Oswald Glimfeather Tercero escuchó atento las palabras de los aventureros que tenía delante mientras daba pequeños sorbos a té caliente que le habían preparado.
- Entiendo - dice finalmente - Así que Ornym os ha enviado a por las armas de los Nueve. Ya iba siendo hora, menudo desperdicio y riesgo dejar esas reliquias alli dentro de cualquier manera. - sentencia - No os sorprendáis tanto. No sois los únicos que conocen la historia y aún sé sumar dos y dos. Las armas de los Nueve os darían una clara ventaja contra la Cacería Salvaje. Además, como bien habéis apuntado, estamos apenas a unos días del Templo. ¿Que clase de de Guardián sería si no conociera la historia de lo que ocurre cerca de mi bosque? Algunos ligeros temblores se han sentido en las últimas semanas. Algo sutil y que muchos de vosotros ni siquiera lo notareis, pero nosotros si lo sentimos. Me recuerda a como empezó todo hace unos años y... -
Oswald Grimfeather Tercero levanta una pluma a modo de dedo para pedir un segundo mientras gira su cabeza hasta que esta queda totalmente a su espalda. Permanece así unos segundos y luego parece relajarse mientras su cabeza vuelve a su posición normal. - Disculpad creí haber oído un ratón. ¿Por dónde iba? Ah si... El Templo. Bueno, por aquí todo sigue normal. Las ardillas almacenan bellotas y corretean por las ramas de los árboles. Los tejones discuten sobre la propiedad de madrigueras y los conejos huyen de los zorros. Muchos de los pájaros han abandonado ya el bosque en busca de lugares más cálidos para pasar el cercano invierno. Pero es cierto que todos tienen cierta premura en finalizar sus preparativos. Como si supieran que algo se avecina o que el invierno llegará antes de tiempo. -Observa de nuevo al grupo, y todos se sienten examinados. Como un profesor que está valorando si sus alumnos son o no aptos de pasar un duro examen.
- ¿Con quién os ha dicho Ornym que contactéis en Homlet? -
- ¿Conoce ....? Perdón, ¿puedo tutearte? ¿Conoces a Ornym? - pregunta Nessa, contenta solo por la simple mención del nombre del elfo. Involuntariamente se lleva una mano al pecho, donde siente su colgante oculto bajo la ropa - Hemos estado con él hasta hace dos días, momento en que tuvimos que separarnos. Él para guiar a un grupo de personas hasta la seguridad de Greyhawk y volver tras eso a sus responsabilidades en Celene, y nosotros para ir al Templo.
Luego responde a la pregunta de Oswald:
- Nuestro contacto es el druida Jaroo Ashstaff. Ornym nos dijo que es amigo de los elfos y además el agente encargado de vigilar la actividad en el templo. ¿Le conoces?
- ¿Tutearme? ¡¡La audacia!! Mi querida muchacha ¿es que no tienes respeto alguno por tus mayores? Te ruego encarecidamente que mantengas el decoro adecuado a nuestras respectivas posiciones. Protocolo - dice levantando una pluma a modo de dedo para enumerar - Decoro - dos plumas - Modales - tres plumas - Disciplina - cuatro plumas - Sin estos pilares básicos la civilización se desmorona muchacha. No permitas que tu familiaridad con una persona te haga faltar el respeto a otra simplemente porque la conoce. A mi no se me ocurriría tutear al General sólo porque me acabas de contar que le conoces y tus ojos brillen con sólo mencionar su nombre. -
Oswald Glimfeather Tercero agita sus plumas por cuarta vez en la noche.
- Nessa, Nessa, Nessa -continua - tienes que entender que no eres una iletrada cualquiera que vaga por los bosques sin propósito alguno. O alguna cabeza hueca con locas ideas de aventuras gloria y fama como los que anda por ahí -puntualiza agitando su ala izquierda - No. Tú eres la discípula de Ornym Galadrornë, y eso es una responsabilidad querida muchacha. Se esperan de ti grandes cosas.Y se suponen otras muchas, como que sabes comportarte. Más te vale aprender a hacerlo antes de que el General te presente a la Reina o ningún arma o promesa de ayuda podrá sacarte de ese problema. Además estás envuelta en una misión de la que depende, literalmente, la vida de muchas personas. Todos lo estáis. Los dioses os vigilan muchachos. Y lamento ser yo quien os diga estas cosas, pero alguien debe hacerlo parece ser. Vuestro destino es incierto y no os envidio, pero vuestras decisiones no sólo os pertenecen a vosotros ya. - Oswald Glimfeather Tercero paseó su severa mirada por todos los miembros del grupo para enfatizar la seriedad de sus palabras. Aunque luego pareció sonreir, si es que un búho podía hacerlo - Pero no desesperéis. Creo que los hados han elegido bien. Veo verdadero potencial en vosotros muchachos. Tan sólo tenéis que concentraros y no perder de vista vuestro objetivo. Y recordar comportaros debidamente habléis con quien habléis. Los modales son extremadamente importantes. No, no te disculpes muchacha. Jamás te disculpes por ser cómo eres. Pero aprende. ¿ De acuerdo? -
Con un asentimiento da por zanjado el tema y termina su te dejando la taza con cuidado en una pequeña roca frente a él.
- Sobre el tema de hablar, por supuesto que conozco a Jaroo Ashtaff. Será un buen aliado. Yo de vosotros me cuidaría mucho de Rannos Davl y Gremag. Ese par no planea nada bueno os lo digo yo. ¿Pruebas? Ninguna. Pero confiad en mi en esto muchachos. Esos dos no son de fiar. -
"¿En qué estabas pensando, tonta?" se dice la ranger a sí misma tras la regañina de Oswald. Intentó disculparse de nuevo, pero cuando éste se lo impidió, se limitó a asentir, tomando buena nota mental.
Parpadeó sorprendida cuando Oswald Glimfeather Tercero se refirió a Ornym como General:
- ¿Perdón? ¿Ha dicho "General"? - miró hacia Rolthos y le dijo - ¿No habías dicho "capitán y uno de los fundadores de los Caballeros Verdes"? Yo no sabía ni esto siquiera ...
Sintió que el estómago se le encojía un poco cuando Oswald habló de que les presentarían ante la Reina. Era algo que no había imaginado en su horizonte y la idea de que pudiera decir algo fuera de lugar - dejando mal a Ornym o a sus amigos por ello - le puso bastante nerviosa. Agradeció internamente la advertencia del guardián, que desde luego llegaba con una antelación que valía su peso en oro, pero también la dejó preocupada.
Se quedó unos momentos callada, dándole vueltas a todo esto, mientras la conversación continuaba a su alrededor. Finalmente, y sin otra conclusión más allá de que tarde o temprano tendría que enfrentarse a lo que fuera que se le pusiera delante, volvió a preguntar:
- Sobre Rannos Davl y Gremag no nos dijeron nada. Desde luego, tendremos en cuenta su advertencia. ¿Están también en Homlet? ¿Puedo preguntar qué ha generado dicha desconfianza?
Rolthos agradeció el gesto de Jen con un leve asentimiento, después se centró en la conversación de nuevo. Se sorprendió de la perspicacia de Oswald al unir los puntos y mencionar las armas de los nueve e intento mantener la compostura sin mostrarse demasiado sorprendido. Viendo que demostraba conocimientos sobre el grupo que no habíamos compartido intuyó o que había hablado con Ornym o era extremadamente perspicaz.
- Se ve que no conocía ese rango, pero está cl se robque es alguien de extremada importancia. -Se disculpo ante Nessa.
- Parece que conocéis bien la historia del templo… ¿Podrías darnos algún consejo o advertencia antes de adentrarnos en el templo? – Pregunto interesado.
Jen sirve un poco más de té a Nessa, murmurando un "No te preocupes" mientras Rolthos pregunta a Oswald Glimfeather Tercero sobre el templo. Le barde antes de dejar la tetera, sentarse y unirse al círculo de nuevo, mira alrededor, centrándose en la zona en la que el Buho ha girado la cabeza. Podría haber sido un ratón, o quizá no...
Pero tras unos segundos de observación sus ojos no detectan nada extraño en la frondosidad del bosque. "Te estas volviendo paranoico" piensa para si misme, sacudiendo la cabeza. Con la tetera en las manos, se incluye de nuevo en el círculo alrededor del fuego, dejándola luego encima de la hoguera y aprovechando para calentarse un segundo las manos antes de reengancharse a la conversación.
Oswald Glimfeather Tercero respondió a Nessa sobre sus sospechas de aquellas personas.
- Posiblemente tengáis que tratar con ellos ya que regentan la tienda de Homlet. Me da en el pico que no son trigo limpio aunque quizá sea sólo porque cobran mucho y pagan poco. -
Oswald Glimfeather Tercero ladeó un poco la cabeza ante la pregunta de Rolthos.
- El consejo más sensato sería que no fuerais a ese horrible lugar. Pero como eso está fuera de toda discusión os diré que no os fieis de nada ni nadie de lo que encontréis en esos salones. El complejo subterráneo es mucho más profundo y extenso que lo que el Templo deja entrever. Si mi memoria no me falla, y no falla jamás, había un acceso a los pisos inferiores en el altar central y en una de las vicarías adyacentes. Como podéis suponer, no sois los primeros en intentar entrar allí y recuperar las armas, y cualquier otro tesoro que pudiera existir. Me refiero a... aventureros -dice cuando empieza a ver las dudas aflorar en los ojos de los compañeros - y no todos con buenas intenciones, saqueadores los llamaría yo, al menos la mayoría. Por lo que sé pocos han regresado y ninguno con éxito. Mi teoría es que las posesiones que buscáis de alguna manera, se fundieron con las esencias del Templo y no van a estar tirados por ahí a simple vista. Además la reciente, aunque tímida, actividad extraña nos sugiere que hay nuevos habitantes en su interior... Eso puede haber hecho que alguna de las armas esté en sus manos ahora mismo. Sin embargo -dice adoptando un tono más serio y menos académico - sí hay algo muy muy importante que debéis recordar. No abráis las puertas. Hagáis lo que hagáis, pase lo que pase, no destruyáis las puertas, no las abráis, no las toquéis. Si no pasáis cerca de ellas mejor que mejor. Esas puertas no sólo bloquean los pasos físicos más grandes y directos del Templo si no que sus hechizos y energías místicas mantienen el mal encerrado. Si se liberara las consecuencias podrian ser... catastróficas. -
Una vez más el plumaje de Oswald Glimfeather Tercero se agita de arriba abajo.
Rolthos se sumó al improvisado momento de relajo con té iniciada por el búho parlante bebiendo algo del te a sorbos cortos.
- Puertas... - Rolthos miró a sus compañeros alarmado. - Me temo que estamos perdidos. Me pregunto cuántas puertas de esas vamos a encontrar y cuantas nos resistiremos a abrir. – Dijo medio jocoso.
- Ese es un buen consejo, Oswald Glimfeather Tercero, se lo agradecemos. - Tras un momento de reflexión añadió - Imagino que alguno de los aventureros que se adentraron en el templo no seguirían ese consejo y nos podremos encontrar algunas de esas puertas abiertas. Incluso puede que ese sea el motivo de la reciente actividad.
- Aún me estoy haciendo a la idea de la importancia de dichas armas. ¿Podría ser que incluso…se nieguen a ser portadas por aventureros que consideren indignos?
- Oh no. Lo dudo mucho mi querido muchacho. - respondió Oswald Glimfeather Tercero al paladín - Esos patanes seguramente ni habrán podido acercarse a las puertas. O esos pobres desdichados según de quien estemos hablando. - añade un poco pensativo. - Veréis las puertas contienen la energía mágica con el objetivo de capturar y encerrar las energías de Zuggtumoy. Los hechizos y glifos utilizados en su diseño fueron muy originales y ocurrentes pero algo huesos, sin duda por la premura con la que tuvieron que ser diseñados. Aún así son una verdadera obra de arte, os lo aseguro. No sólo retienen, si no que debilitan la conexión de la Reina de las Esporas con nuestro plano, dejándola más débil y canalizando a su vez esa energía para alimentar las propias puertas. Como decía, por la premura con que tuvieron que ser diseñados, los hechizos no solo afectaron a Zuggtumoy si no a los planos elementales que estaban utilizando los seguidores del culto del mal elemental para crear todo el caos que creaban. No debéis olvidar que el objetivo final de los elementales es devolver a nuestro mundo a su estado primigenio de caos absoluto. La entropía en su máxima expresión. ¿Como llegaron a aliarse y a encontrar un objetivo común Zuggtumoy y el culto elemental no lo sé queridos muchachos. Nadie puedo averiguarlo. - Oswald Grimfeather Tercero se encogió de hombros - Ahora bien, como apuntaba antes, quizá las armas se hayan visto envueltas en esta red tejida y puede que estén en lugares insospechados y tengáis que ser… creativos a la hora de recuperarlas. Y si querido Rolthos. Sin duda si estas armas no consideran dignos a sus portadores pueden negarse a otorgar sus dones. En concreto el arma que buscas tú era especialmente exigente si no recuerdo mal. Espero que estés a la altura mi querido muchacho-
Rolthos se limitó a un gesto sin significacion mientras sorbia. Desde luego tenía fundadas dudas sobre si era un digno de portador de la espada de su diosa. A su compañera paladina le habían negado sus poderes y sentía que el había estado al borde de sufrir el mismo castigo. Ni siquiera era un experto en el uso de las espadas. Pero podría hacerla llegar a la iglesia y sin duda sería un gran recurso para las batallas venideras. Quizás la armadura fuese más apropiada para él. En cualquier caso, para la espada era una prioridad.
En vez de expresar sus propias inseguridades se centro sobre el templo y el conocimiento que Oswald Glimfeather parecia tener. - Entonces… ¿Las armas forman parte de la red de glifos que protegen el templo? ¿No es posible que al sacarlas de allí debilitemos esas necesarias protecciones?
Oswald Glimfeather Tercero meditó unos segundos su respuesta mientras indicaba a Cruços que le rellenara la taza con el té y se lo agradecía con una leve inclinación de cabeza.
- Gracias querido muchacho. Este es, sin duda un tema fascinante.-respondió a Rolthos - Como sabéis las puertas necesitaban de la energía vital, del alma si queréis, de los héroes para terminar de sellarse y comenzar el ciclo que las alimentaría. Estas armas, tan poderosas que se unen de manera intrínseca a su portador, podría decirse que, al formar en cierto modo parte del alma de los héroes, pasaron a formar parte de manera subsidiaria de esa energía que sirvió para comenzar el ciclo que las mantendría activas. Digamos que las almas de los héroes fueron la chispa necesaria para comenzar el fuego y la energía de las armas fue una pequeña chispa dentro de esa chispa, si me permitís la analogía. Y ya que hablamos de fuego, Vraak mi querido muchacho, ¿serías tan amable de echar un par de troncos más al fuego? Está refrescando la madrugada y vuestro fuego está a punto de apagarse... gracias muchacho Por supuesto todo esto no son más que teorías, pero si me lo permitís diría que son bastante acertadas. Conocía bastante bien a Arcandor y pasamos largas horas debatiendo sobre teoría mágica... -
La ranger acepta la taza de té que le ofrece Jen con una sonrisa. Sus manos agradecen sostener la taza caliente, mientras que los cortitos sorbos van a su vez animándola por dentro.
Nessa asiente a Oswald Glimfeater Tercero cuando le indica lo que sabe acerca de los regentes de la tienda de Homlet. Estarían atentos. Eso sí, se alegró de saber que existía una tienda en dicho pueblo, llevaba un tiempo preocupada porque no estuvieran lo suficientemente avituallados para el Templo y quizás en Homlet podrían encontrar lo que les faltase. Aunque saliese caro.
Respecto a las puertas, dice:
- Me preocupa este asunto. Nosotros desde luego iremos con su consejo grabado a fuego en la mente, tan sólo espero que no haya cambiado nada en el templo en los últimos años que nos obligue a tener que abrir alguna para avanzar. Por cierto, - dice, mirando al sabio búho - parece conocer de primera mano el interior del Templo. Como si hubiera estado allí. ¿Es así?
Nessa, que ya conoce muy bien a Rolthos, ve cómo se queda pensando cuando Oswald menciona que las armas tienen que encontrar al portador digno para poder ser usadas y se imagina perfectamente a qué le está dando vueltas. Apoya una mano en su hombro y le dice:
- Rolthos, estoy segurísima de que serás digno del arma de Bathia. No creo que ser digno consista en llevar una vida en la que no se haya cometido ni un sólo error, sino en cómo reaccionamos a ellos, cómo aprendemos de ellos. Y tú, amigo mío, te esfuerzas, aprendes y das siempre lo mejor de tí mismo. No me cabe duda de podrás portar el arma de la paladina de Mayaheine.
La ranger sonríe al paladín intentando inspirarle confianza, antes de continuar.
- Además, ¿tú crees que Ornym nos habría hablado de recuperar las armas si no nos viera capaces de hacerlo y de portarlas? Y lo mismo digo acerca de que al tomarlas se pudieran debilitar las defensas ... o eso espero, al menos. En cualquier caso hasta que no estemos allí poco podemos hacer más que compartir conjeturas, claro. Iremos con sumo cuidado, señor Glimfeather. - asegura.
A pesar del té y la conversación, Nessa va sintiendo que necesita descansar. Aún así, todavía tiene energías para una última pregunta para su alado interlocutor:
- Por cierto, antes ha mencionado la palabra 'guardián'. Me gustaría saber más al respecto, ¿existe más de un guardián? He oído hablar de druidas protectores que se aseguran de que vaya todo bien en los bosques. ¿A eso se refiere con guardianes?
Oswald Glimfeather Tercero parece sopesar la respuesta antes de contestar a la primera pregunta de Nessa.
- En cierto modo. Digamos que compartía un profundo vínculo con Arcandor - Toma un sorbo de su té y parece no querer seguir hablando de ese tema y aprovecha la breve conversación de Nessa y Rolthos para recomponerse.
- Claro que existe más de un Guardián mi querida muchacha. Los Guardianes nos ocupamos de que todo esté en su sitio y como debe estar, como bien dices. Algunos compañeros son druidas sí, pero no todos lo somos. Os noto cansados mis queridos muchachos. Mirad al joven médico -
En ese momento Julian levanta la cabeza y abre su ojo mirando alrededor como si intentara recordar dónde está y quién es.
- No no... estoy despierto... lo estoy... -
Oswald Glimfeather Tercero deja su taza en el tocón sonriendo.
- Os pido disculpas. A veces me dejo llevar y aunque la erudición es un bien que debe compartirse, y más con unas mentes hambrientas de conocimiento como las vuestras, tiendo a olvidar que vosotros preferís dormir por las noches. Adelante queridos muchachos, descansad, dormid. No temáis. Ya que no puedo cazar, al menos vigilaré. Dormid ahora. En caso de que algo peligroso se acerque os despertaré. -
"¿Un vínculo como el de un familiar y un mago?", se pregunta Nessa, aún curiosa por la naturaleza del señor Glimfeather. Pero entendiendo que es un tema privado y no quiere hablar más de él, no pregunta más. Algunos misterios simplemente no están para ser revelados. Incluso puede que fuese un asunto doloroso para él, sabiendo que Arcandor dio su vida por encerrar a Zuggtumoy.
- La verdad es que nos esperan días agotadores de viaje hasta llegar a Homlet. Descansemos, sí. Le agradecemos que vigile, así como todo el conocimiento que nos ha brindado.
Nessa hace una leve inclinación de cabeza hacia Glimfeather y hacia sus compañeros y, sin más, se retira a descansar las escasas horas que quedan de oscuridad.
Rolthos asintió silenciosamente a las palabras de apoyo de Nessa sin darle ni quitarle la razón. Agradecía las palabras y sentía que le reconfortaban, aunque no disipaban completamente sus propias dudas.
Al escuchar las palabras del guardián Rolthos no pudo evitar elevar una ceja sorprendido. - Dices que... las almas... ¿Las almas ya no son necesarias para mantener las energías de las puertas? - Preguntó con insegura esperanza.
- Oh si, me temo que si. Deben permanecer allí para que las puertas no pierdan jamás su magia. Pero los hechizos son tan magníficos que también se alimentan de las propias energías de Zuggtumoy para evitar que se haga tan poderosa que ni siquiera las puertas puedan retenerla. Debéis comprender que las puertas no sólo impiden el paso de manera física, si no que, y más importante aún, lo hacen de manera mística. Nada impediría a ese demonio cambiar de aspecto y salir por una ventana, si me entendéis. Las puertas la atan a ese lugar. -
La esperanza de rescatarles de tan terrible destino y sacrificio se esfumó y pareció acabar con la energía de Rolthos. Cansado y deseando ir a dormir después de las agotadoras jornadas de viaje se despidió del grupo. - Si, creo que será mejor descansar. Le agradecemos su oferta de guardia. ¿Le veremos al alba? Me gustaría oír alguna historia sobre Bathia si desayuna con nosotros.
Después, tras despedirse se apartó del grupo y ofreció su diosa unas plegarias antes de irse a dormir.
Por gracia de los dioses o por la intensa vigilancia de Oswald Glimfeather Tercero, nada molestó el descanso de los compañeros durante el resto de la noche.
- Buenos días queridos muchachos. Espero que hayáis descansado. En pie, en pie. Un largo día nos espera y será mejor aprovecharlo. -
Oswald Glimfeather Tercero tiró de la cadenilla de plata que asomaba por uno de los bolsillos de su chaleco y puso en su ala derecha un objeto circular similar a un camafeo. Accionando un botón en su parte superior, el mismo se abrió para revelar una semi esfera con números escritos en ella y dos pequeñas manecillas, una ligeramente más grande que la otra, que parecían moverse en el interior. En aquel momento la grande apuntaba al uno y la pequeña al 6.
- Si conseguimos ponernos en marcha en menos de veinte minutos aún podemos sacar verdadero provecho del día. -aseguró.
Nessa se despertó más cansada que en otras ocasiones. Y fría, sobre todo fría. Recordó la noche descansando en Villa Güluvor y el suspiro que le salió fue largo y profundo. Aún frotándose los ojos le dio los buenos días al señor Glimfeather y a los compañeros y antes de desayunar estuvo haciendo estiramientos suaves para recuperar un poco su cuerpo entumecido. Tras esto, le pidió a Cruços más té, lo preparó y se lo fue sirviendo a todos.
Miró con curiosidad al búho cuando sacó el extraño dispositivo que parecía que le permitía saber qué hora era:
- Nunca había visto uno de esos, comentó. Fascinante. ¿Puedo verlo de cerca? - preguntó curiosa, fijándose en el intrincado sistema de números, manecillas y ruedas dentadas. - ¿Es completamente mecánico o tiene algún componente mágico?
Preparó su mochila rápido y revisó que sus armas estuvieran bien, quitándoles la humedad que pudieran tener encima. Cuando estuvo lista preguntó a Oswald:
- ¿Entiendo que va a venir con nosotros durante parte del trayecto? Normalmente soy yo la que guía al grupo, pero con el conocimiento que tiene de estas tierras y su capacidad de vuelo probablemente lo haga mejor que yo, si lo desea. O puedo seguir haciéndolo yo y cualquier consejo que me pueda dar será bienvenido. Estaremos, por cierto, encantados de seguir escuchando cualquier detalle o historia que nos pueda contar en el camino. Creo que todos querríamos oir hablar más de los Nueve. A mí por ejemplo me gustaría conocer más sobre Isarana y - hace un gesto hacia Rolthos - seguramente él quiera saber más sobre Bathia.
Rolthos amaneció gruñendo con la incomodidad de la humedad haciendo que el frio se introdujese hasta los huesos. Se arrimó al fuego mientras bebía de nuevo te para para entrar en calor. Tras ponerse la armadura con cuidado, asegurándose de que estaba bien afianzada se apartó a un lado para rezar a su diosa, el negro glaive descansando a su lado.
Cuando Nessa pregunto a Oswald Rolthos asintió a sus palabras – Además a mí además me vendría bien conocer mejor las armas. Planeo conjurar localizar objetos, que espero que nos pueda ayudar a localizar las armas. Conocerlas con más detalles podría ayudarme a mejorar la eficiencia del conjuro… ¿Cree usted que el conjuro será de ayuda o al fundirse con las puertas el conjuro no funcionaría?
Oswald Glimfeather Tercero escuchó atento las palabras de los aventureros que tenía delante mientras daba pequeños sorbos a té caliente que le habían preparado.
- Entiendo - dice finalmente - Así que Ornym os ha enviado a por las armas de los Nueve. Ya iba siendo hora, menudo desperdicio y riesgo dejar esas reliquias alli dentro de cualquier manera. - sentencia - No os sorprendáis tanto. No sois los únicos que conocen la historia y aún sé sumar dos y dos. Las armas de los Nueve os darían una clara ventaja contra la Cacería Salvaje. Además, como bien habéis apuntado, estamos apenas a unos días del Templo. ¿Que clase de de Guardián sería si no conociera la historia de lo que ocurre cerca de mi bosque? Algunos ligeros temblores se han sentido en las últimas semanas. Algo sutil y que muchos de vosotros ni siquiera lo notareis, pero nosotros si lo sentimos. Me recuerda a como empezó todo hace unos años y... -
Oswald Grimfeather Tercero levanta una pluma a modo de dedo para pedir un segundo mientras gira su cabeza hasta que esta queda totalmente a su espalda. Permanece así unos segundos y luego parece relajarse mientras su cabeza vuelve a su posición normal. - Disculpad creí haber oído un ratón. ¿Por dónde iba? Ah si... El Templo. Bueno, por aquí todo sigue normal. Las ardillas almacenan bellotas y corretean por las ramas de los árboles. Los tejones discuten sobre la propiedad de madrigueras y los conejos huyen de los zorros. Muchos de los pájaros han abandonado ya el bosque en busca de lugares más cálidos para pasar el cercano invierno. Pero es cierto que todos tienen cierta premura en finalizar sus preparativos. Como si supieran que algo se avecina o que el invierno llegará antes de tiempo. - Observa de nuevo al grupo, y todos se sienten examinados. Como un profesor que está valorando si sus alumnos son o no aptos de pasar un duro examen.
- ¿Con quién os ha dicho Ornym que contactéis en Homlet? -
PbP Character: A few ;)
- ¿Conoce ....? Perdón, ¿puedo tutearte? ¿Conoces a Ornym? - pregunta Nessa, contenta solo por la simple mención del nombre del elfo. Involuntariamente se lleva una mano al pecho, donde siente su colgante oculto bajo la ropa - Hemos estado con él hasta hace dos días, momento en que tuvimos que separarnos. Él para guiar a un grupo de personas hasta la seguridad de Greyhawk y volver tras eso a sus responsabilidades en Celene, y nosotros para ir al Templo.
Luego responde a la pregunta de Oswald:
- Nuestro contacto es el druida Jaroo Ashstaff. Ornym nos dijo que es amigo de los elfos y además el agente encargado de vigilar la actividad en el templo. ¿Le conoces?
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
- ¿Tutearme? ¡¡La audacia!! Mi querida muchacha ¿es que no tienes respeto alguno por tus mayores? Te ruego encarecidamente que mantengas el decoro adecuado a nuestras respectivas posiciones. Protocolo - dice levantando una pluma a modo de dedo para enumerar - Decoro - dos plumas - Modales - tres plumas - Disciplina - cuatro plumas - Sin estos pilares básicos la civilización se desmorona muchacha. No permitas que tu familiaridad con una persona te haga faltar el respeto a otra simplemente porque la conoce. A mi no se me ocurriría tutear al General sólo porque me acabas de contar que le conoces y tus ojos brillen con sólo mencionar su nombre. -
Oswald Glimfeather Tercero agita sus plumas por cuarta vez en la noche.
- Nessa, Nessa, Nessa - continua - tienes que entender que no eres una iletrada cualquiera que vaga por los bosques sin propósito alguno. O alguna cabeza hueca con locas ideas de aventuras gloria y fama como los que anda por ahí - puntualiza agitando su ala izquierda - No. Tú eres la discípula de Ornym Galadrornë, y eso es una responsabilidad querida muchacha. Se esperan de ti grandes cosas.Y se suponen otras muchas, como que sabes comportarte. Más te vale aprender a hacerlo antes de que el General te presente a la Reina o ningún arma o promesa de ayuda podrá sacarte de ese problema. Además estás envuelta en una misión de la que depende, literalmente, la vida de muchas personas. Todos lo estáis. Los dioses os vigilan muchachos. Y lamento ser yo quien os diga estas cosas, pero alguien debe hacerlo parece ser. Vuestro destino es incierto y no os envidio, pero vuestras decisiones no sólo os pertenecen a vosotros ya. - Oswald Glimfeather Tercero paseó su severa mirada por todos los miembros del grupo para enfatizar la seriedad de sus palabras. Aunque luego pareció sonreir, si es que un búho podía hacerlo - Pero no desesperéis. Creo que los hados han elegido bien. Veo verdadero potencial en vosotros muchachos. Tan sólo tenéis que concentraros y no perder de vista vuestro objetivo. Y recordar comportaros debidamente habléis con quien habléis. Los modales son extremadamente importantes. No, no te disculpes muchacha. Jamás te disculpes por ser cómo eres. Pero aprende. ¿ De acuerdo? -
Con un asentimiento da por zanjado el tema y termina su te dejando la taza con cuidado en una pequeña roca frente a él.
- Sobre el tema de hablar, por supuesto que conozco a Jaroo Ashtaff. Será un buen aliado. Yo de vosotros me cuidaría mucho de Rannos Davl y Gremag. Ese par no planea nada bueno os lo digo yo. ¿Pruebas? Ninguna. Pero confiad en mi en esto muchachos. Esos dos no son de fiar. -
PbP Character: A few ;)
"¿En qué estabas pensando, tonta?" se dice la ranger a sí misma tras la regañina de Oswald. Intentó disculparse de nuevo, pero cuando éste se lo impidió, se limitó a asentir, tomando buena nota mental.
Parpadeó sorprendida cuando Oswald Glimfeather Tercero se refirió a Ornym como General:
- ¿Perdón? ¿Ha dicho "General"? - miró hacia Rolthos y le dijo - ¿No habías dicho "capitán y uno de los fundadores de los Caballeros Verdes"? Yo no sabía ni esto siquiera ...
Sintió que el estómago se le encojía un poco cuando Oswald habló de que les presentarían ante la Reina. Era algo que no había imaginado en su horizonte y la idea de que pudiera decir algo fuera de lugar - dejando mal a Ornym o a sus amigos por ello - le puso bastante nerviosa. Agradeció internamente la advertencia del guardián, que desde luego llegaba con una antelación que valía su peso en oro, pero también la dejó preocupada.
Se quedó unos momentos callada, dándole vueltas a todo esto, mientras la conversación continuaba a su alrededor. Finalmente, y sin otra conclusión más allá de que tarde o temprano tendría que enfrentarse a lo que fuera que se le pusiera delante, volvió a preguntar:
- Sobre Rannos Davl y Gremag no nos dijeron nada. Desde luego, tendremos en cuenta su advertencia. ¿Están también en Homlet? ¿Puedo preguntar qué ha generado dicha desconfianza?
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Rolthos agradeció el gesto de Jen con un leve asentimiento, después se centró en la conversación de nuevo. Se sorprendió de la perspicacia de Oswald al unir los puntos y mencionar las armas de los nueve e intento mantener la compostura sin mostrarse demasiado sorprendido. Viendo que demostraba conocimientos sobre el grupo que no habíamos compartido intuyó o que había hablado con Ornym o era extremadamente perspicaz.
- Se ve que no conocía ese rango, pero está cl se robque es alguien de extremada importancia. -Se disculpo ante Nessa.
- Parece que conocéis bien la historia del templo… ¿Podrías darnos algún consejo o advertencia antes de adentrarnos en el templo? – Pregunto interesado.
Zevatur, Rolthos
Jen sirve un poco más de té a Nessa, murmurando un "No te preocupes" mientras Rolthos pregunta a Oswald Glimfeather Tercero sobre el templo. Le barde antes de dejar la tetera, sentarse y unirse al círculo de nuevo, mira alrededor, centrándose en la zona en la que el Buho ha girado la cabeza. Podría haber sido un ratón, o quizá no...
Pero tras unos segundos de observación sus ojos no detectan nada extraño en la frondosidad del bosque. "Te estas volviendo paranoico" piensa para si misme, sacudiendo la cabeza. Con la tetera en las manos, se incluye de nuevo en el círculo alrededor del fuego, dejándola luego encima de la hoguera y aprovechando para calentarse un segundo las manos antes de reengancharse a la conversación.
Oswald Glimfeather Tercero respondió a Nessa sobre sus sospechas de aquellas personas.
- Posiblemente tengáis que tratar con ellos ya que regentan la tienda de Homlet. Me da en el pico que no son trigo limpio aunque quizá sea sólo porque cobran mucho y pagan poco. -
Oswald Glimfeather Tercero ladeó un poco la cabeza ante la pregunta de Rolthos.
- El consejo más sensato sería que no fuerais a ese horrible lugar. Pero como eso está fuera de toda discusión os diré que no os fieis de nada ni nadie de lo que encontréis en esos salones. El complejo subterráneo es mucho más profundo y extenso que lo que el Templo deja entrever. Si mi memoria no me falla, y no falla jamás, había un acceso a los pisos inferiores en el altar central y en una de las vicarías adyacentes. Como podéis suponer, no sois los primeros en intentar entrar allí y recuperar las armas, y cualquier otro tesoro que pudiera existir. Me refiero a... aventureros - dice cuando empieza a ver las dudas aflorar en los ojos de los compañeros - y no todos con buenas intenciones, saqueadores los llamaría yo, al menos la mayoría. Por lo que sé pocos han regresado y ninguno con éxito. Mi teoría es que las posesiones que buscáis de alguna manera, se fundieron con las esencias del Templo y no van a estar tirados por ahí a simple vista. Además la reciente, aunque tímida, actividad extraña nos sugiere que hay nuevos habitantes en su interior... Eso puede haber hecho que alguna de las armas esté en sus manos ahora mismo. Sin embargo - dice adoptando un tono más serio y menos académico - sí hay algo muy muy importante que debéis recordar. No abráis las puertas. Hagáis lo que hagáis, pase lo que pase, no destruyáis las puertas, no las abráis, no las toquéis. Si no pasáis cerca de ellas mejor que mejor. Esas puertas no sólo bloquean los pasos físicos más grandes y directos del Templo si no que sus hechizos y energías místicas mantienen el mal encerrado. Si se liberara las consecuencias podrian ser... catastróficas. -
Una vez más el plumaje de Oswald Glimfeather Tercero se agita de arriba abajo.
PbP Character: A few ;)
Rolthos se sumó al improvisado momento de relajo con té iniciada por el búho parlante bebiendo algo del te a sorbos cortos.
- Puertas... - Rolthos miró a sus compañeros alarmado. - Me temo que estamos perdidos. Me pregunto cuántas puertas de esas vamos a encontrar y cuantas nos resistiremos a abrir. – Dijo medio jocoso.
- Ese es un buen consejo, Oswald Glimfeather Tercero, se lo agradecemos. - Tras un momento de reflexión añadió - Imagino que alguno de los aventureros que se adentraron en el templo no seguirían ese consejo y nos podremos encontrar algunas de esas puertas abiertas. Incluso puede que ese sea el motivo de la reciente actividad.
- Aún me estoy haciendo a la idea de la importancia de dichas armas. ¿Podría ser que incluso…se nieguen a ser portadas por aventureros que consideren indignos?
Zevatur, Rolthos
- Oh no. Lo dudo mucho mi querido muchacho. - respondió Oswald Glimfeather Tercero al paladín - Esos patanes seguramente ni habrán podido acercarse a las puertas. O esos pobres desdichados según de quien estemos hablando. - añade un poco pensativo. - Veréis las puertas contienen la energía mágica con el objetivo de capturar y encerrar las energías de Zuggtumoy. Los hechizos y glifos utilizados en su diseño fueron muy originales y ocurrentes pero algo huesos, sin duda por la premura con la que tuvieron que ser diseñados. Aún así son una verdadera obra de arte, os lo aseguro. No sólo retienen, si no que debilitan la conexión de la Reina de las Esporas con nuestro plano, dejándola más débil y canalizando a su vez esa energía para alimentar las propias puertas. Como decía, por la premura con que tuvieron que ser diseñados, los hechizos no solo afectaron a Zuggtumoy si no a los planos elementales que estaban utilizando los seguidores del culto del mal elemental para crear todo el caos que creaban. No debéis olvidar que el objetivo final de los elementales es devolver a nuestro mundo a su estado primigenio de caos absoluto. La entropía en su máxima expresión. ¿Como llegaron a aliarse y a encontrar un objetivo común Zuggtumoy y el culto elemental no lo sé queridos muchachos. Nadie puedo averiguarlo. - Oswald Grimfeather Tercero se encogió de hombros - Ahora bien, como apuntaba antes, quizá las armas se hayan visto envueltas en esta red tejida y puede que estén en lugares insospechados y tengáis que ser… creativos a la hora de recuperarlas. Y si querido Rolthos. Sin duda si estas armas no consideran dignos a sus portadores pueden negarse a otorgar sus dones. En concreto el arma que buscas tú era especialmente exigente si no recuerdo mal. Espero que estés a la altura mi querido muchacho-
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Rolthos se limitó a un gesto sin significacion mientras sorbia. Desde luego tenía fundadas dudas sobre si era un digno de portador de la espada de su diosa. A su compañera paladina le habían negado sus poderes y sentía que el había estado al borde de sufrir el mismo castigo. Ni siquiera era un experto en el uso de las espadas. Pero podría hacerla llegar a la iglesia y sin duda sería un gran recurso para las batallas venideras. Quizás la armadura fuese más apropiada para él. En cualquier caso, para la espada era una prioridad.
En vez de expresar sus propias inseguridades se centro sobre el templo y el conocimiento que Oswald Glimfeather parecia tener. - Entonces… ¿Las armas forman parte de la red de glifos que protegen el templo? ¿No es posible que al sacarlas de allí debilitemos esas necesarias protecciones?
Zevatur, Rolthos
Oswald Glimfeather Tercero meditó unos segundos su respuesta mientras indicaba a Cruços que le rellenara la taza con el té y se lo agradecía con una leve inclinación de cabeza.
- Gracias querido muchacho. Este es, sin duda un tema fascinante.- respondió a Rolthos - Como sabéis las puertas necesitaban de la energía vital, del alma si queréis, de los héroes para terminar de sellarse y comenzar el ciclo que las alimentaría. Estas armas, tan poderosas que se unen de manera intrínseca a su portador, podría decirse que, al formar en cierto modo parte del alma de los héroes, pasaron a formar parte de manera subsidiaria de esa energía que sirvió para comenzar el ciclo que las mantendría activas. Digamos que las almas de los héroes fueron la chispa necesaria para comenzar el fuego y la energía de las armas fue una pequeña chispa dentro de esa chispa, si me permitís la analogía. Y ya que hablamos de fuego, Vraak mi querido muchacho, ¿serías tan amable de echar un par de troncos más al fuego? Está refrescando la madrugada y vuestro fuego está a punto de apagarse... gracias muchacho Por supuesto todo esto no son más que teorías, pero si me lo permitís diría que son bastante acertadas. Conocía bastante bien a Arcandor y pasamos largas horas debatiendo sobre teoría mágica... -
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La ranger acepta la taza de té que le ofrece Jen con una sonrisa. Sus manos agradecen sostener la taza caliente, mientras que los cortitos sorbos van a su vez animándola por dentro.
Nessa asiente a Oswald Glimfeater Tercero cuando le indica lo que sabe acerca de los regentes de la tienda de Homlet. Estarían atentos. Eso sí, se alegró de saber que existía una tienda en dicho pueblo, llevaba un tiempo preocupada porque no estuvieran lo suficientemente avituallados para el Templo y quizás en Homlet podrían encontrar lo que les faltase. Aunque saliese caro.
Respecto a las puertas, dice:
- Me preocupa este asunto. Nosotros desde luego iremos con su consejo grabado a fuego en la mente, tan sólo espero que no haya cambiado nada en el templo en los últimos años que nos obligue a tener que abrir alguna para avanzar. Por cierto, - dice, mirando al sabio búho - parece conocer de primera mano el interior del Templo. Como si hubiera estado allí. ¿Es así?
Nessa, que ya conoce muy bien a Rolthos, ve cómo se queda pensando cuando Oswald menciona que las armas tienen que encontrar al portador digno para poder ser usadas y se imagina perfectamente a qué le está dando vueltas. Apoya una mano en su hombro y le dice:
- Rolthos, estoy segurísima de que serás digno del arma de Bathia. No creo que ser digno consista en llevar una vida en la que no se haya cometido ni un sólo error, sino en cómo reaccionamos a ellos, cómo aprendemos de ellos. Y tú, amigo mío, te esfuerzas, aprendes y das siempre lo mejor de tí mismo. No me cabe duda de podrás portar el arma de la paladina de Mayaheine.
La ranger sonríe al paladín intentando inspirarle confianza, antes de continuar.
- Además, ¿tú crees que Ornym nos habría hablado de recuperar las armas si no nos viera capaces de hacerlo y de portarlas? Y lo mismo digo acerca de que al tomarlas se pudieran debilitar las defensas ... o eso espero, al menos. En cualquier caso hasta que no estemos allí poco podemos hacer más que compartir conjeturas, claro. Iremos con sumo cuidado, señor Glimfeather. - asegura.
A pesar del té y la conversación, Nessa va sintiendo que necesita descansar. Aún así, todavía tiene energías para una última pregunta para su alado interlocutor:
- Por cierto, antes ha mencionado la palabra 'guardián'. Me gustaría saber más al respecto, ¿existe más de un guardián? He oído hablar de druidas protectores que se aseguran de que vaya todo bien en los bosques. ¿A eso se refiere con guardianes?
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Oswald Glimfeather Tercero parece sopesar la respuesta antes de contestar a la primera pregunta de Nessa.
- En cierto modo. Digamos que compartía un profundo vínculo con Arcandor - Toma un sorbo de su té y parece no querer seguir hablando de ese tema y aprovecha la breve conversación de Nessa y Rolthos para recomponerse.
- Claro que existe más de un Guardián mi querida muchacha. Los Guardianes nos ocupamos de que todo esté en su sitio y como debe estar, como bien dices. Algunos compañeros son druidas sí, pero no todos lo somos. Os noto cansados mis queridos muchachos. Mirad al joven médico -
En ese momento Julian levanta la cabeza y abre su ojo mirando alrededor como si intentara recordar dónde está y quién es.
- No no... estoy despierto... lo estoy... -
Oswald Glimfeather Tercero deja su taza en el tocón sonriendo.
- Os pido disculpas. A veces me dejo llevar y aunque la erudición es un bien que debe compartirse, y más con unas mentes hambrientas de conocimiento como las vuestras, tiendo a olvidar que vosotros preferís dormir por las noches. Adelante queridos muchachos, descansad, dormid. No temáis. Ya que no puedo cazar, al menos vigilaré. Dormid ahora. En caso de que algo peligroso se acerque os despertaré. -
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"¿Un vínculo como el de un familiar y un mago?", se pregunta Nessa, aún curiosa por la naturaleza del señor Glimfeather. Pero entendiendo que es un tema privado y no quiere hablar más de él, no pregunta más. Algunos misterios simplemente no están para ser revelados. Incluso puede que fuese un asunto doloroso para él, sabiendo que Arcandor dio su vida por encerrar a Zuggtumoy.
- La verdad es que nos esperan días agotadores de viaje hasta llegar a Homlet. Descansemos, sí. Le agradecemos que vigile, así como todo el conocimiento que nos ha brindado.
Nessa hace una leve inclinación de cabeza hacia Glimfeather y hacia sus compañeros y, sin más, se retira a descansar las escasas horas que quedan de oscuridad.
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Rolthos asintió silenciosamente a las palabras de apoyo de Nessa sin darle ni quitarle la razón. Agradecía las palabras y sentía que le reconfortaban, aunque no disipaban completamente sus propias dudas.
Al escuchar las palabras del guardián Rolthos no pudo evitar elevar una ceja sorprendido. - Dices que... las almas... ¿Las almas ya no son necesarias para mantener las energías de las puertas? - Preguntó con insegura esperanza.
Zevatur, Rolthos
- Oh si, me temo que si. Deben permanecer allí para que las puertas no pierdan jamás su magia. Pero los hechizos son tan magníficos que también se alimentan de las propias energías de Zuggtumoy para evitar que se haga tan poderosa que ni siquiera las puertas puedan retenerla. Debéis comprender que las puertas no sólo impiden el paso de manera física, si no que, y más importante aún, lo hacen de manera mística. Nada impediría a ese demonio cambiar de aspecto y salir por una ventana, si me entendéis. Las puertas la atan a ese lugar. -
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La esperanza de rescatarles de tan terrible destino y sacrificio se esfumó y pareció acabar con la energía de Rolthos. Cansado y deseando ir a dormir después de las agotadoras jornadas de viaje se despidió del grupo. - Si, creo que será mejor descansar. Le agradecemos su oferta de guardia. ¿Le veremos al alba? Me gustaría oír alguna historia sobre Bathia si desayuna con nosotros.
Después, tras despedirse se apartó del grupo y ofreció su diosa unas plegarias antes de irse a dormir.
Zevatur, Rolthos
La mañana siguiente amaneció húmeda y fría.
Por gracia de los dioses o por la intensa vigilancia de Oswald Glimfeather Tercero, nada molestó el descanso de los compañeros durante el resto de la noche.
- Buenos días queridos muchachos. Espero que hayáis descansado. En pie, en pie. Un largo día nos espera y será mejor aprovecharlo. -
Oswald Glimfeather Tercero tiró de la cadenilla de plata que asomaba por uno de los bolsillos de su chaleco y puso en su ala derecha un objeto circular similar a un camafeo. Accionando un botón en su parte superior, el mismo se abrió para revelar una semi esfera con números escritos en ella y dos pequeñas manecillas, una ligeramente más grande que la otra, que parecían moverse en el interior. En aquel momento la grande apuntaba al uno y la pequeña al 6.
- Si conseguimos ponernos en marcha en menos de veinte minutos aún podemos sacar verdadero provecho del día. - aseguró.
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Nessa se despertó más cansada que en otras ocasiones. Y fría, sobre todo fría. Recordó la noche descansando en Villa Güluvor y el suspiro que le salió fue largo y profundo. Aún frotándose los ojos le dio los buenos días al señor Glimfeather y a los compañeros y antes de desayunar estuvo haciendo estiramientos suaves para recuperar un poco su cuerpo entumecido. Tras esto, le pidió a Cruços más té, lo preparó y se lo fue sirviendo a todos.
Miró con curiosidad al búho cuando sacó el extraño dispositivo que parecía que le permitía saber qué hora era:
- Nunca había visto uno de esos, comentó. Fascinante. ¿Puedo verlo de cerca? - preguntó curiosa, fijándose en el intrincado sistema de números, manecillas y ruedas dentadas. - ¿Es completamente mecánico o tiene algún componente mágico?
Preparó su mochila rápido y revisó que sus armas estuvieran bien, quitándoles la humedad que pudieran tener encima. Cuando estuvo lista preguntó a Oswald:
- ¿Entiendo que va a venir con nosotros durante parte del trayecto? Normalmente soy yo la que guía al grupo, pero con el conocimiento que tiene de estas tierras y su capacidad de vuelo probablemente lo haga mejor que yo, si lo desea. O puedo seguir haciéndolo yo y cualquier consejo que me pueda dar será bienvenido. Estaremos, por cierto, encantados de seguir escuchando cualquier detalle o historia que nos pueda contar en el camino. Creo que todos querríamos oir hablar más de los Nueve. A mí por ejemplo me gustaría conocer más sobre Isarana y - hace un gesto hacia Rolthos - seguramente él quiera saber más sobre Bathia.
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Rolthos amaneció gruñendo con la incomodidad de la humedad haciendo que el frio se introdujese hasta los huesos. Se arrimó al fuego mientras bebía de nuevo te para para entrar en calor. Tras ponerse la armadura con cuidado, asegurándose de que estaba bien afianzada se apartó a un lado para rezar a su diosa, el negro glaive descansando a su lado.
Cuando Nessa pregunto a Oswald Rolthos asintió a sus palabras – Además a mí además me vendría bien conocer mejor las armas. Planeo conjurar localizar objetos, que espero que nos pueda ayudar a localizar las armas. Conocerlas con más detalles podría ayudarme a mejorar la eficiencia del conjuro… ¿Cree usted que el conjuro será de ayuda o al fundirse con las puertas el conjuro no funcionaría?
Zevatur, Rolthos