Aquella mole sacudía a sus compañeros mientras Fritzz entraba y salía del combate para atizar con mal café a la yayaberración. Varazo en la chepa, pinchazo en la reúma, puntapié en la cadera. Algunos parecían causar daños mientras otros rebotaban en la grasienta piel de la señora. Quizá a partir de ahora debería quedarse inmobil para asegurar un buen disparo. Tan solo esperaba que sus amigos pudieran aguantar tantos envites.
La demoníaca cocinera ruge de dolor cuando el pequeño hombrecillo le clava su arma y prácticamente le hace saltar una rodilla. Intenta cortarlo por la mitad con su enorme machete pero Fritzz es demasiado rápido y se aleja saltando. Sin embargo la bruja es demasiado rápida y lanza otro ataque contra Averil la cual gruñe de dolor cuando el arma se clava en su costado. En lugar de apartarse, la Dama de Solmania envuelve con su brazo el arma, dejando a la bestia desprotegida para el ataque de su espada, la cual brilla con una luz dorada cuando se claca en el abdomen de la criatura. Sin darle cuartel, Averil la golpea con fuerza con el escudo, haciendo que levante la cabeza y trastabille hacia atrás.
- ¡Ahora Uri! - grita a la elfa, la cual lanza una certera flecha que esta vez atraviesa el cuello expuesto de la bruja. Ahora si grita de dolor y un icor negruzco mana de las numerosas heridas recibidas.
Remington lanza una pequeña bola de fuego, que impacta en el pecho de la bruja. Y Saxa consigue asestar un fuerte golpe con su hacha. La bruja agarra el mango del hacha de Saxa y, acercándose a su rostro, exhala una nube negra sobre la bárbara y escupe una baba negruzca sobre ella. Tosiendo, Saxa se aparta de ella y siente un frio en el pecho mientras observan, con horror, como parte de las heridas de la bruja se cierran. Riéndose malignamente, levanta su cuchillo para asestar otro golpe a la seguidora de Paladine, la cual ruega a su dios que sane alguna de las terribles heridas infringidas por la terrible arma. La fuerza descomunal y el cuchillo aún no han podido asestar un golpe limpio a ninguno, pero temen que, de hacerlo, pueda tener unas consecuencias terribles.
Uri trata de encontrar otro punto débil que acabe de una vez por todas con ella.
La flecha de Uri acierta de nuevo, esta vez en la axila, pero por desgracia no se clava lo suficiente y la bruja puede terminar su demoledor ataque sobre Averil, la cual hinca una rodilla ante el enorme impacto que recibe en el hombro. Aunque la sangre mana de la herida, la armadura la ha protegido de la mayor parte del impacto. La bruja, casi encima de la guerrera, vomita su icor negro sobre ella, la cual grita y no puede evitar que le caiga en los ojos. Averil siente que las fuerzas la abandonan, y aunque lanza una estocada, esta yerra por mucho su objetivo. Sin embargo ese ataque la deja expuesta a otro hachazo de Saxa. Cuando el filo de su arma corta a la bruja, Saxa siente cómo si la cortaran en ese mismo sitio. Se toca en el costado y comprueba que esta sangrando de una herida que ha aparecido en su propia piel. Si no fuera por el trance de combate en el que se encuentra, sin duda semejante corte la dolería mucho más. Y ahora que es consciente, tiene una herida bajo la axila derecha, justo donde Uri ha clavado su última flecha.
La bárbara vuelve a sentir el frio en su pecho y ve cómo las heridas de la bruja se cierran ante sus ojos.
Saxa ve como la bruja se avalanza sobre Averil y grita enfurecida. A pesar de las heridas que sustenta, o quizás embravecida por ellas, alza su hacha y sisea:
- Vas a morir chillando, vieja. Palabra de Saxa Strongblood.
En honor a sus palabras, descarga un golpe tremendo sobre la criatura, que parece que va a terminar con su vida ...pero es entonces cuando la pelirroja sureña siente el dolor que le ha provocado en sus propias carnes. Chilla de dolor, pero no por ello cejará en su empeño. Ha prometido que la bruja va a cenar hierro está noche, y así será.
Cuando Remi se hizo visible de nuevo estaba tan lejos del monstruo como había podido moverse. Estaba pálido y tenía el abdomen y las manos cubiertas de sangre. La confusión, el terror y la rabia habían dejado paso a la desesperación. Y así, a la desesperada, conjuraba una y otra vez las llamas púrpuras moviendo violentamente su varita desde la distancia. Tras cada llamarada buscaba cobertura para evitar que aquella cosa inmunda fijara sus ojos en él. Si era capaz de verle a través del conjuro de invisibilidad, qué no sería capaz de hacer con la mirada como los demonios anteriores.
Esta vez probaría a mantener su posición apuntando con la peor de las intenciones a la cabeza de la Yayaberración. Tenía ganas de atravesar el cesto que usaba por careta.
-Perdona Saxa!!! Siento el dolor de cabeza!- al percatarse que compartían heridas.
La lucha con la yayaberración estaba tomando un giro siniestro. Cierto era que los héroes estaban consiguiendo dañarla y su espesa sangre negruzca manaba por varias heridas, pero la conexíon demoníaca que había creado con Saxa. no sólo robándole la fuerza vital si no transfiriendo parte de sus heridas a la bárbara, estaba haciendo prácticamente imposible que pudieran acabar con ella, sin embargo Saxa cada vez parecía más exhausta, pese a su resistencia casi sobrehumana, la guerrera pelirroja comenzaba a acusar tantas lesiones. Cuando la yayaberración volvió a cubrirla con el ícor negro de su boca y sintió que le costaba un dolor tremendo mover cada músculo, comprendió el gesto que tenía Averil, y sintió que no podría luchar mucho más asi.
Los compañeros siguieron lanzando todo lo que podían contra la demoníaca criatura, la cual comenzó a reírse al ver que las dos guerreras apenas conseguían dañarla, pese a que Saxa asestó un certero golpe contra su cuello. La bruja le contestó con un corte ascendente que la impactó en el costado y, de no haber reaccionado a tiempo, habría cortado el brazo izquierdo a la altura del hombro. Aquella sí era una herida fea.
- Jajajajajaja - su risa mezcla de la anciana voz y la demoníaca era horrible - Vuestra carne será el plato principal pero ¿qué tenemos ahí? una delicatessen -dijo mirando a Uri. La enrome masa de la yayaberración se desprendió de las dos debilitadas mujeres y corrió hacia Uri abriendo su horrenda boca. Uri sintió temblar sus manos mientras cargaba una flecha para tratar de acabar con ella. Una explosión de fuego impactó a la yayaberración en el costado pero la ignoró por completo. La elfa comenzó a tensar el arco pero dudó. Ninguna de sus flechas había acabado con ella, ¿dónde debía apuntar? Se le acabó el tiempo, la demoníaca criatura levantó su horrendo machete y abrió por completo aquella cilíndrica boca repleta de colmillos triangulares y afilados.
Una piedra atravesó el extraño hatillo de madera que le servía de cráneo de lado a lado. Uri contempló como parecía desatarse y deshacerse. La yayaberración emitió un sonido gutural, más de sorpresa que de dolor y el obeso cuerpo de la yayaberración cayó al suelo como un muñeco roto. Frittzz sonreía a Uri unos metros más allá.
Con la bruja al fin muerta, Saxa se pone en pie. Le cuesta un poco al principio y cuando lo hace tambalea. Maldita yayaberración, hacía mucho que nadie le había vapuleado tanto. Pensando en todo esto, la sureña se acerca a Averil, ayudándola a ponerse en pie.
- ¿Estás bien? - le pregunta, y luego señala a una de las heridas que le hizo la criatura - Creo que voy a necesitar tu curación. Esta herida está emponzoñada y temo que si no la curamos se ponga peor. Pero quizá será mejor atender primero a Remi. La bruja le ha dejado bastante tocado.
Tras esto, se acerca al cadáver de la vieja, preguntándose si llevará algo de valor encima. Pero la verdad es que la sola idea de tocarla le da bastante asco, así que pasa de largo y entra en la cabaña. Sabe que seguramente va a presenciar un espectáculo dantesco, pero necesitan saber qué fue de los padres de los niños. Y quizá estaría bien, si pueden, localizar algun juguete de los más pequeños. No le devolverá la vida a sus padres, pero si al menos sirviera para alegrarles un poco...
- Parte de su magia oscura me ha afectado, lo lamento, no he servido de mucho en esta batalla. Estoy exhausta, en cuanto pueda rezaré a Paladine para que restaure esa terrible herida, sin duda parece infectada. - contesta Averil a Saxa.
Antes de que Saxa pueda alejarse del cadaver de la yayaberración, esta, repentinamente, agarra a la bárbara de la pierna e intenta cortarle la pierna con su enorme cuchillo ponzoñoso.
Saxa, aún sobresaltada y sorprendida, consigue saltar hacia atrás justo a tiempo. El cuchillo se clava en el húmedo suelo y la yayaberración se comienza a levantar, los palos de su cabeza recuperando su forma.
- Tsk tsk... vaya niños tan maleducados... -
Averil salta hacia la criatura, cayendo sobre el pecho de la misma y usando su arma con ambas manos clava profundamente su espada en el pecho de la bruja, atravesándola. La luz dorada de se expande por la hoja, quemando e iluminando el interior de la yayaberración. La criatura grita de dolor y trata de golpear con sus enormes garras a Averil, tratando de zafarse de ella y el terrible dolor que le provoca la energía divina que conduce a través de su hoja. Pero Averil aguanta estoicamente los embates y finalmente la criatura cae de espaldas mientras el fuego sagrado la consume. En apenas unos segundos Averil está arrodillada entre un montón de cenizas que se dispersan con una ligera brisa nocturna con los ojos cerrados rezando.
- ¡Toma ya! - exclamó Uri emocionada, girándose hacia Fritz tras rematar a la yayaberración por fin y salvarla de una peligrosa embestida. Saltando alegremente, se acercó hasta el kender y le abrazó, dándole palmadas en la espalda, celebrando su éxito y riendo feliz, mientras Saxa y Averil cruzaban unas palabras.
Pero el gesto de la cazadora se congeló en el momento en el que aquella bruja volvía a cobrar vida. Se separó de su compañero con presteza, adoptando una posición de ataque dispuesta a echar mano de su arco y sus flechas, pero la rapidez y la efectividad de Averil permitieron que su intervención no fuera necesaria.
Tras cerciorarse de que la criatura yacía sin vida definitivamente, Uri echó un vistazo a su alrededor, percatándose del estado malherido de sus compañeros tras la batalla. Se acercó hacia Remi, preocupada por sus heridas, tanto las físicas como las emocionales, y se agachó para prestarle ánimo.
- Tranquilo, Remi, pronto Averil te curará. ¿Estás bien? No te muevas demasiado- cuando vio a la guerrera con intención de entrar en la casa, la elfa se dirigió a ella - Saxa, no deberías entrar tú sola ahí. No sabemos si hay más peligros acechando -
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Fritzz se acercaba entre saltitos a cobrar la victima de su vara Hoopak cuando repentinamente la yayaberración volvió a la vida atacando a sus compañeros bastante maltrechos. Estaba cargando una piedra para rematarla cuando Averil la empaló provocando su desaparición entre cenizas.
-Walaaaaaaaa Averil!!! Tu sabes deshacerlos en cenizas??-dijo fascinado por los nuevos poderes de su compañera.- Entre Saxa que los petrifica y tú podemos con todo!!! Ojala yo pudiera hacer algo así de chulo.. Hay un corral de ocas donde me gustaría llevaros... Aunque si tenía algo ha desaparecido tb.. ya no se si me gusta tanto.. quizá en la casa haya algo..
Y comenzó su paseo hacia la casa entre alegres saltitos predispuesto a encontrarse alguna terrible visión de los padres de los niños.
- Me temo que eso ha tenido más que ver con su impía naturaleza que con mis habilidades Frizzt -explica Averil al hombrecillo, pero es difícil saber si la ha escuchado pues ya está dirigiéndose hacia la casa dando alegres saltitos.
- Me temo que estoy agotada Remi. Puedo vendar tus heridas, igual que las de Saxa, pero hasta que no descanse no puedo canalizar la energía de Paladine para sanaros. Me siento... exhausta. - confiesa la Dama de Solmania.
Fritzz y Saxa entran en la modesta casa que hasta esa noche servía de hogar a la familia. Desde un pequeño recibidor y pasillo que lleva a la parte trasera donde hay otra puerta, que ahora esta destrozada y convertida en astillas, hay dos puertas. Una a la izquierda que, asomándose lleva a una sala común compartida por una mesa y la cocina, donde en el fuego hay una marmita con un líquido negruzco hirviendo, y a la derecha una habitación común con tres jergones, uno más grande que los otros dos.
En la habitación la ventana está abierta y en el pasillo hay una gran mancha de sangre que se extiende hacia la cocina, como si alguien hubiera arrastrado un cerdo desangrándose hacia allí. En el cuarto, entre la puerta y los jergones de paja más pequeños, es más evidente la mancha de sangre y hay algunos restos orgánicos que es casi mejor no preguntarse qué son, pero para Saxa es evidente que los niños vieron lo que ha pasado mientras huían.
Saxa menea la cabeza apenada. Lo que ha sucedido en esta casa ha sido horrible, pero más horrible aún ha sido que los niños lo presenciaron todo. Sin más que hacer en aquella situación, comentó a los compañeros:
- Será mejor que nos vayamos y volvamos cuanto antes con Tatina y los niños. Descansemos y recuperémonos. Tenemos bastante camino a Kalaman y a unos pequeños que habrá que reubicar en la ciudad para que alguien cuide de ellos.
Remington observó desde su parapeto como la paladina daba muerte a la enorme bruja. Las cenizas flotaban a su alrededor barridas por el viento, que movía también sus cabellos rubios. El joven aprendiz se acercó a los demás. Estaba pálido por la pérdida de sangre y el aspecto ensangrentado de sus ropas y su mirada perdida le hacían parecer un cadáver andante. Asintió a Uri y Averil algo turbado, recuperando la compostura. Como si algo le molestase, frunció el ceño y entró en la casa, sin pronunciar palabra.
Observó la escena del crimen en silencio y con atención. Los restos humanos ya no le hicieron devolver como lo habrían hecho hace semanas. Ni siquiera apartó la mirada, inexpresivo, quizás habían visto suficientes horrores en la caída de Vogler como para endurecerse.
Apareció detrás de Saxa cuando esta se disponía a salir de la habitación de los niños. Asintió a sus comentarios, pero aun tardó un poco más en salir. Cuando lo hizo sus ropas volvían a estar limpias de sangre y cortes y su aspecto era serio.
Una habitación.. otra.. y otra.. y así entre saltitos el kender fue explorando toda la casa hasta que llegó a la estancia con la enorme olla de negro contenido. No quería mirar dentro, no quería confirmar lo que había dentro, ya se había convencido de no hacerlo cuando el gen kender tomó el control. Al remover el mejunje los distintos ingredientes salieron a flote.. un ojo.. luego otro.. luego la cabeza entera del papá. Un escalofrío recorrió el esbelto cuerpo de Fritzz y una sensación desagradable le quitó el poco apetito que tenía después de enfrentarse a la bruja. Luego removió los camastros de paja por si había guardado algo la yayaberración pero parecía que esos seres cruzaban entre planos sin nada mas que un hambre infinita.
Remington esperaba afuera, con el viento de la noche agitando levemente sus ropas de terciopelo. A la escasa luz de la Lunitari el terciopelo verde oliva parecía negro como la noche. El aprendiz estaba mirando a Sir Arthur, quien le devolvía miraba como si supiese algún tipo de verdad profunda difícil de discernir. El joven entrecerró los ojos.
—¿Nos vamos ya? —preguntó a los demás poniendo sus ojos en dirección noroeste— Tenemos que llegar a Kalaman. Nos esperan. Los caballeros sabrán encontrar a alguien que se ocupe de de los niños y la Rookledust tiene que comparecer ante la Mariscal Vendri. Ya hemos perdido demasiado tiempo.
Los compañeros comienzan a andar pesadamente para recoger del cobertizo a los ahora tristemente huérfanos y a la gnoma y poder volver a Kalaman. Lunitari se eleva tras ellos y ninguno se da la vuelta cuando escuchan la maldita granja comenzar a arder y su recuerdo desvanecerse entre las copas de los árboles como la ceniza arrastrada por el viento.
Tras recoger a sus protegidos y pasar una triste noche en la que apenas pudieron dormir por las pesadillas y los sollozos de los pequeños, casi al medio día del día siguiente llegaron a Kalaman bajo una pesada capa de nubes grises que dejaba caer una fria llovizna. Cansados, empapados y con el corazón roto así llegaron a las puertas de la ciudad cuyas altas murallas les parecieron hostiles en vez del lugar de protección que era.
Ya en el castillo, y con los niños atendidos en las cocinas, el equipo se dirigió a una sala del piso superior donde ardía un fuego en la chimenea y algunas toallas para que se secaran. Alguien había dispuesto un guiso caliente en el centro de la mesa en una olla y había platos y cubiertos puestos para que pudieran comer. No habían terminado cuando la Mariscal entró en la sala.
- Quietos por favor, terminad de comer. Es más, si no os importa yo me pondré un plato también. No he probado bocado desde el alba de ayer-
Y acompañando las palabras con la acción la Mariscal se sirve un plato del guiso y se sienta a comer.
- Bienvenida a Kalaman- Yo soy la Mariscal Vendri - le dice a Rookledust - tenemos mucho de que hablar pero por ahora terminemos de comer - dice educadamente y mirando de soslayo a sus agentes. No sabía muy bien qué había ocurrido pero podía detectar por el ambiente que nada bueno y prefería darles espacio.
Cuando hubieron terminado se recostó en la silla y fijó la vista en el fuego y los compañeros no sabían si estaba esperando a que ellos se sintieran con fuerzas para empezar o simplemente disfrutando de un momento de calma en su ajetreada agenda. Pasados unos minutos miró despacio a todos.
- Gracias por cumplir la misión que os había encomendado. Me alegra que hayáis vuelto todos sanos y salvos.-dice simplemente pero claramente esperando que le informaran de lo que había pasado y, posiblemente, de dónde habían salido aquellos críos.
Saxa mira de reojo a sus compañeros. Parecía que ninguno quería ser el primero en hablar - ni siquiera el kender, y eso ya era decir - y Saxa lo comprendía perfectamente. Sus cabezas aún estaban en el interior de aquella cabaña y de su grotesco contenido. Suspiró largamente, un poco para ordenar sus ideas antes de hablar, y otro poco para animarse recordando que por lo menos los críos estaban a salvo. No sólo los críos, también Tatina.
- Bueno, lo primero es decir que encontrar a Tatina de una sola pieza no fue tan fácil como esperábamos. Cuando llegamos a su hogar, vimos que estaba rodeado de una horda de goblins que habían conseguido saltarse los mecanismos de seguridad de Tatina, y ya estaban incluso entrando hasta la cocina, como se suele decir. Por suerte acabamos con ellos sin mayor problema. Tatina ya nos ha informado acerca de su cosechadora-fumigadora. ¿Cómo era? - pregunta la pelirroja, intentando hacer memoria - CATIA ... CATE...
- CATYOV - interviene la gnoma - ¡CosechadoraAutomáticadeTrigoYOtrosVegetales!
- Eso, gracias. Parece ser que Tatina vendió el diseño a un hombre venido del este, bajo la promesa de que lo usaría para el bien de las personas. Pero parece ser que se han basado en ese diseño para crear la máquina que atacó Vogler - Saxa mira en este punto a Tatina, por si quiere añadir algun detalle más.
- En el camino de vuelta - y entonces la bárbara sureña baja la mirada, claramente aún afectada, se aclara la garganta y continúa - encontramos a los tres niños de los que habréis oido hablar ya. Estaban aterrorizados, tras huir de su casa después de que .... un ser ... acabara con sus padres delante de sus narices. Creo que los dos mayores van a tener pesadillas con el sonido de esa criatura arrancando las extremidades de sus padres durante muchos años. Pobrecillos. En fin, acabamos con ella. Una bruja de mucho poder. Casi me dejó noqueada, y no es algo que me suela suceder.
Remington apenas había probado bocado, solo lo necesario para que no le rugieran las tripas. Sir Arthur olisqueaba el plato a medio comer, ya en el suelo, a los pies de la silla del aprendiz. El muchacho asintió a las palabras de Saxa con gravedad.
—Mariscal Vendri—llamó su atención tras limpiarse exquisitamente los labios con su servilleta—. Hace varios meses desde que Tatina cedió el diseño de su máquina. Parece que esta invasión viene gestándose desde hace tiempo. ¿De donde ha salido ese ejército? ¿Cómo es posible que nadie lo haya visto venir?—preguntó a la mariscal con mirada inexpresiva.
Sir Arthur dejó de lamer el plato y miró también a Vendri.
Aquella mole sacudía a sus compañeros mientras Fritzz entraba y salía del combate para atizar con mal café a la yayaberración. Varazo en la chepa, pinchazo en la reúma, puntapié en la cadera. Algunos parecían causar daños mientras otros rebotaban en la grasienta piel de la señora. Quizá a partir de ahora debería quedarse inmobil para asegurar un buen disparo. Tan solo esperaba que sus amigos pudieran aguantar tantos envites.
La demoníaca cocinera ruge de dolor cuando el pequeño hombrecillo le clava su arma y prácticamente le hace saltar una rodilla. Intenta cortarlo por la mitad con su enorme machete pero Fritzz es demasiado rápido y se aleja saltando. Sin embargo la bruja es demasiado rápida y lanza otro ataque contra Averil la cual gruñe de dolor cuando el arma se clava en su costado. En lugar de apartarse, la Dama de Solmania envuelve con su brazo el arma, dejando a la bestia desprotegida para el ataque de su espada, la cual brilla con una luz dorada cuando se claca en el abdomen de la criatura. Sin darle cuartel, Averil la golpea con fuerza con el escudo, haciendo que levante la cabeza y trastabille hacia atrás.
- ¡Ahora Uri! - grita a la elfa, la cual lanza una certera flecha que esta vez atraviesa el cuello expuesto de la bruja. Ahora si grita de dolor y un icor negruzco mana de las numerosas heridas recibidas.
Remington lanza una pequeña bola de fuego, que impacta en el pecho de la bruja. Y Saxa consigue asestar un fuerte golpe con su hacha. La bruja agarra el mango del hacha de Saxa y, acercándose a su rostro, exhala una nube negra sobre la bárbara y escupe una baba negruzca sobre ella. Tosiendo, Saxa se aparta de ella y siente un frio en el pecho mientras observan, con horror, como parte de las heridas de la bruja se cierran. Riéndose malignamente, levanta su cuchillo para asestar otro golpe a la seguidora de Paladine, la cual ruega a su dios que sane alguna de las terribles heridas infringidas por la terrible arma. La fuerza descomunal y el cuchillo aún no han podido asestar un golpe limpio a ninguno, pero temen que, de hacerlo, pueda tener unas consecuencias terribles.
Uri trata de encontrar otro punto débil que acabe de una vez por todas con ella.
PbP Character: A few ;)
La flecha de Uri acierta de nuevo, esta vez en la axila, pero por desgracia no se clava lo suficiente y la bruja puede terminar su demoledor ataque sobre Averil, la cual hinca una rodilla ante el enorme impacto que recibe en el hombro. Aunque la sangre mana de la herida, la armadura la ha protegido de la mayor parte del impacto. La bruja, casi encima de la guerrera, vomita su icor negro sobre ella, la cual grita y no puede evitar que le caiga en los ojos. Averil siente que las fuerzas la abandonan, y aunque lanza una estocada, esta yerra por mucho su objetivo.
Sin embargo ese ataque la deja expuesta a otro hachazo de Saxa. Cuando el filo de su arma corta a la bruja, Saxa siente cómo si la cortaran en ese mismo sitio. Se toca en el costado y comprueba que esta sangrando de una herida que ha aparecido en su propia piel. Si no fuera por el trance de combate en el que se encuentra, sin duda semejante corte la dolería mucho más. Y ahora que es consciente, tiene una herida bajo la axila derecha, justo donde Uri ha clavado su última flecha.
La bárbara vuelve a sentir el frio en su pecho y ve cómo las heridas de la bruja se cierran ante sus ojos.
PbP Character: A few ;)
Saxa ve como la bruja se avalanza sobre Averil y grita enfurecida. A pesar de las heridas que sustenta, o quizás embravecida por ellas, alza su hacha y sisea:
- Vas a morir chillando, vieja. Palabra de Saxa Strongblood.
En honor a sus palabras, descarga un golpe tremendo sobre la criatura, que parece que va a terminar con su vida ...pero es entonces cuando la pelirroja sureña siente el dolor que le ha provocado en sus propias carnes. Chilla de dolor, pero no por ello cejará en su empeño. Ha prometido que la bruja va a cenar hierro está noche, y así será.
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Cuando Remi se hizo visible de nuevo estaba tan lejos del monstruo como había podido moverse. Estaba pálido y tenía el abdomen y las manos cubiertas de sangre. La confusión, el terror y la rabia habían dejado paso a la desesperación. Y así, a la desesperada, conjuraba una y otra vez las llamas púrpuras moviendo violentamente su varita desde la distancia. Tras cada llamarada buscaba cobertura para evitar que aquella cosa inmunda fijara sus ojos en él. Si era capaz de verle a través del conjuro de invisibilidad, qué no sería capaz de hacer con la mirada como los demonios anteriores.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Esta vez probaría a mantener su posición apuntando con la peor de las intenciones a la cabeza de la Yayaberración. Tenía ganas de atravesar el cesto que usaba por careta.
-Perdona Saxa!!! Siento el dolor de cabeza!- al percatarse que compartían heridas.
La lucha con la yayaberración estaba tomando un giro siniestro. Cierto era que los héroes estaban consiguiendo dañarla y su espesa sangre negruzca manaba por varias heridas, pero la conexíon demoníaca que había creado con Saxa. no sólo robándole la fuerza vital si no transfiriendo parte de sus heridas a la bárbara, estaba haciendo prácticamente imposible que pudieran acabar con ella, sin embargo Saxa cada vez parecía más exhausta, pese a su resistencia casi sobrehumana, la guerrera pelirroja comenzaba a acusar tantas lesiones. Cuando la yayaberración volvió a cubrirla con el ícor negro de su boca y sintió que le costaba un dolor tremendo mover cada músculo, comprendió el gesto que tenía Averil, y sintió que no podría luchar mucho más asi.
Los compañeros siguieron lanzando todo lo que podían contra la demoníaca criatura, la cual comenzó a reírse al ver que las dos guerreras apenas conseguían dañarla, pese a que Saxa asestó un certero golpe contra su cuello. La bruja le contestó con un corte ascendente que la impactó en el costado y, de no haber reaccionado a tiempo, habría cortado el brazo izquierdo a la altura del hombro. Aquella sí era una herida fea.
- Jajajajajaja - su risa mezcla de la anciana voz y la demoníaca era horrible - Vuestra carne será el plato principal pero ¿qué tenemos ahí? una delicatessen - dijo mirando a Uri. La enrome masa de la yayaberración se desprendió de las dos debilitadas mujeres y corrió hacia Uri abriendo su horrenda boca. Uri sintió temblar sus manos mientras cargaba una flecha para tratar de acabar con ella. Una explosión de fuego impactó a la yayaberración en el costado pero la ignoró por completo. La elfa comenzó a tensar el arco pero dudó. Ninguna de sus flechas había acabado con ella, ¿dónde debía apuntar? Se le acabó el tiempo, la demoníaca criatura levantó su horrendo machete y abrió por completo aquella cilíndrica boca repleta de colmillos triangulares y afilados.
Una piedra atravesó el extraño hatillo de madera que le servía de cráneo de lado a lado. Uri contempló como parecía desatarse y deshacerse. La yayaberración emitió un sonido gutural, más de sorpresa que de dolor y el obeso cuerpo de la yayaberración cayó al suelo como un muñeco roto. Frittzz sonreía a Uri unos metros más allá.
PbP Character: A few ;)
Con la bruja al fin muerta, Saxa se pone en pie. Le cuesta un poco al principio y cuando lo hace tambalea. Maldita yayaberración, hacía mucho que nadie le había vapuleado tanto. Pensando en todo esto, la sureña se acerca a Averil, ayudándola a ponerse en pie.
- ¿Estás bien? - le pregunta, y luego señala a una de las heridas que le hizo la criatura - Creo que voy a necesitar tu curación. Esta herida está emponzoñada y temo que si no la curamos se ponga peor. Pero quizá será mejor atender primero a Remi. La bruja le ha dejado bastante tocado.
Tras esto, se acerca al cadáver de la vieja, preguntándose si llevará algo de valor encima. Pero la verdad es que la sola idea de tocarla le da bastante asco, así que pasa de largo y entra en la cabaña. Sabe que seguramente va a presenciar un espectáculo dantesco, pero necesitan saber qué fue de los padres de los niños. Y quizá estaría bien, si pueden, localizar algun juguete de los más pequeños. No le devolverá la vida a sus padres, pero si al menos sirviera para alegrarles un poco...
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
- Parte de su magia oscura me ha afectado, lo lamento, no he servido de mucho en esta batalla. Estoy exhausta, en cuanto pueda rezaré a Paladine para que restaure esa terrible herida, sin duda parece infectada. - contesta Averil a Saxa.
Antes de que Saxa pueda alejarse del cadaver de la yayaberración, esta, repentinamente, agarra a la bárbara de la pierna e intenta cortarle la pierna con su enorme cuchillo ponzoñoso.
Saxa, aún sobresaltada y sorprendida, consigue saltar hacia atrás justo a tiempo. El cuchillo se clava en el húmedo suelo y la yayaberración se comienza a levantar, los palos de su cabeza recuperando su forma.
- Tsk tsk... vaya niños tan maleducados... -
Averil salta hacia la criatura, cayendo sobre el pecho de la misma y usando su arma con ambas manos clava profundamente su espada en el pecho de la bruja, atravesándola. La luz dorada de se expande por la hoja, quemando e iluminando el interior de la yayaberración. La criatura grita de dolor y trata de golpear con sus enormes garras a Averil, tratando de zafarse de ella y el terrible dolor que le provoca la energía divina que conduce a través de su hoja. Pero Averil aguanta estoicamente los embates y finalmente la criatura cae de espaldas mientras el fuego sagrado la consume. En apenas unos segundos Averil está arrodillada entre un montón de cenizas que se dispersan con una ligera brisa nocturna con los ojos cerrados rezando.
PbP Character: A few ;)
- ¡Toma ya! - exclamó Uri emocionada, girándose hacia Fritz tras rematar a la yayaberración por fin y salvarla de una peligrosa embestida. Saltando alegremente, se acercó hasta el kender y le abrazó, dándole palmadas en la espalda, celebrando su éxito y riendo feliz, mientras Saxa y Averil cruzaban unas palabras.
Pero el gesto de la cazadora se congeló en el momento en el que aquella bruja volvía a cobrar vida. Se separó de su compañero con presteza, adoptando una posición de ataque dispuesta a echar mano de su arco y sus flechas, pero la rapidez y la efectividad de Averil permitieron que su intervención no fuera necesaria.
Tras cerciorarse de que la criatura yacía sin vida definitivamente, Uri echó un vistazo a su alrededor, percatándose del estado malherido de sus compañeros tras la batalla. Se acercó hacia Remi, preocupada por sus heridas, tanto las físicas como las emocionales, y se agachó para prestarle ánimo.
- Tranquilo, Remi, pronto Averil te curará. ¿Estás bien? No te muevas demasiado - cuando vio a la guerrera con intención de entrar en la casa, la elfa se dirigió a ella - Saxa, no deberías entrar tú sola ahí. No sabemos si hay más peligros acechando -
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Fritzz se acercaba entre saltitos a cobrar la victima de su vara Hoopak cuando repentinamente la yayaberración volvió a la vida atacando a sus compañeros bastante maltrechos. Estaba cargando una piedra para rematarla cuando Averil la empaló provocando su desaparición entre cenizas.
-Walaaaaaaaa Averil!!! Tu sabes deshacerlos en cenizas??-dijo fascinado por los nuevos poderes de su compañera.- Entre Saxa que los petrifica y tú podemos con todo!!! Ojala yo pudiera hacer algo así de chulo.. Hay un corral de ocas donde me gustaría llevaros... Aunque si tenía algo ha desaparecido tb.. ya no se si me gusta tanto.. quizá en la casa haya algo..
Y comenzó su paseo hacia la casa entre alegres saltitos predispuesto a encontrarse alguna terrible visión de los padres de los niños.
- Me temo que eso ha tenido más que ver con su impía naturaleza que con mis habilidades Frizzt - explica Averil al hombrecillo, pero es difícil saber si la ha escuchado pues ya está dirigiéndose hacia la casa dando alegres saltitos.
- Me temo que estoy agotada Remi. Puedo vendar tus heridas, igual que las de Saxa, pero hasta que no descanse no puedo canalizar la energía de Paladine para sanaros. Me siento... exhausta. - confiesa la Dama de Solmania.
PbP Character: A few ;)
Fritzz y Saxa entran en la modesta casa que hasta esa noche servía de hogar a la familia. Desde un pequeño recibidor y pasillo que lleva a la parte trasera donde hay otra puerta, que ahora esta destrozada y convertida en astillas, hay dos puertas. Una a la izquierda que, asomándose lleva a una sala común compartida por una mesa y la cocina, donde en el fuego hay una marmita con un líquido negruzco hirviendo, y a la derecha una habitación común con tres jergones, uno más grande que los otros dos.
En la habitación la ventana está abierta y en el pasillo hay una gran mancha de sangre que se extiende hacia la cocina, como si alguien hubiera arrastrado un cerdo desangrándose hacia allí. En el cuarto, entre la puerta y los jergones de paja más pequeños, es más evidente la mancha de sangre y hay algunos restos orgánicos que es casi mejor no preguntarse qué son, pero para Saxa es evidente que los niños vieron lo que ha pasado mientras huían.
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Saxa menea la cabeza apenada. Lo que ha sucedido en esta casa ha sido horrible, pero más horrible aún ha sido que los niños lo presenciaron todo. Sin más que hacer en aquella situación, comentó a los compañeros:
- Será mejor que nos vayamos y volvamos cuanto antes con Tatina y los niños. Descansemos y recuperémonos. Tenemos bastante camino a Kalaman y a unos pequeños que habrá que reubicar en la ciudad para que alguien cuide de ellos.
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Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Remington observó desde su parapeto como la paladina daba muerte a la enorme bruja. Las cenizas flotaban a su alrededor barridas por el viento, que movía también sus cabellos rubios. El joven aprendiz se acercó a los demás. Estaba pálido por la pérdida de sangre y el aspecto ensangrentado de sus ropas y su mirada perdida le hacían parecer un cadáver andante. Asintió a Uri y Averil algo turbado, recuperando la compostura. Como si algo le molestase, frunció el ceño y entró en la casa, sin pronunciar palabra.
Observó la escena del crimen en silencio y con atención. Los restos humanos ya no le hicieron devolver como lo habrían hecho hace semanas. Ni siquiera apartó la mirada, inexpresivo, quizás habían visto suficientes horrores en la caída de Vogler como para endurecerse.
Apareció detrás de Saxa cuando esta se disponía a salir de la habitación de los niños. Asintió a sus comentarios, pero aun tardó un poco más en salir. Cuando lo hizo sus ropas volvían a estar limpias de sangre y cortes y su aspecto era serio.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Una habitación.. otra.. y otra.. y así entre saltitos el kender fue explorando toda la casa hasta que llegó a la estancia con la enorme olla de negro contenido. No quería mirar dentro, no quería confirmar lo que había dentro, ya se había convencido de no hacerlo cuando el gen kender tomó el control. Al remover el mejunje los distintos ingredientes salieron a flote.. un ojo.. luego otro.. luego la cabeza entera del papá. Un escalofrío recorrió el esbelto cuerpo de Fritzz y una sensación desagradable le quitó el poco apetito que tenía después de enfrentarse a la bruja. Luego removió los camastros de paja por si había guardado algo la yayaberración pero parecía que esos seres cruzaban entre planos sin nada mas que un hambre infinita.
Remington esperaba afuera, con el viento de la noche agitando levemente sus ropas de terciopelo. A la escasa luz de la Lunitari el terciopelo verde oliva parecía negro como la noche. El aprendiz estaba mirando a Sir Arthur, quien le devolvía miraba como si supiese algún tipo de verdad profunda difícil de discernir. El joven entrecerró los ojos.
—¿Nos vamos ya? —preguntó a los demás poniendo sus ojos en dirección noroeste— Tenemos que llegar a Kalaman. Nos esperan. Los caballeros sabrán encontrar a alguien que se ocupe de de los niños y la Rookledust tiene que comparecer ante la Mariscal Vendri. Ya hemos perdido demasiado tiempo.
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Los compañeros comienzan a andar pesadamente para recoger del cobertizo a los ahora tristemente huérfanos y a la gnoma y poder volver a Kalaman. Lunitari se eleva tras ellos y ninguno se da la vuelta cuando escuchan la maldita granja comenzar a arder y su recuerdo desvanecerse entre las copas de los árboles como la ceniza arrastrada por el viento.
Tras recoger a sus protegidos y pasar una triste noche en la que apenas pudieron dormir por las pesadillas y los sollozos de los pequeños, casi al medio día del día siguiente llegaron a Kalaman bajo una pesada capa de nubes grises que dejaba caer una fria llovizna. Cansados, empapados y con el corazón roto así llegaron a las puertas de la ciudad cuyas altas murallas les parecieron hostiles en vez del lugar de protección que era.
Ya en el castillo, y con los niños atendidos en las cocinas, el equipo se dirigió a una sala del piso superior donde ardía un fuego en la chimenea y algunas toallas para que se secaran. Alguien había dispuesto un guiso caliente en el centro de la mesa en una olla y había platos y cubiertos puestos para que pudieran comer. No habían terminado cuando la Mariscal entró en la sala.
- Quietos por favor, terminad de comer. Es más, si no os importa yo me pondré un plato también. No he probado bocado desde el alba de ayer -
Y acompañando las palabras con la acción la Mariscal se sirve un plato del guiso y se sienta a comer.
- Bienvenida a Kalaman- Yo soy la Mariscal Vendri - le dice a Rookledust - tenemos mucho de que hablar pero por ahora terminemos de comer - dice educadamente y mirando de soslayo a sus agentes. No sabía muy bien qué había ocurrido pero podía detectar por el ambiente que nada bueno y prefería darles espacio.
Cuando hubieron terminado se recostó en la silla y fijó la vista en el fuego y los compañeros no sabían si estaba esperando a que ellos se sintieran con fuerzas para empezar o simplemente disfrutando de un momento de calma en su ajetreada agenda. Pasados unos minutos miró despacio a todos.
- Gracias por cumplir la misión que os había encomendado. Me alegra que hayáis vuelto todos sanos y salvos.- dice simplemente pero claramente esperando que le informaran de lo que había pasado y, posiblemente, de dónde habían salido aquellos críos.
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Saxa mira de reojo a sus compañeros. Parecía que ninguno quería ser el primero en hablar - ni siquiera el kender, y eso ya era decir - y Saxa lo comprendía perfectamente. Sus cabezas aún estaban en el interior de aquella cabaña y de su grotesco contenido. Suspiró largamente, un poco para ordenar sus ideas antes de hablar, y otro poco para animarse recordando que por lo menos los críos estaban a salvo. No sólo los críos, también Tatina.
- Bueno, lo primero es decir que encontrar a Tatina de una sola pieza no fue tan fácil como esperábamos. Cuando llegamos a su hogar, vimos que estaba rodeado de una horda de goblins que habían conseguido saltarse los mecanismos de seguridad de Tatina, y ya estaban incluso entrando hasta la cocina, como se suele decir. Por suerte acabamos con ellos sin mayor problema. Tatina ya nos ha informado acerca de su cosechadora-fumigadora. ¿Cómo era? - pregunta la pelirroja, intentando hacer memoria - CATIA ... CATE...
- CATYOV - interviene la gnoma - ¡CosechadoraAutomáticadeTrigoYOtrosVegetales!
- Eso, gracias. Parece ser que Tatina vendió el diseño a un hombre venido del este, bajo la promesa de que lo usaría para el bien de las personas. Pero parece ser que se han basado en ese diseño para crear la máquina que atacó Vogler - Saxa mira en este punto a Tatina, por si quiere añadir algun detalle más.
- En el camino de vuelta - y entonces la bárbara sureña baja la mirada, claramente aún afectada, se aclara la garganta y continúa - encontramos a los tres niños de los que habréis oido hablar ya. Estaban aterrorizados, tras huir de su casa después de que .... un ser ... acabara con sus padres delante de sus narices. Creo que los dos mayores van a tener pesadillas con el sonido de esa criatura arrancando las extremidades de sus padres durante muchos años. Pobrecillos. En fin, acabamos con ella. Una bruja de mucho poder. Casi me dejó noqueada, y no es algo que me suela suceder.
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Remington apenas había probado bocado, solo lo necesario para que no le rugieran las tripas. Sir Arthur olisqueaba el plato a medio comer, ya en el suelo, a los pies de la silla del aprendiz. El muchacho asintió a las palabras de Saxa con gravedad.
—Mariscal Vendri —llamó su atención tras limpiarse exquisitamente los labios con su servilleta—. Hace varios meses desde que Tatina cedió el diseño de su máquina. Parece que esta invasión viene gestándose desde hace tiempo. ¿De donde ha salido ese ejército? ¿Cómo es posible que nadie lo haya visto venir? —preguntó a la mariscal con mirada inexpresiva.
Sir Arthur dejó de lamer el plato y miró también a Vendri.
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