Ante la partición del zombi Nock empezó a sacar su ballesta, pero al ver a Godric avanzar decidido hacia el retenido zombie le dijo hacer, así tiendo satisfecho al ver su vida extinguirse. Entonces espero a ver qué decía la nota...
- ¿Será un advertencia o sera una alarma? - Se preguntó en voz alta mientras se arrancaba otra sanguijuela de sus cada vez más lastimadas patas.
Los pasos del impertérrito Leobald se dirigieron hacia el poste, donde la mohosa nota estaba clavada esperando desvelar su críptico contenido, sin embargo, el caballero se detuvo en seco, su agotada vista esta vez había jugado a su favor, consiguiendo detectar a tiempo un ligero desnivel en el suelo terroso y elevado que intentaba permanecer oculto con un camuflaje bastante trabajado a base de hojarrasca seca y lodo cuarteado. Su experiencia en el campo de batalla, le había otorgado la capacidad de reconocer una trampa de foso diseñada para dividir y diezmas tropas de infantería, usadas por enemigos sin escrúpulos u honor, y ahora mismo se encontraba frente a una de ellas.
Sintió la mano de Godric sujetarle el brazo al mismo tiempo, ... al parecer el joven sacerdote también se había percatado, al estar prácticamente igual de cerca que él, del vil y artificial obstáculo que tenían preparado para ellos... La única duda que parecía surgir, era como el propio zombie no había caído en ella, cuando se paseaba literalmente sobre la endeble capa que la camuflaba... ¿quizás estaba diseñada para soportar cierto peso?
La distracción sufrida por ambos, fue la suficiente para que los subsiguientes ataques les sorprendieran completamente... varios dardos de ballesta pesada volaron en dirección del sacerdote provenientes desde diferentes ángulos de entre la maleza cercana... mientras que, con un rugido, alguien salía de entre unos arbustos cargando con una lanza también hacia Godric... parecía que había una predeterminada fijación con él... y la emboscada le tenía como objetivo.
Knock, ya con la ballesta en mano, vio venir el ataque y estaba preparado para defender a su bandada, al igual que Khalion, Mablung y Adriana... sin embargo, el enmascarado aasimar pudo reconocer en los ropajes del humano, que se lanzaba casi poseído por una ira incontrolable, una de las diferentes insignias que estaban grabadas a fuego en la armadura de cuero del joven. El gremio de los cazarrecompensas había encontrado el objetivo del contrato hace días reclamado... y ese era el camino.
Khalion puede tirar History para intentar identificar a los asaltantes y si los conoce de antemano, por su estilo de cazar, trampas, ballestas pesadas, y un humano que no parecía tener mucho aprecio a su propia persona lanzándose así a la refriega.
Por fortuna o intervención divina, Godric ya tenía sus aparejos de guerra en las manos cuando los dardos comenzaron a volar y aquel desquiciado hombre se abalanzó sobre ellos, no, sobre ellos no, sobre él. Levantó el escudo y su mágica maza, aún encendida tras acabar con el zombie, ilumunó debilmente su rostro que tenía un rictus serio ante la proximidad de la muerte, posiblemente la suya.
La carga, que en un principio parecía precisa, no fue lo suficiente para que la pesada armadura de Godric amortiguara el golpe, provocan que la flexible asta de la lanza se combara peligrosamente, esto produjo una cotrareacción de su atacante, que con un grito de frustración al no ver a su víctima ensartada, giró sobre si mismo para golpear sus piernas con la parte roma y hacerle ceder los escasos centímetros que separaba al sacerdote de una embarrada tumba...
Pero de algún modo, el veterano curandero conocía esa técnica... muy enterrada en lo profundo de una memoria, que quizás no era suya del todo, sabía como contrarrestar el embate consiguiente, y con un ágil baile de pasos, evitó que la madera de la lanza se enhebrara entre sus piernas, dejando expuesto al muchacho cazarrecompensas a todos sus compañeros...
Aún así pudo oír el letal susurro dedicado a su persona... probablemente Leobald, a su lado, lo escuchó también, y quizás cierto diablillo, que con un grito de rabia entró también en la contienda buscando venganza contra su amo.
- Perecerás de la manera más lenta y cruel posible... como la muerte que le dedicaste a mi tía... y a mi prima... tu cabeza ondeará en mi pica, todo el camino de vuelta... en donde tus manos llenas de sangre destruyeron a mi familia...
El rudo, fornido y osco druida, oteó la zona buscando cualquier indicio de sus atacantes ocultos, y con el don que los elfos tienen para la percepción, especialmente siendo un elfo de los bosques en un entorno mas o menos afín, con foresta y matorrales bajos rodeándole, Mablung fue capaz de localizar a dos cazadores, ocultos en zonas opuestas. El primero se hallaba muy cerca suyo y de Nock, justo a la salida de las ruinas más al este, entre una zona de maleza densa. El segundo se podía percibir más al suroeste, en la diagonal opuesta al elfo, entre unos arbustos justo cuando acababan las ruinas que limitaban con el resto del cenagal.
Sin dudarlo, justo antes de moverse para intentar ocultarse si era necesario... indicó a sus compañeros las localizaciones aproximadas de los enemigos ocultos.
Una vez cazador.. siempre cazador. Grotesca emboscada sin un cerebro que los gobierne que estaba destinada al fracaso desde un comienzo. Deslizando la ballesta a la espalda y sujetando el pomo de artesanía de otros planos de Allure permaneció parado junto a la elfa, dispuesto a defenderla de un ataque que con seguridad nunca llegaría. Allí, de pie, contempló el devenir del lance que se desarrollaba. Bajo máscara trató de triangular los tiradores ocultos y las posibles lagunas en la emboscada o donde quizá aún aguardaban nuevos refuerzos.
Mientras Khalion también intentaba observar el campo de batalla, ayudado por las indicaciones de Mablung, protegienddo a la elfa en el mismo movimiento... comenzó a escuchar unas voces que provenía e la maleza más cercana al druida y al kenku.
- Khalion del Oeste... el Maestro Kulio ya nos habló de tí... así que te concedemos una oportunidad que nunca solemos ofrecer... Únete a nosotros en la caza... conseguimos juntos la cabeza del contrato... y repartimos las ganancias contigo... honor entre 'compañeros', es algo que debes considerar... antes de que te hagamos daño a ti también si intervienes y rompes el código...
Mientras la letanía era invocada, y la oferta expuesta, desde el otro lado del campo de batalla, dos dardos de ballesta pesada volvieron a volar en dirección al sacerdote, ... pero ambas volvieron a errar su objetivo... el joven veterano de guerra contaba con muy buena armadura, y sus reflejos seguían intactos... de momento.
Con un gruñido de frustración, un oscuro cántico comenzó a sonar desde la posición oculta de Damon, fue breve, pero eficiente... las piernas de Godric comenzaron a temblar mientras perdía toda la fuerza que le restaba, quedándole sólo la suficiente para permanecer en pie y poco más... Tenía que resistir esa terrible maldición o su posición quedaría muy vulnerable ante futuros ataques traicioneros...
Khalion del Oeste continuaba quieto valorando deficiente emboscada y suicida carga a lanza. Sin duda el gremio de cazarrecompensas adelgazaría esa mañana. El ruido de un mar tranquilo resonaba en la cabeza del aasimar al empuñar a Alure, quizá llamando a su gemela.
-El trabajo aquí nos ha traído y ahora quereis hacernos perder tiempo vital.. semejantes imbéciles tratar de emboscar en terreno hostil.. por favor sed sensatos y morid con presteza para poder continuar nuestras pesquisas.. o quizá escuchad al muchacho que futilemente tratais de ensartar.. y quizá ganeis oro además de vuestros pellejos..
Adriana reaccionó presta a la amenaza, preparada gracias a sus aguzados sentidos élficos. De reojo, con sus felinos ojos, y tras apartar su rojiza maraña de pelo de su rostro, entendió perfectamente las indicaciones de su compañero y aliado Mablung, señalando a una zona cerca de las ruinas que se elevaban al suroeste. Su mirada avanzó, recorriendo el campo de batalla hacia donde el fuerte druida, de carácter agrio cuanto menos, había indicado, y allí entre la maleza pudo detectar a su objetivo agazapado, preparando una ballesta pesada doble que cargaba con sendos virotes. Una gran espada a dos manos sobresalía ceñida a su espalda, lo que le hacía igualmente peligrosa si era usada... quizás más que si se dedicaba a usar la propia arma a distancia.
Sin embargo, para coger ángulo necesitaba adelantarse, así que, evitando la protección de Khalion, lo que quizás no era mala idea después de su último encuentro donde acabó rodando escaleras abajo, avanzó acortando terreno hasta situarse justo al borde de la trampa de foso, al lado opuesto de donde se encontraban el castigado Godric y el honorable Leobald. Tuvo cuidado de no avanzar ni un centímetro más antes de disparar su ráfaga arcana, que azotó como un látigo, con su ya característico color verde tumefacto, el escenario, golpeando de lleno a su enemigo, que emitió una alarmante alarido de dolor al ver como ésta le quemaba la piel y los músculos de su hombro comenzaba a podrirse con pústulas enfermizas.
La alta elfa no pudo evitar mirar, después de su ataque, a su espalda, por si se repetía cierto comportamiento, y el enmascarado decidiera cargar contra ella y empujarla al foso... cosa que no le extrañaría para nada, pero al parecer, el cazarrecompensas aasimar permanecía allí quieto, vigilando el combate impasible como siempre, y algo cabreado con los torpes atacantes.
Nock dio un respingo al ver la repentina emboscada. Tras el instante de confusión inicial comprendió lo que pasaba. ¿Qué clase de necios energúmenos usaban muertos vivientes como parte de una emboscada? Un graznido de indignación y furia salió de su garganta. Se centró sobre el conjurador que se había desvelado marcándole para darle caza... “No te escaparas” masculló entre dientes. Normalmente media sus pasos con cuidado, posicionándose y alejándose de posibles peligros. Pero en esta ocasión su indignación pudo mas y se movió para dispararle con inquina. Dejó a Mablung a un lado y al enemigo escondido a su izquierda.
- Nigromante... muere... – Dijo mientras disparaba.
El dardo de Nock se perdió inofensivamente entre la maleza que rodeaba a Damon, mientras, su hermano, en el lado opuesto del campo de batalla, lanzaba una horrible maldición sobre Godric, dejándole extremadamente vulnerable al daño, al mismo tiempo que sentía como las energía necróticas de tan terrible hechizo, le robaban la fuerza sin contemplaciones, debilitándole en extremo...
El dardo de Stefan rebotó contra la pesada armadura del sacerdote, cayendo al suelo a su lado con la punta quebrada... parecía que hoy no era el día de los cazadores, podrían haber tenido una gran ventaja y haber devastado a sus enemigos, especialmente el médico de guerra, que era su objetivo principal... y sin embargo lo único que habían ganado era exponerse ante el grupo a emboscar como simples aficionados y ser castigados por ello...
Empieza el turno de nuevo, y si no me equivoco, es Khalion el que actúa... o no...
Alure, the Waves Biter, bailaba entre manos aasimar. Ansiaba batirse contra aceros por muy inexpertos que se empeñaran en demostrar. ¿Qué le estaba pasando al gremio de cazarrecompensas para confíar sus cazas en semejantes incapaces?. Por muy bravo que el sacercote supiera ponerse.. no dejaba de ser el mas inofensivo del grupo y pieza mas.. sencilla.
-Honrad al círculo y desapareced.. sois la vergüenza del gremio..-increpó a aquellos que mostraban su cobardía manteniendose ocultos.- Mostrad la cara, sabandijas, actuais con el deshonor de los asesinos.. menos ese..-señalando a aquel tan bravo como estúpido que cargaba con su lanza.-Al menos morid dejando en buen lugar al colectivo..
Con paso indiferente avanzó tangencial al joven humano. No buscaba interferir pero tampoco quedarse lejos de donde ocurrían las cosas. Bordeando las ruinas hacia aquel infeliz que se escondía mas al sur.
Mintras Khalion lanzaba su oratoria al aire para que fuera escuchada por todos, y se desplazaba estratégicamente al mismo tiempo. El salvaje druida saltó de entre la maleza cercana a las ruinas del este, apuntando entre la maleza al mellizo agazapado allí, su vista elfa le tenía perfectamente localizado, pero la densidad de arbustos y su posición, le hacía complicado ser impactado en la distancia.
La flecha voló perdiéndose entre el ramal del follaje bajo de manera inocua, pero eso, de algún modo avivó la sed de sangre de su oponente, que, mientras Mablung volvía a colocarse en su ventajosa posición también entre la maleza, cargaba indiscriminadamente contra un expuesto Nock (antiguo TocToc)... La espada que empuñaba a dos manos era enorme y tinturas en tonos rojizos recorrían su pesadas hoja.
El primer embate fue fácilmente esquivado por el hombre-cuervo, pero el segundo le llegó por sorpresa y le impactó de lleno, dejando un reguero de sangre a su alrededor cuando una gran herida se abría allí donde el acero había cercenado su carne...
- No... - dice Godric en voz baja - ¡NO! - grita cuando ve el acero morder la carne de Nock.
- Quietos quietos... - dice, casi rogando, intenta moverse pero sus piernas se niegan a obedecerle virtud de la impía magia que están utilizando los cazarrecompensas. - Nadie tiene porqué resultar herido esto es un error... -le dice al joven enfurecido que tiene frente a él.
Pese a su intento de calmar la situación no ignora el hecho que uno de sus amigos está herido y reza a su dios.
- Lathander, Lord de la Mañana, ilumina a aquellos que son justos y valientes con tu luz vespertina y no permitas que caigan bajo el acero de estas pobres almas confundidas... -
Ante su rezo, el joven clérigo comienza a brillar, no es una luz brillante y poderosa como en otras ocasiones, si no que es el débil y sútil resplandor del sol cuando está a punto de romper el horizonte y comeinza a desterrar las tinieblas de la noche. El fulgor comienza a extenderse desde Godric hasta alcanzar un poco más allá de donde está Nock y Adriana. La presencia de su Dios hace que Godric se sienta más reconfortado.
Y ese confort que su Dios le había otorgado en ese mismo momento, como una frugal visión de lo que le esperaba, fue el que le salvó de la tanda de saetas envenenadas qué, esta vez, con clara precisión, se clavaron con un sordo impacto atravesando su metálica armadura en los puntos más débiles. Un torrente de veneno comenzó a recorrer sus venas, acompañado por el necrótico destello de una maldición que al mismo tiempo le robaba la vida en cada herida producida...
La masiva debilidad que le impedía moverse en ninguna dirección tampoco ayudó... y sintió como casi se desvanecía por tan inmenso castigo... su vida pendiente de un hilo... a merced del misterioso joven que cargó primero sin ningún aprecio por su vida... y al parecer, tampoco por la de Godric.
Un grito de horror se emitió desde algún punto cercano e invisible del sacerdote... seguido de otro de rabia e ira descontrolada... alguien iba a sufrir la ira de un pequeño demonio altamente vengativo y rencoroso.
El suelo, justo debajo del seguidor de Lathander, comenzó a teñirse de rojo, ante las masivas hemorragias sufridas y las convulsiones que el veneno le imponía al casi defenestrado muchacho.
La hechicera alta elfa lanzó un par de ráfagas más hacia el parcialmente camuflado Damon, intentando vengar a su amigo con la ira de su patrón unicornio... del que apenas ya sabía nada, quizás olvidando forzosamente en su interior las visiones otorgadas por su antiguo familiar, ahora transformado en larva tumefacta... En cualquier caso, esa rabia conducida, impactó de lleno en el brazo que portaba los virotes para cargar la ballesta pesada, corrompiendo su madera y retorciéndola, haciéndolos inservibles, incluido el que aún quedaba rezumando ponzoña lista para ser usada contra el joven sacerdote.
Con otro gesto de su mano, un arco iris de colores verdes y enfermizos, donde en otro momento debería aparecer toda la gama cromática, surcó la distancia entre ella y el herido Godric, que tras recibir la sanación y ver como sus hemorragias se reducían parcialmente, también observó junto a Leobald como del suelo que pisaban comenzaba a manar gusanos y pupas retorciéndose... exquisita comida para Nock, pero repugnante visión para el resto... La maleza que cubría la trampa y alrededores comenzó a podrirse y secarse ... dejando al descubierto en ciertas parte un profundo foso oscuro donde no se podía percibir el fondo...
Rufus, el joven inexperto que había cargado inconscientemente contra el veterano médico de guerra, hizo un giro de su lanza antes de volver a usarla, un estandarte, que estaba envolviendo hasta entonces el asta de su arma, se desplegó ante sus ojos mostrando lo que él ya se temía... la heráldica de la Baronía de su antigua amada... que fue víctima cruel del sacrificio que le tenía destinado su propia madre... Sin duda el chico que tenía delante debería ser algún pariente suyo, un primo quizás... buscando la venganza sobre la persona equivocada...
El impacto en su interior que removió tantos sentimientos aún sangrantes ... casi consiguió distraerlo lo suficiente para no levantar el escudo a tiempo y evitar que la punta de esa lanza, portadora de tan nefastas noticias, le arrancara parte de su rostro. Frustrado por su nuevo error, Rufus III bramó mientras volvía a intentar arrojarlo al foso que tan infructuosamente habían preparado de antemano con una embestida de su hombro.
- ¡¡¡ Muere vil asesino... tu las mataste... tanto a madre como a hija, las asesinaste y sacrificaste en tu altar impío... justo bajo nuestros ojos... aprovechándote de su inocencia y candidez, ... no hay lugar en el infierno al que sirves, que aplique el castigo que mereces !!!!
Turno de Leobald, pero antes Godric tiene que hacer su tirada de resistir el "empujón" de amor... de Atletismo o Acrobacias, lo que mejor le venga (entiendo que lo último porque tiene desventaja a las tiradas de fuerza)
Leobald reaccionó por fin a lo que estaba sucediendo a su alrededor, el cansancio por la dura marcha entre las ciénagas había embotado sus sentidos más de lo que había creído ¿Quienes eran aquellos muchachos y de qué acusaban a Godric exactamente? ¿Cuanta verdad habría en sus palabras? De reojo, no pudo dejar de ver las consecuencias de la magia corrupta de Adriana. Encaró al joven levantando la guardia entre crujidos de metal y le embistió con el escudo para tener su atención y liberar a Godric de sus ataques.
—¡Basta! Detén tu mano, joven —instó al muchacho de la lanza tras el empellón, tratando de situarse entre él y el Godric—. Detened está locura antes de que muera alguien —instó al chico con una voz poderosa poderosa y profunda, cargada de autoridad y entendimiento—. Estáis atacando a agentes de La Corona. Capitulad y explicaos, os lo ruego, antes de que sea tarde para todos —trató de persuadir al chico con una voz más calmada—. ¿De qué habla este muchacho, Godric?
El caballero retrasó su espada y adelantó su escudo para adoptar una posición defensiva.
Godric se sintió como un pelele ante el empujón de Leobald, pero agradeció que el caballero intercediera por él, y más aún que Adriana hubiera acudido en su ayuda cuando se sentía desfallecer. Ignorando el viscoso ruido que produjo al moverse y pisar las larvas que brotaban del suelo intentó explicar.
- Rufus es el primo menor de mi amada... él... me acusa, al igual que su tio de acabar con su vida. Tienes que escucharme - le suplicó al joven e inexperto guerrero - yo no fui, yo intenté salvarla!! - amargas lágrimas corrian por las mejillas del sacerdote. No tenía esperanza alguna en que desistiera, ni él ni los cazarrecompensas que parecían dispuestos a cobrar el precio que el Duque hubiera puesto a su cabeza. No podía dejar que sus amigos sufrieran daño por aquello. Ellos eran inocentes. De alguna manera, y pese al fuego venenoso que recorría sus venas y el ligero mareo por la pérdida de sangre mantuvo firme su deseo de no dejar que sus amigos sufrieran daño y Lathander continuó fortaleciendo el aguante y la resolución de sus aliados. Al menos los que aún estaban lo suficientemnte cerca, como Adriana y Leobald.
Las palabras de Rufus III se vieron interrumpidas por un escudazo del caballero que con un ímpetu renovado, embistió su posición con la suficiente resilencia como para desplazarle unos pasos hacía atrás, los suficientes como para que Leobald se interpusiera entre Godric y el joven noble sediento de venganza. Volviendo a elevar su metálico blasón, el veterano paladín adoptó una postura defensiva que le hacía prácticamente impenetrable.
Al mismo tiempo, un halo de calma y paz pareció envolver su figura, radiando cierta tranquilidad y sosiego a los que le observaban. Sin embargo, Rufus III seguía poseído por una ira profunda, que calaba hasta los huesos, royéndolos con un rencor ancestral ciego...
- ¡¡¡Como alguien de tu realea, que se considera a sí mismo pío, puede defender a un engendro del infierno... a un mal tan oscuro y pernicioso, que sobrevive a su propia extinción... para alzarse una y otra vez anidando en inocentes almas atormentadas... No eres mejor que él, impidiendo su exterminio, sólo te transforma en una herramienta más que usar... y que cuando no necesite, descartará dejando sólo un cascarón vacío...!!!
Cada palabra chirriaba, como una puerta de goznes oxidados, quejumbrosos, desesperados... pero sobre todo, Leobald adivinó a entrever entre tanto odio, una sed de justicia retorcida, y pospuesta por demasiado tiempo.
- Suficientes sandeces por hoy...
Nadie exhaló sus palabras con cierta indiferencia, casi como dirigiera un comentario más para sí mismo que para los demás. El hobgoblin, embutido en su pesada armadura a bandas metálicas característica de su raza, y pertrechado con un escudo simple pero efectivo y una espada larga sencilla pero bien equilibrada, cargó contra el cazarrecompensas que intentaba acabar con la vida de Nock.
Posicionándose justamente adyacente a ambos contendientes, el anaranjado mercenario blandió su arma con mortal precisión, digna de un profesional bien entrenado, dando una clase magistral a todos los que le contemplaban. Su primer corte fue limpió, evitando con destreza la armadura de semi-placas que portaba Stefan, la herida abierta cerca de su cuello comenzó a manar sangre a borbotones, pero su segunda estocada fue aún más letal, clavándose entre los huecos que dejaba su defensa justo en el abdomen, y perforando profundamente sus entrañas, asomando la punta de su hoja por el lado contrario del que había penetrado. Con otro gesto mecánico y sin remordimiento alguno, extrajo la hoja entera de los interiores de su oponente, dispuesto a usarla de nuevo... completamente cubierta en sangre y restos de intestinos...
Stefan palideció por segundos dando un par de traspiés... pero aún permaneciendo en pie, con su espada a dos manos dispuesta a duras penas en posición defensiva.
Ante la partición del zombi Nock empezó a sacar su ballesta, pero al ver a Godric avanzar decidido hacia el retenido zombie le dijo hacer, así tiendo satisfecho al ver su vida extinguirse. Entonces espero a ver qué decía la nota...
- ¿Será un advertencia o sera una alarma? - Se preguntó en voz alta mientras se arrancaba otra sanguijuela de sus cada vez más lastimadas patas.
Zevatur, Rolthos
Survival Check (Trampa de foso con escarpias) = 25
Stealth Check (Gemelos Cazadores) = 5
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Los pasos del impertérrito Leobald se dirigieron hacia el poste, donde la mohosa nota estaba clavada esperando desvelar su críptico contenido, sin embargo, el caballero se detuvo en seco, su agotada vista esta vez había jugado a su favor, consiguiendo detectar a tiempo un ligero desnivel en el suelo terroso y elevado que intentaba permanecer oculto con un camuflaje bastante trabajado a base de hojarrasca seca y lodo cuarteado. Su experiencia en el campo de batalla, le había otorgado la capacidad de reconocer una trampa de foso diseñada para dividir y diezmas tropas de infantería, usadas por enemigos sin escrúpulos u honor, y ahora mismo se encontraba frente a una de ellas.
Sintió la mano de Godric sujetarle el brazo al mismo tiempo, ... al parecer el joven sacerdote también se había percatado, al estar prácticamente igual de cerca que él, del vil y artificial obstáculo que tenían preparado para ellos... La única duda que parecía surgir, era como el propio zombie no había caído en ella, cuando se paseaba literalmente sobre la endeble capa que la camuflaba... ¿quizás estaba diseñada para soportar cierto peso?
La distracción sufrida por ambos, fue la suficiente para que los subsiguientes ataques les sorprendieran completamente... varios dardos de ballesta pesada volaron en dirección del sacerdote provenientes desde diferentes ángulos de entre la maleza cercana... mientras que, con un rugido, alguien salía de entre unos arbustos cargando con una lanza también hacia Godric... parecía que había una predeterminada fijación con él... y la emboscada le tenía como objetivo.
Knock, ya con la ballesta en mano, vio venir el ataque y estaba preparado para defender a su bandada, al igual que Khalion, Mablung y Adriana... sin embargo, el enmascarado aasimar pudo reconocer en los ropajes del humano, que se lanzaba casi poseído por una ira incontrolable, una de las diferentes insignias que estaban grabadas a fuego en la armadura de cuero del joven. El gremio de los cazarrecompensas había encontrado el objetivo del contrato hace días reclamado... y ese era el camino.
Khalion puede tirar History para intentar identificar a los asaltantes y si los conoce de antemano, por su estilo de cazar, trampas, ballestas pesadas, y un humano que no parecía tener mucho aprecio a su propia persona lanzándose así a la refriega.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Por fortuna o intervención divina, Godric ya tenía sus aparejos de guerra en las manos cuando los dardos comenzaron a volar y aquel desquiciado hombre se abalanzó sobre ellos, no, sobre ellos no, sobre él. Levantó el escudo y su mágica maza, aún encendida tras acabar con el zombie, ilumunó debilmente su rostro que tenía un rictus serio ante la proximidad de la muerte, posiblemente la suya.
PbP Character: A few ;)
La carga, que en un principio parecía precisa, no fue lo suficiente para que la pesada armadura de Godric amortiguara el golpe, provocan que la flexible asta de la lanza se combara peligrosamente, esto produjo una cotrareacción de su atacante, que con un grito de frustración al no ver a su víctima ensartada, giró sobre si mismo para golpear sus piernas con la parte roma y hacerle ceder los escasos centímetros que separaba al sacerdote de una embarrada tumba...
Pero de algún modo, el veterano curandero conocía esa técnica... muy enterrada en lo profundo de una memoria, que quizás no era suya del todo, sabía como contrarrestar el embate consiguiente, y con un ágil baile de pasos, evitó que la madera de la lanza se enhebrara entre sus piernas, dejando expuesto al muchacho cazarrecompensas a todos sus compañeros...
Aún así pudo oír el letal susurro dedicado a su persona... probablemente Leobald, a su lado, lo escuchó también, y quizás cierto diablillo, que con un grito de rabia entró también en la contienda buscando venganza contra su amo.
- Perecerás de la manera más lenta y cruel posible... como la muerte que le dedicaste a mi tía... y a mi prima... tu cabeza ondeará en mi pica, todo el camino de vuelta... en donde tus manos llenas de sangre destruyeron a mi familia...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
El rudo, fornido y osco druida, oteó la zona buscando cualquier indicio de sus atacantes ocultos, y con el don que los elfos tienen para la percepción, especialmente siendo un elfo de los bosques en un entorno mas o menos afín, con foresta y matorrales bajos rodeándole, Mablung fue capaz de localizar a dos cazadores, ocultos en zonas opuestas. El primero se hallaba muy cerca suyo y de Nock, justo a la salida de las ruinas más al este, entre una zona de maleza densa. El segundo se podía percibir más al suroeste, en la diagonal opuesta al elfo, entre unos arbustos justo cuando acababan las ruinas que limitaban con el resto del cenagal.
Sin dudarlo, justo antes de moverse para intentar ocultarse si era necesario... indicó a sus compañeros las localizaciones aproximadas de los enemigos ocultos.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Una vez cazador.. siempre cazador. Grotesca emboscada sin un cerebro que los gobierne que estaba destinada al fracaso desde un comienzo. Deslizando la ballesta a la espalda y sujetando el pomo de artesanía de otros planos de Allure permaneció parado junto a la elfa, dispuesto a defenderla de un ataque que con seguridad nunca llegaría. Allí, de pie, contempló el devenir del lance que se desarrollaba. Bajo máscara trató de triangular los tiradores ocultos y las posibles lagunas en la emboscada o donde quizá aún aguardaban nuevos refuerzos.
-Principiantes..
Mientras Khalion también intentaba observar el campo de batalla, ayudado por las indicaciones de Mablung, protegienddo a la elfa en el mismo movimiento... comenzó a escuchar unas voces que provenía e la maleza más cercana al druida y al kenku.
- Khalion del Oeste... el Maestro Kulio ya nos habló de tí... así que te concedemos una oportunidad que nunca solemos ofrecer... Únete a nosotros en la caza... conseguimos juntos la cabeza del contrato... y repartimos las ganancias contigo... honor entre 'compañeros', es algo que debes considerar... antes de que te hagamos daño a ti también si intervienes y rompes el código...
Mientras la letanía era invocada, y la oferta expuesta, desde el otro lado del campo de batalla, dos dardos de ballesta pesada volvieron a volar en dirección al sacerdote, ... pero ambas volvieron a errar su objetivo... el joven veterano de guerra contaba con muy buena armadura, y sus reflejos seguían intactos... de momento.
Con un gruñido de frustración, un oscuro cántico comenzó a sonar desde la posición oculta de Damon, fue breve, pero eficiente... las piernas de Godric comenzaron a temblar mientras perdía toda la fuerza que le restaba, quedándole sólo la suficiente para permanecer en pie y poco más... Tenía que resistir esa terrible maldición o su posición quedaría muy vulnerable ante futuros ataques traicioneros...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Khalion del Oeste continuaba quieto valorando deficiente emboscada y suicida carga a lanza. Sin duda el gremio de cazarrecompensas adelgazaría esa mañana. El ruido de un mar tranquilo resonaba en la cabeza del aasimar al empuñar a Alure, quizá llamando a su gemela.
-El trabajo aquí nos ha traído y ahora quereis hacernos perder tiempo vital.. semejantes imbéciles tratar de emboscar en terreno hostil.. por favor sed sensatos y morid con presteza para poder continuar nuestras pesquisas.. o quizá escuchad al muchacho que futilemente tratais de ensartar.. y quizá ganeis oro además de vuestros pellejos..
Adriana reaccionó presta a la amenaza, preparada gracias a sus aguzados sentidos élficos. De reojo, con sus felinos ojos, y tras apartar su rojiza maraña de pelo de su rostro, entendió perfectamente las indicaciones de su compañero y aliado Mablung, señalando a una zona cerca de las ruinas que se elevaban al suroeste. Su mirada avanzó, recorriendo el campo de batalla hacia donde el fuerte druida, de carácter agrio cuanto menos, había indicado, y allí entre la maleza pudo detectar a su objetivo agazapado, preparando una ballesta pesada doble que cargaba con sendos virotes. Una gran espada a dos manos sobresalía ceñida a su espalda, lo que le hacía igualmente peligrosa si era usada... quizás más que si se dedicaba a usar la propia arma a distancia.
Sin embargo, para coger ángulo necesitaba adelantarse, así que, evitando la protección de Khalion, lo que quizás no era mala idea después de su último encuentro donde acabó rodando escaleras abajo, avanzó acortando terreno hasta situarse justo al borde de la trampa de foso, al lado opuesto de donde se encontraban el castigado Godric y el honorable Leobald. Tuvo cuidado de no avanzar ni un centímetro más antes de disparar su ráfaga arcana, que azotó como un látigo, con su ya característico color verde tumefacto, el escenario, golpeando de lleno a su enemigo, que emitió una alarmante alarido de dolor al ver como ésta le quemaba la piel y los músculos de su hombro comenzaba a podrirse con pústulas enfermizas.
La alta elfa no pudo evitar mirar, después de su ataque, a su espalda, por si se repetía cierto comportamiento, y el enmascarado decidiera cargar contra ella y empujarla al foso... cosa que no le extrañaría para nada, pero al parecer, el cazarrecompensas aasimar permanecía allí quieto, vigilando el combate impasible como siempre, y algo cabreado con los torpes atacantes.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Nock dio un respingo al ver la repentina emboscada. Tras el instante de confusión inicial comprendió lo que pasaba. ¿Qué clase de necios energúmenos usaban muertos vivientes como parte de una emboscada? Un graznido de indignación y furia salió de su garganta. Se centró sobre el conjurador que se había desvelado marcándole para darle caza... “No te escaparas” masculló entre dientes. Normalmente media sus pasos con cuidado, posicionándose y alejándose de posibles peligros. Pero en esta ocasión su indignación pudo mas y se movió para dispararle con inquina. Dejó a Mablung a un lado y al enemigo escondido a su izquierda.
- Nigromante... muere... – Dijo mientras disparaba.
Zevatur, Rolthos
El dardo de Nock se perdió inofensivamente entre la maleza que rodeaba a Damon, mientras, su hermano, en el lado opuesto del campo de batalla, lanzaba una horrible maldición sobre Godric, dejándole extremadamente vulnerable al daño, al mismo tiempo que sentía como las energía necróticas de tan terrible hechizo, le robaban la fuerza sin contemplaciones, debilitándole en extremo...
El dardo de Stefan rebotó contra la pesada armadura del sacerdote, cayendo al suelo a su lado con la punta quebrada... parecía que hoy no era el día de los cazadores, podrían haber tenido una gran ventaja y haber devastado a sus enemigos, especialmente el médico de guerra, que era su objetivo principal... y sin embargo lo único que habían ganado era exponerse ante el grupo a emboscar como simples aficionados y ser castigados por ello...
Empieza el turno de nuevo, y si no me equivoco, es Khalion el que actúa... o no...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Alure, the Waves Biter, bailaba entre manos aasimar. Ansiaba batirse contra aceros por muy inexpertos que se empeñaran en demostrar. ¿Qué le estaba pasando al gremio de cazarrecompensas para confíar sus cazas en semejantes incapaces?. Por muy bravo que el sacercote supiera ponerse.. no dejaba de ser el mas inofensivo del grupo y pieza mas.. sencilla.
-Honrad al círculo y desapareced.. sois la vergüenza del gremio..- increpó a aquellos que mostraban su cobardía manteniendose ocultos.- Mostrad la cara, sabandijas, actuais con el deshonor de los asesinos.. menos ese..- señalando a aquel tan bravo como estúpido que cargaba con su lanza.-Al menos morid dejando en buen lugar al colectivo..
Con paso indiferente avanzó tangencial al joven humano. No buscaba interferir pero tampoco quedarse lejos de donde ocurrían las cosas. Bordeando las ruinas hacia aquel infeliz que se escondía mas al sur.
Mintras Khalion lanzaba su oratoria al aire para que fuera escuchada por todos, y se desplazaba estratégicamente al mismo tiempo. El salvaje druida saltó de entre la maleza cercana a las ruinas del este, apuntando entre la maleza al mellizo agazapado allí, su vista elfa le tenía perfectamente localizado, pero la densidad de arbustos y su posición, le hacía complicado ser impactado en la distancia.
La flecha voló perdiéndose entre el ramal del follaje bajo de manera inocua, pero eso, de algún modo avivó la sed de sangre de su oponente, que, mientras Mablung volvía a colocarse en su ventajosa posición también entre la maleza, cargaba indiscriminadamente contra un expuesto Nock (antiguo TocToc)... La espada que empuñaba a dos manos era enorme y tinturas en tonos rojizos recorrían su pesadas hoja.
El primer embate fue fácilmente esquivado por el hombre-cuervo, pero el segundo le llegó por sorpresa y le impactó de lleno, dejando un reguero de sangre a su alrededor cuando una gran herida se abría allí donde el acero había cercenado su carne...
[Turno de Godric]
" ¡Oh la Oscuridad...! "
- No... - dice Godric en voz baja - ¡NO! - grita cuando ve el acero morder la carne de Nock.
- Quietos quietos... - dice, casi rogando, intenta moverse pero sus piernas se niegan a obedecerle virtud de la impía magia que están utilizando los cazarrecompensas. - Nadie tiene porqué resultar herido esto es un error... - le dice al joven enfurecido que tiene frente a él.
Pese a su intento de calmar la situación no ignora el hecho que uno de sus amigos está herido y reza a su dios.
- Lathander, Lord de la Mañana, ilumina a aquellos que son justos y valientes con tu luz vespertina y no permitas que caigan bajo el acero de estas pobres almas confundidas... -
Ante su rezo, el joven clérigo comienza a brillar, no es una luz brillante y poderosa como en otras ocasiones, si no que es el débil y sútil resplandor del sol cuando está a punto de romper el horizonte y comeinza a desterrar las tinieblas de la noche. El fulgor comienza a extenderse desde Godric hasta alcanzar un poco más allá de donde está Nock y Adriana.
La presencia de su Dios hace que Godric se sienta más reconfortado.
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Y ese confort que su Dios le había otorgado en ese mismo momento, como una frugal visión de lo que le esperaba, fue el que le salvó de la tanda de saetas envenenadas qué, esta vez, con clara precisión, se clavaron con un sordo impacto atravesando su metálica armadura en los puntos más débiles. Un torrente de veneno comenzó a recorrer sus venas, acompañado por el necrótico destello de una maldición que al mismo tiempo le robaba la vida en cada herida producida...
La masiva debilidad que le impedía moverse en ninguna dirección tampoco ayudó... y sintió como casi se desvanecía por tan inmenso castigo... su vida pendiente de un hilo... a merced del misterioso joven que cargó primero sin ningún aprecio por su vida... y al parecer, tampoco por la de Godric.
Un grito de horror se emitió desde algún punto cercano e invisible del sacerdote... seguido de otro de rabia e ira descontrolada... alguien iba a sufrir la ira de un pequeño demonio altamente vengativo y rencoroso.
El suelo, justo debajo del seguidor de Lathander, comenzó a teñirse de rojo, ante las masivas hemorragias sufridas y las convulsiones que el veneno le imponía al casi defenestrado muchacho.
Turno de Adriana.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
La hechicera alta elfa lanzó un par de ráfagas más hacia el parcialmente camuflado Damon, intentando vengar a su amigo con la ira de su patrón unicornio... del que apenas ya sabía nada, quizás olvidando forzosamente en su interior las visiones otorgadas por su antiguo familiar, ahora transformado en larva tumefacta... En cualquier caso, esa rabia conducida, impactó de lleno en el brazo que portaba los virotes para cargar la ballesta pesada, corrompiendo su madera y retorciéndola, haciéndolos inservibles, incluido el que aún quedaba rezumando ponzoña lista para ser usada contra el joven sacerdote.
Con otro gesto de su mano, un arco iris de colores verdes y enfermizos, donde en otro momento debería aparecer toda la gama cromática, surcó la distancia entre ella y el herido Godric, que tras recibir la sanación y ver como sus hemorragias se reducían parcialmente, también observó junto a Leobald como del suelo que pisaban comenzaba a manar gusanos y pupas retorciéndose... exquisita comida para Nock, pero repugnante visión para el resto... La maleza que cubría la trampa y alrededores comenzó a podrirse y secarse ... dejando al descubierto en ciertas parte un profundo foso oscuro donde no se podía percibir el fondo...
Rufus, el joven inexperto que había cargado inconscientemente contra el veterano médico de guerra, hizo un giro de su lanza antes de volver a usarla, un estandarte, que estaba envolviendo hasta entonces el asta de su arma, se desplegó ante sus ojos mostrando lo que él ya se temía... la heráldica de la Baronía de su antigua amada... que fue víctima cruel del sacrificio que le tenía destinado su propia madre... Sin duda el chico que tenía delante debería ser algún pariente suyo, un primo quizás... buscando la venganza sobre la persona equivocada...
El impacto en su interior que removió tantos sentimientos aún sangrantes ... casi consiguió distraerlo lo suficiente para no levantar el escudo a tiempo y evitar que la punta de esa lanza, portadora de tan nefastas noticias, le arrancara parte de su rostro. Frustrado por su nuevo error, Rufus III bramó mientras volvía a intentar arrojarlo al foso que tan infructuosamente habían preparado de antemano con una embestida de su hombro.
- ¡¡¡ Muere vil asesino... tu las mataste... tanto a madre como a hija, las asesinaste y sacrificaste en tu altar impío... justo bajo nuestros ojos... aprovechándote de su inocencia y candidez, ... no hay lugar en el infierno al que sirves, que aplique el castigo que mereces !!!!
Turno de Leobald, pero antes Godric tiene que hacer su tirada de resistir el "empujón" de amor... de Atletismo o Acrobacias, lo que mejor le venga (entiendo que lo último porque tiene desventaja a las tiradas de fuerza)
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Leobald reaccionó por fin a lo que estaba sucediendo a su alrededor, el cansancio por la dura marcha entre las ciénagas había embotado sus sentidos más de lo que había creído ¿Quienes eran aquellos muchachos y de qué acusaban a Godric exactamente? ¿Cuanta verdad habría en sus palabras? De reojo, no pudo dejar de ver las consecuencias de la magia corrupta de Adriana. Encaró al joven levantando la guardia entre crujidos de metal y le embistió con el escudo para tener su atención y liberar a Godric de sus ataques.
—¡Basta! Detén tu mano, joven —instó al muchacho de la lanza tras el empellón, tratando de situarse entre él y el Godric—. Detened está locura antes de que muera alguien —instó al chico con una voz poderosa poderosa y profunda, cargada de autoridad y entendimiento—. Estáis atacando a agentes de La Corona. Capitulad y explicaos, os lo ruego, antes de que sea tarde para todos —trató de persuadir al chico con una voz más calmada—. ¿De qué habla este muchacho, Godric?
El caballero retrasó su espada y adelantó su escudo para adoptar una posición defensiva.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Godric se sintió como un pelele ante el empujón de Leobald, pero agradeció que el caballero intercediera por él, y más aún que Adriana hubiera acudido en su ayuda cuando se sentía desfallecer. Ignorando el viscoso ruido que produjo al moverse y pisar las larvas que brotaban del suelo intentó explicar.
- Rufus es el primo menor de mi amada... él... me acusa, al igual que su tio de acabar con su vida. Tienes que escucharme - le suplicó al joven e inexperto guerrero - yo no fui, yo intenté salvarla!! - amargas lágrimas corrian por las mejillas del sacerdote. No tenía esperanza alguna en que desistiera, ni él ni los cazarrecompensas que parecían dispuestos a cobrar el precio que el Duque hubiera puesto a su cabeza. No podía dejar que sus amigos sufrieran daño por aquello. Ellos eran inocentes. De alguna manera, y pese al fuego venenoso que recorría sus venas y el ligero mareo por la pérdida de sangre mantuvo firme su deseo de no dejar que sus amigos sufrieran daño y Lathander continuó fortaleciendo el aguante y la resolución de sus aliados. Al menos los que aún estaban lo suficientemnte cerca, como Adriana y Leobald.
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Las palabras de Rufus III se vieron interrumpidas por un escudazo del caballero que con un ímpetu renovado, embistió su posición con la suficiente resilencia como para desplazarle unos pasos hacía atrás, los suficientes como para que Leobald se interpusiera entre Godric y el joven noble sediento de venganza. Volviendo a elevar su metálico blasón, el veterano paladín adoptó una postura defensiva que le hacía prácticamente impenetrable.
Al mismo tiempo, un halo de calma y paz pareció envolver su figura, radiando cierta tranquilidad y sosiego a los que le observaban. Sin embargo, Rufus III seguía poseído por una ira profunda, que calaba hasta los huesos, royéndolos con un rencor ancestral ciego...
- ¡¡¡Como alguien de tu realea, que se considera a sí mismo pío, puede defender a un engendro del infierno... a un mal tan oscuro y pernicioso, que sobrevive a su propia extinción... para alzarse una y otra vez anidando en inocentes almas atormentadas... No eres mejor que él, impidiendo su exterminio, sólo te transforma en una herramienta más que usar... y que cuando no necesite, descartará dejando sólo un cascarón vacío...!!!
Cada palabra chirriaba, como una puerta de goznes oxidados, quejumbrosos, desesperados... pero sobre todo, Leobald adivinó a entrever entre tanto odio, una sed de justicia retorcida, y pospuesta por demasiado tiempo.
- Suficientes sandeces por hoy...
Nadie exhaló sus palabras con cierta indiferencia, casi como dirigiera un comentario más para sí mismo que para los demás. El hobgoblin, embutido en su pesada armadura a bandas metálicas característica de su raza, y pertrechado con un escudo simple pero efectivo y una espada larga sencilla pero bien equilibrada, cargó contra el cazarrecompensas que intentaba acabar con la vida de Nock.
Posicionándose justamente adyacente a ambos contendientes, el anaranjado mercenario blandió su arma con mortal precisión, digna de un profesional bien entrenado, dando una clase magistral a todos los que le contemplaban. Su primer corte fue limpió, evitando con destreza la armadura de semi-placas que portaba Stefan, la herida abierta cerca de su cuello comenzó a manar sangre a borbotones, pero su segunda estocada fue aún más letal, clavándose entre los huecos que dejaba su defensa justo en el abdomen, y perforando profundamente sus entrañas, asomando la punta de su hoja por el lado contrario del que había penetrado. Con otro gesto mecánico y sin remordimiento alguno, extrajo la hoja entera de los interiores de su oponente, dispuesto a usarla de nuevo... completamente cubierta en sangre y restos de intestinos...
Stefan palideció por segundos dando un par de traspiés... pero aún permaneciendo en pie, con su espada a dos manos dispuesta a duras penas en posición defensiva.
Turno de Nock
" ¡Oh la Oscuridad...! "