En el fondo de su alma, en lo más profundo, justo al lado de ese pedazo que le habían robado, Martin sabía que no iba a recuperar nunca lo que se había pactado perder. Quizás fuera mejor así, y la Reina Cuervo le prefería sin esos recuerdos que le ataban a lo más básico de su propia humanidad. Una enorme tristeza le embargó ahogando cada parte de su ser, como un manto oscuro que le absorbía el calor de su cuerpo, dejándolo cada vez más sólo y aislado. Como un mal sueño del que nunca consigues desprenderte.
El semielfo puso la mano encima de la de Gowther con cierta candidez, como un niño preocupado de haber entristecido a sus mayores por algo que hubiera podido hacer.
- Muchas gracias por tu generoso acto, ... no ha funcionado, pero te agradezco la preocupación y os pido disculpas por ello, a todos vosotros en realidad. Me temo que no hay solución, pero es el acto de contrición lo que da validez a un sacrificio. Llevaré la carga conmigo, y con el tiempo, quizás pueda volver a llenar ese vacío con recuerdos y sentimientos que vuelvan a dar sentido a todo esto.
Tras esto, el pícaro se retiró dentro de la cabaña tejida con la magia del eladrín y se apartó un rato, perdido en sus pensamientos, antes de recostarse a dormir, sacó un poco de tábaco aromatizado de la bolsa oculta de su capa y se dispuso a encender una alargada y delicada pipa para disfrutar de su sabor antes del descanso.
A la mañana siguiente, Martin volvió a repetir el curioso ritual por el que hacía florecer las bayas de la ramita de muérdago y las repartió entre sus compañeros. Tras esto pidió a Kath que le ayudara a buscar los rastros de Lady Kima entre los diferentes caminos posibles, confiando cada vez más en las habilidades de ésta.
La elfa se recostó en una de las paredes de aquella gruta, esperando un tacto helador y húmedo que calara hasta su espina dorsal, pero la magia del eladrín era lo suficientemente efectiva como para alejar incluso el frío de las profundidades de la tierra y crear un pequeño reducto de comodidad allá donde estuvieran, cosa que realmente era de agradecer.
No fue consciente de lo cansada que estaba hasta que tuvo que aceptar la decisión de la mayoría de parar a reponer fuerzas; miró a Ash y se encogió de hombros. Ella hubiera continuado forzando la marcha, pero la incertidumbre de no saber el paradero y el estado de Lady Kima la dotaban de, quizá, una falsa ilusión de energía y vigor.
Cerró los ojos intentando mantener la mente en blanco, confiando en que descansar era la mejor opción, cuando no pudo evitar escuchar la conversación entre Gowther y Martin. Intentó no prestar demasiada atención hasta que el eladrín ejerció su magia sobre el semi-elfo. Debía tratarse de algo importante y las palabras del rogue que sucedieron al hechizo se lo ratificó. Preocupada por una historia de la que solo conocía retazos, Hela observó cómo Martin se retiraba a descansar, buscando una intimidad que la hechicera no se atrevió a interrumpir. Buscaría un momento más oportuno para conversar con él.
Después de un reparador pero inquieto descanso, se preparó para reanudar la marcha, se protegió una vez más con su hechizo y esperó expectante a que sus compañeros indicaran el camino a seguir.
[armadura de mago]
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Cuando llegaron a la cavidad y descubrieron el campamento de Lady Kyma Ash propuso hacer un breve descanso y seguir avanzando, pero tuvo que ceder ante las negativas de la mayoría del grupo. Sólo Morko parecía realmente dispuesto a seguir y se mostraba molesto con la resolución final. Tambien le pareció percibir en la. Mirada de Helayna el brillo del arrojó. La sonrió satisfecho. Lo cierto es que todos parecían cansados. Quizá fuera peligroso seguir si no estaban en plena forma. Confiaba que Lady Kyma pudiera arreglárselas sola unas horas más, después de todo parecía alguien capaz a tenor de la altura de sus aliados.
El guerrero no pasó por alto la conversación entre Gowther y Martin, pero no dijo nada.
Ash hizo su guardia y pasó el resto del tiempo amolando a Adelaida hasta devolverle el corte adecuado. Engrasó su metal y descansó también. Cuando todos estuvieron listos él también lo estuvo.
-Bueno que ¿Listas para partir, princesas? Hay una lady que encontrar -sonrió con sarcasmo mientras permanecía erguido en jarras junto a uno de los túnemes inexplorados- Martin, ¿algún rastro? Morko quizá puedas ayudarle a decidir cuál es túnel más transitado, yo cogería ese.
Martin no tiene problemas en encontrar el rastro de Lady Kima y su grupo en el pasadizo que parece baja más rápidamente aún más en las profundidades de la tierra. Al parecer nada ni nadie ha pasado por allí desde que pasara Lady Kima.
El día, si es que es realmente de día, se les antoja muy parecido al anterior. Continúan arrastrándose por pasadizos en la roca, en un par de ocasiones tienen que incluso ponerse de lado para pasar de lo estrecho que se vuelve el pasadizo, pero avanzan sin contratiempos.
Cuando están pensando en parar a comer, Martin hace que todos se detengan. Ha sentido un temblor en el suelo. Ash, que está a la mitad del grupo también lo nota y sus instintos de guerrero se despiertan. Todos se quedan quietos, atentos a lo que sea que ha puesto sobre aviso a su guía y su líder. Y entonces lo sienten todos. Un temblor en las paredes y en el suelo. Repentinamente las paredes y el suelo estallan, lazando pedazos de roca y tierra en todas direcciones. Por un segundo piensan que se trata de un derrumbamiento o un terremoto, pero luego escuchan el rugido de las inmensas criaturas que han irrumpido entre el grupo. Cubiertas de un exoesqueleto quitinoso negro, grandes zarpas y unas mandíbulas terminadas en grandes pinzas, las bestias se lanzan sobre el grupo.
Martin esperaba el ataque, aunque no tenía muy claro por donde iba a venir, al derribarse las paredes consiguió apartarse a tiempo para que los escombros de roca no cayeran sobre él, y cambió a una postura de ataque en cuanto consiguió vislumbrar a su objetivo. Las espadas cortas estaban ya en su mano desde instantes antes de la erupción de las criaturas, sabiendo que el arco, sin ver a su objetivo iba a ser inútil hasta poder posicionarse.
Le costó no ponerse cubriendo a Kath, hacía poco que le había dado el visto bueno como aventurera y no como aprendiz, y era hora de que ella brillara por sí misma, aunque últimamente ya era una combatiente digna de temer y el semielfo confiaría su vida en ella sin dudarlo.
Fue entonces cuando las miradas se cruzaron, el horror que había aterrizado justo a su lado, parecido a un escarabajo gigante pero con letales zarpas y mandíbulas, observó a su contendiente, y éste le devolvió la mirada desafiante. La visión y la cabeza del asesino empezaron a embotarse al vislumbrar esos ojos, una terrible confusión amenazaba con atenazar su mente y volver sus propios sentidos contra él. - ¡No! ... ¡Otra vez no puedo fallarles...! El estallido de voluntad que surgió de su interior consiguió apartar la confusión de su mente y le dio fuerzas para arremeter contra ese duro caparazón quitinoso, sus espadas, adentrándose en las hendiduras de sus articulaciones, hicieron saltar un fluido oscuro y viscoso de las heridas de la bestia, que trastabilló hacia atrás levemente sorprendida por el ímpetu y la lluvia de ataques de su enemigo, sin embargo el último ataque de Martin no tuvo la precisión perfecta de los anteriores y rebotó con un sonido hueco en su exoesqueleto.
- ¡Kath! ¡A las articulaciones, ese es su punto débil!
Sabiendo que la bestia se había recuperado de su embestida, el pícaro se preparó para intentar esquivar el inminente asalto de la monstruosidad que tenía delante.
Morko vio a una de las bestias lanzarse contra él y aunque no tuvo problemas en desviar el ataque de una de las garras aunque el enano no pudo prever que algo tan grande se moviera tan rápido y la otra garra hizo un profundo corte en el costado del enano, antes de que la bestia pueda cerrar sus mandíbulas sobre el, Morko interpone su hacha y se libra del impacto.
La elfa se cubrió instintivamente la cabeza cuando el estallido de piedra y roca surgió de la nada, perdiendo momentáneamente el control de su alrededor. Unas criaturas enormes y grotescas habían aparecido casi instantáneamente, cerrándoles el paso y ocupando parte del ya estrecho pasillo que llevaban horas recorriendo.
Recordó las instrucciones de Ash, siendo muy consciente de que su posición en este combate no era el ideal, atrapada entre sus compañeros y las bestias. Dudó unos segundos, analizando las posibilidades de moverse a un punto estratégico, pero no fue capaz de detectar ninguna salida.
Abandonando definitivamente esta idea, extendió uno de sus brazos hacia la criatura más cercana y visualizó el hechizo que había aprendido pocos días antes en la Torre Blackstaff, antojándosele un momento magnífico para testear una nueva habilidad. De la palma de su mano comenzó a surgir una pequeña esfera oscura en la que, a medida que aumentaba de tamaño, se formaban pequeños rayos iridiscentes azul celeste que se entrelazaban creando una especie de tormenta contenida. Cuando el orbe hubo alcanzado su tamaño adecuado, un casi inapreciable quiebro en la letanía de la joven fue suficiente para que la esfera parpadeara y saliera despedida hacia la más profunda oscuridad. El ceño ligeramente fruncido de su rostro mostraba la frustración de la shadar-kai ante tal penosa actuación.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Dos de esas bestias surgieron justo al lado de Morko que apenas tuvo tiempo de prepararse cuando una de aquellas bestias lo atacó salvajemente, solo gracias a su entrenamiento y a la gracia de Moradhin consiguió evitar la mayoría de ellos, pero uno le alcanzó desestabilizandolo. A la desesperada y tratando de recuperar una buena posición, Morko lanza un ataque que golpea las placas quitinosas de una de aquellas criaturas y conseguir mayor efecto que poder estar bien posicionado para lanzar un segundo ataque.
Haciendo caso al grito de Martín, Morko ataca a la articulación de la pierna y esta vez Kheluzburk consigue morder a la bestia, con una sonrisa el paladín retira el arma y se apresta para defenderse de los golpes de la bestia que tiene para él solo.
Uno de los monstruos se lanzó salvajemente contra Gowther. El eladrin no tuvo problema alguno en esquivar las garras pero en un intento desesperado se dejó caer sobre el hojacantante, intentando que su mole bloqueara los ágiles movimientos de Gowther. Las mandíbulas se cerraron con fuerza inhumana alrededor del elfo y Ash temió que el temible chasquido que resonó en el pasadizo fuera el torso de su aliado. Pero Gowther había conseguido bloquear las mandíbulas con su magia, ambas contenidas por un fulgor azulado apenas a un par de centímetros de su cuerpo.
Kathrinna no estaba preparada para esas criaturas. Pese a todas las veces que Martin le había advertido sobre esperar lo inesperado, la visión de aquellas bestias la horrorizó. Los ojos multifacéticos de la bestia la miraban inexpresivos y ella sintió que se mareaba. Intentó utilizar su magia para protegerse del vértigo que la embargaba pero no fue lo suficientemente rápida. Su mente se fracturó en tantos pedazos como los ojos insecticides del Umber Hulk que tenía enfrente y la cazadora se sangre perdió la noción de donde estaba y toda referencia. No sabía donde estaba el suelo o el techo, el ruido de la lucha la ensordecía, los recuerdos de otras batallas comenzaron a asaltarla, los fantasmas de su pasado la sobrepasaron y empezó a ver a sus atacantes rodeándola de nuevo. Asustada, confusa, lanzó un ataque desesperado contra una figura próxima, intentando defenderse.
Gowther sintió de repente un tajo en su costado derecho. Sorprendido, miró en esa dirección para ver a una confusa Kathrinna moviendo la espada de un lado a otro atacando a enemigos que solo ella podía ver.
Guilbert intentó recuperarse y hacer algo por sus compañeros.
Pero fue inútil. Por su mente pasaron como el rayo imágenes y recuerdos borrosos de las alcantarillas de Waterdeep. El fracaso, la duda.. fallar de nuevo a sus compañeros. soltó la mano de la empuñadura de su sable y se llevo ambas manos a la cabeza, en cuclillas gopepeándose ausente la cabeza mientras solo era capaz de farfullar.. No.. No.. otra vez No...
El bardo sufrió, sin embargo, el mismo efecto que Kath. Su mente se fragmentó en tantos trozos como los multifacetados ojos y tan sólo pudo quedarse mirando las enormes criaturas luchando contra sus compañeros. En la mente de Guilbert lo que escuchaba eran los gritos de sus hermanos de armas siendo diezmados.
Sobreponiéndose al repentino ataque de Kath, Gowther utilizó su maestría del Arte para moverse más rápido y desenvainó Aegnor, la hoja silbó expectante y con un elegante movimiento el eladrin corto la carne de la bestia en una de sus articulaciones como había indicado Martin.
Morko había parado el ataque de una de ls bestias pero otra se abalanzó sobre él y aunque el enano bloqueó una de los ataques, la otra garra y las fuertes mandíbulas se cerraron en torno a su cuerpo amenazando con quebrar sus huesos. La sangre manó de la heridas.
Zevatur limpió sus ojos del polvo que le había saltado por la abrupta entrada de los Umber Hulk.
La lluvia de tierra le cegó por momentos y le costó afianzar los pies con uno de los guijarros mientras aprestaba sus chicas. ¡Una emboscada! Cuando pudo reaccionar aquellas cosas estaban tratando de devorarles. No en su guardia. Los cangrejos sobredimensionados no era su especialidad, diantre estos eran realmente feos y se habían metido con el grupo equivocado. Norma y Gloria no tuvieron clemencia con el monstruo más cercano, atacando las articulaciones expuestas como había dicho Martin.
-¡Yaaargg!! ¡Aguantad!! -rugió Ash desde el centro del grupo- ¡flanquead si podéis!
Con el último de su torbellino de brutales estocadas trató de hacer trastabillar a gigante quitinoso haciendo girar las guardas y planteando ambas hojas a modo de palanca.
- Niña, céntrate– una voz grave y madura, con tono de reprimenda, resonó en su cabeza, tan reconocible y clara para la elfa que por un momento creyó que su maestro se encontraba en algún lugar de la oscuridad del interior de la roca – las emociones con las que dicen que viniste al mundo te conducirán a una muerte segura si no te centras, te lo he repetido hasta la saciedad –
La hechicera se había quedado inmóvil después de su fallido intento, mirando desconcertada a su alrededor, siendo testigo de como gran parte de sus compañeros perdían la cabeza; Kath había llegado incluso a atacar a Gowther en su locura, y Guilbert y Martin parecían haber sido afectados también por las horrendas criaturas a las que se enfrentaban. No podía permitirse fallar otra vez.
Volvió a sentir en su cogote esa mirada penetrante de desaprobación y las palabras se sucedieron por su mente como muchas otras veces en su pasado de aprendiza – la magia es intelecto; evalúa tu entorno, evalúa a tus enemigos, evalúa tus posibilidades, anula tus emociones, nada bueno puede surgir de ellas si no mantienes el control– su maestro había sido siempre muy exigente con ella, pero era lo más parecido a un padre que había conocido. Y era el único que hablaba abiertamente de la habilidad innata de sentir emociones de la shadar-kai, sin rechazarla como la mayoría de los habitantes de su plano – niña, debes aprender a gestionar tus recursos, porque ahí fuera estarás sola y yo no podré ayudarte -
Esperaba algún día poder volver a su ciudad natal para decirle que, en este caso, estaba equivocado. Dirigió su mirada a Ash justo cuando el humano embestía a una de las criaturas, dejándola gravemente herida y casi postrada a sus pies. Con un murmullo que fue aumentando paulatinamente, las palabras de la hechicera inundaron el espacio, mientras que, de sus dedos arqueados a modo de garra, se desprendía una traslúcida e incolora pero densa energía, que se elevaba por encima de sus cabezas abarcando gran parte del pasillo. Acto seguido, se escabulló colocándose entre dos rocas, intentando buscar un lugar algo más alejado para poder atacar. Satisfecha comprobó como aquellos seres ahora intentaban moverse y agredirla sin éxito.
Zevatur mira con desconcierto a las criaturas que acaban de surgir del suelo, sin pensarlo mucho se mueve una posición aislada, atrayendo dos ataques. El primero falla pero el segundo logra atrapar a Zevatur con un golpe monstruoso, atravesando su muslo. Con rabia y dolor marcados en el rostro Zevatur le apunta con el dedo y el escarabajo se ve envuelto en llamas al lanzarle un hellish rebuke, su cuerpo se queda envuelto en unas llamas amenazadoras. Sin pararse Zevatur llega hasta el espacio aislado del mapa. Allí maldice a la criatura y a su sabiduría Hex que esta trabada con martin y le lanza dos eldritch blast. Los rayos parecen ilusiones de pequeñas de garras de dragon envueltas en una energía que vuelan certeras hacia el escarabajo, impactando fieramente.
La situación de momento no era crítica, pero Morko puede ver en mitad de fragor como Guilbert y Kath vuelven a caer presa de sus miedos, en su celo por acabar con el Umber Hulk más cercano al bardo, el paladín descarga un golpe con todas su fuerzas sin tener bien agarrada a Kheluzburk que sale disparada de sus manos y golpea estruendosamente la pared detrás del Umber Hulk.
Con la cara roja de vergüenza y rabia por el ridículo, Morko invoca de nuevo el hacha y golpea de nuevo al Umber Hulk. La poderosa arma parece sentir las mismas emociones que el paladín pues muerde con saña las carnes de su objetivo y sus runas se iluminan cuando se ve imbuida con el poder de Moradhin. El Umber Hulk ruge de dolor ante el salvaje ataque del paladín, mientras en lo bordes de la herida se pueden ver destellos del poder divino usado que se empiezan a disipar.
Zevatur oye a Guilbert advertir sobre su mirada y sus ojos, y ve sus efectos en la confusion de Kath. Pero al muchacho no le parece que sus ojos sean tan confusos e ignora la advertencia del bardo, que otra vez parece perdido en el combate.
Zevatur lanza de nuevo el ataque de fuerza, las pequeñas garras de dragon rajando el caparazón quitinoso de la criatura que lucha mano a mano con Martin. El hechizo daña a la criatura pero no parece hacerle demasiado daño. Después Zevatur mira a su alrededor y decide alejarse un poco de la angosta situación en que los mastodontes quitinosos a puesto al grupo. Moviendose con inquietante facilidad por las pareces y las piedras se aleja unos metros por el pasillo.
Cuando Guilbert reacciona se encuentra entre las mandíbulas de una de aquellas bestias y con terribles heridas por todo su cuerpo. Los ojos.. los terribles ojos de esos seres ahondaban en la fragilidad de la mente del bardo. Trató de evitar mirarles directamente.. preparar el contraataque.. fijándose únicamente en la situación de las blindadas patas. Funciona!
-Fijaros en sus patas!.-grita a sus compañeros mientras presiona sus graves heridas.- Evitad sus ojos!!!
Acto seguido murmulla unas palabras mágicas y un escudo de energía traslúcida se dibuja delante de su brazo izquierdo. Con la mano libre hace uso del cuerno decorado con runas argentas llamando refuerzos. La plata brilla fulgurante cuando las notas juegan con los misterios de la magia. Una espada de pura energía aparece en el lateral de uno de los escarabajos y tras ella y mas difuminado un barbudo humano de rostro borroso vestido con un kilt empuñándola. Siguiendo los auges del cuerno el caballero de la rosa negra asesta un golpe que sin embargo rebota.
Ash abatió a la enorme mole cortando extremidades. Antes de que el monstruo cayera al suelo el guerrero ya estaba tomando la posición ventajosa para flanquear al que peleaba contra Gowther. Este era su elemento. Esta vez trató de no mirar a los ojos a aquella cosa como había sugerido Gilbert. Cerró los ojos y Gloria rebotó en la coraza del monstruo. Diablos aquello no iba a ser tan sencillo.
Las criaturas renuevan sus ataques pese a estar bajo los efectos del hechizo de Hela se niegan a dejar escapar a sus presas. Gracias a la a Magia de la Shadar-Kai Ash evita con facilidad el ataque. Morko no tiene tanta suerte y el umber hulk que lucha contra el, que no se ha visto afectado por el hechizo se Hela, agarra del cuello al paladín, pero el habilidoso enano se libra. Kath sigue creyendo que está rodeada de enemigos, sus peores pesadillas personificadas, y acuchilla a Martin en los riñones. Zevatur utiliza su Magia para seguir castigando a una de las bestias, que tozuda, se niega a caer. Ante las chicas de Ash, otra de las bestias si que cae, su pesado cuerpo rueda un poco hacia el túnel que ha excavado en la roca, sangrando. El guerrero intenta moverse y seguir atacando pero se resbala en la sangre negra de su primera víctima y no consigue volver a impactar a otro de ellos. Martin había escuchado el aviso de Guilbert y sabe que, aunque va a ser algo más complicado acertar en las criaturas, evitar su mirada parece haber funcionado con el bardo.
Hela escuchó el grito de advertencia de Guilbert y, aunque ella no había sido presa de la locura transitoria provocada por las criaturas, decidió no tentar a la suerte esta vez y dirigió su mirada hacia las patas de una de las bestias. Aprovechó igualmente la información que Martin había compartido cuando aún contaba con toda su cordura y se centró en la articulación que se asemejaba a una rodilla monstruosa y deformada. Un rayo de hielo atravesó la estancia directo hacia su objetivo, que pareció rebotar en un primer momento sobre la armadura recia de la criatura, pero que finalmente terminó penetrando y provocando otro grito de dolor; la sangre negra y espesa brotaba por un orificio más, dejando al Umber Hulk al borde de la muerte.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
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En el fondo de su alma, en lo más profundo, justo al lado de ese pedazo que le habían robado, Martin sabía que no iba a recuperar nunca lo que se había pactado perder. Quizás fuera mejor así, y la Reina Cuervo le prefería sin esos recuerdos que le ataban a lo más básico de su propia humanidad. Una enorme tristeza le embargó ahogando cada parte de su ser, como un manto oscuro que le absorbía el calor de su cuerpo, dejándolo cada vez más sólo y aislado. Como un mal sueño del que nunca consigues desprenderte.
El semielfo puso la mano encima de la de Gowther con cierta candidez, como un niño preocupado de haber entristecido a sus mayores por algo que hubiera podido hacer.
- Muchas gracias por tu generoso acto, ... no ha funcionado, pero te agradezco la preocupación y os pido disculpas por ello, a todos vosotros en realidad. Me temo que no hay solución, pero es el acto de contrición lo que da validez a un sacrificio. Llevaré la carga conmigo, y con el tiempo, quizás pueda volver a llenar ese vacío con recuerdos y sentimientos que vuelvan a dar sentido a todo esto.
Tras esto, el pícaro se retiró dentro de la cabaña tejida con la magia del eladrín y se apartó un rato, perdido en sus pensamientos, antes de recostarse a dormir, sacó un poco de tábaco aromatizado de la bolsa oculta de su capa y se dispuso a encender una alargada y delicada pipa para disfrutar de su sabor antes del descanso.
A la mañana siguiente, Martin volvió a repetir el curioso ritual por el que hacía florecer las bayas de la ramita de muérdago y las repartió entre sus compañeros. Tras esto pidió a Kath que le ayudara a buscar los rastros de Lady Kima entre los diferentes caminos posibles, confiando cada vez más en las habilidades de ésta.
Survival: 1d20 (15) + 6 = 21
" ¡Oh la Oscuridad...! "
La elfa se recostó en una de las paredes de aquella gruta, esperando un tacto helador y húmedo que calara hasta su espina dorsal, pero la magia del eladrín era lo suficientemente efectiva como para alejar incluso el frío de las profundidades de la tierra y crear un pequeño reducto de comodidad allá donde estuvieran, cosa que realmente era de agradecer.
No fue consciente de lo cansada que estaba hasta que tuvo que aceptar la decisión de la mayoría de parar a reponer fuerzas; miró a Ash y se encogió de hombros. Ella hubiera continuado forzando la marcha, pero la incertidumbre de no saber el paradero y el estado de Lady Kima la dotaban de, quizá, una falsa ilusión de energía y vigor.
Cerró los ojos intentando mantener la mente en blanco, confiando en que descansar era la mejor opción, cuando no pudo evitar escuchar la conversación entre Gowther y Martin. Intentó no prestar demasiada atención hasta que el eladrín ejerció su magia sobre el semi-elfo. Debía tratarse de algo importante y las palabras del rogue que sucedieron al hechizo se lo ratificó. Preocupada por una historia de la que solo conocía retazos, Hela observó cómo Martin se retiraba a descansar, buscando una intimidad que la hechicera no se atrevió a interrumpir. Buscaría un momento más oportuno para conversar con él.
Después de un reparador pero inquieto descanso, se preparó para reanudar la marcha, se protegió una vez más con su hechizo y esperó expectante a que sus compañeros indicaran el camino a seguir.
[armadura de mago]
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Cuando llegaron a la cavidad y descubrieron el campamento de Lady Kyma Ash propuso hacer un breve descanso y seguir avanzando, pero tuvo que ceder ante las negativas de la mayoría del grupo. Sólo Morko parecía realmente dispuesto a seguir y se mostraba molesto con la resolución final. Tambien le pareció percibir en la. Mirada de Helayna el brillo del arrojó. La sonrió satisfecho. Lo cierto es que todos parecían cansados. Quizá fuera peligroso seguir si no estaban en plena forma. Confiaba que Lady Kyma pudiera arreglárselas sola unas horas más, después de todo parecía alguien capaz a tenor de la altura de sus aliados.
El guerrero no pasó por alto la conversación entre Gowther y Martin, pero no dijo nada.
Ash hizo su guardia y pasó el resto del tiempo amolando a Adelaida hasta devolverle el corte adecuado. Engrasó su metal y descansó también. Cuando todos estuvieron listos él también lo estuvo.
-Bueno que ¿Listas para partir, princesas? Hay una lady que encontrar -sonrió con sarcasmo mientras permanecía erguido en jarras junto a uno de los túnemes inexplorados- Martin, ¿algún rastro? Morko quizá puedas ayudarle a decidir cuál es túnel más transitado, yo cogería ese.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Martin no tiene problemas en encontrar el rastro de Lady Kima y su grupo en el pasadizo que parece baja más rápidamente aún más en las profundidades de la tierra. Al parecer nada ni nadie ha pasado por allí desde que pasara Lady Kima.
El día, si es que es realmente de día, se les antoja muy parecido al anterior. Continúan arrastrándose por pasadizos en la roca, en un par de ocasiones tienen que incluso ponerse de lado para pasar de lo estrecho que se vuelve el pasadizo, pero avanzan sin contratiempos.
Cuando están pensando en parar a comer, Martin hace que todos se detengan. Ha sentido un temblor en el suelo. Ash, que está a la mitad del grupo también lo nota y sus instintos de guerrero se despiertan. Todos se quedan quietos, atentos a lo que sea que ha puesto sobre aviso a su guía y su líder. Y entonces lo sienten todos. Un temblor en las paredes y en el suelo. Repentinamente las paredes y el suelo estallan, lazando pedazos de roca y tierra en todas direcciones. Por un segundo piensan que se trata de un derrumbamiento o un terremoto, pero luego escuchan el rugido de las inmensas criaturas que han irrumpido entre el grupo. Cubiertas de un exoesqueleto quitinoso negro, grandes zarpas y unas mandíbulas terminadas en grandes pinzas, las bestias se lanzan sobre el grupo.
PbP Character: A few ;)
Martin esperaba el ataque, aunque no tenía muy claro por donde iba a venir, al derribarse las paredes consiguió apartarse a tiempo para que los escombros de roca no cayeran sobre él, y cambió a una postura de ataque en cuanto consiguió vislumbrar a su objetivo. Las espadas cortas estaban ya en su mano desde instantes antes de la erupción de las criaturas, sabiendo que el arco, sin ver a su objetivo iba a ser inútil hasta poder posicionarse.
Le costó no ponerse cubriendo a Kath, hacía poco que le había dado el visto bueno como aventurera y no como aprendiz, y era hora de que ella brillara por sí misma, aunque últimamente ya era una combatiente digna de temer y el semielfo confiaría su vida en ella sin dudarlo.
Fue entonces cuando las miradas se cruzaron, el horror que había aterrizado justo a su lado, parecido a un escarabajo gigante pero con letales zarpas y mandíbulas, observó a su contendiente, y éste le devolvió la mirada desafiante. La visión y la cabeza del asesino empezaron a embotarse al vislumbrar esos ojos, una terrible confusión amenazaba con atenazar su mente y volver sus propios sentidos contra él. - ¡No! ... ¡Otra vez no puedo fallarles...! El estallido de voluntad que surgió de su interior consiguió apartar la confusión de su mente y le dio fuerzas para arremeter contra ese duro caparazón quitinoso, sus espadas, adentrándose en las hendiduras de sus articulaciones, hicieron saltar un fluido oscuro y viscoso de las heridas de la bestia, que trastabilló hacia atrás levemente sorprendida por el ímpetu y la lluvia de ataques de su enemigo, sin embargo el último ataque de Martin no tuvo la precisión perfecta de los anteriores y rebotó con un sonido hueco en su exoesqueleto.
- ¡Kath! ¡A las articulaciones, ese es su punto débil!
Sabiendo que la bestia se había recuperado de su embestida, el pícaro se preparó para intentar esquivar el inminente asalto de la monstruosidad que tenía delante.
Ataque principal: 2d20kh1 (18,
?) + 6 = 24 - Daño: 1d6(4) + 3 [piercing] + 2d6 (5,5) [piercing] = 17Ataque extra Gloom Stalker: 2d20kh1 (14,
5) + 6 = 20 - Daño: 1d6(1) + 3 [piercing] + 1d8(3) [piercing] = 7Ataque Mano Izq.: 2d20kh1 (5,
1) + 6 = 11 (Fallo)" ¡Oh la Oscuridad...! "
Morko vio a una de las bestias lanzarse contra él y aunque no tuvo problemas en desviar el ataque de una de las garras aunque el enano no pudo prever que algo tan grande se moviera tan rápido y la otra garra hizo un profundo corte en el costado del enano, antes de que la bestia pueda cerrar sus mandíbulas sobre el, Morko interpone su hacha y se libra del impacto.
PbP Character: A few ;)
La elfa se cubrió instintivamente la cabeza cuando el estallido de piedra y roca surgió de la nada, perdiendo momentáneamente el control de su alrededor. Unas criaturas enormes y grotescas habían aparecido casi instantáneamente, cerrándoles el paso y ocupando parte del ya estrecho pasillo que llevaban horas recorriendo.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Dos de esas bestias surgieron justo al lado de Morko que apenas tuvo tiempo de prepararse cuando una de aquellas bestias lo atacó salvajemente, solo gracias a su entrenamiento y a la gracia de Moradhin consiguió evitar la mayoría de ellos, pero uno le alcanzó desestabilizandolo. A la desesperada y tratando de recuperar una buena posición, Morko lanza un ataque que golpea las placas quitinosas de una de aquellas criaturas y conseguir mayor efecto que poder estar bien posicionado para lanzar un segundo ataque.
Haciendo caso al grito de Martín, Morko ataca a la articulación de la pierna y esta vez Kheluzburk consigue morder a la bestia, con una sonrisa el paladín retira el arma y se apresta para defenderse de los golpes de la bestia que tiene para él solo.
Uno de los monstruos se lanzó salvajemente contra Gowther. El eladrin no tuvo problema alguno en esquivar las garras pero en un intento desesperado se dejó caer sobre el hojacantante, intentando que su mole bloqueara los ágiles movimientos de Gowther. Las mandíbulas se cerraron con fuerza inhumana alrededor del elfo y Ash temió que el temible chasquido que resonó en el pasadizo fuera el torso de su aliado. Pero Gowther había conseguido bloquear las mandíbulas con su magia, ambas contenidas por un fulgor azulado apenas a un par de centímetros de su cuerpo.
Kathrinna no estaba preparada para esas criaturas. Pese a todas las veces que Martin le había advertido sobre esperar lo inesperado, la visión de aquellas bestias la horrorizó. Los ojos multifacéticos de la bestia la miraban inexpresivos y ella sintió que se mareaba. Intentó utilizar su magia para protegerse del vértigo que la embargaba pero no fue lo suficientemente rápida.
Su mente se fracturó en tantos pedazos como los ojos insecticides del Umber Hulk que tenía enfrente y la cazadora se sangre perdió la noción de donde estaba y toda referencia. No sabía donde estaba el suelo o el techo, el ruido de la lucha la ensordecía, los recuerdos de otras batallas comenzaron a asaltarla, los fantasmas de su pasado la sobrepasaron y empezó a ver a sus atacantes rodeándola de nuevo. Asustada, confusa, lanzó un ataque desesperado contra una figura próxima, intentando defenderse.
Gowther sintió de repente un tajo en su costado derecho. Sorprendido, miró en esa dirección para ver a una confusa Kathrinna moviendo la espada de un lado a otro atacando a enemigos que solo ella podía ver.
Guilbert intentó recuperarse y hacer algo por sus compañeros.
PbP Character: A few ;)
Pero fue inútil. Por su mente pasaron como el rayo imágenes y recuerdos borrosos de las alcantarillas de Waterdeep. El fracaso, la duda.. fallar de nuevo a sus compañeros. soltó la mano de la empuñadura de su sable y se llevo ambas manos a la cabeza, en cuclillas gopepeándose ausente la cabeza mientras solo era capaz de farfullar.. No.. No.. otra vez No...
El bardo sufrió, sin embargo, el mismo efecto que Kath. Su mente se fragmentó en tantos trozos como los multifacetados ojos y tan sólo pudo quedarse mirando las enormes criaturas luchando contra sus compañeros. En la mente de Guilbert lo que escuchaba eran los gritos de sus hermanos de armas siendo diezmados.
Sobreponiéndose al repentino ataque de Kath, Gowther utilizó su maestría del Arte para moverse más rápido y desenvainó Aegnor, la hoja silbó expectante y con un elegante movimiento el eladrin corto la carne de la bestia en una de sus articulaciones como había indicado Martin.
Morko había parado el ataque de una de ls bestias pero otra se abalanzó sobre él y aunque el enano bloqueó una de los ataques, la otra garra y las fuertes mandíbulas se cerraron en torno a su cuerpo amenazando con quebrar sus huesos. La sangre manó de la heridas.
Zevatur limpió sus ojos del polvo que le había saltado por la abrupta entrada de los Umber Hulk.
PbP Character: A few ;)
La lluvia de tierra le cegó por momentos y le costó afianzar los pies con uno de los guijarros mientras aprestaba sus chicas. ¡Una emboscada! Cuando pudo reaccionar aquellas cosas estaban tratando de devorarles. No en su guardia. Los cangrejos sobredimensionados no era su especialidad, diantre estos eran realmente feos y se habían metido con el grupo equivocado. Norma y Gloria no tuvieron clemencia con el monstruo más cercano, atacando las articulaciones expuestas como había dicho Martin.
-¡Yaaargg!! ¡Aguantad!! -rugió Ash desde el centro del grupo- ¡flanquead si podéis!
Con el último de su torbellino de brutales estocadas trató de hacer trastabillar a gigante quitinoso haciendo girar las guardas y planteando ambas hojas a modo de palanca.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
- Niña, céntrate – una voz grave y madura, con tono de reprimenda, resonó en su cabeza, tan reconocible y clara para la elfa que por un momento creyó que su maestro se encontraba en algún lugar de la oscuridad del interior de la roca – las emociones con las que dicen que viniste al mundo te conducirán a una muerte segura si no te centras, te lo he repetido hasta la saciedad –
La hechicera se había quedado inmóvil después de su fallido intento, mirando desconcertada a su alrededor, siendo testigo de como gran parte de sus compañeros perdían la cabeza; Kath había llegado incluso a atacar a Gowther en su locura, y Guilbert y Martin parecían haber sido afectados también por las horrendas criaturas a las que se enfrentaban. No podía permitirse fallar otra vez.
Volvió a sentir en su cogote esa mirada penetrante de desaprobación y las palabras se sucedieron por su mente como muchas otras veces en su pasado de aprendiza – la magia es intelecto; evalúa tu entorno, evalúa a tus enemigos, evalúa tus posibilidades, anula tus emociones, nada bueno puede surgir de ellas si no mantienes el control – su maestro había sido siempre muy exigente con ella, pero era lo más parecido a un padre que había conocido. Y era el único que hablaba abiertamente de la habilidad innata de sentir emociones de la shadar-kai, sin rechazarla como la mayoría de los habitantes de su plano – niña, debes aprender a gestionar tus recursos, porque ahí fuera estarás sola y yo no podré ayudarte -
Esperaba algún día poder volver a su ciudad natal para decirle que, en este caso, estaba equivocado. Dirigió su mirada a Ash justo cuando el humano embestía a una de las criaturas, dejándola gravemente herida y casi postrada a sus pies. Con un murmullo que fue aumentando paulatinamente, las palabras de la hechicera inundaron el espacio, mientras que, de sus dedos arqueados a modo de garra, se desprendía una traslúcida e incolora pero densa energía, que se elevaba por encima de sus cabezas abarcando gran parte del pasillo. Acto seguido, se escabulló colocándose entre dos rocas, intentando buscar un lugar algo más alejado para poder atacar. Satisfecha comprobó como aquellos seres ahora intentaban moverse y agredirla sin éxito.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Zevatur mira con desconcierto a las criaturas que acaban de surgir del suelo, sin pensarlo mucho se mueve una posición aislada, atrayendo dos ataques. El primero falla pero el segundo logra atrapar a Zevatur con un golpe monstruoso, atravesando su muslo. Con rabia y dolor marcados en el rostro Zevatur le apunta con el dedo y el escarabajo se ve envuelto en llamas al lanzarle un hellish rebuke, su cuerpo se queda envuelto en unas llamas amenazadoras. Sin pararse Zevatur llega hasta el espacio aislado del mapa. Allí maldice a la criatura y a su sabiduría Hex que esta trabada con martin y le lanza dos eldritch blast. Los rayos parecen ilusiones de pequeñas de garras de dragon envueltas en una energía que vuelan certeras hacia el escarabajo, impactando fieramente.
helish rebuke
Result: 3d10 (7, 5, 2) Total: 14 (con sorcery point gastado )
Eldirsth blast: 2D10+2D6+10 = 26 (con sorcery point gastado calculos muy complicados boh...)
Zevatur, Rolthos
La situación de momento no era crítica, pero Morko puede ver en mitad de fragor como Guilbert y Kath vuelven a caer presa de sus miedos, en su celo por acabar con el Umber Hulk más cercano al bardo, el paladín descarga un golpe con todas su fuerzas sin tener bien agarrada a Kheluzburk que sale disparada de sus manos y golpea estruendosamente la pared detrás del Umber Hulk.
Con la cara roja de vergüenza y rabia por el ridículo, Morko invoca de nuevo el hacha y golpea de nuevo al Umber Hulk. La poderosa arma parece sentir las mismas emociones que el paladín pues muerde con saña las carnes de su objetivo y sus runas se iluminan cuando se ve imbuida con el poder de Moradhin. El Umber Hulk ruge de dolor ante el salvaje ataque del paladín, mientras en lo bordes de la herida se pueden ver destellos del poder divino usado que se empiezan a disipar.
Zevatur oye a Guilbert advertir sobre su mirada y sus ojos, y ve sus efectos en la confusion de Kath. Pero al muchacho no le parece que sus ojos sean tan confusos e ignora la advertencia del bardo, que otra vez parece perdido en el combate.
Zevatur lanza de nuevo el ataque de fuerza, las pequeñas garras de dragon rajando el caparazón quitinoso de la criatura que lucha mano a mano con Martin. El hechizo daña a la criatura pero no parece hacerle demasiado daño. Después Zevatur mira a su alrededor y decide alejarse un poco de la angosta situación en que los mastodontes quitinosos a puesto al grupo. Moviendose con inquietante facilidad por las pareces y las piedras se aleja unos metros por el pasillo.
Zevatur, Rolthos
Cuando Guilbert reacciona se encuentra entre las mandíbulas de una de aquellas bestias y con terribles heridas por todo su cuerpo. Los ojos.. los terribles ojos de esos seres ahondaban en la fragilidad de la mente del bardo. Trató de evitar mirarles directamente.. preparar el contraataque.. fijándose únicamente en la situación de las blindadas patas. Funciona!
-Fijaros en sus patas!.-grita a sus compañeros mientras presiona sus graves heridas.- Evitad sus ojos!!!
Acto seguido murmulla unas palabras mágicas y un escudo de energía traslúcida se dibuja delante de su brazo izquierdo. Con la mano libre hace uso del cuerno decorado con runas argentas llamando refuerzos. La plata brilla fulgurante cuando las notas juegan con los misterios de la magia. Una espada de pura energía aparece en el lateral de uno de los escarabajos y tras ella y mas difuminado un barbudo humano de rostro borroso vestido con un kilt empuñándola. Siguiendo los auges del cuerno el caballero de la rosa negra asesta un golpe que sin embargo rebota.
Ash abatió a la enorme mole cortando extremidades. Antes de que el monstruo cayera al suelo el guerrero ya estaba tomando la posición ventajosa para flanquear al que peleaba contra Gowther. Este era su elemento. Esta vez trató de no mirar a los ojos a aquella cosa como había sugerido Gilbert. Cerró los ojos y Gloria rebotó en la coraza del monstruo. Diablos aquello no iba a ser tan sencillo.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Las criaturas renuevan sus ataques pese a estar bajo los efectos del hechizo de Hela se niegan a dejar escapar a sus presas.
Gracias a la a Magia de la Shadar-Kai Ash evita con facilidad el ataque. Morko no tiene tanta suerte y el umber hulk que lucha contra el, que no se ha visto afectado por el hechizo se Hela, agarra del cuello al paladín, pero el habilidoso enano se libra.
Kath sigue creyendo que está rodeada de enemigos, sus peores pesadillas personificadas, y acuchilla a Martin en los riñones.
Zevatur utiliza su Magia para seguir castigando a una de las bestias, que tozuda, se niega a caer.
Ante las chicas de Ash, otra de las bestias si que cae, su pesado cuerpo rueda un poco hacia el túnel que ha excavado en la roca, sangrando. El guerrero intenta moverse y seguir atacando pero se resbala en la sangre negra de su primera víctima y no consigue volver a impactar a otro de ellos.
Martin había escuchado el aviso de Guilbert y sabe que, aunque va a ser algo más complicado acertar en las criaturas, evitar su mirada parece haber funcionado con el bardo.
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Hela escuchó el grito de advertencia de Guilbert y, aunque ella no había sido presa de la locura transitoria provocada por las criaturas, decidió no tentar a la suerte esta vez y dirigió su mirada hacia las patas de una de las bestias. Aprovechó igualmente la información que Martin había compartido cuando aún contaba con toda su cordura y se centró en la articulación que se asemejaba a una rodilla monstruosa y deformada. Un rayo de hielo atravesó la estancia directo hacia su objetivo, que pareció rebotar en un primer momento sobre la armadura recia de la criatura, pero que finalmente terminó penetrando y provocando otro grito de dolor; la sangre negra y espesa brotaba por un orificio más, dejando al Umber Hulk al borde de la muerte.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"