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La mañana por seguro aclararía muchos líos de nombres, pero la incógnita se alejaba presta mas allá del linde. La descripción de la daga mas que aportar luz, mas tinieblas arremolinaba sobre aquella hacienda y sus moradores. Khalion aguardó impasible a que el tipo del sombrero se alejara lo suficiente como para perderse de vista. A distancia suficiente, rozando el alcance de su inhumana visión, el aasimar inició su particular persecución. Bien protegido a capa y nocturnidad avanzó con la discreción de su oficio, sorprendido por la curiosidad que le provocaba y que en otro momento nunca le hubiera tentado de aquella manera.
-Pequeño amigo- le dijo a toc toc- estaré de vuelta para la cena.. y si no, te nombre heredero de mis pertenencias, podrás guardar las cosas brillantes en tu nido.. Que momento para que un muerto pierda su cara.. no?
Stealth: 16
Perception: 20
Sin mas, se adentró allende los lindes con mas incógnitas a cada momento que pasaba.
Leobald se sacudió el agua de encima y admiró el gran salón con el fuego encendido y las escalinatas que llevaban al piso superior. Apreció lo acogedor que era la sala a pesar de su amplitud. Dejó su escudo junto a la puerta. La pintura del caballero, probablemente un Dragón Purpura, llamó su atención y se acercó a ella pausadamente hasta detenerse a un par de pasos de distancia. Observó la obra con deleite y las manos a la espalda. Era un buen trabajo aunque era difícil saber el autor por la pincelada. Una vez observado con ojo crítico, acercó su nariz al lienzo en busca de firmas del autor o leyendas del mecenas retratado, seguramente dueño original de la mansión. Realmente la espada parecía característica.
Al volverse a sus compañeros de nuevo vio la vieja armadura completa. Se acercó a examinarla y cerciorarse de en qué condiciones se encontraba y si alguna parte de ella era aprovechable a pesar de su estado de abandono. Las palabras de aquel hombre del sombrero resonaban en su cabeza. No podían bajar la guardia, necesitaban estar preparados para un ataque. Observó las piezas sin tocarlas, con sumo respeto. Buscó también grabados de herrero o de su propietario. En ocasiones, algunos caballeros mandaban grabar sus iniciales en la coraza.
A pesar de oír ruidos tras una de las puertas esperó a que volviera su anfitrión. Andar por la casa sin más habría sido descortés. Paseó su mirada por balustrada del piso superior en busca de miradas indiscretas. Se detuvo también a admirar el resto de la mampostería y el artesonado del techo.
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[Exterior de la casa, antes de entrar]
TocToc negó con la cabeza al hombre de la mascara - No separemos el grupo. - Dijo dando a entender que era una mala idea. Pero después, antes de adentrarse en la casa en un susurro para si mismo re-pronuncio las palabras de Khalion "heredero de mis pertenencias" .
[Interior de la casa, con el cadaver de Colton]
Tras la explicación de Elias y los torpes gestos de Godric, el hombre cuervo cayó en su error - No lo había entendido. Disculpas. - Dijo con un leve tono de empatía y reconsiderando sus sospechas.
Si el trabajo había sido encargado por el mismo Colton, quizás el trabajo no había sido el ataque de los bugbears. Quizás ese ataque había sido tan solo una casualidad. Tal vez las ovejas eran una estratagema para que Elias abandonase su rebaño y los bandidos pudiesen atacar la propiedad de Elias. Faltaban pruebas e indicios. Con unas preguntas dirigidas a aclarar más puntos oscuros se inclinó sobre el cadáver.
- Si Colton contrató a tan sospechoso personaje, quizás en su posesión encontremos algo que nos de algún indicio de lo que pasó. - Dice mientras le registra enfrente del Elias y Godric, dejando claro que no le está robando.
- Haríamos bien en registrar la estancia de Colton y ver si tiene preparado el pago de esas 300 monedas de oro. Y harías bien en revisar tu rebaño, inmediatamente, no sea que el encargo supusiese algún perjuicio para tu propiedad.
-No os engañéis, somos tipos peligrosos, pero está está vez solo queremos cenar y descansar,- tras lo cual oyó la voz de la elfa.-Voy a ver qué quiere la dama del grupo- dijo con cierta sorna.
Salió de la cocina y dijo a Adriana:- Nos van a preparar la cena, mientras en el sótano hay unas termas para asearse, voy a bajar -.Tras lo cual se percató de que no tenía ni idea de dónde estaban las escaleras al sótano, así que volvió a la cocina a preguntar a las extrañas cocineras por las indicaciones para llegar y así evitarse el paseo por toda la casa.
El joven humano agradeció la ayuda de la elfa para levantarse del barro. Estaba exhausto, pero decidido a cumplir su promesa.
[En el interor]
Godric enrojeció bajo la capa de barro que le cubría el rostro ante las palabras de Elías.
- Mi buen Elías... yo... - suspiró, encontró fuerzas de donde no las había - yo ya no soy sacerdote - su mano tocó inconscientemente el símbolo de Lathander quemado en su pechera. - Aunque conozco los ritos y las palabras adecuadas para la ceremonia, yo pertenecía a la iglesia de Lathander, no de Tyr. Agradezco tus amables palabras pero temo que mi intervención ofendería a los dioses más que ayudar al alma de Colton a encontrar el camino a los brazos de su dios. - de repente algo que se le había escapado se le ocurre - ¿Cómo sabes que era sacerdote? - le pregunta algo extrañado.
Cuando Toc-Toc sugirió rebuscar en el cuerpo del caído pastor intentó detener su entusiasmo.
- Tengo que preparar el cuerpo Toc-Toc. Desnudarlo, lavarlo y amortajarlo convenientemente. Si hay algo que sea de interés para Elías o la Comunidad sin duda aparecerá en ese momento. -
Miró el improvisado altar de piedra y se le hizo tan grande como las altas cumbres de las Stormholds. Con extrema dificultad, y aunque casi se le cae dos veces, utilizando la casi destruida por el viaje camilla, consiguió tumbar el cadaver del pastor en el altar. Con la cabeza apoyada en la fría piedra, y resoplando de cansancio elevó una pequeña plegaria a Lathander de agradecimiento por haber dejado que cumpliera su palabra y dedicó unas palabras a Tyr pidiendo disculpas por usar su altar de aquella manera. No pensó realmente en ello, fue sólo la fuerza de la costumbre y su agotado cerebro olvidó que sus pecados no le hacían digno de dirigirse a los dioses.
Se incorporó y le dijo al pastor.
- Elías, si pudieras traer agua y una sábana me gustaría dejarlo preparado para cuando el resto vengan a verlo. Toc-Toc, ayúdame a desnudarlo. No temas - añadió para tranquilar al pastor - todo lo que encuentre te será entregado para su familia o para inspección por parte de La Comunidad.
TocToc-TocToc escuchó con sorpresa e incomprensión las indignadas palabras de Elias. Le miró unos breves instantes ladeando la cabeza. ¿Mancillar el cadáver? Este humano no tenia ni idea de lo que hablaba, mancillar el cadáver... El enfado hizo que un leve, casi imperceptible gruñido, saliese de su entrecerrado pico. Se lo merecía por intentar ayudar cuando no se lo habían pedido. Allá Elias y allá sus problemas. Abrió el pico para contestar a Elias, pero antes de poder hablar Godric pidió su ayuda... La parte más hiriente de la tensión causada por la ofensa de Elias se desvaneció ante la petición de uno de los compañeros de incipiente bandada.
- Te ayudo si Elias quiere. Pero los problemas de Elias con los bandidos no nos atañen. Son sus problemas.
Adriana dudó unos segundos ante las palabras de Mablung. Nadie había acudido a recibirlos y se sentía incómoda paseando por aquella mansión y utilizando sus instalaciones sin siquiera presentarse a sus moradores. Pero tampoco le pareció adecuado entrar en la cocina con aquellas pintas donde seguramente las mujeres se afanaban en sus quehaceres.
El tiempo que tardó el druida en volver con indicaciones precisas fue el suficiente para decidir saltarse el protocolo de las presentaciones y acompañarle hacia el sótano. Un baño de aguas termales era mucho más tentador que un cubo de agua fría y recordaba muy lejana, como si hubiera ocurrido en otra vida, la última vez que había tenido una oportunidad como aquella.
Depositó las botas y la capa empapadas en un rincón cercano a la puerta de entrada para evitar extender la suciedad y cargó con el resto de sus pertenencias, dispuesta a seguir al elfo por el interior de la casa.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Las cocineras dieron las indicaciones al druida sin problema alguno, pero no se quedaron paradas mientras se iba sin más, sus cabezas se asomaron para vislumbrar a los recién llegados. Cuando vieron entrar a Elías, parecieron tranquilizarse, pero el asunto de la camilla les pasó factura en su estado anímico, aún así, se volvieron a la cocina sin hacer más preguntas con un gesto apenado en sus caras.
Mientras Leobald escudriñaba las diferentes partes del gran salón, Mablung y Adriana se dirigieron por el pasillo que habían seguido previamente sus otros compañeros con la camilla sobre la que yacía el amigo caído de Elías. Mientras avanzaban, se dieron cuenta que las ventanas que iban sucediéndose a su derecha cada ciertos metros estaban bien selladas, y no dejaban entrar nada del viento o la arreciante lluvia nocturna. De vez en cuando un sonoro trueno danzaba con su compañera de baile, el relámpago, iluminando tenebrosamente su recorrido por unos instantes. No tardaron en llegar a la sala que finalizaba su trayectoria por el pasillo donde se encontraron hablando con cierto nivel de incomodidad a Elías, TocToc y Godric. Pudieron visualizar los enseres que había formado parte del altar a Tyr cuidadosamente colocados en el suelo al lado del ara donde reposaba el cuerpo cubierto del otro pastor.
En ese momento Elías estaba contestando a Godric y al simpático kenku, que a su vez, parecía algo contrariado.
- ... No es la primera vez que nos vemos ... Godric, aunque tu no lo recuerdes. Será mejor... que vaya a por el agua y una sábana limpia... si me disculpáis. Señor cuervo-hombre puedes ayudar al sacerdote, no me importa... siento si os he ofendido con mis palabras o actitud, mis problemas a partir de ahora son sólo míos, no pretendía arrastraros a ese desagradable encuentro... ni siquiera entiendo que ha pasado aún.
El pastor volvió sobre sus pasos hacía el pasillo, cruzándose con ambos elfos y saludando con una leve inclinación de cabeza pero sin mediar más palabras.
[En el sótano]
Las escalera que empezaban anchas y bajando desde la sagrada habitación que hacía de improvisado velatorio, terminaban de una manera más angosta, rodeada de paredes recias y bien construidas. Éstas se enraizaban en la base de la mansión dando paso tras algún giro a una gran sala, enorme, cubierta en su mayoría con baldas y estanterías de gran altura. La humedad y un penetrante olor a queso curándose lo invadió todo... antes de avanzar cogieron una de las lámparas de aceite que estaban situadas estratégicamente sobre una mesita a los pies de las escaleras , desde allí podían ver todo tipo de quesos con estilos y formas diferentes, hechos con leche de oveja, y con un aspecto mucho mejor que lo que dejaba adivinar el hedor que desprendían algunos. La sala era espaciosa, probablemente ocupaba toda la planta entera o más, y al final de ésta, siguiendo las indicaciones, pudieron encontrar una puerta con un símbolo grabado en la madera que la componía, un río y unas rocas.
La puerta estaba abierta y al entrar descubrieron otra gran sala, una corriente subterránea la atravesada, y había sido ingeniosamente desviada para ir llenando varias piscinas cuadradas de diferentes tamaños escavadas y construidas sobre la roca madre, todas interconectadas por canales que hacían fluir el agua entre ellas. El calor subió varios grados dentro, y el vapor que emanaba de las superficies acuosas daba a entender que podrían estar muy calientes. En un lateral, casi pegada a la entrada había varias estanterías vacías con la excepción de algunos jabones caseros elaborados con hierbas aromáticas incrustadas en su interior.Las baldas, curiosamente, a pesar de estar hechas con maderas nobles, no se había podrido o degradado con la humedad o el calor. Había varias antorchas apagadas a lo largo de la estancia, y para poder disfrutar de un relajante baño, había que encenderlas o la oscuridad lo invadiría todo en cuanto apagaran las lámparas de aceite . La mejor parte era que desde esta sala, y con la puerta cerrada tras de sí, el olor a queso desaparecía completamente.
El exhausto Godric parpadeó varias veces ante las palabras y repentina familiaridad del pastor. Toc-toc, y los recién llegados, pudieron ver que volvía a enrojecer de vergüenza.
- Tienes que disculparme mi buen Elías, no lo recuerdo. Quizá mas tarde podamos hablar de ello. - cuando el pastor indicó que se iba a por una sábana limpia el excomulgado sacerdote vio una salida a su incómoda situación - sí sí, ve. Nosotros iremos preparando el cuerpo... -
Cuando hubo abandonado la sala Godric habló a Toc-Toc,intentando sin mucho éxito, controlar el temblor de sus manos debido al frío, la humedad y el cansancio.
- No se lo tomes a mal Toc-Toc, está herido, cansado y ha perdido a su amigo, seguro que no pretendía ofenderte. Ven, ayúdame por favor, no creo que pueda ni girarlo para sacar mi manta. Intentaremos dejar cubierta la horrible herida del rostro para cuando vuelva Elías ¿vale? y puedes examinar todas sus ropas en cuanto se las quitemos. Quizá haya una nota o carta que pueda ayudar a Elías y la Comunidad, como él la llama, a averiguar qué asuntos se trae ese extraño individuo. No sé a ti, pero a mi me ha parecido bastante intimidante y peligroso... -
Parece que Godric intenta hablar para no caer dormido en mitad de la tarea.
TocToc vio como el pastor desaparecía por la puerta con la excusa de ir a buscar una sabana, posiblemente se dirigía a la habitación de Colton a borrar posibles pruebas del extraño complot en el que estaban enredados, pero ya no era su problema. Cuando Goldric le habló, le miró ladeando la cabeza, dudando. Pero la devoción del clérigo pareció conmover algo en su interior y asintió. Sus manos manejaron el cuerpo con la facilidad de quien lo ha hecho cientos de veces, cargando el peso con destreza, quitándole la ropa con rapidez y todo con exquisito cuidado para no dañar el cadáver.
- No se lo tomo a mal, pero ahora sus problemas son suyos. - Dijo ignorando las ropas apiladas en una esquina.
- Quien sabe amigo mío- dijo sin pensar, agradecido por la ayuda que le estaba prestando. Las manos del clérigo comenzaban a temblar por el cansancio, el frío y la humedad - quizá si unos bandoleros están causando problemas por aquí, sean también los responsables de que el aceite no haya llegado a Ghostfinger. No estamos tan lejos de Saltmarsh como para que sea algo descabellado. ¿Has hallado algo digno de mención ? -
El Kenku se percata que el ex clérigo no se ha dado cuenta que ha dejado las ropas a un lado sin apenas mírarlas. Esta tan concentrado en una tarea que no puede prestar atención a nada más. TOC-TOC está seguro que, si le quitara a Godric su armadura ahora mismo, este no se daria cuenta.
Leobald se vio solo en el gran hall de la mansión, todos sus compañeros se habían diseminado de una u otra forma por la casa. Incluso su anfitrión parecía insistir en no hacer acto de presencia, cosa comprensible por su reciente duelo. Comprendió que no debía esperarlo más, pero aun así, no creía cortés deambula por el caserón. Se acercó a las cocinas, quizá las damas de llaves apreciaran su compañía o al menos su cortesía. Seguramente la irrupción de Mablung en su cocina las había dejado algo intranquilas. Y quizá pudiera averiguar algo sobre el dueño de la casa.
—Buenas noches señoras, ¿puedo pasar? —dijo llamando a la puerta de la cocina y abriendo la puerta con educación— solo quería agradecerles su hospitalidad en esta noche lluviosa en nombre de mis compañeros. Soy Leobald Thenall, confío en que nuestra presencia aquí no las incomode en demasía.
El calor de las cocinas era reconfortante y el olor del guiso era embriagador. Inspiró el evocador aroma dejándose llevar por los recuerdos de un tiempo pasado en la casa solariega de los Thenall.
—El señor Elias tiene es afortunado de tener tan hábiles cocineras. Huele realmente bien. Es una suerte para nosotros que aun no hubieran cenado —sonrió cansado y agradecido— ...por cierto, el joven del cuadro sobre la chimenea del salón, ¿quién es? Es una pieza hermosa.
Descalza y aún aterida de frío, Adriana siguió al druida por los pasillos de la mansión, reteniendo en su memoria el camino para no perderse al volver. Escuchó la breve conversación entre Elías, Toc-toc y Godric, devolviéndole al pastor otra inclinación de cabeza antes de que desapareciera por el pasillo.
- Vamos de camino a los baños termales - les dijo a sus compañeros sin apenas detenerse, señalando las escaleras - uníos a nosotros si os place cuando acabéis aquí, a todos nos vendrá bien asearnos antes de cenar - apuntó, mirando algo preocupada a Godric que parecía exhausto.
El penetrante olor a queso curado llegaba a ser desagradable para el delicado olfato de la elfa, pero despertó inevitablemente el hambre que se aferraba una vez más a sus entrañas provocando que rugieran furiosas. Una vez alcanzado el símbolo del agua y la piedra, entraron en la amplia estancia cerrando la puerta tras de sí, sintiendo la agradable temperatura húmeda que flotaba en el ambiente. Tras un vistazo general, se acercó a la estantería y recogió un par de pedazos de jabón. Se llevó uno a la nariz e inspiró profundamente, sintiéndose reconfortada por el olor de las hierbas aromáticas.
- Toma Mablung, ¡huele realmente bien!- dijo emocionada tendiéndole una de las pastillas - encenderemos un par de antorchas antes de meternos en el agua para no quedarnos completamente a oscuras- dijo esperando que el druida cumpliera la tarea, mientras ella se acercaba a la primera piscina natural. Comenzó a desnudarse con la rapidez que le permitía el dolor de sus heridas y aparentemente sin pudor. Antes de quedarse completamente desnuda, deshizo su trenza y una abundante mata de pelo cayó lacio hacia los lados, cubriendo sus hombros y sus pechos. Después de dejar a un lado sus ropas empapadas y ensangrentadas, sin mirar al elfo y manteniendo los ojos fijos en las aguas humeantes, se introdujo con cuidado de no resbalar hasta sentarse en el fondo de piedra, de manera que su cuerpo quedó completamente cubierto; la luz tenue de las antorchas proporcionaba la idónea oscuridad en las aguas que ocultaban sus cuerpos, confiriendo la intimidad suficiente como para que Adriana no se sintiera incómoda en aquella situación.
- Este lugar es maravilloso, ¿no crees?- susurró cerrando los ojos y dejándose llevar por una agradable placidez. Tras unos breves instantes se zambulló completamente, manteniéndose bajo el agua hasta que la necesidad de respirar la impulsó de nuevo a la superficie. El calor había vuelto a su cuerpo y se sentía regenerada. Con ímpetu comenzó a frotar el jabón sobre su melena y el agua se tiñó de la sangre y los restos de cadáver de jabalí que aún continuaban enmarañados en su pelo.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Las dos atareadas cocineras dieron un respingo al oír las amables palabras de Leobald. Dándose la vuelta le observaron en la distancia, aunque al saber con certeza que venían con su amigo Elías, parecían más accesibles. Una de ellas parecía atareada en filetear parte del jabalí de guerra que Mablung había traído.
Pascuala, le contestó con una sonrisa socarrona.
- El comedor está cerrado a estar horas, espero que no os importe comer en el gran salón. Por cierto ¿Cuantos sois al final?... Nosotros si hemos cenado ya, todos nosotros, esta comida es para mañana, muchos trabajan fuera... en los campos o viajan al mercado de Saltmarsh, y se llevan sus raciones bien cocinadas de un día para otro, que cojan sabor... ya sabes ...
Siendo interrumpida casi de inmediato por Dolores, ésta agitó en el aire su cucharon mientras hablaba.
- Pero que tenemos aquí, un apuesto caballero en la mejor edad de la vida... ¿siempre es usted tan adulador?, se nota que viene de la nobleza... sus palabras son educada y llenas de sabiduría... ¿el cuadro?... Es de Elías, cuando tenía como veinte años menos... ja ja, era realmente gallardo y de buen ver... aún conserva parte de eso... no entendemos como pudo sobrevivir a esa época soltero, las damiselas se lo rifarían... aunque no suele hablar mucho de esa época de su vida. Pero, si vos sois amigo suyo seguro que conoce historias de él, ¡cuéntenos... cuéntenos...!
Mablung olfateo la pastilla de jabón que le lanzo la elfa con desconfianza y con desgana encendió una de las antorchas, la más cercana a la entrada:- si quieres mas luz enciendelas tu mismas, no soy tu criado- le dijo a la elfa con cierto tono de enfado, mientras dejaba todas sus armas,menos la cimitarra, y su mochila en la estantería se encaminaba hacia la piscina más alejada de la elfa y de la luz. Al pasar al lado del cuerpo desnuda de la elfa no puedo evitar recorrer su espalda con la mirada, a cuantos cortesanos habrá seducido, pensó para si mismo el druida.
Tras dejar al alcance la cimitarra y sin cuidado alguno, el druida se desnudo y se metió en el agua, salpicando todo a su alrededor. Se sumergió del todo solo dejo fuera del agua los ojos y la nariz mientras disfrutaba del calor. Tras unos momentos cogió la pastilla de jabón y empezó a frotar todos su cuerpo y pelo para tratar de limpiar el máximo posible de barro y sangre a ellos adheridos. Un gruñido de satisfacción se le escapo al comprobar como la suciedad pasaba de su cuerpo al agua y está la transportaba fuera de la piscina con la fuerza de la corriente. Una vez que se consideró lo suficiente mente limpio cogió las ropas y las metió en la piscina para tratar de lavarlas con el jabón. Una vez que elimino lo más gordo, salio de la piscina, escurrió todo lo que pudo sus ropas, cogió su arma y se dirigió a la estantería, de donde saco de su mochila ropa limpia y seca que se puso encima.
Una vez vestido recogió todas sus pertenencias y volvió al piso de arriba y extendió sus ropas cerca del fuego para secarlas y se sentó contemplando el fuego, a la espera de que la cena estuviese lista.
El ofrecimiento de los baños con los humanos y elfos hizo que un escalofrío recorriese su espalda cuando la grimosa imagen de aquellos cuerpos lampiños, desplumados y remojados se apareció en su mente. "Quizás más adelante" Dijo con una vehemente negación con la cabeza.
Cuando Godric preguntó por sus averiguaciones TocToc asintió . - Encontré una extraña moneda de muy buena manufactura, tenía inscrito en una de las caras un orbe rojo fragmentado y en la otra una calavera con rayos saliendo de sus ojos, le rodeaba todo a unas llamas grabadas. Hay algo siniestroen todo esto. - Dijo sin llegar a mostrar la moneda. Al ver la imagen de la calavera había recuperado el interés en los asuntos de los granjeros y su mirada, aunque cansada, le confería un aspecto más resuelto y determinado.
Tras terminar de amortajar el cuerpo del malogrado pastor Godric escuchó las palabras de Toc-toc pero su cerebro ya apenas podía pensar en otra cosa que no fueran las palabras de la elfa. Un baño. Sólo tenía que dar unos pasos más y podría darse un baño. Por fin.
- Eso es genial Toc-toc guardala... lo veremos después de la cena y.. el baño... -
Viendo que algunos de sus compañeros ya salían limpios y bastante recompuestos, Godric, habiendo acabado por fin, se dirigió al mismo sitio. Moverse le costaba horrores, pero debía reconocer que no quería estar con Elías cuando volviera, sus últimas palabras le habían resultado... incómodas.
Procuró no tocar nada en la despensa y, sintiendo que sus últimas fuerzas se escapaban al abrir la puerta de los baños dejó escapar un suspiro de alivio al verlos. Se despojó todo lo rápido que pudo de sus embarradas ropas y armadura, procuró dejarlo todo en un montón más o menos ordenado, pero no tuvo mucho éxito.
El contacto con el agua caliente en su piel hizo que, por primera vez en meses, Godric dejara escapar una carcajada, aunque fue más de alivio que de alegría.
Se deslizó en la pulida roca de la piscina natural y apoyó la cabeza en el borde. El agua caliente se llevó la suciedad y la sangre, convirtiendo la pesadez y el dolor de sus músculos en una agradable relajación. el joven se frotó el hombro y el cuello allí donde la cuerda le había dejado una marca al arrastrar la camilla pero aún así sonrió. Lo que había hecho había estado bien. Era lo correcto, aunque una parte de su cabeza le decía que allí había algo más de lo que veía a simple vista, eso no quitaba para que él hubiera hecho lo correcto. Esa sensación, que hacía tanto tiempo que no sentía, le vino bien y comenzó a relajarse. Pese a lo inapropiado que le había parecido el comportamiento de Elías... bueno quizá había malinterpretado el tono de voz al hablar de él... quizá eran sólo imaginaciones suyas... ¿cómo iba a coquetear con él? eso era absurdo. Con Leobald o con Adriana quizá, pero ¿con él?... cada vez le costaba más seguir el hilo de sus propios pensamientos. ¿Qué era lo que le había dicho Toc-toc? ¿una moneda con una calavera con rayos? eso le sonaba pero.. era tan difícil pensar. Toc-toc... tenía que volver a hablar con él.. pero lo haría enseguida, sólo necesitaba cerrar un momento los ojos. Si. cerrar los ojos mecido por los brazos del agua caliente y limpia. Sólo un momento y volvería a ponerse en marcha. Esa calavera con rayos...
Godric se quedó dormido semi-tumbado en los baños, la cabeza apoyada en la toalla que había cogido para secarse al salir. Estaba tan agotado que ni su estómago se quejó por no cenar.
- Oh, perdona Mablung, no pretendía ofenderte - le dijo al elfo al detectar su enfado - en ningún caso te considero mi criado - y le sonrió afablemente, acercándose a otra de las antorchas de la sala, dispuesta a encenderla. Pero tras echar un vistazo y después de que el elfo encendiera la primera, volvió hacia la piscina - creo que con una tendremos suficiente luz - Y se dispuso a desvestirse.
[Durante el baño]
Adriana se frotó con empeño primero el pelo y después el resto del cuerpo, prestando especial atención a las heridas que aún continuaban frescas y a sus pies doloridos y plagados de ampollas y rozaduras de las largas horas de caminata a las que no estaba acostumbrada. Hacía demasiados días que no se aseaba en condiciones y, tras eliminar todo rastro de barro y sangre, no pudo resistir flotar en la piscina durante unos minutos más, simplemente disfrutando del momento. Abrió los ojos al escuchar a Mablung salir del agua y ella hizo lo propio cuando el druida abandonó la estancia. Lamentó no disponer de una toalla para secarse, pero la temperatura fuera de la piscina era lo suficientemente agradable y aprovechó para lavar su ropa mientras su cuerpo escurría la mayor parte del agua. Rebuscó en su petate hasta encontrar el peine y la ropa de viaje que aún estaban húmedas pero afortunadamente limpias. Se cepilló el pelo, se vistió y recogió sus cosas, dirigiéndose con premura al salón.
Saludó con energía al entrar y se acercó a la chimenea, situándose delante del fuego para secarse con el calor, al igual que la ropa que acababa de lavar. Miró la estancia ahora con curiosidad, deteniéndose en el cuadro del gallardo caballero y en la armadura cubierta de polvo. Se preguntó qué clase de lugar sería este. Seguramente en la cena Elías les sacaría de dudas.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Leobald sonrió con amable condescendencia mientras entraba en la cocina y se mantenida erguido junto a la puerta sin interponerse en sus tareas.
—Somos seis. Y temo que no puedo arrojar más luz al pasado del señor Elias —más serio—. Nos hemos conocido, no en las mejores circunstancias me temo. Él y su amigo Colton estaban siendo atacados por una pareja de gnolls y sus bestias astadas. No pudimos hacer nada por Colton —las mira con tristeza—. Lo siento, disculpad mi torpeza ¿Quizás os era cercano?
Una de las cocineras, la llamada Pascuala y la aparentemente más joven, se echó las manos a la boca en un gesto de sorpresa y dolor ante las terribles noticias de Leobald, Habían visto el cuerpo al entrar, pero estaba tapado, y al no ser Elías, habían mostrado preocupación y curiosidad a la vez, pero cuando la verdad había sido desvelada sin tapujo alguno, ésta golpeó a ambas mujeres con contundencia.
- No puede ser... Elías y Cólton eran muy cercanos, buenos amigos ... incluso a veces Elías se había quedado en su casa alguna noche cuando al volver del pastoreo se les hacía muy tarde, la casa de Colton está más cerca de las veredas de vuelta del ganado. Elías debe estar ... muy afectado... que aciagas malas nuevas para esta castigada comunidad...
Dolores alzó la mano para hacer callar a su compañera de profesión e indicó con una señal al caballero que abandonara la cocina.
- Déjenos hacer la cena, por favor, ... espere en el gran salón, enseguida sacaremos las viandas.
[En el gran Salón]
Elías, volvió con una gran jarra de agua y las sábanas que solicitó Godric, algo ajadas, pero pulcramente limpias, y las dejó al lado del altar donde yacía su cuerpo. Dirigiéndose al gran Salón habló con apagadas palabras a los allí presentes.
- Si me disculpáis, no tengo apetito, ha sido un día muy duro y deseo descansar antes del sepelio de mañana, al alba, los que deseéis estar presentes, podéis acudir fuera de la casa, en el patio, desde allí nos moveremos al hogar de Colton, está a unos diez minutos alrededor de la colina y el bosque, donde lo inhumaremos. Después podéis marchar hacia Saltmarsh, no os demoraremos más. Vuestras dependencias están en esta planta, por esa puerta al fondo. No son muy lujosas, pero están secas y ese ala de la mansión es muy tranquila.
Tras su disculpa, el pastor subió las escaleras y se perdió en la oscuridad del segundo piso como un fantasma agónico.
Minutos después y aprovechando que todos o casi todos estaban ya en la sala con la crepitante chimenea, ambas cocineras sacaron un exquisito pero sencillo guiso de jabalí, que sirvieron a todos en profundos platos tallados en madera, los cubiertos del mismo material fueron repartidos y con una sonrisa se disponían a despedirse cuando se percataron de que faltaba Godric, sobrándoles un plato.
- ¿No había venido un sacerdote con vosotros? ¿Se ha retirado ya a descansar y no va a cenar?
Fue entonces cuando la puerta se abrió de nuevo repentinamente. Una ráfaga de frió golpeó la sala y el fuego tembló vigorosamente mientras combatía la corriente húmeda que pugnaba por gobernar el gran salón. Parte de la lluvia arreció entrando en el vestíbulo de la mansión, y cuando un relámpago iluminó el exterior, una figura enmascarada y cubierta de barro y sangre asomó en el umbral... Khalion.
Con un grito apagado Pascuala pidió socorro a los aguerridos aventureros que la protegían, dejando volar su temerosa imaginación.
- ¡AAAAAAHHH! ¡Socorro, un bandido levantado de su tumba y sediento de nuestra sangre vital nos ataca,....!
La mañana por seguro aclararía muchos líos de nombres, pero la incógnita se alejaba presta mas allá del linde. La descripción de la daga mas que aportar luz, mas tinieblas arremolinaba sobre aquella hacienda y sus moradores. Khalion aguardó impasible a que el tipo del sombrero se alejara lo suficiente como para perderse de vista. A distancia suficiente, rozando el alcance de su inhumana visión, el aasimar inició su particular persecución. Bien protegido a capa y nocturnidad avanzó con la discreción de su oficio, sorprendido por la curiosidad que le provocaba y que en otro momento nunca le hubiera tentado de aquella manera.
-Pequeño amigo- le dijo a toc toc- estaré de vuelta para la cena.. y si no, te nombre heredero de mis pertenencias, podrás guardar las cosas brillantes en tu nido.. Que momento para que un muerto pierda su cara.. no?
Stealth: 16
Perception: 20
Sin mas, se adentró allende los lindes con mas incógnitas a cada momento que pasaba.
Leobald se sacudió el agua de encima y admiró el gran salón con el fuego encendido y las escalinatas que llevaban al piso superior. Apreció lo acogedor que era la sala a pesar de su amplitud. Dejó su escudo junto a la puerta. La pintura del caballero, probablemente un Dragón Purpura, llamó su atención y se acercó a ella pausadamente hasta detenerse a un par de pasos de distancia. Observó la obra con deleite y las manos a la espalda. Era un buen trabajo aunque era difícil saber el autor por la pincelada. Una vez observado con ojo crítico, acercó su nariz al lienzo en busca de firmas del autor o leyendas del mecenas retratado, seguramente dueño original de la mansión. Realmente la espada parecía característica.
Al volverse a sus compañeros de nuevo vio la vieja armadura completa. Se acercó a examinarla y cerciorarse de en qué condiciones se encontraba y si alguna parte de ella era aprovechable a pesar de su estado de abandono. Las palabras de aquel hombre del sombrero resonaban en su cabeza. No podían bajar la guardia, necesitaban estar preparados para un ataque. Observó las piezas sin tocarlas, con sumo respeto. Buscó también grabados de herrero o de su propietario. En ocasiones, algunos caballeros mandaban grabar sus iniciales en la coraza.
A pesar de oír ruidos tras una de las puertas esperó a que volviera su anfitrión. Andar por la casa sin más habría sido descortés. Paseó su mirada por balustrada del piso superior en busca de miradas indiscretas. Se detuvo también a admirar el resto de la mampostería y el artesonado del techo.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
[Exterior de la casa, antes de entrar]
TocToc negó con la cabeza al hombre de la mascara - No separemos el grupo. - Dijo dando a entender que era una mala idea. Pero después, antes de adentrarse en la casa en un susurro para si mismo re-pronuncio las palabras de Khalion "heredero de mis pertenencias" .
[Interior de la casa, con el cadaver de Colton]
Tras la explicación de Elias y los torpes gestos de Godric, el hombre cuervo cayó en su error - No lo había entendido. Disculpas. - Dijo con un leve tono de empatía y reconsiderando sus sospechas.
Si el trabajo había sido encargado por el mismo Colton, quizás el trabajo no había sido el ataque de los bugbears. Quizás ese ataque había sido tan solo una casualidad. Tal vez las ovejas eran una estratagema para que Elias abandonase su rebaño y los bandidos pudiesen atacar la propiedad de Elias. Faltaban pruebas e indicios. Con unas preguntas dirigidas a aclarar más puntos oscuros se inclinó sobre el cadáver.
- Si Colton contrató a tan sospechoso personaje, quizás en su posesión encontremos algo que nos de algún indicio de lo que pasó. - Dice mientras le registra enfrente del Elias y Godric, dejando claro que no le está robando.
Perception: 13 (si es investigation es +0)
- Haríamos bien en registrar la estancia de Colton y ver si tiene preparado el pago de esas 300 monedas de oro. Y harías bien en revisar tu rebaño, inmediatamente, no sea que el encargo supusiese algún perjuicio para tu propiedad.
Zevatur, Rolthos
-No os engañéis, somos tipos peligrosos, pero está está vez solo queremos cenar y descansar,- tras lo cual oyó la voz de la elfa.-Voy a ver qué quiere la dama del grupo- dijo con cierta sorna.
Salió de la cocina y dijo a Adriana:- Nos van a preparar la cena, mientras en el sótano hay unas termas para asearse, voy a bajar -.Tras lo cual se percató de que no tenía ni idea de dónde estaban las escaleras al sótano, así que volvió a la cocina a preguntar a las extrañas cocineras por las indicaciones para llegar y así evitarse el paseo por toda la casa.
[En el exterior]
El joven humano agradeció la ayuda de la elfa para levantarse del barro. Estaba exhausto, pero decidido a cumplir su promesa.
[En el interor]
Godric enrojeció bajo la capa de barro que le cubría el rostro ante las palabras de Elías.
- Mi buen Elías... yo... - suspiró, encontró fuerzas de donde no las había - yo ya no soy sacerdote - su mano tocó inconscientemente el símbolo de Lathander quemado en su pechera. - Aunque conozco los ritos y las palabras adecuadas para la ceremonia, yo pertenecía a la iglesia de Lathander, no de Tyr. Agradezco tus amables palabras pero temo que mi intervención ofendería a los dioses más que ayudar al alma de Colton a encontrar el camino a los brazos de su dios. - de repente algo que se le había escapado se le ocurre - ¿Cómo sabes que era sacerdote? - le pregunta algo extrañado.
Cuando Toc-Toc sugirió rebuscar en el cuerpo del caído pastor intentó detener su entusiasmo.
- Tengo que preparar el cuerpo Toc-Toc. Desnudarlo, lavarlo y amortajarlo convenientemente. Si hay algo que sea de interés para Elías o la Comunidad sin duda aparecerá en ese momento. -
Miró el improvisado altar de piedra y se le hizo tan grande como las altas cumbres de las Stormholds. Con extrema dificultad, y aunque casi se le cae dos veces, utilizando la casi destruida por el viaje camilla, consiguió tumbar el cadaver del pastor en el altar. Con la cabeza apoyada en la fría piedra, y resoplando de cansancio elevó una pequeña plegaria a Lathander de agradecimiento por haber dejado que cumpliera su palabra y dedicó unas palabras a Tyr pidiendo disculpas por usar su altar de aquella manera. No pensó realmente en ello, fue sólo la fuerza de la costumbre y su agotado cerebro olvidó que sus pecados no le hacían digno de dirigirse a los dioses.
Se incorporó y le dijo al pastor.
- Elías, si pudieras traer agua y una sábana me gustaría dejarlo preparado para cuando el resto vengan a verlo. Toc-Toc, ayúdame a desnudarlo. No temas - añadió para tranquilar al pastor - todo lo que encuentre te será entregado para su familia o para inspección por parte de La Comunidad.
PbP Character: A few ;)
TocToc-TocToc escuchó con sorpresa e incomprensión las indignadas palabras de Elias. Le miró unos breves instantes ladeando la cabeza. ¿Mancillar el cadáver? Este humano no tenia ni idea de lo que hablaba, mancillar el cadáver... El enfado hizo que un leve, casi imperceptible gruñido, saliese de su entrecerrado pico. Se lo merecía por intentar ayudar cuando no se lo habían pedido. Allá Elias y allá sus problemas. Abrió el pico para contestar a Elias, pero antes de poder hablar Godric pidió su ayuda... La parte más hiriente de la tensión causada por la ofensa de Elias se desvaneció ante la petición de uno de los compañeros de incipiente bandada.
- Te ayudo si Elias quiere. Pero los problemas de Elias con los bandidos no nos atañen. Son sus problemas.
Zevatur, Rolthos
Adriana dudó unos segundos ante las palabras de Mablung. Nadie había acudido a recibirlos y se sentía incómoda paseando por aquella mansión y utilizando sus instalaciones sin siquiera presentarse a sus moradores. Pero tampoco le pareció adecuado entrar en la cocina con aquellas pintas donde seguramente las mujeres se afanaban en sus quehaceres.
El tiempo que tardó el druida en volver con indicaciones precisas fue el suficiente para decidir saltarse el protocolo de las presentaciones y acompañarle hacia el sótano. Un baño de aguas termales era mucho más tentador que un cubo de agua fría y recordaba muy lejana, como si hubiera ocurrido en otra vida, la última vez que había tenido una oportunidad como aquella.
Depositó las botas y la capa empapadas en un rincón cercano a la puerta de entrada para evitar extender la suciedad y cargó con el resto de sus pertenencias, dispuesta a seguir al elfo por el interior de la casa.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
[En la planta baja]
Las cocineras dieron las indicaciones al druida sin problema alguno, pero no se quedaron paradas mientras se iba sin más, sus cabezas se asomaron para vislumbrar a los recién llegados. Cuando vieron entrar a Elías, parecieron tranquilizarse, pero el asunto de la camilla les pasó factura en su estado anímico, aún así, se volvieron a la cocina sin hacer más preguntas con un gesto apenado en sus caras.
Mientras Leobald escudriñaba las diferentes partes del gran salón, Mablung y Adriana se dirigieron por el pasillo que habían seguido previamente sus otros compañeros con la camilla sobre la que yacía el amigo caído de Elías. Mientras avanzaban, se dieron cuenta que las ventanas que iban sucediéndose a su derecha cada ciertos metros estaban bien selladas, y no dejaban entrar nada del viento o la arreciante lluvia nocturna. De vez en cuando un sonoro trueno danzaba con su compañera de baile, el relámpago, iluminando tenebrosamente su recorrido por unos instantes. No tardaron en llegar a la sala que finalizaba su trayectoria por el pasillo donde se encontraron hablando con cierto nivel de incomodidad a Elías, TocToc y Godric. Pudieron visualizar los enseres que había formado parte del altar a Tyr cuidadosamente colocados en el suelo al lado del ara donde reposaba el cuerpo cubierto del otro pastor.
En ese momento Elías estaba contestando a Godric y al simpático kenku, que a su vez, parecía algo contrariado.
- ... No es la primera vez que nos vemos ... Godric, aunque tu no lo recuerdes. Será mejor... que vaya a por el agua y una sábana limpia... si me disculpáis. Señor cuervo-hombre puedes ayudar al sacerdote, no me importa... siento si os he ofendido con mis palabras o actitud, mis problemas a partir de ahora son sólo míos, no pretendía arrastraros a ese desagradable encuentro... ni siquiera entiendo que ha pasado aún.
El pastor volvió sobre sus pasos hacía el pasillo, cruzándose con ambos elfos y saludando con una leve inclinación de cabeza pero sin mediar más palabras.
[En el sótano]
Las escalera que empezaban anchas y bajando desde la sagrada habitación que hacía de improvisado velatorio, terminaban de una manera más angosta, rodeada de paredes recias y bien construidas. Éstas se enraizaban en la base de la mansión dando paso tras algún giro a una gran sala, enorme, cubierta en su mayoría con baldas y estanterías de gran altura. La humedad y un penetrante olor a queso curándose lo invadió todo... antes de avanzar cogieron una de las lámparas de aceite que estaban situadas estratégicamente sobre una mesita a los pies de las escaleras , desde allí podían ver todo tipo de quesos con estilos y formas diferentes, hechos con leche de oveja, y con un aspecto mucho mejor que lo que dejaba adivinar el hedor que desprendían algunos. La sala era espaciosa, probablemente ocupaba toda la planta entera o más, y al final de ésta, siguiendo las indicaciones, pudieron encontrar una puerta con un símbolo grabado en la madera que la componía, un río y unas rocas.
La puerta estaba abierta y al entrar descubrieron otra gran sala, una corriente subterránea la atravesada, y había sido ingeniosamente desviada para ir llenando varias piscinas cuadradas de diferentes tamaños escavadas y construidas sobre la roca madre, todas interconectadas por canales que hacían fluir el agua entre ellas. El calor subió varios grados dentro, y el vapor que emanaba de las superficies acuosas daba a entender que podrían estar muy calientes. En un lateral, casi pegada a la entrada había varias estanterías vacías con la excepción de algunos jabones caseros elaborados con hierbas aromáticas incrustadas en su interior.Las baldas, curiosamente, a pesar de estar hechas con maderas nobles, no se había podrido o degradado con la humedad o el calor. Había varias antorchas apagadas a lo largo de la estancia, y para poder disfrutar de un relajante baño, había que encenderlas o la oscuridad lo invadiría todo en cuanto apagaran las lámparas de aceite . La mejor parte era que desde esta sala, y con la puerta cerrada tras de sí, el olor a queso desaparecía completamente.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
El exhausto Godric parpadeó varias veces ante las palabras y repentina familiaridad del pastor. Toc-toc, y los recién llegados, pudieron ver que volvía a enrojecer de vergüenza.
- Tienes que disculparme mi buen Elías, no lo recuerdo. Quizá mas tarde podamos hablar de ello. - cuando el pastor indicó que se iba a por una sábana limpia el excomulgado sacerdote vio una salida a su incómoda situación - sí sí, ve. Nosotros iremos preparando el cuerpo... -
Cuando hubo abandonado la sala Godric habló a Toc-Toc,intentando sin mucho éxito, controlar el temblor de sus manos debido al frío, la humedad y el cansancio.
- No se lo tomes a mal Toc-Toc, está herido, cansado y ha perdido a su amigo, seguro que no pretendía ofenderte. Ven, ayúdame por favor, no creo que pueda ni girarlo para sacar mi manta. Intentaremos dejar cubierta la horrible herida del rostro para cuando vuelva Elías ¿vale? y puedes examinar todas sus ropas en cuanto se las quitemos. Quizá haya una nota o carta que pueda ayudar a Elías y la Comunidad, como él la llama, a averiguar qué asuntos se trae ese extraño individuo. No sé a ti, pero a mi me ha parecido bastante intimidante y peligroso... -
Parece que Godric intenta hablar para no caer dormido en mitad de la tarea.
PbP Character: A few ;)
TocToc vio como el pastor desaparecía por la puerta con la excusa de ir a buscar una sabana, posiblemente se dirigía a la habitación de Colton a borrar posibles pruebas del extraño complot en el que estaban enredados, pero ya no era su problema. Cuando Goldric le habló, le miró ladeando la cabeza, dudando. Pero la devoción del clérigo pareció conmover algo en su interior y asintió. Sus manos manejaron el cuerpo con la facilidad de quien lo ha hecho cientos de veces, cargando el peso con destreza, quitándole la ropa con rapidez y todo con exquisito cuidado para no dañar el cadáver.
- No se lo tomo a mal, pero ahora sus problemas son suyos. - Dijo ignorando las ropas apiladas en una esquina.
Zevatur, Rolthos
Godric asintió a las palabras de Toc-toc.
- Quien sabe amigo mío- dijo sin pensar, agradecido por la ayuda que le estaba prestando. Las manos del clérigo comenzaban a temblar por el cansancio, el frío y la humedad - quizá si unos bandoleros están causando problemas por aquí, sean también los responsables de que el aceite no haya llegado a Ghostfinger. No estamos tan lejos de Saltmarsh como para que sea algo descabellado. ¿Has hallado algo digno de mención ? -
El Kenku se percata que el ex clérigo no se ha dado cuenta que ha dejado las ropas a un lado sin apenas mírarlas. Esta tan concentrado en una tarea que no puede prestar atención a nada más. TOC-TOC está seguro que, si le quitara a Godric su armadura ahora mismo, este no se daria cuenta.
PbP Character: A few ;)
Leobald se vio solo en el gran hall de la mansión, todos sus compañeros se habían diseminado de una u otra forma por la casa. Incluso su anfitrión parecía insistir en no hacer acto de presencia, cosa comprensible por su reciente duelo. Comprendió que no debía esperarlo más, pero aun así, no creía cortés deambula por el caserón. Se acercó a las cocinas, quizá las damas de llaves apreciaran su compañía o al menos su cortesía. Seguramente la irrupción de Mablung en su cocina las había dejado algo intranquilas. Y quizá pudiera averiguar algo sobre el dueño de la casa.
—Buenas noches señoras, ¿puedo pasar? —dijo llamando a la puerta de la cocina y abriendo la puerta con educación— solo quería agradecerles su hospitalidad en esta noche lluviosa en nombre de mis compañeros. Soy Leobald Thenall, confío en que nuestra presencia aquí no las incomode en demasía.
El calor de las cocinas era reconfortante y el olor del guiso era embriagador. Inspiró el evocador aroma dejándose llevar por los recuerdos de un tiempo pasado en la casa solariega de los Thenall.
—El señor Elias tiene es afortunado de tener tan hábiles cocineras. Huele realmente bien. Es una suerte para nosotros que aun no hubieran cenado —sonrió cansado y agradecido— ...por cierto, el joven del cuadro sobre la chimenea del salón, ¿quién es? Es una pieza hermosa.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Descalza y aún aterida de frío, Adriana siguió al druida por los pasillos de la mansión, reteniendo en su memoria el camino para no perderse al volver. Escuchó la breve conversación entre Elías, Toc-toc y Godric, devolviéndole al pastor otra inclinación de cabeza antes de que desapareciera por el pasillo.
- Vamos de camino a los baños termales - les dijo a sus compañeros sin apenas detenerse, señalando las escaleras - uníos a nosotros si os place cuando acabéis aquí, a todos nos vendrá bien asearnos antes de cenar - apuntó, mirando algo preocupada a Godric que parecía exhausto.
El penetrante olor a queso curado llegaba a ser desagradable para el delicado olfato de la elfa, pero despertó inevitablemente el hambre que se aferraba una vez más a sus entrañas provocando que rugieran furiosas. Una vez alcanzado el símbolo del agua y la piedra, entraron en la amplia estancia cerrando la puerta tras de sí, sintiendo la agradable temperatura húmeda que flotaba en el ambiente. Tras un vistazo general, se acercó a la estantería y recogió un par de pedazos de jabón. Se llevó uno a la nariz e inspiró profundamente, sintiéndose reconfortada por el olor de las hierbas aromáticas.
- Toma Mablung, ¡huele realmente bien! - dijo emocionada tendiéndole una de las pastillas - encenderemos un par de antorchas antes de meternos en el agua para no quedarnos completamente a oscuras - dijo esperando que el druida cumpliera la tarea, mientras ella se acercaba a la primera piscina natural. Comenzó a desnudarse con la rapidez que le permitía el dolor de sus heridas y aparentemente sin pudor. Antes de quedarse completamente desnuda, deshizo su trenza y una abundante mata de pelo cayó lacio hacia los lados, cubriendo sus hombros y sus pechos. Después de dejar a un lado sus ropas empapadas y ensangrentadas, sin mirar al elfo y manteniendo los ojos fijos en las aguas humeantes, se introdujo con cuidado de no resbalar hasta sentarse en el fondo de piedra, de manera que su cuerpo quedó completamente cubierto; la luz tenue de las antorchas proporcionaba la idónea oscuridad en las aguas que ocultaban sus cuerpos, confiriendo la intimidad suficiente como para que Adriana no se sintiera incómoda en aquella situación.
- Este lugar es maravilloso, ¿no crees? - susurró cerrando los ojos y dejándose llevar por una agradable placidez. Tras unos breves instantes se zambulló completamente, manteniéndose bajo el agua hasta que la necesidad de respirar la impulsó de nuevo a la superficie. El calor había vuelto a su cuerpo y se sentía regenerada. Con ímpetu comenzó a frotar el jabón sobre su melena y el agua se tiñó de la sangre y los restos de cadáver de jabalí que aún continuaban enmarañados en su pelo.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
[En las cocinas]
Las dos atareadas cocineras dieron un respingo al oír las amables palabras de Leobald. Dándose la vuelta le observaron en la distancia, aunque al saber con certeza que venían con su amigo Elías, parecían más accesibles. Una de ellas parecía atareada en filetear parte del jabalí de guerra que Mablung había traído.
Pascuala, le contestó con una sonrisa socarrona.
- El comedor está cerrado a estar horas, espero que no os importe comer en el gran salón. Por cierto ¿Cuantos sois al final?... Nosotros si hemos cenado ya, todos nosotros, esta comida es para mañana, muchos trabajan fuera... en los campos o viajan al mercado de Saltmarsh, y se llevan sus raciones bien cocinadas de un día para otro, que cojan sabor... ya sabes ...
Siendo interrumpida casi de inmediato por Dolores, ésta agitó en el aire su cucharon mientras hablaba.
- Pero que tenemos aquí, un apuesto caballero en la mejor edad de la vida... ¿siempre es usted tan adulador?, se nota que viene de la nobleza... sus palabras son educada y llenas de sabiduría... ¿el cuadro?... Es de Elías, cuando tenía como veinte años menos... ja ja, era realmente gallardo y de buen ver... aún conserva parte de eso... no entendemos como pudo sobrevivir a esa época soltero, las damiselas se lo rifarían... aunque no suele hablar mucho de esa época de su vida. Pero, si vos sois amigo suyo seguro que conoce historias de él, ¡cuéntenos... cuéntenos...!
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Mablung olfateo la pastilla de jabón que le lanzo la elfa con desconfianza y con desgana encendió una de las antorchas, la más cercana a la entrada:- si quieres mas luz enciendelas tu mismas, no soy tu criado- le dijo a la elfa con cierto tono de enfado, mientras dejaba todas sus armas,menos la cimitarra, y su mochila en la estantería se encaminaba hacia la piscina más alejada de la elfa y de la luz. Al pasar al lado del cuerpo desnuda de la elfa no puedo evitar recorrer su espalda con la mirada, a cuantos cortesanos habrá seducido, pensó para si mismo el druida.
Tras dejar al alcance la cimitarra y sin cuidado alguno, el druida se desnudo y se metió en el agua, salpicando todo a su alrededor. Se sumergió del todo solo dejo fuera del agua los ojos y la nariz mientras disfrutaba del calor. Tras unos momentos cogió la pastilla de jabón y empezó a frotar todos su cuerpo y pelo para tratar de limpiar el máximo posible de barro y sangre a ellos adheridos. Un gruñido de satisfacción se le escapo al comprobar como la suciedad pasaba de su cuerpo al agua y está la transportaba fuera de la piscina con la fuerza de la corriente. Una vez que se consideró lo suficiente mente limpio cogió las ropas y las metió en la piscina para tratar de lavarlas con el jabón. Una vez que elimino lo más gordo, salio de la piscina, escurrió todo lo que pudo sus ropas, cogió su arma y se dirigió a la estantería, de donde saco de su mochila ropa limpia y seca que se puso encima.
Una vez vestido recogió todas sus pertenencias y volvió al piso de arriba y extendió sus ropas cerca del fuego para secarlas y se sentó contemplando el fuego, a la espera de que la cena estuviese lista.
El ofrecimiento de los baños con los humanos y elfos hizo que un escalofrío recorriese su espalda cuando la grimosa imagen de aquellos cuerpos lampiños, desplumados y remojados se apareció en su mente. "Quizás más adelante" Dijo con una vehemente negación con la cabeza.
Cuando Godric preguntó por sus averiguaciones TocToc asintió . - Encontré una extraña moneda de muy buena manufactura, tenía inscrito en una de las caras un orbe rojo fragmentado y en la otra una calavera con rayos saliendo de sus ojos, le rodeaba todo a unas llamas grabadas. Hay algo siniestro en todo esto. - Dijo sin llegar a mostrar la moneda. Al ver la imagen de la calavera había recuperado el interés en los asuntos de los granjeros y su mirada, aunque cansada, le confería un aspecto más resuelto y determinado.
Zevatur, Rolthos
Tras terminar de amortajar el cuerpo del malogrado pastor Godric escuchó las palabras de Toc-toc pero su cerebro ya apenas podía pensar en otra cosa que no fueran las palabras de la elfa. Un baño. Sólo tenía que dar unos pasos más y podría darse un baño. Por fin.
- Eso es genial Toc-toc guardala... lo veremos después de la cena y.. el baño... -
Viendo que algunos de sus compañeros ya salían limpios y bastante recompuestos, Godric, habiendo acabado por fin, se dirigió al mismo sitio. Moverse le costaba horrores, pero debía reconocer que no quería estar con Elías cuando volviera, sus últimas palabras le habían resultado... incómodas.
Procuró no tocar nada en la despensa y, sintiendo que sus últimas fuerzas se escapaban al abrir la puerta de los baños dejó escapar un suspiro de alivio al verlos. Se despojó todo lo rápido que pudo de sus embarradas ropas y armadura, procuró dejarlo todo en un montón más o menos ordenado, pero no tuvo mucho éxito.
El contacto con el agua caliente en su piel hizo que, por primera vez en meses, Godric dejara escapar una carcajada, aunque fue más de alivio que de alegría.
Se deslizó en la pulida roca de la piscina natural y apoyó la cabeza en el borde. El agua caliente se llevó la suciedad y la sangre, convirtiendo la pesadez y el dolor de sus músculos en una agradable relajación. el joven se frotó el hombro y el cuello allí donde la cuerda le había dejado una marca al arrastrar la camilla pero aún así sonrió. Lo que había hecho había estado bien. Era lo correcto, aunque una parte de su cabeza le decía que allí había algo más de lo que veía a simple vista, eso no quitaba para que él hubiera hecho lo correcto. Esa sensación, que hacía tanto tiempo que no sentía, le vino bien y comenzó a relajarse. Pese a lo inapropiado que le había parecido el comportamiento de Elías... bueno quizá había malinterpretado el tono de voz al hablar de él... quizá eran sólo imaginaciones suyas... ¿cómo iba a coquetear con él? eso era absurdo. Con Leobald o con Adriana quizá, pero ¿con él?... cada vez le costaba más seguir el hilo de sus propios pensamientos. ¿Qué era lo que le había dicho Toc-toc? ¿una moneda con una calavera con rayos? eso le sonaba pero.. era tan difícil pensar. Toc-toc... tenía que volver a hablar con él.. pero lo haría enseguida, sólo necesitaba cerrar un momento los ojos. Si. cerrar los ojos mecido por los brazos del agua caliente y limpia. Sólo un momento y volvería a ponerse en marcha. Esa calavera con rayos...
Godric se quedó dormido semi-tumbado en los baños, la cabeza apoyada en la toalla que había cogido para secarse al salir. Estaba tan agotado que ni su estómago se quejó por no cenar.
PbP Character: A few ;)
[Antes del baño, conversación con Mablung]
- Oh, perdona Mablung, no pretendía ofenderte - le dijo al elfo al detectar su enfado - en ningún caso te considero mi criado - y le sonrió afablemente, acercándose a otra de las antorchas de la sala, dispuesta a encenderla. Pero tras echar un vistazo y después de que el elfo encendiera la primera, volvió hacia la piscina - creo que con una tendremos suficiente luz - Y se dispuso a desvestirse.
[Durante el baño]
Adriana se frotó con empeño primero el pelo y después el resto del cuerpo, prestando especial atención a las heridas que aún continuaban frescas y a sus pies doloridos y plagados de ampollas y rozaduras de las largas horas de caminata a las que no estaba acostumbrada. Hacía demasiados días que no se aseaba en condiciones y, tras eliminar todo rastro de barro y sangre, no pudo resistir flotar en la piscina durante unos minutos más, simplemente disfrutando del momento. Abrió los ojos al escuchar a Mablung salir del agua y ella hizo lo propio cuando el druida abandonó la estancia. Lamentó no disponer de una toalla para secarse, pero la temperatura fuera de la piscina era lo suficientemente agradable y aprovechó para lavar su ropa mientras su cuerpo escurría la mayor parte del agua. Rebuscó en su petate hasta encontrar el peine y la ropa de viaje que aún estaban húmedas pero afortunadamente limpias. Se cepilló el pelo, se vistió y recogió sus cosas, dirigiéndose con premura al salón.
Saludó con energía al entrar y se acercó a la chimenea, situándose delante del fuego para secarse con el calor, al igual que la ropa que acababa de lavar. Miró la estancia ahora con curiosidad, deteniéndose en el cuadro del gallardo caballero y en la armadura cubierta de polvo. Se preguntó qué clase de lugar sería este. Seguramente en la cena Elías les sacaría de dudas.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Leobald sonrió con amable condescendencia mientras entraba en la cocina y se mantenida erguido junto a la puerta sin interponerse en sus tareas.
—Somos seis. Y temo que no puedo arrojar más luz al pasado del señor Elias —más serio—. Nos hemos conocido, no en las mejores circunstancias me temo. Él y su amigo Colton estaban siendo atacados por una pareja de gnolls y sus bestias astadas. No pudimos hacer nada por Colton —las mira con tristeza—. Lo siento, disculpad mi torpeza ¿Quizás os era cercano?
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
[En la cocina]
Una de las cocineras, la llamada Pascuala y la aparentemente más joven, se echó las manos a la boca en un gesto de sorpresa y dolor ante las terribles noticias de Leobald, Habían visto el cuerpo al entrar, pero estaba tapado, y al no ser Elías, habían mostrado preocupación y curiosidad a la vez, pero cuando la verdad había sido desvelada sin tapujo alguno, ésta golpeó a ambas mujeres con contundencia.
- No puede ser... Elías y Cólton eran muy cercanos, buenos amigos ... incluso a veces Elías se había quedado en su casa alguna noche cuando al volver del pastoreo se les hacía muy tarde, la casa de Colton está más cerca de las veredas de vuelta del ganado. Elías debe estar ... muy afectado... que aciagas malas nuevas para esta castigada comunidad...
Dolores alzó la mano para hacer callar a su compañera de profesión e indicó con una señal al caballero que abandonara la cocina.
- Déjenos hacer la cena, por favor, ... espere en el gran salón, enseguida sacaremos las viandas.
[En el gran Salón]
Elías, volvió con una gran jarra de agua y las sábanas que solicitó Godric, algo ajadas, pero pulcramente limpias, y las dejó al lado del altar donde yacía su cuerpo. Dirigiéndose al gran Salón habló con apagadas palabras a los allí presentes.
- Si me disculpáis, no tengo apetito, ha sido un día muy duro y deseo descansar antes del sepelio de mañana, al alba, los que deseéis estar presentes, podéis acudir fuera de la casa, en el patio, desde allí nos moveremos al hogar de Colton, está a unos diez minutos alrededor de la colina y el bosque, donde lo inhumaremos. Después podéis marchar hacia Saltmarsh, no os demoraremos más. Vuestras dependencias están en esta planta, por esa puerta al fondo. No son muy lujosas, pero están secas y ese ala de la mansión es muy tranquila.
Tras su disculpa, el pastor subió las escaleras y se perdió en la oscuridad del segundo piso como un fantasma agónico.
Minutos después y aprovechando que todos o casi todos estaban ya en la sala con la crepitante chimenea, ambas cocineras sacaron un exquisito pero sencillo guiso de jabalí, que sirvieron a todos en profundos platos tallados en madera, los cubiertos del mismo material fueron repartidos y con una sonrisa se disponían a despedirse cuando se percataron de que faltaba Godric, sobrándoles un plato.
- ¿No había venido un sacerdote con vosotros? ¿Se ha retirado ya a descansar y no va a cenar?
Fue entonces cuando la puerta se abrió de nuevo repentinamente. Una ráfaga de frió golpeó la sala y el fuego tembló vigorosamente mientras combatía la corriente húmeda que pugnaba por gobernar el gran salón. Parte de la lluvia arreció entrando en el vestíbulo de la mansión, y cuando un relámpago iluminó el exterior, una figura enmascarada y cubierta de barro y sangre asomó en el umbral... Khalion.
Con un grito apagado Pascuala pidió socorro a los aguerridos aventureros que la protegían, dejando volar su temerosa imaginación.
- ¡AAAAAAHHH! ¡Socorro, un bandido levantado de su tumba y sediento de nuestra sangre vital nos ataca,....!
" ¡Oh la Oscuridad...! "