- Uri!!! - gritó Saxa al ver cómo la criatura que se parecía a Lyra clava las uñas profundamente en el vientre de su amiga. La elfa estaba demasiado lejos y la bárbara sabía que no iba a poder llegar a ayudarla, así que tuvo que hacer de tripas corazón y, en lugar de correr hacia ella, decidió centrarse en el crío-demonio que atosigaba a Averil. Con un rugido se lanzó a por él, intentando agarrarlo para que no pudiera moverse y además le fuera más complicado atacar a sus amigos.
Saxa se abalanzó sobre la criatura que fingía ser el hermano pequeño. Sus grandes brazos cayeron sobre él con rapidez mientras la guerrera trataba de hacer como su animal totémico. Pero era demasiado pequeño, rápido y escurridizo. Saxa cerró los brazos casi sobre sí misma y gruñó de frustración. La risa burlona del niño la sacó aún más de sus casillas.
Sin embargo esa distracción sirvió para que Averil pudiera cargar contra la criatura que hostigaba a Uri.
-Paladine - dijo con voz firme - guía mi mano y concédeme el poder de acabar con estas criaturas... - rogó a un dios que llevaba siglos sin escuchar las plegarias de aquellos que aún recordaban su nombre.
El medallón que portaba en el cuello resplandeció momentáneamente con una luz cálida que iluminó su rostro durante un segundo. El acero de la Caballero de Solamnia se encendió, cubierto por unas pequeñas llamas de color acerado. Ya fuera por la guía de Paladine o por su habilidad, el acero cortó certero y la criatura que era una copia de Lyra chilló de dolor cuando las llamas comenzaron a cubrir su cuerpo.
Descolocada por la visión de esos niños convirtiéndose en demonios, intentando encajar con lógica todo aquello en su cerebro, la primera flecha que lanzó se perdió en la oscuridad de la noche sin objetivo. Estupefacta, mientras observaba cómo aquellas criaturas se acercaban a una inusitada velocidad y escuchaba la voz de Fritz a lo lejos, tras unos segundos de duda, sus pies comenzaron a moverse torpemente hacia atrás, pero sin la suficiente rapidez como para no ser alcanzada por la falsa Lyra.
Sus entrenados y precisos movimientos consiguieron esquivar uno de los ataques, pero el otro alcanzó su vientre que se rasgó tras un corte no muy profundo pero doloroso. Instintivamente, se llevó una de las manos a la tripa y se dobló de dolor, gimiendo e intentando acumular el aliento suficiente para huir. Averil y su providencial intervención le dio la ocasión perfecta. Mientras aquel demonio luchaba contra las llamas, Uri se separó de él y saltó hacia atrás tomando distancia, corriendo un trecho después para posicionarse y disparar. No sirvió de mucho, ya que el dolor de la herida provocó que la elfa moviera el torso en el momento en el que soltaba la cuerda tensada. La flecha dibujó una parábola en el aire y cayó sin fuerza al suelo, unos metros más allá de su objetivo.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
—Maaginen Ammus —recitó con el ceño fruncido y con la vista fija en la criatura llamada Tromun.
La punta de la varita de Remington se encendió de llamas violetas que salieron disparadas al monstruo. Los dardos mordieron su presa sin piedad. Remi ya preparaba su siguiente conjuro sin moverse del sitio. Estaba demasiado lejos del combate cuerpo a cuerpo para enterarse bien de qué sucedía, pero no pensaba perder el tiempo acercándose.
La criatura miró a Remi y sus ojos ardieron con el rojo fuego de la ira. Tanto pupila como iris se volvieron negros y abrió la boca en un grito silencioso. Una bruma negra salió de la boca del niño demonio y cruzó el espacio que le separaba del joven aprendiz de mago moviéndose rápidamente como una ráfaga de viento negro que al llegar a los pies del hechicero comenzó a subir desde sus pies por su cuerpo, cubriendo por completo a Remington.
Remi chilló de confusión y dolor al sentir como su cuerpo se contraía y deformaba. Sus huesos se movían dentro de él y sus articulaciones crujían al salirse de sus lugares. Sintió un dolor horrible en las sienes cuando unos cuernos nacieron de su cráneo para elevarse por encima de su cabeza. Cuando el negro viento se disipó en las alturas Remi estaba de rodillas en el suelo, las manos apoyadas frente a él. Su cuerpo había cambiado, era más corpulento, más grande. Contempló sus manos, ahora terminadas en largas garras, su piel negra parecía tener un aspecto coriáceo. Se levantó sobre unas piernas que ahora se giraban en el ángulo contrario, y terminaban en dos cascos ungulados. Una cola negra, prensil y terminada en una afilada punta le ayudó a conservar el equilibrio mientras con sus manos tocaba los grandes cuernos que le habían nacido en la cabeza. Miró con ojos amarillos a sus compañeros que observaban horrorizados la transformación del joven humano.
- Jejejeje... ahora es más divertido jugar contigo... - dijo el demoníaco niño.
-Fuego!- pensó Fritz quizá inspirado por la flamígera espada de la paladina.- Esperaporquecreoquetengoporaquiunpocodeaciete-dijo en el idioma de los gnomos para economizar tiempo.- Empújalo Saxa!! y lo quemamos!!!
De su bolsaguardalotodo extrajo el recipiende en piel que protegía el aceitoso combustible esperando el momento adecuado para no dar con el también a su compañera.
Saxa aún está soltando una retahíla de tacos, molesta porque el niño demonio se le ha escapado, cuando ve la horrible transformación de Remi.
- ¡Por todos los demon....!- chilla, sin acertar a terminar la frase, ni mucho menos a pararse a pensar en qué van a hacer para devolver a Remi a su forma humana. Es en ese momento cuando ve la pequeña pero ágil figura de Fritz corriendo hacia ellos, botellita de aceite en mano. En condiciones normales ver a un kender con algo inflamable le provocaría a cualquiera sudores fríos, pero la bárbara no podía negar que en aquellos momentos la idea era magnífica. De hecho, tenía pinta de ser lo único que podría ayudar a acabar con el puñetero crío infernal, ahora que Remi estaba transformado, y Averil estaba ocupada con el otro ser.
La sureña se aleja entonces de la criatura, sin preocuparse lo más mínimo por si aprovechará para atacarla, y sale corriendo en pos de la niña-demonio que está con Averil, a la que intentará agarrar para facilitarle la vida a la escudera de Solamnia. Mientras se aleja, grita:
Averil intentaba acertar a la bestia demoníaca que tenía frente a ella, pero la criatura era rápida y esquiva. La Dama de Solamnia fintó un ataque lateral y consiguió que la bestia se moviera donde ella quería. Con un grito clavó con fuerza su espada en el pecho de la demoníaca parodia de la niña y las llamas plateadas comenzaron a consumirla. Con un grito que se ahogó entre las llamas, el cuerpo de la criatura cayó al suelo y se desvaneció casi instantáneamente. Uri y Averil escucharon una risa demoníaca desvanecerse con el viento junto a las cenizas de aquel ser.
Uri lanzó una flecha. Su puntería volvió a ser certera y el proyectil se clavó en la cabeza de la criatura, con tanta fuerza que se echó para atrás. Por un momento pensó que le había partido el cuello. Pero para su horror, volvió a su posición inicial y, mirándola a los ojos y sonriéndola levantó un dedo acabado en una afilada garra y negó con el mismo.
Remy estaba en el suelo, las rodillas y las manos apoyadas en la húmeda hierba. Contemplaba sus demoníacas manos y sentía su cuerpo temblar.
El joven hechicero sentía nauseas. La transformación de su cuerpo era demasiado, su normalmente analíticamente no podía funcionar con normalidad. Conocía que existían poderosos hechizos que eran capaces de transformar a alguien en otro ser, pero nunca pensó, nunca imaginó, que algo así pudiera pasarle a él. Sintió cómo la magia bullía en su interior con una intensidad que jamás había notado. Nunca había pensado que algo así era posible. Un fuerte dolor le retorció las tripas y sintió que su pecho iba a explotar. No conseguía respirar. Escuchaba los acelerados latidos de su corazón en sus oídos y su visión se volvía borrosa. Intentó fijar la vista en sus compañeros pero todo se volvió borroso. Una violenta arcada contrajo su cuerpo y comenzó a vomitar. De su interior salía un líquido negro y grumoso, parecido a la brea, con un olor nauseabundo que reavivo sus arcadas y continuó devolviendo aquello. Incapaz de controlarse, el joven aprendiz expulsó aún más de aquella tumefacta masa que se iba expandiendo por el suelo.
Temblando, mareado y sudoroso, Remi se dejó caer sobre su espalda. Apoyo una mano rosada en su frente mientras tomaba aire y dejaba que el fresco aire nocturno le reanimara. Tardó un par de segundos en percatarse del detalle. Miró su mano. La otra mano, palpó su rostro y su cabeza. Había recuperado la normalidad.
Averil y el resto se arremolinaron a su lado, con cuidado de no tocar la negra sustancia que se evaporaba como habían hecho las cenizas de los demoníacos niños.
- ¿Estas bien?- preguntó Averil tocando su hombro con delicadeza y ayudándole a incorporarse.
El mago asintió. En realidad no se sentía nada bien, pero entendía lo que la Dama de Solamnia quería decir. Volvía a ser él mismo, aunque no se sintiera como tal, y eso era, sin duda bueno.
Del interior de la casa escucharon una voz. En realidad eran dos voces hablando al unísono, creando una cacofonía espeluznante. Por un lado sonaba con una anciana mujer, por otro, la gutural voz de un ser del inframundo.
- ¡¡Niños!! ¡¡A cenar!! No querréis que vuestros padres se enfríen -
Remi se incorporó ayudado por los demás. Odiaba sentirse débil, pero aun odiaba más la condescendencia de los demás. Ese maldito monstruo había acabado con él y toda su magia en un parpadeo. No estaba seguro de qué había pasado, pero de no ser por los demás aquello habría sido el final.
—Estaré bien —mintió desviando la mirada incómodo, limpiando los restos de baba de sus labios con el dorso de la mano.
Su cuerpo se estremeció al oír la voz proveniente del interior de la casa. Quizá era demasiado para ellos. Y sin embargo sabía que o enfrentaba aquel temor ahora o le perseguiría siempre. Tenía que acabar lo que habían empezado.
—Vamos —dijo justo antes de pronunciar las palabras que le hicieron desaparecer.
Saxa corrió al igual que el resto hasta Remi y, acuclillándose a su lado, apoyó una mano en el hombro del mago. No dijo nada, pues tenía la sensación de que lo último que necesitaba Remi ahora eran sus palabras. Cruzó una mirada con Averil y esta, entendiendo la mirada de la bárbara, utilizó su magia sanadora sobre Remignton y logró que las peores heridas se cerraran como si nunca hubieran estado ahí. El horror de la transformación ... eso ya no iba a poder curarlo la escudera de Solamnia. Sólo el tiempo lo haría. El tiempo, y quizás alguna que otra broma de Fritz, que seguramente ya estaba dandole vueltas en su cabeza a lo que le iba a decir al joven humano. Si se había quedado tan anodadado cuando vio a los dracónidos convertirse en ceniza, que diría ahora, se preguntaba Saxa.
Tras comprobar que Uri también estaba lista para lo siguiente que se les iba a venir encima, la sureña se incorporó y avanzó unos pasos hacia la casa para asegurarse de que lo que fuera que estuviera ahí dentro se centrara en ella una vez saliera a escena. Con su hacha lista para darle una cálida y afilada bienvenida alzó la voz, diciendo:
- Me temo que tus pequeños ya no van a cenar nada nunca más. Han tenido un ligero empacho de fuego. ¿Qué tal si sales a darnos la bienvenida, abuela? No querrás dejar a tus nuevos invitados sin el placer de conocerte, ¿verdad?
El silencio que siguió a las palabras de Saxa se rompió cuando se escucharon unos pesados pasos que se aproximaban a la puerta de la casa.
- ¿Habéis sido unos niños traviesos? No podemos dejar que se eche a perder tan espléndido guiso... - decía la voz que parecía la de una anciana, pero con un eco gutural y rasposo.
La puerta de la pequeña granja se abre y aparece una criatura enorme, que apenas puede pasar su obesa mole por la estrecha puerta. Mide casi tres metros de alto y por su corpulencia parece un ogro. Va vestida con un sucio vestido cubierto por un delantal que está lleno de sangre y restos orgánicos que es preferible no reconocer. Sus brazos y torso están cubiertos de cortes y heridas supurantes y rodeados por unas cuerdas que sostienen la piel que sobresale por la grasa que contiene. Su cabeza está cubierta por una cofia oscura, que atada por un par de cuerdas sobre su cráneo, su rostro oculto por una suerte de cestillo pero el fondo del mismo se abre en una boca circular repleta de colmillos afilados como dagas, al hablar una baba negra resbala entre ellos.
- Hmmm excelente, veo que el relleno del pastel ha llegado... -
- Ugh - es toda la respuesta de Saxa, que frunce el ceño y pone cara de asco, mientras piensa lo poco apetecible que le resulta la idea de acercarse a esa ... cosa .... Hasta la sola idea de que su hacha la toque le resulta intolerable.
Poder despedir a las copias extrañás de los niños fue un pequeño momento de felicidad hasta que la abuelita los reclamó para cenar.
-Pero que cosa mas desagradable de ver.. SEÑORA! SEÑORA!! No le han dicho nunca que los kender son de carne recia y bocado chicloso.. no valemos para guisos y menos aún relleno de tarta.. Aunque normal con eso que lleva en la cabeza.. nos ha confundido con fresas..- mirando a sus pelirrojas compañeras de viaje.- Ven bonita.. ven..
Buscó la piedra con mas mala leche que había, con puntas y aristas cortantes, y comenzó a agitar la pequeña honda que tenia su vara esperando el momento que se pusiera a tiro.
Uri sentía la frustración crecer dentro de su pecho como una pequeña llama azuzada por aceite. Sacudía la cabeza con el ceño fruncido cada vez que sus flechas acertaban sin causar ningún daño. Tenía ganas de gritar y patalear, como una niña pequeña en plena rabieta. Recordó a su maestro y templó el ánimo. Afortunadamente aquellos seres habían sido destruidos por el fuego y ahora se dirigían al interior de la casa.
La cazadora observó a la extraña criatura en el dintel de la puerta; parecía más recia, más consistente. Quizá esta vez su ataque sí surtiera algo de efecto. Obviando todo lo que sucedía a su alrededor, se agachó clavando una de sus rodillas en el suelo. Tensó el arco y apuntó durante más segundos de lo necesario. Esta vez necesitaba que funcionara y concentró toda su energía en el disparo. Un brillo de satisfacción refulgió en su mirada cuando pudo comprobar que, efectivamente, la flecha se había clavado en su objetivo, aunque le dio la sensación de que aquella dura piel rechazaba parte del daño de la perforación. Aún así, parecía más vulnerable a sus ataques y eso le daba cierta esperanza.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Confiando en su invisibilidad, Remington avanzó con decisión hacia la casa. Esperaba poder pasar inadvertido tras aquella cosa y encontrar dentro algo que les pudiera servir para derrotar a tan magnífico oponente.
Sin embargo, su decisión se convirtió en confusión cuando la criatura se dirigió directamente hacia él y rápidamente pasó a pánico cuando se dio cuenta de que levantaba el enorme machete manchado de sangre que llevaba para atacarle. Remington se quedó paralizado por el miedo, tan sólo pudo contemplar, casi a cámara lenta, como aquel obsceno brazo cubierto de cortes y de cuerdas que dejaban purpúreas marcas en la pálida carne, se levantaba y bajaba con precisión y odio aquel arma mortífera, cortando el abdomen del joven aprendiz de mago casi por la mitad.
El resto sólo pudo ver que la criatura se abalanzaba hacia delante, y levantaba su peligrosa arma, con un propósito claro aunque a ellos les pareció que tan sólo la enarbolaba amenazadoramente, hasta que escucharon el gemido del mago y vieron la sangre del mismo esparcirse por el suelo frente a la humilde granja.
Sobreponiéndose al horror, Fritz y Uri lanzaron sus proyectiles, que alcanzaron a la criatura, aunque parecía que tanta grasa que sobresalía en rollizos trozos de carne entre las cuerdas y el delantal hacía algo menos efectivos sus ataques. Averil corrió hacia la bestia, lanzando el desafiante grito de guerra Solamnico, mientras que Saxa, cogía carrerilla para lanzar una de sus jabalinas que se clavó en el hombro de la demoníaca cocinera. Saxa sabía que ese golpe debería haber atravesado el hombro de parte a parte, pero su jabalina sólo se clavó hasta la mitad. Sin embargo parecía haberlo notado, al contrario que los proyectiles de sus amigos los cuales había ignorado y giró su extraña cara hacia ella, abriendo la cesta que tenía por boca y mostrando los colmillos mientras se arrancaba la jabalina de Saxa.
La criatura bufó como un gato y Saxa sintió que toda su sangre se calentaba. Era como si sus tripas se hubieran incendiado, pero ya fuera por su propio fuego que le calentaba la sangre en combate, o porque su movimiento la alejó de aquel extraño efecto mágico, igual que comenzó a subir la temperatura, esta descendió dejando tan sólo una leve molestia en su pecho y estómago. Desde luego no quería averiguar qué podía haberle ocurrido.
Ni la noche ni el terreno impedían a Fritzz sus alegres e inocentes saltitos, pero realmente efectivos. En nada estaba al lado de la masa grasienta llamada abuela. SI de lejos era desagradable ya de cerca era aún peor, añadiendo a la viscosa visión los olores. Despistada como estaba con sus compañeros, aprovechó la guardia relajada para ensartar la punta de su vara en la rodilla de la yaya. Meniscos, rotula y ligamentos al servicio del espectáculo.
-Deja..-incando su vara-..a..-girandola para hacer mas daño-..mis..-un poco de palanca que hace mas daño-..amigos..-sacando la su Hoopak-..en PAZ!
La frustración que comenzaba a controlar con éxito se convirtió en preocupación e ira al escuchar el grito de Remi. Su primer impulso fue salir corriendo a asistirle en cuanto el reguero de sangre denso y oscuro tiñó el suelo de la entrada de la casa. Pero sabía que lo único que podría ayudarle era abatir a ese monstruo.
Se levantó y afianzó los pies en la tierra, consiguiendo el equilibrio perfecto junto con el arco tensado, buscando algún punto débil en la criatura, apuntando más hacia la cabeza, hacia esas fauces de centenares de dientes, evitando la partes más grasas que parecían ejercer de escudo en ese orondo cuerpo.
La flecha se clavó en lo que debería ser el cuello, todo pliegues de piel y grasa y, esta vez, pareció haber acertado en un lugar más vulnerable. Un grito ahogado anunció que, aunque ni mucho menos letal, el golpe había dañado al informe ser.
- ¿Niña? - Saxa preguntó, divertida - Hacía mucho que nadie me llamaba eso.
Sin embargo, la cara de diversión pronto fue sustituida por una de rabia cuando escuchó el grito de dolor de Remi. Mirando enfurecida a la asquerosa abuela, la bárbara siseó:
- Eso lo vas a pagar caro. Vas a cenar mucho metal esta noche, hija de ...- Saxa no terminó la frase. O más bien, su hacha la terminó por ella cuando descargó el arma contra la criatura.
- Uri!!! - gritó Saxa al ver cómo la criatura que se parecía a Lyra clava las uñas profundamente en el vientre de su amiga. La elfa estaba demasiado lejos y la bárbara sabía que no iba a poder llegar a ayudarla, así que tuvo que hacer de tripas corazón y, en lugar de correr hacia ella, decidió centrarse en el crío-demonio que atosigaba a Averil. Con un rugido se lanzó a por él, intentando agarrarlo para que no pudiera moverse y además le fuera más complicado atacar a sus amigos.
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Saxa se abalanzó sobre la criatura que fingía ser el hermano pequeño. Sus grandes brazos cayeron sobre él con rapidez mientras la guerrera trataba de hacer como su animal totémico. Pero era demasiado pequeño, rápido y escurridizo. Saxa cerró los brazos casi sobre sí misma y gruñó de frustración. La risa burlona del niño la sacó aún más de sus casillas.
Sin embargo esa distracción sirvió para que Averil pudiera cargar contra la criatura que hostigaba a Uri.
-Paladine - dijo con voz firme - guía mi mano y concédeme el poder de acabar con estas criaturas... - rogó a un dios que llevaba siglos sin escuchar las plegarias de aquellos que aún recordaban su nombre.
El medallón que portaba en el cuello resplandeció momentáneamente con una luz cálida que iluminó su rostro durante un segundo. El acero de la Caballero de Solamnia se encendió, cubierto por unas pequeñas llamas de color acerado. Ya fuera por la guía de Paladine o por su habilidad, el acero cortó certero y la criatura que era una copia de Lyra chilló de dolor cuando las llamas comenzaron a cubrir su cuerpo.
PbP Character: A few ;)
Descolocada por la visión de esos niños convirtiéndose en demonios, intentando encajar con lógica todo aquello en su cerebro, la primera flecha que lanzó se perdió en la oscuridad de la noche sin objetivo. Estupefacta, mientras observaba cómo aquellas criaturas se acercaban a una inusitada velocidad y escuchaba la voz de Fritz a lo lejos, tras unos segundos de duda, sus pies comenzaron a moverse torpemente hacia atrás, pero sin la suficiente rapidez como para no ser alcanzada por la falsa Lyra.
Sus entrenados y precisos movimientos consiguieron esquivar uno de los ataques, pero el otro alcanzó su vientre que se rasgó tras un corte no muy profundo pero doloroso. Instintivamente, se llevó una de las manos a la tripa y se dobló de dolor, gimiendo e intentando acumular el aliento suficiente para huir. Averil y su providencial intervención le dio la ocasión perfecta. Mientras aquel demonio luchaba contra las llamas, Uri se separó de él y saltó hacia atrás tomando distancia, corriendo un trecho después para posicionarse y disparar. No sirvió de mucho, ya que el dolor de la herida provocó que la elfa moviera el torso en el momento en el que soltaba la cuerda tensada. La flecha dibujó una parábola en el aire y cayó sin fuerza al suelo, unos metros más allá de su objetivo.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
—Maaginen Ammus —recitó con el ceño fruncido y con la vista fija en la criatura llamada Tromun.
La punta de la varita de Remington se encendió de llamas violetas que salieron disparadas al monstruo. Los dardos mordieron su presa sin piedad. Remi ya preparaba su siguiente conjuro sin moverse del sitio. Estaba demasiado lejos del combate cuerpo a cuerpo para enterarse bien de qué sucedía, pero no pensaba perder el tiempo acercándose.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
La criatura miró a Remi y sus ojos ardieron con el rojo fuego de la ira. Tanto pupila como iris se volvieron negros y abrió la boca en un grito silencioso. Una bruma negra salió de la boca del niño demonio y cruzó el espacio que le separaba del joven aprendiz de mago moviéndose rápidamente como una ráfaga de viento negro que al llegar a los pies del hechicero comenzó a subir desde sus pies por su cuerpo, cubriendo por completo a Remington.
Remi chilló de confusión y dolor al sentir como su cuerpo se contraía y deformaba. Sus huesos se movían dentro de él y sus articulaciones crujían al salirse de sus lugares. Sintió un dolor horrible en las sienes cuando unos cuernos nacieron de su cráneo para elevarse por encima de su cabeza.
Cuando el negro viento se disipó en las alturas Remi estaba de rodillas en el suelo, las manos apoyadas frente a él. Su cuerpo había cambiado, era más corpulento, más grande. Contempló sus manos, ahora terminadas en largas garras, su piel negra parecía tener un aspecto coriáceo. Se levantó sobre unas piernas que ahora se giraban en el ángulo contrario, y terminaban en dos cascos ungulados. Una cola negra, prensil y terminada en una afilada punta le ayudó a conservar el equilibrio mientras con sus manos tocaba los grandes cuernos que le habían nacido en la cabeza. Miró con ojos amarillos a sus compañeros que observaban horrorizados la transformación del joven humano.
- Jejejeje... ahora es más divertido jugar contigo... - dijo el demoníaco niño.
Turno de Fritz.
Remi esta "stunned" en su siguiente turno
PbP Character: A few ;)
-Fuego!- pensó Fritz quizá inspirado por la flamígera espada de la paladina.- Esperaporquecreoquetengoporaquiunpocodeaciete- dijo en el idioma de los gnomos para economizar tiempo.- Empújalo Saxa!! y lo quemamos!!!
De su bolsaguardalotodo extrajo el recipiende en piel que protegía el aceitoso combustible esperando el momento adecuado para no dar con el también a su compañera.
Saxa aún está soltando una retahíla de tacos, molesta porque el niño demonio se le ha escapado, cuando ve la horrible transformación de Remi.
- ¡Por todos los demon....! - chilla, sin acertar a terminar la frase, ni mucho menos a pararse a pensar en qué van a hacer para devolver a Remi a su forma humana. Es en ese momento cuando ve la pequeña pero ágil figura de Fritz corriendo hacia ellos, botellita de aceite en mano. En condiciones normales ver a un kender con algo inflamable le provocaría a cualquiera sudores fríos, pero la bárbara no podía negar que en aquellos momentos la idea era magnífica. De hecho, tenía pinta de ser lo único que podría ayudar a acabar con el puñetero crío infernal, ahora que Remi estaba transformado, y Averil estaba ocupada con el otro ser.
La sureña se aleja entonces de la criatura, sin preocuparse lo más mínimo por si aprovechará para atacarla, y sale corriendo en pos de la niña-demonio que está con Averil, a la que intentará agarrar para facilitarle la vida a la escudera de Solamnia. Mientras se aleja, grita:
- ¡Achichárralo a base de bien, Fritz!
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Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Averil intentaba acertar a la bestia demoníaca que tenía frente a ella, pero la criatura era rápida y esquiva. La Dama de Solamnia fintó un ataque lateral y consiguió que la bestia se moviera donde ella quería. Con un grito clavó con fuerza su espada en el pecho de la demoníaca parodia de la niña y las llamas plateadas comenzaron a consumirla. Con un grito que se ahogó entre las llamas, el cuerpo de la criatura cayó al suelo y se desvaneció casi instantáneamente. Uri y Averil escucharon una risa demoníaca desvanecerse con el viento junto a las cenizas de aquel ser.
PbP Character: A few ;)
Uri lanzó una flecha. Su puntería volvió a ser certera y el proyectil se clavó en la cabeza de la criatura, con tanta fuerza que se echó para atrás. Por un momento pensó que le había partido el cuello.
Pero para su horror, volvió a su posición inicial y, mirándola a los ojos y sonriéndola levantó un dedo acabado en una afilada garra y negó con el mismo.
Remy estaba en el suelo, las rodillas y las manos apoyadas en la húmeda hierba. Contemplaba sus demoníacas manos y sentía su cuerpo temblar.
PbP Character: A few ;)
El joven hechicero sentía nauseas. La transformación de su cuerpo era demasiado, su normalmente analíticamente no podía funcionar con normalidad. Conocía que existían poderosos hechizos que eran capaces de transformar a alguien en otro ser, pero nunca pensó, nunca imaginó, que algo así pudiera pasarle a él. Sintió cómo la magia bullía en su interior con una intensidad que jamás había notado. Nunca había pensado que algo así era posible. Un fuerte dolor le retorció las tripas y sintió que su pecho iba a explotar. No conseguía respirar. Escuchaba los acelerados latidos de su corazón en sus oídos y su visión se volvía borrosa. Intentó fijar la vista en sus compañeros pero todo se volvió borroso. Una violenta arcada contrajo su cuerpo y comenzó a vomitar. De su interior salía un líquido negro y grumoso, parecido a la brea, con un olor nauseabundo que reavivo sus arcadas y continuó devolviendo aquello. Incapaz de controlarse, el joven aprendiz expulsó aún más de aquella tumefacta masa que se iba expandiendo por el suelo.
Temblando, mareado y sudoroso, Remi se dejó caer sobre su espalda. Apoyo una mano rosada en su frente mientras tomaba aire y dejaba que el fresco aire nocturno le reanimara. Tardó un par de segundos en percatarse del detalle. Miró su mano. La otra mano, palpó su rostro y su cabeza. Había recuperado la normalidad.
Averil y el resto se arremolinaron a su lado, con cuidado de no tocar la negra sustancia que se evaporaba como habían hecho las cenizas de los demoníacos niños.
- ¿Estas bien? - preguntó Averil tocando su hombro con delicadeza y ayudándole a incorporarse.
El mago asintió. En realidad no se sentía nada bien, pero entendía lo que la Dama de Solamnia quería decir. Volvía a ser él mismo, aunque no se sintiera como tal, y eso era, sin duda bueno.
Del interior de la casa escucharon una voz. En realidad eran dos voces hablando al unísono, creando una cacofonía espeluznante. Por un lado sonaba con una anciana mujer, por otro, la gutural voz de un ser del inframundo.
- ¡¡Niños!! ¡¡A cenar!! No querréis que vuestros padres se enfríen -
PbP Character: A few ;)
Remi se incorporó ayudado por los demás. Odiaba sentirse débil, pero aun odiaba más la condescendencia de los demás. Ese maldito monstruo había acabado con él y toda su magia en un parpadeo. No estaba seguro de qué había pasado, pero de no ser por los demás aquello habría sido el final.
—Estaré bien —mintió desviando la mirada incómodo, limpiando los restos de baba de sus labios con el dorso de la mano.
Su cuerpo se estremeció al oír la voz proveniente del interior de la casa. Quizá era demasiado para ellos. Y sin embargo sabía que o enfrentaba aquel temor ahora o le perseguiría siempre. Tenía que acabar lo que habían empezado.
—Vamos —dijo justo antes de pronunciar las palabras que le hicieron desaparecer.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Saxa corrió al igual que el resto hasta Remi y, acuclillándose a su lado, apoyó una mano en el hombro del mago. No dijo nada, pues tenía la sensación de que lo último que necesitaba Remi ahora eran sus palabras. Cruzó una mirada con Averil y esta, entendiendo la mirada de la bárbara, utilizó su magia sanadora sobre Remignton y logró que las peores heridas se cerraran como si nunca hubieran estado ahí. El horror de la transformación ... eso ya no iba a poder curarlo la escudera de Solamnia. Sólo el tiempo lo haría. El tiempo, y quizás alguna que otra broma de Fritz, que seguramente ya estaba dandole vueltas en su cabeza a lo que le iba a decir al joven humano. Si se había quedado tan anodadado cuando vio a los dracónidos convertirse en ceniza, que diría ahora, se preguntaba Saxa.
Tras comprobar que Uri también estaba lista para lo siguiente que se les iba a venir encima, la sureña se incorporó y avanzó unos pasos hacia la casa para asegurarse de que lo que fuera que estuviera ahí dentro se centrara en ella una vez saliera a escena. Con su hacha lista para darle una cálida y afilada bienvenida alzó la voz, diciendo:
- Me temo que tus pequeños ya no van a cenar nada nunca más. Han tenido un ligero empacho de fuego. ¿Qué tal si sales a darnos la bienvenida, abuela? No querrás dejar a tus nuevos invitados sin el placer de conocerte, ¿verdad?
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
El silencio que siguió a las palabras de Saxa se rompió cuando se escucharon unos pesados pasos que se aproximaban a la puerta de la casa.
- ¿Habéis sido unos niños traviesos? No podemos dejar que se eche a perder tan espléndido guiso... - decía la voz que parecía la de una anciana, pero con un eco gutural y rasposo.
La puerta de la pequeña granja se abre y aparece una criatura enorme, que apenas puede pasar su obesa mole por la estrecha puerta. Mide casi tres metros de alto y por su corpulencia parece un ogro. Va vestida con un sucio vestido cubierto por un delantal que está lleno de sangre y restos orgánicos que es preferible no reconocer. Sus brazos y torso están cubiertos de cortes y heridas supurantes y rodeados por unas cuerdas que sostienen la piel que sobresale por la grasa que contiene. Su cabeza está cubierta por una cofia oscura, que atada por un par de cuerdas sobre su cráneo, su rostro oculto por una suerte de cestillo pero el fondo del mismo se abre en una boca circular repleta de colmillos afilados como dagas, al hablar una baba negra resbala entre ellos.
- Hmmm excelente, veo que el relleno del pastel ha llegado... -
PbP Character: A few ;)
- Ugh - es toda la respuesta de Saxa, que frunce el ceño y pone cara de asco, mientras piensa lo poco apetecible que le resulta la idea de acercarse a esa ... cosa .... Hasta la sola idea de que su hacha la toque le resulta intolerable.
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Poder despedir a las copias extrañás de los niños fue un pequeño momento de felicidad hasta que la abuelita los reclamó para cenar.
-Pero que cosa mas desagradable de ver.. SEÑORA! SEÑORA!! No le han dicho nunca que los kender son de carne recia y bocado chicloso.. no valemos para guisos y menos aún relleno de tarta.. Aunque normal con eso que lleva en la cabeza.. nos ha confundido con fresas..- mirando a sus pelirrojas compañeras de viaje.- Ven bonita.. ven..
Buscó la piedra con mas mala leche que había, con puntas y aristas cortantes, y comenzó a agitar la pequeña honda que tenia su vara esperando el momento que se pusiera a tiro.
Uri sentía la frustración crecer dentro de su pecho como una pequeña llama azuzada por aceite. Sacudía la cabeza con el ceño fruncido cada vez que sus flechas acertaban sin causar ningún daño. Tenía ganas de gritar y patalear, como una niña pequeña en plena rabieta. Recordó a su maestro y templó el ánimo. Afortunadamente aquellos seres habían sido destruidos por el fuego y ahora se dirigían al interior de la casa.
La cazadora observó a la extraña criatura en el dintel de la puerta; parecía más recia, más consistente. Quizá esta vez su ataque sí surtiera algo de efecto. Obviando todo lo que sucedía a su alrededor, se agachó clavando una de sus rodillas en el suelo. Tensó el arco y apuntó durante más segundos de lo necesario. Esta vez necesitaba que funcionara y concentró toda su energía en el disparo. Un brillo de satisfacción refulgió en su mirada cuando pudo comprobar que, efectivamente, la flecha se había clavado en su objetivo, aunque le dio la sensación de que aquella dura piel rechazaba parte del daño de la perforación. Aún así, parecía más vulnerable a sus ataques y eso le daba cierta esperanza.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Confiando en su invisibilidad, Remington avanzó con decisión hacia la casa. Esperaba poder pasar inadvertido tras aquella cosa y encontrar dentro algo que les pudiera servir para derrotar a tan magnífico oponente.
Sin embargo, su decisión se convirtió en confusión cuando la criatura se dirigió directamente hacia él y rápidamente pasó a pánico cuando se dio cuenta de que levantaba el enorme machete manchado de sangre que llevaba para atacarle. Remington se quedó paralizado por el miedo, tan sólo pudo contemplar, casi a cámara lenta, como aquel obsceno brazo cubierto de cortes y de cuerdas que dejaban purpúreas marcas en la pálida carne, se levantaba y bajaba con precisión y odio aquel arma mortífera, cortando el abdomen del joven aprendiz de mago casi por la mitad.
El resto sólo pudo ver que la criatura se abalanzaba hacia delante, y levantaba su peligrosa arma, con un propósito claro aunque a ellos les pareció que tan sólo la enarbolaba amenazadoramente, hasta que escucharon el gemido del mago y vieron la sangre del mismo esparcirse por el suelo frente a la humilde granja.
Sobreponiéndose al horror, Fritz y Uri lanzaron sus proyectiles, que alcanzaron a la criatura, aunque parecía que tanta grasa que sobresalía en rollizos trozos de carne entre las cuerdas y el delantal hacía algo menos efectivos sus ataques.
Averil corrió hacia la bestia, lanzando el desafiante grito de guerra Solamnico, mientras que Saxa, cogía carrerilla para lanzar una de sus jabalinas que se clavó en el hombro de la demoníaca cocinera. Saxa sabía que ese golpe debería haber atravesado el hombro de parte a parte, pero su jabalina sólo se clavó hasta la mitad.
Sin embargo parecía haberlo notado, al contrario que los proyectiles de sus amigos los cuales había ignorado y giró su extraña cara hacia ella, abriendo la cesta que tenía por boca y mostrando los colmillos mientras se arrancaba la jabalina de Saxa.
- Tsk Tsk Debes aprender modales niña insolente... -
La criatura bufó como un gato y Saxa sintió que toda su sangre se calentaba. Era como si sus tripas se hubieran incendiado, pero ya fuera por su propio fuego que le calentaba la sangre en combate, o porque su movimiento la alejó de aquel extraño efecto mágico, igual que comenzó a subir la temperatura, esta descendió dejando tan sólo una leve molestia en su pecho y estómago. Desde luego no quería averiguar qué podía haberle ocurrido.
PbP Character: A few ;)
Ni la noche ni el terreno impedían a Fritzz sus alegres e inocentes saltitos, pero realmente efectivos. En nada estaba al lado de la masa grasienta llamada abuela. SI de lejos era desagradable ya de cerca era aún peor, añadiendo a la viscosa visión los olores. Despistada como estaba con sus compañeros, aprovechó la guardia relajada para ensartar la punta de su vara en la rodilla de la yaya. Meniscos, rotula y ligamentos al servicio del espectáculo.
-Deja..-incando su vara-..a..-girandola para hacer mas daño-..mis..-un poco de palanca que hace mas daño-..amigos..-sacando la su Hoopak-..en PAZ!
La frustración que comenzaba a controlar con éxito se convirtió en preocupación e ira al escuchar el grito de Remi. Su primer impulso fue salir corriendo a asistirle en cuanto el reguero de sangre denso y oscuro tiñó el suelo de la entrada de la casa. Pero sabía que lo único que podría ayudarle era abatir a ese monstruo.
Se levantó y afianzó los pies en la tierra, consiguiendo el equilibrio perfecto junto con el arco tensado, buscando algún punto débil en la criatura, apuntando más hacia la cabeza, hacia esas fauces de centenares de dientes, evitando la partes más grasas que parecían ejercer de escudo en ese orondo cuerpo.
La flecha se clavó en lo que debería ser el cuello, todo pliegues de piel y grasa y, esta vez, pareció haber acertado en un lugar más vulnerable. Un grito ahogado anunció que, aunque ni mucho menos letal, el golpe había dañado al informe ser.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
- ¿Niña? - Saxa preguntó, divertida - Hacía mucho que nadie me llamaba eso.
Sin embargo, la cara de diversión pronto fue sustituida por una de rabia cuando escuchó el grito de dolor de Remi. Mirando enfurecida a la asquerosa abuela, la bárbara siseó:
- Eso lo vas a pagar caro. Vas a cenar mucho metal esta noche, hija de ... - Saxa no terminó la frase. O más bien, su hacha la terminó por ella cuando descargó el arma contra la criatura.
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra