Remington paso algo de tiempo sentado a solas en el muelle, con la única compañía de Sir Arthur, hasta darse cuenta que todos habían vuelto al Cangrejo de Latón. La verdad, no tenía ninguna gana de historias, pero una vez más se levantó y siguió a los demás porque Ispin así lo había pedido.
Desde la entrada, busco con la mirada a sus compañeros, a sus anfitrionas y a Averil Uth Pathwardes entre la multitud. La música, las historias y las risas de los parroquianos no consiguieron levantarle el ánimo. Ver partir ese cayuco había sido demasiado duro. Quizá mañana lo viera todo diferente pero necesitaba tiempo.
—¿Te importa si me siento aquí? —dijo tomando sitio al lado de la paladina—. No consigo compartir el entusiasmo de los demás —añadió algo triste—. Así que la comandante Nestra Vendri, ¿eh? Yo también voy a Kalaman mañana, tengo que entregar una carta. Podríamos hacer el camino juntos. Ispin me enseñó la importancia de mirar más allá, de ser curioso y de preguntar sin miedo a la respuesta. ¿Podemos hablar de tu don?—preguntó a la mujer mirándola a los ojos—. No te preocupes, todos están a sus cosas, nadie nos mira —trató de tranquilizarla en medio del barullo—. Me imagino que tú también tendrás muchas preguntas. Me gustaría ayudarte a buscar las respuestas. ¿Cuando empezó?
Sir Arthur maulló y saltó de su brazo. Sin más explicaciones se dirigió a la cocina evitando al servicio y los parroquianos con asombrosa facilidad.
El joven mago iba a sentarse pero rápido noto que había alguien que no estaba allí apenas dos segundos antes.-Ocupado!-dijo con una risita.- pero puedes sentarte aquí a mi lado.-Y esperó a que terminara Remi de hablar..- Uaaaalaaaa cual es tú don?- clavando los codos en la mesa y reposando su mentón en las manitas mientras miraba inquisitivo y lleno de curiosidad a la escudera de Solamnia.
Saxa ha acompañado a Uri de vuelta al Cangrejo de Latón y cuando ve que la joven elfa no sólo está más recuperada, sino que se ha animado a hablar con ... ¿era aquella otra elfa? ... de repente se da cuenta de que se ha quedado por su cuenta. "Bueno, ningún drama", piensa mientras se encoge de hombros.
De todas maneras está situación no dura mucho tiempo porque pronto se fija en el hombre con la armadura y el símbolo del regimiento de Ironclad, el grupo de mercenarios liderado por Cudgel. Interesada por esto y por la historia que ha contado, la enorme pelirroja va hacia él y de camino agarra dos cervezas de una bandeja que está pasando justo por delante de ella:
- ¿Así que piratas minotauros? Me pregunto cómo se apañan con tanta pata en altamar, con lo que ya tiemblan tanto cuando solo tienes dos y el mar se pone brava jajaja Bueno, perdona, qué manera más mala de presentarse. Te aseguro que mi humor suele ser mejor, pero hoy me parece que tengo la mente en otro sitio -le ofrece al hombre una de las cervezas y ella se queda con la otra - Soy Saxa, por cierto. Ispin me habló mucho de Cudgel y el resto de los Ironclad. Quizás esas historias fueron parte de lo que me llevo a hacerme mercenaria. ¿Llevas mucho tiempo con Cudgel, entonces? ¿Y conocías a Ispin desde hace mucho? El bueno de Ispin... Cómo me encantaría no llevar su nombre grabado en el mango de mi hacha.
El pobre kender se queda sorprendido cuando Saxa ofrece una jarra al militar olvidándose de él, plantado donde antes no había nada. Parecía extenuado, como si le hubiera supuesto en esfuerzo llegar justo a tiempo de comenzar la conversación.- Cudgel.. -respira-..los ironclad.- respira de nuevo- Nunca..-otra bocanada-..me contó sobre vosotros?-soltando aire con calma..-¿A qué os dedicáis? ¿Sabes convertir a la gente en piedra?
La solitaria elfa pareció sonreír delicadamente a Uri cuando se presentó, iba a contestar pero entonces el entusiasta kender se presentó y le tendió la mano.
Sin abandonar su sonrisa, apenas visible en las sombras de su capucha, extendió su mano y estrechó la del kender. Fritz notó que estaba algo fria.
- Mi nombre es Leedara - dice con una voz delicada, melodiosa - Hacia mucho tiempo que no coincidia con una prima del reino de Qualinost. Dime, ¿cómo está el Orador de los Soles? -
Pero antes de que Uri pudera responder, Fritz observó que Remi se sentaba al lado de Averil y comenzaban a hablar. Sin duda era algo interesante y se deslizó de la mesa para acercarse a sus compañeros.
Averil se sonrojaba un poco y, efectivamente miró a su alrededor cuando el joven aprendiz de mago le preguntó. Tras constatar que nadie, excepto el kender que apareció de forma súbita, les prestaba atención la escudera tragó saliva y empezó a hablar.
- La verdad es que para mi es algo increíble. Sin duda conoces la leyenda de Huma, y cómo Paladine, en la Era de los Sueños, le envió un gran ciervo blanco para guiarle cuando estaba perdido... pues bien... la noche en la que conocí a Saxa y Fritz, yo estaba perdida en el bosque, me dijeron que no podía juntarme a ellos y la verdad es que me ofendí un poco. Apenas me había alejado unos metros cuando vi... - parece sonrojarse como si temiera que sus interlocutores se burlaran de ella o no dieran crédito a sus palabras - vi a un ciervo blanco que me guió al interior de la foresta... -
Frizt estaba fascinado por la historia pero no pudo dejar de ver que Saxa se ponía hablar con el mercenario que había contado una historia sobre Ispin, y pensó que sería de mala educación no presentarse también, asi que se escabulló de la mesa y, corriendo, se acercó hasta el duo.
El hombre se sorprendió cuando el pequeño kender apareció de imprevisto y, al contrario que la educada elfa, no estrechó su mano. Al contrario, la llevó a su saquillo de monedas para guardarlo dentro de su cinturón en un gesto casi instintivo de todo el que se cruzaba con un miembro de su raza.
- Llevo con Cudgel desde el principio - contesta a Saxa sonriendo el veterano mercenario - ¿Eres mercenaria también? ¿Con qué compañía estas? - pregunta interesado.
Saxa ve cómo el veterano mercenario se lleva las manos al saquillo de monedas y se ríe para sí misma. Al principio ella misma lo hacía continuamente, pero al cabo de los días se cansó y dejó de hacerlo. Además tenía claro que sí quería recuperar sus cosas solo tenía que pedírselo a Fritz, que no tendría problema en devolvérselas. Sus cosas y otras muchas que no eran de la bárbara.
- Sí, lo soy Bueno, he estado en muchas compañías en los últimos ... ¿veinte...? ...no más de veinte ... años. La verdad es que me he movido mucho. ¿Has estado siempre en la misma compañía? Vaya... - la bárbara esta genuinamente sorprendida - Mi última compañia fueron Las botas rojas, ¿te suenan? Mi contrato justo vencía a tiempo para venir al funeral sin "causarme problemas" con el Capitán Drixton y el Teniente Nathen - Saxa se preguntó en aquel momento qué estarian haciendo, si estarían bien y si Krommer tendría tabaco.
- La verdad es que Cudgel tiene pinta de ser una buena líder - añade finalmente la bárbara, pensativa.
Lejos de reprochar nada a Averil, se acodó en la mesa más interesado. Sobretodo cuando el veloz kender desapareció rumbo a su siguiente asunto. No pudo evitar sonreír ligeramente antes de prestar de nuevo toda su atención a la paladina.
—Eso que dices es muy interesante ¿sabes? Entonces, lo que hiciste con Fritz, ¿fue la primera vez?—preguntó con curiosidad—. ¿Después del encuentro con ese ciervo? Qué extraño —frunció el ceño tratando de recordar cuanto sabía de la Leyenda de Huma, estaba seguro de haberla leído en alguna parte.
Observó a sus compañeros departir con los pintorescos invitados en el salón principal mientras las anécdotas sobre Ispin se sucedían aquí y allá.
Uri lanzó al kender una mirada de sorpresa y pánico, temiendo que su abrupta intervención asustara o provocara el recelo de la silvanesti ante su presentación. Balbuceó una torpe disculpa mientras observaba cómo el pequeño ser se alejaba atraído por otra conversación, y suspiró un poco avergonzada.
Agarrando la jarra de cerveza y sonriendo nerviosamente, le dio un trago mientras escuchaba las palabras de la elfa.
- Encantada Leedara - dijo relajándose al comprobar que su talante era amigable - Nuestro Rey se encuentra bien, afortunadamente; espero que vuestro Rey Lorac Caladon goce también de buena salud - sonrió e hizo una pequeña reverencia con la cabeza, en señal de respeto - En mi caso, es la primera vez que coincido con parientes de tu reino, me alegro de conocerte. Como te dije, nunca antes había abandonado mis tierras, fue allí dónde conocí a Ispin y ha sido el único que ha conseguido alejarme del reino. Ahora me arrepiento de que haya sido para darle el último adiós - dijo con tono de pesar. Miró a la muchacha y fijó la vista en su capucha, bajando la voz para que la conversación quedara solo entre las - ¿es peligroso que nos dejemos ver por estas tierras? no he podido evitar fijarme en que intentas ocultar nuestros rasgos más característicos… - su pregunta era temerosa, proveniente de una novata fuera del hogar.
Rollback Post to RevisionRollBack
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Casi sin verla por la sombras que la capucha proyecta sobre su rostro, Uri siente la sonrisa de Leedara ante su pregunta.
- No debes inquietarte. Hasta donde yo sé no hay más peligro para los elfos en estas tierras que para el resto de mortales. - Su tono se vuelve algo más sombrío - Peligro que aumenta cada dia joven Protectora del Bosque. Quizá hayan sido los hados los que han hecho que justo ahora abandones la protectora sombra de Qualinesti. -Parece pasar la mirada por la sala, pero Uri se da cuenta de que se detiene un poco al observar a cada uno de sus compañeros. - Si... diria que el destino así lo ha querido. - Suspira un poco y devulve la mirada a Uri - No debes inquietarte, aunque seguro que provocas admiración o incluso temor en algunos humanos que nunca hayan visto a un elfo, estoy más cómoda asi, no pretendo llamar mucho la atención... -Se levanta y hace un gesto a la elfa - Me retiro a descansar. Lamento tu pérdida. Me despido de ti hasta que nuestro caminos se junten de nuevo. Que los dioses te guarden.Namarië -
Y con una leve reverencia y esa extraña referencia a los dioses la elfa abandona la sala común hacia los pisos superiores. Uri se da cuenta de que la gente se aparta para dejarle pasar casi inconscientemente y la elfa no se detiene ni un poco en su pausado camino hasta las escaleras.
Averil asiente a la pregunta de Remi
- Si... ni siquiera sabía qué estaba haciendo yo...- responde a la pregunta sobre si era la primera vez que hacía algo así - Verás... el Ciervo Blanco me guio hasta unas ruinas completamente devoradas por el bosque. Apenas se adivinaban columnas y escalones entre las enredaderas y las raíces de los árboles. En su centro, pude ver los restos de una estatua... era prácticamente irreconocible pero... -baja aún más la voz - Las partes que faltaban se me aparecieron creadas por una hermosa luz plateada. Ante mí se elevaba una majestuosa y brillante imagen de un dragón de platino. Me invadió un gran sobrecogimiento -la muchacha no mira al aprendiz de mago, si no que ha fijado su vista en la mesa, aunque sus ojos no están fijos en la madera si no que parecen recordar la escena que describe - Caí de rodillas y mis ojos se llenaron de lágrimas. Entonces escuché una voz cálida que me preguntó si estaba dispuesta a aceptar una pesada carga que podría traer de vuelta la esperanza al mundo. Que una gran oscuridad se cernía sobre Ansalon, sobre todo Krynn, y que el momento de la Revelación estaba cerca. Yo... humildemente acepté. Lo siguiente que recuerdo es estar de vuelta en el camino con el medallón en la mano. -Parece volver al presente y carraspea un poco - Desde entonces he sentido... algo... es como... si no estuviera sola, no es nada inquietante, más bien es como cuando jugaba en el salón del castillo y mi abuelo nos cuidaba para que no nos hiciéramos daño. No interfería pero su mera presencia nos hacía sentirnos seguros y felices... -mira a Remi a los ojos - perdona, supongo que estoy desvariando y que no tiene sentido ni interés para ti... la cuestión es que cuando vi al pobre Fritz así... sólo se me ocurrió pedir ayuda, y toqué el colgante. Sentí una energía cálida y tranquilizadora que emanaba del mismo y atravesaba mi cuerpo hasta la mano que tenía extendida sobre la herida. Y... -traga saliva - bueno ya viste lo que pasó.- dice haciendo un gesto hacia el kender que parece estar muy atengo a la conversación entre Saxa y un guerrero - Tú has tenido que estudiar los textos antiguos y la historia. ¿Sabes de alguien que fuera capaz de hacer algo así desde... desde el Cataclismo? -
- Si... - contesta el veterano guerrero tras vaciar su jarra - siempre con la buena de Cudgel. ¿Qué necesidad de cambiar? La paga es buena, las luchas justas y el ambiente, por lo general bastante sano. Pero entiendo lo que dices, otros compañeros han hecho como tú y han viajado más entre compañías. Algunos han vuelto tras un tiempo, como Jeyev, que pasó unos años en Abanasinia, antes de volver con nosotros. - se encoge de hombros - Siento no haber escuchado nada de esa compañía, ¿los Botas Rojas? No... no me suena - ¿Quereis otra ronda? - pregunta mirando su jarra vacía primero y al kender y a la bárbara después.
Uri permaneció pensativa observando la figura de Leedara abandonar la sala. No era su aura enigmática y misteriosa lo que le había hecho inquietarse, la naturaleza de los elfos solía ser así; si no más bien sus palabras, la referencia al destino, la mirada hacia sus azarosos compañeros de viaje y, sobre todo, la mención a los dioses. Aquella elfa parecía conocerla de una manera que no podía entender y parecía saber más cosas de las que había compartido. ¿A qué peligro se referiría?
Encogiéndose de hombros y sin darle mayor importancia, Uri apuró la cerveza y echó un vistazo a su alrededor. Todos parecían entretenidos en sus propias charlas y ella comenzaba a sentir el cansancio de las jornadas de viaje. No quería entrometerse en ninguna conversación, así que simplemente se dirigió a la barra y cogió la que sería su última cerveza antes de retirarse a descansar, mientras escuchaba nostálgica las historias que los lugareños relataban sobre Ispin.
Rollback Post to RevisionRollBack
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
- ¿Otra ronda? Por supuesto, no puede haber otra respuesta para esa pregunta ... salvo acabar tumbado, ¿supongo? - Saxa ríe de buena gana - Lo que cuentas suena muy bien, la verdad. Y me pregunto si Cudgel tendría hueco para alguien como yo. Quizás debería ir a hablar con ella...- piensa la bárbara en voz alta, mientras espera a que llegue esa segunda ronda.
Remi escuchaba a la mujer con una extraña mezcla de fascinación y suspicacia. Acodado en la mesa, el resto de ruidos de la posada desaparecieron para él. Lo que estaba escuchando era algo increíble. ¿Acaso los dioses estaban volviendo a Krynn?
—Avery, lo que has obrado con Frizt no ha podido hacerlo nadie en 300 años —dijo en tono confidente, acercándose a ella—. El dragón de platino es una de las representaciones de Paladine, el padre de los dioses del bien de la era pre Cataclismo. El triangulo de tu medallón es otra de sus representaciones. ¿Y dices que auguraba una gran peligro para el mundo? —se quedó pensativo un momento—. Deberíamos hablar con las personas adecuadas. Algo muy serio puede estar pasando —dejó la frase en el aire con un tono algo sombrío.
Sir Arthur, que había vuelto hacía rato de las cocinas relamiéndose los bigotes, miró a la paladina fijamente. Remi observó a sus compañeros de viaje disfrutar de la fiesta. Tenía la sensación de que se habían metido en algo muy gordo y tenían que hablar de ello. Mañana, a primera hora. Hoy, lo que quedaba de día, era de Ispin.
La joven escudera de Solamnia asintió a las graves palabras del aprendiz de mago.
- Soy plenamente consciente de lo que esto puede significar para... todos... sólo espero estar a la altura de semejante responsabilidad. Pero... -traga un poco de saliva - me niego a pensar que soy la única que ha escuchado la llamada de los dioses. Si es cierto que han regresado... habrá llamado a su lado a personas más capaces y sabias que una simple escudera ¿no? -En su pregunta, casi retórica, Remi escucha esperanza e incluso algo de miedo.
Es la voz, jadeante por corretear de un lado a otro, del kender quien contesta
- ¿Quién ha llamado a una escudera? Yo conocí a un escudero de un caballero en una ocasión que parecia un enano de lo que refunfuñaba. Además era un verdadero inútil. No paraba de extraviar el cuchillo de caza de su señor. Menos mal que estaba yo para encontrarlo y dárselo!! Me pregunto si habrá aprendido... oh disculpad!! -dice y vuelve a perderse entre la gente.
Saxa se toma la segunda ronda con el mercenario, y una tercera, y una cuarta. No le hace falta acabar la penúltima cuando el hombre, que no deja de ser atractivo, la toma de la cintura asegurándola que él mismo hablará con Cudgel para asegurarse su ingreso en su compañía.
Da un respingo y suelta a la bárbara cuando siente el pequeño brazo del kender rodear su propia cintura y decir animado.
- Oh ¿Vamos a bailar? Yo conozco esta danza!! se la vi practicar a unos artistas ambulantes cerca de Haven... - Pese a los intentos del hombre de desembarazarse del kender este consigue, de alguna manera, permanecer asido a su cintura y comienzan a dar pequeños giros sobre sí mismo - No no -se queja el hombrecillo - así no era... hay que levantar una pierna hacia un lado, luego la otra... espera... ¿ves? has conseguido que te de una patada sin querer... ¿estas bien? esa zona tan delicada tiene que doler mucho.. -
Uniéndose a las carcajadas que provoca el fallido intento del kender de bailar con un mercenario, aunque de manera discreta, Becklin se sienta al lado de Uri.
- No puedo dejar de agradecerte a ti y a tus compañeros de viaje que hayáis podido acudir a despedir a Ispin. ¿Os quedaréis para el Festival no? Comienza mañana mismo y será una buena oportunidad para distraeros y recuperar fuerzas del viaje. Por favor, venid mañana a la Fortaleza. Tengo algo que Ispin dejó para vosotros. Las celebraciones comienzan al mediodía en el muelle. ¿Sabes de donde viene el Festival? verás.. hace más de trescientos años.. antes del Cataclismo... las fuerzas de Istar... -
Pero la historia de Becklin se ve groseramente interrumpida por la intervención en la graciosa escena de la danza de un joven con aspecto de noble. El joven, algo iracundo, agarra a Fritz por su chaleco y lo levanta, de manera bastante maleducada y violenta.
- No se que hace uno de tu calaña aqui pero es hora de que te marches... -
Saxa, que ha estado escuchando como el joven noble ha interrumpido varias de las historias sobre Ispin con bostezos o diciendo al narrador que lo estaba contando mal, y que no ha parado de quejarse de lo mala que era la bebida, pese a estar cogiendo tanta bebida y comida gratis como podía, ha tenido suficiente. Tan sólo se pone, con los brazos en jarras a su lado y si las miradas fulminara, el presuntuoso joven se habría convertido en un montón de cenizas al instante.
No parece hacer falta nada más... palideciendo, suelta al kender y se intenta disculpar balbuceando algo sobre que no pretendía hacer ningún mal.
Ayudando a Fritz a recomponerse, cuando Saxa vuelve a mirarle ve que el joven está saliendo por la puerta, con el aire más digno que puede juntar. El resto de la gente la mira con sonrisas y satisfecha e incluso un par de pescadores la dan alentadores golpecitos en la espalda mientras se preocupan por el estado del kender.
Para asegurarse de que el ambiente festivo no decae, Yalme se encarga de que los músicos vuelvan a tocar y rápidamente otra persona toma el relevo para contar otra historia de Ispin.
Negando con la cabeza, pero con una sonrisa satisfecha, Becklin, espera a que se aproximen Saxa y Fritz, a los que se unen Averil y Remi seguidos por Sir Arthur, para repetir su invitación y seguir con su historia, para regocijo del kender.
- Le comentaba a Uri que por favor os quedarais para la Celebración del Martin Pescador. Es una tradición que se celebra en Vogler desde antes del Cataclismo, cuando las fuerzas enviadas por Istar para conquistar la zona fueron derrotadas por el ejército de Solamnia. Comenzarán al mediodia, en el muelle, con un concurso de pesca y termina al atardecer con una recreación histórica de la batalla. Este año los soldados de Cudgel representarán a las fuerzas de Istar y algunos del pueblo a las de Solamnia. Por supuesto no hay armas reales involucradas es todo un juego... Pero venid mañana cuando el sol se levante a la Fortaleza Thornwall. Os espero allí con un último regalo de Ispin para vosotros. -
Tras asegurar a la caballero que allí estarán esta se despide de ellos con una sonrisa. Saxa le pregunta por Cudgel pero le dice que ha vuelto hace rato a su campamento. Por desgracia la bárbara se la ha perdido. Fritz da grandes bostezos y asegura, sin ningún pudor, que aún tienen que revisar sus abultados saquillos de todas las cosas interesantes que ha ido encontrando durante la velada. El resto de compañeros siente el cansancio acumulado del viaje y de las emociones y decide retirarse también.
La mayoría de los asistentes ha tomado la misma decisión y poco a poco la posada se va vaciando, con los músicos tocando una leve y algo melancólica tonada.
Remi está demasiado inquieto para irse a dormir ya, las revelaciones de Averil le han dejado confuso y agitado. Seguido de Sir Arthur sale a dar un pequeño paseo por los cercanos muelles. Aunque su primer instinto era salir a primera hora hacia Kalaman, reconoce que sería de mala educación no acudir a la llamada de la Caballero de Solamnia a su fortaleza, la cual se eleva protectora en una colina al noroeste de la ciudad. Y puede que no pierdan tanto si se quedan al Festival.
Se acoda en una baranda escuchando el rítmico golpear del agua contra los postes de madera del muelle, la plateada luz de Solinari ilumina la escena y casi no son necesarios los faroles. El aire fresco le viene bastante bien y le despeja la mente. Remi levanta la vista, sus pensamientos aún centrados en los acontecimientos narrados por la escudera y entonces se le seca la garganta y siente un pequeño mareo.
Allí, en la bóveda celeste donde deberían estar las constelaciones de Paladine, el Dragon de Platino y de Takishis, la Reina de la Oscuridad, en constante danza alrededor de Gilean, la Balanza, sólo hay dos abismos de negrura. Las constelaciones de los dos dioses han desaparecido.
Remi siente que su estómago se le cae a los pies y que las piernas le fallan. Cae arrodillado en el muelle y Sir Arthur se restriega contra él preocupado.
A la mañana siguiente el pequeño grupo de viajeros comienza a reunirse en la sala común del Cangrejo de Latón.
Poco a poco se fueron reuniendo alrededor de una mesa, donde una solícita Yalme les pone unas bandejas con huevos, bacon, champiñones fritos y pan con miel. El último en reunirse con ellos, cuando casi habían acabado el desayuno y cuando un impaciente Fritz se dirigía al cuarto para ir en su busca es el joven aprendiz de mago. Su aspecto es algo macilento y profundas ojeras enmarcan sus ojos. Es evidente que ha pasado mala noche pero todos lo achacan a que quizá bebió demasiado la noche anterior.
Una vez reunidos salieron a una ciudad donde el ambiente festivo no se podía ocultar. Las calles estaban aún más adornadas con banderas de colores, en la plaza principal terminan los músicos ya están ensayando en el escenario que han dispuesto para ello, la gente se reúne alrededor del gran roble que hay en la plaza central y empieza a preparar picnics mientras los niños juegan alrededor llenando el aire con sus risas y su contagiosa energía.
Cuando están a punto de encauzar la calle que les llevará hacia la fortaleza que se eleva en la colina, un joven se les presenta a la puerta de una panadería. Se trata de Darren Highwater, aprendiz de Becklin, y les ofrece unos pastelillos de miel mientras termina de comprar y se ofrece a acompañarles hasta la fortaleza. Darren resulta ser un joven encantador, muy educado que se interesa por sus viajes y sus tierras de origen. El joven fue abandonado por sus padres en Vogler hace diez años y lleva ese tiempo bajo el cuidado y la tutela de Becklin, pero como todo joven, sueña con lugares lejanos y está ávido de que los compañeros le cuenten historias de tierras lejanas.
Al llegar a la Thornwall Keep comprueban que la fortaleza ha vivido tiempos mejores. Lo único que es realmente útil es la alta torre de tres pisos, parcialmente cubierta por una enredadera, que Becklin y Darren han mantenido utilizando piedra del antiguo muro. Alrededor del muro y por el antiguo patio de armas se pueden ver pequeñas excavaciones, como si alguien estuviera buscando algo. En la parte superior de la torre, destaca una extraña catapulta. Becklin está realizando sus ejercicios matutinos y es la primera vez que la ven sin armadura. Les da la bienvenida y le pide a Darren que los lleve a la biblioteca, la cual está situada en la primera planta de la torre y resulta ser una agradable, aunque no muy llena de libros, sala con un hogar cuyos rescoldos mantienen cálida y agradable la sala. Mientras disfrutan de los pastelillos de miel, Becklin no tarda en llegar con una caja que abre y comienza a repartir los objetos que Ispin ha dejado para sus amigos.
- Con una condición - anuncia divertida - que participéis en la recreación de la batalla de High Hill esta tarde. A Ispin le encantaba participar - recuerda con una sonrisa melancólica - y siempre encontraba la forma más divertida de que lo eliminaran. La última vez corrió con un barril de cerveza sobre la cabeza, fingió que era alcanzado por una flecha y que el barril le caía en la cabeza... en fin... Ispin... -
Agradecidos y sorprendidos por los objetos, el grupo aceptó, incluso Averil, que no conoció a Ispin se comprometió a llevar su distintivo escudo, un escudo verde con un roble de un color verde oscuro pintado en el centro, durante la representación, aunque luego se lo devolvería a Becklin.
Hablaron, por fin, sobre su extraño encuentro con las peligrosas criaturas cerca de la ciudad, y Becklin prometió hablar de ello con Cudgel y reforzar su propia vigilancia con ayuda de Darret. Observó el dibujo que habían traído consigo del símbolo que adornaba las armaduras de los atacantes y confirmó que era el antiguo símbolo de Takishis, la Diosa de la Oscuridad. No le dió demasiada importancia, ya que era común que en ocasiones grupos de mercenarios o bandidos se apropiaran de simbología antigua para infundirse de un halo de misterio o de poder que no tenían, pero Remi se removió inquieto. Era consciente de que poco más podían hacer pero se le antojaba poco. Intentó relajarse, cumplir con la última voluntad de Ispin participando en la batalla de pega esa tarde y partir al día siguiente a Kalaman con Averil. Tenían que informar a alguien con más autoridad y quería informar a la Orden de Alta Hechicería, seguramente a través de la persona a la que tenía que entregar el pergamino que le habían confiando tras la prueba del Ojo.
Con sus nuevos objetos, que incluían un saquillo para el kender, unas botas para la bárbara, un carcaj para la arquera, un anillo para el mago y una poción de un extraño líquido rojo para cada uno de ellos, bajaron de nuevo a la ciudad donde la alcaldesa Raven uth Vogler inauguró oficialmente el festival de ese año. Contagiados por el jolgorio participaron en el concurso de pesca en los muelles, sólo Saxa consiguió capturar un par de anguilas de rio. Frizt estuvo en varias ocasiones apunto de conseguir capturar piezas realmente grandes, pero le falló la técnica en el último minuto y finalmente la alcaldesa se alzó con el triunfo. Durante todo el concurso el joven de la noche anterior, acompañado de un orondo hombre con profuso bigote, al parecer su padre, estuvieron molestando con comentarios inapropiados a los participantes, pero todos soportaron las burlas de los nobles con estoicismo y no dejaron que les amargaran el día. Saxa estuvo a punto de perder los nervios, pero Remi contuvo su brazo cuando estaba a punto de lanzarles una de sus anguilas, recordándole que podía meterse en un buen problema si agredía a un noble.
El humor de Saxa mejoró notablemente tras participar en el concurso de comer cuantos panecillos rellenos de chorizo pudiera, siendo derrotada en la final por un orondo conocido del pueblo por Bobby. Se dijo a sí misma que si no hubiera desayunado tanto esa mañana, repitiendo con los deliciosos bollos de miel, seguramente podría haber ganado, pero había que reconocer que el tal Bobby tenía pinta de entrenar mucho para comer grandes cantidades.
Entre bromas y chanzas siguieron a la gran mayoría del pueblo hacia la colina cuando el sol comenzó su descenso hacia el ocaso. El ambiente era aún más festivo si cabía. Pronto se encontraron en lo alto de la colina, desde donde partían las fuerzas de Vogler disfrazadas con tabardos azules. Mientras Darren buscaba uno grande adecuado para la talla de Saxa, Uri escuchó una conversación de la alcaldesa contando que, no sólo estaba intentando invertir más en la milica de la ciudad, si no que estaba mucho más tranquila ahora que la Compañía Ironclad estaba acampada cerca de la ciudad, ya que se escuchaban rumores de guerra en el Este. La elfa desvió la mirada hacia la base de la colina, donde se preparaban, con tabardos rojos, los miembros de la Compañia que se habían presentado voluntarios para representar el papel de las fuerzas invasoras de Istar. Uri se percató de la figura de un semi-ogro entre los mercenarios, que destacaba por su altura entre sus compañeros, que parecía ser el líder de los mismos, compartiendo chanzas con sus compañeros.
Remi volvió a compartir sus inquietudes sobre los misteriosos atacantes con Becklin, Cudgel y la Alcaldesa Raven, la cual era la primera vez que oía tales preocupaciones, pero para evitar que cundiera un pánico innecesario y que se empañara el final de la festividad decidieron hablar después. A una señal de Raven, sonaron unas trompetas y entre risas y algún fingido grito de guerra, las dos fuerzas, armadas con palos, armas de pega o incluso armas tapadas con mantas para evitar accidentes, comenzaron a avanzar hacia el centro de la colina.
La milicia y los Voglerianos que habían decidió participar en la recreación de la batalla bajaban la colina en una especie de tropel desordenado y sin coordinación alguna. Se habían designado algunos líderes de grupos pero ni ellos parecían interesados en ejercer ningún tipo de disciplina ni el resto de seguirla. Bajaban trotando en relajada actitud, algunos lanzaban desafios a las "fuerzas invasoras" otros iban charlando sobre alguna receta familiar, incluso alguno había que parecía tomárselo un poco más en serio y agarraba su lanza de manera de la forma más profesional que era capaz de aparentar.
Por contraste, las ordenadas tropas istarianas, formadas por el regimiento de Cudgel, subían al encuentro de la otra fuerza en cerrada y perfecta formación, los escuderos al frente, dejando apenas resquicios en su cerrada falange, y los lanceros detrás. La caballería formaba a los lados, protegiendo los flancos. Saxa no pudo sino asentir apreciativamente ante una formación tan bien ejecutada.
Pronto las dos fuerzas se encontraron la una a la otra, aproximadamente en medio de la colina, donde un bajo muro de piedra la dividía. Se escuchaba algún entrechocar de madera, gritos de fingida lucha y desafios forzados, pero sobre todo se escuchaban risas mientras la gente disfrutaba del juego.
Ok decidme dónde queréis estar.
Habéis salido del nor-oeste y bajais hacia el sur-este con vuestras "fuerzas" no tiene porque ser algo super específico es para hacernos una idea de dónde está cada uno para ver a quién le toca qué evento de esta parte de la fiesta.
Manteniendo al semi-ogro a la vista, por alguna razón Uri no acababa de fiarse de él, el pequeño grupo, algo inseguro de cómo proceder, se quedó en mitad de la batalla, a la sombra de un árbol, mientras observaban a los grupos juntarse y comenzar a batallar. Se encontraban en mitad de la batalla, rodeados por grupos de luchadores que gritaban "Por Solamnia!" o "Por Istar!" dependiendo del bando en el que estén.
Entonces, mezclados con los ruidos de las risas y los fingidos gritos de guerra empezaron a escuchar otros que les helaron la sangre. Los de armas de metal siendo desenvainadas y los gritos de sorpresa, miedo y dolor de aquellos desdichados que se vieron sorprendidos por el repentino y traicionero ataque de los mercenarios que comenzaron a atravesar a los desprevenidos voglerianos con sus lanzas y espadas. La batalla simulada se convierte rápidamente en una carniceria.
Uri ve como el semi-ogro, con una sonrisa de oreja a oreja, retira la protección de su arma y corta el cuello del mercenario que estuvo tomando con Saxa unas cervezas la noche anterior.
Parece que no todos los mercenarios estaban enterados de esta traición y se están asegurando de eliminar a aquellos que les molestan.
Al darse cuenta de lo que está pasando y ver como el mercenario de anoche cae al suelo muerto, Saxa se queda inicialmente muda. Pero no tarda en salir de su estupor al sentir cómo una furia roja se va apoderando poco a poco de ella.
Sin dejar de mirar al frente - a donde el semi-ogro está levantando su arma ensangrentada - pero sin dejar de atender a lo que nota acercándose por el rabillo del ojo, la bárbara le dice al kender con voz gélida:
Uri trotó divertida mientras bajaba la colina, lanzando espadazos de juguete al aire para calentar sus músculos. Estaba contenta de acometer el último deseo de Ispin, con la intención de pasárselo lo mejor posible y disfrutar como una niña pequeña.
Con esa alegría llegó hasta el árbol central de la explanada, acercándose a uno de los grupos que se había formado por allí para comenzar con el juego. Sin poder evitarlo, echaba de vez en cuando una mirada de soslayo al semi-ogro, del cual había decidido tomar distancia. Sabía que se trataba de una representación, pero no quería correr el riesgo de que aquel ser perdiera el control de su fuerza y se llevara de regalo un golpe fatal. Así que lo mejor era prevenir.
Cuando de pronto fue consciente de lo que estaba ocurriendo, alertada por los gritos festivos convertidos en agonía, los cuerpos caer ensangrentados y las espadas de juguete sustituidas por armas letales, Uri mudó su semblante.
Una rápida mirada a su alrededor para controlar el posicionamiento de sus compañeros la convenció de no moverse del sitio y brindarles protección al atisbar cuatro jinetes armados que se dirigían directamente a ellos.
La pericia que le había otorgado vivir numerosas emboscadas en su tarea de guardiana facilitó a la elfa la automática reacción que tuvo en ese momento. Con una abrumadora templanza, se armó de arco y flechas en milésimas de segundo. Nunca estuvo tan agradecida a Ispin por el regalo que acaba de recibir. Si no hubiese sido por ese carcaj, la situación sería muy diferente.
Sus movimientos se enlazaron con la precisión de un reloj suizo, apuntando firmemente a uno de los jinetes. La flecha cruzó el espacio impactando letalmente en la cara del atacante, atravesando ojo, cráneo y cerebro. Tras unos segundos de mueca congelada en el rostro, el cuerpo incapaz de sostenerse ya en el caballo, cayó a plomo sobre el polvoriento suelo. Uri debía reconocer que incluso hasta a ella le había sorprendido la precisión de su puntería. Esperando a que sus compañeros tuvieran tiempo de armarse, permaneció sin moverse en el sitio en el que estaba.
FritzFoxStiltonson estaba entusiasmado, iba a participar en una batalla como las que Ispin le relataba en sus historias de fogata y encima con las fuerzas de solamnia que tanta pasión ocupaban en sus estudios y manuscritos. Estaba divertido con su Hoopak que concienzudamente le habían protegido con trapos y paños para amortiguar sus poco intencionados golpes. Daba pequeños saltitos para contener la excitación entre contínuos "Ualaaaaaasss" al ver las formaciones perfectas de los mercenarios. Una sonrisa de oreja a oreja que tornó en horror cuando vio a los primeros pueblerinos caer entre gritos de pánico y muerte.
-Pero.. pero..- tartamuedeaba dirigiendose a Saxa.-Pero era un juego.. ¿qué están haciendo Saxa? Toda esa pobre gente..-buscaba respuestas que nadie tenía mientras su pequeño cuerpo comenzaba a reaccionar ante la carga de caballería que se avecinaba.
Abrió su zurrón mágico con le que jugueteaba minutos antes para sacar las armas que habían escondido. El hacha de Saxa, la espada de la escudera y su espada corta fueron apareciendo consumiendo un tiempo vital que podrían haber usado en su defensa. Los tres luchadores de pelo ígneo se apuraban a resistir la carga de la mejor manera posible.
Remington paso algo de tiempo sentado a solas en el muelle, con la única compañía de Sir Arthur, hasta darse cuenta que todos habían vuelto al Cangrejo de Latón. La verdad, no tenía ninguna gana de historias, pero una vez más se levantó y siguió a los demás porque Ispin así lo había pedido.
Desde la entrada, busco con la mirada a sus compañeros, a sus anfitrionas y a Averil Uth Pathwardes entre la multitud. La música, las historias y las risas de los parroquianos no consiguieron levantarle el ánimo. Ver partir ese cayuco había sido demasiado duro. Quizá mañana lo viera todo diferente pero necesitaba tiempo.
—¿Te importa si me siento aquí? —dijo tomando sitio al lado de la paladina—. No consigo compartir el entusiasmo de los demás —añadió algo triste—. Así que la comandante Nestra Vendri, ¿eh? Yo también voy a Kalaman mañana, tengo que entregar una carta. Podríamos hacer el camino juntos. Ispin me enseñó la importancia de mirar más allá, de ser curioso y de preguntar sin miedo a la respuesta. ¿Podemos hablar de tu don? —preguntó a la mujer mirándola a los ojos—. No te preocupes, todos están a sus cosas, nadie nos mira —trató de tranquilizarla en medio del barullo—. Me imagino que tú también tendrás muchas preguntas. Me gustaría ayudarte a buscar las respuestas. ¿Cuando empezó?
Sir Arthur maulló y saltó de su brazo. Sin más explicaciones se dirigió a la cocina evitando al servicio y los parroquianos con asombrosa facilidad.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
El joven mago iba a sentarse pero rápido noto que había alguien que no estaba allí apenas dos segundos antes.-Ocupado! -dijo con una risita.- pero puedes sentarte aquí a mi lado.- Y esperó a que terminara Remi de hablar..- Uaaaalaaaa cual es tú don?- clavando los codos en la mesa y reposando su mentón en las manitas mientras miraba inquisitivo y lleno de curiosidad a la escudera de Solamnia.
Saxa ha acompañado a Uri de vuelta al Cangrejo de Latón y cuando ve que la joven elfa no sólo está más recuperada, sino que se ha animado a hablar con ... ¿era aquella otra elfa? ... de repente se da cuenta de que se ha quedado por su cuenta. "Bueno, ningún drama", piensa mientras se encoge de hombros.
De todas maneras está situación no dura mucho tiempo porque pronto se fija en el hombre con la armadura y el símbolo del regimiento de Ironclad, el grupo de mercenarios liderado por Cudgel. Interesada por esto y por la historia que ha contado, la enorme pelirroja va hacia él y de camino agarra dos cervezas de una bandeja que está pasando justo por delante de ella:
- ¿Así que piratas minotauros? Me pregunto cómo se apañan con tanta pata en altamar, con lo que ya tiemblan tanto cuando solo tienes dos y el mar se pone brava jajaja Bueno, perdona, qué manera más mala de presentarse. Te aseguro que mi humor suele ser mejor, pero hoy me parece que tengo la mente en otro sitio - le ofrece al hombre una de las cervezas y ella se queda con la otra - Soy Saxa, por cierto. Ispin me habló mucho de Cudgel y el resto de los Ironclad. Quizás esas historias fueron parte de lo que me llevo a hacerme mercenaria. ¿Llevas mucho tiempo con Cudgel, entonces? ¿Y conocías a Ispin desde hace mucho? El bueno de Ispin... Cómo me encantaría no llevar su nombre grabado en el mango de mi hacha.
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
El pobre kender se queda sorprendido cuando Saxa ofrece una jarra al militar olvidándose de él, plantado donde antes no había nada. Parecía extenuado, como si le hubiera supuesto en esfuerzo llegar justo a tiempo de comenzar la conversación.- Cudgel.. - respira-..los ironclad.- respira de nuevo- Nunca..-otra bocanada-..me contó sobre vosotros?-soltando aire con calma..-¿A qué os dedicáis? ¿Sabes convertir a la gente en piedra?
La solitaria elfa pareció sonreír delicadamente a Uri cuando se presentó, iba a contestar pero entonces el entusiasta kender se presentó y le tendió la mano.
Sin abandonar su sonrisa, apenas visible en las sombras de su capucha, extendió su mano y estrechó la del kender. Fritz notó que estaba algo fria.
- Mi nombre es Leedara - dice con una voz delicada, melodiosa - Hacia mucho tiempo que no coincidia con una prima del reino de Qualinost. Dime, ¿cómo está el Orador de los Soles? -
Pero antes de que Uri pudera responder, Fritz observó que Remi se sentaba al lado de Averil y comenzaban a hablar. Sin duda era algo interesante y se deslizó de la mesa para acercarse a sus compañeros.
Averil se sonrojaba un poco y, efectivamente miró a su alrededor cuando el joven aprendiz de mago le preguntó. Tras constatar que nadie, excepto el kender que apareció de forma súbita, les prestaba atención la escudera tragó saliva y empezó a hablar.
- La verdad es que para mi es algo increíble. Sin duda conoces la leyenda de Huma, y cómo Paladine, en la Era de los Sueños, le envió un gran ciervo blanco para guiarle cuando estaba perdido... pues bien... la noche en la que conocí a Saxa y Fritz, yo estaba perdida en el bosque, me dijeron que no podía juntarme a ellos y la verdad es que me ofendí un poco. Apenas me había alejado unos metros cuando vi... - parece sonrojarse como si temiera que sus interlocutores se burlaran de ella o no dieran crédito a sus palabras - vi a un ciervo blanco que me guió al interior de la foresta... -
Frizt estaba fascinado por la historia pero no pudo dejar de ver que Saxa se ponía hablar con el mercenario que había contado una historia sobre Ispin, y pensó que sería de mala educación no presentarse también, asi que se escabulló de la mesa y, corriendo, se acercó hasta el duo.
El hombre se sorprendió cuando el pequeño kender apareció de imprevisto y, al contrario que la educada elfa, no estrechó su mano. Al contrario, la llevó a su saquillo de monedas para guardarlo dentro de su cinturón en un gesto casi instintivo de todo el que se cruzaba con un miembro de su raza.
- Llevo con Cudgel desde el principio - contesta a Saxa sonriendo el veterano mercenario - ¿Eres mercenaria también? ¿Con qué compañía estas? - pregunta interesado.
PbP Character: A few ;)
Saxa ve cómo el veterano mercenario se lleva las manos al saquillo de monedas y se ríe para sí misma. Al principio ella misma lo hacía continuamente, pero al cabo de los días se cansó y dejó de hacerlo. Además tenía claro que sí quería recuperar sus cosas solo tenía que pedírselo a Fritz, que no tendría problema en devolvérselas. Sus cosas y otras muchas que no eran de la bárbara.
- Sí, lo soy Bueno, he estado en muchas compañías en los últimos ... ¿veinte...? ...no más de veinte ... años. La verdad es que me he movido mucho. ¿Has estado siempre en la misma compañía? Vaya... - la bárbara esta genuinamente sorprendida - Mi última compañia fueron Las botas rojas, ¿te suenan? Mi contrato justo vencía a tiempo para venir al funeral sin "causarme problemas" con el Capitán Drixton y el Teniente Nathen - Saxa se preguntó en aquel momento qué estarian haciendo, si estarían bien y si Krommer tendría tabaco.
- La verdad es que Cudgel tiene pinta de ser una buena líder - añade finalmente la bárbara, pensativa.
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Lejos de reprochar nada a Averil, se acodó en la mesa más interesado. Sobretodo cuando el veloz kender desapareció rumbo a su siguiente asunto. No pudo evitar sonreír ligeramente antes de prestar de nuevo toda su atención a la paladina.
—Eso que dices es muy interesante ¿sabes? Entonces, lo que hiciste con Fritz, ¿fue la primera vez? —preguntó con curiosidad—. ¿Después del encuentro con ese ciervo? Qué extraño —frunció el ceño tratando de recordar cuanto sabía de la Leyenda de Huma, estaba seguro de haberla leído en alguna parte.
Observó a sus compañeros departir con los pintorescos invitados en el salón principal mientras las anécdotas sobre Ispin se sucedían aquí y allá.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Uri lanzó al kender una mirada de sorpresa y pánico, temiendo que su abrupta intervención asustara o provocara el recelo de la silvanesti ante su presentación. Balbuceó una torpe disculpa mientras observaba cómo el pequeño ser se alejaba atraído por otra conversación, y suspiró un poco avergonzada.
Agarrando la jarra de cerveza y sonriendo nerviosamente, le dio un trago mientras escuchaba las palabras de la elfa.
- Encantada Leedara - dijo relajándose al comprobar que su talante era amigable - Nuestro Rey se encuentra bien, afortunadamente; espero que vuestro Rey Lorac Caladon goce también de buena salud - sonrió e hizo una pequeña reverencia con la cabeza, en señal de respeto - En mi caso, es la primera vez que coincido con parientes de tu reino, me alegro de conocerte. Como te dije, nunca antes había abandonado mis tierras, fue allí dónde conocí a Ispin y ha sido el único que ha conseguido alejarme del reino. Ahora me arrepiento de que haya sido para darle el último adiós - dijo con tono de pesar. Miró a la muchacha y fijó la vista en su capucha, bajando la voz para que la conversación quedara solo entre las - ¿es peligroso que nos dejemos ver por estas tierras? no he podido evitar fijarme en que intentas ocultar nuestros rasgos más característicos… - su pregunta era temerosa, proveniente de una novata fuera del hogar.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Casi sin verla por la sombras que la capucha proyecta sobre su rostro, Uri siente la sonrisa de Leedara ante su pregunta.
- No debes inquietarte. Hasta donde yo sé no hay más peligro para los elfos en estas tierras que para el resto de mortales. - Su tono se vuelve algo más sombrío - Peligro que aumenta cada dia joven Protectora del Bosque. Quizá hayan sido los hados los que han hecho que justo ahora abandones la protectora sombra de Qualinesti. - Parece pasar la mirada por la sala, pero Uri se da cuenta de que se detiene un poco al observar a cada uno de sus compañeros. - Si... diria que el destino así lo ha querido. - Suspira un poco y devulve la mirada a Uri - No debes inquietarte, aunque seguro que provocas admiración o incluso temor en algunos humanos que nunca hayan visto a un elfo, estoy más cómoda asi, no pretendo llamar mucho la atención... - Se levanta y hace un gesto a la elfa - Me retiro a descansar. Lamento tu pérdida. Me despido de ti hasta que nuestro caminos se junten de nuevo. Que los dioses te guarden.Namarië -
Y con una leve reverencia y esa extraña referencia a los dioses la elfa abandona la sala común hacia los pisos superiores. Uri se da cuenta de que la gente se aparta para dejarle pasar casi inconscientemente y la elfa no se detiene ni un poco en su pausado camino hasta las escaleras.
Averil asiente a la pregunta de Remi
- Si... ni siquiera sabía qué estaba haciendo yo...- responde a la pregunta sobre si era la primera vez que hacía algo así - Verás... el Ciervo Blanco me guio hasta unas ruinas completamente devoradas por el bosque. Apenas se adivinaban columnas y escalones entre las enredaderas y las raíces de los árboles. En su centro, pude ver los restos de una estatua... era prácticamente irreconocible pero... - baja aún más la voz - Las partes que faltaban se me aparecieron creadas por una hermosa luz plateada. Ante mí se elevaba una majestuosa y brillante imagen de un dragón de platino. Me invadió un gran sobrecogimiento - la muchacha no mira al aprendiz de mago, si no que ha fijado su vista en la mesa, aunque sus ojos no están fijos en la madera si no que parecen recordar la escena que describe - Caí de rodillas y mis ojos se llenaron de lágrimas. Entonces escuché una voz cálida que me preguntó si estaba dispuesta a aceptar una pesada carga que podría traer de vuelta la esperanza al mundo. Que una gran oscuridad se cernía sobre Ansalon, sobre todo Krynn, y que el momento de la Revelación estaba cerca. Yo... humildemente acepté. Lo siguiente que recuerdo es estar de vuelta en el camino con el medallón en la mano. - Parece volver al presente y carraspea un poco - Desde entonces he sentido... algo... es como... si no estuviera sola, no es nada inquietante, más bien es como cuando jugaba en el salón del castillo y mi abuelo nos cuidaba para que no nos hiciéramos daño. No interfería pero su mera presencia nos hacía sentirnos seguros y felices... - mira a Remi a los ojos - perdona, supongo que estoy desvariando y que no tiene sentido ni interés para ti... la cuestión es que cuando vi al pobre Fritz así... sólo se me ocurrió pedir ayuda, y toqué el colgante. Sentí una energía cálida y tranquilizadora que emanaba del mismo y atravesaba mi cuerpo hasta la mano que tenía extendida sobre la herida. Y... - traga saliva - bueno ya viste lo que pasó. - dice haciendo un gesto hacia el kender que parece estar muy atengo a la conversación entre Saxa y un guerrero - Tú has tenido que estudiar los textos antiguos y la historia. ¿Sabes de alguien que fuera capaz de hacer algo así desde... desde el Cataclismo? -
- Si... - contesta el veterano guerrero tras vaciar su jarra - siempre con la buena de Cudgel. ¿Qué necesidad de cambiar? La paga es buena, las luchas justas y el ambiente, por lo general bastante sano. Pero entiendo lo que dices, otros compañeros han hecho como tú y han viajado más entre compañías. Algunos han vuelto tras un tiempo, como Jeyev, que pasó unos años en Abanasinia, antes de volver con nosotros. - se encoge de hombros - Siento no haber escuchado nada de esa compañía, ¿los Botas Rojas? No... no me suena - ¿Quereis otra ronda? - pregunta mirando su jarra vacía primero y al kender y a la bárbara después.
PbP Character: A few ;)
Uri permaneció pensativa observando la figura de Leedara abandonar la sala. No era su aura enigmática y misteriosa lo que le había hecho inquietarse, la naturaleza de los elfos solía ser así; si no más bien sus palabras, la referencia al destino, la mirada hacia sus azarosos compañeros de viaje y, sobre todo, la mención a los dioses. Aquella elfa parecía conocerla de una manera que no podía entender y parecía saber más cosas de las que había compartido. ¿A qué peligro se referiría?
Encogiéndose de hombros y sin darle mayor importancia, Uri apuró la cerveza y echó un vistazo a su alrededor. Todos parecían entretenidos en sus propias charlas y ella comenzaba a sentir el cansancio de las jornadas de viaje. No quería entrometerse en ninguna conversación, así que simplemente se dirigió a la barra y cogió la que sería su última cerveza antes de retirarse a descansar, mientras escuchaba nostálgica las historias que los lugareños relataban sobre Ispin.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
- ¿Otra ronda? Por supuesto, no puede haber otra respuesta para esa pregunta ... salvo acabar tumbado, ¿supongo? - Saxa ríe de buena gana - Lo que cuentas suena muy bien, la verdad. Y me pregunto si Cudgel tendría hueco para alguien como yo. Quizás debería ir a hablar con ella... - piensa la bárbara en voz alta, mientras espera a que llegue esa segunda ronda.
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Remi escuchaba a la mujer con una extraña mezcla de fascinación y suspicacia. Acodado en la mesa, el resto de ruidos de la posada desaparecieron para él. Lo que estaba escuchando era algo increíble. ¿Acaso los dioses estaban volviendo a Krynn?
—Avery, lo que has obrado con Frizt no ha podido hacerlo nadie en 300 años —dijo en tono confidente, acercándose a ella—. El dragón de platino es una de las representaciones de Paladine, el padre de los dioses del bien de la era pre Cataclismo. El triangulo de tu medallón es otra de sus representaciones. ¿Y dices que auguraba una gran peligro para el mundo? —se quedó pensativo un momento—. Deberíamos hablar con las personas adecuadas. Algo muy serio puede estar pasando —dejó la frase en el aire con un tono algo sombrío.
Sir Arthur, que había vuelto hacía rato de las cocinas relamiéndose los bigotes, miró a la paladina fijamente. Remi observó a sus compañeros de viaje disfrutar de la fiesta. Tenía la sensación de que se habían metido en algo muy gordo y tenían que hablar de ello. Mañana, a primera hora. Hoy, lo que quedaba de día, era de Ispin.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
La joven escudera de Solamnia asintió a las graves palabras del aprendiz de mago.
- Soy plenamente consciente de lo que esto puede significar para... todos... sólo espero estar a la altura de semejante responsabilidad. Pero... - traga un poco de saliva - me niego a pensar que soy la única que ha escuchado la llamada de los dioses. Si es cierto que han regresado... habrá llamado a su lado a personas más capaces y sabias que una simple escudera ¿no? - En su pregunta, casi retórica, Remi escucha esperanza e incluso algo de miedo.
Es la voz, jadeante por corretear de un lado a otro, del kender quien contesta
- ¿Quién ha llamado a una escudera? Yo conocí a un escudero de un caballero en una ocasión que parecia un enano de lo que refunfuñaba. Además era un verdadero inútil. No paraba de extraviar el cuchillo de caza de su señor. Menos mal que estaba yo para encontrarlo y dárselo!! Me pregunto si habrá aprendido... oh disculpad!! - dice y vuelve a perderse entre la gente.
Saxa se toma la segunda ronda con el mercenario, y una tercera, y una cuarta. No le hace falta acabar la penúltima cuando el hombre, que no deja de ser atractivo, la toma de la cintura asegurándola que él mismo hablará con Cudgel para asegurarse su ingreso en su compañía.
Da un respingo y suelta a la bárbara cuando siente el pequeño brazo del kender rodear su propia cintura y decir animado.
- Oh ¿Vamos a bailar? Yo conozco esta danza!! se la vi practicar a unos artistas ambulantes cerca de Haven... - Pese a los intentos del hombre de desembarazarse del kender este consigue, de alguna manera, permanecer asido a su cintura y comienzan a dar pequeños giros sobre sí mismo - No no - se queja el hombrecillo - así no era... hay que levantar una pierna hacia un lado, luego la otra... espera... ¿ves? has conseguido que te de una patada sin querer... ¿estas bien? esa zona tan delicada tiene que doler mucho.. -
Uniéndose a las carcajadas que provoca el fallido intento del kender de bailar con un mercenario, aunque de manera discreta, Becklin se sienta al lado de Uri.
- No puedo dejar de agradecerte a ti y a tus compañeros de viaje que hayáis podido acudir a despedir a Ispin. ¿Os quedaréis para el Festival no? Comienza mañana mismo y será una buena oportunidad para distraeros y recuperar fuerzas del viaje. Por favor, venid mañana a la Fortaleza. Tengo algo que Ispin dejó para vosotros. Las celebraciones comienzan al mediodía en el muelle. ¿Sabes de donde viene el Festival? verás.. hace más de trescientos años.. antes del Cataclismo... las fuerzas de Istar... -
Pero la historia de Becklin se ve groseramente interrumpida por la intervención en la graciosa escena de la danza de un joven con aspecto de noble. El joven, algo iracundo, agarra a Fritz por su chaleco y lo levanta, de manera bastante maleducada y violenta.
- No se que hace uno de tu calaña aqui pero es hora de que te marches... -
Saxa, que ha estado escuchando como el joven noble ha interrumpido varias de las historias sobre Ispin con bostezos o diciendo al narrador que lo estaba contando mal, y que no ha parado de quejarse de lo mala que era la bebida, pese a estar cogiendo tanta bebida y comida gratis como podía, ha tenido suficiente. Tan sólo se pone, con los brazos en jarras a su lado y si las miradas fulminara, el presuntuoso joven se habría convertido en un montón de cenizas al instante.
No parece hacer falta nada más... palideciendo, suelta al kender y se intenta disculpar balbuceando algo sobre que no pretendía hacer ningún mal.
Ayudando a Fritz a recomponerse, cuando Saxa vuelve a mirarle ve que el joven está saliendo por la puerta, con el aire más digno que puede juntar. El resto de la gente la mira con sonrisas y satisfecha e incluso un par de pescadores la dan alentadores golpecitos en la espalda mientras se preocupan por el estado del kender.
Para asegurarse de que el ambiente festivo no decae, Yalme se encarga de que los músicos vuelvan a tocar y rápidamente otra persona toma el relevo para contar otra historia de Ispin.
Negando con la cabeza, pero con una sonrisa satisfecha, Becklin, espera a que se aproximen Saxa y Fritz, a los que se unen Averil y Remi seguidos por Sir Arthur, para repetir su invitación y seguir con su historia, para regocijo del kender.
- Le comentaba a Uri que por favor os quedarais para la Celebración del Martin Pescador. Es una tradición que se celebra en Vogler desde antes del Cataclismo, cuando las fuerzas enviadas por Istar para conquistar la zona fueron derrotadas por el ejército de Solamnia. Comenzarán al mediodia, en el muelle, con un concurso de pesca y termina al atardecer con una recreación histórica de la batalla. Este año los soldados de Cudgel representarán a las fuerzas de Istar y algunos del pueblo a las de Solamnia. Por supuesto no hay armas reales involucradas es todo un juego... Pero venid mañana cuando el sol se levante a la Fortaleza Thornwall. Os espero allí con un último regalo de Ispin para vosotros. -
Tras asegurar a la caballero que allí estarán esta se despide de ellos con una sonrisa. Saxa le pregunta por Cudgel pero le dice que ha vuelto hace rato a su campamento. Por desgracia la bárbara se la ha perdido. Fritz da grandes bostezos y asegura, sin ningún pudor, que aún tienen que revisar sus abultados saquillos de todas las cosas interesantes que ha ido encontrando durante la velada.
El resto de compañeros siente el cansancio acumulado del viaje y de las emociones y decide retirarse también.
La mayoría de los asistentes ha tomado la misma decisión y poco a poco la posada se va vaciando, con los músicos tocando una leve y algo melancólica tonada.
Remi está demasiado inquieto para irse a dormir ya, las revelaciones de Averil le han dejado confuso y agitado. Seguido de Sir Arthur sale a dar un pequeño paseo por los cercanos muelles. Aunque su primer instinto era salir a primera hora hacia Kalaman, reconoce que sería de mala educación no acudir a la llamada de la Caballero de Solamnia a su fortaleza, la cual se eleva protectora en una colina al noroeste de la ciudad. Y puede que no pierdan tanto si se quedan al Festival.
Se acoda en una baranda escuchando el rítmico golpear del agua contra los postes de madera del muelle, la plateada luz de Solinari ilumina la escena y casi no son necesarios los faroles. El aire fresco le viene bastante bien y le despeja la mente. Remi levanta la vista, sus pensamientos aún centrados en los acontecimientos narrados por la escudera y entonces se le seca la garganta y siente un pequeño mareo.
Allí, en la bóveda celeste donde deberían estar las constelaciones de Paladine, el Dragon de Platino y de Takishis, la Reina de la Oscuridad, en constante danza alrededor de Gilean, la Balanza, sólo hay dos abismos de negrura. Las constelaciones de los dos dioses han desaparecido.
Remi siente que su estómago se le cae a los pies y que las piernas le fallan. Cae arrodillado en el muelle y Sir Arthur se restriega contra él preocupado.
Los dioses han abandonado el cielo.
PbP Character: A few ;)
A la mañana siguiente el pequeño grupo de viajeros comienza a reunirse en la sala común del Cangrejo de Latón.
Poco a poco se fueron reuniendo alrededor de una mesa, donde una solícita Yalme les pone unas bandejas con huevos, bacon, champiñones fritos y pan con miel. El último en reunirse con ellos, cuando casi habían acabado el desayuno y cuando un impaciente Fritz se dirigía al cuarto para ir en su busca es el joven aprendiz de mago. Su aspecto es algo macilento y profundas ojeras enmarcan sus ojos. Es evidente que ha pasado mala noche pero todos lo achacan a que quizá bebió demasiado la noche anterior.
Una vez reunidos salieron a una ciudad donde el ambiente festivo no se podía ocultar. Las calles estaban aún más adornadas con banderas de colores, en la plaza principal terminan los músicos ya están ensayando en el escenario que han dispuesto para ello, la gente se reúne alrededor del gran roble que hay en la plaza central y empieza a preparar picnics mientras los niños juegan alrededor llenando el aire con sus risas y su contagiosa energía.
Cuando están a punto de encauzar la calle que les llevará hacia la fortaleza que se eleva en la colina, un joven se les presenta a la puerta de una panadería. Se trata de Darren Highwater, aprendiz de Becklin, y les ofrece unos pastelillos de miel mientras termina de comprar y se ofrece a acompañarles hasta la fortaleza. Darren resulta ser un joven encantador, muy educado que se interesa por sus viajes y sus tierras de origen. El joven fue abandonado por sus padres en Vogler hace diez años y lleva ese tiempo bajo el cuidado y la tutela de Becklin, pero como todo joven, sueña con lugares lejanos y está ávido de que los compañeros le cuenten historias de tierras lejanas.
Al llegar a la Thornwall Keep comprueban que la fortaleza ha vivido tiempos mejores. Lo único que es realmente útil es la alta torre de tres pisos, parcialmente cubierta por una enredadera, que Becklin y Darren han mantenido utilizando piedra del antiguo muro. Alrededor del muro y por el antiguo patio de armas se pueden ver pequeñas excavaciones, como si alguien estuviera buscando algo. En la parte superior de la torre, destaca una extraña catapulta. Becklin está realizando sus ejercicios matutinos y es la primera vez que la ven sin armadura. Les da la bienvenida y le pide a Darren que los lleve a la biblioteca, la cual está situada en la primera planta de la torre y resulta ser una agradable, aunque no muy llena de libros, sala con un hogar cuyos rescoldos mantienen cálida y agradable la sala. Mientras disfrutan de los pastelillos de miel, Becklin no tarda en llegar con una caja que abre y comienza a repartir los objetos que Ispin ha dejado para sus amigos.
- Con una condición - anuncia divertida - que participéis en la recreación de la batalla de High Hill esta tarde. A Ispin le encantaba participar - recuerda con una sonrisa melancólica - y siempre encontraba la forma más divertida de que lo eliminaran. La última vez corrió con un barril de cerveza sobre la cabeza, fingió que era alcanzado por una flecha y que el barril le caía en la cabeza... en fin... Ispin... -
Agradecidos y sorprendidos por los objetos, el grupo aceptó, incluso Averil, que no conoció a Ispin se comprometió a llevar su distintivo escudo, un escudo verde con un roble de un color verde oscuro pintado en el centro, durante la representación, aunque luego se lo devolvería a Becklin.
Hablaron, por fin, sobre su extraño encuentro con las peligrosas criaturas cerca de la ciudad, y Becklin prometió hablar de ello con Cudgel y reforzar su propia vigilancia con ayuda de Darret. Observó el dibujo que habían traído consigo del símbolo que adornaba las armaduras de los atacantes y confirmó que era el antiguo símbolo de Takishis, la Diosa de la Oscuridad. No le dió demasiada importancia, ya que era común que en ocasiones grupos de mercenarios o bandidos se apropiaran de simbología antigua para infundirse de un halo de misterio o de poder que no tenían, pero Remi se removió inquieto. Era consciente de que poco más podían hacer pero se le antojaba poco. Intentó relajarse, cumplir con la última voluntad de Ispin participando en la batalla de pega esa tarde y partir al día siguiente a Kalaman con Averil. Tenían que informar a alguien con más autoridad y quería informar a la Orden de Alta Hechicería, seguramente a través de la persona a la que tenía que entregar el pergamino que le habían confiando tras la prueba del Ojo.
PbP Character: A few ;)
Con sus nuevos objetos, que incluían un saquillo para el kender, unas botas para la bárbara, un carcaj para la arquera, un anillo para el mago y una poción de un extraño líquido rojo para cada uno de ellos, bajaron de nuevo a la ciudad donde la alcaldesa Raven uth Vogler inauguró oficialmente el festival de ese año.
Contagiados por el jolgorio participaron en el concurso de pesca en los muelles, sólo Saxa consiguió capturar un par de anguilas de rio. Frizt estuvo en varias ocasiones apunto de conseguir capturar piezas realmente grandes, pero le falló la técnica en el último minuto y finalmente la alcaldesa se alzó con el triunfo.
Durante todo el concurso el joven de la noche anterior, acompañado de un orondo hombre con profuso bigote, al parecer su padre, estuvieron molestando con comentarios inapropiados a los participantes, pero todos soportaron las burlas de los nobles con estoicismo y no dejaron que les amargaran el día. Saxa estuvo a punto de perder los nervios, pero Remi contuvo su brazo cuando estaba a punto de lanzarles una de sus anguilas, recordándole que podía meterse en un buen problema si agredía a un noble.
El humor de Saxa mejoró notablemente tras participar en el concurso de comer cuantos panecillos rellenos de chorizo pudiera, siendo derrotada en la final por un orondo conocido del pueblo por Bobby. Se dijo a sí misma que si no hubiera desayunado tanto esa mañana, repitiendo con los deliciosos bollos de miel, seguramente podría haber ganado, pero había que reconocer que el tal Bobby tenía pinta de entrenar mucho para comer grandes cantidades.
Entre bromas y chanzas siguieron a la gran mayoría del pueblo hacia la colina cuando el sol comenzó su descenso hacia el ocaso. El ambiente era aún más festivo si cabía. Pronto se encontraron en lo alto de la colina, desde donde partían las fuerzas de Vogler disfrazadas con tabardos azules. Mientras Darren buscaba uno grande adecuado para la talla de Saxa, Uri escuchó una conversación de la alcaldesa contando que, no sólo estaba intentando invertir más en la milica de la ciudad, si no que estaba mucho más tranquila ahora que la Compañía Ironclad estaba acampada cerca de la ciudad, ya que se escuchaban rumores de guerra en el Este. La elfa desvió la mirada hacia la base de la colina, donde se preparaban, con tabardos rojos, los miembros de la Compañia que se habían presentado voluntarios para representar el papel de las fuerzas invasoras de Istar. Uri se percató de la figura de un semi-ogro entre los mercenarios, que destacaba por su altura entre sus compañeros, que parecía ser el líder de los mismos, compartiendo chanzas con sus compañeros.
Remi volvió a compartir sus inquietudes sobre los misteriosos atacantes con Becklin, Cudgel y la Alcaldesa Raven, la cual era la primera vez que oía tales preocupaciones, pero para evitar que cundiera un pánico innecesario y que se empañara el final de la festividad decidieron hablar después.
A una señal de Raven, sonaron unas trompetas y entre risas y algún fingido grito de guerra, las dos fuerzas, armadas con palos, armas de pega o incluso armas tapadas con mantas para evitar accidentes, comenzaron a avanzar hacia el centro de la colina.
PbP Character: A few ;)
La milicia y los Voglerianos que habían decidió participar en la recreación de la batalla bajaban la colina en una especie de tropel desordenado y sin coordinación alguna. Se habían designado algunos líderes de grupos pero ni ellos parecían interesados en ejercer ningún tipo de disciplina ni el resto de seguirla. Bajaban trotando en relajada actitud, algunos lanzaban desafios a las "fuerzas invasoras" otros iban charlando sobre alguna receta familiar, incluso alguno había que parecía tomárselo un poco más en serio y agarraba su lanza de manera de la forma más profesional que era capaz de aparentar.
Por contraste, las ordenadas tropas istarianas, formadas por el regimiento de Cudgel, subían al encuentro de la otra fuerza en cerrada y perfecta formación, los escuderos al frente, dejando apenas resquicios en su cerrada falange, y los lanceros detrás. La caballería formaba a los lados, protegiendo los flancos. Saxa no pudo sino asentir apreciativamente ante una formación tan bien ejecutada.
Pronto las dos fuerzas se encontraron la una a la otra, aproximadamente en medio de la colina, donde un bajo muro de piedra la dividía. Se escuchaba algún entrechocar de madera, gritos de fingida lucha y desafios forzados, pero sobre todo se escuchaban risas mientras la gente disfrutaba del juego.
Ok decidme dónde queréis estar.
Habéis salido del nor-oeste y bajais hacia el sur-este con vuestras "fuerzas" no tiene porque ser algo super específico es para hacernos una idea de dónde está cada uno para ver a quién le toca qué evento de esta parte de la fiesta.
PbP Character: A few ;)
Manteniendo al semi-ogro a la vista, por alguna razón Uri no acababa de fiarse de él, el pequeño grupo, algo inseguro de cómo proceder, se quedó en mitad de la batalla, a la sombra de un árbol, mientras observaban a los grupos juntarse y comenzar a batallar. Se encontraban en mitad de la batalla, rodeados por grupos de luchadores que gritaban "Por Solamnia!" o "Por Istar!" dependiendo del bando en el que estén.
Entonces, mezclados con los ruidos de las risas y los fingidos gritos de guerra empezaron a escuchar otros que les helaron la sangre. Los de armas de metal siendo desenvainadas y los gritos de sorpresa, miedo y dolor de aquellos desdichados que se vieron sorprendidos por el repentino y traicionero ataque de los mercenarios que comenzaron a atravesar a los desprevenidos voglerianos con sus lanzas y espadas. La batalla simulada se convierte rápidamente en una carniceria.
Uri ve como el semi-ogro, con una sonrisa de oreja a oreja, retira la protección de su arma y corta el cuello del mercenario que estuvo tomando con Saxa unas cervezas la noche anterior.
Parece que no todos los mercenarios estaban enterados de esta traición y se están asegurando de eliminar a aquellos que les molestan.
PbP Character: A few ;)
Al darse cuenta de lo que está pasando y ver como el mercenario de anoche cae al suelo muerto, Saxa se queda inicialmente muda. Pero no tarda en salir de su estupor al sentir cómo una furia roja se va apoderando poco a poco de ella.
Sin dejar de mirar al frente - a donde el semi-ogro está levantando su arma ensangrentada - pero sin dejar de atender a lo que nota acercándose por el rabillo del ojo, la bárbara le dice al kender con voz gélida:
- Mi hacha. Necesito mi hacha.
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Uri trotó divertida mientras bajaba la colina, lanzando espadazos de juguete al aire para calentar sus músculos. Estaba contenta de acometer el último deseo de Ispin, con la intención de pasárselo lo mejor posible y disfrutar como una niña pequeña.
Con esa alegría llegó hasta el árbol central de la explanada, acercándose a uno de los grupos que se había formado por allí para comenzar con el juego. Sin poder evitarlo, echaba de vez en cuando una mirada de soslayo al semi-ogro, del cual había decidido tomar distancia. Sabía que se trataba de una representación, pero no quería correr el riesgo de que aquel ser perdiera el control de su fuerza y se llevara de regalo un golpe fatal. Así que lo mejor era prevenir.
Cuando de pronto fue consciente de lo que estaba ocurriendo, alertada por los gritos festivos convertidos en agonía, los cuerpos caer ensangrentados y las espadas de juguete sustituidas por armas letales, Uri mudó su semblante.
Una rápida mirada a su alrededor para controlar el posicionamiento de sus compañeros la convenció de no moverse del sitio y brindarles protección al atisbar cuatro jinetes armados que se dirigían directamente a ellos.
La pericia que le había otorgado vivir numerosas emboscadas en su tarea de guardiana facilitó a la elfa la automática reacción que tuvo en ese momento. Con una abrumadora templanza, se armó de arco y flechas en milésimas de segundo. Nunca estuvo tan agradecida a Ispin por el regalo que acaba de recibir. Si no hubiese sido por ese carcaj, la situación sería muy diferente.
Sus movimientos se enlazaron con la precisión de un reloj suizo, apuntando firmemente a uno de los jinetes. La flecha cruzó el espacio impactando letalmente en la cara del atacante, atravesando ojo, cráneo y cerebro. Tras unos segundos de mueca congelada en el rostro, el cuerpo incapaz de sostenerse ya en el caballo, cayó a plomo sobre el polvoriento suelo. Uri debía reconocer que incluso hasta a ella le había sorprendido la precisión de su puntería. Esperando a que sus compañeros tuvieran tiempo de armarse, permaneció sin moverse en el sitio en el que estaba.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
FritzFoxStiltonson estaba entusiasmado, iba a participar en una batalla como las que Ispin le relataba en sus historias de fogata y encima con las fuerzas de solamnia que tanta pasión ocupaban en sus estudios y manuscritos. Estaba divertido con su Hoopak que concienzudamente le habían protegido con trapos y paños para amortiguar sus poco intencionados golpes. Daba pequeños saltitos para contener la excitación entre contínuos "Ualaaaaaasss" al ver las formaciones perfectas de los mercenarios. Una sonrisa de oreja a oreja que tornó en horror cuando vio a los primeros pueblerinos caer entre gritos de pánico y muerte.
-Pero.. pero..- tartamuedeaba dirigiendose a Saxa.- Pero era un juego.. ¿qué están haciendo Saxa? Toda esa pobre gente..-buscaba respuestas que nadie tenía mientras su pequeño cuerpo comenzaba a reaccionar ante la carga de caballería que se avecinaba.
Abrió su zurrón mágico con le que jugueteaba minutos antes para sacar las armas que habían escondido. El hacha de Saxa, la espada de la escudera y su espada corta fueron apareciendo consumiendo un tiempo vital que podrían haber usado en su defensa. Los tres luchadores de pelo ígneo se apuraban a resistir la carga de la mejor manera posible.