose por sus corruptas venas, aliviando la extenuación a la que se veía sometida desde horas atrás, limpiando su sangre a su paso. Su respiración, más profunda y tranquila, conseguía dotar a sus mejillas de algo del color perdido; sus ojeras parecían menos profundas y sus músculos más descansados. Aunque no recuperada del todo, el alivio que sintió fue suficiente para afrontar el resto del camino con esperanza renovada. ¿Podría significar aquel objeto la solución a su profundo pesar?
La alta elfa tendió sus manos hacia su compañero, adoptando una forma de cuenco para recibir el amuleto nuevamente con el mayor de los cuidados. Observó con fascinación la débil pero permanente luz verde esmeralda que latía en su interior, solo perceptible a sus ojos, que parecía haber despertado gracias a la canalización de la magia del druida.
- Has despertado algo en el colgante, Mablung. Puedo sentir su magia y su poder puro - comentó mientras lo observaba entre sus manos - He sentido igualmente el alivio de la cura a través del tacto de una de las flores del jardín y ahora… me siento mejor - confirmó sonriéndole agradecida - Pero he de reconocerte que aún me causa turbación la posibilidad de ingerir estas bayas y descubrir nefastos resultados. No solo por lo que ha sucedido con el cadáver del desdichado druida, si no por las horribles consecuencias que se produjeron en Wellmar cuando intentó extirpar de mi cuerpo la maldición- tomó las bayas que le ofrecía Mablung y se las guardó en uno de los bolsillos de la capa - Las llevaré conmigo y las usaré si no tengo más alternativa. Solo espero que el poder desatado en ellas sea más fuerte que la oscuridad que corrompe mis entrañas- Adriana, con sumo cuidado, se colgó de nuevo el medallón, escondiéndolo entre sus ropajes en contacto con su piel.
Se puso en pié y se atusó el cabello, estirando sus ropajes diligentemente para que quedaran perfectos al reanudar la marcha. De pronto, pareció recordar algo.
- Vaalastroth... - susurró con un estremecimiento - sabía que me sonaba ese nombre- dijo mirando a sus compañeros - lo recuerdo de los documentos que rescatamos del barco pirata. En las anotaciones de Sanbalet, en una de las localizaciones, unas ruinas creo recordar... llamadas Warthlkeel también se hacía referencia a Vaalastroth. Quizá esté allí su origen, quizá allí se encuentre este... ser... - era evidente el desasosiego que producía a la elfa el simple hecho de recordar su nombre.
-El Ara’elmista es un poderoso artefacto- la voz de Godric sonaba más madura, quizá algo más ronca por la solemnidad de su tono y por el respeto que le imponía la joya - Lleva en Toril mucho más que imperios que han surgido y desaparecido entre las arenas del tiempo. Es Magia antigua y poderosa. Creo Adriana, que haces bien en ser prudente. No tengo dudas de que podría extirpar la maldición que recorre tu cuerpo pero yo también temo el método o las consecuencias que pueda tener para ti. - hizo una pausa - Se ve que los secretos nunca acaban entre nosotros- su tono de vos y el no mirar a la elfa dejo dudas si se refería a ellos dos o a todo el grupo. - Deberiamoa continuar. Estamos proporcionando un tiempo precioso a las criaturas para tendernos más emboscadas -
Sin más se colocó en su lugar de la marcha, Maza y escudo en ristre y el zurrón colocado para administrar curas si fuera preciso.
"Cuando TocToc le enseñó sus notas, Dolfinus pareció palidecer un poco, y su debilidad causada por la inanición, reclamó su precio en ese momento, haciendo que le fallaran las rodillas. Asintiendo, el explorador señaló a una de las marcas mar adentro, la más cercana a su asentamiento, y mencionó unas palabras en élfico: "Daelh Loralan Kal'lisahl", la perdición de los elfos marinos. El amedrentado elfo de las profundidades comentó a TocToc que ese punto y sus alrededores era terreno vedado para su gente, los ancianos prohibían entrar a nadie allí, y los estúpidos que lo hacían, no volvían nunca... él sospecha que está relacionado con el ente llamado Vaalastroth y sus cultistas de la antigua Warthalkeel, pero no está seguro, puesto como ese terreno, toda información escrita acerca de ese tema, está también prohibida y sólo los ancianos pueden acceder a ella..."
En la discusión de sobre Ostor Toctoc apoyó su permanencia en el grupo. - Que se quede en el grupo. Ninguno de nosotros, todos condenados, es un santo. - Dijo repitiendo las palabras de Godric sin demasiada convicción. Entonces miró al demonio para asegurarse de que había registrado sus palabras y después se sumió en el silencio. Observó a sus compañeros y las posiciones respecto a Ostor y tan solo murmuró la palabra "Vaalastroth" al escuchar a Adriana,recordando repentinamente las palabras de Dolfinus.
Con aire ausente, observó el Ara’elmista mientras Adriana volvía a guardarlo. Encajó las réplicas de unos y otros con hieratismo. Nada salió de su boca, ni un mohín. El nombre de Vaalastroth no parecía arrojar nada a su rostro tampoco.
Esperó a que alguien abriera vía tratando de servir de apoyo a la exhausta elfa.
-Gracias- dijo suavemente y con cuidado recogió el amuleto y volviéndose hacia el grupo dijo:- Quiero hacer dos pruebas, en la primera canalizare mi poder curativo a través de este amuleto, convocaré unas bayas curativas y se las daré al druida, si no funciona le pediré a Godric que canalice su energía sanadora a través del amuleto sobre el druida, al resto os pido que esperéis a ver los resultados de las dos pruebas, en caso de que sean infructuosas...ningún druida querría permanecer en un estado así de corrupción, yo le daré el golpe de gracia.-
Tras esto se colocó delante del druida atado y sosteniendo con una mano el amuleto, lo utilizó de foco, canalizó su poder, convocando unas bayas curativas y le dio una al druida.
TocToc estudiaba la estatuilla atentamente sin tocarla, ¿o era la estatuilla la que le estudiaba a él?, por unos segundos pareció algo confuso antes de volver a recuperar la concentración. Mientras sus amigos parecían elaborar un plan acerca del futuro del druida corrupto, el kenku observó que la figura del tamaño no más grande que un melón, era bastante tosca, y probablemente antaño estuviese mucho más elaborada, ahora apenas se podían percibir sus trazos, lo que le permitía intuir al hombre-cuervo que esa piedra era realmente antigua.
El color era oscuro, como de un tono meteórico y algo poroso, no era un tipo de material al que uno estuviese acostumbrado a ver. No tenía ni idea de su peso, pero calculó por la densidad y el tamaño que serían entre tres y cuatro kilos. Con bastante esfuerzo, pudo distinguir los rasgos de algún tipo de criatura marina, de cabeza grande de la que colgaban decenas de tentáculos ya apenas desdibujados... los ojos de ésta se podían distinguir mejor, y parecían estar cerrados, como si el ente al que representaba estuviese durmiendo.
Para más información, tira Investigation para ver si detectas algo más que te llame la atención o History, la última con desventaja, incluso si la tienes con pericia.
Cuando Adriana sacó el medallón y se lo tendió a Mablung, todos pudieron sentir como la temperatura de la sala parecía caldearse tenuemente, y de algún modo, el aire frío y húmedo que les rodeaba, pareció pedir prestado por un instante, el aroma de viejos y ancestrales bosques donde la lluvia acababa de caer, y el frescor de la nueva vida emergiendo de la madre tierra húmeda y floreciente lo inundaba todo. La forma del amuleto era la de una semilla tallada en madera, y ésta a su vez, se encontraba rodeada por un elaborado marco tallado en un exquisito arte élfico.
Quien quiera intentar reconocer el artefacto, puede tirar History o Arcana, dependiendo que se elija y el éxito de la tirada, recibirá una información u otra.
Solo una discordante voz volvió a romper el silencio reverencial que se había creado al revelar la hasta ahora secreta fuente de poder.
- Por los fuegos danzantes de Avernus... ¿qué es eso? ...
Sin embargo, respetando la seriedad de la escena, el diablillo no añadió nada más. Aunque sus vivaces ojillos, a los que nadie podía ver estando invisible, parecían focalizar toda su atención para memorizar hasta el último de los detalles.
El druida pareció recogerlo con su callosa mano como si ya le fuese familiar y comenzó a conjurar unas bayas a partir de unas ramitas de enebro que extrajo de su zurrón. Al canalizar el poder a través de él, el colgante comenzó a emitir una apagada y palpitante luminiscencia verde iridiscente, bendiciendo las bayas que iban creciendo mágicamente de las ramas que Mablung estaba usando como material para su conjuro. Éstas, parecían tener un tamaño mayor a lo habitual, y en vez de su perenne color rojizo, están parecían contener un todo dorado que las hacía especialmente apetitosas.
Contento con el resultado, el elfo de los bosques se acercó al caído compañero y le introdujo una de las bayas en la boca, éste, casi por instinto y a pesa de su inconsciencia, parecía masticar rápidamente la ambrosía que sentía en su paladar y deglutó casi con ansía el áureo fruto silvestre.
La reacción no se hizo esperar... sus ojos se abrieron con las pupilas oscuras como el vacío abisal dilatadas al máximo de su posible expresión... su garganta intentó emitir un grito que nunca llegó a salir, mientras todo su cuerpo comenzaba a convulsionar... sin duda una batalla se estaba librando en su interior... y en su exterior... Los tentáculos de su cuerpo se agitaban con violencia allí donde sus apretadas ataduras se lo permitían ... mientras su piel parecía tornarse aún más gris abrazando una textura parecida a la de la ceniza.
Tras más de un minuto de horribles estertores, tan intensos, que su cuerpo comenzó a dañarse por los golpes recibidos en su cabeza y extremidades, que amenazaban con quebrarse como si fueran hebras de paja... el mutante consiguió recuperar unos escasos momentos de lucidez...
- Vaalastroth ... No permitáis... que los despierten ... - Con una mirada de tristeza infinita, los ojos que eran todo pupila del castigado druida parecieron fijarse en Mablung, y dirigiéndose a él, forzó con toda su voluntad unas últimas palabras - Perdóname..,
Tras éste último acto de autocontrol, ... la forma del mutante comenzó a transformarse en polvo gris... hasta que en menos de lo que dura una exhalación, su cuerpo entero se transmutó en ceniza y tierra, dejando un montículo de medio palmo de altura de finas partículas apagadas y del mismo color que la roca que les rodeaba. Fue en ese momento cuando comenzó a obrarse el milagro. De los restos de esas partículas, comenzaron a crecer unas verdes hierbas frescas, formando un pequeño parche de vida en mitad de la sala, como si se tratara del material más fértil posible, varios tallos brotaron con viveza, y de ellos, sendas flores se abrieron, coloridas caléndulas y algunos gladiolos, con un brillo que recordaba al sol del atardecer, conformaron un pequeño terruño que ejercía al mismo tiempo como tumba del desconocido druida.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Para la estatua tiro investigación, que TocToc no tiene formación histórica. Investigation: 19
Para el medallón tiro arcana que la tiene entrenada Arcana 12
A pesar de sus sufridas vivencias con Akrul y ser testigo de algunos de sus mineralógicos estudios, aquella roca porosa era extraña. Tras el momento de estudio y perplejidad TocToc parecía dispuesto a empujarla y dejarla caer al suelo. Mablung interrumpió sus intenciones cuando empezó a preparar sus experimentos curativos y pidió de su ayuda.
Desvió la atención de la antigua estatua y aprestó su ballesta. Al igual que al pequeño demonio que ensombrecía la existencia de Godric el aparentemente druídico medallón le llamó la atención. El aroma de frescor hizo que respirase profundamente. ¿De dónde había salido? ¿Qué era aquel artefacto? ¿Por qué no había sabido antes de su existencia?
Tras la cura atendió al convulso sufrimiento del antiguo druida mirando interrogante a Mablung con su ballesta apuntando al cuerpo, dispuesto a poner fin a su sufrimiento en cuando el druida le diera una señal.
Ser testigo de los concluyentes acontecimientos hizo que se emocionase. A pesar del sufrimiento que les había precedido, el resultado final, redención y renacimiento, eran de lo poco que había experimentado que le daba esperanza en un futuro mejor.
- Bien hecho, Mablung.
Zevatur, Rolthos
Godric observó atento todo el intercambio entre los elfos y se aprestó al lado de Mablung para darle toda la ayuda que su compañero pudiera necesitar.
Mientras el mutado druida convulsionaba intentó acomodar la cabeza de la víctima lo mejor posible, para evitar que se la dañase con tan violentas convulsiones. Dio un paso hacia atrás, sorprendido, cuando se transformó en ceniza y dejo escapar una ahogada exclamación de asombro cuando comenzaron a brotar aquellas flores.
History 18 en el gamelog para reconocer el artefacto.
PbP Character: A few ;)
Leobald se plegó al plan de Mablung mientras admiraba con curiosidad la talla de madera élfica que Adriana había estado atesorando. Entonces se detuvo en seco, como fulminado por un rayo. ¿Qué era esa insidiosa vocecilla? ¿Había mentado el Avernus?
Cuando se obró el violento milagro, la extraña sensación de inquietud y peligro, que se había instaurado en su cabeza, no le permitió disfrutar del plácido final de aquel momento mágico. Pero no dijo nada más hasta algo después de que la catarsis hubo concluido.
—Lamento tu perdida Mablung— asintió sinceramente al elfo—. Por cierto ¿Qué fue eso? Antes de tu conjuro. ¿Lo habéis oído, verdad? Esa voz...
Parecía evidente que en efecto todos lo habían oído. No estaban solos allí abajo, pero nadie parecía sorprendido.
—¿Alguien puede explicarme quien más nos acompaña? —preguntó con amabilidad y seriedad mirando a los que estaban más cerca del origen de la voz discordante.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Godric suspiró y masculló hacia el lado cercano a su hombro de donde había surgido la vocecilla.
- ¿Es que no sabes estar callado? -
- Pero Amo.. -
- Ni pero ni leches.. chhssst... a ver ahora cómo explicamos esto... -
- Seguro que encuentras la forma Amo... Tú elocuencia es.. -
- Pero te quieres callar ya No me hagas la pelota -
- Shh si si ya me callo.. -
Tras el rápido intercambio e intentado aparentar normalidad y que aquello no había ocurrido Godric se volvió finalmente hacia Leobald.
- Verás Leobald... hace unas noches yo... mantuve una interesante charla con el pequeño diablillo que se hacía pasar por un cuervo. Ostor. El desafortunado hachazo del enano no acabó con él... y hemos llegado a un acuerdo Ostor y yo. Hasta el momento ha resultado ser más que úitl para nosotros y no ha hecho más que colaborar. El éxito del abordaje al barco contrabandista fue en gran medida por su colaboración, antes y durante... - espera un segundo dejando que las palabras calen en el paladin - Comenté la situación delante de todos al volver, por desgracia fue justo cuando tú... te ausentaste. Al volver de improviso hoy... bueno perdoname pero quería tratar este tema con algo más de delicadeza que decirte "por cierto saluda a Ostor nuestro nuevo amigo - intenta sonreir para quitar hierro al asunto. - Como te digo, no sólo ha mantenido su palabra y ha sido de lo más colaborador, proporcionándonos tnato inteligencia cierta, como luchando a nuestro lado si no que... - parece dudar, y mira hacia el lado cercano de su cabeza donde esucha el leve aleteo del diablillo - yo lo necesito. Tiene información sobre lo que pasó aquella noche... sobre lo que está pasando... sé que es mucho pedir Leobald pero te suplico que seas comprensivo. Le necesitamos -
PbP Character: A few ;)
Adriana observó la transformación del caído druida, admirando esperanzada el jardín en el que su atomizado cuerpo se había convertido. Se acercó a él con reverencial respeto y susurró unas palabras de guía y descanso.
El ánimo de la elfa se reconfortó de esperanza; habían conseguido llevar algo de luz a esa ominosa oscuridad, no todo estaba perdido. La fuerza de ese pensamiento la empujó a continuar el camino. Dispuesta a ello se encontraba cuando Leobald preguntó por Ostor.
Escuchó la explicación de Godric y su gesto se fue torciendo a cada palabra, mostrando abiertamente su desagrado, incluso algo molesta por los esfuerzos del sacerdote en mostrar a aquel ser como bondadoso.
- El único motivo por el que accedí a que ese diablo nos acompañara fue por la posibilidad que le brindaba a Godric para ayudarle a recordar su pasado - comentó directamente a Leobald - pero os recomiendo que os mantengáis muy alerta- dijo ahora refiriéndose a todos sus compañeros- debemos ser muy conscientes de su naturaleza y de sus objetivos finales, que no son más que su propio provecho. Mentiroso y manipulador por naturaleza, nos venderá a la mínima ocasión si eso le reporta beneficios o le acerca a su objetivo, llegando incluso a provocar conflictos entre nosotros. Tolero su presencia porque no tengo más remedio, pero no dudaré en expulsarle de este grupo a la mínima sospecha de traición hacia alguno de nosotros - sentenció, dejando de nuevo clara la opinión que le merecía su forzoso compañero.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Leobald escuchó en silencio las intervenciones, con las manos cruzadas a la espalda. Su rostro era pétreo y su mirada triste y cenicienta no perdía de vista los ojos de sus compañeros cuando hablaban. Finalmente, tras unos momentos de silencio y un suspiro prolongado, asintió lentamente, gravemente.
—Entiendo entonces que todos estáis al caso —paseó fugazmente su mirada por todos sus compañeros antes de dirigirse al joven clérigo—. Ignoro por qué tu juicio se ha nublado hasta ahora joven Godric o quizá ha sido algún embrujo de ese ser demoníaco —dijo calmadamente—. Sea cual sea el caso, no le necesitas en absoluto. Nada de lo que diga puede ser tomado como cierto. Bien lo sabes. Tal es su naturaleza —miró al druida—. Eso es lo único cierto, su naturaleza, eso puedes tenerlo claro. Adriana está en lo cierto —asintió con tristeza asintiendo en dirección de la elfa.
Trasladó sus manos hacia delante para tender sus palmas las frente al acólito en actitud pacífica y compasiva.
—Todos podemos equivocarnos, sobre todo cuando el peso del mundo nos atenaza o nos oprime el corazón por miedo al sufrimiento de quienes amamos, a la pérdida —dijo deteniéndose un momento algo ausente—. Pero no estás solo. En esta loca empresa ahora todos somos uno —continuó enseguida abriendo ligeramente sus brazos—. Estás a tiempo de enmendarlo, de tomar la decisión correcta y apartar a ese ser insidioso de tu lado —pidió al clérigo tendiéndole la mano—. Aún puedes conjurar, tu dios no te ha abandonado. Eres un joven brillante y el amor hizo presa de tu corazón al menos una vez. Abre los ojos ahora que ponemos las cartas sobre la mesa y exponemos la herida sin reparos. No le escuches. No le necesitas y no puedes fiarte de él. Algo terrible nos aguarda ahí abajo. Debemos permanecer unidos. Adriana nos necesita —insistió con calma—. Te imploro que, por el bien de todos, le expulses de aquí.
El rostro sereno y triste del maltrecho caballero arrojaba unas ojeras terribles y un color macilento bajo la escasa luz que llevaban. Parecía viejo y cansado.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
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Godric mantuvo la mirada franca del caballero durante unos largos segundos. Por un momento pareció que iba a seguir la recomendación del caballero.
Dio un paso y apoyó la mano en el protegido hombro del caballero.
- No sabes cómo te agradezco esas palabras. Saber que no estoy, por fin, solo, trae mas consuelo a mi alma del que puedes imaginar. Lathander ha tenido a bien unirnos a todos para que podamos apoyarnos los unos a los otros. -
Finalmente baja la mirada, avergonzado y apesadumbrado.
- Ojalá las cosas fueran tan sencillas, he llegado a un acuerdo con Ostor y debo honrar mi palabra No solo por ni honor si no que ahora mi propia alma está en juego. Ostor solo quiere encontrar un objeto y debo decir que, Ostor ha cumplido con creces su parte, incluso poniéndose en peligro para ayudarnos y, pese a su naturaleza, aún no ha mentido ni una sola vez en toda la información que nos ha facilitado. Podría habernos traicionado varías veces y haber causado nuestras muertes, y ha hecho lo contrario. Pese a su manía de no hacerme caso cuando le pido discreción. Pero en cierta manera me alegro de que también lo sepas Leobald, no quiero que haya secretos entre nosotros. -
PbP Character: A few ;)
La figura del diablillo pareció ir cogiendo forma, revoloteando alrededor de Godric, de manera que finalmente se hizo visible ante todos. Su diminuto cuerpecito se posó sobre el hombro del sacerdote, e irguiéndose sobre sus propias piernas, intentando coger porte, alzó la mano para que su amo le diera permiso para hablar... aunque no esperó su respuesta.
- Entiendo las dudas que caen sobre mi, a pesar de todas las palabras llenas de verdad que Godric ha hablado sobre mi, y no puedo negar, de hecho nunca lo he hecho, de que mi naturaleza diabólica es maligna, y eso está impregnado en cada parte de mi ser sin que yo pueda hacer nada, es como soy, y como me gusta ser... y no dudaré en causar un mal extremo sin con eso hubiera una remota posibilidad de medrar entre los estamentos infernales... pero... al igual que ese mal está enraizado en mí, como diablo, el valor de mi palabra o de mis pactos son inquebrantables... no puedo aunque quisiera, romperlos, ... quizás como mucho, si la mente del sujeto con el que trato no es muy despierta, pueda usar una zona de lagunas para inclinar la balanza a mi favor... pero nunca podré romper un pacto deliberada o conscientemente. No me confundáis con un demonio...
Tras una drámatica pausa, la alada criatura de escamosa piel roja como el rubí continuó su alegato.
- Os recuerdo a todos, que bajo la zona de verdad que el mismo amo Godric conjuró en aquella posada antes de que ese enano psicópata se lanzara sobre mí, con letales intenciones, confesé cual era mi verdadero objetivo y que es lo que quería encontrar, y eso hace que mi prioridad absoluta sea resolver ese asunto, ... y por tanto, os necesito, ... requiero de vuestra ayuda y como he demostrado ya a alguno de vosotros, a cambio, he aportado no sólo con mis habilidades en el terreno de combate arriesgando mi frágil vida por vosotros, sino que también he intercambiado información sin pedir, de momento, nada como contrapartida. Mi misión sólo me incumbe a mi, y en parte a Godric, no es nociva en absoluto para vosotros, así que no tengo porque obrar contra vuestros objetivos o contra vosotros mismos, sería tremendamente estúpido... sencillamente creo que una alianza de mutuo beneficio nos ayudará a todos, y mientras esté con vosotros ... no haré daño a nadie que no amenace vuestras vidas, la mía o la de Godric... y eso es una palabra que, insisto, no puedo romper aunque quisiera.
Tras dirigir una mirada que se iba posando en cada uno de los agentes, Ostor bajó la cabeza también en señal de cansancio, prácticamente imitando el hastío que el mismo Leobald parecía exudar últimamente.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
La alta elfa apoyó su cuerpo de nuevo en una de las paredes de la estancia para descansar, aprovechando la fortuita conversación que se había generado. Tras la intervención de Ostor, se limitó a clavar en él su mirada con dureza, levantando levemente la ceja derecha y haciendo un gesto de negación con la cabeza dirigido a Godric. Aquel bicho podía decir lo que quisiera, su desconfianza no decrecía con sus intentos de parecer noble. Lo sentía por Godric, su inexperiencia y candidez le convertían en el más vulnerable del grupo. Permaneció con un gesto serio, que mostraba claramente su desagrado, sin añadir nada más.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Aquella trifulca poco le interesaba.. si cierto era que tner un diablillo entre ellos era motivo de especial atención y mas aún, precaución, también había sido un factor determinante en combate. A veces, sangrar juntos crea respetos y extraños compañeros de viaje.
El amuleto escondido de los elfos.. típico, el sacerdote amigo de seres del averno.. mas típico, o el humano quejicoso de todo lo que no se hace a su manera.. fuera de escala. Todo aquello a lo que no dejaba de prestar atención pero en lo que trataba de no inmiscuírse. Armó la enorme ballesta pesada que llevaba a la espalda y se colocó con vistas a las escaleras dispuesto a saetear a lo primero que por allí asomaba mientras unos discutían y otros se entretenían con su jardín particular.
Arcana no entrenada para el colgante. 2
Leobald se mantuvo firme, pero apenado. Ignorando por completo las palabras del diablillo, tan solo buscaba algo en las pupilas de Godric.
—¿Qué has hecho? —suspiró con honda decepción—. Veo que eres plenamente consciente de tus actos y el arrepentimiento parece tan lejano que ya no sé quien eres. Lathander no tiene nada que ver en esto, bien sabes que no toleraría tal pacto y si aún conjuras dudo que sea por su gracia —mantuvo la mirada triste clavada en los ojos del joven.
El tono no reflejaba reproche sino más bien abatimiento.
—Espero sinceramente que encuentres el camino de vuelta, pero yo, no puedo caminar por ti —suspiró devolviendo suave pero firmemente la mano del joven que momentos antes reposaba sobre su hombro—. Adriana nos necesita ahora ¿Los demás, convenís en que se quede el demonio y asista a Godric en sus intereses? —preguntó a sus compañeros dejando espacio entre él y el clérigo.
Tras un momento de silencio en el que observó la indiferencia de todos salvo Adriana, comprendió que aquella era decisión asumida hacía tiempo. Quizá este fuera su mayor error como agentes hasta la fecha, pero estaba claro que Godric no iba a capitular. Le había ofrecido una salida y le había escupido a la cara. A saber cuánto tiempo había jugado ese juego con ellos. Quizás desde siempre. Quizá todo de lo que le acusaban era rigurosamente cierto. Pero ahora eran un grupo y tenía que encontrar la manera de continuar por el bien de los demás.
—Sea entonces —inspiró largamente—. ¿Seguimos?
Leobald empuñó su escudo de nuevo y en silencio arrastró sus botas hasta Adriana en calidad de protector.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Mablung aún estaba absorto en lo que acababa de pasar delante de sus ojos, cuando se percató del absurdo debate que estaba teniendo lugar:- El diablo de momento no ha atacado a ninguno de nosotros, cosa que otros de los aquí presentes han hecho, ademas ha demostrado ser un miembro útil, por lo que por mi se queda-.
Tras lo cual se volvió hacia Adriana y dijo:- Te vuelvo a ofrecer que lo custodioes y te ofrezco las bayas, a la vista de los resultado no sé si te podrían ayudar con el mal que te aflije-.
Volviendose a todos dijo: ¿ Alguno sabe que o quién es Vaalastroth?
Los ojos de Godric centellearon por un instante ante las palabras del caballero.
- No blasfemes. - le dice aunque su tono de voz carece de agresividad - Creo que hemos perdido demasiado tiempo en este asunto. No es ni el momento ni el lugar y todos tenemos pecados que ocultar y cosas que reprochar. Será mejor seguir adelante. - dice sin mirar de nuevo al caballero y girándose para recoger su equipo.
- Y tú... - vuelve a hablar con su alado compañero en voz baja casi como si el resto no estuviera allí - Mira que te gusta meterme en líos. ¿No te dije que permanecieras oculto a su mirada? Así sólo consigues que ella no se fie de ti... no no.. no me vengas con milongas eres mucho más listo que eso... no insultes mi propia inteligencia con excusas de despistes... lo has hecho aposta. Algún día les serviré ancas y alitas de demonio fritas para cenar... -
- Vaalastroth? - pregunta en voz alta intentando recordar algo sobre el nombre y mirando a Ostor interrogatoriamente cuando Mablung hace su pregunta, vuelta su atención al resto del grupo.
Tirada: 18
Arcana? +1
History o Religion? +3
PbP Character: A few ;)
Adriana dio un pequeño respingo cuando Mablung le habló directamente, concentrada en sus más profundos pensamientos, absorta en las extrañas reacciones que se habían producido en su cuerpo desde que se había acercado al jardín fruto de la magia del colgante élfico.
Una energía de una pureza extrema había recorrido la punta de sus dedos al acariciar una de sus flores, extendiéndose por sus corruptas venas, aliviando la extenuación a la que se veía sometida desde horas atrás, limpiando su sangre a su paso. Su respiración, más profunda y tranquila, conseguía dotar a sus mejillas de algo del color perdido; sus ojeras parecían menos profundas y sus músculos más descansados. Aunque no recuperada del todo, el alivio que sintió fue suficiente para afrontar el resto del camino con esperanza renovada. ¿Podría significar aquel objeto la solución a su profundo pesar?
La alta elfa tendió sus manos hacia su compañero, adoptando una forma de cuenco para recibir el amuleto nuevamente con el mayor de los cuidados. Observó con fascinación la débil pero permanente luz verde esmeralda que latía en su interior, solo perceptible a sus ojos, que parecía haber despertado gracias a la canalización de la magia del druida.
- Has despertado algo en el colgante, Mablung. Puedo sentir su magia y su poder puro - comentó mientras lo observaba entre sus manos - He sentido igualmente el alivio de la cura a través del tacto de una de las flores del jardín y ahora… me siento mejor - confirmó sonriéndole agradecida - Pero he de reconocerte que aún me causa turbación la posibilidad de ingerir estas bayas y descubrir nefastos resultados. No solo por lo que ha sucedido con el cadáver del desdichado druida, si no por las horribles consecuencias que se produjeron en Wellmar cuando intentó extirpar de mi cuerpo la maldición - tomó las bayas que le ofrecía Mablung y se las guardó en uno de los bolsillos de la capa - Las llevaré conmigo y las usaré si no tengo más alternativa. Solo espero que el poder desatado en ellas sea más fuerte que la oscuridad que corrompe mis entrañas - Adriana, con sumo cuidado, se colgó de nuevo el medallón, escondiéndolo entre sus ropajes en contacto con su piel.
Se puso en pié y se atusó el cabello, estirando sus ropajes diligentemente para que quedaran perfectos al reanudar la marcha. De pronto, pareció recordar algo.
- Vaalastroth... - susurró con un estremecimiento - sabía que me sonaba ese nombre - dijo mirando a sus compañeros - lo recuerdo de los documentos que rescatamos del barco pirata. En las anotaciones de Sanbalet, en una de las localizaciones, unas ruinas creo recordar... llamadas Warthlkeel también se hacía referencia a Vaalastroth. Quizá esté allí su origen, quizá allí se encuentre este... ser... - era evidente el desasosiego que producía a la elfa el simple hecho de recordar su nombre.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
-El Ara’elmista es un poderoso artefacto- la voz de Godric sonaba más madura, quizá algo más ronca por la solemnidad de su tono y por el respeto que le imponía la joya - Lleva en Toril mucho más que imperios que han surgido y desaparecido entre las arenas del tiempo. Es Magia antigua y poderosa. Creo Adriana, que haces bien en ser prudente. No tengo dudas de que podría extirpar la maldición que recorre tu cuerpo pero yo también temo el método o las consecuencias que pueda tener para ti. - hizo una pausa - Se ve que los secretos nunca acaban entre nosotros- su tono de vos y el no mirar a la elfa dejo dudas si se refería a ellos dos o a todo el grupo.
- Deberiamoa continuar. Estamos proporcionando un tiempo precioso a las criaturas para tendernos más emboscadas -
Sin más se colocó en su lugar de la marcha, Maza y escudo en ristre y el zurrón colocado para administrar curas si fuera preciso.
PbP Character: A few ;)
Antigua referencia sobre Vaalastroth:
"Cuando TocToc le enseñó sus notas, Dolfinus pareció palidecer un poco, y su debilidad causada por la inanición, reclamó su precio en ese momento, haciendo que le fallaran las rodillas. Asintiendo, el explorador señaló a una de las marcas mar adentro, la más cercana a su asentamiento, y mencionó unas palabras en élfico: "Daelh Loralan Kal'lisahl", la perdición de los elfos marinos. El amedrentado elfo de las profundidades comentó a TocToc que ese punto y sus alrededores era terreno vedado para su gente, los ancianos prohibían entrar a nadie allí, y los estúpidos que lo hacían, no volvían nunca... él sospecha que está relacionado con el ente llamado Vaalastroth y sus cultistas de la antigua Warthalkeel, pero no está seguro, puesto como ese terreno, toda información escrita acerca de ese tema, está también prohibida y sólo los ancianos pueden acceder a ella..."
" ¡Oh la Oscuridad...! "
En la discusión de sobre Ostor Toctoc apoyó su permanencia en el grupo. - Que se quede en el grupo. Ninguno de nosotros, todos condenados, es un santo. - Dijo repitiendo las palabras de Godric sin demasiada convicción. Entonces miró al demonio para asegurarse de que había registrado sus palabras y después se sumió en el silencio. Observó a sus compañeros y las posiciones respecto a Ostor y tan solo murmuró la palabra "Vaalastroth" al escuchar a Adriana,recordando repentinamente las palabras de Dolfinus.
Zevatur, Rolthos
Con aire ausente, observó el Ara’elmista mientras Adriana volvía a guardarlo. Encajó las réplicas de unos y otros con hieratismo. Nada salió de su boca, ni un mohín. El nombre de Vaalastroth no parecía arrojar nada a su rostro tampoco.
Esperó a que alguien abriera vía tratando de servir de apoyo a la exhausta elfa.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
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