- La misma Fe… - musita el joven clérigo mientras pasea su mirada del ladino mayordomo al grotesco Magistrado. - Y sin embargo la última vez vos dijisteis que bastante daño había hecho el Señor de la Mañana ya en aquella casa… - Godric observó como el cuerpo del Magistrado se pegaba más al esbelto cuerpo de Adriana, como sus orondas manos casi cubrían por completo su delicado talle. Mirando a los ojos a Adrian le tomó el vino de las manos
- Hablaremos de esto con más calma. Tenedlo por seguro -
Y con la copa de rojo licor en las manos se dirigió a la pista de baile. Al llegar al lado de la dispar pareja Godric se tropezó, derramando el vino sobre ellos, en realidad no le importaba sobre cuál de los dos fuera.
- Lord Magistrado aquí tenéis vuestro vi… Por los Dioses!! Que torpe!!! Por favor disculpadme. El Lord de la Mañana no tuvo a bien otorgarme un buen equilibrio, por favor, permitid que os limpie… oh que desastre… lo lamento tanto… -
Mientras hablaba Godric se interpuso entre Adriana y el orondo y lascivo Magistrado, intentando limpiar, sin éxito, la mancha de vino en la ropa. No estaba seguro de poder hacerlo pero intentó ver la reacción de Adrian al tirar la copa y derramar su contenido. No había visto nada extraño pero no se fiaba de aquel mayordomo, y menos con lo que había corroborado en aquella fiesta sobre la salud del Magiatrado.
Adrian no contestó a Godric, sólo sonreía mientras observaba la escena, como si fuera el autor de una complicada partida de ajedrez, donde seleccionados peones se movían en su propio tablero.
La copa de vino se derramó cayendo completamente sobre el vestido nuevo y alquilado de Adriana, aunque los tonos se parecían, una densa mancha rojiza comenzó a deslizarse lánguidamente a lo largo de su corte, cerca de su escote, y parte de su calado, estropeándolo completamente. Aún así, la estratagema del sacerdote pareció cumplir su objetivo, puesto que el deforme magistrado dio un par de torpes pasos atrás, justo cuando su mano estaba a punto de deslizarse hacia la parte baja de la cintura de Adriana, rompiendo cualquier protocolo de decencia posible. Con un agudo alarido, bramó algo más para sí mismo que para los que le escuchaban, como si acabara de salir de un extraño estupor que lo mantenía aletargado.
- Qué torpeza la tuya ... Que Lathander ilumine tus pasos, porque realmente lo necesitas... es la segunda vez que tus tropelías arruinan mi presencia o mi persona ...
Sin estar muy convencido de sus propias palabras, Lord Morbius se alejó algo confuso hacia la salida, intentando evitar por todos los medios permanecer más tiempo en aquel lugar, con un gesto de su viscosa mano, llamó a su senescal, que seguía mirando fijamente a Godric con cierto regocijo. Antes de abandonar la sala junto a su señor, Adrian, se giró hacia la pareja que hacían Adriana y su espontaneo rescatador, e inclinó su cabeza en un señal de educada despedida, que quizás podía contener algo más escondido... como un "bien jugado" quizás ...
Eda Oweland, ocupó rápidamente el centro de la sala, al ver como la situación había degenerado y el espíritu festivo se había arruinado completamente, hasta el punto de que ni el bardo con sus mejores tonadas podría reparar. A su lado, el mecenas Gellan Primewater, cogio su mano y ambos la alzaron para indicar que el esperado anuncio de la sorpresa del final del evento estaba a punto de llegar. Al mismo tiempo que sus manos entrelazadas iban de nuevo descendiendo acompasadas, la voz de la más veterana del consejo se elevaba.
- Estimados invitados, y homenajeados, es un gran honor para mi comunicar, que, el pueblo de Saltmarsh, y nosotros como sus representantes, obsequiaremos a los héroes que liberaron del azote de esa maldita plaga de contrabandistas, a todos los honrados ciudadanos que conforman esta comunidad, con la no discreta recompensa de quinientas monedas de oro, que han sido recolectadas de todos y cada uno de los habitantes de la región... no sin un gran esfuerzo por su parte....
Cuando toda los espectadores presentes comenzaron a aplaudir con un estruendo digno de la mayor de las tormentas, Eda volvió a levantar súbitamente la mano para acallar a todos, indicando que aún no había acabado ahí su elocuente discurso.
- Además, donamos a los agentes de la corona, la totalidad del navío incautado "El fantasma del Mar", que tras ser reparado y limpiado de algunas... plagas que detectamos en sus almacenes inferiores, está más que preparado para servirles y conducirles allí donde sus deberes les lleven... ¡Por favor otro fuerte aplauso para los homenajeados!
La turba de mercaderes, nobles, invitados vips, altos cargos de los diferentes gremios y acompañantes, volvió a abandonarse a otro repetitivo y atronador batir de palmas donde miradas de todo tipo, de admiración, de perspicacia, de desafío, o de indiferencia entre otras muchas, se mezclaban para elevar a los protagonistas a su más alto rango.
Mientras, apoyado contra una de las cristaleras que daban salida a las balconadas exteriores, un aislado Eliander observaba la escena con preocupación mal disimulada, y no pudo evitar echarse una mano al rostro para frotarse los ojos con fuerza como si intentase salir de una turbia pesadilla.
En breve os paso los mapas y características de vuestro nuevo navío... ahora sólo os queda encontrar la tripulación que lo mantenga... La leyenda de la peligrosa Capitana Adriana la Pelirroja, vuelve a coger fuerza.
Leobald asistió al teatro de Godric con curiosidad, pero desde la distancia. Desde luego había sido una maniobra inteligente.
Tras el discurso de Eda, en medio de la algarabía y los aplausos, Leobald se alejó del centro de atención que recaía en la presidenta del Consejo. Buscó la mirada de Eliander y, discretamente, caminó hasta situarse a su lado en la cristalera.
—No llego a adivinar el alcance de todo esto, pero el Consejo no da puntada sin hilo. Y por vuestro gesto, creo que no me equivoco —susurró al veterano oficial—. ¿Qué significa esto, capitán? Ninguno de nosotros es marino.
Nock asintió a la enana. Aunque unos segundos antes el alcohol la había empujado a abandonarse a sus instintos más básicos, ahora parecía más entera, sin duda la famosa resistencia enana al alcohol. Apreció sus palabras con algo de distancia. No querría verse envuelto en un extraño romance interracial. - Seguro que algo se puede arreglar con Bastianes.
El silencio musical atrajo la atención de Nock y se aproximó a la sala mientras un sirviente se acercaba a llamarles para que entrasen al interior. El anuncio se iba a realizar en breve.
El anuncio de la recompensa en dinero le trajo un sabor agridulce. Por un lado, el dinero siempre era bienvenido por otro intuía que no les iba a salir gratis; la población se resentiría por aquel impuesto. Y la bandada, siendo el destinatario final, pagaría la recompensa con resentimiento. Incluso repartirlo entre el pueblo de forma aleatoria traería agravios comparativos, envidias e injusticias.
Su agridulce hilo de pensamiento se interrumpió con la sorpresa del anuncio del barco. Abrió el pico con perplejidad. Un barco para él… para la bandada. Hacía mucho tiempo que no embarcaba y sus años en de marino parecían haber ocurrido en otra vida. Intercambió una mirada con Mablung y Leobald. Aquel regalo implicaba obligaciones y poder, libertad y cadenas… miró hacia la oscuridad donde intuía estaría el puerto y dejó escapar el aliento que había contenido. No sabía muy bien cómo reaccionar a aquello.
- Quizás debas decir algunas palabras... Leobald. De agradecimiento por el regalo. – Susurro al paladín dándole un leve empujón hacia delante.
Adriana observó perpleja cómo el licor oscuro empapaba su exquisito vestido. Boquiabierta durante unos segundos, miró a Godric en silencio, con sorpresa y cierto fastidio. Pero cuando se dio cuenta de la artimaña de su compañero, habló exagerando su malestar, para darle más veracidad a la escena.
- ¡Oh, Godric! ¡Mi vestido! - exclamó - ¡Qué desastre! ¡Debo limpiar esto inmediatamente!- y se dirigió a Lord Morbius - Disculpe la torpeza de mi compañero, señor Magistrado, debo acudir al excusado para intentar arreglar esta calamidad - pero su excusa no fue necesaria, ya que el orondo hombre dio por finalizado el baile y salió airado de la sala.
Acercándose a Godric, le susurró unas palabras de agradecimiento por haberla rescatado de aquella situación y una felicitación por su elegante resolución. Cuando efectivamente Adriana se dirigía a algún sitio para intentar limpiar sus vestimentas, los anfitriones dieron por finalizada la fiesta anunciando la sorpresa final. Y, efectivamente, lo fue. La alta elfa aplaudió y sonrió infinitamente agradecida, tal y como se esperaba de ella, pero en su interior se gestaba la inquietud de no saber aún las implicaciones que tendría todo aquello para el grupo de agentes.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Leobald accedió al leve empujón del Knock, algo extrañado por su comportamiento. Por alguna razón a su córvido amigo le parecía importante rubricar aquello con algunas palabras que dieran solemnidad a tan extraña dádiva. Suspiró. No podía negarse a prestárselas, aunque un navío recuperado de manos de delincuentes por agentes de la Corona, en aguas de la Corona, siempre había sido de la Corona. Avanzó un paso y carraspeó antes de hablar.
—En nombre de mis compañeros os doy las gracias, no tanto por el obsequio, como por la confianza —asintió a Eda con cierta solemnidad—. Cosa realmente atesorable en estos tiempos oscuros. —con la mirada triste y el gesto lánguido no pudo evitar sonar algo lúgubre—. Espero que este gesto sea el comienzo de una relación más sosegada y estrecha entre el Consejo y la Corona —dijo elevando un poco la voz, dotándola de profundidad y cierta energía carismática—, pues ambas partes solo quieren lo mejor para Saltmarsh en lo que está por venir. Muchas serán las tormentas que la mar arroje contra la proa de esta ciudad, pero juntos podremos superarlas. Gracias de nuevo —saludó otra vez a los anfitriones con un asentimiento cortés.
Esperó el momento adecuado para retirarse según las normas de etiqueta dando por concluido el asunto.
-Enhorabuena por vuestro nuevo barco- susurró Mablung a Eliander mientras escuchaba Eda y luego para sus compañeros mas cercano dijo: -ahora sabemos porque las buenas gentes de Saltmarh nos han brindado tan caluroso recibimiento a nuestra llegada-.
Asqueado por la situación y sobre todo por la hipocrosia de Eda, se dispuso a tomar la palabra pero Leobald se le adelantó y tras oir sus palabras comento en voz alta: - El círculo druida agradece el gesto de las buenas gentes de Saltmarh y por ello dona su parte al gremio de pescadores, con la certeza de que les será más útil a ellos y su inestimable labor que al círculo. Señor Anders espero que como miembro del Consejo más cercano al gremio se haga cargo de esta aportación a las arcas del gremio, para que lo usen en lo que consideren más apropiado- Tras lo cual y tras una reverencia hacia Eda y Primwater se encamino hacia la salida.
En su trayecto hasta la puerta busco donde estaba Flabius y mirándole a los ojos se detuvo donde pudiese verle y escurrió el agua de su capa, para luego abandonar el edificio.
Nock se echó un paso para estudiar a sus compañeros mientras reaccionaban a los acontecimientos. Las palabras de Leobald estaban cargadas de diplomacia y mesura. El gesto y actitud de Mablung mostraba su honesta franqueza y posicionamiento en la estructura social. La admirable soltura en la alta etiqueta de Adriana daría lustre al regalo en las memorias de los asistentes. Sonrió con satisfacción ya que sus reacciones de alguna forma endulzaban el posiblemente envenenado regalo.
Godric no daba crédito. Sin duda aquella era un recompensa envenenada. Era normal que la gente hubiera tenido aquella reacción, ahora lo comprendía mejor. Mientras pensaba cuál sería la mejor forma de hacer llegar a la gente aquellas monedas de oro, Mablung cedió su parte al Gremio de Pescadores. Bien hecho, alli delante de todos incluso si aquel noble quería quedarse con el dinero, al haberlo hecho público se lo impedía.
Godric pensó que lo mejor sería donar su parte al Templo de Akady, y que ellos distribuyeran aquellas riquezas entre los más necesitados, pero no sabía si habría alguien en el lugar de culto para poder hacerlo. Como siempre, no parecía que hubiera una respuesta correcta. Ya no existian lugaros oscuros y otros iluminados por dorada luz del Señor del Amanecer, si no que el mundo se había vuelto una contínua cortina gris, tan persistente como la sempriterna lluvia de aquella ciudad. Por suerte, en su infinita sabiduría, Lathander le había otrogado la habilidad de poder discernir entre aquellas sombras grises... con su ayuda encontraría la forma de traer algo de paz a aquella atribulada ciudad.
La fiesta daba sus últimos giros, y las últimas notas de la bella melodía, que componían el himno oficial de la ciudad, atrajo el silencio de todos los espectadores, que con la mano en el corazón, escuchaban mortecinamente la balada final.
Aprovechando que todo el mundo estaba de espaldas a Eliander y sus acompañantes más cercanos, éste susurró a Leobald para responder su pregunta justo antes de que el carismático paladín usara sus habilidades, en parte aprendidas por las horas pasadas con su progenitor en las incómodas y eternas recepciones al que a veces se veía comprometido a asistir en la corte. Quizás el viejo le enseñó más de lo que él pensaba, o quizás había desarrollado su propio estilo, en cualquier caso, estaba preparado para intervenir, incluso con el repentino empujón de Nock.
- Ese barco... debería ser de inmediato puesto bajo la autoridad de la Corona y ser enviado a Seaton para su actualización y reconstrucción a galeón de guerra... pero al haberlo anunciado en público y ante todos los representantes de los gremios, si eso ocurre, lo considerarían un desprecio ingente hacía su propio presente... lo que lo encadena a vuestra propiedad, debéis usarlo vosotros si o si, incluso a sabiendas que nadie se ofrecerá como tripulación, sin ser visto como un traidor a la propia ciudad, y por supuesto también conociendo que no tenemos la capacidad de pedir o solicitar un destacamento entero para poblar y cubrir las necesidades del navío, por lo que cobrarán impuestos y tasas de embarcación, amarre y diversos costos más, mientras no podemos mover ese barco de ahí... Sin duda, en los primeros cuatro meses, y habrán amortizado la "donación" que hizo el pueblo para recompensaros...
La explicación del Capitán de la guardia, se vio interrumpida cuando el kenku animó al caballero a pronunciarse ante todos tras el himno, lo que devolvió toda la atención sobre ellos una vez más. La gente pareció volver a abrazar sus máscaras, siempre preparadas en estos eventos, y sonrieron y aplaudieron ante las honorables y cálidas palabras de Leobald. E incluso hicieron lo mismo cuando Mablung intervino, de una manera más hosca quizás, pero altruista al fin y al cabo, y de ese material estaban hechos los héroes, al menos los que describen en las leyendas y epopeyas que todos gustan leer en las clases altas de las sociedades.
Anders asintió, a pesar de no pertenecer directamente al gremio de pescadores, aunque todo le aceptaran como uno más, y se dispuso a recoger su correcta parte proporcional del presente donado por los habitantes de la región de Saltmarsh entre más aplausos y elogios...
La noche se avanzaba, y todos comenzaron a retirarse, volviendo a despedirse de los homenajeados, e incluso el vaporoso bardo, se atrevió por unos momentos a separarse de su trabajado laud, para besar la mano de Adriana y dedicarle unas palabras a cada uno de ellos.
- Elun'dir, Abde'thoras - Ethil ... que la paz y el éxito os acompañen...
Las marismas de Hool, ese lugar donde los anteriores agentes habían perecido entre horribles estertores, y sus partes fueron encontradas dispersas por varias hectáreas cerca de las fronteras donde la ciénaga lindaba con el mar de hierba al oeste de Saltmarsh, muy al oeste... Al menos este grupo había conseguido llegar al mismo punto que sus predecesores, y quizás con suerte, superar ese hito maldito...
El hedor era más que desagradable, aunque después de las primeras horas de caminar a través de lagunas de agua estancada y semipodrida, por un camino que más se parecía a un cenagal flotante que recorría sinuoso todos los humedales circundantes, se habían acostumbrado ya al olor y el impacto era más soportable. Khalion se había desplazado sin problema alguno, como si flotara sobre el lodo pastoso que les hacía de sendero y el esfuerzo requerido le fuera mínimo en comparación con el resto, que tenían que levantar con fuerza su calzado para desanclarlo cada vez que se hundía varios centímetros en el barrizal. Lo que hacia el avance especialmente lento y exhaustivo.
El otro problema principal, eran las densas nubes de mosquitos que parecían disfrutar cebándose con los único habitantes aparentemente del lugar en millas alrededor. El tamaño de esos insectos desafiaba con creces cualquier cosas que hubieran visto antes, y su constante presencia con continuos picotazos que dejaban atrás sarpullidos y la piel ardiendo, no ayudaba tampoco al ánimo ni avance de la misión asignada por Bastianes días antes.
Los únicos que parecían evadir el problema con la plaga de urticantes e insidiosos insectos eran: Adriana, que por alguna razón, concentraba más su presencia alrededor de ella, pero no se posaban ni intentaban alimentarse de su dulce sangre élfica, ... sólo parecían sentirse más... "cómodos" a su alrededor... Mablung, que sus chasqueantes descargas eléctricas, de algún modo actuaban como un repelente muy efectivo, dejando frita a cualquier criatura diminuta que se le acercara al instante... y por supuesto, Ostor, cuya sangre demoníaca no parecía atraer a esas criaturas... para el resto, cada hora en ese lugar era un pequeño infierno, lo que preocupaba sobre todo era a la hora de poder conciliar el sueño.
El pequeño claro donde habían acampado para almorzar, consistía en una pequeña colina elevada y suficientemente seca para poder plantar un campamento provisional, las nieblas y los efluvios que emanaban del pantano, quedaban ligeramente por debajo de ellos, generando una bucólica imagen de un mar de bruma que escondía hediondos secretos bajo su superficie. A pesar de la situación incómoda y el malestar general, la comida que preparaba Godric sobre una exigua fogata, parecía alzar algo el ánimo.
Justo antes de partir, Eliander les había pasado un documento sellado por el mismo mariscal de Ghostfinger, así que ni él mismo lo había abierto o conocía los detalles, al menos no por ese mensaje escrito en pergamino de alta calidad y con la caligrafía ya bien conocida de Bastianes. Parecía que había pasado una eternidad desde aquel momento, pero apenas había sido al salir de aquella fiesta que tantas alegrías y disgustos había traído, junto a los relevantes acontecimientos que alguno pudieron percibir. Un día y medio antes.
El objetivo era claro, espiar a las diferentes tribus de hombres lagartos que habitaban la región, adivinar sus intenciones inmediatas y quien pudieran tener de aliados o apoyándolos, y por supuesto, en caso de que fueran una amenaza, anularla con toda la fuerza que fuera necesaria. Pero había algo más... al parecer en el último mes, se habían perdido tres miembros importantes del cuerpo de exploradores que servían en el fortín del faro octogonal, el sargento Hollister, el subteniente Callum, y el brigada Llondyl. Eran expertos veteranos, y no solían desaparecer nunca de ese modo, poseían información crítica que debería ser recuperada, y por supuesto, traerlos de vuelta sanos y salvos si es que se encontraban con vida. El rastro no era precisamente fresco, y mucho menos en unas marismas, pero se les había podido seguir la pista, al menos a uno de ellos, hasta unas ruinas cercanas a su posición actual, el problema, es que era casi imposible tenerlas localizadas en un mapa, así que a partir de ahora deberían improvisar...
El otro inconveniente a tomar en cuenta, era que el camino parecía acabar justo donde se encontraban, en aquella colina, el resto parecía algo intransitable, al menos de una manera segura,... Aguas turbias, lodo, y brumas,... ¿qué podía salir mal?
Podéis rolear antes de decidir vuestros siguientes pasos, también con flashbacks, por si queréis revelar información que hayáis reunido últimamente o poner cosas en común. También tenéis que decidir si os habéis llevado a Nadie con vosotros o no.
Leobald hacía la primera guardia erguido sobre la loma, con el enorme escudo apoyado en el suelo, atento ante cualquier extraño movimiento de la bruma. El barro de los pantanos manchaba su viejo tabardo y las placas de acero de las piernas hasta las rodillas. El caballero cansado observó con preocupación como los mosquitos se arremolinaban alrededor de la elfa sin tocarla.
El camino hasta aquella loma en medio de la nada había sido duro y extenuante, pero nadie se quejaba. Ahora que descansaban con los pies fuera del agua podían pararse a pensar. ¿Qué hacían realmente allí? Salvo Khalion, no eran exploradores. Espiar a los hombres lagarto en su propio terreno le parecía tan ridículo que le sorprendía que Bastianes lo hubiera siquiera propuesto. Ridículo a menos que no quisiera tenerles cerca, o que no esperara que regresaran. Se sacudió el negro pensamiento de la cabeza. Tendrían que combatir, eso seguro. Al menos, la idea de rescatar a los tres veteranos perdidos de alguna manera le reconfortaba.
—No hemos hablado desde que dejamos la fiesta. ¿Alguien quiere compartir algún dato de sus pesquisas con los demás? —preguntó de pasada sin dejar de mirar las brumas.
Nock sentía el baboso beso del barro en cada paso que daba y aunque sus botas no se atascaban en el barro, sus pies sentían cada pequeño y misterioso grumo. Volar por encima seria mucho mejor que andar por aquel barro... suspiró ansiando la prohibida posibilidad el vuelo que había su raza había perdido hace tanto. Situado en la delantera del grupo iba guiando a sus compañeros como podía, buscando son su mirada la aprobación de Mablung, que parecía mejor adaptado al pantano. El terreno pantanoso no era su especialidad, pero algo podía aportar.
Al llegar al claro ayudó a Godric conjurando unas bayas, separó un par de gusanos y un escarabajo y le dio las bayas y frutos secos que habían aparecido en el conjuro. – Esto tiene un gran poder nutritivo, nos ayudara a ahorrar provisiones. - Despues se tomó uno de los escarabajos sintiendo como sanaba en parte las rozaduras de sus patas.
Mientras cenaban carraspeó, llamando la atención de sus compañeros. – Yo no tengo mucha más información de la que ya he compartido, pero... Debo mostraros a mi nuevo familiar. Aprendí el ritual rúnico para convocarlo, sin embargo, debo advertiros, me temo que la influencia de la magia de Akrul se deja ver en su aspecto.
Dijo esto chaqueó los dedos y un esqueleto de un búho apareció repentinamente. - Nos ayudara a vigilar por la noche en las guardias.
Godric, antes de salir, le dijo a Eliiander que tenía que hablar con él y con el resto de los agentes, con discrección. Una vez que estuvieron en la Cabra de Mimbre, y antes de que Mablung partiera a su círculo Godric les explicó.
- Esta noche, con calma, sin tener la vida de Nadie en vilo, y con la suficiente luz que había en el Salón de Baile he podido observar bien aquello que afecta al Magistrado Morbius. No se trata de ninguna enfermedad natural. Está siendo envenenado, lenta pero deliberadamente. El objetivo parece ser provocarle cuanto más dolor y sufrimiento posible. Un emponzoñamiento tan lento sólo puede darse por vía oral. Como podéis imaginar sospecho de ese ladino senescal que le acompaña a todas partes. Todo concuerda, este veneno provoca obesidad mórbida, sensibilidad extrema a la luz solar, un castigo en demasía cruel para un seguidor de Lathander como parece ser el Magistrado, pero además tiene otro efecto. Vuelve a la persona tremendamente receptiva a sugestiones y altamente influenciable. Por lo que supongo que tras este insidioso plan hay algo más que el querer acabar lenta y dolorosamente con el Magistrado Morbius, si no además influir en la administración de la Justicia Real.
Las plantas que se usan para fabricar este veneno, y que podría identificar, no son de aqui, si no de la lejana Chul, muy al sur, cerca de la zona de donde proviene la Muerte Carmesí - le dice a Khalion - . Ese tipo que os ofreció presentaros a su patrón - les dice a Addriana y Leobald - ¿No dijo que su jefe venía de aquella zona? Puede que merezca la pena investigar si es capaz de proveer dichas plantas... y a quien lo está haciendo, aunque de este último punto tengo pocas dudas, puede que descubramos si conspira con alguien más.
Puede sanarse - dice anticipándose a la pregunta - pero el veneno, tomado en las dosis que le está siendo administrado, provoca una gran adicción. lo que lo vuelve aún más peligroso si cabe. Capitán, nosotros tenemos que ir a cumplir la misión pero le ruego le haga llegar esta información lo antes posible a Marius y Bastianes. Sé que de momento sólo tienen mi palabra, pero tan pronto solucionemos el problema de los hombres-lagarto y el pantano, intentaré reunir pruebas para probar lo que digo, y poder tratar al Magistrado, con la ayuda de Lathander... -
En su habitación, a solas:
- Dime Ostor... - pregunta Godric mientras termina de doblar la ropa que se ha quitado, su cuerpo completamente desnudo débilmente iluminado por la luz de una solitaria vela en la encimera. Godric apenas prestaba atención al echo de que veía perfectamente con tan sólo aquella tímida iluminación. - ¿Has podido averiguar algo de esos nobles ? -
En el pantano:
Cuando Godric ve el familiar invocado por Knock no puede evitar mirar entre sorprendido, preocupado y por que no, algo divertido por la inocencia del kenku tanto a Mablung como a Leobald. Hace unos meses habría utilizado la luz de Lathander inmediatamente para destruir aquella abominación. Pero ya no era el joven ingenuo que había sido una vez. Ni siquiera el tiempo pasado en el frente luchando contra la Horda junto a las tropas de Cormyr le había afectado ni marcado tanto como las experiencias de los últimos meses. Knock les llamaba "bandada" era su forma de referirse a ellos como su nueva familia. Godric miró a todos y cada uno de los miembros de su extraño grupo, eran, sin duda una broma de los dioses que hubieran acabado todos juntos y desde luego una muestra de su misericorida de que estuvieran encontrando consuelo y compañia los unos en los otros. Incluso el taciturno Nadie, que se mantenía tercamente ligeramente apartado pero el joven clérigo le había visto disfrutar de su porción de comida cuando se la sirvió.
Si el recto Leobald había encontrado la forma de tolerar a Ostor, él podría tolerar a aquella criatura no-muerta, por el bien de la bandada.
- Estoy seguro que será de gran ayuda pero... Knock... no sé si será apropiado que le vean en la ciudad... él... bueno él... no tiene plumas... ni... músculos... - Godric no sabía como explicárselo ni hasta que punto el invidente kenku necesitaba de sus explicaciones - En realidad es sólo huesos... -
Mablung miraba sus compañeros acribillados a picotazos con una sonrisa un tanto ufana, dado que su nueva condición había demostrado traer una ventaja inesperada y añadida. De todas formas aquello a la larga podría suponer un problema por lo que busco durante el camino algún remedio que sirviese para proteger a sus compañeros de tan molesto incordio.
Tirada de nature en la app 10
-¿Tienes un búho no muerto de familiar?,-dijo Mablung al ver la nuevo integrante del grupo y encogiéndose de hombros:- Tenemos un diablillo y el familiar de Adriana antes del..."accidente" tampoco parecía muy...¿bueno?, con que no se acerque a mí y no entre al círculo creo que podre tolerar su presencia, pero creo que Godric y Leobald pueden ser más sensibles a tu nuevo compañero- concluyo el druida.
- La fiesta solo fue una perdida de tiempo para mí, y únicamente corroboro lo que opino sobre las "buenas gentes" que rigen el estercolero donde la corona nos ha metido, lo único bueno fue ver a ese pedante remilgado cagarse de miedo...y el baile de Godric y Adriana, por lo demás no saque nada en claro. Aunque la información sobre el envenenamiento del magistrado puede ser vital, espero que Eliander se lo haga saber a Bastianes.
- Respecto a que hacer ahora, yo pondría a prueba a nuestro nuevo acompañante y que eche un vistazo, por si localiza las ruinas donde se vio al explorador-.
Ante la revelación del envenenamiento ladeó su cabeza. - Si el magistrado está envenenado y es adicto al veneno, es posible que poco podamos hacer ya por él. Quizás una muerte misericordiosa fuese el mejor final a su torturada existencia.
- No sé si Bastianes puede tener autoridad sobre su posición. Imagino que es más complejo que reemplazarlo. – Dijo mirando a Eliander. – En cualquier caso, perdida su posición dejarían de proporcionarle veneno, y con su adicción quizás sea una condena a muerte igualmente.
Mientras el resto reaccionaba a la información del envenenamiento Nock pensó además en otros consecuencias. Quizás podrían usar esa información su propio beneficio, realizando peticiones. También más temprano que tarde se retiraría y alguien nuevo lo sustituiría... había que empezar a averiguar quién y cómo ganarse su favor ahora...
Su cuerpo se congeló un segundo. Un posible reemplazo por incapacidad hacía más que probable que se revisasen y anulasen las decisiones de Morbius; la vida de Nadie corría peligro.... así como la anulación de su propia condena. Con ese pensamiento echó una dura mirada a Godric.
[ En el campamento]
- No era mi intención traer a un no-muerto... no es... No es un no muerto real, solo un espíritu que lo representa. – Hizo una pausa en la que parecía reflexionar sobre si se estaba engañándose a sí mismo, pero con un meneo de cabeza negó... - A través de sus ojos puedo ver de nuevo, puedo ver en la lejanía... Puedo observar el horizonte. No puedo renunciar a ello.
- Descuidad, no es peligroso, no va a matar a nadie.... Y solo lo usare en situaciones como la presente, sin testigos. - Respondió mientras lo lanzaba al aire y le daba una orden. – Explora. - Dijo sin más ya que aún no le había dado un nombre.
[Flashback - En la Cabra de Mimbre - La noche antes del viaje a los pantanos]
Eliander palideció ante la confesión de Godric y el tema del envenenamiento parecía no resultarle del todo ajeno, ... Suspiró profundamente mientras se llevaba los dedos a la sien y se la comenzaba a masajear intentando de encontrar algo de coherencia en sus propias palabras dentro del contexto en el que se veía de nuevo La Corona inmiscuida.
- Sospechaba que algo de ese estilo estaba ocurriendo, pero no tenía pruebas de ello, de hecho, seguimos sin tenerlas, sin menospreciar la veterana opinión de un experto en sanación, ... es una acusación muy grave, y aunque mis pesquisas se dirigían más hacía el gremio de asesinos, ... o quizás algún otro grupo más secreto, es cierto que desde esta nueva perspectiva es más plausible que esté implicado Adrian, su senescal... Quizás esa animadversión por Lathander que no para de destilar, incluso con su devoto superior cerca, sea una buena motivación, ... de todos modos seguimos sin pruebas, y es algo estrictamente necesario para poder movilizar soluciones... en cualquier caso, enviaré un informe cifrado a Bastianes cuanto antes para que esté al tanto...
Paseando en círculos, el capitán asintió ante el comentario de Godric que dirigía la investigación hacía el mercader originario de Chul.
- Ese Zsash, maldita sierpe yuan-ti, ... hay que tener mucho cuidado con él, tiene contactos poderosos en la ciudad y alrededores, y sus negocios rozan lo ilegal a muchos niveles, ... pero nunca hemos podido pillarle en algún renuncio, es astuto y taimado... pero si alguien sabe de ese tipo de hierbas seguro que es él... Esperaré a que volváis de vuestra actual misión para reconducir esta investigación...
Godric asintió a las palabras de Elliander. - Por supuesto que necesitaremos pruebas… y creo que con los cuidados adecuados y la intervención de Lathander podríamos llegar a sanar al Magistrado…- responde con delicadeza a Knock y su taxativa solución. - Gracias Capitan- dice Godric- intentáremos ahondar en este grace asunto-
[En el pantano]
- Tranquilo Knock - le tranquiliza Godric poniendo una mano en su emplumado hombro - nadie te pide que renuncies a ello solo señalábamos lo… peculiar de su apariencia.. - dice amagando una sonrisa.
Estas han sido casi las primeras palabras que ha pronunciado el sacerdote desde que salieron de Saltmarsh y se adentraron en los pantanos. Para los más empaticos del grupo es evidente algo le ronda la cabeza. Se muerde el labio y comienza a hablar quizá un poco precipitadamente.
- Ahora que hablamos de no-muertos… no… no sabía cómo sacar el tema pero lo que voy a deciros lo averigüé después de hablar con Elliander en la posada… se trata de Morbius… Khalion - dice volviéndose al enmascarado cazarrecompensas - Nos relataste como fuiste atacado por un niño pálido y de ojos rojos que te mordió y bebió tu sangre… me temo… me temo que hay más como él, al menos tres más… y todos ellos fueron recogidos por el carruaje de Morbius. El Magistrado los recogió antes de dirigirse a su casa y les llamaba “mís niños” - tragó saliva - me temo que en la historia del Magistrado hay más de lo que pensábamos… puede que incluso el veneno sea… una tapadera para ocultar una realidad mucho más terrible… y me pregunto cuánto saben nuestros superiores del asunto. Cada vez que hemos hablado de el han intercambiado miradas y gestos que me da a entender que algo saben pero no lo comparten. Creo que deberíamos decirles que sabemos esta información y que sean francos con nosotros en este asunto antes de tomar más medidas que puedan llevar a un desenlace… precipitado. -
[Flashback - En la Cabra de Mimbre - La noche antes del viaje a los pantanos]
- En cuanto al barco, habéis dicho que debemos tomar posesión del mismo. Me gustaría inspeccionarlo cuanto antes. Para hacerme una idea de que debemos hcer para habilitar su funcionamiento. Puede ser un valioso recurso en futuras misiones.
[En el pantano]
Mientras su búho esquelético volaba hacia la oscuridad de la noche, Nock gruñó ante la mención de nuevos actores no-muertos, sin percatarse de la contradicción entre su odio a los no muertos y su extraño familiar. - Hay muchas incógnitas en lo referente a Morbius. Si son vampiros nos superan en poder. Socialmente Morbius también nos supera en poder... Si intervenimos habrá que ser sutil y eludir enfrentamientos directos. - Dicho lo cual sacó su legajo de papeles de la mochila y escribió anotaciones describiendo las nuevas pistas, indicios y sospechas.
Después en esos mismos legajos se puso a repasar y estudiar las anotaciones que había ido haciendo del almanaque de las tormentas, la donación del barco, aunque fuese una trampa, le proporcionaba energía y una cierta ilusión en su vida.
Leobald suspiró despacio ante las explicaciones de Knock sobre su familiar y la natural connivencia del resto. El maltrecho caballero musitó plegaria de la mirada de Tyr una vez más para examinar al nuevo familiar en silencio.
—Debo confiar en tu palabra, Knock. Los ojos de Tyr no mienten sobre tu corazón —suspiró de nuevo mientras veía al búho esquelético partir.
Tras escuchar a Godric
—El juez Morbius es una persona enferma, de una moral difusa y víctima de sus repugnantes pasiones. El asunto de esos infantes es deleznable, pero no estoy seguro de que él sea el responsable absoluto. En la fiesta, el mayordomo del juez, Ádrian, se ocultaba a mi escrutinio, como me consta que también lo hacía al de Adriana. Nada bueno. Debo añadir que jamás hemos visto a Ádrian bajo la luz del sol. No estoy seguro de quien mueve los hilos en esa casa —reflexionó más para sí que para los demás—. Sin duda es algo a resolver a nuestra vuelta y sin embargo no es quien más me preocupa de aquella fiesta.
Tras mirar a sus compañeros con serenidad, prosiguió.
—En el baile, detecté maldad en muchos de los asistentes de la fiesta. Siendo el anfitrión Primwater y el guardaespaldas del joven noble los mayores peligros. El mago y el caballero con quien hablé también tenían un negro poso —les advirtió con naturalidad—. Solo en Eliander y Manistrad podemos depositar nuestra confianza —se detuvo un momento—. En cuanto a mi encuentro con el ugier del Consistorio, está claro que no es quien dice ser. Decía trabajar para mi padre y jurar su inocencia, pero estoy seguro de que mentía. Te pido paciencia con él, Mablung, si volvemos a encontrarlo. Debo averiguar para quien trabaja realmente. Sabía cosas de mi pasado que pocos conocen.
- La misma Fe… - musita el joven clérigo mientras pasea su mirada del ladino mayordomo al grotesco Magistrado. - Y sin embargo la última vez vos dijisteis que bastante daño había hecho el Señor de la Mañana ya en aquella casa… - Godric observó como el cuerpo del Magistrado se pegaba más al esbelto cuerpo de Adriana, como sus orondas manos casi cubrían por completo su delicado talle.
Mirando a los ojos a Adrian le tomó el vino de las manos
- Hablaremos de esto con más calma. Tenedlo por seguro -
Y con la copa de rojo licor en las manos se dirigió a la pista de baile. Al llegar al lado de la dispar pareja Godric se tropezó, derramando el vino sobre ellos, en realidad no le importaba sobre cuál de los dos fuera.
- Lord Magistrado aquí tenéis vuestro vi… Por los Dioses!! Que torpe!!! Por favor disculpadme. El Lord de la Mañana no tuvo a bien otorgarme un buen equilibrio, por favor, permitid que os limpie… oh que desastre… lo lamento tanto… -
Mientras hablaba Godric se interpuso entre Adriana y el orondo y lascivo Magistrado, intentando limpiar, sin éxito, la mancha de vino en la ropa.
No estaba seguro de poder hacerlo pero intentó ver la reacción de Adrian al tirar la copa y derramar su contenido. No había visto nada extraño pero no se fiaba de aquel mayordomo, y menos con lo que había corroborado en aquella fiesta sobre la salud del Magiatrado.
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Adrian no contestó a Godric, sólo sonreía mientras observaba la escena, como si fuera el autor de una complicada partida de ajedrez, donde seleccionados peones se movían en su propio tablero.
La copa de vino se derramó cayendo completamente sobre el vestido nuevo y alquilado de Adriana, aunque los tonos se parecían, una densa mancha rojiza comenzó a deslizarse lánguidamente a lo largo de su corte, cerca de su escote, y parte de su calado, estropeándolo completamente. Aún así, la estratagema del sacerdote pareció cumplir su objetivo, puesto que el deforme magistrado dio un par de torpes pasos atrás, justo cuando su mano estaba a punto de deslizarse hacia la parte baja de la cintura de Adriana, rompiendo cualquier protocolo de decencia posible. Con un agudo alarido, bramó algo más para sí mismo que para los que le escuchaban, como si acabara de salir de un extraño estupor que lo mantenía aletargado.
- Qué torpeza la tuya ... Que Lathander ilumine tus pasos, porque realmente lo necesitas... es la segunda vez que tus tropelías arruinan mi presencia o mi persona ...
Sin estar muy convencido de sus propias palabras, Lord Morbius se alejó algo confuso hacia la salida, intentando evitar por todos los medios permanecer más tiempo en aquel lugar, con un gesto de su viscosa mano, llamó a su senescal, que seguía mirando fijamente a Godric con cierto regocijo. Antes de abandonar la sala junto a su señor, Adrian, se giró hacia la pareja que hacían Adriana y su espontaneo rescatador, e inclinó su cabeza en un señal de educada despedida, que quizás podía contener algo más escondido... como un "bien jugado" quizás ...
Eda Oweland, ocupó rápidamente el centro de la sala, al ver como la situación había degenerado y el espíritu festivo se había arruinado completamente, hasta el punto de que ni el bardo con sus mejores tonadas podría reparar. A su lado, el mecenas Gellan Primewater, cogio su mano y ambos la alzaron para indicar que el esperado anuncio de la sorpresa del final del evento estaba a punto de llegar. Al mismo tiempo que sus manos entrelazadas iban de nuevo descendiendo acompasadas, la voz de la más veterana del consejo se elevaba.
- Estimados invitados, y homenajeados, es un gran honor para mi comunicar, que, el pueblo de Saltmarsh, y nosotros como sus representantes, obsequiaremos a los héroes que liberaron del azote de esa maldita plaga de contrabandistas, a todos los honrados ciudadanos que conforman esta comunidad, con la no discreta recompensa de quinientas monedas de oro, que han sido recolectadas de todos y cada uno de los habitantes de la región... no sin un gran esfuerzo por su parte....
Cuando toda los espectadores presentes comenzaron a aplaudir con un estruendo digno de la mayor de las tormentas, Eda volvió a levantar súbitamente la mano para acallar a todos, indicando que aún no había acabado ahí su elocuente discurso.
- Además, donamos a los agentes de la corona, la totalidad del navío incautado "El fantasma del Mar", que tras ser reparado y limpiado de algunas... plagas que detectamos en sus almacenes inferiores, está más que preparado para servirles y conducirles allí donde sus deberes les lleven... ¡Por favor otro fuerte aplauso para los homenajeados!
La turba de mercaderes, nobles, invitados vips, altos cargos de los diferentes gremios y acompañantes, volvió a abandonarse a otro repetitivo y atronador batir de palmas donde miradas de todo tipo, de admiración, de perspicacia, de desafío, o de indiferencia entre otras muchas, se mezclaban para elevar a los protagonistas a su más alto rango.
Mientras, apoyado contra una de las cristaleras que daban salida a las balconadas exteriores, un aislado Eliander observaba la escena con preocupación mal disimulada, y no pudo evitar echarse una mano al rostro para frotarse los ojos con fuerza como si intentase salir de una turbia pesadilla.
En breve os paso los mapas y características de vuestro nuevo navío... ahora sólo os queda encontrar la tripulación que lo mantenga... La leyenda de la peligrosa Capitana Adriana la Pelirroja, vuelve a coger fuerza.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Leobald asistió al teatro de Godric con curiosidad, pero desde la distancia. Desde luego había sido una maniobra inteligente.
Tras el discurso de Eda, en medio de la algarabía y los aplausos, Leobald se alejó del centro de atención que recaía en la presidenta del Consejo. Buscó la mirada de Eliander y, discretamente, caminó hasta situarse a su lado en la cristalera.
—No llego a adivinar el alcance de todo esto, pero el Consejo no da puntada sin hilo. Y por vuestro gesto, creo que no me equivoco —susurró al veterano oficial—. ¿Qué significa esto, capitán? Ninguno de nosotros es marino.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
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Nock asintió a la enana. Aunque unos segundos antes el alcohol la había empujado a abandonarse a sus instintos más básicos, ahora parecía más entera, sin duda la famosa resistencia enana al alcohol. Apreció sus palabras con algo de distancia. No querría verse envuelto en un extraño romance interracial. - Seguro que algo se puede arreglar con Bastianes.
El silencio musical atrajo la atención de Nock y se aproximó a la sala mientras un sirviente se acercaba a llamarles para que entrasen al interior. El anuncio se iba a realizar en breve.
El anuncio de la recompensa en dinero le trajo un sabor agridulce. Por un lado, el dinero siempre era bienvenido por otro intuía que no les iba a salir gratis; la población se resentiría por aquel impuesto. Y la bandada, siendo el destinatario final, pagaría la recompensa con resentimiento. Incluso repartirlo entre el pueblo de forma aleatoria traería agravios comparativos, envidias e injusticias.
Su agridulce hilo de pensamiento se interrumpió con la sorpresa del anuncio del barco. Abrió el pico con perplejidad. Un barco para él… para la bandada. Hacía mucho tiempo que no embarcaba y sus años en de marino parecían haber ocurrido en otra vida. Intercambió una mirada con Mablung y Leobald. Aquel regalo implicaba obligaciones y poder, libertad y cadenas… miró hacia la oscuridad donde intuía estaría el puerto y dejó escapar el aliento que había contenido. No sabía muy bien cómo reaccionar a aquello.
- Quizás debas decir algunas palabras... Leobald. De agradecimiento por el regalo. – Susurro al paladín dándole un leve empujón hacia delante.
Zevatur, Rolthos
Adriana observó perpleja cómo el licor oscuro empapaba su exquisito vestido. Boquiabierta durante unos segundos, miró a Godric en silencio, con sorpresa y cierto fastidio. Pero cuando se dio cuenta de la artimaña de su compañero, habló exagerando su malestar, para darle más veracidad a la escena.
- ¡Oh, Godric! ¡Mi vestido! - exclamó - ¡Qué desastre! ¡Debo limpiar esto inmediatamente! - y se dirigió a Lord Morbius - Disculpe la torpeza de mi compañero, señor Magistrado, debo acudir al excusado para intentar arreglar esta calamidad - pero su excusa no fue necesaria, ya que el orondo hombre dio por finalizado el baile y salió airado de la sala.
Acercándose a Godric, le susurró unas palabras de agradecimiento por haberla rescatado de aquella situación y una felicitación por su elegante resolución. Cuando efectivamente Adriana se dirigía a algún sitio para intentar limpiar sus vestimentas, los anfitriones dieron por finalizada la fiesta anunciando la sorpresa final. Y, efectivamente, lo fue. La alta elfa aplaudió y sonrió infinitamente agradecida, tal y como se esperaba de ella, pero en su interior se gestaba la inquietud de no saber aún las implicaciones que tendría todo aquello para el grupo de agentes.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Leobald accedió al leve empujón del Knock, algo extrañado por su comportamiento. Por alguna razón a su córvido amigo le parecía importante rubricar aquello con algunas palabras que dieran solemnidad a tan extraña dádiva. Suspiró. No podía negarse a prestárselas, aunque un navío recuperado de manos de delincuentes por agentes de la Corona, en aguas de la Corona, siempre había sido de la Corona. Avanzó un paso y carraspeó antes de hablar.
—En nombre de mis compañeros os doy las gracias, no tanto por el obsequio, como por la confianza —asintió a Eda con cierta solemnidad—. Cosa realmente atesorable en estos tiempos oscuros. —con la mirada triste y el gesto lánguido no pudo evitar sonar algo lúgubre—. Espero que este gesto sea el comienzo de una relación más sosegada y estrecha entre el Consejo y la Corona —dijo elevando un poco la voz, dotándola de profundidad y cierta energía carismática—, pues ambas partes solo quieren lo mejor para Saltmarsh en lo que está por venir. Muchas serán las tormentas que la mar arroje contra la proa de esta ciudad, pero juntos podremos superarlas. Gracias de nuevo —saludó otra vez a los anfitriones con un asentimiento cortés.
Esperó el momento adecuado para retirarse según las normas de etiqueta dando por concluido el asunto.
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-Enhorabuena por vuestro nuevo barco- susurró Mablung a Eliander mientras escuchaba Eda y luego para sus compañeros mas cercano dijo: -ahora sabemos porque las buenas gentes de Saltmarh nos han brindado tan caluroso recibimiento a nuestra llegada-.
Asqueado por la situación y sobre todo por la hipocrosia de Eda, se dispuso a tomar la palabra pero Leobald se le adelantó y tras oir sus palabras comento en voz alta: - El círculo druida agradece el gesto de las buenas gentes de Saltmarh y por ello dona su parte al gremio de pescadores, con la certeza de que les será más útil a ellos y su inestimable labor que al círculo. Señor Anders espero que como miembro del Consejo más cercano al gremio se haga cargo de esta aportación a las arcas del gremio, para que lo usen en lo que consideren más apropiado- Tras lo cual y tras una reverencia hacia Eda y Primwater se encamino hacia la salida.
En su trayecto hasta la puerta busco donde estaba Flabius y mirándole a los ojos se detuvo donde pudiese verle y escurrió el agua de su capa, para luego abandonar el edificio.
Nock se echó un paso para estudiar a sus compañeros mientras reaccionaban a los acontecimientos. Las palabras de Leobald estaban cargadas de diplomacia y mesura. El gesto y actitud de Mablung mostraba su honesta franqueza y posicionamiento en la estructura social. La admirable soltura en la alta etiqueta de Adriana daría lustre al regalo en las memorias de los asistentes. Sonrió con satisfacción ya que sus reacciones de alguna forma endulzaban el posiblemente envenenado regalo.
Zevatur, Rolthos
Godric no daba crédito. Sin duda aquella era un recompensa envenenada. Era normal que la gente hubiera tenido aquella reacción, ahora lo comprendía mejor. Mientras pensaba cuál sería la mejor forma de hacer llegar a la gente aquellas monedas de oro, Mablung cedió su parte al Gremio de Pescadores. Bien hecho, alli delante de todos incluso si aquel noble quería quedarse con el dinero, al haberlo hecho público se lo impedía.
Godric pensó que lo mejor sería donar su parte al Templo de Akady, y que ellos distribuyeran aquellas riquezas entre los más necesitados, pero no sabía si habría alguien en el lugar de culto para poder hacerlo. Como siempre, no parecía que hubiera una respuesta correcta. Ya no existian lugaros oscuros y otros iluminados por dorada luz del Señor del Amanecer, si no que el mundo se había vuelto una contínua cortina gris, tan persistente como la sempriterna lluvia de aquella ciudad. Por suerte, en su infinita sabiduría, Lathander le había otrogado la habilidad de poder discernir entre aquellas sombras grises... con su ayuda encontraría la forma de traer algo de paz a aquella atribulada ciudad.
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La fiesta daba sus últimos giros, y las últimas notas de la bella melodía, que componían el himno oficial de la ciudad, atrajo el silencio de todos los espectadores, que con la mano en el corazón, escuchaban mortecinamente la balada final.
Aprovechando que todo el mundo estaba de espaldas a Eliander y sus acompañantes más cercanos, éste susurró a Leobald para responder su pregunta justo antes de que el carismático paladín usara sus habilidades, en parte aprendidas por las horas pasadas con su progenitor en las incómodas y eternas recepciones al que a veces se veía comprometido a asistir en la corte. Quizás el viejo le enseñó más de lo que él pensaba, o quizás había desarrollado su propio estilo, en cualquier caso, estaba preparado para intervenir, incluso con el repentino empujón de Nock.
- Ese barco... debería ser de inmediato puesto bajo la autoridad de la Corona y ser enviado a Seaton para su actualización y reconstrucción a galeón de guerra... pero al haberlo anunciado en público y ante todos los representantes de los gremios, si eso ocurre, lo considerarían un desprecio ingente hacía su propio presente... lo que lo encadena a vuestra propiedad, debéis usarlo vosotros si o si, incluso a sabiendas que nadie se ofrecerá como tripulación, sin ser visto como un traidor a la propia ciudad, y por supuesto también conociendo que no tenemos la capacidad de pedir o solicitar un destacamento entero para poblar y cubrir las necesidades del navío, por lo que cobrarán impuestos y tasas de embarcación, amarre y diversos costos más, mientras no podemos mover ese barco de ahí... Sin duda, en los primeros cuatro meses, y habrán amortizado la "donación" que hizo el pueblo para recompensaros...
La explicación del Capitán de la guardia, se vio interrumpida cuando el kenku animó al caballero a pronunciarse ante todos tras el himno, lo que devolvió toda la atención sobre ellos una vez más. La gente pareció volver a abrazar sus máscaras, siempre preparadas en estos eventos, y sonrieron y aplaudieron ante las honorables y cálidas palabras de Leobald. E incluso hicieron lo mismo cuando Mablung intervino, de una manera más hosca quizás, pero altruista al fin y al cabo, y de ese material estaban hechos los héroes, al menos los que describen en las leyendas y epopeyas que todos gustan leer en las clases altas de las sociedades.
Anders asintió, a pesar de no pertenecer directamente al gremio de pescadores, aunque todo le aceptaran como uno más, y se dispuso a recoger su correcta parte proporcional del presente donado por los habitantes de la región de Saltmarsh entre más aplausos y elogios...
La noche se avanzaba, y todos comenzaron a retirarse, volviendo a despedirse de los homenajeados, e incluso el vaporoso bardo, se atrevió por unos momentos a separarse de su trabajado laud, para besar la mano de Adriana y dedicarle unas palabras a cada uno de ellos.
- Elun'dir, Abde'thoras - Ethil ... que la paz y el éxito os acompañen...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
[En el pantano, dos días después]
Las marismas de Hool, ese lugar donde los anteriores agentes habían perecido entre horribles estertores, y sus partes fueron encontradas dispersas por varias hectáreas cerca de las fronteras donde la ciénaga lindaba con el mar de hierba al oeste de Saltmarsh, muy al oeste... Al menos este grupo había conseguido llegar al mismo punto que sus predecesores, y quizás con suerte, superar ese hito maldito...
El hedor era más que desagradable, aunque después de las primeras horas de caminar a través de lagunas de agua estancada y semipodrida, por un camino que más se parecía a un cenagal flotante que recorría sinuoso todos los humedales circundantes, se habían acostumbrado ya al olor y el impacto era más soportable. Khalion se había desplazado sin problema alguno, como si flotara sobre el lodo pastoso que les hacía de sendero y el esfuerzo requerido le fuera mínimo en comparación con el resto, que tenían que levantar con fuerza su calzado para desanclarlo cada vez que se hundía varios centímetros en el barrizal. Lo que hacia el avance especialmente lento y exhaustivo.
El otro problema principal, eran las densas nubes de mosquitos que parecían disfrutar cebándose con los único habitantes aparentemente del lugar en millas alrededor. El tamaño de esos insectos desafiaba con creces cualquier cosas que hubieran visto antes, y su constante presencia con continuos picotazos que dejaban atrás sarpullidos y la piel ardiendo, no ayudaba tampoco al ánimo ni avance de la misión asignada por Bastianes días antes.
Los únicos que parecían evadir el problema con la plaga de urticantes e insidiosos insectos eran: Adriana, que por alguna razón, concentraba más su presencia alrededor de ella, pero no se posaban ni intentaban alimentarse de su dulce sangre élfica, ... sólo parecían sentirse más... "cómodos" a su alrededor... Mablung, que sus chasqueantes descargas eléctricas, de algún modo actuaban como un repelente muy efectivo, dejando frita a cualquier criatura diminuta que se le acercara al instante... y por supuesto, Ostor, cuya sangre demoníaca no parecía atraer a esas criaturas... para el resto, cada hora en ese lugar era un pequeño infierno, lo que preocupaba sobre todo era a la hora de poder conciliar el sueño.
El pequeño claro donde habían acampado para almorzar, consistía en una pequeña colina elevada y suficientemente seca para poder plantar un campamento provisional, las nieblas y los efluvios que emanaban del pantano, quedaban ligeramente por debajo de ellos, generando una bucólica imagen de un mar de bruma que escondía hediondos secretos bajo su superficie. A pesar de la situación incómoda y el malestar general, la comida que preparaba Godric sobre una exigua fogata, parecía alzar algo el ánimo.
Justo antes de partir, Eliander les había pasado un documento sellado por el mismo mariscal de Ghostfinger, así que ni él mismo lo había abierto o conocía los detalles, al menos no por ese mensaje escrito en pergamino de alta calidad y con la caligrafía ya bien conocida de Bastianes. Parecía que había pasado una eternidad desde aquel momento, pero apenas había sido al salir de aquella fiesta que tantas alegrías y disgustos había traído, junto a los relevantes acontecimientos que alguno pudieron percibir. Un día y medio antes.
El objetivo era claro, espiar a las diferentes tribus de hombres lagartos que habitaban la región, adivinar sus intenciones inmediatas y quien pudieran tener de aliados o apoyándolos, y por supuesto, en caso de que fueran una amenaza, anularla con toda la fuerza que fuera necesaria. Pero había algo más... al parecer en el último mes, se habían perdido tres miembros importantes del cuerpo de exploradores que servían en el fortín del faro octogonal, el sargento Hollister, el subteniente Callum, y el brigada Llondyl. Eran expertos veteranos, y no solían desaparecer nunca de ese modo, poseían información crítica que debería ser recuperada, y por supuesto, traerlos de vuelta sanos y salvos si es que se encontraban con vida. El rastro no era precisamente fresco, y mucho menos en unas marismas, pero se les había podido seguir la pista, al menos a uno de ellos, hasta unas ruinas cercanas a su posición actual, el problema, es que era casi imposible tenerlas localizadas en un mapa, así que a partir de ahora deberían improvisar...
El otro inconveniente a tomar en cuenta, era que el camino parecía acabar justo donde se encontraban, en aquella colina, el resto parecía algo intransitable, al menos de una manera segura,... Aguas turbias, lodo, y brumas,... ¿qué podía salir mal?
Podéis rolear antes de decidir vuestros siguientes pasos, también con flashbacks, por si queréis revelar información que hayáis reunido últimamente o poner cosas en común. También tenéis que decidir si os habéis llevado a Nadie con vosotros o no.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Leobald hacía la primera guardia erguido sobre la loma, con el enorme escudo apoyado en el suelo, atento ante cualquier extraño movimiento de la bruma. El barro de los pantanos manchaba su viejo tabardo y las placas de acero de las piernas hasta las rodillas. El caballero cansado observó con preocupación como los mosquitos se arremolinaban alrededor de la elfa sin tocarla.
El camino hasta aquella loma en medio de la nada había sido duro y extenuante, pero nadie se quejaba. Ahora que descansaban con los pies fuera del agua podían pararse a pensar. ¿Qué hacían realmente allí? Salvo Khalion, no eran exploradores. Espiar a los hombres lagarto en su propio terreno le parecía tan ridículo que le sorprendía que Bastianes lo hubiera siquiera propuesto. Ridículo a menos que no quisiera tenerles cerca, o que no esperara que regresaran. Se sacudió el negro pensamiento de la cabeza. Tendrían que combatir, eso seguro. Al menos, la idea de rescatar a los tres veteranos perdidos de alguna manera le reconfortaba.
—No hemos hablado desde que dejamos la fiesta. ¿Alguien quiere compartir algún dato de sus pesquisas con los demás? —preguntó de pasada sin dejar de mirar las brumas.
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Nock sentía el baboso beso del barro en cada paso que daba y aunque sus botas no se atascaban en el barro, sus pies sentían cada pequeño y misterioso grumo. Volar por encima seria mucho mejor que andar por aquel barro... suspiró ansiando la prohibida posibilidad el vuelo que había su raza había perdido hace tanto. Situado en la delantera del grupo iba guiando a sus compañeros como podía, buscando son su mirada la aprobación de Mablung, que parecía mejor adaptado al pantano. El terreno pantanoso no era su especialidad, pero algo podía aportar.
Al llegar al claro ayudó a Godric conjurando unas bayas, separó un par de gusanos y un escarabajo y le dio las bayas y frutos secos que habían aparecido en el conjuro. – Esto tiene un gran poder nutritivo, nos ayudara a ahorrar provisiones. - Despues se tomó uno de los escarabajos sintiendo como sanaba en parte las rozaduras de sus patas.
Mientras cenaban carraspeó, llamando la atención de sus compañeros. – Yo no tengo mucha más información de la que ya he compartido, pero... Debo mostraros a mi nuevo familiar. Aprendí el ritual rúnico para convocarlo, sin embargo, debo advertiros, me temo que la influencia de la magia de Akrul se deja ver en su aspecto.
Dijo esto chaqueó los dedos y un esqueleto de un búho apareció repentinamente. - Nos ayudara a vigilar por la noche en las guardias.
Zevatur, Rolthos
Al salir de la fiesta:
Godric, antes de salir, le dijo a Eliiander que tenía que hablar con él y con el resto de los agentes, con discrección. Una vez que estuvieron en la Cabra de Mimbre, y antes de que Mablung partiera a su círculo Godric les explicó.
- Esta noche, con calma, sin tener la vida de Nadie en vilo, y con la suficiente luz que había en el Salón de Baile he podido observar bien aquello que afecta al Magistrado Morbius. No se trata de ninguna enfermedad natural. Está siendo envenenado, lenta pero deliberadamente. El objetivo parece ser provocarle cuanto más dolor y sufrimiento posible. Un emponzoñamiento tan lento sólo puede darse por vía oral. Como podéis imaginar sospecho de ese ladino senescal que le acompaña a todas partes. Todo concuerda, este veneno provoca obesidad mórbida, sensibilidad extrema a la luz solar, un castigo en demasía cruel para un seguidor de Lathander como parece ser el Magistrado, pero además tiene otro efecto. Vuelve a la persona tremendamente receptiva a sugestiones y altamente influenciable. Por lo que supongo que tras este insidioso plan hay algo más que el querer acabar lenta y dolorosamente con el Magistrado Morbius, si no además influir en la administración de la Justicia Real.
Las plantas que se usan para fabricar este veneno, y que podría identificar, no son de aqui, si no de la lejana Chul, muy al sur, cerca de la zona de donde proviene la Muerte Carmesí - le dice a Khalion - . Ese tipo que os ofreció presentaros a su patrón - les dice a Addriana y Leobald - ¿No dijo que su jefe venía de aquella zona? Puede que merezca la pena investigar si es capaz de proveer dichas plantas... y a quien lo está haciendo, aunque de este último punto tengo pocas dudas, puede que descubramos si conspira con alguien más.
Puede sanarse - dice anticipándose a la pregunta - pero el veneno, tomado en las dosis que le está siendo administrado, provoca una gran adicción. lo que lo vuelve aún más peligroso si cabe. Capitán, nosotros tenemos que ir a cumplir la misión pero le ruego le haga llegar esta información lo antes posible a Marius y Bastianes. Sé que de momento sólo tienen mi palabra, pero tan pronto solucionemos el problema de los hombres-lagarto y el pantano, intentaré reunir pruebas para probar lo que digo, y poder tratar al Magistrado, con la ayuda de Lathander... -
En su habitación, a solas:
- Dime Ostor... - pregunta Godric mientras termina de doblar la ropa que se ha quitado, su cuerpo completamente desnudo débilmente iluminado por la luz de una solitaria vela en la encimera. Godric apenas prestaba atención al echo de que veía perfectamente con tan sólo aquella tímida iluminación. - ¿Has podido averiguar algo de esos nobles ? -
En el pantano:
Cuando Godric ve el familiar invocado por Knock no puede evitar mirar entre sorprendido, preocupado y por que no, algo divertido por la inocencia del kenku tanto a Mablung como a Leobald. Hace unos meses habría utilizado la luz de Lathander inmediatamente para destruir aquella abominación. Pero ya no era el joven ingenuo que había sido una vez. Ni siquiera el tiempo pasado en el frente luchando contra la Horda junto a las tropas de Cormyr le había afectado ni marcado tanto como las experiencias de los últimos meses. Knock les llamaba "bandada" era su forma de referirse a ellos como su nueva familia. Godric miró a todos y cada uno de los miembros de su extraño grupo, eran, sin duda una broma de los dioses que hubieran acabado todos juntos y desde luego una muestra de su misericorida de que estuvieran encontrando consuelo y compañia los unos en los otros. Incluso el taciturno Nadie, que se mantenía tercamente ligeramente apartado pero el joven clérigo le había visto disfrutar de su porción de comida cuando se la sirvió.
Si el recto Leobald había encontrado la forma de tolerar a Ostor, él podría tolerar a aquella criatura no-muerta, por el bien de la bandada.
- Estoy seguro que será de gran ayuda pero... Knock... no sé si será apropiado que le vean en la ciudad... él... bueno él... no tiene plumas... ni... músculos... - Godric no sabía como explicárselo ni hasta que punto el invidente kenku necesitaba de sus explicaciones - En realidad es sólo huesos... -
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Mablung miraba sus compañeros acribillados a picotazos con una sonrisa un tanto ufana, dado que su nueva condición había demostrado traer una ventaja inesperada y añadida. De todas formas aquello a la larga podría suponer un problema por lo que busco durante el camino algún remedio que sirviese para proteger a sus compañeros de tan molesto incordio.
Tirada de nature en la app 10
-¿Tienes un búho no muerto de familiar?,-dijo Mablung al ver la nuevo integrante del grupo y encogiéndose de hombros:- Tenemos un diablillo y el familiar de Adriana antes del..."accidente" tampoco parecía muy...¿bueno?, con que no se acerque a mí y no entre al círculo creo que podre tolerar su presencia, pero creo que Godric y Leobald pueden ser más sensibles a tu nuevo compañero- concluyo el druida.
- La fiesta solo fue una perdida de tiempo para mí, y únicamente corroboro lo que opino sobre las "buenas gentes" que rigen el estercolero donde la corona nos ha metido, lo único bueno fue ver a ese pedante remilgado cagarse de miedo...y el baile de Godric y Adriana, por lo demás no saque nada en claro. Aunque la información sobre el envenenamiento del magistrado puede ser vital, espero que Eliander se lo haga saber a Bastianes.
- Respecto a que hacer ahora, yo pondría a prueba a nuestro nuevo acompañante y que eche un vistazo, por si localiza las ruinas donde se vio al explorador-.
Ante la revelación del envenenamiento ladeó su cabeza. - Si el magistrado está envenenado y es adicto al veneno, es posible que poco podamos hacer ya por él. Quizás una muerte misericordiosa fuese el mejor final a su torturada existencia.
- No sé si Bastianes puede tener autoridad sobre su posición. Imagino que es más complejo que reemplazarlo. – Dijo mirando a Eliander. – En cualquier caso, perdida su posición dejarían de proporcionarle veneno, y con su adicción quizás sea una condena a muerte igualmente.
Mientras el resto reaccionaba a la información del envenenamiento Nock pensó además en otros consecuencias. Quizás podrían usar esa información su propio beneficio, realizando peticiones. También más temprano que tarde se retiraría y alguien nuevo lo sustituiría... había que empezar a averiguar quién y cómo ganarse su favor ahora...
Su cuerpo se congeló un segundo. Un posible reemplazo por incapacidad hacía más que probable que se revisasen y anulasen las decisiones de Morbius; la vida de Nadie corría peligro.... así como la anulación de su propia condena. Con ese pensamiento echó una dura mirada a Godric.
[ En el campamento]
- No era mi intención traer a un no-muerto... no es... No es un no muerto real, solo un espíritu que lo representa. – Hizo una pausa en la que parecía reflexionar sobre si se estaba engañándose a sí mismo, pero con un meneo de cabeza negó... - A través de sus ojos puedo ver de nuevo, puedo ver en la lejanía... Puedo observar el horizonte. No puedo renunciar a ello.
- Descuidad, no es peligroso, no va a matar a nadie.... Y solo lo usare en situaciones como la presente, sin testigos. - Respondió mientras lo lanzaba al aire y le daba una orden. – Explora. - Dijo sin más ya que aún no le había dado un nombre.
Zevatur, Rolthos
[Flashback - En la Cabra de Mimbre - La noche antes del viaje a los pantanos]
Eliander palideció ante la confesión de Godric y el tema del envenenamiento parecía no resultarle del todo ajeno, ... Suspiró profundamente mientras se llevaba los dedos a la sien y se la comenzaba a masajear intentando de encontrar algo de coherencia en sus propias palabras dentro del contexto en el que se veía de nuevo La Corona inmiscuida.
- Sospechaba que algo de ese estilo estaba ocurriendo, pero no tenía pruebas de ello, de hecho, seguimos sin tenerlas, sin menospreciar la veterana opinión de un experto en sanación, ... es una acusación muy grave, y aunque mis pesquisas se dirigían más hacía el gremio de asesinos, ... o quizás algún otro grupo más secreto, es cierto que desde esta nueva perspectiva es más plausible que esté implicado Adrian, su senescal... Quizás esa animadversión por Lathander que no para de destilar, incluso con su devoto superior cerca, sea una buena motivación, ... de todos modos seguimos sin pruebas, y es algo estrictamente necesario para poder movilizar soluciones... en cualquier caso, enviaré un informe cifrado a Bastianes cuanto antes para que esté al tanto...
Paseando en círculos, el capitán asintió ante el comentario de Godric que dirigía la investigación hacía el mercader originario de Chul.
- Ese Zsash, maldita sierpe yuan-ti, ... hay que tener mucho cuidado con él, tiene contactos poderosos en la ciudad y alrededores, y sus negocios rozan lo ilegal a muchos niveles, ... pero nunca hemos podido pillarle en algún renuncio, es astuto y taimado... pero si alguien sabe de ese tipo de hierbas seguro que es él... Esperaré a que volváis de vuestra actual misión para reconducir esta investigación...
" ¡Oh la Oscuridad...! "
[En la Cabra de Mombre]
Godric asintió a las palabras de Elliander.
- Por supuesto que necesitaremos pruebas… y creo que con los cuidados adecuados y la intervención de Lathander podríamos llegar a sanar al Magistrado…- responde con delicadeza a Knock y su taxativa solución.
- Gracias Capitan- dice Godric- intentáremos ahondar en este grace asunto-
[En el pantano]
- Tranquilo Knock - le tranquiliza Godric poniendo una mano en su emplumado hombro - nadie te pide que renuncies a ello solo señalábamos lo… peculiar de su apariencia.. - dice amagando una sonrisa.
Estas han sido casi las primeras palabras que ha pronunciado el sacerdote desde que salieron de Saltmarsh y se adentraron en los pantanos. Para los más empaticos del grupo es evidente algo le ronda la cabeza.
Se muerde el labio y comienza a hablar quizá un poco precipitadamente.
- Ahora que hablamos de no-muertos… no… no sabía cómo sacar el tema pero lo que voy a deciros lo averigüé después de hablar con Elliander en la posada… se trata de Morbius… Khalion - dice volviéndose al enmascarado cazarrecompensas - Nos relataste como fuiste atacado por un niño pálido y de ojos rojos que te mordió y bebió tu sangre… me temo… me temo que hay más como él, al menos tres más… y todos ellos fueron recogidos por el carruaje de Morbius. El Magistrado los recogió antes de dirigirse a su casa y les llamaba “mís niños” - tragó saliva - me temo que en la historia del Magistrado hay más de lo que pensábamos… puede que incluso el veneno sea… una tapadera para ocultar una realidad mucho más terrible… y me pregunto cuánto saben nuestros superiores del asunto. Cada vez que hemos hablado de el han intercambiado miradas y gestos que me da a entender que algo saben pero no lo comparten. Creo que deberíamos decirles que sabemos esta información y que sean francos con nosotros en este asunto antes de tomar más medidas que puedan llevar a un desenlace… precipitado. -
PbP Character: A few ;)
[Flashback - En la Cabra de Mimbre - La noche antes del viaje a los pantanos]
- En cuanto al barco, habéis dicho que debemos tomar posesión del mismo. Me gustaría inspeccionarlo cuanto antes. Para hacerme una idea de que debemos hcer para habilitar su funcionamiento. Puede ser un valioso recurso en futuras misiones.
[En el pantano]
Mientras su búho esquelético volaba hacia la oscuridad de la noche, Nock gruñó ante la mención de nuevos actores no-muertos, sin percatarse de la contradicción entre su odio a los no muertos y su extraño familiar. - Hay muchas incógnitas en lo referente a Morbius. Si son vampiros nos superan en poder. Socialmente Morbius también nos supera en poder... Si intervenimos habrá que ser sutil y eludir enfrentamientos directos. - Dicho lo cual sacó su legajo de papeles de la mochila y escribió anotaciones describiendo las nuevas pistas, indicios y sospechas.
Después en esos mismos legajos se puso a repasar y estudiar las anotaciones que había ido haciendo del almanaque de las tormentas, la donación del barco, aunque fuese una trampa, le proporcionaba energía y una cierta ilusión en su vida.
Zevatur, Rolthos
Leobald suspiró despacio ante las explicaciones de Knock sobre su familiar y la natural connivencia del resto. El maltrecho caballero musitó plegaria de la mirada de Tyr una vez más para examinar al nuevo familiar en silencio.
—Debo confiar en tu palabra, Knock. Los ojos de Tyr no mienten sobre tu corazón —suspiró de nuevo mientras veía al búho esquelético partir.
Tras escuchar a Godric
—El juez Morbius es una persona enferma, de una moral difusa y víctima de sus repugnantes pasiones. El asunto de esos infantes es deleznable, pero no estoy seguro de que él sea el responsable absoluto. En la fiesta, el mayordomo del juez, Ádrian, se ocultaba a mi escrutinio, como me consta que también lo hacía al de Adriana. Nada bueno. Debo añadir que jamás hemos visto a Ádrian bajo la luz del sol. No estoy seguro de quien mueve los hilos en esa casa —reflexionó más para sí que para los demás—. Sin duda es algo a resolver a nuestra vuelta y sin embargo no es quien más me preocupa de aquella fiesta.
Tras mirar a sus compañeros con serenidad, prosiguió.
—En el baile, detecté maldad en muchos de los asistentes de la fiesta. Siendo el anfitrión Primwater y el guardaespaldas del joven noble los mayores peligros. El mago y el caballero con quien hablé también tenían un negro poso —les advirtió con naturalidad—. Solo en Eliander y Manistrad podemos depositar nuestra confianza —se detuvo un momento—. En cuanto a mi encuentro con el ugier del Consistorio, está claro que no es quien dice ser. Decía trabajar para mi padre y jurar su inocencia, pero estoy seguro de que mentía. Te pido paciencia con él, Mablung, si volvemos a encontrarlo. Debo averiguar para quien trabaja realmente. Sabía cosas de mi pasado que pocos conocen.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)