—¡Guilbert! —exclamó con efusividad—Bienvenido de nuevo, nos tenías algo preocupados—le confesó bajando la voz—. Me alegro de que te hayas recompuesto un poco —le palmeó en el hombro comprensivamente—. Date tu tiempo. Los Fragmentos somos tu familia y estaremos aquí, a tu lado. Y ahora, —dijo sonriendo un poco y guiñando el ojo— salvemos esta maldita ciudad.
Palmeó una vez más al bardo y se irguió como un titán, dispuesto a entrar en el siniestro comercio. Las escalertitas de madera crugieron bajo su peso.
—¿Un ojo de contemplado, no? Vale —preguntó a Zevatur justo antes de entrar.
Ash subió decidido las escaleras y abrió la puerta que hizo resonar una alegre campanilla para recibir la llegada de clientela.
Una pesada humareda morada se arremolina en el techo de la tienda, y algo se escapa cuando Ash abre la puerta, los demás pueden ver como el humo se enreda en el falso contemplador y las volutas se escapan entre los pedúnculos de los ojos.
Mientras los ojos se acostumbran al menos iluminado interior, Ash ve que las estanterías y las paredes, así como el mostrador que queda frente a él. están totalmente pintadas de morado. Tras el mostrador, y parcialmente cubierto por unas cortinas del mismo color, un calvo gnomo da una larga bocanada a una pipa y deja escapar unos anillos de humo morado que suben para unirse a la nebilna del techo.
- Saludos y bienvenido a la tienda de curiosidades más curiosa de todo Waterdeep. -dice fijando en él un par de ojos morados. - Por favor siéntase libre de explorar las estanterías y hágame saber si encuentra algo que le interese... -
—¡Gracias eso haré! Sin duda estoy en el lugar adecuado —sonrió al gnomo.
Con curiosidad, buscó entre los estantes algo parecido a un pedúnculo con un ojo. Cualquier bribón sabía que demostrar demasiado interés en un trato se paga caro en cualquier negociación. Sin embargo no había nada allí que se pareciera a lo que buscaba y la paciencia no era una de sus virtudes.
—Bueno, tiene un buen tinglado de chucherías por aquí, pero no encuentro lo que busco —dijo acercándose al mostrador mientras dispersaba un aro de humo violeta con la mano—. Un pedúnculo de contemplador, con su ojo. ¿No he sabido encontrarlo o es que no tienes nada parecido, amigo? Tenía entendido que el establecimiento de Xoblob era único en la ciudad ¿No me han informado mal, verdad? —añadió apelando a su orgullo de comerciante.
Martin había dado un respingo cuando el versatil bardo había cambiado su forma ante ellos con discreción, sin duda no se lo había visto venir y eso pareció cargarle de cierta culpa. Estaba perdiendo reflejos y quizás volviéndose demasiado confiado últimamente. Lo que muchos otros llamarían fortaleza en la amistad, el semielfo siempre la había encontrado en la soledad, la que le obligaba estar siempre en alerta y con todos los sentidos activos, incluso cuando dormía... de algún modo sentía que había perdido eso, y quería convencerse a sí mismo de que quizás lo que había ganado a cambio valía aún más la pena... pero no estaba tan seguro de estar ganando esa batalla en su interior.
Tras dedicarle una amable sonrisa a Guilbert, entró en la tienda tras Ash, agitando inconscientemente su mano delante de sus ojos para aliviar la densidad del humo que flotaba por la estancia del diminuto comerciante. Sus violáceos ojos se posaron rápidamente en todas las estanterías del local, buscando algo que llamara su atención o que sintiera cercano, quizás por su estrecho contacto con la piedra que portaba. Pero pronto se dio cuenta de que no tenía ni idea de la forma o materia de la otra parte de la llave... y probablemente, ni el elocuente gnomo que regentaba el lugar supiera lo que tenía bajo su poder, ...
Suspiró algo preocupado, dejando la tarea social a sus compañeros, e intentó relajar su mente mirando por uno de los ventanucos de la puerta, buscando posibles miradas indiscretas desde el exterior...
El gnomo chupó profundamente de su pipa y dejó escapar densos anillos de humo violáceo que subieron a hundirse a la humareda del techo mientras miraba a Ash con ojos entrecerrados.
- Mi humilde tienda tiene de casi todo pero no he encontrado a ningún contemplador que haya querido desprenderse de uno de sus valiosos apéndices… lo más parecido… es mi maqueta de fuera en honor a esas criaturas - se tío entre dientes pero el humo le hizo una mala jugada y acabó tosiendo un poco. - Pero mira bien fuerte guerrero seguro que encuentras algo de tu interés y mucho menos peligroso jeje cof cof -
Zevatur siguió a Ash al interior de la tienda. Permaneció en silencio mientras Ash realizaba sus preguntas rebuscando también entre las estanterías. Tan solo intervino al final de la conversación. - No he podido evitar notar que la reproducción no guarda muy bien las proporciones. Quién la hizo?
El gnomo lanzó nuevas bolitas de humo morado y dulzón antes de contestar al tiefling
- Lo hice yo por supuesto. Verás un día tuve una visión mientras exploraba unos túneles y vi una de esas criaturas.. ¿como que las proporciones no son correctas? ¿A que te refieres? -
Ash miró a Zevatur circunspecto, enarcando una ceja. O aquel gnomo era un farsante o todo aquello era una tapadera de algo más gordo. Quizá ambas cosas. Mientras Zev y el dueño conversaban se alejó de ellos y se acercó a Martín que acababa de entrar y permanecía apostado junto a la entrada.
—¿Oye crees que podrías colarte en la trastienda a echar un vistazo? —susurró discretamente al oído del semielfo—. Esto me huele raro.
El bardo siguió a sus compañeros en silencio. Iba tan perdido como ellos, sin saber que buscaban ni donde buscarlo, tan solo conocían aquella tienda por fuera con su extraño tendero gnomo. Martin había sido claro en lo que vio pero enigmático en su concepción.. "Allí reposaba un pedúnculo con un ojo que me miraba sin ver. Curiosamente no sentía la viscosa sensación de sujetar tal apéndice. Parecía hecho de... pergamino. " fue todo lo que dijo. Tras un par de búsquedas infructuosas decidió seguir el plan B.
-Buenas noches tenga usted.. -dijo con total amabilidad a pesar de su dolor- ¿Puede ser que haya artículos mas exclusivos para compradores exigentes? O pueda echarnos una mano en la búsqueda.. quizá un dibujo de del ser que da nombre a su tienda?
- Por lo que recuerdo, y créeme son vividas memorias que me atormentan...- Dijo seriamente levantando un dedo - ... la boca debería ser más grande y los pedúnculos de los ojos algo más cortos. ¿A qué túneles te refieres? -Preguntó mientras examinaba con algo más de cuidado un trozo de obsidiana que parecía cálido al tacto.
La distracción de Guilber hizo que perdiese el hilo de la conversación y se centrase en la colección caleidoscópica de objetos. Quizás no tenían nada de valor, pero eran realmente peculiares y habían captado la atención del muchacho. - Tenéis una variedad asombrosa de objetos la mar de peculiares!- Exclamó con franca admiración mientras cogía una avejentada escama de dragón que acba da de encontrar. Interrumpido a Gilbert se acercó al tendero y le preguntó por los precios de aquellas maravillas. - ¿Cuando cuesta esto?
De pronto Ash cayó en la cuenta de que quizá, por una vez, las visiones mágicas fueran más literales de lo que él suponía. Las piezas del puzzle de pronto encajaron es su cabeza.
—¿Sabes qué, Martin? Déjalo estar —palmeó su hombro con resolución— , creo que solo necesitamos esa cosa horrorosa de papel maché que cuelga por fuera de la puerta.
Cogió una baratija al azar del estante cercano y acompañó de nuevo a Zevatur en la negociación que estaba planteándose.
Tras la vuelta de Guilbert, que le reportó una agradable tranquilidad al ver de nuevo al grupo reunido, Hela se encaminó junto con los demás a la tienda.
Se sentía un poco incómoda con el disfraz que se había decidido el más apropiado para ella. Todos sus enemigos la habían reconocido como mujer, así que debían intentar que esta vez pareciera un hombre.
La ropa no le incomodaba en demasía, pantalones, camisa y botas que le quedaban un poco grandes para disimular su figura femenina, eso sí, todo bajo una capa marrón oscuro con una capucha con la que no se pudo cubrir, ya que en la cabeza, y con la ayuda de un moño apretado, lucía un sombrero de ala ancha, parecido al que solía llevar Guilbert, que escondía su melena. Sobre su rostro, le habían colocado una barba falsa pegada lo mejor posible a la cara. Le picaba y tenía que hacer esfuerzos para no rascarse y correr el riesgo de que se desprendiera.
Cuando hubo terminado la caracterización, se volvió hacia Ash lanzándole un beso de manera cómica. Carraspeando y adoptando un gesto varonil, impostó la voz asemejándola a la de un rudo marinero: - No puedo rivalizar con tus músculos, pero creo que puede funcionar - y se abalanzó hacia él para darle un abrazo, mientras se reía divertida.
Y es que Hela no podía evitar disfrutar de todo aquello, de todas estas experiencias que le brindaba este nuevo plano.
La hechicera se mantuvo unos minutos en la puerta de la tienda, reticente en un primer momento a entrar. Pero la curiosidad finalmente la empujó a adentrarse en aquel lugar que, echando un primer vistazo, le resultó maravilloso.
Evitando hablar, saludó al tendero con una pequeña reverencia, agarrándose el sombrero de un lado, tal y como había visto hacer al bardo en tantas ocasiones, y se dispuso a dar una vuelta curioseando aquellas estanterías atestadas de pequeños y grandes objetos que le llamaban poderosamente la atención, mientras sus compañeros se encargaban de la negociación.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Guilbert interpretó rápido los ojos como platos de Ash. Adios plan B, hola plan C. Independientemente de su línea de acción, una buena cobertura podría ayudarle a sus compañeros a vandalizar el letrero de fuera.
-Sacado de la misma habitación real dwergar. en el inframundo. pero es una historia larga que no se si querrá escuchar.. tengo un curioso libro..-sacando de su mochila el tomo titulado "Barbas y Lava: Una historia de pasión prohibida"- seguro que quiere observarlo y quizá tenga algo a la altura para poder llegar a un fructuoso acuerdo para ambos.
- Hmm no es así como yo lo recuer... oh! disculpen caballeros estaba atendiendo a este cliente, en seguida estaré con ustedes - dice tanto a Ash como Guilbert cuando le interrumpen. - Como le decía no es así como lo recuerdo.. yo solía vivir en los túneles de las Montañas del Borde del Mundo, en una comunidad muy agradable donde pasé mis años mozos... pero un día, mientras buscaba unos hongos para la cena, tuve una visión... y mi vida cambió para siempre... y le aseguro que esa reproducción es lo más parecida a la visión que tuve que se puede hacer... sei meses tardé en hacerla.... -mira con orgullo la parte baja de la reproducción del beholder que está expuesto por fuera, la única parte visible desde dentro de la tienda, mientras chupa de su pipa. - En cualquier caso, por el trozo de obsidiana del Volcán Sumergido, cinco monedas de oro. Es único en su especie.- le contesta a su pregunta.
Mientras Zevatur se piensa si adquirir su hallazgo o no se vuelve al bardo
- Ahora, disculpe caballero, déjeme ver ese libro... hmmm está en Duergar, curioso curioso... ¿Cuánto pide por él ? -
Martin desvió su mirada súbitamente cuando Ash se le acercó disimuladamente para solicitar sus servicios de sigilo e infiltración. No recordaba hace cuanto no se encontraba tan cerca del fornido guerrero de cincelados músculos y su repentina cercanía no pudo evitar provocarle cierta incomodidad, aunque al mismo tiempo, no pudo evitar que su mirada se desviara a su atlético torso por unos instantes.
Intentó volver a desviar la mirada rápidamente, pero era ya demasiado tarde, al cruzarse con la curiosa Hela, que rebuscaba en algunas estanterías cercanas, disfrazada, y no como mujer. Su imaginación voló y su mente dibujó rápidamente una tórrida escena de alto contenido erótico entre los dos amantes, donde la oscura hechicera seguía vestida como un hombre y Ash pues ... hacía de Ash... Su pálida piel se ruborizó casi de inmediato sabiendo que esa imagen sería muy difícil de borrar por mucho tiempo.
Tras recibir la palmadita en su hombro sintió cierto alivio al no tener que invadir la intimidad del sin duda honesto gnomo, aunque mantenía su sospecha de que ese mágico ser, ocultaba y sabía más de lo que parecía.
Con un paseo indiferente e intentando cambiar de tercio, el semielfo se acercó a una maqueta del templo del Mal Elemental sin acabar, que captó su atención temporalmente... mientras esquivaba con cierto desagrado un bote lleno de uñas que reposaba sobre otra lasca cercana.
Ash cubrió a distancia hasta el mostrador haciendo volar tras de si su capa de líder color carmín.
—¿Que tienes un libro en duer...? Bueno da igual —dijo a Zev para, inmediatamente, dirigir una sonrisa encantadora al gnomo—. Mira amigo, el caso es que, aunque no tienes un ojo de contemplador auténtico, podemos conformarnos con el de la puerta. Menos es nada. ¿Te parecen bien, no se, 3 monedas, o mejor un intercambio?
Cayó en la cuenta de que había cogido un bote de uñas de aspecto insálubre que flotaban en un líquido amarillento y lo dejó sobre el mostrador.
El gnomo levantó la vista del libro que le había tendido Zevatur y miró a Ash entre sorprendido y horrorizado.
- No no no... lo lamento mi cartel no está en venta ni disponible para ser destruido, vandalizado, mutilado. Me costó seis meses llegar a construirlo y darle la textura adecuada y la protección contra los elementos necesaria para que resista... no no no... lo lamento. ¿Un ojo de contemplador dice? Puede buscar a Xanathar y pedirle uno... tendrá más suerte que pidiéndome a mi que venda o destruya mi obra de arte... -
El viejo gnomo parece realmente ofendido y devuelve el libro a Zevatur.
Ash levantó las manos comprendiendo que no sacarían nada en claro de aquel tipejo y que sería imposible convencerlo. Antes de tratar de intimidarlo o mencionar a los Lores le pareció más fácil simplemente robarlo al salir.
—Muy bien, pues nada. No era mi intención ofender —se disculpó—. Que pase usted un buen día.
Se dirigió a la entrada negando para si y a sus compañeros. Sonrió divertido or el disfraz de marinero al pasar junto a Hela. Una vez fuera esperó al resto al otro lado de la calle, entre las sombras.
Aprovechando la marcha de Ash, Hela le siguió en su salida, despidiéndose con una pequeña reverencia del tendero. Cuando estuvieron fuera, le susurró para no ser escuchados por si hubiera alguien cerca
- Parece que la única opción será robarlo. Busquemos un sitio en el que poder escondernos e intentaré alcanzar el ojo desde lejos-
Mientras el gnomo inspecciona el libro que le ofrece Guilbert e intenta tasarlo, al otro lado de la calle, resguardada en un callejón lateral, cubierta parcialmente por los anchos hombros de Ash y el robusto enano que se acodan en la entrada del mismo para cubrir sus movimientos, Helayna obra su magia. Le resulta extremadamente fácil arrancar uno de los pedúnculos de papel maché acabado en un ojo pintado de manera poco profesional. Mantiene el objeto elevado, para evitar que el dueño lo vea a través de los cristales y finalmente lo lleva hasta sus manos.
Poco después Guilbert sale de la tienda con un libro menos y cinco monedas de oro más y todos se reúnen en el pequeño callejón.
Parece que tienen todas las llaves para encontrar y abrir la Bóveda. De momento parece que sus disfraces funcionan o la noche en la Torre ha despistado a sus múltiples antagonistas y nadie les molesta.
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—¡Guilbert! —exclamó con efusividad—Bienvenido de nuevo, nos tenías algo preocupados—le confesó bajando la voz—. Me alegro de que te hayas recompuesto un poco —le palmeó en el hombro comprensivamente—. Date tu tiempo. Los Fragmentos somos tu familia y estaremos aquí, a tu lado. Y ahora, —dijo sonriendo un poco y guiñando el ojo— salvemos esta maldita ciudad.
Palmeó una vez más al bardo y se irguió como un titán, dispuesto a entrar en el siniestro comercio. Las escalertitas de madera crugieron bajo su peso.
—¿Un ojo de contemplado, no? Vale —preguntó a Zevatur justo antes de entrar.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Ash subió decidido las escaleras y abrió la puerta que hizo resonar una alegre campanilla para recibir la llegada de clientela.
Una pesada humareda morada se arremolina en el techo de la tienda, y algo se escapa cuando Ash abre la puerta, los demás pueden ver como el humo se enreda en el falso contemplador y las volutas se escapan entre los pedúnculos de los ojos.
Mientras los ojos se acostumbran al menos iluminado interior, Ash ve que las estanterías y las paredes, así como el mostrador que queda frente a él. están totalmente pintadas de morado. Tras el mostrador, y parcialmente cubierto por unas cortinas del mismo color, un calvo gnomo da una larga bocanada a una pipa y deja escapar unos anillos de humo morado que suben para unirse a la nebilna del techo.
- Saludos y bienvenido a la tienda de curiosidades más curiosa de todo Waterdeep. - dice fijando en él un par de ojos morados. - Por favor siéntase libre de explorar las estanterías y hágame saber si encuentra algo que le interese... -
PbP Character: A few ;)
—¡Gracias eso haré! Sin duda estoy en el lugar adecuado —sonrió al gnomo.
Con curiosidad, buscó entre los estantes algo parecido a un pedúnculo con un ojo. Cualquier bribón sabía que demostrar demasiado interés en un trato se paga caro en cualquier negociación. Sin embargo no había nada allí que se pareciera a lo que buscaba y la paciencia no era una de sus virtudes.
—Bueno, tiene un buen tinglado de chucherías por aquí, pero no encuentro lo que busco —dijo acercándose al mostrador mientras dispersaba un aro de humo violeta con la mano—. Un pedúnculo de contemplador, con su ojo. ¿No he sabido encontrarlo o es que no tienes nada parecido, amigo? Tenía entendido que el establecimiento de Xoblob era único en la ciudad ¿No me han informado mal, verdad? —añadió apelando a su orgullo de comerciante.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Martin había dado un respingo cuando el versatil bardo había cambiado su forma ante ellos con discreción, sin duda no se lo había visto venir y eso pareció cargarle de cierta culpa. Estaba perdiendo reflejos y quizás volviéndose demasiado confiado últimamente. Lo que muchos otros llamarían fortaleza en la amistad, el semielfo siempre la había encontrado en la soledad, la que le obligaba estar siempre en alerta y con todos los sentidos activos, incluso cuando dormía... de algún modo sentía que había perdido eso, y quería convencerse a sí mismo de que quizás lo que había ganado a cambio valía aún más la pena... pero no estaba tan seguro de estar ganando esa batalla en su interior.
Tras dedicarle una amable sonrisa a Guilbert, entró en la tienda tras Ash, agitando inconscientemente su mano delante de sus ojos para aliviar la densidad del humo que flotaba por la estancia del diminuto comerciante. Sus violáceos ojos se posaron rápidamente en todas las estanterías del local, buscando algo que llamara su atención o que sintiera cercano, quizás por su estrecho contacto con la piedra que portaba. Pero pronto se dio cuenta de que no tenía ni idea de la forma o materia de la otra parte de la llave... y probablemente, ni el elocuente gnomo que regentaba el lugar supiera lo que tenía bajo su poder, ...
Suspiró algo preocupado, dejando la tarea social a sus compañeros, e intentó relajar su mente mirando por uno de los ventanucos de la puerta, buscando posibles miradas indiscretas desde el exterior...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
El gnomo chupó profundamente de su pipa y dejó escapar densos anillos de humo violáceo que subieron a hundirse a la humareda del techo mientras miraba a Ash con ojos entrecerrados.
- Mi humilde tienda tiene de casi todo pero no he encontrado a ningún contemplador que haya querido desprenderse de uno de sus valiosos apéndices… lo más parecido… es mi maqueta de fuera en honor a esas criaturas - se tío entre dientes pero el humo le hizo una mala jugada y acabó tosiendo un poco. - Pero mira bien fuerte guerrero seguro que encuentras algo de tu interés y mucho menos peligroso jeje cof cof -
PbP Character: A few ;)
Zevatur siguió a Ash al interior de la tienda. Permaneció en silencio mientras Ash realizaba sus preguntas rebuscando también entre las estanterías. Tan solo intervino al final de la conversación. - No he podido evitar notar que la reproducción no guarda muy bien las proporciones. Quién la hizo?
Zevatur, Rolthos
El gnomo lanzó nuevas bolitas de humo morado y dulzón antes de contestar al tiefling
- Lo hice yo por supuesto. Verás un día tuve una visión mientras exploraba unos túneles y vi una de esas criaturas.. ¿como que las proporciones no son correctas? ¿A que te refieres? -
PbP Character: A few ;)
Ash miró a Zevatur circunspecto, enarcando una ceja. O aquel gnomo era un farsante o todo aquello era una tapadera de algo más gordo. Quizá ambas cosas. Mientras Zev y el dueño conversaban se alejó de ellos y se acercó a Martín que acababa de entrar y permanecía apostado junto a la entrada.
—¿Oye crees que podrías colarte en la trastienda a echar un vistazo? —susurró discretamente al oído del semielfo—. Esto me huele raro.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
El bardo siguió a sus compañeros en silencio. Iba tan perdido como ellos, sin saber que buscaban ni donde buscarlo, tan solo conocían aquella tienda por fuera con su extraño tendero gnomo. Martin había sido claro en lo que vio pero enigmático en su concepción.. "Allí reposaba un pedúnculo con un ojo que me miraba sin ver. Curiosamente no sentía la viscosa sensación de sujetar tal apéndice. Parecía hecho de... pergamino. " fue todo lo que dijo. Tras un par de búsquedas infructuosas decidió seguir el plan B.
-Buenas noches tenga usted.. -dijo con total amabilidad a pesar de su dolor- ¿Puede ser que haya artículos mas exclusivos para compradores exigentes? O pueda echarnos una mano en la búsqueda.. quizá un dibujo de del ser que da nombre a su tienda?
- Por lo que recuerdo, y créeme son vividas memorias que me atormentan... - Dijo seriamente levantando un dedo - ... la boca debería ser más grande y los pedúnculos de los ojos algo más cortos. ¿A qué túneles te refieres? - Preguntó mientras examinaba con algo más de cuidado un trozo de obsidiana que parecía cálido al tacto.
La distracción de Guilber hizo que perdiese el hilo de la conversación y se centrase en la colección caleidoscópica de objetos. Quizás no tenían nada de valor, pero eran realmente peculiares y habían captado la atención del muchacho. - Tenéis una variedad asombrosa de objetos la mar de peculiares! - Exclamó con franca admiración mientras cogía una avejentada escama de dragón que acba da de encontrar. Interrumpido a Gilbert se acercó al tendero y le preguntó por los precios de aquellas maravillas. - ¿Cuando cuesta esto?
Zevatur, Rolthos
De pronto Ash cayó en la cuenta de que quizá, por una vez, las visiones mágicas fueran más literales de lo que él suponía. Las piezas del puzzle de pronto encajaron es su cabeza.
—¿Sabes qué, Martin? Déjalo estar —palmeó su hombro con resolución— , creo que solo necesitamos esa cosa horrorosa de papel maché que cuelga por fuera de la puerta.
Cogió una baratija al azar del estante cercano y acompañó de nuevo a Zevatur en la negociación que estaba planteándose.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Tras la vuelta de Guilbert, que le reportó una agradable tranquilidad al ver de nuevo al grupo reunido, Hela se encaminó junto con los demás a la tienda.
Se sentía un poco incómoda con el disfraz que se había decidido el más apropiado para ella. Todos sus enemigos la habían reconocido como mujer, así que debían intentar que esta vez pareciera un hombre.
La ropa no le incomodaba en demasía, pantalones, camisa y botas que le quedaban un poco grandes para disimular su figura femenina, eso sí, todo bajo una capa marrón oscuro con una capucha con la que no se pudo cubrir, ya que en la cabeza, y con la ayuda de un moño apretado, lucía un sombrero de ala ancha, parecido al que solía llevar Guilbert, que escondía su melena. Sobre su rostro, le habían colocado una barba falsa pegada lo mejor posible a la cara. Le picaba y tenía que hacer esfuerzos para no rascarse y correr el riesgo de que se desprendiera.
Cuando hubo terminado la caracterización, se volvió hacia Ash lanzándole un beso de manera cómica. Carraspeando y adoptando un gesto varonil, impostó la voz asemejándola a la de un rudo marinero: - No puedo rivalizar con tus músculos, pero creo que puede funcionar - y se abalanzó hacia él para darle un abrazo, mientras se reía divertida.
Y es que Hela no podía evitar disfrutar de todo aquello, de todas estas experiencias que le brindaba este nuevo plano.
La hechicera se mantuvo unos minutos en la puerta de la tienda, reticente en un primer momento a entrar. Pero la curiosidad finalmente la empujó a adentrarse en aquel lugar que, echando un primer vistazo, le resultó maravilloso.
Evitando hablar, saludó al tendero con una pequeña reverencia, agarrándose el sombrero de un lado, tal y como había visto hacer al bardo en tantas ocasiones, y se dispuso a dar una vuelta curioseando aquellas estanterías atestadas de pequeños y grandes objetos que le llamaban poderosamente la atención, mientras sus compañeros se encargaban de la negociación.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Guilbert interpretó rápido los ojos como platos de Ash. Adios plan B, hola plan C. Independientemente de su línea de acción, una buena cobertura podría ayudarle a sus compañeros a vandalizar el letrero de fuera.
-Sacado de la misma habitación real dwergar. en el inframundo. pero es una historia larga que no se si querrá escuchar.. tengo un curioso libro..-sacando de su mochila el tomo titulado "Barbas y Lava: Una historia de pasión prohibida"- seguro que quiere observarlo y quizá tenga algo a la altura para poder llegar a un fructuoso acuerdo para ambos.
- Hmm no es así como yo lo recuer... oh! disculpen caballeros estaba atendiendo a este cliente, en seguida estaré con ustedes - dice tanto a Ash como Guilbert cuando le interrumpen. - Como le decía no es así como lo recuerdo.. yo solía vivir en los túneles de las Montañas del Borde del Mundo, en una comunidad muy agradable donde pasé mis años mozos... pero un día, mientras buscaba unos hongos para la cena, tuve una visión... y mi vida cambió para siempre... y le aseguro que esa reproducción es lo más parecida a la visión que tuve que se puede hacer... sei meses tardé en hacerla.... - mira con orgullo la parte baja de la reproducción del beholder que está expuesto por fuera, la única parte visible desde dentro de la tienda, mientras chupa de su pipa. - En cualquier caso, por el trozo de obsidiana del Volcán Sumergido, cinco monedas de oro. Es único en su especie.- le contesta a su pregunta.
Mientras Zevatur se piensa si adquirir su hallazgo o no se vuelve al bardo
- Ahora, disculpe caballero, déjeme ver ese libro... hmmm está en Duergar, curioso curioso... ¿Cuánto pide por él ? -
PbP Character: A few ;)
Martin desvió su mirada súbitamente cuando Ash se le acercó disimuladamente para solicitar sus servicios de sigilo e infiltración. No recordaba hace cuanto no se encontraba tan cerca del fornido guerrero de cincelados músculos y su repentina cercanía no pudo evitar provocarle cierta incomodidad, aunque al mismo tiempo, no pudo evitar que su mirada se desviara a su atlético torso por unos instantes.
Intentó volver a desviar la mirada rápidamente, pero era ya demasiado tarde, al cruzarse con la curiosa Hela, que rebuscaba en algunas estanterías cercanas, disfrazada, y no como mujer. Su imaginación voló y su mente dibujó rápidamente una tórrida escena de alto contenido erótico entre los dos amantes, donde la oscura hechicera seguía vestida como un hombre y Ash pues ... hacía de Ash... Su pálida piel se ruborizó casi de inmediato sabiendo que esa imagen sería muy difícil de borrar por mucho tiempo.
Tras recibir la palmadita en su hombro sintió cierto alivio al no tener que invadir la intimidad del sin duda honesto gnomo, aunque mantenía su sospecha de que ese mágico ser, ocultaba y sabía más de lo que parecía.
Con un paseo indiferente e intentando cambiar de tercio, el semielfo se acercó a una maqueta del templo del Mal Elemental sin acabar, que captó su atención temporalmente... mientras esquivaba con cierto desagrado un bote lleno de uñas que reposaba sobre otra lasca cercana.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Ash cubrió a distancia hasta el mostrador haciendo volar tras de si su capa de líder color carmín.
—¿Que tienes un libro en duer...? Bueno da igual —dijo a Zev para, inmediatamente, dirigir una sonrisa encantadora al gnomo—. Mira amigo, el caso es que, aunque no tienes un ojo de contemplador auténtico, podemos conformarnos con el de la puerta. Menos es nada. ¿Te parecen bien, no se, 3 monedas, o mejor un intercambio?
Cayó en la cuenta de que había cogido un bote de uñas de aspecto insálubre que flotaban en un líquido amarillento y lo dejó sobre el mostrador.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
El gnomo levantó la vista del libro que le había tendido Zevatur y miró a Ash entre sorprendido y horrorizado.
- No no no... lo lamento mi cartel no está en venta ni disponible para ser destruido, vandalizado, mutilado. Me costó seis meses llegar a construirlo y darle la textura adecuada y la protección contra los elementos necesaria para que resista... no no no... lo lamento. ¿Un ojo de contemplador dice? Puede buscar a Xanathar y pedirle uno... tendrá más suerte que pidiéndome a mi que venda o destruya mi obra de arte... -
El viejo gnomo parece realmente ofendido y devuelve el libro a Zevatur.
PbP Character: A few ;)
Ash levantó las manos comprendiendo que no sacarían nada en claro de aquel tipejo y que sería imposible convencerlo. Antes de tratar de intimidarlo o mencionar a los Lores le pareció más fácil simplemente robarlo al salir.
—Muy bien, pues nada. No era mi intención ofender —se disculpó—. Que pase usted un buen día.
Se dirigió a la entrada negando para si y a sus compañeros. Sonrió divertido or el disfraz de marinero al pasar junto a Hela. Una vez fuera esperó al resto al otro lado de la calle, entre las sombras.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Aprovechando la marcha de Ash, Hela le siguió en su salida, despidiéndose con una pequeña reverencia del tendero. Cuando estuvieron fuera, le susurró para no ser escuchados por si hubiera alguien cerca
- Parece que la única opción será robarlo. Busquemos un sitio en el que poder escondernos e intentaré alcanzar el ojo desde lejos-
Mage Hand para alcanzar y robar el ojo
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Mientras el gnomo inspecciona el libro que le ofrece Guilbert e intenta tasarlo, al otro lado de la calle, resguardada en un callejón lateral, cubierta parcialmente por los anchos hombros de Ash y el robusto enano que se acodan en la entrada del mismo para cubrir sus movimientos, Helayna obra su magia. Le resulta extremadamente fácil arrancar uno de los pedúnculos de papel maché acabado en un ojo pintado de manera poco profesional. Mantiene el objeto elevado, para evitar que el dueño lo vea a través de los cristales y finalmente lo lleva hasta sus manos.
Poco después Guilbert sale de la tienda con un libro menos y cinco monedas de oro más y todos se reúnen en el pequeño callejón.
Parece que tienen todas las llaves para encontrar y abrir la Bóveda. De momento parece que sus disfraces funcionan o la noche en la Torre ha despistado a sus múltiples antagonistas y nadie les molesta.
PbP Character: A few ;)