- Todos somos peligrosos, pero estaré atento a Khalion- dice Mablung. Luego agradece el pescado de Toc Toc:- lo ahumare cuanto antes, así aguantará más.
Con todos
Mablung tras escuchar a todas las partes dijo:- Tal y como yo le veo, Leobald tomasteis un prisionero sin consultar con nadie, ese prisionero era tu responsabilidad, no del grupo. Así que no les eches la culpas cuando Nadie estaba libre deambulando por todos lados, haberle mantenido encadenado y vigilado y no se hubiese escapado, con o sin ayuda. Se te olvida que todos somos reos, nos conocemos de tres días, en serio si ya confias así en nosotros eres un crédulo. -
- Y tienen razón, lo mas probable es que hubiese sido ejecutado, aún así no me creo que vaya a unirse al grupo de Elías así que creo que su liberación traerá consecuencias de la que los tres seréis responsables. El resto no tenemos nada que ver en ese asunto. Y coincido con Toc Toc, curiosa forma de demostrar la voluntad de trabajo en equipo.- acaba diciendo pasando al lado de Godric y dándole una palmada en el hombro.
-Vamos Ostor, pongámonos en camino, cuanto antes partamos antes nos desharemos del aceite, iré un poco adelantado buscando amenzas-. Dice mientras da un poco de pescado al cuervo.
Tras lo cual Mablung se distancia unos 50 m del carro con el arco listo.
Adriana escuchó las palabras de Leobald arrebujada en su capa, intentando escapar de la humedad y del frío sin mucho éxito. Sus revelaciones le hicieron dejar de pensar por un momento en lo incómoda que se encontraba.
- Cierto es, sir Leobald. Tenía mis sospechas de que algo extraño enturbiaba el raciocinio de Khalion en el momento en el que me empujó por las escaleras, algo muy diferente y mucho más peligroso y oscuro que la magia que se apoderó de él en nuestro último enfrentamiento con Sanbalet. Pero no había sido capaz de relacionarlo con aquello que le sucedió en el callejón de Saltmarsh. Si lo que apuntas es cierto- dijo cogiendo el libro tendido por el caballero y ojeándolo - me gustaría estudiar con más detenimiento este libro, quizá cuando consigamos llegar a Ghostfinger y descansemos. Debemos actuar rápido con Khalion, desconocemos de qué manera y en qué momento puede desencadenarse esa maldad -
La elfa fijó su mirada en Toctoc y observó cómo limpiaba el pescado en un ritual de acciones mecánicas, hipnotizándose con el cuidado con el que trataba los cuerpos de los animales. Se acercó a él y se sentó a su lado.
- Toctoc- le dijo con cierto deje avergonzado y apesadumbrado - espero que aceptes mis más sinceras disculpas por lo acaecido en la mansión. No era mi intención abandonarte con aquellos bandidos, simplemente actué movida por el miedo y la frustración, y estoy terriblemente afectada por las consecuencias que se generaron de mi huída. Si no hubiese sido por Godric…- dejó la frase en el aire, sin querer concluirla, puesto que todos sabían ya cuál hubiera sido el final de su extraño compañero si el sacerdote no hubiera adquirido de nuevo sus poderes - no tengo excusas que ofrecerte, solo mi arrepentimiento y mis disculpas -
[Tras la llegada de los caballos]
Adriana prestó atención a las palabras de Godric, sonriendo con agrado ante su primera intervención. Pero cuando la conversación giró en torno a Nadie, su rostro adoptó un gesto serio y preocupado.
Después de escuchar todas las intervenciones, la hechicera suspiró. Esta vez estaba de acuerdo con Leobald. Sabía que Godric actuaba con la mejor intención, pero era evidente que seguía siendo un muchacho joven e impulsivo que se dejaba guiar en demasía por su idea de justicia divina. La vida no funcionaba así, ella lo había aprendido de su servicio en la corte y él debía aprenderlo a base de cometer errores. En este aspecto, confiaba en que el veterano caballero ayudara con su experiencia vital al joven sacerdote y se alegraba de tenerle como apoyo en el grupo.
Lanzó a Leobald una mirada de complicidad y resignación e intentó suavizar los ánimos.
- Puedo llegar a imaginar lo incómodo de la situación en la que os situó Nadie con su petición y creo, Godric, que elegiste lo que creíste más conveniente dadas las circunstancias, aunque yo personalmente pueda no estar de acuerdo; creo que la decisión del destino de Nadie debería haber recaído en las manos de Leobald y, aunque no nos guste, debería haber seguido las directrices establecidas en los casos de rendición - se encaminó hacia el carro y los caballos - Puede que Nadie acuda a la hacienda de Elías, pero no sabemos hasta qué punto el orgullo de ese hombre le permitirá aceptarlo de buena gana. Sea como sea - le dijo al joven apoyando una mano en su hombro, sonriéndole y hablándole con dulzura - afrontaremos las consecuencias unidos, sin reproches -
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Godric aceptó el contacto reconfortante de Adriana y su comprensión. Ella parecía haber entendido que el tampoco estaba del todo cómodo con la decisión y la situación pero que había hecho lo mejor posible con las opciones a mano.
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La comitiva se puso en marcha tras dar por teminadas sus conversaciones bajo la luz de las estrellas en aquella remota cala, el tranquilo oleaje dejó de oirse cuando el carro, con los dos percherones bien pertrechados y colocados para tirar del carro, se alejó de la costa a traves de la maleza y la foresta. Pronto dieron con un camino marcado por la marcha del mismo vehículo aplastando hierbas y matorrales, se había usado poco y a veces era difícil seguirlo, pero con la ayuda de un cielo despejado, por primera vez en mucho tiempo, y la misma luz de la luna, TocToc pudo orientarse e ir encontrando los retazos de vereda que aparecían y desaparecían caprichosamente.
En menos de media hora dieron con el camino principal que comunicaba Saltmarsh con Ghostfinger, saliendo casi a la misma altura que la desviación a través del Mar de Hierbas hacia la hacienda de Elías.
El kenku pudo encontrar huellas de caballo en ese punto, pero todo era caótico con el firme del camino aún húmedo y embarrado de la jornada de lluvia. Parecía que un caballo hubiera cogido esa travesía hace poco tiempo, pero múltiples huellas de otros caballos pisoteaban esas primeras, o quizás era el mismo que volvía sobre sus pasos para dirigirse hacia el Oeste dirección el Fuerte del Faro que era también su destino. TocToc decidió no arriesgarse aventurando ninguna teoría puesto que el terreno podría jugarle una mala pasada.
Siguiendo el camino que ascendia entre las colinas, el carro cogió cierta inercia, aunque a veces las ruedas quedaba encalladas en la lodosa tierra, provocando algunas pausas obligadas y dedicarse a empujar y arengar a los reciós animales para que hicieran la fuerza necesaria para liberar el convoy. Estos se comportaron bastante bien, y su terquedad sumada al buen estado en el que estaban, consiguió no demorar demasiado el paso.
Aún así, y a pesar de que el tiempo acompañaba, las horas fueron pasando lentamente, la madrugada caía pesada como una losa sobre los agotados cuerpos de todos ellos, la frugal comida que habían tomado antes de partir les daba aún fuerzas, y así siguieron por casi cinco monótonas horas más.
Fue cuando estaban tan solo a una hora de camino para llegar a su destino cuando se cruzaron una guardia de infantería de una media docena de soldados, algo mucho más numeroso de lo que había encontrado en los senderos reales hasta ahora. Ésta estaba liderada por un sargento recién entrado en la treintena, bien equipado como todos los componentes del puesto fortificado, que les dio el alto de inmediato. Entre las filas de esa guarnición estaba un conocido de Khalion, Broser, que vigilaba con cierto nerviosismo el contenido del carro que les acompañaba sin hacer preguntas.
- Os estábamos buscando, esperábamos vuestra llegada, Julius nos mandó a vuestro encuentro para escoltaros, portáis unos valiosos activos para nuestro "hogar", ... sentimos llegar tan tarde, fue todo algo... "imprevisto"...
Sin dar muchas más explicaciones, tres infantes a cada lado del carro fueron colocados estratégicamente por el anónimo sargento, y se dispusieron a acompañarles de vuelta hasta Ghostfinger.
El talado bosque de tocones les dio la bienvenida casi una hora después, con sus cien metros de deforestación forzada que sirvieron de alimento a la empalizada princilpalmente. La puerta doble estaba ya abierta y allí bajo su umbral otra guarnición de infanteria, esta vez una docena completa de soldados les esperaban junto a dos figuras, un medio dormido Targos y el siempre misterioso Julius. El primero iba embutido en su curiosa armadura de cuero totalmente adaptada para él, y no intentó disimular un profundo y longevo bostezo cuando estuvieron a su altura, el segundo estaba con exactamente las mismas vestimentas que la primera vez que le vieron, su capa de plumas negras cubriendo una práctica y cómoda toga, mitones de cuero, y su fiel bastón acabado en una inmensa piedra parecida al cuarzo rubí. Con su ya reconocible acento élfico, el elfo que actuaba como mago de guerra para Bastianes se acercó a hablar con todos los agentes, no sin antes pedir al encargado de la logísca que se hiciera cargo de todo a partir de ese momento, cosa que hizo de inmediato tras ayudar a bajar a todos del vehículo.
- Os esperábamos, bienhallados seáis todos, observo que vuestra misión ha sido todo un éxito, como ya nos adelantó el reo. Entiendo que estéis agotados y queráis descansar, así que os acompañaré temporalmente al edificio de invitados y oficiales, ... vuestras barracas... están de obras actualmente. Mañana tenéis mucho que contarnos y contrastar las noticias que nos ha dado nuestro imprevisto informante....
Mientras Targos y parte de la milicia se disponia a mover el carro y eficientemente hacer inventario a pesar de las altas horas de la noche, Julius paseaba con todo el grupo hacia la edificación de cierto estilo y mayor calidad justamente situada al lado del mismo faro.
- Tenéis las habitaciones preparadas, mañana a primera hora, después de la ejecución y del desayuno pondréis vuestro informe detallado sobre la mesa. Quiero comunicaros que Bastianes está especialmente orgulloso de vosotros, no se esperaba una resolución tan eficiente y siente no poder haberos recibido, tareas importantes le traen ocupado en estos momentos.
Con un educado gesto de su mano, el hechicero les hizo una señal para que entraran en el edicio diplomático, que hace escasos días ocupaba la comitiva de altos elfos que se dirigió a Dreadwood.
- Descansad las pocas horas que quedan para el amanecer, las tenéis bien merecidas.
—Disculpad, Julius. ¿A qué reo os referís? ¿Y puedo preguntar qué está pasando para que lord Bastianes haya movilizado tanta tropa de madrugada? Pareciera percibirse cierta tensión —preguntó calmadamente tras mirar a la docena de soldados junto a la puerta— ¿Quién va a ser ejecutado al alba?
Julios contestó a Leobald en su habitual tono calmado, aunque su imperfección al hablar común dejara un ligero deje de impaciencia en sus palabras.
- El prisionero que os conoce... os diría su nombre, pero no lo ha dicho, se ha negado, es un hobgoblin que portaba una máscara roja, de corte demoníaco. En cuanto a las movilizaciones, para Bastianes la recuperación de los aceites alquímicos era de importancia vital y prioritaria, el faro no puede... no debe nunca dejar de iluminar, incluso durante el día.
Ante la última pregunta de corte más serio, el hechicero parece entonar sus palabras con cierta ceremonialidad.
- En cuanto a la ejecución me temo que es nuestro informante y vuestro conocido, el hobgoblin. Bastianes lo sentenció a muerte por crímenes de guerra tras su confesión. No sé si erais muy cercanos, entiendo que no porque salisteis de aquí hace tan solo dos días y todos sois de fuera, a no ser que fuera un viejo conocido de alguien de vosotros... entonces mis condolencias, supongo...
Cuando Adriana se acercó a TocToc, este alzó la cabeza levemente para ver que quería, pero siguió con su labor. Las palabras de disculpas le sonaron extrañas y detuvo la labor sorprendido. Miro a la elfa ladeando la cabeza, estudiándola. – En un combate pasan muchas cosas imprevistas. Te vi luchando mano a mano con todos nosotros. – Dijo conciliadoramente. – No tienes por qué disculparte. – Dijo antes de proseguir con su tarea. – Me sentiré más seguro si en el próximo combate también luchas a mi lado.
[En la costa con el carro, antes de salir]
TocToc se levantó indignado ante las palabras de Godric. – En nuestro encuentro con Elías, nosotros le salvamos la vida. No le debemos nada. Él nos debe todo. – Dijo mientras se señalaba el pico con insistente vehemencia.
Después prosiguió con su replica al joven clérigo. – O se escapó, o le dejasteis ir. – Sentenció en una dicotomía mientras se alejaba cautamente unos pasos del clérigo, interponiendo distancia ante una posible escalada violenta. - Si no os dejó mas alternativa que un combate o dejarle marchar, no te reprocho nada. Y la palabra de Nadie vale nada. – Sus manos se desplazaron de un lado a otro al cambiar de una posibilidad a otra. - Si le dejasteis ir, que es la versión que más pareces sostener, denota que no confías en el grupo y que tan solo aceptas las decisiones cuando se hace lo que tu consideras correcto.
Finalmente, se alejó unos pasos más, ahora hablaba más calmadamente, dando por terminados sus reproches. - Has elegido un muy mal momento para abogar por la bandada. – Después, ante las intervenciones del resto y posibles replicas tan solo alzaba la cabeza permaneciendo en un huraño silencio.
[Al llegar al campamento]
Tras el encuentro con los soldados la tensión que había invadido al hombre cuervo se transformó en cansancio. Quizás reflejo del relajo que proporcionaba su protección o saber que aquellos soldados si actuaban con diligencia y coordinación, como una verdadera bandada. en cualquier caso porsiguió el camino en silencio.
Las palabras de Julius hicieron que TocToc bajase la cabeza, entristecido. Nadie les había servido bien y excepto en ese ambiguo momento con Godric y Khalion había respetado su palabra. No se merecía la condena, pero poco podían hacer ya por él.
Godric suspiro ante las palabras del kenku. Y se sorprendió por su precaución. Su postura seguía siendo tranquila, sentado con las piernas cruzadas y no había levantado la voz. No entendía porque el corvido humanoide parecía actuar como si le fuera a atacar. - Toc toc - dijo intentando calmarle - creo que me malinterpretas. Todo el rato - añadió recordando sus otras interacciones con el. - Por favor permite que me explique. Primero, no digo que debamos nada a Elias, no te falta razón en lo que dices que le ayudamos, pero ahora no se trata solo de si nos debe o no algo. Parece ser que hay alguien muy peligroso y con el poder de levantar muertos que acecha su comunidad y a nosotros... y todo por culpa de esa moneda. Creo que debemos informar de todo esto a Bastianes a nuestra llegada, sin duda querrá tomar medidas. De verdad que no pienso ni he querido decir que le debamos nada a Elias salvo la preocupación natural por los demás ante un peligro. Por favor te ruego que no te enojes y me disculpes si me he expresado mal. -
pese a sus palabras el joven humano no pudo ocultar cierta tristeza por que su compañero pensara tan mal de él como que iba a poder atacarle. Más Toc-Toc por el que solo había mostrado afecto y preocupación.
- Respecto a Nadie... no llegó a amenazarnos con violencia, pero de haber llegado a ello dudo que hubiéramos podido traeros los caballos. La situación podría haber derivado en eso y sinceramente preferí no arriesgar mi vida y la de Khalion. Eso no quita para que piense que es la mejor opción entre varias opciones malas. Si viniera a Ghostfinger con nosotros sería ajusticiado sin juicio ni posibilidad de redención. Con Elias aún puede recuperar su honor y ayudarnos. De momento ha cumplido su palabra y se ha portado honestamente con nosotros.Si decide huir y no cumplir su palabra... - Godric se encoge de hombros - entonces sólo será una mala decisión más de mi vida, huirá o será encontrado y ajusticiado. Jamás recuperará su honor y su alma será condenada en el Abismo - se encoge de hombros - sólo habrá retrasado lo inevitable y nosotros no perderemos nada ni nos afectará en nada. Sinceramente no se porque te molesta tanto. -
Cansado, y viendo que solo se repetía no replicó a nadie más.
[durante el viaje] Godric dormitó entre los barriles de aceite. No era la mejor posición pero al muchacho no le importó.
[En Ghostfinger]
Ante las palabras de Julius Godric ni siquiera se molestó en mirar a Leobald o Toc-Toc ni hacer un gesto de “os lo dije”. Pero si intervino.
- Julius, Señor. Muchas cosas han pasado en este breve tiempo. Este hobgoblin si nos es conocido. De momento responde al nombre de Nadie ya que no se considera digno de portar nombre alguno de momento. Señor... - Godric intentó reunir valor para lo que iba a decir -... hay.. están ocurriendo muchas cosas y todo es muy confuso. Os lo ruego, retrasad la ejecución hasta que hayamos podido presentar nuestro informe y haberos explicado todo. Ese hobgoblin puede poseer información importante para Ghostfinger, tanto en el asunto de los ladrones del aceite como en la existencia de un nigromante y otros malhechores. Permitidnos explicaros a vos y Bastianes toda la situación antes de tomar una decisión irrevocable. Unas horas más o menos antes de la ejecución no supondrán diferencia alguna. -
Una vez más la vehemencia de Godric desató su lengua. Miro de refilón a Toc-Toc preguntándose si también consideraría esto como un acto egoísta sin haber consultado a los demás. Pero solo pretendía conseguir algo de tiempo para explicarlo todo y hablar entre ellos antes.
- Que sorpresa, parece que después de todo si que hay honor entre bandidos- dice en voz baja un Mablung sorprendido por qué el Hobgobling haya ido directo a su ejecución.
Luego sin demorarse mucho se dirige hacia la barraca de invitados mientras pienso aque quizás Bastianes no esté tan contento cuando sepa que parte del grupo debe de presentarse de nuevo ante el capitán de la guardia, pero eso ya lo resolverán mañana.
Una vez en los barracones coge una manta y se dirige hacia la forja, donde descanso la última noche antes de partir y poniendose a resguardo descanso hasta el amanecer.
-Bienvenido a tu nuevo hogar Ostor, eres libre de quedarte o volar en libertad- dijo acariciando al cuervo mientras se sumía en la meditación elfica.
Sobre el caballo y bajo máscara permaneció atento, impasible, escuchando guerra de reproches. Antes de salir apremió a proteger y anclar el bote para futuras travesías. Esperó el arranque de los percherones, pesados sobre la arena primero, sobre el barro después. Buscó la par con le caballero, sin renunciar a aquella noble montura no tan asustadiza como Nadie anticipó. -Fugarse era su plan- audible para todos pero dirigido a Leobald.- Blandir armas no habría cambiado nada en semejante tesitura. El joven -mirando al dormido clérigo humano- trató de disuadirle ofreciéndole un atajo en su redención..-tono con profunda decepción- ..de difícil encage para Elías y para él. Se valió de mi confianza y nublado criterio, si allí se encuentra, Nadie te rendirá cuentas.
Tras ello, igualando velocidad percherón se dirigió a la elfa de encendido cabello rojo fuego. -Mi lady, un noble corcel parece mas apropiado que el carro. -tendiendo la mano desde la grupa del imponente jaco.- El camino es largo y poco propicio entre aceite alquímico, no tema, pues justo parece mas aún falto de perdón me hallo.
[Un claro, un faro]
Broser trajo luz a su temerario plan, relajando su continuo estado de alerta en aquellos caminos. Ghostfinger recuperaba su aceite a espaldas de Slatmarsh ganando valiosa ventaja estratégica que esperaba no fuera desaprovechada. Pronto podría descansar, relajar tensión que atenazaba cuerpo y psique, y tratar la palpitante herida incapaz de cerrarse incluso por su regeneración innata.
Acarició al purasangre en despedida -cuidadlo, por favor- y lo confió al cuerpo de guardia que del carro se hacía cargo. El encuentro con Julius mas pareció un trámite entre misión y descanso, demasiado largo para su gusto hasta que nombró al reo. Algo le removió por dentro y una mezcla de culpa y orgullo inundó un cuerpo poco dado a emociones. Enemigo de reclamar reconocimiento renunció a ajustar cuentas, mas interesado en las explicaciones sobre la pena capital.
-Detenlo! Bastianes es un necio! -explotó en perfecto idioma élfico.- Bastianes..- continuó con tono tranquilo y seco consciente del escaso futuro de esa vía alterada.- la venganza ciega su buen juicio y el interés de Ghostfinger.. Aplazadlo si la voluntad de la corona es acabar con los conspiradores detrás del latrocinio.
Leobald enarcó una ceja ante el estallido de Khalion. Suspiró y tartó de interceder pausada pero firmemente entre el asimar y el elfo.
—Maese Julius, os ruego disculpéis las formas de Khalion y le castigueis proporcionadamente por su injuria si lo creéis oportuno. El nuestro ha sido un viaje plagado de peligros y permanecemos en vela desde ayer —se excusó educadamente con gestos suaves.
Se aclaró la voz antes de seguir. Godric había dejado escapar a Brutus y le había privado así de una defensa adecuada de sus actos y Khalion se empeñaba en construir su propio cadalso. Aquello no iba a ser fácil. ¿Y donde estaba el Alto Capitán?
—Nos gustaría pedir audiencia ante Bastianes en cuanto sea posible. Antes de la ejecución —acompañaba sus palabras con amables movimientos de manos—. El joven Godric tiene razón, tenemos motivos para sospechar que el asunto del robo sea parte de un complot mayor para desestabilizar la influencia de Ghostfinger y por ende de la Corona en la región. El prisionero que habéis mencionado es un testigo de interés y nos ha ayudado a traer el aceite de vuelta. Si es que no está en el faro, ¿dónde podemos encontrar a lord Bastianes, Maese Julius?
El Elfo se vio sometido a varios interrogatorios, al menos fueron en un tono ordenado y éste pudo ir contestando a cada uno de ellos antes de retirarse y dejarles descansar. Ante la exposición de Godric, Julius se puso inconscientemente la mano en su barbilla, pensativo, y se quitó la capucha de su toga para contestarle lo más sinceramente posible, fue en ese momento cuando el sacerdote se dio cuenta de las profundas ojeras del hechicero, sin duda provocadas por la falta de descanso crónico. No le recordaba así hace dos días, aunque tampoco había dejado ver esa parte de su rostro anteriormente.
- ¿Nadie? ... eso tiene cierto sentido... creía que era un problema de comunicación cuando se refería a él mismo... en cuanto a la interrupción de la pena, intentaré hablar con Bastianes y postponerla como pedís, es lo menos que puedo hacer tras vuestra exitosa misión, además el Alto Capitán estará más receptivo a escuchar sabiendo que el faro está de nuevo a salvo. Pero me temo... que no todo es tan fácil, no soy muy ducho en derecho y leyes en Cormyr, pero me temo que el acta de ejecución ya está firmada, Bastianes es muy eficiente con el papeleo, y eso no se puede deshacer... al menos no puede hacerlo la misma persona que lo firma... intentaré informarme sobre el caso y ...
El exabrupto de Khalion llegó en este momento, el hechicero le miró con su rostro agotado acompañado de un gesto entre sorprendido y extremadamente ofendido ante sus palabras.
- La necedad parece que es un característica contagiosa ¿no es así "agente" Khalion? Bastianes puede ser muchas cosas, pero no es un necio,... te recomiendo que te guardes ese tipo de lenguaje para cuando estés entre prostíbulos y casas de apuestas, o donde quiera que te movieras antes de acabar aquí... "cazarrecompensas" ... esto es un puesto militar avanzado y se requiere cierta disciplina y respeto... en especial hacia vuestro superior.
Las palabras de Leobald llegaron pausadas y firmes intentando relajar la situación justificando a su compañero y solicitando la audiencia con el dirigente de Ghostfinger, Julius se dirigió a él con la misma intención de templar su ánimo respondiéndole de nuevo con calma.
- Intercederé como os he prometido, pero no prometo nada, mañana tras el canto del gallo, tendréis un soldado en la puerta, justo aquí mismo, y os escoltará al salón de mando para tratar todos estos temas. Ahora si me disculpáis...
El hechicero hizo una ligera reverencia, apenas perceptible, y se dirigió de nuevo hacía el faro dejándoles pasar a un edificio acomodado, la planta baja consistía en un gran salón, con mesa, chimenea y sillones de cierta calidad y estilo. Este habitáculo daba paso directamente a varias habitaciones perfectamente limpias y pulcras, con una cama elevada y mullidos colchones. Una mesita con una palangana en cerámica y una jarra con agua fresca yacía adyacente a un armario para la ropa en cada una de las estancias privadas. En cierta manera les recordaba al estilo de las espartanas habitaciones de la posada "La Cabra de Mimbre" pero estas eran mucho más elegantes...
Efectos de descansar aunque sean sólo unas horas hasta el amanecer... Cuenta como un Long Rest para los elfos y para el resto lo contará si al día siguiente no se embarcan en situaciones que requieran esfuerzos. A Khalion le vuelven sus puntos de vida perdidos... ya vendrán sus nuevos amigos infantes a por más :P
Subís un nivel... (no tocaba, pero se avecinan momentos algo complicados y ya lo he pasado ligeramente mal gestionando los encuentros con menos de una veintena de puntos de vida... creo que este módulo está algo... mal ajustado ;-) )
Godric dio un respingo ante el repentino estallido de Khalion, privándole de la oportunidad de responder a Julius. Las sensatas palabras de Leobald llegaron justo a tiempo y el clérigo agradeció con un gesto las palabras del mago élfico.
- Todos estamos agotados señor - dijo - mañana podremos hablar y aclararlo todo. - y saludo con respeto mientras salían y se dirigían hacia los aposentos donde poder asearse y descansar.
- Creo que estamos todos agotados. Permitid que limpie vuestros vendajes una vez más y descansemos. Mañana podremos intentar aclarar las cosas. - les dice a los compañeros -
Cuando está atendiendo a las heridas de Leobald le dice
- Gracias por el apoyo Leobald. Mañana averiguaremos si al menos Nadie intentó cumplir su palabra, y el destino de su alma ya que parece que el de su cuerpo está sellado. -
Adriana se acomodó lo mejor que pudo en el carromato, entre sus compañeros y el alijo que habían rescatado de la hacienda. Cansada, hambrienta, incómoda y deseosa de llegar a su destino, estaba convencida de que sería incapaz de echar una cabezada con aquel incesante traqueteo.
Poco después de salir al camino, la figura de Khalion a lomos del corcel llegó a su altura. Observó con algo de reticencia cómo le tendía la mano, invitándola a su montura y adivinando un intento de disculpa en su peculiar expresión. ¿Recordaba el pícaro, después de todo, el incidente de las escaleras? Sopesó durante unos segundos su ofrecimiento. ¿Corría el riesgo de ser arrojada al camino en otro repentino ataque de enajenación? Esta vez parecía estar en sus cabales y los huesos le dolían más de lo que quería reconocer, así que alcanzó su mano, agarrándola con fuerza mientras se ponía en pie para guardar el equilibrio y no caer - Gracias - musitó débilmente.
Por fin la noche era clara y la lluvia había cesado y un manto de estrellas les arropaba y acompañaba en el camino. Allí, a horcajadas sobre la montura, aferrada a la espalda del aasimar, Adriana contempló el cielo infinito y encontró algo de paz.
La llegada a Ghostfinger fue mucho más agitada de lo que la exhausta elfa imaginaba. Su aturdimiento desapareció cuando Julius explicó lo acaecido con Nadie y la pesadumbre se reflejó en su rostro al recibir la noticia de su inminente ejecución. Se acercó al mago elfo, sin decir palabra, escuchando las peticiones de sus compañeros con las que estaba completamente de acuerdo. Esperaba que al menos Bastianes les concediera una audiencia y escuchara sus explicaciones.
Antes de dirigirse a sus aposentos, Adriana se acercó a Targos que se afanaba en organizar el movimiento del carro y los materiales.
- Disculpe- dijo con educación, tendiéndole unas hojas pulcramente dobladas - aquí tiene el inventario que hemos registramos del alijo encontrado en la hacienda. Puede revisarlo y contrastarlo con la mercancía -
Con premura se dirigió a sus aposentos, agradeciendo el calor de la hoguera que templó poco a poco su interior. Aliviada de no tener que pasar la noche en los barracones, se encaminó a una de las habitaciones, despidiéndose de sus compañeros.
- Nos veremos antes del alba, descansad lo que podáis - y abandonó la estancia en la que Godric terminaba de revisar los vendajes del resto.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Tras intercambiar unas palabras con Leobald y Khalion sobre lo hablado con Julius y limpiar las heridas de sus compañeros que parecían ir evolucionando favorablemente, Godric se retiró por fin a descansar.
El joven muchacho apenas pudo reparar en la abismal diferencia entre los anteriores barracones y aquellas cómodas habitaciones.
Se quitó la armadura y limpió sus propias heridas con agua fresca de una palangana y reunió las escasas fuerzas necesarias para llegar hasta la cama donde cayó rendido.
Su cuerpo, acostumbrado a ciertos patrones, le despertó antes del canto del gallo. Lo primero que Godric reconoció es que le dolía todo el cuerpo. La tensión de los combates, las heridas sufridas, todo se pasaba su factura en ese momento. Mentalmente el joven repasó cada parte de su cuerpo y dictaminó que lo único que no parecía dolerle era el meñique de su pie izquierdo.
Con un gruñido, reunió el valor para apartar las mantas y levantarse. Estaba oscuro, pero no encendió ninguna luz. Fue hacia donde recordaba haber dejado una jofaina y entonces ocurrió. Su pie izquierdo golpeo el frio y duro metal del peto de su armadura que estaba en el suelo. El dolor del meñique subió por su pierna y se clavó en su cerebro.
"Esto me pasa por idiota" pensó molesto consigo mismo mientras convocaba un pequeño globo de luz en la palma de su mano para poder ver algo.
Y entonces reconoció la habitación. Y a su mente volvieron todos los recuerdos del día anterior y de los últimos meses. El meñique dejó de dolerle y se sentó en el borde de la cama, vestido únicamente con unos pantalones de lino y no pudo contener las lágrimas. El sentir la presencia de Lathander con él le había transportado en su duermevela a tiempos mejores y más sencillos. Menos dolorosos pese a las vicisitudes de la lucha contra la Horda.
Caminó hacia los postigos de la ventana y la abrió. Había elegido una habitación que daba al este, y se arrodilló en el suelo de piedra, con los brazos abiertos. La marca de la quemadura del pecho le escoció cuando el frio aire de la madrugada acarició su piel desnuda.
- Lathander, Señor de la Mañana, perdóname. Creí que me habías abandonado y mi dolor no me dejó ver que era yo el que se había cerrado a tu luz, a tus enseñanzas. Cada amanecer nos das la oportunidad de renacer, de renovar nuestros votos y esperanzas. A mi no me quedaba ninguna. Cuando no pude salvarla, cuando ella murió, mi esperanza murió con ella. Pero en tu sabiduría has tenido a bien mostrarme el camino para la redención y que sigues a mi lado. Abrazo esa redención y tu luz con toda mi alma mi Señor. Permite que este humilde siervo pueda llevar tu Luz a aquellos que están en las tinieblas. -
Según rezaba los primeros albores del amanecer comenzaron a aparecer en el horizonte, tiñiendo el manto negro de la noche de tonos morados primero y carmesí después.
La luz entró en la habitación y un rayo iluminó un objeto depositado en la mesa. El símbolo sagrado de Lathander iluminó la estancia y su luz baño a Godric cuyas lágrimas ahora eran de gozo.
Despacio, sintiéndose renovado y agradecido, el clérigo tomó el ahora apagado pero aún cálido símbolo y pasó la cadena de plata por su cuello. Aún quedaba muchísimo trabajo por hacer y tenía que averiguar muchas cosas sobre lo que había ocurrido. Y tenía que intentar ayudar a sus nuevos compañeros en su camino hacia la renovación y la redención. Pero ahora sabía que no estaba solo y eso le reconfortaba y le daba un valor que creía haber perdido para siempre.
Se aseó, limpió y pulió su armadura y acarició con cuidado y cariño en quemado símbolo de su dios en el peto. Tendría que arreglar eso a su debido tiempo.
Antes de que cantara el gallo Godric estaba en el lugar concertado, sin su armadura ni sus armas pero con su fiel zurrón al hombro. Los demás encontraron un desayuno esperándoles, que el joven muchacho había transportado desde las cocinas ya que aún no le dejaban cocinar en ellas.
Targos pareció sorprendido y sonrió mientras se cuadraba con la mano en el frente simulando estar saludando a un superior en rango mientras le guiñaba un ojo.
- Esto nos ahorrará mucho tiempo... muchas gracias mi eficiente Adriana.
Tras la retirada de la elfa, el encargado de logística siguió con sus tareas, consistentes básicamente en decirle a otros que cargaran con todo hacia el almacén mientras él repasaba el inventario proporcionado por la hechicera.
[A la mañana siguiente]
El gallo cantó como siempre con los primeros tonos áureos del alba, despertando a un alto porcentaje del campamento y anunciando el comienzo de cambios de guardias, rutinas y elaborados protocolos militares que hacían bullir de actividad todo el fortín, eso incluía la preparación de un cadalso improvisado para futuros y funestos fines. Tras asearse y prepararse para el esperado encuentro con Bastianes, antes de la ejecución, el grupo salió de sus habitaciones, y se encontraron en el salón del edificio dedicado a invitados y oficiales de cierto rango, de las plantas superiores bajaban sargentos de las diversas divisiones presentes, infantería, caballería y exploradores, que sin mediar palabra se cruzaban inevitablemente en su camino hasta el umbral de salida.
Una vez en el exterior, como prometió Julius, un soldado que parecía perennemente en posición de saludo debido al continuo trasiego de altos rangos que no dejaban de desfilar ante su presencia, les esperaba para guiarles hasta el faro. El camino hasta las elaboradas puertas dobles talladas no era muy difícil, ni muy largo, apenas tenían que caminar media centena de pasos, pero aún así, su escolta estuvo a su lado todo ese corto trayecto y una vez llegados a los gargantuescos portones de entrada, les indicó amablemente que subieran hasta el salón de comandancia.
Tras ascender, volvieron a adentrarse en la amplia y hexagonal estancia donde todo comenzó una larga noche de apenas hace un par de días, y allí todo se encontraba tal cual recordaban, los mapas de todo tipo colgaban por las paredes de la estancia, algunos nuevos y otros muy antiguos, ajados y con escrituras y anotaciones por todas sus localizaciones. Estandartes de Cormyr ondeaban lánguidamente colgando del techo. La iluminación de las seis antorchas cada una encajadas en un soporte en cada una de las seis paredes, proyectaban sus sombras sobre los sobrecargados muebles de la habitación. El pebetero ardía vigorosamente cerca de la gran mesa central, donde se amontonaban varios libros y todo tipo de papeles, la mayoría con sellos reales, o con membretes de varias logias de la capital.
Bastianes ya estaba allí sentado en uno de los sillones que presidían la gran mesa repasando varios escritos, había varías sillas y más sillones alrededor de la mesa sin ser usados. Julius se encontraba de pie, cerca del pebetero, embutido en su toga y sin mediar palabra. Cuando todos estuvieron acomodados, Bastianes se levantó para apartar y hacer sitio despejando el papeleo que cubría como un mantel todo el inmenso escritorio. Al parecer había estado absorto en sus temas, y se le había echado el tiempo encima. Con calma, una vez recogido todo para ser amontonado caóticamente en otros lugares del salón, se dirigió a la puerta de entrada para dar una orden. A los pocos segundos, un pequeño ejército de sirvientes entraron en el gran salón con bandejas y platos de desayuno, que pusieron delante de cada uno de los participantes en la reunión. La buena gastronomía del fortín volvió a hacer gala con uvas, huevos y bacon, varios tipos de quesos y frutos secos.
Mientras el alto capitán esperaba a que todos probaran bocado, comenzó su discurso, dando por comenzada la reunión de inteligencia e información de los Agentes.
- A pesar de que ya hemos sido afortunados, siendo provistos con un anticipo de todo lo acontecido desde que se recuperaron las tinajas, aún me queda mucho por conocer, puesto que esto no debe repetirse de nuevo. Me quedan aún preguntas sin responder como... ¿Quién colaboró con los bandidos para extraer la mercancía del almacén central de los muelles? ¿Cómo obtuvisteis la información para localizarla en esa Mansión abandonada? y un largo etcétera. Así que os dejo pronunciaros ahora, no sin antes felicitaros por el éxito. No tenéis que contarme cada piedra del camino que cruzasteis, tan sólo las partes relevantes.... adelante.
El amanecer trajo consigo buenas nuevas, la conexión con el mundo natural parecía haberse fortalecido, notaba el poder del cambio de forma bullendo en su interior y estaba desenado probarlos, pero un aguafiestas soldado de Ghostfinger le esperaba en la distancia. Con resignación, le siguió para unirse a sus compañeros camino al faro.
Tras escuchas a Bastianes y como parecía que nadie quisiese comenzar dijo:- Cuando llegue s Saltmarsh me dirigí hacía el almacén y allí el encargado me indico que las tinajas desaparecieron durante el turno de un trabajador llamado llamado Fillion y me indico donde encontrarle. Tras hablar con é,l nos indicó que las robaron durante su descanso y que parecían muy organizados y que sabía exactamente donde ir. Luego nos indico donde se refugiaban los contrabandistas que lo habían sustraído, nos dijo que les había seguido hasta allí. Por cierto el encargado del almacén dijo algo de no pagar impuestos y aduanas por un mes por las molestias. Fuimos a la casa derrotamos a los bandidos y aquí estamos. El Hobgobling se rindió y parece colaborador desde entonces.-
Haciendo una pausa añadió:
- Me gustaría pedir permiso para salir del fuerte unas horas, tengo que probar ciertas "habilidades" y creo que es mejor que lo haga fuera.-
TocToc deambuló por la lujosa estancia sorprendido. “¿Tan importante era el aceite para darnos una recompensa antes reservada a los elfos?” Observaba el lujo con curiosidad y anticipación creciente. “¿Y si tan importante era… como mando a unos recién llegados sin siquiera haberles testado?” TocToc miró a sus compañeros que no se plantearon la sorpresa de tan repentino cambio, quizás para ellos tales lujos eran lo normal. Pero para el hombre cuero representaba la mayor comodidad que había experimentado jamás. Y un salto enorme desde sus últimos años de existencia. “¿Quizás tendría algo que ver con la extraña araña muerta en sus barracones?” Al fin decidió ignorar las causas y disfrutar del momento, quizás no se repetiría.
TocToc se sentó un momento en la sala común y empezó a ordenar los objetos que había guardado del loteo. Hizo 6 montoncitos de monedas con cuidado, 4 de ellas tenían 12 monedas de oro y 20 de plata. Otras dos tenían 11 monedas de oro y 30 de plata. “Escoged vuestra parte. Yo cogeré el último” dijo apostando a que le dejarían uno de los montones con más monedas. También dejó en la mesa su traje con muchos bolsillos y el libro de poesía erótica. “Me quedo el almanaque de la costa, es interesante para mi”.
Al fin se dirigió hacia su habitación y se acurrucó en la cama, empezando a ojear el libro. No había nada que deseara más que disfrutar del lujo que le rodeaba, pero el cansancio le invadió y se quedó dormido con el almanaque de la costa en la almohada.
[A la mañana siguiente]
- Respecto del robo, tan solo sabemos lo que Nadie, el hotgobling, nos ha contado. - Toctoc repitió sus palabras y frases. - “Los bandidos robaron los materiales del Almacén central de Saltmarsh, los trajeron en un carro y lo dejaron en una cala cercana”, “El aceite, junto al resto de objetos de contrabando como la seda y el brandy, iban a ser trasladados al navío "El Fantasma del Mar", El envio regular de cargamento se había adelantado, “Al parecer alguien necesitaba el aceite con prisa. La siguiente entrega sería dentro de una semana exactamente.” – TocToc asintió con mientras hablaba.
Tras el primer bloque de información TocToc tomó una brevísima pausa y prosiguió. – Por desgracia no pudimos capturar a Sambalet con vida y papeles incriminatorios que podrían esclarecer el asunto ardieron por el fuego del mago. Un espía que nos atacó después de pasar con la ciudad. “Ned, el espía, no era de los nuestros, ni siquiera se alojaba aquí, había sido enviado al parecer por un noble de Saltmarsh interesado en que el "grupo de agentes inoportunos y extremadamente poco discretos fuera saboteado y hecho desaparecer””. Murió en uno de los peligros de la mansión. Dicho lo cual TocToc repitió sus gritos de horror mientras Ned era devorado desde el interior.
- Hay dos cabos sueltos mas, dos bandidos fueron mandados a una misión secreta de Sambalet ayer y no pudimos dar con ellos. Además alguien nos ayudó durante el combate aunque no llegamos a ver quién, o que fue.
- En definitiva, además hay varios asuntos que debemos resolver. Debemos concluir algún papeleo en la casa consistorial a la que acudimos durante las pesquisas en la ciudad y debemos reportar ante Elías Fireborn al que importunamos durante una importante reunión: “…así que largaos... en dos días... nos vemos y me contáis como va vuestra caza del muerto viviente... no faltéis a la cita, estoy "deseando" escuchar vuestros progresos...” Ademas en la mansión había un nido de muertos vivientes que deberíamos hacer arder…
- Y por último, una petición, Nadie se rindió bajo una promesa… “Solo prometedme que no permitiréis que la Guardia de Saltmarsh me cuelgue de un árbol”. Si le vais a ejecutar, dadle una muerte digna, un combate singular, aunque sería bueno hacedle parte de nuestro grupo de condenados.
Godric sonrió durante la exposición de Toc-Toc hasta que repitió los gritos de Ned mientras era devorado por los gusanos. Cuando terminó de decir todo el joven clérigo añadió.
- Señor si me lo permite. - carraspeó un poco - Muchas cosas han pasado en este breve espacio de tiempo. Voy a intentar resumirlas cada una su contexto. En nuestro camino hacia Saltmarsh ayudamos a dos granjeros que eran atacados por humanoides y sus salvajes jabalíes amaestrados. No pudimos salvar a uno de ellos, Colton, pero llegamos a tiempo de salvar al otro. Elías, el cual nos dio cobijo en su hacienda a medio camino de la ciudad. Preparando el cuerpo de Colton encontramos una extraña moneda que quisimos devolver a Elías, pero aseguró que no era suya ni se la había visto a Colton jamás. Un individuo de lo más siniestro, de nombre Chak como averiguamos más tarde, reclamaba una exorbitante cantidad de monedas que al parecer le debía Colton, y de alguna manera pretendía que fuéramos nosotros los que pagáramos tal cantidad. No le dábamos más importancia al intento de extorsión del tal Chak, pero al prepararnos para volver nos hicieron llegar un mensaje a través de un zombie, uno de los granjeros que viven y trabajan con Elías, recién asesinado. Nadie, el hobgoblin, nos dijo que conocía la reputación de Chak, y aunque un malhechor, no creía que tuviera ni la capacidad ni la poca moral de hacer algo así. Lo que nos plantea que quizá haya alguien más peligroso detrás de esa moneda, de la que no sabemos nada. Quizá, Señores - dijo mirando a Bastianes y a Julius - un examen por su parte de la misma pueda esclarecer algo sobre este asunto. - respiró un poco para abordar otro tema.
- El asunto del aceite ha sido muy bien resumido por mis compañeros - indicó - seguimos las pistas y descubrimos que los contrabandistas intentaban hacer creer que la casa donde estaba su escondite se hallaba encantada, para alejar a posibles mirones. Debido a la posible implicación de alguien de relevancia en Saltmarsh, vinimos directamente con el aceite y el resto de las mercancías robadas. Me temo que durante nuestras investigaciones previas, mientras intentábamos averiguar algo sobre esa antigua Hacienda en la Casa Consistorial, Khalion fue atacado por un muerto viviente, uno más peligroso que un zombie, un vampiro. Dudo si está o no relacionado con el asunto del nigromante, pero desde luego es algo que debería investigarse. Durante la conmoción de ver llegar a Khalion herido y mientras le atendíamos se ve que perturbamos el normal desarrollo de un concilio de Saltmarsh, y el Capitán de allí nos emplazó a reunirnos con él en dos días, esto es, mañana, para reportar nuestras averiguaciones. Si me lo permite Señor, me pareció que no daba importancia alguna a que hubiera una criatura como esa suelta en su ciudad.. Por desgracia no pudimos encontrar su rastro cuando fuimos a por ella. -
Miró a los compañeros por si alguno tenía algo que aportar.
- Y como ha dicho Toc-Toc me gustaría pedirle permiso para volver a esa mansión y eliminar los muertos vivientes que parece se encuentran allí.-
- Finalmente, pero no menos importante, debo apoyar la petición de Toc-Toc sobre Nadie. Es un guerrero honorable que se ha rendido al enemigo, pese a ser una gran deshonra para él, y de ahí que se autodenomine Nadie. Desde que se rindió se comportó como se esperaba de él y colaboró con nosotros, no sólo físicamente, si no aportando toda la información de que disponía. Creo Señor, que aún es posible que sepa más cosas y que puede aportar información relevante tanto en el caso del robo del aceite y los contrabandistas, como en el nigromante y la moneda. Si me lo permitís, puedo asegurarme de que todo lo que diga sea la verdad. Os ruego también por su vida, mi Señor. Conozco las leyes y las normas, pero creo que toda alma debe tener la oportunidad de buscar su redención. Sé lo que sus congéneres hacen con nuestros prisioneros, cuando luchamos contra la Horda enterré a varios de sus.. prisioneros, o lo que quedaba de ellos - carraspea - pero por eso debemos ser mejores Señor. Al final no hay diferencia entre esos salvajes y nosotros si nos comportamos igual. - hace una pausa mirando a los ojos a Bastianes - Señor, su vida está en vuestras manos. Si decidís perdonarle la vida, yo me haré responsable de él y no volverá a dejar mi vigilancia. Si la condena debe cumplirse. Entonces os pido que dejéis que sea mi mano la que la ejecute con arma. Al menos concedámosle su última voluntad. -
Godric pareció dudar si añadir algo más y finalmente habló.
- Hay... otra cosa más personal Señor, que me gustaría informar una vez hayamos resuelto estos asuntos oficiales. -
Leobald permanecía callado y cruzado de brazos pacientemente mientras los demás exponían su versión de los hechos. Cuando Mablung, TocToc y Godric acabaron pidió la vez con un gesto cortés dirigido al Alto Capitán. Su semblante era serio y triste.
—Durante nuestras pesquisas en la Mansión Goldstone, descubrimos que los contrabandistas estaban muy organizados. Llevaban tiempo dedicados al latrocinio y encontramos un escrito de su líder, Sanbalet el mago, donde implicaba a un misterioso Sr G como el auténtico cerebro de la operación. No sin vergüenza, debo añadir que los escritos apuntaban que el usurero que vendía sus mercancías robadas lejos de Saltmarsh, era E. Tenhall, Edward Tenhall asumo, mi padre. Desgraciadamente los escritos se quemaron en la lucha contra Sanbalet. ¿Os suenan de algo alguno de los nombres mencionados, mi lord? —suspiró antes de seguir—. Según lo expuesto por mis compañeros, el robo del aceite beneficia a un noble local y tiene implicaciones con al menos otro noble del reino de Cormyr. Es por ello que señalo la posibilidad de un complot para desestabilizar la influencia de la Corona en la región. Algo en lo que deberíamos escarbar, si me preguntan —añadió humildemente.
Tras unos momentos de silencio continuó.
—En lo que respecta a Nadie, el prisionero que pretendéis colgar, se rindió a nosotros voluntariamente y ha colaborado enormemente para ayudarnos a traer el aceite. Él puso el bote y el carro que nos trajeron aquí y es de justicia ponerlo en valor. Si no estaba con nosotros en el momento de su captura es porque el joven Godric y Khalion, le dejaron marchar, temerosos de que le dierais muerte por prejuicios a su llegada a Ghostfinger —suspiró con resignación—. Desde luego ha cometido faltas, pero quizá haya otra forma de que page por ellas sin ignorar sus actos en favor de la Corona. Por otro lado, Nadie es el único que puede reconocer a los dos hombres en misión secreta de Sambalet. El mago tenía relación con una prostituta apodada Loto Negro. Quizás si damos con ella averigüemos algo más. Además, como ha mencionado el joven Godric, hemos fiado nuestra palabra en presentarnos ante Eliander Fireborn, Alto Capitán de de Saltmash, antes de dos días para explicar el incidente en al Casa Consistorial. Me gustaría cumplir con ese acuerdo si vos lo permitís, mi lord.
Antes de los caballos
- Todos somos peligrosos, pero estaré atento a Khalion- dice Mablung. Luego agradece el pescado de Toc Toc:- lo ahumare cuanto antes, así aguantará más.
Con todos
Mablung tras escuchar a todas las partes dijo:- Tal y como yo le veo, Leobald tomasteis un prisionero sin consultar con nadie, ese prisionero era tu responsabilidad, no del grupo. Así que no les eches la culpas cuando Nadie estaba libre deambulando por todos lados, haberle mantenido encadenado y vigilado y no se hubiese escapado, con o sin ayuda. Se te olvida que todos somos reos, nos conocemos de tres días, en serio si ya confias así en nosotros eres un crédulo. -
- Y tienen razón, lo mas probable es que hubiese sido ejecutado, aún así no me creo que vaya a unirse al grupo de Elías así que creo que su liberación traerá consecuencias de la que los tres seréis responsables. El resto no tenemos nada que ver en ese asunto. Y coincido con Toc Toc, curiosa forma de demostrar la voluntad de trabajo en equipo.- acaba diciendo pasando al lado de Godric y dándole una palmada en el hombro.
-Vamos Ostor, pongámonos en camino, cuanto antes partamos antes nos desharemos del aceite, iré un poco adelantado buscando amenzas-. Dice mientras da un poco de pescado al cuervo.
Tras lo cual Mablung se distancia unos 50 m del carro con el arco listo.
[Antes de la llegada de los caballos]
Adriana escuchó las palabras de Leobald arrebujada en su capa, intentando escapar de la humedad y del frío sin mucho éxito. Sus revelaciones le hicieron dejar de pensar por un momento en lo incómoda que se encontraba.
- Cierto es, sir Leobald. Tenía mis sospechas de que algo extraño enturbiaba el raciocinio de Khalion en el momento en el que me empujó por las escaleras, algo muy diferente y mucho más peligroso y oscuro que la magia que se apoderó de él en nuestro último enfrentamiento con Sanbalet. Pero no había sido capaz de relacionarlo con aquello que le sucedió en el callejón de Saltmarsh. Si lo que apuntas es cierto - dijo cogiendo el libro tendido por el caballero y ojeándolo - me gustaría estudiar con más detenimiento este libro, quizá cuando consigamos llegar a Ghostfinger y descansemos. Debemos actuar rápido con Khalion, desconocemos de qué manera y en qué momento puede desencadenarse esa maldad -
La elfa fijó su mirada en Toctoc y observó cómo limpiaba el pescado en un ritual de acciones mecánicas, hipnotizándose con el cuidado con el que trataba los cuerpos de los animales. Se acercó a él y se sentó a su lado.
- Toctoc - le dijo con cierto deje avergonzado y apesadumbrado - espero que aceptes mis más sinceras disculpas por lo acaecido en la mansión. No era mi intención abandonarte con aquellos bandidos, simplemente actué movida por el miedo y la frustración, y estoy terriblemente afectada por las consecuencias que se generaron de mi huída. Si no hubiese sido por Godric… - dejó la frase en el aire, sin querer concluirla, puesto que todos sabían ya cuál hubiera sido el final de su extraño compañero si el sacerdote no hubiera adquirido de nuevo sus poderes - no tengo excusas que ofrecerte, solo mi arrepentimiento y mis disculpas -
[Tras la llegada de los caballos]
Adriana prestó atención a las palabras de Godric, sonriendo con agrado ante su primera intervención. Pero cuando la conversación giró en torno a Nadie, su rostro adoptó un gesto serio y preocupado.
Después de escuchar todas las intervenciones, la hechicera suspiró. Esta vez estaba de acuerdo con Leobald. Sabía que Godric actuaba con la mejor intención, pero era evidente que seguía siendo un muchacho joven e impulsivo que se dejaba guiar en demasía por su idea de justicia divina. La vida no funcionaba así, ella lo había aprendido de su servicio en la corte y él debía aprenderlo a base de cometer errores. En este aspecto, confiaba en que el veterano caballero ayudara con su experiencia vital al joven sacerdote y se alegraba de tenerle como apoyo en el grupo.
Lanzó a Leobald una mirada de complicidad y resignación e intentó suavizar los ánimos.
- Puedo llegar a imaginar lo incómodo de la situación en la que os situó Nadie con su petición y creo, Godric, que elegiste lo que creíste más conveniente dadas las circunstancias, aunque yo personalmente pueda no estar de acuerdo; creo que la decisión del destino de Nadie debería haber recaído en las manos de Leobald y, aunque no nos guste, debería haber seguido las directrices establecidas en los casos de rendición - se encaminó hacia el carro y los caballos - Puede que Nadie acuda a la hacienda de Elías, pero no sabemos hasta qué punto el orgullo de ese hombre le permitirá aceptarlo de buena gana. Sea como sea - le dijo al joven apoyando una mano en su hombro, sonriéndole y hablándole con dulzura - afrontaremos las consecuencias unidos, sin reproches -
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Godric aceptó el contacto reconfortante de Adriana y su comprensión. Ella parecía haber entendido que el tampoco estaba del todo cómodo con la decisión y la situación pero que había hecho lo mejor posible con las opciones a mano.
PbP Character: A few ;)
La comitiva se puso en marcha tras dar por teminadas sus conversaciones bajo la luz de las estrellas en aquella remota cala, el tranquilo oleaje dejó de oirse cuando el carro, con los dos percherones bien pertrechados y colocados para tirar del carro, se alejó de la costa a traves de la maleza y la foresta. Pronto dieron con un camino marcado por la marcha del mismo vehículo aplastando hierbas y matorrales, se había usado poco y a veces era difícil seguirlo, pero con la ayuda de un cielo despejado, por primera vez en mucho tiempo, y la misma luz de la luna, TocToc pudo orientarse e ir encontrando los retazos de vereda que aparecían y desaparecían caprichosamente.
En menos de media hora dieron con el camino principal que comunicaba Saltmarsh con Ghostfinger, saliendo casi a la misma altura que la desviación a través del Mar de Hierbas hacia la hacienda de Elías.
Survival de TocToc: 16 - Terreno Favorecido (Costa) - Doble Profidence Bonus.
El kenku pudo encontrar huellas de caballo en ese punto, pero todo era caótico con el firme del camino aún húmedo y embarrado de la jornada de lluvia. Parecía que un caballo hubiera cogido esa travesía hace poco tiempo, pero múltiples huellas de otros caballos pisoteaban esas primeras, o quizás era el mismo que volvía sobre sus pasos para dirigirse hacia el Oeste dirección el Fuerte del Faro que era también su destino. TocToc decidió no arriesgarse aventurando ninguna teoría puesto que el terreno podría jugarle una mala pasada.
Siguiendo el camino que ascendia entre las colinas, el carro cogió cierta inercia, aunque a veces las ruedas quedaba encalladas en la lodosa tierra, provocando algunas pausas obligadas y dedicarse a empujar y arengar a los reciós animales para que hicieran la fuerza necesaria para liberar el convoy. Estos se comportaron bastante bien, y su terquedad sumada al buen estado en el que estaban, consiguió no demorar demasiado el paso.
Aún así, y a pesar de que el tiempo acompañaba, las horas fueron pasando lentamente, la madrugada caía pesada como una losa sobre los agotados cuerpos de todos ellos, la frugal comida que habían tomado antes de partir les daba aún fuerzas, y así siguieron por casi cinco monótonas horas más.
Fue cuando estaban tan solo a una hora de camino para llegar a su destino cuando se cruzaron una guardia de infantería de una media docena de soldados, algo mucho más numeroso de lo que había encontrado en los senderos reales hasta ahora. Ésta estaba liderada por un sargento recién entrado en la treintena, bien equipado como todos los componentes del puesto fortificado, que les dio el alto de inmediato. Entre las filas de esa guarnición estaba un conocido de Khalion, Broser, que vigilaba con cierto nerviosismo el contenido del carro que les acompañaba sin hacer preguntas.
- Os estábamos buscando, esperábamos vuestra llegada, Julius nos mandó a vuestro encuentro para escoltaros, portáis unos valiosos activos para nuestro "hogar", ... sentimos llegar tan tarde, fue todo algo... "imprevisto"...
Sin dar muchas más explicaciones, tres infantes a cada lado del carro fueron colocados estratégicamente por el anónimo sargento, y se dispusieron a acompañarles de vuelta hasta Ghostfinger.
El talado bosque de tocones les dio la bienvenida casi una hora después, con sus cien metros de deforestación forzada que sirvieron de alimento a la empalizada princilpalmente. La puerta doble estaba ya abierta y allí bajo su umbral otra guarnición de infanteria, esta vez una docena completa de soldados les esperaban junto a dos figuras, un medio dormido Targos y el siempre misterioso Julius. El primero iba embutido en su curiosa armadura de cuero totalmente adaptada para él, y no intentó disimular un profundo y longevo bostezo cuando estuvieron a su altura, el segundo estaba con exactamente las mismas vestimentas que la primera vez que le vieron, su capa de plumas negras cubriendo una práctica y cómoda toga, mitones de cuero, y su fiel bastón acabado en una inmensa piedra parecida al cuarzo rubí. Con su ya reconocible acento élfico, el elfo que actuaba como mago de guerra para Bastianes se acercó a hablar con todos los agentes, no sin antes pedir al encargado de la logísca que se hiciera cargo de todo a partir de ese momento, cosa que hizo de inmediato tras ayudar a bajar a todos del vehículo.
- Os esperábamos, bienhallados seáis todos, observo que vuestra misión ha sido todo un éxito, como ya nos adelantó el reo. Entiendo que estéis agotados y queráis descansar, así que os acompañaré temporalmente al edificio de invitados y oficiales, ... vuestras barracas... están de obras actualmente. Mañana tenéis mucho que contarnos y contrastar las noticias que nos ha dado nuestro imprevisto informante....
Mientras Targos y parte de la milicia se disponia a mover el carro y eficientemente hacer inventario a pesar de las altas horas de la noche, Julius paseaba con todo el grupo hacia la edificación de cierto estilo y mayor calidad justamente situada al lado del mismo faro.
- Tenéis las habitaciones preparadas, mañana a primera hora, después de la ejecución y del desayuno pondréis vuestro informe detallado sobre la mesa. Quiero comunicaros que Bastianes está especialmente orgulloso de vosotros, no se esperaba una resolución tan eficiente y siente no poder haberos recibido, tareas importantes le traen ocupado en estos momentos.
Con un educado gesto de su mano, el hechicero les hizo una señal para que entraran en el edicio diplomático, que hace escasos días ocupaba la comitiva de altos elfos que se dirigió a Dreadwood.
- Descansad las pocas horas que quedan para el amanecer, las tenéis bien merecidas.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Leobald asintió al mago lentamente.
—Disculpad, Julius. ¿A qué reo os referís? ¿Y puedo preguntar qué está pasando para que lord Bastianes haya movilizado tanta tropa de madrugada? Pareciera percibirse cierta tensión —preguntó calmadamente tras mirar a la docena de soldados junto a la puerta— ¿Quién va a ser ejecutado al alba?
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Julios contestó a Leobald en su habitual tono calmado, aunque su imperfección al hablar común dejara un ligero deje de impaciencia en sus palabras.
- El prisionero que os conoce... os diría su nombre, pero no lo ha dicho, se ha negado, es un hobgoblin que portaba una máscara roja, de corte demoníaco. En cuanto a las movilizaciones, para Bastianes la recuperación de los aceites alquímicos era de importancia vital y prioritaria, el faro no puede... no debe nunca dejar de iluminar, incluso durante el día.
Ante la última pregunta de corte más serio, el hechicero parece entonar sus palabras con cierta ceremonialidad.
- En cuanto a la ejecución me temo que es nuestro informante y vuestro conocido, el hobgoblin. Bastianes lo sentenció a muerte por crímenes de guerra tras su confesión. No sé si erais muy cercanos, entiendo que no porque salisteis de aquí hace tan solo dos días y todos sois de fuera, a no ser que fuera un viejo conocido de alguien de vosotros... entonces mis condolencias, supongo...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
[Antes de la llegada de los caballos]
Cuando Adriana se acercó a TocToc, este alzó la cabeza levemente para ver que quería, pero siguió con su labor. Las palabras de disculpas le sonaron extrañas y detuvo la labor sorprendido. Miro a la elfa ladeando la cabeza, estudiándola. – En un combate pasan muchas cosas imprevistas. Te vi luchando mano a mano con todos nosotros. – Dijo conciliadoramente. – No tienes por qué disculparte. – Dijo antes de proseguir con su tarea. – Me sentiré más seguro si en el próximo combate también luchas a mi lado.
[En la costa con el carro, antes de salir]
TocToc se levantó indignado ante las palabras de Godric. – En nuestro encuentro con Elías, nosotros le salvamos la vida. No le debemos nada. Él nos debe todo. – Dijo mientras se señalaba el pico con insistente vehemencia.
Después prosiguió con su replica al joven clérigo. – O se escapó, o le dejasteis ir. – Sentenció en una dicotomía mientras se alejaba cautamente unos pasos del clérigo, interponiendo distancia ante una posible escalada violenta. - Si no os dejó mas alternativa que un combate o dejarle marchar, no te reprocho nada. Y la palabra de Nadie vale nada. – Sus manos se desplazaron de un lado a otro al cambiar de una posibilidad a otra. - Si le dejasteis ir, que es la versión que más pareces sostener, denota que no confías en el grupo y que tan solo aceptas las decisiones cuando se hace lo que tu consideras correcto.
Finalmente, se alejó unos pasos más, ahora hablaba más calmadamente, dando por terminados sus reproches. - Has elegido un muy mal momento para abogar por la bandada. – Después, ante las intervenciones del resto y posibles replicas tan solo alzaba la cabeza permaneciendo en un huraño silencio.
[Al llegar al campamento]
Tras el encuentro con los soldados la tensión que había invadido al hombre cuervo se transformó en cansancio. Quizás reflejo del relajo que proporcionaba su protección o saber que aquellos soldados si actuaban con diligencia y coordinación, como una verdadera bandada. en cualquier caso porsiguió el camino en silencio.
Las palabras de Julius hicieron que TocToc bajase la cabeza, entristecido. Nadie les había servido bien y excepto en ese ambiguo momento con Godric y Khalion había respetado su palabra. No se merecía la condena, pero poco podían hacer ya por él.
Zevatur, Rolthos
[antes de salir]
Godric suspiro ante las palabras del kenku. Y se sorprendió por su precaución. Su postura seguía siendo tranquila, sentado con las piernas cruzadas y no había levantado la voz. No entendía porque el corvido humanoide parecía actuar como si le fuera a atacar.
- Toc toc - dijo intentando calmarle - creo que me malinterpretas. Todo el rato - añadió recordando sus otras interacciones con el. - Por favor permite que me explique. Primero, no digo que debamos nada a Elias, no te falta razón en lo que dices que le ayudamos, pero ahora no se trata solo de si nos debe o no algo. Parece ser que hay alguien muy peligroso y con el poder de levantar muertos que acecha su comunidad y a nosotros... y todo por culpa de esa moneda. Creo que debemos informar de todo esto a Bastianes a nuestra llegada, sin duda querrá tomar medidas. De verdad que no pienso ni he querido decir que le debamos nada a Elias salvo la preocupación natural por los demás ante un peligro. Por favor te ruego que no te enojes y me disculpes si me he expresado mal.
-
pese a sus palabras el joven humano no pudo ocultar cierta tristeza por que su compañero pensara tan mal de él como que iba a poder atacarle. Más Toc-Toc por el que solo había mostrado afecto y preocupación.
- Respecto a Nadie... no llegó a amenazarnos con violencia, pero de haber llegado a ello dudo que hubiéramos podido traeros los caballos. La situación podría haber derivado en eso y sinceramente preferí no arriesgar mi vida y la de Khalion. Eso no quita para que piense que es la mejor opción entre varias opciones malas. Si viniera a Ghostfinger con nosotros sería ajusticiado sin juicio ni posibilidad de redención. Con Elias aún puede recuperar su honor y ayudarnos. De momento ha cumplido su palabra y se ha portado honestamente con nosotros.Si decide huir y no cumplir su palabra... - Godric se encoge de hombros - entonces sólo será una mala decisión más de mi vida, huirá o será encontrado y ajusticiado. Jamás recuperará su honor y su alma será condenada en el Abismo - se encoge de hombros - sólo habrá retrasado lo inevitable y nosotros no perderemos nada ni nos afectará en nada. Sinceramente no se porque te molesta tanto. -
Cansado, y viendo que solo se repetía no replicó a nadie más.
[durante el viaje] Godric dormitó entre los barriles de aceite. No era la mejor posición pero al muchacho no le importó.
[En Ghostfinger]
Ante las palabras de Julius Godric ni siquiera se molestó en mirar a Leobald o Toc-Toc ni hacer un gesto de “os lo dije”. Pero si intervino.
- Julius, Señor. Muchas cosas han pasado en este breve tiempo. Este hobgoblin si nos es conocido. De momento responde al nombre de Nadie ya que no se considera digno de portar nombre alguno de momento. Señor... - Godric intentó reunir valor para lo que iba a decir -... hay.. están ocurriendo muchas cosas y todo es muy confuso. Os lo ruego, retrasad la ejecución hasta que hayamos podido presentar nuestro informe y haberos explicado todo. Ese hobgoblin puede poseer información importante para Ghostfinger, tanto en el asunto de los ladrones del aceite como en la existencia de un nigromante y otros malhechores. Permitidnos explicaros a vos y Bastianes toda la situación antes de tomar una decisión irrevocable. Unas horas más o menos antes de la ejecución no supondrán diferencia alguna. -
Una vez más la vehemencia de Godric desató su lengua. Miro de refilón a Toc-Toc preguntándose si también consideraría esto como un acto egoísta sin haber consultado a los demás. Pero solo pretendía conseguir algo de tiempo para explicarlo todo y hablar entre ellos antes.
PbP Character: A few ;)
- Que sorpresa, parece que después de todo si que hay honor entre bandidos- dice en voz baja un Mablung sorprendido por qué el Hobgobling haya ido directo a su ejecución.
Luego sin demorarse mucho se dirige hacia la barraca de invitados mientras pienso aque quizás Bastianes no esté tan contento cuando sepa que parte del grupo debe de presentarse de nuevo ante el capitán de la guardia, pero eso ya lo resolverán mañana.
Una vez en los barracones coge una manta y se dirige hacia la forja, donde descanso la última noche antes de partir y poniendose a resguardo descanso hasta el amanecer.
-Bienvenido a tu nuevo hogar Ostor, eres libre de quedarte o volar en libertad- dijo acariciando al cuervo mientras se sumía en la meditación elfica.
[Casi luna llena, una playa]
Sobre el caballo y bajo máscara permaneció atento, impasible, escuchando guerra de reproches. Antes de salir apremió a proteger y anclar el bote para futuras travesías. Esperó el arranque de los percherones, pesados sobre la arena primero, sobre el barro después. Buscó la par con le caballero, sin renunciar a aquella noble montura no tan asustadiza como Nadie anticipó. -Fugarse era su plan- audible para todos pero dirigido a Leobald.- Blandir armas no habría cambiado nada en semejante tesitura. El joven -mirando al dormido clérigo humano- trató de disuadirle ofreciéndole un atajo en su redención..-tono con profunda decepción- ..de difícil encage para Elías y para él. Se valió de mi confianza y nublado criterio, si allí se encuentra, Nadie te rendirá cuentas.
Tras ello, igualando velocidad percherón se dirigió a la elfa de encendido cabello rojo fuego. -Mi lady, un noble corcel parece mas apropiado que el carro. -tendiendo la mano desde la grupa del imponente jaco.- El camino es largo y poco propicio entre aceite alquímico, no tema, pues justo parece mas aún falto de perdón me hallo.
[Un claro, un faro]
Broser trajo luz a su temerario plan, relajando su continuo estado de alerta en aquellos caminos. Ghostfinger recuperaba su aceite a espaldas de Slatmarsh ganando valiosa ventaja estratégica que esperaba no fuera desaprovechada. Pronto podría descansar, relajar tensión que atenazaba cuerpo y psique, y tratar la palpitante herida incapaz de cerrarse incluso por su regeneración innata.
Acarició al purasangre en despedida -cuidadlo, por favor- y lo confió al cuerpo de guardia que del carro se hacía cargo. El encuentro con Julius mas pareció un trámite entre misión y descanso, demasiado largo para su gusto hasta que nombró al reo. Algo le removió por dentro y una mezcla de culpa y orgullo inundó un cuerpo poco dado a emociones. Enemigo de reclamar reconocimiento renunció a ajustar cuentas, mas interesado en las explicaciones sobre la pena capital.
-Detenlo! Bastianes es un necio! - explotó en perfecto idioma élfico.- Bastianes..- continuó con tono tranquilo y seco consciente del escaso futuro de esa vía alterada.- la venganza ciega su buen juicio y el interés de Ghostfinger.. Aplazadlo si la voluntad de la corona es acabar con los conspiradores detrás del latrocinio.
Leobald enarcó una ceja ante el estallido de Khalion. Suspiró y tartó de interceder pausada pero firmemente entre el asimar y el elfo.
—Maese Julius, os ruego disculpéis las formas de Khalion y le castigueis proporcionadamente por su injuria si lo creéis oportuno. El nuestro ha sido un viaje plagado de peligros y permanecemos en vela desde ayer —se excusó educadamente con gestos suaves.
Se aclaró la voz antes de seguir. Godric había dejado escapar a Brutus y le había privado así de una defensa adecuada de sus actos y Khalion se empeñaba en construir su propio cadalso. Aquello no iba a ser fácil. ¿Y donde estaba el Alto Capitán?
—Nos gustaría pedir audiencia ante Bastianes en cuanto sea posible. Antes de la ejecución —acompañaba sus palabras con amables movimientos de manos—. El joven Godric tiene razón, tenemos motivos para sospechar que el asunto del robo sea parte de un complot mayor para desestabilizar la influencia de Ghostfinger y por ende de la Corona en la región. El prisionero que habéis mencionado es un testigo de interés y nos ha ayudado a traer el aceite de vuelta. Si es que no está en el faro, ¿dónde podemos encontrar a lord Bastianes, Maese Julius?
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
El Elfo se vio sometido a varios interrogatorios, al menos fueron en un tono ordenado y éste pudo ir contestando a cada uno de ellos antes de retirarse y dejarles descansar. Ante la exposición de Godric, Julius se puso inconscientemente la mano en su barbilla, pensativo, y se quitó la capucha de su toga para contestarle lo más sinceramente posible, fue en ese momento cuando el sacerdote se dio cuenta de las profundas ojeras del hechicero, sin duda provocadas por la falta de descanso crónico. No le recordaba así hace dos días, aunque tampoco había dejado ver esa parte de su rostro anteriormente.
- ¿Nadie? ... eso tiene cierto sentido... creía que era un problema de comunicación cuando se refería a él mismo... en cuanto a la interrupción de la pena, intentaré hablar con Bastianes y postponerla como pedís, es lo menos que puedo hacer tras vuestra exitosa misión, además el Alto Capitán estará más receptivo a escuchar sabiendo que el faro está de nuevo a salvo. Pero me temo... que no todo es tan fácil, no soy muy ducho en derecho y leyes en Cormyr, pero me temo que el acta de ejecución ya está firmada, Bastianes es muy eficiente con el papeleo, y eso no se puede deshacer... al menos no puede hacerlo la misma persona que lo firma... intentaré informarme sobre el caso y ...
El exabrupto de Khalion llegó en este momento, el hechicero le miró con su rostro agotado acompañado de un gesto entre sorprendido y extremadamente ofendido ante sus palabras.
- La necedad parece que es un característica contagiosa ¿no es así "agente" Khalion? Bastianes puede ser muchas cosas, pero no es un necio,... te recomiendo que te guardes ese tipo de lenguaje para cuando estés entre prostíbulos y casas de apuestas, o donde quiera que te movieras antes de acabar aquí... "cazarrecompensas" ... esto es un puesto militar avanzado y se requiere cierta disciplina y respeto... en especial hacia vuestro superior.
Las palabras de Leobald llegaron pausadas y firmes intentando relajar la situación justificando a su compañero y solicitando la audiencia con el dirigente de Ghostfinger, Julius se dirigió a él con la misma intención de templar su ánimo respondiéndole de nuevo con calma.
- Intercederé como os he prometido, pero no prometo nada, mañana tras el canto del gallo, tendréis un soldado en la puerta, justo aquí mismo, y os escoltará al salón de mando para tratar todos estos temas. Ahora si me disculpáis...
El hechicero hizo una ligera reverencia, apenas perceptible, y se dirigió de nuevo hacía el faro dejándoles pasar a un edificio acomodado, la planta baja consistía en un gran salón, con mesa, chimenea y sillones de cierta calidad y estilo. Este habitáculo daba paso directamente a varias habitaciones perfectamente limpias y pulcras, con una cama elevada y mullidos colchones. Una mesita con una palangana en cerámica y una jarra con agua fresca yacía adyacente a un armario para la ropa en cada una de las estancias privadas. En cierta manera les recordaba al estilo de las espartanas habitaciones de la posada "La Cabra de Mimbre" pero estas eran mucho más elegantes...
Efectos de descansar aunque sean sólo unas horas hasta el amanecer... Cuenta como un Long Rest para los elfos y para el resto lo contará si al día siguiente no se embarcan en situaciones que requieran esfuerzos. A Khalion le vuelven sus puntos de vida perdidos... ya vendrán sus nuevos amigos infantes a por más :P
Subís un nivel... (no tocaba, pero se avecinan momentos algo complicados y ya lo he pasado ligeramente mal gestionando los encuentros con menos de una veintena de puntos de vida... creo que este módulo está algo... mal ajustado ;-) )
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Godric dio un respingo ante el repentino estallido de Khalion, privándole de la oportunidad de responder a Julius. Las sensatas palabras de Leobald llegaron justo a tiempo y el clérigo agradeció con un gesto las palabras del mago élfico.
- Todos estamos agotados señor - dijo - mañana podremos hablar y aclararlo todo. - y saludo con respeto mientras salían y se dirigían hacia los aposentos donde poder asearse y descansar.
- Creo que estamos todos agotados. Permitid que limpie vuestros vendajes una vez más y descansemos. Mañana podremos intentar aclarar las cosas. - les dice a los compañeros -
Cuando está atendiendo a las heridas de Leobald le dice
- Gracias por el apoyo Leobald. Mañana averiguaremos si al menos Nadie intentó cumplir su palabra, y el destino de su alma ya que parece que el de su cuerpo está sellado. -
PbP Character: A few ;)
Adriana se acomodó lo mejor que pudo en el carromato, entre sus compañeros y el alijo que habían rescatado de la hacienda. Cansada, hambrienta, incómoda y deseosa de llegar a su destino, estaba convencida de que sería incapaz de echar una cabezada con aquel incesante traqueteo.
Poco después de salir al camino, la figura de Khalion a lomos del corcel llegó a su altura. Observó con algo de reticencia cómo le tendía la mano, invitándola a su montura y adivinando un intento de disculpa en su peculiar expresión. ¿Recordaba el pícaro, después de todo, el incidente de las escaleras? Sopesó durante unos segundos su ofrecimiento. ¿Corría el riesgo de ser arrojada al camino en otro repentino ataque de enajenación? Esta vez parecía estar en sus cabales y los huesos le dolían más de lo que quería reconocer, así que alcanzó su mano, agarrándola con fuerza mientras se ponía en pie para guardar el equilibrio y no caer - Gracias - musitó débilmente.
Por fin la noche era clara y la lluvia había cesado y un manto de estrellas les arropaba y acompañaba en el camino. Allí, a horcajadas sobre la montura, aferrada a la espalda del aasimar, Adriana contempló el cielo infinito y encontró algo de paz.
La llegada a Ghostfinger fue mucho más agitada de lo que la exhausta elfa imaginaba. Su aturdimiento desapareció cuando Julius explicó lo acaecido con Nadie y la pesadumbre se reflejó en su rostro al recibir la noticia de su inminente ejecución. Se acercó al mago elfo, sin decir palabra, escuchando las peticiones de sus compañeros con las que estaba completamente de acuerdo. Esperaba que al menos Bastianes les concediera una audiencia y escuchara sus explicaciones.
Antes de dirigirse a sus aposentos, Adriana se acercó a Targos que se afanaba en organizar el movimiento del carro y los materiales.
- Disculpe - dijo con educación, tendiéndole unas hojas pulcramente dobladas - aquí tiene el inventario que hemos registramos del alijo encontrado en la hacienda. Puede revisarlo y contrastarlo con la mercancía -
Con premura se dirigió a sus aposentos, agradeciendo el calor de la hoguera que templó poco a poco su interior. Aliviada de no tener que pasar la noche en los barracones, se encaminó a una de las habitaciones, despidiéndose de sus compañeros.
- Nos veremos antes del alba, descansad lo que podáis - y abandonó la estancia en la que Godric terminaba de revisar los vendajes del resto.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Tras intercambiar unas palabras con Leobald y Khalion sobre lo hablado con Julius y limpiar las heridas de sus compañeros que parecían ir evolucionando favorablemente, Godric se retiró por fin a descansar.
El joven muchacho apenas pudo reparar en la abismal diferencia entre los anteriores barracones y aquellas cómodas habitaciones.
Se quitó la armadura y limpió sus propias heridas con agua fresca de una palangana y reunió las escasas fuerzas necesarias para llegar hasta la cama donde cayó rendido.
Su cuerpo, acostumbrado a ciertos patrones, le despertó antes del canto del gallo. Lo primero que Godric reconoció es que le dolía todo el cuerpo. La tensión de los combates, las heridas sufridas, todo se pasaba su factura en ese momento. Mentalmente el joven repasó cada parte de su cuerpo y dictaminó que lo único que no parecía dolerle era el meñique de su pie izquierdo.
Con un gruñido, reunió el valor para apartar las mantas y levantarse. Estaba oscuro, pero no encendió ninguna luz. Fue hacia donde recordaba haber dejado una jofaina y entonces ocurrió. Su pie izquierdo golpeo el frio y duro metal del peto de su armadura que estaba en el suelo. El dolor del meñique subió por su pierna y se clavó en su cerebro.
"Esto me pasa por idiota" pensó molesto consigo mismo mientras convocaba un pequeño globo de luz en la palma de su mano para poder ver algo.
Y entonces reconoció la habitación. Y a su mente volvieron todos los recuerdos del día anterior y de los últimos meses. El meñique dejó de dolerle y se sentó en el borde de la cama, vestido únicamente con unos pantalones de lino y no pudo contener las lágrimas. El sentir la presencia de Lathander con él le había transportado en su duermevela a tiempos mejores y más sencillos. Menos dolorosos pese a las vicisitudes de la lucha contra la Horda.
Caminó hacia los postigos de la ventana y la abrió. Había elegido una habitación que daba al este, y se arrodilló en el suelo de piedra, con los brazos abiertos. La marca de la quemadura del pecho le escoció cuando el frio aire de la madrugada acarició su piel desnuda.
- Lathander, Señor de la Mañana, perdóname. Creí que me habías abandonado y mi dolor no me dejó ver que era yo el que se había cerrado a tu luz, a tus enseñanzas. Cada amanecer nos das la oportunidad de renacer, de renovar nuestros votos y esperanzas. A mi no me quedaba ninguna. Cuando no pude salvarla, cuando ella murió, mi esperanza murió con ella. Pero en tu sabiduría has tenido a bien mostrarme el camino para la redención y que sigues a mi lado. Abrazo esa redención y tu luz con toda mi alma mi Señor. Permite que este humilde siervo pueda llevar tu Luz a aquellos que están en las tinieblas. -
Según rezaba los primeros albores del amanecer comenzaron a aparecer en el horizonte, tiñiendo el manto negro de la noche de tonos morados primero y carmesí después.
La luz entró en la habitación y un rayo iluminó un objeto depositado en la mesa. El símbolo sagrado de Lathander iluminó la estancia y su luz baño a Godric cuyas lágrimas ahora eran de gozo.
Despacio, sintiéndose renovado y agradecido, el clérigo tomó el ahora apagado pero aún cálido símbolo y pasó la cadena de plata por su cuello. Aún quedaba muchísimo trabajo por hacer y tenía que averiguar muchas cosas sobre lo que había ocurrido. Y tenía que intentar ayudar a sus nuevos compañeros en su camino hacia la renovación y la redención. Pero ahora sabía que no estaba solo y eso le reconfortaba y le daba un valor que creía haber perdido para siempre.
Se aseó, limpió y pulió su armadura y acarició con cuidado y cariño en quemado símbolo de su dios en el peto. Tendría que arreglar eso a su debido tiempo.
Antes de que cantara el gallo Godric estaba en el lugar concertado, sin su armadura ni sus armas pero con su fiel zurrón al hombro. Los demás encontraron un desayuno esperándoles, que el joven muchacho había transportado desde las cocinas ya que aún no le dejaban cocinar en ellas.
PbP Character: A few ;)
Targos pareció sorprendido y sonrió mientras se cuadraba con la mano en el frente simulando estar saludando a un superior en rango mientras le guiñaba un ojo.
- Esto nos ahorrará mucho tiempo... muchas gracias mi eficiente Adriana.
Tras la retirada de la elfa, el encargado de logística siguió con sus tareas, consistentes básicamente en decirle a otros que cargaran con todo hacia el almacén mientras él repasaba el inventario proporcionado por la hechicera.
[A la mañana siguiente]
El gallo cantó como siempre con los primeros tonos áureos del alba, despertando a un alto porcentaje del campamento y anunciando el comienzo de cambios de guardias, rutinas y elaborados protocolos militares que hacían bullir de actividad todo el fortín, eso incluía la preparación de un cadalso improvisado para futuros y funestos fines. Tras asearse y prepararse para el esperado encuentro con Bastianes, antes de la ejecución, el grupo salió de sus habitaciones, y se encontraron en el salón del edificio dedicado a invitados y oficiales de cierto rango, de las plantas superiores bajaban sargentos de las diversas divisiones presentes, infantería, caballería y exploradores, que sin mediar palabra se cruzaban inevitablemente en su camino hasta el umbral de salida.
Una vez en el exterior, como prometió Julius, un soldado que parecía perennemente en posición de saludo debido al continuo trasiego de altos rangos que no dejaban de desfilar ante su presencia, les esperaba para guiarles hasta el faro. El camino hasta las elaboradas puertas dobles talladas no era muy difícil, ni muy largo, apenas tenían que caminar media centena de pasos, pero aún así, su escolta estuvo a su lado todo ese corto trayecto y una vez llegados a los gargantuescos portones de entrada, les indicó amablemente que subieran hasta el salón de comandancia.
Tras ascender, volvieron a adentrarse en la amplia y hexagonal estancia donde todo comenzó una larga noche de apenas hace un par de días, y allí todo se encontraba tal cual recordaban, los mapas de todo tipo colgaban por las paredes de la estancia, algunos nuevos y otros muy antiguos, ajados y con escrituras y anotaciones por todas sus localizaciones. Estandartes de Cormyr ondeaban lánguidamente colgando del techo. La iluminación de las seis antorchas cada una encajadas en un soporte en cada una de las seis paredes, proyectaban sus sombras sobre los sobrecargados muebles de la habitación. El pebetero ardía vigorosamente cerca de la gran mesa central, donde se amontonaban varios libros y todo tipo de papeles, la mayoría con sellos reales, o con membretes de varias logias de la capital.
Bastianes ya estaba allí sentado en uno de los sillones que presidían la gran mesa repasando varios escritos, había varías sillas y más sillones alrededor de la mesa sin ser usados. Julius se encontraba de pie, cerca del pebetero, embutido en su toga y sin mediar palabra. Cuando todos estuvieron acomodados, Bastianes se levantó para apartar y hacer sitio despejando el papeleo que cubría como un mantel todo el inmenso escritorio. Al parecer había estado absorto en sus temas, y se le había echado el tiempo encima. Con calma, una vez recogido todo para ser amontonado caóticamente en otros lugares del salón, se dirigió a la puerta de entrada para dar una orden. A los pocos segundos, un pequeño ejército de sirvientes entraron en el gran salón con bandejas y platos de desayuno, que pusieron delante de cada uno de los participantes en la reunión. La buena gastronomía del fortín volvió a hacer gala con uvas, huevos y bacon, varios tipos de quesos y frutos secos.
Mientras el alto capitán esperaba a que todos probaran bocado, comenzó su discurso, dando por comenzada la reunión de inteligencia e información de los Agentes.
- A pesar de que ya hemos sido afortunados, siendo provistos con un anticipo de todo lo acontecido desde que se recuperaron las tinajas, aún me queda mucho por conocer, puesto que esto no debe repetirse de nuevo. Me quedan aún preguntas sin responder como... ¿Quién colaboró con los bandidos para extraer la mercancía del almacén central de los muelles? ¿Cómo obtuvisteis la información para localizarla en esa Mansión abandonada? y un largo etcétera. Así que os dejo pronunciaros ahora, no sin antes felicitaros por el éxito. No tenéis que contarme cada piedra del camino que cruzasteis, tan sólo las partes relevantes.... adelante.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
El amanecer trajo consigo buenas nuevas, la conexión con el mundo natural parecía haberse fortalecido, notaba el poder del cambio de forma bullendo en su interior y estaba desenado probarlos, pero un aguafiestas soldado de Ghostfinger le esperaba en la distancia. Con resignación, le siguió para unirse a sus compañeros camino al faro.
Tras escuchas a Bastianes y como parecía que nadie quisiese comenzar dijo:- Cuando llegue s Saltmarsh me dirigí hacía el almacén y allí el encargado me indico que las tinajas desaparecieron durante el turno de un trabajador llamado llamado Fillion y me indico donde encontrarle. Tras hablar con é,l nos indicó que las robaron durante su descanso y que parecían muy organizados y que sabía exactamente donde ir. Luego nos indico donde se refugiaban los contrabandistas que lo habían sustraído, nos dijo que les había seguido hasta allí. Por cierto el encargado del almacén dijo algo de no pagar impuestos y aduanas por un mes por las molestias. Fuimos a la casa derrotamos a los bandidos y aquí estamos. El Hobgobling se rindió y parece colaborador desde entonces.-
Haciendo una pausa añadió:
- Me gustaría pedir permiso para salir del fuerte unas horas, tengo que probar ciertas "habilidades" y creo que es mejor que lo haga fuera.-
[Por la noche]
TocToc deambuló por la lujosa estancia sorprendido. “¿Tan importante era el aceite para darnos una recompensa antes reservada a los elfos?” Observaba el lujo con curiosidad y anticipación creciente. “¿Y si tan importante era… como mando a unos recién llegados sin siquiera haberles testado?” TocToc miró a sus compañeros que no se plantearon la sorpresa de tan repentino cambio, quizás para ellos tales lujos eran lo normal. Pero para el hombre cuero representaba la mayor comodidad que había experimentado jamás. Y un salto enorme desde sus últimos años de existencia. “¿Quizás tendría algo que ver con la extraña araña muerta en sus barracones?” Al fin decidió ignorar las causas y disfrutar del momento, quizás no se repetiría.
TocToc se sentó un momento en la sala común y empezó a ordenar los objetos que había guardado del loteo. Hizo 6 montoncitos de monedas con cuidado, 4 de ellas tenían 12 monedas de oro y 20 de plata. Otras dos tenían 11 monedas de oro y 30 de plata. “Escoged vuestra parte. Yo cogeré el último” dijo apostando a que le dejarían uno de los montones con más monedas. También dejó en la mesa su traje con muchos bolsillos y el libro de poesía erótica. “Me quedo el almanaque de la costa, es interesante para mi”.
Al fin se dirigió hacia su habitación y se acurrucó en la cama, empezando a ojear el libro. No había nada que deseara más que disfrutar del lujo que le rodeaba, pero el cansancio le invadió y se quedó dormido con el almanaque de la costa en la almohada.
[A la mañana siguiente]
- Respecto del robo, tan solo sabemos lo que Nadie, el hotgobling, nos ha contado. - Toctoc repitió sus palabras y frases. - “Los bandidos robaron los materiales del Almacén central de Saltmarsh, los trajeron en un carro y lo dejaron en una cala cercana”, “El aceite, junto al resto de objetos de contrabando como la seda y el brandy, iban a ser trasladados al navío "El Fantasma del Mar", El envio regular de cargamento se había adelantado, “Al parecer alguien necesitaba el aceite con prisa. La siguiente entrega sería dentro de una semana exactamente.” – TocToc asintió con mientras hablaba.
Tras el primer bloque de información TocToc tomó una brevísima pausa y prosiguió. – Por desgracia no pudimos capturar a Sambalet con vida y papeles incriminatorios que podrían esclarecer el asunto ardieron por el fuego del mago. Un espía que nos atacó después de pasar con la ciudad. “Ned, el espía, no era de los nuestros, ni siquiera se alojaba aquí, había sido enviado al parecer por un noble de Saltmarsh interesado en que el "grupo de agentes inoportunos y extremadamente poco discretos fuera saboteado y hecho desaparecer””. Murió en uno de los peligros de la mansión. Dicho lo cual TocToc repitió sus gritos de horror mientras Ned era devorado desde el interior.
- Hay dos cabos sueltos mas, dos bandidos fueron mandados a una misión secreta de Sambalet ayer y no pudimos dar con ellos. Además alguien nos ayudó durante el combate aunque no llegamos a ver quién, o que fue.
- En definitiva, además hay varios asuntos que debemos resolver. Debemos concluir algún papeleo en la casa consistorial a la que acudimos durante las pesquisas en la ciudad y debemos reportar ante Elías Fireborn al que importunamos durante una importante reunión: “…así que largaos... en dos días... nos vemos y me contáis como va vuestra caza del muerto viviente... no faltéis a la cita, estoy "deseando" escuchar vuestros progresos...” Ademas en la mansión había un nido de muertos vivientes que deberíamos hacer arder…
- Y por último, una petición, Nadie se rindió bajo una promesa… “Solo prometedme que no permitiréis que la Guardia de Saltmarsh me cuelgue de un árbol”. Si le vais a ejecutar, dadle una muerte digna, un combate singular, aunque sería bueno hacedle parte de nuestro grupo de condenados.
Zevatur, Rolthos
Godric sonrió durante la exposición de Toc-Toc hasta que repitió los gritos de Ned mientras era devorado por los gusanos. Cuando terminó de decir todo el joven clérigo añadió.
- Señor si me lo permite. - carraspeó un poco - Muchas cosas han pasado en este breve espacio de tiempo. Voy a intentar resumirlas cada una su contexto. En nuestro camino hacia Saltmarsh ayudamos a dos granjeros que eran atacados por humanoides y sus salvajes jabalíes amaestrados. No pudimos salvar a uno de ellos, Colton, pero llegamos a tiempo de salvar al otro. Elías, el cual nos dio cobijo en su hacienda a medio camino de la ciudad. Preparando el cuerpo de Colton encontramos una extraña moneda que quisimos devolver a Elías, pero aseguró que no era suya ni se la había visto a Colton jamás. Un individuo de lo más siniestro, de nombre Chak como averiguamos más tarde, reclamaba una exorbitante cantidad de monedas que al parecer le debía Colton, y de alguna manera pretendía que fuéramos nosotros los que pagáramos tal cantidad. No le dábamos más importancia al intento de extorsión del tal Chak, pero al prepararnos para volver nos hicieron llegar un mensaje a través de un zombie, uno de los granjeros que viven y trabajan con Elías, recién asesinado. Nadie, el hobgoblin, nos dijo que conocía la reputación de Chak, y aunque un malhechor, no creía que tuviera ni la capacidad ni la poca moral de hacer algo así. Lo que nos plantea que quizá haya alguien más peligroso detrás de esa moneda, de la que no sabemos nada. Quizá, Señores - dijo mirando a Bastianes y a Julius - un examen por su parte de la misma pueda esclarecer algo sobre este asunto. - respiró un poco para abordar otro tema.
- El asunto del aceite ha sido muy bien resumido por mis compañeros - indicó - seguimos las pistas y descubrimos que los contrabandistas intentaban hacer creer que la casa donde estaba su escondite se hallaba encantada, para alejar a posibles mirones. Debido a la posible implicación de alguien de relevancia en Saltmarsh, vinimos directamente con el aceite y el resto de las mercancías robadas. Me temo que durante nuestras investigaciones previas, mientras intentábamos averiguar algo sobre esa antigua Hacienda en la Casa Consistorial, Khalion fue atacado por un muerto viviente, uno más peligroso que un zombie, un vampiro. Dudo si está o no relacionado con el asunto del nigromante, pero desde luego es algo que debería investigarse. Durante la conmoción de ver llegar a Khalion herido y mientras le atendíamos se ve que perturbamos el normal desarrollo de un concilio de Saltmarsh, y el Capitán de allí nos emplazó a reunirnos con él en dos días, esto es, mañana, para reportar nuestras averiguaciones. Si me lo permite Señor, me pareció que no daba importancia alguna a que hubiera una criatura como esa suelta en su ciudad.. Por desgracia no pudimos encontrar su rastro cuando fuimos a por ella. -
Miró a los compañeros por si alguno tenía algo que aportar.
- Y como ha dicho Toc-Toc me gustaría pedirle permiso para volver a esa mansión y eliminar los muertos vivientes que parece se encuentran allí.-
- Finalmente, pero no menos importante, debo apoyar la petición de Toc-Toc sobre Nadie. Es un guerrero honorable que se ha rendido al enemigo, pese a ser una gran deshonra para él, y de ahí que se autodenomine Nadie. Desde que se rindió se comportó como se esperaba de él y colaboró con nosotros, no sólo físicamente, si no aportando toda la información de que disponía. Creo Señor, que aún es posible que sepa más cosas y que puede aportar información relevante tanto en el caso del robo del aceite y los contrabandistas, como en el nigromante y la moneda. Si me lo permitís, puedo asegurarme de que todo lo que diga sea la verdad. Os ruego también por su vida, mi Señor. Conozco las leyes y las normas, pero creo que toda alma debe tener la oportunidad de buscar su redención. Sé lo que sus congéneres hacen con nuestros prisioneros, cuando luchamos contra la Horda enterré a varios de sus.. prisioneros, o lo que quedaba de ellos - carraspea - pero por eso debemos ser mejores Señor. Al final no hay diferencia entre esos salvajes y nosotros si nos comportamos igual. - hace una pausa mirando a los ojos a Bastianes - Señor, su vida está en vuestras manos. Si decidís perdonarle la vida, yo me haré responsable de él y no volverá a dejar mi vigilancia. Si la condena debe cumplirse. Entonces os pido que dejéis que sea mi mano la que la ejecute con arma. Al menos concedámosle su última voluntad. -
Godric pareció dudar si añadir algo más y finalmente habló.
- Hay... otra cosa más personal Señor, que me gustaría informar una vez hayamos resuelto estos asuntos oficiales. -
PbP Character: A few ;)
Leobald permanecía callado y cruzado de brazos pacientemente mientras los demás exponían su versión de los hechos. Cuando Mablung, TocToc y Godric acabaron pidió la vez con un gesto cortés dirigido al Alto Capitán. Su semblante era serio y triste.
—Durante nuestras pesquisas en la Mansión Goldstone, descubrimos que los contrabandistas estaban muy organizados. Llevaban tiempo dedicados al latrocinio y encontramos un escrito de su líder, Sanbalet el mago, donde implicaba a un misterioso Sr G como el auténtico cerebro de la operación. No sin vergüenza, debo añadir que los escritos apuntaban que el usurero que vendía sus mercancías robadas lejos de Saltmarsh, era E. Tenhall, Edward Tenhall asumo, mi padre. Desgraciadamente los escritos se quemaron en la lucha contra Sanbalet. ¿Os suenan de algo alguno de los nombres mencionados, mi lord? —suspiró antes de seguir—. Según lo expuesto por mis compañeros, el robo del aceite beneficia a un noble local y tiene implicaciones con al menos otro noble del reino de Cormyr. Es por ello que señalo la posibilidad de un complot para desestabilizar la influencia de la Corona en la región. Algo en lo que deberíamos escarbar, si me preguntan —añadió humildemente.
Tras unos momentos de silencio continuó.
—En lo que respecta a Nadie, el prisionero que pretendéis colgar, se rindió a nosotros voluntariamente y ha colaborado enormemente para ayudarnos a traer el aceite. Él puso el bote y el carro que nos trajeron aquí y es de justicia ponerlo en valor. Si no estaba con nosotros en el momento de su captura es porque el joven Godric y Khalion, le dejaron marchar, temerosos de que le dierais muerte por prejuicios a su llegada a Ghostfinger —suspiró con resignación—. Desde luego ha cometido faltas, pero quizá haya otra forma de que page por ellas sin ignorar sus actos en favor de la Corona. Por otro lado, Nadie es el único que puede reconocer a los dos hombres en misión secreta de Sambalet. El mago tenía relación con una prostituta apodada Loto Negro. Quizás si damos con ella averigüemos algo más. Además, como ha mencionado el joven Godric, hemos fiado nuestra palabra en presentarnos ante Eliander Fireborn, Alto Capitán de de Saltmash, antes de dos días para explicar el incidente en al Casa Consistorial. Me gustaría cumplir con ese acuerdo si vos lo permitís, mi lord.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
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