Leobald observaba aquella figura malvada mofarse. Ignoraba quien era o por qué quería matar a Khalion. Una vez más demasiados secretos entre ellos se convertían en problemas. Suspiró mientras levantaba trabajosamente el escudo. Sin duda, parecía un oponente peligroso y perverso. ¿Cual sería su historia? ¿Tenía que ver aquel ser con el libro de Sanbalet, con el Imp encerrado, los fragmentos de Levistus de Stygia? ¿Alojaba Khalion uno de los fragmentos de la espada que abriría la prisión del Archidiablo? Tenía razón en una cosa, necesitaban al kenku y al druida en aquel combate.
—¿Quién sois y por qué reclamáis la vida de Khalion? —preguntó al ser con aplomo—. Sabed que, a pesar de sus errores pasados, Khalion es ahora un agente de la corona y te enfrentas al Reino de Cormyr.
Quizá si le hacían hablar, su soberbia les ganara algo de tiempo y una porción de la verdad.
-Ha llegado el día.. por años añorado.- los ojos, todo azul, brillaban por la inmidiatez del combate, el mas exigente. Su voz, mas cavernosa de lo habitual, tenía un level eco como si la pronunciara dos veces, dos voces, a la vez.- Es el momento de morir.
Con paso firme se avanzó hacia el invitado, ignorando y apartando de su camino a aliados, amigos o enemigos. A unos pocos pies suficientes para evitar el alcance de las pobre almas encadenadas, jugó su baza mas desesperada. De uno de sus bolsillos extrajo una pequeña cuenta que arrojo al conjunto de enemigos encadenados entre si. Lanzó su Bead of Force al mas acorazado de los enemigos, aquel que iba mas allá de cualquier némesis.
Adriana observó a aquel ser del averno con estupefacción y bajó la mirada hacia la cabeza cercenada de Chack. Un miedo visceral le suplicó que echara a correr como si no hubiera un mañana y huyera de una muerte horrible, pero la curiosidad se impuso ante su instinto de supervivencia. De pronto, sintió la imperiosa necesidad de escuchar las respuestas a las preguntas de Leobald. Y, meditando sobre ellas, su mirada se alternó entre la figura amenazante y su compañero Khalion. Esos ojos, ese azul y ese brillo eran… perturbadoramente idénticos.
No pudo resistirse, necesitaba saber si la idea peregrina que azotaba su mente era cierta. Demasiadas incógnitas e incertidumbre. Con la última frase del aasimar, la hechicera tomó impulso y de un salto se interpuso entre los dos enemigos.
- ¡Quietos! - exclamó, extendiendo los brazos en ademán de separarles - ¿sois… mellizos? - preguntó, mirando a ambos alternativamente - ¿Qué significa esto? ¿El Primero de Siete es… tu hermano?- se dirigió con un gesto incrédulo a Khalion - Por favor, ¿podemos comportarnos como seres civilizados y aclarar todo este asunto mediante la palabra en vez de recurrir una y otra vez a la violencia? - rogó. Carraspeo levemente. - Primero de Siete… ¿puedes explicarnos por qué quieres matar a Khalion? ¿Qué lleva Khalion dentro de sí que ansias tanto?- fijó su mirada en él, haciendo una mueca pensativa - Me han hablado de ti… tus antiguos compañeros. Estamos ayudando a Ilaiah y a Kaddrok, al grupo de capas grises al que pertenecías antiguamente. Sé queperdisteis el contacto hace tiempo pero… también sé que el vínculo que os unía es difícil de destruir aunque vuestros caminos se hayan separado. Si de alguna manera quisieras ayudarles, haciéndonos daño conseguirás todo lo contrario - aseguró, esperando que esta mención le hiciera reaccionar de alguna manera.
Mientras tanto, Khalion se acercaba a ellos, ajeno o no a sus palabras, lanzándole algo a su enemigo.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Viendo que Adriana se movia para interponerse entre el ser con armadura y Khalion, Godric dejó escapar un suspiro que daba a entender que comprendía al caballero.
Sin embargo su mano aferró con más fuerza su mágica maza que pareció refulgir un poco más.
Ready action: Si el caballero ataca a Adriana lanzo un Sunbeam para que le pille a él y a la mayoría de sus encadenados pero no a a Adriana.
La aberrante y exagerada carcajada, ante las preguntas de Leobald, fue tan sonora, que incluso las silenciosas aves agazapadas entre zarzales y arbustos moribundos cercanos, salieron volando como si no hubiera un mañana, alejándose de allí. El caballero caído pareció ignorar a su contraparte benigna como si no existiera.
Sin embargo, si su rostro pudiera verse, mostraría la sorpresa más absoluta, cuando en vez de recibir el esperado ataque, una alta elfa pelirroja se interpuso entre su siniestra figura, la de sus esclavos, y el resto de agentes. La retahíla de preguntas llovió sobre él como el granizo, desconcertándole ligeramente, y, si hubiera llegado a contestar alguna vez o no, nunca se podría saber, puesto que una explosión de fuerza sacudió la zona donde él se encontraba... lanzando restos de lodo y cieno hacia todas partes, ... las cadenas que ataban a sus servidores, se agitaron elevando una metálica música que acompañó la sacudida, y que en cierta manera obligó al caballero negro a doblar parcialmente la rodilla para mantener el equilibrio.
Una burbuja de fuerza centrada en el caballero se formó a su alrededor, evitando que nada pudiera entrar o salir, mientras, entre gritos de agonía y dolor, los cuatro humanos encadenados del cuello a la armadura, comenzaron a balbucear... de una manera bastante lastimera, sin contener el sufrimiento que estaban pasando. Mientras las cadenas que los ataban a su esclavizador comenzaban a brillar con un tono púrpura oscuro, absorbiéndoles la vida perdida por su amo, y restaurándosela de manera pasiva.
- No... ¿porqué nos hacéis esto? ... Duele ... por favor, acabar con nuestro sufrimiento... pero no así ...
Este cántico funesto, fue suficiente para hacer dudar a todos los agentes, si esos humanos estaban realmente vivos, y eran usados como escudos para prevenir cualquier daño al portador de la armadura maldita.
Ignorando los gritos de sufrimiento, Uno de Siete, se recompuso de la sacudida, y mientras promulgaba unas breves palabras, un escudo circular de perfecta oscuridad se formó de la nada en su mano izquierda. Estaba compuesto por negrura absoluta, que no reflejaba ni la luz misma, como un abismo insoldable que protegía su flanco.
- Así ... así ... eso es lo que esperaba ...
Alzando la mano escudada con la palma abierta, hizo otro rápido gesto, cerrando su puño. Instantáneamente, la burbuja de fuerza que le rodeaba se astilló y con un breve parpadeo, se quebró entera liberándole al instante. Uno de sus esclavos se retorció especialmente en agonía cuando esto sucedió.
Acercándose a Khalion, mientras éste hacía lo mismo se encontró con Adriana, dispuesta a parar esa locura.
- Hablas demasiado... aparta puerca...
La espada rúnica se dispuso a cercenar a la hechicera en dos, con un potente tajo seguido de otro, que cayeron sobre la alta elfa... pero en ese momento, un preparado Godric, terminó de conjurar su potente hechizo, ignorando si éste pudiera tener consecuencias también sobre los esclavos inocentes, lo importante era salvarle a ella. Un haz de luz radiante fluyó de sus manos, y colocado estratégicamente como estaba, consiguió golpear a su enemigo únicamente, intentando cegarle en el proceso. Las manos del sacerdote siguieron brillando tras lanzar el haz, mientras ese poder era mantenido por su arma, "La Aplastadora de Ocasos"
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De algún modo, y aunque el haz solar le impactó de lleno, Uno de Siete interpuso en el último momento su escudo abisal, consiguiendo evitar tanto su vulnerabilidad a ese tipo de ataque, como sus efectos secundarios, sin embargo, algo no funcionó del todo bien esta vez, y su armadura no consiguió desviar el ataque a los humanos que arrastraba consigo, quemando a su portador por dentro, que por primera vez en ... décadas... gritó de dolor... una sensación casi olvidada ya.
Mientras el humo brotaba por la comisuras y rendijas de su coraza, quizás este sufrimiento causado por Godric, le insufló aún más de ira. Completando su doble tajo sobre Adriana.
Los cortes, como prometía su hoja rúnica cumplieron de sobra, casi partiendo por la mitad a su víctima. Sangre y cieno se mezclaron en el suelo, mientras la hechicera luchaba por no perder el conocimiento mientras su abdomen pugnaba por no expulsar sus tripas a su alrededor como si fuera una grotesca fuente en un matadero.
- Ese arma -Uno de Siete desvió la mirada azulada unos segundos hacia Godric antes de volver a clavarla en Khalion - Me pertenece ... no sabes lo que tienes entre manos, pero resolveremos ese asunto... después de que elimine a la esquirla perdida de "Las Mandíbulas de la Ventisca" ... sólo puede quedar uno ...
Entiendo que ahora todos tiráis iniciativa... abro un privado para el combate como tengo con los "exploradores" ajenos a este encuentro.
—¡No! —gritó el caballero con frustración, mientras elevaba la mano del escudo en dirección a su enemigo y desenvainaba su espada.
En mi Reaction uso el Rebuke de Violent: Immediately after an attacker within 30 ft. deals damage with an attack against a creature other than you, you can use your reaction to force the attacker to make a WIS saving throw (DC 12). On failure, the attacker takes radiant damage equal to the damage it just dealt, or half damage on success.
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Comienza el turno... con Uno de Siete de Nuevo.
Los azulados ojos del caballero caído parecieron refulgir con especial odio cuando un segundo haz de luz radiante le golpeaba desde dentro. Su casco se desvió, de nuevo, unos segundos, hacia Leobald, localizando la segunda fuente de posible daño directo hacia su persona, sin embargo su objetivo primario era claramente otro. Avanzando como un behemot imparable, haciendo resonar unas gorgoteantes pisadas cada vez que se movía, e ignorando completamente a la herida elfa, Uno de Siete se lanzó contra Khalion, primero con una estocada con su espada rúnica, intentando ensartarle, y una segunda acción que parecía impensable, agarrarle el cuello con su mano izquierda, para levantarlo como un muñeco de trapo y perpretar sobre él su oscuro propósito.
Mientras las carcajadas del vil enemigo volvían a hacer eco por todo el pantano, sus ataques parecían demoledores, imparables... y a pesar de las resistencias innatas del Aasimar, su piel se ajaba y se podría allí donde la espada, o el puño enguantado tocaban. Entre risas, Uno de Siete, sentenció a los demás miembros de los Agentes, ordenando a sus esclavos que acabaran con toda resistencia...
- ¡Alimentaos!, ¡Probad su Carne!
Los humanos se mi muertos encadenados parecieron entrar en un frenesí salvaje, abriendo sus bocas tumefactas cuajadas de dientes podridos y retorcidos, afilados y ... hambrientos. Las cadenas parecieron ceder la distancia correcta para que todos los enemigos del caballero impío fueran atacados, especialmente Godric, donde se concentraron dos de esas criaturas esclavas.
Attack Claw vs Godric: 22 Damage: 9 - DC 10 Constitution saving throw or be paralyzed for 1 minute.
Attack Claw vs Godric: 5 Damage: Unable to parse dice roll. - DC 10 Constitution saving throw or be paralyzed for 1 minute.
Attack Claw vs Leobald: 7 Damage: 7 - DC 10 Constitution saving throw or be paralyzed for 1 minute.
Mientras Adriana era devorada sin piedad, con trozos de su cuello arrancados a mordiscos, el resto del grupo recibió el embate con mejor o peor suerte. Leobald desvió con facilidad las garras que intentaban arrancarle el escudo, y de paso la vida, mientras Godric conseguía repeler a uno de sus atacantes fácilmente, pero caía herido por el otro. Súbitamente una intensa ponzoña comenzó a recorrer sus venas desde allí, donde había abierto herida su enemigo.
Sintiendo como todo su cuerpo se iba entumeciendo, comenzó a temer por su vida y la de sus amigos.
Mas allá de medio muerto el aasimar se incorporó con su pescuezo liberado de las manos del acorazado uno de siete. Su final parecía el mismo de tantos otros agentes de la corona, morir en los pantanos.
Necesitaba ganar rango y mermar a su rival. Mediante una maniobra de espadachín trató de zafarse del cuerpo a cuerpo para poder maldecir al guerrero de oscura armadura.
La retirada extremadamente cobarde a los ojos de Uno de Siete por parte de Khalion, pareció enfurecer de manera soberana al tirano caballero.
- Otra prueba de que no eres digno de su poder... escurridizo y pusilánime ... No me hagas... usar todo mi poder en alguien tan insignificante como tú...
Mientras, un ágil Godric, al contrario que su compañero, y sin miedo a ser castigado duramente por sus enemigos, esquivó sin problemas las chorreantes e infectas garras que le amenazaban para situarse en la posición más correcta para seguir usando su poderoso conjuro... prácticamente diseñado contra tan ingente enemigo. Con un gesto previo a tan osada hazaña, una magia revivificante envolvió el cuerpo agonizante de Adriana, que recuperó la conciencia justo a tiempo de actuar.
Mirando a su alrededor, desde el suelo, observó como uno de esos esclavos antropófagos, estaba prácticamente encima suya, y de sus mandíbulas babeaba aún restos de su carne mientras era masticada con un ansia insaciable. Sus ojos inyectados en sangre prometían seguir alimentándose de su cuerpo...
Otro grito de dolor azotó los oídos de todos los presentes, acompañado de un olor carne muerta quemada... El haz del joven sacerdote había hecho de nuevo mella en su persona, y la armadura volvía a rezumar humo y angustia.
Las buenas intenciones de Adriana se vieron cercenadas, al igual que su vientre, de manera abrupta y violenta. La alta elfa observó estupefacta como brotaba la sangre y las tripas de su cuerpo, intentando aferrarlas con ambas manos y taponar la herida sin éxito. En tan solo unos segundos se sintió tan débil que perdió la consciencia cayendo al suelo, lo que le permitió ahorrarse el horror de sentir cómo uno de los zombies la alcanzaba y la devoraba viva.
En el limbo de la inconsciencia en el que se encontraba, donde todo era silencio y oscuridad y descanso, una luz cálida abrazó su cuerpo despertándola de aquel sueño infinito, restañando sus heridas lo suficiente como para tomar de nuevo el control de sí misma. Con un intenso e indescriptible dolor en cada célula de su cuerpo, abrió los ojos para comprobar que uno de los zombies se precipitaba hacia ella implacablemente.
“Huye” fue todo lo que se escuchó en su mente. Dio un vistazo a su alrededor y fijó la mirada en Khalion. Unas chispitas que antes se manifestaban con los colores y el brillo del arcoíris, ahora tomaban la forma de una nube de ceniza gris apagado, surgiendo en la nada que había provocado el teletransporte de la hechicera. Su imagen se dibujó de nuevo al lado del aasimar al que, con una de sus manos ensangrentadas, acarició en el antebrazo. Automáticamente Khalion sintió el alivio de la curación. Necesitaría toda la ayuda posible para enfrentarse al gemelo que le perseguía.
Sin mediar palabra, con una mueca de profundo dolor, Adriana corrió hacia Leobald, quedándose refugiada a sus espaldas, intentando recuperar el aliento y no desmayarse de nuevo.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Leobald atacó al ser que tenía delante y trató de serenarse tomando aliento. Adriana y Khalion estaban muy heridos. Debía protegerles, simplemente eran demasiado enemigos. Godric tendría que seguir dañando al caballero oscuro en solitario. Volvió a atacar haciendo un ensayada finta doble que podría en jaque a su contrincante. Enseguida dio un paso atrás para poder proteger a Adriana con el escudo de ser necesario.
El caballero aterrizó un sólo golpe en el necrófago que amenazaba con desgarrarle la carne y paralizar su cuerpo, con un brillante castigo radiante acompañando ese embate, la criatura chilló mientras las pupilas de sus ojos se dilataban de una manera quizás demasiado humana... suplicante y fulminante. Intentando arañasr el rostro de Leobald en un último gesto agonizante, el ser calló al suelo... Al parecer, las heridas traspasadas por Uno de Siete a sus esbirros en la explosión que provocó Khalion al principio del combate, habían hecho mella. Mientras se disolvía entre cenizas y lodo, liberando su cadena, sólo emitió una palabra inteligente.
- Gracias...
El humeante y poderoso enemigo al que se enfrentaban los agentes, miró con desdén su cadena vacía, y viendo la nueva reposición de todos aquellos que osaban interponerse en su camino, dejando vulnerable y aislado al sacerdote que era el que más dolor le estaba infligiendo, cargó contra él sin pensárselo ni un instante. Su movimiento seguía siendo bastante rápido y sobrenatural para moverse en aquella armadura pesada sobre cieno movedizo.
- Serás el próximo reemplazo en mi cadena, hijo de la Luz, los tuyos ya fracasaron una vez intentando retenerme, y hoy, eso volverá a ocurrir.
Alzando su espada, y esta vez asiéndola por las dos manos, Uno de Siete desmaterializó su escudo de vacío, maniobra necesaria al parecer para asestar el golpe mortal sobre Godric. Una concentración de oscuridad envolvió la espada, una negrura que devoraba la misma luz, como su previa rodela de oscuridad. Cargando su arma con esa energía impía, casi cósmica, se dispuso a defenestrar al sacerdote.
La doble estocada de su espadón rúnico fue desviada en ambos casos por el escudo del joven curandero, que sintió como su brazo se entumecía intentando bloquear la mortal lluvia de golpes y vacío que intentaba engullirlo. Al mismo tiempo, los dos necrófagos rabiosos que había dejado atrás, se volvieron a lanzar contra él con renovadas energías, donde uno de ellos consiguió hendir sus defensas y volver a abrirle nuevas heridas en su cuerpo...
El necrófago restante, que había visto como su élfico plato de comida se había escapado de su alcance mágicamente, cargó contra Leobald para intentar probar sus preciosa carne ya ajada con el tiempo, consiguiéndolo al aprovechar la postura del caballero para defender más a sus aliados que a él mismo. El veneno empezó a actuar, y los cansado brazos del paladín comenzaron a fallar.
Godric y Leobald deben hacer sus tiradas de ST de CON a DC 10 o quedan paralizados. Además Godric tiene que hacer una nueva tirada de Concentración.
Si la saña fuera hechizo sería la maldición Hex. Con todo el desprecio el aasimar señaló al primero de siete para desatar sobre él sus mas profundos miedos, odios y desprecios. La obsesión sobre su opuesto era fruto de su vínculo sobrenatural, mas allá de este mundo, mas allá de este plano de existencia.
Incapaz de ver mas allá de su rival, ignoró amigos y enemigos, masacrados por igual, acentuando su visión de túnel hacia el enorme caballero de ojos todo azul. Fijó bien los pies acomodando un disparo certero con su enorme ballesta pesada, apuntando con mal hacer. Pese al tiempo invertido el virote voló pasando de largo y cruzando el pantano que los rodeaba.
La cólera se abrió paso. Un grito lleno de frustración que le hizo tirar la ballesta al suelo señalando con Alure a Uno de siete. -Muerte, solo muerte, como principio y como final. Sólo puede quedar uno..-Y se dispuso a cargar encolerizado a un combate entre aceros del que se sabía en desventaja.
El gruñido de dolor del ímpio guerrero confirmó a Godric que el poder de Lathander le afectaba. Si tan sólo pudiera mantenerlo dentro del rayo de luz divina... pero entonces el formidable adversario cargó contra él. Godric apenas tuvo tiempo de levantar el escudo para desviar los poderosos embates del caballero oscuro. Su brazo se entumeció con el primer golpe, y saltaron chispas y pequeñas llamas negras cayeron como una negra lluvia ardiente sobre él con el segundo impacto. Godric no lo soportó y una de sus rodillas se dobló en el barro. Fue en ese momento cuando los encadenados siervos se lanzaron contra él de nuevo, y aunque en su ciega rabia uno de ellos se interpuso con el otro, el segundo mordió al joven clérigo en el antebrazo que sostenía a Duskcrusher. El dolor hizo que el joven clérigo emitiera un gemido y la brillante luz que emitía la sagrada arma fluctuó y se apagó un poco.
La intensidad del brillo azulado que emanaba del cerrado casco del guerrero creció, sin duda previendo el final del molesto muchacho y su poder sagrado.
El reflejo de ese brillo en los ojos de Godric se convirtió en pánico. El muchacho sabía que no sería capaz de soportar semejante castigo y que no era rival en cuerpo a cuerpo contra ese enemigo. Susurró unas palabras mientras comenzaba a retroceder.
-Lathander, te lo ruego, ayúdame a proteger a mis amigos de este ser impío. No permitas que su maldad continúe mancillando el mundo que tú bañas con tu Luz...-
Respondiendo a la plegaria del joven, el símbolo sagrado que portaba en su cuello se iluminó brevemente. No fue algo tan intenso como los poderosos rayos que emanaron antes de su maza, pero lo suficiente como para cegar momentáneamente tanto al clérigo como a sus enemigos. Godric parpadeó, y dio más pasos para alejarse de sus enemigos. Su sorpresa fue mayúscula cuando, al despejarse su vista vio que no estaba huyendo hacia atrás, si no, hacia arriba. Cada paso que daba, la neblina que les rodeaba parecía iluminarse débilmente, durante un segundo, como se comienza a iluminar el horizonte minutos antes de la salida del sol. Godric continuó ascendiendo, o saltando, o deslizándose por el aire, huyendo de sus enemigos donde esperaba, no fueran capaces de alcanzarle, mientras intentaba mantener el equilibrio y no marearse por la extraña sensación.
Tras recuperar el aliento unos minutos y sintiéndose protegida por la figura de Leobald, la hechicera se movió unos pasos hacia atrás para coger distancia. Aún sin poder erguirse completamente por el dolor de la herida, conjuró dos rayos que brotaron de sus manos tímidamente. Uno de ellos se perdió en la inmensidad del bosque. El otro, certero pero débil, impactó en el zombie que luchaba con el caballero, sin ser suficiente para arrebatarle la vida.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
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Leobald observaba aquella figura malvada mofarse. Ignoraba quien era o por qué quería matar a Khalion. Una vez más demasiados secretos entre ellos se convertían en problemas. Suspiró mientras levantaba trabajosamente el escudo. Sin duda, parecía un oponente peligroso y perverso. ¿Cual sería su historia? ¿Tenía que ver aquel ser con el libro de Sanbalet, con el Imp encerrado, los fragmentos de Levistus de Stygia? ¿Alojaba Khalion uno de los fragmentos de la espada que abriría la prisión del Archidiablo? Tenía razón en una cosa, necesitaban al kenku y al druida en aquel combate.
—¿Quién sois y por qué reclamáis la vida de Khalion? —preguntó al ser con aplomo—. Sabed que, a pesar de sus errores pasados, Khalion es ahora un agente de la corona y te enfrentas al Reino de Cormyr.
Quizá si le hacían hablar, su soberbia les ganara algo de tiempo y una porción de la verdad.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
-Ha llegado el día.. por años añorado.- los ojos, todo azul, brillaban por la inmidiatez del combate, el mas exigente. Su voz, mas cavernosa de lo habitual, tenía un level eco como si la pronunciara dos veces, dos voces, a la vez.- Es el momento de morir.
Con paso firme se avanzó hacia el invitado, ignorando y apartando de su camino a aliados, amigos o enemigos. A unos pocos pies suficientes para evitar el alcance de las pobre almas encadenadas, jugó su baza mas desesperada. De uno de sus bolsillos extrajo una pequeña cuenta que arrojo al conjunto de enemigos encadenados entre si. Lanzó su Bead of Force al mas acorazado de los enemigos, aquel que iba mas allá de cualquier némesis.
Adriana observó a aquel ser del averno con estupefacción y bajó la mirada hacia la cabeza cercenada de Chack. Un miedo visceral le suplicó que echara a correr como si no hubiera un mañana y huyera de una muerte horrible, pero la curiosidad se impuso ante su instinto de supervivencia. De pronto, sintió la imperiosa necesidad de escuchar las respuestas a las preguntas de Leobald. Y, meditando sobre ellas, su mirada se alternó entre la figura amenazante y su compañero Khalion. Esos ojos, ese azul y ese brillo eran… perturbadoramente idénticos.
No pudo resistirse, necesitaba saber si la idea peregrina que azotaba su mente era cierta. Demasiadas incógnitas e incertidumbre. Con la última frase del aasimar, la hechicera tomó impulso y de un salto se interpuso entre los dos enemigos.
- ¡Quietos! - exclamó, extendiendo los brazos en ademán de separarles - ¿sois… mellizos? - preguntó, mirando a ambos alternativamente - ¿Qué significa esto? ¿El Primero de Siete es… tu hermano? - se dirigió con un gesto incrédulo a Khalion - Por favor, ¿podemos comportarnos como seres civilizados y aclarar todo este asunto mediante la palabra en vez de recurrir una y otra vez a la violencia? - rogó. Carraspeo levemente. - Primero de Siete… ¿puedes explicarnos por qué quieres matar a Khalion? ¿Qué lleva Khalion dentro de sí que ansias tanto? - fijó su mirada en él, haciendo una mueca pensativa - Me han hablado de ti… tus antiguos compañeros. Estamos ayudando a Ilaiah y a Kaddrok, al grupo de capas grises al que pertenecías antiguamente. Sé que perdisteis el contacto hace tiempo pero… también sé que el vínculo que os unía es difícil de destruir aunque vuestros caminos se hayan separado. Si de alguna manera quisieras ayudarles, haciéndonos daño conseguirás todo lo contrario - aseguró, esperando que esta mención le hiciera reaccionar de alguna manera.
Mientras tanto, Khalion se acercaba a ellos, ajeno o no a sus palabras, lanzándole algo a su enemigo.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Viendo que Adriana se movia para interponerse entre el ser con armadura y Khalion, Godric dejó escapar un suspiro que daba a entender que comprendía al caballero.
Sin embargo su mano aferró con más fuerza su mágica maza que pareció refulgir un poco más.
Ready action: Si el caballero ataca a Adriana lanzo un Sunbeam para que le pille a él y a la mayoría de sus encadenados pero no a a Adriana.
PbP Character: A few ;)
La aberrante y exagerada carcajada, ante las preguntas de Leobald, fue tan sonora, que incluso las silenciosas aves agazapadas entre zarzales y arbustos moribundos cercanos, salieron volando como si no hubiera un mañana, alejándose de allí. El caballero caído pareció ignorar a su contraparte benigna como si no existiera.
Sin embargo, si su rostro pudiera verse, mostraría la sorpresa más absoluta, cuando en vez de recibir el esperado ataque, una alta elfa pelirroja se interpuso entre su siniestra figura, la de sus esclavos, y el resto de agentes. La retahíla de preguntas llovió sobre él como el granizo, desconcertándole ligeramente, y, si hubiera llegado a contestar alguna vez o no, nunca se podría saber, puesto que una explosión de fuerza sacudió la zona donde él se encontraba... lanzando restos de lodo y cieno hacia todas partes, ... las cadenas que ataban a sus servidores, se agitaron elevando una metálica música que acompañó la sacudida, y que en cierta manera obligó al caballero negro a doblar parcialmente la rodilla para mantener el equilibrio.
Tirada de Salvación "Uno de Siete" DEX DC 15: 3
Tiraada de Salvación Servidores DEX DC 15: 5
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Daño para todos (5d4): 11
Una burbuja de fuerza centrada en el caballero se formó a su alrededor, evitando que nada pudiera entrar o salir, mientras, entre gritos de agonía y dolor, los cuatro humanos encadenados del cuello a la armadura, comenzaron a balbucear... de una manera bastante lastimera, sin contener el sufrimiento que estaban pasando. Mientras las cadenas que los ataban a su esclavizador comenzaban a brillar con un tono púrpura oscuro, absorbiéndoles la vida perdida por su amo, y restaurándosela de manera pasiva.
- No... ¿porqué nos hacéis esto? ... Duele ... por favor, acabar con nuestro sufrimiento... pero no así ...
Este cántico funesto, fue suficiente para hacer dudar a todos los agentes, si esos humanos estaban realmente vivos, y eran usados como escudos para prevenir cualquier daño al portador de la armadura maldita.
Ignorando los gritos de sufrimiento, Uno de Siete, se recompuso de la sacudida, y mientras promulgaba unas breves palabras, un escudo circular de perfecta oscuridad se formó de la nada en su mano izquierda. Estaba compuesto por negrura absoluta, que no reflejaba ni la luz misma, como un abismo insoldable que protegía su flanco.
- Así ... así ... eso es lo que esperaba ...
Alzando la mano escudada con la palma abierta, hizo otro rápido gesto, cerrando su puño. Instantáneamente, la burbuja de fuerza que le rodeaba se astilló y con un breve parpadeo, se quebró entera liberándole al instante. Uno de sus esclavos se retorció especialmente en agonía cuando esto sucedió.
Acercándose a Khalion, mientras éste hacía lo mismo se encontró con Adriana, dispuesta a parar esa locura.
- Hablas demasiado... aparta puerca...
La espada rúnica se dispuso a cercenar a la hechicera en dos, con un potente tajo seguido de otro, que cayeron sobre la alta elfa... pero en ese momento, un preparado Godric, terminó de conjurar su potente hechizo, ignorando si éste pudiera tener consecuencias también sobre los esclavos inocentes, lo importante era salvarle a ella. Un haz de luz radiante fluyó de sus manos, y colocado estratégicamente como estaba, consiguió golpear a su enemigo únicamente, intentando cegarle en el proceso. Las manos del sacerdote siguieron brillando tras lanzar el haz, mientras ese poder era mantenido por su arma, "La Aplastadora de Ocasos"
Tirada de Salvación CON DC 15: 4 - Daño: 20
" ¡Oh la Oscuridad...! "
De algún modo, y aunque el haz solar le impactó de lleno, Uno de Siete interpuso en el último momento su escudo abisal, consiguiendo evitar tanto su vulnerabilidad a ese tipo de ataque, como sus efectos secundarios, sin embargo, algo no funcionó del todo bien esta vez, y su armadura no consiguió desviar el ataque a los humanos que arrastraba consigo, quemando a su portador por dentro, que por primera vez en ... décadas... gritó de dolor... una sensación casi olvidada ya.
Mientras el humo brotaba por la comisuras y rendijas de su coraza, quizás este sufrimiento causado por Godric, le insufló aún más de ira. Completando su doble tajo sobre Adriana.
Attack: 23 Damage: 8 - 2d6 son de Daño: Necrotic
Attack: 20 Damage: 20 - 2d6 son de Daño: Necrotic
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Los cortes, como prometía su hoja rúnica cumplieron de sobra, casi partiendo por la mitad a su víctima. Sangre y cieno se mezclaron en el suelo, mientras la hechicera luchaba por no perder el conocimiento mientras su abdomen pugnaba por no expulsar sus tripas a su alrededor como si fuera una grotesca fuente en un matadero.
- Ese arma - Uno de Siete desvió la mirada azulada unos segundos hacia Godric antes de volver a clavarla en Khalion - Me pertenece ... no sabes lo que tienes entre manos, pero resolveremos ese asunto... después de que elimine a la esquirla perdida de "Las Mandíbulas de la Ventisca" ... sólo puede quedar uno ...
Entiendo que ahora todos tiráis iniciativa... abro un privado para el combate como tengo con los "exploradores" ajenos a este encuentro.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
—¡No! —gritó el caballero con frustración, mientras elevaba la mano del escudo en dirección a su enemigo y desenvainaba su espada.
En mi Reaction uso el Rebuke de Violent:
Immediately after an attacker within 30 ft. deals damage with an attack against a creature other than you, you can use your reaction to force the attacker to make a WIS saving throw (DC 12). On failure, the attacker takes radiant damage equal to the damage it just dealt, or half damage on success.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Comienza el turno... con Uno de Siete de Nuevo.
Los azulados ojos del caballero caído parecieron refulgir con especial odio cuando un segundo haz de luz radiante le golpeaba desde dentro. Su casco se desvió, de nuevo, unos segundos, hacia Leobald, localizando la segunda fuente de posible daño directo hacia su persona, sin embargo su objetivo primario era claramente otro. Avanzando como un behemot imparable, haciendo resonar unas gorgoteantes pisadas cada vez que se movía, e ignorando completamente a la herida elfa, Uno de Siete se lanzó contra Khalion, primero con una estocada con su espada rúnica, intentando ensartarle, y una segunda acción que parecía impensable, agarrarle el cuello con su mano izquierda, para levantarlo como un muñeco de trapo y perpretar sobre él su oscuro propósito.
Attack Darksword: 26 Damage: 8 - 2d6 Daño Necrótico
Attack Darkhand: 19 Damage: 14 - 2d6 Daño Necrótico
Grapple Attempt (free if the Darkhand attack hits) : Athletics - 21
Reaction (Devouring Grasp - If Grapple success) - Drain Life: 27 - Necrotic - TS CON DC 14 for half Damage
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Mientras las carcajadas del vil enemigo volvían a hacer eco por todo el pantano, sus ataques parecían demoledores, imparables... y a pesar de las resistencias innatas del Aasimar, su piel se ajaba y se podría allí donde la espada, o el puño enguantado tocaban. Entre risas, Uno de Siete, sentenció a los demás miembros de los Agentes, ordenando a sus esclavos que acabaran con toda resistencia...
- ¡Alimentaos!, ¡Probad su Carne!
Los humanos se mi muertos encadenados parecieron entrar en un frenesí salvaje, abriendo sus bocas tumefactas cuajadas de dientes podridos y retorcidos, afilados y ... hambrientos. Las cadenas parecieron ceder la distancia correcta para que todos los enemigos del caballero impío fueran atacados, especialmente Godric, donde se concentraron dos de esas criaturas esclavas.
Attack Claw vs Godric: 22 Damage: 9 - DC 10 Constitution saving throw or be paralyzed for 1 minute.
Attack Claw vs Godric: 5 Damage: Unable to parse dice roll. - DC 10 Constitution saving throw or be paralyzed for 1 minute.
Attack Claw vs Leobald: 7 Damage: 7 - DC 10 Constitution saving throw or be paralyzed for 1 minute.
Attack Bite vs Adriaba: 22 Damage: 19
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Mientras Adriana era devorada sin piedad, con trozos de su cuello arrancados a mordiscos, el resto del grupo recibió el embate con mejor o peor suerte. Leobald desvió con facilidad las garras que intentaban arrancarle el escudo, y de paso la vida, mientras Godric conseguía repeler a uno de sus atacantes fácilmente, pero caía herido por el otro. Súbitamente una intensa ponzoña comenzó a recorrer sus venas desde allí, donde había abierto herida su enemigo.
Sintiendo como todo su cuerpo se iba entumeciendo, comenzó a temer por su vida y la de sus amigos.
Turno de Khalion
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Mas allá de medio muerto el aasimar se incorporó con su pescuezo liberado de las manos del acorazado uno de siete. Su final parecía el mismo de tantos otros agentes de la corona, morir en los pantanos.
Necesitaba ganar rango y mermar a su rival. Mediante una maniobra de espadachín trató de zafarse del cuerpo a cuerpo para poder maldecir al guerrero de oscura armadura.
La retirada extremadamente cobarde a los ojos de Uno de Siete por parte de Khalion, pareció enfurecer de manera soberana al tirano caballero.
- Otra prueba de que no eres digno de su poder... escurridizo y pusilánime ... No me hagas... usar todo mi poder en alguien tan insignificante como tú...
Mientras, un ágil Godric, al contrario que su compañero, y sin miedo a ser castigado duramente por sus enemigos, esquivó sin problemas las chorreantes e infectas garras que le amenazaban para situarse en la posición más correcta para seguir usando su poderoso conjuro... prácticamente diseñado contra tan ingente enemigo. Con un gesto previo a tan osada hazaña, una magia revivificante envolvió el cuerpo agonizante de Adriana, que recuperó la conciencia justo a tiempo de actuar.
Mirando a su alrededor, desde el suelo, observó como uno de esos esclavos antropófagos, estaba prácticamente encima suya, y de sus mandíbulas babeaba aún restos de su carne mientras era masticada con un ansia insaciable. Sus ojos inyectados en sangre prometían seguir alimentándose de su cuerpo...
Otro grito de dolor azotó los oídos de todos los presentes, acompañado de un olor carne muerta quemada... El haz del joven sacerdote había hecho de nuevo mella en su persona, y la armadura volvía a rezumar humo y angustia.
Turno de Adriana
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Las buenas intenciones de Adriana se vieron cercenadas, al igual que su vientre, de manera abrupta y violenta. La alta elfa observó estupefacta como brotaba la sangre y las tripas de su cuerpo, intentando aferrarlas con ambas manos y taponar la herida sin éxito. En tan solo unos segundos se sintió tan débil que perdió la consciencia cayendo al suelo, lo que le permitió ahorrarse el horror de sentir cómo uno de los zombies la alcanzaba y la devoraba viva.
En el limbo de la inconsciencia en el que se encontraba, donde todo era silencio y oscuridad y descanso, una luz cálida abrazó su cuerpo despertándola de aquel sueño infinito, restañando sus heridas lo suficiente como para tomar de nuevo el control de sí misma. Con un intenso e indescriptible dolor en cada célula de su cuerpo, abrió los ojos para comprobar que uno de los zombies se precipitaba hacia ella implacablemente.
“Huye” fue todo lo que se escuchó en su mente. Dio un vistazo a su alrededor y fijó la mirada en Khalion. Unas chispitas que antes se manifestaban con los colores y el brillo del arcoíris, ahora tomaban la forma de una nube de ceniza gris apagado, surgiendo en la nada que había provocado el teletransporte de la hechicera. Su imagen se dibujó de nuevo al lado del aasimar al que, con una de sus manos ensangrentadas, acarició en el antebrazo. Automáticamente Khalion sintió el alivio de la curación. Necesitaría toda la ayuda posible para enfrentarse al gemelo que le perseguía.
Sin mediar palabra, con una mueca de profundo dolor, Adriana corrió hacia Leobald, quedándose refugiada a sus espaldas, intentando recuperar el aliento y no desmayarse de nuevo.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Leobald atacó al ser que tenía delante y trató de serenarse tomando aliento. Adriana y Khalion estaban muy heridos. Debía protegerles, simplemente eran demasiado enemigos. Godric tendría que seguir dañando al caballero oscuro en solitario. Volvió a atacar haciendo un ensayada finta doble que podría en jaque a su contrincante. Enseguida dio un paso atrás para poder proteger a Adriana con el escudo de ser necesario.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
El caballero aterrizó un sólo golpe en el necrófago que amenazaba con desgarrarle la carne y paralizar su cuerpo, con un brillante castigo radiante acompañando ese embate, la criatura chilló mientras las pupilas de sus ojos se dilataban de una manera quizás demasiado humana... suplicante y fulminante. Intentando arañasr el rostro de Leobald en un último gesto agonizante, el ser calló al suelo... Al parecer, las heridas traspasadas por Uno de Siete a sus esbirros en la explosión que provocó Khalion al principio del combate, habían hecho mella. Mientras se disolvía entre cenizas y lodo, liberando su cadena, sólo emitió una palabra inteligente.
- Gracias...
El humeante y poderoso enemigo al que se enfrentaban los agentes, miró con desdén su cadena vacía, y viendo la nueva reposición de todos aquellos que osaban interponerse en su camino, dejando vulnerable y aislado al sacerdote que era el que más dolor le estaba infligiendo, cargó contra él sin pensárselo ni un instante. Su movimiento seguía siendo bastante rápido y sobrenatural para moverse en aquella armadura pesada sobre cieno movedizo.
- Serás el próximo reemplazo en mi cadena, hijo de la Luz, los tuyos ya fracasaron una vez intentando retenerme, y hoy, eso volverá a ocurrir.
Alzando su espada, y esta vez asiéndola por las dos manos, Uno de Siete desmaterializó su escudo de vacío, maniobra necesaria al parecer para asestar el golpe mortal sobre Godric. Una concentración de oscuridad envolvió la espada, una negrura que devoraba la misma luz, como su previa rodela de oscuridad. Cargando su arma con esa energía impía, casi cósmica, se dispuso a defenestrar al sacerdote.
La doble estocada de su espadón rúnico fue desviada en ambos casos por el escudo del joven curandero, que sintió como su brazo se entumecía intentando bloquear la mortal lluvia de golpes y vacío que intentaba engullirlo. Al mismo tiempo, los dos necrófagos rabiosos que había dejado atrás, se volvieron a lanzar contra él con renovadas energías, donde uno de ellos consiguió hendir sus defensas y volver a abrirle nuevas heridas en su cuerpo...
El necrófago restante, que había visto como su élfico plato de comida se había escapado de su alcance mágicamente, cargó contra Leobald para intentar probar sus preciosa carne ya ajada con el tiempo, consiguiéndolo al aprovechar la postura del caballero para defender más a sus aliados que a él mismo. El veneno empezó a actuar, y los cansado brazos del paladín comenzaron a fallar.
Godric y Leobald deben hacer sus tiradas de ST de CON a DC 10 o quedan paralizados. Además Godric tiene que hacer una nueva tirada de Concentración.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Si la saña fuera hechizo sería la maldición Hex. Con todo el desprecio el aasimar señaló al primero de siete para desatar sobre él sus mas profundos miedos, odios y desprecios. La obsesión sobre su opuesto era fruto de su vínculo sobrenatural, mas allá de este mundo, mas allá de este plano de existencia.
Incapaz de ver mas allá de su rival, ignoró amigos y enemigos, masacrados por igual, acentuando su visión de túnel hacia el enorme caballero de ojos todo azul. Fijó bien los pies acomodando un disparo certero con su enorme ballesta pesada, apuntando con mal hacer. Pese al tiempo invertido el virote voló pasando de largo y cruzando el pantano que los rodeaba.
La cólera se abrió paso. Un grito lleno de frustración que le hizo tirar la ballesta al suelo señalando con Alure a Uno de siete. -Muerte, solo muerte, como principio y como final. Sólo puede quedar uno..- Y se dispuso a cargar encolerizado a un combate entre aceros del que se sabía en desventaja.
El gruñido de dolor del ímpio guerrero confirmó a Godric que el poder de Lathander le afectaba. Si tan sólo pudiera mantenerlo dentro del rayo de luz divina... pero entonces el formidable adversario cargó contra él. Godric apenas tuvo tiempo de levantar el escudo para desviar los poderosos embates del caballero oscuro. Su brazo se entumeció con el primer golpe, y saltaron chispas y pequeñas llamas negras cayeron como una negra lluvia ardiente sobre él con el segundo impacto. Godric no lo soportó y una de sus rodillas se dobló en el barro. Fue en ese momento cuando los encadenados siervos se lanzaron contra él de nuevo, y aunque en su ciega rabia uno de ellos se interpuso con el otro, el segundo mordió al joven clérigo en el antebrazo que sostenía a Duskcrusher. El dolor hizo que el joven clérigo emitiera un gemido y la brillante luz que emitía la sagrada arma fluctuó y se apagó un poco.
La intensidad del brillo azulado que emanaba del cerrado casco del guerrero creció, sin duda previendo el final del molesto muchacho y su poder sagrado.
El reflejo de ese brillo en los ojos de Godric se convirtió en pánico. El muchacho sabía que no sería capaz de soportar semejante castigo y que no era rival en cuerpo a cuerpo contra ese enemigo.
Susurró unas palabras mientras comenzaba a retroceder.
-Lathander, te lo ruego, ayúdame a proteger a mis amigos de este ser impío. No permitas que su maldad continúe mancillando el mundo que tú bañas con tu Luz...-
Respondiendo a la plegaria del joven, el símbolo sagrado que portaba en su cuello se iluminó brevemente. No fue algo tan intenso como los poderosos rayos que emanaron antes de su maza, pero lo suficiente como para cegar momentáneamente tanto al clérigo como a sus enemigos. Godric parpadeó, y dio más pasos para alejarse de sus enemigos. Su sorpresa fue mayúscula cuando, al despejarse su vista vio que no estaba huyendo hacia atrás, si no, hacia arriba. Cada paso que daba, la neblina que les rodeaba parecía iluminarse débilmente, durante un segundo, como se comienza a iluminar el horizonte minutos antes de la salida del sol. Godric continuó ascendiendo, o saltando, o deslizándose por el aire, huyendo de sus enemigos donde esperaba, no fueran capaces de alcanzarle, mientras intentaba mantener el equilibrio y no marearse por la extraña sensación.
PbP Character: A few ;)
Tras recuperar el aliento unos minutos y sintiéndose protegida por la figura de Leobald, la hechicera se movió unos pasos hacia atrás para coger distancia. Aún sin poder erguirse completamente por el dolor de la herida, conjuró dos rayos que brotaron de sus manos tímidamente. Uno de ellos se perdió en la inmensidad del bosque. El otro, certero pero débil, impactó en el zombie que luchaba con el caballero, sin ser suficiente para arrebatarle la vida.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"