Godric abrió la boca y empezó a mascullar mientras Leobald hablaba.
- Pero eso no es... - se volvió hacia Adriana, casi incapaz de contenerse - ¿Es que no escuchó nada? - le dice en un susurro claramente audible. Cerró los puños y apretó los dientes esperando a que el caballero terminara. Según terminó Godric habló de nuevo, intentando mantener las formas pero claramente alterado.
- Si me lo permitís Señor. Quisiera aclarar lo que acaba de decir mi compañero. - la siguiente frase estaba cargada de resentimiento - Después de todo lo que he pasado no voy a volver a dejar que se me acuse con medias verdades. - Toma aire y cierra los ojos para calmarse antes de hablar- Si, Khalion y yo dejamos marchar a Nadie al ir a recoger los caballos más Señor esa es una versión de los hechos demasiado... simplista. Nos encontrábamos los tres solos, a más de quince minutos del resto recogiendo los caballos. Nadie montó en el más brioso corcel de todos y nos dijo que se iría y que no ganaríamos en una pelea contra él. Debo admitir para mi vergüenza que llevaba razón. Es un formidable guerrero que durante la batalla contra el mago aguantó casi sin inmutarse contra Khalion, Leobald y yo mismo. Sólo se rindió cuando Sanbalet murió y su contrato quedó anulado. Tanto Khalion como yo estábamos exhaustos tras esa lucha, el traslado de los barriles, y la pequeña escaramuza contra el zombie acabó con mis pocos recursos. En verdad me dio una buena tunda. La cuestión es que no teníamos medios físicos para detenerle así que si, le dejé marchar para proteger la vida de mi compañero y poder finalizar la misión. Los dos le dijimos que lo honorable era habérselo dicho a Leobald pues a él rindió su espada. Khalion le aseguró que le cazaría y daría muerte yo... habiendo aprendido del peligro que corría Elias y su pequeña comunidad granjera al ver al zombie, intente que fuera allí y prestara sus servicios para defender a los inocentes granjeros. Y si - vuelve a admitir mirando a Leobald - coincidía con Nadie en que si venía a Ghostfinger sería ejecutado sumariamente sin preguntas. - la siguiente frase estaba cargada de resentimiento y pena. Mucha más de la que alguien tan joven debería haber sentido. - Me vais a disculpar pero si algo he aprendido es que la aplicación ciega de las leyes a veces deja poco espacio para la justicia. Y gente inocente sufre por ello.-
Parpadea, consciente de pronto que se ha desviado y mira a Bastianes a los ojos. - Estos son los motivos por los que “deje marchar” al rendido prisionero - aprieta la mandíbula - si consideráis que obre mal y debo ser castigado lo acepto. -
Khalion ayudo a acomodarse a la elfa, melena roja al viento bañada por argenta luz de luna, tras de si. Espoleó al noble animal buscando acompasado trote para ganar distancia y discreción hasta que las extrañas huellas les devolvieron al grupo.
[Noche aún, ya a resguardo]
Palabras rudas de Julius, acordes a las propias, cargadas de tanta verdad como razón, asumibles por tanto no sin fuerte apretón de puños y mandíbula agarrotada. No podía dejarlo así, ni olvidar su responsabilidad en tan agrio final. Cuando el cuerpo solo pedía descanso y paz y todos parecían acudir en su reclamo el cazarrecompensas volvió a dirigirse al hechicero cuando este ya se alejaba camino del faro. Cuando volvió, media hora después, todos descansaban o meditaban.
[Sol, sanador]
Nueva mañana y nuevo día pese a un descanso incompleto. En las sábanas restos de sangre de aquella herida abierta en su cuello, ahora sanada. Aseo, alimento y otras necesidades para dejar dispuesto al "agente de la corona". Sobre el jubón limpio la pulcra y decorada armadura marina que compensaba con defensas su falta de discreción y ambos lados sus cimitarras hermanas.
El faro de buena mañana parecía mas imponente que cuando entraron de noche. Ante La imponente presencia de Bastianes trató de guardar las formas y esperar su momento. Cualquiera allí mejoraba unas explicaciones que el pudiera dar. Escuchó atento, enfatizando las lagunas de la historia hasta ahora ajenas, sin matizar. Bajo máscara el aasimar de sangre gélida como su mirada mantuvo esta vez formas y compostura ante severas y impropias acusaciones de traición. No así el joven e impulsivo clérigo que cual resorte trató su defensa llevando tal disputa a toma y daac que solo acercaba un cuello a una soga.
-Con le debido respeto- comenzó unas palabras largo tiempo meditadas, en sintonía a las palabras de Julius sobre donde y a quien se dirigía.- Afrontar su pasado y la justicia que acarrea no es la única razón por la que empujé al condenado a venir. Nuestra premura en la misión no responde al buen y diligente hacer sino a planificada estrategia. Discreto ha sido nuestro viaje, sin testigos y si las fortunas caminan a nuestro lado, al margen de todo conocimiento de quien contra la corona conspira. Y desmontar mezquino complot solo podremos mediante conocimientos que sobre las entregas con el velero tiene el hobgoblin que ahora aguarda amargo final en las profundidades de este faro.
Bastianes comenzó escuchando con un rostro impasible mientras se echaba una mano a su barbilla, su pose radiaba imparcialidad, interrumpida de vez en cuando para probar bocado del exquisito desayuno servido. Cuando el exceso de información empezó a inundarle, su pose cambió apartando su plato de comida y agenciándose unos pergaminos vacíos. Ayudándose de una elaborada pluma y tinta, comenzó a apuntar los pormenores y detalles que le resultaron relevantes para su posterior discusión, aunque de vez en cuando no podía evitar intervenir para aclarar algún que otro punto en la narración de los hechos acontecidos en los dos últimos días y con sus respectivas noches.
Ante el escueto resumen del druida, Bastianes asintió apuntando simplemente el nombre de Filion en su hoja junto a algunas órdenes en un extraño código. Con un gesto afirmativo, le dio permiso al elfo para salir del asentamiento militar durante unas horas. La conversación siguió siendo completada por el kenku, que se explayó en varios detalles que quizás el Alto Capitán no consideró demasiado relevantes, como el sonido de un hombre siendo devorado vivo desde dentro y sus alaridos correspondientes. Aún así se dispuso a apuntar fechas, nombres del navío de contrabandistas y el número de bandidos desaparecidos los días anteriores. Con su voz grave asintió agradeciendo a TocToc la información.
- Sin duda hay muchos cabos sueltos, nosotros nos podemos hacer cargo de algunos de ellos, en colaboración con la Guardia de Saltmarsh, sin embargo estoy extremadamente interesado en que ese barco, el que llegue dentro de una semana sea asaltado, allí podríamos encontrar parte de la información que se perdió e incluso alguna más complementaria. Hay que tener cuidado puesto que una aproximación de otro navío o cualquier bote sospechoso les haría huir de inmediato, y estoy seguro de que son veleros mucho más rápidos que cualquiera de los que nosotros podamos conseguir... Hablaremos de esto más adelante.
El Alto capitán hizo un rápido repaso a sus apuntes y se percató de algo que no le cuadraba.
- Supongo que cuando te refieres a Elías Fireborn, en realidad es Eliander Fireborn, mi equivalente en rango para Saltmarsh... si él quiere veros, me parece correcto que concertéis esa cita con él, es de importancia extrema que los lazos entre las diferentes divisiones que sirven a la Corona sean fuertes y estén unidas. Eso me recuerda que espero que saludaráis a Manistrad, ella es tan parte de esta unión como cualquiera.
Cuando el hombre-cuervo acabó comentando el tema del hobgoblin, Bastianes suspiró algo apesadumbrado, volviendo a romper su protocolo de imparcialidad en cualquier asunto a tratar.
- Me temo, como os explicó ayer Julius, que esa orden está ya más que firmada, lo único que puedo hacer es postponerla, aunque, sabiamente, mi inteligente mago de guerra ha suscrito que esta orden podría ser cancelada si alguien diferente a mi y a la división militar la cancelara, así que si tanto interés tenéis en que ese "ser" siga con vida, hablad con el Magistrado Moebius, él es un fiel sirviente a la corona también, y el único con capacidad legal de aquí a Seaton. Sin embargo es un hombre muy enfermo, su salud es débil en extremo, a parte de su mórbida obesidad está afectado por una extraña enfermedad de su piel, es muy sensible a la luz, especialmente la solar, por eso debéis tratar con él siempre de noche. De hecho los juzgados sólo abren al caer el sol, como solidaridad por su aflicción.
Cuando comenzó la intervención de Godric, Bastianes se dispuso a apuntar hasta que se dio cuenta de que estaba narrando acciones que les separaban de la misión principal y de las tinajas de aceite, aún así, y tras enarcar una ceja al escuchar como se habían separado del camino, dejó acabar esa parte al jover sacerdote sin apuntar nada. Tan solo hizo una pequeña pausa para preguntar a Julius una duda sobre algunos nombres y propiedades.
-- Mi buen Julius, ¿Conocemos a algún Elías que sea poseedor de una de las haciendas de la corona para Veteranos? No me suena... - En este momento, y tras una meditada pausa, como si el propio hechicero elfo estuviera intentando recordar cierta información, terminó contestando una inquietante solución al dilema contraído por su Alto Capitán - Creo mi señor que se refieren a sir Ilaiah "El Carnicero" - El rostro de Bastianes palideció, tensando sus músculos por unos segundos, aún así no se sabría decir si a causa de la ira, el miedo o la frustración. - Entiendo ... ahora es pastor -es lo único que terminó por sentenciar el Alto Capitán antes de solicitar a Godric que continuara.
El veterano dirigente de Ghostfinger se decidió por apuntar también las partes de la historia contadas por Godric, aunque al principio fuera irrelevantes para él. El nombre de Chak, y la moneda quedaron transcritos, y miró con un gesto dubidativo de nuevo a su mago de guerra. Éste contestó asintiendo bajo su capucha.
- Si, podría echarle un ojo a esa moneda si sois tan amables de prestármela por unas horas...
La mención al vampiro fue tomada con cierta seriedad, Julius y Bastianes se miraron con un claro deje cómplice, como si ambos supieran de que estaban hablando, pero ninguna palabra fue comentada al respecto. Si mencionó ese punto en sus manuscritos, seguido de una verdaderaa retaila de apuntes en el mismo código indescifrable al que parecía bastante acostumbrado, pero nada más.
Ante la acérrima defensa del hobgoblin por parte del sacerdote, Bastianes se remitió a lo mismo que ya había mencionado con TocToc, y que su destino ahora dependía de la absolución por parte del magistrado. En cualquier caso, su interés pareció crecer de nuevo ante las palabras de Leobald. En el turno del caballero, la mención al distinguido diplomático Edward Tenhall no fue pasada por alto, pero no fue transcrita a papel alguno. una serie de arrugas parecieron pronunciarse en la frente del Alto Capitán cuando su relación con los robos y los contrabandistas fue mencionada. Si apuntó el involucramiento del misterioso señor G. seguido de varios apuntes más codificados.
- Tu padre... es un hombre de honor inmaculado y un gran activo para la corona... estas pruebas que ardieron deben ser contrastadas, no podemos lanzar acusaciones a tan alto nivel sin tener muy firmemente aseguradas nuestras espaldas con hechos irrefutables ante la alta jerarquia en la capital... mantened esta información con discrección hasta poder corroborarlas. Es muy leal por tu parte aferrarte a tan altos ideales, incluso si esos ideales llevan a mencionar este tipo de información en contra de tu misma sangre. La casa Tenhall caería completamente si esto fuera cierto.
Bastianes, aun con un rictus sombrío después de sus últimas palabras, dio por sentado el tema de Nadie y no pareció interesarle más de ese asunto, aunque no apuntó nada más al respecto, su mirada penetrante hacia Godric y Khalion lo decía todo. Terminó trascribiendo también el nombre de Loto Negro y asintió a Leobald cuando mencionó su intención de cumplir con la promesa que se le hizo a Eliander.
- De hecho... me haréis un favor y le llevaréis un mensaje de mi puño y letra al Alto Capitán de Saltmarsh, ya que vuestros pasos os conducen inminentemente hasta él.
La siguiente intervención de Godric intentando justificar sus actos y los de Khalion parecieron aburrir a su interlocutor, intentó dar varias señales no verbales de que quizás este no era el momento ni el lugar para tratar esos temas, ya que estos le parecían muy tangenciales a la misión principal. Educadamente, al ver que el irascible joven no cesaba en su oratoria, escuchó afirmando con la cabeza sin apuntar nada más.
Las palabras de Khalion dando cierto soporte y credibilidad a Nadie, también fueron escuchadas, aunque el Alto Capitán quedó más tranquilo, y así lo demostró al mencionar que todo había acabado con bastante discrección y nadie en Saltmarsh sabía aún el resultado de todos los actos y el éxito de la recuperación.
Finalmente, Bastianes se levantó de su sillón una vez más para despedirse de casi todos los presentes.
- Prepararé un informe para Eliander y se lo llevaréis mañana al amanecer... no os salgáis del camino... corre cierta prisa que mi colega tenga esta información y no debéis distraeros con problemas de ... "pastores"... escuchad lo que tenga que deciros, probablemente requerirá vuestros servicios para asaltar el "Fantasma del Mar" y concluir con los lazos que hayan quedado sueltos. En cuanto a los muertos que quedan en la Mansión, nos encargaremos nosotros, pediré a Manistrad que mande una división de infanteria de élite de las que protegen la mina de plata, están practicamente al lado y son muy eficientes en su trabajo.... Podéis marcharos... salvo Godric...
Julius se dispuso a salir también junto a todos los demás tras recibir la moneda, y este se desvió al salir del salón para seguir ascendiendo por el Faro a estancias superiores.
Godric, con gesto estoico se quedó sentado. En realidad el ya había demostrado su necesidad de hablar con Bastianes de otro asunto y estaba cansado de las interpretaciones sesgadas de sus compañeros. El joven sabía, sin embargo, que mucho dependía de aquella conversación con Bastianes. Lo que se preguntaba era si el Alto Capitán, con todos sus deberes y responsabilidades era consciente de lo que realmente se sopesaría en esa charla privada.
Sin decir palabra Mablug abandonó el salón y esperó a que Julius saliese y cuando se disponía a ascender le dijo:- Disculpad, pero hay algo de lo que querría hablaros y mostraros en privado, si puede ser-.
Julius pareció sorprendido ante la petición del druida, aunque luego pareció entender el fondo de su requerimiento, asintiendo le indicó que le siguiera escaleras arriba. Fue cuando Mablung se percató de un detalle que quizás siempre hubiera pasado por alto si no fuera por la diferencia de altura entre él, y el hechicero que iba por delante y algo elevado respecto a su persona.
El mago de guerra andaba descalzo, no usaba ningún tipo de calzado, ese detalle era casi imperceptible debido a que la larga toga oscura llegaba hasta el suelo, pero al estar unos escalones elevado mientras caminaba, esa curiosidad apareció ante los élficos ojos del guardían de los bosques.
-Comandante..-cuando todos rompían filas camino a sus quehaceres.- Conocedor del "Fantasma del Mar" y tripulación es el reo bajo la torre y si zanjarlo por abordaje son sus deseos, vital resulta su saber de las señales y maneras del mar.-Habló con rapidez para evitar final anticipado de la conversación.- No pido absolución.. pues ya vino una vez sabedor de ser carne de patíbulo. En ese barco.. sirve un hechicero y otros 10 hombres.
Fuera ya esperó a Julius y saciar el interés por la moneda pero Mablung, mas rápido solicitó su atención. -Mas tarde volveré.- cerrando su mano sobre la moneda manteniéndola consigo un poco mas. Escalera abajo reclamó atención de todo el que quiso escucharle.- Bajo la torre está Nadie, cautivo.. anoche pude verle.. esperemos a Godric pues debe escuchar esto.-Sacando ajado libro del clérigo entregado al Hobgobling como salvoconducto.- Caballero, su falta de fe y camaradería resulta molesta. Se disputa entre dos mundos -firme, reposado, con trato de usted reflejando la distancia, su voz resonando bajo la máscara.- Cree y habla como igual a ellos.. piensa pues que es responsable de nosotros, mientras para los de arriba solo es escoria de usar y tirar como el resto.-Tono inalterado, intentando abrir los ojos del veterano humano. -Dificil camino ha elegido, pues por vos nada harán ellos y por sus deslealtades, tampoco nosotros.
El clérigo bajó, al tiempo, y allí le esperaba el aasimar con su libro. -Nadie desea que a ti vuelva. Siguió tu consejo antes de entregarse aquí y a Elias, o Ilaiah "el carnicero" se habría encomendado.. de haberle encontrado. Colton no encontró la paz esperda tras tus plegarias. SU tumba profnada, y su cuerpo ultrajado junto a varios miembros de la comunidad desaparecidos. Si Nadie no encontró a Elías es porque fue en busca de ayuda, pero parece que no eligió Ghostfinger para ellos.
Sacando la moneda y mostrándola de nuevo a los demás.- Buscaban esto, antaño común en Saltmarsh y difícil de ver hoy, se recibe junto al un encargo de llevar la muerte de un objetivo y supone exclusividad y derechos sobre ella. Sería lógico de encontrarla en Chak.. pero extraño hacerlo en Colton.
TocToc no pudo evitar fijarse en las anotaciones criptográficas del capitán mientras relataba los hechos. Y por un momento considero compartir el almanaque, su más preciosa pertenencia en el momento, con el capitán. Sin embargo, se detuvo debido a la actitud del capitán, exasperado con los detalles no pertinentes, la posibilidad de aumentar su propia utilidad, ofreciendo algo que nadie más pudiese, y la utilidad de conocer con más detalle la costa, que le ofrecía interesantes futuras posibilidades.
Las palabras del clérigo y las confusas palabras del aasimar dejaron claro en su cabeza que Nadie había faltado a su palabra y, por tanto, no se sintió responsable más de su destino. Le apenaba verle morir ya que le caía bien, pero poco más podía hacer. Ni siquiera se planteó ir a visitarle para despedirse, si las insistentes palabras de sus compañeros lograban salvarle, ya le pediría explicaciones por su falta de palabra.
La mención a los muertos y las tropas de elite frustró al hombre cuervo. “Quizás podamos apoyarlo para acompañar a esas tropas” pensó para si mismo, no dispuesto a dejar pasar la oportunidad de destruir tales engendros.
Al final mientras algunos de sus compañeros fueron a hablar con las autoridades TocToc se dirigió brevemente a Adriana. – ¿Son mágicos estos pendientes? – Preguntó con cierta esperanza. Después se dirigió a visitar sus antiguos barracones, interesado en lo que había sido de ellos. Tras registrarlos y buscar huellas de más alimañas muertas se dirigió a un árbol en el campamento y agotado por las extenuantes jornadas y el escaso sueño empezó a leer el libro.
Después de asearse someramente, Adriana se quedó obnubilada observando su rostro ajado y con signos de fatiga en el espejo de la habitación, recapacitando sobre lo diferente que era ahora su vida. Su reflejo le devolvió una mueca que intentaba simular una sonrisa cansada - No ha ido tan mal - se dijo, infundiéndose ánimo - aún sigues viva -
Se encaminó hacia la cama despacio, como si arrastrara todo el peso del mundo tras de sí y se dejó caer lánguidamente dispuesta a descansar las pocas horas de las que disponía. Se fundió en el calor de las mantas en las que quedó atrapada y, aunque no tardó en sumirse en el trance élfico, la sombra del temor a una nueva pesadilla rondó por sus pensamientos justo antes de perder del todo la consciencia.
Pero lejos de revivir de nuevo las visiones inquietantes y perturbadoras de noches atrás, esta vez se sumió en un letargo sereno, inocuo, hasta que una voz infantil y emocionada llamó su atención, repitiendo su nombre - ¡Adriana, Adriana! - entre la neblina onírica en la que se encontraba, una figura difuminada fue cobrando forma, hasta convertirse en un pequeño, regordete y alado unicornio que revoloteaba por encima de su cabeza - ¡Adriana, invócame!. Iram me envía para acompañarte en tu camino - una serie de imágenes de un ritual desconocido bombardeó sus pensamientos y, tras ellas, aquella voz se despidió, devolviendo a la hechicera al tranquilo letargo - Te espero al amanecer -
Antes del alba, Adriana recuperó la consciencia con un ánimo renovado, recordando la visión del pequeño y bucólico unicornio. Repasó cada uno de los pasos del ritual, lamentándose por no disponer de tiempo para convocarlo antes de la reunión con Bastianes. Sin posibilidad de un buen baño, se aseó lo mejor que pudo, haciendo uso por primera vez del contenido de aquella botella que Targos le había ofrecido amablemente hacía escasos días. Quería dar una buena impresión en presencia del Alto Capitán. Y, entre sus tareas del día, se encontraba la de visitar al jefe del almacén en cuanto le fuera posible.
Tras cepillar su larga melena y disfrutar del penetrante y delicioso aroma que desprendía, dejó el cabello rojo fuego suelto sobre los hombros, cubierto solo por la capucha de su capa ahora seca. Antes de abandonar la habitación, echó un breve y último vistazo al espejo, analizándose de arriba a abajo. Un movimiento grácil de sus manos y pequeñas chispitas de colores estallaron a su alrededor, eliminando los resto de suciedad y barro de su ropa. Satisfecha, salió al exterior.
Prestidigitación para limpiar las ropas
[En la reunión con Bastianes]
Adriana guardó silencio el tiempo que se mantuvieron reunidos con Bastianes, mientras tomaba notas también ella de lo relatado por sus compañeros y de las intervenciones del Alto Capitán y Julius, comiendo algún bocado del delicioso desayuno de cuando en cuando, pero totalmente concentrada en su tarea. Solo levantó la cabeza y miró fugazmente al Capitán en el momento en el que mencionó a la enana.
- Manistrad recibió sus saludos tal y como ordenásteis, mi señor - y tras unos segundos de meditación, añadió - quizá no sea importante, pero mencionó estar sufriendo muchos contratiempos en las minas, parece que más de los habituales. Conocedora de lo importante que es Manistrad para usted y nuestra causa, creí conveniente señalárselo por si considera oportuno interesarse personalmente por este asunto.
No añadió nada más a lo largo de la reunión y se retiró con una leve inclinación hacia el Capitán antes de salir por la puerta.
Atendió diligentemente las peticiones de sus compañeros, analizando los objetos para desvelar magia en ellos si es que la contenían y arrugó la frente con la explicación que expuso Khalion sobre la moneda - ¿Significa entonces que Colton debía dar muerte a alguien? - preguntó, confusa.
Antes de separarse, se dirigió a Toc-toc - ¿Puedo quedarme con este ejemplar? - le preguntó, algo avergonzada, haciendo referencia al libro de imágenes eróticas - no lo quiero para mi disfrute, si no para entregárselo a otra persona como obsequio. Por eso solicito tu permiso, ya que fuiste tú el que lo encontró. Si quieres seguir conservándolo, no me lo llevaré -
Detect Magic a todos los objetos que quieran que analice
Cuando cada miembro del grupo se dispuso a continuar con sus quehaceres personales, Adriana se dirigió hacia el almacén en busca de Targos.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Godric se reunió con los demás cerca de quince minutos después de quedarse a solas con Bastianes. Cuando salió de las dependencias parecía cansado, pese a haber descansado todos bien y más que ver a sus compañeros prácticamente se tropezó con ellos. Parecía sumido en sus pensamientos.
Después escuchó las palabras de Khalion, recuperando el ajado libro de salmos que le había entregado con la esperanza de que le sirviera de algo. Apenado asintió.
- Así que, al menos, lo intentó - dijo asintiendo ante la información del aasimar. - Me reitero en lo que he dicho arriba -dice -El Gran Capitán nos hará llegar su carta para entregar al Capitán de Saltmarsh esta noche. Como Bastianes y Julius van a retrasar la ejecución, cuando estemos en la ciudad de nuevo intentaré hablar con el magistrado. Quizá Lathander me permita ayudarle con su aflicción y eso haga ver que la contricción es posible aunque... - el joven parece ponderar sus palabras según las ha dicho - ¿eso no sería prevaricación? - se encoge de hombros desechando pensamientos sobre leyes que desconoce - en cualquier caso intentaré ayudarle con esa extraña dolencia que no había escuchado antes, y le rogaré por la vida de Nadie. ¿Podemos al menos estar de acuerdo que si consigo conmutar su pena por un servicio similar al nuestro será una buena aportación a nuestro equipo? Convendréis conmigo en que es un buen guerrero... -
Finalizado el debate sobre Nadie, el clérigo retomó la conversación sobre el "carnicero" y la moneda.
- Por la luz de Lathander, dadle la moneda a Julius y averigüemos de una vez qué cosas mágicas tiene y cómo puede afectarnos. Y aunque no creo que seamos en nada responsables de la situación de Elias, o Ilaiah, y Coltón, creo que los dioses nos han hecho partícipes de ella para poder detener a ese nigromante que está levantado a los muertos. Y antes de que preguntéis. No, no me importa el sobrenombe que tuviera en el pasado, me importan los actos que le definen ahora. En el fondo es lo mismo por lo que abogo por Nadie. Tengo que creer en que es posible cambiar y aunque los actos del pasado no se borren, al menos si puedan ser compensados por buenas obras durante el resto de la vida del transgresor. Al fin y al cabo ¿no es ese el camino que hemos decidido tomar al aceptar estas bandas doradas? -
- Toc-Toc - añade - a mi también me gustaría participar en la destrucción de esos muertos vivientes encerrados en la mansión. Quizá si lo hablamos con Julius podamos formar parte de esa expedición. La luz de Lathander es especialmente peligrosa para ese tipo de criaturas. -
Cuando ya hubieron hablado sobre cómo organizarse Godric le dijo a Adriana
- ¿Quieres que te acompañe? Luego intentaré llevar la comida a Nadie para charlar con él y mantenerle informado. Al menos que sepa que sus acciones no han caído en el olvido. -
- Realmente agradezco tu ofrecimiento, querido Godric, pero no será necesario - dijo separándose del grupo en un lento caminar - en un par de horas estaré disponible si me necesitáis, puede que incluso te acompañe a visitar a Nadie; ven a buscarme a mis habitaciones si lo deseas -
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Ante la petición de Adriana la mano de TocToc se dirigió sin dudarlo hacia el libro de poesía erótica en su mochila, pero se detuvo de pronto al escuchar su explicación.
- ¿Obsequio? - Preguntó indignado. – No, no, no… El asunto del mago está aún abierto y podría necesitarlo para descifrar anotaciones del almanaque de la costa. - Después, considerándolo con cuidado y en post de la concordia entre compañeros concedió finalmente. - Puedes guardarlo para leerlo, o pedirlo para cambiarlo por algún favor más adelante, cuando su potencial utilidad se haya extinguido.
- Respecto a Nadie. - Contestó a Godric sopesando sus palabras. - No tiene honor, según el mismo admite. Se rindió a nosotros, rompió su palabra y se escapó. No es de fiar. Me cae bien, pero no lo quiero en la bandada. No confió en él.
- Contad con mi ballesta para acabar con los no muertos, me producen una repugnanciadifícil de contener. – Dijo con voz seca y llena de odio. - Hablemos con él.
Adriana contestó a Toctoc con un leve suspiro de resignación, como si de pronto hubiese caído en la cuenta: - Tienes razón, puede que aún nos sirva para la investigación. En ese caso, prefiero que lo mantengas tú a salvo - dijo, renunciando al libro.
Godric asintió a Toc-toc. Puede que tuviera razón. Ya se había escapado una vez y nade aseguraba que no volviera a hacerlo, y entonces él estaría en mayores problemas aún. Intentaría salvarle la vida pero no se haría responsable de él, ni podía pretender cargar a sus compañeros con esa responsabilidad, aunque fuera compartida.
- Tienes razón Toc-Toc. Puede que tuviera motivos para querer huir pero no podríamos fiarnos de él. Hablemos con Julius -se giró hacia Khalion - ¿Vienes y le das la moneda? luego te veo entonces Adriana -la respondió sonriéndola.
Fuera, mientras esperaban a Godric, Leobald escuchaba las críticas de Khalion con paciencia y tristeza.
—Lamento que lo veáis de ese modo, Khalion —suspiró lacónicamente—. Simplemente he tratado de ser justo ahí dentro. Solo afrontando los errores se pueden superar. Habláis de lealtades, mi palabra, al igual que vuestra, aun vale algo y todos la empeñamos en esa torre —suspiró de nuevo con tristeza, como cansado—. Tengo en este grupo más confianza de la que sospecháis. Quizá ahora eso no sea mutuo, puedo entenderlo, pero la verdad no debía ocultarse —se encogió de hombros—, casi nunca es una buena opción.
Tras un breve silencio cambió de tema dando por zanjado el anterior asunto.
—Por cierto, durante la charla he caído en la cuenta, por la mención que Julius ha hecho de El Carnicero, de que nuestro anfitrión Elias no es otro que el caballero Ilaiah Illance de los Dragones Púrpura de su Majestad. Fue famoso por participar en las duras y encarnizadas batallas contra la Horda que invadió Cormyr años atrás. Quizá Godric o Adriana recuerden la historia. Era conocido por su extrema crueldad que rozaba la psicopatía, no tenía ningún sentido del honor o la piedad, sólo tenía una insaciable sed de sangre. Formo junto a otros seis sanguinarios caballeros la Compañía Carmesí —se detuvo sombrío por un momento—. Es un capítulo oscuro de la historia de Cormyr. Ganaron muchos combates, pero se dice que perdieron la humanidad en el proceso. Cuando la guerra acabó todos le temían. Le retiraron rangos dentro de los Dragones Púrpura y le apartaron de la vida militar tras una pomposa ceremonia llena de hipocresía. Le dieron una hacienda como se hacía con muchos veteranos, con la esperanza de que el mundo se olvidara de él. La verdad es que no parece el mismo pastor que hemos conocido, pero Julius parecía seguro de ello. No creo que sea de interés ahora mismo, pero quien sabe, la información no os hará mal.
El resto de la charla se mantuvo en silencio con las manos a la espalda, escuchado a TocToc, Adriana y Godric. Finalmente, cuando todos parecieron encontrar algo que hacer, él también se despidió con un gesto cortés. Se alejó con paso calmado, con el libro forrado en terciopelo morado entre las manos, en busca de una sitio tranquilo para leer en paz.
El veterano Alto Capitán escuchó la petición de Khalion sobre Nadie y asentía dando a entender que comprendía su requetimiento e incluso lo consideraba estratégicamente óptimo, pero su respuesta se aferró de nuevo a las férreas leyes de La Corona, que a veces eran complicadas en exceso, incluso a para un fiel seguidor de ellas.
- Me temo que eso no es posible, un reo condenado a la pena capital no puede ser extraído de su celda bajo ninguna causa fuera esta cual fuere, incluso si eso llevara a salvar la integridad de este fuerte en su totalidad. La única manera es la que ya he comentado, solicitando una condonación de la pena al Magistrado en Saltmarsh.
Tras su inamovible sentencia, Bastianes escuchó atento a las palabras de Adriana sobre su aliada Manistrad y la situación de la mina de plata. Su gesto se torció con cierta preocupación mal disimilada.
- Tendremos que anular la opción de mandar las tropas de infantería de élite a la Mansión abandonada..., si la mina necesita esos recursos no hay que forzar que aún sean más vulnerables, sería como asestarnos una estocada a nosotros mismos. Veré como puedo solucionar ese tema de una manera creativa sin exponer las defensas de nuestro recurso más valioso.
[En las inmediaciones de Ghostfinger]
Tras la petición de TocToc a Adriana, ésta observó los pendientes con sus iridiscentes ojos siempre cambiantes, éstos parecían modularse como si fueran un caleidoscopio policromático cuando activaba su habilidad innata de sentir la magia en el ambiente, haciendo que tal baile de color contrastara con el rojo intenso de su pelo, siempre estático, pero al mismo tiempo, vivo y azorado, como el de una llama. Con una ligera negación de su cabeza, la elfa le dio a entender que no existía nada mágico en aquellas joyas, y que serían simplemente otra posesión material que alimentaba la presunción de Sanbalet.
El kenku se dirigió a observar por tanto las obras de sus antiguas barracas, y allí se encontró a un numeroso grupo de obreros, entre carpinteros y albañiles sumarían una decena de hombres. Parecía que estuviesen reparando las goteras del techo, reforzando el tejado y dándole una capa de brea para aislar, así como reparando las grietas en las paredes. No eran gran cosa, pero eso ayudaría a que no se pasara más frío dentro que fuera del humilde edificio.
Mientras tanto, la alta elfa caminó tranquilamente hasta el Edificio de Logística del puesto avanzado, se sintió como si de repente tuviera una larga agenda de tareas que cumplir antes de la cena, y el tiempo que debería ser su aliado en estos momentos de fugaz paz, parecía deslizarse entre sus manos. La puerta estaba abierta y allí encontró atareado a Targos, que intentaba mantener un estricto orden dentro de su caos sin mucho éxito tras las nuevas incorporaciones a su "amado" almacén. Las ojeras seguían ahí, como prueba de una ajetreada noche sin descanso.
[Durante la reunión] Ante las palabras de Bastianes cancelando el asalto a la mansión, TocToc gruñó con frustración y echó una fugaz mirada helada a Adriana. Por un momento pensó en ofrecerse a ir el mismo, pero tras una mirada a su alrededor decidió consultar con sus compañeros antes de comprometer a los demás.
[Tras la reunión] Con un movimiento de cabeza agradeció a Adriana su ayuda, “gracias”, y se guardó los pendientes con posesiva avaricia. Posponiendo la sugerencia del asalto a la mansión para más adelante se dirigió a su lujosa habitación, a leer el almanaque. Aquella oportunidad de disfrutar de tal lujo, no podía dejarse pasar. Y si había alguna pista allí que le ayudase a encontrar el barco la encontraría.
-Entiendo- se limitó a decir ante la negativa de Bastianes acerca de nadie. Algo mas complicado tornaba el asedio al barco sin conocer la mar ni las señales. El resto del tiempo escuchó atento.
[Pequeña reunión a las afueras de un faro]
Ante palabras y promesas de escaso cambio de actitud el Aasimar decidió no añadir mas, ahorrando palabras y futuras confesiones del caballero al alto capitán y demás carceleros. El hábil movimiento de Bastianes infiltrando un afín, pese a limitar sus recursos, tampoco resultaba impedimento a su habitual hacer.. y ahora todos lo sabían.
Fue con la moneda donde las incógnitas suyas y del resto se sumaron. -Si, joven Godric- respondiendo al primero.-El verdadero peligro no reside en su poder arcano, mas bien lo que representa para dueño y portador, según el momento. En la Red Vacía podría dar con alguien del gremio..- dudo de ofrecer semejante vía de acción a ojos del caballero..- Peligroso y potencialmente mortal tras el funesto final de Sambalet..- mirando entonces a Adriana continuó..- Que estuviera en manos de Colton es una sombra mas a esclarecer.. como el hecho de que no solo Chack la ansíe.
-Godric, si bajas con Nadie,-dijo antes de separarse- intenta conocer las señales para comunicar con el barco contrabandista pues parece nuestra próxima misión.. y cuidado ahí abajo, una sensación extraña te embarga como en el puente de Saltmarsh con los elfos.. incluso podría ser roca semejante..
Rompiendo filas cada cual tomó caminos diferentes para dedicar asueto. Khalion deshizo el camino de nuevo hacia la torre, solicitando a la guardia acceso franco para ver a Julius mientras aferraba con decisión y curiosidad la moneda en su mano.
Adriana asintió con un ligero movimiento de cabeza a la respuesta del Alto Capitán para volver a sumirse en sus apuntes, ajena por completo a cualquier mirada helada y acusadora de su córvido compañero.
[En el almacén, con Targos]
La elfa se adentró en el abarrotado almacén, no sin antes golpear la puerta con suavidad para llamar la atención del atareado Targos y hacer notar su presencia. Se retiró la capucha, dejando al aire la melena roja fuego, tupida, sedosa y brillante, liberando en el ambiente un aroma silvestre y embriagador que recordaba a las flores de la primavera.
- Buenos días Sir Targos- dijo sonriendo tímidamente y observando la estancia - no pretendo robarle mucho tiempo, veo que está bastante atareado; espero al menos que el inventario le facilitara el trabajo y que los materiales les sean de utilidad. Debo disculparme por mi rudeza de anoche, han sido días muy ajetreados y llegamos a Ghostfinger exhaustos, apenas tenía fuerzas para entregarle el documento y encaminarme a mis aposentos - era consciente de que la noche anterior no había hecho alarde de la simpatía y amabilidad que le caracterizaba - Por suerte, hemos completado la misión con éxito y estamos de vuelta, aunque por poco tiempo. Pero no pretendo aburrirle con estos detalles. Mi visita responde a la intención de saldar mi cuenta pendiente. Afortunadamente he conseguido varias monedas, espero que las suficientes, y me veo en la obligación de pagarle lo que estime oportuno por los preciados objetos que me facilitó y que, siendo sincera, han resultado ser de gran utilidad- instintivamente, se retiró un mechón de pelo de la frente - He de reconocer también que me hubiera gustado responder a su amabilidad con algún otro detalle, pero me ha sido imposible conseguir un souvenir lo suficientemente atrayente para un hombre... como usted- dijo con un tono de voz que dejaba entrever un halago - No obstante, no cejaré en mi empeño; mañana mismo volvemos a partir y estoy segura de que tendré más oportunidades - finalizó sonriendo, mientras rebuscaba en sus bolsillos y depositaba varias monedas en la mesa, a la espera de la respuesta del caballero.
Godric abrió la boca y empezó a mascullar mientras Leobald hablaba.
- Pero eso no es... - se volvió hacia Adriana, casi incapaz de contenerse - ¿Es que no escuchó nada? - le dice en un susurro claramente audible. Cerró los puños y apretó los dientes esperando a que el caballero terminara.
Según terminó Godric habló de nuevo, intentando mantener las formas pero claramente alterado.
- Si me lo permitís Señor. Quisiera aclarar lo que acaba de decir mi compañero. - la siguiente frase estaba cargada de resentimiento - Después de todo lo que he pasado no voy a volver a dejar que se me acuse con medias verdades. - Toma aire y cierra los ojos para calmarse antes de hablar- Si, Khalion y yo dejamos marchar a Nadie al ir a recoger los caballos más Señor esa es una versión de los hechos demasiado... simplista. Nos encontrábamos los tres solos, a más de quince minutos del resto recogiendo los caballos. Nadie montó en el más brioso corcel de todos y nos dijo que se iría y que no ganaríamos en una pelea contra él. Debo admitir para mi vergüenza que llevaba razón. Es un formidable guerrero que durante la batalla contra el mago aguantó casi sin inmutarse contra Khalion, Leobald y yo mismo. Sólo se rindió cuando Sanbalet murió y su contrato quedó anulado. Tanto Khalion como yo estábamos exhaustos tras esa lucha, el traslado de los barriles, y la pequeña escaramuza contra el zombie acabó con mis pocos recursos. En verdad me dio una buena tunda. La cuestión es que no teníamos medios físicos para detenerle así que si, le dejé marchar para proteger la vida de mi compañero y poder finalizar la misión. Los dos le dijimos que lo honorable era habérselo dicho a Leobald pues a él rindió su espada. Khalion le aseguró que le cazaría y daría muerte yo... habiendo aprendido del peligro que corría Elias y su pequeña comunidad granjera al ver al zombie, intente que fuera allí y prestara sus servicios para defender a los inocentes granjeros. Y si - vuelve a admitir mirando a Leobald - coincidía con Nadie en que si venía a Ghostfinger sería ejecutado sumariamente sin preguntas. - la siguiente frase estaba cargada de resentimiento y pena. Mucha más de la que alguien tan joven debería haber sentido. - Me vais a disculpar pero si algo he aprendido es que la aplicación ciega de las leyes a veces deja poco espacio para la justicia. Y gente inocente sufre por ello.-
Parpadea, consciente de pronto que se ha desviado y mira a Bastianes a los ojos.
- Estos son los motivos por los que “deje marchar” al rendido prisionero - aprieta la mandíbula - si consideráis que obre mal y debo ser castigado lo acepto. -
PbP Character: A few ;)
[Bajo una luna y millares de estrellas]
Khalion ayudo a acomodarse a la elfa, melena roja al viento bañada por argenta luz de luna, tras de si. Espoleó al noble animal buscando acompasado trote para ganar distancia y discreción hasta que las extrañas huellas les devolvieron al grupo.
[Noche aún, ya a resguardo]
Palabras rudas de Julius, acordes a las propias, cargadas de tanta verdad como razón, asumibles por tanto no sin fuerte apretón de puños y mandíbula agarrotada. No podía dejarlo así, ni olvidar su responsabilidad en tan agrio final. Cuando el cuerpo solo pedía descanso y paz y todos parecían acudir en su reclamo el cazarrecompensas volvió a dirigirse al hechicero cuando este ya se alejaba camino del faro. Cuando volvió, media hora después, todos descansaban o meditaban.
[Sol, sanador]
Nueva mañana y nuevo día pese a un descanso incompleto. En las sábanas restos de sangre de aquella herida abierta en su cuello, ahora sanada. Aseo, alimento y otras necesidades para dejar dispuesto al "agente de la corona". Sobre el jubón limpio la pulcra y decorada armadura marina que compensaba con defensas su falta de discreción y ambos lados sus cimitarras hermanas.
El faro de buena mañana parecía mas imponente que cuando entraron de noche. Ante La imponente presencia de Bastianes trató de guardar las formas y esperar su momento. Cualquiera allí mejoraba unas explicaciones que el pudiera dar. Escuchó atento, enfatizando las lagunas de la historia hasta ahora ajenas, sin matizar. Bajo máscara el aasimar de sangre gélida como su mirada mantuvo esta vez formas y compostura ante severas y impropias acusaciones de traición. No así el joven e impulsivo clérigo que cual resorte trató su defensa llevando tal disputa a toma y daac que solo acercaba un cuello a una soga.
-Con le debido respeto- comenzó unas palabras largo tiempo meditadas, en sintonía a las palabras de Julius sobre donde y a quien se dirigía.- Afrontar su pasado y la justicia que acarrea no es la única razón por la que empujé al condenado a venir. Nuestra premura en la misión no responde al buen y diligente hacer sino a planificada estrategia. Discreto ha sido nuestro viaje, sin testigos y si las fortunas caminan a nuestro lado, al margen de todo conocimiento de quien contra la corona conspira. Y desmontar mezquino complot solo podremos mediante conocimientos que sobre las entregas con el velero tiene el hobgoblin que ahora aguarda amargo final en las profundidades de este faro.
[En el Salón de Comandancia, Parte I]
Bastianes comenzó escuchando con un rostro impasible mientras se echaba una mano a su barbilla, su pose radiaba imparcialidad, interrumpida de vez en cuando para probar bocado del exquisito desayuno servido. Cuando el exceso de información empezó a inundarle, su pose cambió apartando su plato de comida y agenciándose unos pergaminos vacíos. Ayudándose de una elaborada pluma y tinta, comenzó a apuntar los pormenores y detalles que le resultaron relevantes para su posterior discusión, aunque de vez en cuando no podía evitar intervenir para aclarar algún que otro punto en la narración de los hechos acontecidos en los dos últimos días y con sus respectivas noches.
Ante el escueto resumen del druida, Bastianes asintió apuntando simplemente el nombre de Filion en su hoja junto a algunas órdenes en un extraño código. Con un gesto afirmativo, le dio permiso al elfo para salir del asentamiento militar durante unas horas. La conversación siguió siendo completada por el kenku, que se explayó en varios detalles que quizás el Alto Capitán no consideró demasiado relevantes, como el sonido de un hombre siendo devorado vivo desde dentro y sus alaridos correspondientes. Aún así se dispuso a apuntar fechas, nombres del navío de contrabandistas y el número de bandidos desaparecidos los días anteriores. Con su voz grave asintió agradeciendo a TocToc la información.
- Sin duda hay muchos cabos sueltos, nosotros nos podemos hacer cargo de algunos de ellos, en colaboración con la Guardia de Saltmarsh, sin embargo estoy extremadamente interesado en que ese barco, el que llegue dentro de una semana sea asaltado, allí podríamos encontrar parte de la información que se perdió e incluso alguna más complementaria. Hay que tener cuidado puesto que una aproximación de otro navío o cualquier bote sospechoso les haría huir de inmediato, y estoy seguro de que son veleros mucho más rápidos que cualquiera de los que nosotros podamos conseguir... Hablaremos de esto más adelante.
El Alto capitán hizo un rápido repaso a sus apuntes y se percató de algo que no le cuadraba.
- Supongo que cuando te refieres a Elías Fireborn, en realidad es Eliander Fireborn, mi equivalente en rango para Saltmarsh... si él quiere veros, me parece correcto que concertéis esa cita con él, es de importancia extrema que los lazos entre las diferentes divisiones que sirven a la Corona sean fuertes y estén unidas. Eso me recuerda que espero que saludaráis a Manistrad, ella es tan parte de esta unión como cualquiera.
Cuando el hombre-cuervo acabó comentando el tema del hobgoblin, Bastianes suspiró algo apesadumbrado, volviendo a romper su protocolo de imparcialidad en cualquier asunto a tratar.
- Me temo, como os explicó ayer Julius, que esa orden está ya más que firmada, lo único que puedo hacer es postponerla, aunque, sabiamente, mi inteligente mago de guerra ha suscrito que esta orden podría ser cancelada si alguien diferente a mi y a la división militar la cancelara, así que si tanto interés tenéis en que ese "ser" siga con vida, hablad con el Magistrado Moebius, él es un fiel sirviente a la corona también, y el único con capacidad legal de aquí a Seaton. Sin embargo es un hombre muy enfermo, su salud es débil en extremo, a parte de su mórbida obesidad está afectado por una extraña enfermedad de su piel, es muy sensible a la luz, especialmente la solar, por eso debéis tratar con él siempre de noche. De hecho los juzgados sólo abren al caer el sol, como solidaridad por su aflicción.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
[En el Salón de Comandancia, Parte II]
Cuando comenzó la intervención de Godric, Bastianes se dispuso a apuntar hasta que se dio cuenta de que estaba narrando acciones que les separaban de la misión principal y de las tinajas de aceite, aún así, y tras enarcar una ceja al escuchar como se habían separado del camino, dejó acabar esa parte al jover sacerdote sin apuntar nada. Tan solo hizo una pequeña pausa para preguntar a Julius una duda sobre algunos nombres y propiedades.
-- Mi buen Julius, ¿Conocemos a algún Elías que sea poseedor de una de las haciendas de la corona para Veteranos? No me suena... - En este momento, y tras una meditada pausa, como si el propio hechicero elfo estuviera intentando recordar cierta información, terminó contestando una inquietante solución al dilema contraído por su Alto Capitán - Creo mi señor que se refieren a sir Ilaiah "El Carnicero" - El rostro de Bastianes palideció, tensando sus músculos por unos segundos, aún así no se sabría decir si a causa de la ira, el miedo o la frustración. - Entiendo ... ahora es pastor - es lo único que terminó por sentenciar el Alto Capitán antes de solicitar a Godric que continuara.
El veterano dirigente de Ghostfinger se decidió por apuntar también las partes de la historia contadas por Godric, aunque al principio fuera irrelevantes para él. El nombre de Chak, y la moneda quedaron transcritos, y miró con un gesto dubidativo de nuevo a su mago de guerra. Éste contestó asintiendo bajo su capucha.
- Si, podría echarle un ojo a esa moneda si sois tan amables de prestármela por unas horas...
La mención al vampiro fue tomada con cierta seriedad, Julius y Bastianes se miraron con un claro deje cómplice, como si ambos supieran de que estaban hablando, pero ninguna palabra fue comentada al respecto. Si mencionó ese punto en sus manuscritos, seguido de una verdaderaa retaila de apuntes en el mismo código indescifrable al que parecía bastante acostumbrado, pero nada más.
Ante la acérrima defensa del hobgoblin por parte del sacerdote, Bastianes se remitió a lo mismo que ya había mencionado con TocToc, y que su destino ahora dependía de la absolución por parte del magistrado. En cualquier caso, su interés pareció crecer de nuevo ante las palabras de Leobald. En el turno del caballero, la mención al distinguido diplomático Edward Tenhall no fue pasada por alto, pero no fue transcrita a papel alguno. una serie de arrugas parecieron pronunciarse en la frente del Alto Capitán cuando su relación con los robos y los contrabandistas fue mencionada. Si apuntó el involucramiento del misterioso señor G. seguido de varios apuntes más codificados.
- Tu padre... es un hombre de honor inmaculado y un gran activo para la corona... estas pruebas que ardieron deben ser contrastadas, no podemos lanzar acusaciones a tan alto nivel sin tener muy firmemente aseguradas nuestras espaldas con hechos irrefutables ante la alta jerarquia en la capital... mantened esta información con discrección hasta poder corroborarlas. Es muy leal por tu parte aferrarte a tan altos ideales, incluso si esos ideales llevan a mencionar este tipo de información en contra de tu misma sangre. La casa Tenhall caería completamente si esto fuera cierto.
Bastianes, aun con un rictus sombrío después de sus últimas palabras, dio por sentado el tema de Nadie y no pareció interesarle más de ese asunto, aunque no apuntó nada más al respecto, su mirada penetrante hacia Godric y Khalion lo decía todo. Terminó trascribiendo también el nombre de Loto Negro y asintió a Leobald cuando mencionó su intención de cumplir con la promesa que se le hizo a Eliander.
- De hecho... me haréis un favor y le llevaréis un mensaje de mi puño y letra al Alto Capitán de Saltmarsh, ya que vuestros pasos os conducen inminentemente hasta él.
La siguiente intervención de Godric intentando justificar sus actos y los de Khalion parecieron aburrir a su interlocutor, intentó dar varias señales no verbales de que quizás este no era el momento ni el lugar para tratar esos temas, ya que estos le parecían muy tangenciales a la misión principal. Educadamente, al ver que el irascible joven no cesaba en su oratoria, escuchó afirmando con la cabeza sin apuntar nada más.
Las palabras de Khalion dando cierto soporte y credibilidad a Nadie, también fueron escuchadas, aunque el Alto Capitán quedó más tranquilo, y así lo demostró al mencionar que todo había acabado con bastante discrección y nadie en Saltmarsh sabía aún el resultado de todos los actos y el éxito de la recuperación.
Finalmente, Bastianes se levantó de su sillón una vez más para despedirse de casi todos los presentes.
- Prepararé un informe para Eliander y se lo llevaréis mañana al amanecer... no os salgáis del camino... corre cierta prisa que mi colega tenga esta información y no debéis distraeros con problemas de ... "pastores"... escuchad lo que tenga que deciros, probablemente requerirá vuestros servicios para asaltar el "Fantasma del Mar" y concluir con los lazos que hayan quedado sueltos. En cuanto a los muertos que quedan en la Mansión, nos encargaremos nosotros, pediré a Manistrad que mande una división de infanteria de élite de las que protegen la mina de plata, están practicamente al lado y son muy eficientes en su trabajo.... Podéis marcharos... salvo Godric...
Julius se dispuso a salir también junto a todos los demás tras recibir la moneda, y este se desvió al salir del salón para seguir ascendiendo por el Faro a estancias superiores.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Godric, con gesto estoico se quedó sentado. En realidad el ya había demostrado su necesidad de hablar con Bastianes de otro asunto y estaba cansado de las interpretaciones sesgadas de sus compañeros.
El joven sabía, sin embargo, que mucho dependía de aquella conversación con Bastianes. Lo que se preguntaba era si el Alto Capitán, con todos sus deberes y responsabilidades era consciente de lo que realmente se sopesaría en esa charla privada.
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Sin decir palabra Mablug abandonó el salón y esperó a que Julius saliese y cuando se disponía a ascender le dijo:- Disculpad, pero hay algo de lo que querría hablaros y mostraros en privado, si puede ser-.
Julius pareció sorprendido ante la petición del druida, aunque luego pareció entender el fondo de su requerimiento, asintiendo le indicó que le siguiera escaleras arriba. Fue cuando Mablung se percató de un detalle que quizás siempre hubiera pasado por alto si no fuera por la diferencia de altura entre él, y el hechicero que iba por delante y algo elevado respecto a su persona.
El mago de guerra andaba descalzo, no usaba ningún tipo de calzado, ese detalle era casi imperceptible debido a que la larga toga oscura llegaba hasta el suelo, pero al estar unos escalones elevado mientras caminaba, esa curiosidad apareció ante los élficos ojos del guardían de los bosques.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
-Comandante..- cuando todos rompían filas camino a sus quehaceres.- Conocedor del "Fantasma del Mar" y tripulación es el reo bajo la torre y si zanjarlo por abordaje son sus deseos, vital resulta su saber de las señales y maneras del mar. -Habló con rapidez para evitar final anticipado de la conversación.- No pido absolución.. pues ya vino una vez sabedor de ser carne de patíbulo. En ese barco.. sirve un hechicero y otros 10 hombres.
Fuera ya esperó a Julius y saciar el interés por la moneda pero Mablung, mas rápido solicitó su atención. -Mas tarde volveré.- cerrando su mano sobre la moneda manteniéndola consigo un poco mas. Escalera abajo reclamó atención de todo el que quiso escucharle.- Bajo la torre está Nadie, cautivo.. anoche pude verle.. esperemos a Godric pues debe escuchar esto. -Sacando ajado libro del clérigo entregado al Hobgobling como salvoconducto.- Caballero, su falta de fe y camaradería resulta molesta. Se disputa entre dos mundos - firme, reposado, con trato de usted reflejando la distancia, su voz resonando bajo la máscara.- Cree y habla como igual a ellos.. piensa pues que es responsable de nosotros, mientras para los de arriba solo es escoria de usar y tirar como el resto. -Tono inalterado, intentando abrir los ojos del veterano humano. -Dificil camino ha elegido, pues por vos nada harán ellos y por sus deslealtades, tampoco nosotros.
El clérigo bajó, al tiempo, y allí le esperaba el aasimar con su libro. -Nadie desea que a ti vuelva. Siguió tu consejo antes de entregarse aquí y a Elias, o Ilaiah "el carnicero" se habría encomendado.. de haberle encontrado. Colton no encontró la paz esperda tras tus plegarias. SU tumba profnada, y su cuerpo ultrajado junto a varios miembros de la comunidad desaparecidos. Si Nadie no encontró a Elías es porque fue en busca de ayuda, pero parece que no eligió Ghostfinger para ellos.
Sacando la moneda y mostrándola de nuevo a los demás.- Buscaban esto, antaño común en Saltmarsh y difícil de ver hoy, se recibe junto al un encargo de llevar la muerte de un objetivo y supone exclusividad y derechos sobre ella. Sería lógico de encontrarla en Chak.. pero extraño hacerlo en Colton.
TocToc no pudo evitar fijarse en las anotaciones criptográficas del capitán mientras relataba los hechos. Y por un momento considero compartir el almanaque, su más preciosa pertenencia en el momento, con el capitán. Sin embargo, se detuvo debido a la actitud del capitán, exasperado con los detalles no pertinentes, la posibilidad de aumentar su propia utilidad, ofreciendo algo que nadie más pudiese, y la utilidad de conocer con más detalle la costa, que le ofrecía interesantes futuras posibilidades.
Las palabras del clérigo y las confusas palabras del aasimar dejaron claro en su cabeza que Nadie había faltado a su palabra y, por tanto, no se sintió responsable más de su destino. Le apenaba verle morir ya que le caía bien, pero poco más podía hacer. Ni siquiera se planteó ir a visitarle para despedirse, si las insistentes palabras de sus compañeros lograban salvarle, ya le pediría explicaciones por su falta de palabra.
La mención a los muertos y las tropas de elite frustró al hombre cuervo. “Quizás podamos apoyarlo para acompañar a esas tropas” pensó para si mismo, no dispuesto a dejar pasar la oportunidad de destruir tales engendros.
Al final mientras algunos de sus compañeros fueron a hablar con las autoridades TocToc se dirigió brevemente a Adriana. – ¿Son mágicos estos pendientes? – Preguntó con cierta esperanza. Después se dirigió a visitar sus antiguos barracones, interesado en lo que había sido de ellos. Tras registrarlos y buscar huellas de más alimañas muertas se dirigió a un árbol en el campamento y agotado por las extenuantes jornadas y el escaso sueño empezó a leer el libro.
Zevatur, Rolthos
[En sus aposentos, la noche anterior]
Después de asearse someramente, Adriana se quedó obnubilada observando su rostro ajado y con signos de fatiga en el espejo de la habitación, recapacitando sobre lo diferente que era ahora su vida. Su reflejo le devolvió una mueca que intentaba simular una sonrisa cansada - No ha ido tan mal - se dijo, infundiéndose ánimo - aún sigues viva -
Se encaminó hacia la cama despacio, como si arrastrara todo el peso del mundo tras de sí y se dejó caer lánguidamente dispuesta a descansar las pocas horas de las que disponía. Se fundió en el calor de las mantas en las que quedó atrapada y, aunque no tardó en sumirse en el trance élfico, la sombra del temor a una nueva pesadilla rondó por sus pensamientos justo antes de perder del todo la consciencia.
Pero lejos de revivir de nuevo las visiones inquietantes y perturbadoras de noches atrás, esta vez se sumió en un letargo sereno, inocuo, hasta que una voz infantil y emocionada llamó su atención, repitiendo su nombre - ¡Adriana, Adriana! - entre la neblina onírica en la que se encontraba, una figura difuminada fue cobrando forma, hasta convertirse en un pequeño, regordete y alado unicornio que revoloteaba por encima de su cabeza - ¡Adriana, invócame!. Iram me envía para acompañarte en tu camino - una serie de imágenes de un ritual desconocido bombardeó sus pensamientos y, tras ellas, aquella voz se despidió, devolviendo a la hechicera al tranquilo letargo - Te espero al amanecer -
Antes del alba, Adriana recuperó la consciencia con un ánimo renovado, recordando la visión del pequeño y bucólico unicornio. Repasó cada uno de los pasos del ritual, lamentándose por no disponer de tiempo para convocarlo antes de la reunión con Bastianes. Sin posibilidad de un buen baño, se aseó lo mejor que pudo, haciendo uso por primera vez del contenido de aquella botella que Targos le había ofrecido amablemente hacía escasos días. Quería dar una buena impresión en presencia del Alto Capitán. Y, entre sus tareas del día, se encontraba la de visitar al jefe del almacén en cuanto le fuera posible.
Tras cepillar su larga melena y disfrutar del penetrante y delicioso aroma que desprendía, dejó el cabello rojo fuego suelto sobre los hombros, cubierto solo por la capucha de su capa ahora seca. Antes de abandonar la habitación, echó un breve y último vistazo al espejo, analizándose de arriba a abajo. Un movimiento grácil de sus manos y pequeñas chispitas de colores estallaron a su alrededor, eliminando los resto de suciedad y barro de su ropa. Satisfecha, salió al exterior.
Prestidigitación para limpiar las ropas
[En la reunión con Bastianes]
Adriana guardó silencio el tiempo que se mantuvieron reunidos con Bastianes, mientras tomaba notas también ella de lo relatado por sus compañeros y de las intervenciones del Alto Capitán y Julius, comiendo algún bocado del delicioso desayuno de cuando en cuando, pero totalmente concentrada en su tarea. Solo levantó la cabeza y miró fugazmente al Capitán en el momento en el que mencionó a la enana.
- Manistrad recibió sus saludos tal y como ordenásteis, mi señor - y tras unos segundos de meditación, añadió - quizá no sea importante, pero mencionó estar sufriendo muchos contratiempos en las minas, parece que más de los habituales. Conocedora de lo importante que es Manistrad para usted y nuestra causa, creí conveniente señalárselo por si considera oportuno interesarse personalmente por este asunto.
No añadió nada más a lo largo de la reunión y se retiró con una leve inclinación hacia el Capitán antes de salir por la puerta.
Atendió diligentemente las peticiones de sus compañeros, analizando los objetos para desvelar magia en ellos si es que la contenían y arrugó la frente con la explicación que expuso Khalion sobre la moneda - ¿Significa entonces que Colton debía dar muerte a alguien? - preguntó, confusa.
Antes de separarse, se dirigió a Toc-toc - ¿Puedo quedarme con este ejemplar? - le preguntó, algo avergonzada, haciendo referencia al libro de imágenes eróticas - no lo quiero para mi disfrute, si no para entregárselo a otra persona como obsequio. Por eso solicito tu permiso, ya que fuiste tú el que lo encontró. Si quieres seguir conservándolo, no me lo llevaré -
Detect Magic a todos los objetos que quieran que analice
Cuando cada miembro del grupo se dispuso a continuar con sus quehaceres personales, Adriana se dirigió hacia el almacén en busca de Targos.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Godric se reunió con los demás cerca de quince minutos después de quedarse a solas con Bastianes. Cuando salió de las dependencias parecía cansado, pese a haber descansado todos bien y más que ver a sus compañeros prácticamente se tropezó con ellos. Parecía sumido en sus pensamientos.
Después escuchó las palabras de Khalion, recuperando el ajado libro de salmos que le había entregado con la esperanza de que le sirviera de algo. Apenado asintió.
- Así que, al menos, lo intentó - dijo asintiendo ante la información del aasimar. - Me reitero en lo que he dicho arriba - dice -El Gran Capitán nos hará llegar su carta para entregar al Capitán de Saltmarsh esta noche. Como Bastianes y Julius van a retrasar la ejecución, cuando estemos en la ciudad de nuevo intentaré hablar con el magistrado. Quizá Lathander me permita ayudarle con su aflicción y eso haga ver que la contricción es posible aunque... - el joven parece ponderar sus palabras según las ha dicho - ¿eso no sería prevaricación? - se encoge de hombros desechando pensamientos sobre leyes que desconoce - en cualquier caso intentaré ayudarle con esa extraña dolencia que no había escuchado antes, y le rogaré por la vida de Nadie. ¿Podemos al menos estar de acuerdo que si consigo conmutar su pena por un servicio similar al nuestro será una buena aportación a nuestro equipo? Convendréis conmigo en que es un buen guerrero... -
Finalizado el debate sobre Nadie, el clérigo retomó la conversación sobre el "carnicero" y la moneda.
- Por la luz de Lathander, dadle la moneda a Julius y averigüemos de una vez qué cosas mágicas tiene y cómo puede afectarnos. Y aunque no creo que seamos en nada responsables de la situación de Elias, o Ilaiah, y Coltón, creo que los dioses nos han hecho partícipes de ella para poder detener a ese nigromante que está levantado a los muertos. Y antes de que preguntéis. No, no me importa el sobrenombe que tuviera en el pasado, me importan los actos que le definen ahora. En el fondo es lo mismo por lo que abogo por Nadie. Tengo que creer en que es posible cambiar y aunque los actos del pasado no se borren, al menos si puedan ser compensados por buenas obras durante el resto de la vida del transgresor. Al fin y al cabo ¿no es ese el camino que hemos decidido tomar al aceptar estas bandas doradas? -
- Toc-Toc - añade - a mi también me gustaría participar en la destrucción de esos muertos vivientes encerrados en la mansión. Quizá si lo hablamos con Julius podamos formar parte de esa expedición. La luz de Lathander es especialmente peligrosa para ese tipo de criaturas. -
Cuando ya hubieron hablado sobre cómo organizarse Godric le dijo a Adriana
- ¿Quieres que te acompañe? Luego intentaré llevar la comida a Nadie para charlar con él y mantenerle informado. Al menos que sepa que sus acciones no han caído en el olvido. -
PbP Character: A few ;)
Adriana sonrió a Godric con dulzura:
- Realmente agradezco tu ofrecimiento, querido Godric, pero no será necesario - dijo separándose del grupo en un lento caminar - en un par de horas estaré disponible si me necesitáis, puede que incluso te acompañe a visitar a Nadie; ven a buscarme a mis habitaciones si lo deseas -
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Ante la petición de Adriana la mano de TocToc se dirigió sin dudarlo hacia el libro de poesía erótica en su mochila, pero se detuvo de pronto al escuchar su explicación.
- ¿Obsequio? - Preguntó indignado. – No, no, no… El asunto del mago está aún abierto y podría necesitarlo para descifrar anotaciones del almanaque de la costa. - Después, considerándolo con cuidado y en post de la concordia entre compañeros concedió finalmente. - Puedes guardarlo para leerlo, o pedirlo para cambiarlo por algún favor más adelante, cuando su potencial utilidad se haya extinguido.
- Respecto a Nadie. - Contestó a Godric sopesando sus palabras. - No tiene honor, según el mismo admite. Se rindió a nosotros, rompió su palabra y se escapó. No es de fiar. Me cae bien, pero no lo quiero en la bandada. No confió en él.
- Contad con mi ballesta para acabar con los no muertos, me producen una repugnancia difícil de contener. – Dijo con voz seca y llena de odio. - Hablemos con él.
Zevatur, Rolthos
Adriana contestó a Toctoc con un leve suspiro de resignación, como si de pronto hubiese caído en la cuenta: - Tienes razón, puede que aún nos sirva para la investigación. En ese caso, prefiero que lo mantengas tú a salvo - dijo, renunciando al libro.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Godric asintió a Toc-toc. Puede que tuviera razón. Ya se había escapado una vez y nade aseguraba que no volviera a hacerlo, y entonces él estaría en mayores problemas aún. Intentaría salvarle la vida pero no se haría responsable de él, ni podía pretender cargar a sus compañeros con esa responsabilidad, aunque fuera compartida.
- Tienes razón Toc-Toc. Puede que tuviera motivos para querer huir pero no podríamos fiarnos de él. Hablemos con Julius - se giró hacia Khalion - ¿Vienes y le das la moneda? luego te veo entonces Adriana - la respondió sonriéndola.
PbP Character: A few ;)
Fuera, mientras esperaban a Godric, Leobald escuchaba las críticas de Khalion con paciencia y tristeza.
—Lamento que lo veáis de ese modo, Khalion —suspiró lacónicamente—. Simplemente he tratado de ser justo ahí dentro. Solo afrontando los errores se pueden superar. Habláis de lealtades, mi palabra, al igual que vuestra, aun vale algo y todos la empeñamos en esa torre —suspiró de nuevo con tristeza, como cansado—. Tengo en este grupo más confianza de la que sospecháis. Quizá ahora eso no sea mutuo, puedo entenderlo, pero la verdad no debía ocultarse —se encogió de hombros—, casi nunca es una buena opción.
Tras un breve silencio cambió de tema dando por zanjado el anterior asunto.
—Por cierto, durante la charla he caído en la cuenta, por la mención que Julius ha hecho de El Carnicero, de que nuestro anfitrión Elias no es otro que el caballero Ilaiah Illance de los Dragones Púrpura de su Majestad. Fue famoso por participar en las duras y encarnizadas batallas contra la Horda que invadió Cormyr años atrás. Quizá Godric o Adriana recuerden la historia. Era conocido por su extrema crueldad que rozaba la psicopatía, no tenía ningún sentido del honor o la piedad, sólo tenía una insaciable sed de sangre. Formo junto a otros seis sanguinarios caballeros la Compañía Carmesí —se detuvo sombrío por un momento—. Es un capítulo oscuro de la historia de Cormyr. Ganaron muchos combates, pero se dice que perdieron la humanidad en el proceso. Cuando la guerra acabó todos le temían. Le retiraron rangos dentro de los Dragones Púrpura y le apartaron de la vida militar tras una pomposa ceremonia llena de hipocresía. Le dieron una hacienda como se hacía con muchos veteranos, con la esperanza de que el mundo se olvidara de él. La verdad es que no parece el mismo pastor que hemos conocido, pero Julius parecía seguro de ello. No creo que sea de interés ahora mismo, pero quien sabe, la información no os hará mal.
El resto de la charla se mantuvo en silencio con las manos a la espalda, escuchado a TocToc, Adriana y Godric. Finalmente, cuando todos parecieron encontrar algo que hacer, él también se despidió con un gesto cortés. Se alejó con paso calmado, con el libro forrado en terciopelo morado entre las manos, en busca de una sitio tranquilo para leer en paz.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
[En la reunión con Bastianes]
El veterano Alto Capitán escuchó la petición de Khalion sobre Nadie y asentía dando a entender que comprendía su requetimiento e incluso lo consideraba estratégicamente óptimo, pero su respuesta se aferró de nuevo a las férreas leyes de La Corona, que a veces eran complicadas en exceso, incluso a para un fiel seguidor de ellas.
- Me temo que eso no es posible, un reo condenado a la pena capital no puede ser extraído de su celda bajo ninguna causa fuera esta cual fuere, incluso si eso llevara a salvar la integridad de este fuerte en su totalidad. La única manera es la que ya he comentado, solicitando una condonación de la pena al Magistrado en Saltmarsh.
Tras su inamovible sentencia, Bastianes escuchó atento a las palabras de Adriana sobre su aliada Manistrad y la situación de la mina de plata. Su gesto se torció con cierta preocupación mal disimilada.
- Tendremos que anular la opción de mandar las tropas de infantería de élite a la Mansión abandonada..., si la mina necesita esos recursos no hay que forzar que aún sean más vulnerables, sería como asestarnos una estocada a nosotros mismos. Veré como puedo solucionar ese tema de una manera creativa sin exponer las defensas de nuestro recurso más valioso.
[En las inmediaciones de Ghostfinger]
Tras la petición de TocToc a Adriana, ésta observó los pendientes con sus iridiscentes ojos siempre cambiantes, éstos parecían modularse como si fueran un caleidoscopio policromático cuando activaba su habilidad innata de sentir la magia en el ambiente, haciendo que tal baile de color contrastara con el rojo intenso de su pelo, siempre estático, pero al mismo tiempo, vivo y azorado, como el de una llama. Con una ligera negación de su cabeza, la elfa le dio a entender que no existía nada mágico en aquellas joyas, y que serían simplemente otra posesión material que alimentaba la presunción de Sanbalet.
El kenku se dirigió a observar por tanto las obras de sus antiguas barracas, y allí se encontró a un numeroso grupo de obreros, entre carpinteros y albañiles sumarían una decena de hombres. Parecía que estuviesen reparando las goteras del techo, reforzando el tejado y dándole una capa de brea para aislar, así como reparando las grietas en las paredes. No eran gran cosa, pero eso ayudaría a que no se pasara más frío dentro que fuera del humilde edificio.
Mientras tanto, la alta elfa caminó tranquilamente hasta el Edificio de Logística del puesto avanzado, se sintió como si de repente tuviera una larga agenda de tareas que cumplir antes de la cena, y el tiempo que debería ser su aliado en estos momentos de fugaz paz, parecía deslizarse entre sus manos. La puerta estaba abierta y allí encontró atareado a Targos, que intentaba mantener un estricto orden dentro de su caos sin mucho éxito tras las nuevas incorporaciones a su "amado" almacén. Las ojeras seguían ahí, como prueba de una ajetreada noche sin descanso.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
[Durante la reunión]
Ante las palabras de Bastianes cancelando el asalto a la mansión, TocToc gruñó con frustración y echó una fugaz mirada helada a Adriana. Por un momento pensó en ofrecerse a ir el mismo, pero tras una mirada a su alrededor decidió consultar con sus compañeros antes de comprometer a los demás.
[Tras la reunión]
Con un movimiento de cabeza agradeció a Adriana su ayuda, “gracias”, y se guardó los pendientes con posesiva avaricia. Posponiendo la sugerencia del asalto a la mansión para más adelante se dirigió a su lujosa habitación, a leer el almanaque. Aquella oportunidad de disfrutar de tal lujo, no podía dejarse pasar. Y si había alguna pista allí que le ayudase a encontrar el barco la encontraría.
Zevatur, Rolthos
[Un faro, una reunión]
-Entiendo- se limitó a decir ante la negativa de Bastianes acerca de nadie. Algo mas complicado tornaba el asedio al barco sin conocer la mar ni las señales. El resto del tiempo escuchó atento.
[Pequeña reunión a las afueras de un faro]
Ante palabras y promesas de escaso cambio de actitud el Aasimar decidió no añadir mas, ahorrando palabras y futuras confesiones del caballero al alto capitán y demás carceleros. El hábil movimiento de Bastianes infiltrando un afín, pese a limitar sus recursos, tampoco resultaba impedimento a su habitual hacer.. y ahora todos lo sabían.
Fue con la moneda donde las incógnitas suyas y del resto se sumaron. -Si, joven Godric- respondiendo al primero.-El verdadero peligro no reside en su poder arcano, mas bien lo que representa para dueño y portador, según el momento. En la Red Vacía podría dar con alguien del gremio..- dudo de ofrecer semejante vía de acción a ojos del caballero..- Peligroso y potencialmente mortal tras el funesto final de Sambalet..- mirando entonces a Adriana continuó..- Que estuviera en manos de Colton es una sombra mas a esclarecer.. como el hecho de que no solo Chack la ansíe.
-Godric, si bajas con Nadie,- dijo antes de separarse- intenta conocer las señales para comunicar con el barco contrabandista pues parece nuestra próxima misión.. y cuidado ahí abajo, una sensación extraña te embarga como en el puente de Saltmarsh con los elfos.. incluso podría ser roca semejante..
Rompiendo filas cada cual tomó caminos diferentes para dedicar asueto. Khalion deshizo el camino de nuevo hacia la torre, solicitando a la guardia acceso franco para ver a Julius mientras aferraba con decisión y curiosidad la moneda en su mano.
[En la reunión con Bastianes]
Adriana asintió con un ligero movimiento de cabeza a la respuesta del Alto Capitán para volver a sumirse en sus apuntes, ajena por completo a cualquier mirada helada y acusadora de su córvido compañero.
[En el almacén, con Targos]
La elfa se adentró en el abarrotado almacén, no sin antes golpear la puerta con suavidad para llamar la atención del atareado Targos y hacer notar su presencia. Se retiró la capucha, dejando al aire la melena roja fuego, tupida, sedosa y brillante, liberando en el ambiente un aroma silvestre y embriagador que recordaba a las flores de la primavera.
- Buenos días Sir Targos - dijo sonriendo tímidamente y observando la estancia - no pretendo robarle mucho tiempo, veo que está bastante atareado; espero al menos que el inventario le facilitara el trabajo y que los materiales les sean de utilidad. Debo disculparme por mi rudeza de anoche, han sido días muy ajetreados y llegamos a Ghostfinger exhaustos, apenas tenía fuerzas para entregarle el documento y encaminarme a mis aposentos - era consciente de que la noche anterior no había hecho alarde de la simpatía y amabilidad que le caracterizaba - Por suerte, hemos completado la misión con éxito y estamos de vuelta, aunque por poco tiempo. Pero no pretendo aburrirle con estos detalles. Mi visita responde a la intención de saldar mi cuenta pendiente. Afortunadamente he conseguido varias monedas, espero que las suficientes, y me veo en la obligación de pagarle lo que estime oportuno por los preciados objetos que me facilitó y que, siendo sincera, han resultado ser de gran utilidad - instintivamente, se retiró un mechón de pelo de la frente - He de reconocer también que me hubiera gustado responder a su amabilidad con algún otro detalle, pero me ha sido imposible conseguir un souvenir lo suficientemente atrayente para un hombre... como usted - dijo con un tono de voz que dejaba entrever un halago - No obstante, no cejaré en mi empeño; mañana mismo volvemos a partir y estoy segura de que tendré más oportunidades - finalizó sonriendo, mientras rebuscaba en sus bolsillos y depositaba varias monedas en la mesa, a la espera de la respuesta del caballero.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"