-Noo!! Mablung! Vas a quemarle!- Bramido asustado por conflicto de amistades.-Son días aciagos, solo trata de salir adelante, como nosotros. Debes parar! - tono cambiando de súplica a amenaza. Aferró con fuerza sus cimitarras para reforzar con acero sus palabras.
Habiendo contemplado angustiado el intercambio entre el ladino mago y su compañero, Godric se hacía una idea de lo que había ocurrido, había visto a magos utilizar sus artes para manipular los sentimientos y mentes de otros antes. Esto no iba a acabar bien y ver al aasimar aferrar con fuerza sus armas se lo confirmó. Tenía pocas opciones así que, encomendándose a Lathander, corrió hacia el khalion y se lanzó hacia él con todas sus fuerzas con el escudo por delante, intentando lanzarlo al agua con la esperanza que el frío chapuzón despejara su mente.
-PARAD!!!- gritó confundido por el fragor desatado.. incómodo por las malas formas del mago, pero incrédulo ante aquellas maneras tan violentas de los compañeros. Vio con terror como su aliado estallaba en llamas, así como la barca siendo difícil alcanzarle para prestar ayuda al mago a la deriva.. Debía evitar que siguieran dañándole. Ignorando al molesto y quejicoso clérigo fue a la fuente del fuego. -BASTA!!!- gritó corriendo hacia el druida, atacándole con intención de noquearle. -Es un aliado y lo vas a matar.-
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Adriana corrió por el pasadizo lo más rápido que pudo, levantándose el vestido e intentando no resbalar por la humedad de la caverna. Al llegar a su destino, observó cómo Khalion se enfrentaba al mago para impedir su huída. Pero, poco más tarde y después de percatarse de cómo el malvado Sanbalet le susurraba unas palabras, la actitud del pícaro parecía cambiar, enfrentándose a sus compañeros.
Con estupor, Adriana fue testigo del primer enfrentamiento entre Khalion y Godric, escuchando incrédula cómo el aasimar intentaba convencerles de ayudar al mago, atacando a sus propios aliados si era necesario. Olvidando a un Godric que no suponía una amenaza, Khalion se fue directo a Mablung, el creador del incendio de la barca. La hechicera pudo escuchar la advertencia de Godric avisando de un encantamiento que nublaba el juicio del pícaro. Eso tenía más sentido, aunque debía ser una magia diferente de la que había provocado el empujón de la elfa por las escaleras
- ¡Detente, Khalion! Sus palabras no son más que veneno que nublan tu juicio, estás imbuido de su magia maligna; él no es nuestro aliado, es nuestro enemigo -
Sabiendo imposible el convencerle mediante argumentos y sabiendo que el objetivo principal era no dejar marchar al mago, convocó su magia y la dirigió hacia la figura de Sanbalet que permanecía aterrado en una barca en llamas. Estaba segura de que Mablung sería capaz de retener la locura de Khalion unos minutos más.
Eldrich Blast: Attack: 15 Damage: 11
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
El rayo de pureza ancestral bendecido por el guardían del bosque impactó de lleno en el pecho de Sanbalet tras atravesar las llamas que consumían su bote, éste gritó emitiendo un alarido de dolor y cayó de lado golpeándose el costado con el borde de la embarcanción. Un humo ascendia allí donde el haz había golpeado al mago, y un agujero ennegrecido perfectamente circular había quemado la seda de su toga.
Las llamas siguieron avanzando hacía su cuerpo, poco a poco, y el hilo de vida que aún se aferraba al mago amenazaba como abandonarle allí mismo. En apenas un grito ahogado, Sanabalet instó a su amigo que parara esta locura.
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Insensible a las suplicas del mago TocToc alzó la ballesta. Magos así no merecían ninguna compasión. No disfrutaba de la muerte de otros, pero en este caso, un mago sin escrúpulos podía llegar a ser una monstruosidad. Y TocToc lo sabía muy bien, lo habia sufrido en el pasado.
El virote atravesó con suma crueldad el cráneo de Sanbalet por uno de sus ojos, una precisión digna de un kenku con muchos problemas con su pasado personal. El cuerpo del mago quedó inerte tirado en el bote que se alejaba muy lentamente hacía las profundidades marinas, mientras el fuego le acanzaba y sus ropajes se prendían, envolviéndolo en llamas como en una pira funeraria...
La quietud llegó a la playa de la cueva y los gritos se ahogaron junto con su vida, mientras tanto, el hechizo que enturbiaba la mente de Khalion se disipaba ... devolviéndole la cordura y los sentidos una vez más.
- Espera Toc-toc- intentó decir Godric, pero el rápido y certero kenku acabó con la vida del mago. - Hubiera sido mejor capturarlo vivo pero supongo que así tendrá una oportunidad de redimir su alma en el más allá. -
Pone una mano en el hombro de Toc-toc
- ¿Estas bien? Veamos si Khalion ha recuperado su mente y.. -de pronto se acuerda que Leobald se estaba batiendo el cobre con el temible guardaespaldas - ¡Leobald! ¡Debemos ayudarle!- el preocupado joven miró en la dirección donde había quedado el caido paladín, extrañado de no escuchar sonidos de lucha.
Godric aún tenía que procesar lo que había ocurrido, pero estaban pasando demasiadas cosas a la vez y, obstinado, centró su mente en la tarea más apremiante. Salvar a Leobald y luego curar a sus heridos compañeros. Su aspecto era deplorable y todos sangraban por varias heridas. A él mismo le costaba respirar debido a la flecha del arquero. Si no hubiera sido por Adriana. La buscó con la mirada y comprobó aliviado que ella estaba bien, habían conseguido protegerla de lo peor del combate. Al menos físicamente. Godric la miró a los ojos y vio que estaba asimilando el dolor que había causado su magia.
Leobald.. le dijo su mente. Empezó a caminar hacia donde se había quedado el valeroso guerrero.
Mablung sonrió cuando vio que la flecha de Toc Toc alcanzaba su banco acabando con la vida del mago. Deshizo el conjuro, por lo que le abarca siguió ardiendo con un poco menos de virulencia.
Cansado el druida saco una cuerda, dejo el resto de su equipo en la playa y se metió en el agua con la intención de nadar hasta el bote y atarlo para traerlo de vuelta a la orilla, seguro que sus compañeros querían ver lo portase el mago. Sería una forma de agradecerles las curas durante el combate.
Mago aceptando la invitación de la parca liberando a su vez el yugo sobre mercenario. Como flechazo atravesando al aasimar de sien a sien consigue la retomar su libre albedrío. -Mil años de infiernos te esperen, Sambalet-masculló, rencoroso y humillado, vencido su experiencia con trucos de novicio. Cabeza abajo, saboreando la incineración consciente de lo ocurrido.. sin heridas no hay reproches. -Bien hecho- dijo a aquellos responsables de zanjar tarea a él negada -Cobrad la pieza, ganada su cabeza está..
Perturbadores sentimientos de trabajo inconcluso le hicieron volver pasos atrás, hacia la sala. Es de buen caballero cumplir las promesas, en este caso a Ned y su cabeza. Presteza y sutileza difuminándose al dar con Caballero y cromático hobgoblin. Acero desenfundado al frente, dispuesto para último duelo. -Devolvedle su arma.. zanjemos asunto con una satisfacción..- adoptando guardia marcial.
Una vez más sus compañeros se desperdigaban y era complicado mantener la atención en todas las cosas.
- Mablung esper.. - intentó decir Godric pero el osado druida ya estaba en el agua nadando con poderosas brazadas hacia la barca.
- Toc-toc - le dijo al kenku - ¿puedes quedarte aquí y ayudar a Mablung mientras voy a ver qué ha pasado con Leobald? - le dijo al kenku cogiendo la cuerda que había dejado Mablung y ofreciéndosela para que no se perdiera en las frías aguas de la bahía.
- ¿Vienes Adriana? - le dijo a la elfa mientras seguía a Khalion que, con su mente, parecía haber recuperado su peculiar forma de hablar.
Godric quería hablar con él y asegurarse que estaba bien, aunque seguro que acababa con dolor de cabeza, pero el ímpetu del aasimar les llevó frente a Leobald y el derrotado hobgoblin.
- ¡Leobald! me alegro que estés bien. Y también me alegro que decidieras rendirte antes de acabar.... como el resto - dijo con al hobgoblin con un deje de pesar en su voz por la muerte que les rodeaba.
No dijo más esperando que Leobald tomara la palabra e intentaba recuperar el aliento, pues pese a la corta caminata le costaba respirar con normalidad. Tendría que atender la herida del pulmón lo antes posible.
Leobald levantó un poco la mano hacia Khalion para tratar de apaciguar sus intenciones.
—Calmaos, Khalion. Brutus ha depuesto las armas sabiamente y está bajo mi protección. Ya ha muerto demasiada gente hoy —suspiró apesadumbrado—. Trataré de que tenga un juicio en Ghostfinger y su colaboración será tenida en cuenta. ¿Brutus, sabes a quién iba a enviar Sanbalet el aceite? ¿El nombre de Edward Tenhall te dice algo? ¿El Señor G?—repitió de nuevo sus preguntas al hobgoblin rendido envainando la espada y cargando con la del monstruo.
Mientras daba espacio a Brutus para contestar buscó una cuerda con la mirada entre los materiales incautados.
—Si Sambalet ya no es un problema del que ocuparse, deberíamos registrar las cuevas y hacer un inventario. Seguramente haya material que debamos entregar a la Guardia de Saltmarsh.
El hobgoblin estaba en silencio esperando las órdenes de Leobald hasta que el enmascarado Khalion le retó, le observó prolongando la mirada lo máximo posible antes de contestarle.
- Los duelos son para gente con honor... no creo que ninguno de los dos tengamos algún ápice de eso, y sinceramente no creo queme duraras más de dos asaltos, ... aunque me gusta tu máscara, puede que copie tu estilo ahora soy Nadie.
Cuando Leobald se dirigió a él, usando su antiguo nombre, el hobgoblin pareció incomodarse en extremo, hasta el punto de que una vena se marcaba claramente en su cuello, pero no dijo nada, aguantó con estoicismo y con un rictus serio en su rostro como el caballero le recordaba su pérdida de identidad y su bienvenida al mundo de los parias. Cuando el humanoide de piel naranja fue interrogado respondió con voz seria, intentando ser preciso.
- El aceite, junto al resto de objetos de contrabando como la seda y el brandy, iban a ser trasladados al navío "El Fantasma del Mar", una veloz embarcación de transporte y contrabando que se acerca a las costas que hay justo en frente de la Mansión una vez al mes, usando el sistema de comunicación con los faroles de ojo de buey, en nuestro caso, desde el ventanal de la habitación sur del segundo piso, nos damos el visto bueno para el intercambio. El navío solo espera una hora, si no respondemos, se marcha hasta el siguiente mes. Pero por alguna razón, Sanbalet había pactado una entrega especial adelantándose el intercambio, y justo era por las tinajas de aceite alquímico. Al parecer alguien las necesitaba con prisa. La siguiente entrega sería dentro de una semana exactamente.
El enorme hobgoblin, aunque desarmado, seguía imponiendo un aura de amenaza bastante alto, su entrenamiento militar continuo y sus grandes habilidades defensivas le daba un aspecto fiero, incluso con sus manos atadas.
- No conozco a los altos cargos o cabezas pensantes que hubiera detrás, yo sólo trataba con mi patrón, Sanbalet, que era el que pagaba, y no hacía muchas preguntas.
Cuando acabó su declaración, Nadie, señaló con la cabeza al cadáver de su camarada y miró a Leobald.
- Ha sido derrotado y ya no es merecedor de esa armadura, quizás deberíais conservarla, confiere a su portador habilidades... especiales... y muy útiles en zonas costeras, por ejemplo, otorgaba a mi hermano la posibilidad de nadar a grandes velocidades.
Mablung nadó con gran habilidad hasta el bote y ató la cuerda que portaba a la argolla situada para tal propósito en la proa del bote, que aún ardía aunque con menor intensidad. Haciendo una señal a Godr... TocToc, éste comenzó a tirar tensando sus casi inexistentes músculos y la pequeña embarcación fue volviendo poco a poco hasta la orilla. El cuerpo prácticamente calcinado del mago yacía dentro y desprendía un intenso olor a carne quemada que no era nada agradable y podría revolver el estómago de la gente que no estuviera acostumbrada a este tipo de aromas.
Registrando un poco lo que se podía salvar del magnífico Sanbalet, Mablung y TocToc pudieron rescatar sus pendientes de un vibrante cuarzo verde, de uno de sus bolsillos pudieron extraer una pipa de madera tallada con motivos de nubes y brumas, casi una obra de arte y que por alguna razón desconocida había sobrevivido casi intacta a las llamas que habían consumido su cuerpo y ropajes, y por último, extremadamente escondidos en otro de sus bolsillos más ocultos, ahora expuesto tras el fuego, dentro de una bolsita de cuero, un juego de dados tallados en hueso de dragón con una maestría sublime, casi se podían ver en detalle los diferentes grabados de siluetas de animales fantásticos que adornaban las diferentes caras de cada uno de ellos.
Tras acabar el registro, un mojado Mablung miro a TOC TOC, el único que se había quedado a ayudarle, y le dijo- fue tu flecha la que acabó con él, debes elegir primero- mientras esperaba la decisión del kenku, los ojos del druida estaban fijos en la pipa. Era una auténtica artesanía. Dejando la kenku que eligiese, recogía la cuerda que había usado para arrastrar el bote.
Leobald agradeció con gesto silencioso las palabras de Nadie y le ató las muñecas. Cuando se aseguró de la solidez de las ataduras se dirigió al hobgoblin caído y comenzó a retirarle la armadura.
A medio camino entre la posición de Leobald con el derrotado hobgoblin y la orilla Godric asistió boquiabierto al intercambio entre el goblinoide y Leobald.
- Cuando termines Leobald sería bueno que nos reuniéramos todos en la orilla- le indicó.
Algo más tranquilo y viendo que la situación estaba bajo control volvió sobre sus pasos hasta la orilla para encontrar a un empapado Mablung y un inquisitivo Toc-toc.
- Ah ya estás aquí estupendo Mablung. Toma - le dice pasándole su manta de su mochila - sécate y ten cuidado con los vendajes del pecho. Hasta que no rece al Señor de la Mañana al alba no podré usar Magia curativa de nuevo. - Se toco la herida del pecho y comprobó que no sangraba. - Debemos recopilar todo lo que tenían y ver como lo transportamos tanto a Saltmarsh como a Ghostfinger. Espero que tuvieran un carromato o algo. Leobald ha derrotado al hobgoblin que se ha rendido parece bastante resignado y no creo que escape, pero sigue siendo imponente. - informa a sus compañeros de lo que ha ocurrido atras.
En el momento en el que el rayo de luz celestial impactó de lleno en la figura del mago, Adriana desvió la mirada. Había sido capaz de no cerrar los ojos esta vez, pero la sola idea de recrearse observando como Sanbalet agonizaba entre llamas, por muy malvado que fuera, le producía absoluto rechazo. Nadie se merecía un final así, ni el más perverso de los asesinos. Apesadumbrada, se convenció de que lamentablemente no les había dejado otra opción.
Mientras Toctoc remataba su vida con una flecha certera, la elfa dirigió su mirada hacia Khalion y Mablung, comprobando aliviada que con el último suspiro del mago también se desvanecía el hechizo que mantenía presa la cordura del pícaro.
Fue entonces cuando su mirada se cruzó con la de Godric, hacia el que se encaminó preocupada por su estado deplorable. Tras comprobar que su vida no corría peligro inminente y aceptando su invitación, le siguió por los pasadizos hasta llegar a la altura de Leobald y el rendido hobgobling. Escuchó en silencio el intento de duelo por parte del pícaro y las explicaciones de Leoblad sobre a situación; aunque el goblinoide no parecía ya una amenaza, su imponente presencia seguía amedrentándola.
- Me encargaré del inventario si no tenéis objeción- comentó tras las palabras del guerrero, mientras rebuscaba en su mochila su cuaderno y su pluma. Le vendría bien una actividad que le ayudara a centrarse en algo que no fuera la muerte que les rodeaba en aquella cueva.
Pero antes de dirigirse hacia las salas en las que había avistado el aceite y las sedas, se acercó a Leobald que se afanaba en quitarle la armadura a uno de los cadáveres; se agachó, apoyando suavemente su mano sobre un de los hombros del humano.
- Quizá pueda pueda servirte de ayuda con esto, Leobald. Permíteme que investigue las propiedades mágicas que la imbuyen -
Detect Magic sobre la armadura
Tras estudiar el halo multicolor que rodeó la armadura, solo perceptible para los ojos élficos de la hechicera, Adriana compartió sus pesquisas con Leobald:
- Sin duda esta armadura se halla imbuida por la magia, concretamente por un hechizo perteneciente a la escuela de encantamiento, la que se presenta con más asiduidad en los objetos mágicos. La información aportada por... Nadie parece ser verídica, es posible que su efecto amplifique la habilidad de nado de su portador. Pero supongoque- dijo levantándose del suelo y encaminándose hacia las grutas para comenzar con su tarea de inventariado - no podremos estar completamente seguros hasta que no lo experimentes - y sin más desapareció tras una de las paredes.
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Lenguaje de miradas mil veces hablado en su antiguo trabajo y una sonrisa dibujada al escuchar un bravucón hobgoblin y su animadversión hacia un nombre ya del pasado. -Brutus murió, sin honor, pero Nadie es lo único que ahora tiene..-mas serio, firme tono que no habla al ser sino al soldado.-Cumple tu palabra y consigue tu nombre, yo te lo daré para cuando la muerte te encuentre puedas decírselo.-Liberada su voluntad, hizo lo propio con sus manos mientras el caballero recibía sus regalos como un crío pequeño. -Me hago cargo mientras terminas, Leobald.. - Rumbo a dormitorios junto a Nadie señaló el cuerpo del hermano caído. -Cumplo mi palabra y su cabeza vendrá conmigo.. si enterrarlo es costumbre ayudaré a Nadie. Justo parece.
Stealth check: 17
Sigilo y cautela cruzando la estantería quitando distracciones a los gusanos del almacén.. hasta asomarse por aquella secreta puerta de mampostería, abierta en canal. Sus ojos azules ahondaron la estancia, sin entrar, alerta ante el movimiento y con inquisitiva búsqueda de Ned o sus restos. Otra mano conjurada, al otro lado sin intención de tocar mas cuerpos, buscando aquel ladrillo que cerrara desde el otro lado.
-Que hay al otro lado?..- señalando la puerta cerrada con aquellas advertencias..
-Noo!! Mablung! Vas a quemarle!- Bramido asustado por conflicto de amistades.-Son días aciagos, solo trata de salir adelante, como nosotros. Debes parar! - tono cambiando de súplica a amenaza. Aferró con fuerza sus cimitarras para reforzar con acero sus palabras.
Habiendo contemplado angustiado el intercambio entre el ladino mago y su compañero, Godric se hacía una idea de lo que había ocurrido, había visto a magos utilizar sus artes para manipular los sentimientos y mentes de otros antes.
Esto no iba a acabar bien y ver al aasimar aferrar con fuerza sus armas se lo confirmó.
Tenía pocas opciones así que, encomendándose a Lathander, corrió hacia el khalion y se lanzó hacia él con todas sus fuerzas con el escudo por delante, intentando lanzarlo al agua con la esperanza que el frío chapuzón despejara su mente.
PbP Character: A few ;)
-PARAD!!!- gritó confundido por el fragor desatado.. incómodo por las malas formas del mago, pero incrédulo ante aquellas maneras tan violentas de los compañeros. Vio con terror como su aliado estallaba en llamas, así como la barca siendo difícil alcanzarle para prestar ayuda al mago a la deriva.. Debía evitar que siguieran dañándole. Ignorando al molesto y quejicoso clérigo fue a la fuente del fuego. -BASTA!!!- gritó corriendo hacia el druida, atacándole con intención de noquearle. -Es un aliado y lo vas a matar.-
Action Attack: 8 Damage: 9
BA Attack: 10 Damage: 1
Adriana corrió por el pasadizo lo más rápido que pudo, levantándose el vestido e intentando no resbalar por la humedad de la caverna. Al llegar a su destino, observó cómo Khalion se enfrentaba al mago para impedir su huída. Pero, poco más tarde y después de percatarse de cómo el malvado Sanbalet le susurraba unas palabras, la actitud del pícaro parecía cambiar, enfrentándose a sus compañeros.
Con estupor, Adriana fue testigo del primer enfrentamiento entre Khalion y Godric, escuchando incrédula cómo el aasimar intentaba convencerles de ayudar al mago, atacando a sus propios aliados si era necesario. Olvidando a un Godric que no suponía una amenaza, Khalion se fue directo a Mablung, el creador del incendio de la barca. La hechicera pudo escuchar la advertencia de Godric avisando de un encantamiento que nublaba el juicio del pícaro. Eso tenía más sentido, aunque debía ser una magia diferente de la que había provocado el empujón de la elfa por las escaleras
- ¡Detente, Khalion! Sus palabras no son más que veneno que nublan tu juicio, estás imbuido de su magia maligna; él no es nuestro aliado, es nuestro enemigo -
Sabiendo imposible el convencerle mediante argumentos y sabiendo que el objetivo principal era no dejar marchar al mago, convocó su magia y la dirigió hacia la figura de Sanbalet que permanecía aterrado en una barca en llamas. Estaba segura de que Mablung sería capaz de retener la locura de Khalion unos minutos más.
Eldrich Blast: Attack: 15 Damage: 11
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
El rayo de pureza ancestral bendecido por el guardían del bosque impactó de lleno en el pecho de Sanbalet tras atravesar las llamas que consumían su bote, éste gritó emitiendo un alarido de dolor y cayó de lado golpeándose el costado con el borde de la embarcanción. Un humo ascendia allí donde el haz había golpeado al mago, y un agujero ennegrecido perfectamente circular había quemado la seda de su toga.
Las llamas siguieron avanzando hacía su cuerpo, poco a poco, y el hilo de vida que aún se aferraba al mago amenazaba como abandonarle allí mismo. En apenas un grito ahogado, Sanabalet instó a su amigo que parara esta locura.
- Khalion... ¿porqué... me has abandonado? ...
Turno de TocToc
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Insensible a las suplicas del mago TocToc alzó la ballesta. Magos así no merecían ninguna compasión. No disfrutaba de la muerte de otros, pero en este caso, un mago sin escrúpulos podía llegar a ser una monstruosidad. Y TocToc lo sabía muy bien, lo habia sufrido en el pasado.
Move: Hacia la orilla, alejado de Khalion.
Attack al mago: 8 Damage: 11
Zevatur, Rolthos
El virote atravesó con suma crueldad el cráneo de Sanbalet por uno de sus ojos, una precisión digna de un kenku con muchos problemas con su pasado personal. El cuerpo del mago quedó inerte tirado en el bote que se alejaba muy lentamente hacía las profundidades marinas, mientras el fuego le acanzaba y sus ropajes se prendían, envolviéndolo en llamas como en una pira funeraria...
La quietud llegó a la playa de la cueva y los gritos se ahogaron junto con su vida, mientras tanto, el hechizo que enturbiaba la mente de Khalion se disipaba ... devolviéndole la cordura y los sentidos una vez más.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
- Espera Toc-toc - intentó decir Godric, pero el rápido y certero kenku acabó con la vida del mago. - Hubiera sido mejor capturarlo vivo pero supongo que así tendrá una oportunidad de redimir su alma en el más allá. -
Pone una mano en el hombro de Toc-toc
- ¿Estas bien? Veamos si Khalion ha recuperado su mente y.. - de pronto se acuerda que Leobald se estaba batiendo el cobre con el temible guardaespaldas - ¡Leobald! ¡Debemos ayudarle! - el preocupado joven miró en la dirección donde había quedado el caido paladín, extrañado de no escuchar sonidos de lucha.
Godric aún tenía que procesar lo que había ocurrido, pero estaban pasando demasiadas cosas a la vez y, obstinado, centró su mente en la tarea más apremiante. Salvar a Leobald y luego curar a sus heridos compañeros. Su aspecto era deplorable y todos sangraban por varias heridas. A él mismo le costaba respirar debido a la flecha del arquero. Si no hubiera sido por Adriana. La buscó con la mirada y comprobó aliviado que ella estaba bien, habían conseguido protegerla de lo peor del combate. Al menos físicamente. Godric la miró a los ojos y vio que estaba asimilando el dolor que había causado su magia.
Leobald.. le dijo su mente. Empezó a caminar hacia donde se había quedado el valeroso guerrero.
PbP Character: A few ;)
Mablung sonrió cuando vio que la flecha de Toc Toc alcanzaba su banco acabando con la vida del mago. Deshizo el conjuro, por lo que le abarca siguió ardiendo con un poco menos de virulencia.
Cansado el druida saco una cuerda, dejo el resto de su equipo en la playa y se metió en el agua con la intención de nadar hasta el bote y atarlo para traerlo de vuelta a la orilla, seguro que sus compañeros querían ver lo portase el mago. Sería una forma de agradecerles las curas durante el combate.
Mago aceptando la invitación de la parca liberando a su vez el yugo sobre mercenario. Como flechazo atravesando al aasimar de sien a sien consigue la retomar su libre albedrío. -Mil años de infiernos te esperen, Sambalet- masculló, rencoroso y humillado, vencido su experiencia con trucos de novicio. Cabeza abajo, saboreando la incineración consciente de lo ocurrido.. sin heridas no hay reproches. -Bien hecho- dijo a aquellos responsables de zanjar tarea a él negada -Cobrad la pieza, ganada su cabeza está..
Perturbadores sentimientos de trabajo inconcluso le hicieron volver pasos atrás, hacia la sala. Es de buen caballero cumplir las promesas, en este caso a Ned y su cabeza. Presteza y sutileza difuminándose al dar con Caballero y cromático hobgoblin. Acero desenfundado al frente, dispuesto para último duelo. -Devolvedle su arma.. zanjemos asunto con una satisfacción..- adoptando guardia marcial.
Una vez más sus compañeros se desperdigaban y era complicado mantener la atención en todas las cosas.
- Mablung esper.. - intentó decir Godric pero el osado druida ya estaba en el agua nadando con poderosas brazadas hacia la barca.
- Toc-toc - le dijo al kenku - ¿puedes quedarte aquí y ayudar a Mablung mientras voy a ver qué ha pasado con Leobald? - le dijo al kenku cogiendo la cuerda que había dejado Mablung y ofreciéndosela para que no se perdiera en las frías aguas de la bahía.
- ¿Vienes Adriana? - le dijo a la elfa mientras seguía a Khalion que, con su mente, parecía haber recuperado su peculiar forma de hablar.
Godric quería hablar con él y asegurarse que estaba bien, aunque seguro que acababa con dolor de cabeza, pero el ímpetu del aasimar les llevó frente a Leobald y el derrotado hobgoblin.
- ¡Leobald! me alegro que estés bien. Y también me alegro que decidieras rendirte antes de acabar.... como el resto - dijo con al hobgoblin con un deje de pesar en su voz por la muerte que les rodeaba.
No dijo más esperando que Leobald tomara la palabra e intentaba recuperar el aliento, pues pese a la corta caminata le costaba respirar con normalidad. Tendría que atender la herida del pulmón lo antes posible.
PbP Character: A few ;)
Leobald levantó un poco la mano hacia Khalion para tratar de apaciguar sus intenciones.
—Calmaos, Khalion. Brutus ha depuesto las armas sabiamente y está bajo mi protección. Ya ha muerto demasiada gente hoy —suspiró apesadumbrado—. Trataré de que tenga un juicio en Ghostfinger y su colaboración será tenida en cuenta. ¿Brutus, sabes a quién iba a enviar Sanbalet el aceite? ¿El nombre de Edward Tenhall te dice algo? ¿El Señor G?—repitió de nuevo sus preguntas al hobgoblin rendido envainando la espada y cargando con la del monstruo.
Mientras daba espacio a Brutus para contestar buscó una cuerda con la mirada entre los materiales incautados.
—Si Sambalet ya no es un problema del que ocuparse, deberíamos registrar las cuevas y hacer un inventario. Seguramente haya material que debamos entregar a la Guardia de Saltmarsh.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
[En las cavernas interiores]
El hobgoblin estaba en silencio esperando las órdenes de Leobald hasta que el enmascarado Khalion le retó, le observó prolongando la mirada lo máximo posible antes de contestarle.
- Los duelos son para gente con honor... no creo que ninguno de los dos tengamos algún ápice de eso, y sinceramente no creo queme duraras más de dos asaltos, ... aunque me gusta tu máscara, puede que copie tu estilo ahora soy Nadie.
Cuando Leobald se dirigió a él, usando su antiguo nombre, el hobgoblin pareció incomodarse en extremo, hasta el punto de que una vena se marcaba claramente en su cuello, pero no dijo nada, aguantó con estoicismo y con un rictus serio en su rostro como el caballero le recordaba su pérdida de identidad y su bienvenida al mundo de los parias. Cuando el humanoide de piel naranja fue interrogado respondió con voz seria, intentando ser preciso.
- El aceite, junto al resto de objetos de contrabando como la seda y el brandy, iban a ser trasladados al navío "El Fantasma del Mar", una veloz embarcación de transporte y contrabando que se acerca a las costas que hay justo en frente de la Mansión una vez al mes, usando el sistema de comunicación con los faroles de ojo de buey, en nuestro caso, desde el ventanal de la habitación sur del segundo piso, nos damos el visto bueno para el intercambio. El navío solo espera una hora, si no respondemos, se marcha hasta el siguiente mes. Pero por alguna razón, Sanbalet había pactado una entrega especial adelantándose el intercambio, y justo era por las tinajas de aceite alquímico. Al parecer alguien las necesitaba con prisa. La siguiente entrega sería dentro de una semana exactamente.
El enorme hobgoblin, aunque desarmado, seguía imponiendo un aura de amenaza bastante alto, su entrenamiento militar continuo y sus grandes habilidades defensivas le daba un aspecto fiero, incluso con sus manos atadas.
- No conozco a los altos cargos o cabezas pensantes que hubiera detrás, yo sólo trataba con mi patrón, Sanbalet, que era el que pagaba, y no hacía muchas preguntas.
Cuando acabó su declaración, Nadie, señaló con la cabeza al cadáver de su camarada y miró a Leobald.
- Ha sido derrotado y ya no es merecedor de esa armadura, quizás deberíais conservarla, confiere a su portador habilidades... especiales... y muy útiles en zonas costeras, por ejemplo, otorgaba a mi hermano la posibilidad de nadar a grandes velocidades.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
[En la caverna costera]
Mablung nadó con gran habilidad hasta el bote y ató la cuerda que portaba a la argolla situada para tal propósito en la proa del bote, que aún ardía aunque con menor intensidad. Haciendo una señal a Godr... TocToc, éste comenzó a tirar tensando sus casi inexistentes músculos y la pequeña embarcación fue volviendo poco a poco hasta la orilla. El cuerpo prácticamente calcinado del mago yacía dentro y desprendía un intenso olor a carne quemada que no era nada agradable y podría revolver el estómago de la gente que no estuviera acostumbrada a este tipo de aromas.
Registrando un poco lo que se podía salvar del magnífico Sanbalet, Mablung y TocToc pudieron rescatar sus pendientes de un vibrante cuarzo verde, de uno de sus bolsillos pudieron extraer una pipa de madera tallada con motivos de nubes y brumas, casi una obra de arte y que por alguna razón desconocida había sobrevivido casi intacta a las llamas que habían consumido su cuerpo y ropajes, y por último, extremadamente escondidos en otro de sus bolsillos más ocultos, ahora expuesto tras el fuego, dentro de una bolsita de cuero, un juego de dados tallados en hueso de dragón con una maestría sublime, casi se podían ver en detalle los diferentes grabados de siluetas de animales fantásticos que adornaban las diferentes caras de cada uno de ellos.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Tras acabar el registro, un mojado Mablung miro a TOC TOC, el único que se había quedado a ayudarle, y le dijo- fue tu flecha la que acabó con él, debes elegir primero- mientras esperaba la decisión del kenku, los ojos del druida estaban fijos en la pipa. Era una auténtica artesanía. Dejando la kenku que eligiese, recogía la cuerda que había usado para arrastrar el bote.
Leobald agradeció con gesto silencioso las palabras de Nadie y le ató las muñecas. Cuando se aseguró de la solidez de las ataduras se dirigió al hobgoblin caído y comenzó a retirarle la armadura.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
A medio camino entre la posición de Leobald con el derrotado hobgoblin y la orilla Godric asistió boquiabierto al intercambio entre el goblinoide y Leobald.
- Cuando termines Leobald sería bueno que nos reuniéramos todos en la orilla- le indicó.
Algo más tranquilo y viendo que la situación estaba bajo control volvió sobre sus pasos hasta la orilla para encontrar a un empapado Mablung y un inquisitivo Toc-toc.
- Ah ya estás aquí estupendo Mablung. Toma - le dice pasándole su manta de su mochila - sécate y ten cuidado con los vendajes del pecho. Hasta que no rece al Señor de la Mañana al alba no podré usar Magia curativa de nuevo. - Se toco la herida del pecho y comprobó que no sangraba.
- Debemos recopilar todo lo que tenían y ver como lo transportamos tanto a Saltmarsh como a Ghostfinger. Espero que tuvieran un carromato o algo. Leobald ha derrotado al hobgoblin que se ha rendido parece bastante resignado y no creo que escape, pero sigue siendo imponente. - informa a sus compañeros de lo que ha ocurrido atras.
PbP Character: A few ;)
En el momento en el que el rayo de luz celestial impactó de lleno en la figura del mago, Adriana desvió la mirada. Había sido capaz de no cerrar los ojos esta vez, pero la sola idea de recrearse observando como Sanbalet agonizaba entre llamas, por muy malvado que fuera, le producía absoluto rechazo. Nadie se merecía un final así, ni el más perverso de los asesinos. Apesadumbrada, se convenció de que lamentablemente no les había dejado otra opción.
Mientras Toctoc remataba su vida con una flecha certera, la elfa dirigió su mirada hacia Khalion y Mablung, comprobando aliviada que con el último suspiro del mago también se desvanecía el hechizo que mantenía presa la cordura del pícaro.
Fue entonces cuando su mirada se cruzó con la de Godric, hacia el que se encaminó preocupada por su estado deplorable. Tras comprobar que su vida no corría peligro inminente y aceptando su invitación, le siguió por los pasadizos hasta llegar a la altura de Leobald y el rendido hobgobling. Escuchó en silencio el intento de duelo por parte del pícaro y las explicaciones de Leoblad sobre a situación; aunque el goblinoide no parecía ya una amenaza, su imponente presencia seguía amedrentándola.
- Me encargaré del inventario si no tenéis objeción - comentó tras las palabras del guerrero, mientras rebuscaba en su mochila su cuaderno y su pluma. Le vendría bien una actividad que le ayudara a centrarse en algo que no fuera la muerte que les rodeaba en aquella cueva.
Pero antes de dirigirse hacia las salas en las que había avistado el aceite y las sedas, se acercó a Leobald que se afanaba en quitarle la armadura a uno de los cadáveres; se agachó, apoyando suavemente su mano sobre un de los hombros del humano.
- Quizá pueda pueda servirte de ayuda con esto, Leobald. Permíteme que investigue las propiedades mágicas que la imbuyen -
Detect Magic sobre la armadura
Tras estudiar el halo multicolor que rodeó la armadura, solo perceptible para los ojos élficos de la hechicera, Adriana compartió sus pesquisas con Leobald:
- Sin duda esta armadura se halla imbuida por la magia, concretamente por un hechizo perteneciente a la escuela de encantamiento, la que se presenta con más asiduidad en los objetos mágicos. La información aportada por... Nadie parece ser verídica, es posible que su efecto amplifique la habilidad de nado de su portador. Pero supongo que - dijo levantándose del suelo y encaminándose hacia las grutas para comenzar con su tarea de inventariado - no podremos estar completamente seguros hasta que no lo experimentes - y sin más desapareció tras una de las paredes.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Lenguaje de miradas mil veces hablado en su antiguo trabajo y una sonrisa dibujada al escuchar un bravucón hobgoblin y su animadversión hacia un nombre ya del pasado. -Brutus murió, sin honor, pero Nadie es lo único que ahora tiene..-mas serio, firme tono que no habla al ser sino al soldado.-Cumple tu palabra y consigue tu nombre, yo te lo daré para cuando la muerte te encuentre puedas decírselo. -Liberada su voluntad, hizo lo propio con sus manos mientras el caballero recibía sus regalos como un crío pequeño. -Me hago cargo mientras terminas, Leobald.. - Rumbo a dormitorios junto a Nadie señaló el cuerpo del hermano caído. -Cumplo mi palabra y su cabeza vendrá conmigo.. si enterrarlo es costumbre ayudaré a Nadie. Justo parece.
Stealth check: 17
Sigilo y cautela cruzando la estantería quitando distracciones a los gusanos del almacén.. hasta asomarse por aquella secreta puerta de mampostería, abierta en canal. Sus ojos azules ahondaron la estancia, sin entrar, alerta ante el movimiento y con inquisitiva búsqueda de Ned o sus restos. Otra mano conjurada, al otro lado sin intención de tocar mas cuerpos, buscando aquel ladrillo que cerrara desde el otro lado.
-Que hay al otro lado?..- señalando la puerta cerrada con aquellas advertencias..
Toctoc asintió a godric y cogió la cuerda que aseguraba al druida.
- Podria haber conjurado algo que lo alejase de nosotros de forma definitiva. Y que escapase era demasiado riesgo, demasiado mal hay ya en el mundo.
Despues, su mano se cerro en Los pendientes, demasiado brillantes para dejarlos pasar.
Zevatur, Rolthos