La aparición del enemigo, atacándole con furia y rabia cogió desprevenido a Nock. Estaba casi en pánico cuando apareció Nadie efectivo y profesional. Con un cabeceo Nock agradeció su intervención y acto se concentró de nuevo en so objetivo. Con una runa dibujada en el aire el hombre cuervo se desvaneció del lugar en el que estaba y apareció entre polvillo pedregoso cerca del insondable agujero. Allí se acercó al francotirador que había maldecido a Godric y le disparó con la ballesta, con mucha más precisión que la vez anterior. Mientras el virote volaba hacia el objetivo Nock sonrió y se permitió relajarse un momento.
Observó el campo de batalla y se maldijo a si mimo por la precaria posición en la que se había colocado. Debía posicionarse mejor. La conversación también se registro en su mente, sin embargo, ahora luchaba por su vida, ya habría tiempo pedir explicaciones...
Tras la efectiva intervención de Nock, ensartando un virote pesado profundamente en el hombro de Damon, lo que le impedía un movimiento limpio de su brazo y sumaba una hemorragia a su ya lista de daños por corrosión... le tocó el turno al pequeño e iracundo diablillo que todos habían adoptado con cariño en el grupo.
Un intenso olor a azufre, característico de sus apariciones, rodeó el aire que respiraban Leobald y su amo Godric, incluso retazos de tan desagradable olor, pudieron llegar hasta Adriana, al otro lado del foso. Ostor se hizo visible revoloteando justo detrás de Rufus III, aprovechando también el flanqueo del caballero que tanto le apreciaba. Con un grito salvaje y agudo, como el producido por un niño de cinco años, pero en su versión infernal... el pequeño defensor de Godric asaltó por sorpresa al noble muchacho, clavándole su aguijón en el cuello repetidas veces... y dejando que el veneno que éste portaba hiciera su trabajo.
Mientras tal acto de crueldad era perpetrado, y la débil constitución del joven vengador colapsaba, siendo incapaz de resistir el icor ponzoñoso que viaja por su sangre, él insidioso Imp le chillaba como un poseso:
- ¡¡¡ Muere vil vilipendiador !!! ¡¡¡ Tu sarta de mentiras sobre el Amo será castigada con tu horrible muerte entre horribles estertores... infernales...!!!
La visión del chico, que se tambaleaba por el dolor y las convulsiones que le provocaba el veneno, se nublo temporalmente, no sin antes mirar con falsa sorpresa al pequeño ser sacado del los planos más malignos del multiverso... Sus ojos pasearon firmes desde Ostor hasta Leobald, en una súplica, para él obvia y cristalina, de su verdad...
El arcano poder de sus botas le hacían moverse como un espectro sobre barros, malezas y ponzoñas. Empezaba a cansarse como Nadie, enfadarse como Nadie.. Cada vez mas cerca del gemelo del suroeste buscó, con total pinta de despiste muy bien planeado colocarse en la posible línea directa entre tirador y Nock, mas cerca del primero para anular toda opción de conseguir un disparo limpio al plumífero compañero.
-Interferís con estupidez nuestra baza en estos pantanos..-dijo a brazos abiertos mostrando indefensión.- Ese incauto joven, abrazando certera muerte será mal pagador desde la tumba.. es momento de que renuncieis en busca de mejor contrato.. Nadie dirá nada..
Viendo que sus ataque con el arco no estaban siendo muy afortunados, Mablung se acerco al hermano que estaba peleando con Nadie e invocando las fuerzas destructoras de la naturaleza, sus manos se transformaron en garras supurantes de acido. Con una feroz sonrisa trato de garrear a su victima pero volvió a fallar estrepitosamente, con el ceño fruncido Mablung no entendía como era posible que se hubiese vuelto tan torpe en apenas unos días.
Mientras la danza mortal seguía su curso, un baile de egos, apariencias, sangre y venganza... Rufus desvió momentáneamente su irá de Godric, protegido éste por el blindado paladín, y el joven centró sus ataques en la nueva e infernal amenaza que sobrevolaba con aviesas intenciones cerca suyo mientras intentaba sobreponerse a duras penas de las convulsiones provocadas por el veneno.
Con un doble giro de lanza, amagando falsamente una embestida sobre Leobald, el joven noble descargó dos estocadas sobre Ostor, mientras el estandarte ondeaba nuevamente mostrando orgullo la casa Albaroja, que dibujaba un sol poniéndose sobre un campo anaranjado... símbolo curiosamente parecido al de Lathander. El caballero que la vislumbraba en primera linea de batalla, pudo identificarla como perteneciente a un condado anexo a Puerta de Baldur.
- Te destruiré criatura impía y te devolveré al averno del que has salido... pagarás lo que los tuyos, en conivencia con el que llamas Amo, le hicisteis a Alda Albaroja... que su inocencia sea preservada para siempre...
Las palabras del joven primo de la difunta, fueron exhaladas más como una oración que como una grito de batalla, demostrando el respeto que aún profesaba el muchacho por su pariente.
La punta de la lanza, con su primer embate, penetró el escudo crepuscular que el sacerdote había tejido sobre su diabólico aliado, destruyéndolo como un cristal traslúcido de claroscuros... el segundo ataque se clavó entre las costillas de Ostor, que chilló mientras su herida emitía un icor parecido a la sangre y desprendiendo un detestable olor a ascuas quemadas.
- Amo... muero por ti esta noche... pero antes de eso... debo clarificar que si vengo de Avernus , pero que has acertado por suerte.... porque hay ocho planos más... arrghr... ¿he muerto ya? A no...
El teatrero Imp intentaba quitar hierro al asunto de su herida... ¿para no preocupar a Godric? era difícil de saber viniendo de un diablillo, pero la herida era seria... y seguramente no aguantaría otro asalto como ese.
Turno de Godric, a no ser que Leobald quiera usa algo para defender a Ostor... que entonces rehacemos la escena... ¿Lo hará?
- Rufus!! - grita Godric - Maldito niñato descerebrado... siempre fuiste un imbecil malcriado. Es lo único que tengo para salvarla!! Alejate de Él!! -
Un rayo de luz pálida, como los primero rayos del alba sale de la palma de un frustrado y asustado Godric hacia Rufus III pero sólo pasa cerca del hombro del muchacho, sin causar daño.
- Dejale!! - repite, casi implorando - Puede llevarnos hasta ella... aún puedo salvarla!! -repite el joven clérigo desesperado y con la voz algo más quebrada añade - dejale...es... es mi amigo... -
Godfric lanza un guiding bolt a Rufus, pero es solo un disparo de aviso... no quiere darle realmente, por eso saca un 11 en su tirada de ataque.
Mientras Rufus III ignoraba las súplicas de Godric, y se preparaba para arremeter contra el diablillo y acabar con su vil existencia, de entre la maleza donde se cubría Damon, el mercenario cazarrecompensas saltó cargando hacia su presa, habiéndose desprendido previamente de su ballesta pesada. La enorme espada a dos manos, con los mismos adornos castrenses adornando su pomo que la de su gemelo, brilló sedienta de sangre impía mientras pasaba como una ráfaga al lado de Khalión y a escasos metros ded Nock.
Cuando se situó justo en el flanco del joven sacedote, Damon sonrió, mostrando sus dientes de higiene distraída al acólito... dispuesto a asestarle un golpe mortal esta vez...
Adriana no tardó en reaccionar al ver como el enemigo pasaba al lado de Khalion sin que éste último interviniera en lo más mínimo, y lanzó dos haces nefandos de podedumbre hacia el resiliente enemigo. Damon agachó la cabeza justo para evitar uno de ellos, pero el otro le impactó de lleno, drenándole la vida cruelmente y dejándole claramente herido, ya muy cerca de las puertas de la muerte. Sin embargo, el bastardo mercenario se negaba a hincar la rodilla y seguía dispuesto a acabar el trabajo por el que le habían pagado.
No muy lejos de allí, el otro gemelo, Stefan, pareció murmurar unas palabras y la sustancia alquímica que envolvía la hoja de su enorme espada comenzó a combustionar como una pira funeraria... viendo sus opciones, un hobgoblin blindado de pies a cabeza con escudo, o un elfo embutido en pieles y cuero, decidió intentar terminar de raíz con el pequeño estorbo que el druida creaba.
Su primera estocada erró por bastante, y la agilidad del elfo de los bosques esquivó el ataque casi instintivamente. Pero Stefan no era un novato, y sabía como fintar su siguiente ataque para que su enemigo se confiara..., finalmente tras un par de amagos, el mercenario consiguió encontrar un hueco crítico en la guardia de Mablung, y éste ensartó su espadón ardiente y flamígero atravesando literalmente al druida ... la espada entró por su abdomen y asomó por su espalda... produciendo un daño masivo en su víctima... afortunadamente el mismo fuego que le quemaba la existencia misma, cauterizó la terrible herida... desafortunadamente, las llamas comenzaron a extenderse por las pieles y ropajes del elfo... que aulló de dolor como un animal agonizante...
Leobald suspiró entrecerrando los ojos. Viendo que la palabra finalmente no era una opción, armó su brazo para lanzar una estocada para dejar fuera de combate al muchacho sin matarlo. Aun tenía muchas cosas que explicar. Las palabras de Godric tampoco fueron ignoradas.
–¡Basta! Este combate no tiene sentido. La justicia y la venganza no son la misma cosa, muchacho –dijo al chico–. Este chico está bajo mi protección, diablo –dedicó un mirada al imp cargada de apatía y promesas veladas–. Apártate de él.
Con el gesto cargado de fría indiferencia el caballero lanzó su acero para golpear en la frente al chico.
Las palabras de Leobald parecieron no obrar ningún cambio de actitud o hacer entrar en razón al chico, que seguía intentando eliminar la amenaza diabólica que corrompía a todos sus enemigos. La distracción que el pequeño Imp le proporcionaba provocó un ataque bastante fácil de encajar del veterano paladín, que acertó de lleno con la empuñadura de su espada en la cabeza del joven noble.
Su cuerpo apenas aguantó unos segundos consciente tras la devastación que había dejado el veneno de Ostor, y tras el contundente impacto del caballero, el chico cayó al suelo como un fardo inerte con los ojos en blanco.
El diablillo observó a Leobald con una mirada mezcla de agradecimiento y desafío, el humano sabía que lo siguiente que haría el Imp sería lanzarse sobre la garganta del muchacho y degollarle con sus afiladas garras, pero de algún modo... de una extraña y retorcida forma, la parte intrínseca de su naturaleza impía que le hacía ser fiel a los contratos y las palabras... entró a formar parte del pacto... y con un muy sutil gesto asintió dando a entender que no agrediría al protegido del paladín.
Al otro lado del foso, Nadie observó como Stefan desventraba e incineraba a Mablung con total facilidad, ... gruñó algo enfadado consigo mismo por haber subestimado a los cazadores mercenarios, y se dispuso a llamar su atención a base de una cortina de acero que se desplegó a base de profesionales y eficientes estocadas de su espada larga. La hoja del hobgoblin parecía no tener dificultad en encontrar huecos en las inmejorables defensas del despiadado gemelo, hiriendo y sajando su carne con igual indiferencia. Más sangre enemiga empapó el terreno donde su combate tenía lugar...
En medio del caos del combate, Nock tomó una cuerda decisión, se alejó del combate cuerpo a cuerpo que tenia lugar cerca del foso, buscando mantener una distancia segura para continuar apoyando a su grupo. Con destreza disparó su ballesta pesada hacia el hermano gemelo Damon, quien se encontraba en medio del fragor de la batalla. Mientras la flecha impactaba en el mercenario, Nock sonrio sintiendo orgullo de su habilidad y valentía en la lucha.
El dardo encontró su objetivo, clavándose profundamente por la espalda del agresivo gemelo que auguraba una muerte rápida para Godric... sin embargo, el virote perforó algún órgano vital importante, probablemente un riñón, y un reguero de sangre se sumó al denso y viscoso charco que ya cubría parte de las botas del enemigo. Nock se sorprendió de la facilidad y cantidad de sangre que fluía de los mercenarios... como si una extraña enfermedad entorpeciera la coagulación de ésta en ellos.
Damon parecía aferrarse a su último hálito de vida dispuesto a no ceder, aunque su cuerpo pareciera haber muerto momentos antes, y sólo con la fuerza de su voluntad, siguiera respondiendo... pero ese tenue lazo con la vida fue cercenado de raíz, cuando un diablillo se lanzó volando contra él, separando la escasa distancia que los separaba en segundos, y aguijoneándole de nuevo sin piedad en su cuello y brazos...
Más sangre, una arteria cercenada del cuello y bastante veneno... terminaron colapsando el sistema inmune del cazarrecompensas, que cayó al suelo con media cara sumergida en su propios fluidos carmesí...
Un desgarrador grito de su hermano pareció hacerle entrar en una extraña furia... y un montón de babas blanquecinas comenzaron a supurar de su boca que temblaba de rabia e ira... sus ojos perdidos en la locura de la pérdida se centraron en el casi defenestrado y combustionado druida, preparando su inminente ejecución en breve.
Tras intentar otear la maleza y los retorcidos árboles que pugnaban por colonizar casi la totalidad de la colina rodeando las ruinas... Khalion observó dos cosas que llamaron su atención.
La primera es que junto a uno de estos siniestros y enfermizos árboles, justo en el linde septentrional del claro donde están combatiendo, había una figura embutida en una túnica parecida a la de un monje de clausura, ésta estaba ajada y raída como si hubiera sido usada durante innumerables años, y por tanto tenía un color marrón sucio de no haber conocido lavado alguno desde que fue tejida... el tipo parecía un humano de mediana edad, con barba desaliñada. Ojos profundos y hundidos acompañaban a una nariz aguileña y maltrecha, pero lo más inquietante es que tenía la boca cosida con un hilo grueso y ennegrecido, con cicatrices antiguas rodeando sus labios, como si ese horrible acto de mutilación hubiese ocurrido hace tiempo.
El misterioso monje no iba armado, al menos no aparentemente, y llevaba la capucha puesta, sin parecer demasiado oculto, ni parecía intentar estarlo, simplemente observa el combate desde una distancia segura y fuera del alcance de las armas o conjuros a distancia...
El otro detalle que llamó la atención a Khalion se encontraba más al sur de la zona de batalla, entre la zona mas concentrada de maleza y árboles, ... allí algo parecía agitarse... esperando... los arbustos y los árboles de tronco fino se movían de vez en cuando, como si algo grande y pesado se ocultara tras ellos.
Atrás todo estaba en vías de solución amistosa no letal, razón de mas para incidir en aquellos dos nuevos invitados indiscretos aún sin presentación en sociedad.
-Cuando deis por terminado el calentamiento quizá queráis preparar aceros para lo serio..- señalando hacia los árboles que se agitaban incapaces de contener tan masivo como poco discreto.. lo que fuera. -Ya que no os rendís.. -comenzó a hablar en la jerga de los pícaros usando mas palbras que gestos por estar a sus espaldas..- al menos decidme compadres ¿Quién es vuestro amigo de boca cerrada que nos oberva?.. ¿y el pequeñín?
Con paso decidido y dejando atrás el resuelto combate, quedando lejos aún el extraño monje, se encaminó curioso a lo que la frondosidad del pantano escondía con desatino. En mano hábil, Allure, y la siniestra sobre el pomo de su segunda cimitarra.. por si era menester hacer uso de también de ella.
-Quizá debamos presentarnos- dijo a pocos metros- Khalion a este lado ¿y usted?
Voy hacia la cosa gigante ignorando, pero sin perder de vista, al monje. No quiero llegar a melee pero si quedarme algo cerca.. Si me da con mi movimiento normal hago un mage hand sobre la maleza apra apartarla.. si me quedo muy lejos pues la BA sea Dash y la acción la dejo en ready, pegar o booming si se puede.
Mientras Mablung moldeaba su forma asumiendo la de un enorme oso, y golpeaba con una de sus garras al maltrecho Stefan, hiriéndole más gravemente, su renovado vigor no fue suficiente para encadenar un segundo ataque, que el cazarrecompensas esquivó con cierta facilidad tras ser consciente de las consecuencias de haber sufrido el primer impacto.
Al otro lado, casi en el linde de la maleza y las arboledas más gruesas, en el sur de las ruinas, Khalion se acercó para otear que secretos escondía esa zona de la ciénaga elevada, y que era lo que se movía de manera pesada entre las sombras... Usando una mano conjurada en base a un poder arcano, azulado, del mismo color del hielo fundiéndose de sus ojos, y posicionándola cerca de su objetivo, ésta aparto la foresta que revelaría a la bestia que estaba al acecho... al parecer esperando...
La cara de un león asomó entre la penumbra, y su mirada desafiante se cruzó con la del aasimar, extrañas púas también sobresalían de su frondosa melena, y, con un rugido devastador, extendió dos gigantescas alas correosas hasta ahora plegadas. Sobre su rostro y su cuerpo se elevó una cola, terminada en una maraña de espinas y escarpias afiladas que sin duda podrían atravesar hasta la más robusta de las armaduras.
Una lluvia de punzantes esquirlas fueron disparadas a una velocidad endiablada sobre el enmascarado, que no tuvo otra que intentar evitarlas sorprendido por la agilidad de la monstruosidad que tenía delante.
La destreza evasiva del experto agente de Saltmarsh le ayudo a evitar dos de las tres picas, pero la tercera se le clavó profundamente en el muslo, probablemente cercenando algún músculo o tendón importante... la sangre comenzó a brotar de su herida, mientras, la inmensa bestia batía sus alas y se elevaba sobre el campo de batalla... buscando a algo o a alguien.
Su leónida cabeza se giró hacía el cuerpo del inconsciente muchacho, Rufus, y con otro rugido de ira fijó su objetivo en el enemigo más cercano a su señor... Leobald...
Fue curioso como Godric, observando lo que acababa de ocurrir, repentinamente recordó como el Condado donde había convivido con su amada en un pasado ya muy lejano, si era conocido por ser los únicos capaces de amaestrar ese tipo de bestias, poseían algún tipo de técnica o rito secreto que no compartían con nadie, y por tanto no le sorprendía tanto su aparición, lo que si le había pillado por sorpresa era como ese recuerdo no existía hasta este mismo momento, como si se hubiera tejido en su mente según visionaba a la bestia sobrevolando las ruinas....
Stefan, por su lado, sonrío maliciosamente al oso y al hobgoblin que tenía delante, echándose inconscientemente su mano izquierda al cuello, donde un cordón de cuero, tenía engarzado un silbato tallado en plata con la forma de la cabeza de un león... que hasta ahora había permanecido oculto bajo su armadura... Era sorprendente como el mercenario era capaz, a pesar de sus gravísimas heridas, de sostener su espadón con una sola mano.
Rufus III está inconsciente así que es el turno de Godric. La Manticore estaba en 'ready' y se situa en iniciativa después de Khalion. Khalion tiene una herida grave en la pierna (crítico de la bestia) y solo puede moverse a mitad de su velocidad de movimiento hasta que alguien le trate la herida.
Godric palideció ante la visión de aquella criatura sobrevolando el lugar. De pronto recordó sus visitas a los establos donde tenían a algunas de aquellas bestias amaestradas. Nunca le gustó estar cercas de ella, le resultaba terriblemente inquietante cómo le miraban, como si fuera a ser su siguiente comida. Y ahora pronto lo sería.
Vio como Stefan seguía luchando contra Nadie y un herido Mablung, mientras que Khalion resultaba terriblemente herido por las puas de la mantícora. El excéntrico cazarrecompensas había conseguido ponerse fuera del alcance de su magia curativa.
- Acercáte Khalion! - gritó tratando de llamar su atención. - Si estás más cerca podré ayudarte! Cuidado todos esa criatura está bajo sus órdenes!! -
El joven clérigo seguía sin poder moverse intentó conjurar un rayo de luz rojizo, como los primeros o los últimos rayos de sol, contra la mantícora, pero esta esquivó sin problema el mismo. Godric renegó pero sintió como Lathander hacía desaparecer un poco del dolor de sus heridas, aunque sabía que era algo temporal y tendría que tratarlas debidamente después.
Action: Guiding Bolt contra la manticora lvl 2 con un 10 de ataque. Ni me molesto en tirar el daño.
Por favor que su lápida ponga " Murió por inútil. Fue un héroe de pacotilla"
La alta elfa observó, con sus profundos azules, como se unía al campo de batalla un nuevo contendiente, una bestia sedienta de sangre en cualquier otro contexto, pero no tardó en razonar que ésta era diferente, como si una remota inteligencia la elevara discretamente sobre el resto de sus iguales. Sus ojos se desviaron por una décima de segundo al silbato plateado que había dejado entrever Stefan, en un acto bastante condescendiente y poco estratégico... entendiendo el lazo que objeto y bestia sin duda llegaban a tener. Aunque pospuso para después su cerebral deducción acerca de porqué ese significativo colgante lo llevaba el despiadado cazarrecompensas, algo no le cuadraba...
Con un descuidado gesto, se apartó su rizado pelo rojizo del rostro para vislumbrar mejor su objetivo, mostrando inconscientemente sus coloridas pecas sobre una piel blanca como la porcelana. La bestia, que volaba en círculos, parecía a punto de descender con toda su furia sobre el caballero. Fijando su mirada en ella alzó su mano derecha conjurando las arcanas energías, otrora puras, que su patrón le habían concedido. Runas comenzaron a formarse alrededor de su puño y su prístino dedo índice extendido, señalando a su víctima, mientras que su rostro permanecía frío y carente de emoción alguna.
Dos haces del familiar color verde apagado, y un par de decenas de larvas que afloraron bajo la tierra alrededor de su figura, completaron el hechizo. El primero pasó extremadamente cerca de la manticora, pero ésta hizo un ágil giro en el último momento para esquivarlo. El segundo le impactó de lleno, socarrando su pelaje, y su piel, volviéndolo pútrido e infectado... El monstruo rugió de dolor, pero aún así, parecía mantener su objetivo en mente... el ser más cercano a Rufus.
Cerca de ella, un enorme oso pardo combatía junto a un veterano hobgoblin contra el último de los gemelos, que a pesar de estar extremadamente malherido, seguía causando problemas serios a sus enemigos. Blandiendo su espada llameante, con la que previamente había ensartado a Mablung, y le había hecho arder como una tea. El humano decidió cambiar su destino, atacando al ser que le había causado todas sus heridas. La flamas ondearon en un ígneo abanico intentando causar el máximo daño posible, y aunque Nadie desvío el primer embate con su escudo, provocando una lluvia de chispas y ascuas en su zona, el segundo contraataque si que consiguió penetrar por primera vez en mucho tiempo sus defensas, asestándole un profundo corte en el costado, cerca de sus costillas inferiores. El estoico goblinoide no emitió ningún grito, sólo miró por unos segundos su cauterizada herida para analizar la gravedad de ésta, pero siguió manteniendo la postura defensiva con suma perfección.
Stefan completó su hazaña emitiendo alguna clase de maldición, muy parecida a la que su hermano había tejido hacía escasos minutos sobre Godric. La fuerza de Nadie flaqueó, y sus piernas se negaron a responder, dejándole clavado en el lugar sin poder desplazarse.
El caballero enfrentó la bestia interponiendo el escudo, cuya superficie parpadeó unos instantes como bañada por reflejo dorado. El hombre de armas maniobró para cubrir a Godric de la trayectoria lo que la bestia alada pudiera lanzar sobre ellos. La armadura crujió bajo su peso. Su mirada severa se cruzó con la del terrible depredador. Sabiéndose presa, esperó el embate del monstruo, armando su sólida defensa y esperando el momento para contraatacar.
Mirando por encima del escudo pudo apreciar la mala situación del druida y Khalion. El caballero suspiró y se concentró el monstruo.
Shield of Faith y Ready (cuando se acerque le devuelvo el meco).
Mientras Leobald esperaba la inminente embestida, Nadie contuvo el dolor de su herida en su interior, impertérrito, decidió acabar con ese combate de inmediato, había pasado demasiado tiempo y no quería arriesgarse a otro ataque afortunado de su oponente. Blandiendo su espada larga con una ágil giro de muñeca, el hobgoblin uso tanto su destreza como su fuerza para clavar una estocada a una velocidad superior a la que Stefan pudo esquivar.
La hoja se incrustó entrando por su boca abierta, y asomando por su nunca, con un grotesco chasquido de sesos cercenados y huesos craneales rotos. Ante la evidente muerte súbita del cazarrecompensas, con otro mecánico y entrenado movimiento, el guerrero sacó con fuerza la espada de la boca del gemelo, cubierta de restos e icores cerebrales... para, antes de que el cuerpo cayera al suelo, cercenar con un elegante y limpio corte su cabeza, que salió lanzada un par de metros cayendo al foso que hacía de trampa improvisada...
Recuperándose tras la muerte de su enemigo, sus piernas comenzaron a responder de nuevo... y con una señal de su mano, miró a Leobald y a Godric, indicando que se dirigía hacía ellos.
Nock estudió la situación de la reyerta, que, aunque había empezado a inclinarse a su favor, había ido a peor con la nueva monstruosa incorporación. Con Daemon y Stefan caídos tan solo quedaban el ser volador de cabeza de león y el joven justiciero. Pero el colgante que había descubierto el difunto Stefan ponía un interrogante en el futuro comportamiento de la bestia... Si se había descontrolado mejor no hacer de ella un enemigo... Tampoco quería atacar al joven que parecía tener una causa justa y un ballestazo podía acabar con él descontroladamente.
Asi, gruñendo en leve frustración, decidió contener su ataque hasta ver que pasaba. Sin moverse del sitio en el que estaba apunto a la bestia sin dispararla, esperando a ver que hacía.
Hago un ataque condicional... Declaro que si la manticora ataca alguno de nosotros, le disparo.
Suficiente.. una cosa es respetar el trabajo honrado de los muchachos y otra aguantar a su mascota. Bajo máscara cerró un ojo para mejor apuntado mientras preparaba, todo lo quieto que era capaz, certero disparo a la criatura que le había herido de seriedad. El ruido seco de la cuerda tensada delató sus intenciones mientras el virote buscaba con malicia una presa donde clavarse.
-Estos aficionados os han dado mas trabajo de lo que esperaba.. quien iba a pensar que vendrían con su perrito faldero.
El virote pesado voló certero hasta atravesar parte del costillar de la criatura, que emitió un alarido casi humano de dolor y frustración. A pesar de eso, su objetivo no cambió, y lanzó tres púas afiladas contra Leobald, que se mantenía en posición como un torreón de acero impenetrable. Y así fue, a pesar de que una de ellas le pasó rozando la cabeza a una distancia que incomodó bastante al caballero, las otras dos ni siquiera fueron rival para su escudo, ... aunque una de ellas se clavó en el suelo a escasos centímetros del inerte Rufus... casi provocándole una horrible muerte en el acto.
El leónido ser pareció percatarse de su casi crítico error, así que decidió no arriesgar más y descendió en picado hasta situarse justamente sobre el cuerpo de su protegido... en frente del paladín, y con un ensordecedor rugido parecía conminarle a que se alejara de allí.
Sería el turno de Godric, pero van antes todos los ready, creo que de Nock en el momento en el que atacan a Leobald, y después Leobald cuando lo tiene a tiro.
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La aparición del enemigo, atacándole con furia y rabia cogió desprevenido a Nock. Estaba casi en pánico cuando apareció Nadie efectivo y profesional. Con un cabeceo Nock agradeció su intervención y acto se concentró de nuevo en so objetivo. Con una runa dibujada en el aire el hombre cuervo se desvaneció del lugar en el que estaba y apareció entre polvillo pedregoso cerca del insondable agujero. Allí se acercó al francotirador que había maldecido a Godric y le disparó con la ballesta, con mucha más precisión que la vez anterior. Mientras el virote volaba hacia el objetivo Nock sonrió y se permitió relajarse un momento.
Observó el campo de batalla y se maldijo a si mimo por la precaria posición en la que se había colocado. Debía posicionarse mejor. La conversación también se registro en su mente, sin embargo, ahora luchaba por su vida, ya habría tiempo pedir explicaciones...
Zevatur, Rolthos
Tras la efectiva intervención de Nock, ensartando un virote pesado profundamente en el hombro de Damon, lo que le impedía un movimiento limpio de su brazo y sumaba una hemorragia a su ya lista de daños por corrosión... le tocó el turno al pequeño e iracundo diablillo que todos habían adoptado con cariño en el grupo.
Un intenso olor a azufre, característico de sus apariciones, rodeó el aire que respiraban Leobald y su amo Godric, incluso retazos de tan desagradable olor, pudieron llegar hasta Adriana, al otro lado del foso. Ostor se hizo visible revoloteando justo detrás de Rufus III, aprovechando también el flanqueo del caballero que tanto le apreciaba. Con un grito salvaje y agudo, como el producido por un niño de cinco años, pero en su versión infernal... el pequeño defensor de Godric asaltó por sorpresa al noble muchacho, clavándole su aguijón en el cuello repetidas veces... y dejando que el veneno que éste portaba hiciera su trabajo.
Mientras tal acto de crueldad era perpetrado, y la débil constitución del joven vengador colapsaba, siendo incapaz de resistir el icor ponzoñoso que viaja por su sangre, él insidioso Imp le chillaba como un poseso:
- ¡¡¡ Muere vil vilipendiador !!! ¡¡¡ Tu sarta de mentiras sobre el Amo será castigada con tu horrible muerte entre horribles estertores... infernales...!!!
La visión del chico, que se tambaleaba por el dolor y las convulsiones que le provocaba el veneno, se nublo temporalmente, no sin antes mirar con falsa sorpresa al pequeño ser sacado del los planos más malignos del multiverso... Sus ojos pasearon firmes desde Ostor hasta Leobald, en una súplica, para él obvia y cristalina, de su verdad...
Turnos de Khalion, seguido de Mablung.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
El arcano poder de sus botas le hacían moverse como un espectro sobre barros, malezas y ponzoñas. Empezaba a cansarse como Nadie, enfadarse como Nadie.. Cada vez mas cerca del gemelo del suroeste buscó, con total pinta de despiste muy bien planeado colocarse en la posible línea directa entre tirador y Nock, mas cerca del primero para anular toda opción de conseguir un disparo limpio al plumífero compañero.
-Interferís con estupidez nuestra baza en estos pantanos..- dijo a brazos abiertos mostrando indefensión.- Ese incauto joven, abrazando certera muerte será mal pagador desde la tumba.. es momento de que renuncieis en busca de mejor contrato.. Nadie dirá nada..
Viendo que sus ataque con el arco no estaban siendo muy afortunados, Mablung se acerco al hermano que estaba peleando con Nadie e invocando las fuerzas destructoras de la naturaleza, sus manos se transformaron en garras supurantes de acido. Con una feroz sonrisa trato de garrear a su victima pero volvió a fallar estrepitosamente, con el ceño fruncido Mablung no entendía como era posible que se hubiese vuelto tan torpe en apenas unos días.
Mientras la danza mortal seguía su curso, un baile de egos, apariencias, sangre y venganza... Rufus desvió momentáneamente su irá de Godric, protegido éste por el blindado paladín, y el joven centró sus ataques en la nueva e infernal amenaza que sobrevolaba con aviesas intenciones cerca suyo mientras intentaba sobreponerse a duras penas de las convulsiones provocadas por el veneno.
Con un doble giro de lanza, amagando falsamente una embestida sobre Leobald, el joven noble descargó dos estocadas sobre Ostor, mientras el estandarte ondeaba nuevamente mostrando orgullo la casa Albaroja, que dibujaba un sol poniéndose sobre un campo anaranjado... símbolo curiosamente parecido al de Lathander. El caballero que la vislumbraba en primera linea de batalla, pudo identificarla como perteneciente a un condado anexo a Puerta de Baldur.
- Te destruiré criatura impía y te devolveré al averno del que has salido... pagarás lo que los tuyos, en conivencia con el que llamas Amo, le hicisteis a Alda Albaroja... que su inocencia sea preservada para siempre...
Las palabras del joven primo de la difunta, fueron exhaladas más como una oración que como una grito de batalla, demostrando el respeto que aún profesaba el muchacho por su pariente.
La punta de la lanza, con su primer embate, penetró el escudo crepuscular que el sacerdote había tejido sobre su diabólico aliado, destruyéndolo como un cristal traslúcido de claroscuros... el segundo ataque se clavó entre las costillas de Ostor, que chilló mientras su herida emitía un icor parecido a la sangre y desprendiendo un detestable olor a ascuas quemadas.
- Amo... muero por ti esta noche... pero antes de eso... debo clarificar que si vengo de Avernus , pero que has acertado por suerte.... porque hay ocho planos más... arrghr... ¿he muerto ya? A no...
El teatrero Imp intentaba quitar hierro al asunto de su herida... ¿para no preocupar a Godric? era difícil de saber viniendo de un diablillo, pero la herida era seria... y seguramente no aguantaría otro asalto como ese.
Turno de Godric, a no ser que Leobald quiera usa algo para defender a Ostor... que entonces rehacemos la escena... ¿Lo hará?
" ¡Oh la Oscuridad...! "
- Rufus!! - grita Godric - Maldito niñato descerebrado... siempre fuiste un imbecil malcriado. Es lo único que tengo para salvarla!! Alejate de Él!! -
Un rayo de luz pálida, como los primero rayos del alba sale de la palma de un frustrado y asustado Godric hacia Rufus III pero sólo pasa cerca del hombro del muchacho, sin causar daño.
- Dejale!! - repite, casi implorando - Puede llevarnos hasta ella... aún puedo salvarla!! - repite el joven clérigo desesperado y con la voz algo más quebrada añade - dejale...es... es mi amigo... -
Godfric lanza un guiding bolt a Rufus, pero es solo un disparo de aviso... no quiere darle realmente, por eso saca un 11 en su tirada de ataque.
Su tirada de salvación es: un increible 14.
Sus HP temporales son: 11 ( ya puestos)
PbP Character: A few ;)
Mientras Rufus III ignoraba las súplicas de Godric, y se preparaba para arremeter contra el diablillo y acabar con su vil existencia, de entre la maleza donde se cubría Damon, el mercenario cazarrecompensas saltó cargando hacia su presa, habiéndose desprendido previamente de su ballesta pesada. La enorme espada a dos manos, con los mismos adornos castrenses adornando su pomo que la de su gemelo, brilló sedienta de sangre impía mientras pasaba como una ráfaga al lado de Khalión y a escasos metros ded Nock.
Cuando se situó justo en el flanco del joven sacedote, Damon sonrió, mostrando sus dientes de higiene distraída al acólito... dispuesto a asestarle un golpe mortal esta vez...
Adriana no tardó en reaccionar al ver como el enemigo pasaba al lado de Khalion sin que éste último interviniera en lo más mínimo, y lanzó dos haces nefandos de podedumbre hacia el resiliente enemigo. Damon agachó la cabeza justo para evitar uno de ellos, pero el otro le impactó de lleno, drenándole la vida cruelmente y dejándole claramente herido, ya muy cerca de las puertas de la muerte. Sin embargo, el bastardo mercenario se negaba a hincar la rodilla y seguía dispuesto a acabar el trabajo por el que le habían pagado.
No muy lejos de allí, el otro gemelo, Stefan, pareció murmurar unas palabras y la sustancia alquímica que envolvía la hoja de su enorme espada comenzó a combustionar como una pira funeraria... viendo sus opciones, un hobgoblin blindado de pies a cabeza con escudo, o un elfo embutido en pieles y cuero, decidió intentar terminar de raíz con el pequeño estorbo que el druida creaba.
Su primera estocada erró por bastante, y la agilidad del elfo de los bosques esquivó el ataque casi instintivamente. Pero Stefan no era un novato, y sabía como fintar su siguiente ataque para que su enemigo se confiara..., finalmente tras un par de amagos, el mercenario consiguió encontrar un hueco crítico en la guardia de Mablung, y éste ensartó su espadón ardiente y flamígero atravesando literalmente al druida ... la espada entró por su abdomen y asomó por su espalda... produciendo un daño masivo en su víctima... afortunadamente el mismo fuego que le quemaba la existencia misma, cauterizó la terrible herida... desafortunadamente, las llamas comenzaron a extenderse por las pieles y ropajes del elfo... que aulló de dolor como un animal agonizante...
Turno de Leobald
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Leobald suspiró entrecerrando los ojos. Viendo que la palabra finalmente no era una opción, armó su brazo para lanzar una estocada para dejar fuera de combate al muchacho sin matarlo. Aun tenía muchas cosas que explicar. Las palabras de Godric tampoco fueron ignoradas.
–¡Basta! Este combate no tiene sentido. La justicia y la venganza no son la misma cosa, muchacho –dijo al chico–. Este chico está bajo mi protección, diablo –dedicó un mirada al imp cargada de apatía y promesas veladas–. Apártate de él.
Con el gesto cargado de fría indiferencia el caballero lanzó su acero para golpear en la frente al chico.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Las palabras de Leobald parecieron no obrar ningún cambio de actitud o hacer entrar en razón al chico, que seguía intentando eliminar la amenaza diabólica que corrompía a todos sus enemigos. La distracción que el pequeño Imp le proporcionaba provocó un ataque bastante fácil de encajar del veterano paladín, que acertó de lleno con la empuñadura de su espada en la cabeza del joven noble.
Su cuerpo apenas aguantó unos segundos consciente tras la devastación que había dejado el veneno de Ostor, y tras el contundente impacto del caballero, el chico cayó al suelo como un fardo inerte con los ojos en blanco.
El diablillo observó a Leobald con una mirada mezcla de agradecimiento y desafío, el humano sabía que lo siguiente que haría el Imp sería lanzarse sobre la garganta del muchacho y degollarle con sus afiladas garras, pero de algún modo... de una extraña y retorcida forma, la parte intrínseca de su naturaleza impía que le hacía ser fiel a los contratos y las palabras... entró a formar parte del pacto... y con un muy sutil gesto asintió dando a entender que no agrediría al protegido del paladín.
Al otro lado del foso, Nadie observó como Stefan desventraba e incineraba a Mablung con total facilidad, ... gruñó algo enfadado consigo mismo por haber subestimado a los cazadores mercenarios, y se dispuso a llamar su atención a base de una cortina de acero que se desplegó a base de profesionales y eficientes estocadas de su espada larga. La hoja del hobgoblin parecía no tener dificultad en encontrar huecos en las inmejorables defensas del despiadado gemelo, hiriendo y sajando su carne con igual indiferencia. Más sangre enemiga empapó el terreno donde su combate tenía lugar...
Turno de Nock
" ¡Oh la Oscuridad...! "
En medio del caos del combate, Nock tomó una cuerda decisión, se alejó del combate cuerpo a cuerpo que tenia lugar cerca del foso, buscando mantener una distancia segura para continuar apoyando a su grupo. Con destreza disparó su ballesta pesada hacia el hermano gemelo Damon, quien se encontraba en medio del fragor de la batalla. Mientras la flecha impactaba en el mercenario, Nock sonrio sintiendo orgullo de su habilidad y valentía en la lucha.
Zevatur, Rolthos
El dardo encontró su objetivo, clavándose profundamente por la espalda del agresivo gemelo que auguraba una muerte rápida para Godric... sin embargo, el virote perforó algún órgano vital importante, probablemente un riñón, y un reguero de sangre se sumó al denso y viscoso charco que ya cubría parte de las botas del enemigo. Nock se sorprendió de la facilidad y cantidad de sangre que fluía de los mercenarios... como si una extraña enfermedad entorpeciera la coagulación de ésta en ellos.
Damon parecía aferrarse a su último hálito de vida dispuesto a no ceder, aunque su cuerpo pareciera haber muerto momentos antes, y sólo con la fuerza de su voluntad, siguiera respondiendo... pero ese tenue lazo con la vida fue cercenado de raíz, cuando un diablillo se lanzó volando contra él, separando la escasa distancia que los separaba en segundos, y aguijoneándole de nuevo sin piedad en su cuello y brazos...
Más sangre, una arteria cercenada del cuello y bastante veneno... terminaron colapsando el sistema inmune del cazarrecompensas, que cayó al suelo con media cara sumergida en su propios fluidos carmesí...
Un desgarrador grito de su hermano pareció hacerle entrar en una extraña furia... y un montón de babas blanquecinas comenzaron a supurar de su boca que temblaba de rabia e ira... sus ojos perdidos en la locura de la pérdida se centraron en el casi defenestrado y combustionado druida, preparando su inminente ejecución en breve.
Tras intentar otear la maleza y los retorcidos árboles que pugnaban por colonizar casi la totalidad de la colina rodeando las ruinas... Khalion observó dos cosas que llamaron su atención.
La primera es que junto a uno de estos siniestros y enfermizos árboles, justo en el linde septentrional del claro donde están combatiendo, había una figura embutida en una túnica parecida a la de un monje de clausura, ésta estaba ajada y raída como si hubiera sido usada durante innumerables años, y por tanto tenía un color marrón sucio de no haber conocido lavado alguno desde que fue tejida... el tipo parecía un humano de mediana edad, con barba desaliñada. Ojos profundos y hundidos acompañaban a una nariz aguileña y maltrecha, pero lo más inquietante es que tenía la boca cosida con un hilo grueso y ennegrecido, con cicatrices antiguas rodeando sus labios, como si ese horrible acto de mutilación hubiese ocurrido hace tiempo.
El misterioso monje no iba armado, al menos no aparentemente, y llevaba la capucha puesta, sin parecer demasiado oculto, ni parecía intentar estarlo, simplemente observa el combate desde una distancia segura y fuera del alcance de las armas o conjuros a distancia...
El otro detalle que llamó la atención a Khalion se encontraba más al sur de la zona de batalla, entre la zona mas concentrada de maleza y árboles, ... allí algo parecía agitarse... esperando... los arbustos y los árboles de tronco fino se movían de vez en cuando, como si algo grande y pesado se ocultara tras ellos.
Turno de Khalion, seguido de Mablung
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Atrás todo estaba en vías de solución amistosa no letal, razón de mas para incidir en aquellos dos nuevos invitados indiscretos aún sin presentación en sociedad.
-Cuando deis por terminado el calentamiento quizá queráis preparar aceros para lo serio..- señalando hacia los árboles que se agitaban incapaces de contener tan masivo como poco discreto.. lo que fuera. -Ya que no os rendís.. -comenzó a hablar en la jerga de los pícaros usando mas palbras que gestos por estar a sus espaldas..- al menos decidme compadres ¿Quién es vuestro amigo de boca cerrada que nos oberva?.. ¿y el pequeñín?
Con paso decidido y dejando atrás el resuelto combate, quedando lejos aún el extraño monje, se encaminó curioso a lo que la frondosidad del pantano escondía con desatino. En mano hábil, Allure, y la siniestra sobre el pomo de su segunda cimitarra.. por si era menester hacer uso de también de ella.
-Quizá debamos presentarnos- dijo a pocos metros- Khalion a este lado ¿y usted?
Voy hacia la cosa gigante ignorando, pero sin perder de vista, al monje. No quiero llegar a melee pero si quedarme algo cerca.. Si me da con mi movimiento normal hago un mage hand sobre la maleza apra apartarla.. si me quedo muy lejos pues la BA sea Dash y la acción la dejo en ready, pegar o booming si se puede.
Mientras Mablung moldeaba su forma asumiendo la de un enorme oso, y golpeaba con una de sus garras al maltrecho Stefan, hiriéndole más gravemente, su renovado vigor no fue suficiente para encadenar un segundo ataque, que el cazarrecompensas esquivó con cierta facilidad tras ser consciente de las consecuencias de haber sufrido el primer impacto.
Al otro lado, casi en el linde de la maleza y las arboledas más gruesas, en el sur de las ruinas, Khalion se acercó para otear que secretos escondía esa zona de la ciénaga elevada, y que era lo que se movía de manera pesada entre las sombras... Usando una mano conjurada en base a un poder arcano, azulado, del mismo color del hielo fundiéndose de sus ojos, y posicionándola cerca de su objetivo, ésta aparto la foresta que revelaría a la bestia que estaba al acecho... al parecer esperando...
La cara de un león asomó entre la penumbra, y su mirada desafiante se cruzó con la del aasimar, extrañas púas también sobresalían de su frondosa melena, y, con un rugido devastador, extendió dos gigantescas alas correosas hasta ahora plegadas. Sobre su rostro y su cuerpo se elevó una cola, terminada en una maraña de espinas y escarpias afiladas que sin duda podrían atravesar hasta la más robusta de las armaduras.
Una lluvia de punzantes esquirlas fueron disparadas a una velocidad endiablada sobre el enmascarado, que no tuvo otra que intentar evitarlas sorprendido por la agilidad de la monstruosidad que tenía delante.
La destreza evasiva del experto agente de Saltmarsh le ayudo a evitar dos de las tres picas, pero la tercera se le clavó profundamente en el muslo, probablemente cercenando algún músculo o tendón importante... la sangre comenzó a brotar de su herida, mientras, la inmensa bestia batía sus alas y se elevaba sobre el campo de batalla... buscando a algo o a alguien.
Su leónida cabeza se giró hacía el cuerpo del inconsciente muchacho, Rufus, y con otro rugido de ira fijó su objetivo en el enemigo más cercano a su señor... Leobald...
Fue curioso como Godric, observando lo que acababa de ocurrir, repentinamente recordó como el Condado donde había convivido con su amada en un pasado ya muy lejano, si era conocido por ser los únicos capaces de amaestrar ese tipo de bestias, poseían algún tipo de técnica o rito secreto que no compartían con nadie, y por tanto no le sorprendía tanto su aparición, lo que si le había pillado por sorpresa era como ese recuerdo no existía hasta este mismo momento, como si se hubiera tejido en su mente según visionaba a la bestia sobrevolando las ruinas....
Stefan, por su lado, sonrío maliciosamente al oso y al hobgoblin que tenía delante, echándose inconscientemente su mano izquierda al cuello, donde un cordón de cuero, tenía engarzado un silbato tallado en plata con la forma de la cabeza de un león... que hasta ahora había permanecido oculto bajo su armadura... Era sorprendente como el mercenario era capaz, a pesar de sus gravísimas heridas, de sostener su espadón con una sola mano.
Rufus III está inconsciente así que es el turno de Godric. La Manticore estaba en 'ready' y se situa en iniciativa después de Khalion. Khalion tiene una herida grave en la pierna (crítico de la bestia) y solo puede moverse a mitad de su velocidad de movimiento hasta que alguien le trate la herida.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Godric palideció ante la visión de aquella criatura sobrevolando el lugar. De pronto recordó sus visitas a los establos donde tenían a algunas de aquellas bestias amaestradas. Nunca le gustó estar cercas de ella, le resultaba terriblemente inquietante cómo le miraban, como si fuera a ser su siguiente comida. Y ahora pronto lo sería.
Vio como Stefan seguía luchando contra Nadie y un herido Mablung, mientras que Khalion resultaba terriblemente herido por las puas de la mantícora. El excéntrico cazarrecompensas había conseguido ponerse fuera del alcance de su magia curativa.
- Acercáte Khalion! - gritó tratando de llamar su atención. - Si estás más cerca podré ayudarte! Cuidado todos esa criatura está bajo sus órdenes!! -
El joven clérigo seguía sin poder moverse intentó conjurar un rayo de luz rojizo, como los primeros o los últimos rayos de sol, contra la mantícora, pero esta esquivó sin problema el mismo. Godric renegó pero sintió como Lathander hacía desaparecer un poco del dolor de sus heridas, aunque sabía que era algo temporal y tendría que tratarlas debidamente después.
Action: Guiding Bolt contra la manticora lvl 2 con un 10 de ataque. Ni me molesto en tirar el daño.
Por favor que su lápida ponga " Murió por inútil. Fue un héroe de pacotilla"
HP Temp: 11
PbP Character: A few ;)
La alta elfa observó, con sus profundos azules, como se unía al campo de batalla un nuevo contendiente, una bestia sedienta de sangre en cualquier otro contexto, pero no tardó en razonar que ésta era diferente, como si una remota inteligencia la elevara discretamente sobre el resto de sus iguales. Sus ojos se desviaron por una décima de segundo al silbato plateado que había dejado entrever Stefan, en un acto bastante condescendiente y poco estratégico... entendiendo el lazo que objeto y bestia sin duda llegaban a tener. Aunque pospuso para después su cerebral deducción acerca de porqué ese significativo colgante lo llevaba el despiadado cazarrecompensas, algo no le cuadraba...
Con un descuidado gesto, se apartó su rizado pelo rojizo del rostro para vislumbrar mejor su objetivo, mostrando inconscientemente sus coloridas pecas sobre una piel blanca como la porcelana. La bestia, que volaba en círculos, parecía a punto de descender con toda su furia sobre el caballero. Fijando su mirada en ella alzó su mano derecha conjurando las arcanas energías, otrora puras, que su patrón le habían concedido. Runas comenzaron a formarse alrededor de su puño y su prístino dedo índice extendido, señalando a su víctima, mientras que su rostro permanecía frío y carente de emoción alguna.
Dos haces del familiar color verde apagado, y un par de decenas de larvas que afloraron bajo la tierra alrededor de su figura, completaron el hechizo. El primero pasó extremadamente cerca de la manticora, pero ésta hizo un ágil giro en el último momento para esquivarlo. El segundo le impactó de lleno, socarrando su pelaje, y su piel, volviéndolo pútrido e infectado... El monstruo rugió de dolor, pero aún así, parecía mantener su objetivo en mente... el ser más cercano a Rufus.
Cerca de ella, un enorme oso pardo combatía junto a un veterano hobgoblin contra el último de los gemelos, que a pesar de estar extremadamente malherido, seguía causando problemas serios a sus enemigos. Blandiendo su espada llameante, con la que previamente había ensartado a Mablung, y le había hecho arder como una tea. El humano decidió cambiar su destino, atacando al ser que le había causado todas sus heridas. La flamas ondearon en un ígneo abanico intentando causar el máximo daño posible, y aunque Nadie desvío el primer embate con su escudo, provocando una lluvia de chispas y ascuas en su zona, el segundo contraataque si que consiguió penetrar por primera vez en mucho tiempo sus defensas, asestándole un profundo corte en el costado, cerca de sus costillas inferiores. El estoico goblinoide no emitió ningún grito, sólo miró por unos segundos su cauterizada herida para analizar la gravedad de ésta, pero siguió manteniendo la postura defensiva con suma perfección.
Stefan completó su hazaña emitiendo alguna clase de maldición, muy parecida a la que su hermano había tejido hacía escasos minutos sobre Godric. La fuerza de Nadie flaqueó, y sus piernas se negaron a responder, dejándole clavado en el lugar sin poder desplazarse.
Turno de Leobald.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
El caballero enfrentó la bestia interponiendo el escudo, cuya superficie parpadeó unos instantes como bañada por reflejo dorado. El hombre de armas maniobró para cubrir a Godric de la trayectoria lo que la bestia alada pudiera lanzar sobre ellos. La armadura crujió bajo su peso. Su mirada severa se cruzó con la del terrible depredador. Sabiéndose presa, esperó el embate del monstruo, armando su sólida defensa y esperando el momento para contraatacar.
Mirando por encima del escudo pudo apreciar la mala situación del druida y Khalion. El caballero suspiró y se concentró el monstruo.
Shield of Faith y Ready (cuando se acerque le devuelvo el meco).
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Mientras Leobald esperaba la inminente embestida, Nadie contuvo el dolor de su herida en su interior, impertérrito, decidió acabar con ese combate de inmediato, había pasado demasiado tiempo y no quería arriesgarse a otro ataque afortunado de su oponente. Blandiendo su espada larga con una ágil giro de muñeca, el hobgoblin uso tanto su destreza como su fuerza para clavar una estocada a una velocidad superior a la que Stefan pudo esquivar.
La hoja se incrustó entrando por su boca abierta, y asomando por su nunca, con un grotesco chasquido de sesos cercenados y huesos craneales rotos. Ante la evidente muerte súbita del cazarrecompensas, con otro mecánico y entrenado movimiento, el guerrero sacó con fuerza la espada de la boca del gemelo, cubierta de restos e icores cerebrales... para, antes de que el cuerpo cayera al suelo, cercenar con un elegante y limpio corte su cabeza, que salió lanzada un par de metros cayendo al foso que hacía de trampa improvisada...
Recuperándose tras la muerte de su enemigo, sus piernas comenzaron a responder de nuevo... y con una señal de su mano, miró a Leobald y a Godric, indicando que se dirigía hacía ellos.
Turno de Nock
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Nock estudió la situación de la reyerta, que, aunque había empezado a inclinarse a su favor, había ido a peor con la nueva monstruosa incorporación. Con Daemon y Stefan caídos tan solo quedaban el ser volador de cabeza de león y el joven justiciero. Pero el colgante que había descubierto el difunto Stefan ponía un interrogante en el futuro comportamiento de la bestia... Si se había descontrolado mejor no hacer de ella un enemigo... Tampoco quería atacar al joven que parecía tener una causa justa y un ballestazo podía acabar con él descontroladamente.
Asi, gruñendo en leve frustración, decidió contener su ataque hasta ver que pasaba. Sin moverse del sitio en el que estaba apunto a la bestia sin dispararla, esperando a ver que hacía.
Hago un ataque condicional... Declaro que si la manticora ataca alguno de nosotros, le disparo.
Zevatur, Rolthos
Suficiente.. una cosa es respetar el trabajo honrado de los muchachos y otra aguantar a su mascota. Bajo máscara cerró un ojo para mejor apuntado mientras preparaba, todo lo quieto que era capaz, certero disparo a la criatura que le había herido de seriedad. El ruido seco de la cuerda tensada delató sus intenciones mientras el virote buscaba con malicia una presa donde clavarse.
-Estos aficionados os han dado mas trabajo de lo que esperaba.. quien iba a pensar que vendrían con su perrito faldero.
El virote pesado voló certero hasta atravesar parte del costillar de la criatura, que emitió un alarido casi humano de dolor y frustración. A pesar de eso, su objetivo no cambió, y lanzó tres púas afiladas contra Leobald, que se mantenía en posición como un torreón de acero impenetrable. Y así fue, a pesar de que una de ellas le pasó rozando la cabeza a una distancia que incomodó bastante al caballero, las otras dos ni siquiera fueron rival para su escudo, ... aunque una de ellas se clavó en el suelo a escasos centímetros del inerte Rufus... casi provocándole una horrible muerte en el acto.
El leónido ser pareció percatarse de su casi crítico error, así que decidió no arriesgar más y descendió en picado hasta situarse justamente sobre el cuerpo de su protegido... en frente del paladín, y con un ensordecedor rugido parecía conminarle a que se alejara de allí.
Sería el turno de Godric, pero van antes todos los ready, creo que de Nock en el momento en el que atacan a Leobald, y después Leobald cuando lo tiene a tiro.
" ¡Oh la Oscuridad...! "