-No escaparas- aulló Mablung y se lanzó en una frenética carrera hacia el mago. EL hobgobling no se esperaba tal temeridad y no estaba preparado cuando el druida paso a su lado, por lo que su golpe fue fácilmente esquivado por el druida.
-Es hora de cobrarse la mayor pieza- dijo Mablung mientras su cimitarra buscaba morder al mago, que horrorizado veía cómo el salvaje druida se había colocado a su lado.
Attack: 17 Damage: 8
Una sonrisa lobuna se dibujó en la cara de Mablung cuando retiró su cimitarra bañada en la sangre del mago- se acabo la caza- dijo mirando con ojos hambrientos al mago.
El destello de luces lanzado por el mago cogió completamente desprevenido a Godric que repentinamente sólo podía ver destellos de colores frente a sus ojos. Alguna forma creía ver por detrás pero era difícil saber si era uno de sus compañeros, el obstinado guardaespaldas u otro de los colores que se sucedían en sus retina y le impedían ver. Agitando su maza de un lado a otro golpeo la pared por el sonido que escuchó y, entre empujones y gritos debido a la confusión del combate y el efecto del conjuro en sus amigo, consiguió moverse hasta un lugar donde parecía que había menos gente a su alrededor. Frente a él, en algún lugar indeterminado, escuchó a Mablung amenazar al mago y a este gritar de dolor. Intento mirar en esa dirección para acudir en ayuda del druida, pero fue inútil. A su espalda escuchó un gruñido del hobgoblin, estaba más cerca de lo que creía e intento golpearle con su maza, girándose y estirando el brazo. Pero fue un error. La herida de la flecha le recordó con un estallido en su pecho que llegó como un relámpago a su brazo y su mano, que aún no estaba realmente sanado, y su ceguera le impidió siquiera acercarse a su objetivo. Sudando, con un zumbido en sus oídos y con los ojos dañados por el conjuro apretó los dientes. Como aquellas veces en la campaña contra la Horda era todo o nada. No podía desfallecer aunque todo su cuerpo le gritaba que se sentara y se hundiera en la tranquila oscuridad de la inconsciencia. Por sus amigos, por el Lord de la Mañana que estaría observándole, aguantaría. Puso la espalda en la pared cercana y levantó el escudo, protegiéndose de la posible repelesalia del fuerte hobgoblin.
Aasimar bramando bajo la máscara, ciego. Último baile de acero tajando y pinchando donde antes se encontraba el goblinoide. Sabedor de la indefensión en que se encontraba tensó sus músculos para recibir todo el amor de la verde anaranjada criatura mientras conjuraba el poder de la tormenta en la hoja de su cimitarra.
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La lluvia de colores había dado la ventaja que necesitaba Sanbalet para huir, a pesar del tedioso incordio que estaba siendo el druida, pero éste caería en breve bajo su poderosa magia destructora. Al mismo tiempo, el segundo hobgoblin de tez naranja y muchos menos principios acerca de los retos y el honor que su hermano, estudió a los dos oponentes cegados y se relamió de placer al saber que uno de ellos caería atravesado por su acero.
Sopesó que el sacerdote era un peligro mayor al poder sanar y además sus heridas eran mucho más graves que las del cazarrecompensas. Optó por destruirlo allí mismo para evitar tener que volver a oír sus plegarias plañideras a ese Dios de Luz que no aportaba nada salvo irritación en el hobgoblin. Éste sostenía el escudo torpemente ante él, pero con un golpe ejecutor apuntando a su desprotegido abdomen le haría morder el suelo.
Desvatation Long sword Attack: 9 Damage: 6
A pesar de la ventaja que le confería la ceguera de su enemigo, por alguna razón éste intuyó por donde le llegaría la estocada y bajó el escudo para hacer rebotar su arremetida inofensivamente hacia un lateral. Sorprendido por ese acto casi sobrenatural del clérigo, la ira inundó el cuerpo del guardaespaldas de Sanbalet, empezando a gruñir y babear como si estuviera entrando en un trance de guerra mortal provocado por la frustración de no haber podido saborear la sangre bendecida de Godric.
Leobald vio que el druida tenía al mago trabado así que mantuvo su posición y trató de proteger a Godric de la espada del monstruo naranja. Con un empujón del escudo obligó al clérigo ciego a retroceder un paso mientras el caballero tomaba su lugar.
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Adriana contempló con una mezcla de sorpresa, estupor y fascinación el arco-iris brillante y maligno que cegó a sus compañeros. ¿Cómo era posible que algo tan puro y divino como un arco-iris fuera utilizado para provocar tanto dolor? Una vez más, se convenció de que la magia podía ser una poderosa aliada o una herramienta a merced del mal, y que incluso la luz, en su mayor representación de color, se podía volver contra ellos y servir a la mayor de las oscuridades. ¿Le concedería Iram, su dios benevolente, sabio y poderoso, el conocimiento de esa magia?
Cuando el brillante y cegador hechizo se desvaneció, pudo comprobar como varios de sus compañeros habían sido víctimas de él. Preocupada, dirigió de nuevo su mirada hacia el mago que parecía ser perseguido muy de cerca por Mablung. Deseó que el druida fuera capaz de retenerlo, allí donde los demás no podían acceder.
De nuevo, fijó su objetivo en el monstruo globinoide. El manojo de fuerza bruta del que estaba constituido parecía protegerle de cualquier golpe; pero se necesitaba mucha agilidad y destreza para manejar toda esa fuerza, destreza de la que la elfa esperaba que careciera. De nuevo convocó el poder de la luz, una llama sagrada que esta vez serviría al bien si tenía suerte.
Sacred Flame: 8
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
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Las llamas divinas cayeron sobre el lugar donde combatía el hobgoblin con precisión quirúrgica, pero la furia que le poséia hizo que se apartara en el último segundo cuando se disponía a intentar arrancar la cabeza de Khalion de su cuerpo.
TS DEX DC 12: 12
Justo donde el enemigo de Adriana se encontraba medio segundo antes, descendió su ataque inflamando toda esa posición en llamas blancas y puras, que desaparecieron tan rápido como llegaron sin provocar daño alguno.
El hobgoblin triunfante soltó una sonora carcajada.
TocToc permaneció quieto y frustrado. Las flechas fallaban y fallaban sin dar a nadie. No era la mejor situación, el hotgobling estaba demasiado protegido por la armadura y el mago estaba demasiado a cubierto. Mirando a ambos objetivos pensaba a cual atacar. Se decidió por la enorme criatura que amenazaba con devastar a sus compañeros de cuerpo a cuerpo, al enemigo que huía, puente de plata.
- No matéis al mago… capturarlo… hay que averiguar quién pagaba por el robo!!
Ataque al hotgoblin con -2 por cobertura: Attack: 6 Damage: 5
Sanbalet veía su salvación a escasos pies de distancia, el bote de remos que le sacaría de las cavernas a través de la gruta marina que usaban para el contrabando con el navío del señor G. y su aliado en la capital. El único problema era ese maldito druida que se negaba a rendirse, como si la misma furia del bosque le azotara una y otra vez. Su herida le recordó que tenía que deshacerse del elfo salvaje cuanto antes.
- Eres más molesto que ese herpes genital que me cogí en "La red vacía"... ¡¡Desaparece vil gusano!!
El hechicero se centró esta vez en conjurar una magia más sencilla, pero tremendamente efectiva, debido a las múltiples heridas que ya portaba el elfo rabioso, esperaba condenarlo al olvido eterno de un solo plumazo. Tres brillantes dardos de fuerza mágica aparecieron alrededor de la figura de Sanbalet, que con una siniestra sonrisa, mientras cerraba su puño, concentró en su insistente perseguidor.
Magic Missile (3 proyectiles): 13
Todos y cada uno de ellos penetraron en la carne del salvaje druida abriendo sendos boquetes en su piel y dejando un humeante agujero quemado allí donde habían impactado. Mientras Mablung caía de nuevo en brazos de la inconsciencia esperando su muerte, Ostor comenzó a graznar alarmado volando en círculos sobre su inerte cuerpo una vez más. El magnífico mago no perdió el tiempo rematando como lo hubiera hecho en otra ocasión, cada segundo que perdía le separaba de su ansiada libertad... levantándose la túnica, corrió como si su vida estuviera en juego hacia el bote mientras espetaba rezumando odio al cuervo que dejaba atrás.
- Ya acabaré contigo puto bicho...
Mientras tanto, las luces danzantes que había conjurado el mismo hechicero en los túneles se desvanecieron de repente, afortunadamente para todos, estaban aún dentro del rango de las antorchas que iluminaban la cueva del este, pudiendo ver y combatir sin problemas.
Turno de Mablung, que vuelve a hacer otra tirada de ST contra muerte, y luego va Godric.
Las visión de Khalion y el sacerdote volvió aclararse, los iridiscentes arcoiris que los cegaban parecieron disiparse devolviéndoles el control sobre lo que veían a su alrededor.
Parpadeando Godric vio a Mablung en el suelo, su cuerpo mostrando terribles quemaduras por el hechizo mortal del malvado mago. Sin pensárselo dos veces Godric corrió a su lado y,apoyando una rodilla en el suelo, rogó a Lathander que salvara la vida del druida. El elfo imponía mucho a Godric pero no iba a dejarlo morir. Dejando momentáneamente la maza en el suelo cogió unas vendas de su morral y las aplico a las heridas del druida. Vendando lo más rápidamente posible. Asintiendo tranquilo al ver que la respiración de Mablung se normalizaba y comenzaba a parpadear, Godric recogió su maza y salió corriendo en pos del mago. -¡ Un bote! - gritó - ¡ intenta huir en un bote!-
Sabia que no llegaría a tiempo pero tenía que intentarlo.
Acero al aire, ciego, con cólera y odio. Cuando el multicolor destello se reduce al habitual gama de azules y grises para ver en condiciones donde un humano no se vería a una cuarta mas allá. Dispuesto para continuar su baile a muerte con el Hobgoblin escuchó a Godric. -Joder-maldijo conocedor que renunciaría a tan grato duelo y emprendió carrera, última oportunidad de impedir que su "cliente" escapara. -No nos hemos despedido.- dijo, vacilón.
Viéndose abandonado uno por uno como si de un colador se tratara, el hobgoblin observó como su misión principal de bloqueo fallaba constantemente. Lleno de frustración e ira alzó su espada contra el único oponente a melee que le quedaba, Leobald, y descendió la hoja acerada con toda su fuerza para romperle el cráneo al caballero mientras cortaba su cara.
Long Sword Attack: 6 Damage: 9
El paladin desvió su ataque con suma facilidad aprovechando la inercia de su embate y girando el escudo para adaptar su estocada.
Leobald entretiene al hobgoblin mientras trata de trabar sus piernas sin éxito.
—¿Puedo sugerir que consideres la rendición como una opción?—dijo tras el escudo—. De lo contrario no podré protegerte cuando vuelvan mis compañeros. Solo nos interesa recuperar el aceite. No tiene porqué morir nadie más hoy.
La furia que mantenía al Hobgoblin en una especie de trance eviscerador pareció remitir levemente al escuchar las palabras de Leobald, lo que implicaba para empezar que el humanoide entendía el idioma común, pero la sorpresa vino cuando comenzó también a hablarlo, lo que era extraño sabiendo que Sanbalet usaba unos apuntes para poder traducir entre ambos lenguajes. Aunque no lo hacía de una manera muy fluida, si se hacía entender.
- Entre mi gente, rendirse es peor que la muerte,... es una deshonra tal, que pierdes el nombre ... pierdes tu casta... te transformas en un paria... tirar mis armas significaría que ni siquiera merezco estar vivo...
Brutus el Eviscerador observó de reojo a su hermano caído en batalla, cubierto de cortes y tajos mortales que dejaban ver sus entrañas desparramadas por el suelo húmedo de la caverna. Gruñó emitiendo algún tipo de emoción desconocida para los humanos allí presentes.
- Si eso es morir con honor ... -que baje Maglubiyet y me lleve... - Diciendo estas palabras, mientras miraba al otro compadre de raza, continuó su monólogo tirando su arma al suelo y guardando su escudo a la espalda mientras extendía sus manos con las muñecas juntas para dar a entender que podían atarle y llevarle preso - Ahora ya no soy Brutus el Eviscerador... ahora no soy nada... en vuestras manos encomiendo mi destino, tan solo prometedme que no permitiréis que la Guardia de Saltmarsh me cuelgue de un árbol.
Mientras la conversación se mantenía abierta entre Leobald y su reo, Adriana que estaba dispuesta a dejar caer su fuego blanco de pureza sobre la criatura, decidió respetar su rendición y corrió en pos del mago, pasó de largo una sala con varios ovillos gigantes de seda y de reojo pudo ver con cierto regocijo las tan buscadas tinajas de aceite alquímico. Mablung yacía en el suelo en esa misma sala, con decenas de heridas y quemaduras, pero estable y con vendajes que prácticamente le envolvían medio torso. La hechicera siguió corriendo hasta girar el último recoveco de la gruta que daba a la amplia caverna usada para mover el material de contrabando.
Allí en una diminuta playa había un bote, a su lado, estaba Sanbalet a punto de subirse en él, y adyacente a él, un Khalion intentaba evitar la huida con sus cimitarras listas para cortar al mago en rodajas si era necesario.
TocToc también corrió hacia el mago. Su cabeza se giró hacia la mole goblinoide que se rendía. Pocas cosas tan raras había visto, pero no iba a cuestionar la rendición de un enemigo.
- Respetaremos nuestro pacto! Dijo mientras pasaba a su lado en pos de la presa verdaderamente importante.
Action: Dash
Movement: mover hacia el mago, según mis cuentas llego aprox a la sentrada de sala del bote
El mago sentía la muerte con máscara encima suyo, necesitaba reducirlo para poder culminar su retirada exitosamente, pero se empezaba a quedar sin recursos. Evitando que su acosador le detuviera volvió a usar uno de sus más sencillos hechizos, pero que tan grandes resultados le había granjeado en el pasado. Sus ojos verdes como el mar de jade se clavaron en los de Khalion, verde contra azul... azul contra verde... mientras unas tranquilizadoras palabras cargadas de encantamiento eran susurradas en su oído.
- Debes dejarme marchar, sólo soy tu amigo, un empresario incomprendido a los que tus necios compañeros quieren hundir el negocio, sé que ambos trabajamos en el mismo bando... hoy por mi, mañana por ti.. ayúdame con el bote y evita que se acerquen esos malintencionados, ellos no lo comprenden, tú si.
Cast Charm Person TS WIS DC 13.
Los cantos de sirena de Sanbalet penetraron hipnóticamente en los pensamientos del aasimar, cobrando todo el sentido del mundo. Él era un colega de verdad, casi un hermano, y los demás agentes de Saltmarsh sólo querían hacerle daño porque no entendían que él sólo era un hombre incomprendido e incluso utilizado. Sin pensárselo dos veces, se apartó y se giró hacia los demás defendiendo a su nuevo mejor amigo, puesto que en el fondo, ¿qué eran ellos? Sólo unos aliados forzados por un destino crudo y sin sentido. Sin embargo el mago... él si que era un buen amigo, quizás el único que tenía de verdad, y no permitiría que esta gentuza le hiciera daño.
Sanbalet sonrió con una sincera mueca de agradecimiento a los ojos de Khalion, aunque realmente era una carcajada totalmente llena de ironía, se montó en el bote y comenzó a remar alejándose de la costa...
Dolor, oscuridad, graznidos y...¡un bote!, las palabras de Godric trajeron devuelta a la realidad a Mablung, recordaba el fulminante ataque mágico al que había sido sometido, con gran esfuerzo se levanto y dando trompicones avanzo hacia la pequeña cala para ver a Sanbalet remando y a Khalion empujando el bote.
Ya habría tiempo para ajustar cuentas con el aasimar, pero ants había que evitar que el mago escapara.
-No te escaparas tan fácilmente- dijo Mablung mientras conjuraba de nuevo dijo mientras dirigía su conjuro hacia el bote, donde una hoguera brotó- a ver que tal remas en un bote en llamas-.
Leobald suspiró mientras recogía la espada del goblinoide.
—Solo puepo prometerte un juicio justo. Trataré de que sea en Ghostfinger —asintió al rendido—. No has cometido hoy delitos de sangre y tu colaboración será tenida en cuenta. Así como cualquier dato que puedas arrojar sobre la operación de Sanbalet.
El caballero se mesó el mentón nates de seguir.
—¿Sabes a quien iba a enviar Sanbalet el aceite? ¿El nombre de Edward Tenhall te dice algo?
Las llamas brotaron en la distancia, surgiendo de la misma superficie del bote envolviendo parte de él por unos segundos, como una gran hoguera dispuesta para calcinarlo todo, Sanbalet tuvo que salir en llamas mientras gritaba al otro extremo del bote... con su elegante túnica en tonos oscuros y esmeralda a juego con sus pendientes de cuarzo agujereada y medio chamuscada. La brea y el pez que se usaba habitualmente para mantener el aislamiento del pequeño pecio no ayudó a sofocar el fuego, justo lo contrario... y ahora el único piloto de la embarcación no podía acceder a los remos, que ardían junto a esa parte del bote también. A la deriva, ... el hechicero gritó a su verdadero amigo.
- ¡¡¡ Detenles !!! ¡¡¡ van a arruinarlo todo !!! ¡¡¡ No te quedes ahí parado !!!!
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" ¡Oh la Oscuridad...! "
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-No escaparas- aulló Mablung y se lanzó en una frenética carrera hacia el mago. EL hobgobling no se esperaba tal temeridad y no estaba preparado cuando el druida paso a su lado, por lo que su golpe fue fácilmente esquivado por el druida.
-Es hora de cobrarse la mayor pieza- dijo Mablung mientras su cimitarra buscaba morder al mago, que horrorizado veía cómo el salvaje druida se había colocado a su lado.
Attack: 17 Damage: 8
Una sonrisa lobuna se dibujó en la cara de Mablung cuando retiró su cimitarra bañada en la sangre del mago- se acabo la caza- dijo mirando con ojos hambrientos al mago.
El destello de luces lanzado por el mago cogió completamente desprevenido a Godric que repentinamente sólo podía ver destellos de colores frente a sus ojos. Alguna forma creía ver por detrás pero era difícil saber si era uno de sus compañeros, el obstinado guardaespaldas u otro de los colores que se sucedían en sus retina y le impedían ver.
Agitando su maza de un lado a otro golpeo la pared por el sonido que escuchó y, entre empujones y gritos debido a la confusión del combate y el efecto del conjuro en sus amigo, consiguió moverse hasta un lugar donde parecía que había menos gente a su alrededor.
Frente a él, en algún lugar indeterminado, escuchó a Mablung amenazar al mago y a este gritar de dolor. Intento mirar en esa dirección para acudir en ayuda del druida, pero fue inútil.
A su espalda escuchó un gruñido del hobgoblin, estaba más cerca de lo que creía e intento golpearle con su maza, girándose y estirando el brazo. Pero fue un error. La herida de la flecha le recordó con un estallido en su pecho que llegó como un relámpago a su brazo y su mano, que aún no estaba realmente sanado, y su ceguera le impidió siquiera acercarse a su objetivo.
Sudando, con un zumbido en sus oídos y con los ojos dañados por el conjuro apretó los dientes.
Como aquellas veces en la campaña contra la Horda era todo o nada. No podía desfallecer aunque todo su cuerpo le gritaba que se sentara y se hundiera en la tranquila oscuridad de la inconsciencia. Por sus amigos, por el Lord de la Mañana que estaría observándole, aguantaría.
Puso la espalda en la pared cercana y levantó el escudo, protegiéndose de la posible repelesalia del fuerte hobgoblin.
PbP Character: A few ;)
Aasimar bramando bajo la máscara, ciego. Último baile de acero tajando y pinchando donde antes se encontraba el goblinoide. Sabedor de la indefensión en que se encontraba tensó sus músculos para recibir todo el amor de la verde anaranjada criatura mientras conjuraba el poder de la tormenta en la hoja de su cimitarra.
Attack Booming Blade: 15 Damage: 9
Attack: 8 Damage: 6
La lluvia de colores había dado la ventaja que necesitaba Sanbalet para huir, a pesar del tedioso incordio que estaba siendo el druida, pero éste caería en breve bajo su poderosa magia destructora. Al mismo tiempo, el segundo hobgoblin de tez naranja y muchos menos principios acerca de los retos y el honor que su hermano, estudió a los dos oponentes cegados y se relamió de placer al saber que uno de ellos caería atravesado por su acero.
Sopesó que el sacerdote era un peligro mayor al poder sanar y además sus heridas eran mucho más graves que las del cazarrecompensas. Optó por destruirlo allí mismo para evitar tener que volver a oír sus plegarias plañideras a ese Dios de Luz que no aportaba nada salvo irritación en el hobgoblin. Éste sostenía el escudo torpemente ante él, pero con un golpe ejecutor apuntando a su desprotegido abdomen le haría morder el suelo.
Desvatation Long sword Attack: 9 Damage: 6
A pesar de la ventaja que le confería la ceguera de su enemigo, por alguna razón éste intuyó por donde le llegaría la estocada y bajó el escudo para hacer rebotar su arremetida inofensivamente hacia un lateral. Sorprendido por ese acto casi sobrenatural del clérigo, la ira inundó el cuerpo del guardaespaldas de Sanbalet, empezando a gruñir y babear como si estuviera entrando en un trance de guerra mortal provocado por la frustración de no haber podido saborear la sangre bendecida de Godric.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Leobald vio que el druida tenía al mago trabado así que mantuvo su posición y trató de proteger a Godric de la espada del monstruo naranja. Con un empujón del escudo obligó al clérigo ciego a retroceder un paso mientras el caballero tomaba su lugar.
Long sword 7, Daño 3
Shove 3 o 19
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Adriana contempló con una mezcla de sorpresa, estupor y fascinación el arco-iris brillante y maligno que cegó a sus compañeros. ¿Cómo era posible que algo tan puro y divino como un arco-iris fuera utilizado para provocar tanto dolor? Una vez más, se convenció de que la magia podía ser una poderosa aliada o una herramienta a merced del mal, y que incluso la luz, en su mayor representación de color, se podía volver contra ellos y servir a la mayor de las oscuridades. ¿Le concedería Iram, su dios benevolente, sabio y poderoso, el conocimiento de esa magia?
Cuando el brillante y cegador hechizo se desvaneció, pudo comprobar como varios de sus compañeros habían sido víctimas de él. Preocupada, dirigió de nuevo su mirada hacia el mago que parecía ser perseguido muy de cerca por Mablung. Deseó que el druida fuera capaz de retenerlo, allí donde los demás no podían acceder.
De nuevo, fijó su objetivo en el monstruo globinoide. El manojo de fuerza bruta del que estaba constituido parecía protegerle de cualquier golpe; pero se necesitaba mucha agilidad y destreza para manejar toda esa fuerza, destreza de la que la elfa esperaba que careciera. De nuevo convocó el poder de la luz, una llama sagrada que esta vez serviría al bien si tenía suerte.
Sacred Flame: 8
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Las llamas divinas cayeron sobre el lugar donde combatía el hobgoblin con precisión quirúrgica, pero la furia que le poséia hizo que se apartara en el último segundo cuando se disponía a intentar arrancar la cabeza de Khalion de su cuerpo.
TS DEX DC 12: 12
Justo donde el enemigo de Adriana se encontraba medio segundo antes, descendió su ataque inflamando toda esa posición en llamas blancas y puras, que desaparecieron tan rápido como llegaron sin provocar daño alguno.
El hobgoblin triunfante soltó una sonora carcajada.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
TocToc permaneció quieto y frustrado. Las flechas fallaban y fallaban sin dar a nadie. No era la mejor situación, el hotgobling estaba demasiado protegido por la armadura y el mago estaba demasiado a cubierto. Mirando a ambos objetivos pensaba a cual atacar. Se decidió por la enorme criatura que amenazaba con devastar a sus compañeros de cuerpo a cuerpo, al enemigo que huía, puente de plata.
- No matéis al mago… capturarlo… hay que averiguar quién pagaba por el robo!!
Ataque al hotgoblin con -2 por cobertura: Attack: 6 Damage: 5
Zevatur, Rolthos
Sanbalet veía su salvación a escasos pies de distancia, el bote de remos que le sacaría de las cavernas a través de la gruta marina que usaban para el contrabando con el navío del señor G. y su aliado en la capital. El único problema era ese maldito druida que se negaba a rendirse, como si la misma furia del bosque le azotara una y otra vez. Su herida le recordó que tenía que deshacerse del elfo salvaje cuanto antes.
- Eres más molesto que ese herpes genital que me cogí en "La red vacía"... ¡¡Desaparece vil gusano!!
El hechicero se centró esta vez en conjurar una magia más sencilla, pero tremendamente efectiva, debido a las múltiples heridas que ya portaba el elfo rabioso, esperaba condenarlo al olvido eterno de un solo plumazo. Tres brillantes dardos de fuerza mágica aparecieron alrededor de la figura de Sanbalet, que con una siniestra sonrisa, mientras cerraba su puño, concentró en su insistente perseguidor.
Magic Missile (3 proyectiles): 13
Todos y cada uno de ellos penetraron en la carne del salvaje druida abriendo sendos boquetes en su piel y dejando un humeante agujero quemado allí donde habían impactado. Mientras Mablung caía de nuevo en brazos de la inconsciencia esperando su muerte, Ostor comenzó a graznar alarmado volando en círculos sobre su inerte cuerpo una vez más. El magnífico mago no perdió el tiempo rematando como lo hubiera hecho en otra ocasión, cada segundo que perdía le separaba de su ansiada libertad... levantándose la túnica, corrió como si su vida estuviera en juego hacia el bote mientras espetaba rezumando odio al cuervo que dejaba atrás.
- Ya acabaré contigo puto bicho...
Mientras tanto, las luces danzantes que había conjurado el mismo hechicero en los túneles se desvanecieron de repente, afortunadamente para todos, estaban aún dentro del rango de las antorchas que iluminaban la cueva del este, pudiendo ver y combatir sin problemas.
Turno de Mablung, que vuelve a hacer otra tirada de ST contra muerte, y luego va Godric.
Las visión de Khalion y el sacerdote volvió aclararse, los iridiscentes arcoiris que los cegaban parecieron disiparse devolviéndoles el control sobre lo que veían a su alrededor.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Parpadeando Godric vio a Mablung en el suelo, su cuerpo mostrando terribles quemaduras por el hechizo mortal del malvado mago.
Sin pensárselo dos veces Godric corrió a su lado y,apoyando una rodilla en el suelo, rogó a Lathander que salvara la vida del druida. El elfo imponía mucho a Godric pero no iba a dejarlo morir.
Dejando momentáneamente la maza en el suelo cogió unas vendas de su morral y las aplico a las heridas del druida. Vendando lo más rápidamente posible.
Asintiendo tranquilo al ver que la respiración de Mablung se normalizaba y comenzaba a parpadear, Godric recogió su maza y salió corriendo en pos del mago.
-¡ Un bote! - gritó - ¡ intenta huir en un bote!-
Sabia que no llegaría a tiempo pero tenía que intentarlo.
PbP Character: A few ;)
Mapa Actualizado:
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Acero al aire, ciego, con cólera y odio. Cuando el multicolor destello se reduce al habitual gama de azules y grises para ver en condiciones donde un humano no se vería a una cuarta mas allá. Dispuesto para continuar su baile a muerte con el Hobgoblin escuchó a Godric. -Joder- maldijo conocedor que renunciaría a tan grato duelo y emprendió carrera, última oportunidad de impedir que su "cliente" escapara. -No nos hemos despedido.- dijo, vacilón.
Action Dash.
Viéndose abandonado uno por uno como si de un colador se tratara, el hobgoblin observó como su misión principal de bloqueo fallaba constantemente. Lleno de frustración e ira alzó su espada contra el único oponente a melee que le quedaba, Leobald, y descendió la hoja acerada con toda su fuerza para romperle el cráneo al caballero mientras cortaba su cara.
Long Sword Attack: 6 Damage: 9
El paladin desvió su ataque con suma facilidad aprovechando la inercia de su embate y girando el escudo para adaptar su estocada.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Attack: 15 Damage: 20
Shove to prone: 5
Persuasion: 12 o 5
Leobald entretiene al hobgoblin mientras trata de trabar sus piernas sin éxito.
—¿Puedo sugerir que consideres la rendición como una opción?—dijo tras el escudo—. De lo contrario no podré protegerte cuando vuelvan mis compañeros. Solo nos interesa recuperar el aceite. No tiene porqué morir nadie más hoy.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
La furia que mantenía al Hobgoblin en una especie de trance eviscerador pareció remitir levemente al escuchar las palabras de Leobald, lo que implicaba para empezar que el humanoide entendía el idioma común, pero la sorpresa vino cuando comenzó también a hablarlo, lo que era extraño sabiendo que Sanbalet usaba unos apuntes para poder traducir entre ambos lenguajes. Aunque no lo hacía de una manera muy fluida, si se hacía entender.
- Entre mi gente, rendirse es peor que la muerte,... es una deshonra tal, que pierdes el nombre ... pierdes tu casta... te transformas en un paria... tirar mis armas significaría que ni siquiera merezco estar vivo...
Brutus el Eviscerador observó de reojo a su hermano caído en batalla, cubierto de cortes y tajos mortales que dejaban ver sus entrañas desparramadas por el suelo húmedo de la caverna. Gruñó emitiendo algún tipo de emoción desconocida para los humanos allí presentes.
- Si eso es morir con honor ... -que baje Maglubiyet y me lleve... - Diciendo estas palabras, mientras miraba al otro compadre de raza, continuó su monólogo tirando su arma al suelo y guardando su escudo a la espalda mientras extendía sus manos con las muñecas juntas para dar a entender que podían atarle y llevarle preso - Ahora ya no soy Brutus el Eviscerador... ahora no soy nada... en vuestras manos encomiendo mi destino, tan solo prometedme que no permitiréis que la Guardia de Saltmarsh me cuelgue de un árbol.
Mientras la conversación se mantenía abierta entre Leobald y su reo, Adriana que estaba dispuesta a dejar caer su fuego blanco de pureza sobre la criatura, decidió respetar su rendición y corrió en pos del mago, pasó de largo una sala con varios ovillos gigantes de seda y de reojo pudo ver con cierto regocijo las tan buscadas tinajas de aceite alquímico. Mablung yacía en el suelo en esa misma sala, con decenas de heridas y quemaduras, pero estable y con vendajes que prácticamente le envolvían medio torso. La hechicera siguió corriendo hasta girar el último recoveco de la gruta que daba a la amplia caverna usada para mover el material de contrabando.
Allí en una diminuta playa había un bote, a su lado, estaba Sanbalet a punto de subirse en él, y adyacente a él, un Khalion intentaba evitar la huida con sus cimitarras listas para cortar al mago en rodajas si era necesario.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
TocToc también corrió hacia el mago. Su cabeza se giró hacia la mole goblinoide que se rendía. Pocas cosas tan raras había visto, pero no iba a cuestionar la rendición de un enemigo.
- Respetaremos nuestro pacto! Dijo mientras pasaba a su lado en pos de la presa verdaderamente importante.
Action: Dash
Movement: mover hacia el mago, según mis cuentas llego aprox a la sentrada de sala del bote
.
Zevatur, Rolthos
El mago sentía la muerte con máscara encima suyo, necesitaba reducirlo para poder culminar su retirada exitosamente, pero se empezaba a quedar sin recursos. Evitando que su acosador le detuviera volvió a usar uno de sus más sencillos hechizos, pero que tan grandes resultados le había granjeado en el pasado. Sus ojos verdes como el mar de jade se clavaron en los de Khalion, verde contra azul... azul contra verde... mientras unas tranquilizadoras palabras cargadas de encantamiento eran susurradas en su oído.
- Debes dejarme marchar, sólo soy tu amigo, un empresario incomprendido a los que tus necios compañeros quieren hundir el negocio, sé que ambos trabajamos en el mismo bando... hoy por mi, mañana por ti.. ayúdame con el bote y evita que se acerquen esos malintencionados, ellos no lo comprenden, tú si.
Cast Charm Person TS WIS DC 13.
Los cantos de sirena de Sanbalet penetraron hipnóticamente en los pensamientos del aasimar, cobrando todo el sentido del mundo. Él era un colega de verdad, casi un hermano, y los demás agentes de Saltmarsh sólo querían hacerle daño porque no entendían que él sólo era un hombre incomprendido e incluso utilizado. Sin pensárselo dos veces, se apartó y se giró hacia los demás defendiendo a su nuevo mejor amigo, puesto que en el fondo, ¿qué eran ellos? Sólo unos aliados forzados por un destino crudo y sin sentido. Sin embargo el mago... él si que era un buen amigo, quizás el único que tenía de verdad, y no permitiría que esta gentuza le hiciera daño.
Sanbalet sonrió con una sincera mueca de agradecimiento a los ojos de Khalion, aunque realmente era una carcajada totalmente llena de ironía, se montó en el bote y comenzó a remar alejándose de la costa...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Dolor, oscuridad, graznidos y...¡un bote!, las palabras de Godric trajeron devuelta a la realidad a Mablung, recordaba el fulminante ataque mágico al que había sido sometido, con gran esfuerzo se levanto y dando trompicones avanzo hacia la pequeña cala para ver a Sanbalet remando y a Khalion empujando el bote.
Ya habría tiempo para ajustar cuentas con el aasimar, pero ants había que evitar que el mago escapara.
-No te escaparas tan fácilmente- dijo Mablung mientras conjuraba de nuevo dijo mientras dirigía su conjuro hacia el bote, donde una hoguera brotó- a ver que tal remas en un bote en llamas-.
Leobald suspiró mientras recogía la espada del goblinoide.
—Solo puepo prometerte un juicio justo. Trataré de que sea en Ghostfinger —asintió al rendido—. No has cometido hoy delitos de sangre y tu colaboración será tenida en cuenta. Así como cualquier dato que puedas arrojar sobre la operación de Sanbalet.
El caballero se mesó el mentón nates de seguir.
—¿Sabes a quien iba a enviar Sanbalet el aceite? ¿El nombre de Edward Tenhall te dice algo?
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Las llamas brotaron en la distancia, surgiendo de la misma superficie del bote envolviendo parte de él por unos segundos, como una gran hoguera dispuesta para calcinarlo todo, Sanbalet tuvo que salir en llamas mientras gritaba al otro extremo del bote... con su elegante túnica en tonos oscuros y esmeralda a juego con sus pendientes de cuarzo agujereada y medio chamuscada. La brea y el pez que se usaba habitualmente para mantener el aislamiento del pequeño pecio no ayudó a sofocar el fuego, justo lo contrario... y ahora el único piloto de la embarcación no podía acceder a los remos, que ardían junto a esa parte del bote también. A la deriva, ... el hechicero gritó a su verdadero amigo.
- ¡¡¡ Detenles !!! ¡¡¡ van a arruinarlo todo !!! ¡¡¡ No te quedes ahí parado !!!!
" ¡Oh la Oscuridad...! "