Abrumado por el fragor de la batalla submarina en ciernes, al bardo le cuesta entrar en acción tras recuperar sus facultades y su cuerpo gracias al misil mágico de Helayna. Ante él, una aberración endiablada que surca las aguas de su guarida con soltura. Un Aboleth. Recuerda haber leído algo sobre ellos, por supuesto sin permiso. Se tuvo que colar siendo aún aprendiz en una torre para poder leer sobre el inicio del mundo. Poco se sabe de entonces pero parece evidente que entonces ya había un aboleth. Cuanto duraba el reposo de aquel ser hasta que fuera perturbado por una inocente piedra sobre el lago mas olvidado y mas remoto que, al menos el bardo, conocía?. Pero es momento de actuar y no de recordar.
Súbitamente debe tomar consciencia de cómo se encuentra el combate y claramente están jugando el bote mas grande con la peor mano posible. Delante suyo, el eladrin, medio muerto y tras haber sido despojado de sus refuerzos mágicos cargaba una y otra vez sacrificando el poco aliento que en sus pulmones quedaba. También, poco mas adelante y grávemente herido, Zevatur aguantaba férreo los embates de las criaturas allí donde veteranos y curtidos guerreros huirían sin miramiento. A su vera, la elfa parecía haber nacido para la batalla, con sus dudas disipadas su mente había trabajado con premura para sacar a Guilbert del control del Aboleth y seguramente a Ash, deduciendo esto al verle siendo asediado por varios frentes por los subyugados esclavos babosa. Con las destreza que solo la experiencia otorga, el guerrero se defendía como un jabato, aunque el Aboleth conseguía superar el muro afilado de Norma y Gloria hiriéndole feamente. Al fondo, Kath parece zafarse de la presa tajando agresivamente al Skum. Cuando todo estaba perdido aparecen martillo y flecha atravesando el agua como un rayo el firmamento. Martin y Morko responden al auxilio arrojando algo de esperanza a la voluntad guerrera de Guilbert. Todos juntos, una vez mas, luchando y sangrando.. juntos.
Con esperanzas renovadas y la nueva situación, Guilbert valora sus opciones. Si el juego continúa su mano no aguantará. Si hay que jugar fuerte, hay que jugar ya. Entre tahúres siempre se dice que cuando te sientas a jugar, si en los primeros minutos no descubres quien es el pececillo de la partida, es que el pescado eres tú a merced de los tiburones. Y en esta mortal partida, parece que el Aboleth ha encontrado un grupo de primos inocentes pescaditos.. Y es justo ahí, donde un gambler como Guilbert quiere tener a su rival, confiado y dispuesto a morder el anzuelo. Es el momento de jugarse todo a un jaque.
Un murmullo al comienzo, acompañado del sordo chasquear de dedos bajo el agua, va acelerándose y escalando las notas, que gracias al ritual del Eladrin puede desarrollar bajo el agua. Es arriesgado, y nunca antes había conjurado un hechizo tan poderoso. Los últimos versos de su canción, a pleno pulmón por fin llaman la atención del confiado Aboleth, que abre desencajado sus tres ojos en hilera al reconocer el hechizo. Sus tentáculos se movilizan para interrumpir el hechizo pero en ese momento, el artista concluye el poderoso y pretencioso conjuro.-A cara o cruz, amigo-Y una sonrisa se dibuja en la cara de Guilbert mientras chasquea sus dedos por ultima vez. Un inocente pectínido parece allí donde estaba la ancestral aberración, molusco bivalvo también conocido como Vieira en los muelles de waterdeep..
Polymorph al Aboleth.
-Por lo que mas queráis, no perturbéis a nuestro anfitrión en su nueva forma- dice profúndamente aliviado al ver el éxito de su hechizo.-Podría.. ser el perfecto regalo.. para los Duergar de mas arriba- añade casi sin aliento por el esfuerzo de tan poderosa magia, termina con unas palabras de ánimo a un guerrero que como él, seguro que mantiene culpa de las acciones realizadas bajo el yugo de la aberración. -Ash.. debemos.. proteger a los hechiceros.. cuentan contigo , aún quedan los skums..-Y hace sonar su cuerno que retumba bajo el agua mas tenebroso que nunca.
La repentina desaparición del aboleth, su amo y señor durante tantos años, dueño de sus objetivos, pensamientos y hasta dueños, tiene dos consecuencias en los Skum. Unos se quedan quietos, entonando una llamada grave con sus dentadas bocas, los tres ojos cerrados, como si llamaran a alguien en las negras aguas. Otros, sin embargo, se lanzan a un frenesí destructivo, presas del miedo y la furia que su amo les trasmitió por su enlace telepático antes de verse reducido a un inofensivo molusco. El Skum que está entre Ash y Gowther ataca a diestro y siniestro. Ash es cogido por sorpresa por su ferocidad pero aunque recibe una herida en la parte interna de su antebrazo, evita el ataque psíquico. Gowther no tiene problema alguno en esquivar el burdo ataque de la bestia. Morko se ve sobrepasado por la repentina ferocidad de la bestia. Esta se abalanza sobre él, rasgando, arañando y cortando. En la enconada lucha consigue poner una de sus garras en la cabeza del enano, su casco cayendo hacia el fondo del lago, el paladín grita de dolor cuando su cerebro parece ser introducido en ácido con el contacto de la bestia. Pero Morko no es un melindre ajeno al dolor. Aguanta el ataque que habría tumbado a muchos y, con un golpe de la parte superior de su hacha, consigue que el Skrum le suelte y se aparte, lo suficiente como para darle espacio para manejar su hacha. Dolorido, Morko se prepara para su ataque.
Morko trata de ponerse en pie mientras ataca, pero el dolor de cabeza y el estar combatiendo en el agua hacen que falle el golpe desequilibrandose y en un intento desesperado por no volver a caerse cambia la dirección del giro del hacha en un segundo ataque; pero el cieno le juega una mala pasada ante el brusco cambio de dirección, haciendo que resbale y caiga soltando en el proceso a Kheluzburk.
Maldiciendo Morko trata en el suelo al menos de curarse por si sobreviene ataque y concentrándose extiendo el poder de Moradhin sobre sus heridas.
Zevatur examina las posibilidades, la vision de la criatura escamosa convertida en almeja le hace sonreír, pero la sonrisa se le acaba al ver a las criaturas tentaculares atacar aun a sus companeros. Dudando un momento entre atacar y curar se decide por lo ultimo, pensando que Gowther parece muy herido, demasiado y que posiblemente no aguantaria un ata que adicional. Nadando torpemente hasta el le toca y cura a el y a si mismo, insuflando vigor dragonil a ambos.
Bajo el agua, con los pulmones inflamados aguantando la respiración y la pierna ardiendo por la herida emponzoñada, luchando por sus vidas en las peores condiciones imaginables. Demonios aquello parecía el fin, otra vez. Pero aun no estaban muertos y el guerrero se revolvió como un jabalí herido. Gowther y él al menos tenían la ventaja táctica del flanqueo. Cada vez combatían mejor, esperaba que fuera suficiente. Ash trató de serenarse y sacar fuerzas de flaqueza. Sus espadas cortaron el agua, a veces torpemente, otras letalmente, hiriendo al terrible monstruo que se negaba a huir. Gloria y Norma se alternaban sin descanso tratando de buscar el hueco entre las defensas del monstruoso hombre pez. Sin saber por qué los sones de Guilbert le iluminaron, ahí estaba el hueco. El guerrero no lo pensó y enterró a Norma en un estocada profunda que atravesó las entrañas de la criatura y salió por su espalda. El monstruo dejó de debatirse cuando la vida le abandonaba y su cuerpo inerte empezó su lenta deriva hacia el fondo. Sin regodearse en la pequeña victoria, maquinalmente, profesionalmente, se movió para trabar a otro de los monstruos que estaba demasiado cerca de Guilbert y Hela.
La velocidad que le proporcionaban sus botas alentaron al semielfo a cambiar su táctica esta vez. Arriesgándose a una reprimenda de Ash, Martin guardó su arco y sacó sus dos espadas cortas viendo una oportunidad sobre el monstruoso pulpo-criatura rodeado y ya herido por sus aliados. Antes de asestar su mortal estocada, cerró los ojos por un momento, para volver a abrirlos mientras pronunciaba unas palabras en el antiguo idioma de los elfos, sus violáceos ojos brillaron por unos instantes en la oscuridad, mientras fijaban a su objetivo, estudiando todos sus puntos débiles y adivinando todas las grietas en su guardia. Su presa estaba lista.
Terminando su raudo movimiento al lado de la criatura, como si el agua no ejerciera demasiada resistencia sobre él. El asesino fintó levemente aprovechando la dividida atención de su enemigo entre todos los contendientes que le tenían rodeado y clavó con profundidad su hoja en la base de unos de sus tentáculos, donde su tumefacta carne se abrió como una manzana podrida expulsando sangre y vitriolos en el agua circundante.
El mestizó volvió a sonreír, preparando la tormenta de cuchilladas con la que esperaba acabar en breve con su adversario.
Aliviada, Helayna fue capaz de soltar la tensión de sus puños y su mandíbula al comprobar que sus golpes habían conseguido romper la barrera de dominación que mantenía atrapados a Ash y Guilbert. Echó un vistazo general para evaluar la situación y, aunque muchos de sus compañeros parecían encontrarse en un estado bastante lamentable, al menos todos contaban ahora con su autonomía mental.
Observó como Kath se había ocupado de la criatura que la tenía presa y volvió a alabar internamente el coraje de su amiga. Los susurros de Guilbert acapararon su atención, comprobando que esta vez su mirada se centraba en la bestia central, y observó asombrada como menguó su tamaño hasta convertirse en un pequeño bivalvo. Una media sonrisa se dibujó en su cara, sin poder evitar lo cómico que le resultaba la ocurrencia del bardo.
La batalla continuo con rapidez, sus compañeros parecían ir ganando terreno con dificultad pero sin pausa; las criaturas bramaban alteradas ante la ausencia de su líder y la elfa frunció el ceño pensando que el miedo sin control podía ser más peligroso de lo que se podían imaginar. Quedaban dos seres en pie y era apremiante acabar con ellos. Se centró en el que se debatía con Morko, el enano parecía estar en problemas al perder su hacha en las aguas y, de pronto, de la profundidad de la oscura laguna, surgió un sonido lúgubre y sombrío; todos pudieron escuchar el tañido de una campana que parecía estar sentenciando la hora de una muerte inequívoca, como si marcara la antesala de un tétrico e indiscutible funeral, que provocó una convulsión de dolor en su objetivo.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
La arriesgada jugada había salido bien, pero el combate continuaba contra los skums y no estaba en absoluto de su lado. La tentación de batirse el cobre en combate singular era tentadora, pero vago favor haría a sus compañeros y su futuro cercano, si por esta lides perdía el control sobre la magia desatada en el ahora palmeante bivalvo.
Repasando las posibles victimas sonrió al ver flotando hacia la sueprficie los cadáveres de dos de ellos mientras tintaban de rojo sangre el agua de alrededor. Extendiendo la mano conjuró dos descargas mágicas que surcaron las frías aguas hasta impactar en el subyugado ser que luchaba contra Morko y Martin. Desgraciadamente, aquel skum no sucumbió.
-Gowther, aguanta..- le grito al grácil guerrero no muy seguro de que pudiera ser escuchado.. Debía asegurarse que el elfo sintiera que no estaba solo en la batalla, así que cogió el cuerno y lo hizo sonar hasta que las runas en plata relumbraron.
As a bonus action, a creature (other than yourself) within 60 ft. that can hear you gains an inspiration die (1d8). For 10 minutes, the creature can add it to one ability check, attack roll, or saving throw. This can be added after seeing the roll, but before knowing the outcome.
Con el aboleth neutralizado, el skrum que tiene sujeta a Kath por fin afloja su presa y la muchacha no pierda la oportunidad y acuchilla sin piedad a la pulposa criatura que, aunque intenta defenderse, no puede hacer nada contra la furia de Kath y la cazadora de sangre atraviesa el pecho de la bestia con su espada corta. El skrum cae flotando, dejando una mancha de sangre negra flotando tras de si.
Pese a que Gowther y Ash acaban con otro, mientras este se defiende, Morko y Martin aguantan los desesperados ataques del cuarto de los siervos de la malograda aberración.
Desesperado, Morko palpa el suelo hasta que sus manos agarran la empuñadura de Kheluzburk, el arma parece transmitir una sensación de calidez al agitado paladín. Con gran esfuerzo y apoyándose en el hacha Morko consigue levantarse.
Aprovechando la intervención de Martín que atrae la atención del monstruo, Morko agarra a Kheluzburk y desde el suelo traza un arco por encima de su cabeza para descargar la hoja contra el acuático ser. El movimiento parece desarrollarse a cámara lenta, pero el hacha se hunde profundamente en el monstruo poniendo fin a su existencia. Con una sonrisa agradecimiento y cansancio a Martín, saca el hacha de los restos de la criatura y observa la situación de sus compañeros, preparándose para ir en su ayuda...en cuanto recupere el aliento.
Zevatur vuelve a sentir la peligrosa criatura encima suyo y con la amenaza de sus tentáculos agitándose furiosos a su alrededor apenas puede apuntar o maniobrar. Con una mueca de dolor conjura una luz que impacta superficialmente a la criatura, haciendo que su piel se chamusque levemente, pero sin causarle demasiado daño. Zevatur mira a sus aliados, esperando que ellos hagan una contribución más significativa.
Ash golpeó sin piedad al skrum que aun presentaba batalla. Hasta tres veces sus chicas cortaron al monstruo que se negaba a caer a pesar de las sangrantes heridas. Con un movimiento inesperado en el último de los lances, habiendo penetrado su guardia, Ash giró la muñeca y propinó un tremendo golpe ascendente en mentón de aquella cosa con el pomo leonado de Gloria. Cualquier hombre normal habría resultado noqueado pero estas cosas no eran hombres...
El Skrum se levantó todo lo que pudo para intentar dominar a sus enemigos. De pronto el filo de una hoja le atravesó la garganta desde la espalda, haciéndole escupir sangre. Kath giro la espada en la herida para ponerla horizontal y con un grito empujó para decapitar al Skrum. parecía que el peligro había pasado, siempre que la Magia de Guilbert no fallara.
Ash se miró la pierna y constató que la sustancia mucosa de la herida se iba extendiendo
Ash se miró la pierna y comprendió que aquello no iba bien. Los pulmones la ardían por el esfuerzo así que nadó hacia la superficie. Oh que bien sentaba respirar de nuevo. En la orilla, cuando el resto de sus compañero subieron a la superficie también buscó la opinión de un experto respecto a la asquerosa herida de la pierna.
—Chicos esto tiene mal aspecto —les expuso la fea herida donde una sustancia mucosa parecía extendía— diría que se ha hecho más grande ¿Qué opináis
El guerrero miraba la herida sin saber qué pensar. Nunca había visto una herida como esa, pero su instinto le decía que aquello no era nada bueno.
Los skrums estaban muertos pero las atención del bardo no estaba solo en mantener al peligroso Aboleth en su forma de bivalvo sino también en un apurado Gowther exprimiendo al máximo la capacidad de sus pulmones y Ash, con una fea herida, camino de convertirse en un sirviente de la vieira. Confiando en la resistencia física y mental del Eladrin para sacarse de aquel apuro, acudió presto en ayuda del guerrero que ya tomaba camino de la superficie, sujetándole por. Conocedor del viscoso final que le esperaba, aunque no del modo de evitarlo, conjuró las artes curativas mas básicas para aliviar al guerrero en su camino a la superficie. -Morko!- llamó al atención del enano..-Vigila esto.. creo que supera mis capacidades curativas.
Guilbert casts Cure Wounds!
Ash
Damage: - ( 1d8 (6) + 5 ) [heal] = -11
Mientras el guerrero continuaba su ascenso Guilbert casi pierde la noción acerca de su molusco amigo de las profundidades. Volviendo hacia la posición donde le dejó y usando uno de los viejos trucos que primero se aprenden, generó luz disipando la vacía y fría oscuridad donde el Aboleth había visto pasar las centurias mientras en la superficie reyes nacían, morían y dejaban paso a otro y a otro.. Rebuscó en aquella guarida hasta dar con "La Vieira". Una cueva se adentraba en la oscura piedra y multitud de monedas se descubrieron como estrellas en el firmamento al reaccionar con la luz mágica. Mezclados con las monedas encontró aceros oxidados junto a otros restos muy deteriorados que seguro pertenecieron a los varios esqueletos y algunos cuerpos descomponiéndose lentamente en aquellas frías aguas. Entre tanta ruina algo llamó la atención del bardo. Bajo tanta corrupción vio la calidez de la madera, sin mancilla, que le resultaba familiar, y en uno de los cuerpos, vestido con destartaladas ropas, destacaban unos guantes de cuero negro sin el deterioro del resto de la vestimenta. Recogió todo sin mucho cuidado hasta que por fin vio al Aboleth. Cuando se acercó a recogerle, vio junto al molusco una varita. repartió las objetos entre los bolsillos y salió a la superficie con el resto.
-Lamento todo mal que os haya podido causar cuando estaba bajo su influjo.- les dijo sin poderse quitar de la cabeza como se dirigía hacia la elfa justo antes de volver en si.- No tenemos mucho tiempo antes de que mi amigo recupere su instinto asesino.. -dijo mientras sacaba la varita y los guantes aun con huesos dentro, un laúd chorreando agua al Aboleth transformado.- Nunca pensé que me adentraría en una montaña para degustar una suculenta sopa de marisco, aunque tengo una idea para matar dos pájaros de un tiro.- concluyó ajustando las lentes de visión en la oscuridad y buscando una posible ruta hacia lo alto de la sima desde la playa.-Por cierto, hay bastantes monedas ahí abajo, pero ahora debemos decidir que hacer con su dueño.
Morko observó a sus compañeros tras el combate, claramente Gowther se había llevado la peor parte. El enano empezó a caminar hacia el eladrin para atender sus heridas, cuando vio cómo Guilbert atendía a Ash y le llamaba. Morko acudió al lado de Ash y tras ver los signos de la herida infectada, coloco sus manos sobre la superficie y un alud válida baño la herida, cuando la luz se apagó no quedaba rastro de la infección.- Para encontrar el camino a la superficie seguid la cuerda- les dice mientras señala la cuerda que había preparado para usar de guia en el retorno.
Entre una mezcla de nado y saltos llegó junto a Gowther e invocando el poder de Moradhin trato de curar las heridas más graves. - Sigue la cuerda, nos llevará hasta la superficie, por donde nos sumergimos. Tras atender a Gowther , Morko inicia el ascenso hacia la superficie.
Al final, el combate se liquidó más rápido de lo que la elfa esperaba. En el momento en el que el líder acuático había sido neutralizado, los ataques certeros y coordinados de sus compañeros redujeron con celeridad a las bestias que quedaban en pie.
En ese momento Helayna se dejó llevar y, en lugar de seguir a sus aliados hacia la orilla, simplemente abandonó su cuerpo a la ingravidez de las aguas oscuras de la laguna. Cerró los ojos y aflojó la tensión de sus extremidades, excepto por la mínima fuerza que debía ejercer para no soltar el bastón. Sin el miedo apremiante del ataque de las criaturas, volvió a disfrutar de aquel bienestar que la abrazaba y la mecía como una madre abnegada; por una vez en mucho tiempo se sentía en paz, sin pensamientos recurrentes e intrusivos, sin preocupaciones, solo la oscuridad de la nada en la que se sostenía. El tiempo pareció detenerse y se mantuvo bajo el agua hasta que el frío agudo y penetrante le recordó que debía abandonar aquel lugar si no quería morir de hipotermia; no pudo imaginar una muerte más dulce que aquella. Lentamente su cuerpo recuperó la movilidad, abrió los ojos y movió las piernas impulsándose hacia la superficie. Extrañamente, la primera bocanada de aire le resultó incómoda, acostumbrada ya a poder respirar bajo el agua. Nadó hasta la orilla y salió del agua con dificultad, tiritando y ejerciendo la fuerza necesaria para arrastrar su ropa completamente empapada, echando ya de menos la ingravidez del medio líquido.
Llegó al lado de sus compañeros en el instante en el que Guilbert pedía perdón por sus actos cuando no era dueño de sí, y la elfa le respondió con una sincera sonrisa - ¡No tuve más remedio que golpearos! - le dijo a modo de regañina divertida, para quitarle hierro al asunto - gracias a la Diosa que funcionó, o no estaríamos teniendo esta conversación ahora mismo- miró hacia Ash y le guiñó un ojo, aliviada al saber que se estaba recuperando de sus heridas. Le castañeaban los dientes y se abrazó a sí misma intentando proporcionarse algo de calor - gran estrategia convertir a una criatura del averno abisal en una pequeña y deliciosa almeja- alabó al bardo por su ocurrencia; a los ojos de todos, la elfa parecía desprender una calma y serenidad inusuales - ¿Qué hacemos con ella?
Una vez alcanzada la superficie, el paladín mira al resto del grupo y dice:- Dudo mucho que lady Kima pasase por aquí, pero creo que deberíamos aprovechar ahora para cruzar al otro lado y tratar de encontrar un sitio para descansar -
-Propongo tirarla en la fortaleza duegar y que se maten entre ellos- dice el paladín tras escuchar la pregunta de Hela.
Ash asintió a Morko, agradeciendo las atenciones mágicas en silencio. Cuando el paladín hubo acabado se irguió de nuevo a pesar del resto de heridas de garra. Dejarían cicatriz, pero le daban un aspecto fiero.
—Sí, ¡bien hecho Guilbert! —dedicó una palmada en el hombro al bardo— nos has salvado a todos ahí abajo, si te debemos algo es gratitud. Helayna a ti también. Todos habéis estado a la altura. ¿He hecho daño a alguien mientras...? En fin, no era yo —se encogió de hombros— y veo que nadie ha caído esta vez. Vamos mejorando.
El guerrero dedicó una sonrisa pícara al grupo. Ash no era de los que se pierden el tiempo con pomposas disculpas o se regodean en la autocompasión. Se ajustó las armas al cinto mientras asentía a los comentarios de Helayna y Morko.
—Sí, quizá tengas razón después de todo Morko, dudo que la lady combatiera eso. Sin embargo exploremos la pared de piedra de la orilla bajo la fortaleza, quizá encontremos algún pasaje. Martin, Kath es vuestro campo ¿Estáis listos? —tendió su anillo de caminar sobre las aguas al mestizo—. Ya encontraremos donde dejar el paquete —dijo a Guilbert— ¿cuanto tiempo tenemos antes de que tu conjuro expire?
Un exhausto Zevatur se arrodilla en la orilla. Sus heridas y laceraciones le hacen jadear al borde del colapso. Guilbert, Ash, Hela... parecianexultantes, pero el combate lo habia dejado al borde de la muerte y sin muchos mas recursos para otro combate. Con un par de ultimas acciones quemo dos de sus hechizos de primer circulo para darle puntos de poder y otro mas para curarse y alejarse del borde de la muerte. Despues miro al resto... tirar al aboleth a la fortaleza enana parece buena idea, sin embargo, cuando mas lejos estemos de aqui cuando suceda, mejor.
Abrumado por el fragor de la batalla submarina en ciernes, al bardo le cuesta entrar en acción tras recuperar sus facultades y su cuerpo gracias al misil mágico de Helayna. Ante él, una aberración endiablada que surca las aguas de su guarida con soltura. Un Aboleth. Recuerda haber leído algo sobre ellos, por supuesto sin permiso. Se tuvo que colar siendo aún aprendiz en una torre para poder leer sobre el inicio del mundo. Poco se sabe de entonces pero parece evidente que entonces ya había un aboleth. Cuanto duraba el reposo de aquel ser hasta que fuera perturbado por una inocente piedra sobre el lago mas olvidado y mas remoto que, al menos el bardo, conocía?. Pero es momento de actuar y no de recordar.
Súbitamente debe tomar consciencia de cómo se encuentra el combate y claramente están jugando el bote mas grande con la peor mano posible. Delante suyo, el eladrin, medio muerto y tras haber sido despojado de sus refuerzos mágicos cargaba una y otra vez sacrificando el poco aliento que en sus pulmones quedaba. También, poco mas adelante y grávemente herido, Zevatur aguantaba férreo los embates de las criaturas allí donde veteranos y curtidos guerreros huirían sin miramiento. A su vera, la elfa parecía haber nacido para la batalla, con sus dudas disipadas su mente había trabajado con premura para sacar a Guilbert del control del Aboleth y seguramente a Ash, deduciendo esto al verle siendo asediado por varios frentes por los subyugados esclavos babosa. Con las destreza que solo la experiencia otorga, el guerrero se defendía como un jabato, aunque el Aboleth conseguía superar el muro afilado de Norma y Gloria hiriéndole feamente. Al fondo, Kath parece zafarse de la presa tajando agresivamente al Skum. Cuando todo estaba perdido aparecen martillo y flecha atravesando el agua como un rayo el firmamento. Martin y Morko responden al auxilio arrojando algo de esperanza a la voluntad guerrera de Guilbert. Todos juntos, una vez mas, luchando y sangrando.. juntos.
Con esperanzas renovadas y la nueva situación, Guilbert valora sus opciones. Si el juego continúa su mano no aguantará. Si hay que jugar fuerte, hay que jugar ya. Entre tahúres siempre se dice que cuando te sientas a jugar, si en los primeros minutos no descubres quien es el pececillo de la partida, es que el pescado eres tú a merced de los tiburones. Y en esta mortal partida, parece que el Aboleth ha encontrado un grupo de primos inocentes pescaditos.. Y es justo ahí, donde un gambler como Guilbert quiere tener a su rival, confiado y dispuesto a morder el anzuelo. Es el momento de jugarse todo a un jaque.
Un murmullo al comienzo, acompañado del sordo chasquear de dedos bajo el agua, va acelerándose y escalando las notas, que gracias al ritual del Eladrin puede desarrollar bajo el agua. Es arriesgado, y nunca antes había conjurado un hechizo tan poderoso. Los últimos versos de su canción, a pleno pulmón por fin llaman la atención del confiado Aboleth, que abre desencajado sus tres ojos en hilera al reconocer el hechizo. Sus tentáculos se movilizan para interrumpir el hechizo pero en ese momento, el artista concluye el poderoso y pretencioso conjuro.-A cara o cruz, amigo- Y una sonrisa se dibuja en la cara de Guilbert mientras chasquea sus dedos por ultima vez. Un inocente pectínido parece allí donde estaba la ancestral aberración, molusco bivalvo también conocido como Vieira en los muelles de waterdeep..
Polymorph al Aboleth.
-Por lo que mas queráis, no perturbéis a nuestro anfitrión en su nueva forma- dice profúndamente aliviado al ver el éxito de su hechizo.-Podría.. ser el perfecto regalo.. para los Duergar de mas arriba- añade casi sin aliento por el esfuerzo de tan poderosa magia, termina con unas palabras de ánimo a un guerrero que como él, seguro que mantiene culpa de las acciones realizadas bajo el yugo de la aberración. -Ash.. debemos.. proteger a los hechiceros.. cuentan contigo , aún quedan los skums..-Y hace sonar su cuerno que retumba bajo el agua mas tenebroso que nunca.
Bardic inspiration a Ash
La repentina desaparición del aboleth, su amo y señor durante tantos años, dueño de sus objetivos, pensamientos y hasta dueños, tiene dos consecuencias en los Skum.
Unos se quedan quietos, entonando una llamada grave con sus dentadas bocas, los tres ojos cerrados, como si llamaran a alguien en las negras aguas. Otros, sin embargo, se lanzan a un frenesí destructivo, presas del miedo y la furia que su amo les trasmitió por su enlace telepático antes de verse reducido a un inofensivo molusco.
El Skum que está entre Ash y Gowther ataca a diestro y siniestro. Ash es cogido por sorpresa por su ferocidad pero aunque recibe una herida en la parte interna de su antebrazo, evita el ataque psíquico. Gowther no tiene problema alguno en esquivar el burdo ataque de la bestia.
Morko se ve sobrepasado por la repentina ferocidad de la bestia. Esta se abalanza sobre él, rasgando, arañando y cortando. En la enconada lucha consigue poner una de sus garras en la cabeza del enano, su casco cayendo hacia el fondo del lago, el paladín grita de dolor cuando su cerebro parece ser introducido en ácido con el contacto de la bestia. Pero Morko no es un melindre ajeno al dolor. Aguanta el ataque que habría tumbado a muchos y, con un golpe de la parte superior de su hacha, consigue que el Skrum le suelte y se aparte, lo suficiente como para darle espacio para manejar su hacha.
Dolorido, Morko se prepara para su ataque.
PbP Character: A few ;)
Morko trata de ponerse en pie mientras ataca, pero el dolor de cabeza y el estar combatiendo en el agua hacen que falle el golpe desequilibrandose y en un intento desesperado por no volver a caerse cambia la dirección del giro del hacha en un segundo ataque; pero el cieno le juega una mala pasada ante el brusco cambio de dirección, haciendo que resbale y caiga soltando en el proceso a Kheluzburk.
Maldiciendo Morko trata en el suelo al menos de curarse por si sobreviene ataque y concentrándose extiendo el poder de Moradhin sobre sus heridas.
Zevatur examina las posibilidades, la vision de la criatura escamosa convertida en almeja le hace sonreír, pero la sonrisa se le acaba al ver a las criaturas tentaculares atacar aun a sus companeros. Dudando un momento entre atacar y curar se decide por lo ultimo, pensando que Gowther parece muy herido, demasiado y que posiblemente no aguantaria un ata que adicional. Nadando torpemente hasta el le toca y cura a el y a si mismo, insuflando vigor dragonil a ambos.
Zevatur, Rolthos
Bajo el agua, con los pulmones inflamados aguantando la respiración y la pierna ardiendo por la herida emponzoñada, luchando por sus vidas en las peores condiciones imaginables. Demonios aquello parecía el fin, otra vez. Pero aun no estaban muertos y el guerrero se revolvió como un jabalí herido. Gowther y él al menos tenían la ventaja táctica del flanqueo. Cada vez combatían mejor, esperaba que fuera suficiente. Ash trató de serenarse y sacar fuerzas de flaqueza. Sus espadas cortaron el agua, a veces torpemente, otras letalmente, hiriendo al terrible monstruo que se negaba a huir. Gloria y Norma se alternaban sin descanso tratando de buscar el hueco entre las defensas del monstruoso hombre pez. Sin saber por qué los sones de Guilbert le iluminaron, ahí estaba el hueco. El guerrero no lo pensó y enterró a Norma en un estocada profunda que atravesó las entrañas de la criatura y salió por su espalda. El monstruo dejó de debatirse cuando la vida le abandonaba y su cuerpo inerte empezó su lenta deriva hacia el fondo. Sin regodearse en la pequeña victoria, maquinalmente, profesionalmente, se movió para trabar a otro de los monstruos que estaba demasiado cerca de Guilbert y Hela.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
La velocidad que le proporcionaban sus botas alentaron al semielfo a cambiar su táctica esta vez. Arriesgándose a una reprimenda de Ash, Martin guardó su arco y sacó sus dos espadas cortas viendo una oportunidad sobre el monstruoso pulpo-criatura rodeado y ya herido por sus aliados. Antes de asestar su mortal estocada, cerró los ojos por un momento, para volver a abrirlos mientras pronunciaba unas palabras en el antiguo idioma de los elfos, sus violáceos ojos brillaron por unos instantes en la oscuridad, mientras fijaban a su objetivo, estudiando todos sus puntos débiles y adivinando todas las grietas en su guardia. Su presa estaba lista.
Terminando su raudo movimiento al lado de la criatura, como si el agua no ejerciera demasiada resistencia sobre él. El asesino fintó levemente aprovechando la dividida atención de su enemigo entre todos los contendientes que le tenían rodeado y clavó con profundidad su hoja en la base de unos de sus tentáculos, donde su tumefacta carne se abrió como una manzana podrida expulsando sangre y vitriolos en el agua circundante.
El mestizó volvió a sonreír, preparando la tormenta de cuchilladas con la que esperaba acabar en breve con su adversario.
" ¡Oh la Oscuridad...! "
Aliviada, Helayna fue capaz de soltar la tensión de sus puños y su mandíbula al comprobar que sus golpes habían conseguido romper la barrera de dominación que mantenía atrapados a Ash y Guilbert. Echó un vistazo general para evaluar la situación y, aunque muchos de sus compañeros parecían encontrarse en un estado bastante lamentable, al menos todos contaban ahora con su autonomía mental.
Observó como Kath se había ocupado de la criatura que la tenía presa y volvió a alabar internamente el coraje de su amiga. Los susurros de Guilbert acapararon su atención, comprobando que esta vez su mirada se centraba en la bestia central, y observó asombrada como menguó su tamaño hasta convertirse en un pequeño bivalvo. Una media sonrisa se dibujó en su cara, sin poder evitar lo cómico que le resultaba la ocurrencia del bardo.
La batalla continuo con rapidez, sus compañeros parecían ir ganando terreno con dificultad pero sin pausa; las criaturas bramaban alteradas ante la ausencia de su líder y la elfa frunció el ceño pensando que el miedo sin control podía ser más peligroso de lo que se podían imaginar. Quedaban dos seres en pie y era apremiante acabar con ellos. Se centró en el que se debatía con Morko, el enano parecía estar en problemas al perder su hacha en las aguas y, de pronto, de la profundidad de la oscura laguna, surgió un sonido lúgubre y sombrío; todos pudieron escuchar el tañido de una campana que parecía estar sentenciando la hora de una muerte inequívoca, como si marcara la antesala de un tétrico e indiscutible funeral, que provocó una convulsión de dolor en su objetivo.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
La arriesgada jugada había salido bien, pero el combate continuaba contra los skums y no estaba en absoluto de su lado. La tentación de batirse el cobre en combate singular era tentadora, pero vago favor haría a sus compañeros y su futuro cercano, si por esta lides perdía el control sobre la magia desatada en el ahora palmeante bivalvo.
Repasando las posibles victimas sonrió al ver flotando hacia la sueprficie los cadáveres de dos de ellos mientras tintaban de rojo sangre el agua de alrededor. Extendiendo la mano conjuró dos descargas mágicas que surcaron las frías aguas hasta impactar en el subyugado ser que luchaba contra Morko y Martin. Desgraciadamente, aquel skum no sucumbió.
-Gowther, aguanta..- le grito al grácil guerrero no muy seguro de que pudiera ser escuchado.. Debía asegurarse que el elfo sintiera que no estaba solo en la batalla, así que cogió el cuerno y lo hizo sonar hasta que las runas en plata relumbraron.
To Hit: 1d20 (7) + 8 =
15
Damage: 1d10 (2) [force] =2
To Hit: 1d20 (4) + 8 =
12
Damage: 1d10 (1) [force] =1
Bardic Inspiration a Gowther
As a bonus action, a creature (other than yourself) within 60 ft. that can hear you gains an inspiration die (1d8). For 10 minutes, the creature can add it to one ability check, attack roll, or saving throw. This can be added after seeing the roll, but before knowing the outcome.
Con el aboleth neutralizado, el skrum que tiene sujeta a Kath por fin afloja su presa y la muchacha no pierda la oportunidad y acuchilla sin piedad a la pulposa criatura que, aunque intenta defenderse, no puede hacer nada contra la furia de Kath y la cazadora de sangre atraviesa el pecho de la bestia con su espada corta. El skrum cae flotando, dejando una mancha de sangre negra flotando tras de si.
Pese a que Gowther y Ash acaban con otro, mientras este se defiende, Morko y Martin aguantan los desesperados ataques del cuarto de los siervos de la malograda aberración.
PbP Character: A few ;)
Desesperado, Morko palpa el suelo hasta que sus manos agarran la empuñadura de Kheluzburk, el arma parece transmitir una sensación de calidez al agitado paladín. Con gran esfuerzo y apoyándose en el hacha Morko consigue levantarse.
Aprovechando la intervención de Martín que atrae la atención del monstruo, Morko agarra a Kheluzburk y desde el suelo traza un arco por encima de su cabeza para descargar la hoja contra el acuático ser. El movimiento parece desarrollarse a cámara lenta, pero el hacha se hunde profundamente en el monstruo poniendo fin a su existencia. Con una sonrisa agradecimiento y cansancio a Martín, saca el hacha de los restos de la criatura y observa la situación de sus compañeros, preparándose para ir en su ayuda...en cuanto recupere el aliento.
Zevatur vuelve a sentir la peligrosa criatura encima suyo y con la amenaza de sus tentáculos agitándose furiosos a su alrededor apenas puede apuntar o maniobrar. Con una mueca de dolor conjura una luz que impacta superficialmente a la criatura, haciendo que su piel se chamusque levemente, pero sin causarle demasiado daño. Zevatur mira a sus aliados, esperando que ellos hagan una contribución más significativa.
Zevatur, Rolthos
Ash golpeó sin piedad al skrum que aun presentaba batalla. Hasta tres veces sus chicas cortaron al monstruo que se negaba a caer a pesar de las sangrantes heridas. Con un movimiento inesperado en el último de los lances, habiendo penetrado su guardia, Ash giró la muñeca y propinó un tremendo golpe ascendente en mentón de aquella cosa con el pomo leonado de Gloria. Cualquier hombre normal habría resultado noqueado pero estas cosas no eran hombres...
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
El Skrum se levantó todo lo que pudo para intentar dominar a sus enemigos. De pronto el filo de una hoja le atravesó la garganta desde la espalda, haciéndole escupir sangre. Kath giro la espada en la herida para ponerla horizontal y con un grito empujó para decapitar al Skrum.
parecía que el peligro había pasado, siempre que la Magia de Guilbert no fallara.
Ash se miró la pierna y constató que la sustancia mucosa de la herida se iba extendiendo
PbP Character: A few ;)
Ash se miró la pierna y comprendió que aquello no iba bien. Los pulmones la ardían por el esfuerzo así que nadó hacia la superficie. Oh que bien sentaba respirar de nuevo. En la orilla, cuando el resto de sus compañero subieron a la superficie también buscó la opinión de un experto respecto a la asquerosa herida de la pierna.
—Chicos esto tiene mal aspecto —les expuso la fea herida donde una sustancia mucosa parecía extendía— diría que se ha hecho más grande ¿Qué opináis
El guerrero miraba la herida sin saber qué pensar. Nunca había visto una herida como esa, pero su instinto le decía que aquello no era nada bueno.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Los skrums estaban muertos pero las atención del bardo no estaba solo en mantener al peligroso Aboleth en su forma de bivalvo sino también en un apurado Gowther exprimiendo al máximo la capacidad de sus pulmones y Ash, con una fea herida, camino de convertirse en un sirviente de la vieira. Confiando en la resistencia física y mental del Eladrin para sacarse de aquel apuro, acudió presto en ayuda del guerrero que ya tomaba camino de la superficie, sujetándole por. Conocedor del viscoso final que le esperaba, aunque no del modo de evitarlo, conjuró las artes curativas mas básicas para aliviar al guerrero en su camino a la superficie. -Morko!- llamó al atención del enano..-Vigila esto.. creo que supera mis capacidades curativas.
-11
Mientras el guerrero continuaba su ascenso Guilbert casi pierde la noción acerca de su molusco amigo de las profundidades. Volviendo hacia la posición donde le dejó y usando uno de los viejos trucos que primero se aprenden, generó luz disipando la vacía y fría oscuridad donde el Aboleth había visto pasar las centurias mientras en la superficie reyes nacían, morían y dejaban paso a otro y a otro.. Rebuscó en aquella guarida hasta dar con "La Vieira". Una cueva se adentraba en la oscura piedra y multitud de monedas se descubrieron como estrellas en el firmamento al reaccionar con la luz mágica. Mezclados con las monedas encontró aceros oxidados junto a otros restos muy deteriorados que seguro pertenecieron a los varios esqueletos y algunos cuerpos descomponiéndose lentamente en aquellas frías aguas. Entre tanta ruina algo llamó la atención del bardo. Bajo tanta corrupción vio la calidez de la madera, sin mancilla, que le resultaba familiar, y en uno de los cuerpos, vestido con destartaladas ropas, destacaban unos guantes de cuero negro sin el deterioro del resto de la vestimenta. Recogió todo sin mucho cuidado hasta que por fin vio al Aboleth. Cuando se acercó a recogerle, vio junto al molusco una varita. repartió las objetos entre los bolsillos y salió a la superficie con el resto.
-Lamento todo mal que os haya podido causar cuando estaba bajo su influjo.- les dijo sin poderse quitar de la cabeza como se dirigía hacia la elfa justo antes de volver en si.- No tenemos mucho tiempo antes de que mi amigo recupere su instinto asesino.. -dijo mientras sacaba la varita y los guantes aun con huesos dentro, un laúd chorreando agua al Aboleth transformado.- Nunca pensé que me adentraría en una montaña para degustar una suculenta sopa de marisco, aunque tengo una idea para matar dos pájaros de un tiro.- concluyó ajustando las lentes de visión en la oscuridad y buscando una posible ruta hacia lo alto de la sima desde la playa.-Por cierto, hay bastantes monedas ahí abajo, pero ahora debemos decidir que hacer con su dueño.
Morko observó a sus compañeros tras el combate, claramente Gowther se había llevado la peor parte. El enano empezó a caminar hacia el eladrin para atender sus heridas, cuando vio cómo Guilbert atendía a Ash y le llamaba. Morko acudió al lado de Ash y tras ver los signos de la herida infectada, coloco sus manos sobre la superficie y un alud válida baño la herida, cuando la luz se apagó no quedaba rastro de la infección.- Para encontrar el camino a la superficie seguid la cuerda- les dice mientras señala la cuerda que había preparado para usar de guia en el retorno.
Entre una mezcla de nado y saltos llegó junto a Gowther e invocando el poder de Moradhin trato de curar las heridas más graves. - Sigue la cuerda, nos llevará hasta la superficie, por donde nos sumergimos. Tras atender a Gowther , Morko inicia el ascenso hacia la superficie.
(Curo 12)
Gasto 5 del lay
Al final, el combate se liquidó más rápido de lo que la elfa esperaba. En el momento en el que el líder acuático había sido neutralizado, los ataques certeros y coordinados de sus compañeros redujeron con celeridad a las bestias que quedaban en pie.
En ese momento Helayna se dejó llevar y, en lugar de seguir a sus aliados hacia la orilla, simplemente abandonó su cuerpo a la ingravidez de las aguas oscuras de la laguna. Cerró los ojos y aflojó la tensión de sus extremidades, excepto por la mínima fuerza que debía ejercer para no soltar el bastón. Sin el miedo apremiante del ataque de las criaturas, volvió a disfrutar de aquel bienestar que la abrazaba y la mecía como una madre abnegada; por una vez en mucho tiempo se sentía en paz, sin pensamientos recurrentes e intrusivos, sin preocupaciones, solo la oscuridad de la nada en la que se sostenía. El tiempo pareció detenerse y se mantuvo bajo el agua hasta que el frío agudo y penetrante le recordó que debía abandonar aquel lugar si no quería morir de hipotermia; no pudo imaginar una muerte más dulce que aquella. Lentamente su cuerpo recuperó la movilidad, abrió los ojos y movió las piernas impulsándose hacia la superficie. Extrañamente, la primera bocanada de aire le resultó incómoda, acostumbrada ya a poder respirar bajo el agua. Nadó hasta la orilla y salió del agua con dificultad, tiritando y ejerciendo la fuerza necesaria para arrastrar su ropa completamente empapada, echando ya de menos la ingravidez del medio líquido.
Llegó al lado de sus compañeros en el instante en el que Guilbert pedía perdón por sus actos cuando no era dueño de sí, y la elfa le respondió con una sincera sonrisa - ¡No tuve más remedio que golpearos! - le dijo a modo de regañina divertida, para quitarle hierro al asunto - gracias a la Diosa que funcionó, o no estaríamos teniendo esta conversación ahora mismo - miró hacia Ash y le guiñó un ojo, aliviada al saber que se estaba recuperando de sus heridas. Le castañeaban los dientes y se abrazó a sí misma intentando proporcionarse algo de calor - gran estrategia convertir a una criatura del averno abisal en una pequeña y deliciosa almeja - alabó al bardo por su ocurrencia; a los ojos de todos, la elfa parecía desprender una calma y serenidad inusuales - ¿Qué hacemos con ella?
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Una vez alcanzada la superficie, el paladín mira al resto del grupo y dice:- Dudo mucho que lady Kima pasase por aquí, pero creo que deberíamos aprovechar ahora para cruzar al otro lado y tratar de encontrar un sitio para descansar -
-Propongo tirarla en la fortaleza duegar y que se maten entre ellos- dice el paladín tras escuchar la pregunta de Hela.
Ash asintió a Morko, agradeciendo las atenciones mágicas en silencio. Cuando el paladín hubo acabado se irguió de nuevo a pesar del resto de heridas de garra. Dejarían cicatriz, pero le daban un aspecto fiero.
—Sí, ¡bien hecho Guilbert! —dedicó una palmada en el hombro al bardo— nos has salvado a todos ahí abajo, si te debemos algo es gratitud. Helayna a ti también. Todos habéis estado a la altura. ¿He hecho daño a alguien mientras...? En fin, no era yo —se encogió de hombros— y veo que nadie ha caído esta vez. Vamos mejorando.
El guerrero dedicó una sonrisa pícara al grupo. Ash no era de los que se pierden el tiempo con pomposas disculpas o se regodean en la autocompasión. Se ajustó las armas al cinto mientras asentía a los comentarios de Helayna y Morko.
—Sí, quizá tengas razón después de todo Morko, dudo que la lady combatiera eso. Sin embargo exploremos la pared de piedra de la orilla bajo la fortaleza, quizá encontremos algún pasaje. Martin, Kath es vuestro campo ¿Estáis listos? —tendió su anillo de caminar sobre las aguas al mestizo—. Ya encontraremos donde dejar el paquete —dijo a Guilbert— ¿cuanto tiempo tenemos antes de que tu conjuro expire?
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Un exhausto Zevatur se arrodilla en la orilla. Sus heridas y laceraciones le hacen jadear al borde del colapso. Guilbert, Ash, Hela... parecianexultantes, pero el combate lo habia dejado al borde de la muerte y sin muchos mas recursos para otro combate. Con un par de ultimas acciones quemo dos de sus hechizos de primer circulo para darle puntos de poder y otro mas para curarse y alejarse del borde de la muerte. Despues miro al resto... tirar al aboleth a la fortaleza enana parece buena idea, sin embargo, cuando mas lejos estemos de aqui cuando suceda, mejor.
Zevatur, Rolthos