Khalion parecía moverse a través de las inundada cámara como si el agua no ejerciera resistencia alguna a su paso, aunque el frío de éstas debería afectarle como a los demás... tampoco parecía sentir la baja temperatura. Es más de algún modo se sentía vigorizado con ésta, mientras que sus ojos parecían emanar esa luminiscencia azul con mayor intensidad según la temperatura bajaba.
Khalion hasta nueva orden tiene ventajas en todos los chequeos de habilidades o características.
Sin embargo tras posicionarse para elevar el pesado cofre, y a pesar de su renovada fuerza, los músculos del cazarreconpensas no respondieron con la intensidad necesaria, y el cofre no se izó ni un un par de centímetros del suelo, lo que no evitó que TocToc, gracias a haber mantenido su hechizo de celeridad, pudiera desplazarlo hasta la mitad de las escaleras sin problemas, saliendo de la congeladas aguas salinas que comenzaban a elevarse peligrosamente en la planta inferior.
Mientras Leobald se inclinaba sobre el caído sacerdote intentando ayudarle a incorporarse y subir la traicionera escaleras, éste último también sentía como una diminutas manos invisibles tiraban de él hacía arriba, con desesperación, pero con un impacto nulo. Sin duda, sino supiera que los diablos devorarían su corazón y el de sus bebés neonatos sin dudarlo, sospecharía que ese pequeño Imp le tenía cierto retorcido aprecio... o algo parecido a lo que un diablo pudiera "sentir".
El "Ente que Acecha entre las Estrellas" percibía como su presa intentaba escaparse, y acrecentó la furia de sus ataques, volviendo a abrir portales aleatorios alrededor de los agentes y agitando como letales látigos su descomunales tentáculos para cercenar la vida de sus enemigos y provocando que nuevas corrientes de árticas aguas abisales corrieran a borbotones a través de éstos.
Mientras la sala inferior, donde sólo permanecían un maltrecho Godrid y su guardaespaldas paladín Leobald ya contenía el agua hasta la altura de la cintura. Para sorpresa de los presentes en el piso superior del altar impío, nuevos portales se abrieron allí también. Uno de los tentáculos brotó con fuerza cerca de la pareja de oso y alta elfa, cortando el aire como la misma fuerza que una manada de jabalís desbocados. El ataque pasó por encima del oso impactando con toda su intensidad en las costillas de la hechicera... que zozobró peligrosamente al recibir el impacto mientras escupía sangre por la boca sintiendo como un par de costillas de su torso derecho crujían y se clavaban en sus pulmones... completamente deshechas...
Adriana debe hacer un chequeo de Dex dif. 12 para mantenerse sobre el oso, o sale disparada contra el suelo a varios metros de él por el impacto directo. Lo hace con desventaja por su grado de exhaustación.
Afortunadamente para el resto, los viles apéndices restantes no consiguieron acertar sobre ninguno de ellos, evitando más daños o pérdidas de la verticalidad sobre sus diferentes personas. Pero la estructura del templo no contó con la misma suerte, y allí donde los tentáculos fueron impactando, la fría roca negra y la endeble madera de barco, se iban agrietando y directamente desmoronando como un castillo de naipes. No parecía que les quedara mucho más tiempo allí.
Continúo con mi monólogo mientras decidís escribir vuestro turno... que empezaba desde el principio después del ataque de los tentáculos,
Con una fuerte aspiración, Eliander, intentó saborear el aroma del interior de la castigada posada de "La cabra de Mimbre", a pesar del buen trabajo del equipo de limpieza y restauración contratado por el capitán para intentar devolver al local su marcial presencia del pasado, aún se podía percibir cierto hedor a putrefacción y muerte en el ambiente. Quizás, que apenas se aireara el local, no contribuía a mejorar el viciando aire que respiraba. Llevaba allí cerca de una hora, en el salón principal, sin compañía ni guardia que le escoltara, les había ordenado esperar fuera mientras atendía asuntos importantes con los Agentes de la Corona, pero allí no había nadie... y casi que hasta lo agradeció. Paseó meditativo durante la primera media hora alrededor de las mesas y sillas del lugar, e incluso se atrevió a servirse cerveza no tan fría como esperaría, de un barril parcialmente oculto tras la barra, pero finalmente su pierna protésica comenzó a pasarle factura, y decidió sentarse en un ajado butacón cerca de una apagada chimenea, donde restos de barro ya secos le indicaban que quizás los huéspedes que albergaba el fallido negocio llevaban varios día desaparecidos y sin dejar pista alguna detrás de sí... ¿Deserción quizás? Era una idea que había desechado casi de inmediato.
Volvió a juguetear con los diferentes sobres que tenía en la mano y que debía entregar, un detalle del Concilio que regía la ciudad, presidido por Eda Oweland. Estos contenían la invitación a una fiesta regentada por nada menos que uno de los más ricos nobles de la ciudad, Gellan Primewater, también miembro del Concilio. El protocolo exigía que los héroes que habían acabado con parte del entramado del contrabando en las aguas cercanas a la ciudad fueran reconocidos y premiados en una apropiada fiesta privada donde los grandes dirigentes de la comarca sin duda acudirían. Pan y circo, para contentar a las mentes simples, aunque Eliander comenzaba a sospechar que nada simple acompañaba a tales “héroes”
Asuntos más sombríos también surcaban la mente del capitán de la guardia de Saltmarsh, como la extraña exhumación que había tenido lugar la noche anterior en el cementerio de la ciudad, Krag, donde el anterior regente de la posada había sido honrado con un enterramiento de alto rango militar. Eliander no dejaba de darle vueltas al hecho de que la tierra removida estuviera sacada como si Lankus hubiera salido por su propio pie, excavando desde las profundidades hacía la superficie, un dato que sin duda quería compartir con los colaboradores a su causa que sospechosamente permanecían ausentes. Curiosamente coincidiendo con mucho movimiento de capas… capas grises y sombras en la noche… más dolores de cabeza para sus subordinados y guardias.
Hastiado de esperar, y no sin esfuerzo, el veterano guerrero se levantó y se dirigió renqueando hacia la salida, no sin antes dejar los sobres sobre la mesa central del gran salón, sólo esperaba que su gente estuviera bien y a salvo, y que por supuesto, estuvieran a tiempo del gran evento que les esperaba.
Godric boqueó, levantado la cabeza del agua helada, postrado entre dos escalones que se inundaban sin remedio. Tosió, intentando respirar.Las gélidas aguas parecían clavarle miles de agujas de hielo. Sabía que aquello no duraría y pronto dejaría de sentir para dejarse abrazar por el frío abrazo de las abisales aguas. Intentó aprovechar aquel último aliento que le daba el miedo a morir ahogado en aquel lúgubre lugar he hizo toda la fuerza que pudo para incorporarse y seguir escalando las escaleras. Chapoteó en el agua y apenas pudo avanzar pero seguía subiendo.
Bueno, pónganse cómodos, tomen asiento en sus respectivas posiciones dentro del vagón, el tren está a punto de salir por los raíles de la exasperación de escena eterna... No creo que nadie quiera estar dos meses o más con un combate, es anti-climático, rompe el ritmo de la partida, y cuando se acaba, nadie se acuerda de nada.
El estruendoso ruido de un edificio colapsando sobre sí mismo, golpeó la enorme caverna tras la luminiscente cascada a las orillas de ese mar negro y opaco en las profundidades bajo Saltmarsh. Por unos segundos casi interminables, a varios kilómetros de donde ocurría la catástrofe, y a través de enormes oquedades, paraísos soterrados, cavernas traicioneras y océanos sin estrellas, todos los entes vivos y con consciencia que pudiera habitar la región, escucharon como el templo impío, fundido con el perdido galeón "Emperador de las Olas", estaba siendo completamente destruido, encerrando consigo a todo y a todos los que allí coexistían, incluyendo aquel muro de ojos, y lo que se desgarraba tras él, que pugnaba por atravesar la propia realidad.
El polvo tardó en levantarse, puesto que no existía estructura o edificación donde antes yacía la siniestra pagoda de roca negra pulida.Todo se había hecho escombros, y ya nada podría salir o volver a entrar allí, a menos que viniera con una compañía entera de mineros experimentados. Desde la lejanía, y casi bajo el umbral de la cascada, donde los inertes cuerpos de los antaño druidas descansaban en posiciones diversas, un grupo consistente en un oso con una alta elfa aferrada a su lomo, un nervioso kenku que se negaba a soltar su preciado y pesado tesoro, un sacerdote acompañado de un extraño diablillo invisible, un hombre enmascarado que parecía haber recuperado de algún modo poder, mientras sus ojos dejaban escapar densas volutas de azulada luz entre las rendijas de sus ojos, y por último, un agotado paladín con el brazo entumecido... observaban con cierto aire hierático la escena.
Los últimos minutos de su huida parecían borrosos en sus mentes, y algo confusos también, como cuando cierta pareja se perdió en los simétricos túneles del alcantarillado. Estableciendo un paralelismo con una visión lejana, ajena y onírica. Ensoñaciones del veterano paladín empujando casi a la fuerza al sacerdote escaleras arriba, mientras Khalion parecía recuperar de nuevo una fuerza que no parecía suya ayudando a TocToc a deslizarse escaleras arriba a velocidades endiabladas, estás imágenes en sus cabezas se fundían con ráfagas temporales donde tentáculos azotaban todo una última vez antes de terminas de cercenar los pilares maestros de la estructura... todo esto mientras un veloz oso de férreas garras, cruzaba la caverna con su pelirroja amazona, dejando a todos atrás sin aparente remordimiento alguno.
El frío y el agotamiento azotó con fuerza los castigados cuerpos de todos los supervivientes... mientras volvían en silencio como si fueran los más diversos partícipes de una marcha fúnebre, pero sin música o requiem que endulzara con su cálida oscuridad la partida de alguien importante. Como había prometido, el explorador rátido que les había acompañado en su descenso a la locura les espera más allá de las primeras cavernas que se alejaban de la orilla, Gurruk les saludó con torpeza dándoles una conversación muy errática y simple al principio, pero que iba cogiendo forma y contenido según se acercaban de nuevo al cubil de los Descarriados, donde el Amo les esperaba deseando conocer las buenas noticias que pudieran traer.
Sin ningún incidente en el viaje de regreso, quizás causado por el temor que los entes que podrían reptar por esas profundidades poseían en ese momento tras la gran catástrofe, el grupo volvió as llegar a las fronteras de los salones y galerías circulares que conformaban el laberíntico reino de los rátidos, aunque el esfuerzo de arrastrar la caja fuerte que parecía ganar masa a cada paso que daban les pasó sin duda factura. Gurruk saludaba a diestro y siniestro a sus camaradas sonriendo con bastante intensidad y dejando entrever los exagerados incisivos que sobresalían de sus labios. Su actitud cambió a una más solemne cuando la compañía llegó de nuevo al gran salón, donde el pilar donde descansaba el Amo en uno de sus extremos, siempre vigilado por dos hombres roedor del tamaño de un oso pardo, parecía el único hito relevante en aquel lugar.
Las palabras de aquel Cerebro, con mayúsculas, resonaron en todas sus cabezas cuando se acercaron a su espigado trono, menos en la de Leobald, que observaba sin entender muy bien que estaba ocurriendo.
- Bien hallados mis improvisados aliados... Siento una sensación de triunfo en vuestro interior, aunque parecéis agotados, ... Si me confirmáis que habéis cumplido con vuestra parte, estaré encantado de cumplir con la mía. Veo que traéis un merecido trofeo de vuestra incursión, si lo creéis conveniente, mis hombres pueden llevársela para haceros el favor de abrirla, son bastante hábiles con ese tipo de ... "trabajos", aunque pueden tardar varias horas, o incluso días en hacerlo...
Tras una pequeña pausa, acompañada de una nueva presencia asociada a una pareja de guardias de élite que se aproximó desde los pasillos del este, donde un marcial hobgoblin de tez anaranjada y pesada armadura parecía estar siendo "escoltado" junto a sus demás aliados, el Amo volvió a intervenir.
- Encontramos a vuestro "Amigo" en los los conductos exteriores, ... fue muy amable al acompañarnos sin ofrecer "demasiada" resistencia tras explicarle vuestra situación. He considerado oportuno "protegerlo" hasta vuestro regreso... retorno del que nunca he dudado.
Godric caminó en silencio, aterido de frio y con el cuerpo entumecido no sólo por las gélidas aguas, si no por los golpes de los monstruosos tentáculos que se habían empeñado en retenerlos en aquel lugar de pesadilla.
Había sido todo bastante confuso pero parecía que el definitivo sacrificio del último de los druidas había llevado a que, en su furia, aquel ser de innumerables ojos e insondable mente y locura, arrasara el lugar sobre sí mismo. Era imposible saber si había acabado consigo mismo o seguía allí, sepultado bajo toneladas de roca, esperando el momento para atacar. Quizá aquel extraño cerebro que les había encomendado aquella suicida misión pudiera sentirlo.
Rogó a Lathander que le ayudara a sanar las heridas de sus compañeros , aliviando un poco el dolor para el regreso antes de comenzarlo pero para cuando llegaron al salón de audiencias del "Amo" estaban realmente exhaustos. Sentía los brazos más largos de lo normal, de las veces que le tocaba cargar con el pesado cofre que les habían dicho rescataran de allí.
Saludó a Nadie con una inclinación de cabeza, alegrándose de ver que el leal guerrero se encontraba bien.
- Gr... - se le atragantó la lengua, la tenía hinchada, se dio cuenta de que necesitaba beber, pero carraspeó y continuó - Gracias por cuidar de él, sin duda ahora que está con nosotros nos ayudará en nuestro regreso a la superficie. - suspira y mira a sus compañeros - Encontramos el templo dedicado a una criatura de mente insondable, que parece causar mutaciones aberrantes en sus seguidores y privarles de todo raciocinio, pero conseguimos llegar, sobre todo gracias a Leobald, a la mente de uno de ellos y nos ayudó. Se desencadenó el pandemonium mientras ese ente intentaba entrar en nuestra realidad, pero finalmente todo el templo, y todos los que había dentro, colapsaron. ¿Sigues sintiendo su presencia? ¿Hemos realmente, sido partícipes de su caída y desaparición? -
Adriana intentaba despejar su mente de la nebulosa que le había invadido los últimos minutos caóticos en aquella cueva. Con el único objetivo de seguir respirando, el último resquicio de energía que le quedaba lo había invertido en agarrarse con fuerza al pelaje de Mablung, mientras la sangre abandonaba su cuerpo debido al fatal impacto.
Tras conseguir huir del terrible derrumbamiento y recibir la aliviante curación de Godric, la hechicera se tomó la libertad de descansar unos minutos más en el lomo del oso, reconfortándose con la suavidad de su pelaje, sintiéndose protegida y a salvo. Antes de desmontar, le acarició tiernamente entre las orejas y le dio un suave beso como agradecimiento.
La alta elfa atravesó las puertas del gran salón con visible pesadumbre, carcomida por un cansancio que arrastraba lánguidamente, tanto físico como mental. Escuchó pacientemente las palabras del Cerebro y las de Godric, y se sintió con la obligación moral de intervenir. No sabía en quién detectaba esa sensación de triunfo. Definitivamente, en ella no. Se sentía de todo menos triunfadora. Solo reconocer a Nadie le reportó cierto alivio.
- Me temo, Señor, que no podemos confirmar nuestro éxito en la misión. El derrumbamiento probablemente habrá dado fin a la vida de muchos de sus acólitos, pero no tenemos pruebas para asegurar que su Amo haya sido destruido; más aún, me atrevería a afirmar que, al no haberles permitido completar el ritual, se haya quedado atrapado en la más profunda oscuridad, al otro lado del velo que intentaba traspasar- Adriana suspiró, sabiendo que no eran las noticias que el Cerebro esperaba - Poco más podemos hacer ya; la entrada y la cueva han quedado derruidas e impracticables, es del todo imposible otra incursión- hizo una pausa para tomar aire, mientras jadeaba por el esfuerzo. Observó el cofre cerrado, frunciendo el ceño. Allí dentro se podían encontrar las respuestas que buscaban. Las palabras de aquellos acólitos, que había intentado ignorar, resonaron en su cabeza “la portadora”, provocando un profundo escalofrío y su silencio posterior.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
El raciocinio retornó repentinamente a TocToc mientras recorrían las cavernas hacia el cerebro. Su memoria de los acontecimientos estaba emborronada por momentos de pánico y acción irreflexiva. Miedo, olores innombrables, resplandores que no había podido percibir, tentáculos y horrores inerrables se superponían unos a otros. ¿Por qué se había obcecado con aquel cofre, por qué había puesto en peligro su vida de aquella manera can inconsciente? Echo un vistazo a la pesada carga y aunque le produzco una repulsión inicial pronto se transformó en codicia y curiosidad. Tanto esfuerzo tenía que haber valido la pena.
Tras saludar silenciosamente a Nadie intervino también ante el cerebro gigante. Sentía la necesidad de matizar las palabras y dudas de Godric y Adriana. - Lo que quieren decir mis compañeros es que si, hemos acabado con el peligro que acechaba en la gruta. Pero no, la raíz del problema está más allá de nuestras capacidades ya que lo que acechaba era un mal primigenio que si no es en tu patio trasero, surgirá en algún otro lugar. - Dijo ominosamente. - Quizás no os afecte en su siguiente manifestación, pero si al final se sale con la suya, todos caeremos ante su corrupción. - Tras una pausa acabó con palabras más ligeras. – Pero hoy vivimos otro día más y eso hay que agradecerlo.
TocToc negó con la cabeza a la sugerencia de dejar que los ratidos abriesen el cofre.
Mablung sacudió la cabeza confundido ante la muestra e afecto de la elfa y se retiro a un lado mientras retornaba a su forma élfica. Mientras sus compañeros se preparaban para la vuelta, el druida recogió los cadáveres de sus antaño compañeros y los dispuso de la mejor forma posible, al acabar realizo un breve rito por sus hermanos caídos y se dijo a si mismo que averiguaría lo que les pasó, seguramente el amo tendría respuestas a sus preguntas.
Una vez en presencia del Amo escucho a sus compañeros y añadió:- Hemos cumplido, el acceso ha sido cegado y la base desde la que operaba ese ser ha quedado reducida a escombros por lo que sea que trataba de entrar en este plano, ahora te toca contestar a nuestras preguntas, ¿que era esa cosa?¿como es posible que su influencia corruptora haya llegado tan lejos?¿ que sabes de la corrupción que afecto a los de mi orden? y ¿Cómo es posible que nadie de los de arriba se haya dado cuenta de lo que pasaba aquí abajo?
Muchas lunas hacia el pasado desde que había sentido alquel rejuveniciento y energías desatadas. Joven era entonces, vigoroso y sin la mella de una profesión exigente de profundas cicatrices donde se ve y donde no. Aquel frío sanador no parecía ejercer los mismo efectos en otras razas, a la vista, mas débiles. Las esquisitas botas de piel de serpiente también claves en la evacuación del grupo y el cofre, que a primera vista parecía escaparse de unos conocimientos que con premura decidió no desarrollar en favor de las artes del acero.
Y con gran chasco todo desapareció con aquella horrible sensación ya sufrida en el pasado junto al elfo. Aquel desfase espacio tiempo que tanto efecto tenía en ellos.. aunque no estaba convencido de encontrar relación con la piedra usada en túneles, en el puente del rey o bajo Ghostfinger. Quizá toda aquella caverna era la roca madre de donde se obtuvieron los materiales para todo ello. Se lamento de ocurriera todo bajo piedra y no fuera para confirmar sus sospechas con el tiempo transcurrido para propios y para ajenos. -Esta sensación ya la vivimos bajo tierra, en los túneles con irreconocibles constelaciones.
-El cofre no se aleja de nosotros-dando tiempo y diálogo a sus compañeros mientras el cruzaba saludo y respetos con Nadie.- ¿Tan solo urge saber cuanto tiempo ha transcurrido desde nuestra partida?- esperando respuesta ya fuera del anaranjado mercenario con cerebro dentro o al ser con el cerebro por fuera..
Leobald siguió a sus compañeros en silencio por las cámara del reino de los olvidados. Durante el encuentro con el cerebro simplemente se mantuvo cerca de Toctoc y el cofre. Lo que fuera que contenía no podía volver a caer en malas manos. Lo que acababan de contemplar era muy preocupante. Lo que miraba al otro lado del muros de ojos, ese mal profundo y antiguo, que pulsaba por entrar en este mundo, era ahora su principal preocupación. Para él, el asunto estaba lejos de haber sido enterrado como decía TocToc.
Miró a sus compañeros y a Nadie. Todos parecían atentos a gran cerebro. Habían cumplido, cuanto antes recuperarán su libertad lejos de allí, mejor. Algo le decía que no podían confiar en aquella víscera de pasado dudoso. Dado que sus compañeros tenían más ganas que hablar y sus mismas inquietudes, les dejó hacer. Asintió a Khalion coincidiendo en que lo mejor sería no separarse del cofre hasta conocer su contenido. No se fiaba en absoluto de su anfitrión.
—Además de saber lo que sepan sobre el mal del templo, necesitamos saber como encontrar a la Madre Cuervo, recuerda —susurró a la elfa.
Pacientemente, el Amo escuchó las palabras del joven sacerdote, que se había adelantado a sus demás compañeros, quizás con el afán de ser más conciliador y diplomático con un más que ganado aliado. Mientras éste hablaba, una viscosa presencia ya familiar parecía hurgar en su cabeza, cual termita en un tronco de madera fresca, buscando imágenes y recuerdos de aquel encuentro que Godric describía. El agotamiento, y su perdido asalto mental con el cerebro, en lo que habían sido horas ¿días? antes, facilitaban que el aquel órgano sin cuerpo se deslizara con facilidad entre sus pensamientos y memorias cercanas de una manera bastante intrusiva.
- Entiendo... el maldito Krell Grohlg andaba y buscaba algo más allí abajo, y parece que lo encontró... ese templo ... veo que lo habéis destruido... quizás haya sido lo mejor para todos, especialmente para la seguridad de mi pueblo, ese lugar siempre había supurado maldad, como una herida abierta e infectada.
Sin embargo, las palabras del Amo, resonaron en las cabezas de todos no solo con cierto alivio, ... sino con una curiosidad exacerbada... casi rozando una ansiedad patológica por el conocimiento ahora perdido y enterrado para siempre, aunque ese conocimiento fuese de un origen más que abominable.
La intervención de Adriana fue acompañada por la misma sensación larvaria de intrusión en su mente... algo que para todos los demás era exasperadamente molesto, para ella parecía algo natural, casi como que abrirle las puertas de su cabeza, fuera la decisión más razonable en ese momento.
- El ritual ... entiendo ... parece algo que encontró y aprendió allí abajo, y no algo que trajese consigo mismo, junto al resto de la tripulación del Emperador de las Olas... curioso como pudo acabar ese navío allí, su dueño, Gellan Primewater, estará muy agradecido de conocer cual fue el destino de uno de sus más importantes recursos... lástima que esa información nunca vaya a llegarle, sería un drama si decidiera mandar expediciones aquí abajo para intentar rescatar cualquier cosa que considerara de valor para él... como las que pudieran contener esa caja fuerte que habéis traído con vosotros...
La sutil sugerencia del Amo, rozaba la delgada linea entre lo amable y una orden directa... dándoles a entender a todos los allí presentes, y que fueran capaces de escucharle, lo que no deberían hacer si querían mantener su alianza con él.
Las anotaciones que añadió TocToc fueron escuchadas con el mismo interés dedicado a todos los demás, pero en este caso, el Amo no pareció estar interesado en hacer su habitual contacto mental, al parecer ya había recogido todo lo que necesitaba saber o ver de sus anteriores compañeros.
- Si ese ente aparece en otro lugar, espero que sea muy lejos de aquí, y ya no será problema nuestro nunca más... sino de otros. Haber anulado su intento de acceder a través de mi "Patio Trasero" nos ha dejado en deuda con vosotros, y creedme, que mi gente sabe pagar bien sus deudas... dentro de nuestros humildes recursos por supuesto. Por cierto, tres días habéis estado fuera... si... os dimos por muertos, o algo peor...
Ante la directa y franca contestación del aasimar enmascarado en relación al destino del cofre blindado, el Amo no pareció disentir ni poner ninguna traba, Al contrario, en un amable gesto ofreció a sus mejores ingenieros al servició de los "Agentes" si estos finalmente los requerían para abrirla. Sin embargo, la abrumadora ráfaga de preguntas que pronto lanzó, en una rápida candencia, el hasta entonces distante druida, pareció coger con cierta sorpresa al ente que dirigía a la facción de los Descarriados.
Intentando poner orden en el caos de interrogantes que le iban lloviendo, el Amo intentó esclarecer parte de las dudas de Mablung.
- No sé que es esa cosa, ni siquiera sabía hasta ahora que habitaba o lo que fuera que hiciera allí abajo, yo sólo conocía la presencia del druida caído, que era el origen de todos los problemas para mi pueblo... era el que mutaba y torturaba a mi gente, y ahora veo que tenía ayuda o "inspiración" de alguien o algo más... En cuanto a su influencia, parecía bastante acotada a ese templo y sus alrededores, aunque he de reconocer que ahora que he "visto" y sabido de su existencia, he sentido su "energía" o "poder" más allá... por los pasillos prohibidos, e incluso traspasando como un cáncer las diferentes capas del subsuelo, alcanzando quizás algunas partes de la misma ciudad de Saltmarsh... quien sabe que efecto podría tener esa "influencia", aunque afortunadamente parece que la habéis cortado, al menos de momento. Entiendo que esa corrupción que manaba del templo fue lo que afectó a los supervivientes de tu orden tras la Gran Purga... un horrible destino para los refugiados que evitaron inicialmente la masacre de Dreadwood. En cuanto a porqué los habitantes de la superficie no se dan cuenta de lo que pasa aquí abajo es porque yo y los míos nos encargamos con tremenda eficacia que eso no ocurra.
Mablung no pudo evitar como el Amo había usado el orden en su última frase, colocándose, quizás inconscientemente él como el primero en importancia en su corta lista de participantes... "Yo y los míos".
-Ah Madre Cuervo ... si esa vieja y malnacida bruja ... bastarda del bosque y los engendros que ahora lo habitan, eso es lo que dicen los rumores en los callejones y mercados de la angosta urbe que se yergue sobre nosotros -De algún modo, el Amo había escuchado las palabras de Leobald, y su contestación resonó una vez más en las cabezas de todos, menos en la del paladín, que seguía ajeno a todo lo que la flotante víscera pensante narraba. - Se mudó hace tiempo a los lindes septentrionales de Dreadwood, y de algún modo allí sobrevive a sus horrores, lejos de esta ciudad maldita, y de las gentes que encuentras regocijo y gozo y abusar y maltratar a los que son "diferentes" como nosotros... Hubo una vez en que Madre Cuervo convivió con nosotros, como parte de los Descarriados... pero su caminó le llevó lejos, bajo las retorcidas ramas de árboles de hojas negras, donde la fronda y las enfermizas copas no dejan ver el cielo... en Dreadwood. Afortunadamente seguimos teniendo muy buen trato con ella, y uno de mis exploradores puede guiaros o haceros un mapa para llegar hasta ella, lo que prefiráis...
Por primera ver, el anaranjado Hobgobling que había permanecido en silencio en todo momento hasta ahora, intervino bruscamente.
- No hace falta, yo sé donde se encuentra... no lo había asociado hasta ahora.
Tras una leve pausa el Amo cambió su actitud escolástica por una más de afín a la de un anfitrión dedicado y se dispuso a ofrecer diversas alternativas para el descanso.
- Permitidme ordenar que os acompañen a algunos camastros para que descanséis, lo tenéis bien merecido, y aunque este lugar no tiene muchas zonas privadas, pero podemos llevaros a las zonas más tranquilas y alejadas, con suerte los colchones de paja vieja no contengan demasiadas pulgas y garrapatas... o también podemos escoltaros hasta la salida más próxima a vuestra amada posada, podemos ayudaros a transportar vuestro preciado y bien ganado tesoro hasta la superficie. Vosotros decidís.
Adriana sintió cierto alivio al comprobar la satisfacción del señor cerebro por el desenlace en la caverna y, como bien había prometido, les ofreció la información que les había llevado hasta allí. Suspirando tristemente, no pudo evitar hacer mención a los gemelos y su terrible final.
- Desgraciadamente, también nos topamos con Adklo, que ha sido absorbido por el lado oscuro y convertido en uno de los súbditos de ese ser del inframundo. Me temo que no hay más remedio que perder toda esperanza en su recuperación y asumir entonces, como bien señaló usted, la fatídica muerte de Adso - la alta elfa esperaba una nueva confirmación, resistiéndose a aceptar que el joven ya no estuviera entre los vivos.
- Han pasado tres días… - susurró, desorientada; por el cansancio físico que atenazaba cada poro de su piel, bien podía haber pasado una semana - Debemos apresurarnos lo más posible - comentó, inquieta - agradecemos su hospitalidad y créame que muchos de nosotros descansaríamos sin dudarlo en este instante, pero me temo que otras cuestiones urgentes nos aguardan en la superficie, y quién sabe si no será ya demasiado tarde para alguna de ellas -
Entre tanto, Llagas y Betty se removían inquietas en sus bolsillos, asomando la cabeza y olfateando el ambiente. Adriana las ayudó a salir y las depositó en el suelo. Agachándose a su altura, las acarició con cariño.
- Queridas, es hora de volver al exterior. Sé que este es vuestro hogar y entendería que prefiriérais quedaros aquí. La decisión es vuestra, yo estaré encantada de que me acompañéis allá donde vaya, siempre y cuando vuestro Amo esté de acuerdo, por supuesto- y esperó pacientemente a que las ratitas eligieran su destino.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
"Gellan Primewater" Repitió para sí mismo el agotado hombre cuervo. Aunque estaba acostumbrada a ella, la maldición de su raza se le hizo manifiesta la sentir la incapacidad de pronunciar el nombre en voz alta; las palabras mentales del cerebro eran claras y sin embargo no podía repetirlas.
La asociación de los contenidos del cofre con el nombre seguro que abría más interrogantes o cerraba más cabos sueltos. Y podía sentir la curiosidad del engendro al ofrecerse a abrir el cofre. Bueno, pues no había prisa y si la información le resultaba de utilidad, quizás podrían comerciar con ella más adelante. Así negó con la cabeza a la idea de dejar que les ayudase a abrir el cofre. - Con ayudarnos a transportarlo a la superficie será suficiente. Y si, debemos partir de inmediato, creo que hemos estado demasiado tiempo aquí. - Una vez mas habia muchos datos que asimilar y preferia poner en orden sus ideas fuera de aquel lugar donde no habia ni intimidad en el pensamiento.
Es curioso como la mente a veces se preocupa de cosas triviales cuando hay tantas cosas trascendentales en movimiento. Godric no habló pero recogió de nuevo su equipo para partir. No podía dejar de pensar en la comida que posiblemente se habría estropeado en aquellos tres días. Había reservado una carne para hacer un estofado que habría que tirar, y se preguntaba qué otra cosa podría preparar para sus cansados amigos. Quizá los huevos aún fueran buenos y pudiera prepararles una buena tortilla de espárragos y queso, si es que los espárragos seguían estando frescos claro.
El Amo pareció agitarse dentro de su prisión amniótica al escuchar, o más bien percibir, los interrogantes que se dibujaban en la mente de Adriana, que de algún modo era capaz de trasmitir a todos sus compañeros... salvo al ya mencionado paladín.
- En efecto estás en lo cierto Alta Elfa, hija de Laril y de Aeron de los bosques, hija de la luz - su visceral interlocutor volvió a pausar su discurso, quizás para marcar más cierto dramatismo al como se había referido a ella, o quizás para deslizarse aún más profundamente en sus recuerdos y pensamientos - Adso está muerto, y Adklo más que perdido, pero recuerda que por desgracia en este mundo hay destinos peores que la misma muerte... y me temo que ambos mellizos han recorrido ese camino en este momento... cada uno a su manera.
Tras emitir un extraño lamento, que más se parecía a una inquietante sensación que todos sufrieron cerca de la base de su cráneo, el Amo prosiguió, reiterando su afirmación. Pero antes, observó en silencio el curioso ritual que la elfa de cabello rojizo realizaba con sus dos diminutos compañeros de aventuras, libres ahora de cualquier pústula y enfermedad. Las pequeñas, una vez depositadas en el suelo, dieron varias vueltas sobre sí mismas como buscando algo de orientación mientras olisqueaban el aire, y a los pocos segundos ambas se quedaron mirando fijamente al Cerebro que había sido su guía hasta ese momento.
Si hubo alguna conversación o intercambio de información de algún tipo entre ellos, eso quedaría para siempre sin conocer, pero tras una espera de no más de dos minutos, ambas criaturas volvieron correteando hasta las piernas de Adriana, intentando subir ágilmente por ellas hasta su cálidos bolsillos mientras no dejaba de chasquear sus bocas emitiendo ciertos sonidos... ¿"alegres"?
- Si, en efecto, tres días, ...- el Amo interrumpió la escena cortantemente para proseguir con una confesión inusitada - la maldita caza a la que el gremio de vuestro compañero enmascarado pertenece, está a punto de terminar, y muchos hermanos, vivirán otro año más para contarlo, ... me alegro de que esa horrible y despiadada tradición, por llamarlo de algún modo, llegue a su fin... Que paradójico que su mayor contendiente, Chak, sea al mismo tiempo cazador y víctima... aunque casi nadie sepa esto último, puesto que él guarda también a su mellizo a buen recaudo, escondido y oculto, para la mayoría de los ojos, pero no para los de las ratas y alimañas que se arrastran entre la basura y la inmundicia, a las que nadie presta atención... ¿Qué podría pasar si alguien descubriera su tan guardado secreto? ¿Y en que remota abadía cerca de Silverstrand su consanguineo habita? Sería todo un golpe de efecto que podría cambiarlo todo... ¿No es cierto Khalion del Oeste?
La suscita intención del Amo ante tal revelación tan poco sutil y gratuita a los allí presentes, parecía llena de un propósito, quizás un encargo no directamente declarado que podría acarrear una justicia vengativa detrás... en cualquier caso, eso quedaría expuesto a la libre interpretación de los Agentes de Bastianes. Mientras tanto, el mentalista anfitrión del reino de los descarriados prosiguió su cordial charla, aceptando la frugal despedida de sus improvisados huéspedes.
- No hay problema, mis hombres más fuertes os aligerarán el peso de esa carga durante vuestro regreso a la superficie... partir ahora, y descansar, sin duda navegar en este mar de tribulaciones que es Saltmarsh requiere descanso para poder mantenerse alerta.
Sin mediar más palabras, un par de hombres rata de un tamaño parecido al de un ogro, y de músculos extremadamente exagerados, hasta el punto de rozar la malformación, asieron la pesada caja metálica apartando con cierta delicadeza a TocToc para que no les estorbara. Viéndolos trabajar, parecía como si ese tesoro apenas pesara más que un montón de viejos pergaminos. Con una señal de su mano, uno de los medio gigantes de hocico pronunciado y ojos hundidos, indicó a todos los allí presentes que les siguieran.
Podéis seguir roleando, por supuesto, pero no hay ningún encuentro especial a la vuelta, y los hombres rata súper mazados os ayudan en todo momento sin pretender quitaros nada. Es más, mantienen una conversación bastante amigable en todo momento que incluso usa palabras y modos que denotan cierta cultura, al contrario de lo que se podría adivinar de sus ciclados cuerpos.
En cuanto descanséis en la posada (o donde lo decidáis) sentís que habéis aprendido mucho de todo lo ocurrido y que parte de vuestros poderes interiores, tanto benignos (casi nadie) como malignos (casi todos) despiertan un poco más... [Subís un nivel]
Antes de irse, Mablug se dirigió hacia el cerebro y dijo:- Me gustaría saber si mas de los míos escaparon del ataque de los alquimista y donde podrían estar, se que es difícil, pero tu red de informantes parece...bastante buena.
- Por otro lado estaría bien tener alguna forma ágil de ponernos en contacto contigo, algo que no implique tener que venir hasta aquí.-
-Fuese cual fuese el acuerdo que tenias con Fenrir, por mi parte se mantiene, solo pido discreción si tus "hombres" se pasan por el círculo-
Tras lo cual abandono la sala siguiendo a sus compañeros
Un ojo en el cofre y otro en viscosa entidad del lider bajo tierra que desvelaba misterio tras misterio hasta que atrajo toda la atención del enmascarado aasimar. Cuestión aclarada de la no participación de Chak en semejante mosntruosidad de competición asesina. Aliviaba someramente el fallo en la palabra dada a Adso cuando su único protector se convirtió en la masa de gusanos que casi les lleva a la muerte. Un hermano muerto y el otro convertido en heraldo de un horror de las profundidades consumaban un rotundo fracaso.
-Miles de ojos, diminutos y fugitivos sobre un pueblo corrupto y enfermo. Enorme conocimiento como enorme fue la destrucción de ese templo de las profundidades.. convencido que esas minúsculos ojillos de roedor han visto mas y mas gemelos de especial naturaleza.. ¿cuantos puedo encontrar antes de su caída en manos de aberraciones como la de abajo?
A mas pausado, mas preguntas venían a su cabeza.- EL tiempo discurre distinto allí donde encontramos la roca y las constelaciones en sus paredes.. y efectos indeseables que provoca esa misma piedra bajo Ghostfinger y sobre el puente del rey.. ¿Por qué?.. Y como podemos evitar desorientarnos y movernos en los túneles que hay bajo este pueblo?
El recuerdo cercano de como habían llegado a "La Cabra de Mimbre", aun flotaba mezclado con la onírica experiencia cercana al templo. Los asalta-cloacas, como se hacían llamar los dos inmensos rátidos que les habían escoltado hasta la superficie, les guiaron hasta un desagüe estratégicamente cercano a los barracones que obraban también como prisión de la guardia de Saltmarsh, donde el reino de Kradokk era absoluto... ¿O no tanto? ... Las confesiones de los capas grises habían detallado tramas subyacentes que podrían poner en peligro la estabilidad de la fuerza militar que sustentaba a la Corona en la región, aunque esa información, parecía haberse evaporado de las mentes de los Agentes tan rápidamente como llegó.
De igual manera, las verjas por donde se filtraba el agua sucia de lluvia, arrastrando todas las inmundicias de las calles como unas cascada maloliente, se podían retirar fácilmente si alguien sabía como desplazarlas y donde ejercer la fuerza. La apertura fue lo suficientemente ancha para que todos pudieran salir con cierta comodidad, sin ser empapados demasiado por el torrente que caía con fuerza a través de ella. Y junto a ellos, la pesada caja fuerte encontró un nuevo lugar donde reposar, ahora en la superficie, cerrada y guardando sus secretos, quizás para siempre.
Ambos súbditos del Amo, se negaron a aproximarse siquiera a la salida, simplemente les desearon suerte a sus extraños y nuevos aliados antes de desaparecer de nuevo en las sombras, ágiles para su tamaño, pero sobre todo, inteligentes para sus músculos.
Mucho antes, en el recuerdo de Mablung, aún resonaban las últimas palabras de líder de Los Descarriados ante su última pregunta...
- Mi red pierde eficacia más allá de los muros de esta ciudad... somos muy buenos trabajando dentro, pero muy poco efectivos si nos alejamos... Mi gente... no se debe alejar demasiado de mi... o perderían parte de su... capacidad cognitiva... En cualquier caso, si ha habido rumores de supervivientes, aunque esas historias son dispersas y muy poco fiables. Se comenta que muy pocos consiguieron evitar la ira de "mi gente", pero los que lo hicieron, se dirigieron hacia Burle para buscar refugio y pedir refuerzos... Aunque no sé si eso se llevó a cabo de verdad, puesto que no hay noticias de que ningún efectivo del Enclave, ni la misma Kiara que lo dirige, entrara en conflicto. Lo mismo ocurrió con el Pacto de la Llama Salvaje... ese tratado entre elfos eladrín de Silverstand, ancestros arbóreos y ... Ghostfinger para defender Dreadwood... ¿sería curioso lo que Bastianes oculta al respecto?
La mención del Alto Comandante de la Corona en la región y su posible inactividad ante la pasada masacre, levantaba ampollas en la castigada alma del druida. Aunque quizás la relación comercial que mantenía con los Alquimistas, para mantener la fantasmal llama del faro siempre encendida gracias a sus aceites, podría estar relacionada.
- En cuanto a como comunicaros conmigo, sólo tenéis que enviar a una de las nuevas amigas de Lady Adriana cerca de una entrada a cualquier sistema de drenaje de la ciudad, ... ellas nos avisaran y nosotros nos pondremos en contacto con vosotros... Y puedes estar tranquilo acerca de nuestra presencia en el círculo, no solemos pisar la superficie, al menos no durante el día, salvo excepciones muy urgentes, y la zona del bosquecillo de Fenrir no suele estar entre nuestros lugares de interés.
Khalion se había adelantado también para dirigir unas últimas cuestiones al Amo, éste pareció molesto ante esa pregunta, pero no con el enmascarado en sí por hacerla, sino consigo mismo por no conocer la respuesta.
- No sé el porqué, y ojalá tuviera mi cuerpo y mi laboratorio aquí para poder comenzar una investigación exhaustiva... esa roca y lo que se construye con ella, no parece de este mundo, quizás de origen meteórico, o de otro plano... uno del que apenas sabemos nada... la mejor manera de evitar esos deslices temporales o desorientaciones, es no pasar por ellas... rehuidlas como hacemos nosotros. Son zonas prohibidas para nuestra gente... y no sólo por los efectos extraños que se producen cuando caminas por ellas, sino también por lo que te puedes encontrar en esos lugares, ... quizás si existiera algún modo de traer mis antiguos estudios y aperos alquímicos podría extraer algo más de información acerca de su origen.
El salón de la posada les recibió con calidez, puesto que la chimenea estaba encendida, por los restos de madera a medio quemar y densidad de las cenizas, quizás desde hacía un par de horas, como si alguien estuviera preparando su llegada sin rendirse a darlos por perdidos, o como desertores.
Sobre una de las mesas centrales, el número exacto de invitaciones coincidente con el número de Agentes oficiales, reposaban esperando a ser encontradas. Al parecer ni "Nadie" ni "Ostor" tenían una con su nombre escrito al dorso, lo que ofendió al pequeño diablillo ligeramente... murmurando en alto algo acerca de que él iría igualmente. El hobgoblin sin embargo, parecía aliviado de poder evitar ese tipo de reuniones sociales y baldías que no le aportaban nada, salvo nauseas y deseos de decapitar a la mitad de los asistentes. Aunque tampoco expresó demasiado su opinión al respecto.
Todo parecía limpio, ordenado y en silencio... salvo por el crepitar de las llamas y el relajante sonido de la lluvia contras los vidrios de las ventanas.
Mablung observo las invitaciones y tras abrir una y leerla, dijo: - Asi que ahora quieren que vayamos como buenas mascotas a lamer las botas de los "lores" de la ciudad, por mi se pueden ir al infierno y si Ostor quiere puede ir en mi lugar.Tengo cosas mejores que hacer que perder el tiempo en una fiesta-
-Han sido tres dias duros, estare en el circulo si me necesitais. Volvere al amanecer-
Tras esperar por si alguno de sus compañeros decia algo, el druida dejo la posada y emprendio el camino hacia la foresta.
Khalion parecía moverse a través de las inundada cámara como si el agua no ejerciera resistencia alguna a su paso, aunque el frío de éstas debería afectarle como a los demás... tampoco parecía sentir la baja temperatura. Es más de algún modo se sentía vigorizado con ésta, mientras que sus ojos parecían emanar esa luminiscencia azul con mayor intensidad según la temperatura bajaba.
Khalion hasta nueva orden tiene ventajas en todos los chequeos de habilidades o características.
Sin embargo tras posicionarse para elevar el pesado cofre, y a pesar de su renovada fuerza, los músculos del cazarreconpensas no respondieron con la intensidad necesaria, y el cofre no se izó ni un un par de centímetros del suelo, lo que no evitó que TocToc, gracias a haber mantenido su hechizo de celeridad, pudiera desplazarlo hasta la mitad de las escaleras sin problemas, saliendo de la congeladas aguas salinas que comenzaban a elevarse peligrosamente en la planta inferior.
Mientras Leobald se inclinaba sobre el caído sacerdote intentando ayudarle a incorporarse y subir la traicionera escaleras, éste último también sentía como una diminutas manos invisibles tiraban de él hacía arriba, con desesperación, pero con un impacto nulo. Sin duda, sino supiera que los diablos devorarían su corazón y el de sus bebés neonatos sin dudarlo, sospecharía que ese pequeño Imp le tenía cierto retorcido aprecio... o algo parecido a lo que un diablo pudiera "sentir".
El "Ente que Acecha entre las Estrellas" percibía como su presa intentaba escaparse, y acrecentó la furia de sus ataques, volviendo a abrir portales aleatorios alrededor de los agentes y agitando como letales látigos su descomunales tentáculos para cercenar la vida de sus enemigos y provocando que nuevas corrientes de árticas aguas abisales corrieran a borbotones a través de éstos.
Mientras la sala inferior, donde sólo permanecían un maltrecho Godrid y su guardaespaldas paladín Leobald ya contenía el agua hasta la altura de la cintura. Para sorpresa de los presentes en el piso superior del altar impío, nuevos portales se abrieron allí también. Uno de los tentáculos brotó con fuerza cerca de la pareja de oso y alta elfa, cortando el aire como la misma fuerza que una manada de jabalís desbocados. El ataque pasó por encima del oso impactando con toda su intensidad en las costillas de la hechicera... que zozobró peligrosamente al recibir el impacto mientras escupía sangre por la boca sintiendo como un par de costillas de su torso derecho crujían y se clavaban en sus pulmones... completamente deshechas...
Adriana debe hacer un chequeo de Dex dif. 12 para mantenerse sobre el oso, o sale disparada contra el suelo a varios metros de él por el impacto directo. Lo hace con desventaja por su grado de exhaustación.
Afortunadamente para el resto, los viles apéndices restantes no consiguieron acertar sobre ninguno de ellos, evitando más daños o pérdidas de la verticalidad sobre sus diferentes personas. Pero la estructura del templo no contó con la misma suerte, y allí donde los tentáculos fueron impactando, la fría roca negra y la endeble madera de barco, se iban agrietando y directamente desmoronando como un castillo de naipes. No parecía que les quedara mucho más tiempo allí.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Continúo con mi monólogo mientras decidís escribir vuestro turno... que empezaba desde el principio después del ataque de los tentáculos,
Con una fuerte aspiración, Eliander, intentó saborear el aroma del interior de la castigada posada de "La cabra de Mimbre", a pesar del buen trabajo del equipo de limpieza y restauración contratado por el capitán para intentar devolver al local su marcial presencia del pasado, aún se podía percibir cierto hedor a putrefacción y muerte en el ambiente. Quizás, que apenas se aireara el local, no contribuía a mejorar el viciando aire que respiraba. Llevaba allí cerca de una hora, en el salón principal, sin compañía ni guardia que le escoltara, les había ordenado esperar fuera mientras atendía asuntos importantes con los Agentes de la Corona, pero allí no había nadie... y casi que hasta lo agradeció. Paseó meditativo durante la primera media hora alrededor de las mesas y sillas del lugar, e incluso se atrevió a servirse cerveza no tan fría como esperaría, de un barril parcialmente oculto tras la barra, pero finalmente su pierna protésica comenzó a pasarle factura, y decidió sentarse en un ajado butacón cerca de una apagada chimenea, donde restos de barro ya secos le indicaban que quizás los huéspedes que albergaba el fallido negocio llevaban varios día desaparecidos y sin dejar pista alguna detrás de sí... ¿Deserción quizás? Era una idea que había desechado casi de inmediato.
Volvió a juguetear con los diferentes sobres que tenía en la mano y que debía entregar, un detalle del Concilio que regía la ciudad, presidido por Eda Oweland. Estos contenían la invitación a una fiesta regentada por nada menos que uno de los más ricos nobles de la ciudad, Gellan Primewater, también miembro del Concilio. El protocolo exigía que los héroes que habían acabado con parte del entramado del contrabando en las aguas cercanas a la ciudad fueran reconocidos y premiados en una apropiada fiesta privada donde los grandes dirigentes de la comarca sin duda acudirían. Pan y circo, para contentar a las mentes simples, aunque Eliander comenzaba a sospechar que nada simple acompañaba a tales “héroes”
Asuntos más sombríos también surcaban la mente del capitán de la guardia de Saltmarsh, como la extraña exhumación que había tenido lugar la noche anterior en el cementerio de la ciudad, Krag, donde el anterior regente de la posada había sido honrado con un enterramiento de alto rango militar. Eliander no dejaba de darle vueltas al hecho de que la tierra removida estuviera sacada como si Lankus hubiera salido por su propio pie, excavando desde las profundidades hacía la superficie, un dato que sin duda quería compartir con los colaboradores a su causa que sospechosamente permanecían ausentes. Curiosamente coincidiendo con mucho movimiento de capas… capas grises y sombras en la noche… más dolores de cabeza para sus subordinados y guardias.
Hastiado de esperar, y no sin esfuerzo, el veterano guerrero se levantó y se dirigió renqueando hacia la salida, no sin antes dejar los sobres sobre la mesa central del gran salón, sólo esperaba que su gente estuviera bien y a salvo, y que por supuesto, estuvieran a tiempo del gran evento que les esperaba.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Godric boqueó, levantado la cabeza del agua helada, postrado entre dos escalones que se inundaban sin remedio. Tosió, intentando respirar.Las gélidas aguas parecían clavarle miles de agujas de hielo. Sabía que aquello no duraría y pronto dejaría de sentir para dejarse abrazar por el frío abrazo de las abisales aguas.
Intentó aprovechar aquel último aliento que le daba el miedo a morir ahogado en aquel lúgubre lugar he hizo toda la fuerza que pudo para incorporarse y seguir escalando las escaleras. Chapoteó en el agua y apenas pudo avanzar pero seguía subiendo.
PbP Character: A few ;)
Bueno, pónganse cómodos, tomen asiento en sus respectivas posiciones dentro del vagón, el tren está a punto de salir por los raíles de la exasperación de escena eterna... No creo que nadie quiera estar dos meses o más con un combate, es anti-climático, rompe el ritmo de la partida, y cuando se acaba, nadie se acuerda de nada.
El estruendoso ruido de un edificio colapsando sobre sí mismo, golpeó la enorme caverna tras la luminiscente cascada a las orillas de ese mar negro y opaco en las profundidades bajo Saltmarsh. Por unos segundos casi interminables, a varios kilómetros de donde ocurría la catástrofe, y a través de enormes oquedades, paraísos soterrados, cavernas traicioneras y océanos sin estrellas, todos los entes vivos y con consciencia que pudiera habitar la región, escucharon como el templo impío, fundido con el perdido galeón "Emperador de las Olas", estaba siendo completamente destruido, encerrando consigo a todo y a todos los que allí coexistían, incluyendo aquel muro de ojos, y lo que se desgarraba tras él, que pugnaba por atravesar la propia realidad.
El polvo tardó en levantarse, puesto que no existía estructura o edificación donde antes yacía la siniestra pagoda de roca negra pulida.Todo se había hecho escombros, y ya nada podría salir o volver a entrar allí, a menos que viniera con una compañía entera de mineros experimentados. Desde la lejanía, y casi bajo el umbral de la cascada, donde los inertes cuerpos de los antaño druidas descansaban en posiciones diversas, un grupo consistente en un oso con una alta elfa aferrada a su lomo, un nervioso kenku que se negaba a soltar su preciado y pesado tesoro, un sacerdote acompañado de un extraño diablillo invisible, un hombre enmascarado que parecía haber recuperado de algún modo poder, mientras sus ojos dejaban escapar densas volutas de azulada luz entre las rendijas de sus ojos, y por último, un agotado paladín con el brazo entumecido... observaban con cierto aire hierático la escena.
Los últimos minutos de su huida parecían borrosos en sus mentes, y algo confusos también, como cuando cierta pareja se perdió en los simétricos túneles del alcantarillado. Estableciendo un paralelismo con una visión lejana, ajena y onírica. Ensoñaciones del veterano paladín empujando casi a la fuerza al sacerdote escaleras arriba, mientras Khalion parecía recuperar de nuevo una fuerza que no parecía suya ayudando a TocToc a deslizarse escaleras arriba a velocidades endiabladas, estás imágenes en sus cabezas se fundían con ráfagas temporales donde tentáculos azotaban todo una última vez antes de terminas de cercenar los pilares maestros de la estructura... todo esto mientras un veloz oso de férreas garras, cruzaba la caverna con su pelirroja amazona, dejando a todos atrás sin aparente remordimiento alguno.
El frío y el agotamiento azotó con fuerza los castigados cuerpos de todos los supervivientes... mientras volvían en silencio como si fueran los más diversos partícipes de una marcha fúnebre, pero sin música o requiem que endulzara con su cálida oscuridad la partida de alguien importante. Como había prometido, el explorador rátido que les había acompañado en su descenso a la locura les espera más allá de las primeras cavernas que se alejaban de la orilla, Gurruk les saludó con torpeza dándoles una conversación muy errática y simple al principio, pero que iba cogiendo forma y contenido según se acercaban de nuevo al cubil de los Descarriados, donde el Amo les esperaba deseando conocer las buenas noticias que pudieran traer.
Sin ningún incidente en el viaje de regreso, quizás causado por el temor que los entes que podrían reptar por esas profundidades poseían en ese momento tras la gran catástrofe, el grupo volvió as llegar a las fronteras de los salones y galerías circulares que conformaban el laberíntico reino de los rátidos, aunque el esfuerzo de arrastrar la caja fuerte que parecía ganar masa a cada paso que daban les pasó sin duda factura. Gurruk saludaba a diestro y siniestro a sus camaradas sonriendo con bastante intensidad y dejando entrever los exagerados incisivos que sobresalían de sus labios. Su actitud cambió a una más solemne cuando la compañía llegó de nuevo al gran salón, donde el pilar donde descansaba el Amo en uno de sus extremos, siempre vigilado por dos hombres roedor del tamaño de un oso pardo, parecía el único hito relevante en aquel lugar.
Las palabras de aquel Cerebro, con mayúsculas, resonaron en todas sus cabezas cuando se acercaron a su espigado trono, menos en la de Leobald, que observaba sin entender muy bien que estaba ocurriendo.
- Bien hallados mis improvisados aliados... Siento una sensación de triunfo en vuestro interior, aunque parecéis agotados, ... Si me confirmáis que habéis cumplido con vuestra parte, estaré encantado de cumplir con la mía. Veo que traéis un merecido trofeo de vuestra incursión, si lo creéis conveniente, mis hombres pueden llevársela para haceros el favor de abrirla, son bastante hábiles con ese tipo de ... "trabajos", aunque pueden tardar varias horas, o incluso días en hacerlo...
Tras una pequeña pausa, acompañada de una nueva presencia asociada a una pareja de guardias de élite que se aproximó desde los pasillos del este, donde un marcial hobgoblin de tez anaranjada y pesada armadura parecía estar siendo "escoltado" junto a sus demás aliados, el Amo volvió a intervenir.
- Encontramos a vuestro "Amigo" en los los conductos exteriores, ... fue muy amable al acompañarnos sin ofrecer "demasiada" resistencia tras explicarle vuestra situación. He considerado oportuno "protegerlo" hasta vuestro regreso... retorno del que nunca he dudado.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Godric caminó en silencio, aterido de frio y con el cuerpo entumecido no sólo por las gélidas aguas, si no por los golpes de los monstruosos tentáculos que se habían empeñado en retenerlos en aquel lugar de pesadilla.
Había sido todo bastante confuso pero parecía que el definitivo sacrificio del último de los druidas había llevado a que, en su furia, aquel ser de innumerables ojos e insondable mente y locura, arrasara el lugar sobre sí mismo. Era imposible saber si había acabado consigo mismo o seguía allí, sepultado bajo toneladas de roca, esperando el momento para atacar. Quizá aquel extraño cerebro que les había encomendado aquella suicida misión pudiera sentirlo.
Rogó a Lathander que le ayudara a sanar las heridas de sus compañeros , aliviando un poco el dolor para el regreso antes de comenzarlo pero para cuando llegaron al salón de audiencias del "Amo" estaban realmente exhaustos. Sentía los brazos más largos de lo normal, de las veces que le tocaba cargar con el pesado cofre que les habían dicho rescataran de allí.
Saludó a Nadie con una inclinación de cabeza, alegrándose de ver que el leal guerrero se encontraba bien.
- Gr... - se le atragantó la lengua, la tenía hinchada, se dio cuenta de que necesitaba beber, pero carraspeó y continuó - Gracias por cuidar de él, sin duda ahora que está con nosotros nos ayudará en nuestro regreso a la superficie. - suspira y mira a sus compañeros - Encontramos el templo dedicado a una criatura de mente insondable, que parece causar mutaciones aberrantes en sus seguidores y privarles de todo raciocinio, pero conseguimos llegar, sobre todo gracias a Leobald, a la mente de uno de ellos y nos ayudó. Se desencadenó el pandemonium mientras ese ente intentaba entrar en nuestra realidad, pero finalmente todo el templo, y todos los que había dentro, colapsaron. ¿Sigues sintiendo su presencia? ¿Hemos realmente, sido partícipes de su caída y desaparición? -
PbP Character: A few ;)
Adriana intentaba despejar su mente de la nebulosa que le había invadido los últimos minutos caóticos en aquella cueva. Con el único objetivo de seguir respirando, el último resquicio de energía que le quedaba lo había invertido en agarrarse con fuerza al pelaje de Mablung, mientras la sangre abandonaba su cuerpo debido al fatal impacto.
Tras conseguir huir del terrible derrumbamiento y recibir la aliviante curación de Godric, la hechicera se tomó la libertad de descansar unos minutos más en el lomo del oso, reconfortándose con la suavidad de su pelaje, sintiéndose protegida y a salvo. Antes de desmontar, le acarició tiernamente entre las orejas y le dio un suave beso como agradecimiento.
La alta elfa atravesó las puertas del gran salón con visible pesadumbre, carcomida por un cansancio que arrastraba lánguidamente, tanto físico como mental. Escuchó pacientemente las palabras del Cerebro y las de Godric, y se sintió con la obligación moral de intervenir. No sabía en quién detectaba esa sensación de triunfo. Definitivamente, en ella no. Se sentía de todo menos triunfadora. Solo reconocer a Nadie le reportó cierto alivio.
- Me temo, Señor, que no podemos confirmar nuestro éxito en la misión. El derrumbamiento probablemente habrá dado fin a la vida de muchos de sus acólitos, pero no tenemos pruebas para asegurar que su Amo haya sido destruido; más aún, me atrevería a afirmar que, al no haberles permitido completar el ritual, se haya quedado atrapado en la más profunda oscuridad, al otro lado del velo que intentaba traspasar - Adriana suspiró, sabiendo que no eran las noticias que el Cerebro esperaba - Poco más podemos hacer ya; la entrada y la cueva han quedado derruidas e impracticables, es del todo imposible otra incursión - hizo una pausa para tomar aire, mientras jadeaba por el esfuerzo. Observó el cofre cerrado, frunciendo el ceño. Allí dentro se podían encontrar las respuestas que buscaban. Las palabras de aquellos acólitos, que había intentado ignorar, resonaron en su cabeza “la portadora”, provocando un profundo escalofrío y su silencio posterior.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
El raciocinio retornó repentinamente a TocToc mientras recorrían las cavernas hacia el cerebro. Su memoria de los acontecimientos estaba emborronada por momentos de pánico y acción irreflexiva. Miedo, olores innombrables, resplandores que no había podido percibir, tentáculos y horrores inerrables se superponían unos a otros. ¿Por qué se había obcecado con aquel cofre, por qué había puesto en peligro su vida de aquella manera can inconsciente? Echo un vistazo a la pesada carga y aunque le produzco una repulsión inicial pronto se transformó en codicia y curiosidad. Tanto esfuerzo tenía que haber valido la pena.
Tras saludar silenciosamente a Nadie intervino también ante el cerebro gigante. Sentía la necesidad de matizar las palabras y dudas de Godric y Adriana. - Lo que quieren decir mis compañeros es que si, hemos acabado con el peligro que acechaba en la gruta. Pero no, la raíz del problema está más allá de nuestras capacidades ya que lo que acechaba era un mal primigenio que si no es en tu patio trasero, surgirá en algún otro lugar. - Dijo ominosamente. - Quizás no os afecte en su siguiente manifestación, pero si al final se sale con la suya, todos caeremos ante su corrupción. - Tras una pausa acabó con palabras más ligeras. – Pero hoy vivimos otro día más y eso hay que agradecerlo.
TocToc negó con la cabeza a la sugerencia de dejar que los ratidos abriesen el cofre.
Zevatur, Rolthos
Mablung sacudió la cabeza confundido ante la muestra e afecto de la elfa y se retiro a un lado mientras retornaba a su forma élfica. Mientras sus compañeros se preparaban para la vuelta, el druida recogió los cadáveres de sus antaño compañeros y los dispuso de la mejor forma posible, al acabar realizo un breve rito por sus hermanos caídos y se dijo a si mismo que averiguaría lo que les pasó, seguramente el amo tendría respuestas a sus preguntas.
Una vez en presencia del Amo escucho a sus compañeros y añadió:- Hemos cumplido, el acceso ha sido cegado y la base desde la que operaba ese ser ha quedado reducida a escombros por lo que sea que trataba de entrar en este plano, ahora te toca contestar a nuestras preguntas, ¿que era esa cosa?¿como es posible que su influencia corruptora haya llegado tan lejos?¿ que sabes de la corrupción que afecto a los de mi orden? y ¿Cómo es posible que nadie de los de arriba se haya dado cuenta de lo que pasaba aquí abajo?
Muchas lunas hacia el pasado desde que había sentido alquel rejuveniciento y energías desatadas. Joven era entonces, vigoroso y sin la mella de una profesión exigente de profundas cicatrices donde se ve y donde no. Aquel frío sanador no parecía ejercer los mismo efectos en otras razas, a la vista, mas débiles. Las esquisitas botas de piel de serpiente también claves en la evacuación del grupo y el cofre, que a primera vista parecía escaparse de unos conocimientos que con premura decidió no desarrollar en favor de las artes del acero.
Y con gran chasco todo desapareció con aquella horrible sensación ya sufrida en el pasado junto al elfo. Aquel desfase espacio tiempo que tanto efecto tenía en ellos.. aunque no estaba convencido de encontrar relación con la piedra usada en túneles, en el puente del rey o bajo Ghostfinger. Quizá toda aquella caverna era la roca madre de donde se obtuvieron los materiales para todo ello. Se lamento de ocurriera todo bajo piedra y no fuera para confirmar sus sospechas con el tiempo transcurrido para propios y para ajenos. -Esta sensación ya la vivimos bajo tierra, en los túneles con irreconocibles constelaciones.
-El cofre no se aleja de nosotros- dando tiempo y diálogo a sus compañeros mientras el cruzaba saludo y respetos con Nadie.- ¿Tan solo urge saber cuanto tiempo ha transcurrido desde nuestra partida?- esperando respuesta ya fuera del anaranjado mercenario con cerebro dentro o al ser con el cerebro por fuera..
Leobald siguió a sus compañeros en silencio por las cámara del reino de los olvidados. Durante el encuentro con el cerebro simplemente se mantuvo cerca de Toctoc y el cofre. Lo que fuera que contenía no podía volver a caer en malas manos. Lo que acababan de contemplar era muy preocupante. Lo que miraba al otro lado del muros de ojos, ese mal profundo y antiguo, que pulsaba por entrar en este mundo, era ahora su principal preocupación. Para él, el asunto estaba lejos de haber sido enterrado como decía TocToc.
Miró a sus compañeros y a Nadie. Todos parecían atentos a gran cerebro. Habían cumplido, cuanto antes recuperarán su libertad lejos de allí, mejor. Algo le decía que no podían confiar en aquella víscera de pasado dudoso. Dado que sus compañeros tenían más ganas que hablar y sus mismas inquietudes, les dejó hacer. Asintió a Khalion coincidiendo en que lo mejor sería no separarse del cofre hasta conocer su contenido. No se fiaba en absoluto de su anfitrión.
—Además de saber lo que sepan sobre el mal del templo, necesitamos saber como encontrar a la Madre Cuervo, recuerda —susurró a la elfa.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Pacientemente, el Amo escuchó las palabras del joven sacerdote, que se había adelantado a sus demás compañeros, quizás con el afán de ser más conciliador y diplomático con un más que ganado aliado. Mientras éste hablaba, una viscosa presencia ya familiar parecía hurgar en su cabeza, cual termita en un tronco de madera fresca, buscando imágenes y recuerdos de aquel encuentro que Godric describía. El agotamiento, y su perdido asalto mental con el cerebro, en lo que habían sido horas ¿días? antes, facilitaban que el aquel órgano sin cuerpo se deslizara con facilidad entre sus pensamientos y memorias cercanas de una manera bastante intrusiva.
- Entiendo... el maldito Krell Grohlg andaba y buscaba algo más allí abajo, y parece que lo encontró... ese templo ... veo que lo habéis destruido... quizás haya sido lo mejor para todos, especialmente para la seguridad de mi pueblo, ese lugar siempre había supurado maldad, como una herida abierta e infectada.
Sin embargo, las palabras del Amo, resonaron en las cabezas de todos no solo con cierto alivio, ... sino con una curiosidad exacerbada... casi rozando una ansiedad patológica por el conocimiento ahora perdido y enterrado para siempre, aunque ese conocimiento fuese de un origen más que abominable.
La intervención de Adriana fue acompañada por la misma sensación larvaria de intrusión en su mente... algo que para todos los demás era exasperadamente molesto, para ella parecía algo natural, casi como que abrirle las puertas de su cabeza, fuera la decisión más razonable en ese momento.
- El ritual ... entiendo ... parece algo que encontró y aprendió allí abajo, y no algo que trajese consigo mismo, junto al resto de la tripulación del Emperador de las Olas... curioso como pudo acabar ese navío allí, su dueño, Gellan Primewater, estará muy agradecido de conocer cual fue el destino de uno de sus más importantes recursos... lástima que esa información nunca vaya a llegarle, sería un drama si decidiera mandar expediciones aquí abajo para intentar rescatar cualquier cosa que considerara de valor para él... como las que pudieran contener esa caja fuerte que habéis traído con vosotros...
La sutil sugerencia del Amo, rozaba la delgada linea entre lo amable y una orden directa... dándoles a entender a todos los allí presentes, y que fueran capaces de escucharle, lo que no deberían hacer si querían mantener su alianza con él.
Las anotaciones que añadió TocToc fueron escuchadas con el mismo interés dedicado a todos los demás, pero en este caso, el Amo no pareció estar interesado en hacer su habitual contacto mental, al parecer ya había recogido todo lo que necesitaba saber o ver de sus anteriores compañeros.
- Si ese ente aparece en otro lugar, espero que sea muy lejos de aquí, y ya no será problema nuestro nunca más... sino de otros. Haber anulado su intento de acceder a través de mi "Patio Trasero" nos ha dejado en deuda con vosotros, y creedme, que mi gente sabe pagar bien sus deudas... dentro de nuestros humildes recursos por supuesto. Por cierto, tres días habéis estado fuera... si... os dimos por muertos, o algo peor...
Ante la directa y franca contestación del aasimar enmascarado en relación al destino del cofre blindado, el Amo no pareció disentir ni poner ninguna traba, Al contrario, en un amable gesto ofreció a sus mejores ingenieros al servició de los "Agentes" si estos finalmente los requerían para abrirla. Sin embargo, la abrumadora ráfaga de preguntas que pronto lanzó, en una rápida candencia, el hasta entonces distante druida, pareció coger con cierta sorpresa al ente que dirigía a la facción de los Descarriados.
Intentando poner orden en el caos de interrogantes que le iban lloviendo, el Amo intentó esclarecer parte de las dudas de Mablung.
- No sé que es esa cosa, ni siquiera sabía hasta ahora que habitaba o lo que fuera que hiciera allí abajo, yo sólo conocía la presencia del druida caído, que era el origen de todos los problemas para mi pueblo... era el que mutaba y torturaba a mi gente, y ahora veo que tenía ayuda o "inspiración" de alguien o algo más... En cuanto a su influencia, parecía bastante acotada a ese templo y sus alrededores, aunque he de reconocer que ahora que he "visto" y sabido de su existencia, he sentido su "energía" o "poder" más allá... por los pasillos prohibidos, e incluso traspasando como un cáncer las diferentes capas del subsuelo, alcanzando quizás algunas partes de la misma ciudad de Saltmarsh... quien sabe que efecto podría tener esa "influencia", aunque afortunadamente parece que la habéis cortado, al menos de momento. Entiendo que esa corrupción que manaba del templo fue lo que afectó a los supervivientes de tu orden tras la Gran Purga... un horrible destino para los refugiados que evitaron inicialmente la masacre de Dreadwood. En cuanto a porqué los habitantes de la superficie no se dan cuenta de lo que pasa aquí abajo es porque yo y los míos nos encargamos con tremenda eficacia que eso no ocurra.
Mablung no pudo evitar como el Amo había usado el orden en su última frase, colocándose, quizás inconscientemente él como el primero en importancia en su corta lista de participantes... "Yo y los míos".
-Ah Madre Cuervo ... si esa vieja y malnacida bruja ... bastarda del bosque y los engendros que ahora lo habitan, eso es lo que dicen los rumores en los callejones y mercados de la angosta urbe que se yergue sobre nosotros - De algún modo, el Amo había escuchado las palabras de Leobald, y su contestación resonó una vez más en las cabezas de todos, menos en la del paladín, que seguía ajeno a todo lo que la flotante víscera pensante narraba. - Se mudó hace tiempo a los lindes septentrionales de Dreadwood, y de algún modo allí sobrevive a sus horrores, lejos de esta ciudad maldita, y de las gentes que encuentras regocijo y gozo y abusar y maltratar a los que son "diferentes" como nosotros... Hubo una vez en que Madre Cuervo convivió con nosotros, como parte de los Descarriados... pero su caminó le llevó lejos, bajo las retorcidas ramas de árboles de hojas negras, donde la fronda y las enfermizas copas no dejan ver el cielo... en Dreadwood. Afortunadamente seguimos teniendo muy buen trato con ella, y uno de mis exploradores puede guiaros o haceros un mapa para llegar hasta ella, lo que prefiráis...
Por primera ver, el anaranjado Hobgobling que había permanecido en silencio en todo momento hasta ahora, intervino bruscamente.
- No hace falta, yo sé donde se encuentra... no lo había asociado hasta ahora.
Tras una leve pausa el Amo cambió su actitud escolástica por una más de afín a la de un anfitrión dedicado y se dispuso a ofrecer diversas alternativas para el descanso.
- Permitidme ordenar que os acompañen a algunos camastros para que descanséis, lo tenéis bien merecido, y aunque este lugar no tiene muchas zonas privadas, pero podemos llevaros a las zonas más tranquilas y alejadas, con suerte los colchones de paja vieja no contengan demasiadas pulgas y garrapatas... o también podemos escoltaros hasta la salida más próxima a vuestra amada posada, podemos ayudaros a transportar vuestro preciado y bien ganado tesoro hasta la superficie. Vosotros decidís.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Adriana sintió cierto alivio al comprobar la satisfacción del señor cerebro por el desenlace en la caverna y, como bien había prometido, les ofreció la información que les había llevado hasta allí. Suspirando tristemente, no pudo evitar hacer mención a los gemelos y su terrible final.
- Desgraciadamente, también nos topamos con Adklo, que ha sido absorbido por el lado oscuro y convertido en uno de los súbditos de ese ser del inframundo. Me temo que no hay más remedio que perder toda esperanza en su recuperación y asumir entonces, como bien señaló usted, la fatídica muerte de Adso - la alta elfa esperaba una nueva confirmación, resistiéndose a aceptar que el joven ya no estuviera entre los vivos.
- Han pasado tres días… - susurró, desorientada; por el cansancio físico que atenazaba cada poro de su piel, bien podía haber pasado una semana - Debemos apresurarnos lo más posible - comentó, inquieta - agradecemos su hospitalidad y créame que muchos de nosotros descansaríamos sin dudarlo en este instante, pero me temo que otras cuestiones urgentes nos aguardan en la superficie, y quién sabe si no será ya demasiado tarde para alguna de ellas -
Entre tanto, Llagas y Betty se removían inquietas en sus bolsillos, asomando la cabeza y olfateando el ambiente. Adriana las ayudó a salir y las depositó en el suelo. Agachándose a su altura, las acarició con cariño.
- Queridas, es hora de volver al exterior. Sé que este es vuestro hogar y entendería que prefiriérais quedaros aquí. La decisión es vuestra, yo estaré encantada de que me acompañéis allá donde vaya, siempre y cuando vuestro Amo esté de acuerdo, por supuesto- y esperó pacientemente a que las ratitas eligieran su destino.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
"Gellan Primewater" Repitió para sí mismo el agotado hombre cuervo. Aunque estaba acostumbrada a ella, la maldición de su raza se le hizo manifiesta la sentir la incapacidad de pronunciar el nombre en voz alta; las palabras mentales del cerebro eran claras y sin embargo no podía repetirlas.
La asociación de los contenidos del cofre con el nombre seguro que abría más interrogantes o cerraba más cabos sueltos. Y podía sentir la curiosidad del engendro al ofrecerse a abrir el cofre. Bueno, pues no había prisa y si la información le resultaba de utilidad, quizás podrían comerciar con ella más adelante. Así negó con la cabeza a la idea de dejar que les ayudase a abrir el cofre. - Con ayudarnos a transportarlo a la superficie será suficiente. Y si, debemos partir de inmediato, creo que hemos estado demasiado tiempo aquí. - Una vez mas habia muchos datos que asimilar y preferia poner en orden sus ideas fuera de aquel lugar donde no habia ni intimidad en el pensamiento.
Zevatur, Rolthos
Es curioso como la mente a veces se preocupa de cosas triviales cuando hay tantas cosas trascendentales en movimiento. Godric no habló pero recogió de nuevo su equipo para partir. No podía dejar de pensar en la comida que posiblemente se habría estropeado en aquellos tres días. Había reservado una carne para hacer un estofado que habría que tirar, y se preguntaba qué otra cosa podría preparar para sus cansados amigos. Quizá los huevos aún fueran buenos y pudiera prepararles una buena tortilla de espárragos y queso, si es que los espárragos seguían estando frescos claro.
PbP Character: A few ;)
El Amo pareció agitarse dentro de su prisión amniótica al escuchar, o más bien percibir, los interrogantes que se dibujaban en la mente de Adriana, que de algún modo era capaz de trasmitir a todos sus compañeros... salvo al ya mencionado paladín.
- En efecto estás en lo cierto Alta Elfa, hija de Laril y de Aeron de los bosques, hija de la luz - su visceral interlocutor volvió a pausar su discurso, quizás para marcar más cierto dramatismo al como se había referido a ella, o quizás para deslizarse aún más profundamente en sus recuerdos y pensamientos - Adso está muerto, y Adklo más que perdido, pero recuerda que por desgracia en este mundo hay destinos peores que la misma muerte... y me temo que ambos mellizos han recorrido ese camino en este momento... cada uno a su manera.
Tras emitir un extraño lamento, que más se parecía a una inquietante sensación que todos sufrieron cerca de la base de su cráneo, el Amo prosiguió, reiterando su afirmación. Pero antes, observó en silencio el curioso ritual que la elfa de cabello rojizo realizaba con sus dos diminutos compañeros de aventuras, libres ahora de cualquier pústula y enfermedad. Las pequeñas, una vez depositadas en el suelo, dieron varias vueltas sobre sí mismas como buscando algo de orientación mientras olisqueaban el aire, y a los pocos segundos ambas se quedaron mirando fijamente al Cerebro que había sido su guía hasta ese momento.
Si hubo alguna conversación o intercambio de información de algún tipo entre ellos, eso quedaría para siempre sin conocer, pero tras una espera de no más de dos minutos, ambas criaturas volvieron correteando hasta las piernas de Adriana, intentando subir ágilmente por ellas hasta su cálidos bolsillos mientras no dejaba de chasquear sus bocas emitiendo ciertos sonidos... ¿"alegres"?
- Si, en efecto, tres días, ... - el Amo interrumpió la escena cortantemente para proseguir con una confesión inusitada - la maldita caza a la que el gremio de vuestro compañero enmascarado pertenece, está a punto de terminar, y muchos hermanos, vivirán otro año más para contarlo, ... me alegro de que esa horrible y despiadada tradición, por llamarlo de algún modo, llegue a su fin... Que paradójico que su mayor contendiente, Chak, sea al mismo tiempo cazador y víctima... aunque casi nadie sepa esto último, puesto que él guarda también a su mellizo a buen recaudo, escondido y oculto, para la mayoría de los ojos, pero no para los de las ratas y alimañas que se arrastran entre la basura y la inmundicia, a las que nadie presta atención... ¿Qué podría pasar si alguien descubriera su tan guardado secreto? ¿Y en que remota abadía cerca de Silverstrand su consanguineo habita? Sería todo un golpe de efecto que podría cambiarlo todo... ¿No es cierto Khalion del Oeste?
La suscita intención del Amo ante tal revelación tan poco sutil y gratuita a los allí presentes, parecía llena de un propósito, quizás un encargo no directamente declarado que podría acarrear una justicia vengativa detrás... en cualquier caso, eso quedaría expuesto a la libre interpretación de los Agentes de Bastianes. Mientras tanto, el mentalista anfitrión del reino de los descarriados prosiguió su cordial charla, aceptando la frugal despedida de sus improvisados huéspedes.
- No hay problema, mis hombres más fuertes os aligerarán el peso de esa carga durante vuestro regreso a la superficie... partir ahora, y descansar, sin duda navegar en este mar de tribulaciones que es Saltmarsh requiere descanso para poder mantenerse alerta.
Sin mediar más palabras, un par de hombres rata de un tamaño parecido al de un ogro, y de músculos extremadamente exagerados, hasta el punto de rozar la malformación, asieron la pesada caja metálica apartando con cierta delicadeza a TocToc para que no les estorbara. Viéndolos trabajar, parecía como si ese tesoro apenas pesara más que un montón de viejos pergaminos. Con una señal de su mano, uno de los medio gigantes de hocico pronunciado y ojos hundidos, indicó a todos los allí presentes que les siguieran.
Podéis seguir roleando, por supuesto, pero no hay ningún encuentro especial a la vuelta, y los hombres rata súper mazados os ayudan en todo momento sin pretender quitaros nada. Es más, mantienen una conversación bastante amigable en todo momento que incluso usa palabras y modos que denotan cierta cultura, al contrario de lo que se podría adivinar de sus ciclados cuerpos.
En cuanto descanséis en la posada (o donde lo decidáis) sentís que habéis aprendido mucho de todo lo ocurrido y que parte de vuestros poderes interiores, tanto benignos (casi nadie) como malignos (casi todos) despiertan un poco más... [Subís un nivel]
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Antes de irse, Mablug se dirigió hacia el cerebro y dijo:- Me gustaría saber si mas de los míos escaparon del ataque de los alquimista y donde podrían estar, se que es difícil, pero tu red de informantes parece...bastante buena.
- Por otro lado estaría bien tener alguna forma ágil de ponernos en contacto contigo, algo que no implique tener que venir hasta aquí.-
-Fuese cual fuese el acuerdo que tenias con Fenrir, por mi parte se mantiene, solo pido discreción si tus "hombres" se pasan por el círculo-
Tras lo cual abandono la sala siguiendo a sus compañeros
Un ojo en el cofre y otro en viscosa entidad del lider bajo tierra que desvelaba misterio tras misterio hasta que atrajo toda la atención del enmascarado aasimar. Cuestión aclarada de la no participación de Chak en semejante mosntruosidad de competición asesina. Aliviaba someramente el fallo en la palabra dada a Adso cuando su único protector se convirtió en la masa de gusanos que casi les lleva a la muerte. Un hermano muerto y el otro convertido en heraldo de un horror de las profundidades consumaban un rotundo fracaso.
-Miles de ojos, diminutos y fugitivos sobre un pueblo corrupto y enfermo. Enorme conocimiento como enorme fue la destrucción de ese templo de las profundidades.. convencido que esas minúsculos ojillos de roedor han visto mas y mas gemelos de especial naturaleza.. ¿cuantos puedo encontrar antes de su caída en manos de aberraciones como la de abajo?
A mas pausado, mas preguntas venían a su cabeza.- EL tiempo discurre distinto allí donde encontramos la roca y las constelaciones en sus paredes.. y efectos indeseables que provoca esa misma piedra bajo Ghostfinger y sobre el puente del rey.. ¿Por qué?.. Y como podemos evitar desorientarnos y movernos en los túneles que hay bajo este pueblo?
El recuerdo cercano de como habían llegado a "La Cabra de Mimbre", aun flotaba mezclado con la onírica experiencia cercana al templo. Los asalta-cloacas, como se hacían llamar los dos inmensos rátidos que les habían escoltado hasta la superficie, les guiaron hasta un desagüe estratégicamente cercano a los barracones que obraban también como prisión de la guardia de Saltmarsh, donde el reino de Kradokk era absoluto... ¿O no tanto? ... Las confesiones de los capas grises habían detallado tramas subyacentes que podrían poner en peligro la estabilidad de la fuerza militar que sustentaba a la Corona en la región, aunque esa información, parecía haberse evaporado de las mentes de los Agentes tan rápidamente como llegó.
De igual manera, las verjas por donde se filtraba el agua sucia de lluvia, arrastrando todas las inmundicias de las calles como unas cascada maloliente, se podían retirar fácilmente si alguien sabía como desplazarlas y donde ejercer la fuerza. La apertura fue lo suficientemente ancha para que todos pudieran salir con cierta comodidad, sin ser empapados demasiado por el torrente que caía con fuerza a través de ella. Y junto a ellos, la pesada caja fuerte encontró un nuevo lugar donde reposar, ahora en la superficie, cerrada y guardando sus secretos, quizás para siempre.
Ambos súbditos del Amo, se negaron a aproximarse siquiera a la salida, simplemente les desearon suerte a sus extraños y nuevos aliados antes de desaparecer de nuevo en las sombras, ágiles para su tamaño, pero sobre todo, inteligentes para sus músculos.
Mucho antes, en el recuerdo de Mablung, aún resonaban las últimas palabras de líder de Los Descarriados ante su última pregunta...
- Mi red pierde eficacia más allá de los muros de esta ciudad... somos muy buenos trabajando dentro, pero muy poco efectivos si nos alejamos... Mi gente... no se debe alejar demasiado de mi... o perderían parte de su... capacidad cognitiva... En cualquier caso, si ha habido rumores de supervivientes, aunque esas historias son dispersas y muy poco fiables. Se comenta que muy pocos consiguieron evitar la ira de "mi gente", pero los que lo hicieron, se dirigieron hacia Burle para buscar refugio y pedir refuerzos... Aunque no sé si eso se llevó a cabo de verdad, puesto que no hay noticias de que ningún efectivo del Enclave, ni la misma Kiara que lo dirige, entrara en conflicto. Lo mismo ocurrió con el Pacto de la Llama Salvaje... ese tratado entre elfos eladrín de Silverstand, ancestros arbóreos y ... Ghostfinger para defender Dreadwood... ¿sería curioso lo que Bastianes oculta al respecto?
La mención del Alto Comandante de la Corona en la región y su posible inactividad ante la pasada masacre, levantaba ampollas en la castigada alma del druida. Aunque quizás la relación comercial que mantenía con los Alquimistas, para mantener la fantasmal llama del faro siempre encendida gracias a sus aceites, podría estar relacionada.
- En cuanto a como comunicaros conmigo, sólo tenéis que enviar a una de las nuevas amigas de Lady Adriana cerca de una entrada a cualquier sistema de drenaje de la ciudad, ... ellas nos avisaran y nosotros nos pondremos en contacto con vosotros... Y puedes estar tranquilo acerca de nuestra presencia en el círculo, no solemos pisar la superficie, al menos no durante el día, salvo excepciones muy urgentes, y la zona del bosquecillo de Fenrir no suele estar entre nuestros lugares de interés.
Khalion se había adelantado también para dirigir unas últimas cuestiones al Amo, éste pareció molesto ante esa pregunta, pero no con el enmascarado en sí por hacerla, sino consigo mismo por no conocer la respuesta.
- No sé el porqué, y ojalá tuviera mi cuerpo y mi laboratorio aquí para poder comenzar una investigación exhaustiva... esa roca y lo que se construye con ella, no parece de este mundo, quizás de origen meteórico, o de otro plano... uno del que apenas sabemos nada... la mejor manera de evitar esos deslices temporales o desorientaciones, es no pasar por ellas... rehuidlas como hacemos nosotros. Son zonas prohibidas para nuestra gente... y no sólo por los efectos extraños que se producen cuando caminas por ellas, sino también por lo que te puedes encontrar en esos lugares, ... quizás si existiera algún modo de traer mis antiguos estudios y aperos alquímicos podría extraer algo más de información acerca de su origen.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
El salón de la posada les recibió con calidez, puesto que la chimenea estaba encendida, por los restos de madera a medio quemar y densidad de las cenizas, quizás desde hacía un par de horas, como si alguien estuviera preparando su llegada sin rendirse a darlos por perdidos, o como desertores.
Sobre una de las mesas centrales, el número exacto de invitaciones coincidente con el número de Agentes oficiales, reposaban esperando a ser encontradas. Al parecer ni "Nadie" ni "Ostor" tenían una con su nombre escrito al dorso, lo que ofendió al pequeño diablillo ligeramente... murmurando en alto algo acerca de que él iría igualmente. El hobgoblin sin embargo, parecía aliviado de poder evitar ese tipo de reuniones sociales y baldías que no le aportaban nada, salvo nauseas y deseos de decapitar a la mitad de los asistentes. Aunque tampoco expresó demasiado su opinión al respecto.
Todo parecía limpio, ordenado y en silencio... salvo por el crepitar de las llamas y el relajante sonido de la lluvia contras los vidrios de las ventanas.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Mablung observo las invitaciones y tras abrir una y leerla, dijo: - Asi que ahora quieren que vayamos como buenas mascotas a lamer las botas de los "lores" de la ciudad, por mi se pueden ir al infierno y si Ostor quiere puede ir en mi lugar.Tengo cosas mejores que hacer que perder el tiempo en una fiesta-
-Han sido tres dias duros, estare en el circulo si me necesitais. Volvere al amanecer-
Tras esperar por si alguno de sus compañeros decia algo, el druida dejo la posada y emprendio el camino hacia la foresta.