Antes de que todos se vayan a la plaza, Saxa se aproxima a Cudgel y Becklin. No dice nada inicialmente, sino que simplemente pone una mano a cada una en el hombro. Es su manera de intentar darles ánimo antes de todo lo que está por suceder, especialmente a ellas que van a quedarse a cubrir la retirada de toda la ciudad. Tran ese instance silencioso en que únicamente las mira con gesto serio, acaba diciendo:
- Nos veremos en Kalaman.
No hay ni un atisbo de duda en sus palabras, ni piensa que vaya ha haber réplica alguna. Y no se trata de una orden - no puede hacer algo así con quien evidentemente la supera en rango - sino más bien un objetivo a cumplir. No importa lo que suceda desde ese momento hasta que se cumpla ese objetivo. Lo único que importa es cumplirlo. Entonces, con una media sonrisa y un asentimiento, libera a ambas mujeres y sigue a Raven y al resto hasta la plaza.
Una vez allí, tras dejar de golpear la campana y que Raven explica la situación, la bárbara se aproxima rápidamente a las primeras personas a las que ve dudar. Mirandoles con seriedad desde su buen metro noventa de estatura, eleva la voz mientras da unas buenas sonoras palmadas y dice:
- ¡Vamos, vamos, vamos! ¡Todos en movimiento ahora mismo! Id a vuestras casas, coged el mínimo imprescindible y dirigíos inmediatamente a lo muelles. Tenemos que evacuar rápido y viajar ligeros. El Ejército de Takhisis no es ninguna broma. Todos visteis lo que sucedió en la recreación de High Hill. ¡Ningún habitante de Vogler quedará a merced del Ejército Rojo, no lo vamos a permitir! ¡VAMOS!
Uri se dirigió hacia la plaza del pueblo con sus compañeros. Se quedó unos metros alejada de la campana, mientras Saxa y Fritz conseguían arrancar de ella el sonido de alerta. La cazadora observó, escudriñando las callejuelas más lejanas, cómo los voglerianos acudían a la llamada.
Tras las palabras directas y apremiantes de Saxa, Uri se acercó a los grupos de vecinos que parecían más temerosos y asustados. Arropándoles y apoyando sus manos en sus espaldas, sus palabras sonaron más como un ruego que como una orden.
- Debemos abandonar el pueblo, amigos; sé que estáis asustados, pero haremos lo posible por protegeros. Os acompañaré a recoger vuestras cosas y nos dirigiremos juntos al muelle, desde allí podremos ponernos a salvo - con un tono de voz amable pero firme, intentó infundir confianza a los más dubitativos.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Remington se dirigió al muelle en busca las barcas en dique seco. Quizá pudiera remendar alguna a golpe de varita, quizá si el desperfecto fuese pequeño. Iban a necesitar todas las barcas que pudieran reunir. Tenía los nervios a flor de piel pensando en sus perseguidores. Era una amenaza a todas luces inabarcable. Huir era la única decisión sensata. Miraba de reojo a los ciudadanos de Vogler mientas caminaba apresuradamente. Aun se sentía un extraño entre ellos, siempre le costaba encajar en los lugares nuevos.
Cuando la primera campanada resonó con fuerza apunto estuvo de caer de un pasmo. Trastabilló y tuvo que agarrarse a alguien que transportaba una cesta de verduras. Recogió algunas cebollas entre mil disculpas y siguió su camino avergonzado mientras el resto de campanadas iban resonando de fondo.
En el muelle todo estaba tranquilo, algunos ciudadanos se habían cruzado con él, extrañados de que fuera en dirección contraria a las campanas. Remington subió a un lugar elevado desde donde el que divisar la flota de que disponían. Frunció el ceño preocupado. Se bajó de su improvisada atalaya y preparó el ritual con sumo cuidado. Juntó un trocito de madera y un cordel en la palma de la mano y pasó su varita por encima susurrando unas palabras una y otra vez.
—Palvele Minua Hyvin —susurró expeditivamente mientras el cordel y la madera se consumían hasta desaparecer—. Ten, anota cuanto te vaya diciendo Geoffrey—dijo tendiendo al aire su pluma y su diario.
La pluma y el diario que había usado flotaron a su lado diligentemente y pronto empezaron a transcribir cuanto decía el joven aprendiz
—Dos balandros, tres esquifes, un bote, una barcaza... —continuó andando el mago mientras el diario le seguía flotando un paso por detrás.
Recorrió el muelle en busca de embarcaciones averiadas y haciendo recuento de toda la gente que podía caber en las que ya flotaban.
Pese a las palabras de Saxa y de Uri, las gentes de Vogler cada vez levantan más la voz. Unos preguntan qué tienen que llevarse, otros se niegan a creer que la situación sea tan grave, otros sugieren que se envíen emisarios para negociar, otros claman por abrir las puertas y rendirse, algunos lanzan gritos declarando su intención de luchar… pero todos se juntan en una cacofonía que es difícil de filtrar. La alcaldesa Raven parece preocupada, calmarlos va a requerir un precioso tiempo que deberían emplear en otras cosas. De pronto se empieza a escuchar un aullido, un gemido que parece salir de ultratumba y que va subiendo de intensidad hasta ahogar todos los gritos, quejas y sollozos de los Voglerianos, intentando encontrar el origen de aquel fantasmagórico sonido.
Subido a la cruz que sostiene la campana, Frizt hace girar su vara hoopak con energía sobre su cabeza, produciendo el sonido que ha hecho callarse a la muchedumbre.
Con una mirada de agradecimiento al kender Raven aprovecha e interviene.
- Amigos, creedme cuando os digo que soy la primera que odia esta decisión. Pero las informaciones que tenemos nos llevan a pensar que es el mejor curso de acción. Buscaremos refugio en Kalaman, permaneceremos unidos y cuidaremos los unos de los otros. Id a vuestras casas, coged lo indispensable y dirigíos a los muelles para que podamos comenzar la evacuac…-
- ¡Tonterías ! - la interrumpe una segura pero algo estridente voz que pertenece a Lord Bakaris - Mirad a vuestro alrededor, hay muchos hombres y mujeres capaces aquí. ,Yo digo que tomemos as armas y defendamos la ciudad! -
La intervención de Bakaris saca a Saxa de sus casillas:
- ¿Es que nunca vas a decir algo útil, maldito noble de pacotilla? ¿Alguna vez has dedicado tu vida a algo más que a pasearte luciendo tus ricas ropas y a levantar la voz para llamar la atención y decir sandeces? Por supuesto que Vogler está llena de gente capaz. Pero no se derrota a un ejército perfectamente armado y entrenado como el que está de camino simplemente con eso. Derrotarlo requeriría equipación que no tenemos, entrenamiento que no tenemos, preparación que no tenemos, números que no tenemos y TIEMPO que no tenemos. Así cierra tu maldita boca y deja hablar a quien tiene sentido común aquí.
La bárbara deja entonces de mirar a Bakaris para mirar al resto de habitantes del pueblo, que están ahora mismo mostrando miedo o dudas:
- Haced memoria. ¿Quien ha estado tantos taños gestionando, cuidando y protegiendo este pueblo? ¿Ha sido este charlatán? ¿O ha sido vuestra Alcaldesa? ¿A quien vais a hacer caso en vuestro momento de mayor necesidad? ¿A quien a todas luces desea llamar la atención para lideraros sin tener capacidad para ello? ¿O a quien ha demostrado años tras años que tiene la valentía y el conocimiento para tomar las decisiones adecuadas? Escuchad las palabras de Raven. Ese ejército está al llegar y no va a tener piedad. Perdereis más que vuestras posesiones: perderéis vuestra libertad, y algunos hasta vuestras vidas. ¿En serio queréis eso en vuestro futuro? Creo que sereis inteligentes, y esucharéis a quien debéis escuchar - al tiempo que dice esto, pone una mano en el hombro de Raven, esperando que ahora pueda dejarse escuchar.
El gesto amigable y comprensivo de la elfa se tornó en un rictus serio al escuchar el discurso del Lord, lanzándole una mirada reprobatoria. Tras la intervención de Saxa, que la cazadora apoyó con asentimientos de cabeza, Uri dirigió unas severas palabras al hombre, asegurándose de que todos los congregados la escucharan.
- Mide bien tus palabras, Lord Bakaris - comenzó, mientas se dirigía lentamente hacia Saxa y Raven - tú y solo tú serás el responsable de la desgracia y la muerte que asolará a aquellos a los que convenzas con tu ignorancia. Solo un necio o un loco propondría enfrentarse al Ejército Rojo en nuestras condiciones, en inferioridad numérica, en inferioridad de armas, en inferioridad de tiempo - enumeró, resumiendo las palabras de Saxa para enfatizar la información - No es momento de hacerse el héroe en una batalla perdida antes de comenzar, es momento de ser inteligentes, de retirarnos a Kalaman y salvar nuestras vidas. Y meditar y planear sobre nuestros siguientes pasos. Tú puedes hacer lo que quieras, Bakaris, pero nosotros haremos lo imposible para poner a nuestros amigos a salvo - en este momento, llegó a la altura de Saxa y Raven y, tal y como había hecho la bárbara, apoyó una de sus manos en el hombro de la mujer.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
El rostro de Lord Bakaris se queda blanco ante las irrespetuosas palabras de la alta barbara. El de su hijo se vuelve rojo como la grana de rabia.
Sin embargo, viendo que nadie le apoya y que la Alcaldesa se mantiene firme gracias al apoyo de las dos guerreras el veterano noble agarra a su airado hijo cuando da un paso al frente con la mano en la empuñadura de la espada.
- No hijo mío. Las guerreras tienen razón. No hay tiempo. - pese a sus palabras se ve que está conteniendo la ira - Pero lo curioso del tiempo es que pone a cada uno en su lugar. Si es la retirada lo que el pueblo elige sea… ayudaremos en lo posible. Nuestro deber es, al fin y al cabo, proteger al pueblo… -
El joven Bakaris aún forcejea un poco pero su padre se mantiene firme y le sujeta con fuerza. Saxa no deja de notar que con más de la que le había dado crédito al orondo hombre.
- Por favor - interviene la Alcaldesa intentando apaciguar los ánimos - La situación es muy tensa y la premura a veces nos hace decir palabras que no se piensan o sienten. Lord Bakaris por favor aceptad mis disculpas en nombre de mis compañeras. Debemos permanecer unidos ante la amenaza del Ejército que marcha hacia nosotros. -
Lord Bakaris solo contesta con una leve inclinación de cabeza y saca a su hijo de allí en dirección a su hogar para prepararse para la evacuación.
Con su partida el resto de ciudadanos comienza a hacer preguntas pero, siguiendo su plan, Raven enseguida comienza a dar tareas a todos. Unos prepararon sus cosas para partir mientras otros irán a los muelles a ayudar a Remington a preparar los botes. Mientras Raven da órdenes Averil se acerca con gesto preocupado a Saxa. - Creo que hoy te has ganado un poderoso enemigo Saxa.. Doy gracias que no ha invocado las leyes de Solamnia o me temo que tendría que haberme sometido al Código y la Medida y haberte puesto bajo arresto… - su gesto es adusto dejando claro que lo habría hecho sin ningún placer - y la pena no es ligera. Saxa… - pone una mano en el hombro de su compañera - Entiendo que las cosas son distintas de dónde vienes pero te ruego mesura. Por mucho que tus palabras parezcan cargadas de verdad hay otras formas de hacer que esta vea la luz… -
- Desde luego tienes suerte de que a Becklin se haya ido… ella no habría esperado a que el noble lo pidiera…- añade Darret con cara apesadumbrada.
Tras la respuesta de Saxa Raven se acerca. - Bueno… podría haber ido mejor, pero al menos ha sido más rápido de lo que esperaba. Por favor. - les pide - Podéis ir casa por casa asegurándonos que todo el mundo conoce el plan h se está uniendo al éxodo? Fritz - dice explícitamente - Seguro que Remington te necesita en el muelle para organizar los barcos…-
Uri piensa que este rato sería el ideal para cumplir su palabra a Becklin
Saxa está aun tan molesta que cuando Raven se disculpa por ella tiene que contenerse mucho para no expresar lo que realmente está pensando. "¿¿Que la premura a veces nos hace decir palabras que no se piensan o sienten? Si lo único que siento es no haber dicho aún más a ese par de *retahíla de insultos en su idioma natal* !". Pero en lugar de eso, deja que la alcaldesa y el resto hablen, mientras la bárbara se queda observando a los Bakaris perdiéndose entre la muchedumbre. Efectivamente, la guerrera ha hecho poderosos enemigos en este día y no le cabe duda de que cuando la evacuación termine y estén a salvo en Kalaman, de alguna manera todo esto volverá a ella.
Cuando el resto del pueblo se dispersa para seguir las ordenes de Raven, Saxa por fin se calma un poco, menea la cabeza y responde a Raven y Darret:
- Tenéis razon. No lidio bien con este tipo de personas que piensan que pueden actuar y tratar a la gante como les de la gana por el hecho de ser nobles. Estoy demasiado acostumbrada a ser directa con cualquiera, independientemente de su origen.En fin- añade, encogiéndose de hombros - lidiaré con lo que sea que suceda a su debido tiempo. Lo importante ahora es que la evacuación ya está en marcha.
Cuando Raven le pide que vayan casa por casa, Saxa no pierde ni un minuto y se pone en marcha tras acordar con Uri y Fritz cómo repartirse por distintas zonas de la ciudad.
En los muelles había unas diez barcas que podrían repararse en poco tiempo, un par de horas, si ponían gente a trabajar en ellas. Eso les permitiría llevar a unas 25 personas más. Además, se dio cuenta de que el ferry que pasa por debajo del inacabado puente podría usarse también. Sólo había que soltarlo de las maromas que cruzaban el río y juntar varias plataformas como había sugerido Fritz. ¡Quizá pudieran llevar 100 personas más!
Habiendo hecho el recuento, busco a algunos marineros y estibadores que no hubieran acudido al tañir de la campana y trató de organizarlos en nombre de la alcaldesa Raven para reparar las embarcaciones lo antes posible. A los más reticentes les prometió un sustancioso pago en acero de las arcas de la ciudad sin ruborizarse lo más mínimo. ¿Que importaba un embuste si salían de esta?
Usó uno de sus conjuros para remendar pequeñas piezas que necesitaban y trató de imprimirles el sentimiento de urgencia que la situación requería, pero sin agobiarles en sus tareas. Cuando todo estuviera en marcha se dirigiría al puente semiderruido, a por el ferry.
Uri mudó su gesto serio a una mueca de tristeza, observando cómo padre e hijo se perdían entre la multitud. Dirigió una mirada avergonzada a Raven y bajó la cabeza en señal de disculpa. La cazadora no solía tomar la iniciativa en este tipo de situaciones, ni meterse en discusiones ni conflictos, pero el deseo de intentar ayudar a Saxa ante la frustración de la actitud de Bakaris provocó su sincera aunque poco acertada intervención. Acatarían el castigo merecido cuando llegara el momento, ahora tenían asuntos más acuciantes de los que preocuparse.
- Yo recorreré el camino que lleva a la torre. Revisaré las casas y ayudaré a los voglerianos de esa zona y me acercaré hasta los aposentos de Becklin- revisó sus bolsillos para cerciorarse de que el kender no le había robado de nuevo las llaves - Alguien debería ir hasta los muelles a recoger las redes; yo esperaré en las catapultas para cargarlas con ellas y orientarlas a los acantilados- Uri colocó a sus espaldas el arco, el carcaj y la mochila de viaje, y puso rumbo a su destino.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
"Ualaaaaa" penso el kender de fogoso pelo escuchando a Saxa poner en su lugar a padre e hijo. Con los ojos como platos observaba a la bárbara, sorprendido pero también un poco preocupado sabiendo como esos humanos estirados muchas veces se comportaban entre ellos. Él no comprendia el significado de palabras como envidia o rencor pero si había visto a la gente alta actuar de maneras extrañas movidos por esos sentimientos.
Todos parecían tener labor para las siguientes horas así que tras responder con un -Claro.. luego voy-a las indicaciones de ir al muelle y no a las casas, abandonó la plaza principal entre saltitos llegando hasta la altura de los nobles, padre e hijo, que seguían algo alborotados. Nada como un kender para apaciguar a la gente nerviosa.
-Es difícil buscar una muerte heróica en batalla cuando estás preocupado por la supervivencia de tus hijos, tu mujer.. -dijo cuando estaba a su lado con tono conciliador.- La gente os escucha, en momento aciagos aparecen los líderes y de aquí saldrá recordado los héroes que consiguieron la evacuación y salvaron una ciudad entera.. ¿Qué nombres queréis que aparezcan? Es el momento de salvar a la gente..
Y se alejo entre saltitos con su vara entre manos, agitándola antes de entrar en las casas por si alguna usara ocas como de protección.. esos bichos no saben distinguir entre un ladrón y un inocente kender.
Los dos nobles ni se dignaron a contestar a Frizt. Lejos de ofenderse, el animoso hombrecillo de dirigió hacia dónde se había ido Saxa, para ayudarle mientras se guardaba distraídamente en su saco mágico un anillo que se le había caído al joven Bakaris. Sin duda su humor mejoraría cuando se lo devolviera.
Las siguientes horas pasaron rápidas mientras iban puerta por puerta, informando a algunos despistados y ayudando a quien lo necesitara.
Saxa y Uri, mientras Fritz ya se había dirigido a los muelles para ayudar a Remi, veían claramente una luz de un hogar a través de las ventanas de una casa pero nadie contestó a sus llamadas.
Mientras en el muelle Remington organizaba a varios grupos de personas en la recuperación y preparación del ferry y cuantas barcas podían reparar.
Saxa mira a Uri como diciendo "¿y ahora qué hacemos?". Primero intenta empujar suavemente la puerta, por si se da la casualidad de que no la hayan cerrado a cal y canto. También observa los alrededores, en busca de alguna puerta trasera, ventana semi abierta o llave de la casa metida en alguna maceta - a la bárbara de las tierras heladas donde nadie cerraba con llave sus tiendas de pieles siempre le había extrañado esta costumbre, pero ya había dejado de preguntarse por ella largos años atrás - pero no encuentra nada así.
Si no logra abrir la puerta de forma normal, le dice a su compañera:
- ¿Puedes intentar abrir tú con una ganzúa? Siempre podemos echar la puerta abajo, pero será mejor dejar esto como última instancia. Quien se haya encerrado ahí dentro debe estar muy asustado. Y aunque no podemos dejar que se quede aquí a merced del ejército de Takhisis, intentar llegar a él o ella lo menos accidentadamente posible suena como la mejor opción ...
Tras su infructuosa búsqueda alrededor de la casa en busca de alguna puerta o ventana abierta, Uri se encontró de nuevo en la puerta principal con Saxa. Asintiendo a su pregunta, rebuscó entre su enmarañado pelo, sujeto por pequeñas horquillas a un moño nada estiloso pero muy cómodo. Seleccionó la primera que encontró y la estiró para introducirla en la cerradura. Tras varios movimientos en su interior, un sonido sordo de rotura produjo una mueca de disgusto en el rostro de la cazadora, mirando a la bárbara y negándole con la cabeza, reafirmando el fracaso de su intento.
- No tenemos otra opción que la fuerza, Saxa - le comentó a la guerrera - ¿Lo intentamos con la puerta o rompemos una ventana? -
- ... alguien me va a echar la bronca por esto, seguro. Pero bueno, ¿qué es una ventana comparado con insultar a la noble familia Bakaris? - dijo, encogiéndose de hombros.
La alta bárbara desenfunda su hacha y se dispone a romper el cristal con el pomo, pero antes de hacerlo se para:
- Bueno, un momento. No se pierde nada por intentarlo una vez más ... - da entonces unos golpecitos en la ventana y añade - ¡Disculpe! No se quien está ahí dentro pero estamos evacuando la ciudad. ¡Por favor, si nos escucha abra la puerta para que podamos ayudarle a partir con el resto de sus vecinos!
Saxa mira a Uri y esperan un minuto. Si no escuchan respuesta o ningún tipo de movimiento desde el interior entonces, ya sí, la bárbara romperá la ventana con el pomo del hacha. Y se asegura de pasar el hacha por los bordes de la ventana para asegurarse de que no queda ningún cristal con el que se puedan cortar al entrar.
Uri agarró del brazo a Saxa, en señal de alerta, y se quedó muy quieta, mirando el pomo de la puerta con intensidad. Suave y lentamente, acercó su mano y con un leve tirón hacia sí, casi sin hacer fuerza, la puerta se entreabrió.
La cazadora no pudo evitar esbozar una risita divertida, jactándose de lo absurdo de la situación, mientras abría la puerta completamente e invitaba, con un amplio movimiento de su brazo a Saxa, a introducirse en la casa.
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
La bárbara suspira y se da un sonoro manotazo en la frente, pero acaba sonriendo tambien y tras hacer una rápida reverencia como respuesta a la invitación de la elfa, pasó al interior del hogar.
- ¿Hola? Venimos a ayudar para que puedan abandonar la ciudad ...- dice mientras se adentra, dirigiéndose a nadie en particular puesto que aún no sabe quién puede estar aún esperando en este hogar en lugar de preparándose para huir.
Las dos aventureras entraron en la casa, donde se percibia un agradable aroma a caldo. La casa era sencilla, y a su derecha se abría una sencilla cocina donde una marmita hervía al calor de unas brasas. A su izquierda, una puerta entreabierta se abría a una sala que hacía las veces de salón y dormitorio. Una chimenea aportaba calor y luz a la estancia. Una anciana mujer estaba sentada de espaldas a ellas, en una silla alta que había sido cubierta con mantas y cojines para procurar más comodidad a su vetusta ocupante. La mujer estaba absorta en algo que tenía entre las manos, las cuales movía de manera rítmica, con movimientos cortos pero rápidos. Saxa y Uri escuchaban el entrechocar de dos pequeñas piezas de metal cada vez que la mujer movía las manos cubiertas de arrugas. Un pequeño toque metálico cuando las herramientas que tenía chocaban entre si.
Poco a poco se fueron acercando, repitiendo su llamada, pero la mujer seguía abosrta en su quehacer. Al acercarse más vieron que estaba tejiendo una larga bufanda de color dorado con unas agujas de punto. La anciana tenia la cara completamente surcada de arrugas esculpidas por el tiempo y la vida a la interperie. Tenía los ojos prácticamente cerrados y parecía hacer su bufanda de punto de manera totalmente automática.
Al percibir movimiento cerca de ella levantó la cabeza y habló con voz dulce pero cansada por los años, como si las palabras estuvieran agotadas de realizar el esfuerzo de ser pronunciadas.
- Rowan querido... ¿ eres tú ? No viniste anoche... la fiesta con tus amigos se alargó eh? jejeje -extiende la mano y busca el brazo de Uri - Haces bien hijo haces bien... tienes que buscar una joven moza, no cuidar de esta anciana eh? jejeje. Tenía hambre y he conseguido preparar algo de sopa. ¿Ves como esta vieja no es del todo inútil? jejeje Toma un poco Rowan querido. Te repondrá del vino jejeje - Le da un par de palmaditas cariñosas a Uri en la mano y vuelve a tejer - Cuando hayas acabado si te pediré que me ayudes a acostarme. Estos viejos huesos no soportarán otra noche en esta silla jejeje -
A Saxa se le hace un nudo en la garganta. Reconoce el nombre de Rowan. Fue una de las bajas en la Batalla de la Colina.
La mujer no parece ver muy bien y su avanzada edad ha podido evitar que escuchara los gritos de Saxa fuera, ni que decir tiene la campana.
Saxa, que no sabe muy bien qué hacer, cruza una silenciosa mirada con Uri y no hace falta que pronuncien palabra alguna para que ambas sepan lo que está pensando la otra. "¿Qué hacemos?¿Se lo decimos?¿Que su hijo ha muerto?¿Quizás es mejor mentirle?No, eso no. Mejor no le digamos nada. Intentémos sacarla de aquí, perono ... no digamos nada aún".
Ambas asienten. Saxa entonces suspira y, aunque siente un gran pesar en su corazón se fuerza a esbozar un gesto animado al tiempo que se arrodilla frente a la anciana y apoya suna mano con suavidad en la de la anciana:
- Disculpenos. Me temo que Rowan no puede venir ahora. Pero nosotras vamos a ayudarla. Mi nombre es Saxa, ella es Urialanthalassa. Es un poco largo, ¿verdad? Pero le puede llamar Uri. ¿Verdad que sí Uri? - dice, mirando a la elfa con una sonrisa que no se refleja en sus ojos verdes, que lucen ahora tristes - Bueno, como iba diciendo, nosotras vamos a ayudarla mientras Rowan está ausente. Mire que me encantaría probar esa sopa que huele tan estupendamente, pero debemos irnos de la ciudad. Todo el pueblo debe ir a Kalaman por unos días. ¿Nos deja que le ayudemos? Será por poco tiempo, pero necesitamos irnos pronto. Deje que la acompañemos hasta el muelle con los demás, ¿sí?
La bárbara dice todo esto en un tono de voz un poquito más elevado de lo habitual, ya que intuye que la anciana no puede escuchar muy bien.
Uri no pudo evitar que se le llenaran los ojos de lágrimas ante la visión y las palabras de aquella anciana. Le recordó demasiado a su familia, a su hogar, tan lejanos ahora. Una punzada de terrible añoranza encogió su corazón. Ante el tacto de las arrugadas pero suaves y frágiles manos de aquella mujer, que tantos años de trabajo, sacrificio y amor atesoraban, la cazadora no pudo si no responder con una cálida y cariñosa caricia.
Tras las miradas con Saxa y su comunicación muda pero inequívoca, Uri asintió con la cabeza y habló un tono de voz suave y comprensivo.
- Eso es - afirmó, mientras se agachaba a su altura y arropaba las manos de la anciana con las suyas, para que notara su contacto - Saxa, usted y yo debemos abandonar ahora la ciudad. Y haremos una cosa: nos llevaremos también sus agujas y su lana para que pueda seguir tejiendo su preciosa bufanda - sabía que tenían que viajar ligeros, pero no quería arrebatarle también aquello - Y nos vendrán de maravilla unas manos expertas como las suyas para que pueda prepararnos otra sopa tan deliciosa como la que ha hecho hoy. Nosotras le ayudaremos a levantarse y a caminar. Solo necesitamos un pequeño esfuerzo y pronto podrá volver a descansar -
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"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
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Antes de que todos se vayan a la plaza, Saxa se aproxima a Cudgel y Becklin. No dice nada inicialmente, sino que simplemente pone una mano a cada una en el hombro. Es su manera de intentar darles ánimo antes de todo lo que está por suceder, especialmente a ellas que van a quedarse a cubrir la retirada de toda la ciudad. Tran ese instance silencioso en que únicamente las mira con gesto serio, acaba diciendo:
- Nos veremos en Kalaman.
No hay ni un atisbo de duda en sus palabras, ni piensa que vaya ha haber réplica alguna. Y no se trata de una orden - no puede hacer algo así con quien evidentemente la supera en rango - sino más bien un objetivo a cumplir. No importa lo que suceda desde ese momento hasta que se cumpla ese objetivo. Lo único que importa es cumplirlo. Entonces, con una media sonrisa y un asentimiento, libera a ambas mujeres y sigue a Raven y al resto hasta la plaza.
Una vez allí, tras dejar de golpear la campana y que Raven explica la situación, la bárbara se aproxima rápidamente a las primeras personas a las que ve dudar. Mirandoles con seriedad desde su buen metro noventa de estatura, eleva la voz mientras da unas buenas sonoras palmadas y dice:
- ¡Vamos, vamos, vamos! ¡Todos en movimiento ahora mismo! Id a vuestras casas, coged el mínimo imprescindible y dirigíos inmediatamente a lo muelles. Tenemos que evacuar rápido y viajar ligeros. El Ejército de Takhisis no es ninguna broma. Todos visteis lo que sucedió en la recreación de High Hill. ¡Ningún habitante de Vogler quedará a merced del Ejército Rojo, no lo vamos a permitir! ¡VAMOS!
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
Uri se dirigió hacia la plaza del pueblo con sus compañeros. Se quedó unos metros alejada de la campana, mientras Saxa y Fritz conseguían arrancar de ella el sonido de alerta. La cazadora observó, escudriñando las callejuelas más lejanas, cómo los voglerianos acudían a la llamada.
Tras las palabras directas y apremiantes de Saxa, Uri se acercó a los grupos de vecinos que parecían más temerosos y asustados. Arropándoles y apoyando sus manos en sus espaldas, sus palabras sonaron más como un ruego que como una orden.
- Debemos abandonar el pueblo, amigos; sé que estáis asustados, pero haremos lo posible por protegeros. Os acompañaré a recoger vuestras cosas y nos dirigiremos juntos al muelle, desde allí podremos ponernos a salvo - con un tono de voz amable pero firme, intentó infundir confianza a los más dubitativos.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Remington se dirigió al muelle en busca las barcas en dique seco. Quizá pudiera remendar alguna a golpe de varita, quizá si el desperfecto fuese pequeño. Iban a necesitar todas las barcas que pudieran reunir. Tenía los nervios a flor de piel pensando en sus perseguidores. Era una amenaza a todas luces inabarcable. Huir era la única decisión sensata. Miraba de reojo a los ciudadanos de Vogler mientas caminaba apresuradamente. Aun se sentía un extraño entre ellos, siempre le costaba encajar en los lugares nuevos.
Cuando la primera campanada resonó con fuerza apunto estuvo de caer de un pasmo. Trastabilló y tuvo que agarrarse a alguien que transportaba una cesta de verduras. Recogió algunas cebollas entre mil disculpas y siguió su camino avergonzado mientras el resto de campanadas iban resonando de fondo.
En el muelle todo estaba tranquilo, algunos ciudadanos se habían cruzado con él, extrañados de que fuera en dirección contraria a las campanas. Remington subió a un lugar elevado desde donde el que divisar la flota de que disponían. Frunció el ceño preocupado. Se bajó de su improvisada atalaya y preparó el ritual con sumo cuidado. Juntó un trocito de madera y un cordel en la palma de la mano y pasó su varita por encima susurrando unas palabras una y otra vez.
—Palvele Minua Hyvin —susurró expeditivamente mientras el cordel y la madera se consumían hasta desaparecer—. Ten, anota cuanto te vaya diciendo Geoffrey —dijo tendiendo al aire su pluma y su diario.
La pluma y el diario que había usado flotaron a su lado diligentemente y pronto empezaron a transcribir cuanto decía el joven aprendiz
—Dos balandros, tres esquifes, un bote, una barcaza... —continuó andando el mago mientras el diario le seguía flotando un paso por detrás.
Recorrió el muelle en busca de embarcaciones averiadas y haciendo recuento de toda la gente que podía caber en las que ya flotaban.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Pese a las palabras de Saxa y de Uri, las gentes de Vogler cada vez levantan más la voz. Unos preguntan qué tienen que llevarse, otros se niegan a creer que la situación sea tan grave, otros sugieren que se envíen emisarios para negociar, otros claman por abrir las puertas y rendirse, algunos lanzan gritos declarando su intención de luchar… pero todos se juntan en una cacofonía que es difícil de filtrar. La alcaldesa Raven parece preocupada, calmarlos va a requerir un precioso tiempo que deberían emplear en otras cosas.
De pronto se empieza a escuchar un aullido, un gemido que parece salir de ultratumba y que va subiendo de intensidad hasta ahogar todos los gritos, quejas y sollozos de los Voglerianos, intentando encontrar el origen de aquel fantasmagórico sonido.
Subido a la cruz que sostiene la campana, Frizt hace girar su vara hoopak con energía sobre su cabeza, produciendo el sonido que ha hecho callarse a la muchedumbre.
Con una mirada de agradecimiento al kender Raven aprovecha e interviene.
- Amigos, creedme cuando os digo que soy la primera que odia esta decisión. Pero las informaciones que tenemos nos llevan a pensar que es el mejor curso de acción. Buscaremos refugio en Kalaman, permaneceremos unidos y cuidaremos los unos de los otros. Id a vuestras casas, coged lo indispensable y dirigíos a los muelles para que podamos comenzar la evacuac…-
- ¡Tonterías ! - la interrumpe una segura pero algo estridente voz que pertenece a Lord Bakaris - Mirad a vuestro alrededor, hay muchos hombres y mujeres capaces aquí. ,Yo digo que tomemos as armas y defendamos la ciudad! -
La gente duda ante las palabras de uno y otra.
PbP Character: A few ;)
La intervención de Bakaris saca a Saxa de sus casillas:
- ¿Es que nunca vas a decir algo útil, maldito noble de pacotilla? ¿Alguna vez has dedicado tu vida a algo más que a pasearte luciendo tus ricas ropas y a levantar la voz para llamar la atención y decir sandeces? Por supuesto que Vogler está llena de gente capaz. Pero no se derrota a un ejército perfectamente armado y entrenado como el que está de camino simplemente con eso. Derrotarlo requeriría equipación que no tenemos, entrenamiento que no tenemos, preparación que no tenemos, números que no tenemos y TIEMPO que no tenemos. Así cierra tu maldita boca y deja hablar a quien tiene sentido común aquí.
La bárbara deja entonces de mirar a Bakaris para mirar al resto de habitantes del pueblo, que están ahora mismo mostrando miedo o dudas:
- Haced memoria. ¿Quien ha estado tantos taños gestionando, cuidando y protegiendo este pueblo? ¿Ha sido este charlatán? ¿O ha sido vuestra Alcaldesa? ¿A quien vais a hacer caso en vuestro momento de mayor necesidad? ¿A quien a todas luces desea llamar la atención para lideraros sin tener capacidad para ello? ¿O a quien ha demostrado años tras años que tiene la valentía y el conocimiento para tomar las decisiones adecuadas? Escuchad las palabras de Raven. Ese ejército está al llegar y no va a tener piedad. Perdereis más que vuestras posesiones: perderéis vuestra libertad, y algunos hasta vuestras vidas. ¿En serio queréis eso en vuestro futuro? Creo que sereis inteligentes, y esucharéis a quien debéis escuchar - al tiempo que dice esto, pone una mano en el hombro de Raven, esperando que ahora pueda dejarse escuchar.
Peindre l'amour, peindre la vie, pleurer en couleur ♫
Auriel | Shenua | Arren | Lyra
El gesto amigable y comprensivo de la elfa se tornó en un rictus serio al escuchar el discurso del Lord, lanzándole una mirada reprobatoria. Tras la intervención de Saxa, que la cazadora apoyó con asentimientos de cabeza, Uri dirigió unas severas palabras al hombre, asegurándose de que todos los congregados la escucharan.
- Mide bien tus palabras, Lord Bakaris - comenzó, mientas se dirigía lentamente hacia Saxa y Raven - tú y solo tú serás el responsable de la desgracia y la muerte que asolará a aquellos a los que convenzas con tu ignorancia. Solo un necio o un loco propondría enfrentarse al Ejército Rojo en nuestras condiciones, en inferioridad numérica, en inferioridad de armas, en inferioridad de tiempo - enumeró, resumiendo las palabras de Saxa para enfatizar la información - No es momento de hacerse el héroe en una batalla perdida antes de comenzar, es momento de ser inteligentes, de retirarnos a Kalaman y salvar nuestras vidas. Y meditar y planear sobre nuestros siguientes pasos. Tú puedes hacer lo que quieras, Bakaris, pero nosotros haremos lo imposible para poner a nuestros amigos a salvo - en este momento, llegó a la altura de Saxa y Raven y, tal y como había hecho la bárbara, apoyó una de sus manos en el hombro de la mujer.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
El rostro de Lord Bakaris se queda blanco ante las irrespetuosas palabras de la alta barbara. El de su hijo se vuelve rojo como la grana de rabia.
Sin embargo, viendo que nadie le apoya y que la Alcaldesa se mantiene firme gracias al apoyo de las dos guerreras el veterano noble agarra a su airado hijo cuando da un paso al frente con la mano en la empuñadura de la espada.
- No hijo mío. Las guerreras tienen razón. No hay tiempo. - pese a sus palabras se ve que está conteniendo la ira - Pero lo curioso del tiempo es que pone a cada uno en su lugar. Si es la retirada lo que el pueblo elige sea… ayudaremos en lo posible. Nuestro deber es, al fin y al cabo, proteger al pueblo… -
El joven Bakaris aún forcejea un poco pero su padre se mantiene firme y le sujeta con fuerza. Saxa no deja de notar que con más de la que le había dado crédito al orondo hombre.
- Por favor - interviene la Alcaldesa intentando apaciguar los ánimos - La situación es muy tensa y la premura a veces nos hace decir palabras que no se piensan o sienten. Lord Bakaris por favor aceptad mis disculpas en nombre de mis compañeras. Debemos permanecer unidos ante la amenaza del Ejército que marcha hacia nosotros. -
Lord Bakaris solo contesta con una leve inclinación de cabeza y saca a su hijo de allí en dirección a su hogar para prepararse para la evacuación.
Con su partida el resto de ciudadanos comienza a hacer preguntas pero, siguiendo su plan, Raven enseguida comienza a dar tareas a todos. Unos prepararon sus cosas para partir mientras otros irán a los muelles a ayudar a Remington a preparar los botes.
Mientras Raven da órdenes Averil se acerca con gesto preocupado a Saxa.
- Creo que hoy te has ganado un poderoso enemigo Saxa.. Doy gracias que no ha invocado las leyes de Solamnia o me temo que tendría que haberme sometido al Código y la Medida y haberte puesto bajo arresto… - su gesto es adusto dejando claro que lo habría hecho sin ningún placer - y la pena no es ligera. Saxa… - pone una mano en el hombro de su compañera - Entiendo que las cosas son distintas de dónde vienes pero te ruego mesura. Por mucho que tus palabras parezcan cargadas de verdad hay otras formas de hacer que esta vea la luz… -
- Desde luego tienes suerte de que a Becklin se haya ido… ella no habría esperado a que el noble lo pidiera…- añade Darret con cara apesadumbrada.
Tras la respuesta de Saxa Raven se acerca.
- Bueno… podría haber ido mejor, pero al menos ha sido más rápido de lo que esperaba. Por favor. - les pide - Podéis ir casa por casa asegurándonos que todo el mundo conoce el plan h se está uniendo al éxodo? Fritz - dice explícitamente - Seguro que Remington te necesita en el muelle para organizar los barcos…-
Uri piensa que este rato sería el ideal para cumplir su palabra a Becklin
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Saxa está aun tan molesta que cuando Raven se disculpa por ella tiene que contenerse mucho para no expresar lo que realmente está pensando. "¿¿Que la premura a veces nos hace decir palabras que no se piensan o sienten? Si lo único que siento es no haber dicho aún más a ese par de *retahíla de insultos en su idioma natal* !". Pero en lugar de eso, deja que la alcaldesa y el resto hablen, mientras la bárbara se queda observando a los Bakaris perdiéndose entre la muchedumbre. Efectivamente, la guerrera ha hecho poderosos enemigos en este día y no le cabe duda de que cuando la evacuación termine y estén a salvo en Kalaman, de alguna manera todo esto volverá a ella.
Cuando el resto del pueblo se dispersa para seguir las ordenes de Raven, Saxa por fin se calma un poco, menea la cabeza y responde a Raven y Darret:
- Tenéis razon. No lidio bien con este tipo de personas que piensan que pueden actuar y tratar a la gante como les de la gana por el hecho de ser nobles. Estoy demasiado acostumbrada a ser directa con cualquiera, independientemente de su origen. En fin - añade, encogiéndose de hombros - lidiaré con lo que sea que suceda a su debido tiempo. Lo importante ahora es que la evacuación ya está en marcha.
Cuando Raven le pide que vayan casa por casa, Saxa no pierde ni un minuto y se pone en marcha tras acordar con Uri y Fritz cómo repartirse por distintas zonas de la ciudad.
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En los muelles había unas diez barcas que podrían repararse en poco tiempo, un par de horas, si ponían gente a trabajar en ellas. Eso les permitiría llevar a unas 25 personas más. Además, se dio cuenta de que el ferry que pasa por debajo del inacabado puente podría usarse también. Sólo había que soltarlo de las maromas que cruzaban el río y juntar varias plataformas como había sugerido Fritz. ¡Quizá pudieran llevar 100 personas más!
Habiendo hecho el recuento, busco a algunos marineros y estibadores que no hubieran acudido al tañir de la campana y trató de organizarlos en nombre de la alcaldesa Raven para reparar las embarcaciones lo antes posible. A los más reticentes les prometió un sustancioso pago en acero de las arcas de la ciudad sin ruborizarse lo más mínimo. ¿Que importaba un embuste si salían de esta?
Usó uno de sus conjuros para remendar pequeñas piezas que necesitaban y trató de imprimirles el sentimiento de urgencia que la situación requería, pero sin agobiarles en sus tareas. Cuando todo estuviera en marcha se dirigiría al puente semiderruido, a por el ferry.
Ash el guerrero — Dragon's Hoard (Spanish)
Leobald el caballero — Death and Pain at Saltmarsh (Spanish)
Keeper — Vigilantes en el Cielo (Spanish)
Remington Wizz — Shadow of the Dragon Queen (Spanish)
Uri mudó su gesto serio a una mueca de tristeza, observando cómo padre e hijo se perdían entre la multitud. Dirigió una mirada avergonzada a Raven y bajó la cabeza en señal de disculpa. La cazadora no solía tomar la iniciativa en este tipo de situaciones, ni meterse en discusiones ni conflictos, pero el deseo de intentar ayudar a Saxa ante la frustración de la actitud de Bakaris provocó su sincera aunque poco acertada intervención. Acatarían el castigo merecido cuando llegara el momento, ahora tenían asuntos más acuciantes de los que preocuparse.
- Yo recorreré el camino que lleva a la torre. Revisaré las casas y ayudaré a los voglerianos de esa zona y me acercaré hasta los aposentos de Becklin - revisó sus bolsillos para cerciorarse de que el kender no le había robado de nuevo las llaves - Alguien debería ir hasta los muelles a recoger las redes; yo esperaré en las catapultas para cargarlas con ellas y orientarlas a los acantilados - Uri colocó a sus espaldas el arco, el carcaj y la mochila de viaje, y puso rumbo a su destino.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
"Ualaaaaa" penso el kender de fogoso pelo escuchando a Saxa poner en su lugar a padre e hijo. Con los ojos como platos observaba a la bárbara, sorprendido pero también un poco preocupado sabiendo como esos humanos estirados muchas veces se comportaban entre ellos. Él no comprendia el significado de palabras como envidia o rencor pero si había visto a la gente alta actuar de maneras extrañas movidos por esos sentimientos.
Todos parecían tener labor para las siguientes horas así que tras responder con un -Claro.. luego voy- a las indicaciones de ir al muelle y no a las casas, abandonó la plaza principal entre saltitos llegando hasta la altura de los nobles, padre e hijo, que seguían algo alborotados. Nada como un kender para apaciguar a la gente nerviosa.
-Es difícil buscar una muerte heróica en batalla cuando estás preocupado por la supervivencia de tus hijos, tu mujer.. -dijo cuando estaba a su lado con tono conciliador.- La gente os escucha, en momento aciagos aparecen los líderes y de aquí saldrá recordado los héroes que consiguieron la evacuación y salvaron una ciudad entera.. ¿Qué nombres queréis que aparezcan? Es el momento de salvar a la gente..
Y se alejo entre saltitos con su vara entre manos, agitándola antes de entrar en las casas por si alguna usara ocas como de protección.. esos bichos no saben distinguir entre un ladrón y un inocente kender.
Los dos nobles ni se dignaron a contestar a Frizt. Lejos de ofenderse, el animoso hombrecillo de dirigió hacia dónde se había ido Saxa, para ayudarle mientras se guardaba distraídamente en su saco mágico un anillo que se le había caído al joven Bakaris. Sin duda su humor mejoraría cuando se lo devolviera.
Las siguientes horas pasaron rápidas mientras iban puerta por puerta, informando a algunos despistados y ayudando a quien lo necesitara.
Saxa y Uri, mientras Fritz ya se había dirigido a los muelles para ayudar a Remi, veían claramente una luz de un hogar a través de las ventanas de una casa pero nadie contestó a sus llamadas.
Mientras en el muelle Remington organizaba a varios grupos de personas en la recuperación y preparación del ferry y cuantas barcas podían reparar.
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Saxa mira a Uri como diciendo "¿y ahora qué hacemos?". Primero intenta empujar suavemente la puerta, por si se da la casualidad de que no la hayan cerrado a cal y canto. También observa los alrededores, en busca de alguna puerta trasera, ventana semi abierta o llave de la casa metida en alguna maceta - a la bárbara de las tierras heladas donde nadie cerraba con llave sus tiendas de pieles siempre le había extrañado esta costumbre, pero ya había dejado de preguntarse por ella largos años atrás - pero no encuentra nada así.
Si no logra abrir la puerta de forma normal, le dice a su compañera:
- ¿Puedes intentar abrir tú con una ganzúa? Siempre podemos echar la puerta abajo, pero será mejor dejar esto como última instancia. Quien se haya encerrado ahí dentro debe estar muy asustado. Y aunque no podemos dejar que se quede aquí a merced del ejército de Takhisis, intentar llegar a él o ella lo menos accidentadamente posible suena como la mejor opción ...
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Tras su infructuosa búsqueda alrededor de la casa en busca de alguna puerta o ventana abierta, Uri se encontró de nuevo en la puerta principal con Saxa. Asintiendo a su pregunta, rebuscó entre su enmarañado pelo, sujeto por pequeñas horquillas a un moño nada estiloso pero muy cómodo. Seleccionó la primera que encontró y la estiró para introducirla en la cerradura. Tras varios movimientos en su interior, un sonido sordo de rotura produjo una mueca de disgusto en el rostro de la cazadora, mirando a la bárbara y negándole con la cabeza, reafirmando el fracaso de su intento.
- No tenemos otra opción que la fuerza, Saxa - le comentó a la guerrera - ¿Lo intentamos con la puerta o rompemos una ventana? -
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
Saxa suspira:
- ... alguien me va a echar la bronca por esto, seguro. Pero bueno, ¿qué es una ventana comparado con insultar a la noble familia Bakaris? - dijo, encogiéndose de hombros.
La alta bárbara desenfunda su hacha y se dispone a romper el cristal con el pomo, pero antes de hacerlo se para:
- Bueno, un momento. No se pierde nada por intentarlo una vez más ... - da entonces unos golpecitos en la ventana y añade - ¡Disculpe! No se quien está ahí dentro pero estamos evacuando la ciudad. ¡Por favor, si nos escucha abra la puerta para que podamos ayudarle a partir con el resto de sus vecinos!
Saxa mira a Uri y esperan un minuto. Si no escuchan respuesta o ningún tipo de movimiento desde el interior entonces, ya sí, la bárbara romperá la ventana con el pomo del hacha. Y se asegura de pasar el hacha por los bordes de la ventana para asegurarse de que no queda ningún cristal con el que se puedan cortar al entrar.
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Uri agarró del brazo a Saxa, en señal de alerta, y se quedó muy quieta, mirando el pomo de la puerta con intensidad. Suave y lentamente, acercó su mano y con un leve tirón hacia sí, casi sin hacer fuerza, la puerta se entreabrió.
La cazadora no pudo evitar esbozar una risita divertida, jactándose de lo absurdo de la situación, mientras abría la puerta completamente e invitaba, con un amplio movimiento de su brazo a Saxa, a introducirse en la casa.
"Hay una grieta en todo, así es como entra la luz"
La bárbara suspira y se da un sonoro manotazo en la frente, pero acaba sonriendo tambien y tras hacer una rápida reverencia como respuesta a la invitación de la elfa, pasó al interior del hogar.
- ¿Hola? Venimos a ayudar para que puedan abandonar la ciudad ... - dice mientras se adentra, dirigiéndose a nadie en particular puesto que aún no sabe quién puede estar aún esperando en este hogar en lugar de preparándose para huir.
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Las dos aventureras entraron en la casa, donde se percibia un agradable aroma a caldo. La casa era sencilla, y a su derecha se abría una sencilla cocina donde una marmita hervía al calor de unas brasas. A su izquierda, una puerta entreabierta se abría a una sala que hacía las veces de salón y dormitorio. Una chimenea aportaba calor y luz a la estancia. Una anciana mujer estaba sentada de espaldas a ellas, en una silla alta que había sido cubierta con mantas y cojines para procurar más comodidad a su vetusta ocupante. La mujer estaba absorta en algo que tenía entre las manos, las cuales movía de manera rítmica, con movimientos cortos pero rápidos. Saxa y Uri escuchaban el entrechocar de dos pequeñas piezas de metal cada vez que la mujer movía las manos cubiertas de arrugas. Un pequeño toque metálico cuando las herramientas que tenía chocaban entre si.
Poco a poco se fueron acercando, repitiendo su llamada, pero la mujer seguía abosrta en su quehacer. Al acercarse más vieron que estaba tejiendo una larga bufanda de color dorado con unas agujas de punto. La anciana tenia la cara completamente surcada de arrugas esculpidas por el tiempo y la vida a la interperie. Tenía los ojos prácticamente cerrados y parecía hacer su bufanda de punto de manera totalmente automática.
Al percibir movimiento cerca de ella levantó la cabeza y habló con voz dulce pero cansada por los años, como si las palabras estuvieran agotadas de realizar el esfuerzo de ser pronunciadas.
- Rowan querido... ¿ eres tú ? No viniste anoche... la fiesta con tus amigos se alargó eh? jejeje - extiende la mano y busca el brazo de Uri - Haces bien hijo haces bien... tienes que buscar una joven moza, no cuidar de esta anciana eh? jejeje. Tenía hambre y he conseguido preparar algo de sopa. ¿Ves como esta vieja no es del todo inútil? jejeje Toma un poco Rowan querido. Te repondrá del vino jejeje - Le da un par de palmaditas cariñosas a Uri en la mano y vuelve a tejer - Cuando hayas acabado si te pediré que me ayudes a acostarme. Estos viejos huesos no soportarán otra noche en esta silla jejeje -
A Saxa se le hace un nudo en la garganta. Reconoce el nombre de Rowan. Fue una de las bajas en la Batalla de la Colina.
La mujer no parece ver muy bien y su avanzada edad ha podido evitar que escuchara los gritos de Saxa fuera, ni que decir tiene la campana.
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Saxa, que no sabe muy bien qué hacer, cruza una silenciosa mirada con Uri y no hace falta que pronuncien palabra alguna para que ambas sepan lo que está pensando la otra. "¿Qué hacemos? ¿Se lo decimos? ¿Que su hijo ha muerto? ¿Quizás es mejor mentirle? No, eso no. Mejor no le digamos nada. Intentémos sacarla de aquí, pero no ... no digamos nada aún".
Ambas asienten. Saxa entonces suspira y, aunque siente un gran pesar en su corazón se fuerza a esbozar un gesto animado al tiempo que se arrodilla frente a la anciana y apoya suna mano con suavidad en la de la anciana:
- Disculpenos. Me temo que Rowan no puede venir ahora. Pero nosotras vamos a ayudarla. Mi nombre es Saxa, ella es Urialanthalassa. Es un poco largo, ¿verdad? Pero le puede llamar Uri. ¿Verdad que sí Uri? - dice, mirando a la elfa con una sonrisa que no se refleja en sus ojos verdes, que lucen ahora tristes - Bueno, como iba diciendo, nosotras vamos a ayudarla mientras Rowan está ausente. Mire que me encantaría probar esa sopa que huele tan estupendamente, pero debemos irnos de la ciudad. Todo el pueblo debe ir a Kalaman por unos días. ¿Nos deja que le ayudemos? Será por poco tiempo, pero necesitamos irnos pronto. Deje que la acompañemos hasta el muelle con los demás, ¿sí?
La bárbara dice todo esto en un tono de voz un poquito más elevado de lo habitual, ya que intuye que la anciana no puede escuchar muy bien.
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Uri no pudo evitar que se le llenaran los ojos de lágrimas ante la visión y las palabras de aquella anciana. Le recordó demasiado a su familia, a su hogar, tan lejanos ahora. Una punzada de terrible añoranza encogió su corazón. Ante el tacto de las arrugadas pero suaves y frágiles manos de aquella mujer, que tantos años de trabajo, sacrificio y amor atesoraban, la cazadora no pudo si no responder con una cálida y cariñosa caricia.
Tras las miradas con Saxa y su comunicación muda pero inequívoca, Uri asintió con la cabeza y habló un tono de voz suave y comprensivo.
- Eso es - afirmó, mientras se agachaba a su altura y arropaba las manos de la anciana con las suyas, para que notara su contacto - Saxa, usted y yo debemos abandonar ahora la ciudad. Y haremos una cosa: nos llevaremos también sus agujas y su lana para que pueda seguir tejiendo su preciosa bufanda - sabía que tenían que viajar ligeros, pero no quería arrebatarle también aquello - Y nos vendrán de maravilla unas manos expertas como las suyas para que pueda prepararnos otra sopa tan deliciosa como la que ha hecho hoy. Nosotras le ayudaremos a levantarse y a caminar. Solo necesitamos un pequeño esfuerzo y pronto podrá volver a descansar -
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