—Por supuesto. Mis condolencias —Leobald se excusó educadamente y se retiró dejando a las mujeres con su duelo.
Elias estaba hablando con sus compañeros cuando volvió al salón. Le observó desde la puerta que llevaba a la cocina. El caballero le observaba compadeciéndole en silencio. Cuando el pastor subió las escaleras se deshizo de su armadura y su espada y se aseó recogiendo algo de agua de lluvia de la caída del canalón junto a la puerta principal. Ya habría tiempo de asearse correctamente luego. Las criadas sirvieron la cena enseguida, las saludó con seriedad y compasión, pero apenas probó bocado.
Cuando Khalion entró en el salón como un fantasma hizo amago de recoger su escudo hasta que reconoció su estampa.
—Sosegaos señora, es un amigo —trató de tranquilizar a Pascuala — ¿Qué te ha pasado? —le preguntó al espadachín.
La tormenta dio un respiro y una carcajada resonó sombría por el eco contra la máscara.-Justo para la cena.
No libre de esfuerzo el aasimar cerró las pesadas hojas de la puerta principal en una desigual batalla contra el fuerte vendaval exterior. Capa y capucha cayeron con el sordo ruido de la ropa húmeda. La masa de barro, tela y agua decoloraba el suelo del hall mientras el mercenario se ajustaba la improvisada máscara.
-La figura encapuchada..- dijo ignorando a la exaltada señora.- creí poder seguirla.. pero fracasé y fui descubierto. Desgraciadamente solo he conseguido tener mas preguntas.- le reconoció al veterano caballero mientras buscaba entre los comensales a Elías.- Esta "comunidad"..-dijo con desonfianza.-¿donde se encuentra nuestro anfitrión? ¿Y Colton?
La elfa escuchó con pesar las palabras de Elías, sintiendo su dolor y una profunda lástima por él. Las respuestas que buscaba deberían esperar al día siguiente, cuando el anfitrión hubiera calmado su ánimo.
Adriana se sentó a la mesa, hambrienta y cansada, casi saboreando la comida con solo percibir el aroma que embriagaba el ambiente. Antes de que pudiera probar bocado, las palabras de Dolores la alertaron de la ausencia de Godric y, casi inmediatamente, se percató de que no había visto a Khalion desde que llegaron a la mansión. La brusca irrupción del aasimar disolvió sus dudas y la elfa se levantó de la mesa como un resorte, acudiendo a la entrada rápidamente y preocupándose por su estado.
- Por todos los dioses, ¿qué ha pasado? ¿estás herido? - le dijo sujetándole por el brazo e intentando evaluar si sus heridas eran de gravedad o si la sangre que le cubría eran los restos del combate pasado.
Rollback Post to RevisionRollBack
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
TocToc asintió a Godric y se dirigió a la sala de la cena. Allí se sitió en una esquina y observó a sus compañeros esperando al comida sin demasiado interés por lo que pasaba. La calavera de la moneda despertaba su curiosidad, pero por el otro lado había sentido que La Comunidad no deseaba ser ayudada o quizás no deseaba que unos extraños se entrometieran en sus asuntos.
TocToc tenía paciencia, más adelante podía averiguar más sobre la moneda, más adelante la comunidad podría pedir ayuda, quizás incluso pedir ayuda a través de Bastianes. Su cabeza se ladeo, sorprendiéndose a si mismo de las ideas de lealtad que Bastianes había despertado en él en tan solo un par de días... En cualquier caso ganarse su confianza era provechoso.
El olor de la cena le sacó de su aletargamiento y se lanzó con furia alimentaria y con poco modales sobre la cena.
Pascuala, soltó el fibroso brazo de Mablung, al que se había asido descuidadamente cuando se sintió aterrorizada, una vez esclarecidos los hechos, y que el fantasma enmascarado no iba a devorar sus almas, se dirigió a él temblorosa con el plato de comida sobrante y se lo ofreción.
- Mi señor, Elías se ha retirado, estaba muy agotado y con el ánimo ensombrecido... mañana al alba podréis verle para el sepelio de Colton. Es más, nosotras nos retiramos también, os dejamos a solas con vuestros pensamientos ...
Ambas cocineras se retiraron también subiendo por la escalera que daba a la balconada del segundo piso y se perdieron en la oscuridad de los elevados pasillos.
Hora de rolear, compartir información, iros a dormir, hacer rituales satánicos, robar media mansión, ... lo que queráis. Dependiendo e vuestras acciones pasamos día o no.
This post has potentially manipulated dice roll results.
Incómodo, Mablung se separó de la efusiva cocinera con un gesto En su rostro de no entender que acaba de pasar. Una vez que las dos cocineras abandonaron la sala, cogió un de los platos y se dispuso a cenar. Cogió un de las sillas y la puso justo delante de la chimenea, se sentó y empezó a comerse el guiso del jabalí. Quizás asado hubiese estado mejor, pensó para sí mismo mientras degustaba el plato.
Una vez acabado se levantó y dijo:- Hay algo en esta gente que no acaba de encajarme, no dormiré dentro de esta casa, estaré fuera. Me uniré a vosotro cuando decidáis partir hacia Saltmarsh. No contéis conmigo para los ritos de mañana ni para investigar lo que sea que les pasa a esta gente. No me interesan.
Recogió la ropa que estaba ya casi seca, la guardo en su mochila y cogiendo todas sus cosas salió de la casa. El exterior le recibió con el olor a humedad y tierra mojada, sin pensárselo se dirigió hacia la espesura para buscar un refugio desde el que poder ver el camino que daba a la mansión y a ser posible sin que se le viese a él.
This post has potentially manipulated dice roll results.
Las palabras del druida resonaron como un eco en la sala. Pero al estar desordenadas transmitieron un significado algo diferente. - No dormiré dentro de esta casa. Lo que sea que les pasa a esta gente... No me interesan. Mañana me uniré a vosotros... para los ritos de mañana. - Se levantó dispuesto a seguir al Mablung, pero se detuvo un momento y después de dudar un momento sacó una moneda de su bolsillo y la depositó sobre la mesa con un golpe seco. - Pertenecía a Colton. Os la dejo para que la examineis. Con vuelta!. - Dijo mirando a sus compañeros a los ojos, casi amenazantes. Después siguió al druida a la intemperie. Ni le interesaban los asuntos de la comunidad ni le inspiraba confianza la potencial conexión de aquella gente con calaveras con rayos en los ojos.
Una extraña moneda fabricada con algún brillante metal, tiene los bordes con llamas talladas muy elaboradas, rodeando la circunferencia exterior, y en el centro, por una cara tiene labrado un orbe fragmentado, tintado en un color carmesí con bastante precisión, sin duda el trabajo de un orfebre muy especializado. Por la otra cara tiene tallado un cráneo, y en sus cuencas, parece salir unos haces de luz carmesí hacia la base del mismo.
Al seguir a Mablung en la lluvia y en la intemperie le ayudó a conseguir un buen lugar para descansar.
Leobald esperó a comentar cuanto había averiguado una vez estuvieron solos.
—Aunque pueda parecer extraño que una caserón como este acabe en manos de pastores, Elias tiene un pasado como caballero, quizás dragón púrpura —señaló el cuadro sobre la chimenea— aquella armadura parece suya también, no es meramente ornamental. La armadura y la fachada tienen el mismo escudo, pertenece a la heráldica de una de las diez grandes casas nobles de Cormyr. Elias no es alguien que ha acabado aquí por casualidad. Ignoro qué le pasó para alejarse de la caballería y abrazar el pastoreo —se detuvo un momento pensativo—. El escudo sobre la entrada parece haber sido dañado a propósito. Las cocineras han comentado que no contrajo nupcias ni se le conoce doncella a pesar de era un joven apuesto como muestra la pintura.
Cuando TocToc dejó la extraña moneda sobre la mesa se acercó a observar el timbre.
—¿Alguien sabe algo sobre esta moneda? —observó a su compañeros pausadamente—. No es de curso ordinario, eso está claro. El criminal que hemos encontrado fuera había hecho algún tipo de trato con Colton. ¿Quizá esto sea una suerte de contrato?
No pasó por alto la marcha de Mablung y TocToc, pero nadie podía retenerlos.
Mablung vio como Toc Toc escondía muy bien su refugio, de hecho si no le hubiese visto prepararlo le pasaría desapercibido, pero aprecio que no era tan bueno como el suyo. Con un suspiro de resignación se acercó al cuervo y se puso a mejorar el refugio para que los dos pudieran descansar.
Después de comprobar que Khalion no revestía heridas de gravedad, Adriana agradeció a las mujeres la cena y esperó a que desaparecieran escaleras arriba. Se dirigió con sus compañeros hacia la mesa en la que poco a poco se enfriaba la comida, escuchando a Leobald y preguntándose dónde se habría metido el sacerdote. Antes de catar el guiso, se puso en pie de nuevo:
- La última vez que vi a Godric estaba en la estancia donde yacía el cuerpo del tal Colton. Él ha pasado más tiempo en compañía de Elías, quizá haya obtenido algo de información, sería conveniente ir a buscarle - comentó dirigiéndose hacia la puerta y mirando directamente al aasimar - no me demoraré, estoy deseando escuchar tu historia - le dijo con la intención de que la esperaran antes de compartir toda la información. Salió apresuradamente de la estancia en busca del joven.
Rollback Post to RevisionRollBack
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
La tranquila superficie del agua se agitó cuando el cuerpo del joven humano comenzó a revolverse en sueños. Al principio son apenas unos movimientos aleatorios de las manos pero pronto Godric se incorpora bruscamente cuando las pesadillas le arrancan violentamente de su sueño.
- ¡¡NOO!! -
Se queda quieto unos segundos, la respiración agitada, su brazo extendido hacia delante, como intentando agarrar a algo o alguien. Pese al calor de las aguas termales que aún cubren la mitad de su cuerpo Godric tiembla. Se frota los ojos intentado aclarar su vista y mira en rededor, como si por un momento hubiera olvidado dónde estaba.
Un punzante dolor en el pecho hace que se encoja sobre sí mismo y se mire. Allí, en el centro de su pecho, estaba la marca de una mano, habiendo dejado enrojecida y quemada la piel del pecho del joven.
Aturdido y mientras su mente revive el horrible sueño que ha tenido, se abraza a sus rodillas y solloza amargamente, sus lágrimas perdiéndose en las aguas que le rodean.
Despacio, con los ojos rojos por el llanto, Godric limpia la herida lo mejor que puede, sale del agua y, con cierta torpeza debido a la escasa luz, comienza a secarse el cuerpo y se rodea la cintura con la toalla. De sus pertenencias coge un ungûento que debería calmarle el dolor de su quemadura y se lo comienza a aplicar con cuidado, intentado no pensar en las implicaciones de lo que acaba de vivir.
Y así lo encuentra Adriana, de espaldas a la puerta, cuidando de su herida, prácticamente desnudo. La elfa puede ver que la espalda del excomulgado clérigo esta cubierta de cicatrices de latigazos.
Después de recorrer los desiertos y silenciosos pasillos de la mansión, la elfa llegó a la sala en la que solo reposaba el inerte cuerpo del pastor. Un escalofrío sacudió débilmente su espalda al saberse sola ante el cadáver y, sin rastro de Godric en aquella sala, se precipitó rápidamente hacia los baños termales con la esperanza de encontrarle allí. Con cuidado abrió la puerta asomándose y susurrando su nombre y por la estrecha rendija pudo observar como el humano se disponía a salir de una de las piscinas, ajeno a la presencia de la hechicera.
Sin querer sobresaltarle, sabiendo lo tímido que podía llegar a ser, le observó de reojo y en silencio; aunque la luz era tenue, Adriana pudo percibir las cicatrices de su espalda. Ya no sangraban y estaban curadas, ahora solo eran las huellas de heridas de hacía tiempo pero, a juzgar por las numerosas laceraciones, debía haber sido un arduo castigo. Cuando Godric se movió buscando algo entre sus pertenencias, la elfa descubrió una marca de una quemadura en su pecho que el sacerdote comenzó a tratar con sumo cuidado. Se preguntó si todo aquello tenía que ver con su historia y con las lágrimas que le había visto derramar en varias ocasiones.
Sintiendo tristeza por el dolor del muchacho, esperó pacientemente a que se vistiera con su ropa limpia y, en el momento en el que dejó en remojo en una piscina su ropa sucia, Adriana abrió la puerta de par en par.
- Godric, por fin te encuentro - dijo sin adentrarse en la estancia, sonriéndole tiernamente - veo que el baño te ha sentado bien. Apresúrate, la cena se está enfriando y tenemos asuntos que tratar- y le sujetó la puerta instándole a salir de allí hacia el gran salón. Mientras recorrían de vuelta el camino, le adelantó varios detalles entre susurros - Toc-toc y Mablung no nos acompañarán esta noche, han decidido pernoctar en el exterior, pero hay ciertos descubrimientos que deberíamos investigar y quizá tú tengas algo más de información.
Rollback Post to RevisionRollBack
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Godric no pudo evitar sobresaltarse pese al cuidado y delicadeza que Adriana mostró al abrir la puerta. Instintivamente se llevó la mano al pecho, para protegerse la reciente herida aunque ella no podía saber que estaba ahí.
- Eh? oh si si claro... - la mención de la cena hizo que su estómago protestara. En ese momento cayó en la cuenta de que no había comido nada en todo el día y algo de cena, aunque fuera fría, estaría bien. - Mientras terminaba de recoger sus cosas y se llevaba un paño limpio para limpiar su armadura y su escudo tras la cena, Godric fue asimilando la información que Adriana le había facilitado.
- ¿Van a dormir fuera? ¿Con la que está cayendo? - preguntó realmente sorprendido - no soy yo quién para juzgar a nadie pero a veces me preocupo por la estabilidad mental de algunos de nuestros compañeros - sonrió débilmente a la elfa, para intentar indicarle que estaba bromeando, pero no estaba seguro de haberlo conseguido.
- Vamos, no hagamos esperar a los demás - dice intentando coger demasiadas cosas a la vez y dejando caer parte de la armadura con estrépito en el húmedo suelo de los baños. Con cuidado de no dejar caer nada más, lo recoge y sale de allí, con su fiel zurrón al hombro, la mochila al otro y la armadura entre los brazos, intentado disimular la punzada de dolor que le provocaba la rozadura del cuello y la extraña quemadura de su pecho al ser aplastada por su peto.
En cuanto llegan a la sala con los demás, Godric deja la armadura y sus cosas lo mejor que puede en una silla y, pasándose una mano por el aún mojado pelo, se sienta a la mesa para comer algo mientras los demás hablan de los descubrimientos que, al parecer, han hecho mientras él dormía un poco. Aún sentía los músculos doloridos pero el hambre le mantenía despierto.
Cuando als doncellas salieron el mercenario se aseguró que dejaran un buen plato de estofado. Comer frío, que novedad, por culpa del subterfugio de la máscara. Numerosas las penalidades que suponía, pero mas numeroso aún los problemas que atraía su sangre celestial. En sus círculos, un aasimar sería el trofeo perfecto, razón del recelo a mostrarse. Esfumado el velo con aquel grupo, tan solo esperó la intimidad dada por las doncellas para retirar los cordajes encarnados aun con pelo enredado y depositar sobre la mesa la máscara. La capucha sobre una cabeza hundida en un especiado estofado, última barrera que disipaba el sentimiento de desnudez que sin su covertura sentía. Los grandes y apupílicos ojos azules tan solo se levantaron del plato cuando el córvido aventurero dejó la moneda sobre la mesa.
-Esa moneda..- rompió el silencio con humano y elfa retornados.- su ausencia provoca cierto desasosiego en Chak, o La Sombra, como se hace llamar la figura del sombrero.-dijo cogiendo la moneda, observando detenidamente aquellos profundos ojos labrados en el metal, absorto.. - Fuí sorprendido por la Sombra cuando seguía su rastro.-dijo algo avergonzado ya desde detrás de su máscara.- Solo hablamos, mas bien solo me amenazó con su banda, que no vi. Colton, aunque sin cara si parecía tener una deuda con Chak. No estoy seguro de que papel juega esa moneda y la vinculación de la sombra con el portador, pero la quiere desesperadamente.
Volvió a dejarla sobre la mesa, meditando sobre todos los datos que aportaban sus compañeros de viaje. La pacífica comunidad parece que recurría en asuntos turbios a mas turbios personajes.
-Trescientas monedas o la cabeza de Elías.. además de su moneda.- añadió sin muchos mas datos.- Me ha dado cinco días.. así está escrito.
El olor intenso a azufre que Adriana apenas había detectado a través de la rendija de la puerta se hizo evidente al abrirla de par en par. Era extraño porque no recordaba ese aroma, ni ninguno parecido, en el tiempo en el que había permanecido allí mientras se aseaba.
Instintivamente su mirada aterrizó en el pecho de Godric cuando éste se cubrió al ser sorprendido. Él no sabía que ella había atisbado la quemadura impresa en su piel con la huella de una mano de mujer, y prefirió que siguiera siendo así de momento. Rápidamente volvió a mirarle a los ojos, sin mencionar nada al respecto, pero dejando en ella un poso de intriga y dudas que intentaría despejar más adelante. Olor a azufre y extraña quemadura no parecían ser dos coincidencias sin ninguna relación.
Hizo el amago de ayudarle cuando el sacerdote comenzó a recoger sus cosas torpemente - Creo que corremos más riesgo de que pierdan completamente la cordura si intentamos retenerlos entre estas cuatro paredes- contestó a su comentario sobre Mablung y Toc-toc, sonriendo pícaramente.
[En el gran salón]
Una vez en el gran salón, Adriana tomó asiento allí donde su plato la esperaba; aunque había perdido casi todo el calor del cocinado, a la elfa le pareció un guiso igualmente delicioso. Comió pausadamente y en silencio, escuchando la historia de Khalion y observando la moneda sobre la mesa, hasta que dejó el plato limpio y su estómago saciado. Tras la breve explicación de Leobald sobre el pasado de Elías, a Adriana ya no le resultó tan extraño que aquella mansión perteneciera a unos simples pastores, puesto que no lo eran. Observó de nuevo el cuadro del caballero y esta vez fue capaz de detectar los rasgos de un Elías mucho más joven, sin poder negar el parecido.
- ¿Te ha dado cinco días? - exclamó sorprendida Adriana, preguntándose qué clase de conversación habría mantenido el aasimar con aquel desconocido para que ese problema se hubiera convertido en un problema del grupo - Bien, centrémonos pues en resolver este asunto con mucha más celeridad, no hemos de olvidar que nos aguarda una misión en Salmartsh y ya vamos con retraso. Debemos informar a Elías de esta situación tan pronto tengamos ocasión pero, a juzgar por su reacción, dudo que pueda proporcionarnos más información sobre los ocultos negocios de su amigo Colton- la elfa meditó unos segundos y continuó - El sepelio de mañana se realizará en las inmediaciones de su propiedad, quizá podamos echar un vistazo a sus pertenencias. Tenemos la moneda, nos falta el dinero. ¿Hay alguna razón por la que no debiéramos devolvérsela a su dueño?- preguntó directamente a Khalion, ignorante con respecto lo que esa moneda pudiera implicar.
Tras observar a sus compañeros mientras probaba bocado con decoro, Leobald se limpió los labios y apartó el plato educadamente.
—Según Bastianes, Ghostfinger tiene reservas para dos semanas. Tenemos tiempo. Esta gente solo tiene cinco días y está claro que no podrán defenderse de una banda de asesinos sin ayuda —comentó con serenidad—. Comprendo que algunos de nosotros quieran partir a Saltmarsh, pero mi conciencia no me permite dejar a esta gente a su suerte. Pasado el sepelio de mañana debemos debemos hablar con Elías y tratar de llegar al fondo de esto —asintió a la elfa— Quien quiera partir a Saltmarsh que lo haga —suspiró con cansada resignación antes de dirigirse a la elfa—. ¿Podéis percibir algo de magia en la moneda, dama Adriana? —encaró a los demás— Las cocineras me ha comentado que Colton a veces pasaba noches aquí, quizá Elias nos deje revisar sus aposentos tras la ceremonia en busca de evidencias de la naturaleza su trato con esos bandidos.
Godric estaba despistado. El punzante dolor de su pecho y el recuerdo de su pesadilla le impedían prestar demasiada atención a la conversación ni a la comida por lo que no pudo degustar las diferentes especias que habían utilizado para cocinar tal exquisito guiso. Sin embargo, intentó aportar algo a la conversación.
- Quizá el saco de monedas que le diste a Elías pueda ayudarle, si no a pagar la deuda, a conseguir más tiempo para reunir el resto del dinero.claro que si la deuda fue contraída por Colton no deberían reclamársela a él. ¿no? -dijo a Leobald antes de beber un sorbo de agua y miró el cuadro de un joven Elias que presidia la chimenea. La frase que le dijo antes volvió a su memoria. Si era cierto que se habían conocido antes quizá... - Leobald, Adriana, Elias me ha comentado que me conocía de antes, no especificó más, pero si fue un Dragón Púrpura ¿igual vosotros le conocíais de la Corte también? -se frotó el pecho sin darse cuenta. - Esa moneda que encontró Toc-toc entre las pertenencias de Colton... - intentó incorporarse y extender la mano para tocarla, pero las piernas le fallaron y no pudo. La batalla, la larga marcha bajo la lluvia cargando con el cuerpo, el calor de los baños y el estómago lleno empezaban a conjurarse sobre el exhausto joven. Reprimió un bostezo - mi mente quiere decirme que debería conocerla pero el resto de mi cuerpo se niega a hacer nada más hoy. Si me disculpáis me retiraré pronto y quizá mañana, a la luz del día, podamos averiguar algo más... -
Pese a sus palabras sobre retirarse Godric se quedó con sus compañeros, intentando prestar atención mientras terminaba de cenar.
Esperable confusión tras unas inexactas palabras. Quizá debería explicarse mejor venciendo la vergüenza de su fracasada incursión.
-Cinco días- repitió- pero no para esta misteriosa “Comunidad”. He..-dudó unos minutos sobre una deuda singular o plural. -hemos heredado la deuda de Colton. Esta gente estará a salvo si es lo que te preocupa, abuelo, pues la deuda nos seguirá a nosotros.
La intervención de un agotado humano dio tiempo suficiente al mercenario para meditar acerca del caso mientras sacudía barro y agua de botas y capa. No se encontraba a gusto entre tanta gente pero aquel asunto le estaba despertando algo.
-No soy un asesino..- se dijo mas a sí mismo que a los demás.- Ni hago el trabajo a asesinos.-mirando el extenuado humano.- Colton recurrió a esta calaña y no Elías, y la moneda..-silencio dubitativo- desconozco el poder contractual, si lo hay, que encierra. Pero quizá como dices-mirando a Adriana.- mañana Elías pueda explicar las necesidades fuera de la ley de esta Comunidad.
A Godric cada vez le costaba más seguir el hilo de la conversación.
- ¿Qué va a explicar Elías si el que hizo el trato fue Colton? Lo más probable es que no sepa nada del mismo y esté tan a oscuras como nosotros. Espera... ¿ Qué es eso de que hemos heredado la deuda? -
—Ya veremos, Godric. Al menos debemos dejar a Elias que se explique. Si estaba tan unido a Colton quizá nos de alguna pista que nos lleve a averiguar en qué estaba metido —dijo al clérigo excomulgado con tono paternal.
Leobald miró a Khalion de hito en hito.
—Khalion ¿Has hecho algún trato con ese Chak? —preguntó mirándole directamente.
—Por supuesto. Mis condolencias —Leobald se excusó educadamente y se retiró dejando a las mujeres con su duelo.
Elias estaba hablando con sus compañeros cuando volvió al salón. Le observó desde la puerta que llevaba a la cocina. El caballero le observaba compadeciéndole en silencio. Cuando el pastor subió las escaleras se deshizo de su armadura y su espada y se aseó recogiendo algo de agua de lluvia de la caída del canalón junto a la puerta principal. Ya habría tiempo de asearse correctamente luego. Las criadas sirvieron la cena enseguida, las saludó con seriedad y compasión, pero apenas probó bocado.
Cuando Khalion entró en el salón como un fantasma hizo amago de recoger su escudo hasta que reconoció su estampa.
—Sosegaos señora, es un amigo —trató de tranquilizar a Pascuala — ¿Qué te ha pasado? —le preguntó al espadachín.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
La tormenta dio un respiro y una carcajada resonó sombría por el eco contra la máscara.-Justo para la cena.
No libre de esfuerzo el aasimar cerró las pesadas hojas de la puerta principal en una desigual batalla contra el fuerte vendaval exterior. Capa y capucha cayeron con el sordo ruido de la ropa húmeda. La masa de barro, tela y agua decoloraba el suelo del hall mientras el mercenario se ajustaba la improvisada máscara.
-La figura encapuchada..- dijo ignorando a la exaltada señora.- creí poder seguirla.. pero fracasé y fui descubierto. Desgraciadamente solo he conseguido tener mas preguntas.- le reconoció al veterano caballero mientras buscaba entre los comensales a Elías.- Esta "comunidad"..-dijo con desonfianza.-¿donde se encuentra nuestro anfitrión? ¿Y Colton?
La elfa escuchó con pesar las palabras de Elías, sintiendo su dolor y una profunda lástima por él. Las respuestas que buscaba deberían esperar al día siguiente, cuando el anfitrión hubiera calmado su ánimo.
Adriana se sentó a la mesa, hambrienta y cansada, casi saboreando la comida con solo percibir el aroma que embriagaba el ambiente. Antes de que pudiera probar bocado, las palabras de Dolores la alertaron de la ausencia de Godric y, casi inmediatamente, se percató de que no había visto a Khalion desde que llegaron a la mansión. La brusca irrupción del aasimar disolvió sus dudas y la elfa se levantó de la mesa como un resorte, acudiendo a la entrada rápidamente y preocupándose por su estado.
- Por todos los dioses, ¿qué ha pasado? ¿estás herido? - le dijo sujetándole por el brazo e intentando evaluar si sus heridas eran de gravedad o si la sangre que le cubría eran los restos del combate pasado.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
TocToc asintió a Godric y se dirigió a la sala de la cena. Allí se sitió en una esquina y observó a sus compañeros esperando al comida sin demasiado interés por lo que pasaba. La calavera de la moneda despertaba su curiosidad, pero por el otro lado había sentido que La Comunidad no deseaba ser ayudada o quizás no deseaba que unos extraños se entrometieran en sus asuntos.
TocToc tenía paciencia, más adelante podía averiguar más sobre la moneda, más adelante la comunidad podría pedir ayuda, quizás incluso pedir ayuda a través de Bastianes. Su cabeza se ladeo, sorprendiéndose a si mismo de las ideas de lealtad que Bastianes había despertado en él en tan solo un par de días... En cualquier caso ganarse su confianza era provechoso.
El olor de la cena le sacó de su aletargamiento y se lanzó con furia alimentaria y con poco modales sobre la cena.
Zevatur, Rolthos
Pascuala, soltó el fibroso brazo de Mablung, al que se había asido descuidadamente cuando se sintió aterrorizada, una vez esclarecidos los hechos, y que el fantasma enmascarado no iba a devorar sus almas, se dirigió a él temblorosa con el plato de comida sobrante y se lo ofreción.
- Mi señor, Elías se ha retirado, estaba muy agotado y con el ánimo ensombrecido... mañana al alba podréis verle para el sepelio de Colton. Es más, nosotras nos retiramos también, os dejamos a solas con vuestros pensamientos ...
Ambas cocineras se retiraron también subiendo por la escalera que daba a la balconada del segundo piso y se perdieron en la oscuridad de los elevados pasillos.
Hora de rolear, compartir información, iros a dormir, hacer rituales satánicos, robar media mansión, ... lo que queráis. Dependiendo e vuestras acciones pasamos día o no.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Incómodo, Mablung se separó de la efusiva cocinera con un gesto En su rostro de no entender que acaba de pasar. Una vez que las dos cocineras abandonaron la sala, cogió un de los platos y se dispuso a cenar. Cogió un de las sillas y la puso justo delante de la chimenea, se sentó y empezó a comerse el guiso del jabalí. Quizás asado hubiese estado mejor, pensó para sí mismo mientras degustaba el plato.
Una vez acabado se levantó y dijo:- Hay algo en esta gente que no acaba de encajarme, no dormiré dentro de esta casa, estaré fuera. Me uniré a vosotro cuando decidáis partir hacia Saltmarsh. No contéis conmigo para los ritos de mañana ni para investigar lo que sea que les pasa a esta gente. No me interesan.
Recogió la ropa que estaba ya casi seca, la guardo en su mochila y cogiendo todas sus cosas salió de la casa. El exterior le recibió con el olor a humedad y tierra mojada, sin pensárselo se dirigió hacia la espesura para buscar un refugio desde el que poder ver el camino que daba a la mansión y a ser posible sin que se le viese a él.
Su rival:18
Stealth:13
Las palabras del druida resonaron como un eco en la sala. Pero al estar desordenadas transmitieron un significado algo diferente. - No dormiré dentro de esta casa. Lo que sea que les pasa a esta gente... No me interesan. Mañana me uniré a vosotros... para los ritos de mañana. - Se levantó dispuesto a seguir al Mablung, pero se detuvo un momento y después de dudar un momento sacó una moneda de su bolsillo y la depositó sobre la mesa con un golpe seco. - Pertenecía a Colton. Os la dejo para que la examineis. Con vuelta!. - Dijo mirando a sus compañeros a los ojos, casi amenazantes. Después siguió al druida a la intemperie. Ni le interesaban los asuntos de la comunidad ni le inspiraba confianza la potencial conexión de aquella gente con calaveras con rayos en los ojos.
Una extraña moneda fabricada con algún brillante metal, tiene los bordes con llamas talladas muy elaboradas, rodeando la circunferencia exterior, y en el centro, por una cara tiene labrado un orbe fragmentado, tintado en un color carmesí con bastante precisión, sin duda el trabajo de un orfebre muy especializado. Por la otra cara tiene tallado un cráneo, y en sus cuencas, parece salir unos haces de luz carmesí hacia la base del mismo.
Al seguir a Mablung en la lluvia y en la intemperie le ayudó a conseguir un buen lugar para descansar.
Survival: 9
Stealth: 13
Si Mablung no quiere que le ayude, me busco yo un sitio solo.
Zevatur, Rolthos
Leobald esperó a comentar cuanto había averiguado una vez estuvieron solos.
—Aunque pueda parecer extraño que una caserón como este acabe en manos de pastores, Elias tiene un pasado como caballero, quizás dragón púrpura —señaló el cuadro sobre la chimenea— aquella armadura parece suya también, no es meramente ornamental. La armadura y la fachada tienen el mismo escudo, pertenece a la heráldica de una de las diez grandes casas nobles de Cormyr. Elias no es alguien que ha acabado aquí por casualidad. Ignoro qué le pasó para alejarse de la caballería y abrazar el pastoreo —se detuvo un momento pensativo—. El escudo sobre la entrada parece haber sido dañado a propósito. Las cocineras han comentado que no contrajo nupcias ni se le conoce doncella a pesar de era un joven apuesto como muestra la pintura.
Cuando TocToc dejó la extraña moneda sobre la mesa se acercó a observar el timbre.
—¿Alguien sabe algo sobre esta moneda? —observó a su compañeros pausadamente—. No es de curso ordinario, eso está claro. El criminal que hemos encontrado fuera había hecho algún tipo de trato con Colton. ¿Quizá esto sea una suerte de contrato?
No pasó por alto la marcha de Mablung y TocToc, pero nadie podía retenerlos.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Mablung vio como Toc Toc escondía muy bien su refugio, de hecho si no le hubiese visto prepararlo le pasaría desapercibido, pero aprecio que no era tan bueno como el suyo. Con un suspiro de resignación se acercó al cuervo y se puso a mejorar el refugio para que los dos pudieran descansar.
Después de comprobar que Khalion no revestía heridas de gravedad, Adriana agradeció a las mujeres la cena y esperó a que desaparecieran escaleras arriba. Se dirigió con sus compañeros hacia la mesa en la que poco a poco se enfriaba la comida, escuchando a Leobald y preguntándose dónde se habría metido el sacerdote. Antes de catar el guiso, se puso en pie de nuevo:
- La última vez que vi a Godric estaba en la estancia donde yacía el cuerpo del tal Colton. Él ha pasado más tiempo en compañía de Elías, quizá haya obtenido algo de información, sería conveniente ir a buscarle - comentó dirigiéndose hacia la puerta y mirando directamente al aasimar - no me demoraré, estoy deseando escuchar tu historia - le dijo con la intención de que la esperaran antes de compartir toda la información. Salió apresuradamente de la estancia en busca del joven.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
La tranquila superficie del agua se agitó cuando el cuerpo del joven humano comenzó a revolverse en sueños. Al principio son apenas unos movimientos aleatorios de las manos pero pronto Godric se incorpora bruscamente cuando las pesadillas le arrancan violentamente de su sueño.
- ¡¡NOO!! -
Se queda quieto unos segundos, la respiración agitada, su brazo extendido hacia delante, como intentando agarrar a algo o alguien. Pese al calor de las aguas termales que aún cubren la mitad de su cuerpo Godric tiembla. Se frota los ojos intentado aclarar su vista y mira en rededor, como si por un momento hubiera olvidado dónde estaba.
Un punzante dolor en el pecho hace que se encoja sobre sí mismo y se mire. Allí, en el centro de su pecho, estaba la marca de una mano, habiendo dejado enrojecida y quemada la piel del pecho del joven.
Aturdido y mientras su mente revive el horrible sueño que ha tenido, se abraza a sus rodillas y solloza amargamente, sus lágrimas perdiéndose en las aguas que le rodean.
Despacio, con los ojos rojos por el llanto, Godric limpia la herida lo mejor que puede, sale del agua y, con cierta torpeza debido a la escasa luz, comienza a secarse el cuerpo y se rodea la cintura con la toalla. De sus pertenencias coge un ungûento que debería calmarle el dolor de su quemadura y se lo comienza a aplicar con cuidado, intentado no pensar en las implicaciones de lo que acaba de vivir.
Y así lo encuentra Adriana, de espaldas a la puerta, cuidando de su herida, prácticamente desnudo. La elfa puede ver que la espalda del excomulgado clérigo esta cubierta de cicatrices de latigazos.
PbP Character: A few ;)
Después de recorrer los desiertos y silenciosos pasillos de la mansión, la elfa llegó a la sala en la que solo reposaba el inerte cuerpo del pastor. Un escalofrío sacudió débilmente su espalda al saberse sola ante el cadáver y, sin rastro de Godric en aquella sala, se precipitó rápidamente hacia los baños termales con la esperanza de encontrarle allí. Con cuidado abrió la puerta asomándose y susurrando su nombre y por la estrecha rendija pudo observar como el humano se disponía a salir de una de las piscinas, ajeno a la presencia de la hechicera.
Sin querer sobresaltarle, sabiendo lo tímido que podía llegar a ser, le observó de reojo y en silencio; aunque la luz era tenue, Adriana pudo percibir las cicatrices de su espalda. Ya no sangraban y estaban curadas, ahora solo eran las huellas de heridas de hacía tiempo pero, a juzgar por las numerosas laceraciones, debía haber sido un arduo castigo. Cuando Godric se movió buscando algo entre sus pertenencias, la elfa descubrió una marca de una quemadura en su pecho que el sacerdote comenzó a tratar con sumo cuidado. Se preguntó si todo aquello tenía que ver con su historia y con las lágrimas que le había visto derramar en varias ocasiones.
Sintiendo tristeza por el dolor del muchacho, esperó pacientemente a que se vistiera con su ropa limpia y, en el momento en el que dejó en remojo en una piscina su ropa sucia, Adriana abrió la puerta de par en par.
- Godric, por fin te encuentro - dijo sin adentrarse en la estancia, sonriéndole tiernamente - veo que el baño te ha sentado bien. Apresúrate, la cena se está enfriando y tenemos asuntos que tratar - y le sujetó la puerta instándole a salir de allí hacia el gran salón. Mientras recorrían de vuelta el camino, le adelantó varios detalles entre susurros - Toc-toc y Mablung no nos acompañarán esta noche, han decidido pernoctar en el exterior, pero hay ciertos descubrimientos que deberíamos investigar y quizá tú tengas algo más de información.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Godric no pudo evitar sobresaltarse pese al cuidado y delicadeza que Adriana mostró al abrir la puerta. Instintivamente se llevó la mano al pecho, para protegerse la reciente herida aunque ella no podía saber que estaba ahí.
- Eh? oh si si claro... - la mención de la cena hizo que su estómago protestara. En ese momento cayó en la cuenta de que no había comido nada en todo el día y algo de cena, aunque fuera fría, estaría bien. - Mientras terminaba de recoger sus cosas y se llevaba un paño limpio para limpiar su armadura y su escudo tras la cena, Godric fue asimilando la información que Adriana le había facilitado.
- ¿Van a dormir fuera? ¿Con la que está cayendo? - preguntó realmente sorprendido - no soy yo quién para juzgar a nadie pero a veces me preocupo por la estabilidad mental de algunos de nuestros compañeros - sonrió débilmente a la elfa, para intentar indicarle que estaba bromeando, pero no estaba seguro de haberlo conseguido.
- Vamos, no hagamos esperar a los demás - dice intentando coger demasiadas cosas a la vez y dejando caer parte de la armadura con estrépito en el húmedo suelo de los baños. Con cuidado de no dejar caer nada más, lo recoge y sale de allí, con su fiel zurrón al hombro, la mochila al otro y la armadura entre los brazos, intentado disimular la punzada de dolor que le provocaba la rozadura del cuello y la extraña quemadura de su pecho al ser aplastada por su peto.
En cuanto llegan a la sala con los demás, Godric deja la armadura y sus cosas lo mejor que puede en una silla y, pasándose una mano por el aún mojado pelo, se sienta a la mesa para comer algo mientras los demás hablan de los descubrimientos que, al parecer, han hecho mientras él dormía un poco. Aún sentía los músculos doloridos pero el hambre le mantenía despierto.
PbP Character: A few ;)
Cuando als doncellas salieron el mercenario se aseguró que dejaran un buen plato de estofado. Comer frío, que novedad, por culpa del subterfugio de la máscara. Numerosas las penalidades que suponía, pero mas numeroso aún los problemas que atraía su sangre celestial. En sus círculos, un aasimar sería el trofeo perfecto, razón del recelo a mostrarse. Esfumado el velo con aquel grupo, tan solo esperó la intimidad dada por las doncellas para retirar los cordajes encarnados aun con pelo enredado y depositar sobre la mesa la máscara. La capucha sobre una cabeza hundida en un especiado estofado, última barrera que disipaba el sentimiento de desnudez que sin su covertura sentía. Los grandes y apupílicos ojos azules tan solo se levantaron del plato cuando el córvido aventurero dejó la moneda sobre la mesa.
-Esa moneda..- rompió el silencio con humano y elfa retornados.- su ausencia provoca cierto desasosiego en Chak, o La Sombra, como se hace llamar la figura del sombrero.- dijo cogiendo la moneda, observando detenidamente aquellos profundos ojos labrados en el metal, absorto.. - Fuí sorprendido por la Sombra cuando seguía su rastro. -dijo algo avergonzado ya desde detrás de su máscara.- Solo hablamos, mas bien solo me amenazó con su banda, que no vi. Colton, aunque sin cara si parecía tener una deuda con Chak. No estoy seguro de que papel juega esa moneda y la vinculación de la sombra con el portador, pero la quiere desesperadamente.
Volvió a dejarla sobre la mesa, meditando sobre todos los datos que aportaban sus compañeros de viaje. La pacífica comunidad parece que recurría en asuntos turbios a mas turbios personajes.
-Trescientas monedas o la cabeza de Elías.. además de su moneda.- añadió sin muchos mas datos.- Me ha dado cinco días.. así está escrito.
[En los baños, con Godric]
El olor intenso a azufre que Adriana apenas había detectado a través de la rendija de la puerta se hizo evidente al abrirla de par en par. Era extraño porque no recordaba ese aroma, ni ninguno parecido, en el tiempo en el que había permanecido allí mientras se aseaba.
Instintivamente su mirada aterrizó en el pecho de Godric cuando éste se cubrió al ser sorprendido. Él no sabía que ella había atisbado la quemadura impresa en su piel con la huella de una mano de mujer, y prefirió que siguiera siendo así de momento. Rápidamente volvió a mirarle a los ojos, sin mencionar nada al respecto, pero dejando en ella un poso de intriga y dudas que intentaría despejar más adelante. Olor a azufre y extraña quemadura no parecían ser dos coincidencias sin ninguna relación.
Hizo el amago de ayudarle cuando el sacerdote comenzó a recoger sus cosas torpemente - Creo que corremos más riesgo de que pierdan completamente la cordura si intentamos retenerlos entre estas cuatro paredes - contestó a su comentario sobre Mablung y Toc-toc, sonriendo pícaramente.
[En el gran salón]
Una vez en el gran salón, Adriana tomó asiento allí donde su plato la esperaba; aunque había perdido casi todo el calor del cocinado, a la elfa le pareció un guiso igualmente delicioso. Comió pausadamente y en silencio, escuchando la historia de Khalion y observando la moneda sobre la mesa, hasta que dejó el plato limpio y su estómago saciado. Tras la breve explicación de Leobald sobre el pasado de Elías, a Adriana ya no le resultó tan extraño que aquella mansión perteneciera a unos simples pastores, puesto que no lo eran. Observó de nuevo el cuadro del caballero y esta vez fue capaz de detectar los rasgos de un Elías mucho más joven, sin poder negar el parecido.
- ¿Te ha dado cinco días? - exclamó sorprendida Adriana, preguntándose qué clase de conversación habría mantenido el aasimar con aquel desconocido para que ese problema se hubiera convertido en un problema del grupo - Bien, centrémonos pues en resolver este asunto con mucha más celeridad, no hemos de olvidar que nos aguarda una misión en Salmartsh y ya vamos con retraso. Debemos informar a Elías de esta situación tan pronto tengamos ocasión pero, a juzgar por su reacción, dudo que pueda proporcionarnos más información sobre los ocultos negocios de su amigo Colton - la elfa meditó unos segundos y continuó - El sepelio de mañana se realizará en las inmediaciones de su propiedad, quizá podamos echar un vistazo a sus pertenencias. Tenemos la moneda, nos falta el dinero. ¿Hay alguna razón por la que no debiéramos devolvérsela a su dueño? - preguntó directamente a Khalion, ignorante con respecto lo que esa moneda pudiera implicar.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Tras observar a sus compañeros mientras probaba bocado con decoro, Leobald se limpió los labios y apartó el plato educadamente.
—Según Bastianes, Ghostfinger tiene reservas para dos semanas. Tenemos tiempo. Esta gente solo tiene cinco días y está claro que no podrán defenderse de una banda de asesinos sin ayuda —comentó con serenidad—. Comprendo que algunos de nosotros quieran partir a Saltmarsh, pero mi conciencia no me permite dejar a esta gente a su suerte. Pasado el sepelio de mañana debemos debemos hablar con Elías y tratar de llegar al fondo de esto —asintió a la elfa— Quien quiera partir a Saltmarsh que lo haga —suspiró con cansada resignación antes de dirigirse a la elfa—. ¿Podéis percibir algo de magia en la moneda, dama Adriana? —encaró a los demás— Las cocineras me ha comentado que Colton a veces pasaba noches aquí, quizá Elias nos deje revisar sus aposentos tras la ceremonia en busca de evidencias de la naturaleza su trato con esos bandidos.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Godric estaba despistado. El punzante dolor de su pecho y el recuerdo de su pesadilla le impedían prestar demasiada atención a la conversación ni a la comida por lo que no pudo degustar las diferentes especias que habían utilizado para cocinar tal exquisito guiso. Sin embargo, intentó aportar algo a la conversación.
- Quizá el saco de monedas que le diste a Elías pueda ayudarle, si no a pagar la deuda, a conseguir más tiempo para reunir el resto del dinero.claro que si la deuda fue contraída por Colton no deberían reclamársela a él. ¿no? - dijo a Leobald antes de beber un sorbo de agua y miró el cuadro de un joven Elias que presidia la chimenea. La frase que le dijo antes volvió a su memoria. Si era cierto que se habían conocido antes quizá... - Leobald, Adriana, Elias me ha comentado que me conocía de antes, no especificó más, pero si fue un Dragón Púrpura ¿igual vosotros le conocíais de la Corte también? - se frotó el pecho sin darse cuenta. - Esa moneda que encontró Toc-toc entre las pertenencias de Colton... - intentó incorporarse y extender la mano para tocarla, pero las piernas le fallaron y no pudo. La batalla, la larga marcha bajo la lluvia cargando con el cuerpo, el calor de los baños y el estómago lleno empezaban a conjurarse sobre el exhausto joven. Reprimió un bostezo - mi mente quiere decirme que debería conocerla pero el resto de mi cuerpo se niega a hacer nada más hoy. Si me disculpáis me retiraré pronto y quizá mañana, a la luz del día, podamos averiguar algo más... -
Pese a sus palabras sobre retirarse Godric se quedó con sus compañeros, intentando prestar atención mientras terminaba de cenar.
PbP Character: A few ;)
Esperable confusión tras unas inexactas palabras. Quizá debería explicarse mejor venciendo la vergüenza de su fracasada incursión.
-Cinco días- repitió- pero no para esta misteriosa “Comunidad”. He.. -dudó unos minutos sobre una deuda singular o plural. -hemos heredado la deuda de Colton. Esta gente estará a salvo si es lo que te preocupa, abuelo, pues la deuda nos seguirá a nosotros.
La intervención de un agotado humano dio tiempo suficiente al mercenario para meditar acerca del caso mientras sacudía barro y agua de botas y capa. No se encontraba a gusto entre tanta gente pero aquel asunto le estaba despertando algo.
-No soy un asesino..- se dijo mas a sí mismo que a los demás.- Ni hago el trabajo a asesinos.-mirando el extenuado humano.- Colton recurrió a esta calaña y no Elías, y la moneda.. -silencio dubitativo- desconozco el poder contractual, si lo hay, que encierra. Pero quizá como dices- mirando a Adriana.- mañana Elías pueda explicar las necesidades fuera de la ley de esta Comunidad.
A Godric cada vez le costaba más seguir el hilo de la conversación.
- ¿Qué va a explicar Elías si el que hizo el trato fue Colton? Lo más probable es que no sepa nada del mismo y esté tan a oscuras como nosotros. Espera... ¿ Qué es eso de que hemos heredado la deuda? -
PbP Character: A few ;)
—Ya veremos, Godric. Al menos debemos dejar a Elias que se explique. Si estaba tan unido a Colton quizá nos de alguna pista que nos lleve a averiguar en qué estaba metido —dijo al clérigo excomulgado con tono paternal.
Leobald miró a Khalion de hito en hito.
—Khalion ¿Has hecho algún trato con ese Chak? —preguntó mirándole directamente.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)