Cuando Uri entró en la habitación, se quedó petrificada ante la visión de la goma. Era ella, era Than, el recuerdo de su cuerpo sin vida la hizo estremecer y pestañear varias veces. Los ojos se le llenaron de lágrimas y una esperanzada sonrisa comenzó a surgir en sus labios
- “¿Than…? - Susurró, sin poder moverse del sitio de la emoción - “¿Than, eres tú? ¿Cómo es posible? Tú… tú… - su voz apenas era audible excepto para Saxa a la que tenía al lado. Remi, más alejado, la ignoró por completo iniciando una conversación con la gnoma.
A medida que transcurría la conversación, Uri no tuvo más remedio que rendirse a la realidad: aquella no era Than. Su sonrisa se desvaneció, creando una mueca contrariada y las lágrimas de felicidad cayeron por su rostro convertidas en tristeza. Se secó la cara con la manga y la observó con nostalgia, volviendo a sentirse culpable de su muerte. Se dispuso a salir de allí tras sus compañeros y descubrir quién era en realidad.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Saxa le da un apretón en el hombro a la elfa, intentando consolarla aunque sabía que sólo el tiempo curaría aquella herida. Luego, con un suspiro, simplemente siguió a los demás fuera de la casa para ponerse en camino de vuelta a Kalaman. Obviando por el momento el asunto de Than, la bárbara intentó dar un poco de conversación a Tatina. Quizás así Uri se animaría un poco.
- Esto ... bueno, Tatina, ¿llevas mucho tiempo viviendo aquí? Esto está un poco alejado de las grandes ciudades. No parece el lugar más seguro para estar viviendo sola. Aunque cierto es que estabas bastante acompañada por tus amigos mecánicos. ¿No habías tenido problemas con asaltantes hasta ahora, imagino? ¡Menos mal que llegamos a tiempo!
Uri le devolvió a Saxa una mirada triste y continuó su caminar. Sentir el apretón de la bárbara le reconfortaba, pero no consiguió deshacerse de ese sentimiento amargo al recordar a Than. No obstante, a la cazadora le interesó la conversación que habían iniciado, apretando el paso para colocarse cerca de la gnoma y escuchar su historia.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
La última frase de Tatina se clavó en lo más profundo del pecho de la cazadora, como una puñalada fría y mortalmente dolorosa. Sabía que solo se podría deshacer de esa angustia arrancándola de cuajo.
Movida por su juventud y su inexperiencia en este tipo de situaciones,por su instinto y su sentimiento de culpabilidad, Uri se abalanzó sobre la gnoma, con lágrimas en los ojos, abrazándola fuerte, ignorando su sorpresa y sus movimientos para zafarse de la elfa acongojada.
- Lo siento Tatina, lo siento… - balbuceó entre sollozos, rápida y atropelladamente, como si necesitara vomitar todo lo que llevaba en su interior - Vogler fue atacada y tu hermana cayó fatalmente en la batalla… murió defendiendo su pueblo y a sus gentes. Siento ser la portadora de estas horribles noticias, pero debes saberlo… nosotros… no pudimos hacer nada por ayudarla… eran demasiados, estábamos intentando huir y poner a salvo a todo el mundo… ella fue muy valiente, dio su vida por protegernos… yo… lo siento de verdad - sus sollozos se incrementaron, mientras apretaba su cara contra el hombro de la gnoma, restregándole sus lágrimas y los mocos que expulsaba al hablar - tenías que saberlo… no podía seguir ocultándote esta información… te pareces tanto a ella… sois como dos gotas de agua, por un momento pensé que eras Than, que habías vuelto… pero eso es imposible... - otro sollozo se ahogó en su garganta, deteniendo poco a poco su llanto. Suspiró profundamente y sintió como el dolor de su pecho disminuía.
El sol se retiraba y comenzaba a refrescar. Remi caminaba arropado en su capa cuando Uri se lanzo al pecho de Gnoma a derramar su desesperación y su culpa. Él no pudo sino sentirse incómodo, nunca sabía muy bien como encajar en aquellas escenas a corazón abierto. No tenía a los elfos por seres así de escandalosos, pero estaba claro que sabía poco de ellos. El aprendiz se mantuvo en un discreto segundo plano, mirando de reojo la escena con la esperanza que las aguas volvieran a su cauce por su propio pie.
Sir Arthur froto su cabecita peluda contra la bota de Uri.
La gnoma se tensó y se quedó quieta ante el repentino abrazo de Uri y su rostro se tornó blanco cuando escuchó las terribles noticias que la elfa le transmitió. Con la mirada puesta en el resto del grupo mientras la elfa hablaba confirmó lo que, entre balbuceos y atropelladamente, Uri le contaba y tragó saliva.
Muy despacio levantó los brazos mientras Uri sollozaba desconsoladamente y la abrazó- Sus pequeños brazos no llegaban a cubrir la espalda de la elfa pero el gesto hizo que los sentimientos de pena y culpa de la joven, para los cánones élficos, defensora del bosque se desbordaran como si se hubiera roto una presa. Uri sintió como la gnoma la apretaba contra sí y pesadas lágrimas caían por sus mejillas. Aún así encontró el ánimo para susurrar.
- Shh... lo sé... déjalo ir... eso es.. llora... tranquila... estás a salvo... -
Cuando las dos se calmaron Tatina apartó a Uri de su hombro y, con un pañuelo que había sacado de sus bolsillos, comenzó a limpiarle las lágrimas mientras hacia un claro esfuerzo por hablar despacio.
- Siento mucho por lo que has pasado. Nadie debería vivir algo así. Tienes, tenéis, un buen corazón. Y estoy segura de que hicisteis todo lo que pudisteis para ayudar, no sólo a mi hermana, si no a todo el pueblo. Ahora. Contadme todo con detalle por favor. -
Mientras se reponen emocionalmente montan el campamento para pasar la noche antes de llegar a Kalaman y, a la luz de la hoguera mientras calientan la comida, una sopa en una pequeña marmita que Fritz saca de su maravilloso zurrón, le cuentan a la inventora la batalla de Vogler. Su rostro se demuda cuando le relatan la llegada del artilugio con forma de dragón.
- Creoqueyase... -se detiene y respira hondo - Creo que ya sé porqué todos están tan interesados en verme. Esa máquina de destrucción que comentáis puede ser una perversión de mi cosechadora-fumigadora. ¡Maldita sea mi estupidez! No debí haberme fiado de ese tipo. -Se levanta y se sienta al lado de Uri. Toma su mano con las dos suyas y, mirándola a los ojos le dice.
- Uri, la muerte de mi hermana no fue culpa tuya. Tú no la pusiste en peligro, ni la obligaste a intentar detener a esas bestias. Muy al contrario, pusiste tu vida en peligro tratando de ayudarla, al igual que al resto de voglerianos. Muchos están vivos hoy gracias a ti y tus amigos. Es normal que lamentes la muerte de tus similares, pero no dejes que eso empañe tu alma. Concéntrate en los vivos y en los que puedes salvar. Y vive. Vive tu vida al máximo, disfrutando de cada amanecer, de cada comida, de cada baile, de cada sonrisa. Es el mejor homenaje que puedes hacer a aquellos que ya no están entre nosotros. -
Tristes lágrimas corren por sus mejillas pero deja sus manos dando calor y apoyo a la elfa.
Aquella criatura pequeña e ingeniosa era quizás la más fuerte de todos, salvo el kender, ambos parecían ser tremendamente resilientes. Tatina había encajado el asunto con una dignidad encomiable. Y no solo eso, sino que había encontrado las palabras adecuadas para calmar el espíritu atormentado de su arquera. Quizá Ansalon era en realidad de la gente pequeña y los demás estábamos aquí de prestado. Desde luego no recordaba haber leído ninguna guerra o gran conflicto instigado por ellos. Quizá Ansalon tuviera una oportunidad de paz en ellos si les dieran una oportunidad. Ese pensamiento le hizo sonreír un poco.
—Bien, tenemos que continuar—dijo cuando las dos mujeres deshacían el abrazo—. Seguramente nos estarán siguiendo.
Saxa creía que su conversación serviría para distraer a Uri del asunto de Than, pero había causado justo el efecto contrario. Aún así, parecía que sacar el tema por completo a la luz iba a tener un efecto positivo, tanto para la gnoma como para la elfa. Sonrió, no sin cierta tristeza, al verlas abrazarse, pero el mago tenían razón y no podían quedarse parados mucho más. Se acercó hasta las dos mujeres, y apoyando una mano en el hombro de cada una, dijo con suavidad:
- Remi tiene razón. Vamos, busquemos un sitio para pasar la noche y así nos podrás contar un poco más sobre ese tipo que has mencionado y tu cosechadora, Tatina.
Separándose de ellas para darles unos segundos para recuperarse, la bárbara oteó el horizonte en busca de un lugar donde pudieran pernoctar. También miró de reojo al kender, que estaba inusitadamente callado:
- Fritz, estás muy callado, amigo. ¿En qué andas cavilando?
Uri se sintió más reconfortada de lo que había imaginado tras las palabras y el abrazo de Tatina. Ahora estaba completamente convencida de que ser sincera y vomitar todo lo que llevaba dentro había sido lo correcto. Apretó las manos de la gnoma con determinación, mirándola con los ojos aún vidriosos y la cara sucia, ofreciéndole una sonrisa sincera y agradecida.
La emoción aún nublaba su atención como una molesta bruma y, ante la urgencia de Remi y Saxa, la cazadora se adelantó unos metros para echar un vistazo a su alrededor, buscando un lugar en el que acampar mientras borraba de su cara los rastros del llanto. Vio un pequeño claro entre la maleza que le pareció lo suficientemente escondido como para pasar la noche a salvo.
Tras hacerles señas a sus compañeros, Uri comenzó a recoger leña y hojas secas para montar una pequeña hoguera. Sus movimientos eran mecánicos y su mirada continuaba perdida entre sus pensamientos, intentando asumir todo lo ocurrido ese día. Quizá por eso no fue consciente del hormiguero que bullía bajo las mantas que había colocado en el suelo y cuyas habitantes se removían deseosas de salir al caer la noche para recoger los restos de comida desperdigada de los incautos visitantes.
Cuando todos estuvieron sentados al rededor del fuego, calentando unos mendrugos de pan y repartiendo trozos de queso y embutido que Friz había tomado prestado de las cocinas del castillo, Uri pareció abandonar su ensimismamiento. Sir Arthur se acercó buscando el calor del hogar y la elfa le acarició cariñosamente el lomo.
- Entonces… Tatina.. ¿nos cuentas qué es eso de la cosechadora? - preguntó, dándole un buen trago a la cantimplora de agua.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Remi no se sentó. Prefería permanecer de pie hasta que no fuera absolutamente necesario. A saber que liendres tenían aquellas mantas. El aprendiz miró a Sir Arthur con severidad, como si se tomara demasiadas confianzas para ser el familiar de un mago. El felino le devolvió la mirada con elegancia y saltó al regazo de Uri, donde se acomodó amasando un poco las ropas de la elfa. Dio un par de vueltas sobre si mismo antes volver tumbarse. Remi rodó los ojos hacia atrás y dedicó su atención a lo que Tatina tenia que contar.
El tiempo voló desde que entraron en casa de la Tatina. Con todos los goblins derrotados era hora de documentar todos aquellos artilugios. Alguno que otro terminó en el saquito del kender, la mayoria apagados pero alguno quejandose sún en funcionamiento. Ya que se iban mejor guardar también algún que otro libro de trabajo de los artilugios gnómicos.
-Mira.. tengo algún boceto de lo que vi en el interior de aquel dragón repleto de lagartones.. ¿de verdad amaestraste un mapache?, seguro que era tu artilugio.. ¿No pensaste que mejor era un castor? Sin embargo aquel cacharro no tenía algún punto débil.. mira.. aquí y aquí.. Nunca elijas, jamas, una oca.. son terribles descaradas y maleducadas..
Por alguna razón los libros de tecnologías tenían absorto al kender haciéndole parecer mucho menos kender.
Tatina observó los bocetos que le mostró el hombrecillo y asintió.
-Sisinohaydudaestoesunamodificaciónde... - ante el evidente carraspeo de Averil la gnoma respiró e intentó mantener el ritmo - Perdón... decía que es una modificiación de mi CATYOV, Cosechadora Automática de Trigo Y Otros Vegetales. Me compró los diseños un hombre que dijo venir del este y que lo usaría para que sus conciudadanos no tuvieran que arar tan duro en aquellas duras tierras. No fue sólo el oro que me dio, si no que me dio pena ¿sabeis? Pero nunca nunca imaginé que podría modificarse asi para la guerra - la gnoma parecía completamente horrorizada. Le contaré todo a la Mariscal y ayudaré en todo lo que pueda por supuesto... - aseguró.
Minutos más tarde el grupo estaba descansando por fin. Sin embargo no era un descanso plácido. El despiste de Uri hacía que todos, en mayor o menor medida estuvieran rascándose por las mordeduras de las hormigas que no parecían satisfechas con las migajas de su cena. Lo que estaba por ver era si lo que querían era comérselos o bien les castigaban por compartir tan parcas raciones. Lo que sí estaba claro es que las hormigas, que ni siquiera estaban en su lista de seres a desconfiar, habían ganado bastantes puntos para Fritz.
Y sin embargo, fue providencial que las hormigas apenas les dejaran descansar pues cuando los agudos sentidos de la elfa escucharon el inconfundible sonido de pasos que se aproximaban con la mayor cautela de la que eran capaces no le costó nada alertar al resto de compañeros. Tenían unos segundos antes de que, quienes fueran que se acercaban, llegaran a ser iluminados por la luz de su menguante hoguera.
- Tatina, rápido, escóndete - susurró Saxa mientras se ponía en pie de un salto y agarraba el hacha, lista para defender a la gnoma y al resto de quien quiera que se estuviera acercando. Si aquellos pasos pertenecían a alguien con intenciones de acabar el trabajo que habían iniciado los goblins en el hogar de Tatina, lo llevaban claro. Y si era cualquier otro tipo de amenaza, también. La bárbara se adelantó unos pasos al tiempo que elevaba el hacha por encima de su cabeza. No dudaría en descargarla si las cosas se ponían feas...
Fritzz no estaba seguro de poder apagar el fuego antes de que los cautelosos visitantes llegaran, así que optó por esconderse entre lamaleza cercana, a un lado de por donde se esperaba que aparecieran. Preparó una hermosa y puntiaguda piedra en su vara hoopak listo para la acción.
La gnoma saltó hacia unos arbustos cercanos e intentó hacer caso a la enorme bárbara.
El sonido se aproximó y unas ramas bajas se movieron para desvelar a quienes se acercaban.
Dos pequeñas figuras, quizá medianos, o gnomos... no... niños, dos niños se acercaban temerosos a la luz de la hoguera. Un pequeño de apenas tres o cuatro años iba de la mano de la que parecía su hermana mayor, un niña de unos seis o siete años que portaba un bebe de apenas un año en brazos.
Al ver al grupo alerta y armado, en especial a la enorme bárbara con su hacha, lanzaron un grito y retrocedieron asustados, corriendo de vuelta a la espesura.
Fritz salió corriendo detrás de los atemorizados críos, tratando de no asustarlos aún mas. Entre saltitos graciosos con su vara y llegó hasta ellos.
-Hola! Soy FritzFoxStiltonson Recklessfire aunque mis amigos.. como esa grandota bárbara, me llaman Fritz.. ¿Sabeis que le habeis dado un susto que casi se hace caca encima? Un poco mas y se convierte a si misma en piedra.. porque sabéis.. tiene ese poder con los lagartones. También tenemos un gatito, acompañado por su dueño que va con gente que quiere convertirme en ratón.. pero quereis ver al pequeñín? ¿Habeis visto alguna vez un elfo? Pues mi amiga elfa lo es.. lo notareis porque tiene las orejas diferentes a las vuestras y por eso escucha mejor de super lejos.. y ahora además se ha unido una gnoma que sabe hablar sin respirar, no como nuestra caballera, que sabe respirar sin hablar nada de nada...
El kender trató de que se calmaran los críos usando un tono tranquilizador.
-Mirar lo que tengo.. es una bolsa donde puedo guardar de todo.. tengo unos tesoros geniales, quereis verlos? Mira.. una escama de sirena.. una figura de una sirena.. un bigote de dragón.. Venid conmigo hasta el calor de nuestra fogata, tenemos agua y comida caliente.. esa cosa canija come jabalí?
Uri no pudo apenas conciliar el sueño, dando vueltas sobre sí misma enrollada en aquella manta, intentando deshacerse de las molestas hormigas que defendían su territorio y buscaban alimento. Se maldijo internamente por haber sido tan torpe de acampar sobre un hormiguero . Aunque los elfos no duermen como los humanos, fue incapaz de sumirse en ese estado de inconsciencia de descanso, y en cuanto escuchó los sonidos acercarse, puso en alerta al resto de sus compañeros.
Se escabulló igualmente entre unos matorrales, intentando tomar distancia para poder atacar con su arco si era necesario y cubrirle las espaldas a Saxa. Tensó la flecha y la sostuvo durante los segundos que tardaron en aparecer las figuras. Apunto estuvo de disparar cuando se dio cuenta de que se trataba de unos niños. Destensó el arma, la colgó a su hombro, y salió detrás de Fritz, con la idea de rastrear a los pequeños por el bosque para ofrecerles su ayuda.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Los niños, aunque aún asustados parecen relajarse un poco ante la presencia del, quizá, menos intimidante de los miembros del grupo.
Uri y Averil llegan hasta ellos cuando el kender aún está hablando de las habilidades de Averil.
- Y sin embargo - dice con una sonrisa - aún se hablar. Disculpad pequeños - dice arrodillándose y tendiendo una mano a la mayor - Venid con nosotros, os protegeremos. Lo juro por el Código y la Medida. -
Los ojos de los dos niños se abren de par en par cuando reconocen que están ante una Dama de Solamnia y su asombro no decae cuando distinguen las facciones élficas de Uri.
Timidamente la mayor da un paso hacia la mano tendida de Averil, extiende su mano libre y de repente se abraza a ella y se derrumba. La guerrera es rápida para sostenerla y coger al bebe, el niño rompe a llorar asustado.
Minutos después, con la niña ya recuperada y todos sentados alrededor del reavivado fuego, los niños, cubiertos por mantas y tomando algo de comida caliente, y el bebé en los brazos de Averil el grupo se pregunta qué hacer.
- Ups - dice Saxa en cuanto ve a los críos echar a correr. Esconde el hacha tan rápidamente como la sacó y pasa la mano por la cabellera rojiza con cara de confusión, sin saber muy bien qué hacer. Por suerte Fritz actúa rápido y consigue calmar a los pequeños, y entre él, Uri y Averil consiguen llevarlos de vuelta al campamento. Disgustada por haberlos asustado en primer lugar, al principio no se acerca mucho a los pequeños, pero al cabo de un rato un tanto incómodo para la bárbara, pregunta - Perdonad por el susto, niños. ¿Cómo es que estáis aquí solos? ¿Y vuestros padres? ¿De dónde venís?
Cuando Uri entró en la habitación, se quedó petrificada ante la visión de la goma. Era ella, era Than, el recuerdo de su cuerpo sin vida la hizo estremecer y pestañear varias veces. Los ojos se le llenaron de lágrimas y una esperanzada sonrisa comenzó a surgir en sus labios
- “¿Than…? - Susurró, sin poder moverse del sitio de la emoción - “¿Than, eres tú? ¿Cómo es posible? Tú… tú… - su voz apenas era audible excepto para Saxa a la que tenía al lado. Remi, más alejado, la ignoró por completo iniciando una conversación con la gnoma.
A medida que transcurría la conversación, Uri no tuvo más remedio que rendirse a la realidad: aquella no era Than. Su sonrisa se desvaneció, creando una mueca contrariada y las lágrimas de felicidad cayeron por su rostro convertidas en tristeza. Se secó la cara con la manga y la observó con nostalgia, volviendo a sentirse culpable de su muerte. Se dispuso a salir de allí tras sus compañeros y descubrir quién era en realidad.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Saxa le da un apretón en el hombro a la elfa, intentando consolarla aunque sabía que sólo el tiempo curaría aquella herida. Luego, con un suspiro, simplemente siguió a los demás fuera de la casa para ponerse en camino de vuelta a Kalaman. Obviando por el momento el asunto de Than, la bárbara intentó dar un poco de conversación a Tatina. Quizás así Uri se animaría un poco.
- Esto ... bueno, Tatina, ¿llevas mucho tiempo viviendo aquí? Esto está un poco alejado de las grandes ciudades. No parece el lugar más seguro para estar viviendo sola. Aunque cierto es que estabas bastante acompañada por tus amigos mecánicos. ¿No habías tenido problemas con asaltantes hasta ahora, imagino? ¡Menos mal que llegamos a tiempo!
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Uri le devolvió a Saxa una mirada triste y continuó su caminar. Sentir el apretón de la bárbara le reconfortaba, pero no consiguió deshacerse de ese sentimiento amargo al recordar a Than. No obstante, a la cazadora le interesó la conversación que habían iniciado, apretando el paso para colocarse cerca de la gnoma y escuchar su historia.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
-Buenoesverdadquenuncahabíatenidoproblemasmásalládelocasionalmapache¿sabíasquelosmapachespuedenadiestrarse?unavezestuveapuntodeconseguirqueunoabrieraycerraralapuertaperoundíadesapareciónoséquélepasaríaoh!veoquetútienesunaardillaamaestradaquemonamira!lecaigobiensedejaacariciarperomedesvíotenéisqueperdonarmeesalgoquemepasaavecessobretodosiestoynerviosaylaverdadesquenuncahabíanvenidogoblinsapormi!!quelocuradecíanqueeraporunodemisinventoselrecolectorautomaticodecosechasperonoseporquéunosgoblinestaríaninteresadosenrecogercosechasellossonmásdedestrozarlasnosésimeentendéiselcasoesqueparecequesiquehallegadoelmomentodevolveralaciudadmevineaquiparaquemisexperimentosnomolestarananadiesabessuelotrabajarhastamuytardeysuelohacermuchoruidoyeramolestoparalosvecinosasiqueencontreestacasaylarehabiliteymontemitallerenellasupongoquecuandosemepaseelsustoacabaréechándolademenossabéisporquémereclamalaMariscalenKalaman?alomejorcuandohallahabladoconellapuedoirmeaVoglerconmihermana-
Mientras caminan y hablan el sol comienza a ponerse. Uri sabe que no van a llegar a Kalaman antes del anochecer.
PbP Character: A few ;)
La última frase de Tatina se clavó en lo más profundo del pecho de la cazadora, como una puñalada fría y mortalmente dolorosa. Sabía que solo se podría deshacer de esa angustia arrancándola de cuajo.
Movida por su juventud y su inexperiencia en este tipo de situaciones, por su instinto y su sentimiento de culpabilidad, Uri se abalanzó sobre la gnoma, con lágrimas en los ojos, abrazándola fuerte, ignorando su sorpresa y sus movimientos para zafarse de la elfa acongojada.
- Lo siento Tatina, lo siento… - balbuceó entre sollozos, rápida y atropelladamente, como si necesitara vomitar todo lo que llevaba en su interior - Vogler fue atacada y tu hermana cayó fatalmente en la batalla… murió defendiendo su pueblo y a sus gentes. Siento ser la portadora de estas horribles noticias, pero debes saberlo… nosotros… no pudimos hacer nada por ayudarla… eran demasiados, estábamos intentando huir y poner a salvo a todo el mundo… ella fue muy valiente, dio su vida por protegernos… yo… lo siento de verdad - sus sollozos se incrementaron, mientras apretaba su cara contra el hombro de la gnoma, restregándole sus lágrimas y los mocos que expulsaba al hablar - tenías que saberlo… no podía seguir ocultándote esta información… te pareces tanto a ella… sois como dos gotas de agua, por un momento pensé que eras Than, que habías vuelto… pero eso es imposible... - otro sollozo se ahogó en su garganta, deteniendo poco a poco su llanto. Suspiró profundamente y sintió como el dolor de su pecho disminuía.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
El sol se retiraba y comenzaba a refrescar. Remi caminaba arropado en su capa cuando Uri se lanzo al pecho de Gnoma a derramar su desesperación y su culpa. Él no pudo sino sentirse incómodo, nunca sabía muy bien como encajar en aquellas escenas a corazón abierto. No tenía a los elfos por seres así de escandalosos, pero estaba claro que sabía poco de ellos. El aprendiz se mantuvo en un discreto segundo plano, mirando de reojo la escena con la esperanza que las aguas volvieran a su cauce por su propio pie.
Sir Arthur froto su cabecita peluda contra la bota de Uri.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
La gnoma se tensó y se quedó quieta ante el repentino abrazo de Uri y su rostro se tornó blanco cuando escuchó las terribles noticias que la elfa le transmitió. Con la mirada puesta en el resto del grupo mientras la elfa hablaba confirmó lo que, entre balbuceos y atropelladamente, Uri le contaba y tragó saliva.
Muy despacio levantó los brazos mientras Uri sollozaba desconsoladamente y la abrazó- Sus pequeños brazos no llegaban a cubrir la espalda de la elfa pero el gesto hizo que los sentimientos de pena y culpa de la joven, para los cánones élficos, defensora del bosque se desbordaran como si se hubiera roto una presa.
Uri sintió como la gnoma la apretaba contra sí y pesadas lágrimas caían por sus mejillas. Aún así encontró el ánimo para susurrar.
- Shh... lo sé... déjalo ir... eso es.. llora... tranquila... estás a salvo... -
Cuando las dos se calmaron Tatina apartó a Uri de su hombro y, con un pañuelo que había sacado de sus bolsillos, comenzó a limpiarle las lágrimas mientras hacia un claro esfuerzo por hablar despacio.
- Siento mucho por lo que has pasado. Nadie debería vivir algo así. Tienes, tenéis, un buen corazón. Y estoy segura de que hicisteis todo lo que pudisteis para ayudar, no sólo a mi hermana, si no a todo el pueblo. Ahora. Contadme todo con detalle por favor. -
Mientras se reponen emocionalmente montan el campamento para pasar la noche antes de llegar a Kalaman y, a la luz de la hoguera mientras calientan la comida, una sopa en una pequeña marmita que Fritz saca de su maravilloso zurrón, le cuentan a la inventora la batalla de Vogler. Su rostro se demuda cuando le relatan la llegada del artilugio con forma de dragón.
- Creoqueyase... - se detiene y respira hondo - Creo que ya sé porqué todos están tan interesados en verme. Esa máquina de destrucción que comentáis puede ser una perversión de mi cosechadora-fumigadora. ¡Maldita sea mi estupidez! No debí haberme fiado de ese tipo. - Se levanta y se sienta al lado de Uri. Toma su mano con las dos suyas y, mirándola a los ojos le dice.
- Uri, la muerte de mi hermana no fue culpa tuya. Tú no la pusiste en peligro, ni la obligaste a intentar detener a esas bestias. Muy al contrario, pusiste tu vida en peligro tratando de ayudarla, al igual que al resto de voglerianos. Muchos están vivos hoy gracias a ti y tus amigos. Es normal que lamentes la muerte de tus similares, pero no dejes que eso empañe tu alma. Concéntrate en los vivos y en los que puedes salvar. Y vive. Vive tu vida al máximo, disfrutando de cada amanecer, de cada comida, de cada baile, de cada sonrisa. Es el mejor homenaje que puedes hacer a aquellos que ya no están entre nosotros. -
Tristes lágrimas corren por sus mejillas pero deja sus manos dando calor y apoyo a la elfa.
PbP Character: A few ;)
Aquella criatura pequeña e ingeniosa era quizás la más fuerte de todos, salvo el kender, ambos parecían ser tremendamente resilientes. Tatina había encajado el asunto con una dignidad encomiable. Y no solo eso, sino que había encontrado las palabras adecuadas para calmar el espíritu atormentado de su arquera. Quizá Ansalon era en realidad de la gente pequeña y los demás estábamos aquí de prestado. Desde luego no recordaba haber leído ninguna guerra o gran conflicto instigado por ellos. Quizá Ansalon tuviera una oportunidad de paz en ellos si les dieran una oportunidad. Ese pensamiento le hizo sonreír un poco.
—Bien, tenemos que continuar —dijo cuando las dos mujeres deshacían el abrazo—. Seguramente nos estarán siguiendo.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Saxa creía que su conversación serviría para distraer a Uri del asunto de Than, pero había causado justo el efecto contrario. Aún así, parecía que sacar el tema por completo a la luz iba a tener un efecto positivo, tanto para la gnoma como para la elfa. Sonrió, no sin cierta tristeza, al verlas abrazarse, pero el mago tenían razón y no podían quedarse parados mucho más. Se acercó hasta las dos mujeres, y apoyando una mano en el hombro de cada una, dijo con suavidad:
- Remi tiene razón. Vamos, busquemos un sitio para pasar la noche y así nos podrás contar un poco más sobre ese tipo que has mencionado y tu cosechadora, Tatina.
Separándose de ellas para darles unos segundos para recuperarse, la bárbara oteó el horizonte en busca de un lugar donde pudieran pernoctar. También miró de reojo al kender, que estaba inusitadamente callado:
- Fritz, estás muy callado, amigo. ¿En qué andas cavilando?
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Uri se sintió más reconfortada de lo que había imaginado tras las palabras y el abrazo de Tatina. Ahora estaba completamente convencida de que ser sincera y vomitar todo lo que llevaba dentro había sido lo correcto. Apretó las manos de la gnoma con determinación, mirándola con los ojos aún vidriosos y la cara sucia, ofreciéndole una sonrisa sincera y agradecida.
La emoción aún nublaba su atención como una molesta bruma y, ante la urgencia de Remi y Saxa, la cazadora se adelantó unos metros para echar un vistazo a su alrededor, buscando un lugar en el que acampar mientras borraba de su cara los rastros del llanto. Vio un pequeño claro entre la maleza que le pareció lo suficientemente escondido como para pasar la noche a salvo.
Tras hacerles señas a sus compañeros, Uri comenzó a recoger leña y hojas secas para montar una pequeña hoguera. Sus movimientos eran mecánicos y su mirada continuaba perdida entre sus pensamientos, intentando asumir todo lo ocurrido ese día. Quizá por eso no fue consciente del hormiguero que bullía bajo las mantas que había colocado en el suelo y cuyas habitantes se removían deseosas de salir al caer la noche para recoger los restos de comida desperdigada de los incautos visitantes.
Cuando todos estuvieron sentados al rededor del fuego, calentando unos mendrugos de pan y repartiendo trozos de queso y embutido que Friz había tomado prestado de las cocinas del castillo, Uri pareció abandonar su ensimismamiento. Sir Arthur se acercó buscando el calor del hogar y la elfa le acarició cariñosamente el lomo.
- Entonces… Tatina.. ¿nos cuentas qué es eso de la cosechadora? - preguntó, dándole un buen trago a la cantimplora de agua.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Remi no se sentó. Prefería permanecer de pie hasta que no fuera absolutamente necesario. A saber que liendres tenían aquellas mantas. El aprendiz miró a Sir Arthur con severidad, como si se tomara demasiadas confianzas para ser el familiar de un mago. El felino le devolvió la mirada con elegancia y saltó al regazo de Uri, donde se acomodó amasando un poco las ropas de la elfa. Dio un par de vueltas sobre si mismo antes volver tumbarse. Remi rodó los ojos hacia atrás y dedicó su atención a lo que Tatina tenia que contar.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
El tiempo voló desde que entraron en casa de la Tatina. Con todos los goblins derrotados era hora de documentar todos aquellos artilugios. Alguno que otro terminó en el saquito del kender, la mayoria apagados pero alguno quejandose sún en funcionamiento. Ya que se iban mejor guardar también algún que otro libro de trabajo de los artilugios gnómicos.
-Mira.. tengo algún boceto de lo que vi en el interior de aquel dragón repleto de lagartones.. ¿de verdad amaestraste un mapache?, seguro que era tu artilugio.. ¿No pensaste que mejor era un castor? Sin embargo aquel cacharro no tenía algún punto débil.. mira.. aquí y aquí.. Nunca elijas, jamas, una oca.. son terribles descaradas y maleducadas..
Por alguna razón los libros de tecnologías tenían absorto al kender haciéndole parecer mucho menos kender.
Tatina observó los bocetos que le mostró el hombrecillo y asintió.
-Sisinohaydudaestoesunamodificaciónde... - ante el evidente carraspeo de Averil la gnoma respiró e intentó mantener el ritmo - Perdón... decía que es una modificiación de mi CATYOV, Cosechadora Automática de Trigo Y Otros Vegetales. Me compró los diseños un hombre que dijo venir del este y que lo usaría para que sus conciudadanos no tuvieran que arar tan duro en aquellas duras tierras. No fue sólo el oro que me dio, si no que me dio pena ¿sabeis? Pero nunca nunca imaginé que podría modificarse asi para la guerra - la gnoma parecía completamente horrorizada. Le contaré todo a la Mariscal y ayudaré en todo lo que pueda por supuesto... - aseguró.
Minutos más tarde el grupo estaba descansando por fin. Sin embargo no era un descanso plácido. El despiste de Uri hacía que todos, en mayor o menor medida estuvieran rascándose por las mordeduras de las hormigas que no parecían satisfechas con las migajas de su cena. Lo que estaba por ver era si lo que querían era comérselos o bien les castigaban por compartir tan parcas raciones. Lo que sí estaba claro es que las hormigas, que ni siquiera estaban en su lista de seres a desconfiar, habían ganado bastantes puntos para Fritz.
Y sin embargo, fue providencial que las hormigas apenas les dejaran descansar pues cuando los agudos sentidos de la elfa escucharon el inconfundible sonido de pasos que se aproximaban con la mayor cautela de la que eran capaces no le costó nada alertar al resto de compañeros. Tenían unos segundos antes de que, quienes fueran que se acercaban, llegaran a ser iluminados por la luz de su menguante hoguera.
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- Tatina, rápido, escóndete - susurró Saxa mientras se ponía en pie de un salto y agarraba el hacha, lista para defender a la gnoma y al resto de quien quiera que se estuviera acercando. Si aquellos pasos pertenecían a alguien con intenciones de acabar el trabajo que habían iniciado los goblins en el hogar de Tatina, lo llevaban claro. Y si era cualquier otro tipo de amenaza, también. La bárbara se adelantó unos pasos al tiempo que elevaba el hacha por encima de su cabeza. No dudaría en descargarla si las cosas se ponían feas...
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Stealth tirado en la web: 13+7
Fritzz no estaba seguro de poder apagar el fuego antes de que los cautelosos visitantes llegaran, así que optó por esconderse entre lamaleza cercana, a un lado de por donde se esperaba que aparecieran. Preparó una hermosa y puntiaguda piedra en su vara hoopak listo para la acción.
La gnoma saltó hacia unos arbustos cercanos e intentó hacer caso a la enorme bárbara.
El sonido se aproximó y unas ramas bajas se movieron para desvelar a quienes se acercaban.
Dos pequeñas figuras, quizá medianos, o gnomos... no... niños, dos niños se acercaban temerosos a la luz de la hoguera. Un pequeño de apenas tres o cuatro años iba de la mano de la que parecía su hermana mayor, un niña de unos seis o siete años que portaba un bebe de apenas un año en brazos.
Al ver al grupo alerta y armado, en especial a la enorme bárbara con su hacha, lanzaron un grito y retrocedieron asustados, corriendo de vuelta a la espesura.
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Fritz salió corriendo detrás de los atemorizados críos, tratando de no asustarlos aún mas. Entre saltitos graciosos con su vara y llegó hasta ellos.
-Hola! Soy FritzFoxStiltonson Recklessfire aunque mis amigos.. como esa grandota bárbara, me llaman Fritz.. ¿Sabeis que le habeis dado un susto que casi se hace caca encima? Un poco mas y se convierte a si misma en piedra.. porque sabéis.. tiene ese poder con los lagartones. También tenemos un gatito, acompañado por su dueño que va con gente que quiere convertirme en ratón.. pero quereis ver al pequeñín? ¿Habeis visto alguna vez un elfo? Pues mi amiga elfa lo es.. lo notareis porque tiene las orejas diferentes a las vuestras y por eso escucha mejor de super lejos.. y ahora además se ha unido una gnoma que sabe hablar sin respirar, no como nuestra caballera, que sabe respirar sin hablar nada de nada...
El kender trató de que se calmaran los críos usando un tono tranquilizador.
-Mirar lo que tengo.. es una bolsa donde puedo guardar de todo.. tengo unos tesoros geniales, quereis verlos? Mira.. una escama de sirena.. una figura de una sirena.. un bigote de dragón.. Venid conmigo hasta el calor de nuestra fogata, tenemos agua y comida caliente.. esa cosa canija come jabalí?
Uri no pudo apenas conciliar el sueño, dando vueltas sobre sí misma enrollada en aquella manta, intentando deshacerse de las molestas hormigas que defendían su territorio y buscaban alimento. Se maldijo internamente por haber sido tan torpe de acampar sobre un hormiguero . Aunque los elfos no duermen como los humanos, fue incapaz de sumirse en ese estado de inconsciencia de descanso, y en cuanto escuchó los sonidos acercarse, puso en alerta al resto de sus compañeros.
Se escabulló igualmente entre unos matorrales, intentando tomar distancia para poder atacar con su arco si era necesario y cubrirle las espaldas a Saxa. Tensó la flecha y la sostuvo durante los segundos que tardaron en aparecer las figuras. Apunto estuvo de disparar cuando se dio cuenta de que se trataba de unos niños. Destensó el arma, la colgó a su hombro, y salió detrás de Fritz, con la idea de rastrear a los pequeños por el bosque para ofrecerles su ayuda.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Los niños, aunque aún asustados parecen relajarse un poco ante la presencia del, quizá, menos intimidante de los miembros del grupo.
Uri y Averil llegan hasta ellos cuando el kender aún está hablando de las habilidades de Averil.
- Y sin embargo - dice con una sonrisa - aún se hablar. Disculpad pequeños - dice arrodillándose y tendiendo una mano a la mayor - Venid con nosotros, os protegeremos. Lo juro por el Código y la Medida. -
Los ojos de los dos niños se abren de par en par cuando reconocen que están ante una Dama de Solamnia y su asombro no decae cuando distinguen las facciones élficas de Uri.
Timidamente la mayor da un paso hacia la mano tendida de Averil, extiende su mano libre y de repente se abraza a ella y se derrumba. La guerrera es rápida para sostenerla y coger al bebe, el niño rompe a llorar asustado.
Minutos después, con la niña ya recuperada y todos sentados alrededor del reavivado fuego, los niños, cubiertos por mantas y tomando algo de comida caliente, y el bebé en los brazos de Averil el grupo se pregunta qué hacer.
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- Ups - dice Saxa en cuanto ve a los críos echar a correr. Esconde el hacha tan rápidamente como la sacó y pasa la mano por la cabellera rojiza con cara de confusión, sin saber muy bien qué hacer. Por suerte Fritz actúa rápido y consigue calmar a los pequeños, y entre él, Uri y Averil consiguen llevarlos de vuelta al campamento. Disgustada por haberlos asustado en primer lugar, al principio no se acerca mucho a los pequeños, pero al cabo de un rato un tanto incómodo para la bárbara, pregunta - Perdonad por el susto, niños. ¿Cómo es que estáis aquí solos? ¿Y vuestros padres? ¿De dónde venís?
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