TocToc salió de su habitación con energía renovada; la posada, la cena, la habitación… Todo le había proporcionado un descanso digno de reyes, haciendo memoria no había experimentado semejantes lujos y comodidades desde su infancia. “Extraordinario” murmuro saliendo de su habitación. Mientras desayunaban TocToc asintió a la decisión del grupo de acudir al ayuntamiento “¡Creo que es una buena idea!” afirmó mientras acababa voraz con el desayuno. Antes de de la posada se acercó al mostrador y dejando una nota dejó una de las monedas de oro que tanto le había costado conseguir. A la moneda le acompañaba una nota escrita en caracteres angulosos. “Un buen servicio bien merece una buena propina. TocToc”
Me quito una moneda
Reajustando el brazalete en su brazo se acerco a la mesa donde los funcionarios se afanaban en sus tareas “Buenos días, necesitamos acceder a ciertos documentos, caballeros. En concreto a los documentos que se refieran a la casa… “el viejo sendero de la costa, subiendo hacia los acantilados... esa vía nunca se usa... porque conduce a la hacienda maldita” Dijo con la quejumbrosa voz de Filion
Adriana miró a Godric nerviosa y preocupada. Dudó. Era inevitable reflejar su desazón cuando el recuerdo de la noche aún la atormentaba. De todos ellos, el sacerdote era el que más confianza le transmitía y decidió compartir sus miedos con la esperanza de aliviar su turbación.
- Algo no va bien, Godric - le susurró - he tenido... visiones extrañas, como si algo estuviera persiguiéndome, como si algo me acechara en la oscuridad por las noches - observó a su alrededor, temerosa - empezó en Ghostfinger e intenté no darle importancia pero... esta noche ha vuelto a ocurrir. Algo oscuro y siniestro viene tras de mí. Jamás había experimentado nada parecido – le miró interrogante – en casa de Elías… en los baños… tú tuviste un sueño extraño también… ¿has vuelto a experimentar visiones?¿crees que puede estar todo relacionado? Necesito encontrarle una explicación a todo esto.
[En el puente siniestro]
Colocándose la capucha y abrochándose la capa lo mejor que pudo para combatir el frío y la lluvia, Adriana caminó en silencio observando de nuevo la ciudad. El respirar aire puro, aún con ese olor fuerte a pescado, y sentir la humedad en su rostro, despejó su mente. Parecía que, poco a poco, se iba sintiendo mejor, hasta que llegó al puente y su estómago fue golpeado de una manera virulenta y sorpresiva, obligándola a arrojar el desayuno por uno de los laterales. Cuando llegó al otro extremo, huyendo de aquella sensación agobiante y enfermiza, observó a sus compañeros interrogante:
- ¿Qué.. qué ha pasado?– dijo mientras se apoyaba en una de las paredes y se recomponía – Mablung comentó haberle sucedido algo parecido al pasar por este puente…¿Alguien más se ha sentido indispuesto? – miró alternativamente a sus compañeros.
[En el Ayuntamiento]
Una vez recuperada, siguieron el camino hasta llegar al Ayuntamiento. Libros y documentos por doquier, quizá uno de los objetos más apreciados por la hechicera y uno de sus pasatiempos favoritos. Observó la magnificencia del edificio y sonrió cuando se acercaron a los funcionarios, dejando a Toctoc iniciar la conversación. Parecía que ella y su extraño compañero plumífero compartían la misma curiosidad por la lectura y el conocimiento.
Rollback Post to RevisionRollBack
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Godric miró preocupado a la elfa, y no pudo evitar frotarse el pecho cuando ella le recordó la visión de los baños en la casa de Elías.
- No... de momento no he tenido más sueños o visiones, pero una vez que solucionemos el tema del aceite me gustaría ir a visitar el templo de la ciudad y que me digan si hay alguna entidad demoníaca vinculada a mi... temo que quizá no me librase de aquel ser como había creído... - miró preocupado a la elfa - No sé si estará relacionado o no con tus visiones pero te prometo - tomó la mano de la elfa intentando transmitirle confianza - que no permitiré que nada te haga daño. No tenemos que enfrentarnos a esto solos... aunque ahora no podamos hacer más, no estas sola Adriana... - el joven humano intentó sonreir para transmitir una confianza que no estaba seguro de sentir.
En el Puente
- Si... esto es exactamente lo que describió Mablung que le ocurrió. Aunque yo no siento nada de nada. ¿Quizá afecta a los elfos? - aventuró el joven humano rebuscando en su fiel zurrón. - Toma Adriana, mastica esto... es bueno para el mareo. - le dice dándole una raiz para masticar.
Una vez llegaron a la casa consistorial, Godric dejó que fueran los demás los que hablaran con los funcionarios de sobrio uniforme.
This post has potentially manipulated dice roll results.
[Puente sobre el Kingfisher River]
Agua y mas agua, agua desde arriba y ahora, abajo. Extrañas sensaciones, exageradas por la elfa, llamada la atención o fragilidad élfica, sin duda no era para tanto. Callado, negó respuesta a Adri, menos aún admitiendo compartir, ni molestias, con su raza. Al menos aquella ocasión.
[Casa consistorial]
Ghostfinger y Saltmarsh, relación de amor con derrota mediante. Mostrar su adhesión al faro y corona quizá no era apropiado aún. No en círculos donde mejor sabía moverse. Dejó hacer y paseó bajo la incipiente lluvia por mercado cerrado y aledaños. Parada obligada en un pozo, clavando aquellos ojos azules que se abrían camino entre sombras y oscuridad.
Leobald observaba la decadente ciudad portuaria con interés. El aire olía a misterios sin revelar entre los efluvios del pescado en descomposición y el fuerte olor a mar. El Puente del Rey Pescador le pareció de lo más interesante, tan antiguo. Esperaba tener tiempo para indagar en su origen. Cuando Adriana comenzó a devolver hizo ademán de ayudarla pero el solícito Godric ya estaba con ella. ¿Quizá estaba surgiendo algo entre los dos jóvenes? Les dejó espacio.
Dedicó una mirada de curiosidad al edificio del peletero. Una construcción imponente para oficio tan humilde. Sin duda curioso.
El ayuntamiento en cambio arrojaba ecos de glorias de tiempos pasados. Una vez dentro observó la amplia sala un momento y se cercioró de tener la cinta dorada de Ghostfinger bien visible antes de acercarse a los funcionarios junto a TocToc componiendo una sonrisa amable.
—Buenos días caballeros —esperó a hasta tener la atención de uno de ellos para presentarse debidamente—, Leobald Thenhall. ¿Tendrían a bien dedicarnos unos instantes? Lamentamos interrumpir sus quehaceres momentáneamente, pero como dice mi emplumado compañero necesitamos consultar esos documentos con la mayor brevedad posible —el caballero se acompañaba de suaves movimientos de manos al hablar—. Investigamos el hurto de ciertos bienes propiedad de la Corona por orden del Alto Capitán Bastianes de Ghosfinger y nuestras pesquisas nos han llevado a la mencionada propiedad. Si fueran tan amables de indicarnos el acceso al Registro les estaríamos muy agradecidos.
Leobald les miró alternativamente con amabilidad y dejó las manos a la espalda pacientemente esperando su respuesta.
El funcionario que estaba sentado tranquilamente detrás de su alta mesa, como si fuera un posadero al que no le gustan sus propios clientes, observó con un gesto de asqueo poco disimulado a TocToc,... antes de contestar a sus preguntas, éste sacó muy lentamente un pañuelo de su bolsillo, bordado en encajes y de un material en bastante alta calidad, quizás seda satinada. Doblándolo con cierta maestría lo convirtió en una improvisada mascarilla y se lo puso en su cara tapándose la nariz y boca... sujetándolo con su mano derecha para mantenerlo allí.
Ignorando completamente al kenku, como si de un apestado se tratara portador de infinidad de enfermedades, se dirigió directamente a Leobald con una de las actitudes más condescendientes que éste había escuchado, y eso que su periplo por la corte, aunque corto, fue bastante intenso.
- Buenas "caballero"... entiendo que ha rellenado los impresos de solicitud, nadie está exento, sea... quien "sea" ... le recordaré que este tipo de peticiones deben venir acompañadas del documento pertinente sellado por al menos uno de los miembros del Concilio de Saltmarsh, debe tener su sello personal actualizado con la cera en tono púrpura, carmesí o esmeralda, ... o también es válido el sello de su Señoría el alto Magistrado Moebius... éste último sin duda sería su mejor baza, puesto que comulga con sus... directrices...
Tras forzar una muy falsa tos detrás de su pañuelo, que no había sido retirado al hablar con Leobald, intentando transmitir la toxicidad que le provocaba dirigirse al grupo, continuó esta vez con un tono menos condescendiente y más aleccionante.
- Además, no se atiende a nadie los primeros dos días del mes, por reunión del gran Concilio, así que hoy no podéis solicitar nada... debéis esperaros a pasado mañana. Y ahora... por favor no nos hagáis perder más el tiempo... fuss fuss... - El funcionario hizo un ademán con su mano libre de desprecio, agitándola vigorosamente como si espantara unas moscas especialmente molestas.
En ese mismo momento, el señor que Godric vio salir de los barracones minutos antes que ellos, apareció por la puerta con su misma actitud distraída, fijada en uno de los múltiples libros que portaba. El otro funcionario, que se movía como un manojo de nervios adecentando todo, se dirigió al desconocido con una gran reverencia. - Señor Eliander Fireborn, está todo listo, aunque queda gente por llegar... - El supuesto Alto Capitán de la guardia de Saltmarsh levantó la mano sin apartar la mirada de su lectura para hacerlo callar, y subió las escaleras ignorando todo lo que estaba ocurriendo en el gran salón...
Tras éste, y justo cuando su figura desapareció en el piso de arriba, como si de un extraño baile se tratara donde dos personajes no quisieran nunca coincidir, entró una veterana mujer de pelo largo y gris, iba embutida en un elegante vestido verde típico de los que Adriana había visto entre la nobleza, una hermosa joya familiar en forma de colgante descansaba sobre su pecho y sobre el vestido. De nuevo, el funcionario que hacía de anfitrión en la casa consistorial se adelantó para recibirla con una reverencia, ésta fue mucho más profunda y servil que la demostrada a Eliander. - Mi señora Eda de la casa Oweland, ya están todos aquí salvo ya sabe... la de siempre, podemos empezar, acompáñeme por favor, es tarde...
Eda Oweland miembro veterano del Alto Concilio de Saltmarsh.
La mujer si se detuvo unos segundo a observar a los abanderados invitados de Bastianes en su casa Consistorial, su mirada no denotaba odio o desprecio, sólo curiosidad. Tras una educada sonrisa, ésta ascendió las escaleras siguiendo la estela de su predecesor, el Alto Capitán.
Con un suspiro Godric se dispuso a salir de allí ante la mala educación del funcionario.
- Vamos Toc-toc ya volveremos - le indicó poniendo una conciliadora mano en el hombro del kenku - ¿Te he contado alguna vez la parábola del gusano que quería ser pájaro? - le comenta mientras se aleja con el kenku pero en un tono de voz lo suficientemente alto para que le oyera el desagradable funcionario - No acaba bien para el gusano, porque en lugar de convertirse en mariposa y volar, acaba devorado por los pájaros que quería imitar... -
En ese momento sale el distraído capitán de la guardia y el excomulgado clérigo se aparta un poco para dejarle paso sin molestar. Al llegar la anciana noble responde a su educado saludo con una inclinación respetuosa de su cabeza.
- Vámonos Leobald - le dice al caballero ya en el dintel de la puerta - solucionemos esto y dejemos de perder el tiempo. -
Sin más salió de la agobiante Casa Consistorial y casi agradeció el olor a pescado del aire exterior.
Leobald suspiró cansadamente y levando levemente la mano en dirección a Gordic.
—Entiendo que habláis desde el desconocimiento del mundo castrense y no pretendéis entorpecer una investigación oficial —dijo mirando fríamente a los ojos del antipático funcionario mientras enarcaba una ceja—. Como os he dicho, tenemos prisa, pero si lo deseáis puedo interrumpir la reunión del Consejo en vuestro nombre para pedir esa firma que pedís. ¿Cómo habéis dicho que os llamáis? —miró escaleras arriba haciendo evidente su intención de subir.
Aunque en un primer momento se dejó guiar por Godric, una idea se formó en su cabeza. Con un movimiento ágil el kenku se desembarazó de su guía y se dirigió a donde los dos funcionarios estaban. Al oir a Leobald hablar se detuvo en seco, expectante por la respuesta del funcionario y dispuesto a montar un incidente.
Al ver como el intento de intimidación de Leobald no parecía muy convincente TocToc se adelantó, acercándose a una íntima distancia con el funcionario, aún más dispuesto a armarla.
Ante la incipiente amenaza del caballero de interrumpir el Consejo, el anónimo funcionario pareció abrir los ojos como platos altamente sorprendido ante tamaña osadía... dando un paso atrás, y con mesa de por medio, contestó algo alterado esta vez.
- Debí suponer que los agentes de la corona acabarían usando las veredas de siempre, amenazas y violencia, no conocéis otro modo de vida, como salvajes que arramblan con todo y se ceban especialmente en las buenas gentes de una próspera pero humilde ciudad pesquera... Si vuestra investigación es tan apremiante, puedo ... hacer una excepción, rellenadme los documentos y pasádmelos sellados después de que acabe el Consejo, en dos días... si la investigación es tan importante no deberíais tener problemas en conseguir un sello oficial... Si no es así, dentro de dos lunas me encargaré personalmente que os encierren por suplantación de poderes y traición...
Con un ligero temblor que recorrió todo su cuerpo, hizo una señal para que le siguieran, intentando apartarse lo máximo posible de un kenku acosador que trataba de invadir con sus miasmas los espacios personales. El para nada interpérrito funcionario condujo al grupo a través de unas de las puertas laterales del gran salón que daba a un estrecho pasillo que se alargaba por unos metros antes de descender por unas escaleras a unos sótanos, las escaleras eran estrechas y emparedadas entre dos muros de rocas rectangulares perfectamente encajadas entre si. Una gran obra de arquitectura que se abría a una puerta metálica y reforzada con un complejo cerrojo. El hombre de pañuelo en rostro, buscó una gran llave en uno de sus elegantes bolsillos y tras darle varias vueltas, acompañadas del sonido chirriante de un pesado mecanismo interno rotando, la puerta se abrió dando paso a una gran sala cubierta de estanterías que tapizaban todas las paredes a la vista, rellenas hasta los topes de libros y rollos de pergaminos, en el centro del poblado sótano, varias mesas de consulta estaban dispuestas con sencillas sillas a su lado.
El funcionario se acercó a un armario de múltiples cajones cercano a la puerta de entrada y sacó una botella de tinta, una pluma y algo de papel, dejándolo sobre la mesa central. Después sacó el documento a rellenar por los agentes de la corona donde debía detallar con todo lujo de detalles, quienes habían accedido a la cámara del sótano, con que propósito y que documentos o libros habían consultado. Se requerían la firma de todos los participantes, y en un apartado especial, el sello oficial.
- Os esperaré tras la puerta, buena suerte con su... "investigación"...
Tras esto, se dirigió a la salida y abandonó el sótano entornando la pesada puerta metálica sin cerrarla del todo.
- Que hombre más desagradable - dijo Godric mientras cogía diligente la pluma y comenzaba a rellenar los tediosos papeles oficiales a la luz de uno de los candiles. - No entiendo la animadversión de las gentes de este pueblo por la Corona. -
Leobald suspiró por respuesta a Godric. Firmó el pergamino y se dispuso a buscar las escrituras de las casa encantada entre tantos tomos y pergaminos. Comprendió que aquella iba a ser una tarea ardua sin la ayuda de los funcionarios. Trató de averiguar si había algún tipo de orden lógico en las estanterías trufadas de páginas y se puso manos a la obra.
—¿Alquien tiene algún nombre? Dudo que haya aquí una sección de casas encantadas —comentó pasando el índice por los estantes en busca de algún etiquetado—. Pero debe haber un catastro que ponga las propiedades de Saltmarsh en un mapa —dijo más para si que para los demás.
This post has potentially manipulated dice roll results.
Adriana siguió con la mirada al caballero que subía por las escaleras absorto en sus documentos. De una manera automática, hizo una pequeña reverencia hacia su figura a modo de saludo, aunque esta fue ignorada por completo por el que parecía un Alto Capitán. No así sucedió con la madura mujer, que sí reparó en ellos. Con otra perfecta y estudiada reverencia, fruto de años al servicio de la corona, respondió a su sonrisa.
Durante el conflicto dialéctico entre Leobald, Toctoc y aquel maleducado funcionario, la elfa se mantuvo en un segundo plano, temiéndose lo peor. Pero una vez más, la experiencia de Leobald le había proporcionado las tablas suficientes como para ganarle la partida a aquel hombrecillo desagradable.
Una vez hubieron bajado las escaleras, Adriana admiró aquel lugar con interés. Si pudiera, elegiría quedarse allí durante horas zambulléndose en la lectura y la investigación antes de adentrarse en una mansión abandonada plagada de peligros.
Firmó el documento de registro y, mientras Leobald se centraba en la búsqueda de la hacienda encantada, la hechicera decidió intentar encontrar alguna referencia al puente que parecía hacerles enfermar. Observó las estanterías sin saber por dónde empezar. No iba a ser una tarea sencilla.
19
Rollback Post to RevisionRollBack
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Mientras el caballero se quejaba de cómo los funcionarios les habían dejado prácticamente abandonados a su suerte, sus veteranos ojos parecían moverse entre las estanterías con sus tomos y pergaminos con cierta maestría, como si hubiera sido casi él mismo el que organizó todo el sistema de archivado, en seguida encontró el patrón usado para ordenar los registros, estaban separados en dos secuencias, residencias y propiedades dentro de la ciudad y otra sección se encargaba de las haciendas y propiedades en el extrarradio.
Una vez conocido eso, un par de minutos más, y ya estaba sacando pergaminos clasificados por proximidad conteniendo los mapas geográficos con lindes de la zona a estudiar, y lo estaba cruzando con un pesado tomo de registro de la propiedad con entradas numeradas asociadas a la misma numeración asociada a las fincas... diez minutos después tenía localizada la mansión en cuestión y su registro de propiedad. Éste estaba asociado a un nombre, Alphonse Goldstone, y la entrada fue creada hace más de doscientos años, hay varias anotaciones extras, que el caballero consiguió encontrar en un tercer libro de anexos algo más oculto y de difícil acceso, pero que Leobald recuperó con la misma facilidad con la que respiraba.
En éste libro se podían leer algunas referencias más acerca del mismo dueño, como que solicitó un cambio en la futura herencia de la propiedad para que no fuera apropiada por su descendencia, y que luego instó a una prórroga a esa misma ejecución de la herencia por un viaje a isla Paraíso. Al parecer no hizo falta nada del anterior papeleo puesto que ningún heredero reclamó la hacienda en todo este tiempo.
En el mapa de la finca, se puede ver que consta de una sola edificación de tres alas y unos treinta y cinco pies de alto, situada justo al borde del elevado acantilado que desciende al mar, muy parecida a la situación de Ghostfinger, los lindes de la propiedad se extienden para cubrir también una zona ajardinada, un pozo, y un cementerio familiar. Leobald observó que el dato que les proporcionó el borracho mozo de almacén la noche anterior era cierto, la casa tenía una entrada trasera a parte de la principal justo donde había indicado éste, y probablemente conduciría a la cocina.
Mientras el caballero recopilaba toda la información en cuestión de no más de quince minutos, Adriana parecía en principio algo perdida y confusa, pero poco a poco empezó a situarse también en como estaba todo organizado en el registro, su trabajo sin embargo era algo más lento al no tener tanta experiencia en investigar este tipo de temas, además sabía que su dato era mucho más complicado de encontrar, si es que se hallaba en este lugar... finalmente, cuando Leobald ya había prácticamente acabado, Adriana no había hecho más que rascar la superficie, incluso con la ayuda de Godric, el trabajo parecía lento y muy disperso.
Gritos en el piso superior los interrumpieron en sus pesquisas, al parecer uno de los funcionarios estaba gritando de horror como si le estuvieran arrancando el alma misma, palabras aparentemente incongruentes se podían escuchar a través del quicio de la pesada puerta metálica entreabierta... "Sangre..." ... "Enmascarado" ... "Manistrad"...
Adriana levantó la cabeza de los pergaminos que estaba consultando, dirigiendo su mirada hacia la puerta. Sin pronunciar palabra, dejó su infructuosa investigación para seguir los pasos de los humanos.
Rollback Post to RevisionRollBack
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Al volver sobre sus propios pasos, no tardaron ni un par de minutos en llegar de nuevo al Gran Salón donde les recibieron "amablemente" al entrar, allí en la entrada, la enana que habían conocido en la posada la tarde anterior, Manistrad, sujetaba a pesar de de la marcada diferencia de estatura a Khalion. Sus músculos parecían tensos para soportar el peso de un cada vez más débil aasimar, que estaba cubierto de su propia sangre. De su cuello, justo por debajo de la máscara, el mercenario se apretaba con una de sus manos una herida que aún sangraba, parecía bastante seria y estaba situada a la altura de la aorta. El suelo del gran Salon comenzó a teñirse de carmesí, con cada paso que ambos daban.
A su lado, uno de los funcionarios chillaba como si fuera él mismo el herido, mientras se tapaba la boca con ambas manos en un rictus de completo terror. El otro funcionario intentaba calmarlo, mientas mantenía el pañuelo en su boca, intentando entender y organizar la escena.
- ¡¡Esto no es un hospital Manistrad!!.... sacad a este moribundo de aquí y que le den la extrema unción en el templo... el Consejo no deber ser interrumpido... - Dirigiéndose a su propio compañero, le abofeteó la cara con su mano libre - ¡¡ Quieres calmarte !! ¡¡Lo vas a estropear todo!!
This post has potentially manipulated dice roll results.
Godric corrió hacia Mainstrad y Khalion no sin lanzar una mirada cargada de reproche al impertinente funcionario.
- Tumbadlo aqui por favor - dice tirando sin ningún miramiento todas las cosas que hay sobre la mesa y ayudando a la enana a tumbar al herido aasimar sobre la mesa.
Sin perder un segundo Godric cogió abrió su fiel zurrón y sacó unas vendas y gasas de tela limpias, así mismo abrió su cantimplora y prácticamente vació el contenido de la misma para lavar la herida de Kahlion. Con las gasas iba asegurándose que no había suciedad en la herida y quitando la sangre que le impedía evaluar la gravedad de la misma. Tras repetir la operación varias veces apretó con fuerza y comenzó a vendar la herida.
- Tranquilo Khalion, has tenido suerte. Te recuperarás - le dice a su compañero mientras continua vendando la herida.
Le quito otro uso a uno de los healer's kit y Khalion se cura: 9 HP
Rollback Post to RevisionRollBack
PbP Character: A few ;)
To post a comment, please login or register a new account.
TocToc salió de su habitación con energía renovada; la posada, la cena, la habitación… Todo le había proporcionado un descanso digno de reyes, haciendo memoria no había experimentado semejantes lujos y comodidades desde su infancia. “Extraordinario” murmuro saliendo de su habitación. Mientras desayunaban TocToc asintió a la decisión del grupo de acudir al ayuntamiento “¡Creo que es una buena idea!” afirmó mientras acababa voraz con el desayuno. Antes de de la posada se acercó al mostrador y dejando una nota dejó una de las monedas de oro que tanto le había costado conseguir. A la moneda le acompañaba una nota escrita en caracteres angulosos. “Un buen servicio bien merece una buena propina. TocToc”
Me quito una moneda
Reajustando el brazalete en su brazo se acerco a la mesa donde los funcionarios se afanaban en sus tareas “Buenos días, necesitamos acceder a ciertos documentos, caballeros. En concreto a los documentos que se refieran a la casa… “el viejo sendero de la costa, subiendo hacia los acantilados... esa vía nunca se usa... porque conduce a la hacienda maldita” Dijo con la quejumbrosa voz de Filion
Zevatur, Rolthos
[Aún en la posada, con Godric]
Adriana miró a Godric nerviosa y preocupada. Dudó. Era inevitable reflejar su desazón cuando el recuerdo de la noche aún la atormentaba. De todos ellos, el sacerdote era el que más confianza le transmitía y decidió compartir sus miedos con la esperanza de aliviar su turbación.
- Algo no va bien, Godric - le susurró - he tenido... visiones extrañas, como si algo estuviera persiguiéndome, como si algo me acechara en la oscuridad por las noches - observó a su alrededor, temerosa - empezó en Ghostfinger e intenté no darle importancia pero... esta noche ha vuelto a ocurrir. Algo oscuro y siniestro viene tras de mí. Jamás había experimentado nada parecido – le miró interrogante – en casa de Elías… en los baños… tú tuviste un sueño extraño también… ¿has vuelto a experimentar visiones?¿crees que puede estar todo relacionado? Necesito encontrarle una explicación a todo esto.
[En el puente siniestro]
Colocándose la capucha y abrochándose la capa lo mejor que pudo para combatir el frío y la lluvia, Adriana caminó en silencio observando de nuevo la ciudad. El respirar aire puro, aún con ese olor fuerte a pescado, y sentir la humedad en su rostro, despejó su mente. Parecía que, poco a poco, se iba sintiendo mejor, hasta que llegó al puente y su estómago fue golpeado de una manera virulenta y sorpresiva, obligándola a arrojar el desayuno por uno de los laterales. Cuando llegó al otro extremo, huyendo de aquella sensación agobiante y enfermiza, observó a sus compañeros interrogante:
- ¿Qué.. qué ha pasado? – dijo mientras se apoyaba en una de las paredes y se recomponía – Mablung comentó haberle sucedido algo parecido al pasar por este puente…¿Alguien más se ha sentido indispuesto? – miró alternativamente a sus compañeros.
[En el Ayuntamiento]
Una vez recuperada, siguieron el camino hasta llegar al Ayuntamiento. Libros y documentos por doquier, quizá uno de los objetos más apreciados por la hechicera y uno de sus pasatiempos favoritos. Observó la magnificencia del edificio y sonrió cuando se acercaron a los funcionarios, dejando a Toctoc iniciar la conversación. Parecía que ella y su extraño compañero plumífero compartían la misma curiosidad por la lectura y el conocimiento.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
En la Posada de Mimbre
Godric miró preocupado a la elfa, y no pudo evitar frotarse el pecho cuando ella le recordó la visión de los baños en la casa de Elías.
- No... de momento no he tenido más sueños o visiones, pero una vez que solucionemos el tema del aceite me gustaría ir a visitar el templo de la ciudad y que me digan si hay alguna entidad demoníaca vinculada a mi... temo que quizá no me librase de aquel ser como había creído... - miró preocupado a la elfa - No sé si estará relacionado o no con tus visiones pero te prometo - tomó la mano de la elfa intentando transmitirle confianza - que no permitiré que nada te haga daño. No tenemos que enfrentarnos a esto solos... aunque ahora no podamos hacer más, no estas sola Adriana... - el joven humano intentó sonreir para transmitir una confianza que no estaba seguro de sentir.
En el Puente
- Si... esto es exactamente lo que describió Mablung que le ocurrió. Aunque yo no siento nada de nada. ¿Quizá afecta a los elfos? - aventuró el joven humano rebuscando en su fiel zurrón. - Toma Adriana, mastica esto... es bueno para el mareo. - le dice dándole una raiz para masticar.
Una vez llegaron a la casa consistorial, Godric dejó que fueran los demás los que hablaran con los funcionarios de sobrio uniforme.
PbP Character: A few ;)
[Puente sobre el Kingfisher River]
Agua y mas agua, agua desde arriba y ahora, abajo. Extrañas sensaciones, exageradas por la elfa, llamada la atención o fragilidad élfica, sin duda no era para tanto. Callado, negó respuesta a Adri, menos aún admitiendo compartir, ni molestias, con su raza. Al menos aquella ocasión.
[Casa consistorial]
Ghostfinger y Saltmarsh, relación de amor con derrota mediante. Mostrar su adhesión al faro y corona quizá no era apropiado aún. No en círculos donde mejor sabía moverse. Dejó hacer y paseó bajo la incipiente lluvia por mercado cerrado y aledaños. Parada obligada en un pozo, clavando aquellos ojos azules que se abrían camino entre sombras y oscuridad.
Perception check: 12
Leobald observaba la decadente ciudad portuaria con interés. El aire olía a misterios sin revelar entre los efluvios del pescado en descomposición y el fuerte olor a mar. El Puente del Rey Pescador le pareció de lo más interesante, tan antiguo. Esperaba tener tiempo para indagar en su origen. Cuando Adriana comenzó a devolver hizo ademán de ayudarla pero el solícito Godric ya estaba con ella. ¿Quizá estaba surgiendo algo entre los dos jóvenes? Les dejó espacio.
Dedicó una mirada de curiosidad al edificio del peletero. Una construcción imponente para oficio tan humilde. Sin duda curioso.
El ayuntamiento en cambio arrojaba ecos de glorias de tiempos pasados. Una vez dentro observó la amplia sala un momento y se cercioró de tener la cinta dorada de Ghostfinger bien visible antes de acercarse a los funcionarios junto a TocToc componiendo una sonrisa amable.
—Buenos días caballeros —esperó a hasta tener la atención de uno de ellos para presentarse debidamente—, Leobald Thenhall. ¿Tendrían a bien dedicarnos unos instantes? Lamentamos interrumpir sus quehaceres momentáneamente, pero como dice mi emplumado compañero necesitamos consultar esos documentos con la mayor brevedad posible —el caballero se acompañaba de suaves movimientos de manos al hablar—. Investigamos el hurto de ciertos bienes propiedad de la Corona por orden del Alto Capitán Bastianes de Ghosfinger y nuestras pesquisas nos han llevado a la mencionada propiedad. Si fueran tan amables de indicarnos el acceso al Registro les estaríamos muy agradecidos.
Leobald les miró alternativamente con amabilidad y dejó las manos a la espalda pacientemente esperando su respuesta.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
[Casa Consistorial]
El funcionario que estaba sentado tranquilamente detrás de su alta mesa, como si fuera un posadero al que no le gustan sus propios clientes, observó con un gesto de asqueo poco disimulado a TocToc,... antes de contestar a sus preguntas, éste sacó muy lentamente un pañuelo de su bolsillo, bordado en encajes y de un material en bastante alta calidad, quizás seda satinada. Doblándolo con cierta maestría lo convirtió en una improvisada mascarilla y se lo puso en su cara tapándose la nariz y boca... sujetándolo con su mano derecha para mantenerlo allí.
Ignorando completamente al kenku, como si de un apestado se tratara portador de infinidad de enfermedades, se dirigió directamente a Leobald con una de las actitudes más condescendientes que éste había escuchado, y eso que su periplo por la corte, aunque corto, fue bastante intenso.
- Buenas "caballero"... entiendo que ha rellenado los impresos de solicitud, nadie está exento, sea... quien "sea" ... le recordaré que este tipo de peticiones deben venir acompañadas del documento pertinente sellado por al menos uno de los miembros del Concilio de Saltmarsh, debe tener su sello personal actualizado con la cera en tono púrpura, carmesí o esmeralda, ... o también es válido el sello de su Señoría el alto Magistrado Moebius... éste último sin duda sería su mejor baza, puesto que comulga con sus... directrices...
Tras forzar una muy falsa tos detrás de su pañuelo, que no había sido retirado al hablar con Leobald, intentando transmitir la toxicidad que le provocaba dirigirse al grupo, continuó esta vez con un tono menos condescendiente y más aleccionante.
- Además, no se atiende a nadie los primeros dos días del mes, por reunión del gran Concilio, así que hoy no podéis solicitar nada... debéis esperaros a pasado mañana. Y ahora... por favor no nos hagáis perder más el tiempo... fuss fuss... - El funcionario hizo un ademán con su mano libre de desprecio, agitándola vigorosamente como si espantara unas moscas especialmente molestas.
En ese mismo momento, el señor que Godric vio salir de los barracones minutos antes que ellos, apareció por la puerta con su misma actitud distraída, fijada en uno de los múltiples libros que portaba. El otro funcionario, que se movía como un manojo de nervios adecentando todo, se dirigió al desconocido con una gran reverencia. - Señor Eliander Fireborn, está todo listo, aunque queda gente por llegar... - El supuesto Alto Capitán de la guardia de Saltmarsh levantó la mano sin apartar la mirada de su lectura para hacerlo callar, y subió las escaleras ignorando todo lo que estaba ocurriendo en el gran salón...
Tras éste, y justo cuando su figura desapareció en el piso de arriba, como si de un extraño baile se tratara donde dos personajes no quisieran nunca coincidir, entró una veterana mujer de pelo largo y gris, iba embutida en un elegante vestido verde típico de los que Adriana había visto entre la nobleza, una hermosa joya familiar en forma de colgante descansaba sobre su pecho y sobre el vestido. De nuevo, el funcionario que hacía de anfitrión en la casa consistorial se adelantó para recibirla con una reverencia, ésta fue mucho más profunda y servil que la demostrada a Eliander. - Mi señora Eda de la casa Oweland, ya están todos aquí salvo ya sabe... la de siempre, podemos empezar, acompáñeme por favor, es tarde...
Eda Oweland miembro veterano del Alto Concilio de Saltmarsh.
La mujer si se detuvo unos segundo a observar a los abanderados invitados de Bastianes en su casa Consistorial, su mirada no denotaba odio o desprecio, sólo curiosidad. Tras una educada sonrisa, ésta ascendió las escaleras siguiendo la estela de su predecesor, el Alto Capitán.
[Mercado Semanal, pozo siniestro]
Khalion puede ver su privado del horror...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Con un suspiro Godric se dispuso a salir de allí ante la mala educación del funcionario.
- Vamos Toc-toc ya volveremos - le indicó poniendo una conciliadora mano en el hombro del kenku - ¿Te he contado alguna vez la parábola del gusano que quería ser pájaro? - le comenta mientras se aleja con el kenku pero en un tono de voz lo suficientemente alto para que le oyera el desagradable funcionario - No acaba bien para el gusano, porque en lugar de convertirse en mariposa y volar, acaba devorado por los pájaros que quería imitar... -
En ese momento sale el distraído capitán de la guardia y el excomulgado clérigo se aparta un poco para dejarle paso sin molestar. Al llegar la anciana noble responde a su educado saludo con una inclinación respetuosa de su cabeza.
- Vámonos Leobald - le dice al caballero ya en el dintel de la puerta - solucionemos esto y dejemos de perder el tiempo. -
Sin más salió de la agobiante Casa Consistorial y casi agradeció el olor a pescado del aire exterior.
PbP Character: A few ;)
Leobald suspiró cansadamente y levando levemente la mano en dirección a Gordic.
—Entiendo que habláis desde el desconocimiento del mundo castrense y no pretendéis entorpecer una investigación oficial —dijo mirando fríamente a los ojos del antipático funcionario mientras enarcaba una ceja—. Como os he dicho, tenemos prisa, pero si lo deseáis puedo interrumpir la reunión del Consejo en vuestro nombre para pedir esa firma que pedís. ¿Cómo habéis dicho que os llamáis? —miró escaleras arriba haciendo evidente su intención de subir.
Intimidación: 10
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Aunque en un primer momento se dejó guiar por Godric, una idea se formó en su cabeza. Con un movimiento ágil el kenku se desembarazó de su guía y se dirigió a donde los dos funcionarios estaban. Al oir a Leobald hablar se detuvo en seco, expectante por la respuesta del funcionario y dispuesto a montar un incidente.
Zevatur, Rolthos
Al ver como el intento de intimidación de Leobald no parecía muy convincente TocToc se adelantó, acercándose a una íntima distancia con el funcionario, aún más dispuesto a armarla.
Zevatur, Rolthos
Ante la incipiente amenaza del caballero de interrumpir el Consejo, el anónimo funcionario pareció abrir los ojos como platos altamente sorprendido ante tamaña osadía... dando un paso atrás, y con mesa de por medio, contestó algo alterado esta vez.
- Debí suponer que los agentes de la corona acabarían usando las veredas de siempre, amenazas y violencia, no conocéis otro modo de vida, como salvajes que arramblan con todo y se ceban especialmente en las buenas gentes de una próspera pero humilde ciudad pesquera... Si vuestra investigación es tan apremiante, puedo ... hacer una excepción, rellenadme los documentos y pasádmelos sellados después de que acabe el Consejo, en dos días... si la investigación es tan importante no deberíais tener problemas en conseguir un sello oficial... Si no es así, dentro de dos lunas me encargaré personalmente que os encierren por suplantación de poderes y traición...
Con un ligero temblor que recorrió todo su cuerpo, hizo una señal para que le siguieran, intentando apartarse lo máximo posible de un kenku acosador que trataba de invadir con sus miasmas los espacios personales. El para nada interpérrito funcionario condujo al grupo a través de unas de las puertas laterales del gran salón que daba a un estrecho pasillo que se alargaba por unos metros antes de descender por unas escaleras a unos sótanos, las escaleras eran estrechas y emparedadas entre dos muros de rocas rectangulares perfectamente encajadas entre si. Una gran obra de arquitectura que se abría a una puerta metálica y reforzada con un complejo cerrojo. El hombre de pañuelo en rostro, buscó una gran llave en uno de sus elegantes bolsillos y tras darle varias vueltas, acompañadas del sonido chirriante de un pesado mecanismo interno rotando, la puerta se abrió dando paso a una gran sala cubierta de estanterías que tapizaban todas las paredes a la vista, rellenas hasta los topes de libros y rollos de pergaminos, en el centro del poblado sótano, varias mesas de consulta estaban dispuestas con sencillas sillas a su lado.
El funcionario se acercó a un armario de múltiples cajones cercano a la puerta de entrada y sacó una botella de tinta, una pluma y algo de papel, dejándolo sobre la mesa central. Después sacó el documento a rellenar por los agentes de la corona donde debía detallar con todo lujo de detalles, quienes habían accedido a la cámara del sótano, con que propósito y que documentos o libros habían consultado. Se requerían la firma de todos los participantes, y en un apartado especial, el sello oficial.
- Os esperaré tras la puerta, buena suerte con su... "investigación"...
Tras esto, se dirigió a la salida y abandonó el sótano entornando la pesada puerta metálica sin cerrarla del todo.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
- Que hombre más desagradable - dijo Godric mientras cogía diligente la pluma y comenzaba a rellenar los tediosos papeles oficiales a la luz de uno de los candiles. - No entiendo la animadversión de las gentes de este pueblo por la Corona. -
PbP Character: A few ;)
Leobald suspiró por respuesta a Godric. Firmó el pergamino y se dispuso a buscar las escrituras de las casa encantada entre tantos tomos y pergaminos. Comprendió que aquella iba a ser una tarea ardua sin la ayuda de los funcionarios. Trató de averiguar si había algún tipo de orden lógico en las estanterías trufadas de páginas y se puso manos a la obra.
—¿Alquien tiene algún nombre? Dudo que haya aquí una sección de casas encantadas —comentó pasando el índice por los estantes en busca de algún etiquetado—. Pero debe haber un catastro que ponga las propiedades de Saltmarsh en un mapa —dijo más para si que para los demás.
Investigación: 22
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Adriana siguió con la mirada al caballero que subía por las escaleras absorto en sus documentos. De una manera automática, hizo una pequeña reverencia hacia su figura a modo de saludo, aunque esta fue ignorada por completo por el que parecía un Alto Capitán. No así sucedió con la madura mujer, que sí reparó en ellos. Con otra perfecta y estudiada reverencia, fruto de años al servicio de la corona, respondió a su sonrisa.
Durante el conflicto dialéctico entre Leobald, Toctoc y aquel maleducado funcionario, la elfa se mantuvo en un segundo plano, temiéndose lo peor. Pero una vez más, la experiencia de Leobald le había proporcionado las tablas suficientes como para ganarle la partida a aquel hombrecillo desagradable.
Una vez hubieron bajado las escaleras, Adriana admiró aquel lugar con interés. Si pudiera, elegiría quedarse allí durante horas zambulléndose en la lectura y la investigación antes de adentrarse en una mansión abandonada plagada de peligros.
Firmó el documento de registro y, mientras Leobald se centraba en la búsqueda de la hacienda encantada, la hechicera decidió intentar encontrar alguna referencia al puente que parecía hacerles enfermar. Observó las estanterías sin saber por dónde empezar. No iba a ser una tarea sencilla.
19
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Mientras el caballero se quejaba de cómo los funcionarios les habían dejado prácticamente abandonados a su suerte, sus veteranos ojos parecían moverse entre las estanterías con sus tomos y pergaminos con cierta maestría, como si hubiera sido casi él mismo el que organizó todo el sistema de archivado, en seguida encontró el patrón usado para ordenar los registros, estaban separados en dos secuencias, residencias y propiedades dentro de la ciudad y otra sección se encargaba de las haciendas y propiedades en el extrarradio.
Una vez conocido eso, un par de minutos más, y ya estaba sacando pergaminos clasificados por proximidad conteniendo los mapas geográficos con lindes de la zona a estudiar, y lo estaba cruzando con un pesado tomo de registro de la propiedad con entradas numeradas asociadas a la misma numeración asociada a las fincas... diez minutos después tenía localizada la mansión en cuestión y su registro de propiedad. Éste estaba asociado a un nombre, Alphonse Goldstone, y la entrada fue creada hace más de doscientos años, hay varias anotaciones extras, que el caballero consiguió encontrar en un tercer libro de anexos algo más oculto y de difícil acceso, pero que Leobald recuperó con la misma facilidad con la que respiraba.
En éste libro se podían leer algunas referencias más acerca del mismo dueño, como que solicitó un cambio en la futura herencia de la propiedad para que no fuera apropiada por su descendencia, y que luego instó a una prórroga a esa misma ejecución de la herencia por un viaje a isla Paraíso. Al parecer no hizo falta nada del anterior papeleo puesto que ningún heredero reclamó la hacienda en todo este tiempo.
En el mapa de la finca, se puede ver que consta de una sola edificación de tres alas y unos treinta y cinco pies de alto, situada justo al borde del elevado acantilado que desciende al mar, muy parecida a la situación de Ghostfinger, los lindes de la propiedad se extienden para cubrir también una zona ajardinada, un pozo, y un cementerio familiar. Leobald observó que el dato que les proporcionó el borracho mozo de almacén la noche anterior era cierto, la casa tenía una entrada trasera a parte de la principal justo donde había indicado éste, y probablemente conduciría a la cocina.
Mientras el caballero recopilaba toda la información en cuestión de no más de quince minutos, Adriana parecía en principio algo perdida y confusa, pero poco a poco empezó a situarse también en como estaba todo organizado en el registro, su trabajo sin embargo era algo más lento al no tener tanta experiencia en investigar este tipo de temas, además sabía que su dato era mucho más complicado de encontrar, si es que se hallaba en este lugar... finalmente, cuando Leobald ya había prácticamente acabado, Adriana no había hecho más que rascar la superficie, incluso con la ayuda de Godric, el trabajo parecía lento y muy disperso.
Gritos en el piso superior los interrumpieron en sus pesquisas, al parecer uno de los funcionarios estaba gritando de horror como si le estuvieran arrancando el alma misma, palabras aparentemente incongruentes se podían escuchar a través del quicio de la pesada puerta metálica entreabierta... "Sangre..." ... "Enmascarado" ... "Manistrad"...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Leobald levantó la nariz de los pergaminos al escuchar los gritos del piso de arriba.
—¿Dónde está Khalion? —suspiró y se dirigió a la puerta— ¿Manistrad? Será mejor ver qué pasa ahí arriba.
El caballero apresuró sus pasos descolgando el escudo de su espalda.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Godric siguió al caballero preocupado.
PbP Character: A few ;)
Adriana levantó la cabeza de los pergaminos que estaba consultando, dirigiendo su mirada hacia la puerta. Sin pronunciar palabra, dejó su infructuosa investigación para seguir los pasos de los humanos.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
[Casa Consistorial]
Al volver sobre sus propios pasos, no tardaron ni un par de minutos en llegar de nuevo al Gran Salón donde les recibieron "amablemente" al entrar, allí en la entrada, la enana que habían conocido en la posada la tarde anterior, Manistrad, sujetaba a pesar de de la marcada diferencia de estatura a Khalion. Sus músculos parecían tensos para soportar el peso de un cada vez más débil aasimar, que estaba cubierto de su propia sangre. De su cuello, justo por debajo de la máscara, el mercenario se apretaba con una de sus manos una herida que aún sangraba, parecía bastante seria y estaba situada a la altura de la aorta. El suelo del gran Salon comenzó a teñirse de carmesí, con cada paso que ambos daban.
A su lado, uno de los funcionarios chillaba como si fuera él mismo el herido, mientras se tapaba la boca con ambas manos en un rictus de completo terror. El otro funcionario intentaba calmarlo, mientas mantenía el pañuelo en su boca, intentando entender y organizar la escena.
- ¡¡Esto no es un hospital Manistrad!!.... sacad a este moribundo de aquí y que le den la extrema unción en el templo... el Consejo no deber ser interrumpido... - Dirigiéndose a su propio compañero, le abofeteó la cara con su mano libre - ¡¡ Quieres calmarte !! ¡¡Lo vas a estropear todo!!
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Godric corrió hacia Mainstrad y Khalion no sin lanzar una mirada cargada de reproche al impertinente funcionario.
- Tumbadlo aqui por favor - dice tirando sin ningún miramiento todas las cosas que hay sobre la mesa y ayudando a la enana a tumbar al herido aasimar sobre la mesa.
Sin perder un segundo Godric cogió abrió su fiel zurrón y sacó unas vendas y gasas de tela limpias, así mismo abrió su cantimplora y prácticamente vació el contenido de la misma para lavar la herida de Kahlion. Con las gasas iba asegurándose que no había suciedad en la herida y quitando la sangre que le impedía evaluar la gravedad de la misma. Tras repetir la operación varias veces apretó con fuerza y comenzó a vendar la herida.
- Tranquilo Khalion, has tenido suerte. Te recuperarás - le dice a su compañero mientras continua vendando la herida.
Le quito otro uso a uno de los healer's kit y Khalion se cura: 9 HP
PbP Character: A few ;)