Uno de los guardias asintió e hizo una señal para que le siguiensen, mientras el otro se quedaba en la puerta. Justo al entrar al recibidor que se situaba tras la puerta doble, los "agentes" se dieron cuenta de que por dentro, tanto la decoración como la disposición del personal era igual de espartana que la posada que tenían en frente.
Antes de salir por una de las cuatro puertas, la que estaba orientada en dirección opuesta por la que acababa de cruzar para acceder al simétrico salón, Leobald pudo observar el único punto de decoración de toda la estancia, un estandarte en vivos colores verdes de grandes proporciones que descansaba lacio sobre el umbral que estaban atravesando, los juntos y el escudo de Saltmarsh bordados a mano habría llevado un gran trabajo en su tiempo, ahora estaba algo ajado y desatendido.
Su paseo dio pie a otro rectangular patio interior, sin jardines, todo piedra... y un curioso patíbulo en uno de los laterales, de éste, tres cuerpos oscilaban languidamente colgados del cuello, muertos al menos desde hace unos días, y dejados allí como pasto de los cuervos y las rapaces. Los tres cadáveres portaban todos el tabardo de la guardia de Saltmarsh, dando a entender que habían ejecutado a tres miembros de su propia gente... y abandonados allí como advertencia quizás al resto del regimiento.
Al final del patio, otra puerta volvió a devolverle a un interior rocoso y aburrido, con más puertas que se situaban a ambos lados de un largo pasillo. Caminaron hasta el final, donde una de éstas parecía algo diferente al resto, quizás de una manera más refinada y recia. Un gran despacho les esperaba al otro lado, cubierto de estanterías y libros de diferentes categorías, especialmente históricos o de corte militar. Una gran mesa, muy parecida a la que se encontraba en el faro de Ghostfinger, presidía la sala, y un cuarteto de sillas la rodeaban. La mesa, estaba cubierta por rollos de pergaminos, volúmenes abiertos y decenas de papeles con anotaciones en varios idiomas. De alguna manera, todos vieron un claro paralelismo entre esta estancia y la del salón de comandancia de Bastianes, sólo que está estaba dispuesta a una menor escala.
Tras la mesa, una curiosa persona les esperaba. Allí, un humano relativamente joven y bien pertrechado en una armadura de cuero de bastante calidad, que descansaba sobre una camisola de mallas, se mantenia de pie esperando a que algunos de sus invitados cogieran asiento, puesto que claramente no había sillones para todos. El hombre era moreno y con barba medianamente cuidada, portaba en uno de sus brazos el símbolo de la Guardia de Saltmarsh, pero rodeado esta vez por unas cadenas bordadas en hilo metálico. Su corto pelo se mantenía en un extraño equilibrio entre peinado y caótico contrastando con sus ojos marrones que eran profundos pero fríos.
Kraddock Stonehorn
La mirada del teniente pasó por todos y cada uno de los presentes en su despacho para finalmente sentarse juntando sus manos a través de sus dedos mientras hablaba de manera distraída.
- Veo que vuestro druida de moral distraída no ha venido... en cualquier caso Eliander volverá pronto, posiblemente esta misma noche, supongo que es a él a quien los "agentes" de la Corona quieren ver. Pero yo soy su mano derecha, y su voz cuando él no está. Cualquier tema que podáis tratar con él, podéis hacerlo conmigo también... Hay una perfecta confianza para cualquier información que sea comunicada entre nosotros dos ¿Y bien? ¿En que os puede ayudar este humilde carcelero?
Sin apenas dejar tiempo a una respuesta, el segundo al mando, continuó con su particular petición.
- Tengo entendido que habéis llegado prácticamente directos del faro, ... si traéis algo que deba ser entregado al Capitán, podéis dejármelo a mi, yo me encargaré de hacérselo llegar en cuanto pise Saltmarsh de nuevo y os libraré de esta tarea de inmediato.
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Leobald observaba todo el austero lugar con discreción mientras se internaban en la prisión. Los guardias ajusticiados le llamaron la atención. Trató de fijarse en en busca de alguna particularidad, rango o rasgo distintivo. mientras pasaron a su lado.
—Buenos días teniente Stonehorn, gracias por recibirnos —asintió cordialmente—. ¿Podemos preguntar dónde está el Capitán Eliander? Los cadáveres de esos guardias meciéndose en el patio parecen asunto de importancia... —añadió flemáticamente y sin acabar la frase, dejando entender el "como para largarse ahora" , esperando tirar de la lengua a Stonehorn respecto a un tema u otro.
Kraddock miró fijamente a Leobald, quizás mas tiempo del que alguien pudiera sentirse cómodo antes de hablar, no parecía satisfecho con el cambio de tema y al parecer discrepaba con el caballero acerca de lo que era relevante y lo que no.
- El alto capitán Eliander Fireborn se encuentra en las minas de plata junto a Manistrad, ha habido algunos problemas logísticos allí que ha tenido que supervisar personalmente. Como ya sabréis es un punto estratégico clave para La Corona y por tanto preferente para todos nosotros. Afortunadamente, como ya os comenté volverá esta noche y mañana estará disponible. Podéis acudir directamente a la torre Hoolwatch a primera hora, no tiene pérdida, está siguiendo el camino que corre detrás de las Barracas por unos centenares de metros bordeando los campos de cultivo. Es su "comandancia" y hace las veces también de armería para la guardia.
Localización 12 del Mapa desbloqueada, Torre Hoolwatch.
En cuanto Leobald mencionó los cadáveres que pendían de los cadalsos, Braddock cambió un poco el tono de voz a uno más serio.
- Los cadáveres son más un asunto interno, un escarmiento por ser un guardia corrupto, el juramento de entrada a la milicia de la ciudad es muy estricto y entras sabiendo perfectamente que tu honor debe ser intachable, honor relacionado con la corrupción o sobornos... y ese tipo de cosas. Si fallas, estás colaborando con los enemigos de la corona, que buscan desestabilizar nuestra presencia en la zona y echarnos... no se pueden permitir manzanas podridas aquí, nos jugamos demasiado. Eliander aceptó mi propuesta acerca del castigo con buen agrado.
El teniendo zanjó el tema rápido puesto que le interesaba volver a su petición original cuanto antes.
- En cualquier caso... intuyo que protegéis vuestra información, es respetable, pero portáis documentos sin duda claves y no puedo permitir que os paseéis por la ciudad con ellos encima o que los dejéis en cualquier lugar sin protección. Sino queréis confiármelos a mi, mandaré un regimiento de la guardia a "proteger" la posada de La Cabra de Mimbre donde permaneceréis "confinados" hasta que llegue Eliander y podáis entregárselos a él en persona... El druida se tiene que quedar con vosotros, decidme donde se encuentra para mandar a buscarlo... además tiene que ser interrogado acerca de una "brecha" de seguridad en las celdas que se produjo durante su estancia aquí noches atrás...
Mientras hablaba el Kraddock TocToc se alarmó más y más. El problema de las minas de plata le producía horribles sensaciones familiares.
- Seguid las instrucciones, entregad la documentación a Eliander, a nadie más... debe llegar hasta él cuanto antes.. - Dijo con la voz del gran capitán. Después miró a sus compañeros mas hábiles es situaciones sociales con los mamíferos, buscando su apoyo. - Vayamos a su encuentro.
Ni era primera vez que recorría patíbulo similar ni primer intento de amedrentarle con terceros colgados. La cinta dorada parecía levantar recelos a ambos lados de la ley en Saltmarsh, en exceso particular. Al margen, distante, gran parte del tiempo, empatizando según avanzaba si visita con el druida. Sirvientes y prisioneros, aquello no merecía.
-Contrariar Corona y Ghostfinger..- dirigido a Leobald, suficientemente alto como para ser escuchado por el ignorado Kraddock- demorando nuestra misión. Ese regimiento resultaría mas apropiado como escolta a esas minas.. evitando malgastar tiempo y medios.-Terminó de sugerir al caballero.
Leobald observó a TocToc brevemente y asintió Khalion.
—Lo que mis compañeros quieren decir —aclaró al teniente en tono conciliador— es que tenemos órdenes estrictas de entregar nuestra misiva al Alto Capitán Eliander Fireborn y solo a él, y a la mayor brevedad posible —trató de sonar lo más cordial posible—. Lamento la situación en la que esto pueda ponerle, teniente, pero órdenes son órdenes. Espero que un hombre de ley como vos sepa disculparnos. No podemos espera un día —se excusó amablemente—. Salir al encuentro del Capitán Eliander sería lo más rápido, como apuntan mis compañeros, pero agradeceríamos enormemente una escolta a las minas, teniente Stonehorn. Quizá eso satisfaga a nuestros respectivos superiores, ¿no le parece? Respecto a Mablung, se encuentra fuera de la ciudad, no se siente a gusto entre piedra y mortero, ya sabéis, druidas. Le haremos llegar su anhelo en cuanto le veamos si os parece bien, pero ahora le necesitamos para llevar a buen término nuestra encomienda.
Kraddock pareció hastiado en exceso de la conversación que no llevaba a ninguna parte y se pudo ambas manos en la sien dándose un masaje a modo de liberar tensión acumulada, ayudado por los movimientos giratorios de sus dedos índice y corazón en los laterales de su frente, pareció calmarse levemente.
- Eliander ya está de camino de vuelta, no está en las minas... si vais en su búsqueda quedaréis a medio camino de ninguna parte a entregarle unas órdenes que no va a poder leer o atender hasta que esté en un lugar seguro como su oficina en la torre, y todo esto con la consecuente pérdida de recursos y tiempo para todas las partes. ¿No queréis entregarme a mi los documentos? Lo entiendo y lo respeto, son órdenes como dices... pero mi trabajo es tener esas órdenes seguras y fuera del alcance de los enemigos de La Corona. No se hable más... acudid de inmediato a la posada, el regimiento estará allí en menos de diez minutos. Nadie saldrá ni entrará a ese local hasta que Eliander reciba sus valiosos... informes de Ghostfinger.
Tras una leve pausa en la que el teniente levantó la mano a modo de no hay posibilidad de rebatir su decisión, éste dio una orden como si los "agentes" fueran realmente subordinados suyos. Curiosamente nunca se habían planteado en que punto de la cadena de mando estaba un "Agente" de la Corona hasta ahora.
Dentro, con disciplina castrense, era turno de veteranos y promesas del campo de batalla. Al margen, retirado, escuchaba divertido cuan semejantes eran los tratos a uno y otro lado de la ley a diferencia quizá, del uso mas educado del lenguaje. Su propuesta poco pareció encajar, decisión tomada pues de no malgastar tarde completa a vísperas de la visita de Chak.
Una vez fuera, paso alegre hasta dominios de Lenkus. -Presto, amigo, deshacerme de esta armadura resulta vital..-solicitando ayuda con la cota marinera..-Guárdala, junto a armas y ballesta, visibles.. -manteniendo consigo solo dagas, dejó carcaj y la enorme ballesta junto al par de cimitarras.-Parto en busca de Mablung.. no pediría mentir, solo olvidar si de caza o de baños me encuentro.. ¿Hay salida?-señalando la puerta directa a cocinas mientras sacaba del petate a abandonar un cuero tachonado negro.
Kraddock había salido justo detrás del grupo al abandonar su despacho para organizar la guarnición de vigilancia de la posada, una docena de hombres bien entrenados, nada de novatos o carne fresca, la mitad de ellos portaban lanza y escudo y la otra mitad espadas largas. Mientras la logística comenzaba a fraguarse, las miradas neutras de los soldados pasaron a otra de desconfianza o rencor al ver pasar a los "agentes" de La Corona por los cuales iban a pasar una tarde y noche en vela bajo la lluvia. Sin embargo, la voz marcial y firme del teniente parecía sincera, en su tono firme daba a entender a todos la prioridad de protegerles con prioridad absoluta, a cualquier precio.
Finalmente, las puertas dobles de los barracones y cárcel de Saltmarsh se cerraron tras de ellos, dándoles unos diez minutos antes de que fueran completamente confinados cuando el regimiento rodeara el establecimiento vecino, al otro lado de la calle. Cuando todos entraron de nuevo al cálido salón que hacía de comedor, caldeado por las crepitantes vivas llamas de la chimenea, Lenkus acudió servicialmente enseguida para atenderles y ejecutar las órdenes que Khalion le estaba dando, pero... señaló discretamente a una esquina cercana a la hoguera, allí, en una mesa perfectamente limpia, descansaba un agotado pastor ya conocido por los "agentes", éste se levantó de inmediato. y apoyándose en su cayado, con las manos aún vendadas, Elías de acercó hasta Godric y sus acompañantes con un gesto abatido y de súplica.
- Os he estado buscando sin descanso, incluso me dirigía a Ghostfinger a localizaros... afortunadamente una patrulla me interceptó y me señaló este lugar... el amable Lenkus me ha tratado bien este tiempo, he llegado hace apenas unos minutos y estoy ... agotado... pero algo ocurrido ha pasado... he subestimado el impacto que podría tener todo lo acontecido sobre La Comunidad y ahora se ha ido todo de las manos... necesito vuestra ayuda... los muertos... se levantan... los nuestros desaparecen...
Un trueno acompañado de un inmediato relámpago, indicando que la tormenta se encontraba prácticamente encima de sus cabezas, dio énfasis y dramatismos a las palabras del azorado humano. Éste cogiendo de la mano al sacerdote de Lathander, se arrodilló ante él casi con lágrimas en los ojos...
- De un paria a otro... por favor os lo ruego, ayudadnos...
La puerta se abrió súbitamente de par en par y allí un Mablung empapado apareció ante todos... justo a tiempo de que la posada comenzara a ser acordonada por soldados. Lenkus observó con un rictus interrogativo la escena... totalmente perdido en todo el teatro que se estaba formando a su alrededor.
Godric permaneció en silencio durante todo el intercambio con el teniente, sin duda Leobald estaba mucho mejor preparado para tratar este asunto y, pese a su tiempo en las iflas de la Corona como clérigo de campo, él conocía mejor los protocolos castrenses. Sin embargo, y cuando ya estaban fuera y el teniente impartió sus órdenes al pequeño regimiento que les habría de custodiar Godric se permitió apuntar una cosa. No lo pretendió, pero los soldados que recibieron las órdenes también escucharon sus palabras.
- Mi teniente, Señor, disculpe pero.. quizá acordonar una posada sea como poner un cartel de "aquí hay algo importante que merece la pena ser robado o al menos investigado". Si me permite la sugerencia, y el apunte, la discreción es nuestra amiga y cuanto menos movimiento vean los enemigos de la Corona, mejor. Sin embargo, nadie se extrañaría de ver a unos cuantos soldados entrar en la posada que es claramente leal a la Corona. Envíe a sus hombres pero despliéguelos en el interior de la posada. Nos ayudarán de igual modo a custodiar las órdenes, no levantaremos sospechas y no tendrán que aguantar hasta mañana bajo la lluvia. Unos ojos secos ven mejor que unos entrecerrados por la insistente lluvia.... si me lo permite mi teniente, Señor... -
En todo momento Godric intenta ser lo más respetuoso que puede.
Una vez en el interior de la Cabra el muchacho acude a Elías y le toma por las muñecas.
- ¡Elías! Doy gracias a Lathander porque nos hayas encontrado. Por desgracia sabemos a lo que te refieres, no tenemos toda la información pero... uno de los desaparecidos de la Comunidad fue... asesinado, su cuerpo mancillado con el más vil de los actos y lanzado contra nosotros tan sólo como advertencia y amenaza. Lamento mucho lo que está ocurriendo pero parece que los eventos que se desencadenaron en el ataque de aquellos bugbear están lejos de llegar a su fin. Por favor siéntate y cuéntanos todo lo que sepas. -
Cuando se sientan Godric aparta las vendas de las callosas manos del hombre para comprobar el estado de las heridas y cambiar los vendajes, mientras escucha lo que tiene que decir. Tiene muchas preguntas bullendo en su mente, pero su actitud es calmada y deja hablar al antiguo guerrero con fama sanguinaria convertido en granjero.
La empapada figura del druida miro extrañado a los guardas que se iban apostando en la posada, pero decidió ignorarlos y entrar, con suerte la chimenea seguiría encendida y podría secarse, maldita ciudad con su maldito puente; al menos el chapuzón en el rio solo le transmitía frio.
Dentro de la posada se dirigió directo al fuego mientras preguntaba:- ¿Que ha pasado?, la guardia rodea la posada, ¿hemos hecho nuevos amigos en la guarnición?. Acabo con un tono irónico, mientras se ponía lo más cerca posible del calor.
Tras unos instantes en la que toda su atención se concentraba en el fuego y escuchaba a medias la conversación con Elias, se dio la vuelta y pregunto:-¿Que habéis averiguado de Eliander? Es muy probable que los ataques de no muertos a las minas estén relacionados con los ataques a la comunidad, ¿quedan muy lejos las minas de la comunidad?.pregunto mirando a Elias.
Minutos después de que Godric desapareciera con el miembro putrefacto y gracias al aroma primaveral que reinaba en la estancia, Adriana pudo por fin desayunar calmando así las vertiginosas nauseas de su estómago.
Salió de la taberna acompañando al resto del grupo y desvió la mirada ante el macabro espectáculo de los cuerpos colgados inertes de las sogas. Al llegar ante Kradoock, dejó hablar a Leobald mientras observaba al teniente con atención y minuciosidad.
Una sonrisa diferente, dirigida hacia aquel hombre, se dibujó en su cara; lejos de las sonrisas espontáneas que solía regalar continuamente, esta parecía perfectamente estudiada, surgida automáticamente después de años de práctica en la Corte, una especie de máscara de presentación ante los cargos superiores que emanaba cordialidad y respeto y una expresión facial neutra imposible de interpretar.
Escuchó las palabras y las reacciones de ambos bandos, valorando la necesidad de intervenir en la conversación, aceptando finalmente la decisión de volver a la posada y esperar pacientemente la llegada de Eilander. Quería hablar a solas con sus compañeros lo antes posible, pero la inesperada visita que les aguardaba en la Cabra de Mimbre obligó a retrasar ese momento.
Se acercó a Godric y a Elías, sorprendida de encontrar allí al pastor y preocupada por su estado
- ¡Buen Elías! - le dijo con dulzura - nos tranquiliza saber que estás a salvo, temíamos que hubieras corrido la misma suerte que alguno de los desdichados miembros de tu Comunidad, Iram los guíe hacia la luz - musitó con pesar, prestando atención a la información que estuviera dispuesto a compartir.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
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Leobald suspiró con resignación cansada y siguió a sus compañeros fuera del puesto de guardia. Percibió la animadversión de algunos de sus curtidos guardianes, peor nada podía hacer ahora por cambiar eso.
En la Cabra de Mimbre se estaba quitando el agua de encima cuando Mablung irrumpió en el salón y Elias se reveló de entre las sombras. Observó al caballero retirado. No parecía la misma persona orgullosa que dejaron atrás hace unos días. Sin duda los sucesos recientes habían alterado su semblante. Saludó discretamente a Elias mientras este se colgaba de Godric.
—La guardia nos está protegiendo, Mablung. Más bien cuida de que nuestro mensaje para el Capitán Eliander esté a salvo —aclaró al druida mientras se acercaba al fuego sin perder detalle de las palabras de Elias— ¿Has encontrado a ese otro druida? —comentó al elfo salvaje—. Lo cierto es que todo el mundo esta algo agitado desde ayer, recordad Ghostfinger. Es como si estuviera pasando algo importante a nuestras espaldas —dijo observando al agotado Elias—. Le escuchamos, Sir Ilaiah. Quizás esté todo conectado.
Dijo con amabilidad observando el impacto de sus palabras y cuanto Elias pudiera decir. Era consciente de que debía haberle costado un gran esfuerzo pulverizar la muralla de orgullo que había construido a su alrededor para venir a pedirnos ayuda. ¿O era aquello otra cosa? No perdió detalle del lenguaje corporal del pastor.
El tendiente Kraddock miró con cierto interés las palabras de Godric acerca de su estrategia y sonrió cuando este acabó de exponer su sugerencia.
- Que vengan... La guardia de Saltmarsh no se esconde, le demostraremos lo que valemos... así les daremos una pedagógica lección a aquellos que quieran medrar en los asuntos de La Corona... No entiendo como un sacerdote insta a estas marrulleras tácticas de cobardía... pero entiendo que cada cual tiene su moral.
Nota para Adriana: Esta respuesta es a lo que me refería en nuestro privado.
[En la Cabra de Mimbre]
Elías parece más preocupado si cabe ante la historia que le narra Godric acerca del ataque acometido contra ellos a base de zombies mensajeros fabricados a base de pastores de La Comunidad. Aún así, se incorpora tras arrollidarse solicitando la ayuda y se sienta en una de las sillas justo al lado del sacerdote mientras éste le cambia las vendas con la maestría de un veterano en el campo de batalla y los triajes. El pastor parece mirar su mano, como si de repente fuera consciente de sus heridas para pasar a mirar gradualmente y con cierta ternura a Godric, sonrojándose en el proceso... mientras intentaba disimular su repentino rubor, aprovechó para responder a Mablung.
- Las minas y La Comunidad están muy distantes, y eso que nuestra comunidad es amplia y la conforman muchas granjas dispersas por las altas hierbas, pero la mina está situada en la costa y muy lejos de nuestra zona de influencia.
Una atribulada Adriana se acercó a la pareja para comunicar su consuelo y alegría al verle con vida, el azorado humano forzó una sonrisa para agradar y responder como es debido a la alta elfa, aunque sus palabras se quebraban parcialmente al responder.
- Si, estoy bien, pero muchos de nosotros como ya he comentado han empezado a desaparecer, todo empezó la noche misma en la que enterramos a Colton, ... de hecho... su tumba... fue saqueada y profanada la primera... Espero que la luz, fuerza y justicia de la triada proteja su cuerpo... Estas artes necrománticas aterrorizan a mi gente, son un pueblo sencillo de granjeros y pastores, que los muertos se levanten para volverse contra sus propios seres queridos es algo que rompe su corazón y su mente... puesto que los desaparecidos, solían volver como zombies sedientos de sangre y violencia. No hay nada peor que encontrarte a tu hermano hasta ahora perdido en el dintel de tu puerta o cabaña, para que éste intente desollarte vivo segundos después... Alguien quiere desestabilizarnos... quizás para interrumpir el flujo de grano y productos del campo hacia la ciudad... es una teoría... pero no tiene mucho sentido. Saltmarsh tiene sus propios campos y la pesca es casi milagrosamente apabullante... no lo entiendo... ¿Porqué está pasando esto?...
La reacción hasta ahora de súplica y cooperación del pastor cambió repentinamente cuando Leobald le mencionó directamente con el "otro" nombre... Sus ojos llenos de lágrimas, dejaron llorar en ese momento, para pasar a ser dos rendijas que rezumaban odio puro... oscuros como la noche misma... Godric, que seguía sanando sus manos, se dio cuenta como la que estaba tratando se había cerrado en un puño apretado, tan fuerte que sus nudillos se habían quedado blancos, y sus propias uñas se le clavaban en la palma. La otra mano aferraba con la misma fuerza el cayado, el sacerdote diría que podría incluso quebrar la recia madera que lo componía si seguía apretándolo con esa misma fuerza... La voz fue lo que más cambió, de repente grave, seria y casi como si perteneciera a una persona diferente, no se parecía en nada al timbre al que estaban acostumbrados al escucharle. Dirigiéndose al caballero, Ilaiah contestó con su gélida voz retirando la mano de las atenciones de Godric. Cualquier resquicio de ternura o debilidad había desaparecido por completo.
- Hay un grave problema con los muertos, habría que dejar a los que los que fenecieron hace mucho tiempo así, muertos... y centrarnos en el ahora. Aunque quizás me haya equivocado al venir, no estáis preparados.
Ni una voz quebrada, ni un titubeo, más parecía una sentencia o letanía que una frase.
Leobald enarcó una ceja por un momento y entrecerró los ojos fugazmente antes de componer gesto más amable.
—Desde luego, Elias, los muertos deberían seguir muertos, la vida ya es un reto suficientemente arduo —sonrió conciliadoramente—. Quizá no somos los héroes que querríais, pero haremos cuanto esté en nuestra mano por ayudar. Lamento mucho lo que la pasó a Colton, nadie se merece tal destino —trata de apelar al lado emocional de Elias mientras le mira a los ojos con infinita tristeza.
Calibrando el efecto de sus palabras, despacio, trata de ponerle una mano en el hombro, de manera que el contacto físico apoye sus argumentos conciliadores.
Godric posó una mano apaciguadora en el antebrazo de Elias.
- Por favor Elias. Deseamos ayudarte igual que acudimos en vuestra ayuda cuando nuestros caminos se cruzaron. Fue la voluntad de Lathander al igual que lo es que os ayudemos. Creemos saber lo que ocurre. ¿Recuerdas la moneda que encontramos en el cuerpo de Colton? Por favor Elias, sientante y déjanos ayudarte a ti y a la comunidad que tanto te importa. -
Aprieta levemente la mano en su antebrazo intentando que le mire a los ojos a él y no al caballero. - Por favor Elias... - repite - siéntate. -
Mablung observaba la escena desde el calor de la chimenea preguntándose si el bueno de Elías sucumbirá a su lado más oscuro antes las provocaciones de sus compañeros. En caso de que lo hiciese no creía que sus compañeros ni el mismo fuesen rivales para el, claro que con los guardas de fuera...
-Creo que sería mejor que todos nos calmemos y si Elías quiere marcharse, que lo haga, sabemos dónde encontrarle. Creo que los problemas de no muertos en la región están conectados, por lo que esperaría a ver qué dice Eliander y tratar de ver la perspectiva global del problema-.
-En cuanto acabemos los asuntos que nos retienen aquí, iré a ayudaros- dijo Mablung. Aún quedaban días para el asalto al barco, quizás o pudieran usar ese tiempo para ayudarles.
Ilaiah se levantó lentamente de la mesa, conteniendo una ira que ardía como las llamas del mismísimo infierno en su interior. Apartó con rápidez la mano de Godric de su antebrazo, aunque no hubo mala intención en ese acto, simplemente era como si su tacto le quemara. Cuando la mano de Leobald se posó sobre su hombro, el bastón vibro por unos momentos, debido a que la mano que lo portaba pareció temblar...
- Colton ... era un asesino frío y despiadado... pagó por mi asesinato... no es difícil unir los puntos... me usó y manipuló, ... lo que le haya pasado a su cuerpo debería serme indiferente , sino es porque amenaza a mi gente dejaría que se pudriera por toda la eternidad... no pude hacerle pagar lo que hizo cuando estaba vivo... pero lo haré si está no-muerto. Buscaré el modo manteniendo mi promesa.
Ignorando las palabras de apoyo de Mablung, el ex-caballero se movió hacia la puerta para abandonar la posada, pero al salir por la puerta fue bloqueado por uno de los guardias de Kraddock, algo sorprendido de encontrarle ahí.
- Señor, no se puede entrar o salir del establecimiento hasta nueva orden... por favor vuelva al int...
Ilaiah no dejó acabar la frase al muchacho... interrumpiéndole de inmediato con una muy amenazante sentencia.
- O te apartas de mi camino... o te aparto yo mismo de tu patética vida... maldito crío, ... quizás debas volver corriendo a volver a mamar de los senos de tu madre mientras lloras...
El joven guardia parecio indignarse ante las hirientes palabras del "pastor", pero su error fue sacar la espada y apuntar a Ilaiah con la punta de su hoja. Todo pasó demasiado deprisa a partir de ese momento... El veterano combatiente de La Corona giró sobre sí mismo con una agilidad endiablada impactando con su cayado en la cabeza del soldado, un sonido sordo como a cráneo fracturado, a pesar del casco protector, o quizás de cuello colocado en una posición algo incompatible con la vida hizo caer como un fardo a la víctima de Ilaiah... De inmediato, media docena de guardias se había tirado encima del agresor, algunos con las lanzas en ristre y otros placándole para derribarlo al suelo... Un alarido de frustración mal agorero afloró de los labios del otrora "Carnicero" de La Corona.
- ¡¡¡Malditos...!!! ¡¡¡Os mataré a todos si es necesario... me alimentaré de vuestras almas insulsas!!!
Desde la chimenea Mablung hizo un gesto de negación con la cabeza, malditos guardas de espada rápida y dijo en voz alta a los guardas:- Ese hombre es muy peligroso y seguro que cumple lo que acaba de decir, yo de vosotros me retiraría y le dejaría marchar antes de que mate a más de vosotros. Os podemos decir donde vive para que vayáis a buscarle más preparados, pero allá vosotros-.
Luego pensó para sí mismo, si un veterano retirado puedo hacer eso con un cayado a un guarda de élite, que los dioses se apiaden de esta ciudad si hay algún problema serio.
Molesto por el comentario de Braddock Godric contesta lo bastante alto cono para que los soldados le escuchen. -Confundís astucia y compañerismo con cobardía pero el tiempo nos pondrá a cada uno en nuestro lugar-
[en la posada]
Esperad, dejad que..-comienza a decir Godric cuando todo se desmorona-¡Elias no!! -
El joven clérigo pasa al lado del enfurecido guerrero convertido en pastor y se arrodilla frente al caído guarda y solicito a lathander el poder de conservar el alma del guarda caído un poco más para poder curarlo. No sabía si sería posible pero tenía q intentarlo.
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Uno de los guardias asintió e hizo una señal para que le siguiensen, mientras el otro se quedaba en la puerta. Justo al entrar al recibidor que se situaba tras la puerta doble, los "agentes" se dieron cuenta de que por dentro, tanto la decoración como la disposición del personal era igual de espartana que la posada que tenían en frente.
Antes de salir por una de las cuatro puertas, la que estaba orientada en dirección opuesta por la que acababa de cruzar para acceder al simétrico salón, Leobald pudo observar el único punto de decoración de toda la estancia, un estandarte en vivos colores verdes de grandes proporciones que descansaba lacio sobre el umbral que estaban atravesando, los juntos y el escudo de Saltmarsh bordados a mano habría llevado un gran trabajo en su tiempo, ahora estaba algo ajado y desatendido.
Su paseo dio pie a otro rectangular patio interior, sin jardines, todo piedra... y un curioso patíbulo en uno de los laterales, de éste, tres cuerpos oscilaban languidamente colgados del cuello, muertos al menos desde hace unos días, y dejados allí como pasto de los cuervos y las rapaces. Los tres cadáveres portaban todos el tabardo de la guardia de Saltmarsh, dando a entender que habían ejecutado a tres miembros de su propia gente... y abandonados allí como advertencia quizás al resto del regimiento.
Al final del patio, otra puerta volvió a devolverle a un interior rocoso y aburrido, con más puertas que se situaban a ambos lados de un largo pasillo. Caminaron hasta el final, donde una de éstas parecía algo diferente al resto, quizás de una manera más refinada y recia. Un gran despacho les esperaba al otro lado, cubierto de estanterías y libros de diferentes categorías, especialmente históricos o de corte militar. Una gran mesa, muy parecida a la que se encontraba en el faro de Ghostfinger, presidía la sala, y un cuarteto de sillas la rodeaban. La mesa, estaba cubierta por rollos de pergaminos, volúmenes abiertos y decenas de papeles con anotaciones en varios idiomas. De alguna manera, todos vieron un claro paralelismo entre esta estancia y la del salón de comandancia de Bastianes, sólo que está estaba dispuesta a una menor escala.
Tras la mesa, una curiosa persona les esperaba. Allí, un humano relativamente joven y bien pertrechado en una armadura de cuero de bastante calidad, que descansaba sobre una camisola de mallas, se mantenia de pie esperando a que algunos de sus invitados cogieran asiento, puesto que claramente no había sillones para todos. El hombre era moreno y con barba medianamente cuidada, portaba en uno de sus brazos el símbolo de la Guardia de Saltmarsh, pero rodeado esta vez por unas cadenas bordadas en hilo metálico. Su corto pelo se mantenía en un extraño equilibrio entre peinado y caótico contrastando con sus ojos marrones que eran profundos pero fríos.
Kraddock Stonehorn
La mirada del teniente pasó por todos y cada uno de los presentes en su despacho para finalmente sentarse juntando sus manos a través de sus dedos mientras hablaba de manera distraída.
- Veo que vuestro druida de moral distraída no ha venido... en cualquier caso Eliander volverá pronto, posiblemente esta misma noche, supongo que es a él a quien los "agentes" de la Corona quieren ver. Pero yo soy su mano derecha, y su voz cuando él no está. Cualquier tema que podáis tratar con él, podéis hacerlo conmigo también... Hay una perfecta confianza para cualquier información que sea comunicada entre nosotros dos ¿Y bien? ¿En que os puede ayudar este humilde carcelero?
Sin apenas dejar tiempo a una respuesta, el segundo al mando, continuó con su particular petición.
- Tengo entendido que habéis llegado prácticamente directos del faro, ... si traéis algo que deba ser entregado al Capitán, podéis dejármelo a mi, yo me encargaré de hacérselo llegar en cuanto pise Saltmarsh de nuevo y os libraré de esta tarea de inmediato.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Leobald observaba todo el austero lugar con discreción mientras se internaban en la prisión. Los guardias ajusticiados le llamaron la atención. Trató de fijarse en en busca de alguna particularidad, rango o rasgo distintivo. mientras pasaron a su lado.
—Buenos días teniente Stonehorn, gracias por recibirnos —asintió cordialmente—. ¿Podemos preguntar dónde está el Capitán Eliander? Los cadáveres de esos guardias meciéndose en el patio parecen asunto de importancia... —añadió flemáticamente y sin acabar la frase, dejando entender el "como para largarse ahora" , esperando tirar de la lengua a Stonehorn respecto a un tema u otro.
Insight 10
Perception 7
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Nada especial llama la atención de Leobald
Kraddock miró fijamente a Leobald, quizás mas tiempo del que alguien pudiera sentirse cómodo antes de hablar, no parecía satisfecho con el cambio de tema y al parecer discrepaba con el caballero acerca de lo que era relevante y lo que no.
- El alto capitán Eliander Fireborn se encuentra en las minas de plata junto a Manistrad, ha habido algunos problemas logísticos allí que ha tenido que supervisar personalmente. Como ya sabréis es un punto estratégico clave para La Corona y por tanto preferente para todos nosotros. Afortunadamente, como ya os comenté volverá esta noche y mañana estará disponible. Podéis acudir directamente a la torre Hoolwatch a primera hora, no tiene pérdida, está siguiendo el camino que corre detrás de las Barracas por unos centenares de metros bordeando los campos de cultivo. Es su "comandancia" y hace las veces también de armería para la guardia.
Localización 12 del Mapa desbloqueada, Torre Hoolwatch.
En cuanto Leobald mencionó los cadáveres que pendían de los cadalsos, Braddock cambió un poco el tono de voz a uno más serio.
- Los cadáveres son más un asunto interno, un escarmiento por ser un guardia corrupto, el juramento de entrada a la milicia de la ciudad es muy estricto y entras sabiendo perfectamente que tu honor debe ser intachable, honor relacionado con la corrupción o sobornos... y ese tipo de cosas. Si fallas, estás colaborando con los enemigos de la corona, que buscan desestabilizar nuestra presencia en la zona y echarnos... no se pueden permitir manzanas podridas aquí, nos jugamos demasiado. Eliander aceptó mi propuesta acerca del castigo con buen agrado.
El teniendo zanjó el tema rápido puesto que le interesaba volver a su petición original cuanto antes.
- En cualquier caso... intuyo que protegéis vuestra información, es respetable, pero portáis documentos sin duda claves y no puedo permitir que os paseéis por la ciudad con ellos encima o que los dejéis en cualquier lugar sin protección. Sino queréis confiármelos a mi, mandaré un regimiento de la guardia a "proteger" la posada de La Cabra de Mimbre donde permaneceréis "confinados" hasta que llegue Eliander y podáis entregárselos a él en persona... El druida se tiene que quedar con vosotros, decidme donde se encuentra para mandar a buscarlo... además tiene que ser interrogado acerca de una "brecha" de seguridad en las celdas que se produjo durante su estancia aquí noches atrás...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Mientras hablaba el Kraddock TocToc se alarmó más y más. El problema de las minas de plata le producía horribles sensaciones familiares.
- Seguid las instrucciones, entregad la documentación a Eliander, a nadie más... debe llegar hasta él cuanto antes.. - Dijo con la voz del gran capitán. Después miró a sus compañeros mas hábiles es situaciones sociales con los mamíferos, buscando su apoyo. - Vayamos a su encuentro.
Zevatur, Rolthos
Ni era primera vez que recorría patíbulo similar ni primer intento de amedrentarle con terceros colgados. La cinta dorada parecía levantar recelos a ambos lados de la ley en Saltmarsh, en exceso particular. Al margen, distante, gran parte del tiempo, empatizando según avanzaba si visita con el druida. Sirvientes y prisioneros, aquello no merecía.
-Contrariar Corona y Ghostfinger..- dirigido a Leobald, suficientemente alto como para ser escuchado por el ignorado Kraddock- demorando nuestra misión. Ese regimiento resultaría mas apropiado como escolta a esas minas.. evitando malgastar tiempo y medios.-Terminó de sugerir al caballero.
Leobald observó a TocToc brevemente y asintió Khalion.
—Lo que mis compañeros quieren decir —aclaró al teniente en tono conciliador— es que tenemos órdenes estrictas de entregar nuestra misiva al Alto Capitán Eliander Fireborn y solo a él, y a la mayor brevedad posible —trató de sonar lo más cordial posible—. Lamento la situación en la que esto pueda ponerle, teniente, pero órdenes son órdenes. Espero que un hombre de ley como vos sepa disculparnos. No podemos espera un día —se excusó amablemente—. Salir al encuentro del Capitán Eliander sería lo más rápido, como apuntan mis compañeros, pero agradeceríamos enormemente una escolta a las minas, teniente Stonehorn. Quizá eso satisfaga a nuestros respectivos superiores, ¿no le parece? Respecto a Mablung, se encuentra fuera de la ciudad, no se siente a gusto entre piedra y mortero, ya sabéis, druidas. Le haremos llegar su anhelo en cuanto le veamos si os parece bien, pero ahora le necesitamos para llevar a buen término nuestra encomienda.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
- Pero vamos a ver...
Kraddock pareció hastiado en exceso de la conversación que no llevaba a ninguna parte y se pudo ambas manos en la sien dándose un masaje a modo de liberar tensión acumulada, ayudado por los movimientos giratorios de sus dedos índice y corazón en los laterales de su frente, pareció calmarse levemente.
- Eliander ya está de camino de vuelta, no está en las minas... si vais en su búsqueda quedaréis a medio camino de ninguna parte a entregarle unas órdenes que no va a poder leer o atender hasta que esté en un lugar seguro como su oficina en la torre, y todo esto con la consecuente pérdida de recursos y tiempo para todas las partes. ¿No queréis entregarme a mi los documentos? Lo entiendo y lo respeto, son órdenes como dices... pero mi trabajo es tener esas órdenes seguras y fuera del alcance de los enemigos de La Corona. No se hable más... acudid de inmediato a la posada, el regimiento estará allí en menos de diez minutos. Nadie saldrá ni entrará a ese local hasta que Eliander reciba sus valiosos... informes de Ghostfinger.
Tras una leve pausa en la que el teniente levantó la mano a modo de no hay posibilidad de rebatir su decisión, éste dio una orden como si los "agentes" fueran realmente subordinados suyos. Curiosamente nunca se habían planteado en que punto de la cadena de mando estaba un "Agente" de la Corona hasta ahora.
- Podéis retiraros...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Dentro, con disciplina castrense, era turno de veteranos y promesas del campo de batalla. Al margen, retirado, escuchaba divertido cuan semejantes eran los tratos a uno y otro lado de la ley a diferencia quizá, del uso mas educado del lenguaje. Su propuesta poco pareció encajar, decisión tomada pues de no malgastar tarde completa a vísperas de la visita de Chak.
Una vez fuera, paso alegre hasta dominios de Lenkus. -Presto, amigo, deshacerme de esta armadura resulta vital..-solicitando ayuda con la cota marinera..-Guárdala, junto a armas y ballesta, visibles.. -manteniendo consigo solo dagas, dejó carcaj y la enorme ballesta junto al par de cimitarras.-Parto en busca de Mablung.. no pediría mentir, solo olvidar si de caza o de baños me encuentro.. ¿Hay salida?-señalando la puerta directa a cocinas mientras sacaba del petate a abandonar un cuero tachonado negro.
Kraddock había salido justo detrás del grupo al abandonar su despacho para organizar la guarnición de vigilancia de la posada, una docena de hombres bien entrenados, nada de novatos o carne fresca, la mitad de ellos portaban lanza y escudo y la otra mitad espadas largas. Mientras la logística comenzaba a fraguarse, las miradas neutras de los soldados pasaron a otra de desconfianza o rencor al ver pasar a los "agentes" de La Corona por los cuales iban a pasar una tarde y noche en vela bajo la lluvia. Sin embargo, la voz marcial y firme del teniente parecía sincera, en su tono firme daba a entender a todos la prioridad de protegerles con prioridad absoluta, a cualquier precio.
Finalmente, las puertas dobles de los barracones y cárcel de Saltmarsh se cerraron tras de ellos, dándoles unos diez minutos antes de que fueran completamente confinados cuando el regimiento rodeara el establecimiento vecino, al otro lado de la calle. Cuando todos entraron de nuevo al cálido salón que hacía de comedor, caldeado por las crepitantes vivas llamas de la chimenea, Lenkus acudió servicialmente enseguida para atenderles y ejecutar las órdenes que Khalion le estaba dando, pero... señaló discretamente a una esquina cercana a la hoguera, allí, en una mesa perfectamente limpia, descansaba un agotado pastor ya conocido por los "agentes", éste se levantó de inmediato. y apoyándose en su cayado, con las manos aún vendadas, Elías de acercó hasta Godric y sus acompañantes con un gesto abatido y de súplica.
- Os he estado buscando sin descanso, incluso me dirigía a Ghostfinger a localizaros... afortunadamente una patrulla me interceptó y me señaló este lugar... el amable Lenkus me ha tratado bien este tiempo, he llegado hace apenas unos minutos y estoy ... agotado... pero algo ocurrido ha pasado... he subestimado el impacto que podría tener todo lo acontecido sobre La Comunidad y ahora se ha ido todo de las manos... necesito vuestra ayuda... los muertos... se levantan... los nuestros desaparecen...
Un trueno acompañado de un inmediato relámpago, indicando que la tormenta se encontraba prácticamente encima de sus cabezas, dio énfasis y dramatismos a las palabras del azorado humano. Éste cogiendo de la mano al sacerdote de Lathander, se arrodilló ante él casi con lágrimas en los ojos...
- De un paria a otro... por favor os lo ruego, ayudadnos...
La puerta se abrió súbitamente de par en par y allí un Mablung empapado apareció ante todos... justo a tiempo de que la posada comenzara a ser acordonada por soldados. Lenkus observó con un rictus interrogativo la escena... totalmente perdido en todo el teatro que se estaba formando a su alrededor.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Godric permaneció en silencio durante todo el intercambio con el teniente, sin duda Leobald estaba mucho mejor preparado para tratar este asunto y, pese a su tiempo en las iflas de la Corona como clérigo de campo, él conocía mejor los protocolos castrenses. Sin embargo, y cuando ya estaban fuera y el teniente impartió sus órdenes al pequeño regimiento que les habría de custodiar Godric se permitió apuntar una cosa. No lo pretendió, pero los soldados que recibieron las órdenes también escucharon sus palabras.
- Mi teniente, Señor, disculpe pero.. quizá acordonar una posada sea como poner un cartel de "aquí hay algo importante que merece la pena ser robado o al menos investigado". Si me permite la sugerencia, y el apunte, la discreción es nuestra amiga y cuanto menos movimiento vean los enemigos de la Corona, mejor. Sin embargo, nadie se extrañaría de ver a unos cuantos soldados entrar en la posada que es claramente leal a la Corona. Envíe a sus hombres pero despliéguelos en el interior de la posada. Nos ayudarán de igual modo a custodiar las órdenes, no levantaremos sospechas y no tendrán que aguantar hasta mañana bajo la lluvia. Unos ojos secos ven mejor que unos entrecerrados por la insistente lluvia.... si me lo permite mi teniente, Señor... -
En todo momento Godric intenta ser lo más respetuoso que puede.
Una vez en el interior de la Cabra el muchacho acude a Elías y le toma por las muñecas.
- ¡Elías! Doy gracias a Lathander porque nos hayas encontrado. Por desgracia sabemos a lo que te refieres, no tenemos toda la información pero... uno de los desaparecidos de la Comunidad fue... asesinado, su cuerpo mancillado con el más vil de los actos y lanzado contra nosotros tan sólo como advertencia y amenaza. Lamento mucho lo que está ocurriendo pero parece que los eventos que se desencadenaron en el ataque de aquellos bugbear están lejos de llegar a su fin. Por favor siéntate y cuéntanos todo lo que sepas. -
Cuando se sientan Godric aparta las vendas de las callosas manos del hombre para comprobar el estado de las heridas y cambiar los vendajes, mientras escucha lo que tiene que decir. Tiene muchas preguntas bullendo en su mente, pero su actitud es calmada y deja hablar al antiguo guerrero con fama sanguinaria convertido en granjero.
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La empapada figura del druida miro extrañado a los guardas que se iban apostando en la posada, pero decidió ignorarlos y entrar, con suerte la chimenea seguiría encendida y podría secarse, maldita ciudad con su maldito puente; al menos el chapuzón en el rio solo le transmitía frio.
Dentro de la posada se dirigió directo al fuego mientras preguntaba:- ¿Que ha pasado?, la guardia rodea la posada, ¿hemos hecho nuevos amigos en la guarnición?. Acabo con un tono irónico, mientras se ponía lo más cerca posible del calor.
Tras unos instantes en la que toda su atención se concentraba en el fuego y escuchaba a medias la conversación con Elias, se dio la vuelta y pregunto:-¿Que habéis averiguado de Eliander? Es muy probable que los ataques de no muertos a las minas estén relacionados con los ataques a la comunidad, ¿quedan muy lejos las minas de la comunidad?.pregunto mirando a Elias.
Minutos después de que Godric desapareciera con el miembro putrefacto y gracias al aroma primaveral que reinaba en la estancia, Adriana pudo por fin desayunar calmando así las vertiginosas nauseas de su estómago.
Salió de la taberna acompañando al resto del grupo y desvió la mirada ante el macabro espectáculo de los cuerpos colgados inertes de las sogas. Al llegar ante Kradoock, dejó hablar a Leobald mientras observaba al teniente con atención y minuciosidad.
Una sonrisa diferente, dirigida hacia aquel hombre, se dibujó en su cara; lejos de las sonrisas espontáneas que solía regalar continuamente, esta parecía perfectamente estudiada, surgida automáticamente después de años de práctica en la Corte, una especie de máscara de presentación ante los cargos superiores que emanaba cordialidad y respeto y una expresión facial neutra imposible de interpretar.
Escuchó las palabras y las reacciones de ambos bandos, valorando la necesidad de intervenir en la conversación, aceptando finalmente la decisión de volver a la posada y esperar pacientemente la llegada de Eilander. Quería hablar a solas con sus compañeros lo antes posible, pero la inesperada visita que les aguardaba en la Cabra de Mimbre obligó a retrasar ese momento.
Se acercó a Godric y a Elías, sorprendida de encontrar allí al pastor y preocupada por su estado
- ¡Buen Elías! - le dijo con dulzura - nos tranquiliza saber que estás a salvo, temíamos que hubieras corrido la misma suerte que alguno de los desdichados miembros de tu Comunidad, Iram los guíe hacia la luz - musitó con pesar, prestando atención a la información que estuviera dispuesto a compartir.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Leobald suspiró con resignación cansada y siguió a sus compañeros fuera del puesto de guardia. Percibió la animadversión de algunos de sus curtidos guardianes, peor nada podía hacer ahora por cambiar eso.
En la Cabra de Mimbre se estaba quitando el agua de encima cuando Mablung irrumpió en el salón y Elias se reveló de entre las sombras. Observó al caballero retirado. No parecía la misma persona orgullosa que dejaron atrás hace unos días. Sin duda los sucesos recientes habían alterado su semblante. Saludó discretamente a Elias mientras este se colgaba de Godric.
—La guardia nos está protegiendo, Mablung. Más bien cuida de que nuestro mensaje para el Capitán Eliander esté a salvo —aclaró al druida mientras se acercaba al fuego sin perder detalle de las palabras de Elias— ¿Has encontrado a ese otro druida? —comentó al elfo salvaje—. Lo cierto es que todo el mundo esta algo agitado desde ayer, recordad Ghostfinger. Es como si estuviera pasando algo importante a nuestras espaldas —dijo observando al agotado Elias—. Le escuchamos, Sir Ilaiah. Quizás esté todo conectado.
Dijo con amabilidad observando el impacto de sus palabras y cuanto Elias pudiera decir. Era consciente de que debía haberle costado un gran esfuerzo pulverizar la muralla de orgullo que había construido a su alrededor para venir a pedirnos ayuda. ¿O era aquello otra cosa? No perdió detalle del lenguaje corporal del pastor.
Insight 19
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[En las barracas]
El tendiente Kraddock miró con cierto interés las palabras de Godric acerca de su estrategia y sonrió cuando este acabó de exponer su sugerencia.
- Que vengan... La guardia de Saltmarsh no se esconde, le demostraremos lo que valemos... así les daremos una pedagógica lección a aquellos que quieran medrar en los asuntos de La Corona... No entiendo como un sacerdote insta a estas marrulleras tácticas de cobardía... pero entiendo que cada cual tiene su moral.
Nota para Adriana: Esta respuesta es a lo que me refería en nuestro privado.
[En la Cabra de Mimbre]
Elías parece más preocupado si cabe ante la historia que le narra Godric acerca del ataque acometido contra ellos a base de zombies mensajeros fabricados a base de pastores de La Comunidad. Aún así, se incorpora tras arrollidarse solicitando la ayuda y se sienta en una de las sillas justo al lado del sacerdote mientras éste le cambia las vendas con la maestría de un veterano en el campo de batalla y los triajes. El pastor parece mirar su mano, como si de repente fuera consciente de sus heridas para pasar a mirar gradualmente y con cierta ternura a Godric, sonrojándose en el proceso... mientras intentaba disimular su repentino rubor, aprovechó para responder a Mablung.
- Las minas y La Comunidad están muy distantes, y eso que nuestra comunidad es amplia y la conforman muchas granjas dispersas por las altas hierbas, pero la mina está situada en la costa y muy lejos de nuestra zona de influencia.
Una atribulada Adriana se acercó a la pareja para comunicar su consuelo y alegría al verle con vida, el azorado humano forzó una sonrisa para agradar y responder como es debido a la alta elfa, aunque sus palabras se quebraban parcialmente al responder.
- Si, estoy bien, pero muchos de nosotros como ya he comentado han empezado a desaparecer, todo empezó la noche misma en la que enterramos a Colton, ... de hecho... su tumba... fue saqueada y profanada la primera... Espero que la luz, fuerza y justicia de la triada proteja su cuerpo... Estas artes necrománticas aterrorizan a mi gente, son un pueblo sencillo de granjeros y pastores, que los muertos se levanten para volverse contra sus propios seres queridos es algo que rompe su corazón y su mente... puesto que los desaparecidos, solían volver como zombies sedientos de sangre y violencia. No hay nada peor que encontrarte a tu hermano hasta ahora perdido en el dintel de tu puerta o cabaña, para que éste intente desollarte vivo segundos después... Alguien quiere desestabilizarnos... quizás para interrumpir el flujo de grano y productos del campo hacia la ciudad... es una teoría... pero no tiene mucho sentido. Saltmarsh tiene sus propios campos y la pesca es casi milagrosamente apabullante... no lo entiendo... ¿Porqué está pasando esto?...
La reacción hasta ahora de súplica y cooperación del pastor cambió repentinamente cuando Leobald le mencionó directamente con el "otro" nombre... Sus ojos llenos de lágrimas, dejaron llorar en ese momento, para pasar a ser dos rendijas que rezumaban odio puro... oscuros como la noche misma... Godric, que seguía sanando sus manos, se dio cuenta como la que estaba tratando se había cerrado en un puño apretado, tan fuerte que sus nudillos se habían quedado blancos, y sus propias uñas se le clavaban en la palma. La otra mano aferraba con la misma fuerza el cayado, el sacerdote diría que podría incluso quebrar la recia madera que lo componía si seguía apretándolo con esa misma fuerza... La voz fue lo que más cambió, de repente grave, seria y casi como si perteneciera a una persona diferente, no se parecía en nada al timbre al que estaban acostumbrados al escucharle. Dirigiéndose al caballero, Ilaiah contestó con su gélida voz retirando la mano de las atenciones de Godric. Cualquier resquicio de ternura o debilidad había desaparecido por completo.
- Hay un grave problema con los muertos, habría que dejar a los que los que fenecieron hace mucho tiempo así, muertos... y centrarnos en el ahora. Aunque quizás me haya equivocado al venir, no estáis preparados.
Ni una voz quebrada, ni un titubeo, más parecía una sentencia o letanía que una frase.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Leobald enarcó una ceja por un momento y entrecerró los ojos fugazmente antes de componer gesto más amable.
—Desde luego, Elias, los muertos deberían seguir muertos, la vida ya es un reto suficientemente arduo —sonrió conciliadoramente—. Quizá no somos los héroes que querríais, pero haremos cuanto esté en nuestra mano por ayudar. Lamento mucho lo que la pasó a Colton, nadie se merece tal destino —trata de apelar al lado emocional de Elias mientras le mira a los ojos con infinita tristeza.
Calibrando el efecto de sus palabras, despacio, trata de ponerle una mano en el hombro, de manera que el contacto físico apoye sus argumentos conciliadores.
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Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
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Godric posó una mano apaciguadora en el antebrazo de Elias.
- Por favor Elias. Deseamos ayudarte igual que acudimos en vuestra ayuda cuando nuestros caminos se cruzaron. Fue la voluntad de Lathander al igual que lo es que os ayudemos. Creemos saber lo que ocurre. ¿Recuerdas la moneda que encontramos en el cuerpo de Colton? Por favor Elias, sientante y déjanos ayudarte a ti y a la comunidad que tanto te importa. -
Aprieta levemente la mano en su antebrazo intentando que le mire a los ojos a él y no al caballero.
- Por favor Elias... - repite - siéntate. -
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Mablung observaba la escena desde el calor de la chimenea preguntándose si el bueno de Elías sucumbirá a su lado más oscuro antes las provocaciones de sus compañeros. En caso de que lo hiciese no creía que sus compañeros ni el mismo fuesen rivales para el, claro que con los guardas de fuera...
-Creo que sería mejor que todos nos calmemos y si Elías quiere marcharse, que lo haga, sabemos dónde encontrarle. Creo que los problemas de no muertos en la región están conectados, por lo que esperaría a ver qué dice Eliander y tratar de ver la perspectiva global del problema-.
-En cuanto acabemos los asuntos que nos retienen aquí, iré a ayudaros- dijo Mablung. Aún quedaban días para el asalto al barco, quizás o pudieran usar ese tiempo para ayudarles.
-
Ilaiah se levantó lentamente de la mesa, conteniendo una ira que ardía como las llamas del mismísimo infierno en su interior. Apartó con rápidez la mano de Godric de su antebrazo, aunque no hubo mala intención en ese acto, simplemente era como si su tacto le quemara. Cuando la mano de Leobald se posó sobre su hombro, el bastón vibro por unos momentos, debido a que la mano que lo portaba pareció temblar...
- Colton ... era un asesino frío y despiadado... pagó por mi asesinato... no es difícil unir los puntos... me usó y manipuló, ... lo que le haya pasado a su cuerpo debería serme indiferente , sino es porque amenaza a mi gente dejaría que se pudriera por toda la eternidad... no pude hacerle pagar lo que hizo cuando estaba vivo... pero lo haré si está no-muerto. Buscaré el modo manteniendo mi promesa.
Ignorando las palabras de apoyo de Mablung, el ex-caballero se movió hacia la puerta para abandonar la posada, pero al salir por la puerta fue bloqueado por uno de los guardias de Kraddock, algo sorprendido de encontrarle ahí.
- Señor, no se puede entrar o salir del establecimiento hasta nueva orden... por favor vuelva al int...
Ilaiah no dejó acabar la frase al muchacho... interrumpiéndole de inmediato con una muy amenazante sentencia.
- O te apartas de mi camino... o te aparto yo mismo de tu patética vida... maldito crío, ... quizás debas volver corriendo a volver a mamar de los senos de tu madre mientras lloras...
El joven guardia parecio indignarse ante las hirientes palabras del "pastor", pero su error fue sacar la espada y apuntar a Ilaiah con la punta de su hoja. Todo pasó demasiado deprisa a partir de ese momento... El veterano combatiente de La Corona giró sobre sí mismo con una agilidad endiablada impactando con su cayado en la cabeza del soldado, un sonido sordo como a cráneo fracturado, a pesar del casco protector, o quizás de cuello colocado en una posición algo incompatible con la vida hizo caer como un fardo a la víctima de Ilaiah... De inmediato, media docena de guardias se había tirado encima del agresor, algunos con las lanzas en ristre y otros placándole para derribarlo al suelo... Un alarido de frustración mal agorero afloró de los labios del otrora "Carnicero" de La Corona.
- ¡¡¡Malditos...!!! ¡¡¡Os mataré a todos si es necesario... me alimentaré de vuestras almas insulsas!!!
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Desde la chimenea Mablung hizo un gesto de negación con la cabeza, malditos guardas de espada rápida y dijo en voz alta a los guardas:- Ese hombre es muy peligroso y seguro que cumple lo que acaba de decir, yo de vosotros me retiraría y le dejaría marchar antes de que mate a más de vosotros. Os podemos decir donde vive para que vayáis a buscarle más preparados, pero allá vosotros-.
Luego pensó para sí mismo, si un veterano retirado puedo hacer eso con un cayado a un guarda de élite, que los dioses se apiaden de esta ciudad si hay algún problema serio.
-[Antes de dejar las estancias de la guardia]
Molesto por el comentario de Braddock Godric contesta lo bastante alto cono para que los soldados le escuchen.
-Confundís astucia y compañerismo con cobardía pero el tiempo nos pondrá a cada uno en nuestro lugar-
[en la posada]
Esperad, dejad que..-comienza a decir Godric cuando todo se desmorona-¡Elias no!! -
El joven clérigo pasa al lado del enfurecido guerrero convertido en pastor y se arrodilla frente al caído guarda y solicito a lathander el poder de conservar el alma del guarda caído un poco más para poder curarlo. No sabía si sería posible pero tenía q intentarlo.
PbP Character: A few ;)