- No - Godric niega con la cabeza cuando el pequeño diablillo le contesta sobre la identidad de ella. Su estupefacción no le deja ver al iracundo enano que entra, hacha en mano, y se lanza contra Ostor.
- No... ¡espera!! -dice levantando las manos, pero es demasiado tarde y el diablillo desaparece, presumiblemente cortado por la mitad del enorme hacha enana.
Godric cae de rodillas, toda su anterior furia desaparecida como el diablillo que podía haberle aportado las respuestas que tanto ansia su alma.
- no no no no - repite. Mira furioso a Brondir y su mirada respalda las palabras de Khalion, pero la derrota se apodera de él.
Se levanta y se sienta en una silla.
- Él sabía... - dice desesperado mirando a Adriana - Al menos podría haber averiguado algo antes de... ahora estamos como antes. O incluso peor... yo... no entiendo nada.- dice abatido.
Mira a Mablung, y luego al resto de sus compañeros.
- Khalion por favor- le dice - ya no tiene caso y Mablung tiene razón, si vamos a viajar juntos es mejor que lo sepáis todo. En realidad si no lo he contado antes es porque... bueno... no parecía importaros, al menos no a todos -añade mirando a Adriana y esbozando una tímida sonrisa de agradecimiento - y porque lo que he encontrado desde hace meses es esa actitud de culpar y juzgar sin preguntar que has mostrado antes -añade mirando a Mablung. - Disculpa la brusquedad de mis palabras, tú también Leobald, pero... lo que parecía saber Ostor es de vital importancia y saber que estaba bajo la influencia de la luz de Lathander... era una ocasión que no podíamos desaprovechar -añade cargando de intención sus últimas palabras mirando al furibundo posadero.
Después suspira y ordena sus pensamientos.
- Este es pues, un buen momento para contaros todo, como sabéis no puedo mentir, pues Lathander me mira con su luz y me juzga. Esto mismo hice con Bastianes cuando le solicité hablar con él a solas -comienza confesando y mira a sus compañeros a los ojos - espero que vosotros seáis distintos. Perdóname Adriana si me repito. En los baños de la casa de Elías tuve una pesadilla... quizá una visión... - dice llevándose la mano al pecho donde aún quedaban restos de la marca que había aparecido en él. - Adriana lo vio y me preguntó y le conté todo. Fue la primera persona que me escuchó de verdad. -
Toma aire y cierra los ojos un segundo, reuniendo fuerzas para contar lo que para él, es un duro ejercicio ya que aviva los recuerdos más dolorosos de su joven vida.
- Alda era la hija del noble más importante del distrito de Baldur's Gate donde fui asignado tras la campaña contra la Horda - comienza - Ella era la hija de sus primeras nupcias, un par de años mayor que yo, nos conocimos en las segundas nupcias de su padre,estaba tan hermosa en aquel vestido verde que por unos instantes olvidé las palabras de la ceremonia - sonríe melancólicamente al recordar aquellos momentos. El sonrojo vuelve. - Sé que no debía, pero cuando ella me sonrió y habló conmigo supe que estaba perdido. Yo... me enamoré perdidamente de ella. Por alguna razón que solo los dioses comprenden ella me correspondió. Fueron los meses más felices de mi vida. Por supuesto debíamos mantenerlo en secreto y debo decir que hicimos un gran trabajo, Demasiado bueno quizá. - su rostro se ensombrece. Su mirada se pierde en un punto más allá de Mablung y la propia posada, perdido en sus recuerdos.
- Una noche, estando en sus aposentos sin que nadie lo supiera, y tras comunicarle mi intención de dejar la iglesia de Lathander para poder estar juntos y esperar que la fortuna de mi familia fuera suficiente para que su noble padre considerara mi petición de su mano, entraron unos encapuchados a la habitación. Nosotros estábamos... distraídos en ese momento. Lo único que recuerdo fue que Alda gritó y antes de que pudiera girarme algo me golpeó la cabeza y caí inconsciente. -traga saliva -lo siguiente que recuerdo fue que desperté en una cámara subterránea bajo las mazmorras del castillo. Estaba encadenado a la pared y la nueva esposa del duque estaba realizando alguna especie de ritual demoniaco. Alda estaba encadenada a un altar de piedra negra frente a un portal en llamas del que salía un fuerte olor a azufre y ella... ella levantó una daga de acero rojo y la clavó en el pecho de Alda. - Las lágrimas corren por las mejillas de Godric pero continúa hablando - Supliqué que no lo hiciera, que me matara a mi... pero...yo... no puede hacer nada yo... la vi... morir... -
Se limpia los ojos y se endereza un poco para seguir con su relato.
- Algo se rompió dentro de mi. Rogué a Lathander que me diera fuerzas, que me liberara... algo comenzó a salir del portal en llamas y se acercó al cuerpo de Alda. Y entonces pasó. Lathander escuchó mis plegarias y me liberó. Su fuego purificador arrasó a los matones y a la bruja. Yo estaba desarmado pero tenía los grilletes. Golpee y golpee y golpee una y otra vez el rostro de aquella endemoniada mujer que me había arrebatado mi corazón. Ella solo se reía. No importaba lo fuerte que la golpeara ella seguía riendo. Hasta que no lo hizo más. Con las manos ensangrentadas me dirigí hacia Alda. Rece a Lathander desde lo más profundo de mi corazón para que la curara, para que la trajera de vuelta a mi, que me llevara a mi y le permitiera vivir a ella -hace una pausa - durante mucho tiempo pensé que Él me había abandonado por mis pecados. Que mi debilidad había provocado que ella muriera. Ahora comprendo que fue mi miedo y mi culpa lo que lo provocó, ya que mi dios nunca me dejó... puede que... puede que ella estuviera lejos de su alcance... - pese a sus palabras es evidente que aún está intentado procesar todo esto. Son demasiadas cosas muy complejas en poco tiempo - Yo sostenía su cuerpo sin vida con las manos manchadas de la sangre de su asesina y de la suya propia, y entonces Alda me sonrió. No con aquella dulce y hermosa sonrisa que iluminaba la estancia, si no con una macabra y malévola sonrisa que deformaba su bello rostro. Y habló. No con su voz si no con la de decenas de almas condenadas. Me ofreció un trato, me ofreció poder. Yo no quise escuchar. Le exigí a aquel ser que liberara a Alda, que saliera de su cuerpo. La criatura se rio, dijo que ella era parte de él ahora, de una manera que yo no podría comprender jamás, que la poseía como yo nunca podría haberlo hecho. Que era suya y que yo pronto lo sería. No sé cómo llegó la daga roja a mi mano, solo se que supe que aquello que tenía delante no era mi amada, que aquel demonio debía ser detenido. Lo único que podía hacer era... era cortar su puente con nuestro mundo. -
Sus manos tiemblan.
- Lo hice. La apuñale, atravesé su corazón y perdí mi alma. Hubo un estallido de llamas y el ser gritó. El portal se cerró.Yo... la... maté... -
Suspira.
- No sé cuanto tiempo pasó hasta que los guardias me encontraron con ella entre los brazos, mis manos llenas de su sangre. El resto... podéis imaginarlo.Fui acusado de infernalista, el noble padre utilizó todo su poder e influencia para que mi confesión no fuera escuchada. Supongo que no podía permitirse el escándalo de saberse que se había casado con una infernalista. Al cabo de unas semanas de... torturas - Adriana se da cuenta del cambio de expresión cuando le contó la historia a ella. En aquella ocasión había utilizado un eufemismo. Ya fuera por la influencia del hechizo o porque Godric había decidido llamarlo por su nombre, la sutil diferencia no se le escapó a la hechicera. - la Iglesia me excomulgó, era evidente que Lathander me había abandonado por mis graves pecados, y fui condenado. En las termas la via ella, rodeada de llamas, ardiendo, pidiéndome ayuda... yo... pensé que la había salvado pero puede que haya condenado su alma... siendo totalmente sincero temo que Ostor se refiriera a ella hace un rato. Por mi fe os digo que no tengo ni idea de que iba todo eso de amo o que debía protegerme. Mi intención era acudir a algún clérigo para que me ayudase a determinar si estaba maldito o no... alguien libre de la influencia de los prejuicios, o de las manipulaciones políticas. Bastianes sabe todo esto, pero me pidió pruebas para poder actuar -se encoge de hombros - supongo que está demasiado encorsetado en sus leyes y papeles, pero no le falta razón, sin pruebas no podré limpiar mi nombre. Lo cual, dicho sea de paso, me preocupa poco salvo por el perjuicio que le causa a mi familia, lo que me importa es liberar el alma de Alda a la que parezco haber condenado. -
Mira a sus compañeros esperando su reacción. Al menos saben que no puede mentir.
- Algo sé por mis estudios - añade pensativo, recordando todas las palabras de Ostor - de ese objeto que decía estar buscando... -
Leobald intercedió entre Brondir y Khalion con su propio cuerpo para calmar las cosas. Con una mirada severa reprendió a ambos mientras Godric comenzaba a desgranar su terrible historia. Cuando estuvo seguro de que aquellos dos no llegarían a las manos, se cruzó de brazos y escuchó con atención al joven clérigo. Dedicó una mirada discreta a Adriana cuando fue mentada. Cuando finalmente Godric agotó sus palabras carraspeó.
—Os alabo la valentía por tales revelaciones, joven Godric —asintió al joven con gesto paternal—. También creo que las palabras de un diablo tienen el valor del papel mojado. Vuestro conjuro obliga a la verdad pero la omisión es otra forma de mentira. A saber qué se calló ese ser. Pero eso va por todos —suspiró pesadamente—. Si hemos de seguir en esto como equipo deberíamos desterrar la sombra de la duda entre nosotros o daremos armas a ese maestro de las mentiras. Hablo de exponer el motivo y las circunstancias del encierro de cada uno de nosotros —miró al resto—. Los secretos nos hacen más débiles ¿Os parece?
Afilada cimitarra apurando barriga enana hasta casi cortarla, suficiente para que improvisado mesonera sintiera el frío acero, amenazante, presto. Separándose, despacio tras poner a prueba los redaños del minero mesonero cuando sus compañeros lo pedían, regalando a su ego el sabor de un triunfo que le ahorraba mas impertinencias a futuro. Sin dejar de mirar a los ojos del enano y su reacción concluyó con él. -¿Estamos bien? ¿Hemos entendido o hay que aclarar algo pendiente? -antes de guardar su cimitarra.
Zanjado un asunto, al siguiente. El monólogo del joven humano solo necesitaba un brebaje y unas olivas. Escuchó atento.. otra versión. - El varón Greystone..-comenzó, sabedor que tal dato no había salido de boca del joven.- está moviendo cielo y tierra muchacho y sus sabuesos ya en Cormyr acechan. -primer consejo aasimar siempre es gratis.- Si unirte a madrastra e hijastra quieres evitar, esfuerzate mas en disimular tus andanzas..- dándose unos toques en su máscara a modo de furtivo ejemplo.- No dejes que Chak te vea, o será su cara lo último que veas.. antes de que lleve tu cabeza al varón..
Asunto segundo también aviado, siguiente. Experimentado, y en demasía hábil humano propuso su particular tábula rasa, la preferida de la gente de corte y poderío, que pasa por exigir y dar ejemplo pero con caso ajeno. Sinceridad requerida mas la propia reservada. Pese a sus maniobras, parecía justo. -Que bonito. En mi caso, asesino de Tieflings, entre otras.. razas y responsable de la muerte de una Tiefling por la que me entregué..- su voz hasta podía parecer afectada.. - Y relacionado con un exterminio de elfos.. aún por zanjar. -repitió casi palabra por palabra las acusaciones, certeras, de Bastianes.
TocToc observó sorprendido el ataque del enano sin poder reaccionar. La existencia de la malvada criaturita, tan rápido como había aparecido, se había desvanecido. Pero...
La falta de cuerpo le intrigó y se preguntó si realmente estaba muerta, o solo se escondía. Con disimulo observó allá donde había estado y allá a donde podría haber ido a parar tras el impacto del hacha. Aprovechando la distracción del ataque de Khalion y la emotiva confesión de Godric, se aproximó a donde sospechaba que podía estar Ostor, o su pequeño cadaver, para observar con más detalle.
Después, cuando Leobald pidió revelar los secretos le miró con indignada sorpresa. Como podía pedir expiaciones unas horas después de que se confesase ante Godric, Leobald y Adriana y explicase porque no quería hacerlo más en profundidad en un lugar como aquél.
- Godric, según cuentas, tus intenciones fueron honestas. Quizás esos demonios lo que persiguen es corromper tu fe con artimañas dilemas imposibles. Persevera en tu recta determinación.
Al fin dirigiéndose a Leobald le contestó - No es el lugar, ni el momento de algo así. Aún así te contestaré brevemente. Los innumerables cargos asociados a una vida de bandolerismo, imputados a la persona de TocToc, en líneas generales, son ciertos. Y yo me manifeste como culpable en el juicio. - Explicó con cierto grado de resentimiento a Leobald que le había puesto en aquella situación.
Antes de que Adriana pudiera responder a Ostor, los acontecimientos se precipitaron y se sucedieron como las piezas de un dominó exquisitamente colocadas.
Sorprendida primero por la efusividad de Godric y sobre todo por el matiz de violencia y rabia contenida en los comentarios dirigidos a unos y otros, se acercó a él para intentar calmarle cuando el enano cargó contra Ostor sin que nadie le detuviera. Entonces Khalion dirigió su rabia hacia el nuevo posadero, reconociendo la elfa la misma actitud en el pícaro que cuando la arrojó por las escaleras. Lanzó una mirada de urgencia a Leobald, para hacerle saber que quizá volvía a estar bajo el influjo de aquello que se apoderó de él días antes, instándole a la prudencia.
Afortunadamente, la intervención del caballero calmó los ánimos, mientras Godric se sinceraba ante todos narrando la historia de la que Adriana ya era partícipe. Le sostuvo una mano delicadamente, ofreciéndole apoyo y fuerza, sabiendo el dolor que le producía revivir su tormentoso pasado. Pero las palabras del diablillo sobre el clérigo la hicieron recapacitar. ¿Sería posible que hubiera sufrido algún tipo de amnesia y no recordara una parte de su vida, siendo la clave de toda o de parte de la verdad la información de Ostor?
Escuchó la proposición de Leobald y cómo alguno de sus compañeros accedían a narrar sus historias. Tras unos minutos escrutando la habitación en la que se encontraban, Adriana intervino.
- No me opondré en absoluto a exponeros mi historia en cuanto esté segura de que Ostor no nos escucha. Estoy convencida de que sigue aquí, invisible y relamiendo sus heridas. No creo conveniente revelar nuestros secretos ante un ser que vendería nuestra información al mejor postor; ya lo está haciendo con la de Sanbalet, nosotros somos el mejor ejemplo. Nos traicionará sin pensarlo si eso le reporta más beneficio del que le podemos proporcionar. Y aunque no lo haga, traicionarnos, dispondrá de un material precioso que no dudará en utilizar en nuestra contra incluso para chantajearnos. Es un manipulador nato. No - declaró, convencida - no hablaré hasta saber de su paradero.
Rollback Post to RevisionRollBack
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
-Ja- contesto Mablung ante la idea de Leobald:- proponéis contar nuestra historia pero vos y nuestra querida elfa, no lo hacéis, bonita forma de ganaros la confianza.-
Volviendose hacia Godric:- Si todo lo que dices es cierto no mereces estar aquí,¿ aunque me extraña que la iglesia de Latahander no tenga medios para saber si vuestra historia era verdad, no?. Sea como sea creo que os debo una disculpa, hay fuerza tras vuestros lloros, quizás deberías llorar menos y mostrarla más.-
-Respecto a mi historia y el por que estoy aquí no es un secreto, los druidas asaltamos Saltmarh en nuestro camino hacia la isla de los alquimistas nuestras manos están manchadas con la sangre de de la gente de esta ciudad. - En el tono de voz no se aprecia arrepentimiento y si cierta furia contenida.- Quizás si nos hubiesen ayudado en nuestro momento de mayor necesidad...pero decidieron mantenerse al margen y pagaron parte del precio...el resto me temo que se lo cobrará el corazón del bosque...
Godric apretó la mano de Adriana en agradecimiento y contesto resto
- No te falta razón. - respondió a Mablung - Respecto a la Iglesia el Conde es poderoso y no quisieron escuchar ni lanzar el hechizo que yo acabo de usar. Digamos que no todos los miembros de la Iglesia son tan... piadosos.-
Se volvió a Khalion algo incrédulo
- ¿Ha puesto precio a mi cabeza? Siempre me pregunté porqué no ordenó mi muerte cuando los guardias nos encontraron. Te agradezco el consejo pero me temo que una máscara no sería suficiente para ocultarme. -
Ante las palabras de Adriana miro a su alrededor como si las sospechas de la elfa pudieran conjurar de nuevo al diablillo en algún punto cercano.
Sentía un pulsante dolor de cabeza. Demasiadas emociones.
- No me sorprende, como siempre haces Mablung, que interpretes mis palabras o mis actos para amoldarlos a la preconcebida idea que tienes de mí - hablaba tranquila, mirándole directamente - Creo que he expresado con claridad la razón por la que no hablaré en este momento; no me intimidan tus acusaciones, no necesito tu aprobación, y menos si el precio es brindar información a un ser del que no me fío y que puede traernos muchos problemas. Eres libre de compartir con nosotros tu pasado, al igual que yo lo soy de no hacerlo en estas circunstancias. -
Rollback Post to RevisionRollBack
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
This post has potentially manipulated dice roll results.
Tirada Secreta de Stealth... del master, nada importante que ver aquí de momento :P Stealth: 18
Brondir gritó de terror al ver la mirada de la muerte azul directamente agarrarle del cuello y levantarle un palmo del suelo, intentando zafarse torpemente empezó a emitir alaridos suplicando a los demás "agentes" ayuda...
- ¡¡SOCORRO!!, este tío loco me va a matar, ¡apartadlo de mi....!
Al ver como los demás simplemente hacían gestos de quitarle importancia al asunto, o como mucho le dirigían unas palabras de calma al psicópata enmascarado, el enano agudizó su voz un poco más mientras llamaba a la guardia.
- ¡A mi la guardia de Saltmarsh! ¡Un importante activo de la corona está siendo atacado!
Al saberse que nadie podría oírla puesto que la alta elfa se había asegurado de cerrar puerta y ventanas cercanas, el minero enano comenzó a sollozar hasta que por fin Leobald se interpuso y dio fin a esa situación. Un repentino hedor a heces pudo ser olfateado por todos los cercanos a la lamentable escena.
Lleno de temor, Brondir dio un paso atrás separándose del loco que le había amenazado... dirigiéndose a él con palabras apenas audibles.
- Quedas expulsado de mi posada, me da igual lo "agente" que seas, ... no te quiero aquí nunca más...
Tras esto, salió por la puerta trasera con cierta prisa para... asearse los bajos.
Con la calma de los hombres justos Leobald encajó la desconfianza de Mablung y asintió a la elfa. Echó mano de nuevo de su don para ver si el imp o algún otro mal estaban aún entre ellos.
Tras unos momentos, el caballero se frotó a sien.
—El diablillo no está aquí, debe haberse ocultado en alguna parte —confirmó a Adriana—. En cuanto a mí, cumplo condena por la muerte a Lord Balsih de Leverhound, a quien traté de detener en lo que creía que era un castigo injusto y desproporcionado. Lord Balsih iba a pisotear a aquel ladronzuelo hasta la muerte con su caballo. El muchacho había robado una pieza de la cubertería de plata de su set de viaje —aclaró con voz átona y suspiró—. Tomé las riendas de la montura del lord, se encabritó tirando a su jinete y este se rompió le cuello —explicó con expresión lacónica—. Aunque no fue nunca mi intención, yo le maté —admitió con cierta tristeza—. Todos somos responsables de nuestros actos. Aunque hacía años que ya no pisaba los salones de los Tenhall, mi apellido me salvó de la horca, y me envió a Ghostfinger —asintió a Mablung.
- Gracias Sir Leobald - contestó tomando asiento en uno de los sillones cercanos a la chimenea. Perdió su mirada en la profundidad de las llamas, intentando concentrarse y recordar todos los detalles de aquella noche. Tras unos segundos de silencio y con una voz dulce, comenzó su relato.
- Pocos meses habían transcurrido desde que comencé mis estudios de brujería y menos tiempo aún desde que Iram, Guardián de los Lugares Sagrados, se presentó ante mí para ofrecerme el pacto celestial que nos uniría en adelante. Yo me esforzaba por aprender lo más rápido posible, pero reconozco que era una novata… y que aún lo sigo siendo. Muy poco después, una noche templada de primavera, Iram requirió de mi presencia de forma urgente para acudir al claro del bosque en el que solía realizar mis oraciones y estudiar. Le pregunté preocupada qué ocurría, pero sus respuestas fueron imprecisas y vagas. Lo único que me esclareció fue que una oscuridad de una maldad inimaginable se estaba apoderando de aquel lugar y me necesitaba para canalizar su poder e intentar combatirla.
Sin insistir en más preguntas y dada la gravedad de la situación, acudí presta al claro con mi bolsa de ingredientes para rituales. Al llegar, una bandada de luciérnagas me acompañaron hasta el dolmen en el que solía practicar y allí Iram me pidió que recitara con él unas palabras en un lenguaje desconocido que no fui capaz de entender. De pronto, entre las sombras de los árboles, pude detectar una presencia tan oscura como nunca antes había sentido, de tal magnitud que la vegetación comenzó a marchitarse desde la arboleda. Avanzaba con rapidez, queriendo alcanzarme y alcanzar el pequeño santuario, pero conseguí no sucumbir a su fuerza y su poder. Los rezos de palabras extrañas continuaban, como si Iram hablara a través de mí. Justo en el momento álgido del cántico protector, mi cuerpo empezó a elevarse del suelo alzándome unos metros. Entonces, comencé a sentir mucho dolor, un dolor agudo que se generaba en mis entrañas y pugnaba por salir al exterior. Al borde del desfallecimiento, grité con todas mis fuerzas provocando un estallido de energía que salió disparada en todas direcciones. Las últimas palabras que recuerdo antes de perder el conocimiento se grabaron a fuego en mi memoria: "mi querida niña de luz, no hemos llegado a tiempo…"
Cuando recobré el conocimiento horas más tarde, ya no podía sentir la presencia de Iram y la imagen a mi alrededor era desoladora. El bosque que tanto había protegido había sucumbido a aquel mal; la vegetación, los animales, hasta incluso el mismo aire había sido corrompido. Todo destruido, excepto el claro en el que me encontraba - los ojos de Adriana se llenaron de lágrimas en este punto, pero ninguna se derramó. Tragó saliva, recobrando la compostura, y prosiguió mirando esta vez a sus compañeros- Súbitamente apareció la guardia de los caballeros púrpura, rodeándome y apuntándome con sus alabardas. Yo era la única superviviente, tenía un kit de rituales, todo parecía corroborar mi culpabilidad. Intenté explicarme en el juicio pero fue en vano, no me creyeron. Solo mis años de servicio impecable a la Corona me salvaron de la pena capital. No he vuelto a tener contacto con Iram desde ese momento, no he podido resolver mis dudas ni hacerle las preguntas que me han atormentado todo este tiempo- hizo una pausa y su voz sonó más triste - la hija de Bastianes… ni siquiera sabía que se encontraba en aquel bosque, fui consciente de ese desdichado accidente cuando él mismo me lo comunicó junto a vosotros, en la torre- guardó silencio durante unos momentos, meditando sobre algo de lo que parecía no haberse dado cuenta anteriormente; su frente se arrugó, extrañada - ahora que revivo esa noche… me pregunto... si la destrucción que presencié en ese bosque pueda estar relacionada con la podredumbre que nos ha ido… persiguiendo… durante estos días... - miró preocupada e interrogante al resto, con un miedo creciente de que sus sospechas fueran plausibles.
Rollback Post to RevisionRollBack
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Godric asintió a las palabras de Leobald. Lo suyo era poco más que un accidente sin embargo el caballero había optado por cargar con la culpa de la muerte del que parecía un déspota. El destino que le había acontecido se le antojó excesivo al clérigo. Y Adriana. Se acercó a ella y posó una mano en uno de sus hombros, ofreciéndole apoyo y consuelo con su contacto.
Los dos nobles se habían visto arrastrados por la burocracia y la implacable rueda de una justicia ciega, que no imparcial. Aquello no estaba bien.
- Siento mucho lo que pasó Adriana. ¿Sabes qué o quién era esa entidad que se acercó al claro? -pregunta Godric a Adriana
Adri correspondió al clérigo con otra suave caricia sobre su mano, agradeciéndole así su apoyo.
- Lamentablemente no. Iram no me dio más explicaciones. Recuerdo que me dijo que no le correspondía a él responder a mis preguntas. No insistí y no sé cuándo tendré la oportunidad de comunicarme de nuevo con él. Pero quizá…- dijo observando esta vez al druida - quizá Mablung pueda arrojar algo de luz... ¿conoces hechos similares acaecidos en los bosques de Draedwood?¿Crees que puede estar todo interrelacionado?
Rollback Post to RevisionRollBack
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Con un sonrisa irónica Mablung, señalando a Godric, Adriana y Leobald, dice:- Sois unos pobres diablos con mala suerte. Estabais en el peor momento y en el peor lugar y eso os ha conducido a estar en compañía de de nosotros tres- indicando a Toc Toc, Khalion y el mismo- Pero de todas vuestras historias hay algo que no me cuadra...Adriana-
-Estamos todos sujetos al circulo de la verdad de Godric, por lo que no podéis mentir, por lo que si ya no podéis sentir la presencia de Iram... ¿que podéis decirnos de Spark? Si vuestro poder proviene de él, entiendo que Spark también, ¿si no notáis en él la presencia de vuestro señor...quizás es que no sea lo que pensáis? Sirva como ejemplo al difunto Ostor.
- Por otro lado si todo lo que decís es verdad y esa presencia oscura que acabo con tu santuario te está siguiendo...acabas de llevarla hasta el único circulo druida que queda en las cercanías. Debo de avisar a Golfrin para que este alerta.-
Adriana meditó unos segundos, intentando buscar las palabras adecuadas:
- Digamos que…. - entrecerró los ojos, alzando su mirada hacia arriba, para volverla a posar en el druida - desde aquel día, no he vuelto a sentir el aura de protección que me acompañaba siempre. Es como si se hubiera debilitado… o diluido… - movió la cabeza de un lado a otro - Para serte sincera, no lo sé. Quizá Iram sufrió un gran daño aquella noche, pero dudo que haya desaparecido puesto que mis poderes siguen intactos. Puede que precisamente enviara a Spark para protegerme y ayudarme ahora que él parece estar… distante... - se encogió de hombros, dando una clara muestra de desconocer los motivos - pero si hay un mínimo ápice de duda sobre mi familiar, siempre podemos pedirle a Sir Leobald que utilice sus habilidades, si a él no le supone una molestia o un perjuicio; al fin y al cabo es lo que determinó la naturaleza vil y maligna de Ostor. Te aseguro, Mablung, que sería la primera interesada en descubrir algo así -
Cuando el druida mencionó a Golfrin y su plan de informarle sobre sus sospechas, la elfa contestó con seguridad - Creo que es lo más sensato, sin duda. Y ya que pareces carecer de información sobre ataques similares, puede que él haya escuchado algo que pueda ayudarnos - le observó con atención tras estas palabras.
Rollback Post to RevisionRollBack
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Mablung se detiene a pensar y dice-No me suena lo que mencionas. Los círculos del bosque cayeron ante el ataque de los alquimistas, no recuerdo haber oído de una corrupción así en Dreadwood. Por lo que sabemos, aparece en lugares donde tú has estado, tu santuario, la cabaña del fuerte y aquí. Si mi teoria es correcta, pero es solo una elucubración, deberíamos pasar por la casa de Sanbalet y ver si ahí hay restos de una corrupción así.-
Leobald suspiró cansado de todo aquello, con los brazos cruzados.
—Desde luego no será hoy cuando vuelva a usar el don. La hacienda Goldtsone, veo por donde vas, Mablung —suspiró con tristeza— y seguramente tengas razón. Por lo visto todo el mundo tiene trapos que lavar. Seré claro —añadió lacónicamente—, el don me ha rebelado que a Godric y a Adriana les acecha un mal que no había percibido antes. Debéis cuidaros de él. Pero el que me preocupa eres tú Khalion —encaró al enmascarado—, llevas la mancha de algo nefando y peligroso, al menos desde el incidente del mercado. Tus arrebatos de ira tienen algo que ver en todo ello. Sugiero que visitemos el Templo de Akadi antes de que sea demasiado tarde para ti —comento con un suspiro cansado—. Deben examinarte ojos más duchos que los míos.
-Mi nacimiento fue anunciado por distintos augurios que pocos interpretaron.-respondió al humano- Desde que nací era el juego y objeto de deseo de todo despreciable y malvado.. como tu adorada corona. -despojándose la máscara clavo sus ojos azules, sin pupila ni iris en Leobald. -Esta máscara evita que bravos y curiosos vengan a encontrar certera muerte bajo mi acero. No somos tan distintos, pues aquí nos encontramos ambos por una vida perdida, en mi caso, inmerecida. Soy esa persona a la que recurre la gente a quien poder y justicia da la espalda. De no haber ejecutado a ese malvado caballero, yo hubiera sido el único recurso que a su familia le quedaría.-reconoció.-Cuando tenga un arrebato de furia, creeeme que lo reconocerás.. mientras tanto, no confundas con vigorosa tey efectiva atralidad..
-Si Chak te ve serás otro inocente muerto..-respondió al joven clérigo- ..y si de otra manera te reencuentras con tu amada, llevaré tu ya no útil cabeza para cobrar el trabajo.-Reconoció, aliviado por poder decir las cosas como son y no como necesitan ser escuchadas. Ojalá siempre aquel círculo de verdad.
-Tres de seis.. -sonrió ante las palabras de Mablung.- Anoche en los sótanos de la Red Vacía, de haber preguntado, 12 de cada 10 también eran inocentes. Por eso, -dirigiéndose al enano mesonero.- Brondir, mejor tener acero a tu lado, verdad.. reitero que todo está en paz, mismo bando, amigo.. dejando hacer a los agentes.
Mientras todos añadían sus historias rebuscó entre sus bolsillos. Oculto, en uno de ellos, dio con la moneda, sacándola y jugueteando con gráciles volteretas del trozo de metal sobre sus nudillos. No apreciaba aquellos poderes que Julius había sentido. ¿Habrían accedido ya a sus recuerdos y pensamientos?
-Julius, los gremios del hampa, diablillos y todo aquel que nos hemos cruzado, incapaces todos de mostrar el valor y poder de la moneda.. y el ansia que en tanta calaña despierta. -La sujetó con indice y pulgar, hacia el resto de reos.- Aguarda poder, pero solo conozco el valor que otros le dan y no aquel que realmente tiene. Una decisión debe ser tomada, y quizá otro portador. ¿Ideas?.
TocToc miró hacia donde había estado antes Ostor. Si estaba escondido en algún lugar quizás también se había escondido de los poderes del paladín. Pensó en interrumpir a Adriana, pero consideró que el diablillo posiblemente estaría efectivamente más preocupado en salvar su vida que en quedarse para una repentina e impredecible ola de confesiones. Si ella recordaba las palabras que pronunció, quizás se podría elucidar parte de lo que pasó en el claro, "pero más adelante"... pensó.
- !Más tarea que investigar! Pero aún así no deberíamos separarnos.
Señalando al piso de arriba añadió. - Cuando llegamos a la prisión no teníamos apenas pertenencias. Si hemos obtenido la caja demoniaca, posiblemente sea uno de los objetos que saqueamos de Sambalet. Esa teoría cuadraría con los hechos... Ostor estaba siguiendo la pista del objeto, sus pasos le llevaron a la guarida de Sambalet, donde fue apresado.
- Aparentemente Mablung es el más competente de entre nosotros, y poco sospechoso de pactos e influencias con seres malignos. Propongo que la moneda la porte él.
Leobald suspiró alejándose unos pasos para mirar por la ventana, algo ausente, como si hubiera desconectado de la conversación mientras Khalion hablaba. No podía pretender ayudar al que no requería de ayuda así que en adelante no volvería a hacerlo. Eran compañeros forzosos y nada más, no tenía nada que ver con todos ellos, le hubiera gustado que hubiera algo, deseaba que lo hubiera, pero las revelaciones de aquel día tiraron abajo los velos de ideas preconcebidas. Había tenido un buen presentimiento con este grupo, eso pensaba honestamente hasta hace unos días, pero solo se había engañado a si mismo. Solo eran reos, asesinos, criminales o algo peor. Elfos y hombres, volvían a decepcionarle. Cuando volvió con los demás parecía más frío, más distante, cansado.
—Si Mablung no lleva la moneda lo haré yo, hasta la fragua más próxima. Esa moneda no sirve sino al latrocinio y el asesinato. Fundirla sería lo mejor en este punto —añadió con voz átona—. Por lo demás, si no vamos al templo, tenemos una reunión en el Consistorio esta tarde. Estaré arriba hasta entonces. Ha sido una noche muy larga, si me permitís —se disculpó retirándose a su habitación— Toc Toc, ¿sería posible que me prestarais alguno de vuestros tomos? ¿El referente a la costa tal vez? —preguntó cortésmente antes de subir las escaleras.
- No - Godric niega con la cabeza cuando el pequeño diablillo le contesta sobre la identidad de ella. Su estupefacción no le deja ver al iracundo enano que entra, hacha en mano, y se lanza contra Ostor.
- No... ¡espera!! - dice levantando las manos, pero es demasiado tarde y el diablillo desaparece, presumiblemente cortado por la mitad del enorme hacha enana.
Godric cae de rodillas, toda su anterior furia desaparecida como el diablillo que podía haberle aportado las respuestas que tanto ansia su alma.
- no no no no - repite. Mira furioso a Brondir y su mirada respalda las palabras de Khalion, pero la derrota se apodera de él.
Se levanta y se sienta en una silla.
- Él sabía... - dice desesperado mirando a Adriana - Al menos podría haber averiguado algo antes de... ahora estamos como antes. O incluso peor... yo... no entiendo nada. - dice abatido.
Mira a Mablung, y luego al resto de sus compañeros.
- Khalion por favor - le dice - ya no tiene caso y Mablung tiene razón, si vamos a viajar juntos es mejor que lo sepáis todo. En realidad si no lo he contado antes es porque... bueno... no parecía importaros, al menos no a todos - añade mirando a Adriana y esbozando una tímida sonrisa de agradecimiento - y porque lo que he encontrado desde hace meses es esa actitud de culpar y juzgar sin preguntar que has mostrado antes - añade mirando a Mablung. - Disculpa la brusquedad de mis palabras, tú también Leobald, pero... lo que parecía saber Ostor es de vital importancia y saber que estaba bajo la influencia de la luz de Lathander... era una ocasión que no podíamos desaprovechar - añade cargando de intención sus últimas palabras mirando al furibundo posadero.
Después suspira y ordena sus pensamientos.
- Este es pues, un buen momento para contaros todo, como sabéis no puedo mentir, pues Lathander me mira con su luz y me juzga. Esto mismo hice con Bastianes cuando le solicité hablar con él a solas - comienza confesando y mira a sus compañeros a los ojos - espero que vosotros seáis distintos. Perdóname Adriana si me repito. En los baños de la casa de Elías tuve una pesadilla... quizá una visión... - dice llevándose la mano al pecho donde aún quedaban restos de la marca que había aparecido en él. - Adriana lo vio y me preguntó y le conté todo. Fue la primera persona que me escuchó de verdad. -
Toma aire y cierra los ojos un segundo, reuniendo fuerzas para contar lo que para él, es un duro ejercicio ya que aviva los recuerdos más dolorosos de su joven vida.
- Alda era la hija del noble más importante del distrito de Baldur's Gate donde fui asignado tras la campaña contra la Horda - comienza - Ella era la hija de sus primeras nupcias, un par de años mayor que yo, nos conocimos en las segundas nupcias de su padre,estaba tan hermosa en aquel vestido verde que por unos instantes olvidé las palabras de la ceremonia - sonríe melancólicamente al recordar aquellos momentos. El sonrojo vuelve.
- Sé que no debía, pero cuando ella me sonrió y habló conmigo supe que estaba perdido. Yo... me enamoré perdidamente de ella. Por alguna razón que solo los dioses comprenden ella me correspondió. Fueron los meses más felices de mi vida. Por supuesto debíamos mantenerlo en secreto y debo decir que hicimos un gran trabajo, Demasiado bueno quizá. - su rostro se ensombrece. Su mirada se pierde en un punto más allá de Mablung y la propia posada, perdido en sus recuerdos.
- Una noche, estando en sus aposentos sin que nadie lo supiera, y tras comunicarle mi intención de dejar la iglesia de Lathander para poder estar juntos y esperar que la fortuna de mi familia fuera suficiente para que su noble padre considerara mi petición de su mano, entraron unos encapuchados a la habitación. Nosotros estábamos... distraídos en ese momento. Lo único que recuerdo fue que Alda gritó y antes de que pudiera girarme algo me golpeó la cabeza y caí inconsciente. - traga saliva - lo siguiente que recuerdo fue que desperté en una cámara subterránea bajo las mazmorras del castillo. Estaba encadenado a la pared y la nueva esposa del duque estaba realizando alguna especie de ritual demoniaco. Alda estaba encadenada a un altar de piedra negra frente a un portal en llamas del que salía un fuerte olor a azufre y ella... ella levantó una daga de acero rojo y la clavó en el pecho de Alda. - Las lágrimas corren por las mejillas de Godric pero continúa hablando - Supliqué que no lo hiciera, que me matara a mi... pero...yo... no puede hacer nada yo... la vi... morir... -
Se limpia los ojos y se endereza un poco para seguir con su relato.
- Algo se rompió dentro de mi. Rogué a Lathander que me diera fuerzas, que me liberara... algo comenzó a salir del portal en llamas y se acercó al cuerpo de Alda. Y entonces pasó. Lathander escuchó mis plegarias y me liberó. Su fuego purificador arrasó a los matones y a la bruja. Yo estaba desarmado pero tenía los grilletes. Golpee y golpee y golpee una y otra vez el rostro de aquella endemoniada mujer que me había arrebatado mi corazón. Ella solo se reía. No importaba lo fuerte que la golpeara ella seguía riendo. Hasta que no lo hizo más. Con las manos ensangrentadas me dirigí hacia Alda. Rece a Lathander desde lo más profundo de mi corazón para que la curara, para que la trajera de vuelta a mi, que me llevara a mi y le permitiera vivir a ella - hace una pausa - durante mucho tiempo pensé que Él me había abandonado por mis pecados. Que mi debilidad había provocado que ella muriera. Ahora comprendo que fue mi miedo y mi culpa lo que lo provocó, ya que mi dios nunca me dejó... puede que... puede que ella estuviera lejos de su alcance... - pese a sus palabras es evidente que aún está intentado procesar todo esto. Son demasiadas cosas muy complejas en poco tiempo - Yo sostenía su cuerpo sin vida con las manos manchadas de la sangre de su asesina y de la suya propia, y entonces Alda me sonrió. No con aquella dulce y hermosa sonrisa que iluminaba la estancia, si no con una macabra y malévola sonrisa que deformaba su bello rostro. Y habló. No con su voz si no con la de decenas de almas condenadas. Me ofreció un trato, me ofreció poder. Yo no quise escuchar. Le exigí a aquel ser que liberara a Alda, que saliera de su cuerpo. La criatura se rio, dijo que ella era parte de él ahora, de una manera que yo no podría comprender jamás, que la poseía como yo nunca podría haberlo hecho. Que era suya y que yo pronto lo sería. No sé cómo llegó la daga roja a mi mano, solo se que supe que aquello que tenía delante no era mi amada, que aquel demonio debía ser detenido. Lo único que podía hacer era... era cortar su puente con nuestro mundo. -
Sus manos tiemblan.
- Lo hice. La apuñale, atravesé su corazón y perdí mi alma. Hubo un estallido de llamas y el ser gritó. El portal se cerró.Yo... la... maté... -
Suspira.
- No sé cuanto tiempo pasó hasta que los guardias me encontraron con ella entre los brazos, mis manos llenas de su sangre. El resto... podéis imaginarlo.Fui acusado de infernalista, el noble padre utilizó todo su poder e influencia para que mi confesión no fuera escuchada. Supongo que no podía permitirse el escándalo de saberse que se había casado con una infernalista. Al cabo de unas semanas de... torturas - Adriana se da cuenta del cambio de expresión cuando le contó la historia a ella. En aquella ocasión había utilizado un eufemismo. Ya fuera por la influencia del hechizo o porque Godric había decidido llamarlo por su nombre, la sutil diferencia no se le escapó a la hechicera. - la Iglesia me excomulgó, era evidente que Lathander me había abandonado por mis graves pecados, y fui condenado. En las termas la via ella, rodeada de llamas, ardiendo, pidiéndome ayuda... yo... pensé que la había salvado pero puede que haya condenado su alma... siendo totalmente sincero temo que Ostor se refiriera a ella hace un rato. Por mi fe os digo que no tengo ni idea de que iba todo eso de amo o que debía protegerme. Mi intención era acudir a algún clérigo para que me ayudase a determinar si estaba maldito o no... alguien libre de la influencia de los prejuicios, o de las manipulaciones políticas. Bastianes sabe todo esto, pero me pidió pruebas para poder actuar - se encoge de hombros - supongo que está demasiado encorsetado en sus leyes y papeles, pero no le falta razón, sin pruebas no podré limpiar mi nombre. Lo cual, dicho sea de paso, me preocupa poco salvo por el perjuicio que le causa a mi familia, lo que me importa es liberar el alma de Alda a la que parezco haber condenado. -
Mira a sus compañeros esperando su reacción. Al menos saben que no puede mentir.
- Algo sé por mis estudios - añade pensativo, recordando todas las palabras de Ostor - de ese objeto que decía estar buscando... -
PbP Character: A few ;)
Leobald intercedió entre Brondir y Khalion con su propio cuerpo para calmar las cosas. Con una mirada severa reprendió a ambos mientras Godric comenzaba a desgranar su terrible historia. Cuando estuvo seguro de que aquellos dos no llegarían a las manos, se cruzó de brazos y escuchó con atención al joven clérigo. Dedicó una mirada discreta a Adriana cuando fue mentada. Cuando finalmente Godric agotó sus palabras carraspeó.
—Os alabo la valentía por tales revelaciones, joven Godric —asintió al joven con gesto paternal—. También creo que las palabras de un diablo tienen el valor del papel mojado. Vuestro conjuro obliga a la verdad pero la omisión es otra forma de mentira. A saber qué se calló ese ser. Pero eso va por todos —suspiró pesadamente—. Si hemos de seguir en esto como equipo deberíamos desterrar la sombra de la duda entre nosotros o daremos armas a ese maestro de las mentiras. Hablo de exponer el motivo y las circunstancias del encierro de cada uno de nosotros —miró al resto—. Los secretos nos hacen más débiles ¿Os parece?
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Afilada cimitarra apurando barriga enana hasta casi cortarla, suficiente para que improvisado mesonera sintiera el frío acero, amenazante, presto. Separándose, despacio tras poner a prueba los redaños del minero mesonero cuando sus compañeros lo pedían, regalando a su ego el sabor de un triunfo que le ahorraba mas impertinencias a futuro. Sin dejar de mirar a los ojos del enano y su reacción concluyó con él. -¿Estamos bien? ¿Hemos entendido o hay que aclarar algo pendiente? -antes de guardar su cimitarra.
Zanjado un asunto, al siguiente. El monólogo del joven humano solo necesitaba un brebaje y unas olivas. Escuchó atento.. otra versión. - El varón Greystone..- comenzó, sabedor que tal dato no había salido de boca del joven.- está moviendo cielo y tierra muchacho y sus sabuesos ya en Cormyr acechan. -primer consejo aasimar siempre es gratis.- Si unirte a madrastra e hijastra quieres evitar, esfuerzate mas en disimular tus andanzas..- dándose unos toques en su máscara a modo de furtivo ejemplo.- No dejes que Chak te vea, o será su cara lo último que veas.. antes de que lleve tu cabeza al varón..
Asunto segundo también aviado, siguiente. Experimentado, y en demasía hábil humano propuso su particular tábula rasa, la preferida de la gente de corte y poderío, que pasa por exigir y dar ejemplo pero con caso ajeno. Sinceridad requerida mas la propia reservada. Pese a sus maniobras, parecía justo. -Que bonito. En mi caso, asesino de Tieflings, entre otras.. razas y responsable de la muerte de una Tiefling por la que me entregué.. - su voz hasta podía parecer afectada.. - Y relacionado con un exterminio de elfos.. aún por zanjar. -repitió casi palabra por palabra las acusaciones, certeras, de Bastianes.
TocToc observó sorprendido el ataque del enano sin poder reaccionar. La existencia de la malvada criaturita, tan rápido como había aparecido, se había desvanecido. Pero...
La falta de cuerpo le intrigó y se preguntó si realmente estaba muerta, o solo se escondía. Con disimulo observó allá donde había estado y allá a donde podría haber ido a parar tras el impacto del hacha. Aprovechando la distracción del ataque de Khalion y la emotiva confesión de Godric, se aproximó a donde sospechaba que podía estar Ostor, o su pequeño cadaver, para observar con más detalle.
Después, cuando Leobald pidió revelar los secretos le miró con indignada sorpresa. Como podía pedir expiaciones unas horas después de que se confesase ante Godric, Leobald y Adriana y explicase porque no quería hacerlo más en profundidad en un lugar como aquél.
- Godric, según cuentas, tus intenciones fueron honestas. Quizás esos demonios lo que persiguen es corromper tu fe con artimañas dilemas imposibles. Persevera en tu recta determinación.
Al fin dirigiéndose a Leobald le contestó - No es el lugar, ni el momento de algo así. Aún así te contestaré brevemente. Los innumerables cargos asociados a una vida de bandolerismo, imputados a la persona de TocToc, en líneas generales, son ciertos. Y yo me manifeste como culpable en el juicio. - Explicó con cierto grado de resentimiento a Leobald que le había puesto en aquella situación.
Zevatur, Rolthos
Antes de que Adriana pudiera responder a Ostor, los acontecimientos se precipitaron y se sucedieron como las piezas de un dominó exquisitamente colocadas.
Sorprendida primero por la efusividad de Godric y sobre todo por el matiz de violencia y rabia contenida en los comentarios dirigidos a unos y otros, se acercó a él para intentar calmarle cuando el enano cargó contra Ostor sin que nadie le detuviera. Entonces Khalion dirigió su rabia hacia el nuevo posadero, reconociendo la elfa la misma actitud en el pícaro que cuando la arrojó por las escaleras. Lanzó una mirada de urgencia a Leobald, para hacerle saber que quizá volvía a estar bajo el influjo de aquello que se apoderó de él días antes, instándole a la prudencia.
Afortunadamente, la intervención del caballero calmó los ánimos, mientras Godric se sinceraba ante todos narrando la historia de la que Adriana ya era partícipe. Le sostuvo una mano delicadamente, ofreciéndole apoyo y fuerza, sabiendo el dolor que le producía revivir su tormentoso pasado. Pero las palabras del diablillo sobre el clérigo la hicieron recapacitar. ¿Sería posible que hubiera sufrido algún tipo de amnesia y no recordara una parte de su vida, siendo la clave de toda o de parte de la verdad la información de Ostor?
Escuchó la proposición de Leobald y cómo alguno de sus compañeros accedían a narrar sus historias. Tras unos minutos escrutando la habitación en la que se encontraban, Adriana intervino.
- No me opondré en absoluto a exponeros mi historia en cuanto esté segura de que Ostor no nos escucha. Estoy convencida de que sigue aquí, invisible y relamiendo sus heridas. No creo conveniente revelar nuestros secretos ante un ser que vendería nuestra información al mejor postor; ya lo está haciendo con la de Sanbalet, nosotros somos el mejor ejemplo. Nos traicionará sin pensarlo si eso le reporta más beneficio del que le podemos proporcionar. Y aunque no lo haga, traicionarnos, dispondrá de un material precioso que no dudará en utilizar en nuestra contra incluso para chantajearnos. Es un manipulador nato. No - declaró, convencida - no hablaré hasta saber de su paradero.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
-Ja- contesto Mablung ante la idea de Leobald:- proponéis contar nuestra historia pero vos y nuestra querida elfa, no lo hacéis, bonita forma de ganaros la confianza.-
Volviendose hacia Godric:- Si todo lo que dices es cierto no mereces estar aquí,¿ aunque me extraña que la iglesia de Latahander no tenga medios para saber si vuestra historia era verdad, no?. Sea como sea creo que os debo una disculpa, hay fuerza tras vuestros lloros, quizás deberías llorar menos y mostrarla más.-
-Respecto a mi historia y el por que estoy aquí no es un secreto, los druidas asaltamos Saltmarh en nuestro camino hacia la isla de los alquimistas nuestras manos están manchadas con la sangre de de la gente de esta ciudad. - En el tono de voz no se aprecia arrepentimiento y si cierta furia contenida.- Quizás si nos hubiesen ayudado en nuestro momento de mayor necesidad...pero decidieron mantenerse al margen y pagaron parte del precio...el resto me temo que se lo cobrará el corazón del bosque...
Godric apretó la mano de Adriana en agradecimiento y contesto resto
- No te falta razón. - respondió a Mablung - Respecto a la Iglesia el Conde es poderoso y no quisieron escuchar ni lanzar el hechizo que yo acabo de usar. Digamos que no todos los miembros de la Iglesia son tan... piadosos.-
Se volvió a Khalion algo incrédulo
- ¿Ha puesto precio a mi cabeza? Siempre me pregunté porqué no ordenó mi muerte cuando los guardias nos encontraron. Te agradezco el consejo pero me temo que una máscara no sería suficiente para ocultarme. -
Ante las palabras de Adriana miro a su alrededor como si las sospechas de la elfa pudieran conjurar de nuevo al diablillo en algún punto cercano.
Sentía un pulsante dolor de cabeza. Demasiadas emociones.
PbP Character: A few ;)
- No me sorprende, como siempre haces Mablung, que interpretes mis palabras o mis actos para amoldarlos a la preconcebida idea que tienes de mí - hablaba tranquila, mirándole directamente - Creo que he expresado con claridad la razón por la que no hablaré en este momento; no me intimidan tus acusaciones, no necesito tu aprobación, y menos si el precio es brindar información a un ser del que no me fío y que puede traernos muchos problemas. Eres libre de compartir con nosotros tu pasado, al igual que yo lo soy de no hacerlo en estas circunstancias. -
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Tirada Secreta de Stealth... del master, nada importante que ver aquí de momento :P Stealth: 18
Brondir gritó de terror al ver la mirada de la muerte azul directamente agarrarle del cuello y levantarle un palmo del suelo, intentando zafarse torpemente empezó a emitir alaridos suplicando a los demás "agentes" ayuda...
- ¡¡SOCORRO!!, este tío loco me va a matar, ¡apartadlo de mi....!
Al ver como los demás simplemente hacían gestos de quitarle importancia al asunto, o como mucho le dirigían unas palabras de calma al psicópata enmascarado, el enano agudizó su voz un poco más mientras llamaba a la guardia.
- ¡A mi la guardia de Saltmarsh! ¡Un importante activo de la corona está siendo atacado!
Al saberse que nadie podría oírla puesto que la alta elfa se había asegurado de cerrar puerta y ventanas cercanas, el minero enano comenzó a sollozar hasta que por fin Leobald se interpuso y dio fin a esa situación. Un repentino hedor a heces pudo ser olfateado por todos los cercanos a la lamentable escena.
Lleno de temor, Brondir dio un paso atrás separándose del loco que le había amenazado... dirigiéndose a él con palabras apenas audibles.
- Quedas expulsado de mi posada, me da igual lo "agente" que seas, ... no te quiero aquí nunca más...
Tras esto, salió por la puerta trasera con cierta prisa para... asearse los bajos.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Con la calma de los hombres justos Leobald encajó la desconfianza de Mablung y asintió a la elfa. Echó mano de nuevo de su don para ver si el imp o algún otro mal estaban aún entre ellos.
Tras unos momentos, el caballero se frotó a sien.
—El diablillo no está aquí, debe haberse ocultado en alguna parte —confirmó a Adriana—. En cuanto a mí, cumplo condena por la muerte a Lord Balsih de Leverhound, a quien traté de detener en lo que creía que era un castigo injusto y desproporcionado. Lord Balsih iba a pisotear a aquel ladronzuelo hasta la muerte con su caballo. El muchacho había robado una pieza de la cubertería de plata de su set de viaje —aclaró con voz átona y suspiró—. Tomé las riendas de la montura del lord, se encabritó tirando a su jinete y este se rompió le cuello —explicó con expresión lacónica—. Aunque no fue nunca mi intención, yo le maté —admitió con cierta tristeza—. Todos somos responsables de nuestros actos. Aunque hacía años que ya no pisaba los salones de los Tenhall, mi apellido me salvó de la horca, y me envió a Ghostfinger —asintió a Mablung.
Observó a Adriana.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
- Gracias Sir Leobald - contestó tomando asiento en uno de los sillones cercanos a la chimenea. Perdió su mirada en la profundidad de las llamas, intentando concentrarse y recordar todos los detalles de aquella noche. Tras unos segundos de silencio y con una voz dulce, comenzó su relato.
- Pocos meses habían transcurrido desde que comencé mis estudios de brujería y menos tiempo aún desde que Iram, Guardián de los Lugares Sagrados, se presentó ante mí para ofrecerme el pacto celestial que nos uniría en adelante. Yo me esforzaba por aprender lo más rápido posible, pero reconozco que era una novata… y que aún lo sigo siendo. Muy poco después, una noche templada de primavera, Iram requirió de mi presencia de forma urgente para acudir al claro del bosque en el que solía realizar mis oraciones y estudiar. Le pregunté preocupada qué ocurría, pero sus respuestas fueron imprecisas y vagas. Lo único que me esclareció fue que una oscuridad de una maldad inimaginable se estaba apoderando de aquel lugar y me necesitaba para canalizar su poder e intentar combatirla.
Sin insistir en más preguntas y dada la gravedad de la situación, acudí presta al claro con mi bolsa de ingredientes para rituales. Al llegar, una bandada de luciérnagas me acompañaron hasta el dolmen en el que solía practicar y allí Iram me pidió que recitara con él unas palabras en un lenguaje desconocido que no fui capaz de entender. De pronto, entre las sombras de los árboles, pude detectar una presencia tan oscura como nunca antes había sentido, de tal magnitud que la vegetación comenzó a marchitarse desde la arboleda. Avanzaba con rapidez, queriendo alcanzarme y alcanzar el pequeño santuario, pero conseguí no sucumbir a su fuerza y su poder. Los rezos de palabras extrañas continuaban, como si Iram hablara a través de mí. Justo en el momento álgido del cántico protector, mi cuerpo empezó a elevarse del suelo alzándome unos metros. Entonces, comencé a sentir mucho dolor, un dolor agudo que se generaba en mis entrañas y pugnaba por salir al exterior. Al borde del desfallecimiento, grité con todas mis fuerzas provocando un estallido de energía que salió disparada en todas direcciones. Las últimas palabras que recuerdo antes de perder el conocimiento se grabaron a fuego en mi memoria: "mi querida niña de luz, no hemos llegado a tiempo…"
Cuando recobré el conocimiento horas más tarde, ya no podía sentir la presencia de Iram y la imagen a mi alrededor era desoladora. El bosque que tanto había protegido había sucumbido a aquel mal; la vegetación, los animales, hasta incluso el mismo aire había sido corrompido. Todo destruido, excepto el claro en el que me encontraba - los ojos de Adriana se llenaron de lágrimas en este punto, pero ninguna se derramó. Tragó saliva, recobrando la compostura, y prosiguió mirando esta vez a sus compañeros - Súbitamente apareció la guardia de los caballeros púrpura, rodeándome y apuntándome con sus alabardas. Yo era la única superviviente, tenía un kit de rituales, todo parecía corroborar mi culpabilidad. Intenté explicarme en el juicio pero fue en vano, no me creyeron. Solo mis años de servicio impecable a la Corona me salvaron de la pena capital. No he vuelto a tener contacto con Iram desde ese momento, no he podido resolver mis dudas ni hacerle las preguntas que me han atormentado todo este tiempo - hizo una pausa y su voz sonó más triste - la hija de Bastianes… ni siquiera sabía que se encontraba en aquel bosque, fui consciente de ese desdichado accidente cuando él mismo me lo comunicó junto a vosotros, en la torre - guardó silencio durante unos momentos, meditando sobre algo de lo que parecía no haberse dado cuenta anteriormente; su frente se arrugó, extrañada - ahora que revivo esa noche… me pregunto... si la destrucción que presencié en ese bosque pueda estar relacionada con la podredumbre que nos ha ido… persiguiendo… durante estos días... - miró preocupada e interrogante al resto, con un miedo creciente de que sus sospechas fueran plausibles.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Godric asintió a las palabras de Leobald. Lo suyo era poco más que un accidente sin embargo el caballero había optado por cargar con la culpa de la muerte del que parecía un déspota. El destino que le había acontecido se le antojó excesivo al clérigo. Y Adriana. Se acercó a ella y posó una mano en uno de sus hombros, ofreciéndole apoyo y consuelo con su contacto.
Los dos nobles se habían visto arrastrados por la burocracia y la implacable rueda de una justicia ciega, que no imparcial. Aquello no estaba bien.
- Siento mucho lo que pasó Adriana. ¿Sabes qué o quién era esa entidad que se acercó al claro? - pregunta Godric a Adriana
PbP Character: A few ;)
Adri correspondió al clérigo con otra suave caricia sobre su mano, agradeciéndole así su apoyo.
- Lamentablemente no. Iram no me dio más explicaciones. Recuerdo que me dijo que no le correspondía a él responder a mis preguntas. No insistí y no sé cuándo tendré la oportunidad de comunicarme de nuevo con él. Pero quizá… - dijo observando esta vez al druida - quizá Mablung pueda arrojar algo de luz... ¿conoces hechos similares acaecidos en los bosques de Draedwood?¿Crees que puede estar todo interrelacionado?
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Con un sonrisa irónica Mablung, señalando a Godric, Adriana y Leobald, dice:- Sois unos pobres diablos con mala suerte. Estabais en el peor momento y en el peor lugar y eso os ha conducido a estar en compañía de de nosotros tres- indicando a Toc Toc, Khalion y el mismo- Pero de todas vuestras historias hay algo que no me cuadra...Adriana-
-Estamos todos sujetos al circulo de la verdad de Godric, por lo que no podéis mentir, por lo que si ya no podéis sentir la presencia de Iram... ¿que podéis decirnos de Spark? Si vuestro poder proviene de él, entiendo que Spark también, ¿si no notáis en él la presencia de vuestro señor...quizás es que no sea lo que pensáis? Sirva como ejemplo al difunto Ostor.
- Por otro lado si todo lo que decís es verdad y esa presencia oscura que acabo con tu santuario te está siguiendo...acabas de llevarla hasta el único circulo druida que queda en las cercanías. Debo de avisar a Golfrin para que este alerta.-
Adriana meditó unos segundos, intentando buscar las palabras adecuadas:
- Digamos que…. - entrecerró los ojos, alzando su mirada hacia arriba, para volverla a posar en el druida - desde aquel día, no he vuelto a sentir el aura de protección que me acompañaba siempre. Es como si se hubiera debilitado… o diluido… - movió la cabeza de un lado a otro - Para serte sincera, no lo sé. Quizá Iram sufrió un gran daño aquella noche, pero dudo que haya desaparecido puesto que mis poderes siguen intactos. Puede que precisamente enviara a Spark para protegerme y ayudarme ahora que él parece estar… distante... - se encogió de hombros, dando una clara muestra de desconocer los motivos - pero si hay un mínimo ápice de duda sobre mi familiar, siempre podemos pedirle a Sir Leobald que utilice sus habilidades, si a él no le supone una molestia o un perjuicio; al fin y al cabo es lo que determinó la naturaleza vil y maligna de Ostor. Te aseguro, Mablung, que sería la primera interesada en descubrir algo así -
Cuando el druida mencionó a Golfrin y su plan de informarle sobre sus sospechas, la elfa contestó con seguridad - Creo que es lo más sensato, sin duda. Y ya que pareces carecer de información sobre ataques similares, puede que él haya escuchado algo que pueda ayudarnos - le observó con atención tras estas palabras.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
-No me parece mala idea, si Leobald se presta-
Mablung se detiene a pensar y dice-No me suena lo que mencionas. Los círculos del bosque cayeron ante el ataque de los alquimistas, no recuerdo haber oído de una corrupción así en Dreadwood. Por lo que sabemos, aparece en lugares donde tú has estado, tu santuario, la cabaña del fuerte y aquí. Si mi teoria es correcta, pero es solo una elucubración, deberíamos pasar por la casa de Sanbalet y ver si ahí hay restos de una corrupción así.-
Leobald suspiró cansado de todo aquello, con los brazos cruzados.
—Desde luego no será hoy cuando vuelva a usar el don. La hacienda Goldtsone, veo por donde vas, Mablung —suspiró con tristeza— y seguramente tengas razón. Por lo visto todo el mundo tiene trapos que lavar. Seré claro —añadió lacónicamente—, el don me ha rebelado que a Godric y a Adriana les acecha un mal que no había percibido antes. Debéis cuidaros de él. Pero el que me preocupa eres tú Khalion —encaró al enmascarado—, llevas la mancha de algo nefando y peligroso, al menos desde el incidente del mercado. Tus arrebatos de ira tienen algo que ver en todo ello. Sugiero que visitemos el Templo de Akadi antes de que sea demasiado tarde para ti —comento con un suspiro cansado—. Deben examinarte ojos más duchos que los míos.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
-Mi nacimiento fue anunciado por distintos augurios que pocos interpretaron.-respondió al humano- Desde que nací era el juego y objeto de deseo de todo despreciable y malvado.. como tu adorada corona. -despojándose la máscara clavo sus ojos azules, sin pupila ni iris en Leobald. -Esta máscara evita que bravos y curiosos vengan a encontrar certera muerte bajo mi acero. No somos tan distintos, pues aquí nos encontramos ambos por una vida perdida, en mi caso, inmerecida. Soy esa persona a la que recurre la gente a quien poder y justicia da la espalda. De no haber ejecutado a ese malvado caballero, yo hubiera sido el único recurso que a su familia le quedaría.-reconoció.-Cuando tenga un arrebato de furia, creeeme que lo reconocerás.. mientras tanto, no confundas con vigorosa tey efectiva atralidad..
-Si Chak te ve serás otro inocente muerto..- respondió al joven clérigo- ..y si de otra manera te reencuentras con tu amada, llevaré tu ya no útil cabeza para cobrar el trabajo. -Reconoció, aliviado por poder decir las cosas como son y no como necesitan ser escuchadas. Ojalá siempre aquel círculo de verdad.
-Tres de seis.. -sonrió ante las palabras de Mablung.- Anoche en los sótanos de la Red Vacía, de haber preguntado, 12 de cada 10 también eran inocentes. Por eso, -dirigiéndose al enano mesonero.- Brondir, mejor tener acero a tu lado, verdad.. reitero que todo está en paz, mismo bando, amigo.. dejando hacer a los agentes.
Mientras todos añadían sus historias rebuscó entre sus bolsillos. Oculto, en uno de ellos, dio con la moneda, sacándola y jugueteando con gráciles volteretas del trozo de metal sobre sus nudillos. No apreciaba aquellos poderes que Julius había sentido. ¿Habrían accedido ya a sus recuerdos y pensamientos?
-Julius, los gremios del hampa, diablillos y todo aquel que nos hemos cruzado, incapaces todos de mostrar el valor y poder de la moneda.. y el ansia que en tanta calaña despierta. -La sujetó con indice y pulgar, hacia el resto de reos.- Aguarda poder, pero solo conozco el valor que otros le dan y no aquel que realmente tiene. Una decisión debe ser tomada, y quizá otro portador. ¿Ideas?.
TocToc miró hacia donde había estado antes Ostor. Si estaba escondido en algún lugar quizás también se había escondido de los poderes del paladín. Pensó en interrumpir a Adriana, pero consideró que el diablillo posiblemente estaría efectivamente más preocupado en salvar su vida que en quedarse para una repentina e impredecible ola de confesiones. Si ella recordaba las palabras que pronunció, quizás se podría elucidar parte de lo que pasó en el claro, "pero más adelante"... pensó.
- !Más tarea que investigar! Pero aún así no deberíamos separarnos.
Señalando al piso de arriba añadió. - Cuando llegamos a la prisión no teníamos apenas pertenencias. Si hemos obtenido la caja demoniaca, posiblemente sea uno de los objetos que saqueamos de Sambalet. Esa teoría cuadraría con los hechos... Ostor estaba siguiendo la pista del objeto, sus pasos le llevaron a la guarida de Sambalet, donde fue apresado.
- Aparentemente Mablung es el más competente de entre nosotros, y poco sospechoso de pactos e influencias con seres malignos. Propongo que la moneda la porte él.
Zevatur, Rolthos
Leobald suspiró alejándose unos pasos para mirar por la ventana, algo ausente, como si hubiera desconectado de la conversación mientras Khalion hablaba. No podía pretender ayudar al que no requería de ayuda así que en adelante no volvería a hacerlo. Eran compañeros forzosos y nada más, no tenía nada que ver con todos ellos, le hubiera gustado que hubiera algo, deseaba que lo hubiera, pero las revelaciones de aquel día tiraron abajo los velos de ideas preconcebidas. Había tenido un buen presentimiento con este grupo, eso pensaba honestamente hasta hace unos días, pero solo se había engañado a si mismo. Solo eran reos, asesinos, criminales o algo peor. Elfos y hombres, volvían a decepcionarle. Cuando volvió con los demás parecía más frío, más distante, cansado.
—Si Mablung no lleva la moneda lo haré yo, hasta la fragua más próxima. Esa moneda no sirve sino al latrocinio y el asesinato. Fundirla sería lo mejor en este punto —añadió con voz átona—. Por lo demás, si no vamos al templo, tenemos una reunión en el Consistorio esta tarde. Estaré arriba hasta entonces. Ha sido una noche muy larga, si me permitís —se disculpó retirándose a su habitación— Toc Toc, ¿sería posible que me prestarais alguno de vuestros tomos? ¿El referente a la costa tal vez? —preguntó cortésmente antes de subir las escaleras.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)