- ¿y quedar atrapados entre estos gigantes y los que hay en la fortaleza? - preguntó Cruços - Tenemos el factor sorpresa, no nos esperan por su espalda y estarán atrapados, no podrán escaparse y avisar al resto…- propone el cazador de sangre

Nessa, que ya estaba a punto de salir disparada, se da la vuelta:

- Pues no te falta razón. Aún pensaba en evitar más combate, pero es difícil que vayamos a poder conseguirlo así - asiente entonces al cazador de sangre y añade - Hagámoslo, sí. Si nos escondemos tras las escaleras podemos lanzarnos a por ellos y con suerte no nos verán hasta el último momento.

Rolthos asintió, pero, a sabiendas de que el sigilo no era lo suyo, incluso con las botas elficas, dejó que sus compañeros se acercasen a la trampilla a acechar a los gigantes. Quizás con suerte podrían emboscarles. 

- El ver a su compañero descabezado les infundirá temor en el cuerpo? Si puedo intentaré ofrecerles una digna rendición... Dijo en un susurro mientras de reorganizaban para la enboscada.

- ¿Les ofrecerás dialogar? ¿Con el glaive? - Preguntó Nessa. E hizo un movimiento con el brazo izquierdo, simulando un corte con tal arma  - "¿¡Por Qué.... No.... Dialogas!?"  - dijo, parafraseando al paladín y sonriendo antes de colocarse en su posición cerca de la trampilla.

Los gritos, casi aullidos de sorpresa y rabia de los gigantes y sus rápidos pasos descendiendo las escaleras no dejaban lugar a dudas. 
Si no querían que todo el castillo se pusiera en pie de guerra tenían que ser muy rápidos o muy buenos dialogando. 

Las pesadas botas de hierro de los gigantes sonaban cada vez más cerca. Ya podían ver las piernas del primero… 

La reacción de Nessa fue instantánea. Perfectamente escondida en un lateral de las escaleras como estaba, el primero de los gigantes no tuvo la más mínima oportunidad de ver a la ranger venir. Desenvainando su espada corta como una exhalación, la joven lanzó dos potentísimos cortes a aquellas piernas que casi no habían tocado el suelo aún, el primero de ellos ocasionando un corte en la femoral casi tan largo como alto era Vraak. El semiorco se unió al ataque al momento, y blandiendo su hacha poderosamente terminó de rematar a la criatura, que cayó fulminada - sus piernas desmembradas - por el ataque combinado de la ranger y del bárbaro.

La joven se alejó unos pasos de la escalera para poder dejar espacio al resto de los compañeros y mientras hacía esto miró sorprendida su mano izquierda. ¿En serio había logrado lanzar semejantes ataques con su mano mala? Después de tantos días sintiéndose tan débil, aquello desde luego elevaba su moral hasta límites insospechados.

El segundo gigante no tuvo tiempo de reaccionar, los Halcones Errantes cayeron sobre él mientras aún se preguntaba qué le había pasado a su compañero delante de él.

Antes de que pudiera reaccionar los ataques combinados de todos ellos dieron buena cuenta del gigante. Nessa y Vraak se focalizaron en las piernas, aunque al estar un poco más alto en las escaleras no pudieron ser tan efectivos, pero Cruços saltó sobre el pecho del gigante y se lo atravesó con su espada, que refulgia con una débil luz rojiza, rodeada de una especie de neblina color sangre, cuando la sacó. Los dos gigantes yacían en un charco de su propia sangre, el segundo aún respiraba, ahogándose en su propia sangre alcanzó a mirar confuso y asustado a sus verdugos. 

- ¿Por... coff... Por qué? - llegó a preguntar antes de que Vraak lo decapitara. 

- Dos menos - dijo Cruços con una mezcla de satisfacción y alivio. 

- Quedan tres, entonces, si la información de Idab es correcta. El Thane, su consorte y - "dos de sus hijos y dos gigantes más", pensó Nessa. Esto quería decir que ya habían matado a alguno de los hijos del Thane - un gigante más. 

Se quedó unos instantes mirando a los dos gigantes muertos y meneó la cabeza, apesadumbrada por haber tenido que llegar a ese punto, pero también molesta. 

- Maldita sea... le estamos haciendo el tabajo sucio a Shideh. Estará encantada de que dejemos este semi-plano sin ningún enemigo que se le oponga - se lamentó. Pero sabiendo que ya no había vuelta atrás y que no podían perder más tiempo añadió - En fin, continuemos. Aunque ahora estarán más que alertados.

Oswald Glimfeather Tercero no pudo más que asentir a las palabras de Nessa.

- Por desgracia hemos eliminado la posibilidad de una salida diplomática a esta situación... - dice con cierta lástima - Sin embargo, cualquier acuerdo con estos gigantes podría haber llevado a una trampa, son criaturas crueles en su mayoría.... seamos cautos... - 

El pasillo continuaba ahora y explorándolo aprovechando su invisibilidad, Jen encuentra otras escaleras que descienden un nivel más. Al bajar las mismas encuentran una puerta abierta que conduce a un pasillo que, presumiblemente, les llevará al interior de la fortaleza. Con cautela, y pensando que cada diez de sus pasos debe equivaler a uno de los gigantes, llegan hasta otra puerta entreabierta, que da a un pasillo con tres posibles direcciones, a ambos lados o seguir de frente. 

Nessa se quedó un momento mirando dubitativa. ¿Por qué camino debían ir? No tenían mucho tiempo para decidir, pero tampoco debían tomar cualquier decisión que les llevaría a saber a qué parte de la fortaleza. Comentó con Jen la posiblidad de que elle avanzase unos metros por uno de los pasillos, aprovechando su invisibilidad, mientras ella misma iba por otro ya que era la más sigilosa del grupo, pero pronto llegaron a la conclusión de que era mejor que eligieran uno de los caminos y permaneciesen juntos. 

A la ranger se le ocurrió acercarse a los pasillos y husmear un poco desde el vano de cada uno. Y aunque no vio nada, sí que percibió algo ... olor a carne podrida, que venía del de la izquierda. Conteniendo una arcada dijo:

- ... por este mejor no. Huele a carne podrida. No pinta bien. 

Miró a Rolthos, quizás al paladín se le ocurriese por cuál de los otros dos ir.

Rolthos miro a sus compañeros.

- Tengo preparado un conjuro para localizar objetos. Puedo usarlo para localizar la gema. Pero creo que aún es demasiado pronto. Solo dura 10 minutos... Creo que es mejor seguir explorando un poco. Si eliminamos el pasillo de la carne podrida, solo quedan dos. Elijamos uno aleatoriamente y si en la siguiente intersección no tenemos mas pistas lanzo el conjuro.

Tras mirar a ambos lados se decidió por el del centro. - Vayamos por el del centro, irá a más profundidad en la fortaleza. ¿Os parece? - Dijo avanzando  sin perder más tiempo en discusiones.

Nessa asiente y sigue al paladín. Si no encontraban nada digno de mencion por ese pasillo siempre podían volver atrás y probar el de la derecha. No dejaba de preguntarse a donde conduciría el de la izquierda para presentar semejante olor, pero quizás era mejor no descubrirlo.

El pasillo se adentraba en la fortaleza lo que a los Halcones les pareció una eternidad, pero sin duda era un trayecto mucho más corto para un gigante. 

Alcanazron, por fin, una puerta doble de madera negra reforzada con hierro forjado. La puerta estaba cerrada. 

- Cómo no, un bloqueo más - susurró Nessa, escudriñando la puerta sin mucho éxito. Intercambió una mirada con Jen, que simplemente se encogió de hombros, y luego con Rolthos, que con más atención al detalle pudo ver que estaba bloqueada desde el otro lado, por lo que parecía ser un pesado travesaño. El paladín además decidió concentrarse en un conjuro y al cabo de unos segundos declaró que la gema que buscaban estaba efectivamente al otro lado, y parecía moverse alejandose unos pocos pies para volver a su lugar inicial - Hmmm. Eso es que alguien la lleve puesta, ¿no? Alguien que además ha querido protegerse encerrándose en esa habitación y cerrándola a cal y canto. La mujer del Thane, ¿quizás? ¿Qué hacemos? No va a haber forma de abrir eso sin que sea evidente para quien esté dentro. ¿Miramos antes el camino de la derecha por si hubiera algo útil?

- Si hacemos eso corremos el riesgo de encontrarnos más dificultades que nos drenen aún más. Creo que deberíamos abrir sin más - respondió el paladín.

- Tienes razón. En ese caso no queda más remedio que os aupéis como antes - comenta Nessa, mirando a Rolthos y Vraak - y uséis alguna de vuestras armas para hacer palanca. Y que sea lo que los dioses quieran...

Previendo que acabarían combatiendo de nuevo, y teniendo en cuenta que ya va bastante magullada del encuentro con el primer gigante, la ranger aprovecha para curarse un poco mientras deja espacio para que el resto intente abrir la puerta.

El grupo debate algunas opciones de accion, y Jen en un acto de curiosidad pega la oreja a la puerta, pero claro, son puertas pesadas y gruesas, aptas para un gigante, asi que si escucha algo le pasa desapercibido.

La propuesta de rolthos parece la mas sensata. -Está bien. Una vez abrais la puerta, cómo hacemos? Quien entra primero?-

Con un último brillo verde pálido del conjuro de curación iluminando su rostro, Nessa responde a Jen. O más bien a donde intuye que está, dado que le barde sigue siendo invisible:

- Mientras te dure el conjuro de invisibilidad, diría que eres le más apropiade.

Rolthos se sube a los hombros de Vraak y Cruços le ayuda a mantener el equilibrio. Los tres guerreros se acercan a las enormes puertas dobles y el paladin, introduciendo su arma de esta entre las dos hojas, intenta hacer palanca para levantar el pesado y gigantesco madero que las mantiene cerradas. Se puede escuchar a los tres hombres hablar entre ellos, dándose instrucciones. "Un poco más adelante" "Espera espera ahí no " "un poco más a la derecha..." "... no veo nada... " y el paladín está a punto de dejar caer su glaive en un par de ocasiones al intentar adoptar ángulos imposibles. Finalmente se dan por vencidos y retroceden un poco. 

- Es imposible - dice Rolthos - ese madero es demasiado grande y pesado, no sé en qué estábamos pensando... hay que buscar otra forma de abrir la puerta o de entrar a esa sala... - 

Le barde mira a Rolthos y Vraak mordiendose las uñas. Cuando se bajan sin lograr abrir la puerta siente como algo pesado se le cae al estomago -Ay madre, y si no podemos entrar que vamos a hacer??-
Es Nessa quien responde -A lo mejor podemos hacerles salir. Quizá podrías encantarlos- Jen niega con a cabeza -Necesito contacto visual, es clave... Pero quiza podamos intentar algo para hacer que se confien... A ver, espera un momento...- Carraspea un par de veces y luego dice -Que tal asi? -Con una voz que no corresponde para nada a un cuerpo tan delgado como el suyo. Es parecida en tono y timbre a la de los gigantes que han ido escuchando a lo largo del camino.
Vraak da un respingo -Eso es muy perturbador.-
-Ah, adulador.- Replica Jen con un gesto coqueto y esa voz propia de gigante. -Vale, podríamos hacer lo siguiente....

El grupo discute unos momentos la charada. Frases como "pero si no hablas gigante", "esto no lo veo", "no, no, puede funcionar", "pues gruñe o algo, que son gigantes, no disertadores", "algo, algo, ganamos", "con que salga para llamarnos imbéciles vale", surgen mientras se forma el esquema. Luego todos toman posición

-Venga, una, dos, y tres- Jen agita los brazos como un director de banda, y empieza la función. Cruços y Vraak patean el suelo ruidosamente, como si llegaran corriendo -Oh, no! No podemos abrir!- Exclama Vraak sin mucha conviccion. Jen hace aspavientos de "mas sentimiento!"
-Cuidado! Estamos encerrados!- Interviene Julian, con un terror muy convincente en la voz. Vraak le mira con expresión incrédula, y Julian solo se encoge de hombros diciendo en voz baja "no es mi primer rodeo".
Jen grita con voz de gigante - Ahí! Intrusos!!- Y todos hacen ruidos con las espadas, y arman jaleo con las botas.... Nessa en un momento sale del personaje y exclama -Funciona!- Pero Julian le hace un gesto de "noooo", y Nessa se corrige rápido -Digo... No! No funciona!! Estamos perdidos!- 
Esta frase la hace convincente el sonido de batalla que imita Rolthos, quien agarra el glaive y lanza estocadas a sus propios compañeros, que tienen que esquivarlas y contrarrestarlas de verdad. Incluso Jen aulla en voz de gigante cuando esquiva una estocada particularmente cercana. La cuestion es que le da a la escena mucho mas "realismo". Julian demuestra una vena por el arte del drama que deja a todos pensando en que si lo de la medicina le falla alguna vez, tendría un gran futuro como actor.

Finalmente con algunos gritos desgarradores, todo queda en silencio.
Jen le vocaliza a Rolthos "Venga, una, dos, tres"  y este usando toda su fuerza da tres golpes lentos en la puerta. "PUM...PUM..." Jen emite un ultimo gruñido, tratando de sonar agotado, malherido, pero victorioso.

Y luego todos se apartan de la puerta con las amas desenvainadas esperando el resultado.

Los segundos pasaban tensos, mientras todos esperaban que su artimaña hubiera surgido efecto. De pronto escucharon unos pesados pasos metálicos llegando desde el pasillo por el que ello habían accedido. Mientras algunos de ellos se encaraban para hacer frente a esa amenaza, escucharon el peado madero siendo levantado y las puertas comenzaron a abrirse. 
Esperaban ver una habitación, a una gigante nerviosa pero tan sólo vieron una enome barrera de metal negra, que brillaba roja al estar veteada por lo que parecía lava viva que recorría el extraño muro de arriba abajo. Fijándose un poco más no era exactamente un muro si no dos grandes placas de metal que se movieron un poco hacia delante para cerrarles completamente el paso. 

Por detrás de ellos, un muro similar se acercaba a la carrera. Ahora que lo podían ver bien no, no era un muro, era un gigante portando dos enormes escudos que les cubrian por completo desde sus cabezas hasta sus botas de acero negro. 

Tras el acoraazdo que había tras la puerta se intuye una enorme sala del trono, con un gigante con gesto torvo en el trono, portando un enorme mazo de guerra y a su lado una giganta, que porta una vara de hierro al rojo vivo. Entre ellos, otros dos gigantes se aprestan a la batalla. 

- Ha sido divertido - escuchan decir a la giganta - gracias por darnos tiempo para que os rodeáramos. - dice con burla mientras lo otros rien. 

Tras intercambiar una mirada decidida y un guiño con Nessa, Vraak se lanza hacia el gigante con los dos escudos que les cierra el paso por el corredor. Gritando salta e impacta con su hacha en uno de los escudos, haciendo saltar chispas. Sin detenerse Vraak vuelve a golpear el otro escudo, haciendo que el gigante se tambalee un poco por la fuerza de los impactos, pero sin llegar a conseguir provocarle ninguna herida seria. 

El gigante cierra ambos escudos presentando una muralla aparentemente impenetrable ante su enemigo. 

Nessa se pregunta cómo podrán sobrepasar esas barreras, pues el otro gigante adopta la misma posición a su espalda. Los escudos apoyados contra el suelo, las amenazadoras puas sobresaliendo, el calor que parece emanar de ellos... esa forma ligeramente curvada en el inferior de los mismos... Rolthos comienza a comprender lo comprometido de su situación...